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MAZATENANGO, SUCHITEPÉQUEZ
MERCADOTECNIA
ESTUDIANTES
ABRIL DE 2018
Introducción
Son muchos los productos que compramos a diario y la mayoría de ellos son
consumidos por lo jóvenes. Éstos son uno de los grupos más importantes de
consumidores, ya que el consumo que ellos realicen de los productos son los que
marcan a los mercados y a los productos que nos ofrecen.
El mercado mundial establece su propio sistema y escala de valores. Por otro lado
los valores expresados rara vez coinciden con el comportamiento real de las
personas. Mientras se declaran justicia, amor, solidaridad, se estimulan por otro lado
ciertas actitudes y conductas necesarias para que el mercado funcione:
competencia, ambición, egoísmo o soberbia y hasta la misma envidia. Esas formas
de comportamiento económico es lo que podríamos llamar el consumismo. El
sistema se vendría abajo si estas fallaran.
En este punto podemos entrar en un debate político y económico sin fin. Pero, como
persona de fe, prefiero postergar ese tipo de problemas hasta que examinemos las
dimensiones espirituales y antropológicas. Así voy a considerar aquí sólo un par de
aspectos de esta sociedad de consumo, ya que un análisis más amplio llevaría a
escribir un libro y ya hay muchos sobre ellos. Primero vamos a centrarnos en este
tema desde el lado del consumidor y luego desde el costado de la dinámica de los
agentes del mercado. Ambos son necesariamente interdependientes, por lo que
cualquiera que sea nuestro punto de partida supondrá el otro.
Incluso las relaciones humanas están bajo la misma lógica, la lógica de la posesión
y el descarte, un sentimiento de insatisfacción, que, en última instancia, impide el
verdadero amor. Cabe reflexionar las consecuencias de esto para las relaciones
humanas en el ámbito educativo.
Así que la pregunta es hasta qué punto el sistema de valores del mercado, es decir,
las formas y hábitos de consumo, es coherente con el testimonio de la fe cristiana.
Es la pregunta que muchos de nosotros estamos haciendo, especialmente allí
donde abunda la pobreza y la exclusión social, donde la brecha entre ricos y pobres
se está ampliando, donde surgen los brotes de violencia. ¿Los valores de mercado
ayudan a superar estos dilemas humanos, o, por el contrario, los aumentan
Desde el otro lado también los proveedores del mercado tienen un sentido de
insatisfacción, el malestar creado por el deseo insaciable de ganancias. En una
economía basada en el dinero, nunca se tiene suficiente. Si el objeto de todos los
negocios, la industria, la transacción o del trabajo es la búsqueda de ganancias,
esto crea un cierto modo de ser que afectará a todos y cada acción, que influye en
nuestra forma de considerar nuestras propias capacidades creativas, nuestra
construcción de nosotros mismos como seres humanos. Si no hay ningún beneficio
personal, no hay ganancia, la motivación se ve disminuida. El éxito tiene que ver
con dinero. Ciertamente, hay acciones humanas que no son movidas por el lucro,
pero toman un segundo lugar.
Sólo por mencionar una línea más: Esta forma de ver el mundo como un lugar
abierto para el consumo en la actitud del consumidor, trae un daño ecológico
irreparable, que está poniendo en peligro el futuro de toda la humanidad y la
naturaleza juntos. Para decirlo en pocas palabras, una nueva pregunta: ¿será
suficiente la conciencia del daño ecológico para cambiar y crear relaciones más
sostenibles y menos agresivas con la naturaleza? ¿Los hábitos de consumo que se
forman en los países dominantes se pueden modificar tomando en cuenta las
necesidades de los más pobres, sin alterar los bienes de la naturaleza?
El consumo es y ha sido un
pilar esencial en la
estructura de la mayoría de
las sociedades del mundo.
En la nuestra, desde sus
orígenes, es el elemento
que media entre los seres
humanos y la satisfacción
de muchas de sus
necesidades. Pero hoy,
además, se ha erigido como fuente de una relevante problemática social: el
consumismo compulsivo.
El riesgo más acuciante es dejarse llevar por las campañas de marketing que
acompañan a todos los productos del mercado. La publicidad se ha especializado
en crear necesidades que no tenemos y otorgarles una prioridad inmediata. Un
ejemplo de esto son los anuncios que concluyen con un "Llame ahora" o "¿A qué
espera?". En ellos se aprecia el sentido de pérdida de la oportunidad de tener algo
más...
La presión social es otro de los factores a considerar. El hombre necesita sentirse
aceptado y vinculado a su grupo social y cultural. En muchas ocasiones para ser
aceptado en el grupo de iguales es necesario cumplir unos requisitos: un
determinado nivel de vida, una manera concreta de vestir, etc. Esta circunstancia
se acentúa en las etapas infantil y juvenil, en las que llevar o no un pantalón de
marca puede suponer la diferencia entre integrarse o ser rechazado dentro del
grupo de pares.
Crear personas críticas con las influencias de la publicidad y con las del
entorno social cercano
Aprendiendo a consumir
Del mismo modo que la escuela, la familia tiene que optar por integrar la "educación
para el consumo" en todas las dimensiones del proceso educativo de sus miembros.
Con ánimo de mostrar la íntima relación que, en este sentido, hay entre la teoría y
la práctica educativa propondremos las siguientes pautas:
Analizar los gastos, ingresos, deseos..., procurando que niños y jóvenes sean
protagonistas en la dinámica familiar.
Hacer con ellos el presupuesto mensual, la lista de la compra y analizar las
necesidades reales y prioritarias
Permitir a los niños y jóvenes que tomen parte en las decisiones familiares,
sin decidir por ellos, dando razones que les ayuden a afrontar la presión
constante de los medios de comunicación y de la sociedad
Todo esto se puede acompañar de actividades familiares que pueden resultar más
divertidas e igualmente enriquecedoras, como por ejemplo, observar los anuncios
televisivos y dialogar sobre ellos con la intención de descubrir la sintaxis de la
imagen, la manipulación del lenguaje o el atractivo que añade la música.
Conclusiones
Los productos tienen un significado efímero: nada está hecho para durar.La
aparición de nuevos materiales y nuevas tecnologías, así como la rapidez en el
cambio de la moda, traen como consecuencia que las cosas duren cada vez menos,
lo que supone un gran negocio, para los fabricantes.
Recomendaciones
-Integrar las bases del consumo sostenible en la enseñanza desde los más jóvenes
hasta la formación profesional
-Sensibilizar a los individuos en los momentos claves de la vida en los que son más
receptivos a los aspectos del consumo sostenible
E-GRAFIA
https://www.consumerclassroom.eu/es/por-qu%C3%A9-impartir-
educaci%C3%B3n-del-consumidor.html
http://valoras.uc.cl/images/centro-
recursos/familias/ValoresEticaYDesarrolloSocioemocional/Fichas/Educar-en-
valores-en-la-sociedad-de-consumo.pdf