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CÓMO REDUCIR EL CRIMEN A TRAVÉS DEL DISEÑO URBANO

El diseño urbano puede reducir la delincuencia y juega un papel


importante en la prevención del crimen. El uso de la planificación urbana
para reducir la desigualdad y la marginalidad con intervenciones a nivel
de calle en los asentamientos informales, son algunas de las iniciativas
más importantes en la prevención de la inseguridad.

Del libro Planeamiento Urbano para Autoridades Locales

La planificación permite identificar causas fundamentales del crimen,


establece la presencia local de lo público y ayuda a generar confianza
entre grupos e instituciones marginadas, como estrategia clave para la
prevención del delito. Aunque la delincuencia urbana es un fenómeno
social complejo, las intervenciones de planificación urbana pueden tener
fuerte impacto positivo, dando espacio para las actividades económicas
formales e informales, impulsando la recuperación y el mantenimiento de
espacios públicos, haciendo que servicios y oportunidades estén
disponibles para los residentes marginados.

Las actividades delictivas tienden a ser más agudas en lugares


donde hay insuficiente alumbrado público, en terrenos baldíos o en
edificios abandonados.

También en senderos y caminos sin pavimentar que bloquean el acceso


a los automóviles de policía y otros vehículos, así como en donde pocas
personas están viendo lo que está pasando, por ejemplo, en calles
abandonadas, áreas con altas paredes ciegas y en grandes espacios
abiertos.
El acceso al transporte reduce el efecto negativo de la
discriminación.

El aislamiento produce resultados socio- económicos negativos, lo que


puede generar disturbios sociales y delincuencia. Las áreas con gran
número de residentes desempleados y subempleados a menudo no
pueden dar sustento a los negocios ni a la comunidad, generándose una
espiral de efectos negativos.

Los usos mixtos aumentan las oportunidades para la vigilancia


activa y pasiva.

Combinar espacios residenciales, laborales y comerciales dentro de un


vecindario reduce el riesgo de posible violencia en el transporte público y
asegura una mayor vigilancia. Permitir actividades comerciales durante
todo el día, como por ejemplo tiendas que abren hasta altas horas de la
noche o cafeterías abiertas las 24 horas, atraen actividad peatonal y
proporcionan vigilancia pasiva.

El espacio público y el uso de instalaciones públicas existentes


para actividades ocupacionales, pueden reducir la delincuencia.

El espacio público en buen estado, desarrolla un sentido de identidad y


pertenencia en las comunidades que puede ser eficaz para erradicar el
delito y hay una relación directa entre el mantenimiento del espacio
público y la percepción de delincuencia.

La sensación de “tierra de nadie” puede causar deterioro y el


mantenimiento del espacio público es de suma importancia para evitar el
vandalismo, lo que podría exacerbar sentimientos de inseguridad que
conllevan la salida de inversión.

La “teoría de la ventana rota” es una teoría de criminología sobre


el contagio de las conductas inmorales o incívicas, la cual
sostiene que mantener los entornos urbanos en malas
condiciones puede provocar un aumento del vandalismo y de la
criminalidad.

La ventana rota envía un mensaje claro: aquí no hay nadie que cuide de
esto.
Consideren un edificio con una ventana rota. Si la ventana no se repara, los vándalos
tenderán a romper unas cuantas más. Finalmente, quizás hasta irrumpan en el edificio; y,
si está abandonado, es posible que lo ocupen y ¡hasta le prendan fuego!. O consideren
una acera en donde se acumula algo de basura; pronto, más basura se irá acumulando;
con el tiempo, la gente acabará dejando bolsas de basura o hasta asaltando coches.
Arreglando Ventanas Rotas, por George L. Kelling y Catherine Coles.

Los puntos conflictivos tales como edificios vacíos pueden


transformarse en dinámicas instalaciones comunitarias.

Utilizar los edificios abandonados como instalaciones para la comunidad


envía un mensaje de mejora de las condiciones, especialmente cuando
son parte de proyectos integrales en el área. En Diadema, Brasil, una
intervención impulsada desde la comunidad aumentó la percepción de
los residentes sobre seguridad y erradicación de otros problemas
persistentes, reduciendo la tasa de homicidios en más de un 44%o en
2002.

El crimen es una barrera importante para el desarrollo socio-


económico.

El crimen disuade la inversión interna, inhibe el turismo y hace que las


personas capacitadas emigren, lo que reduce la reserva de personal
cualificado. Los factores del crimen tienen un impacto negativo en el
desarrollo económico ya que las altas tasas de inseguridad provocan un
efecto psicológico en los ciudadanos, lo que dificulta su espíritu
empresarial y reduce los valores de la propiedad.

En ONU-Habitat implementamos los Objetivos de Desarrollo


Sostenible a través de la Nueva Agenda Urbana
Objetivo de Desarrollo Sostenible 1: Poner fin
a la pobreza en todas sus formas en todo el
mundo.

Objetivo de Desarrollo Sostenible 10: Reducir


la desigualdad en y entre los países.

Objetivo de Desarrollo Sostenible 11: Lograr


que las ciudades y los asentamientos humanos
sean inclusivos, seguros, resilientes y
sostenibles.

El numeral No. 5 de la Nueva Agenda Urbana señala:

5. Al reorientar la manera en que se planifican, se diseñan, se financian,


se desarrollan, se administran y se gestionan las ciudades y los
asentamientos humanos, la Nueva Agenda Urbana ayudará a poner fin a
la pobreza y al hambre en todas sus formas y dimensiones, reducir las
desigualdades, promover un crecimiento económico sostenido, inclusivo
y sostenible, lograr la igualdad de género.

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