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EL PLAN

MUSEOLÓGICO
Fases
Definición de
la Institución
FASE I

1. Planteamiento conceptual (Anexo 1)


La responsabilidad del museo como institución cultural garante de la adquisi-
ción, conservación, investigación, comunicación y exhibición de bienes cultu-
rales de muy diferentes naturalezas, obliga a sus responsables a una definición
formal de la institución en la que se establezcan los principios básicos que guia-
rán la actividad del museo y la consecución de sus objetivos, con el fin de dotar-
lo de identidad, singularidad y relevancia.
Este planteamiento conceptual del museo debe ser elaborado por su equipo
científico y técnico, que establecerá con absoluta claridad y objetividad, de
forma concisa y ordenada, el propósito global del museo.
Esta primera y profunda reflexión justificará la existencia o no de éste y deter-
minará otros aspectos que es preciso definir como:

• El marco temático, cronológico y geográfico de sus colecciones


• El mensaje a transmitir
• Una explicación razonada sobre la responsabilidad del museo respecto a
sus colecciones y a su entorno socio-cultural
• Los tipos de público a los que se destina el museo Objetivos
• Los canales de comunicación, difusión e información que van a ser
Precisar la singularidad y la
utilizados responsabilidad del museo respecto a
• El lenguaje apropiado para la transmisión del mensaje principal sus colecciones y entorno socio-cultural,
detallando su misión-visión, marco
Del mismo modo, el museo, por la propia definición de la institución y la natu- temático, cronológico y geográfico,
además de un avance sobre públicos,
raleza de sus colecciones, deberá definir el ámbito museístico en el que se sitúa relaciones y actividades.

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-local, nacional o internacional-. Mostrará su singularidad e importancia en rela- designado a tal fin..., siguiendo el mismo esquema propuesto en esta fase. En
ción con los ya existentes en su disciplina académica y apuntará sus relaciones ambos casos deberá desarrollarse igualmente el planteamiento conceptual del
o nuevas aportaciones respecto de otras instituciones científicas afines. museo y la totalidad de los programas.
Como referente, la definición conceptual que abre el Plan Museológico de un Desde esa óptica, este capítulo contemplará el desarrollo de los siguientes pun-
museo ya creado debe inspirarse en los principios establecidos en su norma fun- tos (Anexo 2):
dacional, en el caso de que éstos sigan considerándose válidos y no sean obje- 1. Historia y carácter de la institución
to de revisión.
2. Colecciones
En el caso de un museo aún no existente o sujeto a una reorganización, el desa-
2.1. Definición
rrollo del Plan debe ser el instrumento imprescindible para su futura creación o
reorganización, y en él se recogerán los principios básicos que igualmente que- 2.2. Incremento de Colecciones
darán reflejados en su norma de creación. 2.3. Documentación
En suma, el planteamiento conceptual del museo es el primer capítulo que siem- 2.4. Investigación
pre debe constar en el Plan Museológico, con independencia de la situación en
2.5. Conservación
la que se encuentre el museo. Sin duda alguna, es el punto de partida obliga-
torio ante cualquier iniciativa museística. 3. Arquitectura (Anexo 4)
3.1. Sede/s

Objetivos 2. Análisis y evaluación (Anexo 2) 3.2. Espacios


Esta fase debe representar un profundo análisis de la institución que permita 3.3. Accesos y circulaciones
Mostrar un completo y exhaustivo
análisis de la institución museística en realizar un diagnóstico en todas sus áreas funcionales, recursos y servicios, con 3.4. Instalaciones
todas sus facetas, funciones y agentes, el fin de dibujar la realidad del museo, detectar de forma clara y precisa sus
con el fin de detectar sus carencias, 4. Exposición
principales carencias y establecer un primer orden de actuación a partir de las
evaluar su situación y ofrecer un
diagnóstico que debe concluir con una conclusiones elaboradas. 5. Difusión y comunicación
priorización y un avance de propuesta
de futuro. Del mismo modo que en el Planteamiento conceptual (Fase I.1), este capítulo 5.1. Definición de público
(Fase I.2) deberá realizarse por el personal del museo, aunque la especificidad 5.2. Servicios
de unos apartados o el volumen de otros pueda exigir la participación de espe-
5.3. Actividades
cialistas ajenos al centro que se convertirán en un equipo de apoyo.
6. Seguridad
La fase de Análisis y evaluación se completará en su totalidad en el caso de
museos ya existentes. En el supuesto de museos no creados desde el punto de 7. Recursos Humanos
vista normativo, se detallarán todos aquellos aspectos de partida que puedan 8. Recursos Económicos
ser analizados, por ejemplo, una colección preexistente, un solar o un edificio
9. Evaluación final

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La mirada sobre el museo, tal como se ha indicado, debe ser la actual, pero en
algunos casos será imprescindible volver la vista hacia el pasado más o menos
cercano, con el fin de trazar la trayectoria del museo, su evolución a lo largo
Programas
de los años y poder analizar las razones de sus cambios.
FASE II
La cumplimentación de la información solicitada según la propuesta adjunta en
el Anexo 2 permitirá la elaboración de un apartado, denominado Evaluación
final, cuyo objetivo será sintetizar de forma clara y concreta los principales valo- Tras las oportunas decisiones técnicas, se expone esta segunda fase del Plan
res y/o las carencias de la institución. Además estimará si ésta cumple o no los Museológico donde se aglutinarán las diferentes líneas de acción necesarias
requisitos mínimos que respondan a su planteamiento conceptual y establece- para la ejecución de los objetivos trazados. Los documentos de programa pre-
rá un apunte sobre la solución de las necesidades del museo y un orden de prio- sentan una doble vertiente:
ridades en la elaboración de los programas y en las intervenciones, de forma
• Cada programa consta de una parte genérica con los criterios básicos, los
que responsables técnicos y políticos puedan adoptar una primera decisión sobre
protocolos, los procedimientos de actuación o políticas generales en cada
la actuación a realizar.
una de las áreas del museo y las normativas que son de aplicación a
En síntesis, este capítulo surge como base para diseñar un plan de futuro cohe- actividades, espacios o funciones específicas.
rente y rentable que permita calibrar la propuesta desde muy diferentes pun-
• Cada programa establece con claridad las necesidades y los requisitos que
tos de vista: técnico, económico, cultural, político…
deben resolver los distintos proyectos. La correcta elaboración de los
programas será la única garantía de que los proyectos ejecutados
respondan a las necesidades del museo.
Los programas serán el instrumento que posibilite la materialización de la teo-
ría museológica, expresada en los documentos previos, en soluciones prácticas
de carácter museográfico, es decir, la museología convertida en museografía.
Estos documentos son de carácter permanente, al contrario que los proyectos.
Por ejemplo, un museo siempre debe tener en desarrollo sus programas de Objetivos
colecciones, que van variando con el tiempo a medida que se van proponien-
Establecer los protocolos,
do nuevos objetivos.
procedimientos de actuación o políticas
generales, así como las normativas que
Las propuestas descritas en los diferentes programas se convertirán en la llave
en su caso deban ser aplicadas y precisar
para la ejecución de los proyectos de actuación y serán fundamentales para la con el máximo detalle las necesidades
ulterior definición de las intervenciones y para garantizar que éstas respondan del museo, capítulo por capítulo, de
cara al cumplimiento de los objetivos
a las necesidades planteadas por el museo. Por esta razón, deben formar parte trazados en el planteamiento
imprescindible del Plan Museológico, precisando los criterios de actuación, las conceptual del museo, para su posterior
materialización en los distintos
condiciones y los requisitos que los proyectos deben cumplir.
proyectos

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EL PLAN
MUSEOLÓGICO
Fases
La mirada sobre el museo, tal como se ha indicado, debe ser la actual, pero en
algunos casos será imprescindible volver la vista hacia el pasado más o menos
cercano, con el fin de trazar la trayectoria del museo, su evolución a lo largo
Programas
de los años y poder analizar las razones de sus cambios.
FASE II
La cumplimentación de la información solicitada según la propuesta adjunta en
el Anexo 2 permitirá la elaboración de un apartado, denominado Evaluación
final, cuyo objetivo será sintetizar de forma clara y concreta los principales valo- Tras las oportunas decisiones técnicas, se expone esta segunda fase del Plan
res y/o las carencias de la institución. Además estimará si ésta cumple o no los Museológico donde se aglutinarán las diferentes líneas de acción necesarias
requisitos mínimos que respondan a su planteamiento conceptual y establece- para la ejecución de los objetivos trazados. Los documentos de programa pre-
rá un apunte sobre la solución de las necesidades del museo y un orden de prio- sentan una doble vertiente:
ridades en la elaboración de los programas y en las intervenciones, de forma
• Cada programa consta de una parte genérica con los criterios básicos, los
que responsables técnicos y políticos puedan adoptar una primera decisión sobre
protocolos, los procedimientos de actuación o políticas generales en cada
la actuación a realizar.
una de las áreas del museo y las normativas que son de aplicación a
En síntesis, este capítulo surge como base para diseñar un plan de futuro cohe- actividades, espacios o funciones específicas.
rente y rentable que permita calibrar la propuesta desde muy diferentes pun-
• Cada programa establece con claridad las necesidades y los requisitos que
tos de vista: técnico, económico, cultural, político…
deben resolver los distintos proyectos. La correcta elaboración de los
programas será la única garantía de que los proyectos ejecutados
respondan a las necesidades del museo.
Los programas serán el instrumento que posibilite la materialización de la teo-
ría museológica, expresada en los documentos previos, en soluciones prácticas
de carácter museográfico, es decir, la museología convertida en museografía.
Estos documentos son de carácter permanente, al contrario que los proyectos.
Por ejemplo, un museo siempre debe tener en desarrollo sus programas de Objetivos
colecciones, que van variando con el tiempo a medida que se van proponien-
Establecer los protocolos,
do nuevos objetivos.
procedimientos de actuación o políticas
generales, así como las normativas que
Las propuestas descritas en los diferentes programas se convertirán en la llave
en su caso deban ser aplicadas y precisar
para la ejecución de los proyectos de actuación y serán fundamentales para la con el máximo detalle las necesidades
ulterior definición de las intervenciones y para garantizar que éstas respondan del museo, capítulo por capítulo, de
cara al cumplimiento de los objetivos
a las necesidades planteadas por el museo. Por esta razón, deben formar parte trazados en el planteamiento
imprescindible del Plan Museológico, precisando los criterios de actuación, las conceptual del museo, para su posterior
materialización en los distintos
condiciones y los requisitos que los proyectos deben cumplir.
proyectos

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La elaboración de todos los programas, apuntados en el Anexo 2, a través de Cuadro 4
los proyectos, no tiene por qué ser paralela en el tiempo. Su consecución esta- Correspondencia entre ANÁLISIS Y
rá estrechamente relacionada con el orden de prioridades establecido en la Eva- fases dentro del Plan EVALUACIÓN PROGRAMAS
Museológico
luación final del documento de Análisis y evaluación y con las relaciones que
Historia y carácter P. Institucional
inevitablemente se establecen entre los distintos programas, tal y como se verá de la institución
más adelante.
Los diferentes programas propuestos para su desarrollo son (Anexo 3): Colecciones: P. Colecciones:
adquisición incremento
1. Programa Institucional
documentación documentación
2. Programas de Colecciones investigación investigación

2.1. Programa de Incremento de Colecciones conservación conservación

2.2. Programa de Documentación


2.3. Programa de Investigación Arquitectura P. Arquitectónico

2.4. Programa de Conservación


3. Programa Arquitectónico Exposición P. Exposición
(Permanente) (Permanente)
4. Programa de Exposición
5. Programa de Difusión y Comunicación Difusión y P. Difusión y
Comunicación Comunicación
6. Programa de Seguridad
7. Programa de Recursos Humanos Seguridad P. Seguridad

8. Programa Económico
Recursos P. Recursos
Como puede apreciarse, se ha establecido una clara correspondencia entre los Humanos humanos
puntos que comprende el documento de análisis y diagnóstico y el de los pro-
gramas a elaborar, ya que por una parte se recoge la situación actual del museo Recursos
P. Económico
en diferentes aspectos y, por otra, las necesidades propuestas por el equipo del Económicos

museo para esos mismos aspectos, articuladas a través de los correspondientes


programas, que se materializarán en los distintos proyectos.
Cada programa presenta, tal como se expone en el Anexo 3, un tratamiento y
una estructura diferente, adaptada a los contenidos específicos de su ámbito
de actuación.

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Los programas constituirán el documento base de trabajo para arquitectos, En todos estos casos es necesario el desarrollo del Plan Museológico desde la
ingenieros, museógrafos, comunicadores, gestores de personal, diseñadores primera fase de definición de la institución, o redefinición en su caso, hasta la
gráficos…, responsables de desarrollar los proyectos para su posterior eje- elaboración de todos los programas.
cución. De la claridad y calidad de estos programas dependerá, en buena
Actuaciones parciales
medida, que los proyectos respondan a las directrices dispuestas por el museo
Estas actuaciones afectan a determinados aspectos del museo, pero no condi-
y proporcionen las soluciones más adecuadas, evitando así modificaciones
cionan la totalidad del mismo y, por tanto, no suponen un replanteamiento inte-
posteriores que podrían incrementar el presupuesto y retrasar o incluso parali-
gral de la institución.
zar la ejecución de los proyectos.
• Reorganización espacial parcial
Por este motivo, resulta imprescindible antes del inicio del proyecto, contar con
los documentos de programa que establecen las necesidades, las cuales parten • Renovación de la exposición permanente
del equipo técnico del museo.
• Otras intervenciones parciales como renovación de instalaciones de
La elaboración de los programas que integran el Plan Museológico es respon- climatización, seguridad e informática, adaptación a normativas,
sabilidad del museo, aunque su carácter pueda exigir en algunos casos la par- restauración de fachada…
ticipación de equipos interdisciplinares con el fin de facilitar el trabajo de los
• Implantación de programas relacionados con las colecciones:
profesionales responsables de elaborar los proyectos y establecer un lenguaje
documentación (sistemas de gestión de documentación, campañas de
común desde el principio.
catalogación…), investigación, conservación (sistemas de control
Los programas deben adecuarse a las distintas escalas de actuación sobre un ambiental, control de plagas, proyectos de restauración…) y difusión
museo, que pueden estructurarse en: (estudios de público, programación de actividades…)
Actuaciones integrales • Desarrollo del Programa de Recursos Humanos (reorganización de
La actuación integral conlleva una intervención que obliga a una acción global personal, incremento de personal…)
sobre la institución con repercusiones en todas las áreas funcionales del museo • Desarrollo del Programa Económico (captación de recursos, incremento de
y que supone, por tanto, un momento de replanteamiento y actualización gene- asignación presupuestaria…)
ral de la institución con vistas a su nuevo funcionamiento. Desde una óptica
En este tipo de actuaciones será imprescindible elaborar de forma completa el
arquitectónica, se pueden considerar las siguientes actuaciones:
apartado Definición de la Institución (compuesto por el Planteamiento con-
• Construcción de nueva planta ceptual y el Análisis y evaluación) y, en una primera fase, aquellos programas
• Nueva implantación en edificio rehabilitado o adaptado para uso museístico que estén directamente relacionados con la actuación concreta a realizar. No
obstante, en una segunda fase se desarrollará el resto de los programas que
• Reorganización espacial general en la sede actual del museo
comprende el Plan Museológico, puesto que el objetivo final es que el museo
• Ampliación: cuente con este documento completamente detallado. Los distintos programas
- de nueva planta de necesidades se sumarán o actualizarán, en función de la planificación y pro-
gramación de las actuaciones.
- en edificio rehabilitado

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ANEXO 3
Programas
Guía de trabajo
Consideraciones previas
Los programas, como partes de un todo que es el Plan Museológico, están indis-
cutiblemente relacionados entre sí. Por ejemplo, las necesidades que se plan-
teen en el Programa de Recursos Humanos tendrán repercusiones en el
Programa Arquitectónico, en el Programa Económico o en los Programas de
Colecciones y viceversa, ya que dependiendo del organigrama de personal que
se establezca harán falta unos determinados espacios de trabajo, un presu-
puesto y unas funciones a desarrollar o potenciar en relación con las coleccio-
nes del museo.
El contenido de cada uno de los programas está estrechamente relacionado con
el punto denominado Evaluación, principales carencias y prioridades con el que
concluyen todos los apartados del Anexo 2 (Documento de Análisis y evalua-
ción). Los programas desarrollarán en profundidad las necesidades de la insti-
tución partiendo de las carencias detectadas en estas conclusiones parciales.
La elaboración en el tiempo de los programas estará en función de las priori-
dades que se establezcan en el proceso de trabajo. Habrá determinados pro-
gramas que se realizarán de forma paralela para evitar problemas de coordi-
nación en los planteamientos, redacción y ejecución de los correspondientes
proyectos. De la misma forma, algunos programas precisarán un desarrollo por
fases, perfectamente coordinadas con las fases del proyecto. A modo de ejem-
plo, el Programa de Exposición presenta una primera fase, previa a la redacción
del Proyecto arquitectónico, y una segunda, más detallada y precisa, posterior
a la redacción del Proyecto arquitectónico y anterior a la redacción del Proyec-
to de exposición, como posteriormente se explicará.
En cada uno de los apartados siguientes se ofrece una breve reseña gráfica de
las principales relaciones que se establecen entre los programas y los proyectos
a los que, entre otros, pueden dar lugar. También se propone, cuando se con-
sidera conveniente, la secuencia temporal recomendable a la hora de redactar
dichos programas.

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El grado de desarrollo de los programas dependerá de cada caso concreto. Los 1. Programa institucional Objetivos
puntos que se proponen para cada uno de ellos no son ni de obligada cumpli-
Los aspectos esenciales que se han de tener en cuenta son: Revisar la vigencia de la institución y
mentación ni cerrados, sino de carácter básico y orientativo, y será el propio
precisar la definición del museo en el
museo el que determine, de acuerdo con su situación actual y sus necesidades, • Propuesta de la nueva denominación del museo, si procede, y su futuro, desde la triple vertiente de
los puntos que debe llevar a cabo o si precisa aportar otro tipo de información justificación gestión, organización general y
relaciones nacionales e internacionales.
que no se ha señalado en este documento. Además, el museo dará prioridad • Fórmula necesaria para crear, regularizar, completar o modificar la En este programa se precisarán las
al orden de las actuaciones propuestas en consonancia con estas necesidades. definición jurídica del museo y su justificación necesidades de la institución para
alcanzar sus objetivos en consonancia
El objetivo final es que la institución museística cuente siempre con el Plan • Fórmula necesaria para mejorar y agilizar la gestión administrativa con su planteamiento conceptual.
Museológico completamente desarrollado. Los distintos programas de necesi- del museo:
dades se irán incorporando o actualizando en función de la planificación y pro-
Cuadro 9 gramación de las actuaciones. - Documento, si es el caso, para la propuesta de reforma de su fórmula de
Programas del Plan gestión, incluyendo la definición y composición de sus órganos
Museológico
- Propuesta de definición de su futura fórmula de gobierno, que incluya las
atribuciones, composición y funciones del Patronato, si es el caso, u otros
órganos colegiados
- Definición de la Asociación de Amigos del Museo, que incluya sus
atribuciones y funciones
PROGRAMA PROGRAMAS PROGRAMA PROGRAMA
INSTITUCIONAL DE COLECCIONES ARQUITECTÓNICO DE EXPOSICIÓN • Organización interna general necesaria para el correcto funcionamiento
del museo:
- Propuesta de definición de la estructura organizativa de la institución,
con indicación de áreas de trabajo y sus correspondientes funciones
y responsabilidades generales
PROGRAMA PROGRAMA
PROGRAMA PROGRAMA
DE DIFUSIÓN Y DE RECURSOS
COMUNICACIÓN
DE SEGURIDAD
HUMANOS
ECONÓMICO - Reglamentos de régimen interno
• Relaciones institucionales necesarias para el cumplimiento de los fines del
museo:
- Selección de redes nacionales e internacionales en las que integrarse
- Selección de organizaciones nacionales e internacionales en las que
integrarse

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ANEXO 3
Programas
El grado de desarrollo de los programas dependerá de cada caso concreto. Los 1. Programa institucional Objetivos
puntos que se proponen para cada uno de ellos no son ni de obligada cumpli-
Los aspectos esenciales que se han de tener en cuenta son: Revisar la vigencia de la institución y
mentación ni cerrados, sino de carácter básico y orientativo, y será el propio
precisar la definición del museo en el
museo el que determine, de acuerdo con su situación actual y sus necesidades, • Propuesta de la nueva denominación del museo, si procede, y su futuro, desde la triple vertiente de
los puntos que debe llevar a cabo o si precisa aportar otro tipo de información justificación gestión, organización general y
relaciones nacionales e internacionales.
que no se ha señalado en este documento. Además, el museo dará prioridad • Fórmula necesaria para crear, regularizar, completar o modificar la En este programa se precisarán las
al orden de las actuaciones propuestas en consonancia con estas necesidades. definición jurídica del museo y su justificación necesidades de la institución para
alcanzar sus objetivos en consonancia
El objetivo final es que la institución museística cuente siempre con el Plan • Fórmula necesaria para mejorar y agilizar la gestión administrativa con su planteamiento conceptual.
Museológico completamente desarrollado. Los distintos programas de necesi- del museo:
dades se irán incorporando o actualizando en función de la planificación y pro-
Cuadro 9 gramación de las actuaciones. - Documento, si es el caso, para la propuesta de reforma de su fórmula de
Programas del Plan gestión, incluyendo la definición y composición de sus órganos
Museológico
- Propuesta de definición de su futura fórmula de gobierno, que incluya las
atribuciones, composición y funciones del Patronato, si es el caso, u otros
órganos colegiados
- Definición de la Asociación de Amigos del Museo, que incluya sus
atribuciones y funciones
PROGRAMA PROGRAMAS PROGRAMA PROGRAMA
INSTITUCIONAL DE COLECCIONES ARQUITECTÓNICO DE EXPOSICIÓN • Organización interna general necesaria para el correcto funcionamiento
del museo:
- Propuesta de definición de la estructura organizativa de la institución,
con indicación de áreas de trabajo y sus correspondientes funciones
y responsabilidades generales
PROGRAMA PROGRAMA
PROGRAMA PROGRAMA
DE DIFUSIÓN Y DE RECURSOS
COMUNICACIÓN
DE SEGURIDAD
HUMANOS
ECONÓMICO - Reglamentos de régimen interno
• Relaciones institucionales necesarias para el cumplimiento de los fines del
museo:
- Selección de redes nacionales e internacionales en las que integrarse
- Selección de organizaciones nacionales e internacionales en las que
integrarse

120 121
Para el correcto desarrollo del Programa Institucional es esencial recibir infor-
mación de todos los demás programas que integran el Plan, ya que se produ-
ce un intercambio recíproco de información que funciona en ambas direccio-
nes: desde el Programa Institucional hacia el resto de programas y desde éstos
Cuadro 10 hacia el primero.
Síntesis de relaciones
entre los programas PROGRAMA Concepto de museo: P. Colecciones
mensaje a transmitir Incremento
INSTITUCIONAL
Documentación
Investigación
Conservación

Concepto de museo: P. Arquitectónico


Organización
funcional

Concepto de museo: P. Exposición


mensaje a transmitir
Cuadro 11

Concepto de museo: P. Difusión y Posibles proyectos


definición de público,
servicios y actividades
Comunicación
PROGRAMA derivados del Programa
Institucional

Concepto de museo P. Seguridad


INSTITUCIONAL
y organización

Concepto de museo P. Recursos


y estructura Humanos PROYECTOS
organizativa
Proyecto de Norma legal (cambio de definición jurídica,
Titularidad y régimen P. Económico titularidad o gestión, reglamentación...)
económico
Proyecto de Reglamento de Régimen Interno
Proyecto de funcionamiento de los órganos colegiados
Proyecto de normas para la prestación de servicios

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ANEXO 3
Programas
Objetivos 2. Programas de Colecciones Este documento deberá contener:

Puesto que las colecciones son la razón misma de la existencia del museo, estos • Prioridades de incremento de colecciones:
Explicitar la política del museo en lo
referente al crecimiento de colecciones programas están directamente relacionados con el resto de programas del Plan • Secciones de la colección que necesitan ampliarse o completarse para
(Programa de Incremento), su estudio y Museológico. Del conocimiento de las acciones a emprender en torno a las
sistemas de documentación (Programa hacer más coherente el discurso expositivo del museo y, en relación con
de Documentación), política de colecciones del museo se desglosará buena parte del contenido del resto de los estas necesidades, la tipología de bienes culturales muebles que deben
investigación (Programa de programas. Por ello, aunque éstos puedan iniciarse de forma paralela, las direc-
Investigación) y sus necesidades de
adquirirse preferentemente
conservación (Programa de
trices suscitadas en los Programas de Colecciones serán premisa indispensable
Conservación). para el desarrollo de muchos de los puntos del resto de los programas, tal y • Plazos de tiempo de aplicación de los criterios expresados
como se refleja en la Propuesta de cronograma. • Formas preferentes de incremento de colecciones
Los recursos técnicos y equipamientos específicos para la implantación de los • Criterios deontológicos
distintos Programas de Colecciones deberán precisarse en el Programa Arqui-
• Medios de captación de colecciones que puedan ingresar en el museo
tectónico, dentro del apartado correspondiente a las instalaciones y los equi-
(captación y contraprestaciones para donantes, trabajos de campo,
pamientos.
subastas, ofertas puntuales al museo…)
De la misma forma, los recursos económicos y humanos necesarios para la rea-
• Criterios técnicos que deben regir la aceptación de donaciones y depósitos
lización de estos programas se incluirán en los Programas Económico y de Recur-
sos Humanos, respectivamente. • Proceso interno a seguir en caso de propuestas concretas de incremento
de colecciones (informes técnicos, tramitación administrativa)
2.1. Programa de Incremento Una ordenación de colecciones, que puede sumar o restar bienes a la colección
En relación con la denominación de este programa que hace referencia a la tra- del museo, implica un cambio de adscripción de bienes culturales entre muse-
dicional función de la adquisición de colecciones en el museo, se ha optado por os que comparten una misma titularidad, con el objetivo de completar discur-
utilizar el término Incremento por asimilación a la nueva terminología que esta- sos museológicos o, en su caso, unificar colecciones desde la perspectiva cro-
blece el futuro Reglamento de Museos de Titularidad Estatal, que en la actua- nológica, temática o de soportes materiales, en aras de un adecuado cumpli-
lidad se está elaborando. miento de sus fines científicos, culturales y sociales.

El objetivo final de este programa es garantizar el necesario y correcto incre-


2.2. Programa de Documentación
mento de las colecciones con un planteamiento de futuro. Por ello, todo museo
debe realizar un documento que recoja los criterios básicos que van a guiar Los procesos de documentación en el museo se definen por una serie de secuen-
dicho incremento, esto es, todos aquellos bienes culturales que ingresan en el cias de trabajo aplicadas tanto a los propios bienes culturales y documentos
museo a través de procedimientos diversos (donación, compra, dación en pago como a su gestión. Entre estas secuencias de trabajo se pueden incluir la iden-
de impuestos, legado, depósito…). tificación, ordenación, catalogación, documentación gráfica, documentación
de procesos de restauración o de movimiento de las colecciones, recuperación
y difusión de la información...

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Objetivos El Programa de Documentación debe plantear acciones de futuro, indicando • Propuesta de sistemas de trabajo en el museo que redunden en una mejor
necesidades, prioridades, plazos y procedimientos de ejecución sobre posibles documentación de las colecciones y la gestión de éstas.
Aplicar en el museo un sistema de proyectos. Algunos de estos aspectos se detallan a continuación:
documentación que permita el control y • Establecimiento de redes para intercambiar documentación con otros
la gestión de las colecciones, fondos • Directrices generales del sistema de documentación museos e instituciones afines
documentales, administrativos y
bilbiográficos, de modo que asegure la • Prioridades de documentación • Participación en catálogos colectivos de bienes culturales
preservación de la información cultural
de que es portador. • Reorganización de los archivos del museo: archivos de control y gestión de
2.3. Programa de Investigación
fondos museográficos, documentales o bibliográficos, archivos Objetivos
fotográficos, archivos administrativos La investigación en el museo se desarrolla en dos vertientes:
Establecer las grandes líneas y proyectos
• Cuadro de clasificación de series documentales • La que dirige el personal técnico del propio museo, orientada según sus específicos de investigación que
dinamicen, estimulen y enriquezcan la
• Adopción de vocabularios normalizados (tesauros) objetivos y necesidades en torno a las colecciones, la conservación, la actividad del museo. Además este
restauración, el edificio y el público, en sentido amplio. Dentro de este programa debe indicar también las
• Normativas documentales apartado deberán concretarse las investigaciones que surgirán de: futuras relaciones con otros centros de
investigación, nacionales o
• Implantación de sistemas informatizados de documentación y gestión de - El personal científico del museo como parte de sus funciones internacionales, que es conveniente
colecciones instaurar y/o potenciar.
- Especialistas externos contratados para investigar sobre colecciones o
• Campañas de inventario y catalogación de colecciones (fondos materias concretas, dirigidos por el personal técnico del museo
museográficos y documentales) y fondos bibliográficos
- Propuestas de colaboración en materia de investigación con otros museos
• Revisión y control documental de los depósitos de bienes culturales en el o instituciones
museo y fuera del mismo
• La que es dirigida por otras personas e instituciones fuera del museo,
• Documentación de los procesos de conservación y restauración de centrada en las colecciones y otros aspectos de la institución, y que parte
colecciones de otros objetivos y planteamientos, ajenos al museo. En este caso, se
tendrán que establecer mecanismos y protocolos de colaboración
• Control de movimientos internos y externos de las colecciones
institucional tanto para facilitar estas investigaciones como para que los
• Documentación de baja de colecciones resultados de las mismas reviertan en la institución museística.
• Conservación de los documentos (escritos, sonoros, audiovisuales, Se reseñarán en este epígrafe:
fotográficos, dibujos...)
• Directrices generales de investigación
• Digitalización de colecciones y documentos (escritos, sonoros,
• Orden de prioridades de las colecciones, temas o materias a investigar,
audiovisuales, fotográficos, dibujos...)
tanto en los proyectos dirigidos por el museo como en las solicitudes
• Política de seguridad de datos informatizados cursadas por otras instituciones
• Accesibilidad de la documentación a investigadores y público • Relaciones de futuro con otras instituciones en materia de investigación

126 127
Objetivos 2.4. Programa de Conservación • Manipulación, almacenaje y exposición:
- Criterios generales
Definir las condiciones necesarias para Conservación preventiva
la conservación de las colecciones en - Indicación de las instalaciones/maquinaria indispensables para la
todas las áreas del museo, tanto Su finalidad es el establecimiento de los parámetros de conservación estimados
públicas como internas, con bienes manipulación de las colecciones del museo
culturales muebles, en consonancia con óptimos, teniendo en cuenta la naturaleza de las colecciones y la adecuación a
el resto de los programas y, en las características particulares de cada museo y a las condiciones en que sus bie- - Determinación de las necesidades en lo relativo a los sistemas de
particular, con el Programa almacenamiento adecuados para las diferentes tipologías y materiales
Arquitectónico en lo concerniente a
nes culturales se han mantenido.
espacios, instalaciones y equipamientos.
almacenados
• Criterios generales de conservación de colecciones:
Igualmente, el Programa de
Conservación tiene por objeto definir Restauración
- Condiciones ambientales:
los criterios de intervención en las
colecciones y todos aquellos aspectos Se ofrecen las propuestas de tratamientos de conservación y restauración con-
• Humedad relativa y temperatura:
que garanticen su integridad física.
cretos, además de la disposición del orden de prioridades.
• Establecimiento de parámetros generales adecuados de conservación
de las colecciones en la exposición permanente, en las áreas de • Establecimiento de prioridades:
reserva y en los laboratorios y demás espacios del museo que Deberán valorarse en primer lugar las necesidades de
contengan bienes culturales muebles de forma permanente o conservación/restauración de los bienes culturales destinados a la
transitoria exposición permanente según el Programa de Exposición, así como
aquellos que presenten un estado de conservación crítico
• Establecimiento de parámetros específicos de conservación de
aquellas colecciones que lo precisen en atención a su naturaleza • De cara a las propuestas de tratamiento específico, podrán aportarse fichas
de trabajo de cada pieza donde conste:
- Contaminación:
- Localización
• Sistema de medición (instalación de aparatos de medición)
- Estado de conservación
• Definición de las necesidades ante los problemas detectados
- Tratamiento propuesto valorado (mencionando la urgencia de la
- Sistema de medición de condiciones ambientales (implantación de
intervención)
medidores de humedad relativa y temperatura)
• Iluminación:
- Establecimiento de los parámetros generales y específicos, atendiendo a
la naturaleza de las colecciones, en todos aquellos espacios que las
contengan
- Sistemas de medición
- Determinación de las necesidades ante problemas detectados

128 129
Cuadro 12 A continuación se señalan, a modo de ejemplo, algunos de los proyectos que
Síntesis de relaciones pueden derivarse de los Programas de Colecciones y que, evidentemente, depen-
entre los programas derán en gran medida del estado en que se encuentre la documentación, con-
PROGRAMAS Concepto de museo: P. Institucional
DE COLECCIONES
mensaje a transmitir servación e investigación de las mismas. Algunos de estos proyectos podrán y
deberán ser desarrollados por el propio personal del museo y otros precisarán
Espacios, de contrataciones de personal externo.
equipamientos,
Incremento instalaciones, accesos P. Arquitectónico
y circulaciones
Documentación
Colecciones con P. Exposición
Investigación destino a exposición

Conservación
Actividades y servicios P. Difusión y
en torno a las Comunicación
colecciones

Seguridad de las P. Seguridad


colecciones

Necesidades de
personal para P. Recursos
desarrollar estas Humanos
funciones

Recursos económicos
para desarrollar estas P. Económico
funciones

130 131
3. Programa Arquitectónico Objetivos
Cuadro 13
Posibles En el Programa Arquitectónico deben señalarse las necesidades espaciales y de Determinar las necesidades espaciales y
proyectos infraestructuras, pero en ningún caso se apuntarán soluciones concretas que de infraestructuras (instalaciones y
derivados de PROGRAMAS DE COLECCIONES equipamientos) del museo que deberán
pretendan resolver las necesidades propuestas. Al equipo del museo corres-
los Programas ser solventadas en los distintos
de Colecciones ponde proporcionar la documentación precisa que especifique todos aquellos proyectos.

Incremento Documentación Investigación Conservación


requerimientos y necesidades que los proyectos deben resolver.
Desde estas condiciones, será preciso detallar:
PROYECTOS PROYECTOS PROYECTOS PROYECTOS • Consideraciones previas
Proyectos de Campañas de Ámbito de aplicación: Tratamientos
incremento de inventario y concretos de • Relación de espacios:
colecciones o catalogación de Colecciones
conservación y
piezas concretas colecciones Conservación restauración - Usos, funciones y cualidades
Catalogación de preventiva
Sistema de - Accesos y circulaciones
fondos documentales Restauración
climatización en áreas
Implantación de Público con bienes culturales - Instalaciones precisas para el adecuado funcionamiento de la institución
sistemas de gestión y Edificio
documentación Control de plagas y el cumplimiento de todas las normativas vigentes aplicables
Institución
Reorganización del Evaluación del estado
archivo documental y
Museología - Equipamientos necesarios
de conservación de
fotográfico Recursos técnicos las colecciones
• Comunicaciones y circulaciones generales
Control documental Sistema de embalaje
de depósitos • Condiciones generales de conservación y protección del edificio
Control de
Catalogación de y de elementos singulares
parámetros
fondos bibliográficos
ambientales en áreas
Establecimiento de con bienes culturales • Ámbitos de Seguridad
redes de intercambio
y documentación Iluminación en áreas
Protocolos de
con bienes culturales Consideraciones previas
accesibilidad de
Los aspectos de partida que pueden condicionar el desarrollo de los proyectos
usuarios a la
documentación arquitectónicos son:
• Régimen urbanístico (Ordenanzas municipales, Normativa Urbanística
y Normativa de Protección del Patrimonio Histórico y Museos)
• Históricos (condicionantes históricos del edificio)
• Régimen Jurídico (condicionantes en materia de propiedad, cargas,
cesiones de uso…)

132 133
ANEXO 3
Programas
3. Programa Arquitectónico Objetivos
Cuadro 13
Posibles En el Programa Arquitectónico deben señalarse las necesidades espaciales y de Determinar las necesidades espaciales y
proyectos infraestructuras, pero en ningún caso se apuntarán soluciones concretas que de infraestructuras (instalaciones y
derivados de PROGRAMAS DE COLECCIONES equipamientos) del museo que deberán
pretendan resolver las necesidades propuestas. Al equipo del museo corres-
los Programas ser solventadas en los distintos
de Colecciones ponde proporcionar la documentación precisa que especifique todos aquellos proyectos.

Incremento Documentación Investigación Conservación


requerimientos y necesidades que los proyectos deben resolver.
Desde estas condiciones, será preciso detallar:
PROYECTOS PROYECTOS PROYECTOS PROYECTOS • Consideraciones previas
Proyectos de Campañas de Ámbito de aplicación: Tratamientos
incremento de inventario y concretos de • Relación de espacios:
colecciones o catalogación de Colecciones
conservación y
piezas concretas colecciones Conservación restauración - Usos, funciones y cualidades
Catalogación de preventiva
Sistema de - Accesos y circulaciones
fondos documentales Restauración
climatización en áreas
Implantación de Público con bienes culturales - Instalaciones precisas para el adecuado funcionamiento de la institución
sistemas de gestión y Edificio
documentación Control de plagas y el cumplimiento de todas las normativas vigentes aplicables
Institución
Reorganización del Evaluación del estado
archivo documental y
Museología - Equipamientos necesarios
de conservación de
fotográfico Recursos técnicos las colecciones
• Comunicaciones y circulaciones generales
Control documental Sistema de embalaje
de depósitos • Condiciones generales de conservación y protección del edificio
Control de
Catalogación de y de elementos singulares
parámetros
fondos bibliográficos
ambientales en áreas
Establecimiento de con bienes culturales • Ámbitos de Seguridad
redes de intercambio
y documentación Iluminación en áreas
Protocolos de
con bienes culturales Consideraciones previas
accesibilidad de
Los aspectos de partida que pueden condicionar el desarrollo de los proyectos
usuarios a la
documentación arquitectónicos son:
• Régimen urbanístico (Ordenanzas municipales, Normativa Urbanística
y Normativa de Protección del Patrimonio Histórico y Museos)
• Históricos (condicionantes históricos del edificio)
• Régimen Jurídico (condicionantes en materia de propiedad, cargas,
cesiones de uso…)

132 133
• Funcionales (condicionantes espaciales para el establecimiento ulterior de - Distribución interna de los espacios
usos/funciones)
- Tratamientos específicos de paramentos, solados y techos
• Técnicos (estudios geotécnicos y de calidad del terreno, condicionantes
• Accesos y circulaciones
climáticos...)
Deberán precisarse todos aquellos accesos en sus distintas modalidades, inde-
• Otros
pendientes o no, con vista a:

Relación de espacios - Los bienes culturales muebles (con especial atención a sus pesos,
dimensiones, mínimas y máximas, y otros requerimientos que puedan
El Programa Arquitectónico contendrá una relación de espacios que han de ser
condicionar el proyecto)
solucionados en el proyecto. Estos espacios pueden agruparse en grandes áreas,
según el criterio seguido en el documento de Análisis y evaluación (Anexo 1) y - Los usuarios y servicios (público visitante con especial atención al público
en el Anexo 4. Se distinguen las siguientes: discapacitado, personal del museo -técnico, de mantenimiento,
contratas…-, proveedores…)
• Área pública sin colecciones
- La secuencia lógica de circulaciones más habituales que afectan al espacio
• Área pública con colecciones
o los espacios definidos
• Área interna sin colecciones
• Instalaciones y equipamientos
• Área interna con colecciones
En cada uno de los espacios se han de definir las instalaciones, los equipamientos
La indicación de área no implica que los espacios que comprende se encuen- necesarios y requisitos técnicos específicos para el cumplimiento de sus fun-
tren agrupados físicamente en una misma zona del edificio, sino que los espa- ciones y de todas las normativas vigentes aplicables, con especial atención a las
cios que la constituyen poseen requerimientos similares en lo relativo a uso áreas con bienes culturales y en lo que concierne a:
público y presencia de bienes culturales muebles.
- Parámetros ambientales. Sistemas de control ambiental. Sectorización
Del mismo modo, dentro de estas grandes áreas, cada espacio presentará una
- Parámetros de iluminación. Sistemas de iluminación y su control
serie de requerimientos en cuanto a superficies, accesos, vías de comunicación,
instalaciones y equipamientos. - Conexiones telefónicas e informáticas

En cada uno de estos espacios se han de precisar: - Conexiones eléctricas

• Usos, funciones y cualidades: - Condiciones acústicas

- Superficies: necesidades espaciales de la institución (en m2), en función - Sistemas de megafonía


del planteamiento conceptual del museo - Instalaciones de fontanería
- Usos y funciones de los espacios y requerimientos arquitectónicos - Ventilación
- Otros sistemas (de extracción de aire, evacuación de gases…)

134 135
Se entiende que lo anteriormente expuesto refleja una situación ideal cuya con- • Almacenes-restauración-registro-área de recepción (salida)
secución estará condicionada, en su caso, a la preservación de los posibles valo-
• Exposición permanente-restauración-registro-área de recepción (salida)
res históricos del edificio.
En relación con la adaptación y el cumplimiento de las normativas vigentes Condiciones generales de conservación y protección del edificio y de
(accesibilidad, seguridad, riesgos laborales...) en el caso de los edificios históri- elementos singulares
cos, la filosofía general tiende a la mejora de las condiciones, ya que en algu-
• Necesidades de conservación generales del edificio:
nos casos resulta complejo compatibilizar el cumplimiento estricto de la nor-
mativa en esta materia con las directrices marcadas por la Ley de Patrimonio - Sistemas de control ambiental (humedad y temperatura)
Histórico Español y, por lo tanto, con la preservación de los valores históricos - Sistemas de iluminación y su control
del edificio. En todo caso, éste es un debate abierto para el que todavía no se
• Necesidades de conservación, protección y tratamientos específicos de
ha alcanzado un acuerdo definitivo y que obliga a efectuar un estudio porme-
elementos singulares
norizado de cada una de las intervenciones a realizar.

Ámbitos de Seguridad
Comunicaciones y circulaciones generales
En directa relación con el Programa de Seguridad se deben consignar los nece-
En este apartado se precisarán las necesidades en materia de comunicaciones,
sarios niveles de seguridad en las distintas áreas del museo, teniendo en cuen-
indicando los especiales requerimientos de las mismas en lo relativo a dimen-
ta los distintos elementos implicados:
siones, resistencia de carga, revestimientos…, en función de las características
de las colecciones y el funcionamiento interno del museo: • Edificio
• Escaleras (mecánicas o no) • Colecciones
• Aparatos elevadores (ascensores, montacargas, plataformas elevadoras…) • Público
• Pasillos • Personal
Además, se concretarán las relaciones entre las distintas áreas y sus accesos,
señalando las secuencias de movimientos más habituales.
Algunos ejemplos son los siguientes:
• Área de recepción-desembalaje-registro-almacén de tránsito-sala de
exposiciones temporales
• Almacén de tránsito-fotografía-restauración-almacenes
• Exposición permanente-almacenes y viceversa
• Almacenes-sala de investigadores y viceversa

136 137
Para el correcto desarrollo del Programa Arquitectónico es necesario recibir Dada la envergadura y especiales características del Programa Arquitectónico
información de todos los demás programas que integran el Plan: del inmueble, de él pueden derivarse diferentes tipos de proyectos de carácter
arquitectónico, de infraestructuras, de equipamiento, de instalaciones…

Cuadro 14
Síntesis de relaciones entre
PROGRAMA Concepto de museo
los programas y organización P. Institucional
ARQUITECTÓNICO funcional

Zonas
públicas/internas P. Colecciones
con bienes culturales Incremento
muebles, accesos y Documentación
circulaciones, Investigación
equipamientos e Conservación
instalaciones
Cuadro 15

Relación de espacios, Posibles proyectos derivados


accesos, circulaciones, P. Exposición del Programa Arquitectónico
equipamientos e
instalaciones

Relación de espacios,
accesos, circulaciones, P. Difusión y
equipamientos e
instalaciones
Comunicación
PROGRAMA ARQUITECTÓNICO
Zonas
públicas/internas,
relación de espacios, P. Seguridad PROYECTOS
accesos y
circulaciones
Anteproyecto arquitectónico
Relación de espacios P. Recursos Proyecto básico arquitectónico
y de infraestructura Humanos
Proyecto de ejecución arquitectónico
Proyectos de instalaciones
Recursos económicos P. Económico
Proyectos de equipamiento
Proyectos de adaptación a normativa
Proyectos de restauración del edificio/elementos singulares

138 139
ANEXO 3
Programas
Objetivos 4. Programa de Exposición En relación con el Programa Arquitectónico se detallarán las necesidades y la Fases del Programa
caracterización de los espacios y de los equipamientos indispensables para la
Exponer los criterios por los que se
Tradicionalmente este documento ha sido denominado Programa o Proyecto de Exposición
exposición permanente.
regirá el principal medio de Museográfico. Merece la pena, no obstante, detenernos en este punto para
comunicación de los contenidos del Pueden establecerse dos fases en la
justificar nuestra posición al adoptar una nueva terminología. La elaboración de este programa puede, según los casos, dividirse en dos fases: elaboración del Programa de
museo, la exposición permanente, y
establecer los términos en que ha de Exposición:
Si entendemos la museografía como la materialización en la práctica de la teo-
producirse la relación entre las Fase I - Fase I. Su desarrollo es anterior a la
colecciones, el edificio y los visitantes ría museológica, la aplicación del término museográfico no es suficientemente redacción del Proyecto arquitectónico
del museo. precisa ya que va más allá de la propia exposición permanente del museo, al Anterior al desarrollo del Proyecto arquitectónico y de instalaciones que deri- y de instalaciones y debe incluir las
directrices generales que orientarán la
afectar a todas las funciones de la institución en la práctica de sus espacios e van del Programa Arquitectónico, debe incluir las directrices generales que orien- exposición permanente.
instalaciones. En este sentido, asumiendo que la normalización de la termino- tarán el Programa de la Exposición permanente. - Fase II. Debe ser mucho más precisa
logía es un objetivo de El Plan Museológico, se ha optado por ajustar a sus con- que la fase anterior y contemplar
En esta primera fase será imprescindible aproximarse a los siguientes aspectos: todos aquellos aspectos,
tenidos específicos la denominación usual empleada. condicionantes y requerimientos que
• Concepto y mensaje a transmitir definen la exposición permanente,
De esta manera, entendemos por Programa de Exposición el documento ela- puesto que será el punto de partida
borado por el equipo del museo que recoge todas las especificaciones y reque- • Principales valores y contenidos del Proyecto de exposición.
rimientos en el ámbito de la exposición permanente. Sin duda, es el punto de • Organización de los contenidos: temática, cronológica, funcional,
partida imprescindible para la redacción de los proyectos expositivos. técnica… (criterios asociativos o de otro tipo)
Este programa establece los términos en que se producirá la relación entre las • Esquema organizativo: recorridos, áreas y unidades
colecciones del museo, el edificio y los visitantes de la exposición permanente,
• Selección de piezas y conjuntos (y jerarquización, en su caso)
por lo que en su redacción se deberán tener en cuenta, fundamentalmente, los
contenidos establecidos en: • Requerimientos generales de conservación, según la naturaleza de las
colecciones (materiales orgánicos, inorgánicos):
• Los Programas de Colecciones
- Humedad
• El Programa Arquitectónico
- Temperatura
• Las conclusiones del Programa de Difusión y Comunicación, materializadas
en proyectos, como los estudios de público - Iluminación

En relación con los Programas de Colecciones y con el Programa de Seguridad, - Otros


se detallarán las necesidades de: • Dimensiones y características de las colecciones que por sus particulares
• Conservación de las colecciones (materiales adecuados y requerimientos requerimientos puedan condicionar el proyecto
particulares de los elementos contenedores y los soportes de piezas) • Estrategias comunicativas y recursos
• Seguridad de las colecciones

140 141
• Elementos museográficos de apoyo • Organización de los contenidos: temática, cronológica, funcional,
técnica… (criterios asociativos o de otro tipo)
• Necesidades de incremento de colecciones o depósitos de otras
instituciones • Circulaciones generales en la exposición permanente
Este avance sobre los contenidos de la exposición permanente se realizará para • Esquema organizativo:
que los encargados de redactar el Proyecto arquitectónico y de instalaciones
- Articulación en áreas o secciones. Mensaje a transmitir y organización de
puedan tener una visión general de lo que se pretende exponer para diseñar,
los contenidos en cada una de ellas
de forma coherente y adecuada, estos espacios, y evitar así tener que introdu-
cir, una vez redactado el proyecto o incluso en fase de ejecución, modificacio- - Circulaciones en cada una de las áreas o secciones
nes de última hora que pueden demorar o paralizar la misma e incrementar el • Requerimientos generales de conservación, según la naturaleza de las
presupuesto. colecciones (materiales orgánicos, inorgánicos…)
- Humedad
Fase II
- Temperatura
Deberá ser mucho más precisa, ya que al partir de la realidad espacial resultante
del Proyecto arquitectónico, terminará de transformarla en un espacio exposi- - Iluminación
tivo, dotándola de contenido. Por lo tanto, este segundo documento, posterior
- Otros
al Proyecto arquitectónico, tendrá que incluir todos aquellos aspectos, requeri-
mientos y condicionantes que definen la exposición permanente, puesto que • Requerimientos generales de los contenedores y soportes expositivos,
será el punto de partida para la elaboración del Proyecto de exposición. teniendo en cuenta la adecuada conservación y exposición de los bienes
culturales, en lo concerniente a:
En el caso de una renovación total de la exposición permanente o de sólo una
sección, no será necesaria la elaboración de la primera fase del Programa de - Conservación y seguridad de las colecciones
Exposición, y directamente se realizará el documento completo de ésta (Fase II). - Características de los materiales constructivos, solidez y facilidad de
Este documento habrá de ser lo más exhaustivo y concreto posible para que el mantenimiento, apertura y cierre, accesibilidad…
Proyecto de exposición refleje fielmente el concepto que el equipo del museo - Cualidades estéticas
tiene de la exposición permanente y para evitar posteriores modificaciones de
• Relación de bienes culturales a exponer según el esquema organizativo en
éste derivadas de indefiniciones o ausencia de datos importantes para el mismo.
áreas o secciones, indicando:
Partiendo de los conceptos y referencias recogidos en la primera fase del Pro-
- Datos identificativos del bien cultural (número de inventario, otros
grama de Exposición, éstos se desarrollarán hasta el máximo nivel de detalle en
números, materia, técnica…)
cuanto a:
- Pesos y medidas, destacando aquellas colecciones que por sus
• Concepto y mensaje a transmitir
características pueden condicionar especialmente el proyecto expositivo
• Principales valores y contenidos

142 143
- Documentación gráfica - Características generales de los elementos museográficos que ofrecen
esta información complementaria: uso y/o consulta individual o en grupo,
- Jerarquización de las colecciones a exponer, señalando aquellas que
interactivos o no, posibilidades de actualización por parte del museo… Se
constituyen hitos fundamentales en el discurso y que por lo tanto
sugiere evitar, en lo posible, la determinación del tipo de elementos
precisan un tratamiento específico en su exposición
museográficos (audiovisuales, infografías, maquetas, programas
- Determinación de conjuntos o colecciones a exponer de forma unitaria informáticos...), ya que debe ser el Proyecto de exposición el que, a partir
- Necesidades específicas de conservación de determinadas colecciones de la información proporcionada por el museo sobre objetivos y
características generales, resuelva el tipo de elemento museográfico más
- Requerimientos específicos de exposición de los bienes culturales que lo
conveniente
precisen
• Necesidades de incremento de colecciones o depósitos de otras
- Otros datos que se consideren de interés
instituciones que completen el discurso de la exposición, con indicación del
• Estrategias y recursos de comunicación de la exposición permanente: papel que desempeñan en ésta y, por lo tanto, de su prioridad

- Criterios generales sobre la función de la información textual dentro de la


exposición permanente
- Unidad de diseño gráfico
- Pautas generales de formato de textos: longitud máxima, niveles de
lectura, idiomas, facilidad de lectura…
- Pautas generales del tratamiento material de los soportes de la
información textual. Características (durabilidad, facilidad de limpieza,
mantenimiento…) y sistemas de fijación (solidez, reversibilidad, discreción
y facilidad para cambiar de ubicación…).
- Jerarquización/niveles de información: textos generales, de área, sección,
conjunto…; elementos identificativos de colecciones (individuales o de
conjunto…) hojas de sala y otros, y sus ejemplos respectivos.
• Elementos museográficos de apoyo:
- Información complementaria a las colecciones que deben proporcionar
estos elementos
- Situación y función dentro del conjunto del discurso de la exposición

144 145
La exposición es el medio de comunicación más directo e inmediato entre el En algunos casos quizá sea necesario desglosar tanto el Proyecto de exposición
museo y su público y afecta a todas las funciones del museo y a todos los depar- como la ejecución de éste en diferentes contratos: elementos expositivos, ele-
tamentos que trabajan en él. Por este motivo, se extiende una compleja red de mentos mediáticos (programas informáticos, vídeos, elementos interactivos,
relaciones de doble sentido entre el Programa de Exposición y el resto de los realidades virtuales, infografías), elementos gráficos…, aunque siempre bajo la
programas del Plan Museológico que, de forma sintética, se señalan a conti- coordinación del equipo del museo y del autor del Proyecto de exposición.
nuación:

Cuadro 16
Síntesis de relaciones
entre los programas PROGRAMA Concepto de museo: P. Institucional
mensaje a transmitir
DE EXPOSICIÓN
(EXPOSICIÓN
PERMANENTE) Necesidades de
adquisición, P. Colecciones
documentación,
investigación, Incremento
condiciones Documentación
conservación y Investigación
prioridades Conservación
restauración

Relación de espacios,
circulaciones, P. Arquitectónico
accesibilidad e
instalaciones

Tipos de público, Cuadro 17


evaluación de la P. Difusión y
exposición, difusión
de contenidos
Comunicación
PROGRAMA DE EXPOSICIÓN Posibles proyectos
derivados del Programa
(EXPOSICIÓN PERMANENTE) de Exposición
Seguridad de las
colecciones P. Seguridad
expuestas y del
público visitante
Proyecto de Exposición:
Necesidades de
personal para P. Recursos Diseño general
desarrollar este Humanos
programa Elementos interactivos
Recursos económicos Elementos audiovisuales
para desarrollar este P. Económico
programa Elementos gráficos

146 147
ANEXO 3
Programas
Objetivos 5. Programa de Difusión y Comunicación Actividades a realizar

El Programa de Difusión y Comunicación debe plantear las necesidades futu- • Avance de actividades necesarias a potenciar por el museo, según su
Establecer los canales de comunicación
entre el museo y la sociedad y plantear ras de la institución, definiendo en este campo los siguientes aspectos: planteamiento de futuro: talleres, conferencias, actividades infantiles…
las necesidades de la institución en esta
materia, definiendo todos los aspectos • Exposiciones temporales.
relacionados con el público, la Público Por la particular relevancia de las mismas, deberán definirse los siguientes
comunicación y la programación de
actividades. • Tipos de público hacia los que van a estar orientados los servicios del aspectos:
museo, en especial las exposiciones y el resto de medios y actividades - Política general de exposiciones temporales en las salas del museo como
divulgativas, así como los servicios comerciales medio de completar y enriquecer la exposición permanente, de difundir
• Modo en que se va a producir la relación con el público en el museo y los colecciones no expuestas o de experimentar nuevos conceptos
sistemas de evaluación que van a permitir adaptar la oferta (sus museológicos y/o museográficos (producción propia o ajena)
componentes, y los valores y contenidos de cada uno de ellos) a las • Convenios de colaboración con otras instituciones
necesidades y expectativas de los visitantes
- Política general de exposiciones temporales producidas por el museo y
• Formas de acceso directo o virtual a las colecciones y fondos documentales alojadas en otras instituciones como medio de difundir las colecciones.

Comunicación • Convenios de colaboración con otras instituciones

• Imagen corporativa: - Protocolos y documentos:

- Documento con el mensaje/concepto a transmitir (misión-visión) de la • Criterios que deben regir el préstamo de colecciones del museo con
institución, así como el catálogo de imágenes representativas y/o destino a exposiciones temporales (criterios institucionales, científicos,
significativas de la colección/edificio del museo de conservación...)

- Pautas para la obtención de un logotipo o imagen representativa • Procedimientos para el control y seguimiento de los préstamos:

• Mecanismos de comunicación externa para difundir los servicios del museo • Control documental
y atraer u orientar a esos públicos potenciales (campañas de publicidad • Informes de conservación
generales o específicas para determinadas actividades, página web, visitas
• Criterios de actuación en caso de incidencias
guiadas, publicaciones divulgativas y su distribución…)
• Documento de condiciones técnicas o “informe de instalaciones” de las
• Relaciones con los medios, gabinete de prensa, publicidad, relaciones
salas de exposición temporal del museo con vistas a posibles préstamos
públicas…
de otras instituciones (descripción, espacios, circulaciones de bienes
• Definición de los productos comerciales del museo culturales muebles, instalaciones, parámetros de conservación…)

148 149
Cuadro 18 Como responsable de establecer los canales de interacción entre los conteni-
Síntesis de relaciones entre dos del museo y los intereses de la sociedad, el Programa de Difusión y Comu-
PROGRAMA Concepto de museo: los programas nicación está estrechamente relacionado con todos los Programas especialmente
definición de público, P. Institucional
DE DIFUSIÓN servicios, actividades con los de Colecciones y el Programa de Exposición.
Y COMUNICACIÓN y comunicación

Actividades, P. Colecciones
servicios y Incremento Cuadro 19
comunicación en Documentación
torno a las Investigación Posibles proyectos
colecciones Conservación derivados del Programa de
Difusión/Comunicación
Relación de espacios
públicos, accesos y
circulaciones,
instalaciones y P. Arquitectónico
equipamientos
(acogida, actividades,
servicios...) PROGRAMA DE DIFUSIÓN
Tipos de público,
evaluación de
Y COMUNICACIÓN
exposición P. Exposición
permanente, difusión
y contenidos
PROYECTOS
Sistema de seguridad
compatible con Estudios de público
confort y libertad de P. Seguridad
movimientos del Evaluación de exposición permanente y exposiciones temporales
público
Estudios de marketing
Personal fijo,
eventual y contratas P. Recursos Campañas de publicidad generales o específicas
externas para Humanos
actividades y servicios Actividades didácticas y divulgativas (talleres, dramatizaciones, visitas
guiadas, conferencias, cursos, ciclos cine...)
Recursos económicos,
alquiler de espacios, Publicaciones (folletos informativos, guías, catálogos, monografías...)
concesión de
servicios, productos P. Económico Página web
comerciales,
captación de Productos comerciales
patrocinadores
Creación de la imagen institucional y desarrollo del manual de identidad
Exposiciones temporales concretas

150 151
ANEXO 3
Programas
Objetivos 6. Programa de Seguridad Todas las necesidades generales del museo se definirán en materia de:

El Programa de Seguridad del museo deberá precisar todos aquellos aspectos - Planes de emergencia y minimización de daños
Precisar todos los aspectos necesarios
para garantizar la seguridad de la necesarios que afectan a la seguridad de la institución, desde un punto de vista - Conexión con la correspondiente central receptora de alarmas
institución en su conjunto, tanto en lo global:
que afecta a las colecciones y al edificio, - Formación del personal implicado
como al público y al personal del museo. • Colecciones
- Detección de incendios
• Edificio
- Extinción de incendios
• Personal
- Señalización obligatoria
• Público
- Zonificación del edificio según los diferentes niveles de riesgo, señalando
Implica el cumplimiento de la normativa de seguridad pública y privada y es áreas con riesgos especiales
conveniente que, en relación con la seguridad pública, se elabore un Plan de
Relaciones Institucionales que contemple el Parque de Bomberos, la comisaría - Sistemas de megafonía para evacuación del edificio
del Cuerpo Nacional de Policía, el puesto de la Guardia Civil, la comisaría de la - Sistemas de comunicación entre el personal operativo
Policía Local, el hospital y el Servicio Sanitario de Urgencias más cercanos al
- Mantenimiento de los sistemas de protección contra incendio, de las
museo.
instalaciones generales y de la cubierta del edificio
La programación de la seguridad está basada en cuatro pilares esenciales que
• Protección contra actos antisociales.
han de estar perfectamente relacionados y coordinados para garantizar la cali-
dad del sistema: Se detallarán las necesidades relativas a:

• Análisis de riesgos - Detección de intrusión y hurto

• Medios técnicos - Formación del personal implicado

• Medios humanos - Conexión con la correspondiente central receptora de alarmas

• Medios organizativos - Sistemas de comunicación

En relación con la seguridad privada, y conforme a lo dispuesto en la legisla- - Mantenimiento de los sistemas de protección contra actos antisociales
ción vigente, es necesario tener en cuenta las funciones que pueden y deben - Control de los movimientos de bienes culturales
llevar a cabo los vigilantes de seguridad privada en los museos.
- Planes de seguridad
Deberán considerarse los siguientes aspectos:
- Protección específica para bienes culturales tanto almacenados como en
• Protección contra incendios, inundaciones, movimientos sísmicos y otros exposición
desastres naturales

152 153
- Protección pasiva (caja fuerte, cámara acorazada, puertas reforzadas, Además, también se relaciona de forma muy directa con los Programas de Colec-
rejas…) ciones, en cuanto a la seguridad de éstas (inventario, control de ubicación y de
movimientos…) y con el Programa de Recursos Humanos (personal de vigilan-
- Zonificación según los distintos niveles de riesgo, señalando áreas con
cia del museo y el perteneciente a la seguridad privada) en lo que respecta a
riesgos especiales
número, funciones a desempeñar, formación… Cuadro 20
- Niveles de accesibilidad a las distintas áreas del museo (personal interno,
Para el correcto desarrollo del Programa de Seguridad es necesario recibir infor- Síntesis de relaciones
personal externo y contratas, público general, público con
mación de todos los demás programas que integran el Plan: entre los programas
autorización…) de actuación

- Control de accesos
- Control de aforo de determinados espacios públicos
- Seguridad del exterior PROGRAMA Concepto de museo:
organización P. Institucional
- Control de visitas DE SEGURIDAD

P. Colecciones
- Control de entrada y salida de materiales
Necesidades de Incremento
seguridad de las Documentación
• Protección contra accidentes (tanto laborales como de los visitantes). Se colecciones Investigación
Conservación
definirán las necesidades en materia de instalaciones, infraestructuras,
zonificación, sistemas y mantenimiento para que el museo cumpla la
Zonificación, accesos,
legislación vigente en esta materia con la conformidad de los Delegados de circulaciones y (pre) P. Arquitectónico
instalaciones
Prevención y el Servicio de Prevención pertinentes
Necesidades de
El Programa de Seguridad se halla estrechamente vinculado al Programa Arqui- seguridad:
interacción P. Exposición
tectónico en lo que atañe a: colecciones-público

• Zonificación
Necesidades de P. Difusión
seguridad: público
• Accesibilidad
• Circulaciones Necesidades de P. Recursos
seguridad: del Humanos
personal
• Instalaciones
• Equipamientos Recursos P. Económico
económicos

154 155
7. Programa de Recursos Humanos Objetivos
El Programa de Recursos Humanos incluirá la dotación de personal, funciona- Definir las necesidades de personal de la
rio o contratado, con el perfil, la formación y la cualificación profesional en cada institución en su planteamiento de
una de las áreas funcionales del museo. futuro, de forma que todas las
propuestas contenidas en el resto de los
En el desarrollo de este programa deberán especificarse los siguientes aspectos: programas cuenten con los medios
humanos necesarios para su desarrollo.
• Organigrama funcional y de personal propuesto, con indicación de áreas
funcionales y departamentos, y personal en cada uno de ellos
Cuadro 21
• Funciones a desempeñar por cada puesto de trabajo (en relación con las
Posibles proyectos derivados del
Programa de Seguridad funciones encomendadas a cada departamento que deben definirse en el
Programa Institucional)
• Justificación del incremento de personal propuesto, en su caso, con
argumentaciones de carácter general e individual para cada puesto
PROGRAMA DE SEGURIDAD • Cualificación y perfil de los puestos de nueva creación
• Necesidades de contratación puntuales de personal eventual para
PROYECTOS desarrollo de trabajos concretos y/o estacionales (talleres didácticos,
Protocolo de minimización de daños campañas de catalogación, campañas de restauración, proyectos de
investigación…)
Seguridad de superficie
Seguridad de subsuelo • Propuestas de mejora de la situación del personal existente y su
justificación
Movimientos internos
Seguridad en caso de obras en el edificio • Programa de formación continua para el personal del museo (técnico-
científico, atención al público, seguridad, nuevas tecnologías…)
Transporte de bienes culturales
• Posibilidades de colaboración con otras instituciones para acoger
Plan de Emergencia
estudiantes en prácticas (museología, gestión cultural, conservación-
Prevención de riesgos laborales restauración…)
Seguimiento periódico de la salud de los trabajadores
• Necesidades de contratas externas (limpieza, mantenimiento instalaciones,
jardinería…)
• Priorización de necesidades

156 157
ANEXO 3
Programas
7. Programa de Recursos Humanos Objetivos
El Programa de Recursos Humanos incluirá la dotación de personal, funciona- Definir las necesidades de personal de la
rio o contratado, con el perfil, la formación y la cualificación profesional en cada institución en su planteamiento de
una de las áreas funcionales del museo. futuro, de forma que todas las
propuestas contenidas en el resto de los
En el desarrollo de este programa deberán especificarse los siguientes aspectos: programas cuenten con los medios
humanos necesarios para su desarrollo.
• Organigrama funcional y de personal propuesto, con indicación de áreas
funcionales y departamentos, y personal en cada uno de ellos
Cuadro 21
• Funciones a desempeñar por cada puesto de trabajo (en relación con las
Posibles proyectos derivados del
Programa de Seguridad funciones encomendadas a cada departamento que deben definirse en el
Programa Institucional)
• Justificación del incremento de personal propuesto, en su caso, con
argumentaciones de carácter general e individual para cada puesto
PROGRAMA DE SEGURIDAD • Cualificación y perfil de los puestos de nueva creación
• Necesidades de contratación puntuales de personal eventual para
PROYECTOS desarrollo de trabajos concretos y/o estacionales (talleres didácticos,
Protocolo de minimización de daños campañas de catalogación, campañas de restauración, proyectos de
investigación…)
Seguridad de superficie
Seguridad de subsuelo • Propuestas de mejora de la situación del personal existente y su
justificación
Movimientos internos
Seguridad en caso de obras en el edificio • Programa de formación continua para el personal del museo (técnico-
científico, atención al público, seguridad, nuevas tecnologías…)
Transporte de bienes culturales
• Posibilidades de colaboración con otras instituciones para acoger
Plan de Emergencia
estudiantes en prácticas (museología, gestión cultural, conservación-
Prevención de riesgos laborales restauración…)
Seguimiento periódico de la salud de los trabajadores
• Necesidades de contratas externas (limpieza, mantenimiento instalaciones,
jardinería…)
• Priorización de necesidades

156 157
Cuadro 22 Este programa se relaciona de manera muy estrecha con el resto de programas
Síntesis de relaciones del Plan Museológico, ya que éste ha de proporcionar los recursos humanos
entre los programas necesarios para desarrollar las propuestas contenidas en éstos.
PROGRAMA Concepto de museo:
organigrama P. Institucional
DE RECURSOS funcional y régimen
HUMANOS de funcionamiento

P. Colecciones
Organización Incremento
de personal Documentación Cuadro 23
Investigación
Conservación Posibles proyectos derivados
del Programa de Recursos
Humanos
Organización P. Exposición
de personal

Organización P. Difusión y
de personal Comunicación
PROGRAMA
Organización
DE RECURSOS HUMANOS
de personal P. Arquitectónico

PROYECTOS
Organización P. Seguridad Reorganización del personal
de personal

Incremento de personal
Organización P. Económico Mejora de la situación del personal
de personal
Contrataciones eventuales para proyectos concretos
Cursos de formación
Convenios de colaboración con otras instituciones para
la realización de prácticas

158 159
ANEXO 3
Programas
Objetivos 8. Programa Económico - Presupuestos públicos, en su caso

Determinar las formas de gestión


El Programa Económico, íntimamente ligado al régimen jurídico del museo, en - Ingresos generados por el propio museo a través de servicios al público
financiera de la institución y sus su desarrollo deberá contemplar los siguientes aspectos: (tarifas): derechos de reproducción, cesión de espacios, venta de
necesidades y previsiones entradas, venta de publicaciones y otros productos comerciales…
presupuestarias para el pleno • Propuesta de incremento de las aportaciones económicas con justificación
funcionamiento del museo. de la necesidad que las produce: - Ingresos procedentes de otras fuentes como subvenciones públicas,
patrocinio privado (entidades colaboradoras), Asociación de Amigos del
Museo Cuadro 25
Cuadro 24
- Propuesta de nuevas formas de captación de ingresos Posibles proyectos
Régimen económico Síntesis de derivados del Programa
PROGRAMA y sistema de P. Institucional relaciones entre
ECONÓMICO financiación • Previsión de gastos: Económico
los programas
- Personal
P. Colecciones
Recursos
económicos para Incremento - Gastos corrientes en bienes y servicios
llevar a cabo estos
programas
Documentación
Investigación
Conservación - Inversión: PROGRAMA
• Incremento de colecciones ECONÓMICO
Recursos económicos
para desarrollar este P. Exposición
programa
• Inversión en obras del inmueble
• Otras inversiones PROYECTOS
Recursos económicos
para llevar a cabo - Otros gastos
este programa, P. Difusión y
Campaña de captación de
ingresos producidos Comunicación patrocinadores
por servicios al
público y productos
de difusión Proyectos concretos para la
solicitud de subvenciones
públicas
Recursos económicos
para desarrollar este P. Arquitectónico Regulación del régimen
programa
económico que ha de regir la
prestación de servicios
Recursos económicos
para llevar a cabo P. Seguridad públicos
este programa

Recursos económicos P. Recursos


para llevar a cabo Humanos
este programa

160 161
LOS
PROYECTOS
La información de la que parten estos proyectos está recogida en los distintos Objetivos
programas del Plan Museológico, bien como tales, bien convertidos en pliegos
de condiciones técnicas. Como se ha expuesto anteriormente, la elaboración Definir soluciones formales concretas
con una programación temporal y
de estos programas resulta indispensable para la puesta en marcha de los pro- económica, es decir, establecer
yectos. A diferencia de los programas, que son cauces permanentes del traba- documentos ejecutables que resuelvan
las necesidades planteadas en los
jo del museo, los proyectos tienen objetivos definidos, plazos específicos de rea-
programas del museo.
lización y con frecuencia son ejecutados por profesionales externos al museo
con un presupuesto cerrado.
Los proyectos pueden ser realizados y ejecutados por el propio equipo del museo
o por profesionales externos, con coste económico o sin él. En cualquier caso,
todo proyecto desarrolla un objetivo y cuenta con unos responsables y un plazo
de ejecución.
En el proceso de desarrollo de un proyecto pueden establecerse tres fases:
Fase I. Estudios previos
Fase II. Redacción de proyecto
Fase III. Ejecución
Cada proyecto, no obstante, ya sea de carácter arquitectónico, de exposición,
de difusión, de gestión o conservación de las colecciones…, precisa un trata-
miento, una documentación y unos requerimientos específicos. En este caso,
sin ánimo de ser exhaustivos y a modo de ejemplo, se valorará con más deta-
lle, por su importancia y complejidad, el caso de los proyectos arquitectónicos
y de exposición.

47
LOS
PROYECTOS
Redacción
Estudios previos de proyecto
FASE I FASE II

En este momento se incorporan todos aquellos estudios necesarios para defi- Los proyectos propiamente dichos pueden constar de varias fases en su desa-
nir y condicionar el proyecto, como por ejemplo, en materia de arquitectura, rrollo. Si se sigue la práctica arquitectónica, se pueden distinguir:
los estudios patológicos, planimétricos, estructurales, arqueológicos… Otros
1. Anteproyecto
ámbitos como las colecciones o la difusión/comunicación, pueden implicar el
desarrollo de estudios de público, estudios de condiciones medioambientales… 2. Proyecto básico

Estos estudios servirán para orientar varios proyectos, incluso la totalidad. Por 3. Proyecto de ejecución
esta razón, serán concebidos como prolongación y complemento de los pro- Cada una de estas fases puede corresponderse, además, con diferentes con-
gramas del Plan Museológico, como medio para verificar las ideas ya suscita- tratos y, por tanto, no son sólo necesarias desde el punto de vista técnico, sino
das y para calibrar de forma realista y cuantitativa las necesidades. también desde el administrativo y el presupuestario. Para su contratación será
indispensable preparar los correspondientes pliegos de condiciones técnicas
basados en los programas y, además, entregar como material complementario
el Plan Museológico y, en su caso, los estudios previos existentes.
Normalmente serán los proyectos de arquitectura e instalaciones los que segui-
rán este orden, pero también, como en el resto de proyectos, las tres fases
podrán agruparse en dos o, incluso, en una sola.
En el caso de los proyectos arquitectónicos de escala integral será fundamen-
tal contar con la totalidad del Plan Museológico y, especialmente, con el Pro-
grama Arquitectónico y con la denominada Fase I del Programa de Exposición
donde, como se detallará más adelante (Anexo 3, Programas), deben reflejar-
se las directrices generales que orientarán el Programa definitivo de Exposición
Permanente, con el fin de delimitar los espacios en función de los requerimientos
de las colecciones.

48 49
LOS
PROYECTOS
Redacción
Estudios previos de proyecto
FASE I FASE II

En este momento se incorporan todos aquellos estudios necesarios para defi- Los proyectos propiamente dichos pueden constar de varias fases en su desa-
nir y condicionar el proyecto, como por ejemplo, en materia de arquitectura, rrollo. Si se sigue la práctica arquitectónica, se pueden distinguir:
los estudios patológicos, planimétricos, estructurales, arqueológicos… Otros
1. Anteproyecto
ámbitos como las colecciones o la difusión/comunicación, pueden implicar el
desarrollo de estudios de público, estudios de condiciones medioambientales… 2. Proyecto básico

Estos estudios servirán para orientar varios proyectos, incluso la totalidad. Por 3. Proyecto de ejecución
esta razón, serán concebidos como prolongación y complemento de los pro- Cada una de estas fases puede corresponderse, además, con diferentes con-
gramas del Plan Museológico, como medio para verificar las ideas ya suscita- tratos y, por tanto, no son sólo necesarias desde el punto de vista técnico, sino
das y para calibrar de forma realista y cuantitativa las necesidades. también desde el administrativo y el presupuestario. Para su contratación será
indispensable preparar los correspondientes pliegos de condiciones técnicas
basados en los programas y, además, entregar como material complementario
el Plan Museológico y, en su caso, los estudios previos existentes.
Normalmente serán los proyectos de arquitectura e instalaciones los que segui-
rán este orden, pero también, como en el resto de proyectos, las tres fases
podrán agruparse en dos o, incluso, en una sola.
En el caso de los proyectos arquitectónicos de escala integral será fundamen-
tal contar con la totalidad del Plan Museológico y, especialmente, con el Pro-
grama Arquitectónico y con la denominada Fase I del Programa de Exposición
donde, como se detallará más adelante (Anexo 3, Programas), deben reflejar-
se las directrices generales que orientarán el Programa definitivo de Exposición
Permanente, con el fin de delimitar los espacios en función de los requerimientos
de las colecciones.

48 49
Fases de los En relación con los proyectos expositivos será imprescindible lógicamente dis- suficiente para solicitar la licencia municipal de obras u otras autorizaciones
poner de la Fase II del Programa de Exposición, desarrollado con el máximo administrativas, pero insuficiente para ejecutar el proyecto.
proyectos
detalle posible en cuanto al discurso y su organización espacial, así como a las
En el caso de intervenciones arquitectónicas, se compone de los siguientes
Los proyectos, siguiendo la práctica exigencias y necesidades de las colecciones, recursos de comunicación y expo-
arquitectónica, pueden desarrollarse en documentos:
sición…, como se verá en el Anexo 3 (Programas), en el capítulo correspon-
varias fases:
- Anteproyecto. Expone los aspectos diente al Programa de Exposición. • Memoria descriptiva de las características generales de la obra y
fundamentales y las características justificativas de las soluciones concretas
generales de la intervención.
- Proyecto básico. Define de modo 1. Anteproyecto • Memoria urbanística comparada en la que se indique la finalidad y uso de
preciso las características generales de la construcción o actuación proyectada
la intervención mediante la adopción En esta fase de trabajo se exponen los aspectos fundamentales de las caracte-
de soluciones concretas y su • Memoria justificativa del cumplimiento de las condiciones previstas en la
justificación. rísticas generales de la intervención: funcionales, formales, constructivas y eco-
- Proyecto de ejecución. Desarrolla el nómicas, con el objeto de proporcionar una primera imagen global de ésta y normativa autonómica de accesibilidad y supresión de barreras
proyecto básico con determinación
establecer un avance del presupuesto. arquitectónicas o, en su caso, de la mejora de dichas condiciones en los
completa de detalles y
especificaciones de todos los
edificios de carácter histórico con la adopción de medidas alternativas o
materiales, elementos, sistemas
El anteproyecto arquitectónico deberá constar de los siguientes documentos: complementarias
constructivos y equipos.
• Memoria justificativa de las soluciones de tipo general adoptadas según lo • Memorias técnicas
expuesto anteriormente
• Condiciones relativas a la habitabilidad
• Planos de plantas, alzados y secciones a escala, sin acotar
• Planos de situación a las escalas preceptuadas en el Planeamiento General
• Avance del presupuesto con estimación global, por superficie construida u y grafiados sobre cartografía municipal existente
otro método que se considere idóneo
• Planos generales, a escala y acotados de plantas, alzados y secciones
Y en el caso de anteproyectos expositivos: • Presupuesto, con estimación global de cada capítulo, oficio o tecnología
• Memoria justificativa de las soluciones de tipo general adoptadas en lo • Cronograma
concerniente a criterios de intervención, articulación de contenidos,
propuesta de itinerarios, elementos gráficos e interactivos De cara a la redacción de un proyecto expositivo, de manera genérica y
teniendo en cuenta los requerimientos específicos de cada proyecto, éste se
• Planos de plantas, alzados y secciones a escala, sin acotar compone de los siguientes documentos:
• Avance del presupuesto con estimación global • Memoria descriptiva general del objeto del contrato, los antecedentes y
situación previa, las necesidades a satisfacer, la descripción de las
2. Proyecto básico soluciones propuestas, y la justificación de estas últimas. Las soluciones
adoptadas deberán definirse con carácter general en lo relativo a:
Se definen de modo preciso las características generales de la intervención
mediante la adopción y justificación de soluciones concretas. Su contenido es 1. Justificación de adaptación al discurso

50 51
2. Distribución espacial y circulaciones/itinerarios ciones propuestas en el proyecto de ejecución tendrán que resolver las necesi-
3. Diseño de soportes expositivos dades previamente definidas y planteadas, y evitar además posibles proyectos
modificados y complementarios, que implicarían costes económicos adiciona-
4. Diseño de elementos museográficos de apoyo
les, demora de plazos y, en definitiva, la ralentización del proyecto.
5. Diseño de elementos gráficos
Los proyectos de ejecución arquitectónicos completan el proyecto básico
6. Condiciones ambientales
con los siguientes documentos:
7. Iluminación
• Memoria constructiva
8. Seguridad
9. Acabados • Memoria de cálculo de cimentación y estructura

• Documentación planimétrica: Plantas, alzados y secciones de conjunto y • Memorias técnicas


cuantos detalles se estimen necesarios • Memoria de instalaciones
• Presupuesto y un resumen por capítulos • Otras memorias técnicas
• Programa de desarrollo de los trabajos con cronograma • Planos de cimentación y estructura, planos de detalles, esquemas y
dimensiones de instalaciones

Proyecto de 3. Proyecto de ejecución • Pliego de condiciones técnicas generales y particulares


ejecución Es la fase de trabajo en la que se desarrolla el proyecto básico, con determina- • Estado de mediciones desglosados por partidas o unidades de obra
ción completa de detalles y especificaciones de todos los materiales,
La redacción del proyecto de ejecución • Presupuesto obtenido por aplicación de precios unitarios a las partidas o
supone la puesta en común del trabajo elementos, sistemas constructivos y equipos, y puede llevarse a cabo, en
de todos los profesionales implicados y
unidades de obra del estado de mediciones
su totalidad, antes del comienzo de la obra o, parcialmente, antes y durante su
constituye un momento esencial en el
ejecución. • Precios descompuestos
desarrollo del cronograma de toda
actuación. Dicho proyecto debe
Generalmente en un concurso para adjudicar la redacción de un proyecto arqui- • Cronograma
ajustarse a los requerimientos
tectónico, de instalaciones o expositivo, suele solicitarse la documentación del
expresados y dar soluciones a las
necesidades planteadas previamente,
• Estudio (o Estudio básico) de Seguridad y Salud Proyecto de
anteproyecto. Por este motivo, una vez adjudicado el concurso comienza un
con el fin de evitar posteriores
periodo crucial en el desarrollo del trabajo, por lo que el personal del museo,
ejecución expositivo
modificaciones que podrían ralentizar la Los proyectos de ejecución expositivos comprenden:
ejecución del mismo. los departamentos técnicos responsables y el adjudicatario del concurso deben Debe definir con todo detalle las
• Memoria, que describe el objeto del contrato, los antecedentes y situación soluciones adoptadas en cuanto a
formar un equipo de trabajo compacto y bien coordinado para la redacción del
previa, las necesidades a satisfacer y la descripción de las soluciones distribución espacial y circulaciones;
proyecto, con el fin de evitar contradicciones o variaciones respecto de las nece- diseño de soportes expositivos, de
propuestas, con su justificación y detalle de cuantos factores,
sidades expresadas en los programas. elementos museográficos de apoyo y de
especialmente constructivos y de instalaciones, se considere dignos de elementos gráficos; condiciones
Como supone la puesta en común del trabajo de todos los profesionales impli- tenerse en cuenta. Deberán definirse detalladamente las soluciones ambientales; iluminación; seguridad y
acabados.
cados, es un momento esencial en el cronograma de una actuación. Las solu- adoptadas en relación con:

52 53
1. Distribución espacial y circulaciones/itinerarios • Documentación planimétrica:
2. Diseño de soportes expositivos: - Plantas, alzados y secciones de conjunto y cuantos detalles se estimen
necesarios para la completa definición de la propuesta
- Expositores-contenedores
- Plantas, alzados y secciones generales y de detalle de cada uno de los
- Elementos de soporte directo de las piezas
elementos a producir
3. Diseño de elementos museográficos de apoyo:
• Mediciones de cada una de las unidades a ejecutar
- Bidimensionales -gráficos-
• Presupuesto con cuadro de precios unitarios desglosado por capítulos o
- Tridimensionales unidades
- Sonoros, audiovisuales e interactivos… • Programa de desarrollo de los trabajos con cronograma
4. Diseño de elementos gráficos:
- Información textual
- Señalización general de circulación, seguridad y servicios
y señalización específica de áreas
5. Condiciones ambientales, con especial referencia a: Cuadro 5
- Temperatura Fases de proyecto

- Humedad relativa
6. Iluminación
7. Seguridad
8. Acabados: Fase I. Fase II. Fase III.
Proyecto Proyecto de
Estudios Redacción Anteproyecto Ejecución
básico ejecución
previos de proyecto de proyecto
- Pavimentos
- Paramentos
• Pliego de prescripciones técnicas. Se describirá el trabajo y se regulará su
ejecución expresando la forma en que ésta se lleva a cabo y las
obligaciones de orden técnico que regirán la producción

54 55
LOS
PROYECTOS
Ejecución
de proyecto
FASE III
Una vez aprobado el proyecto por el equipo del museo y los departamentos
técnicos, o por quien corresponda en cada caso, se iniciará la fase de ejecución.
Se señalaba más arriba la importancia de adecuar los proyectos a las necesida-
des diseñadas en los programas, para evitar así posibles contradicciones o modi-
ficaciones ulteriores. Sin embargo, una vez iniciada la ejecución del proyecto
pueden surgir actuaciones imprevistas, nuevos condicionantes u otros hechos
que determinen la necesidad de contratar proyectos modificados (que no impli-
can nuevas partidas añadidas, sino que reforman algunas de las ya existentes)
y/o proyectos complementarios (que suponen nuevas partidas sobre el proyec-
to de ejecución). La puesta en marcha de los proyectos modificados puede exi-
gir la paralización total o parcial de la ejecución del proyecto, con los consabi-
dos retrasos y aumento de costes.
En definitiva, resulta imprescindible adecuar las distintas fases del proceso de
trabajo, desde la elaboración del Plan Museológico hasta la ejecución de los
proyectos, así como lograr una correcta coordinación entre los distintos profe-
sionales que intervienen a lo largo de las sucesivas etapas de trabajo. De esta
manera el Plan, que parte del equipo del museo, se configura como el docu-
mento clave de cara a la planificación de las actuaciones en la institución y la
consecución de sus objetivos.

56 57
CONCLUSIONES
Tal y como se expresa en la introducción a Criterios para la elaboración del Plan
Museológico, el trabajo que se presenta en esta publicación responde a una serie
de necesidades constatadas a través de la gestión, la planificación y la interven-
ción en los museos estatales.
En primer lugar, esta propuesta responde a la obligada normalización termino-
lógica y de procedimientos en beneficio, por una parte, del propio trabajo en los
museos y, por otra, de las correspondientes administraciones responsables, titu-
lares y gestoras, en cuanto a los métodos de trabajo y la propia adopción de
decisiones.
En segundo lugar, El Plan Museológico ofrece una metodología para guiar toda
la actuación y concretar la definición y comprensión de la institución. Un méto-
do de trabajo, entendido como una guía que pretende ser de utilidad para orde-
nar las actuaciones ante cualquier iniciativa en museos.
El documento es también considerado un instrumento de gestión y planificación
museística. Se trata, por tanto, de un documento vivo, en constante transfor-
mación, que ha de adaptarse a las cambiantes necesidades de la institución y a
la evolución de la sociedad.
Elaborar unas conclusiones del método de trabajo expuesto supone insistir en
una serie de ideas que, aunque ya enunciadas, deben ser resaltadas como pun-
tos de especial atención y sobre los que se sustentan los principios de El Plan
Museológico. Estos puntos son:
1. El Plan Museológico es una herramienta de planificación y programación mu-
seística, imprescindible para todos los museos, con independencia de su titula-
ridad, gestión o disciplina científica.
2. El Plan Museológico se estructura en dos fases diferenciadas:

61
Fase I - Definición de la Institución des y exigencias que deben ser respondidas, si fuera posible, en el respectivo
proyecto. Se trata de un criterio esencial, con el fin de conseguir que las solu-
I.1 Planteamiento conceptual
ciones y propuestas del proyecto sean satisfactorias para la institución.
• Premisa inicial e imprescindible donde se expresa el concepto del
4. La elaboración del Plan Museológico exige una amplia participación de pro-
museo o, en su caso, revisión de dicho planteamiento por parte de los
fesionales procedentes de diferentes ámbitos, pero siempre bajo la dirección y
responsables de la institución.
coordinación del equipo del museo, junto con las administraciones implicadas,
I.2 Análisis y evaluación responsables últimos de los objetivos y decisiones adoptadas.
• Su finalidad es la detección de las carencias del museo y el 5. La elaboración de los programas integrantes de la Fase II no tiene por qué ser
establecimiento de prioridades como consecuencia y conclusión del coincidente en el tiempo, ni incluso continua. Su redacción puede ser interrum-
diagnóstico realizado. pida y posteriormente retomada para incorporar información procedente de
• Su elaboración es indispensable en los museos ya existentes y en aquellos otros programas y proyectos, y a su vez éstos facilitar requisitos a diferentes pro-
de nueva creación en los apartados en los que sea posible su redacción. gramas y proyectos en momentos concretos.

• Será de utilidad, tanto para el propio equipo del museo como para su 6. La redacción de los programas exige un detenimiento y una reflexión profunda
administración gestora responsable. sobre las necesidades del museo. Cuanto mayor sea el grado de desarrollo del
programa, más acertada será la consecución del proyecto. El tiempo invertido
Fase II - Programas
en la elaboración del programa acortará plazos en la ejecución del proyecto. En
• Los programas detallarán las necesidades y exigencias del museo para el cualquier caso, los programas son documentos vivos, en constante revisión y
cumplimiento de sus fines. actualización.

• El equipo del museo, con posibles asistencias de personal externo, será el 7. La fase de redacción de proyecto es el momento crucial en el que el equipo
responsable de su redacción. del museo debe analizar detenidamente, junto con su responsable, las solucio-
nes apuntadas, valorar si responden a las exigencias de los programas y si éstas
• Su elaboración en el tiempo está condicionada por el orden de
son factibles. Las modificaciones, en su caso, deben realizarse en esta fase, y no
prioridades establecido como conclusión de la fase de Análisis y
tras las aprobaciones administrativas de los proyectos, puesto que esto supon-
evaluación.
drá la puesta en marcha de nuevos procedimientos de aprobación de modifica-
3. La relación jerárquica entre programa y proyecto exige que, previamente a la ciones al proyecto, incrementos presupuestarios y posibles paralizaciones en la
redacción de un proyecto, debe haber sido elaborado el consiguiente programa, ejecución.
entendido éste como el documento en el que el museo establece las necesida-

62 63
Cuadro 5
DEFINCIÓN FINALIDAD RESPONSABILIDAD
8. Es deseable que las instituciones promotoras y responsables de la gestión y Plan Museológico:
tramitación de nuevas intervenciones museísticas, respeten el proceso estable- Síntesis de fases y
responsabilidades
cido en el Plan Museológico. La eliminación de fases de trabajo con el objetivo
PLAN
de ahorrar plazos, puede suponer al final del proceso un retraso, u ocasionar un MUSEOLÓGICO
incorrecto funcionamiento de la institución.
FASE I
9. El Plan Museológico no es un documento cerrado, sino que requiere un pro- Definición de la
Institución
ceso continuo de actualización, con el fin de adaptar sus contenidos a los cam-
bios de la institución y de su entorno socio-cultural. Planteamiento Definir directrices
conceptual institucionales Museo
10. El Plan Museológico es la única herramienta museística que puede enlazar, (Anexo 1)

de forma armoniosa y coordinada, la teoría y la práctica, la museología y la Análisis y Detectar carencias


Museo y personal
museografía. evaluación y establecer
externo de apoyo
(Anexos 2 y 4) prioridades

Administración
Facilitar la toma
responsable o
de decisiones
titulares

FASE II Establecer Museo y personal


Programas necesidades externo de apoyo
(Anexo 3)

Fase I - Estudios
previos
Dotar al museo Museo y/o
Fase II - Redacción
de soluciones y personal externo
de proyecto
respuestas de apoyo
Fase III - Ejecución
de proyecto

64 65
ANEXO 4
Relación de
espacios
del museo
Guía 1. ÁREA PÚBLICA SIN
COLECCIONES
Superficie
(m2)1
Relación
con otros
Otros Superficie
(m2)1
Relación
con otros
Otros

de trabajo
espacios 2 espacios 2

1.1 ÁREA DE ACOGIDA Zona pública


Zaguán Terraza
Vestíbulo Cocina
Recepción Despensa
Zona control/escáner Almacén
Taquillas Cámaras frigoríficas
Punto de información Cuarto de basuras
Guardarropa: Vestuarios
- de libre acceso Cajero automático
- controlado Teléfono público
- para mochilas Salas de descanso
Guardería Sala interactiva o de documentación
Consigna 1.3 SALAS DE ATENCIÓN A GRUPOS
Audioguías Sala de grupos
1.2 SERVICIOS Sala de presentación de la visita
Tienda Talleres didácticos
Zona pública de tienda 3 Despacho didáctico
Despacho de tienda 1.4 SALAS DE ACTOS Y CONFERENCIAS
1
Estimación de la superficie de los espacios en Almacén de tienda Sala de conferencias
función de las necesidades planteadas.
Vestuarios Aulas
2
Se recomienda no dar una ubicación
Cafetería Sala de prensa
concreta de los espacios, sino establecer las
relaciones espaciales de éstos con el resto de Barra Salón de actos
los espacios del museo. Debe ser el Proyecto Zona pública de cafetería Estrado
arquitectónico el que realice la distribución
espacial, siempre de acuerdo con las
Cocina de cafetería Patio de butacas
especificaciones reflejadas en el Programa Vestuarios Tramoya
Arquitectónico en cuanto a superficies y
Terraza Almacén
cualidades de los espacios y a circulaciones
entre éstos. Almacén Cabinas de traducción
3
Con o sin espacios diferenciados según Restaurante Cabina de proyección
tipologías de artículos. Barra Sala descanso

164 165
Superficie Relación Otros 2. ÁREA PÚBLICA CON Relación
(m2)1 con otros COLECCIONES Superficie con otros Otros
espacios 2 (m2) espacios 2

Camerino 2.1 SALAS DE EXPOSICIÓN PERMANENTE


Despacho conferenciante Sala de audiovisuales
Sala de protoloco Salas de exposición
1.5 BIBLIOTECA 2.2 SALAS DE EXPOSICIÓN TEMPORAL
Sala de lectura Salas de exposición
Espacio de atención al público Almacén de tránsito de bienes culturales
Despachos 2.3 INVESTIGADORES
Sala de proceso de fondos Sala de investigadores
Sala de reprografía Despachos
Depósito de fondos 2.4 ALMACENES VISITABLES
Depósito de revistas 2.5 ÁREAS DE DESCANSO
Zona de control/escáner ASEOS
1.6 ASOCIACIÓN DE AMIGOS Aseos señoras
Sala de reuniones Aseos caballeros
Despacho Aseos minusválidos
Almacén
ASEOS
Aseos señoras
Aseos caballeros 3. ÁREA INTERNA CON Relación
COLECCIONES Superficie con otros Otros
Aseos minusválidos espacios 2
(m2)
3.1 ÁREA DE RECEPCIÓN
DE BIENES CULTURALES
Muelle de carga y descarga
Espacio de desembalaje
Almacén de embalajes
Despacho de registro
Almacén de tránsito
Sala de fumigación
3.2 DOCUMENTACIÓN
Despacho/s

166 167
Relación Relación
Superficie con otros Otros Superficie con otros Otros
espacios 2 (m2) espacios 2
(m2)
Sala/s de documentación Sala de trabajo
Sala de consulta ASEOS
Archivos documentales Aseos señoras
(fonoteca, filmoteca, fototeca...) Aseos caballeros
Archivo administrativo Aseos minusválidos
Archivo de ficheros
Sala de dibujo
Área de Fotografía
Estudio/s fotográfico/s
Cámara oscura
4. ÁREA INTERNA SIN Relación
Laboratorio fotográfico Superficie con otros Otros
COLECCIONES espacios 2
Almacén de productos (m2)

Almacén de tránsito 4.1 DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN


Sala de digitalización Recepción
3.3 CONSERVACIÓN Despacho de Dirección
Despacho Despacho de Subdirección
Laboratorios de restauración Despacho Gerente
(textiles, papel, material Despacho Administrador
arqueológico...) Despacho Jefe Seguridad
Laboratorio físico-químico Despacho Jefe Mantenimiento
Sala de trabajo Despacho Jefe Personal
Sala Rayos X Despacho Jefe Informática
Cámara de barnizado Despacho de Secretaría
Cámara de fumigación Despachos
Cámara de climatización Sala de espera
Almacén de productos Sala de reuniones
Almacén de materiales y equipos Oficina administrativa
3.4 ALMACÉN DE BIENES CULTURALES Archivo administrativo de oficina
Cámara acorazada Almacén de publicaciones
Almacenes Almacén de papelería

168 169
Relación Relación
Superficie con otros Otros Superficie con otros Otros
(m2) espacios 2 (m2) espacios 2

Sala de reprografía ASEOS


Centralita telefónica Aseos señoras
4.2 INVESTIGACIÓN Aseos caballeros
Despacho Aseos minusválidos
Sala de trabajo
4.3 DIFUSIÓN
Despacho
Sala de trabajo
4.4 VIGILANCIA Y SEGURIDAD
ESPACIOS COMUNES
Despacho de portero mayor
Enfermería/botiquín Vestíbulos
Vestuario de caballeros Pasillos
Vestuario de señoras Escaleras
Zona de descanso Ascensores
(comedor, local sindical) Montacargas
Vestíbulo de aseos
Aseo de señoras
Aseo de caballeros
Consola de seguridad
4.5 MANTENIMIENTO
OTROS ESPACIOS
Cuarto de calderas
Cuarto eléctrico Patios

Cuarto de fontanería Jardines

Cuarto de climatización
Central informática
Almacén de herramientas
Almacén de productos de limpieza
Vestuario de personal de limpieza
4.6 GARAJE
Almacén herramientas

170 171
Propuesta de cronograma
Puesta en marcha de
un museo en el marco
del Plan Museológico

Consideraciones previas
El establecimiento de un único modelo de trabajo y una secuencia estándar de
fases que responda a un plan general para la puesta en marcha de un museo,
constituye una tarea difícilmente abordable. Las particularidades de cada institu-
ción museística, los procedimientos de contratación administrativa, la enverga-
dura de la intervención, los distintos profesionales implicados y un sinfín de aspec-
tos que deben ser considerados, convierten cada actuación en un caso singular.
A pesar de ello, con el fin de responder al espíritu eminentemente práctico de
esta propuesta, y asumiendo los posibles errores derivados de un documento
gráfico que sintetice la programación y los procesos de trabajo de una forma
ideal, resulta de gran interés mostrar un cronograma con las distintas fases, su
imbricación y coordinación, y los hitos o puntos estratégicos que componen el
proceso de planificación de una intervención integral en un museo, según la
estructura y el método de Criterios para la elaboración del Plan Museológico.
La oportunidad y el reto que representa plantear un cronograma para la puesta
en marcha de un museo permite observar la complejidad de este tipo de pro-
yectos y la necesaria incardinación de las tareas a desarrollar, en este caso, desde
el marco normativo de la Administración General del Estado.

175
Interesa destacar dos observaciones previas al comentario del gráfico. 2. Aprobación de la norma jurídica de creación del museo
En primer lugar, se quiere señalar que la escala temporal que condiciona el desa- El museo adquiere personalidad jurídica y es capacitado para su posterior desa-
rrollo de los correspondientes programas y proyectos no se refiere a una uni- rrollo normativo, en cuanto a precios públicos de servicios, funcionamiento de
dad concreta de tiempo y que las barras dibujadas pretenden únicamente mar- sus órganos colegiados, cesión de espacios, tarifas de acceso… Estas normas
car el orden o la secuencia básica de tiempos -anterior, posterior, paralelo...- serán objeto de una segunda fase del Programa Institucional, que se iniciará
para la adecuada marcha del Plan general. después de la aprobación de la norma principal. También será el momento a
partir del cual pueden comenzar todos los procedimientos de contratación. La
En segundo lugar, se indica que cada una de las barras comprende, además de
institución, ya creada, puede ser legalmente receptora de los objetos de los
la actuación concreta, los posibles procesos administrativos que conllevan, por
contratos.
ejemplo, periodos de tramitación para la adjudicación de concursos, adjudica-
ciones, autorizaciones administrativas de movimientos, seguros… La aprobación de la norma de creación habrá exigido el desarrollo de la fase
primera de los Programas Económico y de Recursos Humanos, con la finalidad
Una lectura detenida del cronograma adjunto permite destacar una serie de
de garantizar la viabilidad del proyecto.
hitos o puntos estratégicos en el proceso de trabajo, por ser momentos cru-
ciales en los que coinciden tareas de diferentes programas, o donde el inicio de En el Programa Económico, tras un análisis de las necesidades económicas pre-
un programa está condicionado a la finalización de otro u otros. Por esta razón, vistas para la puesta en marcha del museo, y una vez establecida la previsión
se ha considerado oportuno esbozar una breve síntesis de las acciones que impli- de gasto, se procederá a la dotación de los recursos económicos exigidos. La
can estos puntos. existencia de créditos se acreditará mediante una memoria justificativa, que
acompañará a la norma de creación en su tramitación.
1. Decisión de puesta en marcha del museo
Por lo que respecta al Programa de Recursos Humanos será necesario definir
Esta acción implica una detenida reflexión previa sobre las conclusiones extra- las áreas básicas del funcionamiento interno del museo, con vistas a la provi-
ídas de los trabajos encuadrados en la Fase I del Plan Museológico (Definición sión de puestos, que, una vez aprobada la norma de creación, se hará paulati-
de la Institución, I.1. Planteamiento conceptual y I.2. Análisis y evaluación), y namente de forma paralela al desarrollo del Plan.
exige un fuerte compromiso por parte de todos los responsables de la puesta
en marcha del museo. La responsabilidad y el convencimiento sobre la conve- 3. Inicio de la redacción de los programas de colecciones, exposición
niencia, viabilidad y oportunidad de esta actuación, serán las garantías para la permanente, arquitectónico, seguridad y difusión/comunicación
consecución exitosa de los objetivos establecidos.
Tras la aprobación de la norma jurídica mediante la que se crea la institución,
La decisión de puesta en marcha del museo supone el inicio de la redacción de la se inicia formalmente el desarrollo de los Programas de Colecciones, Exposi-
primera fase de los Programas Institucional, Económico y de Recursos Humanos. ción Permanente, Arquitectónico, Seguridad y Difusión/Comunicación.

176 177
No obstante, con anterioridad y de forma paralela a los programas encuadra- De forma previa al inicio de esta fase deben haber concluido los diferentes Pro-
dos en el grupo inicial (Institucional, Económico y Recursos Humanos), se han gramas de Colecciones (Incremento, Documentación, Investigación y Conserva-
podido plantear puntualmente distintos aspectos –colecciones, edificio, segu- ción), de especial importancia para el desarrollo del Programa definitivo de Expo-
ridad…– para la consecución de los objetivos de las fases precedentes. sición.
Por una parte, la búsqueda y selección de piezas, en su caso, debe estar con-
4. Inicio de la redacción del proyecto arquitectónico
cluida (Programa de Incremento de Colecciones), lo que supone que todas las
El inicio de la redacción del proyecto de obras supone un momento decisivo en gestiones de acuerdos o negociaciones estarán realizadas. Gracias a ello, la pre-
este cronograma. La información recogida en los diferentes programas, y espe- sencia de las piezas estará garantizada y su inclusión en el Programa de Expo-
cialmente en el Programa Arquitectónico, de Exposición (Fase I) y de Seguridad sición Permanente será definitiva.
(Fase I), permite facilitar un programa de necesidades completo al equipo redac-
Por otra parte, el Programa de Conservación habrá definido las condiciones exi-
tor del Proyecto arquitectónico. De este modo, dicho equipo dispondrá de la
gidas por las colecciones en los distintos espacios y el grado de intervención
información necesaria para concebir una propuesta arquitectónica acorde con
requerido, en su caso, para los bienes culturales que forman parte de la expo-
los planteamientos del museo.
sición permanente. Esto permite el doble objetivo de poner en marcha las cam-
El Programa de Exposición permanente (Fase I), se elaborará a partir de la infor- pañas de restauración exigidas, y de establecer los requisitos necesarios para la
mación generada en los distintos Programas de Colecciones y servirá para arti- correcta conservación preventiva de los bienes culturales.
cular un primer apunte sobre el discurso expositivo del museo. Este documen-
Las labores de documentación e investigación deben estar terminadas, puesto
to resulta fundamental para iniciar la redacción del Proyecto arquitectónico,
que éstas son claves para la redacción del Programa de Exposición (Fase II),
puesto que las características del contenido expositivo serán un condicionante
momento en el que cada pieza habrá sido interpretada e identificada con la
de primer orden para la concepción de los espacios, las circulaciones, las insta-
finalidad de su incorporación en el discurso expositivo.
laciones, entre otros muchos aspectos.
Del mismo modo, el Programa de Exposición Permanente se nutre de la infor-
5. Inicio de la redacción del programa de exposición permanente mación que aporta el Programa de Difusión/Comunicación, que aunque no defi-
(Fase II) nido en su totalidad, aporta elementos de referencia con la función expositiva
de gran interés.
La conclusión de la redacción del proyecto arquitectónico abrirá paso a la redac-
ción del Programa de Exposición (Fase II), al existir ya unas condiciones espa- Será igualmente el momento en el que se debe desarrollar, de forma paralela,
ciales que permiten delimitar las características físicas de la exposición y con- el Programa de Seguridad (Fase II), que afectará principalmente a la exposición
cretar con todo detalle el contenido de la exposición permanente. permanente.

178 179
Las tareas enumeradas coinciden en el tiempo con el proceso de adjudicación da fase del Programa Económico. Los procesos de contratación necesarios para
del Proyecto arquitectónico y con el inicio de las obras. el correcto mantenimiento y la prestación de servicios del museo deben poner-
se en marcha con la previsión necesaria.
6. Inicio de la redacción del proyecto de exposición permanente
Las normas de desarrollo y regulación interna del funcionamiento del museo,
La finalización del Programa de Exposición Permanente (Fase II) inicia el proce- que habrán sido objeto de la ya citada segunda fase del Programa Institucio-
so de redacción del Proyecto de exposición, acción paralela a la redacción del nal, deberán haber concluido en este momento, con el fin de articular los sis-
Proyecto de seguridad de la citada exposición, que puede ser incorporado como temas de gestión, servicios e información al público según las directrices esta-
una parte del segundo. blecidas.
El desarrollo de este Proyecto debe ser paralelo a la ejecución de obras y a la
8. Inauguración
fase final de los Proyectos de adquisición y conservación de colecciones e, ide-
almente, su redacción debe estar concluida cuando finalice la ejecución del Pro- La conclusión de todas las labores nos dirige al momento final en el que el
yecto arquitectónico. museo abre sus puertas, gracias a los trabajos realizados. La inauguración de
un museo intensifica el desarrollo de los Proyectos de difusión y comunicación,
7. Inicio de la instalación de la exposición permanente que habrán sido puestos en marcha con anterioridad, pero que ahora adquie-
ren, tras la apertura al público de la institución, una especial relevancia.
Esta fase se realizará una vez que la obra civil se concluya y sea recibida por la
Administración. De esta manera el espacio podrá ser ocupado por la nueva El Plan Museológico ha permitido alcanzar los objetivos establecidos. Sin embar-
empresa adjudicataria del Proyecto de exposición. go, la inauguración del museo no supone la conclusión del Plan, sino que abre
una nueva etapa, en la que los programas, al ser documentos vivos, continua-
Este momento debe coincidir en el tiempo con la finalización de los trabajos
rán desarrollándose con el fin de adaptarse a las cambiantes necesidades de la
efectuados en los Proyectos de adquisición y conservación. Las colecciones deben
institución y la evolución de la sociedad.
estar listas para su instalación, de forma que el plan de montaje no se vea con-
dicionado por la disponibilidad de éstas.
Igualmente, surge el desarrollo del Programa de Recursos Humanos en una
segunda fase, de tal forma que se revitalicen los procesos de provisión de pues-
tos de trabajo.
De la misma forma, ya se deben haber establecido todas las necesidades eco-
nómicas derivadas de su puesta en marcha, que habrá sido objeto de una segun-

180 181
Cronograma DEFINICIÓN DE LA INSTITUCIÓN
Planteamiento conceptual
Fase I del Plan Museológico (Definición de la Institución)

PUESTA EN MARCHA DEL MUSEO Programas


Análisis y evaluación 1
PROGRAMAS Y PROYECTOS Desarrollo de programas tras la conclusión de los trabajos directamente
Institucional FASE 1 FASE 2
encaminados a la puesta en marcha/inauguración
Programa
Proyecto(s) 2
Proyectos
Económico FASE 1 FASE 2
Programa
Trama sólida: Desarrollo de cara a la puesta en marcha/inauguración.
Proyecto(s)
Recursos humanos FASE 1 FASE 2 Líneas discontinuas: Desarrollo previo.
Programa
Proyecto(s)
Colecciones
Incremento 3 1 Decisión de la puesta en marcha del museo
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Programa 2 Aprobación de la norma jurídica por la que se crea el museo


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Proyecto(s) 3 Inicio de la redacción de los programas de colecciones, exposición permanente,


Documentación @@@@@@@@e?
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4 Inicio de la redacción del proyecto arquitectónico


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Proyecto(s)
Investigación 5 Inicio de la fase II de redacción del programa de exposición permanente
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6 Inicio de la redacción del proyecto de exposición permanente


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Proyecto(s) 7 Inicio de la instalación de la exposición permanente


Conservación @@@@@@@@e? @@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?
8 Inauguración
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Proyecto(s)
R Redacción del proyecto
Arquitectónico
E Ejecución del proyecto
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Proyecto(s) R E
Exposición permanente @@@@@@@@e? @@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?
FASE 1 @@@@@@@@e?
FASE 2
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Programa
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5
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Proyecto(s) 6 R 7 E 8
Seguridad @@@@@@@@e? @@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?
FASE 1 @@@@@@@@e? @@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e
FASE 2
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Proyecto(s)
Comunicación/difusión @@@@@@@@e? @@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?
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Proyecto(s)

182 183
Museo
XI Jornadas de Museología

0.
Resumen
El plan museológico es, o puede llegar a ser,
una herramienta de reflexión, motivación,
organización interna, relación con las institu-
ciones y evaluación. En un plan museológico,
entendido en un sentido holístico, está con-

Una herramienta tenido el museo, su identidad, su imagen, su


estructura, su forma de trabajar, sus necesida-

llamada plan des, sus objetivos, sus compromisos, su “lugar


en el mundo” y su modo de relacionarse con

museológico
la sociedad. El plan es un espejo del museo y
es, a un tiempo, el reflejo de lo que el museo
quiere llegar a ser.

Este modelo de plan museológico “total”,


desarrollado en el mundo anglosajón, está “de
moda” entre nosotros gracias al primer intento
serio de crear un patrón de desarrollo de esta
herramienta, el diseñado por la Subdirección
General de Museos Estatales, aplicable en un
ámbito concreto, el de los museos dependien-
tes de este órgano, pero también susceptible
Fernando Sáez Lara
de ser adaptado a las necesidades de planifi-
Conservador del Museo Nacional de Artes cación de cualquier otra institución museística
Decorativas y subdirector del Máster de
Museología y Museos de la Universidad de de nuestro contexto jurídico.
Alcalá de Henares y Liceus
Este modelo culmina un proceso que
podemos dividir en varias etapas, más o
menos éstas:

1. Primeros intentos de planificación: planes


vinculados a la renovación de las infraes-
tructuras.
2. Planificación de otros aspectos del
museo:
› 37
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

2.A. Proyectos museográficos reducidos pre en meras declaraciones de intenciones o


a la concepción de la exposición perma- en herramientas de carácter interno, lo cual
nente. no deja de tener su utilidad, pero supone no
2.B. Proyectos museográficos que incluyen aprovechar toda su potencialidad ni sacar
el diseño de otros aspectos materiales de el máximo rendimiento al esfuerzo de redac-
la actividad del museo: proyectos funcio- tarlos1.
nales.

3. Concepción sistemática del museo: pla-


nificación en red que incluye los aspectos
1.
inmateriales. Introducción
Efectivamente, la planificación en museos es
El modelo de la SGME pertenece a este
un asunto de mucha actualidad en nuestro
último tipo. Es uno de sus ejemplos más com-
entorno profesional e institucional gracias,
pletos. Tiene algunos puntos débiles, que
entre otros motivos, a la publicación del
comentaremos. Quizás uno de ellos sea su
modelo elaborado por la Subdirección Gene-
densidad, el gran desarrollo documental que
ral de Museos Estatales a mediados de 20052. El
exige y que hace que el esfuerzo de redactar
éxito de los sucesivos cursos sobre el particular
un plan concreto siguiendo sus pautas pueda
organizados en junio de 2006 y mayo de 2007
disuadir de intentarlo. Por otro lado, los mode-
por el Ministerio de Cultura –el primero dedi-
los siguen evolucionando y, en cierto modo,
cado al modelo en su conjunto y el segundo,
el de la SGME está empezando a ser supe-
al programa de colecciones– demuestra que
rado por la “moda” de los planes estratégicos,
existe una gran expectación por las posibilida-
más ligeros, más versátiles, mejor vinculados
des de este tipo de herramientas y un cierto
a las herramientas del marketing, que incluso
consenso sobre su necesidad. O, como poco,
museos de rancio abolengo como el Prado
que los responsables de los museos estatales,
han abrazado con convicción.
que son muchos si incluimos a los de gestión
Por último, analizaremos una cuestión transferida, han percibido el mensaje que
fundamental para la eficacia de cualquier se escondía tras la iniciativa de la SGME: los
plan, con independencia del modelo elegido órganos centrales, de cuyo impulso depende
y más allá de cualquier discusión teórica: la el desarrollo de esos museos, han marcado
necesidad de que se traduzca en un instru- un camino a seguir y todos tenemos que
mento de carácter jurídico y una pieza del aprender a caminar por él si queremos que
procedimiento administrativo, al menos en el se produzca la precisa sinergia administrativa.
ámbito de los museos públicos. Si los planes Otra cosa es que, como veremos al final, esos
no alcanzan ese carácter, se quedarán siem- órganos estén siendo totalmente coherentes

1
No quisiera terminar este resumen sin agradecer a la Asociación Profesional de Museólogos de España y, en particular al director de las XI
Jornadas de Museología, Luis Grau, el haberme invitado a exponer estas ideas en dicho encuentro.
2
Este modelo, diseñado bajo la dirección de la anterior subdirectora General de Museos Estatales, Marina Chinchilla, ha sido publicado en forma
de “manual de instrucciones” en el libro: VV.AA. (2005): Criterios para la elaboración del plan museológico, Madrid, Ministerio de Cultura.
› 38
Museo
XI Jornadas de Museología

con su propuesta, no tanto en cuanto a la presenta algunos puntos débiles o ambiguos


aplicación del modelo como en cuanto a la y aspectos susceptibles de un mayor desarro-
adquisición de los compromisos que de él se llo. Como veremos, estas tareas pendientes
derivan. deben ser abordadas por los “diseñadores”
del modelo pero también pueden serlo por
Una vez alumbrado el modelo y tras su
quienes trabajen en sus aplicaciones prácti-
segundo año de vida3, después del primer
cas “sobre el terreno”. Las indicaciones que
impacto y una vez se van apagando los
rescoldos de las reacciones inmediatas y ofrezco a lo largo de este texto pueden servir
los primeros comentarios apresurados, me precisamente, a quienes les parezcan opor-
parece interesante reconducir esa expecta- tunas, para orientar la reinterpretación de
ción hacia el terreno más pausado y firme del algunas de esas partes del modelo que apa-
análisis, la interpretación y el debate teórico recen confusas o algo alejadas de la realidad
y técnico. Creo sinceramente que el modelo de los museos.
de la SGME constituye un hito en la evolución Ahora que trabajo en uno de ellos, me doy
de la metodología del trabajo en museos en cuenta de que con frecuencia los modelos
nuestro país y que, por ello, merece que se y pautas emitidos por los órganos centrales
construya en torno a él un corpus doctrinal suelen tropezar en la misma piedra5: están
que lo diseccione, lo valore, aporte claves redactados desde el punto de vista de esos
para su aplicación práctica y siente los funda- órganos, al servicio de sus intereses, los cua-
mentos para futuras mejoras y adaptaciones. les, en principio, son los mismos que los de los
Así lo proponía acertadamente Marina Chin- órganos de ellos dependientes, pero otra cosa
chilla en el número 1 de la revista Museos.es es que éstos lo perciban así, a lo que no suele
(p. 53). Y esos son los objetivos de este texto. contribuir el que aquellos no cuenten, durante
En él, pongo por escrito y ordeno mis conoci- su elaboración, con el punto de vista de quie-
mientos y opiniones en esta materia, fruto de
nes luego tendrán que encargarse de aplicar
buena parte de mi trabajo profesional en los
el modelo. Si estamos de acuerdo en que los
últimos años4.
museos, para mejorar la comunicación con
Vaya por delante que, a mi entender, el su entorno, tienen que hacer un esfuerzo por
modelo de la SGME tiene grandes virtudes conocer al público y al resto de sus interlocu-
–y la principal es esa, que por fin tenemos un tores, incluidos los órganos superiores de los
modelo, un punto de partida– pero también que dependen, también deberíamos estarlo

3
Escribo estas líneas en junio de 2007 y las reviso, antes de entregarlas a la imprenta, a finales de ese mismo año.
4
Esa experiencia está formada por las reflexiones compartidas con mis compañeros Luis Caballero García y María de la O Andonegui Navarro;
el trabajo junto a Belén Martínez Díaz en la SGME (2001); el periodo en que, como funcionario en prácticas, realicé las tareas de coordinación
de la comisión redactora del modelo de la SGME junto a Virginia Garde e Isabel Izquierdo (2003); y, en fin, los cuatro años de actividad en el
Museo Nacional de Artes Decorativas, durante los que, con el asesoramiento de Ángela García Blanco, hemos redactado y puesto en pie el
plan museológico del museo, así como una serie de documentos (programas y proyectos) que lo desarrollan (2003-2006). Quisiera expresar mi
agradecimiento a todas las personas aquí citadas así como a mis compañeros del museo por haber compartido conmigo opiniones, ilusiones
y experiencias.
5
Este comentario, como todos los que hago a lo largo de este artículo, incluye una buena dosis de autocrítica, en la medida en que he hecho
el camino que va de trabajar en la SGME, donde, como he señalado en la nota anterior, colaboré en la redacción del modelo, a trabajar
en un museo, donde he tenido que aplicarlo.
› 39
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

en que esa relación debería ser recíproca y que hemos establecido entre todos y para
además producirse desde el momento en que el que, además, habéis marcado vosotros
se diseña la metodología (común) y no sólo a el camino, ¡sed coherentes!”. Además, se
través de su aplicación. Nadie conoce mejor supone que el plan es también un instrumento
el “terreno” de aplicación, el destino final de de comunicación entre ambas partes y que
estos procedimientos, que quienes trabajan facilita la tarea de esos órganos al sistematizar
en los museos. las necesidades y las prioridades y al permitir
estimar los recursos que van a tener que com-
Quizás consciente de esa necesidad, la
prometerse en los siguientes años.
SGME está haciendo un esfuerzo por difundir
entre los profesionales las ventajas de tra- Se trata, también, de evitar que la elabora-
bajar conjuntamente con la ayuda de este ción del plan museológico y su desarrollo sean
modelo, enfatizando la idea de que no es una vistos como una tarea de titanes que es imposi-
propuesta cerrada; de que, por el contrario, ble de abordar. Es cierto que, para apoyar esta
admite cierta libertad a la hora de interpre- labor, deberían reforzarse los cuadros técnicos
tarla; y de que puede desarrollarse según los de nuestros museos, y poco a poco se está
ritmos, necesidades, capacidades y priori- logrando. Es cierto que la ayuda de la SGME es
dades de cada museo y de sus organismos ahora más necesaria que nunca y no siempre
superiores. tiene la capacidad suficiente para prestarla.
Pero también es cierto que muchas veces la
Creo que la SGME intenta, mediante cur-
falta de capacidad operativa de los museos
sos y debates como los que he citado más
esconde en realidad una falta de capaci-
arriba, vencer la posible resistencia, natural
dad conceptual o de costumbre a la hora de
en cualquier colectivo profesional, hacia
planificar. Se trata, pues, de diseccionar los obs-
las innovaciones metodológicas. Además,
táculos existentes y de estudiar la mejor forma
aspira a conjurar la posibilidad de que se vea
de superarlos: en la mayor parte de los casos
como algo impuesto, intentando que todo
bastará con un poco de convicción.
el colectivo lo asuma como algo propio,
como una demanda latente que es satisfe- Quizás un buen ejemplo de todo ello sea,
cha por el órgano central. En mi opinión, el sin ir más lejos, el plan museológico del Museo
colectivo debería ir aún más allá y utilizar los Nacional de Artes Decorativas, el cual se
planes museológicos de sus museos como un ajusta a los aspectos esenciales y principa-
instrumento de presión, mediante un efecto les parámetros del modelo para luego tomar
bumerán, hacia los órganos superiores: “está una forma propia, más cercana a quienes
bien, asumimos el reto y el compromiso, he lo han redactado y tendrán que aplicarlo al
aquí nuestro plan, ahora os toca a vosotros menos en sus aspectos más inmediatos6. Por
cumplir con vuestra parte de este convenio otro lado, los documentos que lo desarrollan

6
Una presentación general del plan del MNAD tuvo lugar en ese primer curso sobre planificación de museos organizado por la SGME en 2006, cuya
publicación verá pronto la luz. Se puede encontrar un análisis más pormenorizado del programa de colecciones en la Revista de Museología (MNAD
2006). Y estamos preparando la publicación integral del plan para principios de 2008 en la serie que precisamente ha puesto en marcha la SGME con
el fin de ir creando un “corpus” de aplicaciones del modelo y cuyo primer número –y único hasta la fecha– está dedicado al plan museológico del
Museo de León (Grau, 2007). Ambos planes tienen en común el haber sido elaborados en paralelo a la redacción del modelo de la SGME, aunque
sin perderlo de vista gracias a la comunicación existente entre los equipos responsables de los tres documentos. Supongo que pronto aparecerán
los primeros planes enteramente confeccionados tras la publicación del modelo. Será interesante comprobar cómo lo han aprovechado.
› 40
Museo
XI Jornadas de Museología

(programas y proyectos) no han sido, todavía


hoy, después de tres años de trabajo, redac- 2.
tados en su totalidad. En el MNAD, hemos Análisis del modelo de la SGME
entendido que debíamos abordarlos según 2.1. Aportaciones y principales características
nuestras prioridades y según el orden y el ritmo Las principales aportaciones del modelo de
que nuestra programación establecía. De este la SGME, desde mi punto de vista, son (ya las
modo, hemos conseguido, con un equipo he apuntado en la introducción, pero ahora
reducido, compatibilizar nuestras tareas habi- las ordeno):
tuales con las pausas necesarias para afrontar
con suficiencia la tarea de planificación. No La unificación terminológica, concep-
sin esfuerzo, pero sin pensar que no éramos tual, metodológica y documental. En buena
capaces. La seguridad operativa que nos ha medida, no es sólo el fruto de un esfuerzo epis-
dado nuestro plan nos ha compensado de temológico y etimológico, sino la traducción
todo ello. de esa reflexión conceptual en un corpus de
herramientas bien definidas y dotadas de
Creo, en conclusión, que estos encuentros un contenido concreto que hasta ahora no
organizados por la SGME son fundamentales existía en el ámbito de la planificación de
para explicar el modelo, para enseñar que, los museos estatales o al menos no con ese
en muchos aspectos, no consiste sino en una carácter orgánico e integrador. En ese sen-
forma más coherente y eficaz de organizar tido, el modelo recupera, adapta e integra las
procedimientos que ya se llevaban a cabo herramientas que ya se utilizaban, pero intro-
de un modo menos ordenado, para conjurar duce otras nuevas, y las ordena todas en una
miedos y reticencias, para que los técnicos secuencia cuya misión es la conversión de
manifiesten sus dudas y las dificultades que las ideas rectoras en realizaciones concretas,
encuentran a la hora de aplicarlo, para que con el objetivo de que todas sean coherentes
no se vea como algo abstracto o idealista, entre sí.
para que, en torno a él, se establezca un
gran convenio que permita sentar las bases El museo se concibe como un todo, como
para una renovación completa de nuestros un sistema, como un ente orgánico. En él,
museos. todas las partes tienen al menos la importancia
básica que les otorga el integrar ese organismo.
Con el fin de contribuir a ese debate, La arquitectura o las exposiciones no dejan de
escribo las siguientes páginas7. tener una gran relevancia, pero ya no verte-
bran el plan del museo. Todo se planifica a la
vez. Puede incluso que el plan no incluya un
cambio de sede o una gran remodelación

7
Soy consciente de que este texto interesará sobre todo a los museólogos que trabajan en museos estatales (de gestión directa o transferida) o
a quienes, fuera de ese marco, se acerquen al modelo con el fin de estudiar su aplicación. Tal y como se aprecia en los párrafos precedentes,
la problemática que abordo, además, es la propia de este contexto, que es el que conozco, a lo que se suma que resulta difícil conocer
planes y documentos similares elaborados por museos de otras administraciones o privados –y sin duda los hay- pues generalmente se trata
de instrumentos de carácter interno y rara vez se publican. Es mi intención ampliar este estudio al análisis de esos otros ejemplos con la ayuda
de mi compañera Sofía Rodríguez Bernis, aunque para ello tengamos que emprender una lenta tarea de rastreo y comunicación. El resultado
de ese trabajo está previsto que vea la luz en la revista Museos.es.
› 41
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

de la sede actual o de su exposición perma- Antropología y el Museo de América) cons-


nente, pero no deja de ser necesario y útil. Las tituyeron un intento en esa dirección, pero
grandes obras en infraestructuras han dejado todos sabemos que muchos de sus artículos
de ser el motor de la elaboración del plan; en no pasaron del plano formal al material. Tal
todo caso, serán su consecuencia. vez hayan sido necesarios esos veinte años
para que las cosas estén maduras y que este
Se consagra el concepto de museo “de
funciones” que inspira el reglamento de segundo intento sea efectivo.
museos estatales. El modelo, de forma implí- El museo se define por su finalidad. Deter-
cita, consagra el concepto de “museo de minada ésta (la “misión” de los teóricos
funciones” que ya estaba expresado en la anglosajones), así como los objetivos parciales
definición del ICOM y, a partir de ella, en el que de ella se deriven, todas las actuaciones
reglamento de museos estatales de 1987. Aquí deben estar dirigidas a su consecución. Sin
el modelo “toma partido”, se adentra en el embargo, tal y como veremos en el punto 3,
terreno de lo concreto, al decantarse por un el modelo quizás adolece de herramientas o
concepto de museo en particular8. No era recursos que favorezcan la relación horizontal
de esperar que una propuesta de carácter y secuencial de todas las partes del sistema.
institucional como ésta entrara en flagrante Es posible que no sea suficiente que todas
contradicción con la normativa de referen- esas partes trabajen al servicio de unas ideas
cia. Al contrario, tenía que ser coherente por comunes para evitar cierta tendencia a la dis-
obligación jurídica. Pero, teniendo en cuenta persión o a la desarticulación. La suma de las
que ese reglamento se ha estado revisando partes no tiene por qué garantizar que formen
a la vez que se redactaba el modelo –y me
un todo homogéneo si no se arbitran fórmulas
consta que la nueva norma no modifica
de cohesión permanente. Pero al menos este
los principales parámetros establecidos por
modelo pone las bases para ello.
la aún vigente–, se puede decir que se ha
perdido una oportunidad para avanzar de El plan museológico se convierte en un
forma simultánea gracias a los dos docu- medio de comunicación y en la base de un
mentos hacia una nueva forma de entender convenio entre el museo y todos los organis-
la organización del museo. Sin embargo, y si mos (e incluso las diferentes administraciones)
nos ponemos pragmáticos, quizás sea conve- implicados en su desarrollo. Al menos, existe
niente, antes de dar un nuevo paso, consolidar la posibilidad de utilizarlo con este propósito y
el anterior, cosa que, después de veinte años, supongo que esa es la intención de la SGME.
no se puede decir que se haya conseguido Otra cosa es que, como analizaremos al final,
plenamente. Los Reales decretos de reorgani- exista el necesario consenso a todos los nive-
zación de los años 1993 y 1994 (los del Museo les para que así sea. Si realmente participasen
Arqueológico Nacional, el Museo Nacional de todas esas partes en el proceso de reflexión y

8
Lo cual, como se puede imaginar, constituye una primera dificultad para su aplicación en museos no sujetos a este reglamento y que, por
tanto, podrían optar por plasmar otro concepto de museo.
› 42
Museo
XI Jornadas de Museología

discusión que inaugura la redacción del plan En lo que concierne a la definición de esa
y, en esa fase, llegasen a los necesarios acuer- herramienta que llamamos plan museológico,
dos y compromisos, el plan podría constituirse la concreción y clarificación de términos y
en un convenio con valor jurídico y ejecutivo; modelos era algo inevitable y muy necesario,
de lo contrario, puede quedar reducido a una después de tres décadas de propuestas, tan-
mera declaración de intenciones. teos y titubeos. Se puede decir que el asunto
está ya maduro. Además, los museos no pue-
A nivel interno, la elaboración del plan
den permanecer al margen de un contexto
museológico puede permitir la mejora de la
social en el que no sólo existe esa necesidad
organización del museo. Puede favorecer el
de reordenar las ideas y los conceptos de
mejor reparto de las competencias y las tareas
referencia, sino también las formas de comu-
y del empleo de los recursos, acabando con
nicación, organización y gestión de cualquier
los desequilibrios heredados; potenciar el tra-
unidad de producción (en este caso, de pro-
bajo en equipo y la colaboración interna;
ducción de fenómenos culturales).
provocar el debate y el intercambio con el fin
de llegar a un acuerdo en torno a objetivos e Por tanto, era necesario, antes de seguir
intereses comunes. En suma, puede generar, avanzando, establecer un acuerdo general,
como se dice ahora, una nueva dinámica, un cierto consenso, en torno a los términos
más satisfactoria para todos. que vamos a emplear en esta materia y sobre
sus significados y respecto de sus herramientas:
Veamos algunas de estas aportaciones partes componentes, estructura y contenidos.
con un poco más de detalle.
Durante la evolución del concepto, se
2.2. Unificación de términos y conceptos han utilizado indistintamente términos cómo
Nos encontramos en un momento fundamen- “programación” y “planificación” o “pro-
tal dentro de la corta historia del concepto de yecto”, “programa” y “plan”, con los adjetivos
planificación aplicado a los museos. Quizás no “museológico” y “museográfico” o “arqui-
sea casualidad que coincida con el cambio tectónico”, “expositivo” y “estratégico”. ¿He
de siglo y de milenio, época proclive, en todos dicho indistintamente? Tal vez no tanto, pues
los ámbitos científicos y técnicos, a la toma muchas veces los cambios etimológicos se han
de conciencia epistemológica, sobre todo empleado para subrayar una modificación,
tras ¿superar? la crisis postmoderna de finales una ampliación o un nuevo giro del concepto
del siglo anterior. Parece como si todos los teó- de partida. El problema es que esta tendencia
ricos sintieran la urgencia de poner en orden ha terminado produciendo una cierta confu-
la herencia recibida y de sentar las pautas de sión y todavía no hace mucho no era raro ver
pensamiento y actuación de cara a un futuro que el término “proyecto museológico” se
que ya está aquí. aplicaba a documentos muy diferentes9.

9
La heterogeneidad de significados y, por tanto, de contenidos con que se había llegado a identificar al “proyecto museológico” en esta
fase de asunción del concepto quedaba en evidencia en la publicación de las actas de las IV Jornadas de Museología de la Asociación
Profesional de Museólogos de España en el número 5 de la revista Museo (VV.AA.: 2000).
› 43
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

Es importante que todos hablemos el mismo Por tanto, de este modo, un “plan museoló-
idioma y que las palabras designen aproxima- gico” queda definido como un procedimiento,
damente las mismas cosas. El modelo de la plasmado y desarrollado en una serie docu-
SGME, en este sentido, supera definitivamente mental (plan, programas y proyectos), que
la ambigüedad del término “proyecto” para tiene como objeto, a partir del análisis y
emplear el genérico “plan”. Es un paso nominal definición de un museo (de su identidad, su
pero también conceptual. Antes la planificación carácter, su papel social y sus objetivos gene-
se abordaba como una sucesión de proyectos rales), plantear y ejecutar las soluciones más
(museológico, arquitectónico y museográfico) adecuadas para que ese museo se trans-
que se programaban, es decir, que seguían un forme, de forma ordenada y eficaz, en el
orden lógico. El propio hecho de que todos se museo que realmente quiera ser. El plan es
llamaran igual (proyectos) suponía asignarles los un método: permite organizar el trabajo y los
mismos valores y la misma importancia a todos. recursos en torno a unos ejes de actuación de
Ahora se aspira a que exista una visión global modo que todas las energías y las acciones
por encima de todas las partes y a que todo converjan en una dirección.
el proceso esté prefigurado desde el principio.
La planificación no es un invento de los
Hacía falta un término nuevo que englobase a
museos, ya lo sabemos. Un plan museoló-
los demás, a las partes, y ese es “plan”. Y que
gico es eso: un plan. La diferencia, lo que le
las partes respondiesen a una categorización,
hace distinto, está en que, como método,
desde las más generales (“programas”) a las
ha sido especialmente diseñado al servicio
más concretas y ejecutivas (“proyectos”).
de las necesidades y las particularidades de
Se trata sólo de una convención (¿no lo es, los museos, unas instituciones únicas y espe-
en realidad, todo el lenguaje?), pero se trata cializadas en la conservación y el estudio
de una convención necesaria. Ordena de de los bienes muebles (y a veces inmuebles)
forma conceptual y secuencial los “mimbres” que conforman el Patrimonio Cultural y en
heredados y lo hace de forma coherente y establecer una comunicación entre ellos y
eficaz según las mayores exigencias del nuevo la sociedad que les da un valor. Para ello, los
“cesto”. La elección de las palabras, de todos museólogos y museógrafos que han trabajado
modos, no es caprichosa: puede que estos tres en modelos de planificación de museos han
términos tengan, según el diccionario, acep- ido adaptando métodos y técnicas ajenos,
ciones muy parecidas, pero también otras pero también han reflexionado sobre la siste-
con matices que los diferencian. En cualquier matización de procedimientos exclusivos del
caso, como digo, lo importante es que con medio museológico. Combinando unas cosas
esta su redefinición en el ámbito de la planifi- y las otras, han ido apareciendo sucesivas pro-
cación de museos, pasan a tener significados puestas de planificación (como veremos en el
muy precisos e inequívocos. siguiente epígrafe). La aplicación práctica de
› 44
Museo
XI Jornadas de Museología

esas propuestas ha ido mostrando sus virtudes ble prefigurarlo de forma teórica y global, una
y ventajas así como sus carencias y limitacio- vez hemos aprendido a reflexionar sobre él,
nes, lo que ha provocado una búsqueda una vez hemos comprendido que debemos
recurrente de nuevas soluciones y mejoras. Por trabajar de un modo coherente con la iden-
eso, debemos evitar suponer que las propues- tidad y la función social del museo, surge de
tas más recientes representan la culminación forma “natural” la exigencia de:
de este proceso evolutivo, debemos evitar la
› una planificación previa;
autocomplacencia. Por otro lado, están muy
› un planteamiento de objetivos, necesida-
lejos de tener una aceptación y una implan-
des, recursos, secuencias y plazos;
tación generalizadas. Todavía queda mucho › el desarrollo de herramientas y métodos
camino que recorrer. En este sentido, hacia que contribuyan a ello;
el final de este texto, sugeriré algunos asuntos › y una evaluación continua de los resulta-
sobre los que podemos seguir reflexionando, dos.
los cuales pueden ser objeto de próximos
avances metodológicos. En este tiempo, se ha avanzado mucho
en este camino, desde los embriones teóricos
2.3. Concepción integral del museo y hasta los modelos de planificación integral
consolidación del “museo de funciones”: el actuales, que aspiran a ser realmente opera-
modelo de la SGME dentro de la evolución de los tivos y funcionales.
modelos y las herramientas de planificación
Será Rivière, cómo no, uno de los primeros › Antecedentes: del proyecto arquitectó-
teóricos que, en los años 70, hable de la nece- nico a los proyectos museograficos10.
sidad de introducir en el proceso de definición Durante los años 80, sobre todo de la mano
(o redefinición) de los museos el concepto de los teóricos franceses, las propuestas sobre
de “programación”. Realmente treinta años planificación de la década anterior empe-
no son muchos dentro de la historia de la zaron a traducirse en ejemplos concretos, a
museología, y no por casualidad ese periodo inspirar proyectos reales11. No es casualidad
coincide con la época en que en verdad que la aplicación práctica de este concepto
podemos hablar de ella (de la museología) llegue a los museos de la mano de los arqui-
como una ciencia estructurada. Una vez el tectos y con ocasión de las grandes obras de
museo se concibe como un sistema y es posi- infraestructuras, tanto si tienen como objeto

10
Tengo ya preparado un artículo, complementario a éste, en el que me detengo de forma más pausada en el análisis de esta evolución, con
especial atención a la historia reciente de la planificación de museos en España y, más concretamente, en el ámbito de los museos estatales.
A él me remito, cuando vea la luz, para una ampliación de las ideas que expreso en los siguientes párrafos.
11
Uno de esos primeros “casos prácticos” es el del Centro Pompidou de París, “programado” por O’Byrne y Pecquet (1979 y 1989). Los criterios
que siguieron están expuestos en sendos célebres artículos en la revista Museum. El título del primero de ellos es toda una declaración de
intenciones. En el plano teórico –aunque también incluye casos prácticos–, la primera gran obra sobre el particular es la coordinada por
Lord y Lord (1983) al servicio de los siempre avanzados museos canadienses. Las palabras del director general de los museos de Canadá en
el preámbulo del libro constituyen una certera disección de la situación precedente: “Después de veinte años de expansión desordenada,
se impone una planificación racional de los museos”. Y el contenido de este manual refleja a su vez el carácter de este primer paso en ese
sentido: la mayor parte de él está dedicada a la planificación de infraestructuras, si bien aparecen esbozados algunos programas funciona-
les. Por último, el manual de gestión de los museos franceses, coordinado por Chatelain (1984), venía a poner el énfasis en los programas y
procedimientos de organización interna y colecciones, aunque de una forma muy genérica ya que en realidad se trata de un reglamento
para la red de museos estatales franceses.
› 45
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

la creación de un nuevo museo en un edifi- minado proyecto museográfico. La reducción


cio de nueva planta o mediante la ambiciosa del concepto de museografía al conjunto de
reforma de un edificio histórico, como si se técnicas que participan en el montaje exposi-
trata de la reforma integral o la ampliación tivo de las colecciones hará que este proyecto
de un museo ya existente en su sede habitual. se identifique sólo con el de la exposición per-
Por el contrario, en esta época todavía no se manente. Por tanto, los primeros documentos
ha extendido la convicción de que la planifi- previos de carácter museológico realizados en
cación es necesaria en cualquier caso y los esta época (encargados, insisto, como conse-
museos que no tienen en perspectiva el afron- cuencia de la puesta en marcha del proyecto
tar una gran reforma o un cambio de sede arquitectónico), normalmente denominados
no se dotan aún de este tipo de herramien- “proyectos museológicos”, se limitan a definir
tas. Es posible que tengan sus objetivos más la exposición que el edificio deberá acoger.
o menos claros (recogidos en un documento Otros aspectos quedan desdibujados o sim-
o no) y sus planes parciales, incluso que ela- plemente omitidos. Esto permitirá al menos
boren memorias más o menos intuitivas para condicionar esta parte del proyecto arquitec-
justificar ante sus responsables la necesidad tónico y prefigurar el proyecto museográfico,
de afrontar mejoras o de incrementar las inver- o sea, expositivo.
siones, pero no se preocupan, por lo general, En un siguiente momento, el proyecto
de la elaboración de documentos integrales museográfico se desdoblará en una mayor
de planificación. variedad de “proyectos museográficos”, en-
En definitiva, la creación o la reforma de globando a todos aquellos que terminarán
de adaptar el edificio al servicio de las nece-
un museo es una decisión previa (quizás en
sidades del museo: además de la exposición
unos casos basada en un estudio técnico de
permanente, las instalaciones de seguridad,
mayor o menor profundidad, pero normal-
la dotación de laboratorios de conservación
mente tomada siguiendo criterios políticos)
y de talleres didácticos, los soportes de infor-
y no una consecuencia de la reflexión y el
mación y la imagen gráfica, etc. Como vemos,
análisis sobre las necesidades de un museo
todavía se identifican todos los proyectos con
o una colección que están implícitas en la
inversiones en instalaciones y bienes tangibles,
elaboración de un plan museológico. El pro-
con procedimientos que conducen a equi-
yecto arquitectónico es el motor: su puesta en
par el museo y poner sus bases materiales.
marcha va siempre por delante de los demás
Se definen dos grandes ámbitos de actua-
proyectos asociados.
ción: el edificio con sus infraestructuras por un
El siguiente paso lo constituirá la programa- lado, y el resto de las dotaciones por otro. Los
ción de otros proyectos complementarios al “proyectos museológicos” (los documentos
arquitectónico, fundamentalmente del deno- “previos” emitidos por el museo), de nuevo
› 46
Museo
XI Jornadas de Museología

arrastrados por las características de los “pro- Sea como fuere, en la segunda mitad de
yectos museográficos”, que ahora se amplían, la década, algunos museos estatales redac-
empezarán a incluir un apartado específico en tan sus primeros “proyectos museológicos”,
el que se definirán las necesidades espaciales embrión de lo que luego van a ser los planes
del museo, la base sobre la que se asentarán museológicos. La nota dominante en estos
todos esos “proyectos museográficos”: el plan primeros “proyectos museológicos” será, de
de necesidades espaciales. todas formas, la heterogeneidad. Los habrá
muy vagos o incompletos y otros llegarán a
En España, la SGME irá incorporando estas
unos niveles de concreción excesivos en el
formas de planificación con aproximada-
terreno que mejor conocen los museógrafos,
mente una década de retraso. A principios de
en el que pisan en firme: la exposición per-
los 90, el objetivo básico era conseguir que
manente. En general, el plan de necesidades
se redactara ese documento previo que al
espaciales será asumido con mayor o menor
menos serviría para condicionar los proyectos
convencimiento y el resto de las partes del
arquitectónicos. Más tarde, se logró desarrollar
“proyecto” quedarán más o menos en el aire.
toda una serie de pautas y de estudios pre-
Es verdad que aún no se percibe su absoluta
liminares que permitirían terminar de ajustar
necesidad, puesto que lo que es inminente
las soluciones estructurales a las necesidades
y concreto es la obra de reforma y el nuevo
reales de los museos12. El esfuerzo no sólo fue
montaje del museo. Aún no se ha invertido el
de carácter metodológico, también proce-
orden de los factores.
sual. No fue fácil conseguir que los rígidos
procedimientos que regulan la vida de las Esta secuencia podría resumirse en el cua-
administraciones públicas, en especial todo lo dro de la página siguiente.
referente a la gestión presupuestaria, se adap-
› Los proyectos museográficos, incluido el
taran al servicio de un método que implica,
arquitectónico, desarrollan el plan museo-
por ejemplo, destinar dinero a proyectos cuya
lógico:
parte principal y ejecutiva aún no había sido
incluida en los créditos de gastos aprobados. Durante esos mismos años 90, y ahora de
De hecho, yo creo que aún a día de hoy la mano de los teóricos anglosajones, se dará
no se ha conseguido la plena asunción de el paso definitivo del que es también reflejo
este método por parte de los organismos no el modelo de la SGME13. El proyecto arquitec-
directamente implicados en la gestión de los tónico pasará a ser considerado también un
museos, tal y como insistiré más adelante. proyecto museográfico. Si, siguiendo a Riviére,

12
Significativamente, este desarrollo metodológico recayó, dentro de la SGME, en el Servicio de Planificación y Medios, es decir, en la unidad
dedicada a coordinar las obras en las infraestructuras. También es interesante observar que la dirección de este servicio pasó de un arquitecto
(Carlos Baztán) a sendos museólogos (José María Losada y Belén Martínez), en paralelo a la evolución de esta metodología desde programa-
ción arquitectónica a la planificación museológica. Véanse al respecto las publicaciones de estos tres técnicos citadas en la bibliografía.
13
Este giro teórico vino provocado por la necesidad de dar una respuesta, desde las instituciones, a la célebre “crisis de los museos británicos”
de principios de los noventa, provocada por la retirada de las subvenciones públicas durante el gobierno de Margaret Thatcher: se imponía la
necesidad de obtener fondos en otras fuentes (ingresos propios y patrocinio) y sobre todo de mejorar la gestión de los recursos. El problema ya
no era programar bien la reforma del edificio u organizar el trabajo, sino que era preciso planificar toda la actividad del museo como en cual-
quier otra empresa. Véanse al respecto las obras de Ambrose, Moore, Lord y Lord y Davies citadas en la bibliografía. Es interesante observar
cómo sus contenidos van evolucionando desde la preocupación por el marketing y sobre todo el “fund rising” (obtención de recursos) »
› 47
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

Fines de › Proyecto arquitectónico: decisión previa y motor

los 70 › Metodología importada de la arquitectura

Años 80 › Proyecto museográfico: planificación de la exposición permanente

› Plan de necesidades

Años 90 › Proyectos museográficos: otras instalaciones y servicios


› Planificación aún limitada a las inversiones

la museología se corresponde con los princi- Otro paso importante será la inclusión
pios teóricos que configuran al museo y la también entre los proyectos museográficos
museografía con las soluciones prácticas que de todos aquellos que podríamos calificar de
permiten traducir la teoría en realizaciones carácter inmaterial y, en general, de todos
concretas, el plan museológico se encargará aquellos no directamente vinculados a las
de determinar las ideas y los modelos que van infraestructuras y las instalaciones. En suma, de
a definir a un museo concreto y los proyectos todos aquellos que tienen por objeto la orga-
museográficos serán todos los procesos que nización y dotación de actividades, servicios,
harán realidad esas ideas, incluido el arqui- acciones concretas... relacionados o no con
tectónico. Los otros proyectos funcionales, la puesta en marcha o la reforma del museo.
desde los que atañen a la seguridad o la Un museo puede evolucionar y transformarse
conservación pasando por los relacionados sin necesidad de hacer grandes cambios en
con la didáctica, requieren también, como su medio físico, sólo actuando en su forma de
el arquitectónico, del concurso de méto- trabajar, en el aumento de los presupuestos,
dos y técnicas de otros ámbitos científicos o en su dotación de personal, en su forma de
profesionales y de la participación de otros relacionarse con la sociedad...
especialistas. Pero, puestos al servicio de un En ese sentido, es muy significativo que el
museo, incluido el arquitectónico, pasan a nuevo modelo haya sido definido y estruc-
tener algo en común, algo que los unifica y turado por el conjunto de los servicios y los
que los convierte en museográficos. Pasan técnicos de la SGME, a los que hay que añadir
a estar al servicio de un sistema particular, el algunos asesores externos. Incluso entre esos
museo, en el que todos se complementan e técnicos se encuentran un par de arquitec-
interrelacionan, por lo que, desde este punto tos. Su elaboración, por fin, ha sido el fruto de
de vista, aunque tengan diferente entidad, la confluencia de conocimientos sectoriales
todos son igualmente importantes. y especializados bajo el prisma de la gestión

» en lo que podríamos denominar fase de “medidas urgentes”, hacia inquietudes más generales y reposadas. Y cómo se va imponiendo la
gestión por objetivos. También es significativo que casi todos los autores, siguiendo ese orden, hayan escrito dos manuales: primero uno dedi-
cado a la “gestión” (concepto y organización) y después otro dedicado a la “planificación” (desarrollo), dos etapas que afortunadamente,
aprovechando la perspectiva histórica, el modelo de la SGME ha agrupado en una.
› 48
Museo
XI Jornadas de Museología

del museo como conjunto. Y utilizando al


› De proyecto a plan
museo, entendido en sus tres planos vitales
› El plan museológico es el motor
(continente, contenido y actividad), como
eje absoluto del plan. › Museo como sistema: visión
integral
Este modelo tiene, entre otras virtudes, la Años 90
› Planificación de medios y
de plantear, como digo, una visión integral
acciones
del museo, sin dejar ningún aspecto fuera y
› Metodología importada de la
situando cada proyecto, incluido el arqui-
gestión empresarial
tectónico, en su posición lógica. La reflexión
sobre la identidad del museo y el diagnóstico
2005 › Modelo de la SGME
de la situación de partida son anteriores a
cualquier actuación: el modelo ordena las
reflexiones y las actuaciones de la forma más
no aportaría nada al lector, propongo una
eficaz, es decir, partiendo precisamente de versión en la que integro en un solo esquema
las ideas abstractas para llegar a la acción las distintas partes de esa estructura con el fin
y la materialización de esas ideas de modo de subrayar ciertas relaciones internas y per-
coherente. mitir una rápida visión de conjunto.
Ahora bien, como vemos, el modelo 1. Plan museológico
de la SGME llega con diez años de retraso,
1.A. Fase I: definición de la institución
siguiendo la inercia acumulada durante las
(documento base).
dos décadas anteriores, cuando ya los teóri-
cos anglosajones están trabajando en nuevos 1ª parte: planteamiento conceptual (ANEXO
modelos. Cabe por tanto preguntarse si este 1): mensaje, singularidad, marco de
retraso le resta validez y oportunidad, si no las colecciones, ámbito museístico
sería mejor “quemar etapas” para acompa- y redes, tipos de público y líneas de
sar el ritmo evolutivo de nuestros modelos de actuación preferentes y canales de
planificación al de los modelos internacionales comunicación.
y así de paso enjugar ese retraso endémico.
2ª parte: análisis y evaluación (ANEXO 2):
Volveremos sobre ello al final.
1. Historia y carácter de la institución
Esta secuencia podría sintetizarse en el (avance del Programa Institucional).
siguiente cuadro:
2. Colecciones (avance del Programa de
2.3. Estructura y contenido Colecciones): definición, incremento,
Para no trasladar aquí la estructura del modelo documentación, investigación y conser-
tal y como aparece en la publicación, lo que vación.
› 49
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

3. Arquitectura (avance del Programa 1. Programa Institucional.


Arquitectónico): sede, espacios (ANEXO 2. Programas de Colecciones.
4), accesos y circulaciones e instalacio-
3. Programa Arquitectónico.
nes.
4. Programa de Exposición [permanente].
4. Exposición [permanente] (avance del
Programa de Exposición). 5. Programa de Difusión y Comunicación.

5. Difusión y comunicación (avance del 6. Programa de Seguridad.


Programa de Difusión y Comunica- 7. Programa de Recursos Humanos.
ción): público, servicios, programa de
8. Programa Económico.
actividades, exposiciones temporales y
CRONOGRAMA: programación de progra-
comunicación.
mas y proyectos (secuencia y calendario)
6. Seguridad (avance del Programa de
Seguridad). 2. Proyectos
7. Recursos humanos (avance del Pro- El modelo se organiza en tres niveles (1A, 1B
grama de Recursos Humanos). y 2), lo que contribuye a clarificar y planificar
8. Recursos económicos (avance del Pro- su desarrollo. Se podría también sistematizar
grama Económico). como en la siguiente tabla, estableciendo una
9. Evaluación final: balance de la situación equivalencia entre el museo como sistema y
actual y de las principales necesidades el plan como herramienta que ordena ese
y objetivos. sistema.

1B. Fase II: programas (normalmente un Los dos primeros niveles forman las dos par-
documento por programa) (ANEXO 3) tes del plan propiamente dicho: su enunciado

Finalidad
Museo Sistema “Atemporal” Plan
Criterios

Partes del Objetivos concretos Programación


Funciones Programas
sistema Secuencia Plazos

Desarrollo del
Tareas Actuaciones Materialización Proyectos
sistema
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Museo
XI Jornadas de Museología

(el plan o fase I) y su desglose en aspectos que por razones procesales. Este nivel es el
concretos (los programas o fase II). Si los que en realidad materializa el plan, lo traduce
analizamos como una estructura lingüística, en algo real.
estaríamos ante el sujeto y el verbo de esta A mi entender, el plan, con sus dos fases
frase. O, mejor dicho, sus diferentes verbos o niveles (plan y programas), constituye la
(acciones). El sujeto sin el verbo es algo inerte, parte documental. El plan (documento) está
una simple declaración de intenciones. Se completo cuando se ha desarrollado en su
necesitan mutuamente. La segunda fase, la totalidad: sus partes y su programación. El
de los verbos o programas, es la fase de las plan (acción) culmina cuando se ejecuta por
decisiones. medio de los diferentes proyectos.

El tercer nivel lo constituyen los predicados Utilizando ahora un símil cinematográfico,


(los proyectos), aunque, según el modelo de el plan es la sinopsis; los programas son el
la SGME, quedan fuera del plan, me imagino guión; los proyectos, el rodaje de las diferentes

Fig.1. Esquema de los dos primeros niveles o fases del modelo de la SGME, el primero de ellos dividido en dos partes.

› 51
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

Fig. 2. Correspondencia entre los contenidos de la segunda parte del nivel I y la estructura de programas (nivel II).

escenas. La película resultante es el museo. referencia permanente. En él, deben estar


Veamos. prefiguradas todas las decisiones (aquí aún a
Nivel I. El primer nivel, el plan (fase I), es modo de propuestas), los criterios y las ideas
la pieza clave, sin la que las demás no pue- rectoras del plan. Debe definir el modelo
den existir. Se convierte en el documento de de museo, sus dimensiones y su estructura,
› 52
Museo
XI Jornadas de Museología

sus objetivos, su relación con la sociedad, la tamento encargado de llevarlo adelante, de


forma de gestión y financiación... Y las priori- acuerdo con los otros departamentos y bajo
dades que van a marcar el orden a la hora de la supervisión y con la aprobación de la direc-
diseñar los programas y los proyectos. Debe ción del museo.
ser redactado por todo el equipo técnico del
Los programas actúan como bisagras del
museo de acuerdo con los órganos rectores.
plan. Por un lado, sirven para concretar los
La redacción de este documento es una objetivos enunciados en el primer documento y
invitación para la reflexión y el debate inter- establecer las soluciones prácticas (en forma de
nos. Los órganos superiores pueden imponer proyectos) que van a contribuir a alcanzarlos.
un tipo de museo o una filosofía particular, De hecho, la segunda parte del primer docu-
pero también los responsables técnicos tie- mento (fase I) tiene la misma estructura que el
nen de esta forma un medio para defender conjunto de los programas (fase II), los prefigura.
sus ideas y convencer a esos órganos. Un pro- En realidad, tomados uno a uno, los programas
ceso lógico sería que no se hiciera una única y tienen dos “patas”: una en la fase I (evaluación
definitiva redacción de este documento, sino de la situación actual en esa materia y nece-
que, a partir de un borrador elaborado por el sidades derivadas), dentro del planteamiento
museo, se debatiera punto por punto hasta de conjunto, y otra en la fase II (transformación
llegar a un compromiso en forma de docu- de las necesidades en objetivos concretos y
mento final. Alcanzado el necesario consenso, soluciones propuestas), ya como documen-
lo más importante es que el plan goce de la tos independientes. Esta mayor división de la
mayor estabilidad y de total coherencia de fase II tiene una ventaja: permite no abordar
las partes implicadas respecto de sus com- la elaboración de los programas de una sola
promisos y responsabilidades. El plan puede vez, dejando para más adelante los que no son
otorgar al museo una gran seguridad jurídica, prioritarios (mientras que es indispensable que el
operativa y funcional. documento de la fase I se redacte en su totali-
dad, precisamente para estar en condiciones
Nivel II. El segundo nivel está formado por
de determinar esas prioridades).
los programas (fase II), los cuales tienen una
estructura funcional, es decir, están organiza- Por otro lado, los programas constituyen a
dos por conjuntos de competencias y tareas su vez las herramientas de programación pro-
e incluso podrían servir como base para la piamente dichas: fijan las fases de la secuencia
estructura orgánica del museo, como luego de actuaciones, sus plazos, su orden lógico, sus
veremos (cada programa podría correspon- necesidades (presupuesto, personal, medios)
derse con las funciones de las distintas áreas, y el papel que cada uno de los actores impli-
departamentos y servicios). Es más, cada cados va a desempeñar en ese proceso (las
programa debería ser redactado por el depar- tareas y responsabilidades).
› 53
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

De todas formas, aunque se trate ya de adecuado para hacerlo realidad. Si lo asume


documentos independientes, es todavía la estructura del museo; si, por su especifici-
imprescindible en este nivel no perder la visión dad, interesa contar con ayuda externa; si,
de conjunto (horizontal o transversal, como se por su coste y envergadura, se tramitará como
prefiera), es decir, conocer cómo unos progra- una asistencia técnica mediante contrato
mas interactúan con los otros, cómo pueden menor, concurso negociado sin publicidad o
reforzarse o cómo evitar que se interfieran, concurso público; si, por su tipología, requiere
obstaculizándose entre sí. estudios previos o proyecto de diseño y pro-
yecto de ejecución...
Nivel III. El tercer nivel se corresponde con
los proyectos. De todo tipo. El modelo propone Un ejemplo (tomado del plan museoló-
que incluso las actuaciones que dependen gico del MNAD). Dentro del programa de
en exclusiva del personal del museo, con sus conservación preventiva, puede haber un
propios recursos, sin necesidad de organizar subprograma o proyecto-marco de eva-
un proyecto propiamente dicho (según su ver- luación (sistemática) del estado de las
sión “administrativa”: con su procedimiento de colecciones. Este subprograma puede pre-
asignación presupuestaria y gasto y su trami- cisar, para su desarrollo, unos cuatro años
tación y aprobación por parte de los órganos de trabajo. Podría quizás hacerse en menos
superiores), se denominen “proyectos” y adop- tiempo, concentrando los recursos; o no, por-
ten forma de tales. Es un modo de organizar que una parte del trabajo ha de realizarlo,
el trabajo, de racionalizarlo. Cada objetivo entre sus otras tareas, el personal del museo,
genera un proyecto o una serie de ellos, según y no puede ir a un mayor ritmo, o porque no
hay espacio físico en el museo para que tra-
sus características y fases. Proyectos a largo
bajen más de tres personas a la vez en este
plazo, de “desarrollo continuado”, y proyectos
programa, o porque se requiere un cierto
puntuales, concretos, que complementan a
orden lógico en la secuencia de acciones
aquellos. Eso permite organizar mejor los recur-
involucradas en su ejecución, o por todos
sos y las energías (y las sinergias).
estos condicionantes combinados. En este
La estructura genérica de los proyectos sentido, es posible que el primer año se vaya
obliga a plantearse previamente todo su desa- en el diseño de la metodología (primer pro-
rrollo, a explicitar, incluso documentalmente, yecto, interno, sin coste), la creación de un
su motivación, sus objetivos, su metodología, programa informático específico (segundo
sus criterios, sus necesidades, sus plazos; y, pos- proyecto, externo, asistencia técnica, con-
teriormente, a evaluar los resultados. Cada trato menor) y una fase de experimentación
proyecto es un pequeño plan pero con un y mejora (tercer proyecto, mixto). Y que los
carácter eminentemente práctico. Una vez tres siguientes años se dediquen a evaluar la
definido, se determinará el procedimiento más colección, a razón de diez mil objetos cada
› 54
Museo
XI Jornadas de Museología

año y gracias al trabajo de aquellos tres téc- puesta de cronograma, si bien, como luego
nicos. Este refuerzo de personal se puede explicaré, es en esta parte final (la que está
tramitar mediante dos fórmulas: un contrato destinada a suministrar pautas para la ejecu-
plurianual (concurso público) o, más bien, ción de los planes) donde el manual se queda
dada su escasa envergadura, un contrato más corto, como si su desarrollo estuviera pen-
anual cada año (podría ser un negociado sin diente de una siguiente etapa de definición
publicidad) con una empresa que “suminis- del modelo o quedara abierto al criterio de
trara” los técnicos; o contratos individuales y los técnicos que habrán de enfrentarse a
anuales (contratos menores) con cada uno la aplicación del modelo en sus respectivos
de ellos. Para facilitar la organización del tra- museos.
bajo y la tramitación administrativa, cada
uno de estos contratos se corresponde con
un proyecto (o una fase del mismo, en el caso 3.
de las anualidades) lo que obliga a parcelar Algunas sugerencias a la hora de
las tareas o, si consideramos que son todas la interpretar y aplicar el modelo de la
misma, a parcelar la colección (por tipologías
SGME
o por topografía). Eso permite también desglo-
Hago repaso, a continuación, de algunos
sar los objetivos. Además, es posible que sea
aspectos que, en mi opinión, han quedado
necesaria la adquisición de algunos equipos
poco definidos o son susceptibles de una
y materiales de trabajo, lo que se gestionará,
revisión más detenida. Con ello, pretendo
en el momento adecuado, por medio de un
sugerir posibles modificaciones y mejoras; y
expediente (de bienes homologados o no). La
proponer, a quienes deseen seguir el modelo,
suma de los resultados de todos estos proyec-
algunas reflexiones que quizás puedan orien-
tos equivaldrá a la completa ejecución del
tar la interpretación que hagan de él. También
programa. Esto es la planificación.
me gustaría, como dije al principio, iniciar un
Herramientas. Además de plantear la filosofía debate que creo muy necesario para seguir
y la estructura del modelo, la propuesta de la avanzando por este camino.
SGME incluye una serie de “guiones” o plan-
Los principales problemas del modelo de
tillas (anexos) para que sirvan de ayuda a la
la SGME, a mi modo de ver, son:
hora de, por una parte, programar el trabajo
de elaboración de los diferentes documentos Que no es totalmente coherente con el
y, por otra, ordenar los contenidos. En algunos concepto de museo de funciones que intenta
casos, como sucede con el anexo 2 (docu- consagrar ni con el desarrollo orgánico que
mento de análisis y evaluación), adoptan la de él hace el reglamento de museos esta-
forma de un cuestionario. También incluye un tales. O, dicho de otro modo, que no es
ejemplo de estructura de proyectos y una pro- suficientemente flexible como para ponerlo al
› 55
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

servicio del desarrollo de otros conceptos, por excesiva compartimentación del desarrollo
lo que, ya que favorece la transformación del del plan sin entrar en contradicción con el
museo bajo un solo planteamiento concep- modelo. De todas formas, estos mecanismos
tual (creo que de forma intencionada, como pueden ser puestos en pie por los propios
ya he explicado), lo ideal sería que fuera total- museos y no es estrictamente necesario que
mente coherente con ese planteamiento, que aparezcan definidos en el modelo.
no se quedase a medio camino entre una Que algunos programas, como el de
cosa y la otra. En suma, que ya que sacrifica investigación y el de difusión, no están bien
la flexibilidad, al menos debería hacerlo a definidos o entran en contradicción con otros
favor de la coherencia. Más abajo propongo programas. Si el programa de investigación
algunos ajustes en este sentido. orienta todas las investigaciones que tienen
Que no incluye herramientas que facili- lugar en el seno del museo, incluidas aque-
ten las relaciones horizontales y secuenciales llas que no tienen relación directa con el
entre los programas y proyectos. Y no me significado de las colecciones, ¿por qué está
refiero tanto al hecho de que los programas, incluido entre los programas de colecciones?
a diferencia de lo que sucede en los modelos Por su parte, el programa de difusión es dema-
anglosajones, no se conviertan directamente siado rígido y teórico, por lo que resulta de
en esas herramientas transversales14, refor- difícil aplicación a la hora de la verdad.
zando así un modelo vertical de gestión y el Que la definición de los proyectos sigue
aislamiento de los departamentos, ni a que dependiendo en exceso del modelo tomado
las relaciones entre ellos se esbocen sólo a un de los proyectos arquitectónicos. Es verdad
nivel secundario, sino a que no define explí- que ese modelo tiene muchas cosas aprove-
citamente instrumentos para traducir esas chables desde el punto de vista metodológico
relaciones en el plano material. De la misma y procesual a la hora de adaptarlo a las
forma que, en nuestro contexto, como decía necesidades de otros proyectos, pero qui-
en la nota 14, puede ser bueno que el modelo zás la SGME debería haber hecho un mayor
se corresponda con la estructura orgánica esfuerzo por traducir las intenciones en pro-
del museo, no deja por ello de ser necesario puestas reales. De este modo, queda la duda
establecer mecanismos para “corregir” esa de si realmente se ha pasado, a la hora de

14
Según esos modelos, los programas sirven para “trenzar” el organigrama. Los departamentos se reparten competencias y tareas según su
especialidad funcional –lo cual podría quedar definido en un capítulo de organización interna del plan general– pero luego los programas
se articulan en función de los objetivos generales de la institución, sirviendo para obligar a trabajar conjunta y secuenciadamente a todos
los departamentos según sus competencias. Se da por sentado que, por ejemplo, el Departamento de Conservación va a preocuparse de
la conservación de las colecciones de forma permanente y, además, en lo que ésta se vea afectada por la ejecución de esos programas
comunes. Incluso es posible, siguiendo con los ejemplos, que uno de esos programas, dentro de la próxima fase cuatrienal del plan, tenga
como objetivo la mejora de las condiciones físicas y ambientales de los almacenes del museo, una vez detectada esta necesidad prioritaria.
Pero este programa no se incluirá en uno más general y “estático” denominado “programa de conservación”, ni será sólo tarea del depar-
tamento homónimo, aunque tenga mayor responsabilidad que otros. En ese programa, colaborarán los encargados de la arquitectura, las
instalaciones y el mantenimiento del edificio, los responsables de la seguridad, los especialistas en las colecciones almacenadas, etc. Es un
programa de todo el museo. Utilizando un símil textil, estos modelos parten de la idea de que la organización es una trama a la que no hay
que superponer otra trama –los programas–, sino la urdimbre, para así obtener un tejido consistente y funcional. Dicho lo cual, y asumiendo
que, al menos en los museos incluidos profundamente en el seno de nuestras administraciones públicas, quizás sea prematuro implantar este
modelo, paso a proponer, en el resto de este epígrafe, algunas adaptaciones al modelo que plantea la SGME.
› 56
Museo
XI Jornadas de Museología

la verdad, del modelo anterior –el de los pro- tamentos con competencias muy delimitadas
yectos museológicos sujetos a la actuación y así se repartan todas las tareas en que se
arquitectónica– al que aquí se propone. divide el trabajo dentro de la institución. No es
Creo que es fundamental llevar la coherencia de esperar, porque no existe tal flexibilidad, que
hasta estos extremos, mostrar total convicción los recursos humanos se reestructuren de forma
al respecto. Sobre todo porque estoy seguro relativamente frecuente al hilo de las nuevas
de que este “lapsus” se debe sobre todo a la necesidades y objetivos, tal y como hacen los
urgencia de cerrar el documento dentro de museos del mundo anglosajón o empiezan a
un determinado plazo, descuidando quizás hacer algunas instituciones privadas de nuestro
algunos detalles como éste. Y lo mismo ima- país y los consorcios y entes públicos como el
gino que ha sucedido con la propuesta de Museo del Prado. Ni la mentalidad ni los siste-
cronograma, donde se incluye otro “lapsus” mas de contratación lo permiten. Un sistema
que más abajo analizo. orgánico puede cambiarse por otro, muy de
cuando en cuando, tras un largo periodo de
3.1. Los programas y su relación con la estruc-
resistencia, después de una prolongada pre-
tura orgánica y funcional del museo sión de la tozuda realidad y no sin un gran
Ya he indicado que la estructura de progra- aparato normativo (reglamento de museos,
mas se propone como un referente a la hora real decreto de reorganización, estatutos...).
de reorganizar el museo según el modelo Adaptar el sistema, sin transformarlo, sólo
orgánico consagrado por el reglamento de modificando los recursos humanos asignados
museos estatales15. Que se puede aprovechar a cada sección, potenciando unas y limitando
para que la redacción de cada programa o otras, es algo más viable.
al menos la responsabilidad de llevarlo ade-
Como hemos visto en la nota 14, los mode-
lante correspondiesen a las diferentes áreas,
los anglosajones de planificación tienden a
departamentos o servicios en que se puede
organizarse en torno a ejes trasversales que
estructurar el museo. Si los programas regulan
priman las relaciones entre las tareas de
toda la vida del museo, no tiene sentido que
unos y otros departamentos al servicio de
existan secciones orgánicas de la institución
unos objetivos comunes. Efectivamente, no
que no participen del desarrollo de algún
es que los museos no tengan una estructura
programa o de alguna de sus partes, espe-
orgánica, sino que los programas (o planes
cialmente en los museos que pertenecen a las
sectoriales) no la subrayan; al contrario, tie-
muy jerarquizadas y estructuradas administra-
nen precisamente la misión de potenciar las
ciones públicas de nuestro país.
colaboraciones horizontales multidepartamen-
Nuestra tradición orgánica favorece la com- tales. Los programas “corrigen” la tendencia
partimentación funcional de nuestros museos, natural a la verticalidad y al aislamiento de
es decir, que se organicen en áreas o depar- las partes de cualquier estructura orgánica.

15
De hecho, estoy seguro –insisto– de que la SGME ha tenido muy en cuenta este criterio a la hora de diseñar los programas, partiendo al
menos del modelo genérico de organigrama, propio del “museo de funciones” y formado por tres áreas: colecciones, difusión y administra-
ción, que consagra el aún vigente reglamento de museos estatales y probablemente también el nuevo reglamento en ciernes. Creo que
se aprecia en detalles significativos.
› 57
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

En cambio, el modelo de la SGME tiende, de Entonces, ¿cuál es esa estructura orgánica


forma implícita pero a mi entender bastante implícita? ¿Cuáles son sus puntos fuertes y sus
evidente, a facilitar la correspondencia entre puntos débiles o al menos discutibles? Creo que
la estructura de programas y la estructura esa estructura no difiere mucho de la que pro-
orgánica del museo. Eso no quiere decir que pongo en el cuadro de la siguiente página.
no se planteen las necesarias interrelaciones No cabe duda de que el programa insti-
entre los programas (cuadros 10, 12, 14, 16, 18, tucional debe ser competencia exclusiva de
20, 22 y 24 del manual), pero tienen un carác- los órganos directivos del museo. Pero creo
ter secundario; es decir, las relaciones no son que también, si somos pragmáticos, debe
la base de los programas. Tienen la misma serlo el de incremento. Su inclusión entre los
fuerza relativa que, en los reglamentos de “programas de colecciones” puede respon-
museos, las indicaciones a la necesaria inte- der, en primer lugar, a que, efectivamente,
racción entre las áreas o los departamentos. tiene una relación directa con las coleccio-
Representan intenciones, impulsos, pero luego nes; pero también, en segundo lugar, a que
no se corresponden con herramientas opera- se supone que los departamentos de este
tivas o ejecutivas, con canales instrumentales área, en especial el de investigación, deben
que “obliguen” a materializarlas. de dirigir la política de adquisiciones del
museo. Sin embargo, a la hora de la verdad,
Creo que todo esto es otra de esas conce-
tanto el reglamento como muchos estatutos
siones al “pragmatismo” que caracterizan al
atribuyen esta potestad a la dirección o, en
modelo de la SGME. Y creo que es una con-
su caso, al patronato del museo. En muchas
cesión adecuada porque lo hace más viable
ocasiones, además, la adquisición la realiza un
en nuestro contexto jurídico y administrativo.
órgano por encima de la institución. También
Lo ideal sería, en mi opinión, que se acercara,
hay que contar con aquellos museos, sobre
en este aspecto, como sí hace en otros, al todo los arqueológicos, en los que los ingre-
modelo anglosajón. Pero esto sería quizás sos se producen por mandato legal. Pueden
alejarse demasiado del punto de partida. Al efectuar una previsión de su incremento y
fin y al cabo, tal vez es mejor que esta vuelta adoptar criterios para gestionarlo, pero no pla-
de tuerca sea objeto de una futura evolución nificar objetivos concretos en esta materia. Por
de nuestro modelo, como plantearé al final. último, ¿el área de difusión o comunicación
Ahora sería prematuro. En cualquier caso, no debería participar también en la política
recojo en el siguiente punto (3.2) algunas de adquisiciones? Puede realizar también
ideas (unas expresadas en el manual, otras tareas de asesoramiento, desde el punto de
no) que pueden ayudar a potenciar, sin salirse vista de sus necesidades. Por todo ello, creo
del modelo, una mayor horizontalidad de los que el programa de adquisiciones debe de
programas. ser responsabilidad de los órganos directivos,
› 58
Museo
XI Jornadas de Museología

con la participación del resto de la estructura mentación no estaba aún definido en la


del museo. redacción todavía vigente, pero sí lo está
en la que entrará en vigor próximamente. El
Sigamos con los programas de coleccio-
área de colecciones es su sitio natural. Este
nes. Cada uno de los otros tres se corresponde
departamento, ya creado en muchos museos,
con las competencias de otros tantos depar- concentra y gestiona tareas (inventario, cata-
tamentos. El hecho de agruparlos en un logación y gestión del sistema documental y
conjunto diferenciado es consecuencia evi- del archivo) que antes se repartían entre los
dente de aplicar la organización que recoge departamentos científicos, además de otras
el reglamento de museos estatales. Estos que tenían un carácter más administrativo
departamentos forman el área de “coleccio- (registro). Esta agrupación de programas pre-
nes” (en realidad denominada “conservación tende, a mi entender, motivar la implantación
e investigación”). El departamento de docu- efectiva de esta área en los organigramas.

Programa institucional

Órganos directivos: patronato, director,


¿Programa arquitectónico?
consejo de dirección, consejo asesor...

¿Programa de exposición (permanente)?

¿Todo el área? P. incremento

Dep. de conservación P. de conservación


Área de Programas de
colecciones colecciones
Dep. de documentación P. de documentación

Dep. de investigación P. de investigación

Área de difusión y comunicación Programa de difusión y comunicación

Secc. de seguridad y mantenimiento Programa de seguridad

Área de administración
Secc. de personal Programa de RR.HH.
o gerencia

Secc. económica Programa económico


› 59
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

También persigue, al definir un solo pro- el reglamento) o en una gerencia (según los
grama de investigación, que exista un solo organigramas de algunos grandes museos). En
departamento de investigación, con todas función de la autonomía de gestión de cada
las secciones especializadas que se quiera; o museo, este área tiene un mayor o menor
por lo menos sugerir que los departamentos desarrollo estructural. Puede estar dividida
ya existentes, cuando haya varios, trabajen en secciones, servicios o departamentos. La
de forma coordinada y bajo los mismos crite- aplicación de la estructura de programas
rios. En una palabra, que ocupen la posición favorece que se refuercen esas partes. En
jerárquica que les corresponde, al mismo nivel consecuencia, lo lógico es que estos progra-
y con el mismo peso que otros departamentos mas se agrupen en un epígrafe denominado
funcionales. “programas administrativos o de gestión”.
En algunos museos, el servicio de seguridad
En este orden de cosas, si decidimos
depende directamente de la dirección. En
mantener el programa de incremento entre
ese caso, podría integrarse en otro conjunto
las competencias del área de colecciones,
llamado “programas de dirección”, junto al
y teniendo en cuenta que no existe ningún institucional y ¿al de incremento?
departamento con ese nombre, cabe con-
cluir que habrá de ser una competencia ¿Y el programa arquitectónico? Según la
compartida de los tres departamentos. Otra envergadura y el carácter jurídico del museo,
excusa para potenciar la integración de las podría formar parte del primero de aquellos
partes que conforman este área. Además, grupos (programas de gestión) o del segundo
creo que, una vez más en coherencia con (programas de dirección). Como vemos, ambos
conjuntos se corresponden con competencias
nuestros modelos orgánicos, no tiene sentido
que tienen como objeto facilitar el trabajo del
que existan órganos virtuales. Es decir, si existe
resto del museo, suministrar apoyo estructural,
un área debe existir un responsable de ella.
logístico, financiero, jurídico, laboral... La arqui-
Alguien que dirija esa necesaria tendencia a
tectura no es una excepción: es el contenedor,
la integración de sus departamentos. De lo
el medio, el soporte de todas las actividades,
contrario, ¿quién la representa? ¿Una espe-
el lugar de encuentro entre las colecciones y
cie de triunvirato formado por los tres jefes
el público. En los museos grandes, existe incluso
de departamento? En ese caso, suprímase el
la figura del arquitecto conservador, normal-
área (así, de paso, se reduce la verticalidad
mente integrado en el área de administración
de la pirámide orgánica).
o gerencia. Los pequeños suelen depender
Los programas de seguridad, recursos de un organismo central que no es otra cosa
humanos y económico se corresponden que un departamento de gestión de obras (la
con competencias que habitualmente citada Gerencia de Infraestructuras en el caso
recaen en el área de administración (según de los museos estatales).
› 60
Museo
XI Jornadas de Museología

¿Y el programa expositivo? He dejado Creo que en este caso se ha aplicado un


deliberadamente este programa y el de difu- criterio contradictorio con el seguido a la hora
sión y comunicación para el final. Respecto de agrupar los programas de colecciones. Si
a este último, no hay duda: es competencia ahí la SGME “interviene” para apoyar, gracias
del área homónima. Pero, después de que a los programas, la coherencia de los orga-
hemos visto que las otras áreas, de forma nigramas particulares con lo prescrito por el
explícita (programas de colecciones) o tácita reglamento de museos, ¿por qué no lo hace
(programas de administración), y que incluso también en este caso? El reglamento esta-
la dirección asumen más de un programa blece que la exposición incumbe en especial
cada una, nos encontramos con que la ter- al área de difusión: “atenderá todos los aspec-
cera de las tres que consagra el reglamento tos relativos a la exhibición y montaje de los
¿sólo se encarga de un programa? Salvo que fondos en condiciones que permitan el logro
le asignemos también el programa de expo- de los objetivos de comunicación, contempla-
sición [permanente]. Entonces, ¿por qué no ción y educación encomendados al museo”.
se han agrupado ambos en la estructura que Esos objetivos, además de formar parte de la
propone el modelo de la SGME? Es verdad nómina general de objetivos de la institución,
que tampoco lo han sido los programas de también lo hacen de la nómina particular de
gestión. En ese caso, seguramente se debe este área. Es verdad que el otro área “museo-
a la necesidad de dejar abierta su orga- lógica” (colecciones) debe participar también
nización para que cada museo, como ya en la configuración de las exposiciones; pero
hemos visto, según su carácter y estructura, a su vez el área de administración debe ges-
la termine de “cuadrar”. Y creo que esa es tionar las necesidades jurídicas, económicas y
también la razón por la que el programa de técnicas... Todos los departamentos colaboran
exposición no aparece vinculado a ningún en todos los programas de uno u otro modo.
otro: para que cada museo lo asigne al área Eso está claro. Pero unos deben tener la res-
que prefiera; o para que se constituya en un ponsabilidad o la iniciativa en unas materias
programa común (entonces, según la lógica y otros en otras.
que estoy aplicando desde el principio, su Por tanto, propongo que el programa de
responsabilidad absoluta recaería en los órga- exposición [permanente] forme parte de un
nos directivos). Todos sabemos que aún hay epígrafe más amplio denominado “progra-
museos en los que la exposición permanente mas de difusión y comunicación” o, en todo
(y las temporales) siguen dependiendo de los caso, “programas de exposición, difusión y
departamentos científicos, es decir, del área comunicación”. La exposición permanente
de colecciones. ¿Se trata de no plantear un es el principal medio de comunicación del
modelo que ponga en evidencia esta incon- museo. Las exposiciones temporales están
gruencia? tan vinculadas o más a la permanente como
› 61
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

a otras actividades y productos de difusión. independiente que definiera los objetivos y las
Sobre todo si, además, en ellas se incluyen tareas propias de ese ámbito actualmente
bienes de la propia colección y existe una denominado “comunicación” (en realidad,
relación temática. Los estudios de público y este término, importado desde el mundo del
las evaluaciones, incluidos en el “programa marketing, sufre una lamentable reducción:
de difusión y comunicación”, son tan nece- al menos en un museo, comunicación es, o
sarios para definir la permanente como para debería ser, cualquier cauce de relación con
definir cualquier otro canal de relación con la sociedad).
el público. ¿No se han incluido todos los pro-
De acuerdo. La SGME ha emitido un
gramas que tenían que ver con la colección
modelo y lo ha hecho pensando especial-
en un solo epígrafe general: el “programa
mente en los museos que de ella dependen;
de colecciones”? ¿Por qué no incluir en otro
y, como se repite insistentemente en la
epígrafe todos los programas que tienen que
publicación, luego cada museo, incluidos
ver con el otro gran referente del museo: el
los “suyos”, debe adaptarlo según sus nece-
público, la sociedad?
sidades. Pero esta salvedad sería aplicable al
Por otro lado, en muchos museos (nor- segundo supuesto (separación del “programa
malmente en aquellos que aspiran a obtener de comunicación” en un museo con otras
gran parte de sus recursos de la financiación circunstancias jurídicas), pero no al primero
privada o tienen autonomía de gestión), (separación del “programa de exposición”
algunas tareas que, según el modelo de la en un museo de la SGME), ya que, insisto, si
SGME, competen al programa de difusión aplicamos el reglamento de museos estatales
(marketing, relación con los patrocinadores actualmente vigente, dar forma a la exposi-
y las asociaciones o fundaciones de apoyo,
ción permanente, como todo lo que tiene
prensa, publicidad, gestión de ciertos servi-
que ver con la comunicación, corresponde
cios públicos) están a cargo de gabinetes
al Área de Difusión.
específicos por lo general encuadrados en el
entorno de la dirección o de la gerencia. Esto Por último, ya puestos a reforzar la estruc-
es así seguramente por las implicaciones jurídi- tura del área de difusión, en relación con sus
cas y económicas de estas actividades, pero competencias, creo que debería contar con
también se debe a la necesidad, por parte más de un departamento. No tiene sentido
de los órganos directivos, de controlar direc- que haya un jefe de área del que dependa
tamente las relaciones con ciertos agentes sólo un departamento. Y, si hay una sola
externos. Pues bien, si aplicáramos de nuevo, jefatura, ¿qué es: jefatura de área o de depar-
en estos casos, una lectura “orgánica” de la tamento? Es fundamental manejar las mismas
estructura de programas, nos encontraríamos categorías a la hora de configurar toda la
ante la necesidad de establecer un programa estructura orgánica del museo. En mi opinión,
› 62
Museo
XI Jornadas de Museología

el área de difusión debe tener el mismo peso 3.2. Otras herramientas: estatutos, regla-
orgánico que la de colecciones. Según mi mentos, protocolos, guías de actuación o
propuesta, de ella dependen al menos dos instrucciones
programas. Ya podemos constituir al menos Todas las partes de la estructura orgánica cola-
dos departamentos: el de exposiciones (podría boran en una u otra medida en el desarrollo de
responsabilizarse además de un programa de todos los programas. Ya lo he dicho. Ese es un
exposiciones temporales, desgajado del de principio básico. Como también debería serlo
difusión) y el de comunicación. Pero, si anali- que las responsabilidades tienen que estar
zamos la estructura del “programa de difusión claramente repartidas y asignadas según las
y comunicación” del modelo de la SGME, competencias. Luego, a la hora de la verdad
vemos que ya se prefiguran otros programas y según qué programa, proyecto o servicio,
o subprogramas que bien podrían asignarse las relaciones pueden incumbir a algunas de
a otros departamentos o secciones dentro esas partes y no a otras. Esas relaciones deben
del área, tal y como sugiero en el siguiente estar planteadas en los programas: la iniciativa
cuadro. en materia de exposiciones temporales corres-
ponde al departamento de exposiciones; el
Pueden existir otras soluciones orgánicas
de investigación suministrará la información
y ser igualmente válidas, pero creo que, en
científica; el de conservación controlará las
cambio, está fuera de toda duda que nues-
condiciones de exposición; el departamento
tros museos deben adaptar su estructura para
de recursos humanos organizará el servicio; el
ser capaces de responder a la evolución de
de seguridad, lo suyo; etc. Así lo contempla el
su papel social. Esa adaptación puede llevar
modelo de la SGME, aunque de forma muy
un tiempo. Hemos de tener paciencia. Pero,
general. En mi opinión, los programas debe-
cuanto más tarde empecemos, más se retra-
rían ser un poco más concretos, aunque sólo
sará. Creo que los órganos de que dependen
hasta un cierto punto. Las relaciones transver-
los museos deben mostrar la ruta a seguir e
sales u horizontales podrían quedar recogidas
invitarlos a emprender esa andadura cuanto
en otra serie de documentos o instrumentos
antes. Y creo que deben aprovecharse esfuer-
internos a su vez convenientemente jerarqui-
zos y oportunidades como la elaboración de
zados. Con carácter jurídico los más generales
este modelo para hacerlo.
(estatutos y reglamentos) y administrativo o
Sirva el siguiente cuadro como síntesis de funcional los más concretos (protocolos, guías
todo lo dicho. En él, insisto en la posibilidad de de actuación e instrucciones). Se trataría de
organizar los programas por departamentos establecer, a través de estos documentos, la
y de agruparlos por áreas, de modo que el misma correspondencia que entre organiza-
reparto de responsabilidades sea coherente ción y programas, pero en sentido transversal.
con la estructura orgánica del museo. O la misma que, a nivel físico, se plantea entre
› 63
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

Programa institucional
Órganos directivos: patronato,

director, consejo de dirección, consejo P. arquitectónico (1) Programas de dirección

asesor...
P. incremento (2)

Dep. de conservación P. de conservación

Área de Programas de
Dep. de documentación P. de documentación
colecciones colecciones

Dep. de investigación P. de investigación

Dep. de exposiciones P. de exposición


(permanente)

Dep. de actividades Programa de


Área de difusión y P. de exposiciónes
difusión y
comunicación temporales
comunicación

P. de servicios y
Dep. de comunicación
actividades

Secc. de seguridad y P. de seguridad


mantenimiento
Área de
Programas de
administración
Secc. de personal P. de RR.HH. gestión
o gerencia

Secc. económica P. económico

(1) Podría adscribirse al área y al programa de gestión.


(2) Podría adscribirse al área y al programa de colecciones.
› 64
Museo
XI Jornadas de Museología

la organización espacial y las circulaciones y que actúan de cara al público, pues


los procesos más habituales. Se trataría, pues, deben ofrecer respuestas inmediatas
de crear un “diagrama de adyacencias” den- ante una variada gama de situaciones y
tro de la estructura orgánica y la estructura de exigencias y lo ideal sería que todo ello
programas. estuviera previsto.

He aquí una propuesta orientativa: C. Protocolos. Su función sería establecer los


pasos lógicos de cada proceso concreto.
A. Estatutos. Ya existen en muchos museos
pero regulan fundamentalmente la com- Desde la atención a investigadores o la soli-
posición y las competencias de los órganos citud de reproducciones (interna y externa)
directivos y los rasgos más generales de a la organización de una exposición tem-
la estructura orgánica. En resumen, se poral o la forma de atender al público en
corresponden fundamentalmente con el un curso o un taller. Afectan sobre todo a
programa institucional. En los museos esta- procesos habituales y tipificables.
tales más importantes, aparecen recogidos D. Guías de trabajo. A diferencia de los proto-
en los reales decretos de fundación. Creo colos, las guías serían redactadas a la hora
que deberían ser más ambiciosos y con- de dirigir proyectos concretos, propios de
vertirse en el marco general de relaciones los programas.
entre los programas.
E. Instrucciones. Ayudarían a resolver situacio-
B. Reglamentos internos. Estos son más raros nes concretas tanto en procesos habituales
en el panorama actual. Podrían estable- (completando los protocolos) como en
cerse dos categorías: proyectos concretos (completando las
B1. Reglamentos generales. Terminarían de guías de trabajo). Por ejemplo, las instruc-
concretar las relaciones esbozadas en ciones para la manipulación de objetos de
los estatutos, sobre todo aquellas que la colección servirían tanto para orientar
afectan a varios departamentos. este tipo de acciones en el proceso de
entrega de los objetos para una exposi-
B2. Reglamentos por áreas, departamentos
ción temporal como en el acceso a ellos
y servicios. Fijarían las condiciones ope-
de las personas contratadas para ejecutar
rativas para que el trabajo derivado
un proyecto de conservación o de cata-
de los programas se llevara a cabo de
logación.
forma eficaz. En ellos, se reiterarían las
relaciones concretas entre secciones Si ya redactar los programas supone un
orgánicas que cada tipo de producción gran esfuerzo, ¡qué decir de toda esta bate-
o proceso implica. Son especialmente ría de herramientas complementarias! De
necesarios, en mi opinión, en los servicios todas formas, buena parte de la elaboración
› 65
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

al menos de los reglamentos, si están previs- “opcional” o “extraordinaria” (con las


tos, puede hacerse a la vez que se diseñan jefaturas de departamento o de cier-
los programas. Y las herramientas “menores” tos servicios y secciones). Sería el órgano
pueden irse abordando según se planteen las encargado de la coordinación de los pro-
necesidades durante el desarrollo paulatino gramas y de toda la gestión del museo, así
de los programas. como de la redacción de los “programas
de dirección”.
También es posible adoptar medidas
que refuercen esa necesaria transversalidad B. Consejos sectoriales, por áreas y por depar-
desde el punto de vista orgánico: creando tamentos. Su papel sería la coordinación
órganos colegiados y comisiones permanen- interna de los programas y proyectos de
tes o específicas. Es verdad que, junto a la cada área.
dirección, pueden existir un patronato o un
C. Consejos interáreas, establecidos según
consejo asesor. Son órganos colegiados que,
las relaciones previstas entre ciertos pro-
en teoría, sirven para estrechar las relacio-
gramas y competencias. Por ejemplo,
nes con las instituciones de que depende el
consejos específicos podrían estar encar-
museo o con las que mantiene otro tipo de
gados de coordinar las actuaciones en la
vínculos, así como con otros agentes externos.
exposición permanente, el plan de publi-
Pueden tener carácter ejecutivo o solamente
caciones o la gestión de la información
consultivo. Pero, en cualquier caso, no tienen
científica a través del sistema documental.
ninguna relación con la estructura del museo,
La dirección de estos consejos recaería en
salvo a través de la dirección. Desde un punto
el área o departamento responsable del
de vista operativo, potencian la verticalidad
programa en cuestión.
del organigrama y alejan las decisiones de los
niveles en que se sitúan quienes tienen que D. Comisiones de seguimiento de determina-
ejecutarlas. No aportan ninguna “horizontali- dos proyectos en los que sea necesaria
dad”. No me refiero, por tanto, a este tipo de la colaboración interdepartamental. Por
órganos, sino a otros incluidos en esos niveles ejemplo, comisiones organizadas para la
inferiores de la estructura: me refiero a órga- producción y seguimiento de una expo-
nos “internos”. sición temporal, para la coordinación
de un programa de actividades didácti-
A. Consejo de dirección. Integrado por la
cas o para la gestión de un proyecto de
dirección, la subdirección, las jefaturas de
conservación para el que es necesaria
área y/o las jefaturas de departamento.
abundante información científica.
Podría incluso tener dos composiciones
alternativas, una “permanente” u “ordi- Distingo entre consejos y comisiones para
naria” (con las jefaturas de área) y otra subrayar que aquellos tendrían un carácter
› 66
Museo
XI Jornadas de Museología

permanente y que éstas se crearían al ser- dedicar los trabajadores del museo una parte
vicio de esfuerzos específicos y temporales, apreciable de su tiempo a las tareas de coor-
disolviéndose una vez los proyectos “llegasen dinación. Se podría expresar mediante una
a puerto”. Cualesquiera otros dos términos ecuación: por debajo de un cierto número de
serían igualmente válidos siempre que respe- personas, el sistema puede llegar a bloquear
tasen esta diferencia de carácter. Este sistema al museo; pero, por encima de él, los benefi-
de trabajo conlleva también un gran esfuerzo cios de la coordinación tienen una progresión
pues obliga a todo el museo a trabajar en geométrica.
equipo, lo cual no siempre es fácil. Además, Ambos planos de coordinación y trans-
aunque creo que puede llegar a ser muy efi- versalidad, el documental y el orgánico,
caz, seguramente exige, para que sea así, podrían relacionarse como propone el
una mayor dotación de recursos humanos al siguiente cuadro:

Herramientas documentales Herramientas orgánicas

Estatutos Consejos de dirección (plan)

Reglamentos Consejos interdepartamentales (programas)

Protocolos
Comisiones de seguimiento de proy. (temporales)
Guías de trabajo e instrucciones

3.3. Una nueva definición del subprograma de › Que otorgue tanta importancia a las “inves-
investigación tigaciones externas”.
En mi opinión, existen dos aspectos en este
Vayamos por partes.
subprograma integrado en el programa de
colecciones que admiten enfoques diferentes Por un lado, el programa de investigación
a los adoptados por el modelo de la SGME. forma parte de los programas de colecciones.
Esos aspectos discutibles son: Por tanto, ¿por qué se incluyen en él inves-
tigaciones que no tienen como objeto de
› Que el subprograma de investigación estudio las colecciones y sus contextos tales
incluya todas las materias que pueden ser como aquellas “orientadas […] en torno […]
estudiadas mediante una metodología al edificio y el público, en sentido amplio”? A
científica en el museo16. mi modo de ver, tampoco deberían incluirse

16
En realidad, así concebido, resultaría ser un programa verdaderamente transversal, al modo anglosajón, lo cual, en mi opinión, estaría muy
bien si el resto de los programas estuvieran regidos por los mismos principios. Pero, como no es así, lo que sugiero en los siguientes párrafos
es precisamente que se resuelva esta contradicción a favor de la mayor coherencia de este programa con el criterio general adoptado
por el modelo.
› 67
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

las que giran “en torno a la conservación y menos inconsciente los redactores del modelo
restauración” de esas colecciones ni cua- sí habrían cedido un poco, en cambio, ante
lesquiera otras que no tengan una relación esa resistencia). Nunca lo he entendido pues
directa con el conocimiento sobre los fondos ¡bastante trabajo tienen con investigar los sig-
museográficos como objeto semántico del nificados de las colecciones y valorarlas en sus
museo. Todas esas otras investigaciones tie- contextos culturales! Una tarea fascinante y
nen sus propios programas o subprogramas de gran responsabilidad.
de referencia y, de hecho, se incluyen en
Por otro lado, creo que las investigacio-
ellos de forma coherente en el modelo. ¿Por
nes “externas” sobre los fondos del museo no
qué se produce esta reiteración? ¿No debe-
deberían ser objeto de este programa en el
ría entonces ser el programa de investigación
sentido de que no son “programables” y, por
un programa transversal que “informara” a
tanto, el museo no debe depender de ellas.
los otros programas en aquellos aspectos
La elección del objeto de trabajo y del enfo-
que tuvieran una carga analítica y cientí-
que, en su caso, es totalmente independiente
fica? En cualquier caso, tendría que quedar
de los intereses del museo. El museo no puede
un programa específico dentro del grupo de
esperar de ellas que resuelvan en alguna
programas de colecciones.
medida las necesidades de conocimiento de
Creo que este hecho tiene una explica- sus colecciones. Ni utilizarlas como excusa si el
ción: el programa se ha organizado en función propio museo no las satisface. Si aportan algo,
del “quién” y no del “qué” o el “cómo”. Dis- bienvenido sea, pero lo más normal es que el
tingue entre las investigaciones realizadas por investigador ajeno no haga a los objetos las
“los de dentro” y las llevadas a cabo por “los mismas preguntas que les haría el museo. Está
de fuera”, considerando a aquellos como el bien exigir a esos investigadores contraparti-
conjunto de técnicos del museo. Pero esos das, que suministren la información obtenida
técnicos se reparten por todos los departa- gracias a la colaboración del museo, pero
mentos, no están todos en el departamento para eso basta con incluir unas cláusulas
de investigación. Me parece que subyace en los protocolos del servicio de atención a
la idea del conservador todo terreno que lo investigadores. Como servicio aparece con-
mismo organiza un estudio de público que templado, por cierto, en el programa de
monta unos análisis de materiales y corro- difusión y comunicación. Y así debe de ser. Se
siones. Tal cosa no concuerda totalmente trata de un servicio público para un público
con la filosofía del museo de funciones que específico con necesidades específicas. De
consagra el modelo de la SGME. Me parece hecho, el contacto con el departamento
que en esta cuestión aflora la resistencia de de investigación podría quedar reservado
los departamentos de investigación a ceder para circunstancias particulares previstas en
competencias (digamos que de forma más o los protocolos. Para lo demás, las relaciones
› 68
Museo
XI Jornadas de Museología

habrían de establecerse con el departamento 3.4. Un programa poco maduro: el de


de documentación (con el fin de acceder a difusión y comunicación
la información ya asociada a los objetos) y Al “programa de difusión y comunicación”
con el de conservación (con el fin de acceder le falta quizás un poco de maduración.
a los objetos mismos). El área de difusión y el Especialmente si lo comparamos con los
departamento de documentación se ocupa- “programas de colecciones”, el “programa
rían también de facilitar un acceso on line que arquitectónico” y precisamente el “programa
sin duda podría resolver el 80% de las consul- de exposición”. Ahora no me refiero tanto a
tas de carácter científico que habitualmente su estructura, ya comentada, sino a su con-
recibe un museo. tenido.

Bien. Hechas estas consideraciones y “libe- Se aprecia la falta de rodaje de nues-


rado” el programa de investigación de buena tros museos y de su órgano superior en esta
materia, cuyo desarrollo, en cualquier caso,
parte de las tareas previstas por el modelo,
es relativamente reciente. Los museos llevan
¿qué nos queda? Mucha tela que cortar. El
décadas investigando, documentando y con-
programa debe organizar la ingente tarea
servando sus colecciones. Sólo en las últimas,
de estudiar las colecciones. La información
especialmente en nuestro país, se han empe-
que ha ido recogiendo el museo sobre ellas
zado a preocupar por hacerlas accesibles
normalmente adolece de lagunas y de una
a capas cada vez más amplias de la socie-
cierta falta de actualización. Además, hay
dad. Primero, a través de la educación y la
muchas formas de “mirar” a las colecciones
didáctica; después, adaptando los sistemas
y de obtener relaciones significativas de los
de comunicación y acercándose al lenguaje
objetos. Pruébense otras nuevas. Estudiar siste-
y a las inquietudes de la “gente de la calle”.
máticamente los fondos museográficos (y los
Las transformaciones tecnológicas y socia-
documentales) requiere un esfuerzo enorme, les experimentadas por nuestro entorno han
y un gran tesón. Y es una tarea exclusiva del puesto al alcance de los museos, en muy poco
museo. Deben buscarse los refuerzos nece- tiempo, una gran variedad de nuevos medios
sarios y planificar el trabajo año tras año. que están empezando a aprender a utilizar.
También debe preverse cómo va a trabajar Todavía en muchos de los museos la mayor
el departamento al servicio de los objetivos de parte de la estructura orgánica está relacio-
comunicación del museo: publicaciones, web, nada con tareas en torno a las colecciones
cursos, exposiciones… y cómo va a colabo- y las áreas o los departamentos de difusión
rar con los otros departamentos y programas tienen un desarrollo relativamente pequeño.
(volcado de la información en el sistema Ya no son los DEAC o los gabinetes didácticos
documental, asesoramiento del trabajo del de antaño, especie de “apósito” incrustado
departamento de conservación...). de forma casi “antinatural” en el organigrama
› 69
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

del museo. Pero tampoco tienen, por lo gene- de categorización. Soy consciente de que
ral, la capacidad necesaria para afrontar la estoy proponiendo, para este programa, una
ingente cantidad de nuevos retos que van sur- forma de organización basada en el modelo
giendo en este terreno. La propia SGME no ha denominado “trabajo por objetivos” (cada
contado con un área específica hasta su muy segmento de público constituiría un “obje-
reciente remodelación y sólo a partir de ahora tivo”). En realidad, creo que esta forma de
dará los primeros pasos en su responsabilidad “entender” los programas se podría aplicar
de emitir patrones de trabajo y organización a todos, al menos en su redacción concreta
y de coordinar actuaciones. dentro de cada plan museológico concreto,
En ese contexto, es normal que se intuyan e incluso a la relación entre ellos. Esta idea
las líneas de programación que se han de está también implícita en mi propuesta de
seguir pero que todavía no hayan adoptado creación de órganos o equipos transversales.
la forma más adecuada. Veamos algunas Anticipo así, en ambos casos, la “vuelta de
alternativas. tuerca” a este modo de planificación que
esbozaré al final.
Está bien comenzar por definir los públicos
y agentes a los que se va a dirigir el museo, Por otro lado, se echan en falta en el pro-
pero lo ideal sería que luego estos segmentos grama de difusión algunos conceptos, tales
ordenaran el resto del programa: qué vamos como la accesibilidad conceptual y cogni-
a utilizar para comunicarnos con este público, tiva (se hace hincapié en cambio en la física)
qué para hacerlo con este otro, y cuáles o la comunicación interna. Hoy en día, las
son sus necesidades. Creo que ese debería organizaciones productivas otorgan gran
ser el criterio rector y ordenador de todo el importancia a este tipo de comunicación. Se
programa. Y no seguir una organización de supone que facilita los procesos de integra-
tipologías de mediadores: exposiciones, publi- ción de todas las partes de una estructura.
caciones, actividades, etc. La comunicación Debería plantearse como una necesidad a
es una cadena formada por eslabones de la hora de reforzar las relaciones entre pro-
unos tipos y otros combinados. Así obten- gramas. No se trata sólo de crear órganos
dríamos un programa para el público A, transversales como he propuesto antes, sino
con sus objetivos, desglosado en acciones de que la información fluya por el interior del
e instrumentos de difusión, captación, aten- sistema. Quizás no sea tarea del programa de
ción, satisfacción y retención; otro para el difusión y comunicación, sino de otro especí-
público B; y así sucesivamente. Aunque se fico encuadrado dentro de los programas de
mantenga, por razones de organización, la dirección o gestión; pero en cualquier caso
estructura tipológica, al menos debería cru- este concepto debería incorporarse a la prác-
zarse inmediatamente con esta otra forma tica habitual de nuestros museos.
› 70
Museo
XI Jornadas de Museología

Por último, también hay alguna cosa que el de los proyectos en que puede desglosarse
no encaja del todo bien en este programa. el programa arquitectónico (o, con algunos
¿Por qué los criterios de préstamos de fon- matices, el expositivo)17.
dos museográficos para exposiciones ajenas
La adaptación de esta estructura de pro-
se incluyen en él? ¿Existe alguna posibilidad
yectos a otros programas, tal y como también
de que los organizadores de esas exposicio-
propone el manual, constituye una sugerente
nes trabajen al servicio de los objetivos del
museo? Lo normal es que tengan sus propios posibilidad, aunque requiere de una buena
criterios y objetivos. En mi opinión, la política dosis de imaginación. Hay programas que
de préstamos del museo está muy vinculada seguramente exigen una mayor variedad de
al programa de incremento, en la medida en proyectos, aunque cada uno de ellos sea de
que ambos “tratan” a las colecciones como menor envergadura, y que tienen que organi-
un recurso o activo del museo, y tal vez debe- zarse de una forma muy diferente (me remito
ría asociarse a él. al ejemplo que, a partir del programa de
conservación del MNAD, puse más arriba). Lo
3.5. Los proyectos: pendientes del desarrollo
ideal sería contar con esquemas de referencia
de modelos tipológicos y procesales
adaptados a las peculiaridades genéricas de
A la hora de plantear el desarrollo de los pro-
yectos, el modelo es ambicioso y muy abierto, cada programa y que además contemplaran,
tal y como ya hemos analizado más arriba. como variantes, algunas de las formas más
Toda la ejecución del plan se organiza en habituales de desarrollar cada uno de ellos.
proyectos, internos y externos, de todo tipo y Con estos puntos de partida más concretos,
condición. El manual enumera algunos de los sería más fácil lograr la adaptación a cada
proyectos posibles, dentro de cada programa, caso particular. Es verdad que del esquema
en los cuadros 11, 13, 15, 17, 19, 21, 23 y 25. de proyectos del programa arquitectónico se
Pero, a la hora de definir su estructura (págs. puede obtener una especie de patrón gene-
44 a 57), lo hace sólo con un conjunto de ellos, ral; éste:

17
En este punto se produce un “lapsus” terminológico al hablar más bien de las fases del “proyecto arquitectónico” (no así en el cuadro
15, correspondiente a los “proyectos del programa arquitectónico”). Ya hemos dejado sentado que, en este nivel de la planificación, nos
manejamos por programas. Por ese motivo, propongo la siguiente precisión o desglose de proyectos sucesivos dentro del programa arqui-
tectónico:
› Proyectos o estudios previos (cada uno es un proyecto distinto).
› Ante-proyecto (siempre será un proyecto independiente, pues es anterior al primer concurso).
› Proyecto básico y de ejecución (un solo proyecto: normalmente los elabora un mismo equipo, objeto del primer concurso).
› Ejecución (un solo proyecto, aunque podría desglosarse en varios, objeto del segundo concurso).
Esto es así tanto desde el punto de vista conceptual como desde el administrativo. Excepcionalmente el proyecto básico y el de ejecución
y la ejecución propiamente dicha podrían constituir un solo proyecto al “agruparse” en un solo concurso. En los programas de más enver-
gadura, en especial en los arquitectónicos, se recomienda evitar esta “agrupación” para favorecer que los responsables del proyecto y los
de la ejecución no respondan a los mismos intereses económicos y que, en cambio, se establezca una relación dialéctica entre ellos. De
hecho, la dirección de obra se suele contratar aparte o dentro del proyecto básico y de ejecución a los redactores de este proyecto. Por
el contrario, la “agrupación” es bastante frecuente en los proyectos expositivos o de otra índole. En los programas de más envergadura,
en especial en los arquitectónicos, se recomienda evitar esta “agrupación” para favorecer que los responsables del proyecto y los de la
ejecución no respondan a los mismos intereses económicos y que, en cambio, se establezca una relación dialéctica entre ellos. De hecho, la
dirección de obra se suele contratar aparte o dentro del proyecto básico y de ejecución a los redactores de este proyecto. Por el contrario,
la “agrupación” es bastante frecuente en los proyectos expositivos o de otra índole.
› 71
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

› Proyectos o estudios previos, para afinar los Es evidente que la casi infinita variedad de
objetivos del programa. posibles proyectos impedía tipificarlos todos
y así se señala en el texto (“sin ánimo de ser
› Proyectos de diseño (de organización de un
exhaustivos”), para finalmente seleccionar
servicio, de instalaciones, de actividades
sólo esos dos tipos: los arquitectónicos y los
didácticas, de exposiciones temporales, de
una web...), para condicionar los contratos expositivos (es decir, los antiguos “proyectos
de ejecución, suministros o servicios. museográficos”). Es decir, aquellos que cuen-
tan con más rodaje y han constituido la base
› Proyectos de ejecución (prestación del ser- sobre la que se ha ido armando todo este
vicio, instalación de un sistema, realización edificio de la planificación museológica. Es
de unos talleres, montaje de la exposición
verdad que ambos tipos de proyectos no
temporal, mantenimiento de la web...).
podían faltar en este manual, reflejando
Pero, efectivamente, es tan general que su forma actual, culminación de todo ese
sólo sirve de esbozo abstracto. Aunque es un proceso de desarrollo y afinamiento. Es ver-
principio. dad que siguen siendo de gran importancia

Fig. 3. Fases de un proyecto según el modelo de la SGME. En realidad, se trata del desarrollo de una parte de un programa (inspirado en el
arquitectónico) ya que administrativamente los estudios previos han de considerarse proyectos en sí mismos.
› 72
Museo
XI Jornadas de Museología

y revistiendo una mayor complejidad que derivados), por su tipología (estudios previos,
muchos otros. Es verdad que en el texto se proyectos de diseño o consultoría, proyectos
propone que, como ya he comentado más ejecutables), etc. Más adelante incluso se
arriba, su estructura y los procedimientos aso- podrían redactar guías de trabajo por espe-
ciados pueden ser adaptados, con un poco cialidades o materias, a lo que, bien dirigidos,
de imaginación, a la configuración de muchos podrían contribuir sin duda los técnicos de los
otros tipos de proyectos. Que constituyen una museos con más experiencia en ellas.
buena referencia metodológica. 3.5. El cronograma: ¿y los museos que ya
Pero da la sensación de que en este punto están “en marcha”?
los redactores del manual han decidido Con el modelo o propuesta de cronograma,
detenerse en esta tercera fase, dejarla sólo sucede algo parecido que con los proyectos:
esbozada o como “tarea pendiente”. Y efec- a la hora de plantear un esquema, el texto
tivamente debe quedar pendiente, pero no de la SGME se sitúa dentro de las coordena-
de forma imprecisa, sino planteada como un das de la “puesta en marcha de un museo18”,
objetivo inmediato, dentro de lo que podría- dejando pendiente, a mi modo de ver, el
mos considerar una nueva etapa de desarrollo diseño o al menos el esbozo de otros posibles
y mejora del modelo, de evaluación y per- esquemas; no necesariamente esquemas
feccionamiento de sus herramientas. Debería cerrados, pero sí al menos propuestas que
evitarse el riesgo de transmitir que, en materia puedan servir de referencia o inspiración en
de proyectos, seguimos en la etapa anterior, otro tipo de supuestos o puntos de partida,
preocupándonos mucho por la arquitectura y aquellos más frecuentes o generales. De
hecho, el esquema que se presenta nace
la exposición permanente y dejando todo lo
de este mismo planteamiento. “El estableci-
demás al albur. El peso de la tradición (o del
miento de un único modelo de trabajo y de
pragmatismo administrativo) se hace entonces
una secuencia estándar constituye una tarea
demasiado evidente: a la hora de la verdad,
difícilmente abordable [dado que] las particu-
no terminan de disolverse las viejas categorías.
laridades de cada institución [y muchos otros
Sobre esta “tendencia” volveré al final.
factores] convierten cada actuación en un
En mi opinión, es posible sistematizar toda caso singular. A pesar de ello, con el fin de
una serie de procedimientos más o menos responder al espíritu eminentemente práctico
comunes a ciertos tipos de proyectos, no de esta propuesta y asumiendo los posibles
tanto agrupados por sus contenidos como por errores de un documento [que adopta] una
sus características formales. Ya he dado antes forma ideal, resulta de gran interés mostrar un
unas pistas en este sentido: por su adscripción cronograma [...] según la estructura y método
(internos o externos), por su coste y enver- de [este manual]”. Sin embargo, esa no es la
gadura (y los procedimientos contractuales situación de partida de una buena parte de

18
Un análisis detallado de este cronograma puede encontrarse en el ya citado artículo de Marina Chinchilla en el nº 1 de la revista Museos.es.
› 73
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

los museos en los que se aspira a inculcar la son de esos pequeños detalles que luego pue-
“costumbre” de trabajar con la guía de un den abrir la puerta a una mala interpretación
plan museológico, incluso considerando que la del modelo.
creación de museos ha alcanzado un notable
Por un lado, me parece que la inclusión,
ritmo en los últimos tiempos (excesivo, si pen-
entre la fase I y la II, de la “decisión de la
samos que se hace a cambio de descuidar
puesta en marcha” puede llamar a engaño.
otros ya creados) y que las remodelaciones
Habría, en todo caso, que precisar a qué
integrales de museos podrían clasificarse y tipi-
tipo de decisiones se refiere. La decisión de
ficarse como verdaderas refundaciones (con
crear un museo de la “nada” normalmente
la objeción que hago más abajo).
se toma siempre antes de redactar el primer
No digo que este ejemplo esté mal elegido; documento del plan museológico, salvo que
digo que deberían tipificarse (esperando, si en este supuesto identifiquemos ese docu-
se quiere, a esa etapa de mejora del modelo mento con la serie de informes, valoraciones
que he propuesto en el punto anterior) otros y estudios de viabilidad en la que, en el mejor
casos recurrentes. Y que es posible. La elec- de los casos, se puede apoyar tal decisión.
ción de este ejemplo se justifica porque se Y sabemos que no debería producirse dicha
corresponde con la situación más exigente reducción: tomada la decisión, una especie
y completa a la que debe enfrentarse un de “comisión promotora o constituyente”
museo (que aún no existe), aquella que, por (puesto que aún no hay estructura orgánica)
tanto, permite desplegar y secuenciar el más debería redactar el primer documento del
amplio abanico de programas y proyectos. De plan con el fin de definir el proyecto y, eso
acuerdo. Puestos a elegir un ejemplo, escoja-
sí, orientar las decisiones sobre su desarrollo
mos el que dé más de sí, para así poner de
y la configuración del museo (programas).
manifiesto la complejidad que la programa-
Me parece poco probable que el primer
ción puede llegar a alcanzar (en su máxima
documento pueda revocar la decisión origi-
expresión: de la fundación al pleno funciona-
nal. Es más, hasta tal punto debe existir una
miento de un museo): la multiplicidad de fases,
continuidad en el trabajo, una vez puesta la
su necesaria imbricación, “los hitos o puntos
“maquinaria” a funcionar, que lo ideal sería
estratégicos que componen el proceso” y el
que esa “comisión” actuara, para disolverse
reto que supone coordinar tantas actuacio-
después, hasta la redacción de la primera fase
nes interrelacionadas. Su elección también se
de los programas institucional, económico y
justifica porque se corresponde con unos pro-
de recursos humanos (fase correctamente
cesos cuyo orden lógico admite muy pocas
separada del resto de los programas).
variaciones. Sólo tengo dos observaciones
que plantear. Se trata de pequeños detalles, Decidida la forma y la constitución de
pero creo que, como sucede muchas veces, los órganos rectores y de la futura estructura
› 74
Museo
XI Jornadas de Museología

orgánica y dotada esa estructura de al menos de sede. Aquí viene la objeción a la que he
un primer “núcleo duro” de técnicos ubicado hecho referencia más arriba.
en una especie de oficinas provisionales
En primer lugar, es posible que, en este
(puesto que aún no hay edificio), las personas
caso, no sea necesaria esa primera fase de
de este modo ya implicadas en el proyecto
algunos programas salvo que se pretenda
elaborarán el resto de los documentos y diri-
aprovechar para cambiar el estatus jurídico
girán la “puesta en marcha” del museo. En
del museo con nuevos órganos de gobierno
esta fase 1 de los programas, deben a su vez,
o su estructura orgánica (programa institu-
efectivamente, asignarse los primeros recur-
cional); o se decida contratar una serie de
sos económicos, aunque sólo sea para pagar
consultorías externas o transformar sus fuen-
esas oficinas, unos medios elementales de tra- tes de financiación (programa económico); o
bajo y los sueldos de ese grupo “pionero” del su dotación de personal sea tan escasa que
equipo del museo. Quizás se podría modificar urja reforzarla desde un primer momento o,
ligeramente el cronograma de esta forma: viceversa, sea necesario despedir o reubicar
1. Intención de crear un museo. a una parte del personal ya existente mientras
se prolonga la remodelación (programa de
2. Estudios de viabilidad y otros informes.
recursos humanos). Pero en muchas ocasio-
3. Decisión de crear el museo.
nes nada de esto es preciso. Considerémoslo,
4. Plan museológico: planteamiento con- de cualquier modo, como un ejemplo de esas
ceptual. “particularidades” o “singularidades” que
5. Plan museológico: análisis y evaluación. puede llegar a adoptar el modelo al aplicarlo
6. Decisiones sobre las características del a situaciones reales: puede haber fase I o no
museo. haberla, si bien es bueno que esté prevista su
posible necesidad.
7. Plan museológico: fase I de los programas
institucional, económico y de recursos En segundo lugar, la inclusión del primer
humanos. documento en el cronograma desvirtúa el
8. Plan museológico: resto de los progra- modelo. En este caso y en cualquier otro que
mas. no sea el de un museo de nueva creación.
La citada nota no aclara suficientemente la
9. …
confusión. No evita la sensación de que la
Por otro lado, en el manual también se decisión sobre lo que se va a hacer ya está
sugiere que la utilidad de este modelo de tomada antes de poner la “primera piedra”
cronograma podría ampliarse si se aplica, con del plan y que tampoco en este aspecto se
algunos matices, a museos que se enfrentan ha soltado todo el lastre del modelo de la
a una remodelación integral o un cambio etapa precedente. Creo que, si no es así, y
› 75
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

no debería serlo, entonces cualquier modelo 4. Plan museológico: programas (con fase
de cronograma debería subrayar esa separa- I de los programas institucional, econó-
ción tajante entre el primer documento y los mico y de recursos humanos o no).
programas del modo más sencillo: no inclu- 5. …
yendo el primer documento en el esquema
Opción B: si la decisión es remodelar la
(así tampoco haría falta la nota). Parece sólo
exposición permanente:
un matiz, pero es un matiz fundamental. La
piedra angular de esta nueva forma de tra- 4. Plan museológico: programa de exposi-
bajo, diría yo. Ha de explicitarse el cambio de ción (con ajustes en todos los programas
planteamiento a lo largo y ancho de todo el para adaptarlos a los nuevos objetivos
modelo, en todas y cada una de sus partes del museo).
(teoría, anexos y herramientas de trabajo), 5. …
especialmente en sus expresiones más gráfi-
Otras opciones…
cas, pues, no lo olvidemos, son estos esque
mas o plantillas los que, gracias a su capaci- Insisto en que, también en este asunto de
dad para condensar la estructura que vamos los tipos de cronogramas, animo a la SGME
a seguir, todos utilizamos en el momento de a avanzar otro trecho en una siguiente e
poner manos a la obra. inmediata etapa. Puede esperar un poco
y aprovechar los ejemplos de aplicación y
Sea como fuere, ya tenemos aquí un
adaptación que vayan surgiendo de la mano
segundo tipo de cronograma. Es posible
de los primeros planes museológicos de los
que, en estos casos (remodelación integral o
museos (de esos “casos singulares”) para ir
cambio de sede de un museo ya existente),
sistematizándolos. Puede también confiar en
se pueda aplicar el resto del esquema ya
que los técnicos de esos y otros museos sepan
publicado en el desarrollo del plan; pero los
redefinir el esquema publicado al servicio de
primeros pasos (los pasos claves) son diferen-
sus necesidades, ensamblando de otra forma
tes y eso justifica, por sí sólo, que se diseñe un
las partes, suprimiendo aquellas que no les
cronograma diferente.
sean precisas, como acabo de hacer en los
1. Plan museológico: planteamiento con- párrafos precedentes. Seguro que sabrán.
ceptual. Pero creo que, ya metidos en faena, la SGME
2. Plan museológico: análisis y evaluación. debe llegar un poco más lejos. Los primeros
pasos en un nuevo camino son siempre difíciles
3. Cualquier decisión…
y cualquier orientación es poca: si los museos
Opción A: si la decisión es construir un pudieran contar con “mapas” para poderse
nuevo edificio o remodelar completamente mover también por las variantes y bifurcacio-
el actual: nes, y no sólo por el camino principal, al que
› 76
Museo
XI Jornadas de Museología

muchos de ellos no tienen acceso, les costa- organizar los objetivos y las actuaciones deri-
ría menos embarcarse en esta nueva forma vadas de aquel, puede redactarse un plan
de navegar. ¡Levamos anclas! estratégico. Me explicaré. Un plan estratégico
no se plantea una reflexión sobre la esencia
del museo ni lo analiza de forma global. De
4. hecho, no es un instrumento de reflexión. Es
un instrumento ejecutivo: establece las princi-
Consideraciones generales sobre el pales prioridades del museo y las estrategias
modelo: oportunidad y coherencia para satisfacerlas. En cierta medida, es un ins-
4.1. ¿Plan museológico o plan estratégico? trumento de marketing y relaciones públicas:
En mi opinión, al menos tal y como lo ha defi- su objetivo es plantear, de forma muy clara y
nido la SGME, un plan museológico no es un atractiva, los proyectos que el museo aspira a
plan estratégico, o viceversa. Esta es una de poner en pie para así conseguir el apoyo ins-
titucional o privado necesario para llevarlos a
las confusiones que se ven con cierta fre-
cabo. El plan estratégico vende una imagen y
cuencia. Es más, diría que se ven con cada
ofrece la posibilidad a otros organismos y enti-
vez más frecuencia, ya que éste es uno de
dades de asociarse a ella, de embarcarse en
esos conceptos ajenos que se ha importado
esa nave. Creo que estos son los rasgos que
al mundo de los museos más recientemente,
caracterizan a este tipo de “planes” según se
y con especial vigor, sobre todo entre los
desprende también de la definición que hace
museos grandes. Se usa mucho en el mundo
de ellos Moore (2005: 39).
anglosajón, pero aquí lo empiezan a usar tam-
bién museos como el Museo del Prado o el Por tanto, un plan estratégico es en reali-
Museo Nacional de Arte de Cataluña, no por dad, si no queremos apartarnos del modelo
casualidad instituciones públicas con un alto actual de planificación de museos, una herra-
grado de autonomía y con la impronta de ser mienta de carácter transversal que se sitúa en
las máximas instituciones culturales de sus res- el nivel de los programas y que selecciona,
pectivos territorios políticos. de entre todos, aquellos proyectos que se
consideran fundamentales para el desarrollo
Lo que quiero decir es que, a mi enten- completo del plan, los pilares sobre los que
der, un plan estratégico no puede sustituir a se asienta todo el plan, de forma que sean
un plan museológico porque no son la misma esos proyectos (también los más expresivos y
cosa. Aquel no responde a las mismas pre- reconocibles) los que “tiren” de todo el plan.
guntas y necesidades que éste. Creo que O dicho de otro modo, el plan estratégico
es conveniente redactar siempre en primer hace que todo el plan gire en torno a estos
lugar un plan museológico y después, si se proyectos porque se considera que, si estos no
considera una herramienta adecuada para se ejecutan, el resto del plan no tiene sentido.
› 77
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

Podríamos denominarlo también “plan de pro- I: definición de la institución”). En eso coinciden


yectos estratégicos”. ambos modelos, el anglosajón y el “español”,
pero aquel, tal y como lo propone Moore, se
De hecho, en el mundo anglosajón,
corresponde con un texto mucho más “ligero”
manejaban hasta hace poco los siguientes
y conciso. Moore (2005: 40) explica esta evolu-
subconceptos:
ción hacia la simplificación como una nueva
› Plan general (museológico). influencia de los modelos empresariales (no
› Planes estratégicos globales (transversales). olvidemos el contexto en que se mueven los
› Planes estratégicos por funciones (planes museos ingleses y estadounidenses). Una ver-
de área y departamentales). dadera “crisis” sacude a la planificación en
los agresivos mercados capitalistas: se aban-
› Planes concretos (departamentales).
donan los muy sesudos y trabajados planes de
Las últimas tres categorías podríamos con- acción porque, por un lado, representan un
siderarlas tres maneras de ordenar lo que en el gran esfuerzo y, para cuando se empiezan a
modelo de la SGME se tipifica como “progra- aplicar, en un mundo en el que las tendencias
mas”. Digamos que en el mundo anglosajón y los valores mutan a una velocidad de vér-
se potencian las relaciones entre programas tigo, ya se han quedado desfasados; y, por
(las relaciones son el eje, no los programas) otro lado, porque resultan demasiado rígidos
y aquí potenciamos los programas (con sus y representan un corsé para la “imaginación”
correspondientes relaciones en un plano empresarial. Según esta postura, es preferible
complementario). Esta diferencia no es baladí: plantear unas cuantas ideas generales y des-
responde a un diferente concepto de la pués desarrollar planes estratégicos de muy
organización del trabajo en los museos (y en corta duración.
cualquier institución), como ya hemos visto.
De estas comparaciones, se deduce, en
4.2. ¿Nace desfasado el modelo de la SGME? síntesis, que el modelo de la SGME no potencia
Del trabajo de Moore que acabo de citar, se tanto como el anglosajón las relaciones inter-
desprende que en su entorno se está dando nas (aunque no las soslaya) y, a diferencia de
un nuevo paso: se abandona la redacción éste, aquel está formado por una abundante
del “plan general” y éste queda reducido a cantidad de documentos y partes constitu-
lo que denominan la “declaración de misión” yentes, algunas muy precisas y complejas.
(Moore, 2005: 35). Antes he dicho que lo ideal Además, no contempla la traducción del plan
es no abordar la elaboración de un plan estra- museológico en un plan estratégico, aunque
tégico sin haber producido un documento no lo impide y, de algún modo, está implícito
previo de reflexión: un plan museológico (lo (es una cuestión de forma y de concepto).
que en el modelo de la SGME se corresponde- Cabe, por tanto, preguntarse si no nacerá en
ría al menos con el documento llamado “fase cierta medida desfasado. En mi opinión, la res-
› 78
Museo
XI Jornadas de Museología

puesta es que puede que lo esté en algunos En nuestros museos, el peso de “lo institu-
aspectos concretos, pero que, en general, cional” es muy grande. El principal agente
supone una puesta al día más que notable “externo” es siempre la administración de la
de los procedimientos en materia de planifica- que dependen, pues de ella reciben todo lo
ción en nuestro contexto museológico, como que necesitan: los recursos humanos y econó-
ya dije al principio. Por lo demás, el marco micos y, sobre todo, las decisiones importantes.
jurídico y administrativo al menos de nuestros En consecuencia, existe el riesgo de redactar
museos públicos, y en especial de aquellos los planes, como en una canción romántica,
con poca autonomía de gestión, exige y a la “sólo para ella”, teniendo en cuenta sólo sus
vez permite que se elaboren documentos más intereses. En teoría, esos intereses coinciden
detallados y sopesados, sobre todo porque en con los de la sociedad que ha elegido a quie-
la mayor parte de los casos son los primeros de nes la dirigen, pero todos sabemos que éste
esta índole que se redactan (o redactarán) en es un camino demasiado indirecto como para
su historia. Merece la pena poner una buena conocer con precisión esos intereses. Además,
base documental. en una sociedad democrática, la administra-
ción, y por tanto sus museos, deben servir a
4.3. Un plan adaptado a las necesidades del
todos por igual, incluidas las minorías. Sólo
museo, pero ¿se adaptan el museo y, por
podremos escuchar esa polifonía de voces
tanto, su plan a las necesidades sociales?
en toda su riqueza de matices si nos dirigimos
Un último comentario a la propuesta de
directamente a quienes las emiten.
Moore. Es un aspecto de la cuestión que
creo que debe ser objeto de futuras reflexio- 4.4. Coherencia y compromiso con el
nes. En opinión de Moore, en la elaboración modelo por parte de los órganos superiores
del plan, incluida la declaración de misión Terminemos, pues, hablando de la estructura
(y especialmente en ella), deben participar administrativa superior en la que se insertan los
todos los agentes con los que se relaciona el museos públicos y de la cuota de compromiso
museo o con los que pretende relacionarse por su parte que es necesaria para el éxito del
(ha de tenerse en cuenta también al público modelo.
potencial y al “no público”). En el modelo de
› Museos de gestión directa
la SGME, aparecen contemplados, cómo
no, los estudios de público, pero en una posi- Efectivamente, el éxito del modelo pasa
ción secundaria, en la que no pueden tener por que los museos lo apliquen y se pongan a
la suficiente influencia sobre la concepción redactar sus planes museológicos y lo hagan
del museo en su globalidad. Si se aplicase el siguiendo las pautas del modelo; y pasa tam-
modelo de Moore (2006: 41), estos estudios bién por que las decisiones que se tomen en
deberían incluirse en un momento temprano cada plan se traduzcan luego en acciones
de la fase I de la SGME. ejecutivas buena parte de las cuales son res-
› 79
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

ponsabilidad y competencia de los órganos es mejor que la secuencia y el contenido de


superiores. Si los museos, una vez hecho el los programas se pongan al servicio de unos
esfuerzo de redactar el plan, comprueban objetivos más inmediatos y viables, que de
que esa segunda parte del proceso no tiene alguna forma intenten satisfacer buena parte
lugar o se hace esperar eternamente, deja- de las necesidades, ya que no pueden ser
rán de creer en la necesidad de redactarlo. todas, y que la reforma se programe en una
Incluso es posible que algunos museos estén siguiente fase. Es fundamental que no exista
a la expectativa de ver lo que sucede con ambigüedad en este momento clave de la
los planes de otras instituciones, para saber si elaboración del plan. De lo contrario, la frus-
“funcionan” antes de “animarse” a redactar el tración sustituirá a la sinergia. Si los órganos
propio. Es un círculo vicioso. Corremos el riesgo superiores están de acuerdo con la reforma,
de que los museos decidan esperar a que “en adelante. El compromiso tiene que ser abso-
las alturas” se tomen las decisiones (la reforma, luto. Si no lo están, que lo digan, y entonces
el traslado, la ampliación) para luego elaborar el museo deberá orientar la segunda parte
un plan “realista”, adaptado a los parámetros documental del plan en otra dirección. Puesto
de la decisión ya tomada. No habremos dado en pasiva: si, pasado este momento clave,
el paso que pretendía impulsar el modelo. Ni el museo continúa redactando el plan, con
habremos conseguido, al no redactarse tam- el esfuerzo que eso implica, en la confianza
poco otras partes del plan, que se alcancen de que se van a ejecutar los proyectos más
algunos de los objetivos complementarios que importantes, los proyectos estratégicos, las
en materia de organización interna y metodo- “piedras angulares” del plan, y luego esto no
logía de trabajo, así como en otros aspectos es así, se verá abocado, en un breve plazo
no directamente vinculados a las “grandes de tiempo, antes de que el plan haya siquiera
decisiones”, trata de implantar el modelo. empezado a convertirse en realidad, a reela-
borar una buena parte de los documentos y
¿Dónde puede estar el freno a esta indis-
obligado a trazarse nuevos objetivos.
pensable sinergia institucional y administrativa?
Ya he señalado anteriormente que es necesa- No cabe duda de que esa sinergia, ese
rio que las conclusiones del primer documento consenso, es fácil de alcanzar con la SGME,
del plan sean el fruto de un consenso abso- al fin y al cabo responsable de poner en
luto entre el museo y los órganos de los que marcha esta metodología. Pero ¿existe igual
depende. Es posible que la reflexión en torno compromiso por parte de los otros órganos del
a la situación del museo lleve a decidir que Ministerio de los que depende la ejecución
el museo precisa una reforma integral. Pero del plan? ¿Han asumido e “interiorizado” esta
también es posible que los órganos superiores forma de planificación? Sin su respaldo, sin su
determinen que esa reforma debe esperar convicción, este método de trabajo no cobra
porque existen otras prioridades. En ese caso, todo su sentido. Esos órganos han de decidir
› 80
Museo
XI Jornadas de Museología

si creen conveniente que buena parte de sus vean satisfechas, hemos de confiar en las bue-
decisiones se basen en las propuestas que, nas “relaciones horizontales” de la SGME con
bien documentadas y justificadas, emiten los los órganos competentes, lo cual, en cual-
museos de ellos dependientes a través de sus quier caso, siempre va a estar condicionado
planes museológicos. Para ello sería también por el hecho de que esos órganos tendrán
muy importante que, como analizaba en el sus propias prioridades e intereses. Además,
punto anterior, los museos transmitiesen a esos no todos están agrupados en la misma direc-
órganos la sensación de que sus propuestas ción general. La Gerencia de Infraestructuras,
no persiguen sólo un objetivo “interno”, fruto pieza clave en este “negocio”, es un orga-
de la reflexión teórica de sus técnicos, sino que nismo autónomo vinculado a la Subsecretaría.
tienen un fin social: satisfacer la demanda y Lo único que, en estas condiciones, puede
las exigencias de la sociedad, recogidas por garantizar que estos órganos incluyan entre
medio de una serie de canales de comunica- sus principales objetivos el apoyo a los planes
ción establecidos al efecto y traducidas en el museológicos, que destinen buena parte de
plan museológico. sus recursos y energías a ese fin, y que basen
su programación en el cumplimiento de esta
La SGME no constituye sino un eslabón en
tarea, es que reciban instrucciones precisas
esa cadena de decisiones. Hace tiempo que
al respecto, que consideren que los planes
pienso que debería adquirir, en corresponden-
museológicos, una vez aprobados y asumi-
cia con el volumen de competencias y tareas
dos, representan una guía de actuación que
que tiene, el enorme volumen de personal
compromete a todos los órganos implicados
que de ella depende, y el elevado número
en su ejecución y que un órgano con capa-
de museos que gestiona (no olvidemos a los
cidad para ello adopte la responsabilidad de
“transferidos”), la categoría de una dirección
coordinarlos a todos en este empeño.
general. No es lógico que tenga el mismo nivel
jerárquico que las otras (y pequeñas) subdi- En este contexto, quizás lo que daría mayor
recciones integradas en la Dirección General fuerza a los planes museológicos sería que fue-
de Bellas Artes y Bienes Culturales. En cual- ran considerados como un convenio marco
quier caso, esta reclasificación no dejaría de de actuación. Un convenio “interno”, pero
ser un simple gesto si no viene acompañada convenio al fin y al cabo. Y no me refiero sólo,
de la asignación de atribuciones ejecutivas como ya hice al principio, a un convenio “vir-
en materia de inversiones en infraestructuras, tual”, a un acuerdo formal entre las partes.
exposiciones temporales, prensa y comunica- Ese carácter está implícito en el modelo. Me
ción, planes de conservación, o adquisiciones refiero a que quizás debería tener una verda-
de bienes20. En la situación actual, para que dera entidad jurídica. Al menos, el valor de
las necesidades relativas a estos asuntos una resolución o una norma menor. El pro-
expresadas en los planes museológicos se blema es que no se puede equiparar con un

20
Los organismos autónomos y entes públicos tienen su propio comité, ¿por qué la SGME no? De paso podría abordar la siempre postergada
reordenación de colecciones, otro “mandato” que seguramente se derivaría de los planes museológicos si se invitara a los museos a con-
siderar esa posibilidad.
› 81
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

procedimiento administrativo, y es mejor que día de hoy se ha resuelto satisfactoriamente.


no lo sea ya que, si cada plan debe adop- El ejemplo que la SGME ha dado al favorecer
tar la forma que más le convenga, no sería las inversiones en muchos de estos museos ha
conveniente “tasar” hasta ese punto la apli- espoleado una tenue respuesta por parte de
cación del modelo. De hecho, como ya he sus gestores. Pero es preciso que se establezca
señalado en su momento, una de las tareas un verdadero compromiso en virtud del cual
de la SGME, a lo que sin duda podemos ayu- los “proyectos” o “planes museológicos” obli-
dar desde los museos, es traducir cada plan guen por igual a ambas administraciones; es
en procedimientos. Y así debe ser, por arduo más, como acabo de señalar, si hacemos que
que parezca. Pero los planes sí podrían adqui- el “plan museológico” sea un documento que
rir el rango de estatutos o reglamentos. Eso les tenga un valor jurídico, puede llegar a conver-
daría fuerza jurídica. Es el lenguaje que mejor tirse en el convenio particular que sirva para
entiende la administración pública. concretar y actualizar, aplicándolos al caso
de cada museo compartido, los convenios-
› Museos de gestión transferida
marco de transferencias, puede funcionar
La situación es aún más complicada como el contrato a través del cual ambas
cuando se trata de museos de gestión trans- partes delimitan sus responsabilidades y se
ferida: sus responsables saben que la SGME obligan a trabajar de mutuo acuerdo a favor
sólo se va a ocupar de las obras e instalacio- de la institución. El recientemente inaugurado
nes, pues son de su competencia, y no de los Museo de León puede ser un buen ejemplo de
aspectos que incumben a la administración qué camino seguir.
gestora; entonces ¿para que van a perder el
Claro que, si, como parece, caminamos
tiempo reflexionando sobre las necesidades
hacia la completa transferencia (incluida la
en esas materias en un documento solicitado
titularidad) de todos estos museos, estos pro-
por la SGME? Sería útil si al menos sirviera para
blemas de coordinación dejarán de existir (al
que la administración titular exigiera el cumpli-
menos para la SGME).
miento de esos objetivos a la administración
gestora, tal y como sin duda contemplaban los
convenios de transferencias. Y seguramente,
con más o menos insistencia, lo intenta. Pero su
5.
capacidad para presionar se ve mermada por Futuros modelos de plan museológico
las interferencias políticas y por la indolencia Apuntaré, ya para concluir, algunas de las cla-
con que, salvo excepciones, han asumido las ves que, en mi opinión, deberían condicionar
administraciones autonómicas sus responsabi- la elaboración de un futuro modelo de plan
lidades respecto de unos museos que no son museológico. Podemos ir discutiendo sobre
“suyos”. Esta es una cuestión que ni siquiera a ellas antes de emprender la tarea de “traba-
› 82
Museo
XI Jornadas de Museología

jar” sobre ese nuevo modelo, aprovechando ras imbricadas (correspondiente cada una
el plazo de vigencia del actual, plazo que a a un diferente nivel de responsabilidad:
priori debería estar determinado por su plena departamentos, secciones, servicios, ofi-
aplicación en la mayoría de los museos esta- cinas, etc.), en el que las piezas de cada
tales (y de aquellos de otra titularidad que nivel no dependieran por separado de
decidan seguirlo). una u otra pieza del nivel superior, sino que
todas dependieran solidariamente las unas
1. Si esa “vuelta de tuerca” se hace sobre la
de las otras o, mejor dicho, lo hicieran no
base de un plan museológico preexistente
en función de una estructura preestable-
redactado a partir del modelo actual, el
cida sino de las necesidades operativas y
nuevo documento podría adoptar una
las prioridades del sistema de producción.
forma más “ligera” tal y como propone
Cada procedimiento habitual o cada
Moore. Seguramente no será necesario
tarea particular implicarían a varias de
volver a definir los parámetros principales
estas piezas repartidas por los diferentes
del museo ni necesariamente su estructura
niveles, cada una según su especialidad
interna ni los procedimientos generales y su nivel de responsabilidad. La participa-
de actuación, si entre tanto se ha traba- ción de cada una de ellas y, por tanto, las
jado sobre ellos tal y como propongo en relaciones establecidas al efecto vendrían
el punto 3.2. El nuevo documento puede predeterminadas por la planificación que
centrarse en establecer nuevas formas de se hiciera del procedimiento o tarea y no
organización de los recursos, al servicio de por una estructura orgánica única y en
nuevos objetivos y programas a corto y gran medida compuesta por comparti-
medio plazo mentos estancos. La categoría de cada
2. Esas nuevas formas de organización debe- pieza no estaría definida por su posición
rían plasmar un nuevo concepto de las orgánica (definición “externa” a ella) sino
relaciones internas, más flexibles, horizon- por las competencias y tareas asignadas
tales y multidireccionales. En los museos (definición “interna”).
públicos, la jerarquía administrativa, tradu- Un ejemplo. Todos conocemos la función
cida en organigramas piramidales cuyas asignada en nuestros museos al servicio de
partes se comunican sólo por la parte alta fotografía (y digo servicio porque, en este
del “árbol” y asentada en una fuerte cate- caso, propongo que esa sea su categoría,
gorización de los puestos de trabajo (con pero podría ser otra según en qué museo). En
su estatuto, su cuerpo, su grupo, su nivel un organigrama actual, lo normal es que se
y sus complementos), es casi inevitable. encuadre en el departamento de documen-
Pero creo que podría ser corregida por un tación. Pero habitualmente realiza trabajos
nuevo dibujo basado en una serie de esfe- al “servicio” de todos los departamentos. En
› 83
Museo
Una herramienta llamada plan museológico

teoría, esos otros departamentos tendrían tar, en consecuencia, la forma de planes


que dirigirse a los responsables del departa- estratégicos.
mento de documentación para solicitar esos
Y, por último, me gustaría recordar lo que
“servicios” o se lo reclamarán, invocando su
señalé en el punto 4.3, recogiendo una idea
responsabilidad sobre ese servicio, si no los
de Moore: los planes museológicos, para ser
reciben. En la práctica, llegados a un acuerdo
verdaderamente eficaces y tener total legiti-
general y previo sobre las formas de colabo-
midad, deberán hacerse teniendo en cuenta
ración permanente, los otros departamentos
los intereses de todos los “agentes” relaciona-
se dirigirán directamente al servicio de foto-
dos con el museo, pero muy especialmente
grafía para comunicarle sus necesidades. Por
los del público (real y potencial). El museo es
tanto, lo que propongo es crear unos cauces
un lugar de encuentro. El museo no es “para”
más “naturales” para que fluyan los procedi-
todos: es “de” todos.
mientos.

3. Los programas deberían tener una estruc-


tura transversal, tanto a nivel interno o
“sectorial” (tal y como he sugerido en el
caso del programa de difusión) como en
su conjunto. Los objetivos generales del
museo comprometen a todos los pro-
gramas. El mejor ejemplo suele ser una
exposición: todos los departamentos
deben trabajar en algún momento y de
forma coordinada para producirla. Por ese
motivo, no tiene sentido que los objetivos
de los programas sectoriales no incluyan
esta necesidad entre sus prioridades o
incluso puedan llegar a contradecirla. En
el futuro, los programas, en mi opinión,
deberían estar organizados por proyectos
y luego, dentro de cada uno, especificar
cómo deberá trabajar cada pieza del
engranaje para ponerlos en pie. Cada
pieza, a nivel interno, organizará su trabajo
en función de la suma de las tareas que
le correspondan en cada proyecto. Los
programas así concebidos podrán adop-
› 84
Museo
XI Jornadas de Museología

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› 85
coordinación
técnica
 preparación
 exhibición 71

 clausura
72
El elevado número de profesionales que generalmente se
vinculan a la producción y realización de una exposición
temporal, unido a la multiplicidad de tareas que de ellos
se requiere, necesita una puesta en común de todos estos
factores.

Si se le añaden las posibles alteraciones o modificaciones


que puedan surgir durante el desarrollo del proyecto
expositivo, y a las que habrá que dar cumplida respuesta, 73
veremos como se perfila un bloque de trabajos
específicos que se suelen agrupar bajo la denominación
de COORDINACIÓN TÉCNICA y de la cual dependerá, en
buena medida, la adecuada evolución de todas las fases
necesarias para la realización de una exposición temporal.

La coordinación técnica de toda exposición requiere, por


lo tanto, de una fase de preparación, previa al período de
su exhibición al público, así como una fase de clausura en
la que se realizarán una serie de trabajos para proceder al
cierre de la misma y a su posterior evaluación.
preparación

Esta primera fase de la coordinación técnica se inicia con la solicitud del


préstamo de todos los bienes culturales que van a participar en la exposición,
considerando prestador al titular del mismo y prestatario a la Institución o
entidad organizadora de la exposición temporal.

Una vez confirmados y aceptados los préstamos por ambas partes se procederá
a gestionar la contratación de los seguros correspondientes, siempre en la
modalidad de “clavo a clavo”, y de acuerdo con la cuantía de valoración del
bien declarada por el prestador.
74
El traslado de los bienes desde sus lugares de procedencia hasta la sala de
exposición se realizará siempre por personal especializado en trabajos de
embalaje y transporte de bienes culturales.

Su instalación en la sala se realizará también por personal especializado en la


manipulación de este tipo de objetos, de acuerdo con el proyecto de montaje
elaborado por el diseñador, quien asumirá la dirección técnica y realizará la
supervisión en colaboración con el comisario y el coordinador técnico.

Una vez efectuado el montaje, y comprobado el correcto funcionamiento de


todos los mecanismos y sistemas habilitados para la adecuada conservación
preventiva y seguridad de los objetos durante su exhibición pública, se dará
por concluida la fase de preparación de la exposición.

 préstamos
 seguros
 embalaje y transporte
 montaje
préstamos

Concepto
En España, el contrato de préstamo se regula por el artículo 1740 del Código
Civil, que establece:

“Por el contrato de préstamo, una de las partes entrega a la otra, o alguna


cosa no fungible para que se use de ella por cierto tiempo y se la devuelva,
en cuyo caso se llama comodato, o dinero u otra cosa fungible, con condición
de devolver otro tanto de la misma especie y calidad, en cuyo caso conserva
simplemente el nombre de préstamo. El comodato es esencialmente
gratuito”

En los artículos siguientes se determinan las obligaciones de ambas partes:

Obligaciones del prestatario:

 Conservar la cosa prestada.


 Satisfacer los gastos necesarios para su uso.
 Devolver la cosa prestada a la terminación del contrato. 75
 Responder del objeto cuando se pierda, en cuyo caso entregará el
valor de la tasación pactada de la cosa.
 El prestatario no responde de los deterioros que sobrevengan a la cosa
prestada por el solo efecto del uso y sin culpa suya.
Obligaciones del prestador:

 El prestador no puede reclamar la cosa prestada sino después de


concluido el uso para que la prestó.
 Respetar las condiciones del préstamo.


Titularidad de los bienes culturales
Tanto los prestadores como los prestatarios podrán ser personas físicas o
jurídicas, y a su vez, estas últimas, de carácter público o privado. Para que
la tramitación de los préstamos se realice de la manera más ágil y adecuada
posible será necesario tener en cuenta las regulaciones específicas sobre esta
materia.
Titularidad Pública
En el ámbito de la Titularidad Pública los bienes del Patrimonio Histórico
Español se custodian con carácter general en Archivos, Bibliotecas y Museos
dependientes de las diferentes administraciones (Local, Autonómica o
Estatal), cada una de ellas con sus propias normativas desarrolladas en el
ámbito de sus competencias.
Para los bienes del Patrimonio Histórico Español, pertenecientes a la
Administración del Estado y sus Organismos Autónomos, asignados a
Museos, Bibliotecas y Archivos de Titularidad Estatal la normativa básica
aplicable es:
 Ley 16/1985, de 25 junio, del Patrimonio Histórico Español y normas
de desarrollo.
 Real Decreto 620/1987, de 10 de abril por el que se aprueba el
Reglamento de Museos de Titularidad Estatal y del Sistema Español de
Museos.
 Real Decreto 582/1989, de 19 de mayo, por el que se aprueba el
Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado y del Sistema Español
de Bibliotecas.
 Decreto de 22 de noviembre de 1901, por el que se aprueba el
76 Reglamento de Archivo del Estado.
En lo referente al préstamo de bienes del Patrimonio Histórico Español para
exposiciones temporales el Reglamento de Museos de Titularidad Estatal
y del Sistema Español de Museos establece, en su articulo 6, que: “ toda
salida de estos bienes fuera de las instalaciones del Museo al que están
asignados, incluso para participar en exposiciones temporales, deberá ser
previamente autorizada mediante Orden del Ministerio correspondiente”
Para los bienes del Patrimonio Histórico de Titularidad de las Comunidades
Autónomas y Entidades Locales, se aplicarán sus normas al respecto, y con
carácter subsidiario la Ley 16/1985, de 25 junio, del Patrimonio Histórico
Español.

Titularidad Privada
En el ámbito de la titularidad privada, y entre las instituciones habitualmente
relacionadas con el préstamo para exposiciones temporales, destacan las
fundaciones sin ánimo de lucro, las instituciones eclesiásticas, colecciones
corporativas, coleccionistas particulares, etc. En general, todas ellas deberán
actuar de acuerdo a su propia regulación interna para que los órganos
directivos, consejos de dirección o patronatos procedan a autorizar el
préstamo de los bienes culturales.

Solicitud de préstamos
Una vez definida la relación total de los bienes culturales que se desea que
participen en la exposición, localizados en los diferentes museos, Instituciones
o colecciones, se envía la solicitud formal a cada uno de los prestadores, a
través de:

Carta de Solicitud de Préstamo


Es el escrito mediante el cual el organizador de la exposición solicita, a
los diferentes propietarios o titulares, el préstamo temporal de los bienes
culturales.
Entre los aspectos que debe reflejar, conviene destacar:
 Institución o Entidad organizadora.
 Título de la exposición.
 Lugar y fechas de su celebración.
 Presentación del comisariado de la exposición.
 Objeto y finalidad de la exposición.
 Enumeración de los objetos solicitados y justificación de su inclusión
en la exposición. 77
 Compromisos a que se obliga el organizador en materia de
conservación preventiva y seguro de los objetos solicitados.
 Datos de contacto de la Coordinación.

A esta carta de solicitud se adjuntarán los siguientes documentos:

 Formulario de préstamo
 Condiciones técnicas de la sala de exposición temporal

Formulario de préstamo
A través de este formulario se recaban una serie de datos que resultan
imprescindibles para iniciar la preparación de la exposición:
 Sobre el prestador (forma en la que desea ser mencionado en el
catálogo y la gráfica de la exposición, lugar de recogida y devolución
de los bienes solicitados, etc)
 Sobre cada uno de los bienes solicitados (objeto, autor, fecha, medidas
del objeto, medidas para su embalaje, etc)
El prestador deberá cumplimentar y firmar este formulario y retornarlo al
organizador de la exposición.


Ver modelos en el Anexo de Coordinación Técnica
A la recepción de los formularios se plantearán diferentes posibilidades:
 Aceptación del préstamo.
 Aceptación condicionada a la restauración de los objetos solicitados.
 Denegación del préstamo, con propuesta alternativa de otros objetos.
 Denegación del préstamo.
A partir de la información recibida se elaborará la lista definitiva de los
objetos que integrarán la exposición, y que se constituye en el documento
básico de trabajo.

Documento de condiciones técnicas de la sala


de exposición temporal
Las condiciones técnicas que reúna la sala donde se celebrará la exposición,
serán una garantía para el prestador de que los bienes culturales cedidos
se exhibirán en las condiciones idóneas para su mantenimiento y
conservación.
En este documento se detallarán los siguientes datos:
 Descripción del edificio y su situación en el entorno.
 Descripción de la sala de exposiciones temporales
78
 Condiciones ambientales de la sala, detallando parámetros de
temperatura, humedad relativa, iluminación.
 Control de agentes contaminantes.
 Condiciones de seguridad de la sala.
 Protección contra incendios.
 Protección contra intrusión, daños y robos.
 Vigilancia humana y mecánica.
 Accesibilidad y servicios para el público.


Préstamos internacionales
La colaboración de carácter internacional entre Instituciones y entidades de
diferentes países para la realización de exposiciones temporales, ha hecho que
la movilidad de bienes culturales entre países se haya convertido en una práctica
habitual y consolidada en el ámbito de las exposiciones temporales. Dicha
práctica se ha visto respaldada por diferentes Tratados y Convenios de carácter
internacional. No obstante y con independencia de su firma y ratificación por
los Estados, estos podrán a su vez establecer los mecanismos de protección que
consideren oportunos para el control de su propio patrimonio histórico.


Ver modelos en el Anexo de Coordinación Técnica
En este sentido la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español
establece que todas las obras del Patrimonio Histórico Español que hayan sido
declaradas Bienes de Interés Cultural, o hayan sido incluidas en el Inventario
General de Bienes Muebles, o tengan una antigüedad igual o superior a cien
años, con independencia de su titularidad pública o privada, requieren de un
Permiso de Exportación Temporal.

La Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales autorizará o denegará


dicho permiso previo informe de la Junta de Calificación, Valoración y
Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español, órgano consultivo de
la Administración del Estado, que tiene entre sus competencias la de informar
todas las solicitudes de exportación temporal de bienes del Patrimonio Histórico
Español.

En las Comunidades Autónomas donde se haya legislado sobre la materia, será


necesario tramitar el permiso de exportación temporal a través de sus propios
órganos competentes con carácter previo a la autorización por parte de la
Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales.

A parte de los permisos señalados es necesario tramitar la documentación


aduanera para que los bienes puedan salir y regresar del territorio español.
Esta documentación es diferente según que el país de destino sea miembro de 79
la Unión Europea o no. Con carácter general es obligatorio la cumplimentación
del Documento Único Aduanero (D.U.A.). Dicho documento, junto al Permiso
de Exportación Temporal es de obligada presentación en la aduana y sin ellos,
los bienes no podrán salir del país.

El control de las mercancías en el momento de pasar la aduana es riguroso, por


lo que se recomienda gestionar que la inspección de los bienes se realice en la
sede de la Institución prestataria, para evitar la apertura de los embalajes en las
aduanas donde las condiciones no suelen ser las idóneas para la conservación
de los objetos.


Plazos de solicitud
La solicitud del préstamo temporal deberá hacerse con el tiempo de antelación
suficiente para que los prestadores puedan realizar los trámites necesarios
dentro de sus organismos u organizaciones para la autorización de dicho
préstamo (consultas a diferentes Órganos directivos, Patronatos, Consejos de
dirección, etc...) y proceder a la solicitud de diferentes Órdenes Ministeriales
(en el caso de instituciones de titularidad estatal), solicitud de permisos de
exportación, etc.


Para todos los trámites consultar la página web del Ministerio de Economía y Hacienda www.
minhac.es
Es requisito habitual, entre las Instituciones museísticas, que la solicitud de
los préstamos temporales se realice con una antelación mínima de 6 meses
para Instituciones que radican en España y de 12 meses para Instituciones que
radican en el extranjero.

seguros
La participación de los bienes culturales en exposiciones temporales implica
diferentes situaciones de riesgo para la conservación e integridad física de
los mismos por ello, una vez aceptado el préstamo, será el organizador de
la exposición temporal quien deberá asumir la responsabilidad sobre dicha
conservación física.

El tiempo durante el que el organizador debe ejercitar dicha responsabilidad


no se limita al de la exhibición pública de los objetos, sino que se amplia a un
período mayor durante el que se realizarán los trabajos de embalaje y traslado
a la sala de exposición hasta que, una vez finalizada la muestra se proceda a
su devolución al lugar de procedencia.

80 La modalidad de seguro empleada para las exposiciones temporales es la


denominada “clavo a clavo” nomenclatura que indica de manera muy gráfica,
que la póliza cubre los riesgos desde el momento en que se inicia la desinstalación
de la obra hasta que se vuelve a instalar en el mismo emplazamiento. El período
de cobertura, por tanto, no es sólo el de las fechas exactas de la exposición, si
no entre 10 y 15 días antes de la inauguración y después de la clausura para
asegurar el bien desde que sale de su lugar de procedencia hasta su devolución
al mismo lugar.

Es también práctica generalizada que el organizador sufrague los gastos que


conlleva la contratación de un seguro comercial para los bienes culturales de
acuerdo con la valoración declarada por el prestador.


Suscripción de póliza con compañía privada
La obligación de asegurar; deriva de la obligación legal de restituir el valor de
la cosa prestada en caso de pérdida, o del valor que repare el daño causado.

Según la Ley 50/1980 de 8 octubre de Contrato de Seguro se entiende por


contrato de seguro : “aquel por el que el asegurador se obliga, mediante el
cobro de una prima y para el caso de que se produzca el evento cuyo riesgo
es objeto de cobertura, a indemnizar, dentro de los límites pactados, el daño


Aunque en sentido estricto, el concepto “clavo a clavo” se podría entender referido a objetos que
se cuelgan en una pared, su uso generalizado se hace extensible para todo tipo de instalación,
indicando principio y fin de la manipulación necesaria para el traslado del objeto.
producido al asegurador o a satisfacer un capital, una renta u otras prestaciones
convenidas.”

Para la suscripción de una póliza de seguro se deberá especificar a la compañía


el número de prestadores o beneficiarios, la relación de todos los bienes que
se pretende asegurar y el valor de cada uno de ellos siempre otorgado por el
prestador, así como los lugares de procedencia de los bienes y el lugar donde
se va a celebrar la exposición con detalle sobre el medio de transporte que se
pretende utilizar.

Principales figuras del contrato de seguro:


Asegurador: Persona jurídica que asume el riesgo contractualmente
pactado.

Tomador del Seguro: Persona física o jurídica que, juntamente con el


Asegurador, suscribe esta póliza, y al que corresponden las obligaciones que
del mismo se deriven, salvo las que por su naturaleza deban ser cumplidas por
el Asegurado.

Asegurado: La persona, física o jurídica, titular del interés objeto del seguro
y que en defecto del Tomador asume las obligaciones derivadas del contrato. 81

BENEFICIARIO: La persona, física o jurídica, que, previa cesión por el Asegurado,


resulta titular del derecho a la indemnización.

Cláusulas de la Póliza:
Las pólizas que se suscriben con las Compañías de Seguros se rigen de acuerdo
a las Normas Internacionales de Seguros de carga o mercancías. Con carácter
general se contempla la cláusula :

 Institute Cargo Clauses (tipo A) Seguro de carga o mercancías contra


todo riesgo, que cubre daño o pérdida del objeto asegurado, excepto
pérdida inevitable por vicio inherente o natural del objeto o por
embalaje insuficiente o inadecuado.
Hay un tipo de riesgos que no están cubiertos por la cláusula Institute Cargo
Clauses (A) por lo que, se incluirán las siguientes cláusulas en la póliza:

 Cobertura en caso de huelga (Institute Strikes Clauses).


 Cobertura en caso de situación de guerra (Institute War Clauses).
 Cláusula de exclusión por contaminación radiactiva.


Las normas internacionales de seguros Institute Cargo Clauses [ICC] contemplan las modalidades
“A”, “B” y “C”. Para el seguro de los bienes culturales se contratará siempre la modalidad “A” por
ser la que da cobertura contra todo riesgo.
 Cláusula que proporcione cobertura de terrorismo.
Además y en relación con el movimiento de bienes culturales para exposiciones
temporales se tendrán en cuenta otras más específicas:

 Cláusula de daños ocasionados por terceras personas ajenas a la


exposición
 Cláusula de exoneración a transportistas, por daños o desperfectos
ocasionados a los objetos asegurados durante su manipulación y
transporte, salvo apreciación de dolo.
 Cláusula de liquidación de siniestros sin franquicia. Los siniestros se
liquidarán sin deducción de franquicia alguna.
 Cláusula de descabalamiento. Cubre la depreciación o demérito que
pueda sufrir un conjunto o colección, en caso de avería o daño parcial
o total de un objeto u objetos que formen parte de la misma.
 Cláusula de opción de recompra, sin límite de duración. Si los
aseguradores recobrasen una propiedad por la cual ellos hubieran
indemnizado al asegurado, este tendrá el derecho de recompra sobre
dicha propiedad a los aseguradores.
 Cláusula de depreciación y/o demérito artístico. Cuando se produce
82 como consecuencia de un accidente incluido en la póliza. El importe
de la restauración o reparación sumado al de la pérdida de valor, no
excederá el importe correspondiente al valor asegurado del objeto.
 Cláusula de museo. Independientemente de la naturaleza y el
importe total de los daños, las obras de arte aseguradas seguirán en
propiedad de la persona o personas que detenten dicha propiedad
en el momento inmediatamente anterior al siniestro, no pudiendo,
en ningún caso, superar la indemnización el valor asegurado pactado
entre las partes.
 Cláusula de marcos. Incluye la cobertura de daños producidos a los
marcos de las obras de arte aseguradas.
 Cláusula de cristal. Incluye la cobertura de daños producidos a cristales
protectores de pinturas, grabados, dibujos, etc.
Con carácter general, y salvo especificaciones de cada póliza en particular, se
comunicará el siniestro en un plazo máximo de 7 días, tras su conocimiento.

A efectos de solicitar la indemnización se deben conservar restos y vestigios


del siniestro que permitan la actuación pericial, aportando documentación
probatoria de los daños como fotografías, actas notariales, etc...

Garantía del Estado
Cuando la exposición temporal se organice en Museos, Bibliotecas o Archivos
de Titularidad Estatal y gestión exclusiva del Ministerio de Cultura y sus
Organismos Autónomos o entidades asimiladas, se podrá solicitar la Garantía
del Estado para asegurar las obras que participan en la exposición.

La Garantía del Estado es un sistema de aseguramiento público por el cual


el Estado podrá comprometerse a indemnizar las obras de relevante interés
artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o
técnico que se cedan temporalmente para su exhibición frente a la posible
destrucción, pérdida, sustracción o daño que puedan sufrir en el período
comprendido entre el préstamo de la obra y el momento de devolución de la
misma a su titular.

La concesión de la Garantía del Estado puede significar una minoración


importante en la partida presupuestaria destinada a la contratación de la póliza
del seguro de la exposición temporal. Se utilizará sobre todo en aquellos casos
en que el valor de las piezas exhibidas sea de gran relevancia.

La Ley de Presupuestos Generales del Estado de cada año fija el límite máximo
del compromiso de la Garantía del Estado tanto global como por exposición. La 83
garantía otorgada por el Estado para obras integrantes de una misma exposición
no cubrirá las indemnizaciones por la destrucción, pérdida, sustracción o daño
de estas obras, hasta los límites fijados en el Real Decreto. Por esta razón, será
necesario la contratación de una póliza de seguro privada y complementaria
por las cantidades correspondientes según la valoración total de los objetos
por los que se solicita la Garantía del Estado.

Solicitud
Se tramitará ante la Subdirección General de Protección del Patrimonio Histórico,
y en la solicitud deberán constar los siguientes datos:

a) Duración de la exposición y lugar de la misma.

b) Descripción de las obras, justificando su relevante interés artístico,


cultural, científico o técnico.

c) Valor de cada una de las obras declarado por el cedente y aceptado por
el Director de la Institución que formula la solicitud. En el caso de que
intervengan tasadores o peritos, se adjuntará copia de la valoración
efectuada por éstos.


La Garantía del Estado se regula por Real Decreto 1680/1991, de 15 de noviembre, de desarrollo
de la Disposición Adicional Novena de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico
Español.
d) Procedimientos previstos para realizar los informes sobre el estado de
conservación de las obras antes de su entrega a la institución cesionaria
y en el momento de su devolución al cedente.

e) Medidas de conservación y seguridad en el embalaje, transporte y


durante la exhibición de las obras, con mención expresa del valor
máximo de las obras que se trasladarán en un solo transporte.

f) Seguros contratados, o que se proyecte contratar, para atender las


cantidades no cubiertas por la garantía.

Se aportará escrito en el que conste la conformidad del cedente o prestador de


la obra sobre los extremos contenidos en la solicitud, así como el sometimiento
expreso de éste al Real Decreto y demás normas reguladoras de la Garantía del
Estado para obras de interés cultural.

Debe solicitarse con una antelación mínima de tres meses antes de iniciarse el
embalaje y traslado de objetos a la sala de exposición.

La concesión de la Garantía del Estado se realiza a través de una Orden


Ministerial que se publica en el Boletín Oficial del Estado, con mención expresa
84 de todas las obras acogidas a esta garantía y sus valoraciones. Antes de la
recogida de las obras, el prestador recibirá una comunicación escrita de la
Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes por la que le informará
de dicha publicación.

Indemnización:
La cobertura de los riesgos se articula a través de un sistema de indemnizaciones
similar al realizado por una compañía de seguros privada.

La cuantía de la indemnización no podrá exceder del valor declarado en la


solicitud y reconocido en la Orden de otorgamiento de la Garantía del Estado
y se determinará conforme a las siguientes reglas:

1. Por pérdida, sustracción o destrucción de la obra, el Ministerio de


Cultura abonará al cedente de ésta una cantidad igual al valor de la obra
declarado en la solicitud y reconocido en la Orden de otorgamiento de la
garantía del Estado.

2. Por daño de la obra, la indemnización comprenderá:

a) el costo razonable de la restauración de la obra establecido de mutuo


acuerdo entre el cedente y el Ministerio de Cultura o, de no llegar a
tal acuerdo, el determinado por un perito mutuamente aceptado por
ambas partes,
b) una cantidad igual a la depreciación en el valor de mercado de la
obra, después de la restauración, estableciéndose dicha cantidad de
mutuo acuerdo entre el cedente y el Ministerio de Cultura o, en caso
de no existir tal acuerdo, el determinado por un perito aceptado por
ambas partes.

La Administración del Estado, una vez abonada la indemnización podrá:

a) Repetir contra la Institución cesionaria por la cantidad pagada, cuando


la destrucción, pérdida, sustracción o daño de la obra se haya producido
por incumplimiento de lo establecido en la Orden de otorgamiento de la
garantía, negligencia grave o dolo de esa institución, o

b) Ejercitar los derechos y las acciones que por razón del siniestro
correspondieran a la institución cesionaria y al cedente de la obra frente
a cualquier persona distinta de éstos que sea responsable del mismo y
hasta el límite de la indemnización.

La Administración no tendrá derecho a la subrogación contra empaquetadores,


transportistas o cualquier otra persona o entidad relacionada con la manipulación,
transporte e instalación de las obras, excepto cuando la destrucción, pérdida,
sustracción o daño de éstas haya sido causado por negligencia o dolo. 85

En caso de recuperación de la obra perdida o sustraída, el cedente podrá


conservar su derecho sobre ésta, previa devolución a la Administración del
Estado de la indemnización percibida y actualizada conforme al Índice de
Precios al Consumo.

La Garantía del Estado no cubre la destrucción, pérdida, sustracción o daño de


las obras debidos a:

a) Vicio propio o cualidad intrínseca del bien objeto de la garantía.

b) El simple transcurso del tiempo.

c) La acción u omisión deliberada del cedente de la obra, sus empleados o


agentes.

d) Incautación, retención, embargo de la obra o medida similar instada por


un tercero y acordada por el órgano competente.

e) Explosión nuclear.
embalaje y transporte
Los momentos de manipulación y traslado de los bienes culturales son
situaciones de máximo riesgo para su integridad física, por tanto, extremar las
medidas de protección y seguridad al respecto no es sólo un compromiso que
el organizador adquiere con el prestador, sino un aspecto a tener en cuenta por
todos los profesionales que intervienen en la preparación de la exposición.

Para llevar a cabo estos trabajos se contratará una empresa especializada, a la que
se le especificarán las necesidades concretas de los embalajes y del transporte,
que dependerán de las características de los objetos. Esta información habrá
sido recabada del prestador a través del formulario de préstamo.

El seguimiento de todo este proceso, por parte del organizador de la exposición,


es clave para evitar posibles contratiempos en la recogida de los bienes en sus
lugares de origen y su traslado a la sala de exposiciones.


Características de los embalajes
Las características de cada embalaje dependerán del tipo de objeto, su material,
fragilidad, medidas, peso y estado de conservación, así como del tipo de
86
transporte que se utilice: terrestre, aéreo o marítimo, la distancia del recorrido
y el tipo de exposición, en el supuesto de que se contemple itinerancia de la
misma. Esta información será proporcionada por el organizador a la empresa
que construya los embalajes.

Con carácter general para la construcción de los embalajes, se tendrán en


cuenta los siguientes criterios:

 Han de ser cajas metálicas o de madera resistente (no de tablero


aglomerado) tratadas con ignifugantes y antiparasitarios.
 Se construirán con material que amortigüe golpes y vibraciones.
 Estas cajas llevarán preferentemente tacos o listones externos para
aislarlas del suelo y evitar su arrastre, así como asas metálicas para su
manipulación.
 El sistema de cierre será con tornillos a presión, o mediante anclajes.
 Todos los embalajes dispondrán de aislantes térmico y de humedad
para mantener los parámetros habituales de temperatura y humedad
relativa del objeto.
 Los materiales empleados en los embalajes serán químicamente
estables y neutros y los que se utilicen en contacto directo con la obra
no podrán ser abrasivos. Además serán resistentes a la rotura.


Ver apartado de Solicitud de préstamo
 Podrán ser embalajes individuales o compartidos dependiendo de
la fragilidad y tamaño de los objetos. Si se trata de un embalaje
compartido, deberá estar compartimentado para individualizar e
inmovilizar cada uno de los objetos.
 Se señalizarán con flechas de posición vertical, en lugar visible, para su
almacenamiento y transporte.
Si fuera necesario y para mayor seguridad, según cada caso, se podrán construir
embalajes con materiales ignífugos, impermeabilizar las cajas con cierres
herméticos empleando neopreno en las juntas, etc.

Del mismo modo durante el transporte podrán incrementarse las medidas de


seguridad mediante candados o precintos de seguridad para evitar su apertura
durante el traslado, teniendo en cuenta que nunca se señalizará el contenido
en el exterior y sólo se identificarán las cajas a través de números que serán
referenciados en los listados de transporte.


Tipos de transporte
En España, los tipos de transporte utilizados para el traslado de bienes culturales
son sobre todo el terrestre -por carretera- y el aéreo y, en menor medida, el
87
marítimo. Cada uno de ellos plantea además de los riesgos generales que
conlleva cualquier traslado, el sometimiento a determinados riesgos específicos
como son: las vibraciones, cuando se realiza por carretera; los cambios de
presión, cuando se trata de vuelos; y la elevadísima humedad en el caso del
transporte marítimo.

Puesto que cada uno de ellos presenta sus propias peculiaridades, éstas
condicionarán las características de los embalajes que se utilicen.

Terrestre:
Siempre que el estado de las carreteras lo permita, el camión es el medio de
transporte terrestre que ofrece más seguridad y menor riesgo para el traslado
de los bienes culturales, ya que reduce las situaciones de carga y descarga a los
lugares de origen y destino, admitiendo objetos de gran tamaño, flexibilidad
horaria, control de la conservación preventiva y seguridad.

Las empresas especializadas en el transporte de este tipo de bienes cuentan


con camiones bien equipados con aislamiento térmico, suspensión neumática
y trampillas elevadoras para realizar el traslado en buenas condiciones, y en
casos especiales, carrocería blindada.

Además, dispondrán de sistemas de detección y extinción de incendios, así


como sistemas de medición y regulación de la temperatura y la humedad desde
la cabina, y sistemas de alarma contra intrusión.
El respeto de la normativa vigente sobre transporte y seguridad y la
obligatoriedad, dependiendo del itinerario, de dos conductores por vehículo
serán requisitos ineludibles para la contratación de este tipo de transporte.

Aéreo:
Cuando las distancias o los recorridos entre el lugar de origen y el de destino
no permitan la utilización del transporte por carretera, se utilizará el avión
para el traslado de los bienes culturales ya que se reducen los tiempos de
desplazamiento. Para ello se deberán elegir los vuelos con menos escalas y
trayectos más cortos, y tener en cuenta el tipo de carga con la que compartirán
el vuelo (alimentos perecederos, animales vivos, etc).

Cuando viajen en el interior de la bodega del avión:

 Lo harán dentro de contenedores.


 Si no es posible, porque las medidas de los embalajes no permiten su
introducción en contenedores, viajarán debidamente paletizadas.
 Siempre irán en la posición indicada en el exterior del embalaje y en la
dirección del vuelo si es necesario.
88  Siempre en cámaras presurizadas.
Si el tamaño lo permite, y así lo indica el prestador, las obras viajarán en la
cabina de pasajeros junto al correo que supervisa el traslado del objeto.

La vigilancia y control de seguridad en la terminal de carga del aeropuerto,


tanto en origen como en destino, comprenderá la manipulación, paletización
y carga, y demás traslados que se realicen en las terminales de carga y recintos
aduaneros.

Marítimo:
En general este tipo de transporte es, con mucho, el menos utilizado ya que
alarga excesivamente el tiempo de tránsito de los bienes culturales.

No obstante, si por la envergadura de los bienes, debido a un tamaño y peso


excesivos, hubiera de utilizarse este tipo de transporte será necesario construir
los embalajes adecuados para soportar las condiciones de humedad extremas
asegurando su total impermeabilización y aislamiento.

Al igual que en el transporte aéreo se deberán tener en cuenta las cargas con
las que compartirán la bodega, así como el mantenimiento de la vigilancia y la
seguridad extremas en las zonas de carga y descarga de los muelles.

Itinerarios
Al organizar los itinerarios para el traslado de los bienes al lugar de la exposición,
deben considerarse el tipo de transporte y las necesidades de conservación
preventiva de cada uno de los objetos, intentando siempre realizar los trayectos
más cortos posible.

Los itinerarios propuestos serán comunicados a los diferentes prestadores para


su aceptación. Si la longitud del trayecto entre los lugares de origen y destino
obliga a realizar alguna pernocta, los bienes culturales deberán custodiarse en
un recinto protegido. Los espacios más utilizados suelen ser los almacenes de
la empresa encargada del transporte o Cuarteles de la Guardia Civil, en este
último caso se solicitará el correspondiente permiso con la debida antelación.


Correos
Entre las condiciones del préstamo, los prestadores podrán solicitar la asistencia
de una persona, denominada correo, para supervisar que los trabajos de
manipulación, embalaje y transporte de los objetos que ceden para la exposición,
se realicen en condiciones óptimas para su conservación preventiva.

Entre las funciones del correo destacan: 89

 Supervisar las diferentes fases de embalaje, transporte y montaje para


que se realicen de acuerdo a las cláusulas establecidas en el préstamo.
 Acompañar a las piezas durante su traslado cuando el prestador así lo
decida.
Generalmente, la empresa de transportes se ocupará de gestionar el alojamiento
en hotel de 3 estrellas y dietas del correo, durante el tiempo que dure su
desplazamiento.

Es norma consensuada entre instituciones museísticas que la duración del des­


plazamiento será de 2 días y 1 noche para viajes en España; 4 días y 3 noches
para viajes en Europa; y 6 días y 5 noches, en viajes intercontinentales.


Escolta
En ocasiones, y cuando los objetos transportados superan determinadas
valoraciones, algunos prestadores podrán exigir la presencia de escolta
durante su transporte como medida de seguridad complementaria. La escolta
puede ser oficial o privada, dependiendo si el organizador de la muestra es un
organismo público o privado, y podrá ser en territorio nacional o internacional.
La gestión de la misma y la asunción del gasto se realizará por el organizador
de la exposición.
La solicitud de escolta policial se realizará mediante la cumplimentación de un
cuestionario en el que se especificarán los datos relativos a:

 Organismo oficial que cursa la petición.


 Título de la exposición.
 Tiempo de duración de la exposición.
 Nombre y datos del propietario o titular de los bienes.
 Valoración económica de los objetos.
 Fecha, lugar y hora del inicio del traslado (lugar de origen).
 Fecha, lugar y hora de su finalización (lugar de destino).
 Nombre y datos de la persona que actúa como correo o enlace.
 Denominación de la empresa de transportes.
 Domicilio social de la empresa de transportes.
 Nombre y datos de contacto de la persona responsable en la empresa.
 Nombre y datos de los conductores.
 Datos del vehículo (marca, modelo, color, nº matrícula...).
 Itinerario a realizar.
90
Dicha petición debe ser presentada con un período de antelación de un mínimo
de 4 días dentro de la misma ciudad o provincia, 6 días si es un traslado
interprovincial y 10 días para países extranjeros.


Recogida de los bienes
Con el fin de que la empresa de transporte a la que se encargue el embalaje y
recogida de los bienes pueda realizar su cometido, con carácter general se le
proporcionará la siguiente información:

 Relación numerada de objetos, indicando:


 Título, material y técnica.
 Medidas.
 Peso o cualquier otra característica en aquellos casos en los que ese
dato pueda ser un factor importante tanto para la manipulación como
para el propio transporte de la obra.
 Tipos de embalajes requeridos según las particularidades de los
objetos a transportar.
 Condiciones requeridas para el transporte terrestre.


Para todos los trámites dirigirse a la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, Unidad Central de
Protección, Brigada de Protecciones Especiales.
 Enumeración de los lugares de procedencia de los objetos: país-ciudad,
y número de prestadores en cada uno de ellos.
 El número de personas, españolas o extranjeras, que acompañarán a
los bienes en calidad de correos.
Además y para proceder a una rápida y efectiva carga de los bienes, se le
proporcionarán datos precisos sobre:

 La dirección de la institución en la que se encuentren físicamente los


bienes, que puede ser diferente de la dirección del prestador.
 El horario para realizar el embalaje y recogida.
 La accesibilidad del edificio.
 El nombre y los datos de contacto del personal responsable de la
institución.
 La localización de los objetos dentro del edificio: si están en la zona
de exposición permanente, almacenes, etc y el tipo de accesos a dicha
zona a través de escaleras, ascensores, etc.
 Si precisan desmontaje y las condiciones del mismo.
Una vez embalados todos los objetos, el prestador o la persona responsable por
él designada firmará el recibo o albarán de entrega a la empresa de transporte, 91
quien entregará una copia al prestador, otra al prestatario, y una tercera para la
propia empresa. Este recibo es el documento que atestigua el período de traslado
del objeto de su lugar de origen a la sala de exposiciones temporales.

montaje
Durante la fase de montaje de la exposición se materializará el proyecto de
diseño, adecuando los espacios de la sala y distribuyendo los objetos de acuerdo
con el discurso expositivo elaborado previamente por el comisario.

El control y supervisión de todo el montaje y de la instalación de los objetos,


que puede incluir algún posible cambio en el discurso expositivo o en el diseño
si fuese necesario, se efectuará por el diseñador del montaje, como se ha
señalado, en estrecha colaboración con el comisario y el coordinador técnico.

La confluencia de una gran multiplicidad de tareas, previas a la inauguración,


convierte a este período de trabajo en uno de los más delicados para los
bienes culturales. Para minimizar los riesgos, es imprescindible el escrupuloso
cumplimiento de todas las pautas relativas a la manipulación e instalación de
los objetos y mantener un estricto control de seguridad.
Se deberá realizar un reportaje fotográfico que documente toda la fase
de montaje, desde el acondicionamiento de la sala hasta el desembalaje e
instalación de los objetos.


Calendario de montaje
El tiempo que se invierte en el montaje de una exposición depende de una serie
de factores como el lugar de la exposición, número de objetos expuestos, la
dificultad que presenten para su montaje, etc...

Entre los condicionantes más importantes a la hora de organizar el calendario


de trabajo cabe reseñar:

 La adecuación de la sala previa a la llegada de los objetos, de modo


que todos los elementos como vitrinas, paneles, etc estén preparados.
 Los lugares de procedencia de los objetos suelen ser muy diversos, por
lo tanto se debe planear una buena organización del transporte de los
mismos a la sala, coordinando itinerarios, para así poder plantear un
plan de montaje adecuado.
 Como ya se ha señalado en el apartado de transporte, el correo es
92 la persona designada por el prestador que supervisa el transporte y
montaje de sus objetos. Su asistencia influirá en la elaboración del
calendario de trabajo.
 Por último habrá que tener en cuenta la dificultad que plantea
cada objeto a la hora de ser instalado en su lugar correspondiente,
dependiendo de su tamaño, peso, etc y de la maquinaria necesaria
para su manipulación.


Acondicionamiento de la sala
Los trabajos de acondicionamiento de la sala, distribución del espacio,
construcción de vitrinas, etc, se iniciarán con la antelación suficiente que permita
la conclusión de los mismos previamente a la instalación de los bienes culturales
que van a presentarse en la exposición.

Seguirán las especificaciones de materiales y calidades determinadas en


el proyecto de montaje y planos correspondientes, y con carácter general
consistirán en:

 Trabajos de pintura, carpintería y electricidad.


 Construcción de vitrinas.
 Soportes para los objetos.
 Iluminación.
 Instalación de equipos audiovisuales, en su caso.
Será necesario tener presente la adecuada y fluida circulación del público, de
modo que si se ve entorpecida por la instalación de alguno de los elementos
previstos en el diseño del montaje este inconveniente se pueda resolver con
flexibilidad.

Al mismo tiempo, y mientras duren los trabajos de acondicionamiento se deben


controlar los parámetros de temperatura y humedad relativa a fin de preparar las
condiciones ambientales que deben encontrar los objetos a su llegada a la sala
y que, lógicamente, serán las mismas que se requieran para su exhibición.

También se comprobará el correcto funcionamiento de los sistemas de seguridad


para protección contra fuego, robo y vandalismo. Las cámaras de vigilancia
deberán orientarse de modo que proporcionen el mayor ángulo de visibilidad.
Además, durante la fase de montaje, se contará con el apoyo de vigilancia
humana de seguridad.


Recepción de los bienes
Tras la llegada de los objetos al lugar de la exposición son necesarios una serie
de pasos previos a su instalación, como respetar un período de aclimatación
de los embalajes antes de su apertura, la realización de un informe del estado
93
conservación de cada objeto y la emisión del acta de recepción.

De este modo será necesario respetar un tiempo mínimo de 24 horas antes


de proceder a la apertura de los embalajes para permitir una aclimatación
paulatina de los mismos y evitar cambios bruscos de temperatura y humedad
que puedan perjudicar el estado de conservación de los objetos.

La apertura de los embalajes se llevara a cabo por el personal responsable


de la empresa de transportes y siempre en presencia del personal técnico de
coordinación, del personal técnico de conservación-restauración y del correo
en su caso.

Los embalajes se abrirán en función con:

 la distribución espacial de las unidades expositivas, evitando manipular


los objetos en exceso y extremando la precaución con los mas
delicados.
 el calendario, marcado por la presencia o no de correos supervisando
las labores de montaje.
La empresa de montaje facilitará la instalación de las mesas de trabajo necesarias
para la correspondiente observación y manipulación de los objetos en buenas
condiciones de seguridad e iluminación. Una vez desembalados los objetos y
antes de instalarlos en el lugar correspondiente será necesario llevar a cabo un
análisis minucioso de los mismos para realizar un informe sobre su estado de
conservación que será firmado por el restaurador o profesional que lo realice,
el correo en su caso y el coordinador de la exposición.

Este informe de conservación es fundamental para:

 detallar el estado del objeto a su llegada a la sala de exposición.


 contrastar si durante el transporte ha sufrido algún daño, comparando
con el informe de conservación emitido en su caso por el prestador.
 analizar si algún objeto presenta elementos contaminantes (hongos,
carcoma, etc.) que puedan poner en riesgo el resto de los objetos y
tomar las decisiones oportunas al respecto (no exponerlo, ponerlo en
cuarentena, etc...).
 poder comprobar al final de la exposición si se han producido o no
deterioro en los bienes expuestos.
Es aconsejable que sea realizado por restauradores, preferentemente
especializados en los materiales del objeto, y detallar lo máximo posible todos
los deterioros ocasionados por agentes físicos, químicos o medioambientales
que se observen en la pieza.

Finalmente, deberá emitirse un acta de recepción, documento por el cual


94
el prestatario acredita que ha recibido la obra en calidad de préstamo
temporal.

El documento debe estar firmado, fechado y sellado por el prestatario, y adjuntar


la relación de todas las obras prestadas.

Del mismo modo se redactará un escrito que será firmado por el responsable
de la Institución donde se realiza la exposición que acredite que los objetos
presentes en la muestra quedan bajo su custodia, identificando cada uno de
los objetos y señalando cualquier tipo de incidencia.


Instalación de los bienes
La mayoría de los contratiempos que surgen durante la fase de montaje están
relacionados con la instalación de los objetos, sus anclajes, plintos de tamaño
mayor o menor al de la obra, etc. La presencia del diseñador y la versatilidad
de la empresa de montaje deben hacer que estos problemas se minimicen.

Previamente a la instalación de los bienes:

 La sala ha de estar perfectamente limpia y libre de maquinaria o


elementos que dificulten el paso y la manipulación de los mismos.


Ver modelo en el Anexo de Coordinación Técnica
 Toda la pintura de paredes, vitrinas, etc totalmente seca para evitar
que manche o contamine cualquier objeto.
La manipulación de los objetos se realizará:

 Con carácter general con guantes de algodón o latex.


 Por el personal de la empresa encargada del montaje de la exposición,
quien proporcionará el material necesario para esta fase.
 Bajo la supervisión del coordinador de la muestra.
 Siguiendo las indicaciones si fuera necesario del correo.
 Siempre en función de su materia, peso, forma y estado de
conservación.
Como se ha señalado, este es uno de los momentos de mayor riesgo, por lo tanto
todas estas operaciones se realizarán por personal especializado y conocedor
de la especificidad que presenta cada material.

Una vez ubicados todos los objetos en su lugar correspondiente, se revisará


que:

 Cada uno esté identificado con su cartela correspondiente.


95
 Todas las vitrinas estén perfectamente cerradas, y con sus sistemas de
conservación preventiva activos.
 La iluminación sea la adecuada a los requisitos de conservación
preventiva.
 El recorrido esté correctamente señalizado.
 La protección y seguridad de los bienes expuestos sea la óptima.
 La instalación de los elementos complementarios (paneles,
audiovisuales, etc) sea la idónea.

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