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LA DE LESBOS
A CORDOBA
¡Oh excelso muro, oh torres coronadas
De honor, de majestad, de gallardía!
¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
De arenas nobles, ya que no doradas!
Mi cabellera
Y el humo de esta pipa
HA GIRADO...
Ha girado en torno al faro el nimbo de los
pájaros azules en las mitades de la oscuridad
taladrando la lejanía de los barcos
y se han caído al agua cual cenizas de arcángeles
La calle
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
y doy vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.
OCTAVIO PAZ
"Tu viento:
Tú me quiebras la luz de mi poesía
Con la pena rotunda de tu viento
Y me rompen los aires de tu aliento
La agonía de paz de mi agonía
Y bailando en el sol de tu alegría
Se me duermen las dalias de tu acento
Y oscurecen la fe del pensamiento
Cual la nube la luz del mediodía
Y pensando en las veces que te lloro,
Y llorando en las veces que te espero
Yo no se quedaría por tenerte
Que unas veces soñando que te imploro
Y otras veces dudando que te quiero
Perderte desearía sin perderte". CARLOS FUENTES
MODERNISMO
Amo, amas
RUBEN DARIO
La copa envenenada
¡Disque toqué, señora, vuestra mano
Blanca y desnuda en la brillante fiesta,
En el fiel corazón intento en vano
Los ecos apagar de aquella orquesta! Del vals
asolador la nota impura
Que en sus brazos de llama suspendidos
Rauda os llevaba -al corazón sin cura,
Repítanla amorosos mis oídos. Y cuanto acorde
vago y murmurio
Ofrece al alma audaz la tierra bella,
Fíngelos el espíritu sombrío-
Tenue cambiante de la nota aquella.
¡Óigala sin cesar! Al brillo, ciego,
En mi torno la miro vigorosa
Mover con lento son alas de fuego JOSE
MARTIN
Y mi frente a ceñir tenderse ansiosa.¡Oh! mi trémula mano bien sabría
Al aire hurtar la alada nota hirviente
Y, con arte de dulce hechicería,
Colgando adelfas a la copa ardiente,
En mis sedientos brazos desmayada
Daros, señora, matador perfume:
Mas yo apuro la copa envenenada
Y en mí acaba el amor que me consume.
RAMANTICISMO
UN SUEÑO
A Ch....
Fragmento-
¡Abajo cadenas!
gritaba el señor,
y el pobre en su choza
libertad pidió.
A este santo nombre
tembló de pavor
el vil egoísmo
que otra vez triunfó.