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Kuhn vs Popper.

La filosofía de la ciencia de Kuhn contrasta notablemente


Con la de Popper. Según Kuhn, la propuesta popperiana de identificar
el procedimiento científico con el procedimiento crítico es insostenible,
esto sucede por dos motivos: (1) Los científicos normalmente no exponen sus
teorías a la falsación, ni las tratan de refutar. Por el contrario, las
teorías aceptadas – o como va a decir Kuhn, los paradigmas – constituyen la base
indiscutida de la actividad típica de los científicos. (2) No sólo los científicos no
adoptan el método crítico de Popper. Según Kuhn, es conveniente que no lo
hagan. Hay una “función positiva del dogma”. Sólo en períodos relativamente raros
y extraordinarios (de crisis y revolución) se ajusta el proceder de la ciencia a
la concepción crítica de Popper.

Ciencia normal. La mayor parte del trabajo en ciencia se desarrolla como


“ciencia normal”. Durante los períodos de ciencia normal, los científicos no
someten sus teorías a contrastación, sino que articulan un paradigma.
¿Qué es un paradigma? Un paradigma puede entenderse como un
conjunto compartido no sólo de teorías, sino también de valores, analogías
preferidas y tipos legítimos de instrumentación, que les proporciona a los
científicos problemas a resolver y los tipos de soluciones aceptables para los
mismos.
El paradigma determina un modo, un estilo de hacer ciencia. (Sobre
los compromisos y reglas de los paradigmas, véase ERC, cap. 3)
Articular un paradigma significa, desarrollar, precisar, extender el paradigma.
Esto involucra diversos problemas empíricos, conceptuales y matemáticos, que
Kuhn llama “enigmas”. La solución a estos enigmas debe estar basada en la teoría
del paradigma, que no se pone en cuestión. Hay una clase especial de enigmas,
las llamadas “anomalías”, que son las discrepancias entre las expectativas
generadas por el paradigma y los resultados experimentales. Los científicos
normales no toman estas anomalías como refutaciones del paradigma, sino como
problemas abiertos de investigación que han de explicarse dentro del marco del
paradigma. No lograr dar una explicación tal cuenta sólo contra el científico que no
ha podido hallarla, no contra el paradigma. Durante la ciencia normal, pues, los
paradigmas son inmunes a la falsación.

Ejemplos de tareas típicas de ciencia normal (ver Kuhn, ERC, cap.


3.): emprender mediciones relevantes para el paradigma - por ejemplo, de
alguna constante postulada por la teoría del paradigma, de pesos atómicos (en el
paradigma de la teoría atómica); hallar entidades (partículas elementales, nuevos
elementos químicos) postulados o predichos por la teoría del
paradigma; reformular la teoría del paradigma de un modo más preciso o en forma
matemática; extender el ámbito de aplicación del paradigma a un nuevo campo de
fenómenos. Este tipo de actividades no procura buscar posibles errores en el
paradigma, sino completar el paradigma y mejorar su acuerdo con los resultados
experimentales.
La conveniencia de tomar un paradigma como base indiscutida se debe, según
Kuhn, a que esta actitud es indispensable para el progreso de la ciencia.
La confianza en que el paradigma proporciona una base adecuada para
resolver los complejos enigmas de la ciencia normal hace posible que los
científicos empleen todo su esfuerzo, ingenio y talento en la investigación
detallada y profunda de dichos enigmas, que suelen ser muy complejos. Si no
fuera así, su actividad se vería como una pérdida de tiempo. Muchos
descubrimientos científicos, en particular, tienen lugar durante el proceso de
asimilación de anomalías.

Crisis y revoluciones científicas. Sin embargo, hay períodos ocasionales en que


la confianza en el paradigma se resquebraja y durante los cuales
los científicos sí cuestionan el paradigma. Son los períodos de
“investigación extraordinaria”, no normal. Tales son las crisis científicas, que
preceden a las revoluciones científicas. Las crisis científicas consisten en una
pérdida de fe en la capacidad del paradigma como base de resolución de
enigmas. Estas crisis sobrevienen con la acumulación de anomalías que se
muestran refractarias a ser solucionadas a pesar de los mejores esfuerzos de los
científicos. Durante las crisis se propone un nuevo candidato a paradigma, que
tras un período de discusión reemplaza al paradigma antiguo. Tal reemplazo
constituye una revolución científica. Tras la revolución, el nuevo paradigma sirve
de base para un nuevo período de ciencia normal.

El esquema del desarrollo histórico de la ciencia según Kuhn:

Pre-ciencia – Ciencia normal – Crisis – Revolución científica – Ciencia normal…

El período pre científico se caracteriza por la ausencia de un consenso


básico sobre lo fundamental. No hay un paradigma común aceptado, sino una
serie de escuelas en competencia. Una disciplina adquiere status de ciencia
cuando un paradigma logra una adhesión unánime, existiendo un acuerdo sobre
lo fundamental que permite iniciar una tradición eficiente de resolución
de enigmas. (La falta de acuerdo sobre lo fundamental que se advierte en las
(Presuntas) ciencias sociales es un indicio de que no han alcanzado la
madurez de una ciencia.) Los paradigmas aceptados siempre presentan las
dos siguientes características: tienen logros iniciales importantes y
son incompletos. Los logros iniciales (en la explicación de uno o más problemas
importantes) contribuyen a que el paradigma sea aceptado. Y el carácter
incompleto implica que existen “problemas abiertos” (enigmas) sobre los cuales
los científicos pueden trabajar.

Inconmensurabilidad. Las discusiones entre el paradigma antiguo y el paradigma


naciente durante una crisis están afectadas, según Kuhn, por el fenómeno de la
“inconmensurabilidad” de los paradigmas. “Inconmensurabilidad” es un término
que Kuhn toma prestado de la geometría.
Que dos segmentos son inconmensurables quiere decir que no tienen una medida
común. De modo similar, que dos paradigmas sean inconmensurables significa
que no pueden evaluarse con los mismos criterios, que no son sistemáticamente
comparables. Podemos distinguir tres clases de inconmensurabilidad en ERC de
Kuhn (véase esp. caps. 7 y 10):
(i) Inconmensurabilidad de las normas y métodos: los paradigmas rivales no están
de acuerdo sobre qué constituye un problema auténtico ni sobre el tipo de
soluciones legítimas. Tampoco están de acuerdo sobre las propiedades que debe
poseer una teoría científica para ser aceptada.

(ii) Inconmensurabilidad semántica: los paradigmas rivales no usan los


mismos términos del mismo modo. Hay un cambio en sus significados, y por tanto
no hablan estrictamente de lo mismo: hay por ello un “malentendido” en
las discusiones, los partidarios de diferentes paradigmas no logran
comunicarse plenamente. P.ej., “Tierra”, “planeta” y “movimiento” cambian su
significado al pasar del paradigma tolemaico al copernicano; “masa” y “tiempo”
cambian su significado al pasar del paradigma newtoniano al relativista.

(iii) Inconmensurabilidad perceptiva. La experiencia no es neutral respecto de los


paradigmas, y por tanto no puede constituir un árbitro neutral en las discusiones
entre científicos pertenecientes a diferentes paradigmas. Cada
paradigma determina un modo de tener experiencia. Científicos pertenecientes a
diferentes paradigmas ven cosas diferentes en las mismas situaciones, “viven en
mundos diferentes”. (Sobre este aspecto de la teoría de Kuhn, véase ERC, cap.
10).Es por ello que la adopción de un paradigma adviene como una suerte de
“conversión” o “iluminación” repentina (cambio Gestáltico) en que las cosas
comienzan a verse de otro modo, y no tanto como el resultado lógico de una
comparación metódica.

Progreso. El progreso científico, según Kuhn, se da tanto durante los períodos de


ciencia normal como en las revoluciones científicas. Pero el primer tipo
de progreso - en la ciencia normal - es acumulativo, mientras que el segundo - en
las revoluciones científicas - no lo es (es disruptivo).
El progreso, sin embargo, nada tiene que ver con la verdad: el paradigma nuevo
no es más “cercano a la verdad” que el anterior. Kuhn prescinde completamente
de la noción de verdad objetiva en su filosofía de la ciencia. No hay ninguna
“meta” a la que la ciencia se aproxime gradualmente, ni en la ciencia normal ni en
la ciencia revolucionaria. (Kuhn intenta establecer aquí una analogía con la
evolución darwiniana, en la que no existe una meta de la evolución, y una
contraposición con las teorías “teleologistas” de la evolución, que postulan una
meta tal). Pero sí se puede decir, según Kuhn, que la historia de la ciencia
muestra una “adaptación” progresiva de los paradigmas: cada vez se solucionan
más problemas y estas soluciones son cada vez más detalladas y profundas.
Según algunos críticos, la concepción del progreso de Kuhn desmiente la tesis de
la inconmensurabilidad: supone que se puede saber independientemente de
cualquier paradigma qué es un problema genuino y qué constituye una solución
legítima, y por tanto que hay conmensurabilidad.

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