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BOLETÍN DE INFORMACIÓN DISCOGRÁFICA

AÑO X - Nº 93 - MAYO 2001


c/ELOY GONZALO, 27 • 28010 MADRID • TFNO.: 914 47 77 24 • FAX: 914 47 85 79
e-mail: diverdi@diverdi.com

El disco del mes


El Cancionero de Montecassino, álbum doble
de Jordi Savall y la Capella Reial de Catalunya

El príncipe humanista

EUFODA: polifonía flamenca por


Van Nevel y el Currende Consort

La Ofrenda musical, por Carlo Gatti,


en ARCANA

El violonchelo furibundo de Geminiani

Haendel, Bononcini, Telemann, Jadin: sorpresas de NCA

Los dos Otello encabezan un rico mes de óperas...


... y de recitales: Tagliavini, Gedda, Augér y Matteuzzi

Berio, Takemitsu, Denisov... contemporáneos en BIS

Liszt según Frühbeck y Sibelius según Vänskä

Madrigales por La Venexiana:


el Libro Primo de D’India, en GLOSSA
«E
n 1689 nace Dido y Eneas, primera ópera inglesa y
por mucho tiempo la única. En ella, bulle la geniali-
dad bajo la más sencilla de las apariencias. Las melo-
días son tan bellas que podrían pasar por italianas...» Así reza
el libreto que acompaña la última grabación del sello escuria-
Sellos en Distribución lense GLOSSA. Se trata, no obstante, de un lanzamiento
doble, pues también se nos ofrecen las piezas para órgano de
exclusiva Monsieur d’Agincour, nacido poco después en la orilla opues-
(Mayo 2001) ta del Canal. Ambos discos, ya disponibles, señalan el
comienzo de la colaboración suscrita entre GLOSSA y el pres-
Los sellos indicados con un ✺ tigioso director y organista francés Hervé Niquet, y aparecerán
disponen de catálogo gratuito a comentados en estas páginas el próximo mes de junio.
disposición de nuestros lectores
H. PURCELL: Dido y Eneas / Pudwell, Harvey, Haller,
ACCENT Duthoit, Maire, White / Le Concert Spirituel. Dir.: Hervé
Niquet / GLOSSA / Ref.: GCD 921601 (1 CD) D2 [-20% de
AGORA✺ descuento (precio especial de lanzamiento)]
ALIA VOX✺
ALMAVIVA✺
AMBROISIE✺
ARCANA
ARKADIA
ARTS✺
BBC LEGENDS✺
BIS✺
BONGIOVANNI✺
J.A.F. D’AGINCOUR: Feste de Pentecoste au Couvent des
COL LEGNO Visitandines [Piezas para órgano] / Hervé Niquet (órgano) /
Coro de Les Dames de St Jean (canto llano) / GLOSSA / Ref.:
CPO✺ GCD 921701 (1 CD) D2
DURIAN
DYNAMIC✺
ENCHIRIADIS relhkñuwerhjafbdfgneyerrk,gbbasngkjmn

ENSAYO✺ EL TELETIPO
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fvdbsgwfdwefaghfdhjgnbxasto.kanakssfj
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EUFODA
GLISSANDO✺
GLOSSA✺ Aparte de las interesantes novedades arriba reseñadas, GLOSSA anuncia el lanza-
miento de las 6 Suites bachianas interpretadas a la viola de gamba por Paolo Pandolfo;
GOLDEN MELODRAM✺ asimismo, el conjunto Sinfonye ha grabado un registro de canciones del siglo XIII bajo
KOCH✺ la dirección de Stevie Wishart, y el percusionista Pedro Estevan es el firmante de las piezas que com-
LINDORO ponen un disco -El aroma del tiempo- en el que cuenta, entre otras figuras, con la colaboración de
Marco Ambrosini y Arianna Savall.
MUSIC & ARTS
MYTO✺ Entre los próximos lanzamientos de MYTO se anuncian una Carmen dirigida por Solti
NUOVA ERA✺ (Londres, 1973) con Verrett, Domingo, Te Kanawa y Van Dam; un Trovador (Milán,
1962) con Corelli, Stella, Bastianini y Cossotto bajo la batuta de Gavazzeni; Payasos
OLYMPIA (Milán, 1956) con Di Stefano, Petrella, Protti y Alva, y un Rapto en el serrallo desde el Colón bona-
ONDINE erense (1961) con Wunderlich, Rothenberger y Böhme.
ON STAGE
El siempre variado sello CPO tentará a los amantes de la opereta con Fruehling
OPERA RARA✺ (Primavera), de Franz Lehár y Die schöne Galathée (La bella Galatea), de Franz von
OPERA TRES✺ Suppé. Añadirá a las siempre interesantes rarezas de su catálogo nuevas obras camerís-
ticas de Schubert (con el Consortium Classicum de Dieter Klöcker), Raff y Von Herzogenberg, y dedi-
ORFEO✺
cará un disco a las 6 Sonatinas de Ferruccio Busoni, a cargo del incansable Roland Pöntinen. Pero
PANTON✺ habrá más cosas, entre ellas las sinfonías 7 y 8 de Frankel y un extraordinario Salve Regina de Johann
PEARL✺ Christian Bach.
PREISER✺ WINTER & WINTER abandona momentáneamente su fértil recorrido por
RICERCAR el terreno del jazz y de las «otras músicas» para retornar a la clásica con
RICORDI Johannes Brahms, del que La Gaia Scienza presenta su versión del Quinteto con piano, op. 34 y del
bellísimo Cuarteto, op. 60. Pero que no se alarmen los iconoclastas: se proyectan nada menos que tres
ROMOPHONE✺ nuevas grabaciones de Uri Caine de aquí a finales de septiembre. Habrá también una recreación ver-
STRADIVARIUS diana en interpretación de Fumio Yasuda, un originalísimo registro -Tintinnabulum-, con obras para
SUPRAPHON✺ órgano renacentistas y contemporáneas (Arvo Pärt), un nuevo trabajo de Paul Motian y la Electric
Bebop Band titulado Europa, y el «audiofilm» Orient Express, evocador de las músicas a las que se
SYMPHONIA✺ asomaba el mítico ferrocarril en su recorrido de Londres a Estambul.
SYMPOSIUM
TESTAMENT✺ El sello GOLDEN MELODRAM añade a su catálogo un Parsifal inédito, el de Bayreuth
1952, con Kna; una selección de interpretaciones callasianas de Norma poco frecuenta-
TIMPANI✺ das; y dos grabaciones dirigidas por Carlos Kleiber: una Elektra de Stuttgart con Steger,
WERGO✺ Tarrés, Mödl y Windgassen, y dos farsas de Offenbach presentadas por primera vez en disco: Die klei-
WINTER & WINTER✺ ne Zauberflöte y Die verlobung bei der laterne.

(2)
Jordi Savall y La Capella Reial de Catalunya nos ofrecen la segunda entrega de la serie
Músicas reales en ALIA VOX, con obras sacras y profanas del Cancionero de Montecassino (s. XV) EL DISCO
El príncipe humanista
C
uando en el verano de 1412 el entonces Príncipe don Alfonso cercanas al ámbito popular que al cortesano,
de Trastámara (a la sazón de 16 años de edad) marchó a para el que originalmente fueron destinadas. La
Zaragoza acompañando a su padre Fernando I (proclamado contraposición, en forma de complejas compo- DEL MES
poco antes Rey de Aragón por los compromisarios aragoneses, siciones contrapuntísicas, viene de la mano de
valencianos y catalanes reunidos en Caspe), su formación intelec- las obras del maestro franco-flamenco G. Dufay, Veni sancte spiri-
tual, y por ende musical, debía de ser ya bastante completa y, desde tus y el espectacular Magnificat a 4 voces al que Savall, en un ejem-
luego, muy ligada y vinculada a las nuevas corrientes del pensa- plo de maestría indiscutible, eleva hasta los mismos cielos durante
miento humanista y prerrenacentista que por aquellas fechas más de 13 minutos. Por su parte, el segundo disco está consagrado
comenzaban a calar en el espíritu de las élites intelectuales de la a las músicas profanas copiadas en el célebre códice italiano,
Corona de Castilla. Este poso cultural protorrenacentista y abierta- donde, una vez más, la diversidad de formas musicales y carácter
mente innovador sería también la base sobre la que se educarían y de las piezas vuelven a ser el eje sobre el que gira el argumento cen-
formarían los también castellanos Juan II, Rey de Castilla y León tral, alternándose, en una maravillosa combinación de sonidos, las
(1405-1454), gran protector de literatos y poeta él mismo, y don obras de innegable aire cortesano -como las bellísimas chansons Je
Carlos, futuro Príncipe de Viana (1421-1461), primo hermano y vos pri mon tres de Dufay y la inolvidable De tous biens plaine de
sobrino, respectivamen- Ghizeghem (en versión
te, de don Alfonso. instrumental ya que en
Esta sólida base inte- el manuscrito no se
lectual y cultural adqui- copió la letra)- con las
rida por el Magnánimo de indudable sabor his-
durante sus años de pánico, como la cono-
niñez y mocedad en su cida canción Qu´es mi
Castilla natal (recorde- vida preguntais, origi-
mos que había nacido nalmente de Cornago,
en Medina del Campo, y versionada por
sede de los estados cas- Ockeghem, posible-
tellanos de su padre don mente durante su viaje
Fernando de Antequera, como embajador a
en torno al año 1396), Castilla en 1469, y con
alcanzaría su madurez y las de evidente y desen-
máximo esplendor una fadada impronta popu-
vez que, siendo Rey de lar como Correno multi
Aragón (desde 1416), cani o el celebrado
abandonara definitiva- Dindirindin.
mente la Península Las interpretaciones
Ibérica (1432) y se asen- que realiza Savall con
tara en Nápoles (1442), La Capella Reial de
donde, como es bien Catalunya están sólo al
sabido, llegaría a desa- alcance de músicos
rrollar una política cultural de primer orden, fomentando y prote- excelentes y con un bagaje técnico y artístico realmente excepcio-
giendo abiertamente las artes en general, y las letras en particular, y nal. La frescura de las músicas y de las versiones conseguidas por
sobre todo creando una capilla musical de extraordinaria calidad estos cantores y ministriles modernos hacen que algunas obras, ya
que, a su muerte, acaecida en junio de 1458, no se vería continua- grabadas por el director catalán hace varios años (Zappay, Qu´es mi
da por su hijo bastardo y sucesor en sus estados italianos, Fernando vida preguntais, Viva viva Rey Ferrando o Dindirindin) nos resulten,
I, monarca mucho más volcado en los asuntos de índole política y una vez más, verdaderamente novedosas, como si hubieran sido
militar que en las empresas culturales de su padre. grabadas por vez primera y tuviéramos la oportunidad de escuchar-
Un excelente testimonio y acabado ejemplo musical del refina- las en primicia mundial. Los cantores, que demuestran conocer, y
do ambiente humanista de la Corte de Nápoles, una de las más bri- de hecho dominan a la perfección, un repertorio donde una sutil y
llantes de la Europa del siglo XV, podría ser el célebre Cancionero refinada belleza convive con formas musicales y poéticas sublimes,
de Montecassino, códice musical que ha tomado el nombre de la están representados por solistas de la talla de Montserrat Figueras
Abadía Benedictina, Casa madre de la Orden, donde se conserva al (impresionante en Qu´es mi vida preguntais), el joven contratenor
menos desde finales del siglo XVIII. La antología, que contiene un Carlos Mena, Lambert Climent, Jordi Ricart o Daniele Carnovich,
total de 141 composiciones, de las que 77 son profanas y 64 reli- por citar solamente algunos de entre un elenco sobresaliente. Los
giosas, abarca un amplio abanico, no sólo de estilos y formas musi- instrumentistas, capitaneados por Savall a la viola da gamba, tam-
cales -que van desde la refinada chanson cortesana al bullicioso poco necesitan mayor presentación; sólo mencionar a Sergi
canto carnascialesco, pasando por las obras sacras, algunas de mar- Casademunt, Lorenz Duftschmid, Béatrice Delpierre, Alfredo
cado caracter popular, y las complejas y excelentes composiciones Bernardini, Josep Borràs (el conjunto de vientos, la Alta Capella, es
religiosas de Dufay- sino también cronológico, ya que el códice realmente excepcional), Rolf Lislevand, Guido Morini o Pedro
incluye obras compuestas entre los años 1430 a 1480, aproximada- Estevan ya nos permite asegurar por sí mismo el éxito de una gra-
mente. bación que rebosa calidad y destreza por doquier. Y todo ello con
Savall ha optado por mostrarnos un Cancionero de Montecassino una presentación cuidada hasta el último detalle, norma habitual
donde esta variedad, verdadero crisol musical de la época, reflejo, del sello, y un sonido cristalino y nítido que harán de este álbum
sin duda, del ambiente cosmopolita y de la proyección intelectual una referencia indiscutible del repertorio musical, sacro y profano,
de marcado caracter internacional que reinaba en la Corte del del siglo XV.
Magnánimo, sea el eje de toda la grabación. En el primero de los Un nuevo éxito de Savall y Alia Vox.
compactos, dedicado íntegramente a la música religiosa, se han
incluido algunas composiciones anónimas (la bellísima antífona Francisco de Paula Cañas Gálvez
Adoramus te y el himno Patres nostri peccaverunt fueron, sin duda,
escritas para ser cantadas durante las celebraciones litúrgicas de ALFONSO V EL MAGNÁNIMO - Cancionero de Montecassino - Obras religiosas y pro-
fanas / Obras de Dufay, Ockeghem, Cornago, Von Ghizeghem y autores anónimos /
Semana Santa en la capilla del Castel Nuovo, residencia favorita de Montserrat Figueras (soprano); Maria Cristina Kiehr (mezzo); Carlos Mena, Kai Wessel,
Alfonso V en la ciudad de Nápoles), seguramente creadas por maes- Josep M. Gregori, Jean-Yves Guerry (contratenores); Lambert Climent, Francesc
Garrigosa, Lluís Vilamajó (tenores); Jordi Ricart (barítono); Daniele Carnovich, Jordi
tros napolitanos activos al servicio de la Corte Real, donde las líne- Ricart, Xavier Sans (bajos) / La Capella Reial de Catalunya. Dir.: Jordi Savall / ALIA VOX
as melódicas, siempre sencillas y simétricas, las hacen mucho más / Ref.: AV 9816 A+B (2 CD) D10 x 2 (-10% de descuento) [Oferta especial de lanza-
miento]

(3)
EUFODA presenta una colección de Polifonía flamenca por la
Capella Sancti Michaelis y el Currende Consort dirigidos por Erik van Nevel

Los polifonistas del imperio


E ntre las recientes incorporaciones de nico practicado en el entorno del Imperio madrigalista Giovanni de Macque, siguien-
Diverdi sobresale con luz propia el de los Habsburgos y su área de influencia do la estela marcada por el maestro, com-
sello belga EUFODA, que tiene el cultural y política (con la especial significa- pondría importantes colecciones de música
gusto de brindarnos como tarjeta de pre- ción de España) durante la primera mitad para tecla, fundamentalmente canzonas y
sentación una excelente colección de 6 del siglo XVI, y cuya obra marca ya las pri- caprichos de los que en el compacto se han
compactos (se anuncian un total de 10) meras pautas de una escritura musical incluido una Canzona alla francese -que
consagrados por entero a la polifonía com- mucho más expresiva, colorista y dramáti- abre el disco- y otra Canzona 2, ambas de
puesta por autores flamencos en los Países ca, que culminará algunas décadas después bellísima factura.
Bajos e Italia, cubriendo un marco cronoló- con figuras como Alexander Utendal, Jacob Justo es finalizar esta reseña con un últi-
gico, estilístico y geográfico muy amplio Regnart y, sobre todo, Philippus de Monte, mo compacto dedicado casi en exclusiva al
que discurre desde la primera mitad del todos bien representados en estos compac- gran genio de Orlandus Lassus, maestro fla-
siglo XVI, con las obras de Gombert y tos. De Monte, en particular, se halla equi-
Crequillon hasta principios del XVII con pado con excelentes dotes para la escritura
autores tan desconocidos, sugerentes y madrigalística, lo que es asimismo percepti-
reveladores de los nuevos gustos impuestos ble en su obra sacra (escuchen atentamente
en la Contrarreforma como Luython, el impresionante Benedictus Deus o el
Hoyoul o Savyve. espectacular Usquequo, Domine, oblivis-
De los cuatro compactos que ahora rese- ceris me?) por su perfecto dominio y pro-
ñamos, los dos primeros están dedicados fundo conocimiento del arte de la declama-
ción expresiva de los textos poéticos, que
lleva hasta sus últimas consecuencias en
algunas de las composiciones de su libro de
madrigales del año 1595 (Fu preda d’empio
Nume, Assai fervida amante o Io parto o
mio fedele), grabadas en este segundo com-
pacto.
Los dos últimos discos de esta presenta-
ción están dedicados casi en exclusiva a menco que apenas necesita presentación y
sendos compositores que, si bien de forma- del que se han grabado varias de sus com-
ción y origen flamenco, trabajaron durante posiciones, que representan en todo su
años en Italia, bien al servicio de catedrales esplendor algunos de los géneros que este
y centros religiosos, bien como maestros de gran músico exploró durante su larga y via-
capilla de destacados miembros de la aris- jera vida, desde el motete sacro -de eviden-
tocracia transalpina (por ejemplo, Giaches te y evocadora impronta contrarreformista
de Wert, que estuvo al servicio de los (Timor et tremor o In hora ultima)- a la can-
enteramente a varias generaciones de com- ción de alegres ritmos (O vin en vigne),
positores que sirvieron a la Casa Imperial para acabar en el madrigal expresivo y de
de los Habsburgo a partir de 1520-1525 brillante factura (Passan vostri triomphi),
aproximadamente, y hasta 1603, año de la donde música y poesía se unen en perfecta
muerte del gran Philippus de Monte. De y equilibrada armonía.
entre ellos destaca con enorme fuerza la A lo excelente y atractivo del programa
figura, siempre grandiosa, de Nicolaas hay que unir unos intérpretes de muy alto
Gombert (ca. 1495-ca. 1560), compositor nivel: la Capella Sancti Michaelis y el
muy apreciado por el propio Emperador Currende Consort, capitaneados por el
(que llegó al punto de indultarle de una veterano y prestigioso director belga Erik
condena a galeras por pederastia) y cuyo van Nevel. La reconocida solvencia y el
estilo marcará por completo a la generación rigor filológico que ambas formaciones,
de músicos franco-flamencos inmediata- evidentemente historicistas, demuestran a
mente posteriores a la muerte de Josquin lo largo y ancho de estos cuatro compactos
(1521). La severidad de sus composiciones -y aun de la serie completa- son conse-
sagradas, sin duda reflejo de la profunda cuencia inequívoca de un profundo cono-
religiosidad emanada de las primeras sesio- Gonzaga en Mantua). Entre los primeros cimiento del repertorio y del sincero respe-
nes del Concilio de Trento, reunido a ins- justo es destacar a Adriaan Willaert, com- to que estos músicos sienten ante unas
tancias de su señor, el emperador Carlos V, positor de sólida formación musical situado obras de tal magnitud.
se caracteriza por una magistral y estricta entre la maestría de Josquin y la celeste
comprensión de la escritura contrapuntísti- luminosidad de Lassus, y que desde su F.P.C.G.
ca además de por una inagotable inventiva puesto como maestro de capilla de San
melódica (especialmente significativos son Marcos de Venecia ejercería una rica y fruc- ADRIAN WILLAERT EN ITALIA - Obras de De Macque,
Willaert, De Rore y De Wert / Capella Sancti Michaelis;
a este respecto el motete Alleluia Spiritus tífera influencia con aportaciones de inne- Currende Consort. Dir.: Erik van Nevel / EUFODA / Ref.:
Domine y el grandioso Regina caeli a 12 gable valor para el desarrollo de géneros EUF 1160 (1 CD) D2
voces), características que también podrían vocales italianos que tanta trascendencia ORLANDUS LASSUS - Obras de Orlando de Lasso, De
definir su producción vocal profana, en cobrarían poco después, como la villanesca Vento, De Fossa y Hoyoul / Capella Sancti Michaelis;
Currende Consort. Dir.: Erik van Nevel / EUFODA / Ref.:
especial sus chansons francesas, tan en (se ha tenido el acierto de incluir la bellísi- EUF 1162 (1 CD) D2
boga en los círculos aristocráticos y bur- ma Vecchie letrose), el motete y el madri-
gueses de la época y tan cercanas desde el gal, que llegaría a uno de sus momentos PHILIPPUS DE MONTE Y LOS HABSBURGO - Obras
de De Monte, Vaet, Utendal, Regnart, Von Bruck,
punto de vista estilístico a sus propios mote- culminantes con Cipriano de Rore, uno de Luython y De Savye / Capella Sancti Michaelis;
tes (Triste depart y Plaisir n’ay plus). Entre sus discípulos, del que se incluyen varias Currende Consort. Dir.: Erik van Nevel / EUFODA / Ref.:
EUF 1164 (1 CD) D2
sus contemporáneos son sin duda Thomas composiciones sacras y profanas. Destaca
de Crequillon y Jacques Clément, más también la música instrumental, con sus NICHOLAS GOMBERT Y LA CORTE DE CARLOS V -
Obras de De Gombert, Clemens non Papa y Crequillon
conocido como Clemens non Papa, los famosos ricercari, que tanta repercusión / Capella Sancti Michaelis; Currende Consort. Dir.: Erik
autores más representativos del arte polifó- tendrían sobre todo en Nápoles, donde el van Nevel / EUFODA / Ref.: EUF 1165 (1 CD) D2

(4)
La antología de la polifonía flamenca La Venexiana y Claudio Cavina publican el
del sello EUFODA por Eric van Nevel Primer Libro de un madrigalista genial
y el Currende Consort, por fin en España

Esplendores flamencos La primera vez


de Sigismondo d’India
S
i los achaques propios e inevitables de mi ya provecta edad
no han producido aún en mi cerebro lagunas memorísticas
irreparables, creo recordar que esta es la primera vez que se

L
distribuyen en España los compactos de la mítica antología que el a más reciente producción de La Venexiana en GLOSSA supone de
sello belga EUFODA dedicó a la polifonía flamenca allá por el alguna manera una vuelta a los orígenes. Su colección titulada Il
año 1993. Desde aquella época gloriosa muchos han sido los afi- madrigale italiano arrancó precisamente con el Tercer Libro de los
cionados que se han visto obligados a peregrinar a los Países madrigales de Sigismondo d’India.
Bajos o a implorar el favor de algún buen amigo cosmopolita y Aquella primera entrega, hace ya cua-
viajero para conseguirlos. A partir de ahora parece que intentar tro años, tuvo el valor de iluminar la
hacerse con estas delicadas figura de un compositor hasta entonces
joyas no será por más tiempo poco frecuentado y familiarizó al
tarea más propia de un extra- oyente con un repertorio de primera
perlista que de un melómano. magnitud. En las historias de la música,
En este artículo pretendemos Sigismondo d’India es nombrado ante
presentar brevemente los dos todo como exponente puntero del
primeros manjares de este naciente género de la monodia. Aquel
suculento menú de degusta- Tercer Libro de madrigales reforzaba la
ción musical «a la flamenca»: imagen de un artista completo y origi-
Philippe Rogier en España y nal desde todos los puntos de vista. El
Canciones y danzas de estilo de Sigismondo se afirmaba como
Flandes. una síntesis lograda entre el cromatismo de Gesualdo, por un lado, y
Felipe II heredó varias perte- la práctica del madrigal concertado (con bajo continuo) que
nencias de su augusto e impe- Monteverdi había inaugurado en su Quinto Libro de madrigales.
rial progenitor. Pero la única El Primer Libro nos retrotrae al arranque del lenguaje de este «aris-
que yo le envidio es su nunca tócrata palermitano», como se define a sí mismo en la dedicatoria del
sufientemente bien ponderada capilla flamenca. Durante los rei- mismo. Su publicación se remonta a 1606 y el éxito fue relevante,
nados de Carlos I y Felipe II, fue la casa real española la única en puesto que se reeditó dos veces, al año siguiente y en 1610. Poco
Europa que se permitió el lujo de mantener simultáneamente dos sabemos de la juventud de Sigismondo d’India. El análisis de los ras-
capillas reales: la de la Casa de Borgoña, integrada exclusiva- gos estilísticos de sus primeros madrigales desvela inmediatamente la
mente por músicos flamencos, y la de la Casa de Castilla. Siempre
cercanía a los círculos musicales napolitanos, dominados por las figu-
que se habla de los Siglos de Oro en España, resulta inevitable
ras de Giovanni de Macque y Gesualdo. Más tarde, la necesidad de
recordar a Victoria, a Morales, a Guerrero… pero no podemos
encontrar a un mecenas le empujó hacia las cortes del norte. De esta
olvidar la calidad de las composiciones de otros autores que flo-
manera, entró en contacto con los fermentos innovadores que impul-
recieron durante el mecenazgo de Felipe II. Como muestra bien
vale un botón; esta es la lista cronológica de los maestros de la
saban el nuevo estilo. Por un lado la monodia, por otro la novedad que
mencionada capilla flamenca durante su reinado: Nicolas Payen, suponían los madrigales de Marenzio y, sobre todo, Monteverdi. Los
Pierre de Manchicourt, Jean Bonmarchais, Gérard de Turnhout, primeros compases del madrigal Intenerite voi, lagrime mie ponen en
Georges de la Hèle y Philippe Rogier. De casi todos ellos (excep- evidencia la ascendencia napolitana de su formación. Una armonía
tuando a Payen y a Bonmarchais) encontraremos en este disco torturada y cambiante, en vilo entre el sufrimiento y la complacencia
algunas de las más bellas muestras de su talento, incluso aquellas masoquista. Una expresión de los afectos exacerbada y exhibida en los
de carácter profano y hasta erótico y jocoso. Cabe destacar la términos de un manierismo sofisticado. No obstante, el estilo de
belleza de Jouÿsance vous donneray de Turnhout sobre los emoti- Sigismondo mantiene un carácter personal. En Gesualdo, los giros cro-
vos textos de Clément Marot (Placer te daré, / amigo mío, y con- máticos se insertan en un tratamiento del texto extremadamente frag-
duciré / tu esperanza a buen puerto. / No te dejaré mientras viva, mentado, se mueven entre contrastes abruptos de texturas y se articu-
/ e incluso cuando muera / mi espíritu seguirá recordándote.) La lan en breves secciones. En Sigismondo, por el contrario, las tensiones
vida de Rogier fue muy breve; fue sucedido en su cargo por armónicas no impiden la presencia de arcos vocales de amplia y apa-
Mathieu Rosmarin, quien cambió su nombre por el de Mateo cible envergadura (Al partir del mio sole), entrelazados en líneas
Romero. Tres obras suyas se ofrecen también en esta acertada nobles y fluidas. No obstante, Sigismondo no desconoce el valor dra-
recopilación: Digamos, la popularísima A la dulce risa y Libera mático de los silencios y de los contrastes repentinos (Parlo, miser, o
me, Domine. Si bien la pronunciación del español resulta algo taccio?), así como se acerca a los modos de Gesualdo en el declama-
chocante, vale la pena escuchar esta interpretación do polifónico que abre el madrigal Ha di serpe el sen. Otros madriga-
La antología de canciones y danzas de Flandes es una fantásti- les revelan la influencia del estilo norteño (Marenzio, Wert,
ca retrospectiva de la diversificación estilística del siglo XVI. Junto Luzzaschi), sobre todo en la importancia y la autonomía concedida a
a algunas conocidas pavanas, gallardas, allemandas, branles, las tres voces superiores.
ungarescas y saltarellos extraídos de las colecciones de Phalèse o Una apreciación tan amplia de todos los matices contenidos en
Susato, podremos escuchar -la mayoría de nosotros por vez pri- estos madrigales no sería posible sin el experimentado trabajo de La
mera- canciones en lengua holandesa, similares en calidad a sus Venexiana. La exploración del madrigal tardío que el grupo italiano va
homólogas francesas o a los madrigales italianos, pero que tuvie- realizando desde hace algunos años, está regalando algunas que otras
ron mucha menor difusión debido al reducido ámbito geográfico joyas a los apasionados del género. Se trata de un repertorio que estos
de la lengua en la que fueron gestadas. J. Venders, Pierre de la intérpretes conocen a la perfección, con resultados avalados por la crí-
Rue, Clemens non Papa, N. Liégeois, H. Isaac, C. Boscoop y L. tica en numerosos premios. En el reparto de voces femeninas anota-
Episcopiuos satisfarán la curiosidad del paladar más exigente. Lo mos la ausencia de una de las personalidades carismáticas del grupo,
infrecuente del repertorio y la calidad de los músicos de la la soprano Rosanna Bertini. Aun así, se percibe en esta última entrega
Capella Currende (¡qué solistas de cornetto, qué espectaculares una extremada interiorización de las piezas y una teatralización sutil.
percusiones!) convierten estos dos discos en especímenes de obli- Para los apasionados es una alegría saber que ni la Venexiana ni
gada adquisición. GLOSSA tienen pensado tomarse un descanso. Nada más salir esta
nueva propuesta, ya se anuncia la preparación del Sexto Libro de
Rafael del Fresno madrigales de Marenzio.
Stefano Russomanno
PHILIPPE ROGIER EN ESPAÑA - Obras de Rogier, De la Hèle, Van Turnhout, De
Manchicourt y Romero / Capella Sancti Michaelis; Currende Consort. Dir.: Erik
van Nevel / EUFODA / Ref.: EUF 1161 (1 CD) D2 S. D’INDIA: Primer libro de madrigales, 1606 / Valentina Coladonato y Nadia Ragni
(sopranos); Lucia Sciannimanico (mezzo); Claudio Cavina (contratenor); Giuseppe Maletto
LIEDER Y DANZAS DE FLANDES - Obras de Susato, Venders, De la Rue, y Sandro Naglia (tenores); Daniele Carnovich (bajo) / La Venexiana. Dir.: Claudio Cavina /
Clemens non Papa, Phalèse, Liégeois, Boscoop, Episcopius y autores anónimos GLOSSA / Ref.: GCD 920908 (1 CD) D2 [-20% de descuento (precio especial de lanza-
/ Capella Sancti Michaelis; Currende Consort. Dir.: Erik van Nevel / EUFODA / miento)] También disponibles en iguales condiciones las referencias GCD 920903 a GCD 920907
Ref.: EUF 1163 (1 CD) D2 [Madrigales italianos por La Venexiana]

(5)
Los 12 Concerti Grossi de Corelli,
por el Alessandro Stradella Consort en el sello DYNAMIC

Releyendo la Biblia
E l mes pasado nos referíamos a las
Triosonatas de Arcangelo Corelli
como el repertorio clásico por exce-
lencia de la historia de la música. Pues
y sanguíneo, todo un hito de la Roma
barroca. No es de extrañar que la colec-
ción, esperada durante décadas, se con-
virtiera en el modelo concertístico a imi-
bien, la grabación que ahora nos ocupa tar, cosa que hicieron la práctica totalidad
está consagrada a los 12 Concerti Grossi, de compositores de música instrumental,
op. VI del compositor de Fusignano, siendo fuente de inspiración directa para
colección mítica donde las haya, que Valentini, Haendel, Locatelli, Dall’Abaco
pasó por ser la autén- o Mascitti, entre una
tica biblia de la músi- innumerable legión.
ca barroca durante Los Concerti de Co-
décadas. La colec- relli han sido profusa-
ción sólo se publicó mente grabados, y
en Amsterdam en existen en el mercado
1714, en la imprenta muchos CDs excelen-
de Estienne Roger, un tes a cargo de grupos
año después de la historicistas. El Ales-
muerte de Corelli, sandro Stradella Con-
que durante lustros, sort, joven conjunto
aún en la cresta de su historicista italiano di-
fama y presa de un rigido por Estevan Ve- ETIENNE OZI
obsesivo perfeccio- lardi, propone una (1754-1813)
6 Grandes Sonatas del
nismo, se negó a nueva lectura de las Nuevo Método de Fagot
publicarlos. De ello obras. De entrada no París, 1803
da crédito el compositor austriaco Georg deja de asombrar el empeño, porque hay Danny Bond (fagot)
Richte van der Meer (violoncello)
Muffat, que afirma haber escuchado los que tener grandes dosis de arrojo para ACCENT
celebérrimos Concerti Grossi corellianos atreverse a abordar de nuevo un reperto- Ref.: ACC 20142 (1 CD) D2
en una fecha tan temprana como 1682. rio tan trabajado. Y desde luego para
Todo indica que, efectivamente, Corelli se hacerlo hay que tener algo nuevo que
pasó largas décadas revisando en Roma decir y que aportar a las versiones ya exis-
una y otra vez sus concerti, y que final- tentes. Y ciertamente es éste el caso de la
mente hubo que esperar a su propia grabación que nos ocupa. La razón fun-
muerte para verlos publicados, gracias al damental de ello tiene un nombre propio,
empeño de su discípulo predilecto y tam- el del primer violinista del grupo, el sen-
bíen íntimo amigo Mateo Fornari, a quien sacional Fabrizio Cipriani, joven pero ya
Corelli dejó en testamento su colección experimentado artista del violín barroco
de violines, parte de sus cuadros y los que vuelve a dar una lección de suntuosi-
derechos para publicar póstumamente la dad ornamental. Así encontramos la línea
ansiada Op. VI. Los Concerti Grossi de principal de los conciertos enriquecida y
Corelli son la cristalización primorosa de embellecida por Cipriani, que canta su
toda la tradición concertante de la músi- parte con lirismo, elegancia y expresión
ca barroca italiana. Con ellos se constitu- brillante, haciendo gala de un conoci-
yó un género legendario -probablemente miento estilístico excepcional, porque sus
inaugurado por Alessandro Stradella- que adornos, más allá del puro ornato, son
pasaría a ser la referencia de la música frecuentemente melódicos, sobre todo en
instrumental en los albores de 1700. El los movimientos lentos, ofreciendo autén-
Concierto Grosso es ante todo una insti- ticas frases y cadencias moldeadas con el
tución puramente romana, y se caracteri- más agudo sentido estético del repertorio.
zaba por el empleo de un concertino - A ello se suman unas condiciones técni-
grupo de solistas que comprende dos vio- cas exquisitas, con un fraseo ágil, fluido y
lines, violonchelo y bajo continuo- y de articulado, y una emisión de sonida tersa
un ripieno o tutti -el que formaba el resto y expresiva. El resto del conjunto, con
de la orquesta, tambien llamada a su vez mención especial para el segundo violín
concerto grosso, que comprendía las cua- tocado tanto por Enrico Casazza como
tro partes de rigor con su bajo continuo por Ricardo Minassi, raya también a un
incluido-, que dialogaban y se contrasta- muy alto nivel, apoyando sobriamente la
ban entre sí. En realidad este esquema labor de Cipriani. El conjunto suena bri-
viene a ser una especie de sonata en trío llante -se ha usado una amplia plantilla
amplificada a un gran conjunto, todavía de cuerdas, a la manera de la original
alejado de la futura irrupción de la figura orquesta romana de Corelli- y con gran GIOVANNI PIERLUIGI
del solista que popularizarían Torelli, claridad de líneas, robustamente cimenta- DA PALESTRINA
Albinoni y Vivaldi años más tarde. En do por un rico bajo continuo que incluye (1525-1594)
Missae ex Jacquet de Mantua
cualquier caso suponen un paradigma de órgano, clave y archilaúdes. Sonido que (Vol. II)
música concertante instrumental, y en nos sitúa en la eterna ciudad barroca. Delitiae Musicae
Dir.: Marco Longhini
ellos se encierra toda la sabiduría core- STRADIVARIUS
lliana de las triosonatas, llevada ahora a Ref.: STR 33478 (1 CD) D2
la orquesta. Así hallamos una sustancia Pablo Queipo de Llano Ocaña
musical portentosa, cincelada con una
magistral fluidez contrapuntística y una A. CORELLI: 12 Concerti grossi, op. 6 / Fabrizio
Cipriani (violín) / Alessandro Stradella Consort. Dir.:
plasticidad melódica memorable, ilustra- Estevan Velardi / DYNAMIC / Ref.: CDS 299/1-2 (2
tiva de un concepto compositivo sensual CD) D2 x 2

(6)
Enrico Gatti y el Ensemble Aurora acometen para ARCANA la Ofrenda musical de J.S. Bach

Los sentidos primero


« Nihil est in intellectu quod prius non fuit
in sensu»: Nada en el entendimiento
que antes no pasara por los sentidos. El viejo
axioma escolástico podría muy bien servir
mucho las cosas, al contar con el trío que ha
de tañer obbligato la Sonata «Sopr’Il
Soggetto Reale» (flauta, violín y bajo) y a
cuyos solistas puede hacerse intervenir en
mismo la
toma de
sonido -
de una
como divisa a esta nueva propuesta de la ricercares y cánones a conveniencia, de presen-
bachiana Ofrenda musical que nos llega de acuerdo con la sobriedad o diversidad que cia fuera
manos italianas a través de sello francés. El se desee dosificar. Nuestros músicos del de lo co-
latinajo, a fin de cuentas, apenas desentona- Ensemble Aurora se inclinan por la segunda. mún, por
ría en el contexto de una partitura de por sí El inicial «Ricercar a 3 voces» se deja para lo de-
rebosante de culta latiniparla y encabezada el clave, a modo de aperitivo, si bien en el más-, todo concurre sin tregua a destacarle.
por un acróstico que reza: Regis Iussu grande, a 6, el teclado asume las tres líneas El Bach que de ello resulta es, desde luego,
Cantio Et Reliqua Canonica Arte Resoluta intermedias, quedando el resto repartido italianizante, muy extravertido, a expensas
(RICERCAR). entre los instrumentos disponibles, con dis- incluso de una Sonata que pierde así algo de
La arribada de los intérpretes meridiona- tintas combinaciones reservadas para los su felina galantería. Y lo mismo en los com-
les de las últimas promociones a los sober- cánones sueltos. El orden de sucesión es, plementos, la Sonata BWV 1021 (para violín
bios edificios teórico-musicales del viejo por cierto, el ya convenido a partir del estu- y continuo) y el Trío BWV 1038 (para flauta
Bach ha significado la irrupción de la sen- dio de Ursula Kirkendale (1980), que se y violín discordato), páginas las dos escritas
sualidad en un reducto que parecía inex- ajusta a las disposiciones de la Oratoria de sobre una idéntica línea de bajo, apócrifas o
pugnable. Pienso en la lectura de El Arte de Quintiliano, después de todo no tan alejado semi-apócrifas, mas cuán agradecidas.
la Fuga a cargo del Concerto Italiano de del de la edición tradicional. Esta Ofrenda es, a no dudar, la más deci-
Alessandrini (Opus 111): su instrumentario La versión tiene un protagonista indiscu- didamente sensual que la discografía haya
barroco (en el que no faltaba fagot, ni oboes tible: Enrico Gatti, maestro di concerto y registrado hasta la fecha. Ahí reside su apor-
d’amore ni da caccia) revistió de un colori- alma del grupo reunido a su alrededor. Sus tación. (Pronto habrá que ver qué nos depa-
do insospechado el gran monumento abs- colaboradores, jóvenes como él, no es que ra Savall al respecto.)
tracto, aun cuando desde el punto de vista sean, ni muchísimo menos, irrelevantes: el
filológico se dé por ya establecida clave ágil y elocuente de Guido Morini, el Jesús S. Villasol
(Leonhardt) la atribución de la obra exclusi- violonchelo expresivo de Gaetano Nasillo,
vamente para tecla. Moraleja: ni siquiera la el -más discreto- traverso de un segundo
apoteosis del contrapunto está reñida con hermano Gatti, Marcello. Pero la personali- J.S. BACH: Una ofrenda musical / Sonata para violín en
sol mayor, BWV 1021; Triosonata en sol mayor, BWV
una fiesta sensorial. dad del violinista, la luminosidad y el 1038 / Ensemble Aurora. Dir.: Enrico Gatti / ARCANA /
El caso de la Ofrenda musical simplifica esplendor, la suculencia de su timbre, y asi- Ref.: A 306 (1 CD) D2

Gaetano Nasillo presenta en SYMPHONIA las 6 Sonatas para cello, op. V, de Francesco Geminiani

Violonchelo furibundo
P or lo general, la no
cuantiosa producción
barroca para violonche-
lo solo suele ser compensada
plo, la inestable efusión lírica del tercer movimiento de la Sonata V
y la intensidad interrogativa de los silencios (tercer movimiento de
la Sonata VI). Además, Geminiani investiga a fondo las posibilida-
des expresivas del violonchelo. Respecto a Vivaldi, revela una pos-
por un elevado grado de cali- tura menos espectacular y virtuosística, proyectando al violonche-
dad. Las seis Sonatas para lo hacia una sensibilidad más introvertida y pasional (lo cual no le
violonchelo y bajo continuo impidió publicar más tarde una versión para violín, sin duda por
op.5 de Geminiani, editadas razones comerciales). No obstante, estas obras requieren del intér-
en 1747, representan uno de prete un dominio técnico superlativo. No en vano, Germiniani fue
los fundamentos del género apodado por sus contemporáneos «Il furibondo», debido a la ener-
por originalidad de inspiración y concepto. Obra de madurez, en gía devastadora que sabía infundir a sus interpretaciones. Un eco
ella se consume un definitivo alejamiento del estilo corelliano, que de su endiablado vigor se puede encontrar en el último movimien-
había marcado de forma decisiva el lenguaje juvenil de Geminiani. to de la Sonata III en los acordes y los golpes de arco del final.
Tal vez haya sido ésta una de las razones del fallido éxito de la La interpretación de Gaetano Nasillo es todo un acierto. Su vio-
colección. Aunque la articulación en cuatro movimientos propia lonchelo Barak Norman de 1710 responde con acierto a los múlti-
de la sonata de iglesia parece revelar una orientación hacia el pasa- ples matices diseminados a lo largo de la partitura. Brillante en los
do, el compositor muestra un significativo acercamiento hacia la movimientos rápidos y expresivo en los tiempos lentos, Nasillo
estética galante. En particular, Geminiani parece anticipar algunos ofrece una lectura apasionada y esclarecedora de estas piezas,
aspectos del estilo Empfindsamkeit, como declaran los sollozos (en convirtiéndolas en espejos de la sensibilidad atormentada del com-
forma de fraseos, ornamentaciones y tensiones armónicas) que positor. Al buen éxito de la versión contribuye también de forma
abren la Sonata I. Las calculadas arquitecturas corellianas ceden decisiva el clavecinista Jesper Christensen. Sus investigaciones
ante una confesión sentimental y subjetiva más libre. Un cambio acerca de la realización del bajo continuo abrieron hace años nue-
de actitud que se percibe en las palabras con las que Geminiani vos caminos. Lejos de ser un simple complemento armónico, sus
abría su célebre tratado El arte de tocar el violín: «La intención de intervenciones al clave enriquecen las texturas y establecen un diá-
la música no es tan sólo la de complacer al oído, sino la de expre- logo constante con el violonchelo, proclamando un papel activo y
sar sentimientos, despertar la imaginación, estimular la mente y creativo incluso para el acompañante. Escuchen el enlace que el
suscitar las pasiones». clave realiza entre el segundo y tercer movimiento de la Sonata II,
Geminiani lleva a cabo esta inmersión en lo subjetivo a través al igual que entre el Allegro moderato y el patético Adagio de la
de una poética que explota las virtudes expresivas de las frases irre- Sonata V. Ante semejante libertad, Geminiani Il furibondo hubiera
gulares y las contraposiciones bruscas, las estructuras entrecruza- sin duda asentido.
das, de forma parecida a las arquitecturas enmarañadas de
Piranesi. Un caso extremo es la indefinible Sonata IV. El primer, ter- S.R.
cero y cuarto movimiento no superan el minuto de duración, mien-
tras que el segundo es un amplio y rapsódico Allegro moderato, de F.S. GEMINIANI: 6 Sonatas para violoncello y bajo continuo, op. V - 1746 / Gaetano
Nasillo y Tobias Bonz (cello); Jesper Christensen (clave) / SYMPHONIA / Ref.: SY
imprevisible desarrollo. A ello podrían añadirse, a título de ejem- 00182 (1 CD) D2 [-20% de descuento (precio especial de lanzamiento)]

(7)
Interesante versión de Clori, Tirsi e Fileno (HWV 96), de G.F. Haendel (1685-1759) en NCA.

Pastores enamorados: dos para una...


H aendel compuso Clori, Tirsi e Fileno -o si se quiere, Cor
fedele in vano speri, primer verso por el que está cataloga-
da- en Roma, a principios del otoño de 1707, poco antes de
emprender viaje a Florencia para estrenar su ópera Rodrigo. Es la
Unos ejemplos: la tierna confesión de Cloris «Amo Tirsi» o su des-
pechada «Barbaro! tu non credi», con una admirable intervención
del violín obligado; la cautivadora «Un sospiretto» o «Tra le fere»,
en que Tirsis expresa su rabia mediante una atrevida coloratura; y
más extensa, una de las de instrumenta- las de Fileno «Son come quel nocchie-
ción más compleja y la más operística - ro», sostenida por una onomatopéyica
hasta comienza con una obertura france- combinación de violas y flautas, o
sa- de su producción. Su destinatario era, «Come la rondinella», con una insólita y
como en tantos otros casos, el marqués hermosa intervención del archilaúd.
Ruspoli, pero se desconoce la ocasión - Naturalmente, reaparecerán más tarde,
aparentemente, especial, a juzgar por el con o sin retoques, en otras obras londi-
número y calidad de los intérpretes que nenses (en seis, nada menos, «Come la
precisa- para la que fue concebida. rondinella»).
El texto, anónimo, desarrolla una típi- A la versión de McGegan, única en la
ca historia de la Arcadia: la ninfa Cloris discografía desde 1990, vino a sumarse
(soprano) es cortejada por los pastores en 1997 esta otra dirigida por Wolfgang
Tirsis (también soprano) y Fileno (con- Katschner que ahora, con cierto retraso,
tralto) y aunque ama al primero, se entre- llega al mercado español. Es una versión
tiene dando también esperanzas al otro recogida y detallista, en la que los solis-
hasta que, descubierto su juego, se pro- tas vocales cumplen eficazmente con su
duce la alianza de ambos contra la capri- cometido, destacando la soprano Suzie
chosa dama. En una primera versión Le Blanc y el sopranista Jörg Waschinski,
concluía con un cínico y misógino dúo arropados por un grupo instrumental,
de los varones, luego sustituido por un Lautten Compagney, de excelente nivel
trío menos significado. La música evi- técnico y artístico y que realiza un varia-
dencia la rápida y profunda italianización del compositor y, más do y muy atractivo bajo continuo en el que desempeñan un papel
aún, su instinto teatral, su talento para la caracterización de los per- fundamental los instrumentos de cuerda pulsada.
sonajes, a los que enfrentaba alternativamente en tres dúos de dis-
tinta condición -aunque finalmente, como hemos dicho, suprimió Mariano Acero Ruilópez
el tercero- y su maestría para tejer imaginativos acompañamientos
instrumentales -herencia de Keiser, del que se encuentran otras G.F. HAENDEL: Clori, Tirsi e Fileno (Cantata a tres voces), HWV 96 / Le Blanc,
Waschinski, Cordier / Lautten Compagney. Dir.: Wolfgang Katschner / NCA / Ref.: MA
huellas en la partitura-. Y cuenta con arias brillantes que figuran 9705828 (1 CD) D2
con todo merecimiento entre lo mejor de su producción italiana.

Amore doppio, serenata de Giovanni Bononcini (1670-1747), en NCA

...y uno para dos


¡ Ay, qué cosas les pasaban a los pastores y ninfas arcádicos! Los
pobres siempre andaban penando. Por una cosa o la inversa. El
caso era sufrir y sufrir de amores. Si ahí al lado una doncella,
inmisericorde, castigaba a dos mozalbetes que bebían los vientos
mientos de unos personajes que en sus manos rezuman humani-
dad, construyendo, con la elegancia y encanto que serían su sello
característico, una obra coherente y compacta, con muy expresivos
recitativos y bellas y conmovedoras arias que llegan directamente
por ella, aquí es un mancebo, Aminta, el al alma del oyente.
que ama con idéntico ardor a dos dami- El equipo que da vida a esta serenata à
selas, Filis y Doris. Tanto, que le resulta tre es muy similar al del registro anterior.
imposible atender sus requerimientos El grupo instrumental berlinés Lautten
para que elija a una... y al final se queda Compagney vuelve a deleitarnos en
solo. Dio forma literaria a este argumento todas sus intervenciones, sin olvidar el
con sus gotitas de reflexión filosófica imaginativo bajo continuo -delicioso,
acerca de cómo la idea de amor puede por ejemplo, en «Ti veggio in seno»-, y
trascender al amor concreto el famoso las sopranos Suzie Le Blanc y Ursula
libretista Silvio Stampiglia. Y le puso Fiedler constituyen lo mejor del aparta-
música, en 1694, Giovanni Bononcini. La do vocal. Ambos discos -el anteriormen-
serenata se interpretó en los salones del te reseñado y éste de aquí- proporcionan
romano palazzo Colonna, al servicio de una buena ocasión para contrastar, con
cuyo aristocrático titular se encontraban dos obras de juventud similares por
ambos. estructura y características y muy pareja-
Formalmente, en nada se diferencia de mente interpretadas, los distintos estilos
una cantata extensa: los tres protagonis- que apuntaban -que habían desarrollado
tas, dos sopranos (Filis y Doris) y un con- ya, más bien- quienes en plena madurez
tralto (Aminta) presentan sus argumentos serían en Londres y en el seno de la
en una serie de recitativos y arias que Royal Academy of Music, compañeros y
ofrece al compositor la posibilidad de analizar sus reacciones y rivales. Tomando partido, si quieren. Pero, eso sí, disfrutando de lo
evolución como si de una ópera en miniatura se tratara. Incluso es que se oye, que ahí al lado, y también aquí, hay sobrada materia
posible que su representación fuera acompañada de algún esbozo para ello.
de acción escénica o, al menos, de unos pasos de ballet, como
sugiere una breve danza de ninfas intercalada entre los números M.A.R.
vocales. Y el joven Bononcini, que, como Haendel, era ante todo
un hombre de teatro, dejó en ella constancia de su gran inventiva G.B. BONONCINI: Amore doppio [Serenata a tre] / Suzie Le Blanc, Ursula Fiedler
(sopranos); Axel Köhler (contralto) / Lautten Compagney. Dir.: Wolfgang Katschner /
melódica y de su habilidad para expresar musicalmente los senti- NCA / Ref.: MA 9606820 (1 CD) D2

(8)
Peculiar Pasión según San Mateo, Sextetos y tríos para conjunto de vientos del compositor
de G.P. Telemann (1681-1767), en NCA bohemio Franz Krommer (1759- 1831), en GLOSSA

De Hamburgo Luces de Bohemia


a Danzig
E
n la larga lista de Pasiones surgidas de la prolí-
fica pluma de Telemann -desgraciadamente, no
todas conservadas- las había, por extensión y
N o fue hasta 1795 cuando el
bohemio Franz Krommer,
después de haber ocupado
distintos puestos como profesor de
El perfecto equilibrio sonoro de
estas obras, su cautivadora riqueza
tímbrica y armónica, su desbordante
luminosidad y la belleza intrínseca,
carácter, de muy diverso tipo. Pero hay una, sólo música, organista y violinista en especialmente acusadas en sus
recientemente descubierta y catalogada como TWV algunas cortes de poca importancia movimientos lentos y de marcado
5:53, que se singulariza en el conjunto. La compu- de su Bohemia natal, se instalaba carácter bucólico, como el bello
so en 1754, es decir, cuando contaba, como se pre- definitivamente en Viena (primero Adagio del Sexteto en do menor, o el
ocupó de hacer constar en el manuscrito, 73 años como intérprete, y después
de edad. como músico al servicio de
No la con- la Corte Imperial), a la sazón
cibió para el centro musical por exce-
ser inter- lencia de la Europa ilustrada
pretada en de finales del siglo XVIII. El
ninguna de ambiente musical que por
las iglesias aquellos años se vivía en la
de Ham- capital austríaca era, quizá,
burgo, sino el más propicio para un
en la de músico como Krommer,
San Juan excelentemente dotado para
de Danzig- las composiciones de con-
Gdansk, juntos de viento que tan de
siendo la moda se habían puesto entre
única que, los sectores de la más alta
d e s d e aristocracia y burguesía del
1721, es- Imperio tras la creación en
cribió para 1782 por parte del ilustrado empera- segundo movimiento del Sexteto en
una ciudad distinta a la de su residencia. Cumplía dor José II de la Kaiserlich Königlich mi bemol mayor -Romanze,
un encargo realizado probablemente por un viejo Harmonie, una excelente formación Andantino- hacen de la música de
colega y amigo, organista en la ciudad báltica, de ocho instrumentos de viento Krommer una verdadera delicia
debiendo adaptar su estructura a las costumbres allí compuesta por dos oboes, dos clari- musical para el oído. A todo ello hay
imperantes: el texto sería, necesariamente, el del netes, dos trompas y dos fagotes, que añadir el uso de instrumentos
evangelista Mateo, y no había de contener más que lograría elevar el repertorio de originales por parte del conjunto
comentarios poéticos intercalados que los tradicio- vientos, hasta entonces ciertamente Nachtmusique que dirige el clarine-
nales corales inspirados en el propio evangelio y minoritario y reducido a unos cuan- tista Eric Hoeprich, viejo conocido
ligados a la participación de los fieles. Tenemos, tos compositores de origen checo, de todos los asiduos de GLOSSA.
pues, una Pasión sin arias y con un elevadísimo hasta las más altas cimas, llegando a Los resultados obtenidos por esta
número de corales (treinta y cuatro), es decir, con igualar en prestigio y en calidad al formación historicista evidencian,
un carácter estrictamente litúrgico. Pero no por ello camerístico cuarteto de cuerdas, una vez más, que la utilización de
es menos interesante. El genio de Telemann, su piedra de toque para cualquier instrumentos de época, cuando son
enorme capacidad para expresar musicalmente el músico que quisiera prosperar como sabiamente utilizados, permite obte-
sentido de los textos, que J. A. Scheibe elogiara con compositor en alguna de las ciuda- ner unas sonoridades más nítidas y
entusiasmo, se manifiesta cumplidamente en el tra- des o cortes de la Europa de finales cristalinas en las que se dan cita de
tamiento dado al relato evangélico -en parte, toma- del antiguo régimen. manera brillante una amplia varie-
do de otra Pasión cuatro años anterior- que, desde Las obras aquí presentadas -tres dad de timbres y colores que a su
la doliente sinfonía inicial hasta el fúnebre coral sextetos (en las ediciones originales vez despliegan una expresividad
entonado tras el entierro de Cristo, aparece esmal- aparecen como Partitas) para dos que se nos antoja mucho más acusa-
tado de una llamativa variedad de formas (recitati- clarinetes, dos trompas y dos fago- da, y en todo caso más refinada y
vos secos y acompañados, ariosos, dúos, coros...), tes, un sorprendente trío para dos auténtica, que la obtenida con los
ritmos, acrobacias vocales y otros efectos retóricos, clarinetes y viola, y un insólito y instrumentos actuales. Si además
conformando una obra bellísima y de una expresi- bellísimo trío de clarinetes-, todas de señalamos que la calidad sonora de
vidad y profundidad sorprendentes. Cualidades que difícil datación, responden perfecta- la grabación responde a lo que
son convenientemente resaltadas en esta grabación mente a las inquietudes de la vida GLOSSA nos tiene acostumbrados
que dirige el húngaro Pál Németh a un amplio equi- musical vienesa de aquellos años en todos sus lanzamientos -es decir,
po en el que no falta su solvente conjunto instru- aunque, sin duda, ofrecen ya ele- un sonido cercano y natural que
mental Capella Savaria y en el que los principales mentos de novedad con respecto a transmite la música en toda su inte-
papeles corresponden al tenor Martin Klietmann lo que se había venido escribiendo gridad- y también destacamos una
(Evangelista) y al siempre eficaz bajo Klaus Mertens hasta entonces, como unas nada presentación verdaderamente atrac-
(Jesús), acompañados por dos agrupaciones corales habituales combinaciones instru- tiva que es norma habitual de la
de Halle muy eficientes en sus múltiples interven- mentales, el abandono de la forma casa, terminaremos por asegurar que
ciones colectivas, pero cuyos solistas muestran cier- sonata en varios de sus movimien- estamos ante un CD soberbio que
tos altibajos al asumir los personajes secundarios tos, la tendencia, en ocasiones, a las todo aficionado a la música culta
del drama de la Pasión. Una grabación interesante sonoridades sombrías (sexteto en do debería poseer en su discoteca.
y un magnífico documento ilustrativo de la varie- menor), un particular estilo contra-
dad que podía adoptar la Pasión luterana barroca. puntístico o unos recursos rítmicos y F.P.C.G.
armónicos propios que Krommer
utiliza magistralmente y que pueden
ser extensibles a todas sus composi- F. KROMMER: 3 Partitas en mi bemol mayor,
M.A.R. do menor y mi bemol mayor; 5 Tríos para 2
ciones camerísticas, ya sean para clarinetes y viola; Variaciones sobre un tema
G.P. TELEMANN: Pasión según San Mateo, 1754 / Klietmann, instrumentos de viento o para cuer- de Pleyel / Nachtmusique / GLOSSA / Ref.:
Mertens / Capella Savaria. Dir.: Pál Németh / NCA / MA 9503806 GCD 920604 (1 CD) D2
das.
(1 CD) D2

(9)
Los tríos de cuerda Op. 2 de Hyacinthe Jadin El Encuentro Internacional de órgano barroco en Europa de ÁLABE
(1776-1800) por Les Adieux, en NCA reúne obras de diversos compositores españoles y portugueses

Morir a las puertas Ecos en lo profundo del ser


de la gloria E
l I Encuentro Internacional de Órgano Barroco en Europa celebrado en la
localidad vallisoletana de Medina de Rioseco congregó durante el verano
de 1999 a algunos de los más destacados instrumentistas. Tres gozosas jor-
nadas que habrían sido irrealizables sin el patrocinio de la Fundación Juan

E
l activo sello alemán NCA (New Classical
Adventure), recientemente incorporado al ya March y del Proyecto Almirante.
Juan Bautista Cabanilles (1644-1712) inicia la grabación con su Tiento
extenso catálogo diverdiano, nos presenta una
Lleno 5º tono por B cuadrado, de gran originalidad y acabamiento: intervalos
interesante novedad: los 3 Tríos para cuerda Op. 2 de
melódicos, contrapunto ornamentado y vigorosos toques de batalla. La apli-
Hyacinthe Jadin, grabación que sin ningún género de
cación con profusión del medio registro y
dudas es reveladora del buen gusto y de los atractivos
los tientos de falsas le harían obtener una
y sugerentes programas que a buen seguro nos brinda- considerable reputación en Francia e Italia.
rá en un futuro muy próximo. El maestro valenciano cosechó un estilo
Grabar obras camerísticas de un compositor como que podría denominarse como una visión
Hyacinthe Jadin, indispensable para entender la músi- personal más cercana al Renacimiento que
ca francesa durante el al nuevo período barroco, y con el Tiento
período revoluciona- de primer tono de mano derecha y al
rio, y prácticamente medio a dos tiples se manifiesta quien fuera
olvidado por las dis- organista de la Colegiata de Daroca, Pablo
cográficas (apenas un Bruna (1611-1679). Inflexiones de tipo cro-
par de compactos mático y una exacerbada fantasía en la
hacen justicia a este figuración definen esta pieza del aragonés.
músico muerto de José Ximénez (ca.1610-1672) y Otra
tuberculosis cuando Batalla de Sexto Tono evocan capítulos de
tan sólo contaba con combate y esplendor durante los siglos XVII
24 años de edad), nos y XVIII con compases homofónicos e imita-
ponen de manifiesto tivos, para luego dar paso a Sebastián
el largo camino que Aguilera de Heredia (1561-1627), organista
todavía queda por en la catedral de Huesca y en la Seo de
recorrer en el redes- Zaragoza. Está considerado como el máxi-
cubrimiento y la difu- mo sucesor de Antonio de Cabezón, y su
sión de los músicos olvidados, indispensables para Segundo tiento de falsas de 4º tono lo evi-
entender y comprender en todos su frentes y dimen- dencia.
ciones la música europea del siglo XVIII. Representante de acordes dilatados y
La apuesta de NCA y Les Adieux por Jadin resulta, repeticiones secuenciales es, sin lugar a
sin duda, estimulante, y en todo caso, verdaderamente dudas, el portugués Fr. Diego da
gratificante. Los tres Tríos para cuerda (violín, viola y Conceiçao, quien nos otorga la Batalha do
violonchelo) Op. 2, dedicados a su amigo el célebre 5º tom y Meio registo do 2º tom acidental.
violinista Rodolphe Kreutzer, demuestran que Jadin, a De Frei Jacinto do Sacramento, por su
pesar de su juventud, era ya un compositor maduro parte, se conservan exclusivamente dos
que había sabido asimilar y desarrolar con estilo pro- tocatas, de una de las cuales, escrita en la tonalidad de re menor, podremos
pio las últimas corrientes, no sólo de la música france- disfutar aquí.
sa de finales del XVIII, sino también de los maestros La obra clavecinística de José Antonio Carlos de Seixas (1704-1742) marcó
más renombrados del viejo continente como Joseph fundamentalmente su producción musical, pero no es por ello menos merece-
Haydn, al que, en un acto de abierta admiración y sin- dora de elogios su trayectoria al órgano, ya que estuvo al servicio de la cate-
cera gratitud, dedicó su primera colección de tríos para dral de Coimbra y de la Capilla Real. Su Sonata en do mayor es una composi-
cuerda. ción de motivos desiguales y cantables.
La obra camerística de Jadin presenta muchos de los Catedrales como la de Toledo, Burgos y su Bilbao natal acogieron a Joaquín
valores expresivos que despuntarían decenios más de Oxinaga (1719-1789), quien llegó posteriormente a la Capilla Real de
tarde; la predilección por las atmósferas sombrías y Madrid. Intento en mi menor constituye una obra de suprema categoría: vive-
brumosas, patentes en el primer movimiento, Allegro za y naturalidad en el tratamiento de las figuras ascendentes y descendentes.
moderato, del Trío número 1, en el Adagio del número En cuanto a José Elías (1678-1755), se desconoce si fue alumno de Cabanilles,
3, y en el nerviosismo frenético del Finale-Allegro del pero es sabido que estudió su música, y el mismísimo Antonio Soler le lison-
primer trío, que nos evidencian la maestría de un joven jeó en su escrito Reparos precisos. El Preludio en re que da fin al disco es una
compositor que enlaza magistralmente los últimos mezcolanza de virtuosismo, repetición e influencias italianas. Por lo que se
momentos del Clasicismo con las primeras manifesta- refiere a la interpretación, Soledad Mendive y Antonio Duarte desentrañan con
rigurosidad y sentido de la estética los sonidos del órgano de la iglesia de Santa
ciones del moviento musical romántico.
María de Mediavilla.
El conjunto camerístico Les Adieux, formación his-
Por fin, merece una breve mención la veloz salida al mercado del segundo
toricista de reconocida solvencia técnica y especializa-
volumen de la serie de «Música sinfónica para órgano» del sello sueco BIS,
da en la música de cámara de la segunda mitad del
cuyo compacto inicial tuve ocasión de comentar en el boletín del mes de
siglo XVIII, que eleva o reduce el número de sus miem- marzo. En esta ocasión, autores tan dispares como Ottorino Respighi,
bros según las exigencias de la partitura, realiza unas Vincenzo Bellini, Charles Gounod, Bedrich Smetana o Edward Elgar resucita-
soberbias y rigurosas lecturas donde la claridad de rán gracias al cameleónico Hans-Ola Ericsson.
líneas y el estricto equilibrio formal de estas joyas Jaime Arroyo Moya
musicales, profundamente clásico, se nos expresa con
toda la intensidad, profunda emoción y necesario res- ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ÓRGANO BARROCO EN EUROPA - Obras de Cabanilles,
peto que las obras de este joven talento, muerto a las Bruna, Aguilera de Heredia, Seixas, Oxinaga, Elías, etc. / Soledad Mendive y Antonio Duarte (órga-
no) / ÁLABE / Ref.: CD 1034 (1 CD) D2
puertas de la gloria terrenal, deberían haber recibido
hace ya bastante tiempo. MÚSICA SINFÓNICA PARA ÓRGANO (Vol. 2) - O. RESPIGHI: 3 Preludios - C. GOUNOD:
Offertoire - V. BELLINI: Sonata para órgano en sol mayor - B. SMETANA: 6 Preludios - Sir E. ELGAR:
Vesper Voluntaries, op. 14 / Hans-Ola Ericsson (órgano) / BIS / Ref.: BIS 1102 (1 CD) D2
F.P.C.G.
También disponible:
H. JADIN: 3 Tríos para cuerda, op. 2 / Ensemble Les Adieux / NCA / MÚSICA SINFÓNICA PARA ÓRGANO (Vol. 1) - J. SIBELIUS: Intrada; Surusoitto; 2 Piezas de la
Ref.: MA 9912846 (1 CD) D2 Música ritual masónica - A. DVORÁK: 8 Preludios y fugas - A. GLAZUNOV: Preludio y Fuga en re
mayor; Preludio y Fuga en re menor; Fantasía / Hans-Ola Ericsson (órgano) / BIS / Ref.: BIS 1101 (1
CD) D2

( 10 )
VERSO presenta en su segundo disco -La música extremada- una antología de páginas organísticas españolas

Las cosas bien hechas


¡ Qué buen disco trae como segunda entrega el nuevo sello español VERSO! Si la primera, que mereció un elogioso comentario de
Pablo Queipo de Llano, recogía sinfonías de Antonio Caldara, ahora presenta una antología de música española para órgano magní-
ficamente interpretada por Carlos García-Bernalt en el instrumento de la capilla de San Jerónimo de la Universidad de Salamanca. Se
trata de un órgano construido a principios del siglo XVIII por el eibarrés afincado en
Madrid Pedro Liborna Echevarría, escrupulosamente restaurado no hace mucho y de
cuyas vicisitudes históricas se da cumplida cuenta en un extenso y documentado artí-
culo del folleto, firmado por Ricardo García-Bernalt. Un órgano de espléndida sonori-
dad, plenamente representativo de la tradición española y, por lo tanto, ideal para ser-
vir el repertorio elegido, que se extiende cronológicamente a lo largo de tres siglos, del
XV al XVIII. Procurando variedad y representatividad, tienen en él cabida unas pocas
transcripciones -brillante, el «Propiñán de Melyor» de la Colombina; imponentes, las
glosas sobre «Triste España»-, aunque el grueso, lógicamente, está reservado a la litera-
tura genérica para tecla y específica para órgano, con una buena muestra de los tan
característicos tientos. Y así, desfilan ante nosotros los nombres, algunos de ellos excel-
sos, de Antonio de Cabezón, Francisco Correa de Arauxo, Juan Bautista Cavanilles,
Bernardo Clavijo del Castillo, Gerónimo de Pedraza y Diego Jaraba, incorporando tam-
bién algunos hermosos ejemplos de las recopilaciones de fray Antonio Martín y Coll -
habrá, no obstante, quien discuta la inclusión del fandango atribuido a José de Nebra-
y terminando la selección con dos breves sonatas de sabor galante-clásico de los ilus-
trados Joaquín Oxinaga y José Larrañaga. El organista salmantino Carlos García-Bernalt,
que se identifica íntimamente con el reportorio y conoce el instrumento que tañe como
propio, lleva a cabo una interpretación alternativamente vibrante y serena, solemne y
recogida, severa y festiva, según el carácter de las piezas, pero siempre con un sentimiento que logra transmitir al oyente. Y para termi-
nar de hacer bien las cosas, el registro tiene una muy buena toma de sonido y se ha cuidado al máximo el folleto informativo.
¿Resumimos? Es éste un disco que por el repertorio, el instrumento y la interpretación; por el folleto y las características técnicas; por tra-
tarse de un sello español relacionado, además, con una institución de investigación musicológica -no son, pues, pocas las razones-debe-
ría tener un sitio reservado en los estantes de todo buen melómano.

M.A.R.
LA MÚSICA EXTREMADA - Música española para tecla de los siglos XV al XVIII - Obras de Cabanilles, De Cabezón, Del Encina, Correa de Arauxo, De Nebra, Larrañaga, etc.
/ Carlos García-Bernalt (órgano de la Real Capilla de San Jerónimo de la Universidad de Salamanca) / VERSO / Ref.: VRS 2002 (1 CD) D2 (-15% de descuento) [Oferta especial
de lanzamiento]

Una nueva referencia ARCANA añade dos CDs a la integral cuartetística de Haydn por el Festetics

Clasicismo en plenitud
E
l Cuarteto Festetics, com-
puesto por músicos mag-
yares, continúa con su
integral cuartetística
Haydn, sin duda uno de los
de
no al que muy pocos conjuntos pueden acceder. Porque estos cua-
tro músicos -István Kertész (hijo del que fuera célebre director de
orquesta de igual nombre), Erika Petöfi, Péter Ligeti, Rezsö Pertorini-
, que se desenvuelven en instrumentos de época, no solamente
poseen ese dominio sino que saben cantar con propiedad -como se
monumentos más asombrosos aprecia en los movimientos lentos-, atacar con limpieza y jugar a
de la producción de cámara voluntad con las dinámicas a fin de obtener así un discurso plagado
de todos los tiempos. Un de accidentes y dar cumplimiento a lo que piden las composiciones.
tótum único en la especiali- Es ejemplar, y aún más por el tipo de instrumental empleado, la afi-
dad, por la cantidad y la cali- nación, uno de los caballos de batalla de las interpretaciones histó-
dad. Tras las op. 9, 75, 76 y ricas. Cuando se escuchan estas obras con tal exactitud tonal y con
77, la magnífica agrupación esa tímbrica tan sui géneris, con el diapasón impuesto en la época,
brinda ahora, de la mano de ARCANA, las seis obras de la op. 50, la verdad es que uno no puede sino aplaudir; en tal momento echa
de 1787, que suponen el punto en el que Haydn alcanza ya por poco de menos las espléndidas -y numerosas- interpretaciones con
completo la perfección dentro de la forma. Ningún obsequio podría instrumentos modernos y de acuerdo con las técnicas de afinación
haber satisfecho más a Federico Guillermo II de Prusia que este cua- posteriores. Creemos que la expresión haydniana, el clasicismo
derno, un anticipo del que un par de años más tarde recibiría de pleno que representan estos seis cuartetos, están perfectamente
Mozart (Cuartetos Prusianos K 575, 589-590). La dedicatoria estaría dados en esta versión. Los Festetics han llegado incluso en determi-
en entredicho por la lentitud de Artaria, el editor vienés, que moti- nadas ocasiones a superar, por decisión, por impulso y por amplitud
vó que Haydn se los ofreciera al inglés Foster, que los publicó con dinámica, a los Mosaïques.
una dedicatoria al Príncipe de Gales y al Duque de Cumberland.
Algo realmente curioso que pone de relieve una inesperada falta de Papageno
seriedad del compositor, que los había escrito lleno de agradeci-
miento para el monarca prusiano y respondiendo de este modo al F.J. HAYDN: Integral de Cuartetos para cuerda / 6 Cuartetos, op. 50 - Hob.III/44-49 /
Cuarteto Festetics / ARCANA / Ref.: A 415 (2 CD) D2 x 2
regalo de éste, una hermosa sortija. Este volumen, en el que Haydn
agrupa por primera vez seis cuartetos, es un logro magistral. El géne- También disponibles:
ro llega aquí, como hemos adelantado, a su total madurez y senta- F.J. HAYDN: Integral de Cuartetos para cuerda - 6 Cuartetos para cuerda, op. 9 -
Hob.III/19-24 / Cuarteto Festetics / ARCANA / Ref.: A 911 (2 CD) D2 x 2
ría las bases para Mozart, para Beethoven y para todo el romanti-
cismo, postromanticismo y siglo XX. Son seis partituras de una belle- F.J. HAYDN: Integral de Cuartetos para cuerda / Cuartetos op. 17 / Cuarteto Festetics /
za espectacular, de muy apreciables dimensiones. Los movimientos, ARCANA / Ref.: A 912 (2 CD) D2 x 2
que no se atienen a un esquema fijo, son más largos y las sorpresas F.J. HAYDN: Integral de Cuartetos para cuerda / Cuartetos op. 73 y 74 / Cuarteto
son continuas. Poseen además un alto valor contrapuntístico que Festetics / ARCANA / Ref.: A 918 (2 CD) D2 x 2
requiere, en la práctica, de unos intérpretes muy avezados y de irre- F.J. HAYDN: Integral de Cuartetos para cuerda / Los últimos cuartetos - Cuartetos op.
prochable dominio técnico. Como el que sin duda muestran los 76, 77 y 103 / Cuarteto Festetics / ARCANA / Ref.: A 919 (3 CD) D2 x 3
componentes del Festetics, que se colocan una vez más en un terre-
( 11 )
Segundo volumen de los Conciertos para pianoforte, op. 13, de Johann Christian Bach (1735-1782)

Sublimes y gloriosas notas


E s ciertamente admirable y digna de
alabar la soberbia labor de edición y
difusión discográfica que el sello ale-
mán CPO viene realizando desde hace
bién abundan para el solista las dificultades
y audacias técnicas que nos muestran a un
Bach magistral, entusiasta, creativo, galan-
te, maduro como compositor... maestro del
algunos años con la obra orquestal del Clasicismo, en definitiva. La majestuosidad
«Bach de Londres», trabajo que nos está e intrínseca elegancia de algunos de sus
devolviendo algunas de las páginas más movimientos -como los allegri y allegretti
gloriosas y brillantes de este grandísimo de los núms. 4 y 6 o los galantes Tempi di
músico y, por añadidura, de toda la música menuetto de los conciertos 5 y 6- nos
instrumental de la segunda mitad del siglo sumergen en la fantasía, en la magia de un
XVIII. dieciochesco palacio rococó y en la dulzu-
Aparece ahora el segundo de los volú- ra de un período irrepetible, por su origina-
menes dedicados a la colección de 6 lidad y brillantez, en la historia de la músi- J.C. BACH: Conciertos para pianoforte, Op. 13/4, 13/5,
Conciertos para pianoforte que J.C. Bach ca. 13/6 y 14 / Anthony Halstead (pianoforte y dirección) /
The Hanover Band / CPO / Ref.: 999691-2 (1 CD) D2
publicara en 1777 con el número 13 de Anthony Halstead, dirigiendo desde un
opus. La primera de estas entregas ya nos pianoforte inglés de finales del siglo XVIII También disponibles:
había puesto sobre aviso de las excelencias de bello y melancólico sonido a la orques- J.C. BACH: Conciertos para pianoforte Op. 7/1-6 /
Anthony Halstead (pianoforte y dirección) / The
que estas bellísimas y poco conocidas com- ta clásica The Hanover Band (realmente Hanover Band / CPO / Ref.: 999600-2 (1 CD) D2
posiciones atesoraban en su interior, por lo espectacular a lo largo de toda la graba-
J.C. BACH: Conciertos para pianoforte Op. 13/1-3;
que aguardábamos con impaciencia la sali- ción), nos presenta un nuevo registro en el Concierto para pianoforte en mi bemol / Anthony
da al mercado de este nuevo lanzamiento, que, una vez más, se conjugan de manera Halstead (pianoforte y dirección) / The Hanover Band /
CPO / Ref.: 999601-2 (1 CD) D2
en el que se han incluido los conciertos eficaz la elegante, cuidada y exquisita
números 4, 5 y 6, además de otro fuera de dirección a la que ya nos tiene acostumbra- J.C. BACH: 6 Conciertos para clave, op. 1 / Anthony
la colección, compuesto en la tonalidad de dos en su larga y exitosa serie de registros Halstead (clave y dirección) / The Hanover Band / CPO
/ Ref.: 999299-2 (1 CD) D2
mi bemol mayor y publicado en París en el para el laureado sello de Osnabrück, una
año 1776 como Opus 14, obra donde se toma de sonido cercana y natural, norma J.C. BACH: Los Conciertos para clave «De Berlín» (Vol.
1) - Conciertos en re menor, fa menor y si bemol mayor
mezclan de manera perfecta el rígido equi- habitual de la casa, y una música que atra- / Anthony Halstead (clave y dirección) / The Hanover
librio clásico y la pureza musical más abso- ería hasta a los espíritus más disolutos y dis- Band / CPO / Ref.: 999393-2 (1 CD) D2
luta. paratados. El resultado final no podía ser J.C. BACH: Los Conciertos para clave «De Berlín» (Vol.
Estamos sin duda ante una música excel- otro: brillante. 2) - Conciertos en mi mayor, fa menor y sol mayor /
sa, repleta de pasajes de gran belleza meló- Anthony Halstead (clave y dirección) / The Hanover
Band / CPO / Ref.: 999462-2 (1 CD)
dica y riqueza tímbrica, pero en la que tam- F.P.C.G.

ONDINE presenta un nuevo ejemplo de la rica vida musical escandinava durante el período clasicista

Ausentes de la historia
F
inlandia es la nación más septentrional de Europa, puesto que daría los primeros conciertos orquestales públicos en Finlandia. Aun
la cuarta parte de su territorio se halla contenida en el círculo de duración efímera, parece que subsitió bajo la forma de una aso-
polar. Así, el rigor de las condiciones climatológicas ha con- ciación privada.
centrado la vida humana principalmente en la zona litoral del suro- El disco de referencia nos presenta diversas obras de músicos de
este del país. la época que comienzan a salir de esa oscuri-
Siete siglos de dominación sueca -desde dad histórica. Escucharemos a Erik Ferling
1150 a 1809- y un siglo de dominación rusa - (1733-1808), violinista y director de la Capilla
de 1809 hasta que Trotski reconoció su inde- Real, su Concierto para violín en re mayor, así
pendencia en enero de 1918- dejaron a la como tres contradanzas y tres minuetos: pie-
escuela finlandesa de música pocas probabili- zas, algunas de ellas, reconstruidas por el
dades de expansión entre el siglo XII y comien- director artístico y clavecinista de la Sixth
zos del XIX. La música sacra se conservó en Floor Orchestra, Anssi Mattila. De Fredrik
parte en forma de cantos monódicos gregoria- Lithander (1777-1823) se han grabado dos
nos a los que más tarde se añadieron corales arias para barítono y orquesta. Sin duda, el
protestantes. La fundación de la universidad de violinista y cellista Erik Tulindberg (1761-
Turku (1640) favoreció la vida musical y la 1814) está considerado como el primer com-
investigación del folklore nacional. En el siglo positor finlandés de importancia. Su Concierto
XVIII, bajo la influencia extranjera, tuvo lugar para violín nº 1 en si bemol mayor fue encon-
la creación de una sociedad de música en trado después de la Segunda Guerra Mundial,
Turku, donde se difundió el repertorio de la y es obra que recuerda la producción juvenil
Europa occidental, sobre todo el vienés. Ha de Haydn. Conoceremos también a Thomas
habido que esperar hasta principios del siglo Byström (1772-1839) por una Quadrille,
XIX para que los músicos finlandeses tomaran conciencia de su danza a la moda bailada por la sociedad mundana de su época.
identidad. Utilísima información la del folleto que acompaña al disco y que
El sello ONDINE nos propone el descubrimiento de algunos de nos facilita el acercamiento al ambiente musical en aquellos parajes
estos desconocidos compositores del siglo XVIII finlandés que vivie- nórdicos. Un disco, pues, que contribuye a recuperar a algunos
ron durnate el reinado de Gustavo III (1771-1792); notables músicos ausentes de la historia de la música y que hará las delicias de los
clasicistas que llevan todo el sabor de la escuela de Mannheim y melómanos más curiosos.
que se reunieron en torno a la Academia Real de Música fundada en
Estocolmo desde 1771 y que tuvo como misión el desarrollo de la Manuel García Franco
vida musical. Entonces, la música se desarrollaba en la capital sueca
alrededor de una sociedad secreta llamada Utile Dulci (nombre que E. FERLING: Concierto para violín en re mayor; 3 Minuetos; 3 Contradanzas - T.
BYSTRÖM: Quadrille - F. LITHANDER: 2 Arias - E. TULINDBERG: Concierto para vio-
viene de Horacio). Sirvió esta sociedad como modelo para fundar lín en si bemol mayor, op. 1 / Kreeta-Maria Kentala (violín) / Herman Wallén (barítono)
otra en Turku en 1770 que respondió al nombre de Aurora y que / Sixth Floor Orchestra. Dir.: Jukka Rautasalo / ONDINE / Ref.: ODE 971-2 (1 CD) D2

( 12 )
Pons, Simionato y Albanese, entre los grandes
Il filosofo di campagna, otra rareza de acompañantes de un nuevo registro dedicado
Baldassare Galuppi (1706-1785) en BONGIOVANNI al tenor FerruccioTagliavini

Más Galuppi, gracias El canto acariciante


a Piva (y no es un
F
erruccio Tagliavini murió en 1995, con 85 años. Como
recitalista, extendió largamente su carrera hasta que el

título argentino) público le dio de lado. En una nota necrológica de una


conocida revista italia-
na, quien la escribía
recordaba tristemente
una de las últimas vela-

C
laudio Gallico en 1979 se atrevió a dirigir L’Arcadia en
Brenta y, más tarde, los húngaros la tomaron con Il caffé di das del tenor, en la sala
campagna. Claudio Scimone e y sus Solisti Veneti se ocu- vacía de una localidad
paron de otro territorio del compositor, el religioso, desenterran- remota. Final injusto
do La caduta di Adamo. Estas ejecuciones, traducidas todas a para un artista de la
disco, son algunas muestras del quehacer del compositor vene- talla de este emiliano de
ciano Baldassarre Galuppi, que permitieron al interesado colore- quien continuamente
ar con notas a un músico de «diccionario». Pero desde hace unos nos van llegando testi-
años, y gracias al interés y curiosidad del director italiano Franco monios, algunos de
Piva, la figura de Galuppi está saliendo del foso de la árida cita ellos inéditos. Como los
musicológica tres que el paladín estas
para adentrarse recuperaciones disco-
en las discotecas gráficas, BONGIOVAN-
de los aficiona- NI, ahora nos rescata. Del Alfredo verdiano de Tagliavini ya
dos. Interés y cu- conocíamos algún dúo con su esposa Pia Tassinari, aunque
riosidad que en- aquí el tenor nos amplía conocimientos del concepto de un
cuentran oportu- papel tan acorde con su personalidad elegante y tierna,
no reflejo en las seductora y suave, al descubrirnos un aria impecablemente
mismas inquietu- cantada cuyos acentos juveniles y entusiastas contrastan
des del sello bo- inmediatamente con la escena del insulto a la infeliz
loñés BONGIO- Violetta. Ahora la voz y el intérprete saben reflejar el cam-
VANNI, al que bio psicológico con tal intención que, de repente, hasta esa
nunca el interesa- voz que antes nos deleitó nos suena ahora antipática y des-
do de verdad en cortés. Su Violetta es aquí, en 1950, la toscaniniana Licia
estos temas ope- Albanese.
rísticos se cansará El Werther de Tagliavini, en italiano casi siempre, es bien
de elogiar, reve- conocido por la grabación completa que tiene en Trieste con
renciar y agrade- la maternal Carlota de Leyla Gencer. En 1951, el tenor vuel-
cer. Así, tras Il mondo alla rovescia e Il mondo della luna (tema ve a exponernos su Werther, heredado y modelado a partir
goldoniano repetido hasta la saciedad y ya disfrutado en versio- del inmarcesible ejemplo de Schipa, al lado de otra matro-
nes de Haydn y Paisiello), llega ahora Il filosofo di campagna, nil compañera, la magnífica Giulietta Simionato. Decir que
también de Goldoni, que facilitaría a nuestro compositor la mayo- el canto a la naturaleza en versión de Tagliavini es un reta-
ría de sus textos, al menos los de sus partituras más redondas. Il blo de infinitas sensaciones es hablar con equidad, pero no
filosofo, estrenada en 1754 (o sea, contemporánea a un Gluck es menos justo ponderar un «Ah non mi ridestar» de los
antes de meterse en reformas) está considerada como su obra más mejores entre la amplísima y reñida competencia.
importante y esto es justo, ya que la ópera reúne perfectamente El Edgardo donizettiano de Tagliavini fue un pilar conti-
ensambladas todas las características de su música: encanto nuo de su carrera que culminó con la grabación completa
melódico, sabia utilización de los recursos expresivos y descripti- en estudio en 1959 junto a Maria Callas. De diez años atrás
vos (atribuyendo, por ejemplo, distinta instrumentación según la existe otra versión en vivo en Nueva York, junto a la Lucia
categoría o significado de cada personaje), sentido rítmico, cono- oficial norteamericana de la época: Lily Pons. Precisamente
cimiento de los recursos orquestales y sapiente estructura teatral. en compañía de la Pons aparecen en el disco algunos frag-
Siempre se ha alabado la organización galuppiana de los finales mentos registrados en 1948 (con el sonoro Enrico de otro
de acto, cuando todos los cantantes se unen a la par que se desen- pilar canoro del momento: Robert Merrill). La pequeña
cadenan los acontecimientos escénicos que le son comunes (fina- selección es, de nuevo, aclaratoria: al lado de las páginas
les que tan bien sabría aprovechar Mozart, nacido dos años des- más líricas del papel (el dúo del acto primero, la escena de
pués del estreno del Filosofo). Y esta obra ofrece un ejemplo níti- la muerte), aparece el Edgardo más dramático, el del
do de esa organización músico- dramática. Piva ofrece por vez momento de la maldición a la infiel (a pesar suyo) Lucia,
primera la interpretación completa de la ópera (casi tres horas de demostrando por si falta hacía la doble vertiente musical y
música) y ha acertado a juntar un equipo vocal donde se codean expresiva de tan excepcional tenor.
experimentados intérpretes de esta clase de repertorio, como Como complemento, una muestra del capítulo cancione-
Giorgio Gatti (en un papel a medida, el del bufísimo Don ril de Tagliavini, incluyendo la canción de Michelena A la
Tritemio) con sucesores camino de sus pasos (como Patrizio luz de la luna, un tema muy sentimental que incita a algu-
Saudelli), además de jóvenes valores de la lírica italiana: nas sugerencias (no en este caso, cantado por Tagliavini y
Alessandro Calamai, Paola Antonucci y Patrizia Cigna (de apelli- Tassinari, con esa compenetración que era perfecto comple-
do ilustre, aunque no tenga nada que ver con la mítica Gina que mento artístico a su vida doméstica, sino cuando se escucha
en marzo ha cumplido 101 robustos años), muy aplaudida en en dos voces masculinas). Como es el caso de las dos gra-
Torre del Lago como Musetta de Bohème al lado del Rodolfo ali- baciones previas: la de Enrico Caruso y Emilio de Gogorza
cantino de José Sempere. o la de Tito Schipa con el mismo, y reincidente, Gogorza.

Fernando Fraga F.F.


RECITAL FERRUCCIO TAGLIAVINI: Extractos de Lucia di Lammermoor (con
B. GALUPPI: Il filosofo di campagna / Calamai, Gatti, Antonucci, Cigna, Prina / Lily Pons, Robert Merrill y Pietro Cimara, 1958); Werther (con Giulietta
Intermusica Ensemble. Dir.: Franco Piva / BONGIOVANNI / Ref.: GB 2256/58-2 (3 Simionato y Franco Capuana, 1951), y La traviata (con Licia Albanese y
CD) D2 x 3 Alberto Erede, 1950) / BONGIOVANNI / Ref.: GB 1161-2 (1 CD) D2

( 13 )
Ferme les yeux: William Matteuzzi protagoniza Tras la Bohème presentada por MYTO el pasado mes,
la última recopilación de OPERA RARA Cotrubas y Kleiber vuelven a coincidir,

Matteuzzi y amigos esta vez con una Traviata de GOLDEN MELODRAM

entre Nápoles y París La difícil sencillez


G
OLDEN MELODRAM sigue dedicando una atención

P
ara quien está interesado por el repertorio más infrecuente del
muy especial a Carlos Kleiber, de quien reedita regu-
XIX, un disco de OPERA RARA es siempre un acontecimiento.
larmente grabaciones de diverso origen, con preferen-
Ahora, el tenor boloñés William Matteuzzi, que lleva colabo-
cia por Múnich. Esta Traviata fue captada de forma «pirata» en
rando con cierta asiduidad con el sello inglés desde la grabación
1978 en el teatro
completa de Ricciardo e Zoraide en 1995, propone un excelente
de la capital de
recital en el que ofrece varios inestimables ejemplos de la operística
Baviera. Y como
francesa e italiana de aquel siglo, obras estrenadas entre París y
en el registro ofi-
Nápoles, lo que demuestra la intercomunicación cultural que existía
cial para DG,
entonces entre las dos alejadas ciudades. Para constatar este fenó-
poco posterior a
meno, basta pensar en el curriculum laboral de Rossini, Bellini y
esta función, Ilea-
Donizetti entre 1825 y 1843.
na Cotrubas es
Matteuzzi se rodea, como Pavarotti, Domingo o Carreras, de
una buena Vio-
algunos colegas que redondean, complementan o enriquecen su
letta Valéry. Inútil
prestación. Son todos artistas «de la casa»: Bruce Ford (rival tenoril,
insistir en lo difi-
al mismo tiempo que amigo), Marjella Cullagh (una magnífica pro-
cilísimo de este
mesa para el canto italiano decimonónico), Elisabetta Scano (sopra-
personaje, que
no ideal para los cometidos en el disco encomendados), Enkelejda
sólo contadas so-
Shkosa (la mezzo albanesa bien aplaudida en el rossiniano festival
pranos han sido
de Pésaro) y el barí-
capaces de cantar
tono inglés Roland
e interpretar de
Wood (que colabora
forma plenamen-
activamente, aun-
te satisfactoria
que sean breves sus
(Callas, Olivero,
momentos).
Scotto... la lista se acaba pronto). La soprano rumana poseía
El recital comienza
una voz lírica muy personal, atractiva en su fragilidad, y una
con un espumoso
buena escuela que le permitía cantar a tono y con precisión la
Rossini francés, el
pavorosa escena que cierra el primer acto, con mi bemol 5
del delicioso terceto
incluido, aunque sin el último grado de brillantez y de domi-
de Le Comte Ory y
nio exigidos por Verdi. Durante el segundo acto, Cotrubas se
acaba con la magní-
apoya en su timbre para plasmar muy adecuadamente la fra-
fica página solista de
gilidad sicológica de Violetta, y su buena línea de canto y su
Fabiano Malatrompa
sinceridad le apartan de exageraciones veristas que sólo
Le Pont des Soupirs
empañan algo el acto final. En conjunto, una convincente
de Offenbach, ad-
interpretación.
quiriendo así el
Jaime Aragall se crece a medida que la función transcurre,
registro un equilibrio
sus nervios se serenan y su bello timbre y correcta línea le
impensable. Porque, ¿no hay en la música de Offenbach mucho de
ganan la simpatía del público y, sin duda, la de los oyentes de
la alegría de vivir, del sentido del humor, de la ironía y del ritmo
estos CD. Muy bien Renato Bruson, por entonces en plenitud
heredados de Rossini?
de unos medios vocales suficientes, dominador como muy
Entre esos dos momentos de simpático remanso, aparecen el dúo
pocos del fraseo y el estilo verdianos. El dúo del segundo acto
de Melibea y Libenskoff del alucinante Viaje a Reims, el dúo de
entre Violetta y papá Germont, eje de la obra, es el momento
Raoul y Fayel de Gabriella de Vergy de Carafa (que estrenaron
culminante de este registro, y alcanza muy alto nivel gracias
Giovanni David y Andrea Nozzari, cuyo arte siguen hoy los dos
al excelente trabajo de soprano y barítono. La presencia de
tenores aquí involucrados), una de las arias de La muerte de Portici
Bruson supone una sensible ventaja de esta representación
de Auber (donde Matteuzzi no tiene nada que envidiar a la asimis-
sobre el disco oficial, que cuenta con Sherrill Milnes. Correcto
mo excelente lectura de Nicolai Gedda grabada para EMI en 1954),
el coro y muy bien la orquesta, uno y otra atentísimos a la
otra aria de La Fille du régiment, un terceto de Allessandro nell’Indie
batuta del orfebre Kleiber, pendiente en toda ocasión de dia-
de Pacini, la ronda de Le Postillon de Lonjumeau y, especialmente,
logar con las voces sin cubrirlas, de arroparlas si es preciso, y
el cuarteto Perchè t’affanni e piangi?, en realidad el «finale primo»
de elegir unos tempi naturales, siempre animados pero cómo-
de Elisabetta al castello de Kenilworth de Donizetti. Los cuatro intér-
dos para los cantantes. Esto, tan fácil de decir, resulta en la
pretes principales juntan ahora sus voces para sacar adelante uno de
práctica privilegio de muy pocos. Secundarios alemanes, es
los momentos más bellos de esa desconocida obra donizettiana (de
decir, aceptables a lo sumo. La grabación favorece a las voces,
la que hay, por cierto, grabación completa, merced a Mariella Devia,
que se escuchan con presencia y fidelidad tímbrica; pero los
la RAI de Milán y Nuova Era) y donde Matteuzzi, otra vez, vuelve a
coros y la orquesta suenan comprimidos, aunque los solistas
tomar el relevo a Giovanni David, que estrenara el papel de
de madera tienen buen relieve. En suma, una versión con
Leicester en Nápoles en 1829.
varios puntos fuertes (Kleiber, Bruson y Cotrubas, por este
Matteuzzi alcanza con comodidad los sobreagudos de Chapelou
orden) que complementará la -o las- que todo aficionado
(el postillón de Lonjumeau) o los escritos para David, solventa las
posee de esta obra inmortal.
secciones de coloratura con propiedad y fluidez, sabe diferenciar el
Como de costumbre, suspenso a GOLDEN MELODRAM
humor del drama y, sobre todo y como señala en las notas acompa-
por la rácana presentación, que sólo indica el reparto y las pis-
ñantes Patric Schmid, el impagable productor de este disco y
tas del CD, y consigna cuatro vaguedades sobre el cuarteto
muchos otros de OPERA RARA, deslumbra y conmociona «en los
protagonista. El estuche advierte de las limitaciones de la gra-
pasajes cantabile, en las arias lastimeras». Quien conoce y gusta del
bación que, como queda dicho, son menos graves de lo que
arte de Matteuzzi comprende la profundidad y valor de estas pala-
cabría prever.
bras.
Roberto Andrade
F.F.
G. VERDI: La Traviata / Cotrubas, Aragall, Bruson, Linser, Jungwirth / Coro y
RECITAL WILLIAM MATTEUZZI - Ferme les yeux / Arias y conjuntos de Rossini, Auber, Orquesta de la Ópera del Estado de Baviera. Dir.: Carlos Kleiber (1978) / GOL-
Carafa, Donizetti, Pacini, Adam y Offenbach / Con E. Shkosa, E. Scano, B. Ford, R. Wood DEN MELODRAM / Ref.: GM 6.0009 (2 CD) D10 x 2
y M. Cullagh / OPERA RARA / Ref.: ORR 216 (1 CD) D1

( 14 )
Das Land des Lächelns: la opereta llega al catálogo histórico de MYTO de la mano de Lehár

Sonrisas frescas
E
sta versión de El país de las sonrisas, una de las más célebres operetas de Lehár, proviene de los
archivos de la Radio de Colonia, que fue testigo y receptora de numerosas grabaciones de este géne-
ro durante los cuarenta y cincuenta, sobre todo gracias a la actividad desplegada por el berlinés
Franz Marszalek, uno de los apóstoles de la opereta. Hizo grandes cosas en este campo, particularmente
porque tenía a su disposición un equipo de voces de categoría. Una de ellas, la del tenor Peter Anders,
con el que había trabajado en Berlín. De una de esas sesiones radiofónicas da cuenta este CD, que nos
ofrece la oportunidad de escuchar a Anders en uno de sus papeles preferidos dentro de esta parcela más
o menos ligera. De hecho, el del Príncipe Sou-Chong fue uno de los pocos que mantuvo en su reperto-
rio a medida que fue entregándose más y más a la ópera y al lied. Ya hemos dado cuenta aquí de sus
habilidades en una y en otro.
El tenor alemán nos muestra su aterciopelado timbre, su facilidad de emisión, su tersura, sus ague-
rridos agudos -levemente oscilantes en algún momento-, sus pianísimos y su gusto exquisito para frasear ciertos pasajes levemente cursis.
Su aparición en «Von Apfelblüten einen Kranz» es ya magistral; por la suavidad, la dicción, la entonación y la elegancia. Frescura y musi-
calidad a raudales, que nos hacen encandilarnos con la musiquita. Sólo Wunderlich entre sus sucesores alcanzaría parecidas cotas. A su
lado cumple bien la algo gutural Erna Dietrich -la única que es doblada por una actriz en los diálogos- y brilla ya, en la parte de soubret-
te de Mi, la estrella ascendente de Anneliese Rothenberger, pronto figura lírica indiscutible de la ópera. El conjunto, que preside la voz de
un narrador, está bien movido por Marszalek y, pese a los defectos de la toma de sonido, nos lo pasamos la mar de bien.

Papageno
F. LEHÁR: El país de las sonrisas / Anders, Rothenberger, Dietrich, Dolz / Orquesta de la Radio de Colonia. Dir.: Franz Marszalek (3-6.4.50) / MYTO / Ref.: 1CD004.H049 (1 CD)
D10

ORFEO D’OR presenta sendos recitales de Nicolai Gedda y Arleen Augér

Un arte y dos estilos


O
RFEO D’OR sigue presentando documentos de inestimable valor procedentes de los
archivos de diversas emisoras radiofónicas. Salen ahora al mercado dos recitales iné-
ditos protagonizados por dos relevantes figuras del canto, Nicolai Gedda y Arleen
Augér. El tenor sueco, que acaba de cumplir 75 años y al
que hace tan sólo unas semanas escuchábamos como
Altoum en una Turandot retransmitida desde Copenhague,
protagonizó el 19 de marzo de 1964 una velada para la
Radio de Hannover en la que puso de manifiesto, una vez
más, su enorme versatilidad para acometer los más diversos
estilos, desde Bach hasta Poulenc. Gedda se muestra extra-
vertido y teatral, en el mejor sentido del término, aunque es
también capaz de brindar una prodigiosa messa di voce en
Du bist die Ruh de Schubert, mientras su voz suena plena y
expansiva en los tres lieder de Richard Strauss que culmi-
nan el recorrido. Es muy interesante el Epitafio para un
joven poeta, a partir de un vibrante texto de William
Faulkner, del compositor alemán de resonancias expresio-
nistas Hermann Reutter (acompañante, a la sazón, de todo H.W. HENZE: Tres Estudios sinfónicos;
Cuatro poemas; Pieza nocturna y Aria; La
el recital), y que se ofrece a modo de primicia absoluta. La selva incantata / Michaela Kaune (sopra-
presencia del flautista Aurèle Nicolet en las arias de las can- no) / Orquesta Sinfónica de la NDR. Dir.:
Peter Ruzicka / WERGO / Ref.: WER
tantas bachianas es un verdadero lujo. 6637-2 (1 CD) D2
A su lado, Arleen Augér se confirma como una perfecta
heredera de la más pura escuela liederística vienesa en un
repertorio perfectamente clásico, servido el 11 de mayo de
1978 en la Residencia de Salzburgo y que se adapta admi-
rablemente a las virtudes de esta recordada soprano norte-
americana, fallecida prematuramente hace unos años. Es
modélica la línea de canto, la capacidad poética, la exce-
lente dicción, así como la facultad para dotar de un inefa-
ble encanto a todo cuanto interpreta. La artista sabe sacar
partido incluso de sus limitaciones, como es cierta veladu-
ra en el timbre que le da una particular fragilidad. Y, sobre
todo, hacer arte de las pequeñas cosas, como esa nostalgia
que aplica a Marmotte de Beethoven, o el auténtico drama
en miniatura que expone en Das Veilchen de Mozart. El veterano Erik Werba no parece
encontrarse muy cómodo al hammerklavier, que, no obstante, proporciona un sugerente
apoyo al suave color de la voz. La toma de sonido es magnífica en ambos casos.
K.A. HARTMANN: El gabinete de figuras de
Rafael Banús Irusta cera [5 Óperas breves] - Barainsky, Breedt,
Harper, Kraus, Ginzel, Junghanns /
RECITAL ARLEEN AUGÉR: Canciones de Gluck, Haydn, Mozart, Beethoven y Schubert / Erik Werba (pianoforte) / Miembros de la Orquesta Sinfónica
ORFEO D’OR / Ref.: C509011B (1 CD) D4 Alemana de Berlín. Dir.: Roger Epple /
WERGO / Ref.: WER 6640-2 (1 CD) D6 x 2
RECITAL NICOLAI GEDDA: Obras de Bach, Schubert, Fauré, Poulenc, Reutter y R. Strauss / Hermann Reutter (piano);
Aurèle Nicolet (flauta) / ORFEO / Ref.: C508011B (1 CD) D4

( 15 )
El Otello de la Malibrán llega al disco en un registro DYNAMIC

Otello con voz de mujer


M aría Malibrán, la legendaria hija de
los cantantes Manuel García y
Joaquina Briones, hermana de
Pauline Viardot y de Manuel García [hijo],
pese a su corta vida (28 años), entró en la mito-
París. Posteriormente, sólo otra fémina repitió
la hazaña, entre otras razones porque el Otello
rossiniano fue excluido de los repertorios tea-
trales hasta una tímida reaparición en 1954 en
el Town Hall de Nueva York, con Jennie Tourel
logía del canto como intérprete sobre todo y Thomas Hayward, bajo la dirección de
belliniana y rossiniana. De Rossini cantó a Arnold V.Gamson. En 1957, la inquieta Eileen
menudo Rosina, Ninetta, Semiramide, Farrell, al lado otra vez de Hayward y Gamson,
Angelina y Desdemona, heroínas todas carga- cantó la obra en la American Opera Society do internacional por la originalidad de sus pro-
das de buenas dosis de femineidad, encanto y neoyorkina y en 1960 la RAI de Roma le pro- gramaciones y del que DYNAMIC se hace eco
seducción. Pero también se midió con algunos puso, con Previtali en el foso y con el canto de grabando sus manifestaciones más interesan-
personajes masculinos como Arsace y, espe- Virginia Zeani y Agostino Lazzari, una ejecu- tes, ha demostrado siempre una vocación muy
cialmente, Tancredi. Por ello no es nada extra- ción que ha pasado a la posteridad en discos rossiniana. Culminación de esta devoción por
ño que esta singular y emocionante piratas. A partir de aquí, la obra se fue insta- el de Pésaro es el Otello de la Malibrán, canta-
Desdemona, que entusiasmara a Teophile lando intermitentemente en algunos escena- do allá en julio de 2000, incluyendo asimismo
Gautier y Alfred de Musset, en el Teatro de los rios; y en 1980, en la iglesia de St. John Smith los dos finales. Otello iba a ser Ewa Podles, la
Italianos de París el 20 de noviembre de 1831 Square, fue Otello la mezzosoprano inglesa legítima heredera de la simpar Horne, pero
incorporara ahora el papel de Otello, siguien- Anne Masson, ¡un dato que nos hace inmedia- hubo de ser sustituida a última hora por la
do así el ejemplo de Giuditta Pasta, otra cele- tamente lamentar que no siguiera su ejemplo jovencísima cantante georgiana Irine Ratiani,
bridad canora de la época. Escrita para el la genial Marilyn Horne!, quien cantara a que salvó las representaciones y ha dejado un
Teatro del Fondo de Nápoles donde se estrenó menudo la bellísima aria de Desdemona digno testimonio discográfico de su honestidad
en 1816 (el San Carlo estaba en reconstruc- «Assisa al piè d’un salice». En 1978 se realizó y profesionalidad, anunciando un prometedor
ción, tras un desastroso incendio), Otello fue la primera grabación discográfica oficial de la futuro. El resto del equipo está formado por
un papel pensado para Andrea Nozzari, encar- obra, protagonizada por José Carreras y intérpretes habituales ya en este magnífico fes-
gándose de Rodrigo Giovanni David, el segun- Frederica von Stade, y dirigida por Jesús López tival italiano. Así, Patrizia Ciofi resulta una
do elemento del extraordinario tándem tenoril Cobos. En 1999, el sello Opera Rara realizó exquisita, frágil y musicalísima Desdemona. El
rossiniano de Nápoles, y siendo Desdemona, otra grabación completa de la obra, incluyen- inglés Simon Edwards como Rodrigo parece
por supuesto, Isabel Colbrán. Antes del Otello, do los dos finales, el trágico del estreno napo- seguir los pasos, por preparación técnica y dis-
Rossini había destinado roles masculinos a una litano, acorde con la tragedia de Shakespeare posición rossiniana, de otros precedentes teno-
contralto «in travesti» para Tancredi y en la que se basa la ópera, y el feliz , con la res anglosajones (Merritt, Blake, Ford,
Sigismondo y, seguidamente, continuaría reconciliación in extremis de la pareja, discuti- Workman, etc.), mientras que en Yago Gregory
haciéndolo con Ottone, Eduardo, Malcolm, ble cambio realizado por el mismo Rossini Bonfatti y Soon-Won Kong como Elmiro ofre-
Calbo, Falliero, Edoardo y Arsace (respectiva- para la presentación de la obra en Roma (tem- cen el oportuno y necesario relieve que nece-
mente en las óperas Adelaida di Borgogna, porada del Carnaval de 1819-1820), tomando sitan sus respectivos personajes. Todos bajo la
Edoardo e Cristina, La donna del lago, prestado para ello el dúo Armida-Rinaldo dirección de Paolo Arrivabeni, cuyo sentido
Maometto Secondo, Bianca e Falliero, Matilde «Amor, possente Nume». En esta grabación del ritmo y el colorido rossinianos son inme-
di Shabran y Semiramide). A nadie extrañó, inglesa también se incluye como propina una diatamente disfrutables.
pues, que las dos divas por antonomasia del grabación del dúo Otello-Yago, donde
diecinueve, Pasta y Malibrán, se arrogaran el Enkelejda Shkosa canta, cual contralto travesti- F.F.
privilegio de pasar de víctima (Desdemona) a da, el papel del Moro.
G. ROSSINI: Otello / Ratiani, Ciofi, Edwards, Bonfatti /
verdugo (Otello) en los escenarios de mayor Martina Franca, ese festival veraniego italia- Orquesta Internacional de Italia. Dir.: Paolo Arrivabeni /
repercusión personal, una en Londres, otra en no que atrae las miradas curiosas del aficiona- DYNAMIC / Ref.: CDS 369/1-3 (3 CD) D2 x 3

Margaret Price acompaña a Plácido Domingo en un espléndido Otello con Carlos Kleiber

Posiblemente su mejor Otello


C uando Plácido Domingo cantó
Otello en Covent Garden, en
febrero de 1980 (y no en
1978, como dice la portada del disco
Melodram), tenía tras de sí varias
Resulta curioso, entonces, que en el reciente libro de Helena
Matheopoulos, My operatic roles (Little Brown and Company, 2000),
Domingo, cuando habla de Otello, apenas se refiera a su colaboración
con Kleiber, centrando su discurso en los montajes de August Everding
(el del estreno en Hamburgo) o en los de Franco Zeffirelli, Jean-Pierre
experiencias con el moro verdiano. Ponnelle, Elijah Moshinsky o Piero Faggioni (el de Madrid, por cierto).
Además de la del estreno hamburgués En Londres el tenor hispanomexicano tiene una Desdémona a su
de 1975 (con 34 años), estaban las altura, la exquisita Margaret Price, tres años después de haber cantado
representaciones de Madrid, Barcelona, París, San Francisco y Nueva el papel con Georg Solti para su grabación Decca. Y como estamos en
York. Y, especialmente, unas de la Scala de Milán donde contó desde la capital británica, el resto del equipo también es autóctono, reflejan-
el foso con la imponente batuta de Carlos Kleiber. Director y cantante do ese buen nivel medio que es preceptivo tenga un escenario de pri-
se reencuentran en Londres y en ese binomio reside la mejor conse- mer orden. Aunque el clima anglosajón existe (en emisión, dicción y
cuencia de esta venturosa velada. Kleiber une la energía de la batuta colorido), se caería en la injusticia si no se destacara el honroso nivel
toscaniniana con la elegancia y la luminosidad de un Claudio Abbado, de un Cassio como el de Robin Leggate o la notable presencia de una
extrayendo de la interpretación del tenor, en una noche de plenitud Emilia autoritaria como la de Claire Powell, inmediatamente llamada a
vocal, una claridad y una franqueza de acentos inusitadas. Domingo, superiores cometidos en ese escenario inglés y en otros europeos.
que grabó en estudio tres veces en papel (con James Levine en 1978, Lamentablemente no se disparan los calificativos laudatorios ante el
con Lorin Maazel en 1985 y con Myung-Whun Chung en 1993), no Yago de Silvano Carroli, pese a su asiduidad con el personaje: en 1994
consigue la verosimilitud y la fuerza que aparecen en las ediciones aún lo mantenía con gallardía en la Arena veronesa al lado de Corneliu
tomadas en vivo. Como en ésta, sobre todo. Porque Domingo, que Murgu y Olga Romanko. Catorce años atrás, la voz que empieza plena
extrae del dúo un lirismo envolvente e inesperado (nunca cantó tan y rotunda, a medida que va avanzando la obra va perdiendo, inexpli-
suavemente la frase se doppo l’ira immensa...), va definiendo con segu- cablemente, proyección lo que obliga al cantante a refugiarse en un
rísimos planos dramáticos la caída del personaje en la locura, con un fraseo bastante exagerado que roza, a menudo, la caricatura.
acto II, siempre el más apurado para el cantante, especialmente bri-
llante. Labor exclusiva del talento del tenor, que no delata ningún F.F.
momento de debilidad, pero al que ayuda Kleiber con un concepto de
la ópera de poderoso relieve dramático y que jamás perjudica la labor G. VERDI: Otello / Domingo, Price, Carroli, Leggate, Powell, Dobson / Coro y
del solista; aún más: como buen director operístico, la vigoriza. Orquesta de la Royal Opera House. Dir.: Carlos Kleiber (1978) / GOLDEN MELO-
DRAM / Ref.: GM 5.0028 (2 CD) D10 x 2

( 16 )
La Romanziera e l’uomo nero: Karl Böhm dirige Elektra con Madeira, Goltz y Rysanek
un nuevo título donizettiano
para el catálogo BONGIOVANNI
Christel Goltz y Hermann Uhde
Completando
a Donizetti A ún permanece en la memoria audi-
tiva, ¿o en la anímica?, la Elektra de
Colonia (1953) con su protagonista
trágica, Astrid Varnay, y ahora GOLDEN
máticos wagnerianos. Aunque su entrada
es sumamente desesperada -«¡Sola!
¡Sola!»-, no puede producir el cataclismo
que desencadenaba aquí la gran Varnay.

L
a Romanziera e l’uomo nero es una farsa en MELODRAM saca del sombrero mágico Pero después la voz empieza a moverse
un acto que Donizetti compuso para Nápoles, otra muniquesa de 1955 (la única de aquel entre luces, como en un sueño de horrores
en 1831, en medio de la olvidadísima año), que quizá figuró en la edición Strauss imprecisos y de esperanzas imposibles, y
Francesa de Foix (de la que conocemos un aria de de Melodram, en disco de vinilo, pero que todo se va haciendo desdicha y llanto,
Edmondo por Della Jones, gracias a Opera Rara) y si fue así no llegó a mis derrota y sufrimien-
la magnífica Fausta (que se puede gozar completa manos. Repaso el nº 92 to. Poco a poco
en una soberana lectura romana, en vivo, de Raina de L’Avant-Scène Opé- vamos descubriendo
Kabaivanska y Renato Bruson). De esta farsa napo- ra, reeditado en 1992, con ella no a la
litana no se con- y no hay el más míni- Némesis aniquilado-
serva el libreto y sí mo rastro del suceso. ra, a la dueña del
la partitura musi- El teatro es obviamente hacha de la vengan-
cal autógrafa, sie- el del Príncipe Re- za, que acecha en-
te números (intro- gente. El director se vuelta en andrajos el
ducción, cavatina llama Karl Böhm, a sonar de la hora de
de Antonina, es- quien hay que consi- su sangriento triunfo:
cena y dúo de derar sin reservas el la Goltz no nos abru-
Antonina y Fili- mayor straussiano es- ma, no nos sobreco-
doro, terceto de cénico después de ge de espanto el
Chiarina, Fedele y Clemens Krauss. Uno ánimo, sino que nos
Tommaso, dúo de por uno, quizá pode- hace comprender su
Chiarina y Fili- mos preferir determi- terrible destino, y
doro, terceto de Nicola, Antonina y Tommaso y nados hechos de otros compadecerla. Y
rondó final) que fueron publicados el pasado año directores; pero el «picaruelo de Graz» no aquí comparece Uhde, otra víctima. ¡Qué
por Opera Rara, bajo la variante con que se cono- tiene aquí comparación por la dedicación, prodigioso artista! Sí, reconocemos la voz
ce a este título, La Romanzesca, y llamando a la insistencia, los logros y los documentos del desesperado Holandés, la del dubitati-
Antonina simplemente Antonia. Este proyecto del que ha dejado. Volveré después sobre él. vo Gunther; pero el personaje es otro: dis-
sello inglés está avalado por un soberbio equipo Crisotemis es Leonie Rysanek. Con esto tante, sombrío, apesadumbrado con la
de cantantes, entre los que destacan Alfonso queda dicho todo. No voy a insistir en la carga que trae sobre los hombros, horrori-
Antoniozzi, Bruce Ford, Bruno Praticò, Pietro suprema calidad vocal y dramática de su zado ante la misión que tiene que cumplir,
Spagnoli o Elisabetta Scano. Como el libreto origi- recreación de esta átrida «positiva». Todos esto es, matar a los asesinos de Agamenón,
nal se perdió, incluyendo las partes habladas sabemos que como Crisotemis permanece- asesinar a su vez a la propia madre, vierte
imprescindibles para la comprensión y el desarro- rá «inalcanzable» para siempre, y no hay todo el dolor de su alma en la compasión(*)
llo de la acción (texto que, obviamente, no apare- más que hablar. Por el contrario, Jean que también le invade a él al descubrir que
ce en la publicación de la libretística completa de Madeira (Clitemnestra) me ha decepciona- el destino de la envejecida Elektra, de su
Donizetti para Garzanti, efectuada por Egidio do un poco. Siento admiración por esta hermana antaño joven y hermosa, es aún
Saraceni), Michelangelo Zurletti completó esta mujer -alta, hermosa, fascinante- y por su más lacerante que el suyo: el destino de la
carencia para una viable representación en majestuosa voz de contralto auténtica. mujer que no es el hombre capaz de acabar
Rovigo. Para ello se basó libre pero seriamente en Guardo recuerdo confuso de su con Clitemnestra y Egisto y se ha secado,
las piezas franceses que originaron el libreto italia- Clitemnestra con Knappertsbusch, me pare- anhelando lo imposible, como una planta
no de Domenico Gilardoni. ¿Y de quién son esas ce que en 1953. La veo ahora en casa de sin agua. La escena del encuentro y del
piezas? Pues, nada menos que del factótum unos «nuevos ricos» de Bayreuth, donde yo reconocimiento de los hermanos señala la
Eugène Scribe, llamadas L’homme noir (El hombre estaba tomando café; no se hospedaba allí, cumbre de esta velada, y Böhm, siempre
negro) y Le coiffeur y et le perruquier (El peinador sino que, recién llegada de Múnich, había dominador, siempre espléndido concerta-
y el peluquero), dos típicos vodeviles del autor, descansado un rato antes de ir al dor, se eleva aquí sobre su propio pedestal,
escritos y estrenados en su inicial etapa creativa, Festspielhaus para cantar la Erda de El oro para acompañar a estos prodigiosos arque-
el primero en 1820 y el segundo en 1824. del Rin en el segundo ciclo del Festival de tipos de la desdicha como si él fuera senci-
La obrita donizettiana, que gira en torno a 1967. Me impresionó el deterioro físico y llamente el servidor atento a encender las
Antonina, una romántica impenitente que descu- quizá moral que revelaba su rostro. Tenía luces -tenues, tristes, casi fantasmagóricas-
bre al final, tranquila y sin traumas como corres- sólo 49 años; pero, si Dorian Gray fuera que nos permiten ver las sombras. Pues
ponde, la diferencia que hay entre las ilusiones y mujer, allí estaban los estigmas que empie- esto son aquí Elektra y Orestes: sombras
la prosaica realidad, permite al músico una cari- zan a deformar su retrato en la película de procedentes de la orilla del Leteo, el río for-
ñosa parodia de sí mismo y de sus obras dramáti- Albert Lewin. Murió cinco años después. mado por el llanto de las almas condena-
cas más representativas. Por la partitura se pasea el En 1955, en la flor de sus 37 años, no con- das a vagar por este paraje de desolación,
fantasma de Rossini y también se escuchan unas vence porque aparece demasiado majes- irredentas, durante cien años.
deliciosas y frescas melodías que evocan inme- tuosa, porque le faltan la decrepitud y el
diatamente el mundo del Elisir d’amore, que miedo a la muerte. Su Egisto, Franz Ángel-Fernando Mayo
Donizetti está a punto de componer. Klarwein, tampoco es memorable: cierta-
La interpretación de Rovigo, a cargo de un mente, las pocas frases que tiene la «mari- (*) Strauss era agnóstico y nietzscheano.
buen grupo de cantantes, todos de la nueva hor- ca» -la palabra la dice Elektra- no dan Empleo la voz «compasión» no en el sentido
nada peninsular, se desenvuelve sin sobresaltos, mucho de sí; pero hay ejemplos de cristiano, ajeno a Strauss, sino en el del asom-
bien articulada escénicamente, con mucho clima bro -incredulidad, desconcierto, tristeza- que
Svanholm, Lorenz, Windgassen y hasta de produce la realidad cierta y fea, es decir, la dis-
teatral y con sobrada disposición idiomática y Uhl que corroboran aquello de que «no
atmosférica, bajo la hábil cohesión que desde el tinta de la recordada o imaginada como bella.
hay papel pequeño, sino intérprete chico».
foso impone Franco Piva, que va camino del lide- La novedad aquí la aportan Christel R. STRAUSS: Elektra / Madeira, Goltz, Rysanek,
razgo en este tipo de ejecuciones. Complemento Goltz y Hermann Uhde, quienes, salvo Klarwein, Uhde, Wünzer / Orquesta de la Ópera del
oportuno facilita esta reciente «novelera» a la ver- Estado de Baviera. Dir.: Karl Böhm (26.8.55) / GOL-
error mío, no aparecían hasta ahora en los DEN MELODRAM / Ref.: GM 3.0049 (2 CD) D10 x 2
sión «inglesa» anteriormente recordada. registros conocidos. Vamos a considerarlos
primero por separado y después como cou- Al adquirir esta edición de Elektra se
F.F. ple de hermanos. La soprano de Dortmund suministrará gratuitamente a quien lo solicite
fue una «especialista» en Salomé y Elektra. un disquete de ordenador con la
G. DONIZETTI: La romanziera e l’uomo nero / Cigna,
Braconi, Marchi, Saudelli, Gregnanin / Orchestra Filarmonia ¿Cómo es su voz? Aparentemente oscura, traducción al español del texto
Veneta «G.F. Malipiero». Dir.: Franco Piva / BONGIOVANNI sin el brillo para los grandes papeles dra- por Ángel-Fernando Mayo.
/ Ref.: GB 2287/88-2 (2 CD) D2 x 2
( 17 )
Windgassen, Rysanek y Talvela, en un Tannhäuser bayreuthiano de Otmar Suitner

Tannhäuser à la Wieland
H ace poco un «corresponsal» -llamo así a
quienes me honran con sus consultas, sus
comentarios y sus informaciones- me
hacía ver el lío de las versiones de Tannhäuser y,
además, me preguntaba el por qué de las idas y
que anteceden a la rápida conclusión orquestal,
y ello por una razón puramente musical: la esce-
na comienza justamente con llamadas de trom-
pas y no tiene sentido enmendarle aquí la plana
a Richard Wagner, quien vuelve a hacerlas sonar
su vocalidad, que ya no era la de los gloriosos
cincuenta. Relativamente poco firme al comien-
zo, se las ingenia para no repetir el personaje de
1962, el rebelde que llegaba a la atroz blasfemia
del «Da ekelte mich der holde Sang!» (¡Allí me
venidas de Wieland Wagner con esta obra. Le consecuentemente al final y, por lo que yo sé, repugnó el divino canto!), pues ahora se muestra
contesté que no conozco un trabajo musicológi- jamás modificó este pasaje. No creo necesario débil hasta cierto punto, derrotado, y la blasfemia
co sobre las versiones de Tannhäuser y que tam- insistir aquí en la profunda admiración que sigo se muda en una exclamación -aquí canta con
poco sé si ya ha aparecido el volumen «corres- sintiendo por Wieland, el único hombre en esta mayor precisión las notas- que revela desolación,
pondiente» en la edición Wagner completa que tierra pecadora que ha llegado a servir la escena intenso sufrimiento. A su lado Leonie Rysanek lo
empezó a preparar Carl Dalhaus. Yo me manejo del «drama perfecto» al altísimo nivel de exigen- borda, y no sólo en el segundo acto, pues, curio-
aquí con la partitura de samente, su plegaria tiene
Dover, que trae las variantes mejor línea que dos años
fundamentales. Una investi- Año Obertura Bacanal Himno a Venus Final del primer acto Observaciones después; ésta fue su pri-
gación seria en esta direc- mera Elisabeth en
ción no cae dentro de mi 1954 Completa Completa Completo Con la repetición y Versión de Dresde Bayreuth y, sin duda, puso
tiempo ni de mis posibilida- las trompas de escena con la bacanal de París en el empeño el alma,
des. Mas de este asunto ya como siempre, y quizá
1961/2 Incompleta Completa Completo id. id. Versión de Viena
habíamos hablado in abs- todavía más: la pasión.
hasta el final de la bacanal;
tracto Miguel Zanetti y yo, comienzo del dúo También cantó aquí
pues a este gran músico, a del Venusberg retocado Talvela su primer Land-
quien conocí justamente en grave, nobilísimo, y si
Bayreuth en 1962 porque él 1964 Completa Incompleta Falta la 1ª estrofa Sin la repetición Faltan también las primeras oírle era un placer, verle -
vino a escuchar a Victoria de ni las trompas frases de Tannhäuser; es la un majestuoso gigante-
los Ángeles, le interesa versión más recortada imponía todavía más.
mucho el estudio de las Wächter mejora su trabajo
1966 Completa Completa id. id. id. id. Como en 1964, pero con
variantes en determinadas de 1962, y aunque el
la bacanal completa
óperas, entre las que figura Fischer-Dieskau de 1954
justamente Tannhäuser(1). La o 1961 y el Prey de 1965
verdad es que le debo el fijar un término para a 1967 le superan en personalidad vocal, la suma
reunirnos con la finalidad de desbrozar el asunto. del canto y la presencia no le hacía desmerecer
Pero mira por dónde GOLDEN MELODRAM al lado de ellos. Toda esta gente aparecía sencilla
acaba de editar una toma bayreuthiana de 1964 pero magníficamente vestida y caracterizada, al
cuando sólo hace meses que publicó otra de igual que los restantes cantantes y el coro, y el
1966, y al escucharla he advertido que aquí conjunto era un regalo para la vista. Aquí, claro,
pasan cosas «raras». In situ presencié todas las hemos de contentarnos con los hechos musicales
representaciones de 1962, una de 1964, 1966 y -el sonido es parecido al del documento de
1967 y dos de 1965. Lo más llamativo entonces 1966-, los cuales son, como he dicho, un tanto
fue el cambio del escenario, aunque conservan- contradictorios. Pero a lo bueno e incluso lo muy
do el vestuario y el concepto. Las huestes de bueno de esta representación hay que añadir a
Maurice Béjart vinieron a Bayreuth sólo en 1961 los fabulosos Pitzianer -¡qué coro de peregrinos!-
y 1962. Aquella soberbia coreografía necesitaba incluso en el trance de tener que seguir al sofo-
de espacio, de amplitud, y así Wieland ideó un cante Suitner. Por el contrario, la Venus de Barbro
sistema de paneles laterales cubiertos de pan de cia estética del «genio del siglo». Quizá en rela- Ericson resultó aún más insuficiente -el trémolo
oro, de manera que se aprovechaba el fondo - ción con estos tejemanejes, y en una mala lectu- en el registro agudo es ingrato- que su Kundry de
unos 25 metros- del escenario natural u original ra de su revolución escénica, haya podido soste- ese mismo año.
del Festspielhaus(2). Pero parece ser que el alma- nerse que a Wieland no le gustaban las obras de ¡Ah, se me olvidaba! Como la bacanal se inte-
cenamiento y sobre todo la conservación de su abuelo; sin embargo, las cosas están claras en rrumpe bruscamente y a renglón seguido se oye,
aquellos materiales eran muy caros, pues el las Conversaciones con Antoine Goléa, donde en intervención única, el coro de sirenas, da la
invierno los atacaba y hacía saltar la pintura. En dice que Richard Wagner es el mayor dramatur- impresión de que Wieland lo situó entre bastido-
consecuencia, Wieland decidió retornar a la luz go de la historia(4). Pero en esta etapa final de su res próximo al proscenio o incluso quizá en el
proyectada sobre el ciclorama y, al reducirse el vida Wieland se estaba volviendo «peligroso». El foso. Lo inmediato de su canto, lo cercano, pro-
espacio utilizable, modificó también la coreogra- corte que practicó en El ocaso de los dioses -la duce un efecto totalmente distinto al de 1954 o
fía, ahora debida a Birgit Cullberg. breve pero importante escena de Gutrune que 1962, pues allí suena lejano, casi remoto. Así que
Como yo no vivo de recuerdos confusos ni me sigue a la marcha fúnebre- es revelador de que el aquí hay más motivos para que cada interesado
quedé anclado o absorto en aquellos fastos de escenógrafo comenzaba a sentirse autorizado resuelva por sí mismo los pros y los contras de
hace ahora cuarenta años, tengo la costumbre de para ir más allá de lo razonable. A veces pienso este «Tannhäuser a la Wieland».
acudir en estos casos a mi biblioteca, y así he que su cruel destino evitó que, apoyado en Pierre Á.-F.M.
vuelto a leer las reseñas de Erich Rappl, que me Boulez, entrara en una etapa «experimental» de
han puesto sobre la pista. Pero para comprobar consecuencias imprevisibles. En todo caso, este Notas
bien el suceso he hecho, además, determinadas Tannhäuser de 1964 da que pensar. (1) Por ejemplo, Zanetti ha publicado un impor-
audiciones de los registros de 1954, 1961, 1962, Y de los hechos musicales, ¿qué? Bien, Otmar tante estudio sobre las variantes de Don Giovanni
1964 y 1966. Pues bien, las partituras no coinci- Suitner es uno de los peores directores sufridos en el programa de las representaciones del pasa-
den salvo en la producción «Béjart» (1961 y en Bayreuth. ¿Por qué dirigió allí entre 1964 y do año en el Teatro Real.
1962), y si se llega a disponer de un registro de 1967? Sencillamente porque traía con él instru- (2) Quiero decir que éste es el fondo del escena-
rio en la época de Richard Wagner. Detrás está la
1965 se comprobará que Wieland acudió en total mentistas de la otra Alemania. En 1968 no había ampliación -almacén de decorados- debida a
a cinco variantes(3). Veamos si consigo hacer nada para él -los directores eran Böhm, Boulez, Siegfried Wagner, que a veces se utiliza para
comprensible el galimatías con el siguiente cua- Erde y Maazel- y la invasión de Praga afectó tam- aumentar el fondo. En su Tetralogía, Harry Kupfer
dro. Mas téngase en cuenta que en todos los bién a las relaciones interalemanas, así que llegó a un total de 40 metros o más.
casos la versión básica es la de Dresde, pues durante algún tiempo no hubo intercambios. La (3) En 1965 no interrumpió la bacanal tan brusca-
Wieland no utilizó nunca el dúo de Venus y dirección de este hombre se caracteriza por una mente como en 1964, pero tampoco la hizo tocar
Tannhäuser en la revisión de París. vehemencia constante, atosigante. Nada respira, completa. Imagino cómo a Maximilian Kojetinski
(Ver recuadro central) nada se sosiega, la llamada «marcha» -la entrada se lo llevarían todos los demonios al tener que
atender los caprichos del jefe.
Esto es lo fundamental; pero una audición de los invitados- es un trueno. Y, sin embargo, (4) Mi edición alemana se titula Gespräche mit
comparada y atenta puede deparar aún algunas este quehacer carente de finura no deja de ser a Wieland Wagner, Salzburger Nachrichten Verlag,
sorpresas. La versión más coherente es la de veces eficaz porque Tannhäuser es un personaje 1968. La edición francesa apareció en Pierre
1954. Las de 1964 y 1966 son muy discutibles, ciclotímico, un ser tan pronto exaltado como Belfond, París, 1967.
en particular la primera. No se comprende la caído en el desánimo, y claro, a Windgassen no
razón de mutilar el himno a Venus; pero lo abso- le perjudica el desasosiego del foso en esta época R. WAGNER: Tannhäuser / Windgassen, Rysanek, Talvela,
lutamente rechazable es la supresión no ya de la de su carrera: el tenor suabo era un técnico fabu- Ericson, Wächter, Sergi / Coro y Orquesta del Festival de
Bayreuth. Dir.: Otmar Suitner (19.7.64) / GOLDEN MELO-
repetición canora del septeto que cierra el primer loso, actor consumado y expertísimo, y el prime- DRAM / Ref.: GM 1.0050 (3 CD) D10 x 3
acto, sino la de las magníficas trompas de caza ro en saber cómo podía aprovechar aquello para

( 18 )
GOLDEN MELODRAM presenta un Don Giovanni avalado por excelente reparto y la batuta de Karl Böhm

Los estilos mezclados


P ocos directores como Böhm tan autorizados para recrear las
contradicciones, la suma de contrarios que adornan a Don
Giovanni; aunque no poseyera la genialidad narrativa de un
Klemperer, el lirismo de un Walter, la teatrali-
a la máscara. El tercer elemento italiano del reparto es Alda Noni -
a la que Böhm dirigiera una Zerbinetta en Viena-, que aporta a
Zerlina los tradicionales ropajes de soubrette. Sorprende una
Nilsson en plenitud vocal, con un metal que
dad de un Giulini o la fantasía mística de un atraviesa las piedras, que refulge sobre cual-
Furtwängler. Pero el de Graz tenía un excelente quier superficie. Es cierto -y en otras grabacio-
olfato para ensamblar piezas de diversa proce- nes, comerciales en este caso, lo ha puesto de
dencia estilística y una batuta de rara claridad, manifiesto- que no es la voz ideal para doña
capaz de expresar muy directamente estados de Anna: resulta en exceso dramática; pero aquí
ánimo y de levantar un edificio musical sin pro- canta soberbiamente, con mucho arrebato y,
blemas ni complicaciones metafísicas. En este cosa importante, general afinación. Aunque
registro, proveniente del San Carlo de Nápoles, está todavía mejor en doña Elvira la siempre
se agrupan bajo su mando una serie de artistas musical e inteligente Jurinac, que borda, con
de extracción variada, tres de ellos de la órbita un señorío ejemplar, la difícil «Mi tradì» y evi-
italiana y cinco de la zona centroeuropea. La dencia su exquisitez de fraseo, exento de den-
mezcla no da mal resultado, aunque las presta- gues. Como lo hace Dermota, habitual Ottavio
ciones sean dispares; al menos en lo que podemos apreciar en una de esos años, que delinea con sutileza las curvas melódicas de sus
toma acústica de muy regular calidad, provista de parásitos, de dos arias y aplica su atractiva nasalidad a su canto. Muy discreto y
saturaciones, de sonoridad muy hueca, de excesivo ruido ambien- cauteloso en las agilidades de Il mio tesoro, en cuya extensa vola-
tal y en la que se escucha una orquesta aplicada pero áspera. No ta central respira hasta dos veces. Nunca estuvo a gusto el gran
es fácil percatarse al cien por cien de los méritos de cada cual. En Gottlob Frick, uno de los bajos más rocosos del siglo XX, en el
todo caso, tenemos bases para afimar que el Giuseppe Valdengo Comendador, una parte que precisa de una italianità que nunca
que podemos oír no es el magistral fraseador de los verdis dirigidos poseyó y de la que podía estar más cerca, por ejemplo, un Ludwig
por Toscanini. La intencionalidad y la inteligencia del cantante se Weber. La forma en la que el cantante alcanza alguna de las notas
convierten aquí en una prestación a la que falta esa sensualidad y agudas en su aparición del final, con aplicación de ostentosos por-
a veces delicadeza propias del Don. La sutileza parece haber vola- tamentos di sotto, es poco canónica. Berry hace su acostumbrado
do. En más de una ocasión, el barítono -que anda, como siempre, Masetto, entonado a la teutona.
mal de graves- declama más que canta -ciertas partes del Brindis-.
De todas formas, la calidad del timbre y la dicción son reconoci- Papageno
bles. Está espléndido Bruscantini, un Leporello en la línea de
Baccaloni, gracioso, pero con una bufonería muy controlada, que W.A. MOZART: Don Giovanni / Valdengo, Frick, Nilsson, Dermota, Jurinac,
Bruscantini, Noni, Berry / Coro y Orquesta del Teatro San Carlo de Nápoles. Dir.: Karl
posee, ya que no una voz bella, sí mucho empaque en la emisión Böhm (5.2.55) / GOLDEN MELODRAM / Ref.: GM 6.0010 (3 CD) D10 x 3

La Misa en si menor de J.S. Bach, por Carlo Maria Giulini

Sin monsergas historicistas


G
iulini y Bach... Por más que les pese a los «puristas» guardianes del Grial empeñados en momificar la música antigua, nada más
auténtico, efusivo y ungido que esta versión en vivo de la Misa en Si menor, que -muy seguramente- volvería loco de gozo al
mismísimo Cantor de Leipzig. La grabación, recuperada de los archivos de la BBC, pro-
cede de un concierto celebrado el 10 de julio de 1972 en la londinense Catedral de san Pablo.
Los poco barrocos coros y orquesta de la Philharmonia de Londres se impregnan del poder
comunicativo del maestro italiano y del portento del momento para brindar una lectura tan
exultante como cargada de pulso y belleza, en la que todo fluye con naturalidad y convicción.
Sin remilgos historicistas ni complejos estilísticos, Carlo Maria Giulini (1914) se vuelca en
unos pentagramas universales, que siente y concibe con la autoridad que le confiere esa since-
ridad y honestidad que ha sido santo y seña a lo largo de su elegante y refinada carrera como
gran caballero del podio. Más que con el análisis y la reflexión estilística, esta cálida, casi con-
templativa, Misa en Si menor esta dirigida directamente desde el corazón de uno de los direc-
tores de orquesta más fascinantes de la segunda mitad del siglo pasado. La articulación, el fra-
seo, el apacible tratamiento de la riqueza melódica, el equilibrio entre los diferentes elementos
de la extensa partitura, la natural organización contrapuntística... todo delata la sensible y medi-
tativa inteligencia rectora del gran Maestro.
Giulini contó para aquel concierto con un ilustre y britteniano cuarteto vocal. La soprano
Jenny Hill había grabado un año antes la Pasión según san Mateo bajo la dirección de Britten.
La célebre mezzo Janet Baker fue la auténtica estrella vocal del concierto, mientras que el tenor
Peter Pears -compañero sentimental de Britten-, compensa con inteligencia y buen gusto las
carencias propias de sus 63 años. Desajustes propios de una toma en directo -el trompa pasa algún apuro en el comprometido «Quoniam
tu solus sanctus» del Gloria- no logran empañar una lectura cargada de viveza y riqueza expresiva. La calidad del sonido es bastante
buena, y permite al oyente entusiasta y desinhibido de monsergas historicistas instalarse cómodamente en el sofá de su casa, cerrar los
ojos y sentirse sin sobresaltos, durante dos horas, como si estuviera aquel irrepetible 10 de julio de 1972 en el mismísimo crucero de la
Catedral de san Pablo. Además, cuenta con la ventaja de poder escuchar, tras el concierto, la amena entrevista que completa el segun-
do disco del álbum. En la misma, Giulini conversa con John Amis acerca de lo divino y de lo humano durante 17 minutos que pasan
volando. La charla, ¡naturalmente!, en inglés.

Justo Romero
<justito@arrakis.es>
J.S. BACH: Misa en si menor / Hill, Baker, Pears, Shirley-Quirk / New Philharmonia. Dir.: Carlo Maria Giulini (1972) / BBC / Ref.: BBCL 4062-2 (2 CD) D10 x 2

( 19 )
Nueva aportación de BIS y Osmo Vänskä a la gran discografía sinfónica de Jean Sibelius

Kullervo, hijo de Kalervo


E n octubre pasado, dentro del ciclo
Orquestas del Mundo que organiza
Ibermúsica, se escuchó en Madrid a la
Orquesta Filarmónica de Helsinki, dirigida por
Leif Segerstam y con la colaboración del estu-
medio, y hace un uso inseguro, más aún, cha-
pucero de los medios tradicionales, desde el
material de su construcción a la gran arqui-
tectura?». La Glosa avanza con este tono hasta
la apostilla, que recuerda demasiado lo dicho
te rápido en la espuma,/en el violento remoli-
no;/la muerte pues halló en el agua,/allí dio el
paso a la otra vida,/la paz halló por fin en
Tuonela,/descanso eterno en el regazo»(5).
Por su parte, Kullervo arrastra la pesadumbre
pendo coro masculino de la Universidad cincuenta años atrás por Eduard Hanslick de estos hechos hasta que, vengado ya de
Politécnica, la Sinfonía Kullervo, el opus 7 de sobre Bruckner: «El efecto de tales sinfonías es Untamo, pone fin a su vida con la propia
Sibelius, que fue en su día la magnífica carta peligroso». Pero antes queda enhiesta como espada. Ésta, dotada de vida como correspon-
de presentación de este prodigioso «Bardo del una bandera teñida con el color de la bilis esta de a una cultura animista, le dice así antes de
Norte». El concierto resultó algo «raro», por- ironía atroz: «Es posible que Sibelius haya que el suicidio sea consumado: «¿Por qué no
que los finlandeses tocaron y cantaron des- contribuido de manera muy meritoria a la habría de comerme/con gusto carne del cul-
pués la versión para orquesta y coro de colonización musical de su patria». Menos pable,/sangre beber del criminal,/si como
Finlandia, cuya sección vocal creo que está mal que a Adorno no se le ocurrió jamás carne inocente,/bébome sangre no culpa-
adoptada como himno nacional de la remota poner los pies en Finlandia(3). ble?». Pese a notorias desigualdades -sobre
Suomi. Al encenderse las luces de la sala des- todo en el cuarto movimiento: Kullervo va a la
pués de la sinfonía, que había sido acogida guerra- el poderoso aliento épico de la músi-
con relativa frialdad, parte del público empe- ca conmocionó a Finlandia cuando Sibelius
zó a marcharse. La velada continuó, pues, en dirigió personalmente el estreno, en Helsinki,
medio de un clima confuso, auque quienes se el día 28 de abril de 1892: ¡Había nacido la
quedaron o regresaron a tiempo aplaudieron gran música finlandesa! Sin embargo, al con-
ahora con calor: Finlandia es una pieza bien siderarla inmadura y formalmente débil, pese
conocida, directa, algo efectista y aún más bri- al carácter cíclico del gran motivo del «narra-
llante si interviene el coro. dor o bardo», Sibelius prohibió después de
En las notas del programa, firmadas por un 1893 toda ejecución de la obra mientras él
conocido compositor y gestor, pudo leerse: viviera. El nonagenario falleció en 1957.
«Es en estas circunstancias en las que se reco- Desde entonces Kullervo ha alcanzado cre-
pila y populariza el Kalevala, la epopeya ciente difusión y hoy es de conocimiento
nacional que no es sino una amalgama más o imprescindible para apreciar todo el proceso
menos estructurada de leyendas en torno a la de la relación de Sibelius con el Kalevala, que
mitología y los héroes de las sagas nórdicas y no sólo comprende En Saga, el ciclo de
su particular expresión en el área finesa». Lemminkäinen, La hija de Pohjola o el magní-
Poco después, otro conocido crítico comenta- Esto me lleva de nuevo al Kalevala. fico y tardío Tapiola, sino también numerosos
ba el concierto, destacando la excesiva longi- Finlandia estuvo anexionada a Rusia desde coros y canciones poco conocidos fuera de
tud de Kullervo (80 minutos), lo rancio de su 1809 a 1918. En la primera mitad del llamado Suomi. La conclusión de todo esto es, contra
estética nacionalista y las prolijidades de su «siglo ruso», historiadores, antropólogos y Adorno, que Sibelius creó la música implica-
discurso tardorromántico, todo lo cual justifi- filólogos habían investigado las raíces de lo da en la lucha de Finlandia por la indepen-
caba a su juicio el aburrimiento del público. finés. En particular, alcanzaron gran difusión dencia política y cultural, y que lo hizo con
Tal reseña revelaba que aún sigue vigente las recopilaciones de poemas, cuentos, leyen- una plenitud de acierto que, en este sentido,
en España la corriente antisibeliana oficial, das y relatos populares -en su mayoría trans- no tiene parangón en la Historia de la Música.
inaugurada por Adolfo Salazar, quien enfren- mitidos oralmente- llevadas a cabo por Elias Descubrí Kullervo gracias a su primera gra-
taba a Sibelius con Debussy, y continuada Lönrot (1802-1884), en admirable labor de bación mundial (1970), también la primavera
después por el mahleriano Federico Sopeña, campo que ha salido incólume de la inevita- de las dos debidas a Paavo Berglund, que en
quien añadió ecos del prestigioso Theodor W. ble acusación de reinvención: Kantele (1829- España apareció en un precioso álbum EMI.
Adorno y hasta comentó desfavorablemente el 1831), Kanteletar (1840) y el famoso Kalevala, La segunda data de 1985, ya en la era digital.
concepto del Festival Sibelius de Helsinki(1). cuya segunda edición (1849) comprende cin- Luego ha habido más grabaciones: conozco la
Mas si el peso de nuestros antisibelianos es cuenta cantos con un total de veintiséis mil de Järvi, para BIS. Este sello repite ahora con
exclusivamente español y, si se me apura, sólo versos. Kalevala, por el héroe Kaleva, significa Osmo Vänska, director en ascenso. El esplén-
madrileño, el de Adorno es o ha sido interna- País de los héroes y se identifica con Suomi en dido coro es el mismo -naturalmente, sus
cional, por lo que conviene detenerse un poco guerra, mítica y fantástica, con Pohjola (País componentes serán otros- de las grabaciones
en el profesor de Fráncfort. del Norte), relacionable a su vez con de Berglund. La Orquesta es la Sinfónica de
Adorno, exégeta de Mahler y fallido profe- Laponia(4). Lahti, mientras que antaño lo fueron la
ta autoproclamado -Schönberg no podía verle Naturalmente, el Kalevala no tiene puntos Sinfónica de Bournemouth y la Filarmónica de
ni en pintura- de la Segunda Escuela de Viena, de contacto directos con las Eddas, pues es la Helsinki. Berglund, excelente sibeliano, con-
tuvo que exiliarse de Alemania, en 1934, por expresión épica de un pueblo de pastores de seguía un sonido más agresivo y su impulso
su doble condición de judío y marxista, para ir origen uraltaico, mientras que éstas tienen ori- era más vehemente. Vänskä es más lírico, más
a dar con sus huesos en Inglaterra. Allí se gen indoeuropeo y forman la epopeya de los romántico por decirlo de una manera quizá
encontró con el entusiasmo por Sibelius, favo- arios. El Kalevala atrajo a los compositores fin- tópica, pero clara. La historia que narra el
recido por la aparición de las grabaciones de landeses. Robert Kajanus (1856-1933) tanteó director zurdo nos llega arcaica, belicosa y
Kajanus, Schnéevoigt, Koussevitzky y el terreno con la Sinfonía Aino, que él mismo trágica (6). Lo que expone el antiguo clarine-
Beecham, y en particular con un librito de estrenó en Berlín en 1889. Asistió al concierto tista de la Filarmónica de Helsinki nos habla
Bengt von Törne, publicado en la primavera el joven Jean Sibelius, quien estudiaba con la elocuencia poemática propia de la
de 1937 con el título: Sibelius. A Close Up, Composición en la capital de Alemania gra- época en que fue compuesta la obra. Ambos
donde se ponían en boca del compositor cias al patrocinio de Martín Wegelius (1846- conceptos son válidos. La realización más
expresiones despectivas sobre Debussy y se 1906), fundador del Instituto de Música de reciente (es de septiembre pasado) se benefi-
comparaba su talento con el de Dante y Helsinki. Tanto le impresionó la obra de cia de la depurada técnica del sonido actual y
Velázquez. Irritado, Adorno escribió su nefas- Kajanus que ya en 1890 trazó los esbozos de también del cuidado que Vänska presta, sin
ta Glosa sobre Sibelius(2). Entre bromas de la ambiciosa Sinfonía Kullervo para gran duda por «deformación profesional», a la sec-
dudoso gusto sobre su apellido y la empolla- orquesta, coro masculino, soprano y barítono. ción de viento-madera. En resumen, este
dura de la Octava Sinfonía como si fuera la Kullervo, obviamente un pastor, es el protago- registro es más «bonito», mientras que los de
Novena de Bethoven, y después de decir que nista trágico de los cantos 31 a 36 del Berglund -prefiero el primero- son más recios.
las partituras de la Cuarta y la Quinta «pre- Kalevala. Hijo póstumo de Kalervo, que ha Naturalmente, ambos directores fueron edu-
sentan un aspecto mísero y beocio», Adorno sido asesinado por su hermano Untamo, y cados con el Kalevala como libro de texto
intenta dar respuesta a esta pregunta debela- educado con descuido por su madrastra, escolar y con la música de Sibelius como par-
dora: «¿Cómo es posible que alcance fama durante un encuentro fortuito seduce con pie- tituras de estudio. Así ocurriría también con
mundial y que llegue a ser tenido por un clá- les y joyas a su propia hermana, a la que no Järvi, pero este es un director menos hondo
sico (...) alguien que no sólo ha quedado com- conoce al haber sido separados en la niñez. Al que Berglund y menos sensible que Vänska.
pletamente retrasado con respecto al nivel descubrir después el vínculo, la muchacha se Lo importante ahora es que la oportunidad
técnico medio de su época -pues justo eso se suicida, arrojándose a un torrente: «Y dicho viene bien a quienes no conocen la obra, pero
le imputa como mérito-, sino que muestra no que hubo estas palabras,/saltó la moza del tri- sienten algún interés por ella, y a quienes
estar siquiera a la altura de su propio nivel neo,/y hacia el río corrió a arrojarse/ del fuer- desean tener una segunda o tercera edición,

( 20 )
pues la calidad del nuevo regis- BIS aporta una nueva lectura a la discografía de las grandes sonatas beethovenianas
tro de BIS me parece indiscuti-
ble. Y para unos y otros, cerraré
este comentario transcribiendo
Un Beethoven de referencia
aquí el final de la historia de

P
or si no hubiese hecho bastante a lo largo de su juventud y su madurez, Beethoven decidió darse una
Kullervo -pasaje no selecciona- singular lección -que seguimos aprovechando- en la última etapa de su carrera. Para el caso, con los
do por Sibelius- según el relato opus terminales de su obra pianística. En cuanto a la sonata, la forma germinal de las formas, sólo se
de Väinämöinen, el viejo y compara su exploración formal con los tardíos ecos que hallará en Liszt
sabio bardo:
y César Franck. Ni siquiera sus más robustos seguidores, músicos de la
«Jamás, oh razas del futu-
talla de Schubert y Brahms, se atreven a escudriñar tan lejos con la
ro,/dejéis la educación de un
niño/en manos de una mujer estricta disposición de un teclado.
sin seso,/de una madrastra Quizá no se trate de sonatas en sentido estricto. Son bastante menos y
maliciosa;/niño criado con des- muchísimo más. Son los fragmentos de una Gran Sonata inacabada e
cuido,/mecido por ligeras inacabable, un monumento a la incompletud de la forma por excelen-
manos,/jamás espíritu madu- cia. Los temas se diluyen en un laberinto rapsódico de escalas directas e
ro/alcanzará, plena razón,/por inversas, ritmos irregulares, asomos de fugas, síncopas, variantes de opu-
más que viva años y años,/aun- lenta invención y, para el ejemplo del joven Kempf, un recóndito y
que el vigor de un hombre pudoroso lirismo, que debe investigarse en puntas de pies o, mejor
adquiera». dicho, en puntas de dedos, con un sentido de la frase cantable que no
sea ni explícito ni borroso. No faltan dechados de energía, como el pri-
Á.-F.M. mer movimiento del opus 111, rayano en lo patético, siempre que el pat-
hos no muestre su cara, sino que exhiba, de lejos, su enérgica máscara.
Notas: Ni faltan tampoco guiños de diabólica disonancia, tal como el segundo
(1) Hace muchos años estaba yo movimiento del mismo opus, donde Adorno y Leverkühn hallaron la voz
escuchando tan ricamente la sin- del Mefisto contemporáneo, salido de la insistente Edad Media germánica.
fonía Sexta de Sibelius, enviada Freddy Kempf nos ofrece unas versiones de inatacable referencia. Vale situarlo en la línea del Beethoven
por la Radio de Helsinki a Radio objetivo y analítico, el de Arrau, Pollini y Brendel, para no abundar en comparaciones. A este panorama
Nacional de España, cuando añade una elegante y austera sensibilidad romántica, la que permite rescatar aquel lirismo recatado y míni-
Sopeña me aguó la fiesta al afir- mo, viril si cabe la similitud, a que aludí al principio. Kempf lo hace sin salirse de las casillas, con un toque
mar que el Festival se hacía inso- exquisito y una timbración esmaltada, al servicio de un cincelado sentido del fraseo que parte de la inteli-
portable con esta música tan vul- gencia para llegar a la emoción, una emotividad sofocada e interior que nos lleva tan lejos como la brusca
gar y anticuada. interrupción del discurso sugiere. Tan lejos que parece la lejanía del infinito. Diseñarlo sin desbordar, con un
(2) Recogida en Impromptus, sentido impecable de la medida, es privilegio de los grandes.
colección de artículos de la que Enumerar las dotes técnicas del pianista inglés sería superfluo, ya que no estamos examinando a un joven
existe traducción, excelente, de
postulante sino aceptando a un maestro seguro y completo. Por otra parte, cuando un artista alcanza sus
Andrés Sánchez Pascual, Editorial
dimensiones, la técnica desaparece, identificada con la ejecución, y es como si el arte clamara por el mítico
Laia, Papel 451, nº 67, Barcelona,
1985. origen, donde todo se sabe y nada se ha aprendido.
(3) Por pura casualidad, hoy he
leído en El Cultural de El Mundo Blas Matamoro
(11-17 de abril de 2001) esta opi-
nión de Hans-Georg Gadamer, L. VAN BEETHOVEN: Sonata para piano nº 30 en mi mayor, op. 109; Sonata para piano nº 31 en la bemol mayor, op. 110; Sonata
para piano nº 32 en do menor, op. 111 / Freddy Kempf (piano) / BIS / Ref.: BIS 1120 (1 CD) D2
discípulo de Heidegger, sobre
Adorno, deslizada al hablar de
Marcuse: «Por su pureza (la de
Marcuse), es probablemente entre
El sello sueco publica los Preludios de Liszt bajo la dirección de Frühbeck de Burgos
los francfurtenses de la vieja
generación al que más aprecio.
No era intransigente como
El poema sinfónico nace en Weimar
Adorno (...) No tenía ese fanatis-

D
mo ni era tan faccioso como espués de haber deslumbrado al mundo como pianista, en 1848, cumplidos ya los 37 años de edad,
Adorno». Ferenc (Franz) Liszt se estableció en Weimar, donde disfrutó de una relativa paz y pudo dedicarse a
(4) Lönrot quiso acentuar así deli- la composición. Liszt eligió la pequeña ciudad alemana en que
beradamente el paralelismo con Goethe y Schiller habían vivido y escrito, con la idea de convertirla en
La Ilíada, el modelo formal del un centro cultural, apoyado musicalmente en el histórico Teatro de la
Kalevala. Corte y bajo el patronazgo del Gran Duque Carl Alexander de Weimar.
(5) Ésta y las siguientes citas lite- Ampliando el contenido poético de las oberturas de Beethoven,
rales proceden de la traducción Weber, Mendelssohn y Schumann, Liszt creó el poema sinfónico, géne-
de Joaquín Fernández y Ursula ro musical que tanta importancia tendría hasta bien entrado el siglo XX
Ojanen, Editora Nacional, (Tapiola, de Sibelius, data de 1925). Doce de los trece poemas que
Madrid, 1984. escribió Liszt fueron compuestos durante el decenio que vivió en
(6) Vi a Berglund en Madrid y Weimar. De los cuatro incluidos en este CD, el primero cronológica-
creo recordar que dirigió la mente (y también el más popular) es el titulado Los preludios. Le sigue
Quinta de Sibelius. La batuta en Tasso, lamento y triunfo, compuesto en 1849 y concluido en 1854.
la mano izquierda resultaba cho-
Festklänge (Sonidos de fiesta) lo escribió para acompañar su proyecta-
cante; pero me pareció advertir
que el director finlandés tenía
da pero no celebrada boda con la princesa Carolina Sayn von
algún problema de movilidad, Wittgenstein, mientras que Orfeo, el último y más hermoso de este con-
muy controlado, en el lado dere- junto, fue inspirado por una ejecución en Weimar de la ópera homóni-
cho. ma de Gluck.
Salvo error, en la muy amplia discografía de Rafael Frühbeck (Burgos, 1933) no figuraba aún el nombre
J. SIBELIUS: Kullervo, op. 7 / Lilli de Franz Liszt, aunque sí los de Schumann y Mendelssohn; de los oratorios Elías y Paulus grabó Frühbeck
Paasikivi (mezzo); Raimo Laukka (barí- versiones justamente célebres. BIS ha remediado esa ausencia, y cabe pensar que este CD sea el primero
tono) / Coro de la Universidad de
Helsinki y Orquesta Sinfónica de de una serie en la que nuestro director más internacional colabore con el sello sueco. No es ocioso recor-
Lahti. Dir.: Osmo Vänskä / BIS / Ref.: dar que la carrera alemana de Frühbeck ha sido especialmente fructífera: Düsseldorf (1966-71), Deutsche
BIS 1215 (1 CD) D2 Oper en Berlín (1991-97) y Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín (1994-2000), que precisamente diri-
ge en este CD. Su sólida relación con esta distinguida orquesta y sus proverbiales seguridad y dominio le
Al adquirir esta edición de permiten obtener de ella un notable rendimiento, particularmente apreciable en los momentos más líricos
Kullervo se añadirá
gratuitamente, en fotocopia, la de estas obras. Buena grabación e informativos comentarios de Horst A. Scholz.
traducción al español, debida a
Joaquín Fernández y a Ursula R.A.
Ojanen, del texto finlandés que
se canta en los movimientos F. LISZT: Los preludios - Orfeo; Tasso; Sonidos de fiesta / Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín. Dir.: Rafael Frübeck de Burgos
tercero y quinto. (Berlín, 1999) / BIS / Ref.: BIS 1117 (1 CD) D2

( 21 )
La BBC dedica un nuevo registro Böhm y Menuhin, reunidos en GOLDEN MELODRAM
al arte directorial de Sir Thomas Beecham con un doble programa Beethoven/Brahms

El vibrante Berlioz de El encuentro imprevisto


Beecham
K
arl Böhm goza de merecida reputación como intérprete de
Beethoven, pero esta vez, pese a hallarse al frente de los

A
llá por los años setenta, CBS publicó en su sello Odyssey un filarmónicos vieneses y junto a uno de los mejores intérpre-
álbum de 3 LPs que, con obras de Berlioz (Sinfonía tes del Concierto para violín
Fantástica, Harold y oberturas) grabadas por Beecham en por antonomasia, la «química»
sonido mono, es hoy día un tesoro preciadísimo y cuya reedición tarda en establecerse, y buena
no debiera demorar SONY. Entretanto, mil gracias a la BBC, que parte del primer movimiento
ya nos ofreció hace un par de años la resulta algo prosaica; uno se
soberbia versión del Réquiem berlio- esperaba más de este encuentro
ziano dirigida por el baronet. Los en la cumbre. La temperatura
encuentros de Beecham y Berlioz, ya sube a partir del Larghetto, que
en estudio o, como aquí, en concier- Menuhin canta admirablemen-
to, fueron siempre memorables. te, y el nivel se mantiene en el
Harold en Italia goza, además, de un brillante Rondó. GOLDEN
sonido sorprendentemente bueno
MELODRAM aporta así un
para la época (Edimburgo, Usher
inesperado complemento a la
Hall, 1956) que potencia la entrega-
dísima y brillante labor de la Royal rica discografía de Böhm, en la
Philharmonic y de Frederic Riddle que, salvo error, no figuraba
como solista de viola quien, sin lle- esta obra. La grabación mono-
gar al excelso nivel de William aural procede seguramente de la radio de Baviera, y es de buena
Primrose en la versión oficial, cum- calidad. Respecto de Menuhin, esta versión no añade nada espe-
ple aquí de modo impecable. Beecham, extravertido y dramático cial a las dos maravillas que grabó para EMI con Furtwängler, la
en el final, nos regala dos maravillosos movimientos centrales, primera de las cuales (1947) figura en el catálogo de Testament y
llenos de vida, alegría y color (Serenata), así como de capacidad la segunda en el de EMI, ambas recomendadas con preferencia
evocadora (Procesión). El secreto de Beecham se explica fácil- sobre la ahora comentada. Lo mejor de este CD son las
mente: dirige la música que conoce, ama y disfruta, y transmite su Variaciones Haydn, que Böhm grabó oficialmente para DG con la
gozo a intérpretes y oyentes. Casi medio siglo después del con- Filarmónica de Viena dentro de un ciclo sinfónico Brahms carac-
cierto, la magia sigue viva, y la capacidad de Beecham para hacer terizado por una bella ejecución orquestal -los vieneses siempre
que la música de Berlioz brille, vibre y chisporrotee, nos arrastra tocaron muy a gusto con el maestro de Graz- pero también por
tanto como a los oyentes de entonces. Las dos oberturas, contras- unos tempi bastante morosos. Aquí, con un Böhm más joven y
tadas hasta el extremo, muestran que el humor de El corsario le animado, escuchamos una vibrante versión de esta obra mágica,
resultaba igual de afín que el grave dramatismo de El rey Lear. Y que se codea con las mejores de una discografía amplísima.
como bis, una brillante Marcha troyana. Muy documentados Excelente sonido monoaural.
comentarios de Graham Melville-Mason. No se lo pierdan.
R.A.
R.A.
KARL BÖHM Y YEHUDI MENUHIN EN CONCIERTO - L. VAN BEETHOVEN:
H. BERLIOZ: Obertura de El corsario; Gran obertura de El rey Lear; Harold en Italia; Concierto para violín y orquesta en re mayor, op. 61 - J. BRAHMS: Variaciones sobre
Marcha troyana / Royal Philharmonic Orchestra y Orquesta Sinfónica de la BBC. un Tema de Haydn, op. 56a / Orquestas Filarmónica de Viena [1958] y Sinfónica de
Dir.: Sir Thomas Beecham (1951-56) / BBC / Ref.: BBCL 4065-2 (1 CD) D2 la Radio de Baviera [1960] / GOLDEN MELODRAM / Ref.: GM 4.0050 (1 CD) D10

BBC dedica sendos registros a Dennis Brain y a un Cuarteto Amadeus siempre bien acompañado

Cuatro caballeros y uno más


P
arece que hoy está un poco
olvidado el Cuarteto
Amadeus a la vista de lo
que vino después de ellos, pero
no es justo dejar de recordar a
impecable, la musicalidad sin tacha del trompa londinense que sólo
vivió treinta y seis años es repetir lo que cualquier aficionado que
peine canas conoce de sobra, pero igual hay alguno que todavía no
las tiene y conviene avisarle. El programa del disco es variado y
muestra muy bien la versatilidad de un Brain sumido en su propio
cuántas cosas llegamos llevados quinteto en las obras de Mozart, Ibert y Milhaud -bienvenida esa
de la mano de estos cuatro caba- maravillosa pieza que es La chimenea del rey Renato-, acompañan-
lleros. El disco que nos presenta do a Peter Pears en un Auf dem Strom schubertiano en el que se nos
la BBC -en grabaciones de los puede perdonar que digamos que, en realidad, es la trompa la ver-
años 1960, 1966 y 1967- nos los dadera voz cantante, o seguido por una entusiasta BBC Midland
muestra en su mejor forma, con Orchestra en el Concierto para trompa y orquesta nº 1 de Haydn.
obras bellísimas y con colabora- Además, casi todo en el disco son rarezas, obras que se interpretan
dores eximios, ahí están Gervase poco y un autor -Arnold Cooke- que para muchos, y a pesar de lo
de Peyer o Clifford Curzon. Las versiones son espléndidas, con esa extenso de su producción, será novedad absoluta. Un aliciente más
habilidad especial del Amadeus para lograr, a la vez, subrayar el para los buscadores de perlas que se completa, de propina, con una
detalle y no perder nunca de vista el conjunto. El gigantesco pequeña demostración del artista con diferentes tipos de trompa.
Quinteto de César Franck está dicho con una naturalidad que por
momentos parece convenir muy bien a una música que no es nada Luis Suñén
adusta, que posee algunos de esos momentos líricos, casi carnales,
que llevan a su autor mucho más allá de las apariencias y de las W.A. MOZART: Quinteto para clarinete en la mayor - C. FRANCK: Quinteto con piano
en fa menor - R. STRAUSS: Preludio de Capriccio, para Sexteto de cuerda, op. 85 / Cecil
recetas de manual. El Quinteto mozartiano posee ese plus de espon- Aronowitz (viola); William Pleeth (cello); Clifford Curzon (piano); Gervase de Peyer
taneidad propio de la actuación lejos de la frialdad del estudio. Y la (clarinete) / Cuarteto Amadeus / BBC / Ref.: BBCL 4061-2 (1 CD) D2
Introducción de Capriccio tiene esa mezcla de melancolía y belle-
L. VAN BEETHOVEN: Sexteto en mi bemol mayor - F. SCHUBERT: Auf dem Strom,
za marmórea que siempre acabará por conmovernos. D943, para voz, trompa y piano [con Peter Pears] - W.A. MOZART: Divertimento nº 14
El otro caballero es Dennis Brain, del que ya se ha hablado en en si bemol mayor para instrumentos de viento - F.J. HAYDN: Concierto para trompa nº
estas páginas, pues BBC Music le ha dedicado ya una entrega de su 1 en re mayor - A. COOKE: Arioso y Scherzo - J. IBERT: 3 Piezas breves - D. MILHAUD:
La cheminée du roi René / Dennis Brain (trompa) / Quinteto de vientos Dennis Brain /
serie ejemplar. Volver a señalar la hermosura de su sonido, la línea Midland BBC Orchestra. Dir.: Leo Wurmser / BBC / Ref.: BBCL 4066-2 (1 CD) D2

( 22 )
ORFEO presenta dos perspectivas BONGIOVANNI añade nuevas obras El pianismo de Anton Arensky
dispares de un tema ya clásico camerísticas a su recorrido por la (1861-1906), en OLYMPIA
obra de Lorenzo Perosi (1872-1956)
Estaciones Fugacidades
porteñas y rusas El otro Perosi
de Arensky
E
l nombre de monseñor Perosi evoca

E
l curso del año ha fascinado siempre a

F
complicadas y rotundas estructuras ugaz es el adjetivo que mejor
los músicos. Desde Vivaldi a Glazunov, de oratorio y liturgia, impregnadas de cuadra a la intensa y breve
por ejemplo, muchos compositores un sólido e intemporal academicismo y, carrera de Anton Arensky,
han buscado o inventado el sonido del sobre todo, de un deber de ortodoxia: ser muerto en 1906 con poco más de
ciclo anual, con sus repeticiones que pro- un músico católico, apostólico y romano. cuarenta años. Siempre cabe el
meten la permanencia ritual de la inmorta- Quizá más romano que otra cosa. En tópico de imaginar lo que habría
cualquier caso, un compositor volcado hecho en aquellos de intenso
hacia la institución, hacia la intensa revoltijo estético para la música
socialidad de la Iglesia, hacia el público rusa y, de paso, para la música del
de una ideal feligresía, no exenta de gus- mundo.
tos teatrales respecto a la escena del pres-
biterio.
Pero hay otro Perosi, el instrumental y
camarístico, el Perosi juvenil y de forma-
ción, estudioso de la tradición organística
y de la imponente polifonía clásica italia-
na. Estos pinitos de muchacho aplicado
tendrán una secuela en su madurez, en
los años del retiro (1928 a 1931), signados
por problemas con la jerarquía, mala
salud y un humor instrospectivo. Perosi se
vuelve intensamente profano e íntimo,
lidad. Al igual que la naturaleza, la música compone para pequeños conjuntos, reúne
también cumple arcos estacionales y a unos cuantos músicos en sesiones priva-
empieza donde termina o viceversa, en las das y da rienda suelta al sujeto personal,
resoluciones de las cadencias, en el silen- desprovisto de obligaciones eclesiales y
cio que corona la vibración y anuncia reco- de indumentaria sacerdotal.
mienzos en el acorde final. La prueba son estos conjuntos, selec-
Este compacto reúne dos paradigmas de cionados entre un torrente de obras simi- Nacido en el cogollo de un sin-
lo anterior. Tchaikovsky nos propone un lares, más la temprana elegía para violon- gular romanticismo tardío, con la
calendario en el cual cada mes tiene su chelo y piano. Son obras de un depurado tensión entre el nacionalismo y el
romanza, más o menos acorde con el clima romanticismo a la italiana, ávido de niti- cosmopolitismo, Arensky propone
de una Rusia que va del invierno al invier- dez formal, de agradable melodismo, no un pianismo que surge del Brahms
no. Algunas de ellas gozan de especial for- renuente a pagar deudas con la música de de las piezas breves para llegar al
tuna, como la estival barcarola y el vals cámara alemana del fin de siglo, en cuan- diabólico expresionismo y el des-
otoñal. Pero a ninguna le falta decisión for- to a estructura y desarrollo. Se trata de un garro formal de Scriabin. A su agó-
mal y dicha melódica. don Lorenzo en camisa y pantalón, si nico y febril pasaje por la vida se
Piazzolla, en cambio, estira una serie de ajustan mejor que ninguna otra
minirapsodias con trastienda de tango, evo- opción -supuesto que podamos
cando el húmedo y melancólico clima de hablar de ajuste- estas invenciones
Buenos Aires, con su verano de pegajosa igualmente fugaces. Son fragmen-
sensualidad, su invierno que vale como tos, ocurrencias repentinas, arabes-
una despedida, y las adolescentes transicio- cos, insinuaciones de estudios y
nes del otoño y la primavera. El contraste esa inapresable promesa de música
tímbrico del bandoneón esponjoso y tam- que es el romántico preludio. En
bién implorante, con la gris sobriedad de ellos experimenta con ritmos inu-
las cuerdas graves, hace el resto, el diálogo suales, a veces con una suerte de
imposible entre la soledad y el paisaje, tan discurso continuo que parece sal-
propio de la gran ciudad, así como su tarse y borrar las barras divisorias
armonización lírica era el lote del colega de los compases, otras con el juego
ruso. de timbres imitados, el sostenido
La sociedad entre ambos compositores, pedal de un órgano que fingen
aparentemente tan alejados (aunque cerca- ciertos acordes, o el picado de un
nos en la vasta familia de los romanticismos cabe la fácil figura, que baja la voz, cierra juego de uñas sobre las cuerdas
tardíos de aquí y de allá) es una feliz ini- los postigos y enciende la casera lámpara desnudas de un arpa.
ciativa, porque permite a un excelente de los recuerdos y las fantasías. No lo No sabemos qué habría hecho
solista como Marcucci acolcharse en la obliga la letra de la liturgia o la retórica Arensky si hubiese vivido, como su
señorial sonoridad de los arcos bávaros. oratorial y puede acercarse a un yo púdi- paisano Stravinski, por ejemplo, el
Finalmente, el bandoneón partió de camente disimulado entre los refajos del doble de calendarios. No importa.
Alemania para recalar en el Río de la Plata presbítero. La escena tiene sus bambali- Sabemos lo que hizo y es bastante
y convertirse en emblema tanguero, moján- nas personales y estas obras de comedida para incitarnos a volver sobre sus
dose con la humedad del mar y torrándose confesionalidad permiten atisbarlas. pasos.
en la calidez del trópico intermediario. B.M.
B.M.
B.M. A. ARENSKY: Obras para piano - 12
L. PEROSI: Trío para cuerdas en mi bemol mayor; Preludios, op. 63; 12 Estudios, op. 74; Suite
A. PIAZZOLLA: Las cuatro estaciones - P.I. TCHAI- Cuarteto nº 9 en re menor; Cuarteto nº 10 en la Arabesques, op. 67; Ensayos sobre ritmos
KOVSKY: Las estaciones / Alfredo Marcucci (bandone- menor; Quinteto con piano nº 3 en la menor; Elegía olvidados, op. 28; 3 Piezas, op. 42 / Anthony
ón); Piotr Stefaniak (contrabajo) / Cellistas Filarmónicos para violoncello y piano / Ensemble L. Perosi / BON- Goldstone (piano) / OLYMPIA / Ref.: OCD
/ ORFEO / Ref.: C128001A (1 CD) D2 GIOVANNI / Ref.: GB 5108-2 (1 CD) D2 692 (1 CD) D2

( 23 )
Primitiva saison russe con El pabellón de Armida, además de otras piezas de Nikolái Cherepnin, en OLYMPIA

Quien no quiso devenir en homo sovieticus


E
n una ocasión el químico Borodín se sobrepuso a su sempiter- acción (enmarcada bajo el reinado de Luis XIV) cuenta la historia de
na indolencia y, por mera diversión, decidió componer una un tapiz gobelino que cobra vida. Vera Karalli y Mijaíl Mordkin bai-
polca para piano a cuatro manos sobre un tema infantil. En fun- laron los personajes protagonistas de Armida y René; mas el
ciones de regidor incontestable de los actos ajenos, Rimski- ambiente se tornó incandescente al llegar el pas de trois danzado
Kórsakov propuso a varios de sus acólitos que compusieran paráfra- por Tamara Karsávina, Aleksandra Baldina y Nijinski. Éste, que
sis sobre el mismo tema, destinadas a pueriles pianistas incipientes. encarnaba al esclavo de Armida, recibió las más estrepitosas ova-
Cuajó el proyecto a finales de los años setenta del ochocientos con ciones de la velada en sus asombrosos solos. La Suite de nueve
una aportación adicional de Liszt, llevando el números, extraída del ballet, nos lo muestra
global título Tàti-Tàti onomatopéyico del tema. blanco y con deleitosas reminiscencias melódi-
Nikolái N. Cherepnin (1873-1945), discípulo de cas de Chaikovski. Si bien raramente se ha repe-
Rimski-Kórsakov en el Conservatorio de su natal tido el clamoroso éxito de su debut parisién, en
San Petersburgo -e inicialmente muy influido por la Unión Soviética disfrutó de gran estimación.
él-, remozó la obra colectiva en trece números En 1918 Cherepnin fue contratado como direc-
con una orquestación imaginativa y elegante al tor por el Conservatorio nacional de Tiflis,
par que virtuosa. También pianista y director de donde además dirigió la ópera local durante tres
orquesta, tuvo Cherepnin a su vez como alum- temporadas. Al implantarse el poder soviético
nos en su clase petersburguesa de dirección en Georgia, sospechó que se vería obligado a
orquestal a Prokófiev, Malko y Gauk. El mismo malbaratarse con panegíricos a los nuevos amos
año (1899) en que nació su único hijo Aleksandr y, antes que convertirse en vocero musical del
-futuro compositor errabundo-, Nikolái escribió régimen, prefirió abandonar su país en 1921 y
su Preludio a La princesse lointaine de Edmond establecerse en París para el resto de su existen-
Rostand, música escénica de factura estilística cia. Cuatro años después de instalarse fundó el
influenciada por el grupo Poderoso montoncito. Conservatorio ruso parisiense y perpetuó sus
Tenía Cherepnin por consorte a una dotada mezzosoprano cuyo vínculos eslavos con cometidos como la presentación en occidente
tío era el afamado figurinista y decorador Aleksandr N. Benois. de su versión completa de la inacabada ópera de Músorgski La feria
Sugirió éste a su sobrino político la composición de un ballet con de Soróchinski, la escritura de varios ballets comisionados por Anna
argumento fantástico inspirado en Théophile Gautier, del cual dima- Pávlova y la composición de dos óperas de inequívoca atmósfera
nó Le pavillon d’Armide en un acto y tres cuadros. Alcanzó un nota- nacionalista. A la edad de cincuenta y seis años abordó por vez pri-
ble éxito en su estreno, ocurrido el 25 de noviembre de 1907 en el mera el género operístico con Svat («El casamentero»), elaborada
Mariinski de San Petersburgo, beneficiándose de la coreografía de sobre un libreto propio basado en la homónima comedia del litera-
Mijaíl Fokin danzada por las primerísimas figuras Pávlova y Gerdt, to moscovita Aleksandr N. Ostrovski. Formalmente tradicional, su
así como del libreto y los preciosos vestuario y decorados rococós Obertura (1929) evidencia material melódico, clima y carácter meri-
de Benois. Entre los espectadores se encontraba Sergéi P. Diáguilev, dianamente rusos.
quien con su proverbial perspicacia de promotor cultural y empre- OLYMPIA ha grabado en Alemania las cuatro piezas precitadas
sario teatral, dentro de las muchas excelencias que engalanaban la en agosto de 2000, interpretadas con galano empaque por la
representación, supo captar las portentosas cualidades latentes de Orquesta Nacional Filarmónica del Palatinado renano, gobernada
un prometedor ballerino kievita de diecisiete años llamado Vaslav por la idomática batuta del ucraniano Ígor Blashkov, antiguo pupilo
Nijinski, incluso relegado su innato talento y mérito artístico a un de Mravinski. Es lícito maliciar que si Cherepnin no hubiera afron-
insignificante papel, al cual pronto encumbraría a la cabecera del tado la zozobra del exilio, acuciado por la incertidumbre y las inti-
cartel de su compañía y del propio lecho. Sagazmente, escrituró a midantes directrices soviéticas, se habría añascado en una maraña
Cherepnin para dirigir el magno acontecimiento que constituiría la de socaliñas temeroso de perder su identidad creativa.
presentación en París de sus Ballets Russes. Cuando el 19 de mayo
de 1909 se levantó el telón del parisino Théâtre du Châtelet, se pro- José Luis Gómez Lozano
dujo un estallido de tonalidades y emociones que deslumbraron a la
ciudad luz. La inaugural saison russe ofrecía un espectacular pro- N. TCHEREPNIN: Obertura de la ópera Svat; Suite Le Pavillon d’Armide; La princesse
lontaine (Preludio); Tàti-Tàti (Paráfrasis sobre un tema infantil) / Staatsphilharmonie
grama tripartito que comenzaba con El pabellón de Armida, cuya Rhienland-Pfalz. Dir.: Igor Blashkov / OLYMPIA / Ref.: OCD 693 (1 CD) D2

Cantos de España: el sello LINDORO presenta una interesante


recopilación de obras originales y transcripciones para cello y piano

Pasión y fantasía
L INDORO nos trae un atractivo y original disco -transcripcio-
nes y versiones originales para violoncello y piano- en el que
se despliega con variedad de expresiones la música de seis
autores españoles de gran entidad, todos proyectados en el siglo
Stuchewsky. Temperamen-
talmente distinto es Enrique
Granados (1866-1916), gus-
toso de valores de recogi-
XX y con características -unos más, otros menos- nacionalistas y miento y ensoñación, y el
románticas, ya que, quiérase o no, se percibe un fervor de fidelidad Intermedio de Goyescas es
a la entraña española. un modelo de construcción
El pasar la frontera será un algo obligado para los compositores íntima y realista dotada, al
españoles con vocación de autenticidad, y los nombres que com- mismo tiempo, de pintores-
ponen este disco cumplen el requisito: Isaac Albéniz (1860-1909), cos acentos. Joaquín Turina
ocupa un puesto de privilegio en Europa, porque reúne cualidades (1822-1949) encuentra el
románticas con un maravilloso sabor de gracia española. Su huma- rumbo decisivo en París, donde permanece desde 1905 hasta
nísima simpatía fue la gran puerta de la música española en París. 1914, adquiriendo formación en la Schola Cantorum. Turina se
Representado aquí con la Malagueña, una de las piezas incluidas ejercitará en el gozo de las cosas pequeñas y cotidianas. Su senti-
en su álbum para piano España, podremos apreciar el españolismo do de la forma será elástico y personalísimo. Tres piezas podremos
de ese Albéniz de la primera etapa, sin planteamiento de forma y escuchar, dos de ellas de 1909: Romanza -obra inédita en disco- y
sin demasiada exigencia original, pero con unas cualidades espe- Jueves Santo a medianoche, segundo movimiento de la Suite para
cíficamente musicales que son donde radica el encanto. La trans- piano Sevilla. Se refleja en ambas la sabiduría formal de la Schola
cripción para cello y piano es la debida al violoncellista israelí J. Cantorum y esa atmósfera de sensualidad que nos traen sus acor-

( 24 )
Primicias orquestales de Geirr Tveitt (1908-1981), en BIS

El resplandor de la hoguera
P ocas figuras tan fantasmagóricas como
la del noruego Geirr Tveitt. Al igual
que sus compatriotas Grieg y
Johansen, estudió en el Conservatorio de
situada en una colina al oeste de Noruega,
desapareció entre las llamas, más de 300
obras (las cuatro quintas partes de su pro-
ducción) clasificadas meticulosamente en
que bien podría rebautizarse como Sinfonía
del Palimpsesto.
La música de Tveitt podría definirse
como un insospechado crisol en el que se
Leipzig. Su insaciable curiosidad le llevó a ocho gigantescos armarios de madera desa- funden diversas influencias: una orquesta-
hablar correctamente cinco lenguas euro- ción muy elaborada que, aunque inconfun-
peas y a desenvolverse con el árabe y el diblemente nórdica, mira a Ravel y a la
hindí. Pero muy pronto destacó como pia- escuela francesa de entreguerras -ya de por
nista y compositor: no menos de una doce- sí suficientemente ecléctica-, una escritura
na de sus partituras juveniles fueron publi- pianística que unas veces parece heredada
cadas en Leipzig y su estudio sobre la músi- de Rachmaninov y otras sorprende con
ca nórdica (1937) fue escrito directamente giros propios de Bartók o Prokofiev, un
en alemán. A los diecinueve años compone empleo frecuente de ostinati y ritmos brus-
el primero de sus seis conciertos para piano cos -que recuerdan a Leifs- y un gusto indi-
que, en 1931, consigue estrenar con la simulado por los contrastes y los golpes de
Sinfónica de la Radio de Leipzig. Más ade- efecto que le hacen pasar del más delicado
lante se traslada a Viena, donde estudia con lirismo al salvajismo más desatado. Y todo
Wellesz y Marx, y posteriormente a París; ello alimentado por los temas y ritmos del
allí entra en contacto con Villa-Lobos, folclore de su país, omnipresentes en toda
Schmitt y Honegger. Tras su regreso a su obra.
Noruega en 1933 emprende numerosas Quizá la mejor forma de disfrutar de
giras de conciertos, como intérprete de parecieron con ella. Ha sido necesario un estas dos composiciones sea considerarlas,
obras propias y ajenas, por Europa y África extraordinario trabajo de restauración, casi en su conjunto, como una exuberante y
del norte aunque siempre manifestó una detectivesco, para conseguir rescatar de las abigarrada banda sonora para un filme ine-
especial predilección por París, ciudad en cenizas las dos obras que motivan este xistente que el oyente ha de contemplar a
la que se sentía especialmente a gusto: allí comentario y que se cuentan entre sus más través del proyector de su imaginación; una
viviría su último gran éxito como intérprete importantes producciones: Prillar, un ambi- música ciertamente conservadora, que los
al estrenar en el Teatro de los Campos cioso tríptico sinfónico -con ecos de amantes de las sagas nórdicas paladearán
Elíseos, bajo la dirección de Martinon, su Sibelius, Alfvén y más de un ruso- fechado con delectación. Para este viaje, dificilmen-
quinto Concierto para piano en 1954. en 1931 que Tveitt nunca consiguió estre- te podría pensarse en un guía más convin-
Desde finales de los años veinte hasta nar y la denominada Sinfonía del Dios Sol cente que Ole Kristian Ruud, que ya
comienzos de la década de los setenta o Solgud-symfonien, en realidad tres frag- demostró su dominio en otro repertorio
Tveitt (que añadió esa última «t» para ase- mentos de su gran ballet Los sueños de fronterizo como eran las sinfonías de Nino
gurarse de que los franceses pronunciaran Baldur, una de esas obras con las que la Rota, igualmente grabadas para BIS. Jorma
bien su apellido) tuvo tiempo de edificar un historia se ha ensañado a conciencia. Panula puede sentirse orgulloso de su clase
gigantesco edificio sonoro conformado por Estrenada la suite por Rosenthal en el agita- de dirección orquestal del Conservatorio
sinfonías, conciertos, ballets y otras músi- do París de 1939, la partitura desapareció Sibelius de Helsinki: Salonen, Saraste,
cas incidentales, media docena de óperas y durante los bombardeos de Londres. Oramo y el mismo Ruud nos lo confirman.
cantidades ingentes de música de cámara, Restaurada y revisada por su autor, fue defi-
pianística y de todo género imaginable. nitivamente destruida en el citado incen- Jean Marie Viardot
Por desgracia sólo una parte muy redu- dio. Gracias a los restos conservados, una
cida de este inmenso legado ha llegado partitura incompleta de piano y a un par de G. TVEITT: Prillar, op. 8; Sinfonías Solgud (Tres piezas
de Los sueños de Baldurs) / Orquesta Sinfónica de
hasta nosotros. Cuando el 12 de julio de grabaciones también incompletas ha podi- Stavanger. Dir.: Ole Kristian Ruud / BIS / Ref.: BIS 1027
1970 la residencia campestre del músico, do reconstruirse lo que hoy escuchamos y (1 CD) D2

des debussystas, sin faltar la postura más urba- llegado de París en 1914. Esta obra constituye,
na de lo andaluz en ese ambiente de Semana por su depuración técnica, uno de los grandes
Santa que impregna la segunda de las piezas acontecimientos de nuestra música contempo-
mencionadas. Originalmente escrita para cello ránea por su depuración técnica. No obstante,
y piano es, por su parte, la partitura de Polimnia antes de estas piezas se incluye una obra tam-
(1942), de bella melodía, perteneciente al ciclo bién inédita en disco, Alborada, del músico
Musas de Andalucía de más abstractos proble- sevillano Manuel Castillo (1930), página evoca-
mas de forma. dora que, sin abandonar la tradición naciona-
Aprendió mucho en el París de los años lista, hace presentes las formas francesas.
anteriores a la Primera Guerra Mundial el que Satisfactorio programa e interpretación de
fuera discípulo predilecto de Pau Casals, el vio- estas dos jóvenes -rumana y rusa- y prometedo-
loncellista Gaspar Cassadó (1897-1966), de ras instrumentistas. De limpia digitación y
quien el presente registro recoge dos de sus amplio volumen la ejecución de Luiza Nancu,
obras en las versiones originales de composi- a la que Tatiana Postnikova presta un ceñido
ción: Requiebros, evocación del mundo goyes- acompañamiento y un transparente sonido.
co a lo Granados, y la espléndida Suite para Unos Cantos de España, en resumen, de indis-
violoncello solo dedicada a Francesco von cutible interés.
Mendelssohn, de tono aséptico y austero, sin ARMONIOSI CONCERTI
olvidar el matiz nacionalista (Sardana). Cerrará M.G.F. sopra la Chitarra Spagnuola
Obras de Kapsberger, Pellegrini, Negri,
esta grabación una transcripción que el cellista Caroso, Corbetta, Castaldi, Bartolotti
francés Maurice Maréchal hiciera en 1925 de CANTOS DE ESPAÑA - I. ALBÉNIZ: Malagueña - J. TURINA:
Romanza; Polimnia; El Jueves Santo a medianoche - G. CAS- y Piccinini
las Siete Canciones Populares Españolas -faltan SADÓ: Requiebros; Suite para violoncello - M. DE FALLA: Juan Carlos Rivera
las Seguidillas murcianas- que Manuel de Falla Suite popular española / Luiza Nancu (cello); Tatiana (tiorba y guitarra barroca)
Postnikova (piano) / LINDORO / Ref.: MPC 0706 (1 CD) D2 LINDORO
(1876-1946) diera a conocer en Madrid recién
Ref.: MPC 0707 (1 CD) D2

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Falla, García Lorca y Gerhard comparten Nuevas extravagancias musicales
la última novedad de ÓPERA TRES de Christian Lindberg, en BIS

Cantares El loco del trombón


T
remenda portada la de este nuevo disco de ÓPERA TRES con cancio-

E
nes de Falla, Lorca y Gerhard con acompañamiento de guitarra inter- l dentista de Lindberg se llama doctor Decker, y
pretadas por Juanita Lascarro con Marco Socías: en campo ocre de cuando muchos años atrás decidió ser trombonista,
motivos alhambristas, borriquillo paseante montado por una especie de un casposo profesor de música le dijo que nunca
espectro y escorzo de toro. Impresionado todavía por el rojo chorreante del llegaría a nada tocando un instrumento monódico. Se
lomo del marrajo, uno reflexiona en la dificultad con la que tienen que lidiar frustró tanto que abandonó sus inquietudes artísticas
las productoras discográficas para que sus discos no se pierdan en los ana- para dedicarse a la más rentable medicina bucal.
queles de las tiendas y, desde luego, parece claro que este disco no va a Cuando ese profesor le dijo lo mismo a Lindberg, el
pasar desapercibido allí donde se encuentre. Por otra parte, uno ya se espan- sagaz muchacho acudió a la biblioteca Valhallavägen y
ta por pocas cosas y hasta piensa que la composición pictórica está realiza- consultó una enciclo-
da con cierto gusto y responde a motivos relacionados con el repertorio pedia. La palabra
interpretado: es el españolísimo ambiente de todas estas canciones, los tin- «monódico» no exis-
tes moriscos del Romance de don Boyso o el viejo cosaute de Las morillas te. Así que el sueco
de Jaén, el barroquismo indiano de La indita de Roberto Gerhard, el torito de continuó sus estudios
encierro de la canción de Gerhard o el toro resabiado del dramático y pre- y su carrera y ahora
monitorio romance de Los mozos de Monleón recogido por Federico García está considerado co-
Lorca o, también de García mo uno de los más
Lorca, el toro de El café de grandes intérpretes
Chinitas, o la mula torda de Los de metal del siglo XX,
cuatros muleros. Señas de una junto a Louis Arms-
España pasada y presente, cadu- trong y Miles Davis.
cada y vigente, que todavía Una de las escasí-
cumplen bien su función de dar- simas obras com-
nos a conocer en el mundo de la puestas por el doctor
globalización (americanización) Decker, que ahora es
con una personalidad distintiva. el consejero personal de Lindberg, es la llamada
Tópicos construidos en la época Fanfarria para cuatro ranas, en la que nos damos cuen-
de los nacionalismos decimonó- ta con tristeza de la enorme pérdida para el arte uni-
nicos, que el primer siglo XX versal que supuso que fuera Lindberg quien se convir-
asumió con más o menos mati- tiera en trombonista, y no Decker. Pero Decker es todo
ces dando frutos musicales tan un profesional en su consulta, y sus idas y venidas con
distintos, y tan iguales en el el bisturí son ilustradas musicalmente en el poema para
fondo, como los tres conjuntos cuatro trombones y narrador que lleva su nombre.
de canciones que se presentan Durante años y años, Lindberg se ha preguntado el
en esta grabación: las Siete can- significado de aquella palabra inexistente -«monódi-
ciones populares españolas de Falla, los siete Cantares de Gerhard que dan co»- que cambió el curso de su vida y de la de su den-
título al CD y la Colección de canciones populares antiguas de García Lorca. tista. Esta pregunta sin respuesta está presente en todas
Un total de 27 canciones entre las cuales la que no destaca por su her- sus obras; es una presencia fantasmagórica, como la de
mosura lo hace por su gracia. Y la interpretación de la soprano Juanita Mandrake, personaje de cómic para el que Lindberg
Lascarro acompañada por Marco Socías -una interpretación bien sentada también ha compuesto un concierto, muy cinematográ-
entre la belleza y el ingenio- hace perfecta justicia a este repertorio. No lo fico, que este disco-happening presenta con honores de
tenían fácil, por ejemplo, en la obra de Falla cuyo acompañamiento pianís- estreno. Entre película y película, un corto: Catmania,
tico es aparentemente insustituible, pero Lascarro y Socías consiguen que su sobre la lucha que tuvo Lindberg con un gato que le
versión tenga tanta consistencia como sentido musical. Falla suena segura- perseguía y que acabó con la caída de ambos en una
mente como hubiera soñado sonar: en una guitarra y no en un piano no por fuente. Desde entonces ese gato se le aparece en sue-
más maravilloso menos enrarecido por la peculiaridad esencial de sus acom- ños como asistente a sus conciertos.
pañamientos. En el caso de las canciones de García Lorca, que en sus ver- Lindberg es decididamente el Jacques Tati del trom-
siones originales con acompañamiento de piano adquieren un aspecto un bón, y es capaz de componer las piezas más virtuosísti-
tanto desangelado y salonesco, con la guitarra bien realizada resultan direc- cas para describir las situaciones más normales del
tamente efectivas y Lascarro luce en ellas, como en las otras, todos los recur- mundo, como la del hombre cansado que se mete en la
sos expresivos de una voz ágil y bellamente timbrada. cama para dormir pero es acechado por un ataque de
Las canciones de Gerhard, menos oídas y grabadas que las otras y con insomnio, ya que piensa y piensa en un gato que le per-
acompañamiento original para guitarra, son absolutamente deliciosas. sigue por el mundo, o en el significado de la palabra
Compuestas bastante tarde (en 1956), representan, sin embargo, una mirada «monódico». O en un Duelo al sol en el que los pisto-
atrás del compositor hacia los años previos a la guerra civil. Los acompaña- leros han sido sustituidos por trombonistas. O en aque-
mientos guitarrísticos no se limitan a dar soporte al canto sino que quieren lla sociedad salchichera de un pueblo húngaro, que
vivir y tener una entidad propia paralela al canto comentando, completan- consiguió fabricar una máquina reductora de piel de
do, desmarcándose y acercándose a él y, ese flirteo, Socías y Lascarro lo bor- salami en la que el padre de Lindberg se inspiró para
dan. Es una lástima que no cupiera en esta grabación -que dura generosa- construir la válvula CL-2000, con la que los trombones
mente más de 74 minutos- la interpretación de la Fantasía para guitarra, que amplían su registro y son capaces de emitir tres notas
se suele interpretar como pieza independiente, pero que Gerhard la compu- diferentes a la vez, dejando por lo tanto de ser un ins-
so en 1957 para intermediar su colección de canciones, dar un respiro nece- trumento monódico. Cada una de estas situaciones da
sario a la cantante y permitir al guitarrista un momento de lucimiento a solo motivo a una nueva extravagancia compositiva en un
que bien se merece en medio de una serie de acompañamientos tan com- disco que está en los límites de la realidad.
plejos como los dispuestos por Gerhard.
En resumidas cuentas, todo un acierto. Mel Smith Window

Javier Suárez-Pajares C. LINDBERG: Mandrake in the Corner, para trombón y orquesta, y


diversas obras para trombón con distintos acompañamientos instru-
mentales y orquestales - F. HÖGBERG: La balada de Kit Bones: para 6
CANTARES - M. DE FALLA: 7 Canciones populares españolas - F. GARCÍA LORCA: Colección de trombones y 2 narradores / Christian Lindberg (trombón) / Trombone
canciones populares antiguas - R. GERHARD: Cantares / Juanita Lascarro (soprano); Marco Socías Unit 2000; Orquesta Sinfónica de Singapur [Dir.: Lan Shui]; Tapiola
(guitarra) / OPERA TRES / Ref.: CD 1035 (1 CD) D2 Sinfonietta [Dir.: Jean-Jacques Kantorow] / BIS / Ref.: BIS 1148 (1 CD)
D2

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Obras de Berio y Denisov en los arcos de dos nuevos «monstruos» del violín

Dos violines, dos talentos


E l dúo de violines es una formación ligada tradicionalmente a
la pedagogía musical. El método consiste en que el profesor
toca la parte más difícil, mientras el alumno atiende a la más
fácil; la musicalidad del maestro educa la del discípulo «en tiempo
40 Dúos, escritos precisamente con intención pedagógica. Tras
ellos, la literatura de la formación no ha dejado de aumentar en
una cantidad y calidad sin precedentes.
Prueba de ello es el compacto que el sello BIS acaba de editar
real». Puede sorprender que, a pesar de las ventajas del método, dedicado a esta formación, en el que incluye los 34 Duetti de
durante siglos no se haya escrito apenas para esta formación Luciano Berio como obra estrella, complementados con la Sonata
(Leopold Mozart), pero hubo un tiempo en que de Edison Denisov. Tradición y modernidad
el lenguaje imperante potenció el piano como conviven en estas inspiradas páginas. Berio,
instrumento acompañante universal y exclusivo aplicando su técnica de secuencias a la
en detrimento de otro tipo de formaciones forma miniatura; Denisov, por su parte,
camerísticas. Tiempos pasados, cuando la sinta- moviéndose con afán renovador en el más
xis musical tenía por base la armonía tonal, y familiar marco de la sonata. Dos jóvenes y
parecía necesario un colchón armónico que excepcionalmente dotados violinistas rusos,
definiese permanentemente la situación. Los alumnos en San Petersburgo de Tatiana
hallazgos de Bach en las Sonatas para violín no Liberova, hacen su presentación conjunta,
tuvieron continuación durante siglo y medio. alternándose en los papeles de primer y
Por otra parte, dos violines casaban mal con el segundo violín. Son Alexandr Bulov e Ilya
esquema tradicional melodía-acompañamiento Gringolts, quienes en el momento de la gra-
y, además, ¡no tienen graves! bación (1999) tenían 16 y 17 años respecti-
Las restricciones de una época constituyen vamente, y que tras ganar numerosos concur-
los estímulos de la siguiente. Lo que para unos sos internacionales han iniciado una prome-
fue limitación, otros lo consideran ventaja pues, tedora carrera por separado que, el caso de
al fin y al cabo, parte del asunto consiste en des- Gringolts, está causando sensación en toda
cubrir nuevos campos para la imaginación, encontrar territorios Europa. No es para menos a la vista de los excelentes, por no decir
vírgenes y explorarlos. De esta forma, en los últimos cien años el extraordinarios, resultados interpretativos que se exponen en esta
concepto de música de cámara ha conocido la mayor revolución impecable grabación. ¡Que cunda el ejemplo!
de su historia; formaciones clásicas como el dúo y el trío con
piano, el cuarteto de cuerda, el quinteto de viento, sin llegar a Santiago Lanchares
desaparecer, han dado paso a todo tipo imaginable de agrupacio-
nes instrumentales, entre ellas también al olvidado dúo de violines. L. BERIO: 36 Dúos para dos violines - E. DENISOV: Sonata para 2 violines / Alexandr
Bulov e Ilya Gringolts (violín) / BIS / Ref.: BIS 1047 (1 CD) D2
Fue Béla Bartók el primero en romper el fuego con su colección de

Música orquestal de Toru Takemitsu en el sello BIS

Qué lento el viento


M
úsica ligada a la naturaleza, que aspira a ser ella misma
espacio para la contemplación. Takemitsu (1930-1996)
definió la trama fundamental de sus obras con una ima-
gen, «from the river of sound to the sea of harmony», que expre-
sa el ideal de una poética de la sencillez. Y en tal sentido, el de
ser una corriente exquisita de sonoridades, la presente grabación
del sello BIS, integrada principalmente por obras orquestales de
los años ochenta y noventa, es un ejemplo de su más extremo
grado de refinamiento. Difícilmente puede hallarse una delecta-
ción tímbrica comparable, en la estela del impresionismo fran-
cés, sin otro afán de exploración que no sea el de la pura y reconocible belleza de su discurrir.
La inclusión del Requiem para cuerdas, una obra de 1957, de una desoladora e intensa expresi-
vidad, pero todavía en un lenguaje ajeno geográfica y espiritualmente, permite ver hasta qué punto
este delicado mundo armónico ha sido fruto de una larga maduración.
Quizá la atmósfera de ensueño común a estas últimas obras las haga parecer demasiado simila-
res entre sí, pero es la apreciación de los matices lo sustancial, donde se revela la afinidad de esta
música con la naturaleza. Tanto la inminente lluvia de Rain Coming (1982), una hilera de acacias
en Tree Line (1988) o diversos paisajes de islas (Estocolmo, Seattle y las islas del mar interior de Seto
en Japón) en Archipiélago S (1993), sean cuales sean las fuentes de inspiración confluyen en un
mismo estado absorto e irreal, lleno de iridiscencias.
Sin embargo, uno de los principales rasgos del último Takemitsu, sin abandonar la vaguedad de
su lenguaje, ese permanente «ir a decir», es la tendencia a organizar el material en torno a una idea UNA LETANÍA PARA EL SIGLO
melódica, lo cual es muy llamativo en Fantasma/Cantos II para trombón y orquesta (1994), aquí con XXI
un virtuoso del instrumento como es Christian Lindberg, en un fraseo de seductores aires jazzísticos ~
que, por momentos, adquiere un sofisticado carácter sentimental. O más aún, en esa maravilla cuyo Obras de Kirchner, Plagge, Burkhard,
título es un verso de Emily Dickison, How slow the wind (1991), donde una melodía de siete notas, Cosma, Egea y Mahle
procedente de la flauta del fauno de Debussy, reaparece a lo largo de la composición, cíclicamen- ~
te, en palabras de Takemitsu, como las olas o el viento, modificando levemente el espacio sonoro. Javier Bonet (trompa)
Aníbal Bañados (piano)
Miguel Ángel Coll ~
VERSO
Ref.: VRS 2003 (1 CD) D2
T. TAKEMITSU: Rain Coming, para orquesta de cámara; Archipielago S, para 21 ejecutantes; Fantasma/Cantos II, para trombón (-15% de descuento)
y orquesta; Requiem, para cuerdas; How slow the Wind, para orquesta; Tree Line, para orquesta de cámara / Christian Lindberg [Oferta especial de lanzamiento]
(trombón) / Kioi Sinfonietta Tokyo. Dir.: Tadaaki Otaka / BIS / Ref.: BIS 1078 (1 CD) D2

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Joaquín Achúcarro interpeta para ENSAYO un amplio programa raveliano

Exquisito y cristalino
por Justo Romero
<justito@arrakis.es>

C
ada disco de ENSAYO rezuma proverbial calidad y esmero
artesanal. El ejemplar sello fundado por Antonio Armet allá
por los años sesenta en la cosmopolita Barcelona sigue man-
teniendo hoy el altísimo nivel de exigencia que siempre caracteri-
zó su selecto catálogo. Ahora, éste se enriquece con un compacto
raveliano verdaderamente deslumbrante, de un pianismo exquisito
y transparente, firmado por uno de los nombres más gloriosos del
pianismo español de todos los tiempos: Joaquín Achúcarro (Bilbao,
1932), joven maestro en estado de permanente apogeo, vierte en
este monográfico Ravel su radiante y veterana comunicatividad
para dejar constancia de unas versiones cuya solidez y autoridad
expresivas se combinan con ese juicio estético y honda sensibilidad
que siempre transpiran sus sinceras interpretaciones.
Achúcarro se ha adentrado en la gran música para piano de
Ravel tras haberla amado y rodado durante largos años por los
mejores escenarios y festivales. Como consumado maestro y artista
absoluto, no se ha andado por las ramas y ha hecho unas versiones
valientes, de fuerte impronta personal, pero que, sin embargo, ha
conjugado con esa fidelidad escrupulosa a la partitura -y a cuanto
subyace en ella- que siempre ha distinguido sus cuidadas interpre-
taciones.
La fascinación aparece ya desde el inicio del compacto, con las
primeras y sencillas notas del Prélude, dicho por Achúcarro con esa
cristalina parsimonia capaz de conmover con el único recurso de
una nota bien timbrada. Bastan las finas armonías de estos 27 len-
tos compases para constatar la infinita belleza sonora que puede
deparar un piano cuando es tocado por unas manos tan maestras y
sinceras como las de Achúcarro. El contenido del compacto -68
minutos que engloban «lo más importante del pensamiento pianís-
tico de Ravel» al buen decir de Luis Gago en los estupendos
comentarios que ilustran el disco- traza un recorrido tan inteligen-
te y riguroso como fascinante y exhaustivo a través de seis obras
fundamentales del piano de Ravel.
M. RAVEL: Prelude; Sonatine; Pavane pour une
En la juvenil Sonatine Achúcarro establece un perfecto equili- infante défunte; Jeux d’eau; Valses nobles et senti-
brio entre la concisa perfección clásica que preside la obra y el mentales; Gaspard de la nuit / Joaquín Achúcarro
melancólico y sereno clima que exhalan sus compases. La serena y (piano) / ENSAYO / Ref.: ENY 9808 (1 CD) D3
noble Pavane pour une Infante défunte encuentra en Achúcarro a
uno de sus mejores traductores. El equilibrio de los planos sonoros
y de los diferentes colores que se superponen, así como la férrea y
al mismo tiempo libre arquitectura rítmica con la que Ravel trata la
grave danza española contrasta con la transparente fluidez de una
lectura de Jeux d’eau absolutamente fascinante y unos Valses
nobles et sentimentales en los que el brillante impulso rítmico sus-
tenta una visión luminosa y refulgente, de intensos relieves, en la
que los siete valses se suceden y yuxtaponen con enorme refina-
miento. Probablemente, si Debussy tuviera la fortuna de escuchar
Edita y realiza: DIVERDI, S.L. - Imprime: ESTUDIO - Dep. legal: M-10066-94

esta grabación de Achúcarro, el hipercrítico compositor francés se


afianzaría aún más en su juicio de que «la oreja de Ravel es la más
refinada que jamás ha existido».
Los equilibrados pianísimos, el magistral uso del pedal, el incre-
íble juego de sonoridades, la potente redondez de los fortísimos, la
cristalina nitidez de los planos armónicos, el legato casi susurrado,
los casi belcantistas cantabile... Mil y uno son los hallazgos que
convierten este compacto en imprescindible. Todos ellos aparecen
condesados en la novedosa y audaz versión de Gaspard de la nuit
que cierra el disco. Achúcarro, que a sus 68 joviales años no pre-
cisa demostrar nada, elude cualquier reto virtuoso y se pliega -salvo
en el fragmento central, Le gibet- a unos tempi desusadamente len-
tos, que le permiten una exploración sonora y expresiva completa-
mente original que propicia el descubrimiento de nuevos colores y
luces en una obra maestra de inagotables bellezas y máximas difi-
cultades técnicas. Es el propio Achúcarro quien, muy celibidachia-
namente, aclara tan inusitada lentitud. «Puedo asegurar», explica
Achúcarro, «que mi versión de Gaspard de la nuit es la más lenta
jamás grabada, pero así siento esta maravillosa música. A Ravel hay
que tocarlo sin que el virtuosismo técnico esconda la poesía y la
intensidad expresiva que encierra».

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