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UNIMINUTO

Facultad de Ciencias Humanas y Sociales


Estudios en Filosofía
Jair Olascoaga Lerma
Filosofía Política
Filosofía Política en los Acuerdos de Paz

Filosofía Política en los Acuerdos de Paz

En el capítulo ocho sobre el origen de las sociedades políticas, Locke, establece que los
individuos al ser libres por naturaleza no pueden ser sacados de esa circunstancia y ser
colocados bajo el poder político de otro sin su propia anuencia. La única manera posible,
según el autor, de que los hombres se sujeten a las condiciones de una sociedad civil, es a
través de un acuerdo con otros hombres, bajo el cual todos van conformando una comunidad.
Siendo así una comunidad que mínimamente debe actuar a través de la voluntad de la
mayoría, por lo tanto todos deben sujetarse a ella. De no ser así el pacto no tendría sentido,
dado que se viviría en estado de naturaleza donde nadie quiere seguir las leyes dela mayoría
sino sus propios criterios. La mayoría es comunitaria y no de todos y cada uno, evitando un
régimen asambleísta con diversidad de sentires y deseos. Por tal razón, es necesario un cuerpo
político que sirva de representante de la mayoría con la capacidad de tomar decisiones, dando
origen así a los gobiernos ‘legales’. “Esto es lo que acuerdan por el mero hecho de unirse a
una sociedad política, y esto es lo que se necesita para que se establezca el pacto entre
aquellos individuos que se integran para formar un Estado” (Locke, 1960, n° 99).
Locke se detendrá a definir cuáles son los fines de tal sociedad política y del gobierno
en el apartado nueve. E inicia este apartado cuestionando por qué los hombres en su estado
de naturaleza, con sus condiciones de ser libres y poderosos, deciden en un instante específico
reducir su libertad y declinar a su señorío para sujetarse a la autoridad y a la intervención del
poder político. Y su respuesta a tal cuestionamiento es contundente: Aunque en el estado de
naturaleza el individuo posee todos los derechos, no obstante, está azaroso incesantemente a
la incertidumbre y al peligro de ser dañado por otros. Y como precisamente en tal estado de
naturaleza no hay quien mida la justicia, gozar de la propiedad se vuelve peligroso, razones
por las cuales los miedos son seguidos. De ahí que podamos desprender las motivaciones por
las que el hombre deseare una sociedad: proteger su vida, su libertad, sus bienes, en pocas
palabras, su propiedad. Por consiguiente, el fin último de la sociedad civil es que los hombres
se unan para preservar y proteger sus propiedades. “Así, la humanidad, a pesar de todos los
privilegios que conlleva el estado de naturaleza, padece una condición de enfermedad
mientras se encuentra en tal estado; y por eso se inclina a entrar en sociedad cuanto antes”
(Locke, 1960, n° 127).
Ahora bien, este episodio política importante para la sociedad colombiana, es decir, los
Acuerdos de Paz con las Farc, dejan atrás (o por lo menos lo intenta) 50 años de conflicto
armado. La reconstrucción histórica que se puede hacer es que hace 50 años un grupo
inconforme con las políticas del Estado se subleva en armas para defender lo que en principio
eran posiciones políticas, basadas en el marxismo. A eso se le suma las realidades nacionales
que acompañaron esta sublevación, el nacimiento del narcotráfico, el matrimonio del
narcotráfico con las guerrillas, los carteles, los secuestros para “mantener la guerra”, los actos
terroristas contra personas, etc.
Expuestas estas realidades cabe decir que no había posibilidad alguna de mantener una
sociedad civil con las Farc, o por lo menos de que estuvieran incluidos en esta. Pues ellos
mismos sin su propio consentimiento no podrían estar presentes en tal sociedad, dado que no
han colocado sus intereses bajo el poder político. Según Locke, la única manera de que exista
la posibilidad de que los hombres estén sujetos a las condiciones de una sociedad civil y bajo
tal poder político es a través de un acuerdo con otros hombres, donde haya posibilidad de
establecer una comunidad. Por esto es que esta coyuntura política del país coloca de presente
la responsabilidad política de cada hombre dentro de tal sociedad civil y es acoger a los miles
de guerrilleros que por 50 años han hecho “política con armas” y a través de tal acuerdo dejar
que empiece la política con las ideas.
Firmar el Acuerdo de Paz supone dejar el miedo que nos trae que un grupo esté fuera de
la sociedad civil, ejerciendo terror, a causa de que nadie les puede impedir su deseo de
reivindicación. Por tal razón la guerra es inminente, la posición política de Locke es que es
necesario un acuerdo para que tal miedo a ser dañado por otros pare, para que haya
posibilidad de defender la propiedad privada. Pienso en los cientos de campesinos a los cuales
se les fue arrebatada la tierra en todos estos conflictos armados, precisamente porque no
podían defender su propiedad, la única que llevan consigo es su propia vida.
Por esto y más, mi posición es a favor de la refrendación de los Acuerdos de Paz, para
dejar de pelearnos y dejar de heredar a otra generación más una guerra que no les
corresponde. Para hacer que sea posible la existencia de paz, sabemos que hay otros grupos
armados, pero vamos en buen camino, otros querrán sumarse. Las víctimas que han dado su
perdón son el claro ejemplo de que sí es posible perdonar y poner de presente que todo lo
que se pueda hacer por mantener la paz se hace, incluso la sed de venganza.
La única manera posible, según el autor, de que los hombres se sujeten a las condiciones de
una sociedad civil, es a través de un acuerdo con otros hombres, bajo el cual todos van
conformando una comunidad. Habrá reparación, habrá verdad. Tendremos la oportunidad de
ver a los guerrilleros, que sostuvieron por años las armas, con la posibilidad de emprender
un negocio o aún más, con la oportunidad de iniciar sus estudios, de fundamentar lo que
piensan. Votar sí a los acuerdos de paz, quizá no haga que se acabe el conflicto entero en
Colombia, pero tendremos al día siguiente de refrendarlos la posibilidad de tener uno menos.
Creer en la paz es una apuesta de fe, creer que las cosas cambiarán lo es aún más.
Bibliografía. LOCKE, John. 1960. Segundo tratado sobre el gobierno civil. Capítulos 8 y 9.
Editoriales Tecnos.

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