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Para lograr metal de níquel como producto final a partir de concentrados de sulfuro de
níquel, el cual contiene menos del 2% de cobre en su estructura, primeramente, se realizan
tratamientos de tostación con la finalidad de conseguir una disminución de las grandes
cantidades de azufre y así, someter la calcina a proceso de fusión y posteriormente el eje
obtenido a respectivos procesos de conversión y electrorefinación. El eje producido en la
etapa de fusión contiene altos contenidos de hierro, valor que bordea el 50% de Fe.
Posteriormente en la etapa de conversión, etapa compleja para la recuperación de níquel,
el metal blanco que se obtiene se caracteriza por tener entre 74%-76% de Ni, este valor es
alto por el solo echo de que el concentrad que se comenzó a tratar tiene bajos contenidos
de cobre, en el caso de que no lo fuera el metal blanco que se obtiene del proceso de
conversión solo logra un 65% de níquel como máximo.
En la etapa de fusión, donde se pretende conseguir la oxidación parcial del azufre y la
oxidación parcial de hierro (el cual posteriormente sale como escoria), donde se logran
concentrados de óxidos de níquel, tienen una mayor estabilidad respecto al cobre, sin
embargo, en la etapa de fusión se requiere mantener elevadas cantidades de azufre en el
sistema, lo que conlleva a producir un eje de baja ley en níquel, con la intención de
mantener la estabilidad de la mata que se dirige a conversión y aquí alcanzar elevadas
cantidades de níquel llegando hasta un 76% de metal blanco de níquel.
La magnetita, mineral que no tan solo se forma en la fusión de cobre, el cual trae consigo
variados problemas, también se forma en el proceso de obtención del níquel, donde un alto
contenido de oxígeno aumenta los contenidos de magnetita en el horno, produciendo
aumento en la viscosidad de la escoria y perdidas por arrastre de níquel hacia esta. Para
controlar la formación de magnetita se mantienen las cantidades altas de azufre y de sílice
como fundente, así, se logra reducir la magnetita a wustita (FeO).
En la fusión de níquel ocurren variadas reacciones, las cuales son muy similares a las
reacciones que se producen en la fusión del cobre. El eje de níquel está formado por sulfuro
de níquel (NiS) y pirrotita (FeS), donde se oxida el sulfuro de níquel produciendo Ni 3S2, de
acuerdo con la reacción:
𝑁𝑖𝑆 + 𝐹𝑒𝑆 + 𝑂2 ↔ 𝑁𝑖3 𝑆2 + 𝐹𝑒𝑆 + 𝐹𝑒𝑂 + 𝑆𝑂2 (1)
Como al igual que en la fusión del cobre, en el proceso de fusión de concentrados de níquel
se forma magnetita, se añade fundente, generalmente sílice que reacciona con el óxido de
hierro formando fayalita, de acuerdo con la siguiente reacción:
𝐹𝑒𝑂 + 𝑆𝑖𝑂2 ↔ 𝐹𝑒𝑂 ∗ 𝑆𝑖𝑂2 (2)
La magnetita que pueda formarse (Fe3O4), dependerá principalmente del potencial de
oxígeno presente, donde la magnetita se reduce a FeO reaccionando con sulfuro de hierro,
produciendo dióxido de azufre, esto se puede resumir bajo la siguiente reacción:
𝐹𝑒3 𝑂4 + 𝐹𝑒𝑆 ↔ 𝐹𝑒𝑂 + 𝑆𝑂2 (3)
En el caso de que se el potencial de oxígeno sea muy elevado, donde se haya consumido
por completo el hierro y comience a oxidarse el níquel (compuesto que se quiere evitar),
este reaccionará con el sulfuro de hierro formando Ni3S2 nuevamente, bajo la siguiente
reacción:
𝑁𝑖𝑂 + 𝐹𝑒𝑆 ↔ 𝑁𝑖3 𝑆2 + 𝐹𝑒𝑂 + 𝑆𝑂2 (4)
Tras el proceso de fusión se logra obtener dos productos, eje y escoria, donde la escoria es
una mezcla de óxido de hierro y sílice, a esta se le agrega cal y alúmina para mejorar la
viscosidad y bajar el punto de fusión, debido a la adición extra de estos compuestos el punto
de fusión de la escoria es cercana a los 1150°C, sin embargo, cabe la posibilidad de que el
material contenga ciertas cantidades de magnesio, elemento que aumenta la temperatura
de fusión hasta unos 1300°C.
En la etapa de conversión, la cual es compleja, se obtiene metal blanco o sulfuro de níquel
(Ni3S2) con bajo contenido en hierro, la cual es muy difícil realizar un posterior soplado del
metal a diferencia de la obtención de cobre blíster en la metalurgia del cobre. Esta
diferencia radica principalmente en la nobleza del cobre respecto del níquel. Es así, el
producto del proceso de conversión del níquel es metal blanco con contenido de hasta un
76% de níquel, y la escoria que se produce en esta etapa puede contener cantidades
considerables de este metal por lo que se reciclan a la etapa de fusión.
Extracción de níquel con alto contenido de Cu.