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El príncipe humanista
ENSAYO✺ EL TELETIPO
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EUFODA
GLISSANDO✺
GLOSSA✺ Aparte de las interesantes novedades arriba reseñadas, GLOSSA anuncia el lanza-
miento de las 6 Suites bachianas interpretadas a la viola de gamba por Paolo Pandolfo;
GOLDEN MELODRAM✺ asimismo, el conjunto Sinfonye ha grabado un registro de canciones del siglo XIII bajo
KOCH✺ la dirección de Stevie Wishart, y el percusionista Pedro Estevan es el firmante de las piezas que com-
LINDORO ponen un disco -El aroma del tiempo- en el que cuenta, entre otras figuras, con la colaboración de
Marco Ambrosini y Arianna Savall.
MUSIC & ARTS
MYTO✺ Entre los próximos lanzamientos de MYTO se anuncian una Carmen dirigida por Solti
NUOVA ERA✺ (Londres, 1973) con Verrett, Domingo, Te Kanawa y Van Dam; un Trovador (Milán,
1962) con Corelli, Stella, Bastianini y Cossotto bajo la batuta de Gavazzeni; Payasos
OLYMPIA (Milán, 1956) con Di Stefano, Petrella, Protti y Alva, y un Rapto en el serrallo desde el Colón bona-
ONDINE erense (1961) con Wunderlich, Rothenberger y Böhme.
ON STAGE
El siempre variado sello CPO tentará a los amantes de la opereta con Fruehling
OPERA RARA✺ (Primavera), de Franz Lehár y Die schöne Galathée (La bella Galatea), de Franz von
OPERA TRES✺ Suppé. Añadirá a las siempre interesantes rarezas de su catálogo nuevas obras camerís-
ticas de Schubert (con el Consortium Classicum de Dieter Klöcker), Raff y Von Herzogenberg, y dedi-
ORFEO✺
cará un disco a las 6 Sonatinas de Ferruccio Busoni, a cargo del incansable Roland Pöntinen. Pero
PANTON✺ habrá más cosas, entre ellas las sinfonías 7 y 8 de Frankel y un extraordinario Salve Regina de Johann
PEARL✺ Christian Bach.
PREISER✺ WINTER & WINTER abandona momentáneamente su fértil recorrido por
RICERCAR el terreno del jazz y de las «otras músicas» para retornar a la clásica con
RICORDI Johannes Brahms, del que La Gaia Scienza presenta su versión del Quinteto con piano, op. 34 y del
bellísimo Cuarteto, op. 60. Pero que no se alarmen los iconoclastas: se proyectan nada menos que tres
ROMOPHONE✺ nuevas grabaciones de Uri Caine de aquí a finales de septiembre. Habrá también una recreación ver-
STRADIVARIUS diana en interpretación de Fumio Yasuda, un originalísimo registro -Tintinnabulum-, con obras para
SUPRAPHON✺ órgano renacentistas y contemporáneas (Arvo Pärt), un nuevo trabajo de Paul Motian y la Electric
Bebop Band titulado Europa, y el «audiofilm» Orient Express, evocador de las músicas a las que se
SYMPHONIA✺ asomaba el mítico ferrocarril en su recorrido de Londres a Estambul.
SYMPOSIUM
TESTAMENT✺ El sello GOLDEN MELODRAM añade a su catálogo un Parsifal inédito, el de Bayreuth
1952, con Kna; una selección de interpretaciones callasianas de Norma poco frecuenta-
TIMPANI✺ das; y dos grabaciones dirigidas por Carlos Kleiber: una Elektra de Stuttgart con Steger,
WERGO✺ Tarrés, Mödl y Windgassen, y dos farsas de Offenbach presentadas por primera vez en disco: Die klei-
WINTER & WINTER✺ ne Zauberflöte y Die verlobung bei der laterne.
(2)
Jordi Savall y La Capella Reial de Catalunya nos ofrecen la segunda entrega de la serie
Músicas reales en ALIA VOX, con obras sacras y profanas del Cancionero de Montecassino (s. XV) EL DISCO
El príncipe humanista
C
uando en el verano de 1412 el entonces Príncipe don Alfonso cercanas al ámbito popular que al cortesano,
de Trastámara (a la sazón de 16 años de edad) marchó a para el que originalmente fueron destinadas. La
Zaragoza acompañando a su padre Fernando I (proclamado contraposición, en forma de complejas compo- DEL MES
poco antes Rey de Aragón por los compromisarios aragoneses, siciones contrapuntísicas, viene de la mano de
valencianos y catalanes reunidos en Caspe), su formación intelec- las obras del maestro franco-flamenco G. Dufay, Veni sancte spiri-
tual, y por ende musical, debía de ser ya bastante completa y, desde tus y el espectacular Magnificat a 4 voces al que Savall, en un ejem-
luego, muy ligada y vinculada a las nuevas corrientes del pensa- plo de maestría indiscutible, eleva hasta los mismos cielos durante
miento humanista y prerrenacentista que por aquellas fechas más de 13 minutos. Por su parte, el segundo disco está consagrado
comenzaban a calar en el espíritu de las élites intelectuales de la a las músicas profanas copiadas en el célebre códice italiano,
Corona de Castilla. Este poso cultural protorrenacentista y abierta- donde, una vez más, la diversidad de formas musicales y carácter
mente innovador sería también la base sobre la que se educarían y de las piezas vuelven a ser el eje sobre el que gira el argumento cen-
formarían los también castellanos Juan II, Rey de Castilla y León tral, alternándose, en una maravillosa combinación de sonidos, las
(1405-1454), gran protector de literatos y poeta él mismo, y don obras de innegable aire cortesano -como las bellísimas chansons Je
Carlos, futuro Príncipe de Viana (1421-1461), primo hermano y vos pri mon tres de Dufay y la inolvidable De tous biens plaine de
sobrino, respectivamen- Ghizeghem (en versión
te, de don Alfonso. instrumental ya que en
Esta sólida base inte- el manuscrito no se
lectual y cultural adqui- copió la letra)- con las
rida por el Magnánimo de indudable sabor his-
durante sus años de pánico, como la cono-
niñez y mocedad en su cida canción Qu´es mi
Castilla natal (recorde- vida preguntais, origi-
mos que había nacido nalmente de Cornago,
en Medina del Campo, y versionada por
sede de los estados cas- Ockeghem, posible-
tellanos de su padre don mente durante su viaje
Fernando de Antequera, como embajador a
en torno al año 1396), Castilla en 1469, y con
alcanzaría su madurez y las de evidente y desen-
máximo esplendor una fadada impronta popu-
vez que, siendo Rey de lar como Correno multi
Aragón (desde 1416), cani o el celebrado
abandonara definitiva- Dindirindin.
mente la Península Las interpretaciones
Ibérica (1432) y se asen- que realiza Savall con
tara en Nápoles (1442), La Capella Reial de
donde, como es bien Catalunya están sólo al
sabido, llegaría a desa- alcance de músicos
rrollar una política cultural de primer orden, fomentando y prote- excelentes y con un bagaje técnico y artístico realmente excepcio-
giendo abiertamente las artes en general, y las letras en particular, y nal. La frescura de las músicas y de las versiones conseguidas por
sobre todo creando una capilla musical de extraordinaria calidad estos cantores y ministriles modernos hacen que algunas obras, ya
que, a su muerte, acaecida en junio de 1458, no se vería continua- grabadas por el director catalán hace varios años (Zappay, Qu´es mi
da por su hijo bastardo y sucesor en sus estados italianos, Fernando vida preguntais, Viva viva Rey Ferrando o Dindirindin) nos resulten,
I, monarca mucho más volcado en los asuntos de índole política y una vez más, verdaderamente novedosas, como si hubieran sido
militar que en las empresas culturales de su padre. grabadas por vez primera y tuviéramos la oportunidad de escuchar-
Un excelente testimonio y acabado ejemplo musical del refina- las en primicia mundial. Los cantores, que demuestran conocer, y
do ambiente humanista de la Corte de Nápoles, una de las más bri- de hecho dominan a la perfección, un repertorio donde una sutil y
llantes de la Europa del siglo XV, podría ser el célebre Cancionero refinada belleza convive con formas musicales y poéticas sublimes,
de Montecassino, códice musical que ha tomado el nombre de la están representados por solistas de la talla de Montserrat Figueras
Abadía Benedictina, Casa madre de la Orden, donde se conserva al (impresionante en Qu´es mi vida preguntais), el joven contratenor
menos desde finales del siglo XVIII. La antología, que contiene un Carlos Mena, Lambert Climent, Jordi Ricart o Daniele Carnovich,
total de 141 composiciones, de las que 77 son profanas y 64 reli- por citar solamente algunos de entre un elenco sobresaliente. Los
giosas, abarca un amplio abanico, no sólo de estilos y formas musi- instrumentistas, capitaneados por Savall a la viola da gamba, tam-
cales -que van desde la refinada chanson cortesana al bullicioso poco necesitan mayor presentación; sólo mencionar a Sergi
canto carnascialesco, pasando por las obras sacras, algunas de mar- Casademunt, Lorenz Duftschmid, Béatrice Delpierre, Alfredo
cado caracter popular, y las complejas y excelentes composiciones Bernardini, Josep Borràs (el conjunto de vientos, la Alta Capella, es
religiosas de Dufay- sino también cronológico, ya que el códice realmente excepcional), Rolf Lislevand, Guido Morini o Pedro
incluye obras compuestas entre los años 1430 a 1480, aproximada- Estevan ya nos permite asegurar por sí mismo el éxito de una gra-
mente. bación que rebosa calidad y destreza por doquier. Y todo ello con
Savall ha optado por mostrarnos un Cancionero de Montecassino una presentación cuidada hasta el último detalle, norma habitual
donde esta variedad, verdadero crisol musical de la época, reflejo, del sello, y un sonido cristalino y nítido que harán de este álbum
sin duda, del ambiente cosmopolita y de la proyección intelectual una referencia indiscutible del repertorio musical, sacro y profano,
de marcado caracter internacional que reinaba en la Corte del del siglo XV.
Magnánimo, sea el eje de toda la grabación. En el primero de los Un nuevo éxito de Savall y Alia Vox.
compactos, dedicado íntegramente a la música religiosa, se han
incluido algunas composiciones anónimas (la bellísima antífona Francisco de Paula Cañas Gálvez
Adoramus te y el himno Patres nostri peccaverunt fueron, sin duda,
escritas para ser cantadas durante las celebraciones litúrgicas de ALFONSO V EL MAGNÁNIMO - Cancionero de Montecassino - Obras religiosas y pro-
fanas / Obras de Dufay, Ockeghem, Cornago, Von Ghizeghem y autores anónimos /
Semana Santa en la capilla del Castel Nuovo, residencia favorita de Montserrat Figueras (soprano); Maria Cristina Kiehr (mezzo); Carlos Mena, Kai Wessel,
Alfonso V en la ciudad de Nápoles), seguramente creadas por maes- Josep M. Gregori, Jean-Yves Guerry (contratenores); Lambert Climent, Francesc
Garrigosa, Lluís Vilamajó (tenores); Jordi Ricart (barítono); Daniele Carnovich, Jordi
tros napolitanos activos al servicio de la Corte Real, donde las líne- Ricart, Xavier Sans (bajos) / La Capella Reial de Catalunya. Dir.: Jordi Savall / ALIA VOX
as melódicas, siempre sencillas y simétricas, las hacen mucho más / Ref.: AV 9816 A+B (2 CD) D10 x 2 (-10% de descuento) [Oferta especial de lanza-
miento]
(3)
EUFODA presenta una colección de Polifonía flamenca por la
Capella Sancti Michaelis y el Currende Consort dirigidos por Erik van Nevel
(4)
La antología de la polifonía flamenca La Venexiana y Claudio Cavina publican el
del sello EUFODA por Eric van Nevel Primer Libro de un madrigalista genial
y el Currende Consort, por fin en España
L
distribuyen en España los compactos de la mítica antología que el a más reciente producción de La Venexiana en GLOSSA supone de
sello belga EUFODA dedicó a la polifonía flamenca allá por el alguna manera una vuelta a los orígenes. Su colección titulada Il
año 1993. Desde aquella época gloriosa muchos han sido los afi- madrigale italiano arrancó precisamente con el Tercer Libro de los
cionados que se han visto obligados a peregrinar a los Países madrigales de Sigismondo d’India.
Bajos o a implorar el favor de algún buen amigo cosmopolita y Aquella primera entrega, hace ya cua-
viajero para conseguirlos. A partir de ahora parece que intentar tro años, tuvo el valor de iluminar la
hacerse con estas delicadas figura de un compositor hasta entonces
joyas no será por más tiempo poco frecuentado y familiarizó al
tarea más propia de un extra- oyente con un repertorio de primera
perlista que de un melómano. magnitud. En las historias de la música,
En este artículo pretendemos Sigismondo d’India es nombrado ante
presentar brevemente los dos todo como exponente puntero del
primeros manjares de este naciente género de la monodia. Aquel
suculento menú de degusta- Tercer Libro de madrigales reforzaba la
ción musical «a la flamenca»: imagen de un artista completo y origi-
Philippe Rogier en España y nal desde todos los puntos de vista. El
Canciones y danzas de estilo de Sigismondo se afirmaba como
Flandes. una síntesis lograda entre el cromatismo de Gesualdo, por un lado, y
Felipe II heredó varias perte- la práctica del madrigal concertado (con bajo continuo) que
nencias de su augusto e impe- Monteverdi había inaugurado en su Quinto Libro de madrigales.
rial progenitor. Pero la única El Primer Libro nos retrotrae al arranque del lenguaje de este «aris-
que yo le envidio es su nunca tócrata palermitano», como se define a sí mismo en la dedicatoria del
sufientemente bien ponderada capilla flamenca. Durante los rei- mismo. Su publicación se remonta a 1606 y el éxito fue relevante,
nados de Carlos I y Felipe II, fue la casa real española la única en puesto que se reeditó dos veces, al año siguiente y en 1610. Poco
Europa que se permitió el lujo de mantener simultáneamente dos sabemos de la juventud de Sigismondo d’India. El análisis de los ras-
capillas reales: la de la Casa de Borgoña, integrada exclusiva- gos estilísticos de sus primeros madrigales desvela inmediatamente la
mente por músicos flamencos, y la de la Casa de Castilla. Siempre
cercanía a los círculos musicales napolitanos, dominados por las figu-
que se habla de los Siglos de Oro en España, resulta inevitable
ras de Giovanni de Macque y Gesualdo. Más tarde, la necesidad de
recordar a Victoria, a Morales, a Guerrero… pero no podemos
encontrar a un mecenas le empujó hacia las cortes del norte. De esta
olvidar la calidad de las composiciones de otros autores que flo-
manera, entró en contacto con los fermentos innovadores que impul-
recieron durante el mecenazgo de Felipe II. Como muestra bien
vale un botón; esta es la lista cronológica de los maestros de la
saban el nuevo estilo. Por un lado la monodia, por otro la novedad que
mencionada capilla flamenca durante su reinado: Nicolas Payen, suponían los madrigales de Marenzio y, sobre todo, Monteverdi. Los
Pierre de Manchicourt, Jean Bonmarchais, Gérard de Turnhout, primeros compases del madrigal Intenerite voi, lagrime mie ponen en
Georges de la Hèle y Philippe Rogier. De casi todos ellos (excep- evidencia la ascendencia napolitana de su formación. Una armonía
tuando a Payen y a Bonmarchais) encontraremos en este disco torturada y cambiante, en vilo entre el sufrimiento y la complacencia
algunas de las más bellas muestras de su talento, incluso aquellas masoquista. Una expresión de los afectos exacerbada y exhibida en los
de carácter profano y hasta erótico y jocoso. Cabe destacar la términos de un manierismo sofisticado. No obstante, el estilo de
belleza de Jouÿsance vous donneray de Turnhout sobre los emoti- Sigismondo mantiene un carácter personal. En Gesualdo, los giros cro-
vos textos de Clément Marot (Placer te daré, / amigo mío, y con- máticos se insertan en un tratamiento del texto extremadamente frag-
duciré / tu esperanza a buen puerto. / No te dejaré mientras viva, mentado, se mueven entre contrastes abruptos de texturas y se articu-
/ e incluso cuando muera / mi espíritu seguirá recordándote.) La lan en breves secciones. En Sigismondo, por el contrario, las tensiones
vida de Rogier fue muy breve; fue sucedido en su cargo por armónicas no impiden la presencia de arcos vocales de amplia y apa-
Mathieu Rosmarin, quien cambió su nombre por el de Mateo cible envergadura (Al partir del mio sole), entrelazados en líneas
Romero. Tres obras suyas se ofrecen también en esta acertada nobles y fluidas. No obstante, Sigismondo no desconoce el valor dra-
recopilación: Digamos, la popularísima A la dulce risa y Libera mático de los silencios y de los contrastes repentinos (Parlo, miser, o
me, Domine. Si bien la pronunciación del español resulta algo taccio?), así como se acerca a los modos de Gesualdo en el declama-
chocante, vale la pena escuchar esta interpretación do polifónico que abre el madrigal Ha di serpe el sen. Otros madriga-
La antología de canciones y danzas de Flandes es una fantásti- les revelan la influencia del estilo norteño (Marenzio, Wert,
ca retrospectiva de la diversificación estilística del siglo XVI. Junto Luzzaschi), sobre todo en la importancia y la autonomía concedida a
a algunas conocidas pavanas, gallardas, allemandas, branles, las tres voces superiores.
ungarescas y saltarellos extraídos de las colecciones de Phalèse o Una apreciación tan amplia de todos los matices contenidos en
Susato, podremos escuchar -la mayoría de nosotros por vez pri- estos madrigales no sería posible sin el experimentado trabajo de La
mera- canciones en lengua holandesa, similares en calidad a sus Venexiana. La exploración del madrigal tardío que el grupo italiano va
homólogas francesas o a los madrigales italianos, pero que tuvie- realizando desde hace algunos años, está regalando algunas que otras
ron mucha menor difusión debido al reducido ámbito geográfico joyas a los apasionados del género. Se trata de un repertorio que estos
de la lengua en la que fueron gestadas. J. Venders, Pierre de la intérpretes conocen a la perfección, con resultados avalados por la crí-
Rue, Clemens non Papa, N. Liégeois, H. Isaac, C. Boscoop y L. tica en numerosos premios. En el reparto de voces femeninas anota-
Episcopiuos satisfarán la curiosidad del paladar más exigente. Lo mos la ausencia de una de las personalidades carismáticas del grupo,
infrecuente del repertorio y la calidad de los músicos de la la soprano Rosanna Bertini. Aun así, se percibe en esta última entrega
Capella Currende (¡qué solistas de cornetto, qué espectaculares una extremada interiorización de las piezas y una teatralización sutil.
percusiones!) convierten estos dos discos en especímenes de obli- Para los apasionados es una alegría saber que ni la Venexiana ni
gada adquisición. GLOSSA tienen pensado tomarse un descanso. Nada más salir esta
nueva propuesta, ya se anuncia la preparación del Sexto Libro de
Rafael del Fresno madrigales de Marenzio.
Stefano Russomanno
PHILIPPE ROGIER EN ESPAÑA - Obras de Rogier, De la Hèle, Van Turnhout, De
Manchicourt y Romero / Capella Sancti Michaelis; Currende Consort. Dir.: Erik
van Nevel / EUFODA / Ref.: EUF 1161 (1 CD) D2 S. D’INDIA: Primer libro de madrigales, 1606 / Valentina Coladonato y Nadia Ragni
(sopranos); Lucia Sciannimanico (mezzo); Claudio Cavina (contratenor); Giuseppe Maletto
LIEDER Y DANZAS DE FLANDES - Obras de Susato, Venders, De la Rue, y Sandro Naglia (tenores); Daniele Carnovich (bajo) / La Venexiana. Dir.: Claudio Cavina /
Clemens non Papa, Phalèse, Liégeois, Boscoop, Episcopius y autores anónimos GLOSSA / Ref.: GCD 920908 (1 CD) D2 [-20% de descuento (precio especial de lanza-
/ Capella Sancti Michaelis; Currende Consort. Dir.: Erik van Nevel / EUFODA / miento)] También disponibles en iguales condiciones las referencias GCD 920903 a GCD 920907
Ref.: EUF 1163 (1 CD) D2 [Madrigales italianos por La Venexiana]
(5)
Los 12 Concerti Grossi de Corelli,
por el Alessandro Stradella Consort en el sello DYNAMIC
Releyendo la Biblia
E l mes pasado nos referíamos a las
Triosonatas de Arcangelo Corelli
como el repertorio clásico por exce-
lencia de la historia de la música. Pues
y sanguíneo, todo un hito de la Roma
barroca. No es de extrañar que la colec-
ción, esperada durante décadas, se con-
virtiera en el modelo concertístico a imi-
bien, la grabación que ahora nos ocupa tar, cosa que hicieron la práctica totalidad
está consagrada a los 12 Concerti Grossi, de compositores de música instrumental,
op. VI del compositor de Fusignano, siendo fuente de inspiración directa para
colección mítica donde las haya, que Valentini, Haendel, Locatelli, Dall’Abaco
pasó por ser la autén- o Mascitti, entre una
tica biblia de la músi- innumerable legión.
ca barroca durante Los Concerti de Co-
décadas. La colec- relli han sido profusa-
ción sólo se publicó mente grabados, y
en Amsterdam en existen en el mercado
1714, en la imprenta muchos CDs excelen-
de Estienne Roger, un tes a cargo de grupos
año después de la historicistas. El Ales-
muerte de Corelli, sandro Stradella Con-
que durante lustros, sort, joven conjunto
aún en la cresta de su historicista italiano di-
fama y presa de un rigido por Estevan Ve- ETIENNE OZI
obsesivo perfeccio- lardi, propone una (1754-1813)
6 Grandes Sonatas del
nismo, se negó a nueva lectura de las Nuevo Método de Fagot
publicarlos. De ello obras. De entrada no París, 1803
da crédito el compositor austriaco Georg deja de asombrar el empeño, porque hay Danny Bond (fagot)
Richte van der Meer (violoncello)
Muffat, que afirma haber escuchado los que tener grandes dosis de arrojo para ACCENT
celebérrimos Concerti Grossi corellianos atreverse a abordar de nuevo un reperto- Ref.: ACC 20142 (1 CD) D2
en una fecha tan temprana como 1682. rio tan trabajado. Y desde luego para
Todo indica que, efectivamente, Corelli se hacerlo hay que tener algo nuevo que
pasó largas décadas revisando en Roma decir y que aportar a las versiones ya exis-
una y otra vez sus concerti, y que final- tentes. Y ciertamente es éste el caso de la
mente hubo que esperar a su propia grabación que nos ocupa. La razón fun-
muerte para verlos publicados, gracias al damental de ello tiene un nombre propio,
empeño de su discípulo predilecto y tam- el del primer violinista del grupo, el sen-
bíen íntimo amigo Mateo Fornari, a quien sacional Fabrizio Cipriani, joven pero ya
Corelli dejó en testamento su colección experimentado artista del violín barroco
de violines, parte de sus cuadros y los que vuelve a dar una lección de suntuosi-
derechos para publicar póstumamente la dad ornamental. Así encontramos la línea
ansiada Op. VI. Los Concerti Grossi de principal de los conciertos enriquecida y
Corelli son la cristalización primorosa de embellecida por Cipriani, que canta su
toda la tradición concertante de la músi- parte con lirismo, elegancia y expresión
ca barroca italiana. Con ellos se constitu- brillante, haciendo gala de un conoci-
yó un género legendario -probablemente miento estilístico excepcional, porque sus
inaugurado por Alessandro Stradella- que adornos, más allá del puro ornato, son
pasaría a ser la referencia de la música frecuentemente melódicos, sobre todo en
instrumental en los albores de 1700. El los movimientos lentos, ofreciendo autén-
Concierto Grosso es ante todo una insti- ticas frases y cadencias moldeadas con el
tución puramente romana, y se caracteri- más agudo sentido estético del repertorio.
zaba por el empleo de un concertino - A ello se suman unas condiciones técni-
grupo de solistas que comprende dos vio- cas exquisitas, con un fraseo ágil, fluido y
lines, violonchelo y bajo continuo- y de articulado, y una emisión de sonida tersa
un ripieno o tutti -el que formaba el resto y expresiva. El resto del conjunto, con
de la orquesta, tambien llamada a su vez mención especial para el segundo violín
concerto grosso, que comprendía las cua- tocado tanto por Enrico Casazza como
tro partes de rigor con su bajo continuo por Ricardo Minassi, raya también a un
incluido-, que dialogaban y se contrasta- muy alto nivel, apoyando sobriamente la
ban entre sí. En realidad este esquema labor de Cipriani. El conjunto suena bri-
viene a ser una especie de sonata en trío llante -se ha usado una amplia plantilla
amplificada a un gran conjunto, todavía de cuerdas, a la manera de la original
alejado de la futura irrupción de la figura orquesta romana de Corelli- y con gran GIOVANNI PIERLUIGI
del solista que popularizarían Torelli, claridad de líneas, robustamente cimenta- DA PALESTRINA
Albinoni y Vivaldi años más tarde. En do por un rico bajo continuo que incluye (1525-1594)
Missae ex Jacquet de Mantua
cualquier caso suponen un paradigma de órgano, clave y archilaúdes. Sonido que (Vol. II)
música concertante instrumental, y en nos sitúa en la eterna ciudad barroca. Delitiae Musicae
Dir.: Marco Longhini
ellos se encierra toda la sabiduría core- STRADIVARIUS
lliana de las triosonatas, llevada ahora a Ref.: STR 33478 (1 CD) D2
la orquesta. Así hallamos una sustancia Pablo Queipo de Llano Ocaña
musical portentosa, cincelada con una
magistral fluidez contrapuntística y una A. CORELLI: 12 Concerti grossi, op. 6 / Fabrizio
Cipriani (violín) / Alessandro Stradella Consort. Dir.:
plasticidad melódica memorable, ilustra- Estevan Velardi / DYNAMIC / Ref.: CDS 299/1-2 (2
tiva de un concepto compositivo sensual CD) D2 x 2
(6)
Enrico Gatti y el Ensemble Aurora acometen para ARCANA la Ofrenda musical de J.S. Bach
Gaetano Nasillo presenta en SYMPHONIA las 6 Sonatas para cello, op. V, de Francesco Geminiani
Violonchelo furibundo
P or lo general, la no
cuantiosa producción
barroca para violonche-
lo solo suele ser compensada
plo, la inestable efusión lírica del tercer movimiento de la Sonata V
y la intensidad interrogativa de los silencios (tercer movimiento de
la Sonata VI). Además, Geminiani investiga a fondo las posibilida-
des expresivas del violonchelo. Respecto a Vivaldi, revela una pos-
por un elevado grado de cali- tura menos espectacular y virtuosística, proyectando al violonche-
dad. Las seis Sonatas para lo hacia una sensibilidad más introvertida y pasional (lo cual no le
violonchelo y bajo continuo impidió publicar más tarde una versión para violín, sin duda por
op.5 de Geminiani, editadas razones comerciales). No obstante, estas obras requieren del intér-
en 1747, representan uno de prete un dominio técnico superlativo. No en vano, Germiniani fue
los fundamentos del género apodado por sus contemporáneos «Il furibondo», debido a la ener-
por originalidad de inspiración y concepto. Obra de madurez, en gía devastadora que sabía infundir a sus interpretaciones. Un eco
ella se consume un definitivo alejamiento del estilo corelliano, que de su endiablado vigor se puede encontrar en el último movimien-
había marcado de forma decisiva el lenguaje juvenil de Geminiani. to de la Sonata III en los acordes y los golpes de arco del final.
Tal vez haya sido ésta una de las razones del fallido éxito de la La interpretación de Gaetano Nasillo es todo un acierto. Su vio-
colección. Aunque la articulación en cuatro movimientos propia lonchelo Barak Norman de 1710 responde con acierto a los múlti-
de la sonata de iglesia parece revelar una orientación hacia el pasa- ples matices diseminados a lo largo de la partitura. Brillante en los
do, el compositor muestra un significativo acercamiento hacia la movimientos rápidos y expresivo en los tiempos lentos, Nasillo
estética galante. En particular, Geminiani parece anticipar algunos ofrece una lectura apasionada y esclarecedora de estas piezas,
aspectos del estilo Empfindsamkeit, como declaran los sollozos (en convirtiéndolas en espejos de la sensibilidad atormentada del com-
forma de fraseos, ornamentaciones y tensiones armónicas) que positor. Al buen éxito de la versión contribuye también de forma
abren la Sonata I. Las calculadas arquitecturas corellianas ceden decisiva el clavecinista Jesper Christensen. Sus investigaciones
ante una confesión sentimental y subjetiva más libre. Un cambio acerca de la realización del bajo continuo abrieron hace años nue-
de actitud que se percibe en las palabras con las que Geminiani vos caminos. Lejos de ser un simple complemento armónico, sus
abría su célebre tratado El arte de tocar el violín: «La intención de intervenciones al clave enriquecen las texturas y establecen un diá-
la música no es tan sólo la de complacer al oído, sino la de expre- logo constante con el violonchelo, proclamando un papel activo y
sar sentimientos, despertar la imaginación, estimular la mente y creativo incluso para el acompañante. Escuchen el enlace que el
suscitar las pasiones». clave realiza entre el segundo y tercer movimiento de la Sonata II,
Geminiani lleva a cabo esta inmersión en lo subjetivo a través al igual que entre el Allegro moderato y el patético Adagio de la
de una poética que explota las virtudes expresivas de las frases irre- Sonata V. Ante semejante libertad, Geminiani Il furibondo hubiera
gulares y las contraposiciones bruscas, las estructuras entrecruza- sin duda asentido.
das, de forma parecida a las arquitecturas enmarañadas de
Piranesi. Un caso extremo es la indefinible Sonata IV. El primer, ter- S.R.
cero y cuarto movimiento no superan el minuto de duración, mien-
tras que el segundo es un amplio y rapsódico Allegro moderato, de F.S. GEMINIANI: 6 Sonatas para violoncello y bajo continuo, op. V - 1746 / Gaetano
Nasillo y Tobias Bonz (cello); Jesper Christensen (clave) / SYMPHONIA / Ref.: SY
imprevisible desarrollo. A ello podrían añadirse, a título de ejem- 00182 (1 CD) D2 [-20% de descuento (precio especial de lanzamiento)]
(7)
Interesante versión de Clori, Tirsi e Fileno (HWV 96), de G.F. Haendel (1685-1759) en NCA.
(8)
Peculiar Pasión según San Mateo, Sextetos y tríos para conjunto de vientos del compositor
de G.P. Telemann (1681-1767), en NCA bohemio Franz Krommer (1759- 1831), en GLOSSA
(9)
Los tríos de cuerda Op. 2 de Hyacinthe Jadin El Encuentro Internacional de órgano barroco en Europa de ÁLABE
(1776-1800) por Les Adieux, en NCA reúne obras de diversos compositores españoles y portugueses
E
l activo sello alemán NCA (New Classical
Adventure), recientemente incorporado al ya March y del Proyecto Almirante.
Juan Bautista Cabanilles (1644-1712) inicia la grabación con su Tiento
extenso catálogo diverdiano, nos presenta una
Lleno 5º tono por B cuadrado, de gran originalidad y acabamiento: intervalos
interesante novedad: los 3 Tríos para cuerda Op. 2 de
melódicos, contrapunto ornamentado y vigorosos toques de batalla. La apli-
Hyacinthe Jadin, grabación que sin ningún género de
cación con profusión del medio registro y
dudas es reveladora del buen gusto y de los atractivos
los tientos de falsas le harían obtener una
y sugerentes programas que a buen seguro nos brinda- considerable reputación en Francia e Italia.
rá en un futuro muy próximo. El maestro valenciano cosechó un estilo
Grabar obras camerísticas de un compositor como que podría denominarse como una visión
Hyacinthe Jadin, indispensable para entender la músi- personal más cercana al Renacimiento que
ca francesa durante el al nuevo período barroco, y con el Tiento
período revoluciona- de primer tono de mano derecha y al
rio, y prácticamente medio a dos tiples se manifiesta quien fuera
olvidado por las dis- organista de la Colegiata de Daroca, Pablo
cográficas (apenas un Bruna (1611-1679). Inflexiones de tipo cro-
par de compactos mático y una exacerbada fantasía en la
hacen justicia a este figuración definen esta pieza del aragonés.
músico muerto de José Ximénez (ca.1610-1672) y Otra
tuberculosis cuando Batalla de Sexto Tono evocan capítulos de
tan sólo contaba con combate y esplendor durante los siglos XVII
24 años de edad), nos y XVIII con compases homofónicos e imita-
ponen de manifiesto tivos, para luego dar paso a Sebastián
el largo camino que Aguilera de Heredia (1561-1627), organista
todavía queda por en la catedral de Huesca y en la Seo de
recorrer en el redes- Zaragoza. Está considerado como el máxi-
cubrimiento y la difu- mo sucesor de Antonio de Cabezón, y su
sión de los músicos olvidados, indispensables para Segundo tiento de falsas de 4º tono lo evi-
entender y comprender en todos su frentes y dimen- dencia.
ciones la música europea del siglo XVIII. Representante de acordes dilatados y
La apuesta de NCA y Les Adieux por Jadin resulta, repeticiones secuenciales es, sin lugar a
sin duda, estimulante, y en todo caso, verdaderamente dudas, el portugués Fr. Diego da
gratificante. Los tres Tríos para cuerda (violín, viola y Conceiçao, quien nos otorga la Batalha do
violonchelo) Op. 2, dedicados a su amigo el célebre 5º tom y Meio registo do 2º tom acidental.
violinista Rodolphe Kreutzer, demuestran que Jadin, a De Frei Jacinto do Sacramento, por su
pesar de su juventud, era ya un compositor maduro parte, se conservan exclusivamente dos
que había sabido asimilar y desarrolar con estilo pro- tocatas, de una de las cuales, escrita en la tonalidad de re menor, podremos
pio las últimas corrientes, no sólo de la música france- disfutar aquí.
sa de finales del XVIII, sino también de los maestros La obra clavecinística de José Antonio Carlos de Seixas (1704-1742) marcó
más renombrados del viejo continente como Joseph fundamentalmente su producción musical, pero no es por ello menos merece-
Haydn, al que, en un acto de abierta admiración y sin- dora de elogios su trayectoria al órgano, ya que estuvo al servicio de la cate-
cera gratitud, dedicó su primera colección de tríos para dral de Coimbra y de la Capilla Real. Su Sonata en do mayor es una composi-
cuerda. ción de motivos desiguales y cantables.
La obra camerística de Jadin presenta muchos de los Catedrales como la de Toledo, Burgos y su Bilbao natal acogieron a Joaquín
valores expresivos que despuntarían decenios más de Oxinaga (1719-1789), quien llegó posteriormente a la Capilla Real de
tarde; la predilección por las atmósferas sombrías y Madrid. Intento en mi menor constituye una obra de suprema categoría: vive-
brumosas, patentes en el primer movimiento, Allegro za y naturalidad en el tratamiento de las figuras ascendentes y descendentes.
moderato, del Trío número 1, en el Adagio del número En cuanto a José Elías (1678-1755), se desconoce si fue alumno de Cabanilles,
3, y en el nerviosismo frenético del Finale-Allegro del pero es sabido que estudió su música, y el mismísimo Antonio Soler le lison-
primer trío, que nos evidencian la maestría de un joven jeó en su escrito Reparos precisos. El Preludio en re que da fin al disco es una
compositor que enlaza magistralmente los últimos mezcolanza de virtuosismo, repetición e influencias italianas. Por lo que se
momentos del Clasicismo con las primeras manifesta- refiere a la interpretación, Soledad Mendive y Antonio Duarte desentrañan con
rigurosidad y sentido de la estética los sonidos del órgano de la iglesia de Santa
ciones del moviento musical romántico.
María de Mediavilla.
El conjunto camerístico Les Adieux, formación his-
Por fin, merece una breve mención la veloz salida al mercado del segundo
toricista de reconocida solvencia técnica y especializa-
volumen de la serie de «Música sinfónica para órgano» del sello sueco BIS,
da en la música de cámara de la segunda mitad del
cuyo compacto inicial tuve ocasión de comentar en el boletín del mes de
siglo XVIII, que eleva o reduce el número de sus miem- marzo. En esta ocasión, autores tan dispares como Ottorino Respighi,
bros según las exigencias de la partitura, realiza unas Vincenzo Bellini, Charles Gounod, Bedrich Smetana o Edward Elgar resucita-
soberbias y rigurosas lecturas donde la claridad de rán gracias al cameleónico Hans-Ola Ericsson.
líneas y el estricto equilibrio formal de estas joyas Jaime Arroyo Moya
musicales, profundamente clásico, se nos expresa con
toda la intensidad, profunda emoción y necesario res- ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ÓRGANO BARROCO EN EUROPA - Obras de Cabanilles,
peto que las obras de este joven talento, muerto a las Bruna, Aguilera de Heredia, Seixas, Oxinaga, Elías, etc. / Soledad Mendive y Antonio Duarte (órga-
no) / ÁLABE / Ref.: CD 1034 (1 CD) D2
puertas de la gloria terrenal, deberían haber recibido
hace ya bastante tiempo. MÚSICA SINFÓNICA PARA ÓRGANO (Vol. 2) - O. RESPIGHI: 3 Preludios - C. GOUNOD:
Offertoire - V. BELLINI: Sonata para órgano en sol mayor - B. SMETANA: 6 Preludios - Sir E. ELGAR:
Vesper Voluntaries, op. 14 / Hans-Ola Ericsson (órgano) / BIS / Ref.: BIS 1102 (1 CD) D2
F.P.C.G.
También disponible:
H. JADIN: 3 Tríos para cuerda, op. 2 / Ensemble Les Adieux / NCA / MÚSICA SINFÓNICA PARA ÓRGANO (Vol. 1) - J. SIBELIUS: Intrada; Surusoitto; 2 Piezas de la
Ref.: MA 9912846 (1 CD) D2 Música ritual masónica - A. DVORÁK: 8 Preludios y fugas - A. GLAZUNOV: Preludio y Fuga en re
mayor; Preludio y Fuga en re menor; Fantasía / Hans-Ola Ericsson (órgano) / BIS / Ref.: BIS 1101 (1
CD) D2
( 10 )
VERSO presenta en su segundo disco -La música extremada- una antología de páginas organísticas españolas
M.A.R.
LA MÚSICA EXTREMADA - Música española para tecla de los siglos XV al XVIII - Obras de Cabanilles, De Cabezón, Del Encina, Correa de Arauxo, De Nebra, Larrañaga, etc.
/ Carlos García-Bernalt (órgano de la Real Capilla de San Jerónimo de la Universidad de Salamanca) / VERSO / Ref.: VRS 2002 (1 CD) D2 (-15% de descuento) [Oferta especial
de lanzamiento]
Una nueva referencia ARCANA añade dos CDs a la integral cuartetística de Haydn por el Festetics
Clasicismo en plenitud
E
l Cuarteto Festetics, com-
puesto por músicos mag-
yares, continúa con su
integral cuartetística
Haydn, sin duda uno de los
de
no al que muy pocos conjuntos pueden acceder. Porque estos cua-
tro músicos -István Kertész (hijo del que fuera célebre director de
orquesta de igual nombre), Erika Petöfi, Péter Ligeti, Rezsö Pertorini-
, que se desenvuelven en instrumentos de época, no solamente
poseen ese dominio sino que saben cantar con propiedad -como se
monumentos más asombrosos aprecia en los movimientos lentos-, atacar con limpieza y jugar a
de la producción de cámara voluntad con las dinámicas a fin de obtener así un discurso plagado
de todos los tiempos. Un de accidentes y dar cumplimiento a lo que piden las composiciones.
tótum único en la especiali- Es ejemplar, y aún más por el tipo de instrumental empleado, la afi-
dad, por la cantidad y la cali- nación, uno de los caballos de batalla de las interpretaciones histó-
dad. Tras las op. 9, 75, 76 y ricas. Cuando se escuchan estas obras con tal exactitud tonal y con
77, la magnífica agrupación esa tímbrica tan sui géneris, con el diapasón impuesto en la época,
brinda ahora, de la mano de ARCANA, las seis obras de la op. 50, la verdad es que uno no puede sino aplaudir; en tal momento echa
de 1787, que suponen el punto en el que Haydn alcanza ya por poco de menos las espléndidas -y numerosas- interpretaciones con
completo la perfección dentro de la forma. Ningún obsequio podría instrumentos modernos y de acuerdo con las técnicas de afinación
haber satisfecho más a Federico Guillermo II de Prusia que este cua- posteriores. Creemos que la expresión haydniana, el clasicismo
derno, un anticipo del que un par de años más tarde recibiría de pleno que representan estos seis cuartetos, están perfectamente
Mozart (Cuartetos Prusianos K 575, 589-590). La dedicatoria estaría dados en esta versión. Los Festetics han llegado incluso en determi-
en entredicho por la lentitud de Artaria, el editor vienés, que moti- nadas ocasiones a superar, por decisión, por impulso y por amplitud
vó que Haydn se los ofreciera al inglés Foster, que los publicó con dinámica, a los Mosaïques.
una dedicatoria al Príncipe de Gales y al Duque de Cumberland.
Algo realmente curioso que pone de relieve una inesperada falta de Papageno
seriedad del compositor, que los había escrito lleno de agradeci-
miento para el monarca prusiano y respondiendo de este modo al F.J. HAYDN: Integral de Cuartetos para cuerda / 6 Cuartetos, op. 50 - Hob.III/44-49 /
Cuarteto Festetics / ARCANA / Ref.: A 415 (2 CD) D2 x 2
regalo de éste, una hermosa sortija. Este volumen, en el que Haydn
agrupa por primera vez seis cuartetos, es un logro magistral. El géne- También disponibles:
ro llega aquí, como hemos adelantado, a su total madurez y senta- F.J. HAYDN: Integral de Cuartetos para cuerda - 6 Cuartetos para cuerda, op. 9 -
Hob.III/19-24 / Cuarteto Festetics / ARCANA / Ref.: A 911 (2 CD) D2 x 2
ría las bases para Mozart, para Beethoven y para todo el romanti-
cismo, postromanticismo y siglo XX. Son seis partituras de una belle- F.J. HAYDN: Integral de Cuartetos para cuerda / Cuartetos op. 17 / Cuarteto Festetics /
za espectacular, de muy apreciables dimensiones. Los movimientos, ARCANA / Ref.: A 912 (2 CD) D2 x 2
que no se atienen a un esquema fijo, son más largos y las sorpresas F.J. HAYDN: Integral de Cuartetos para cuerda / Cuartetos op. 73 y 74 / Cuarteto
son continuas. Poseen además un alto valor contrapuntístico que Festetics / ARCANA / Ref.: A 918 (2 CD) D2 x 2
requiere, en la práctica, de unos intérpretes muy avezados y de irre- F.J. HAYDN: Integral de Cuartetos para cuerda / Los últimos cuartetos - Cuartetos op.
prochable dominio técnico. Como el que sin duda muestran los 76, 77 y 103 / Cuarteto Festetics / ARCANA / Ref.: A 919 (3 CD) D2 x 3
componentes del Festetics, que se colocan una vez más en un terre-
( 11 )
Segundo volumen de los Conciertos para pianoforte, op. 13, de Johann Christian Bach (1735-1782)
ONDINE presenta un nuevo ejemplo de la rica vida musical escandinava durante el período clasicista
Ausentes de la historia
F
inlandia es la nación más septentrional de Europa, puesto que daría los primeros conciertos orquestales públicos en Finlandia. Aun
la cuarta parte de su territorio se halla contenida en el círculo de duración efímera, parece que subsitió bajo la forma de una aso-
polar. Así, el rigor de las condiciones climatológicas ha con- ciación privada.
centrado la vida humana principalmente en la zona litoral del suro- El disco de referencia nos presenta diversas obras de músicos de
este del país. la época que comienzan a salir de esa oscuri-
Siete siglos de dominación sueca -desde dad histórica. Escucharemos a Erik Ferling
1150 a 1809- y un siglo de dominación rusa - (1733-1808), violinista y director de la Capilla
de 1809 hasta que Trotski reconoció su inde- Real, su Concierto para violín en re mayor, así
pendencia en enero de 1918- dejaron a la como tres contradanzas y tres minuetos: pie-
escuela finlandesa de música pocas probabili- zas, algunas de ellas, reconstruidas por el
dades de expansión entre el siglo XII y comien- director artístico y clavecinista de la Sixth
zos del XIX. La música sacra se conservó en Floor Orchestra, Anssi Mattila. De Fredrik
parte en forma de cantos monódicos gregoria- Lithander (1777-1823) se han grabado dos
nos a los que más tarde se añadieron corales arias para barítono y orquesta. Sin duda, el
protestantes. La fundación de la universidad de violinista y cellista Erik Tulindberg (1761-
Turku (1640) favoreció la vida musical y la 1814) está considerado como el primer com-
investigación del folklore nacional. En el siglo positor finlandés de importancia. Su Concierto
XVIII, bajo la influencia extranjera, tuvo lugar para violín nº 1 en si bemol mayor fue encon-
la creación de una sociedad de música en trado después de la Segunda Guerra Mundial,
Turku, donde se difundió el repertorio de la y es obra que recuerda la producción juvenil
Europa occidental, sobre todo el vienés. Ha de Haydn. Conoceremos también a Thomas
habido que esperar hasta principios del siglo Byström (1772-1839) por una Quadrille,
XIX para que los músicos finlandeses tomaran conciencia de su danza a la moda bailada por la sociedad mundana de su época.
identidad. Utilísima información la del folleto que acompaña al disco y que
El sello ONDINE nos propone el descubrimiento de algunos de nos facilita el acercamiento al ambiente musical en aquellos parajes
estos desconocidos compositores del siglo XVIII finlandés que vivie- nórdicos. Un disco, pues, que contribuye a recuperar a algunos
ron durnate el reinado de Gustavo III (1771-1792); notables músicos ausentes de la historia de la música y que hará las delicias de los
clasicistas que llevan todo el sabor de la escuela de Mannheim y melómanos más curiosos.
que se reunieron en torno a la Academia Real de Música fundada en
Estocolmo desde 1771 y que tuvo como misión el desarrollo de la Manuel García Franco
vida musical. Entonces, la música se desarrollaba en la capital sueca
alrededor de una sociedad secreta llamada Utile Dulci (nombre que E. FERLING: Concierto para violín en re mayor; 3 Minuetos; 3 Contradanzas - T.
BYSTRÖM: Quadrille - F. LITHANDER: 2 Arias - E. TULINDBERG: Concierto para vio-
viene de Horacio). Sirvió esta sociedad como modelo para fundar lín en si bemol mayor, op. 1 / Kreeta-Maria Kentala (violín) / Herman Wallén (barítono)
otra en Turku en 1770 que respondió al nombre de Aurora y que / Sixth Floor Orchestra. Dir.: Jukka Rautasalo / ONDINE / Ref.: ODE 971-2 (1 CD) D2
( 12 )
Pons, Simionato y Albanese, entre los grandes
Il filosofo di campagna, otra rareza de acompañantes de un nuevo registro dedicado
Baldassare Galuppi (1706-1785) en BONGIOVANNI al tenor FerruccioTagliavini
C
laudio Gallico en 1979 se atrevió a dirigir L’Arcadia en
Brenta y, más tarde, los húngaros la tomaron con Il caffé di das del tenor, en la sala
campagna. Claudio Scimone e y sus Solisti Veneti se ocu- vacía de una localidad
paron de otro territorio del compositor, el religioso, desenterran- remota. Final injusto
do La caduta di Adamo. Estas ejecuciones, traducidas todas a para un artista de la
disco, son algunas muestras del quehacer del compositor vene- talla de este emiliano de
ciano Baldassarre Galuppi, que permitieron al interesado colore- quien continuamente
ar con notas a un músico de «diccionario». Pero desde hace unos nos van llegando testi-
años, y gracias al interés y curiosidad del director italiano Franco monios, algunos de
Piva, la figura de Galuppi está saliendo del foso de la árida cita ellos inéditos. Como los
musicológica tres que el paladín estas
para adentrarse recuperaciones disco-
en las discotecas gráficas, BONGIOVAN-
de los aficiona- NI, ahora nos rescata. Del Alfredo verdiano de Tagliavini ya
dos. Interés y cu- conocíamos algún dúo con su esposa Pia Tassinari, aunque
riosidad que en- aquí el tenor nos amplía conocimientos del concepto de un
cuentran oportu- papel tan acorde con su personalidad elegante y tierna,
no reflejo en las seductora y suave, al descubrirnos un aria impecablemente
mismas inquietu- cantada cuyos acentos juveniles y entusiastas contrastan
des del sello bo- inmediatamente con la escena del insulto a la infeliz
loñés BONGIO- Violetta. Ahora la voz y el intérprete saben reflejar el cam-
VANNI, al que bio psicológico con tal intención que, de repente, hasta esa
nunca el interesa- voz que antes nos deleitó nos suena ahora antipática y des-
do de verdad en cortés. Su Violetta es aquí, en 1950, la toscaniniana Licia
estos temas ope- Albanese.
rísticos se cansará El Werther de Tagliavini, en italiano casi siempre, es bien
de elogiar, reve- conocido por la grabación completa que tiene en Trieste con
renciar y agrade- la maternal Carlota de Leyla Gencer. En 1951, el tenor vuel-
cer. Así, tras Il mondo alla rovescia e Il mondo della luna (tema ve a exponernos su Werther, heredado y modelado a partir
goldoniano repetido hasta la saciedad y ya disfrutado en versio- del inmarcesible ejemplo de Schipa, al lado de otra matro-
nes de Haydn y Paisiello), llega ahora Il filosofo di campagna, nil compañera, la magnífica Giulietta Simionato. Decir que
también de Goldoni, que facilitaría a nuestro compositor la mayo- el canto a la naturaleza en versión de Tagliavini es un reta-
ría de sus textos, al menos los de sus partituras más redondas. Il blo de infinitas sensaciones es hablar con equidad, pero no
filosofo, estrenada en 1754 (o sea, contemporánea a un Gluck es menos justo ponderar un «Ah non mi ridestar» de los
antes de meterse en reformas) está considerada como su obra más mejores entre la amplísima y reñida competencia.
importante y esto es justo, ya que la ópera reúne perfectamente El Edgardo donizettiano de Tagliavini fue un pilar conti-
ensambladas todas las características de su música: encanto nuo de su carrera que culminó con la grabación completa
melódico, sabia utilización de los recursos expresivos y descripti- en estudio en 1959 junto a Maria Callas. De diez años atrás
vos (atribuyendo, por ejemplo, distinta instrumentación según la existe otra versión en vivo en Nueva York, junto a la Lucia
categoría o significado de cada personaje), sentido rítmico, cono- oficial norteamericana de la época: Lily Pons. Precisamente
cimiento de los recursos orquestales y sapiente estructura teatral. en compañía de la Pons aparecen en el disco algunos frag-
Siempre se ha alabado la organización galuppiana de los finales mentos registrados en 1948 (con el sonoro Enrico de otro
de acto, cuando todos los cantantes se unen a la par que se desen- pilar canoro del momento: Robert Merrill). La pequeña
cadenan los acontecimientos escénicos que le son comunes (fina- selección es, de nuevo, aclaratoria: al lado de las páginas
les que tan bien sabría aprovechar Mozart, nacido dos años des- más líricas del papel (el dúo del acto primero, la escena de
pués del estreno del Filosofo). Y esta obra ofrece un ejemplo níti- la muerte), aparece el Edgardo más dramático, el del
do de esa organización músico- dramática. Piva ofrece por vez momento de la maldición a la infiel (a pesar suyo) Lucia,
primera la interpretación completa de la ópera (casi tres horas de demostrando por si falta hacía la doble vertiente musical y
música) y ha acertado a juntar un equipo vocal donde se codean expresiva de tan excepcional tenor.
experimentados intérpretes de esta clase de repertorio, como Como complemento, una muestra del capítulo cancione-
Giorgio Gatti (en un papel a medida, el del bufísimo Don ril de Tagliavini, incluyendo la canción de Michelena A la
Tritemio) con sucesores camino de sus pasos (como Patrizio luz de la luna, un tema muy sentimental que incita a algu-
Saudelli), además de jóvenes valores de la lírica italiana: nas sugerencias (no en este caso, cantado por Tagliavini y
Alessandro Calamai, Paola Antonucci y Patrizia Cigna (de apelli- Tassinari, con esa compenetración que era perfecto comple-
do ilustre, aunque no tenga nada que ver con la mítica Gina que mento artístico a su vida doméstica, sino cuando se escucha
en marzo ha cumplido 101 robustos años), muy aplaudida en en dos voces masculinas). Como es el caso de las dos gra-
Torre del Lago como Musetta de Bohème al lado del Rodolfo ali- baciones previas: la de Enrico Caruso y Emilio de Gogorza
cantino de José Sempere. o la de Tito Schipa con el mismo, y reincidente, Gogorza.
( 13 )
Ferme les yeux: William Matteuzzi protagoniza Tras la Bohème presentada por MYTO el pasado mes,
la última recopilación de OPERA RARA Cotrubas y Kleiber vuelven a coincidir,
P
ara quien está interesado por el repertorio más infrecuente del
muy especial a Carlos Kleiber, de quien reedita regu-
XIX, un disco de OPERA RARA es siempre un acontecimiento.
larmente grabaciones de diverso origen, con preferen-
Ahora, el tenor boloñés William Matteuzzi, que lleva colabo-
cia por Múnich. Esta Traviata fue captada de forma «pirata» en
rando con cierta asiduidad con el sello inglés desde la grabación
1978 en el teatro
completa de Ricciardo e Zoraide en 1995, propone un excelente
de la capital de
recital en el que ofrece varios inestimables ejemplos de la operística
Baviera. Y como
francesa e italiana de aquel siglo, obras estrenadas entre París y
en el registro ofi-
Nápoles, lo que demuestra la intercomunicación cultural que existía
cial para DG,
entonces entre las dos alejadas ciudades. Para constatar este fenó-
poco posterior a
meno, basta pensar en el curriculum laboral de Rossini, Bellini y
esta función, Ilea-
Donizetti entre 1825 y 1843.
na Cotrubas es
Matteuzzi se rodea, como Pavarotti, Domingo o Carreras, de
una buena Vio-
algunos colegas que redondean, complementan o enriquecen su
letta Valéry. Inútil
prestación. Son todos artistas «de la casa»: Bruce Ford (rival tenoril,
insistir en lo difi-
al mismo tiempo que amigo), Marjella Cullagh (una magnífica pro-
cilísimo de este
mesa para el canto italiano decimonónico), Elisabetta Scano (sopra-
personaje, que
no ideal para los cometidos en el disco encomendados), Enkelejda
sólo contadas so-
Shkosa (la mezzo albanesa bien aplaudida en el rossiniano festival
pranos han sido
de Pésaro) y el barí-
capaces de cantar
tono inglés Roland
e interpretar de
Wood (que colabora
forma plenamen-
activamente, aun-
te satisfactoria
que sean breves sus
(Callas, Olivero,
momentos).
Scotto... la lista se acaba pronto). La soprano rumana poseía
El recital comienza
una voz lírica muy personal, atractiva en su fragilidad, y una
con un espumoso
buena escuela que le permitía cantar a tono y con precisión la
Rossini francés, el
pavorosa escena que cierra el primer acto, con mi bemol 5
del delicioso terceto
incluido, aunque sin el último grado de brillantez y de domi-
de Le Comte Ory y
nio exigidos por Verdi. Durante el segundo acto, Cotrubas se
acaba con la magní-
apoya en su timbre para plasmar muy adecuadamente la fra-
fica página solista de
gilidad sicológica de Violetta, y su buena línea de canto y su
Fabiano Malatrompa
sinceridad le apartan de exageraciones veristas que sólo
Le Pont des Soupirs
empañan algo el acto final. En conjunto, una convincente
de Offenbach, ad-
interpretación.
quiriendo así el
Jaime Aragall se crece a medida que la función transcurre,
registro un equilibrio
sus nervios se serenan y su bello timbre y correcta línea le
impensable. Porque, ¿no hay en la música de Offenbach mucho de
ganan la simpatía del público y, sin duda, la de los oyentes de
la alegría de vivir, del sentido del humor, de la ironía y del ritmo
estos CD. Muy bien Renato Bruson, por entonces en plenitud
heredados de Rossini?
de unos medios vocales suficientes, dominador como muy
Entre esos dos momentos de simpático remanso, aparecen el dúo
pocos del fraseo y el estilo verdianos. El dúo del segundo acto
de Melibea y Libenskoff del alucinante Viaje a Reims, el dúo de
entre Violetta y papá Germont, eje de la obra, es el momento
Raoul y Fayel de Gabriella de Vergy de Carafa (que estrenaron
culminante de este registro, y alcanza muy alto nivel gracias
Giovanni David y Andrea Nozzari, cuyo arte siguen hoy los dos
al excelente trabajo de soprano y barítono. La presencia de
tenores aquí involucrados), una de las arias de La muerte de Portici
Bruson supone una sensible ventaja de esta representación
de Auber (donde Matteuzzi no tiene nada que envidiar a la asimis-
sobre el disco oficial, que cuenta con Sherrill Milnes. Correcto
mo excelente lectura de Nicolai Gedda grabada para EMI en 1954),
el coro y muy bien la orquesta, uno y otra atentísimos a la
otra aria de La Fille du régiment, un terceto de Allessandro nell’Indie
batuta del orfebre Kleiber, pendiente en toda ocasión de dia-
de Pacini, la ronda de Le Postillon de Lonjumeau y, especialmente,
logar con las voces sin cubrirlas, de arroparlas si es preciso, y
el cuarteto Perchè t’affanni e piangi?, en realidad el «finale primo»
de elegir unos tempi naturales, siempre animados pero cómo-
de Elisabetta al castello de Kenilworth de Donizetti. Los cuatro intér-
dos para los cantantes. Esto, tan fácil de decir, resulta en la
pretes principales juntan ahora sus voces para sacar adelante uno de
práctica privilegio de muy pocos. Secundarios alemanes, es
los momentos más bellos de esa desconocida obra donizettiana (de
decir, aceptables a lo sumo. La grabación favorece a las voces,
la que hay, por cierto, grabación completa, merced a Mariella Devia,
que se escuchan con presencia y fidelidad tímbrica; pero los
la RAI de Milán y Nuova Era) y donde Matteuzzi, otra vez, vuelve a
coros y la orquesta suenan comprimidos, aunque los solistas
tomar el relevo a Giovanni David, que estrenara el papel de
de madera tienen buen relieve. En suma, una versión con
Leicester en Nápoles en 1829.
varios puntos fuertes (Kleiber, Bruson y Cotrubas, por este
Matteuzzi alcanza con comodidad los sobreagudos de Chapelou
orden) que complementará la -o las- que todo aficionado
(el postillón de Lonjumeau) o los escritos para David, solventa las
posee de esta obra inmortal.
secciones de coloratura con propiedad y fluidez, sabe diferenciar el
Como de costumbre, suspenso a GOLDEN MELODRAM
humor del drama y, sobre todo y como señala en las notas acompa-
por la rácana presentación, que sólo indica el reparto y las pis-
ñantes Patric Schmid, el impagable productor de este disco y
tas del CD, y consigna cuatro vaguedades sobre el cuarteto
muchos otros de OPERA RARA, deslumbra y conmociona «en los
protagonista. El estuche advierte de las limitaciones de la gra-
pasajes cantabile, en las arias lastimeras». Quien conoce y gusta del
bación que, como queda dicho, son menos graves de lo que
arte de Matteuzzi comprende la profundidad y valor de estas pala-
cabría prever.
bras.
Roberto Andrade
F.F.
G. VERDI: La Traviata / Cotrubas, Aragall, Bruson, Linser, Jungwirth / Coro y
RECITAL WILLIAM MATTEUZZI - Ferme les yeux / Arias y conjuntos de Rossini, Auber, Orquesta de la Ópera del Estado de Baviera. Dir.: Carlos Kleiber (1978) / GOL-
Carafa, Donizetti, Pacini, Adam y Offenbach / Con E. Shkosa, E. Scano, B. Ford, R. Wood DEN MELODRAM / Ref.: GM 6.0009 (2 CD) D10 x 2
y M. Cullagh / OPERA RARA / Ref.: ORR 216 (1 CD) D1
( 14 )
Das Land des Lächelns: la opereta llega al catálogo histórico de MYTO de la mano de Lehár
Sonrisas frescas
E
sta versión de El país de las sonrisas, una de las más célebres operetas de Lehár, proviene de los
archivos de la Radio de Colonia, que fue testigo y receptora de numerosas grabaciones de este géne-
ro durante los cuarenta y cincuenta, sobre todo gracias a la actividad desplegada por el berlinés
Franz Marszalek, uno de los apóstoles de la opereta. Hizo grandes cosas en este campo, particularmente
porque tenía a su disposición un equipo de voces de categoría. Una de ellas, la del tenor Peter Anders,
con el que había trabajado en Berlín. De una de esas sesiones radiofónicas da cuenta este CD, que nos
ofrece la oportunidad de escuchar a Anders en uno de sus papeles preferidos dentro de esta parcela más
o menos ligera. De hecho, el del Príncipe Sou-Chong fue uno de los pocos que mantuvo en su reperto-
rio a medida que fue entregándose más y más a la ópera y al lied. Ya hemos dado cuenta aquí de sus
habilidades en una y en otro.
El tenor alemán nos muestra su aterciopelado timbre, su facilidad de emisión, su tersura, sus ague-
rridos agudos -levemente oscilantes en algún momento-, sus pianísimos y su gusto exquisito para frasear ciertos pasajes levemente cursis.
Su aparición en «Von Apfelblüten einen Kranz» es ya magistral; por la suavidad, la dicción, la entonación y la elegancia. Frescura y musi-
calidad a raudales, que nos hacen encandilarnos con la musiquita. Sólo Wunderlich entre sus sucesores alcanzaría parecidas cotas. A su
lado cumple bien la algo gutural Erna Dietrich -la única que es doblada por una actriz en los diálogos- y brilla ya, en la parte de soubret-
te de Mi, la estrella ascendente de Anneliese Rothenberger, pronto figura lírica indiscutible de la ópera. El conjunto, que preside la voz de
un narrador, está bien movido por Marszalek y, pese a los defectos de la toma de sonido, nos lo pasamos la mar de bien.
Papageno
F. LEHÁR: El país de las sonrisas / Anders, Rothenberger, Dietrich, Dolz / Orquesta de la Radio de Colonia. Dir.: Franz Marszalek (3-6.4.50) / MYTO / Ref.: 1CD004.H049 (1 CD)
D10
( 15 )
El Otello de la Malibrán llega al disco en un registro DYNAMIC
Margaret Price acompaña a Plácido Domingo en un espléndido Otello con Carlos Kleiber
( 16 )
La Romanziera e l’uomo nero: Karl Böhm dirige Elektra con Madeira, Goltz y Rysanek
un nuevo título donizettiano
para el catálogo BONGIOVANNI
Christel Goltz y Hermann Uhde
Completando
a Donizetti A ún permanece en la memoria audi-
tiva, ¿o en la anímica?, la Elektra de
Colonia (1953) con su protagonista
trágica, Astrid Varnay, y ahora GOLDEN
máticos wagnerianos. Aunque su entrada
es sumamente desesperada -«¡Sola!
¡Sola!»-, no puede producir el cataclismo
que desencadenaba aquí la gran Varnay.
L
a Romanziera e l’uomo nero es una farsa en MELODRAM saca del sombrero mágico Pero después la voz empieza a moverse
un acto que Donizetti compuso para Nápoles, otra muniquesa de 1955 (la única de aquel entre luces, como en un sueño de horrores
en 1831, en medio de la olvidadísima año), que quizá figuró en la edición Strauss imprecisos y de esperanzas imposibles, y
Francesa de Foix (de la que conocemos un aria de de Melodram, en disco de vinilo, pero que todo se va haciendo desdicha y llanto,
Edmondo por Della Jones, gracias a Opera Rara) y si fue así no llegó a mis derrota y sufrimien-
la magnífica Fausta (que se puede gozar completa manos. Repaso el nº 92 to. Poco a poco
en una soberana lectura romana, en vivo, de Raina de L’Avant-Scène Opé- vamos descubriendo
Kabaivanska y Renato Bruson). De esta farsa napo- ra, reeditado en 1992, con ella no a la
litana no se con- y no hay el más míni- Némesis aniquilado-
serva el libreto y sí mo rastro del suceso. ra, a la dueña del
la partitura musi- El teatro es obviamente hacha de la vengan-
cal autógrafa, sie- el del Príncipe Re- za, que acecha en-
te números (intro- gente. El director se vuelta en andrajos el
ducción, cavatina llama Karl Böhm, a sonar de la hora de
de Antonina, es- quien hay que consi- su sangriento triunfo:
cena y dúo de derar sin reservas el la Goltz no nos abru-
Antonina y Fili- mayor straussiano es- ma, no nos sobreco-
doro, terceto de cénico después de ge de espanto el
Chiarina, Fedele y Clemens Krauss. Uno ánimo, sino que nos
Tommaso, dúo de por uno, quizá pode- hace comprender su
Chiarina y Fili- mos preferir determi- terrible destino, y
doro, terceto de Nicola, Antonina y Tommaso y nados hechos de otros compadecerla. Y
rondó final) que fueron publicados el pasado año directores; pero el «picaruelo de Graz» no aquí comparece Uhde, otra víctima. ¡Qué
por Opera Rara, bajo la variante con que se cono- tiene aquí comparación por la dedicación, prodigioso artista! Sí, reconocemos la voz
ce a este título, La Romanzesca, y llamando a la insistencia, los logros y los documentos del desesperado Holandés, la del dubitati-
Antonina simplemente Antonia. Este proyecto del que ha dejado. Volveré después sobre él. vo Gunther; pero el personaje es otro: dis-
sello inglés está avalado por un soberbio equipo Crisotemis es Leonie Rysanek. Con esto tante, sombrío, apesadumbrado con la
de cantantes, entre los que destacan Alfonso queda dicho todo. No voy a insistir en la carga que trae sobre los hombros, horrori-
Antoniozzi, Bruce Ford, Bruno Praticò, Pietro suprema calidad vocal y dramática de su zado ante la misión que tiene que cumplir,
Spagnoli o Elisabetta Scano. Como el libreto origi- recreación de esta átrida «positiva». Todos esto es, matar a los asesinos de Agamenón,
nal se perdió, incluyendo las partes habladas sabemos que como Crisotemis permanece- asesinar a su vez a la propia madre, vierte
imprescindibles para la comprensión y el desarro- rá «inalcanzable» para siempre, y no hay todo el dolor de su alma en la compasión(*)
llo de la acción (texto que, obviamente, no apare- más que hablar. Por el contrario, Jean que también le invade a él al descubrir que
ce en la publicación de la libretística completa de Madeira (Clitemnestra) me ha decepciona- el destino de la envejecida Elektra, de su
Donizetti para Garzanti, efectuada por Egidio do un poco. Siento admiración por esta hermana antaño joven y hermosa, es aún
Saraceni), Michelangelo Zurletti completó esta mujer -alta, hermosa, fascinante- y por su más lacerante que el suyo: el destino de la
carencia para una viable representación en majestuosa voz de contralto auténtica. mujer que no es el hombre capaz de acabar
Rovigo. Para ello se basó libre pero seriamente en Guardo recuerdo confuso de su con Clitemnestra y Egisto y se ha secado,
las piezas franceses que originaron el libreto italia- Clitemnestra con Knappertsbusch, me pare- anhelando lo imposible, como una planta
no de Domenico Gilardoni. ¿Y de quién son esas ce que en 1953. La veo ahora en casa de sin agua. La escena del encuentro y del
piezas? Pues, nada menos que del factótum unos «nuevos ricos» de Bayreuth, donde yo reconocimiento de los hermanos señala la
Eugène Scribe, llamadas L’homme noir (El hombre estaba tomando café; no se hospedaba allí, cumbre de esta velada, y Böhm, siempre
negro) y Le coiffeur y et le perruquier (El peinador sino que, recién llegada de Múnich, había dominador, siempre espléndido concerta-
y el peluquero), dos típicos vodeviles del autor, descansado un rato antes de ir al dor, se eleva aquí sobre su propio pedestal,
escritos y estrenados en su inicial etapa creativa, Festspielhaus para cantar la Erda de El oro para acompañar a estos prodigiosos arque-
el primero en 1820 y el segundo en 1824. del Rin en el segundo ciclo del Festival de tipos de la desdicha como si él fuera senci-
La obrita donizettiana, que gira en torno a 1967. Me impresionó el deterioro físico y llamente el servidor atento a encender las
Antonina, una romántica impenitente que descu- quizá moral que revelaba su rostro. Tenía luces -tenues, tristes, casi fantasmagóricas-
bre al final, tranquila y sin traumas como corres- sólo 49 años; pero, si Dorian Gray fuera que nos permiten ver las sombras. Pues
ponde, la diferencia que hay entre las ilusiones y mujer, allí estaban los estigmas que empie- esto son aquí Elektra y Orestes: sombras
la prosaica realidad, permite al músico una cari- zan a deformar su retrato en la película de procedentes de la orilla del Leteo, el río for-
ñosa parodia de sí mismo y de sus obras dramáti- Albert Lewin. Murió cinco años después. mado por el llanto de las almas condena-
cas más representativas. Por la partitura se pasea el En 1955, en la flor de sus 37 años, no con- das a vagar por este paraje de desolación,
fantasma de Rossini y también se escuchan unas vence porque aparece demasiado majes- irredentas, durante cien años.
deliciosas y frescas melodías que evocan inme- tuosa, porque le faltan la decrepitud y el
diatamente el mundo del Elisir d’amore, que miedo a la muerte. Su Egisto, Franz Ángel-Fernando Mayo
Donizetti está a punto de componer. Klarwein, tampoco es memorable: cierta-
La interpretación de Rovigo, a cargo de un mente, las pocas frases que tiene la «mari- (*) Strauss era agnóstico y nietzscheano.
buen grupo de cantantes, todos de la nueva hor- ca» -la palabra la dice Elektra- no dan Empleo la voz «compasión» no en el sentido
nada peninsular, se desenvuelve sin sobresaltos, mucho de sí; pero hay ejemplos de cristiano, ajeno a Strauss, sino en el del asom-
bien articulada escénicamente, con mucho clima bro -incredulidad, desconcierto, tristeza- que
Svanholm, Lorenz, Windgassen y hasta de produce la realidad cierta y fea, es decir, la dis-
teatral y con sobrada disposición idiomática y Uhl que corroboran aquello de que «no
atmosférica, bajo la hábil cohesión que desde el tinta de la recordada o imaginada como bella.
hay papel pequeño, sino intérprete chico».
foso impone Franco Piva, que va camino del lide- La novedad aquí la aportan Christel R. STRAUSS: Elektra / Madeira, Goltz, Rysanek,
razgo en este tipo de ejecuciones. Complemento Goltz y Hermann Uhde, quienes, salvo Klarwein, Uhde, Wünzer / Orquesta de la Ópera del
oportuno facilita esta reciente «novelera» a la ver- Estado de Baviera. Dir.: Karl Böhm (26.8.55) / GOL-
error mío, no aparecían hasta ahora en los DEN MELODRAM / Ref.: GM 3.0049 (2 CD) D10 x 2
sión «inglesa» anteriormente recordada. registros conocidos. Vamos a considerarlos
primero por separado y después como cou- Al adquirir esta edición de Elektra se
F.F. ple de hermanos. La soprano de Dortmund suministrará gratuitamente a quien lo solicite
fue una «especialista» en Salomé y Elektra. un disquete de ordenador con la
G. DONIZETTI: La romanziera e l’uomo nero / Cigna,
Braconi, Marchi, Saudelli, Gregnanin / Orchestra Filarmonia ¿Cómo es su voz? Aparentemente oscura, traducción al español del texto
Veneta «G.F. Malipiero». Dir.: Franco Piva / BONGIOVANNI sin el brillo para los grandes papeles dra- por Ángel-Fernando Mayo.
/ Ref.: GB 2287/88-2 (2 CD) D2 x 2
( 17 )
Windgassen, Rysanek y Talvela, en un Tannhäuser bayreuthiano de Otmar Suitner
Tannhäuser à la Wieland
H ace poco un «corresponsal» -llamo así a
quienes me honran con sus consultas, sus
comentarios y sus informaciones- me
hacía ver el lío de las versiones de Tannhäuser y,
además, me preguntaba el por qué de las idas y
que anteceden a la rápida conclusión orquestal,
y ello por una razón puramente musical: la esce-
na comienza justamente con llamadas de trom-
pas y no tiene sentido enmendarle aquí la plana
a Richard Wagner, quien vuelve a hacerlas sonar
su vocalidad, que ya no era la de los gloriosos
cincuenta. Relativamente poco firme al comien-
zo, se las ingenia para no repetir el personaje de
1962, el rebelde que llegaba a la atroz blasfemia
del «Da ekelte mich der holde Sang!» (¡Allí me
venidas de Wieland Wagner con esta obra. Le consecuentemente al final y, por lo que yo sé, repugnó el divino canto!), pues ahora se muestra
contesté que no conozco un trabajo musicológi- jamás modificó este pasaje. No creo necesario débil hasta cierto punto, derrotado, y la blasfemia
co sobre las versiones de Tannhäuser y que tam- insistir aquí en la profunda admiración que sigo se muda en una exclamación -aquí canta con
poco sé si ya ha aparecido el volumen «corres- sintiendo por Wieland, el único hombre en esta mayor precisión las notas- que revela desolación,
pondiente» en la edición Wagner completa que tierra pecadora que ha llegado a servir la escena intenso sufrimiento. A su lado Leonie Rysanek lo
empezó a preparar Carl Dalhaus. Yo me manejo del «drama perfecto» al altísimo nivel de exigen- borda, y no sólo en el segundo acto, pues, curio-
aquí con la partitura de samente, su plegaria tiene
Dover, que trae las variantes mejor línea que dos años
fundamentales. Una investi- Año Obertura Bacanal Himno a Venus Final del primer acto Observaciones después; ésta fue su pri-
gación seria en esta direc- mera Elisabeth en
ción no cae dentro de mi 1954 Completa Completa Completo Con la repetición y Versión de Dresde Bayreuth y, sin duda, puso
tiempo ni de mis posibilida- las trompas de escena con la bacanal de París en el empeño el alma,
des. Mas de este asunto ya como siempre, y quizá
1961/2 Incompleta Completa Completo id. id. Versión de Viena
habíamos hablado in abs- todavía más: la pasión.
hasta el final de la bacanal;
tracto Miguel Zanetti y yo, comienzo del dúo También cantó aquí
pues a este gran músico, a del Venusberg retocado Talvela su primer Land-
quien conocí justamente en grave, nobilísimo, y si
Bayreuth en 1962 porque él 1964 Completa Incompleta Falta la 1ª estrofa Sin la repetición Faltan también las primeras oírle era un placer, verle -
vino a escuchar a Victoria de ni las trompas frases de Tannhäuser; es la un majestuoso gigante-
los Ángeles, le interesa versión más recortada imponía todavía más.
mucho el estudio de las Wächter mejora su trabajo
1966 Completa Completa id. id. id. id. Como en 1964, pero con
variantes en determinadas de 1962, y aunque el
la bacanal completa
óperas, entre las que figura Fischer-Dieskau de 1954
justamente Tannhäuser(1). La o 1961 y el Prey de 1965
verdad es que le debo el fijar un término para a 1967 le superan en personalidad vocal, la suma
reunirnos con la finalidad de desbrozar el asunto. del canto y la presencia no le hacía desmerecer
Pero mira por dónde GOLDEN MELODRAM al lado de ellos. Toda esta gente aparecía sencilla
acaba de editar una toma bayreuthiana de 1964 pero magníficamente vestida y caracterizada, al
cuando sólo hace meses que publicó otra de igual que los restantes cantantes y el coro, y el
1966, y al escucharla he advertido que aquí conjunto era un regalo para la vista. Aquí, claro,
pasan cosas «raras». In situ presencié todas las hemos de contentarnos con los hechos musicales
representaciones de 1962, una de 1964, 1966 y -el sonido es parecido al del documento de
1967 y dos de 1965. Lo más llamativo entonces 1966-, los cuales son, como he dicho, un tanto
fue el cambio del escenario, aunque conservan- contradictorios. Pero a lo bueno e incluso lo muy
do el vestuario y el concepto. Las huestes de bueno de esta representación hay que añadir a
Maurice Béjart vinieron a Bayreuth sólo en 1961 los fabulosos Pitzianer -¡qué coro de peregrinos!-
y 1962. Aquella soberbia coreografía necesitaba incluso en el trance de tener que seguir al sofo-
de espacio, de amplitud, y así Wieland ideó un cante Suitner. Por el contrario, la Venus de Barbro
sistema de paneles laterales cubiertos de pan de cia estética del «genio del siglo». Quizá en rela- Ericson resultó aún más insuficiente -el trémolo
oro, de manera que se aprovechaba el fondo - ción con estos tejemanejes, y en una mala lectu- en el registro agudo es ingrato- que su Kundry de
unos 25 metros- del escenario natural u original ra de su revolución escénica, haya podido soste- ese mismo año.
del Festspielhaus(2). Pero parece ser que el alma- nerse que a Wieland no le gustaban las obras de ¡Ah, se me olvidaba! Como la bacanal se inte-
cenamiento y sobre todo la conservación de su abuelo; sin embargo, las cosas están claras en rrumpe bruscamente y a renglón seguido se oye,
aquellos materiales eran muy caros, pues el las Conversaciones con Antoine Goléa, donde en intervención única, el coro de sirenas, da la
invierno los atacaba y hacía saltar la pintura. En dice que Richard Wagner es el mayor dramatur- impresión de que Wieland lo situó entre bastido-
consecuencia, Wieland decidió retornar a la luz go de la historia(4). Pero en esta etapa final de su res próximo al proscenio o incluso quizá en el
proyectada sobre el ciclorama y, al reducirse el vida Wieland se estaba volviendo «peligroso». El foso. Lo inmediato de su canto, lo cercano, pro-
espacio utilizable, modificó también la coreogra- corte que practicó en El ocaso de los dioses -la duce un efecto totalmente distinto al de 1954 o
fía, ahora debida a Birgit Cullberg. breve pero importante escena de Gutrune que 1962, pues allí suena lejano, casi remoto. Así que
Como yo no vivo de recuerdos confusos ni me sigue a la marcha fúnebre- es revelador de que el aquí hay más motivos para que cada interesado
quedé anclado o absorto en aquellos fastos de escenógrafo comenzaba a sentirse autorizado resuelva por sí mismo los pros y los contras de
hace ahora cuarenta años, tengo la costumbre de para ir más allá de lo razonable. A veces pienso este «Tannhäuser a la Wieland».
acudir en estos casos a mi biblioteca, y así he que su cruel destino evitó que, apoyado en Pierre Á.-F.M.
vuelto a leer las reseñas de Erich Rappl, que me Boulez, entrara en una etapa «experimental» de
han puesto sobre la pista. Pero para comprobar consecuencias imprevisibles. En todo caso, este Notas
bien el suceso he hecho, además, determinadas Tannhäuser de 1964 da que pensar. (1) Por ejemplo, Zanetti ha publicado un impor-
audiciones de los registros de 1954, 1961, 1962, Y de los hechos musicales, ¿qué? Bien, Otmar tante estudio sobre las variantes de Don Giovanni
1964 y 1966. Pues bien, las partituras no coinci- Suitner es uno de los peores directores sufridos en el programa de las representaciones del pasa-
den salvo en la producción «Béjart» (1961 y en Bayreuth. ¿Por qué dirigió allí entre 1964 y do año en el Teatro Real.
1962), y si se llega a disponer de un registro de 1967? Sencillamente porque traía con él instru- (2) Quiero decir que éste es el fondo del escena-
rio en la época de Richard Wagner. Detrás está la
1965 se comprobará que Wieland acudió en total mentistas de la otra Alemania. En 1968 no había ampliación -almacén de decorados- debida a
a cinco variantes(3). Veamos si consigo hacer nada para él -los directores eran Böhm, Boulez, Siegfried Wagner, que a veces se utiliza para
comprensible el galimatías con el siguiente cua- Erde y Maazel- y la invasión de Praga afectó tam- aumentar el fondo. En su Tetralogía, Harry Kupfer
dro. Mas téngase en cuenta que en todos los bién a las relaciones interalemanas, así que llegó a un total de 40 metros o más.
casos la versión básica es la de Dresde, pues durante algún tiempo no hubo intercambios. La (3) En 1965 no interrumpió la bacanal tan brusca-
Wieland no utilizó nunca el dúo de Venus y dirección de este hombre se caracteriza por una mente como en 1964, pero tampoco la hizo tocar
Tannhäuser en la revisión de París. vehemencia constante, atosigante. Nada respira, completa. Imagino cómo a Maximilian Kojetinski
(Ver recuadro central) nada se sosiega, la llamada «marcha» -la entrada se lo llevarían todos los demonios al tener que
atender los caprichos del jefe.
Esto es lo fundamental; pero una audición de los invitados- es un trueno. Y, sin embargo, (4) Mi edición alemana se titula Gespräche mit
comparada y atenta puede deparar aún algunas este quehacer carente de finura no deja de ser a Wieland Wagner, Salzburger Nachrichten Verlag,
sorpresas. La versión más coherente es la de veces eficaz porque Tannhäuser es un personaje 1968. La edición francesa apareció en Pierre
1954. Las de 1964 y 1966 son muy discutibles, ciclotímico, un ser tan pronto exaltado como Belfond, París, 1967.
en particular la primera. No se comprende la caído en el desánimo, y claro, a Windgassen no
razón de mutilar el himno a Venus; pero lo abso- le perjudica el desasosiego del foso en esta época R. WAGNER: Tannhäuser / Windgassen, Rysanek, Talvela,
lutamente rechazable es la supresión no ya de la de su carrera: el tenor suabo era un técnico fabu- Ericson, Wächter, Sergi / Coro y Orquesta del Festival de
Bayreuth. Dir.: Otmar Suitner (19.7.64) / GOLDEN MELO-
repetición canora del septeto que cierra el primer loso, actor consumado y expertísimo, y el prime- DRAM / Ref.: GM 1.0050 (3 CD) D10 x 3
acto, sino la de las magníficas trompas de caza ro en saber cómo podía aprovechar aquello para
( 18 )
GOLDEN MELODRAM presenta un Don Giovanni avalado por excelente reparto y la batuta de Karl Böhm
Justo Romero
<justito@arrakis.es>
J.S. BACH: Misa en si menor / Hill, Baker, Pears, Shirley-Quirk / New Philharmonia. Dir.: Carlo Maria Giulini (1972) / BBC / Ref.: BBCL 4062-2 (2 CD) D10 x 2
( 19 )
Nueva aportación de BIS y Osmo Vänskä a la gran discografía sinfónica de Jean Sibelius
( 20 )
pues la calidad del nuevo regis- BIS aporta una nueva lectura a la discografía de las grandes sonatas beethovenianas
tro de BIS me parece indiscuti-
ble. Y para unos y otros, cerraré
este comentario transcribiendo
Un Beethoven de referencia
aquí el final de la historia de
P
or si no hubiese hecho bastante a lo largo de su juventud y su madurez, Beethoven decidió darse una
Kullervo -pasaje no selecciona- singular lección -que seguimos aprovechando- en la última etapa de su carrera. Para el caso, con los
do por Sibelius- según el relato opus terminales de su obra pianística. En cuanto a la sonata, la forma germinal de las formas, sólo se
de Väinämöinen, el viejo y compara su exploración formal con los tardíos ecos que hallará en Liszt
sabio bardo:
y César Franck. Ni siquiera sus más robustos seguidores, músicos de la
«Jamás, oh razas del futu-
talla de Schubert y Brahms, se atreven a escudriñar tan lejos con la
ro,/dejéis la educación de un
niño/en manos de una mujer estricta disposición de un teclado.
sin seso,/de una madrastra Quizá no se trate de sonatas en sentido estricto. Son bastante menos y
maliciosa;/niño criado con des- muchísimo más. Son los fragmentos de una Gran Sonata inacabada e
cuido,/mecido por ligeras inacabable, un monumento a la incompletud de la forma por excelen-
manos,/jamás espíritu madu- cia. Los temas se diluyen en un laberinto rapsódico de escalas directas e
ro/alcanzará, plena razón,/por inversas, ritmos irregulares, asomos de fugas, síncopas, variantes de opu-
más que viva años y años,/aun- lenta invención y, para el ejemplo del joven Kempf, un recóndito y
que el vigor de un hombre pudoroso lirismo, que debe investigarse en puntas de pies o, mejor
adquiera». dicho, en puntas de dedos, con un sentido de la frase cantable que no
sea ni explícito ni borroso. No faltan dechados de energía, como el pri-
Á.-F.M. mer movimiento del opus 111, rayano en lo patético, siempre que el pat-
hos no muestre su cara, sino que exhiba, de lejos, su enérgica máscara.
Notas: Ni faltan tampoco guiños de diabólica disonancia, tal como el segundo
(1) Hace muchos años estaba yo movimiento del mismo opus, donde Adorno y Leverkühn hallaron la voz
escuchando tan ricamente la sin- del Mefisto contemporáneo, salido de la insistente Edad Media germánica.
fonía Sexta de Sibelius, enviada Freddy Kempf nos ofrece unas versiones de inatacable referencia. Vale situarlo en la línea del Beethoven
por la Radio de Helsinki a Radio objetivo y analítico, el de Arrau, Pollini y Brendel, para no abundar en comparaciones. A este panorama
Nacional de España, cuando añade una elegante y austera sensibilidad romántica, la que permite rescatar aquel lirismo recatado y míni-
Sopeña me aguó la fiesta al afir- mo, viril si cabe la similitud, a que aludí al principio. Kempf lo hace sin salirse de las casillas, con un toque
mar que el Festival se hacía inso- exquisito y una timbración esmaltada, al servicio de un cincelado sentido del fraseo que parte de la inteli-
portable con esta música tan vul- gencia para llegar a la emoción, una emotividad sofocada e interior que nos lleva tan lejos como la brusca
gar y anticuada. interrupción del discurso sugiere. Tan lejos que parece la lejanía del infinito. Diseñarlo sin desbordar, con un
(2) Recogida en Impromptus, sentido impecable de la medida, es privilegio de los grandes.
colección de artículos de la que Enumerar las dotes técnicas del pianista inglés sería superfluo, ya que no estamos examinando a un joven
existe traducción, excelente, de
postulante sino aceptando a un maestro seguro y completo. Por otra parte, cuando un artista alcanza sus
Andrés Sánchez Pascual, Editorial
dimensiones, la técnica desaparece, identificada con la ejecución, y es como si el arte clamara por el mítico
Laia, Papel 451, nº 67, Barcelona,
1985. origen, donde todo se sabe y nada se ha aprendido.
(3) Por pura casualidad, hoy he
leído en El Cultural de El Mundo Blas Matamoro
(11-17 de abril de 2001) esta opi-
nión de Hans-Georg Gadamer, L. VAN BEETHOVEN: Sonata para piano nº 30 en mi mayor, op. 109; Sonata para piano nº 31 en la bemol mayor, op. 110; Sonata
para piano nº 32 en do menor, op. 111 / Freddy Kempf (piano) / BIS / Ref.: BIS 1120 (1 CD) D2
discípulo de Heidegger, sobre
Adorno, deslizada al hablar de
Marcuse: «Por su pureza (la de
Marcuse), es probablemente entre
El sello sueco publica los Preludios de Liszt bajo la dirección de Frühbeck de Burgos
los francfurtenses de la vieja
generación al que más aprecio.
No era intransigente como
El poema sinfónico nace en Weimar
Adorno (...) No tenía ese fanatis-
D
mo ni era tan faccioso como espués de haber deslumbrado al mundo como pianista, en 1848, cumplidos ya los 37 años de edad,
Adorno». Ferenc (Franz) Liszt se estableció en Weimar, donde disfrutó de una relativa paz y pudo dedicarse a
(4) Lönrot quiso acentuar así deli- la composición. Liszt eligió la pequeña ciudad alemana en que
beradamente el paralelismo con Goethe y Schiller habían vivido y escrito, con la idea de convertirla en
La Ilíada, el modelo formal del un centro cultural, apoyado musicalmente en el histórico Teatro de la
Kalevala. Corte y bajo el patronazgo del Gran Duque Carl Alexander de Weimar.
(5) Ésta y las siguientes citas lite- Ampliando el contenido poético de las oberturas de Beethoven,
rales proceden de la traducción Weber, Mendelssohn y Schumann, Liszt creó el poema sinfónico, géne-
de Joaquín Fernández y Ursula ro musical que tanta importancia tendría hasta bien entrado el siglo XX
Ojanen, Editora Nacional, (Tapiola, de Sibelius, data de 1925). Doce de los trece poemas que
Madrid, 1984. escribió Liszt fueron compuestos durante el decenio que vivió en
(6) Vi a Berglund en Madrid y Weimar. De los cuatro incluidos en este CD, el primero cronológica-
creo recordar que dirigió la mente (y también el más popular) es el titulado Los preludios. Le sigue
Quinta de Sibelius. La batuta en Tasso, lamento y triunfo, compuesto en 1849 y concluido en 1854.
la mano izquierda resultaba cho-
Festklänge (Sonidos de fiesta) lo escribió para acompañar su proyecta-
cante; pero me pareció advertir
que el director finlandés tenía
da pero no celebrada boda con la princesa Carolina Sayn von
algún problema de movilidad, Wittgenstein, mientras que Orfeo, el último y más hermoso de este con-
muy controlado, en el lado dere- junto, fue inspirado por una ejecución en Weimar de la ópera homóni-
cho. ma de Gluck.
Salvo error, en la muy amplia discografía de Rafael Frühbeck (Burgos, 1933) no figuraba aún el nombre
J. SIBELIUS: Kullervo, op. 7 / Lilli de Franz Liszt, aunque sí los de Schumann y Mendelssohn; de los oratorios Elías y Paulus grabó Frühbeck
Paasikivi (mezzo); Raimo Laukka (barí- versiones justamente célebres. BIS ha remediado esa ausencia, y cabe pensar que este CD sea el primero
tono) / Coro de la Universidad de
Helsinki y Orquesta Sinfónica de de una serie en la que nuestro director más internacional colabore con el sello sueco. No es ocioso recor-
Lahti. Dir.: Osmo Vänskä / BIS / Ref.: dar que la carrera alemana de Frühbeck ha sido especialmente fructífera: Düsseldorf (1966-71), Deutsche
BIS 1215 (1 CD) D2 Oper en Berlín (1991-97) y Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín (1994-2000), que precisamente diri-
ge en este CD. Su sólida relación con esta distinguida orquesta y sus proverbiales seguridad y dominio le
Al adquirir esta edición de permiten obtener de ella un notable rendimiento, particularmente apreciable en los momentos más líricos
Kullervo se añadirá
gratuitamente, en fotocopia, la de estas obras. Buena grabación e informativos comentarios de Horst A. Scholz.
traducción al español, debida a
Joaquín Fernández y a Ursula R.A.
Ojanen, del texto finlandés que
se canta en los movimientos F. LISZT: Los preludios - Orfeo; Tasso; Sonidos de fiesta / Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín. Dir.: Rafael Frübeck de Burgos
tercero y quinto. (Berlín, 1999) / BIS / Ref.: BIS 1117 (1 CD) D2
( 21 )
La BBC dedica un nuevo registro Böhm y Menuhin, reunidos en GOLDEN MELODRAM
al arte directorial de Sir Thomas Beecham con un doble programa Beethoven/Brahms
A
llá por los años setenta, CBS publicó en su sello Odyssey un filarmónicos vieneses y junto a uno de los mejores intérpre-
álbum de 3 LPs que, con obras de Berlioz (Sinfonía tes del Concierto para violín
Fantástica, Harold y oberturas) grabadas por Beecham en por antonomasia, la «química»
sonido mono, es hoy día un tesoro preciadísimo y cuya reedición tarda en establecerse, y buena
no debiera demorar SONY. Entretanto, mil gracias a la BBC, que parte del primer movimiento
ya nos ofreció hace un par de años la resulta algo prosaica; uno se
soberbia versión del Réquiem berlio- esperaba más de este encuentro
ziano dirigida por el baronet. Los en la cumbre. La temperatura
encuentros de Beecham y Berlioz, ya sube a partir del Larghetto, que
en estudio o, como aquí, en concier- Menuhin canta admirablemen-
to, fueron siempre memorables. te, y el nivel se mantiene en el
Harold en Italia goza, además, de un brillante Rondó. GOLDEN
sonido sorprendentemente bueno
MELODRAM aporta así un
para la época (Edimburgo, Usher
inesperado complemento a la
Hall, 1956) que potencia la entrega-
dísima y brillante labor de la Royal rica discografía de Böhm, en la
Philharmonic y de Frederic Riddle que, salvo error, no figuraba
como solista de viola quien, sin lle- esta obra. La grabación mono-
gar al excelso nivel de William aural procede seguramente de la radio de Baviera, y es de buena
Primrose en la versión oficial, cum- calidad. Respecto de Menuhin, esta versión no añade nada espe-
ple aquí de modo impecable. Beecham, extravertido y dramático cial a las dos maravillas que grabó para EMI con Furtwängler, la
en el final, nos regala dos maravillosos movimientos centrales, primera de las cuales (1947) figura en el catálogo de Testament y
llenos de vida, alegría y color (Serenata), así como de capacidad la segunda en el de EMI, ambas recomendadas con preferencia
evocadora (Procesión). El secreto de Beecham se explica fácil- sobre la ahora comentada. Lo mejor de este CD son las
mente: dirige la música que conoce, ama y disfruta, y transmite su Variaciones Haydn, que Böhm grabó oficialmente para DG con la
gozo a intérpretes y oyentes. Casi medio siglo después del con- Filarmónica de Viena dentro de un ciclo sinfónico Brahms carac-
cierto, la magia sigue viva, y la capacidad de Beecham para hacer terizado por una bella ejecución orquestal -los vieneses siempre
que la música de Berlioz brille, vibre y chisporrotee, nos arrastra tocaron muy a gusto con el maestro de Graz- pero también por
tanto como a los oyentes de entonces. Las dos oberturas, contras- unos tempi bastante morosos. Aquí, con un Böhm más joven y
tadas hasta el extremo, muestran que el humor de El corsario le animado, escuchamos una vibrante versión de esta obra mágica,
resultaba igual de afín que el grave dramatismo de El rey Lear. Y que se codea con las mejores de una discografía amplísima.
como bis, una brillante Marcha troyana. Muy documentados Excelente sonido monoaural.
comentarios de Graham Melville-Mason. No se lo pierdan.
R.A.
R.A.
KARL BÖHM Y YEHUDI MENUHIN EN CONCIERTO - L. VAN BEETHOVEN:
H. BERLIOZ: Obertura de El corsario; Gran obertura de El rey Lear; Harold en Italia; Concierto para violín y orquesta en re mayor, op. 61 - J. BRAHMS: Variaciones sobre
Marcha troyana / Royal Philharmonic Orchestra y Orquesta Sinfónica de la BBC. un Tema de Haydn, op. 56a / Orquestas Filarmónica de Viena [1958] y Sinfónica de
Dir.: Sir Thomas Beecham (1951-56) / BBC / Ref.: BBCL 4065-2 (1 CD) D2 la Radio de Baviera [1960] / GOLDEN MELODRAM / Ref.: GM 4.0050 (1 CD) D10
BBC dedica sendos registros a Dennis Brain y a un Cuarteto Amadeus siempre bien acompañado
( 22 )
ORFEO presenta dos perspectivas BONGIOVANNI añade nuevas obras El pianismo de Anton Arensky
dispares de un tema ya clásico camerísticas a su recorrido por la (1861-1906), en OLYMPIA
obra de Lorenzo Perosi (1872-1956)
Estaciones Fugacidades
porteñas y rusas El otro Perosi
de Arensky
E
l nombre de monseñor Perosi evoca
E
l curso del año ha fascinado siempre a
F
complicadas y rotundas estructuras ugaz es el adjetivo que mejor
los músicos. Desde Vivaldi a Glazunov, de oratorio y liturgia, impregnadas de cuadra a la intensa y breve
por ejemplo, muchos compositores un sólido e intemporal academicismo y, carrera de Anton Arensky,
han buscado o inventado el sonido del sobre todo, de un deber de ortodoxia: ser muerto en 1906 con poco más de
ciclo anual, con sus repeticiones que pro- un músico católico, apostólico y romano. cuarenta años. Siempre cabe el
meten la permanencia ritual de la inmorta- Quizá más romano que otra cosa. En tópico de imaginar lo que habría
cualquier caso, un compositor volcado hecho en aquellos de intenso
hacia la institución, hacia la intensa revoltijo estético para la música
socialidad de la Iglesia, hacia el público rusa y, de paso, para la música del
de una ideal feligresía, no exenta de gus- mundo.
tos teatrales respecto a la escena del pres-
biterio.
Pero hay otro Perosi, el instrumental y
camarístico, el Perosi juvenil y de forma-
ción, estudioso de la tradición organística
y de la imponente polifonía clásica italia-
na. Estos pinitos de muchacho aplicado
tendrán una secuela en su madurez, en
los años del retiro (1928 a 1931), signados
por problemas con la jerarquía, mala
salud y un humor instrospectivo. Perosi se
vuelve intensamente profano e íntimo,
lidad. Al igual que la naturaleza, la música compone para pequeños conjuntos, reúne
también cumple arcos estacionales y a unos cuantos músicos en sesiones priva-
empieza donde termina o viceversa, en las das y da rienda suelta al sujeto personal,
resoluciones de las cadencias, en el silen- desprovisto de obligaciones eclesiales y
cio que corona la vibración y anuncia reco- de indumentaria sacerdotal.
mienzos en el acorde final. La prueba son estos conjuntos, selec-
Este compacto reúne dos paradigmas de cionados entre un torrente de obras simi- Nacido en el cogollo de un sin-
lo anterior. Tchaikovsky nos propone un lares, más la temprana elegía para violon- gular romanticismo tardío, con la
calendario en el cual cada mes tiene su chelo y piano. Son obras de un depurado tensión entre el nacionalismo y el
romanza, más o menos acorde con el clima romanticismo a la italiana, ávido de niti- cosmopolitismo, Arensky propone
de una Rusia que va del invierno al invier- dez formal, de agradable melodismo, no un pianismo que surge del Brahms
no. Algunas de ellas gozan de especial for- renuente a pagar deudas con la música de de las piezas breves para llegar al
tuna, como la estival barcarola y el vals cámara alemana del fin de siglo, en cuan- diabólico expresionismo y el des-
otoñal. Pero a ninguna le falta decisión for- to a estructura y desarrollo. Se trata de un garro formal de Scriabin. A su agó-
mal y dicha melódica. don Lorenzo en camisa y pantalón, si nico y febril pasaje por la vida se
Piazzolla, en cambio, estira una serie de ajustan mejor que ninguna otra
minirapsodias con trastienda de tango, evo- opción -supuesto que podamos
cando el húmedo y melancólico clima de hablar de ajuste- estas invenciones
Buenos Aires, con su verano de pegajosa igualmente fugaces. Son fragmen-
sensualidad, su invierno que vale como tos, ocurrencias repentinas, arabes-
una despedida, y las adolescentes transicio- cos, insinuaciones de estudios y
nes del otoño y la primavera. El contraste esa inapresable promesa de música
tímbrico del bandoneón esponjoso y tam- que es el romántico preludio. En
bién implorante, con la gris sobriedad de ellos experimenta con ritmos inu-
las cuerdas graves, hace el resto, el diálogo suales, a veces con una suerte de
imposible entre la soledad y el paisaje, tan discurso continuo que parece sal-
propio de la gran ciudad, así como su tarse y borrar las barras divisorias
armonización lírica era el lote del colega de los compases, otras con el juego
ruso. de timbres imitados, el sostenido
La sociedad entre ambos compositores, pedal de un órgano que fingen
aparentemente tan alejados (aunque cerca- ciertos acordes, o el picado de un
nos en la vasta familia de los romanticismos cabe la fácil figura, que baja la voz, cierra juego de uñas sobre las cuerdas
tardíos de aquí y de allá) es una feliz ini- los postigos y enciende la casera lámpara desnudas de un arpa.
ciativa, porque permite a un excelente de los recuerdos y las fantasías. No lo No sabemos qué habría hecho
solista como Marcucci acolcharse en la obliga la letra de la liturgia o la retórica Arensky si hubiese vivido, como su
señorial sonoridad de los arcos bávaros. oratorial y puede acercarse a un yo púdi- paisano Stravinski, por ejemplo, el
Finalmente, el bandoneón partió de camente disimulado entre los refajos del doble de calendarios. No importa.
Alemania para recalar en el Río de la Plata presbítero. La escena tiene sus bambali- Sabemos lo que hizo y es bastante
y convertirse en emblema tanguero, moján- nas personales y estas obras de comedida para incitarnos a volver sobre sus
dose con la humedad del mar y torrándose confesionalidad permiten atisbarlas. pasos.
en la calidez del trópico intermediario. B.M.
B.M.
B.M. A. ARENSKY: Obras para piano - 12
L. PEROSI: Trío para cuerdas en mi bemol mayor; Preludios, op. 63; 12 Estudios, op. 74; Suite
A. PIAZZOLLA: Las cuatro estaciones - P.I. TCHAI- Cuarteto nº 9 en re menor; Cuarteto nº 10 en la Arabesques, op. 67; Ensayos sobre ritmos
KOVSKY: Las estaciones / Alfredo Marcucci (bandone- menor; Quinteto con piano nº 3 en la menor; Elegía olvidados, op. 28; 3 Piezas, op. 42 / Anthony
ón); Piotr Stefaniak (contrabajo) / Cellistas Filarmónicos para violoncello y piano / Ensemble L. Perosi / BON- Goldstone (piano) / OLYMPIA / Ref.: OCD
/ ORFEO / Ref.: C128001A (1 CD) D2 GIOVANNI / Ref.: GB 5108-2 (1 CD) D2 692 (1 CD) D2
( 23 )
Primitiva saison russe con El pabellón de Armida, además de otras piezas de Nikolái Cherepnin, en OLYMPIA
Pasión y fantasía
L INDORO nos trae un atractivo y original disco -transcripcio-
nes y versiones originales para violoncello y piano- en el que
se despliega con variedad de expresiones la música de seis
autores españoles de gran entidad, todos proyectados en el siglo
Stuchewsky. Temperamen-
talmente distinto es Enrique
Granados (1866-1916), gus-
toso de valores de recogi-
XX y con características -unos más, otros menos- nacionalistas y miento y ensoñación, y el
románticas, ya que, quiérase o no, se percibe un fervor de fidelidad Intermedio de Goyescas es
a la entraña española. un modelo de construcción
El pasar la frontera será un algo obligado para los compositores íntima y realista dotada, al
españoles con vocación de autenticidad, y los nombres que com- mismo tiempo, de pintores-
ponen este disco cumplen el requisito: Isaac Albéniz (1860-1909), cos acentos. Joaquín Turina
ocupa un puesto de privilegio en Europa, porque reúne cualidades (1822-1949) encuentra el
románticas con un maravilloso sabor de gracia española. Su huma- rumbo decisivo en París, donde permanece desde 1905 hasta
nísima simpatía fue la gran puerta de la música española en París. 1914, adquiriendo formación en la Schola Cantorum. Turina se
Representado aquí con la Malagueña, una de las piezas incluidas ejercitará en el gozo de las cosas pequeñas y cotidianas. Su senti-
en su álbum para piano España, podremos apreciar el españolismo do de la forma será elástico y personalísimo. Tres piezas podremos
de ese Albéniz de la primera etapa, sin planteamiento de forma y escuchar, dos de ellas de 1909: Romanza -obra inédita en disco- y
sin demasiada exigencia original, pero con unas cualidades espe- Jueves Santo a medianoche, segundo movimiento de la Suite para
cíficamente musicales que son donde radica el encanto. La trans- piano Sevilla. Se refleja en ambas la sabiduría formal de la Schola
cripción para cello y piano es la debida al violoncellista israelí J. Cantorum y esa atmósfera de sensualidad que nos traen sus acor-
( 24 )
Primicias orquestales de Geirr Tveitt (1908-1981), en BIS
El resplandor de la hoguera
P ocas figuras tan fantasmagóricas como
la del noruego Geirr Tveitt. Al igual
que sus compatriotas Grieg y
Johansen, estudió en el Conservatorio de
situada en una colina al oeste de Noruega,
desapareció entre las llamas, más de 300
obras (las cuatro quintas partes de su pro-
ducción) clasificadas meticulosamente en
que bien podría rebautizarse como Sinfonía
del Palimpsesto.
La música de Tveitt podría definirse
como un insospechado crisol en el que se
Leipzig. Su insaciable curiosidad le llevó a ocho gigantescos armarios de madera desa- funden diversas influencias: una orquesta-
hablar correctamente cinco lenguas euro- ción muy elaborada que, aunque inconfun-
peas y a desenvolverse con el árabe y el diblemente nórdica, mira a Ravel y a la
hindí. Pero muy pronto destacó como pia- escuela francesa de entreguerras -ya de por
nista y compositor: no menos de una doce- sí suficientemente ecléctica-, una escritura
na de sus partituras juveniles fueron publi- pianística que unas veces parece heredada
cadas en Leipzig y su estudio sobre la músi- de Rachmaninov y otras sorprende con
ca nórdica (1937) fue escrito directamente giros propios de Bartók o Prokofiev, un
en alemán. A los diecinueve años compone empleo frecuente de ostinati y ritmos brus-
el primero de sus seis conciertos para piano cos -que recuerdan a Leifs- y un gusto indi-
que, en 1931, consigue estrenar con la simulado por los contrastes y los golpes de
Sinfónica de la Radio de Leipzig. Más ade- efecto que le hacen pasar del más delicado
lante se traslada a Viena, donde estudia con lirismo al salvajismo más desatado. Y todo
Wellesz y Marx, y posteriormente a París; ello alimentado por los temas y ritmos del
allí entra en contacto con Villa-Lobos, folclore de su país, omnipresentes en toda
Schmitt y Honegger. Tras su regreso a su obra.
Noruega en 1933 emprende numerosas Quizá la mejor forma de disfrutar de
giras de conciertos, como intérprete de parecieron con ella. Ha sido necesario un estas dos composiciones sea considerarlas,
obras propias y ajenas, por Europa y África extraordinario trabajo de restauración, casi en su conjunto, como una exuberante y
del norte aunque siempre manifestó una detectivesco, para conseguir rescatar de las abigarrada banda sonora para un filme ine-
especial predilección por París, ciudad en cenizas las dos obras que motivan este xistente que el oyente ha de contemplar a
la que se sentía especialmente a gusto: allí comentario y que se cuentan entre sus más través del proyector de su imaginación; una
viviría su último gran éxito como intérprete importantes producciones: Prillar, un ambi- música ciertamente conservadora, que los
al estrenar en el Teatro de los Campos cioso tríptico sinfónico -con ecos de amantes de las sagas nórdicas paladearán
Elíseos, bajo la dirección de Martinon, su Sibelius, Alfvén y más de un ruso- fechado con delectación. Para este viaje, dificilmen-
quinto Concierto para piano en 1954. en 1931 que Tveitt nunca consiguió estre- te podría pensarse en un guía más convin-
Desde finales de los años veinte hasta nar y la denominada Sinfonía del Dios Sol cente que Ole Kristian Ruud, que ya
comienzos de la década de los setenta o Solgud-symfonien, en realidad tres frag- demostró su dominio en otro repertorio
Tveitt (que añadió esa última «t» para ase- mentos de su gran ballet Los sueños de fronterizo como eran las sinfonías de Nino
gurarse de que los franceses pronunciaran Baldur, una de esas obras con las que la Rota, igualmente grabadas para BIS. Jorma
bien su apellido) tuvo tiempo de edificar un historia se ha ensañado a conciencia. Panula puede sentirse orgulloso de su clase
gigantesco edificio sonoro conformado por Estrenada la suite por Rosenthal en el agita- de dirección orquestal del Conservatorio
sinfonías, conciertos, ballets y otras músi- do París de 1939, la partitura desapareció Sibelius de Helsinki: Salonen, Saraste,
cas incidentales, media docena de óperas y durante los bombardeos de Londres. Oramo y el mismo Ruud nos lo confirman.
cantidades ingentes de música de cámara, Restaurada y revisada por su autor, fue defi-
pianística y de todo género imaginable. nitivamente destruida en el citado incen- Jean Marie Viardot
Por desgracia sólo una parte muy redu- dio. Gracias a los restos conservados, una
cida de este inmenso legado ha llegado partitura incompleta de piano y a un par de G. TVEITT: Prillar, op. 8; Sinfonías Solgud (Tres piezas
de Los sueños de Baldurs) / Orquesta Sinfónica de
hasta nosotros. Cuando el 12 de julio de grabaciones también incompletas ha podi- Stavanger. Dir.: Ole Kristian Ruud / BIS / Ref.: BIS 1027
1970 la residencia campestre del músico, do reconstruirse lo que hoy escuchamos y (1 CD) D2
des debussystas, sin faltar la postura más urba- llegado de París en 1914. Esta obra constituye,
na de lo andaluz en ese ambiente de Semana por su depuración técnica, uno de los grandes
Santa que impregna la segunda de las piezas acontecimientos de nuestra música contempo-
mencionadas. Originalmente escrita para cello ránea por su depuración técnica. No obstante,
y piano es, por su parte, la partitura de Polimnia antes de estas piezas se incluye una obra tam-
(1942), de bella melodía, perteneciente al ciclo bién inédita en disco, Alborada, del músico
Musas de Andalucía de más abstractos proble- sevillano Manuel Castillo (1930), página evoca-
mas de forma. dora que, sin abandonar la tradición naciona-
Aprendió mucho en el París de los años lista, hace presentes las formas francesas.
anteriores a la Primera Guerra Mundial el que Satisfactorio programa e interpretación de
fuera discípulo predilecto de Pau Casals, el vio- estas dos jóvenes -rumana y rusa- y prometedo-
loncellista Gaspar Cassadó (1897-1966), de ras instrumentistas. De limpia digitación y
quien el presente registro recoge dos de sus amplio volumen la ejecución de Luiza Nancu,
obras en las versiones originales de composi- a la que Tatiana Postnikova presta un ceñido
ción: Requiebros, evocación del mundo goyes- acompañamiento y un transparente sonido.
co a lo Granados, y la espléndida Suite para Unos Cantos de España, en resumen, de indis-
violoncello solo dedicada a Francesco von cutible interés.
Mendelssohn, de tono aséptico y austero, sin ARMONIOSI CONCERTI
olvidar el matiz nacionalista (Sardana). Cerrará M.G.F. sopra la Chitarra Spagnuola
Obras de Kapsberger, Pellegrini, Negri,
esta grabación una transcripción que el cellista Caroso, Corbetta, Castaldi, Bartolotti
francés Maurice Maréchal hiciera en 1925 de CANTOS DE ESPAÑA - I. ALBÉNIZ: Malagueña - J. TURINA:
Romanza; Polimnia; El Jueves Santo a medianoche - G. CAS- y Piccinini
las Siete Canciones Populares Españolas -faltan SADÓ: Requiebros; Suite para violoncello - M. DE FALLA: Juan Carlos Rivera
las Seguidillas murcianas- que Manuel de Falla Suite popular española / Luiza Nancu (cello); Tatiana (tiorba y guitarra barroca)
Postnikova (piano) / LINDORO / Ref.: MPC 0706 (1 CD) D2 LINDORO
(1876-1946) diera a conocer en Madrid recién
Ref.: MPC 0707 (1 CD) D2
( 25 )
Falla, García Lorca y Gerhard comparten Nuevas extravagancias musicales
la última novedad de ÓPERA TRES de Christian Lindberg, en BIS
E
nes de Falla, Lorca y Gerhard con acompañamiento de guitarra inter- l dentista de Lindberg se llama doctor Decker, y
pretadas por Juanita Lascarro con Marco Socías: en campo ocre de cuando muchos años atrás decidió ser trombonista,
motivos alhambristas, borriquillo paseante montado por una especie de un casposo profesor de música le dijo que nunca
espectro y escorzo de toro. Impresionado todavía por el rojo chorreante del llegaría a nada tocando un instrumento monódico. Se
lomo del marrajo, uno reflexiona en la dificultad con la que tienen que lidiar frustró tanto que abandonó sus inquietudes artísticas
las productoras discográficas para que sus discos no se pierdan en los ana- para dedicarse a la más rentable medicina bucal.
queles de las tiendas y, desde luego, parece claro que este disco no va a Cuando ese profesor le dijo lo mismo a Lindberg, el
pasar desapercibido allí donde se encuentre. Por otra parte, uno ya se espan- sagaz muchacho acudió a la biblioteca Valhallavägen y
ta por pocas cosas y hasta piensa que la composición pictórica está realiza- consultó una enciclo-
da con cierto gusto y responde a motivos relacionados con el repertorio pedia. La palabra
interpretado: es el españolísimo ambiente de todas estas canciones, los tin- «monódico» no exis-
tes moriscos del Romance de don Boyso o el viejo cosaute de Las morillas te. Así que el sueco
de Jaén, el barroquismo indiano de La indita de Roberto Gerhard, el torito de continuó sus estudios
encierro de la canción de Gerhard o el toro resabiado del dramático y pre- y su carrera y ahora
monitorio romance de Los mozos de Monleón recogido por Federico García está considerado co-
Lorca o, también de García mo uno de los más
Lorca, el toro de El café de grandes intérpretes
Chinitas, o la mula torda de Los de metal del siglo XX,
cuatros muleros. Señas de una junto a Louis Arms-
España pasada y presente, cadu- trong y Miles Davis.
cada y vigente, que todavía Una de las escasí-
cumplen bien su función de dar- simas obras com-
nos a conocer en el mundo de la puestas por el doctor
globalización (americanización) Decker, que ahora es
con una personalidad distintiva. el consejero personal de Lindberg, es la llamada
Tópicos construidos en la época Fanfarria para cuatro ranas, en la que nos damos cuen-
de los nacionalismos decimonó- ta con tristeza de la enorme pérdida para el arte uni-
nicos, que el primer siglo XX versal que supuso que fuera Lindberg quien se convir-
asumió con más o menos mati- tiera en trombonista, y no Decker. Pero Decker es todo
ces dando frutos musicales tan un profesional en su consulta, y sus idas y venidas con
distintos, y tan iguales en el el bisturí son ilustradas musicalmente en el poema para
fondo, como los tres conjuntos cuatro trombones y narrador que lleva su nombre.
de canciones que se presentan Durante años y años, Lindberg se ha preguntado el
en esta grabación: las Siete can- significado de aquella palabra inexistente -«monódi-
ciones populares españolas de Falla, los siete Cantares de Gerhard que dan co»- que cambió el curso de su vida y de la de su den-
título al CD y la Colección de canciones populares antiguas de García Lorca. tista. Esta pregunta sin respuesta está presente en todas
Un total de 27 canciones entre las cuales la que no destaca por su her- sus obras; es una presencia fantasmagórica, como la de
mosura lo hace por su gracia. Y la interpretación de la soprano Juanita Mandrake, personaje de cómic para el que Lindberg
Lascarro acompañada por Marco Socías -una interpretación bien sentada también ha compuesto un concierto, muy cinematográ-
entre la belleza y el ingenio- hace perfecta justicia a este repertorio. No lo fico, que este disco-happening presenta con honores de
tenían fácil, por ejemplo, en la obra de Falla cuyo acompañamiento pianís- estreno. Entre película y película, un corto: Catmania,
tico es aparentemente insustituible, pero Lascarro y Socías consiguen que su sobre la lucha que tuvo Lindberg con un gato que le
versión tenga tanta consistencia como sentido musical. Falla suena segura- perseguía y que acabó con la caída de ambos en una
mente como hubiera soñado sonar: en una guitarra y no en un piano no por fuente. Desde entonces ese gato se le aparece en sue-
más maravilloso menos enrarecido por la peculiaridad esencial de sus acom- ños como asistente a sus conciertos.
pañamientos. En el caso de las canciones de García Lorca, que en sus ver- Lindberg es decididamente el Jacques Tati del trom-
siones originales con acompañamiento de piano adquieren un aspecto un bón, y es capaz de componer las piezas más virtuosísti-
tanto desangelado y salonesco, con la guitarra bien realizada resultan direc- cas para describir las situaciones más normales del
tamente efectivas y Lascarro luce en ellas, como en las otras, todos los recur- mundo, como la del hombre cansado que se mete en la
sos expresivos de una voz ágil y bellamente timbrada. cama para dormir pero es acechado por un ataque de
Las canciones de Gerhard, menos oídas y grabadas que las otras y con insomnio, ya que piensa y piensa en un gato que le per-
acompañamiento original para guitarra, son absolutamente deliciosas. sigue por el mundo, o en el significado de la palabra
Compuestas bastante tarde (en 1956), representan, sin embargo, una mirada «monódico». O en un Duelo al sol en el que los pisto-
atrás del compositor hacia los años previos a la guerra civil. Los acompaña- leros han sido sustituidos por trombonistas. O en aque-
mientos guitarrísticos no se limitan a dar soporte al canto sino que quieren lla sociedad salchichera de un pueblo húngaro, que
vivir y tener una entidad propia paralela al canto comentando, completan- consiguió fabricar una máquina reductora de piel de
do, desmarcándose y acercándose a él y, ese flirteo, Socías y Lascarro lo bor- salami en la que el padre de Lindberg se inspiró para
dan. Es una lástima que no cupiera en esta grabación -que dura generosa- construir la válvula CL-2000, con la que los trombones
mente más de 74 minutos- la interpretación de la Fantasía para guitarra, que amplían su registro y son capaces de emitir tres notas
se suele interpretar como pieza independiente, pero que Gerhard la compu- diferentes a la vez, dejando por lo tanto de ser un ins-
so en 1957 para intermediar su colección de canciones, dar un respiro nece- trumento monódico. Cada una de estas situaciones da
sario a la cantante y permitir al guitarrista un momento de lucimiento a solo motivo a una nueva extravagancia compositiva en un
que bien se merece en medio de una serie de acompañamientos tan com- disco que está en los límites de la realidad.
plejos como los dispuestos por Gerhard.
En resumidas cuentas, todo un acierto. Mel Smith Window
( 26 )
Obras de Berio y Denisov en los arcos de dos nuevos «monstruos» del violín
( 27 )
Joaquín Achúcarro interpeta para ENSAYO un amplio programa raveliano
Exquisito y cristalino
por Justo Romero
<justito@arrakis.es>
C
ada disco de ENSAYO rezuma proverbial calidad y esmero
artesanal. El ejemplar sello fundado por Antonio Armet allá
por los años sesenta en la cosmopolita Barcelona sigue man-
teniendo hoy el altísimo nivel de exigencia que siempre caracteri-
zó su selecto catálogo. Ahora, éste se enriquece con un compacto
raveliano verdaderamente deslumbrante, de un pianismo exquisito
y transparente, firmado por uno de los nombres más gloriosos del
pianismo español de todos los tiempos: Joaquín Achúcarro (Bilbao,
1932), joven maestro en estado de permanente apogeo, vierte en
este monográfico Ravel su radiante y veterana comunicatividad
para dejar constancia de unas versiones cuya solidez y autoridad
expresivas se combinan con ese juicio estético y honda sensibilidad
que siempre transpiran sus sinceras interpretaciones.
Achúcarro se ha adentrado en la gran música para piano de
Ravel tras haberla amado y rodado durante largos años por los
mejores escenarios y festivales. Como consumado maestro y artista
absoluto, no se ha andado por las ramas y ha hecho unas versiones
valientes, de fuerte impronta personal, pero que, sin embargo, ha
conjugado con esa fidelidad escrupulosa a la partitura -y a cuanto
subyace en ella- que siempre ha distinguido sus cuidadas interpre-
taciones.
La fascinación aparece ya desde el inicio del compacto, con las
primeras y sencillas notas del Prélude, dicho por Achúcarro con esa
cristalina parsimonia capaz de conmover con el único recurso de
una nota bien timbrada. Bastan las finas armonías de estos 27 len-
tos compases para constatar la infinita belleza sonora que puede
deparar un piano cuando es tocado por unas manos tan maestras y
sinceras como las de Achúcarro. El contenido del compacto -68
minutos que engloban «lo más importante del pensamiento pianís-
tico de Ravel» al buen decir de Luis Gago en los estupendos
comentarios que ilustran el disco- traza un recorrido tan inteligen-
te y riguroso como fascinante y exhaustivo a través de seis obras
fundamentales del piano de Ravel.
M. RAVEL: Prelude; Sonatine; Pavane pour une
En la juvenil Sonatine Achúcarro establece un perfecto equili- infante défunte; Jeux d’eau; Valses nobles et senti-
brio entre la concisa perfección clásica que preside la obra y el mentales; Gaspard de la nuit / Joaquín Achúcarro
melancólico y sereno clima que exhalan sus compases. La serena y (piano) / ENSAYO / Ref.: ENY 9808 (1 CD) D3
noble Pavane pour une Infante défunte encuentra en Achúcarro a
uno de sus mejores traductores. El equilibrio de los planos sonoros
y de los diferentes colores que se superponen, así como la férrea y
al mismo tiempo libre arquitectura rítmica con la que Ravel trata la
grave danza española contrasta con la transparente fluidez de una
lectura de Jeux d’eau absolutamente fascinante y unos Valses
nobles et sentimentales en los que el brillante impulso rítmico sus-
tenta una visión luminosa y refulgente, de intensos relieves, en la
que los siete valses se suceden y yuxtaponen con enorme refina-
miento. Probablemente, si Debussy tuviera la fortuna de escuchar
Edita y realiza: DIVERDI, S.L. - Imprime: ESTUDIO - Dep. legal: M-10066-94