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MUSEOLÓGICO
Fases
Definición de
la Institución
FASE I
35
-local, nacional o internacional-. Mostrará su singularidad e importancia en rela- designado a tal fin..., siguiendo el mismo esquema propuesto en esta fase. En
ción con los ya existentes en su disciplina académica y apuntará sus relaciones ambos casos deberá desarrollarse igualmente el planteamiento conceptual del
o nuevas aportaciones respecto de otras instituciones científicas afines. museo y la totalidad de los programas.
Como referente, la definición conceptual que abre el Plan Museológico de un Desde esa óptica, este capítulo contemplará el desarrollo de los siguientes pun-
museo ya creado debe inspirarse en los principios establecidos en su norma fun- tos (Anexo 2):
dacional, en el caso de que éstos sigan considerándose válidos y no sean obje- 1. Historia y carácter de la institución
to de revisión.
2. Colecciones
En el caso de un museo aún no existente o sujeto a una reorganización, el desa-
2.1. Definición
rrollo del Plan debe ser el instrumento imprescindible para su futura creación o
reorganización, y en él se recogerán los principios básicos que igualmente que- 2.2. Incremento de Colecciones
darán reflejados en su norma de creación. 2.3. Documentación
En suma, el planteamiento conceptual del museo es el primer capítulo que siem- 2.4. Investigación
pre debe constar en el Plan Museológico, con independencia de la situación en
2.5. Conservación
la que se encuentre el museo. Sin duda alguna, es el punto de partida obliga-
torio ante cualquier iniciativa museística. 3. Arquitectura (Anexo 4)
3.1. Sede/s
36 37
La mirada sobre el museo, tal como se ha indicado, debe ser la actual, pero en
algunos casos será imprescindible volver la vista hacia el pasado más o menos
cercano, con el fin de trazar la trayectoria del museo, su evolución a lo largo
Programas
de los años y poder analizar las razones de sus cambios.
FASE II
La cumplimentación de la información solicitada según la propuesta adjunta en
el Anexo 2 permitirá la elaboración de un apartado, denominado Evaluación
final, cuyo objetivo será sintetizar de forma clara y concreta los principales valo- Tras las oportunas decisiones técnicas, se expone esta segunda fase del Plan
res y/o las carencias de la institución. Además estimará si ésta cumple o no los Museológico donde se aglutinarán las diferentes líneas de acción necesarias
requisitos mínimos que respondan a su planteamiento conceptual y establece- para la ejecución de los objetivos trazados. Los documentos de programa pre-
rá un apunte sobre la solución de las necesidades del museo y un orden de prio- sentan una doble vertiente:
ridades en la elaboración de los programas y en las intervenciones, de forma
• Cada programa consta de una parte genérica con los criterios básicos, los
que responsables técnicos y políticos puedan adoptar una primera decisión sobre
protocolos, los procedimientos de actuación o políticas generales en cada
la actuación a realizar.
una de las áreas del museo y las normativas que son de aplicación a
En síntesis, este capítulo surge como base para diseñar un plan de futuro cohe- actividades, espacios o funciones específicas.
rente y rentable que permita calibrar la propuesta desde muy diferentes pun-
• Cada programa establece con claridad las necesidades y los requisitos que
tos de vista: técnico, económico, cultural, político…
deben resolver los distintos proyectos. La correcta elaboración de los
programas será la única garantía de que los proyectos ejecutados
respondan a las necesidades del museo.
Los programas serán el instrumento que posibilite la materialización de la teo-
ría museológica, expresada en los documentos previos, en soluciones prácticas
de carácter museográfico, es decir, la museología convertida en museografía.
Estos documentos son de carácter permanente, al contrario que los proyectos.
Por ejemplo, un museo siempre debe tener en desarrollo sus programas de Objetivos
colecciones, que van variando con el tiempo a medida que se van proponien-
Establecer los protocolos,
do nuevos objetivos.
procedimientos de actuación o políticas
generales, así como las normativas que
Las propuestas descritas en los diferentes programas se convertirán en la llave
en su caso deban ser aplicadas y precisar
para la ejecución de los proyectos de actuación y serán fundamentales para la con el máximo detalle las necesidades
ulterior definición de las intervenciones y para garantizar que éstas respondan del museo, capítulo por capítulo, de
cara al cumplimiento de los objetivos
a las necesidades planteadas por el museo. Por esta razón, deben formar parte trazados en el planteamiento
imprescindible del Plan Museológico, precisando los criterios de actuación, las conceptual del museo, para su posterior
materialización en los distintos
condiciones y los requisitos que los proyectos deben cumplir.
proyectos
38 39
EL PLAN
MUSEOLÓGICO
Fases
La mirada sobre el museo, tal como se ha indicado, debe ser la actual, pero en
algunos casos será imprescindible volver la vista hacia el pasado más o menos
cercano, con el fin de trazar la trayectoria del museo, su evolución a lo largo
Programas
de los años y poder analizar las razones de sus cambios.
FASE II
La cumplimentación de la información solicitada según la propuesta adjunta en
el Anexo 2 permitirá la elaboración de un apartado, denominado Evaluación
final, cuyo objetivo será sintetizar de forma clara y concreta los principales valo- Tras las oportunas decisiones técnicas, se expone esta segunda fase del Plan
res y/o las carencias de la institución. Además estimará si ésta cumple o no los Museológico donde se aglutinarán las diferentes líneas de acción necesarias
requisitos mínimos que respondan a su planteamiento conceptual y establece- para la ejecución de los objetivos trazados. Los documentos de programa pre-
rá un apunte sobre la solución de las necesidades del museo y un orden de prio- sentan una doble vertiente:
ridades en la elaboración de los programas y en las intervenciones, de forma
• Cada programa consta de una parte genérica con los criterios básicos, los
que responsables técnicos y políticos puedan adoptar una primera decisión sobre
protocolos, los procedimientos de actuación o políticas generales en cada
la actuación a realizar.
una de las áreas del museo y las normativas que son de aplicación a
En síntesis, este capítulo surge como base para diseñar un plan de futuro cohe- actividades, espacios o funciones específicas.
rente y rentable que permita calibrar la propuesta desde muy diferentes pun-
• Cada programa establece con claridad las necesidades y los requisitos que
tos de vista: técnico, económico, cultural, político…
deben resolver los distintos proyectos. La correcta elaboración de los
programas será la única garantía de que los proyectos ejecutados
respondan a las necesidades del museo.
Los programas serán el instrumento que posibilite la materialización de la teo-
ría museológica, expresada en los documentos previos, en soluciones prácticas
de carácter museográfico, es decir, la museología convertida en museografía.
Estos documentos son de carácter permanente, al contrario que los proyectos.
Por ejemplo, un museo siempre debe tener en desarrollo sus programas de Objetivos
colecciones, que van variando con el tiempo a medida que se van proponien-
Establecer los protocolos,
do nuevos objetivos.
procedimientos de actuación o políticas
generales, así como las normativas que
Las propuestas descritas en los diferentes programas se convertirán en la llave
en su caso deban ser aplicadas y precisar
para la ejecución de los proyectos de actuación y serán fundamentales para la con el máximo detalle las necesidades
ulterior definición de las intervenciones y para garantizar que éstas respondan del museo, capítulo por capítulo, de
cara al cumplimiento de los objetivos
a las necesidades planteadas por el museo. Por esta razón, deben formar parte trazados en el planteamiento
imprescindible del Plan Museológico, precisando los criterios de actuación, las conceptual del museo, para su posterior
materialización en los distintos
condiciones y los requisitos que los proyectos deben cumplir.
proyectos
38 39
La elaboración de todos los programas, apuntados en el Anexo 2, a través de Cuadro 4
los proyectos, no tiene por qué ser paralela en el tiempo. Su consecución esta- Correspondencia entre ANÁLISIS Y
rá estrechamente relacionada con el orden de prioridades establecido en la Eva- fases dentro del Plan EVALUACIÓN PROGRAMAS
Museológico
luación final del documento de Análisis y evaluación y con las relaciones que
Historia y carácter P. Institucional
inevitablemente se establecen entre los distintos programas, tal y como se verá de la institución
más adelante.
Los diferentes programas propuestos para su desarrollo son (Anexo 3): Colecciones: P. Colecciones:
adquisición incremento
1. Programa Institucional
documentación documentación
2. Programas de Colecciones investigación investigación
8. Programa Económico
Recursos P. Recursos
Como puede apreciarse, se ha establecido una clara correspondencia entre los Humanos humanos
puntos que comprende el documento de análisis y diagnóstico y el de los pro-
gramas a elaborar, ya que por una parte se recoge la situación actual del museo Recursos
P. Económico
en diferentes aspectos y, por otra, las necesidades propuestas por el equipo del Económicos
40 41
Los programas constituirán el documento base de trabajo para arquitectos, En todos estos casos es necesario el desarrollo del Plan Museológico desde la
ingenieros, museógrafos, comunicadores, gestores de personal, diseñadores primera fase de definición de la institución, o redefinición en su caso, hasta la
gráficos…, responsables de desarrollar los proyectos para su posterior eje- elaboración de todos los programas.
cución. De la claridad y calidad de estos programas dependerá, en buena
Actuaciones parciales
medida, que los proyectos respondan a las directrices dispuestas por el museo
Estas actuaciones afectan a determinados aspectos del museo, pero no condi-
y proporcionen las soluciones más adecuadas, evitando así modificaciones
cionan la totalidad del mismo y, por tanto, no suponen un replanteamiento inte-
posteriores que podrían incrementar el presupuesto y retrasar o incluso parali-
gral de la institución.
zar la ejecución de los proyectos.
• Reorganización espacial parcial
Por este motivo, resulta imprescindible antes del inicio del proyecto, contar con
los documentos de programa que establecen las necesidades, las cuales parten • Renovación de la exposición permanente
del equipo técnico del museo.
• Otras intervenciones parciales como renovación de instalaciones de
La elaboración de los programas que integran el Plan Museológico es respon- climatización, seguridad e informática, adaptación a normativas,
sabilidad del museo, aunque su carácter pueda exigir en algunos casos la par- restauración de fachada…
ticipación de equipos interdisciplinares con el fin de facilitar el trabajo de los
• Implantación de programas relacionados con las colecciones:
profesionales responsables de elaborar los proyectos y establecer un lenguaje
documentación (sistemas de gestión de documentación, campañas de
común desde el principio.
catalogación…), investigación, conservación (sistemas de control
Los programas deben adecuarse a las distintas escalas de actuación sobre un ambiental, control de plagas, proyectos de restauración…) y difusión
museo, que pueden estructurarse en: (estudios de público, programación de actividades…)
Actuaciones integrales • Desarrollo del Programa de Recursos Humanos (reorganización de
La actuación integral conlleva una intervención que obliga a una acción global personal, incremento de personal…)
sobre la institución con repercusiones en todas las áreas funcionales del museo • Desarrollo del Programa Económico (captación de recursos, incremento de
y que supone, por tanto, un momento de replanteamiento y actualización gene- asignación presupuestaria…)
ral de la institución con vistas a su nuevo funcionamiento. Desde una óptica
En este tipo de actuaciones será imprescindible elaborar de forma completa el
arquitectónica, se pueden considerar las siguientes actuaciones:
apartado Definición de la Institución (compuesto por el Planteamiento con-
• Construcción de nueva planta ceptual y el Análisis y evaluación) y, en una primera fase, aquellos programas
• Nueva implantación en edificio rehabilitado o adaptado para uso museístico que estén directamente relacionados con la actuación concreta a realizar. No
obstante, en una segunda fase se desarrollará el resto de los programas que
• Reorganización espacial general en la sede actual del museo
comprende el Plan Museológico, puesto que el objetivo final es que el museo
• Ampliación: cuente con este documento completamente detallado. Los distintos programas
- de nueva planta de necesidades se sumarán o actualizarán, en función de la planificación y pro-
gramación de las actuaciones.
- en edificio rehabilitado
42 43
ANEXO 3
Programas
Guía de trabajo
Consideraciones previas
Los programas, como partes de un todo que es el Plan Museológico, están indis-
cutiblemente relacionados entre sí. Por ejemplo, las necesidades que se plan-
teen en el Programa de Recursos Humanos tendrán repercusiones en el
Programa Arquitectónico, en el Programa Económico o en los Programas de
Colecciones y viceversa, ya que dependiendo del organigrama de personal que
se establezca harán falta unos determinados espacios de trabajo, un presu-
puesto y unas funciones a desarrollar o potenciar en relación con las coleccio-
nes del museo.
El contenido de cada uno de los programas está estrechamente relacionado con
el punto denominado Evaluación, principales carencias y prioridades con el que
concluyen todos los apartados del Anexo 2 (Documento de Análisis y evalua-
ción). Los programas desarrollarán en profundidad las necesidades de la insti-
tución partiendo de las carencias detectadas en estas conclusiones parciales.
La elaboración en el tiempo de los programas estará en función de las priori-
dades que se establezcan en el proceso de trabajo. Habrá determinados pro-
gramas que se realizarán de forma paralela para evitar problemas de coordi-
nación en los planteamientos, redacción y ejecución de los correspondientes
proyectos. De la misma forma, algunos programas precisarán un desarrollo por
fases, perfectamente coordinadas con las fases del proyecto. A modo de ejem-
plo, el Programa de Exposición presenta una primera fase, previa a la redacción
del Proyecto arquitectónico, y una segunda, más detallada y precisa, posterior
a la redacción del Proyecto arquitectónico y anterior a la redacción del Proyec-
to de exposición, como posteriormente se explicará.
En cada uno de los apartados siguientes se ofrece una breve reseña gráfica de
las principales relaciones que se establecen entre los programas y los proyectos
a los que, entre otros, pueden dar lugar. También se propone, cuando se con-
sidera conveniente, la secuencia temporal recomendable a la hora de redactar
dichos programas.
119
El grado de desarrollo de los programas dependerá de cada caso concreto. Los 1. Programa institucional Objetivos
puntos que se proponen para cada uno de ellos no son ni de obligada cumpli-
Los aspectos esenciales que se han de tener en cuenta son: Revisar la vigencia de la institución y
mentación ni cerrados, sino de carácter básico y orientativo, y será el propio
precisar la definición del museo en el
museo el que determine, de acuerdo con su situación actual y sus necesidades, • Propuesta de la nueva denominación del museo, si procede, y su futuro, desde la triple vertiente de
los puntos que debe llevar a cabo o si precisa aportar otro tipo de información justificación gestión, organización general y
relaciones nacionales e internacionales.
que no se ha señalado en este documento. Además, el museo dará prioridad • Fórmula necesaria para crear, regularizar, completar o modificar la En este programa se precisarán las
al orden de las actuaciones propuestas en consonancia con estas necesidades. definición jurídica del museo y su justificación necesidades de la institución para
alcanzar sus objetivos en consonancia
El objetivo final es que la institución museística cuente siempre con el Plan • Fórmula necesaria para mejorar y agilizar la gestión administrativa con su planteamiento conceptual.
Museológico completamente desarrollado. Los distintos programas de necesi- del museo:
dades se irán incorporando o actualizando en función de la planificación y pro-
Cuadro 9 gramación de las actuaciones. - Documento, si es el caso, para la propuesta de reforma de su fórmula de
Programas del Plan gestión, incluyendo la definición y composición de sus órganos
Museológico
- Propuesta de definición de su futura fórmula de gobierno, que incluya las
atribuciones, composición y funciones del Patronato, si es el caso, u otros
órganos colegiados
- Definición de la Asociación de Amigos del Museo, que incluya sus
atribuciones y funciones
PROGRAMA PROGRAMAS PROGRAMA PROGRAMA
INSTITUCIONAL DE COLECCIONES ARQUITECTÓNICO DE EXPOSICIÓN • Organización interna general necesaria para el correcto funcionamiento
del museo:
- Propuesta de definición de la estructura organizativa de la institución,
con indicación de áreas de trabajo y sus correspondientes funciones
y responsabilidades generales
PROGRAMA PROGRAMA
PROGRAMA PROGRAMA
DE DIFUSIÓN Y DE RECURSOS
COMUNICACIÓN
DE SEGURIDAD
HUMANOS
ECONÓMICO - Reglamentos de régimen interno
• Relaciones institucionales necesarias para el cumplimiento de los fines del
museo:
- Selección de redes nacionales e internacionales en las que integrarse
- Selección de organizaciones nacionales e internacionales en las que
integrarse
120 121
ANEXO 3
Programas
El grado de desarrollo de los programas dependerá de cada caso concreto. Los 1. Programa institucional Objetivos
puntos que se proponen para cada uno de ellos no son ni de obligada cumpli-
Los aspectos esenciales que se han de tener en cuenta son: Revisar la vigencia de la institución y
mentación ni cerrados, sino de carácter básico y orientativo, y será el propio
precisar la definición del museo en el
museo el que determine, de acuerdo con su situación actual y sus necesidades, • Propuesta de la nueva denominación del museo, si procede, y su futuro, desde la triple vertiente de
los puntos que debe llevar a cabo o si precisa aportar otro tipo de información justificación gestión, organización general y
relaciones nacionales e internacionales.
que no se ha señalado en este documento. Además, el museo dará prioridad • Fórmula necesaria para crear, regularizar, completar o modificar la En este programa se precisarán las
al orden de las actuaciones propuestas en consonancia con estas necesidades. definición jurídica del museo y su justificación necesidades de la institución para
alcanzar sus objetivos en consonancia
El objetivo final es que la institución museística cuente siempre con el Plan • Fórmula necesaria para mejorar y agilizar la gestión administrativa con su planteamiento conceptual.
Museológico completamente desarrollado. Los distintos programas de necesi- del museo:
dades se irán incorporando o actualizando en función de la planificación y pro-
Cuadro 9 gramación de las actuaciones. - Documento, si es el caso, para la propuesta de reforma de su fórmula de
Programas del Plan gestión, incluyendo la definición y composición de sus órganos
Museológico
- Propuesta de definición de su futura fórmula de gobierno, que incluya las
atribuciones, composición y funciones del Patronato, si es el caso, u otros
órganos colegiados
- Definición de la Asociación de Amigos del Museo, que incluya sus
atribuciones y funciones
PROGRAMA PROGRAMAS PROGRAMA PROGRAMA
INSTITUCIONAL DE COLECCIONES ARQUITECTÓNICO DE EXPOSICIÓN • Organización interna general necesaria para el correcto funcionamiento
del museo:
- Propuesta de definición de la estructura organizativa de la institución,
con indicación de áreas de trabajo y sus correspondientes funciones
y responsabilidades generales
PROGRAMA PROGRAMA
PROGRAMA PROGRAMA
DE DIFUSIÓN Y DE RECURSOS
COMUNICACIÓN
DE SEGURIDAD
HUMANOS
ECONÓMICO - Reglamentos de régimen interno
• Relaciones institucionales necesarias para el cumplimiento de los fines del
museo:
- Selección de redes nacionales e internacionales en las que integrarse
- Selección de organizaciones nacionales e internacionales en las que
integrarse
120 121
Para el correcto desarrollo del Programa Institucional es esencial recibir infor-
mación de todos los demás programas que integran el Plan, ya que se produ-
ce un intercambio recíproco de información que funciona en ambas direccio-
nes: desde el Programa Institucional hacia el resto de programas y desde éstos
Cuadro 10 hacia el primero.
Síntesis de relaciones
entre los programas PROGRAMA Concepto de museo: P. Colecciones
mensaje a transmitir Incremento
INSTITUCIONAL
Documentación
Investigación
Conservación
122 123
ANEXO 3
Programas
Objetivos 2. Programas de Colecciones Este documento deberá contener:
Puesto que las colecciones son la razón misma de la existencia del museo, estos • Prioridades de incremento de colecciones:
Explicitar la política del museo en lo
referente al crecimiento de colecciones programas están directamente relacionados con el resto de programas del Plan • Secciones de la colección que necesitan ampliarse o completarse para
(Programa de Incremento), su estudio y Museológico. Del conocimiento de las acciones a emprender en torno a las
sistemas de documentación (Programa hacer más coherente el discurso expositivo del museo y, en relación con
de Documentación), política de colecciones del museo se desglosará buena parte del contenido del resto de los estas necesidades, la tipología de bienes culturales muebles que deben
investigación (Programa de programas. Por ello, aunque éstos puedan iniciarse de forma paralela, las direc-
Investigación) y sus necesidades de
adquirirse preferentemente
conservación (Programa de
trices suscitadas en los Programas de Colecciones serán premisa indispensable
Conservación). para el desarrollo de muchos de los puntos del resto de los programas, tal y • Plazos de tiempo de aplicación de los criterios expresados
como se refleja en la Propuesta de cronograma. • Formas preferentes de incremento de colecciones
Los recursos técnicos y equipamientos específicos para la implantación de los • Criterios deontológicos
distintos Programas de Colecciones deberán precisarse en el Programa Arqui-
• Medios de captación de colecciones que puedan ingresar en el museo
tectónico, dentro del apartado correspondiente a las instalaciones y los equi-
(captación y contraprestaciones para donantes, trabajos de campo,
pamientos.
subastas, ofertas puntuales al museo…)
De la misma forma, los recursos económicos y humanos necesarios para la rea-
• Criterios técnicos que deben regir la aceptación de donaciones y depósitos
lización de estos programas se incluirán en los Programas Económico y de Recur-
sos Humanos, respectivamente. • Proceso interno a seguir en caso de propuestas concretas de incremento
de colecciones (informes técnicos, tramitación administrativa)
2.1. Programa de Incremento Una ordenación de colecciones, que puede sumar o restar bienes a la colección
En relación con la denominación de este programa que hace referencia a la tra- del museo, implica un cambio de adscripción de bienes culturales entre muse-
dicional función de la adquisición de colecciones en el museo, se ha optado por os que comparten una misma titularidad, con el objetivo de completar discur-
utilizar el término Incremento por asimilación a la nueva terminología que esta- sos museológicos o, en su caso, unificar colecciones desde la perspectiva cro-
blece el futuro Reglamento de Museos de Titularidad Estatal, que en la actua- nológica, temática o de soportes materiales, en aras de un adecuado cumpli-
lidad se está elaborando. miento de sus fines científicos, culturales y sociales.
124 125
Objetivos El Programa de Documentación debe plantear acciones de futuro, indicando • Propuesta de sistemas de trabajo en el museo que redunden en una mejor
necesidades, prioridades, plazos y procedimientos de ejecución sobre posibles documentación de las colecciones y la gestión de éstas.
Aplicar en el museo un sistema de proyectos. Algunos de estos aspectos se detallan a continuación:
documentación que permita el control y • Establecimiento de redes para intercambiar documentación con otros
la gestión de las colecciones, fondos • Directrices generales del sistema de documentación museos e instituciones afines
documentales, administrativos y
bilbiográficos, de modo que asegure la • Prioridades de documentación • Participación en catálogos colectivos de bienes culturales
preservación de la información cultural
de que es portador. • Reorganización de los archivos del museo: archivos de control y gestión de
2.3. Programa de Investigación
fondos museográficos, documentales o bibliográficos, archivos Objetivos
fotográficos, archivos administrativos La investigación en el museo se desarrolla en dos vertientes:
Establecer las grandes líneas y proyectos
• Cuadro de clasificación de series documentales • La que dirige el personal técnico del propio museo, orientada según sus específicos de investigación que
dinamicen, estimulen y enriquezcan la
• Adopción de vocabularios normalizados (tesauros) objetivos y necesidades en torno a las colecciones, la conservación, la actividad del museo. Además este
restauración, el edificio y el público, en sentido amplio. Dentro de este programa debe indicar también las
• Normativas documentales apartado deberán concretarse las investigaciones que surgirán de: futuras relaciones con otros centros de
investigación, nacionales o
• Implantación de sistemas informatizados de documentación y gestión de - El personal científico del museo como parte de sus funciones internacionales, que es conveniente
colecciones instaurar y/o potenciar.
- Especialistas externos contratados para investigar sobre colecciones o
• Campañas de inventario y catalogación de colecciones (fondos materias concretas, dirigidos por el personal técnico del museo
museográficos y documentales) y fondos bibliográficos
- Propuestas de colaboración en materia de investigación con otros museos
• Revisión y control documental de los depósitos de bienes culturales en el o instituciones
museo y fuera del mismo
• La que es dirigida por otras personas e instituciones fuera del museo,
• Documentación de los procesos de conservación y restauración de centrada en las colecciones y otros aspectos de la institución, y que parte
colecciones de otros objetivos y planteamientos, ajenos al museo. En este caso, se
tendrán que establecer mecanismos y protocolos de colaboración
• Control de movimientos internos y externos de las colecciones
institucional tanto para facilitar estas investigaciones como para que los
• Documentación de baja de colecciones resultados de las mismas reviertan en la institución museística.
• Conservación de los documentos (escritos, sonoros, audiovisuales, Se reseñarán en este epígrafe:
fotográficos, dibujos...)
• Directrices generales de investigación
• Digitalización de colecciones y documentos (escritos, sonoros,
• Orden de prioridades de las colecciones, temas o materias a investigar,
audiovisuales, fotográficos, dibujos...)
tanto en los proyectos dirigidos por el museo como en las solicitudes
• Política de seguridad de datos informatizados cursadas por otras instituciones
• Accesibilidad de la documentación a investigadores y público • Relaciones de futuro con otras instituciones en materia de investigación
126 127
Objetivos 2.4. Programa de Conservación • Manipulación, almacenaje y exposición:
- Criterios generales
Definir las condiciones necesarias para Conservación preventiva
la conservación de las colecciones en - Indicación de las instalaciones/maquinaria indispensables para la
todas las áreas del museo, tanto Su finalidad es el establecimiento de los parámetros de conservación estimados
públicas como internas, con bienes manipulación de las colecciones del museo
culturales muebles, en consonancia con óptimos, teniendo en cuenta la naturaleza de las colecciones y la adecuación a
el resto de los programas y, en las características particulares de cada museo y a las condiciones en que sus bie- - Determinación de las necesidades en lo relativo a los sistemas de
particular, con el Programa almacenamiento adecuados para las diferentes tipologías y materiales
Arquitectónico en lo concerniente a
nes culturales se han mantenido.
espacios, instalaciones y equipamientos.
almacenados
• Criterios generales de conservación de colecciones:
Igualmente, el Programa de
Conservación tiene por objeto definir Restauración
- Condiciones ambientales:
los criterios de intervención en las
colecciones y todos aquellos aspectos Se ofrecen las propuestas de tratamientos de conservación y restauración con-
• Humedad relativa y temperatura:
que garanticen su integridad física.
cretos, además de la disposición del orden de prioridades.
• Establecimiento de parámetros generales adecuados de conservación
de las colecciones en la exposición permanente, en las áreas de • Establecimiento de prioridades:
reserva y en los laboratorios y demás espacios del museo que Deberán valorarse en primer lugar las necesidades de
contengan bienes culturales muebles de forma permanente o conservación/restauración de los bienes culturales destinados a la
transitoria exposición permanente según el Programa de Exposición, así como
aquellos que presenten un estado de conservación crítico
• Establecimiento de parámetros específicos de conservación de
aquellas colecciones que lo precisen en atención a su naturaleza • De cara a las propuestas de tratamiento específico, podrán aportarse fichas
de trabajo de cada pieza donde conste:
- Contaminación:
- Localización
• Sistema de medición (instalación de aparatos de medición)
- Estado de conservación
• Definición de las necesidades ante los problemas detectados
- Tratamiento propuesto valorado (mencionando la urgencia de la
- Sistema de medición de condiciones ambientales (implantación de
intervención)
medidores de humedad relativa y temperatura)
• Iluminación:
- Establecimiento de los parámetros generales y específicos, atendiendo a
la naturaleza de las colecciones, en todos aquellos espacios que las
contengan
- Sistemas de medición
- Determinación de las necesidades ante problemas detectados
128 129
Cuadro 12 A continuación se señalan, a modo de ejemplo, algunos de los proyectos que
Síntesis de relaciones pueden derivarse de los Programas de Colecciones y que, evidentemente, depen-
entre los programas derán en gran medida del estado en que se encuentre la documentación, con-
PROGRAMAS Concepto de museo: P. Institucional
DE COLECCIONES
mensaje a transmitir servación e investigación de las mismas. Algunos de estos proyectos podrán y
deberán ser desarrollados por el propio personal del museo y otros precisarán
Espacios, de contrataciones de personal externo.
equipamientos,
Incremento instalaciones, accesos P. Arquitectónico
y circulaciones
Documentación
Colecciones con P. Exposición
Investigación destino a exposición
Conservación
Actividades y servicios P. Difusión y
en torno a las Comunicación
colecciones
Necesidades de
personal para P. Recursos
desarrollar estas Humanos
funciones
Recursos económicos
para desarrollar estas P. Económico
funciones
130 131
3. Programa Arquitectónico Objetivos
Cuadro 13
Posibles En el Programa Arquitectónico deben señalarse las necesidades espaciales y de Determinar las necesidades espaciales y
proyectos infraestructuras, pero en ningún caso se apuntarán soluciones concretas que de infraestructuras (instalaciones y
derivados de PROGRAMAS DE COLECCIONES equipamientos) del museo que deberán
pretendan resolver las necesidades propuestas. Al equipo del museo corres-
los Programas ser solventadas en los distintos
de Colecciones ponde proporcionar la documentación precisa que especifique todos aquellos proyectos.
132 133
ANEXO 3
Programas
3. Programa Arquitectónico Objetivos
Cuadro 13
Posibles En el Programa Arquitectónico deben señalarse las necesidades espaciales y de Determinar las necesidades espaciales y
proyectos infraestructuras, pero en ningún caso se apuntarán soluciones concretas que de infraestructuras (instalaciones y
derivados de PROGRAMAS DE COLECCIONES equipamientos) del museo que deberán
pretendan resolver las necesidades propuestas. Al equipo del museo corres-
los Programas ser solventadas en los distintos
de Colecciones ponde proporcionar la documentación precisa que especifique todos aquellos proyectos.
132 133
• Funcionales (condicionantes espaciales para el establecimiento ulterior de - Distribución interna de los espacios
usos/funciones)
- Tratamientos específicos de paramentos, solados y techos
• Técnicos (estudios geotécnicos y de calidad del terreno, condicionantes
• Accesos y circulaciones
climáticos...)
Deberán precisarse todos aquellos accesos en sus distintas modalidades, inde-
• Otros
pendientes o no, con vista a:
Relación de espacios - Los bienes culturales muebles (con especial atención a sus pesos,
dimensiones, mínimas y máximas, y otros requerimientos que puedan
El Programa Arquitectónico contendrá una relación de espacios que han de ser
condicionar el proyecto)
solucionados en el proyecto. Estos espacios pueden agruparse en grandes áreas,
según el criterio seguido en el documento de Análisis y evaluación (Anexo 1) y - Los usuarios y servicios (público visitante con especial atención al público
en el Anexo 4. Se distinguen las siguientes: discapacitado, personal del museo -técnico, de mantenimiento,
contratas…-, proveedores…)
• Área pública sin colecciones
- La secuencia lógica de circulaciones más habituales que afectan al espacio
• Área pública con colecciones
o los espacios definidos
• Área interna sin colecciones
• Instalaciones y equipamientos
• Área interna con colecciones
En cada uno de los espacios se han de definir las instalaciones, los equipamientos
La indicación de área no implica que los espacios que comprende se encuen- necesarios y requisitos técnicos específicos para el cumplimiento de sus fun-
tren agrupados físicamente en una misma zona del edificio, sino que los espa- ciones y de todas las normativas vigentes aplicables, con especial atención a las
cios que la constituyen poseen requerimientos similares en lo relativo a uso áreas con bienes culturales y en lo que concierne a:
público y presencia de bienes culturales muebles.
- Parámetros ambientales. Sistemas de control ambiental. Sectorización
Del mismo modo, dentro de estas grandes áreas, cada espacio presentará una
- Parámetros de iluminación. Sistemas de iluminación y su control
serie de requerimientos en cuanto a superficies, accesos, vías de comunicación,
instalaciones y equipamientos. - Conexiones telefónicas e informáticas
134 135
Se entiende que lo anteriormente expuesto refleja una situación ideal cuya con- • Almacenes-restauración-registro-área de recepción (salida)
secución estará condicionada, en su caso, a la preservación de los posibles valo-
• Exposición permanente-restauración-registro-área de recepción (salida)
res históricos del edificio.
En relación con la adaptación y el cumplimiento de las normativas vigentes Condiciones generales de conservación y protección del edificio y de
(accesibilidad, seguridad, riesgos laborales...) en el caso de los edificios históri- elementos singulares
cos, la filosofía general tiende a la mejora de las condiciones, ya que en algu-
• Necesidades de conservación generales del edificio:
nos casos resulta complejo compatibilizar el cumplimiento estricto de la nor-
mativa en esta materia con las directrices marcadas por la Ley de Patrimonio - Sistemas de control ambiental (humedad y temperatura)
Histórico Español y, por lo tanto, con la preservación de los valores históricos - Sistemas de iluminación y su control
del edificio. En todo caso, éste es un debate abierto para el que todavía no se
• Necesidades de conservación, protección y tratamientos específicos de
ha alcanzado un acuerdo definitivo y que obliga a efectuar un estudio porme-
elementos singulares
norizado de cada una de las intervenciones a realizar.
Ámbitos de Seguridad
Comunicaciones y circulaciones generales
En directa relación con el Programa de Seguridad se deben consignar los nece-
En este apartado se precisarán las necesidades en materia de comunicaciones,
sarios niveles de seguridad en las distintas áreas del museo, teniendo en cuen-
indicando los especiales requerimientos de las mismas en lo relativo a dimen-
ta los distintos elementos implicados:
siones, resistencia de carga, revestimientos…, en función de las características
de las colecciones y el funcionamiento interno del museo: • Edificio
• Escaleras (mecánicas o no) • Colecciones
• Aparatos elevadores (ascensores, montacargas, plataformas elevadoras…) • Público
• Pasillos • Personal
Además, se concretarán las relaciones entre las distintas áreas y sus accesos,
señalando las secuencias de movimientos más habituales.
Algunos ejemplos son los siguientes:
• Área de recepción-desembalaje-registro-almacén de tránsito-sala de
exposiciones temporales
• Almacén de tránsito-fotografía-restauración-almacenes
• Exposición permanente-almacenes y viceversa
• Almacenes-sala de investigadores y viceversa
136 137
Para el correcto desarrollo del Programa Arquitectónico es necesario recibir Dada la envergadura y especiales características del Programa Arquitectónico
información de todos los demás programas que integran el Plan: del inmueble, de él pueden derivarse diferentes tipos de proyectos de carácter
arquitectónico, de infraestructuras, de equipamiento, de instalaciones…
Cuadro 14
Síntesis de relaciones entre
PROGRAMA Concepto de museo
los programas y organización P. Institucional
ARQUITECTÓNICO funcional
Zonas
públicas/internas P. Colecciones
con bienes culturales Incremento
muebles, accesos y Documentación
circulaciones, Investigación
equipamientos e Conservación
instalaciones
Cuadro 15
Relación de espacios,
accesos, circulaciones, P. Difusión y
equipamientos e
instalaciones
Comunicación
PROGRAMA ARQUITECTÓNICO
Zonas
públicas/internas,
relación de espacios, P. Seguridad PROYECTOS
accesos y
circulaciones
Anteproyecto arquitectónico
Relación de espacios P. Recursos Proyecto básico arquitectónico
y de infraestructura Humanos
Proyecto de ejecución arquitectónico
Proyectos de instalaciones
Recursos económicos P. Económico
Proyectos de equipamiento
Proyectos de adaptación a normativa
Proyectos de restauración del edificio/elementos singulares
138 139
ANEXO 3
Programas
Objetivos 4. Programa de Exposición En relación con el Programa Arquitectónico se detallarán las necesidades y la Fases del Programa
caracterización de los espacios y de los equipamientos indispensables para la
Exponer los criterios por los que se
Tradicionalmente este documento ha sido denominado Programa o Proyecto de Exposición
exposición permanente.
regirá el principal medio de Museográfico. Merece la pena, no obstante, detenernos en este punto para
comunicación de los contenidos del Pueden establecerse dos fases en la
justificar nuestra posición al adoptar una nueva terminología. La elaboración de este programa puede, según los casos, dividirse en dos fases: elaboración del Programa de
museo, la exposición permanente, y
establecer los términos en que ha de Exposición:
Si entendemos la museografía como la materialización en la práctica de la teo-
producirse la relación entre las Fase I - Fase I. Su desarrollo es anterior a la
colecciones, el edificio y los visitantes ría museológica, la aplicación del término museográfico no es suficientemente redacción del Proyecto arquitectónico
del museo. precisa ya que va más allá de la propia exposición permanente del museo, al Anterior al desarrollo del Proyecto arquitectónico y de instalaciones que deri- y de instalaciones y debe incluir las
directrices generales que orientarán la
afectar a todas las funciones de la institución en la práctica de sus espacios e van del Programa Arquitectónico, debe incluir las directrices generales que orien- exposición permanente.
instalaciones. En este sentido, asumiendo que la normalización de la termino- tarán el Programa de la Exposición permanente. - Fase II. Debe ser mucho más precisa
logía es un objetivo de El Plan Museológico, se ha optado por ajustar a sus con- que la fase anterior y contemplar
En esta primera fase será imprescindible aproximarse a los siguientes aspectos: todos aquellos aspectos,
tenidos específicos la denominación usual empleada. condicionantes y requerimientos que
• Concepto y mensaje a transmitir definen la exposición permanente,
De esta manera, entendemos por Programa de Exposición el documento ela- puesto que será el punto de partida
borado por el equipo del museo que recoge todas las especificaciones y reque- • Principales valores y contenidos del Proyecto de exposición.
rimientos en el ámbito de la exposición permanente. Sin duda, es el punto de • Organización de los contenidos: temática, cronológica, funcional,
partida imprescindible para la redacción de los proyectos expositivos. técnica… (criterios asociativos o de otro tipo)
Este programa establece los términos en que se producirá la relación entre las • Esquema organizativo: recorridos, áreas y unidades
colecciones del museo, el edificio y los visitantes de la exposición permanente,
• Selección de piezas y conjuntos (y jerarquización, en su caso)
por lo que en su redacción se deberán tener en cuenta, fundamentalmente, los
contenidos establecidos en: • Requerimientos generales de conservación, según la naturaleza de las
colecciones (materiales orgánicos, inorgánicos):
• Los Programas de Colecciones
- Humedad
• El Programa Arquitectónico
- Temperatura
• Las conclusiones del Programa de Difusión y Comunicación, materializadas
en proyectos, como los estudios de público - Iluminación
140 141
• Elementos museográficos de apoyo • Organización de los contenidos: temática, cronológica, funcional,
técnica… (criterios asociativos o de otro tipo)
• Necesidades de incremento de colecciones o depósitos de otras
instituciones • Circulaciones generales en la exposición permanente
Este avance sobre los contenidos de la exposición permanente se realizará para • Esquema organizativo:
que los encargados de redactar el Proyecto arquitectónico y de instalaciones
- Articulación en áreas o secciones. Mensaje a transmitir y organización de
puedan tener una visión general de lo que se pretende exponer para diseñar,
los contenidos en cada una de ellas
de forma coherente y adecuada, estos espacios, y evitar así tener que introdu-
cir, una vez redactado el proyecto o incluso en fase de ejecución, modificacio- - Circulaciones en cada una de las áreas o secciones
nes de última hora que pueden demorar o paralizar la misma e incrementar el • Requerimientos generales de conservación, según la naturaleza de las
presupuesto. colecciones (materiales orgánicos, inorgánicos…)
- Humedad
Fase II
- Temperatura
Deberá ser mucho más precisa, ya que al partir de la realidad espacial resultante
del Proyecto arquitectónico, terminará de transformarla en un espacio exposi- - Iluminación
tivo, dotándola de contenido. Por lo tanto, este segundo documento, posterior
- Otros
al Proyecto arquitectónico, tendrá que incluir todos aquellos aspectos, requeri-
mientos y condicionantes que definen la exposición permanente, puesto que • Requerimientos generales de los contenedores y soportes expositivos,
será el punto de partida para la elaboración del Proyecto de exposición. teniendo en cuenta la adecuada conservación y exposición de los bienes
culturales, en lo concerniente a:
En el caso de una renovación total de la exposición permanente o de sólo una
sección, no será necesaria la elaboración de la primera fase del Programa de - Conservación y seguridad de las colecciones
Exposición, y directamente se realizará el documento completo de ésta (Fase II). - Características de los materiales constructivos, solidez y facilidad de
Este documento habrá de ser lo más exhaustivo y concreto posible para que el mantenimiento, apertura y cierre, accesibilidad…
Proyecto de exposición refleje fielmente el concepto que el equipo del museo - Cualidades estéticas
tiene de la exposición permanente y para evitar posteriores modificaciones de
• Relación de bienes culturales a exponer según el esquema organizativo en
éste derivadas de indefiniciones o ausencia de datos importantes para el mismo.
áreas o secciones, indicando:
Partiendo de los conceptos y referencias recogidos en la primera fase del Pro-
- Datos identificativos del bien cultural (número de inventario, otros
grama de Exposición, éstos se desarrollarán hasta el máximo nivel de detalle en
números, materia, técnica…)
cuanto a:
- Pesos y medidas, destacando aquellas colecciones que por sus
• Concepto y mensaje a transmitir
características pueden condicionar especialmente el proyecto expositivo
• Principales valores y contenidos
142 143
- Documentación gráfica - Características generales de los elementos museográficos que ofrecen
esta información complementaria: uso y/o consulta individual o en grupo,
- Jerarquización de las colecciones a exponer, señalando aquellas que
interactivos o no, posibilidades de actualización por parte del museo… Se
constituyen hitos fundamentales en el discurso y que por lo tanto
sugiere evitar, en lo posible, la determinación del tipo de elementos
precisan un tratamiento específico en su exposición
museográficos (audiovisuales, infografías, maquetas, programas
- Determinación de conjuntos o colecciones a exponer de forma unitaria informáticos...), ya que debe ser el Proyecto de exposición el que, a partir
- Necesidades específicas de conservación de determinadas colecciones de la información proporcionada por el museo sobre objetivos y
características generales, resuelva el tipo de elemento museográfico más
- Requerimientos específicos de exposición de los bienes culturales que lo
conveniente
precisen
• Necesidades de incremento de colecciones o depósitos de otras
- Otros datos que se consideren de interés
instituciones que completen el discurso de la exposición, con indicación del
• Estrategias y recursos de comunicación de la exposición permanente: papel que desempeñan en ésta y, por lo tanto, de su prioridad
144 145
La exposición es el medio de comunicación más directo e inmediato entre el En algunos casos quizá sea necesario desglosar tanto el Proyecto de exposición
museo y su público y afecta a todas las funciones del museo y a todos los depar- como la ejecución de éste en diferentes contratos: elementos expositivos, ele-
tamentos que trabajan en él. Por este motivo, se extiende una compleja red de mentos mediáticos (programas informáticos, vídeos, elementos interactivos,
relaciones de doble sentido entre el Programa de Exposición y el resto de los realidades virtuales, infografías), elementos gráficos…, aunque siempre bajo la
programas del Plan Museológico que, de forma sintética, se señalan a conti- coordinación del equipo del museo y del autor del Proyecto de exposición.
nuación:
Cuadro 16
Síntesis de relaciones
entre los programas PROGRAMA Concepto de museo: P. Institucional
mensaje a transmitir
DE EXPOSICIÓN
(EXPOSICIÓN
PERMANENTE) Necesidades de
adquisición, P. Colecciones
documentación,
investigación, Incremento
condiciones Documentación
conservación y Investigación
prioridades Conservación
restauración
Relación de espacios,
circulaciones, P. Arquitectónico
accesibilidad e
instalaciones
146 147
ANEXO 3
Programas
Objetivos 5. Programa de Difusión y Comunicación Actividades a realizar
El Programa de Difusión y Comunicación debe plantear las necesidades futu- • Avance de actividades necesarias a potenciar por el museo, según su
Establecer los canales de comunicación
entre el museo y la sociedad y plantear ras de la institución, definiendo en este campo los siguientes aspectos: planteamiento de futuro: talleres, conferencias, actividades infantiles…
las necesidades de la institución en esta
materia, definiendo todos los aspectos • Exposiciones temporales.
relacionados con el público, la Público Por la particular relevancia de las mismas, deberán definirse los siguientes
comunicación y la programación de
actividades. • Tipos de público hacia los que van a estar orientados los servicios del aspectos:
museo, en especial las exposiciones y el resto de medios y actividades - Política general de exposiciones temporales en las salas del museo como
divulgativas, así como los servicios comerciales medio de completar y enriquecer la exposición permanente, de difundir
• Modo en que se va a producir la relación con el público en el museo y los colecciones no expuestas o de experimentar nuevos conceptos
sistemas de evaluación que van a permitir adaptar la oferta (sus museológicos y/o museográficos (producción propia o ajena)
componentes, y los valores y contenidos de cada uno de ellos) a las • Convenios de colaboración con otras instituciones
necesidades y expectativas de los visitantes
- Política general de exposiciones temporales producidas por el museo y
• Formas de acceso directo o virtual a las colecciones y fondos documentales alojadas en otras instituciones como medio de difundir las colecciones.
- Documento con el mensaje/concepto a transmitir (misión-visión) de la • Criterios que deben regir el préstamo de colecciones del museo con
institución, así como el catálogo de imágenes representativas y/o destino a exposiciones temporales (criterios institucionales, científicos,
significativas de la colección/edificio del museo de conservación...)
- Pautas para la obtención de un logotipo o imagen representativa • Procedimientos para el control y seguimiento de los préstamos:
• Mecanismos de comunicación externa para difundir los servicios del museo • Control documental
y atraer u orientar a esos públicos potenciales (campañas de publicidad • Informes de conservación
generales o específicas para determinadas actividades, página web, visitas
• Criterios de actuación en caso de incidencias
guiadas, publicaciones divulgativas y su distribución…)
• Documento de condiciones técnicas o “informe de instalaciones” de las
• Relaciones con los medios, gabinete de prensa, publicidad, relaciones
salas de exposición temporal del museo con vistas a posibles préstamos
públicas…
de otras instituciones (descripción, espacios, circulaciones de bienes
• Definición de los productos comerciales del museo culturales muebles, instalaciones, parámetros de conservación…)
148 149
Cuadro 18 Como responsable de establecer los canales de interacción entre los conteni-
Síntesis de relaciones entre dos del museo y los intereses de la sociedad, el Programa de Difusión y Comu-
PROGRAMA Concepto de museo: los programas nicación está estrechamente relacionado con todos los Programas especialmente
definición de público, P. Institucional
DE DIFUSIÓN servicios, actividades con los de Colecciones y el Programa de Exposición.
Y COMUNICACIÓN y comunicación
Actividades, P. Colecciones
servicios y Incremento Cuadro 19
comunicación en Documentación
torno a las Investigación Posibles proyectos
colecciones Conservación derivados del Programa de
Difusión/Comunicación
Relación de espacios
públicos, accesos y
circulaciones,
instalaciones y P. Arquitectónico
equipamientos
(acogida, actividades,
servicios...) PROGRAMA DE DIFUSIÓN
Tipos de público,
evaluación de
Y COMUNICACIÓN
exposición P. Exposición
permanente, difusión
y contenidos
PROYECTOS
Sistema de seguridad
compatible con Estudios de público
confort y libertad de P. Seguridad
movimientos del Evaluación de exposición permanente y exposiciones temporales
público
Estudios de marketing
Personal fijo,
eventual y contratas P. Recursos Campañas de publicidad generales o específicas
externas para Humanos
actividades y servicios Actividades didácticas y divulgativas (talleres, dramatizaciones, visitas
guiadas, conferencias, cursos, ciclos cine...)
Recursos económicos,
alquiler de espacios, Publicaciones (folletos informativos, guías, catálogos, monografías...)
concesión de
servicios, productos P. Económico Página web
comerciales,
captación de Productos comerciales
patrocinadores
Creación de la imagen institucional y desarrollo del manual de identidad
Exposiciones temporales concretas
150 151
ANEXO 3
Programas
Objetivos 6. Programa de Seguridad Todas las necesidades generales del museo se definirán en materia de:
El Programa de Seguridad del museo deberá precisar todos aquellos aspectos - Planes de emergencia y minimización de daños
Precisar todos los aspectos necesarios
para garantizar la seguridad de la necesarios que afectan a la seguridad de la institución, desde un punto de vista - Conexión con la correspondiente central receptora de alarmas
institución en su conjunto, tanto en lo global:
que afecta a las colecciones y al edificio, - Formación del personal implicado
como al público y al personal del museo. • Colecciones
- Detección de incendios
• Edificio
- Extinción de incendios
• Personal
- Señalización obligatoria
• Público
- Zonificación del edificio según los diferentes niveles de riesgo, señalando
Implica el cumplimiento de la normativa de seguridad pública y privada y es áreas con riesgos especiales
conveniente que, en relación con la seguridad pública, se elabore un Plan de
Relaciones Institucionales que contemple el Parque de Bomberos, la comisaría - Sistemas de megafonía para evacuación del edificio
del Cuerpo Nacional de Policía, el puesto de la Guardia Civil, la comisaría de la - Sistemas de comunicación entre el personal operativo
Policía Local, el hospital y el Servicio Sanitario de Urgencias más cercanos al
- Mantenimiento de los sistemas de protección contra incendio, de las
museo.
instalaciones generales y de la cubierta del edificio
La programación de la seguridad está basada en cuatro pilares esenciales que
• Protección contra actos antisociales.
han de estar perfectamente relacionados y coordinados para garantizar la cali-
dad del sistema: Se detallarán las necesidades relativas a:
En relación con la seguridad privada, y conforme a lo dispuesto en la legisla- - Mantenimiento de los sistemas de protección contra actos antisociales
ción vigente, es necesario tener en cuenta las funciones que pueden y deben - Control de los movimientos de bienes culturales
llevar a cabo los vigilantes de seguridad privada en los museos.
- Planes de seguridad
Deberán considerarse los siguientes aspectos:
- Protección específica para bienes culturales tanto almacenados como en
• Protección contra incendios, inundaciones, movimientos sísmicos y otros exposición
desastres naturales
152 153
- Protección pasiva (caja fuerte, cámara acorazada, puertas reforzadas, Además, también se relaciona de forma muy directa con los Programas de Colec-
rejas…) ciones, en cuanto a la seguridad de éstas (inventario, control de ubicación y de
movimientos…) y con el Programa de Recursos Humanos (personal de vigilan-
- Zonificación según los distintos niveles de riesgo, señalando áreas con
cia del museo y el perteneciente a la seguridad privada) en lo que respecta a
riesgos especiales
número, funciones a desempeñar, formación… Cuadro 20
- Niveles de accesibilidad a las distintas áreas del museo (personal interno,
Para el correcto desarrollo del Programa de Seguridad es necesario recibir infor- Síntesis de relaciones
personal externo y contratas, público general, público con
mación de todos los demás programas que integran el Plan: entre los programas
autorización…) de actuación
- Control de accesos
- Control de aforo de determinados espacios públicos
- Seguridad del exterior PROGRAMA Concepto de museo:
organización P. Institucional
- Control de visitas DE SEGURIDAD
P. Colecciones
- Control de entrada y salida de materiales
Necesidades de Incremento
seguridad de las Documentación
• Protección contra accidentes (tanto laborales como de los visitantes). Se colecciones Investigación
Conservación
definirán las necesidades en materia de instalaciones, infraestructuras,
zonificación, sistemas y mantenimiento para que el museo cumpla la
Zonificación, accesos,
legislación vigente en esta materia con la conformidad de los Delegados de circulaciones y (pre) P. Arquitectónico
instalaciones
Prevención y el Servicio de Prevención pertinentes
Necesidades de
El Programa de Seguridad se halla estrechamente vinculado al Programa Arqui- seguridad:
interacción P. Exposición
tectónico en lo que atañe a: colecciones-público
• Zonificación
Necesidades de P. Difusión
seguridad: público
• Accesibilidad
• Circulaciones Necesidades de P. Recursos
seguridad: del Humanos
personal
• Instalaciones
• Equipamientos Recursos P. Económico
económicos
154 155
7. Programa de Recursos Humanos Objetivos
El Programa de Recursos Humanos incluirá la dotación de personal, funciona- Definir las necesidades de personal de la
rio o contratado, con el perfil, la formación y la cualificación profesional en cada institución en su planteamiento de
una de las áreas funcionales del museo. futuro, de forma que todas las
propuestas contenidas en el resto de los
En el desarrollo de este programa deberán especificarse los siguientes aspectos: programas cuenten con los medios
humanos necesarios para su desarrollo.
• Organigrama funcional y de personal propuesto, con indicación de áreas
funcionales y departamentos, y personal en cada uno de ellos
Cuadro 21
• Funciones a desempeñar por cada puesto de trabajo (en relación con las
Posibles proyectos derivados del
Programa de Seguridad funciones encomendadas a cada departamento que deben definirse en el
Programa Institucional)
• Justificación del incremento de personal propuesto, en su caso, con
argumentaciones de carácter general e individual para cada puesto
PROGRAMA DE SEGURIDAD • Cualificación y perfil de los puestos de nueva creación
• Necesidades de contratación puntuales de personal eventual para
PROYECTOS desarrollo de trabajos concretos y/o estacionales (talleres didácticos,
Protocolo de minimización de daños campañas de catalogación, campañas de restauración, proyectos de
investigación…)
Seguridad de superficie
Seguridad de subsuelo • Propuestas de mejora de la situación del personal existente y su
justificación
Movimientos internos
Seguridad en caso de obras en el edificio • Programa de formación continua para el personal del museo (técnico-
científico, atención al público, seguridad, nuevas tecnologías…)
Transporte de bienes culturales
• Posibilidades de colaboración con otras instituciones para acoger
Plan de Emergencia
estudiantes en prácticas (museología, gestión cultural, conservación-
Prevención de riesgos laborales restauración…)
Seguimiento periódico de la salud de los trabajadores
• Necesidades de contratas externas (limpieza, mantenimiento instalaciones,
jardinería…)
• Priorización de necesidades
156 157
ANEXO 3
Programas
7. Programa de Recursos Humanos Objetivos
El Programa de Recursos Humanos incluirá la dotación de personal, funciona- Definir las necesidades de personal de la
rio o contratado, con el perfil, la formación y la cualificación profesional en cada institución en su planteamiento de
una de las áreas funcionales del museo. futuro, de forma que todas las
propuestas contenidas en el resto de los
En el desarrollo de este programa deberán especificarse los siguientes aspectos: programas cuenten con los medios
humanos necesarios para su desarrollo.
• Organigrama funcional y de personal propuesto, con indicación de áreas
funcionales y departamentos, y personal en cada uno de ellos
Cuadro 21
• Funciones a desempeñar por cada puesto de trabajo (en relación con las
Posibles proyectos derivados del
Programa de Seguridad funciones encomendadas a cada departamento que deben definirse en el
Programa Institucional)
• Justificación del incremento de personal propuesto, en su caso, con
argumentaciones de carácter general e individual para cada puesto
PROGRAMA DE SEGURIDAD • Cualificación y perfil de los puestos de nueva creación
• Necesidades de contratación puntuales de personal eventual para
PROYECTOS desarrollo de trabajos concretos y/o estacionales (talleres didácticos,
Protocolo de minimización de daños campañas de catalogación, campañas de restauración, proyectos de
investigación…)
Seguridad de superficie
Seguridad de subsuelo • Propuestas de mejora de la situación del personal existente y su
justificación
Movimientos internos
Seguridad en caso de obras en el edificio • Programa de formación continua para el personal del museo (técnico-
científico, atención al público, seguridad, nuevas tecnologías…)
Transporte de bienes culturales
• Posibilidades de colaboración con otras instituciones para acoger
Plan de Emergencia
estudiantes en prácticas (museología, gestión cultural, conservación-
Prevención de riesgos laborales restauración…)
Seguimiento periódico de la salud de los trabajadores
• Necesidades de contratas externas (limpieza, mantenimiento instalaciones,
jardinería…)
• Priorización de necesidades
156 157
Cuadro 22 Este programa se relaciona de manera muy estrecha con el resto de programas
Síntesis de relaciones del Plan Museológico, ya que éste ha de proporcionar los recursos humanos
entre los programas necesarios para desarrollar las propuestas contenidas en éstos.
PROGRAMA Concepto de museo:
organigrama P. Institucional
DE RECURSOS funcional y régimen
HUMANOS de funcionamiento
P. Colecciones
Organización Incremento
de personal Documentación Cuadro 23
Investigación
Conservación Posibles proyectos derivados
del Programa de Recursos
Humanos
Organización P. Exposición
de personal
Organización P. Difusión y
de personal Comunicación
PROGRAMA
Organización
DE RECURSOS HUMANOS
de personal P. Arquitectónico
PROYECTOS
Organización P. Seguridad Reorganización del personal
de personal
Incremento de personal
Organización P. Económico Mejora de la situación del personal
de personal
Contrataciones eventuales para proyectos concretos
Cursos de formación
Convenios de colaboración con otras instituciones para
la realización de prácticas
158 159
ANEXO 3
Programas
Objetivos 8. Programa Económico - Presupuestos públicos, en su caso
160 161
LOS
PROYECTOS
La información de la que parten estos proyectos está recogida en los distintos Objetivos
programas del Plan Museológico, bien como tales, bien convertidos en pliegos
de condiciones técnicas. Como se ha expuesto anteriormente, la elaboración Definir soluciones formales concretas
con una programación temporal y
de estos programas resulta indispensable para la puesta en marcha de los pro- económica, es decir, establecer
yectos. A diferencia de los programas, que son cauces permanentes del traba- documentos ejecutables que resuelvan
las necesidades planteadas en los
jo del museo, los proyectos tienen objetivos definidos, plazos específicos de rea-
programas del museo.
lización y con frecuencia son ejecutados por profesionales externos al museo
con un presupuesto cerrado.
Los proyectos pueden ser realizados y ejecutados por el propio equipo del museo
o por profesionales externos, con coste económico o sin él. En cualquier caso,
todo proyecto desarrolla un objetivo y cuenta con unos responsables y un plazo
de ejecución.
En el proceso de desarrollo de un proyecto pueden establecerse tres fases:
Fase I. Estudios previos
Fase II. Redacción de proyecto
Fase III. Ejecución
Cada proyecto, no obstante, ya sea de carácter arquitectónico, de exposición,
de difusión, de gestión o conservación de las colecciones…, precisa un trata-
miento, una documentación y unos requerimientos específicos. En este caso,
sin ánimo de ser exhaustivos y a modo de ejemplo, se valorará con más deta-
lle, por su importancia y complejidad, el caso de los proyectos arquitectónicos
y de exposición.
47
LOS
PROYECTOS
Redacción
Estudios previos de proyecto
FASE I FASE II
En este momento se incorporan todos aquellos estudios necesarios para defi- Los proyectos propiamente dichos pueden constar de varias fases en su desa-
nir y condicionar el proyecto, como por ejemplo, en materia de arquitectura, rrollo. Si se sigue la práctica arquitectónica, se pueden distinguir:
los estudios patológicos, planimétricos, estructurales, arqueológicos… Otros
1. Anteproyecto
ámbitos como las colecciones o la difusión/comunicación, pueden implicar el
desarrollo de estudios de público, estudios de condiciones medioambientales… 2. Proyecto básico
Estos estudios servirán para orientar varios proyectos, incluso la totalidad. Por 3. Proyecto de ejecución
esta razón, serán concebidos como prolongación y complemento de los pro- Cada una de estas fases puede corresponderse, además, con diferentes con-
gramas del Plan Museológico, como medio para verificar las ideas ya suscita- tratos y, por tanto, no son sólo necesarias desde el punto de vista técnico, sino
das y para calibrar de forma realista y cuantitativa las necesidades. también desde el administrativo y el presupuestario. Para su contratación será
indispensable preparar los correspondientes pliegos de condiciones técnicas
basados en los programas y, además, entregar como material complementario
el Plan Museológico y, en su caso, los estudios previos existentes.
Normalmente serán los proyectos de arquitectura e instalaciones los que segui-
rán este orden, pero también, como en el resto de proyectos, las tres fases
podrán agruparse en dos o, incluso, en una sola.
En el caso de los proyectos arquitectónicos de escala integral será fundamen-
tal contar con la totalidad del Plan Museológico y, especialmente, con el Pro-
grama Arquitectónico y con la denominada Fase I del Programa de Exposición
donde, como se detallará más adelante (Anexo 3, Programas), deben reflejar-
se las directrices generales que orientarán el Programa definitivo de Exposición
Permanente, con el fin de delimitar los espacios en función de los requerimientos
de las colecciones.
48 49
LOS
PROYECTOS
Redacción
Estudios previos de proyecto
FASE I FASE II
En este momento se incorporan todos aquellos estudios necesarios para defi- Los proyectos propiamente dichos pueden constar de varias fases en su desa-
nir y condicionar el proyecto, como por ejemplo, en materia de arquitectura, rrollo. Si se sigue la práctica arquitectónica, se pueden distinguir:
los estudios patológicos, planimétricos, estructurales, arqueológicos… Otros
1. Anteproyecto
ámbitos como las colecciones o la difusión/comunicación, pueden implicar el
desarrollo de estudios de público, estudios de condiciones medioambientales… 2. Proyecto básico
Estos estudios servirán para orientar varios proyectos, incluso la totalidad. Por 3. Proyecto de ejecución
esta razón, serán concebidos como prolongación y complemento de los pro- Cada una de estas fases puede corresponderse, además, con diferentes con-
gramas del Plan Museológico, como medio para verificar las ideas ya suscita- tratos y, por tanto, no son sólo necesarias desde el punto de vista técnico, sino
das y para calibrar de forma realista y cuantitativa las necesidades. también desde el administrativo y el presupuestario. Para su contratación será
indispensable preparar los correspondientes pliegos de condiciones técnicas
basados en los programas y, además, entregar como material complementario
el Plan Museológico y, en su caso, los estudios previos existentes.
Normalmente serán los proyectos de arquitectura e instalaciones los que segui-
rán este orden, pero también, como en el resto de proyectos, las tres fases
podrán agruparse en dos o, incluso, en una sola.
En el caso de los proyectos arquitectónicos de escala integral será fundamen-
tal contar con la totalidad del Plan Museológico y, especialmente, con el Pro-
grama Arquitectónico y con la denominada Fase I del Programa de Exposición
donde, como se detallará más adelante (Anexo 3, Programas), deben reflejar-
se las directrices generales que orientarán el Programa definitivo de Exposición
Permanente, con el fin de delimitar los espacios en función de los requerimientos
de las colecciones.
48 49
Fases de los En relación con los proyectos expositivos será imprescindible lógicamente dis- suficiente para solicitar la licencia municipal de obras u otras autorizaciones
poner de la Fase II del Programa de Exposición, desarrollado con el máximo administrativas, pero insuficiente para ejecutar el proyecto.
proyectos
detalle posible en cuanto al discurso y su organización espacial, así como a las
En el caso de intervenciones arquitectónicas, se compone de los siguientes
Los proyectos, siguiendo la práctica exigencias y necesidades de las colecciones, recursos de comunicación y expo-
arquitectónica, pueden desarrollarse en documentos:
sición…, como se verá en el Anexo 3 (Programas), en el capítulo correspon-
varias fases:
- Anteproyecto. Expone los aspectos diente al Programa de Exposición. • Memoria descriptiva de las características generales de la obra y
fundamentales y las características justificativas de las soluciones concretas
generales de la intervención.
- Proyecto básico. Define de modo 1. Anteproyecto • Memoria urbanística comparada en la que se indique la finalidad y uso de
preciso las características generales de la construcción o actuación proyectada
la intervención mediante la adopción En esta fase de trabajo se exponen los aspectos fundamentales de las caracte-
de soluciones concretas y su • Memoria justificativa del cumplimiento de las condiciones previstas en la
justificación. rísticas generales de la intervención: funcionales, formales, constructivas y eco-
- Proyecto de ejecución. Desarrolla el nómicas, con el objeto de proporcionar una primera imagen global de ésta y normativa autonómica de accesibilidad y supresión de barreras
proyecto básico con determinación
establecer un avance del presupuesto. arquitectónicas o, en su caso, de la mejora de dichas condiciones en los
completa de detalles y
especificaciones de todos los
edificios de carácter histórico con la adopción de medidas alternativas o
materiales, elementos, sistemas
El anteproyecto arquitectónico deberá constar de los siguientes documentos: complementarias
constructivos y equipos.
• Memoria justificativa de las soluciones de tipo general adoptadas según lo • Memorias técnicas
expuesto anteriormente
• Condiciones relativas a la habitabilidad
• Planos de plantas, alzados y secciones a escala, sin acotar
• Planos de situación a las escalas preceptuadas en el Planeamiento General
• Avance del presupuesto con estimación global, por superficie construida u y grafiados sobre cartografía municipal existente
otro método que se considere idóneo
• Planos generales, a escala y acotados de plantas, alzados y secciones
Y en el caso de anteproyectos expositivos: • Presupuesto, con estimación global de cada capítulo, oficio o tecnología
• Memoria justificativa de las soluciones de tipo general adoptadas en lo • Cronograma
concerniente a criterios de intervención, articulación de contenidos,
propuesta de itinerarios, elementos gráficos e interactivos De cara a la redacción de un proyecto expositivo, de manera genérica y
teniendo en cuenta los requerimientos específicos de cada proyecto, éste se
• Planos de plantas, alzados y secciones a escala, sin acotar compone de los siguientes documentos:
• Avance del presupuesto con estimación global • Memoria descriptiva general del objeto del contrato, los antecedentes y
situación previa, las necesidades a satisfacer, la descripción de las
2. Proyecto básico soluciones propuestas, y la justificación de estas últimas. Las soluciones
adoptadas deberán definirse con carácter general en lo relativo a:
Se definen de modo preciso las características generales de la intervención
mediante la adopción y justificación de soluciones concretas. Su contenido es 1. Justificación de adaptación al discurso
50 51
2. Distribución espacial y circulaciones/itinerarios ciones propuestas en el proyecto de ejecución tendrán que resolver las necesi-
3. Diseño de soportes expositivos dades previamente definidas y planteadas, y evitar además posibles proyectos
modificados y complementarios, que implicarían costes económicos adiciona-
4. Diseño de elementos museográficos de apoyo
les, demora de plazos y, en definitiva, la ralentización del proyecto.
5. Diseño de elementos gráficos
Los proyectos de ejecución arquitectónicos completan el proyecto básico
6. Condiciones ambientales
con los siguientes documentos:
7. Iluminación
• Memoria constructiva
8. Seguridad
9. Acabados • Memoria de cálculo de cimentación y estructura
52 53
1. Distribución espacial y circulaciones/itinerarios • Documentación planimétrica:
2. Diseño de soportes expositivos: - Plantas, alzados y secciones de conjunto y cuantos detalles se estimen
necesarios para la completa definición de la propuesta
- Expositores-contenedores
- Plantas, alzados y secciones generales y de detalle de cada uno de los
- Elementos de soporte directo de las piezas
elementos a producir
3. Diseño de elementos museográficos de apoyo:
• Mediciones de cada una de las unidades a ejecutar
- Bidimensionales -gráficos-
• Presupuesto con cuadro de precios unitarios desglosado por capítulos o
- Tridimensionales unidades
- Sonoros, audiovisuales e interactivos… • Programa de desarrollo de los trabajos con cronograma
4. Diseño de elementos gráficos:
- Información textual
- Señalización general de circulación, seguridad y servicios
y señalización específica de áreas
5. Condiciones ambientales, con especial referencia a: Cuadro 5
- Temperatura Fases de proyecto
- Humedad relativa
6. Iluminación
7. Seguridad
8. Acabados: Fase I. Fase II. Fase III.
Proyecto Proyecto de
Estudios Redacción Anteproyecto Ejecución
básico ejecución
previos de proyecto de proyecto
- Pavimentos
- Paramentos
• Pliego de prescripciones técnicas. Se describirá el trabajo y se regulará su
ejecución expresando la forma en que ésta se lleva a cabo y las
obligaciones de orden técnico que regirán la producción
54 55
LOS
PROYECTOS
Ejecución
de proyecto
FASE III
Una vez aprobado el proyecto por el equipo del museo y los departamentos
técnicos, o por quien corresponda en cada caso, se iniciará la fase de ejecución.
Se señalaba más arriba la importancia de adecuar los proyectos a las necesida-
des diseñadas en los programas, para evitar así posibles contradicciones o modi-
ficaciones ulteriores. Sin embargo, una vez iniciada la ejecución del proyecto
pueden surgir actuaciones imprevistas, nuevos condicionantes u otros hechos
que determinen la necesidad de contratar proyectos modificados (que no impli-
can nuevas partidas añadidas, sino que reforman algunas de las ya existentes)
y/o proyectos complementarios (que suponen nuevas partidas sobre el proyec-
to de ejecución). La puesta en marcha de los proyectos modificados puede exi-
gir la paralización total o parcial de la ejecución del proyecto, con los consabi-
dos retrasos y aumento de costes.
En definitiva, resulta imprescindible adecuar las distintas fases del proceso de
trabajo, desde la elaboración del Plan Museológico hasta la ejecución de los
proyectos, así como lograr una correcta coordinación entre los distintos profe-
sionales que intervienen a lo largo de las sucesivas etapas de trabajo. De esta
manera el Plan, que parte del equipo del museo, se configura como el docu-
mento clave de cara a la planificación de las actuaciones en la institución y la
consecución de sus objetivos.
56 57
CONCLUSIONES
Tal y como se expresa en la introducción a Criterios para la elaboración del Plan
Museológico, el trabajo que se presenta en esta publicación responde a una serie
de necesidades constatadas a través de la gestión, la planificación y la interven-
ción en los museos estatales.
En primer lugar, esta propuesta responde a la obligada normalización termino-
lógica y de procedimientos en beneficio, por una parte, del propio trabajo en los
museos y, por otra, de las correspondientes administraciones responsables, titu-
lares y gestoras, en cuanto a los métodos de trabajo y la propia adopción de
decisiones.
En segundo lugar, El Plan Museológico ofrece una metodología para guiar toda
la actuación y concretar la definición y comprensión de la institución. Un méto-
do de trabajo, entendido como una guía que pretende ser de utilidad para orde-
nar las actuaciones ante cualquier iniciativa en museos.
El documento es también considerado un instrumento de gestión y planificación
museística. Se trata, por tanto, de un documento vivo, en constante transfor-
mación, que ha de adaptarse a las cambiantes necesidades de la institución y a
la evolución de la sociedad.
Elaborar unas conclusiones del método de trabajo expuesto supone insistir en
una serie de ideas que, aunque ya enunciadas, deben ser resaltadas como pun-
tos de especial atención y sobre los que se sustentan los principios de El Plan
Museológico. Estos puntos son:
1. El Plan Museológico es una herramienta de planificación y programación mu-
seística, imprescindible para todos los museos, con independencia de su titula-
ridad, gestión o disciplina científica.
2. El Plan Museológico se estructura en dos fases diferenciadas:
61
Fase I - Definición de la Institución des y exigencias que deben ser respondidas, si fuera posible, en el respectivo
proyecto. Se trata de un criterio esencial, con el fin de conseguir que las solu-
I.1 Planteamiento conceptual
ciones y propuestas del proyecto sean satisfactorias para la institución.
• Premisa inicial e imprescindible donde se expresa el concepto del
4. La elaboración del Plan Museológico exige una amplia participación de pro-
museo o, en su caso, revisión de dicho planteamiento por parte de los
fesionales procedentes de diferentes ámbitos, pero siempre bajo la dirección y
responsables de la institución.
coordinación del equipo del museo, junto con las administraciones implicadas,
I.2 Análisis y evaluación responsables últimos de los objetivos y decisiones adoptadas.
• Su finalidad es la detección de las carencias del museo y el 5. La elaboración de los programas integrantes de la Fase II no tiene por qué ser
establecimiento de prioridades como consecuencia y conclusión del coincidente en el tiempo, ni incluso continua. Su redacción puede ser interrum-
diagnóstico realizado. pida y posteriormente retomada para incorporar información procedente de
• Su elaboración es indispensable en los museos ya existentes y en aquellos otros programas y proyectos, y a su vez éstos facilitar requisitos a diferentes pro-
de nueva creación en los apartados en los que sea posible su redacción. gramas y proyectos en momentos concretos.
• Será de utilidad, tanto para el propio equipo del museo como para su 6. La redacción de los programas exige un detenimiento y una reflexión profunda
administración gestora responsable. sobre las necesidades del museo. Cuanto mayor sea el grado de desarrollo del
programa, más acertada será la consecución del proyecto. El tiempo invertido
Fase II - Programas
en la elaboración del programa acortará plazos en la ejecución del proyecto. En
• Los programas detallarán las necesidades y exigencias del museo para el cualquier caso, los programas son documentos vivos, en constante revisión y
cumplimiento de sus fines. actualización.
• El equipo del museo, con posibles asistencias de personal externo, será el 7. La fase de redacción de proyecto es el momento crucial en el que el equipo
responsable de su redacción. del museo debe analizar detenidamente, junto con su responsable, las solucio-
nes apuntadas, valorar si responden a las exigencias de los programas y si éstas
• Su elaboración en el tiempo está condicionada por el orden de
son factibles. Las modificaciones, en su caso, deben realizarse en esta fase, y no
prioridades establecido como conclusión de la fase de Análisis y
tras las aprobaciones administrativas de los proyectos, puesto que esto supon-
evaluación.
drá la puesta en marcha de nuevos procedimientos de aprobación de modifica-
3. La relación jerárquica entre programa y proyecto exige que, previamente a la ciones al proyecto, incrementos presupuestarios y posibles paralizaciones en la
redacción de un proyecto, debe haber sido elaborado el consiguiente programa, ejecución.
entendido éste como el documento en el que el museo establece las necesida-
62 63
Cuadro 5
DEFINCIÓN FINALIDAD RESPONSABILIDAD
8. Es deseable que las instituciones promotoras y responsables de la gestión y Plan Museológico:
tramitación de nuevas intervenciones museísticas, respeten el proceso estable- Síntesis de fases y
responsabilidades
cido en el Plan Museológico. La eliminación de fases de trabajo con el objetivo
PLAN
de ahorrar plazos, puede suponer al final del proceso un retraso, u ocasionar un MUSEOLÓGICO
incorrecto funcionamiento de la institución.
FASE I
9. El Plan Museológico no es un documento cerrado, sino que requiere un pro- Definición de la
Institución
ceso continuo de actualización, con el fin de adaptar sus contenidos a los cam-
bios de la institución y de su entorno socio-cultural. Planteamiento Definir directrices
conceptual institucionales Museo
10. El Plan Museológico es la única herramienta museística que puede enlazar, (Anexo 1)
Administración
Facilitar la toma
responsable o
de decisiones
titulares
Fase I - Estudios
previos
Dotar al museo Museo y/o
Fase II - Redacción
de soluciones y personal externo
de proyecto
respuestas de apoyo
Fase III - Ejecución
de proyecto
64 65
ANEXO 4
Relación de
espacios
del museo
Guía 1. ÁREA PÚBLICA SIN
COLECCIONES
Superficie
(m2)1
Relación
con otros
Otros Superficie
(m2)1
Relación
con otros
Otros
de trabajo
espacios 2 espacios 2
164 165
Superficie Relación Otros 2. ÁREA PÚBLICA CON Relación
(m2)1 con otros COLECCIONES Superficie con otros Otros
espacios 2 (m2) espacios 2
166 167
Relación Relación
Superficie con otros Otros Superficie con otros Otros
espacios 2 (m2) espacios 2
(m2)
Sala/s de documentación Sala de trabajo
Sala de consulta ASEOS
Archivos documentales Aseos señoras
(fonoteca, filmoteca, fototeca...) Aseos caballeros
Archivo administrativo Aseos minusválidos
Archivo de ficheros
Sala de dibujo
Área de Fotografía
Estudio/s fotográfico/s
Cámara oscura
4. ÁREA INTERNA SIN Relación
Laboratorio fotográfico Superficie con otros Otros
COLECCIONES espacios 2
Almacén de productos (m2)
168 169
Relación Relación
Superficie con otros Otros Superficie con otros Otros
(m2) espacios 2 (m2) espacios 2
Cuarto de climatización
Central informática
Almacén de herramientas
Almacén de productos de limpieza
Vestuario de personal de limpieza
4.6 GARAJE
Almacén herramientas
170 171
Propuesta de cronograma
Puesta en marcha de
un museo en el marco
del Plan Museológico
Consideraciones previas
El establecimiento de un único modelo de trabajo y una secuencia estándar de
fases que responda a un plan general para la puesta en marcha de un museo,
constituye una tarea difícilmente abordable. Las particularidades de cada institu-
ción museística, los procedimientos de contratación administrativa, la enverga-
dura de la intervención, los distintos profesionales implicados y un sinfín de aspec-
tos que deben ser considerados, convierten cada actuación en un caso singular.
A pesar de ello, con el fin de responder al espíritu eminentemente práctico de
esta propuesta, y asumiendo los posibles errores derivados de un documento
gráfico que sintetice la programación y los procesos de trabajo de una forma
ideal, resulta de gran interés mostrar un cronograma con las distintas fases, su
imbricación y coordinación, y los hitos o puntos estratégicos que componen el
proceso de planificación de una intervención integral en un museo, según la
estructura y el método de Criterios para la elaboración del Plan Museológico.
La oportunidad y el reto que representa plantear un cronograma para la puesta
en marcha de un museo permite observar la complejidad de este tipo de pro-
yectos y la necesaria incardinación de las tareas a desarrollar, en este caso, desde
el marco normativo de la Administración General del Estado.
175
Interesa destacar dos observaciones previas al comentario del gráfico. 2. Aprobación de la norma jurídica de creación del museo
En primer lugar, se quiere señalar que la escala temporal que condiciona el desa- El museo adquiere personalidad jurídica y es capacitado para su posterior desa-
rrollo de los correspondientes programas y proyectos no se refiere a una uni- rrollo normativo, en cuanto a precios públicos de servicios, funcionamiento de
dad concreta de tiempo y que las barras dibujadas pretenden únicamente mar- sus órganos colegiados, cesión de espacios, tarifas de acceso… Estas normas
car el orden o la secuencia básica de tiempos -anterior, posterior, paralelo...- serán objeto de una segunda fase del Programa Institucional, que se iniciará
para la adecuada marcha del Plan general. después de la aprobación de la norma principal. También será el momento a
partir del cual pueden comenzar todos los procedimientos de contratación. La
En segundo lugar, se indica que cada una de las barras comprende, además de
institución, ya creada, puede ser legalmente receptora de los objetos de los
la actuación concreta, los posibles procesos administrativos que conllevan, por
contratos.
ejemplo, periodos de tramitación para la adjudicación de concursos, adjudica-
ciones, autorizaciones administrativas de movimientos, seguros… La aprobación de la norma de creación habrá exigido el desarrollo de la fase
primera de los Programas Económico y de Recursos Humanos, con la finalidad
Una lectura detenida del cronograma adjunto permite destacar una serie de
de garantizar la viabilidad del proyecto.
hitos o puntos estratégicos en el proceso de trabajo, por ser momentos cru-
ciales en los que coinciden tareas de diferentes programas, o donde el inicio de En el Programa Económico, tras un análisis de las necesidades económicas pre-
un programa está condicionado a la finalización de otro u otros. Por esta razón, vistas para la puesta en marcha del museo, y una vez establecida la previsión
se ha considerado oportuno esbozar una breve síntesis de las acciones que impli- de gasto, se procederá a la dotación de los recursos económicos exigidos. La
can estos puntos. existencia de créditos se acreditará mediante una memoria justificativa, que
acompañará a la norma de creación en su tramitación.
1. Decisión de puesta en marcha del museo
Por lo que respecta al Programa de Recursos Humanos será necesario definir
Esta acción implica una detenida reflexión previa sobre las conclusiones extra- las áreas básicas del funcionamiento interno del museo, con vistas a la provi-
ídas de los trabajos encuadrados en la Fase I del Plan Museológico (Definición sión de puestos, que, una vez aprobada la norma de creación, se hará paulati-
de la Institución, I.1. Planteamiento conceptual y I.2. Análisis y evaluación), y namente de forma paralela al desarrollo del Plan.
exige un fuerte compromiso por parte de todos los responsables de la puesta
en marcha del museo. La responsabilidad y el convencimiento sobre la conve- 3. Inicio de la redacción de los programas de colecciones, exposición
niencia, viabilidad y oportunidad de esta actuación, serán las garantías para la permanente, arquitectónico, seguridad y difusión/comunicación
consecución exitosa de los objetivos establecidos.
Tras la aprobación de la norma jurídica mediante la que se crea la institución,
La decisión de puesta en marcha del museo supone el inicio de la redacción de la se inicia formalmente el desarrollo de los Programas de Colecciones, Exposi-
primera fase de los Programas Institucional, Económico y de Recursos Humanos. ción Permanente, Arquitectónico, Seguridad y Difusión/Comunicación.
176 177
No obstante, con anterioridad y de forma paralela a los programas encuadra- De forma previa al inicio de esta fase deben haber concluido los diferentes Pro-
dos en el grupo inicial (Institucional, Económico y Recursos Humanos), se han gramas de Colecciones (Incremento, Documentación, Investigación y Conserva-
podido plantear puntualmente distintos aspectos –colecciones, edificio, segu- ción), de especial importancia para el desarrollo del Programa definitivo de Expo-
ridad…– para la consecución de los objetivos de las fases precedentes. sición.
Por una parte, la búsqueda y selección de piezas, en su caso, debe estar con-
4. Inicio de la redacción del proyecto arquitectónico
cluida (Programa de Incremento de Colecciones), lo que supone que todas las
El inicio de la redacción del proyecto de obras supone un momento decisivo en gestiones de acuerdos o negociaciones estarán realizadas. Gracias a ello, la pre-
este cronograma. La información recogida en los diferentes programas, y espe- sencia de las piezas estará garantizada y su inclusión en el Programa de Expo-
cialmente en el Programa Arquitectónico, de Exposición (Fase I) y de Seguridad sición Permanente será definitiva.
(Fase I), permite facilitar un programa de necesidades completo al equipo redac-
Por otra parte, el Programa de Conservación habrá definido las condiciones exi-
tor del Proyecto arquitectónico. De este modo, dicho equipo dispondrá de la
gidas por las colecciones en los distintos espacios y el grado de intervención
información necesaria para concebir una propuesta arquitectónica acorde con
requerido, en su caso, para los bienes culturales que forman parte de la expo-
los planteamientos del museo.
sición permanente. Esto permite el doble objetivo de poner en marcha las cam-
El Programa de Exposición permanente (Fase I), se elaborará a partir de la infor- pañas de restauración exigidas, y de establecer los requisitos necesarios para la
mación generada en los distintos Programas de Colecciones y servirá para arti- correcta conservación preventiva de los bienes culturales.
cular un primer apunte sobre el discurso expositivo del museo. Este documen-
Las labores de documentación e investigación deben estar terminadas, puesto
to resulta fundamental para iniciar la redacción del Proyecto arquitectónico,
que éstas son claves para la redacción del Programa de Exposición (Fase II),
puesto que las características del contenido expositivo serán un condicionante
momento en el que cada pieza habrá sido interpretada e identificada con la
de primer orden para la concepción de los espacios, las circulaciones, las insta-
finalidad de su incorporación en el discurso expositivo.
laciones, entre otros muchos aspectos.
Del mismo modo, el Programa de Exposición Permanente se nutre de la infor-
5. Inicio de la redacción del programa de exposición permanente mación que aporta el Programa de Difusión/Comunicación, que aunque no defi-
(Fase II) nido en su totalidad, aporta elementos de referencia con la función expositiva
de gran interés.
La conclusión de la redacción del proyecto arquitectónico abrirá paso a la redac-
ción del Programa de Exposición (Fase II), al existir ya unas condiciones espa- Será igualmente el momento en el que se debe desarrollar, de forma paralela,
ciales que permiten delimitar las características físicas de la exposición y con- el Programa de Seguridad (Fase II), que afectará principalmente a la exposición
cretar con todo detalle el contenido de la exposición permanente. permanente.
178 179
Las tareas enumeradas coinciden en el tiempo con el proceso de adjudicación da fase del Programa Económico. Los procesos de contratación necesarios para
del Proyecto arquitectónico y con el inicio de las obras. el correcto mantenimiento y la prestación de servicios del museo deben poner-
se en marcha con la previsión necesaria.
6. Inicio de la redacción del proyecto de exposición permanente
Las normas de desarrollo y regulación interna del funcionamiento del museo,
La finalización del Programa de Exposición Permanente (Fase II) inicia el proce- que habrán sido objeto de la ya citada segunda fase del Programa Institucio-
so de redacción del Proyecto de exposición, acción paralela a la redacción del nal, deberán haber concluido en este momento, con el fin de articular los sis-
Proyecto de seguridad de la citada exposición, que puede ser incorporado como temas de gestión, servicios e información al público según las directrices esta-
una parte del segundo. blecidas.
El desarrollo de este Proyecto debe ser paralelo a la ejecución de obras y a la
8. Inauguración
fase final de los Proyectos de adquisición y conservación de colecciones e, ide-
almente, su redacción debe estar concluida cuando finalice la ejecución del Pro- La conclusión de todas las labores nos dirige al momento final en el que el
yecto arquitectónico. museo abre sus puertas, gracias a los trabajos realizados. La inauguración de
un museo intensifica el desarrollo de los Proyectos de difusión y comunicación,
7. Inicio de la instalación de la exposición permanente que habrán sido puestos en marcha con anterioridad, pero que ahora adquie-
ren, tras la apertura al público de la institución, una especial relevancia.
Esta fase se realizará una vez que la obra civil se concluya y sea recibida por la
Administración. De esta manera el espacio podrá ser ocupado por la nueva El Plan Museológico ha permitido alcanzar los objetivos establecidos. Sin embar-
empresa adjudicataria del Proyecto de exposición. go, la inauguración del museo no supone la conclusión del Plan, sino que abre
una nueva etapa, en la que los programas, al ser documentos vivos, continua-
Este momento debe coincidir en el tiempo con la finalización de los trabajos
rán desarrollándose con el fin de adaptarse a las cambiantes necesidades de la
efectuados en los Proyectos de adquisición y conservación. Las colecciones deben
institución y la evolución de la sociedad.
estar listas para su instalación, de forma que el plan de montaje no se vea con-
dicionado por la disponibilidad de éstas.
Igualmente, surge el desarrollo del Programa de Recursos Humanos en una
segunda fase, de tal forma que se revitalicen los procesos de provisión de pues-
tos de trabajo.
De la misma forma, ya se deben haber establecido todas las necesidades eco-
nómicas derivadas de su puesta en marcha, que habrá sido objeto de una segun-
180 181
Cronograma DEFINICIÓN DE LA INSTITUCIÓN
Planteamiento conceptual
Fase I del Plan Museológico (Definición de la Institución)
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Proyecto(s)
Investigación 5 Inicio de la fase II de redacción del programa de exposición permanente
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Proyecto(s)
R Redacción del proyecto
Arquitectónico
E Ejecución del proyecto
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Proyecto(s) R E
Exposición permanente @@@@@@@@e? @@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?
FASE 1 @@@@@@@@e?
FASE 2
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Proyecto(s) 6 R 7 E 8
Seguridad @@@@@@@@e? @@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?
FASE 1 @@@@@@@@e? @@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e
FASE 2
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Proyecto(s)
Comunicación/difusión @@@@@@@@e? @@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?@@@@@@@@?e@@@@@@@@e?
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Proyecto(s)
182 183
Museo
XI Jornadas de Museología
0.
Resumen
El plan museológico es, o puede llegar a ser,
una herramienta de reflexión, motivación,
organización interna, relación con las institu-
ciones y evaluación. En un plan museológico,
entendido en un sentido holístico, está con-
museológico
la sociedad. El plan es un espejo del museo y
es, a un tiempo, el reflejo de lo que el museo
quiere llegar a ser.
1
No quisiera terminar este resumen sin agradecer a la Asociación Profesional de Museólogos de España y, en particular al director de las XI
Jornadas de Museología, Luis Grau, el haberme invitado a exponer estas ideas en dicho encuentro.
2
Este modelo, diseñado bajo la dirección de la anterior subdirectora General de Museos Estatales, Marina Chinchilla, ha sido publicado en forma
de “manual de instrucciones” en el libro: VV.AA. (2005): Criterios para la elaboración del plan museológico, Madrid, Ministerio de Cultura.
› 38
Museo
XI Jornadas de Museología
3
Escribo estas líneas en junio de 2007 y las reviso, antes de entregarlas a la imprenta, a finales de ese mismo año.
4
Esa experiencia está formada por las reflexiones compartidas con mis compañeros Luis Caballero García y María de la O Andonegui Navarro;
el trabajo junto a Belén Martínez Díaz en la SGME (2001); el periodo en que, como funcionario en prácticas, realicé las tareas de coordinación
de la comisión redactora del modelo de la SGME junto a Virginia Garde e Isabel Izquierdo (2003); y, en fin, los cuatro años de actividad en el
Museo Nacional de Artes Decorativas, durante los que, con el asesoramiento de Ángela García Blanco, hemos redactado y puesto en pie el
plan museológico del museo, así como una serie de documentos (programas y proyectos) que lo desarrollan (2003-2006). Quisiera expresar mi
agradecimiento a todas las personas aquí citadas así como a mis compañeros del museo por haber compartido conmigo opiniones, ilusiones
y experiencias.
5
Este comentario, como todos los que hago a lo largo de este artículo, incluye una buena dosis de autocrítica, en la medida en que he hecho
el camino que va de trabajar en la SGME, donde, como he señalado en la nota anterior, colaboré en la redacción del modelo, a trabajar
en un museo, donde he tenido que aplicarlo.
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Museo
Una herramienta llamada plan museológico
en que esa relación debería ser recíproca y que hemos establecido entre todos y para
además producirse desde el momento en que el que, además, habéis marcado vosotros
se diseña la metodología (común) y no sólo a el camino, ¡sed coherentes!”. Además, se
través de su aplicación. Nadie conoce mejor supone que el plan es también un instrumento
el “terreno” de aplicación, el destino final de de comunicación entre ambas partes y que
estos procedimientos, que quienes trabajan facilita la tarea de esos órganos al sistematizar
en los museos. las necesidades y las prioridades y al permitir
estimar los recursos que van a tener que com-
Quizás consciente de esa necesidad, la
prometerse en los siguientes años.
SGME está haciendo un esfuerzo por difundir
entre los profesionales las ventajas de tra- Se trata, también, de evitar que la elabora-
bajar conjuntamente con la ayuda de este ción del plan museológico y su desarrollo sean
modelo, enfatizando la idea de que no es una vistos como una tarea de titanes que es imposi-
propuesta cerrada; de que, por el contrario, ble de abordar. Es cierto que, para apoyar esta
admite cierta libertad a la hora de interpre- labor, deberían reforzarse los cuadros técnicos
tarla; y de que puede desarrollarse según los de nuestros museos, y poco a poco se está
ritmos, necesidades, capacidades y priori- logrando. Es cierto que la ayuda de la SGME es
dades de cada museo y de sus organismos ahora más necesaria que nunca y no siempre
superiores. tiene la capacidad suficiente para prestarla.
Pero también es cierto que muchas veces la
Creo que la SGME intenta, mediante cur-
falta de capacidad operativa de los museos
sos y debates como los que he citado más
esconde en realidad una falta de capaci-
arriba, vencer la posible resistencia, natural
dad conceptual o de costumbre a la hora de
en cualquier colectivo profesional, hacia
planificar. Se trata, pues, de diseccionar los obs-
las innovaciones metodológicas. Además,
táculos existentes y de estudiar la mejor forma
aspira a conjurar la posibilidad de que se vea
de superarlos: en la mayor parte de los casos
como algo impuesto, intentando que todo
bastará con un poco de convicción.
el colectivo lo asuma como algo propio,
como una demanda latente que es satisfe- Quizás un buen ejemplo de todo ello sea,
cha por el órgano central. En mi opinión, el sin ir más lejos, el plan museológico del Museo
colectivo debería ir aún más allá y utilizar los Nacional de Artes Decorativas, el cual se
planes museológicos de sus museos como un ajusta a los aspectos esenciales y principa-
instrumento de presión, mediante un efecto les parámetros del modelo para luego tomar
bumerán, hacia los órganos superiores: “está una forma propia, más cercana a quienes
bien, asumimos el reto y el compromiso, he lo han redactado y tendrán que aplicarlo al
aquí nuestro plan, ahora os toca a vosotros menos en sus aspectos más inmediatos6. Por
cumplir con vuestra parte de este convenio otro lado, los documentos que lo desarrollan
6
Una presentación general del plan del MNAD tuvo lugar en ese primer curso sobre planificación de museos organizado por la SGME en 2006, cuya
publicación verá pronto la luz. Se puede encontrar un análisis más pormenorizado del programa de colecciones en la Revista de Museología (MNAD
2006). Y estamos preparando la publicación integral del plan para principios de 2008 en la serie que precisamente ha puesto en marcha la SGME con
el fin de ir creando un “corpus” de aplicaciones del modelo y cuyo primer número –y único hasta la fecha– está dedicado al plan museológico del
Museo de León (Grau, 2007). Ambos planes tienen en común el haber sido elaborados en paralelo a la redacción del modelo de la SGME, aunque
sin perderlo de vista gracias a la comunicación existente entre los equipos responsables de los tres documentos. Supongo que pronto aparecerán
los primeros planes enteramente confeccionados tras la publicación del modelo. Será interesante comprobar cómo lo han aprovechado.
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Museo
XI Jornadas de Museología
7
Soy consciente de que este texto interesará sobre todo a los museólogos que trabajan en museos estatales (de gestión directa o transferida) o
a quienes, fuera de ese marco, se acerquen al modelo con el fin de estudiar su aplicación. Tal y como se aprecia en los párrafos precedentes,
la problemática que abordo, además, es la propia de este contexto, que es el que conozco, a lo que se suma que resulta difícil conocer
planes y documentos similares elaborados por museos de otras administraciones o privados –y sin duda los hay- pues generalmente se trata
de instrumentos de carácter interno y rara vez se publican. Es mi intención ampliar este estudio al análisis de esos otros ejemplos con la ayuda
de mi compañera Sofía Rodríguez Bernis, aunque para ello tengamos que emprender una lenta tarea de rastreo y comunicación. El resultado
de ese trabajo está previsto que vea la luz en la revista Museos.es.
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Museo
Una herramienta llamada plan museológico
8
Lo cual, como se puede imaginar, constituye una primera dificultad para su aplicación en museos no sujetos a este reglamento y que, por
tanto, podrían optar por plasmar otro concepto de museo.
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Museo
XI Jornadas de Museología
discusión que inaugura la redacción del plan En lo que concierne a la definición de esa
y, en esa fase, llegasen a los necesarios acuer- herramienta que llamamos plan museológico,
dos y compromisos, el plan podría constituirse la concreción y clarificación de términos y
en un convenio con valor jurídico y ejecutivo; modelos era algo inevitable y muy necesario,
de lo contrario, puede quedar reducido a una después de tres décadas de propuestas, tan-
mera declaración de intenciones. teos y titubeos. Se puede decir que el asunto
está ya maduro. Además, los museos no pue-
A nivel interno, la elaboración del plan
den permanecer al margen de un contexto
museológico puede permitir la mejora de la
social en el que no sólo existe esa necesidad
organización del museo. Puede favorecer el
de reordenar las ideas y los conceptos de
mejor reparto de las competencias y las tareas
referencia, sino también las formas de comu-
y del empleo de los recursos, acabando con
nicación, organización y gestión de cualquier
los desequilibrios heredados; potenciar el tra-
unidad de producción (en este caso, de pro-
bajo en equipo y la colaboración interna;
ducción de fenómenos culturales).
provocar el debate y el intercambio con el fin
de llegar a un acuerdo en torno a objetivos e Por tanto, era necesario, antes de seguir
intereses comunes. En suma, puede generar, avanzando, establecer un acuerdo general,
como se dice ahora, una nueva dinámica, un cierto consenso, en torno a los términos
más satisfactoria para todos. que vamos a emplear en esta materia y sobre
sus significados y respecto de sus herramientas:
Veamos algunas de estas aportaciones partes componentes, estructura y contenidos.
con un poco más de detalle.
Durante la evolución del concepto, se
2.2. Unificación de términos y conceptos han utilizado indistintamente términos cómo
Nos encontramos en un momento fundamen- “programación” y “planificación” o “pro-
tal dentro de la corta historia del concepto de yecto”, “programa” y “plan”, con los adjetivos
planificación aplicado a los museos. Quizás no “museológico” y “museográfico” o “arqui-
sea casualidad que coincida con el cambio tectónico”, “expositivo” y “estratégico”. ¿He
de siglo y de milenio, época proclive, en todos dicho indistintamente? Tal vez no tanto, pues
los ámbitos científicos y técnicos, a la toma muchas veces los cambios etimológicos se han
de conciencia epistemológica, sobre todo empleado para subrayar una modificación,
tras ¿superar? la crisis postmoderna de finales una ampliación o un nuevo giro del concepto
del siglo anterior. Parece como si todos los teó- de partida. El problema es que esta tendencia
ricos sintieran la urgencia de poner en orden ha terminado produciendo una cierta confu-
la herencia recibida y de sentar las pautas de sión y todavía no hace mucho no era raro ver
pensamiento y actuación de cara a un futuro que el término “proyecto museológico” se
que ya está aquí. aplicaba a documentos muy diferentes9.
9
La heterogeneidad de significados y, por tanto, de contenidos con que se había llegado a identificar al “proyecto museológico” en esta
fase de asunción del concepto quedaba en evidencia en la publicación de las actas de las IV Jornadas de Museología de la Asociación
Profesional de Museólogos de España en el número 5 de la revista Museo (VV.AA.: 2000).
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Museo
Una herramienta llamada plan museológico
Es importante que todos hablemos el mismo Por tanto, de este modo, un “plan museoló-
idioma y que las palabras designen aproxima- gico” queda definido como un procedimiento,
damente las mismas cosas. El modelo de la plasmado y desarrollado en una serie docu-
SGME, en este sentido, supera definitivamente mental (plan, programas y proyectos), que
la ambigüedad del término “proyecto” para tiene como objeto, a partir del análisis y
emplear el genérico “plan”. Es un paso nominal definición de un museo (de su identidad, su
pero también conceptual. Antes la planificación carácter, su papel social y sus objetivos gene-
se abordaba como una sucesión de proyectos rales), plantear y ejecutar las soluciones más
(museológico, arquitectónico y museográfico) adecuadas para que ese museo se trans-
que se programaban, es decir, que seguían un forme, de forma ordenada y eficaz, en el
orden lógico. El propio hecho de que todos se museo que realmente quiera ser. El plan es
llamaran igual (proyectos) suponía asignarles los un método: permite organizar el trabajo y los
mismos valores y la misma importancia a todos. recursos en torno a unos ejes de actuación de
Ahora se aspira a que exista una visión global modo que todas las energías y las acciones
por encima de todas las partes y a que todo converjan en una dirección.
el proceso esté prefigurado desde el principio.
La planificación no es un invento de los
Hacía falta un término nuevo que englobase a
museos, ya lo sabemos. Un plan museoló-
los demás, a las partes, y ese es “plan”. Y que
gico es eso: un plan. La diferencia, lo que le
las partes respondiesen a una categorización,
hace distinto, está en que, como método,
desde las más generales (“programas”) a las
ha sido especialmente diseñado al servicio
más concretas y ejecutivas (“proyectos”).
de las necesidades y las particularidades de
Se trata sólo de una convención (¿no lo es, los museos, unas instituciones únicas y espe-
en realidad, todo el lenguaje?), pero se trata cializadas en la conservación y el estudio
de una convención necesaria. Ordena de de los bienes muebles (y a veces inmuebles)
forma conceptual y secuencial los “mimbres” que conforman el Patrimonio Cultural y en
heredados y lo hace de forma coherente y establecer una comunicación entre ellos y
eficaz según las mayores exigencias del nuevo la sociedad que les da un valor. Para ello, los
“cesto”. La elección de las palabras, de todos museólogos y museógrafos que han trabajado
modos, no es caprichosa: puede que estos tres en modelos de planificación de museos han
términos tengan, según el diccionario, acep- ido adaptando métodos y técnicas ajenos,
ciones muy parecidas, pero también otras pero también han reflexionado sobre la siste-
con matices que los diferencian. En cualquier matización de procedimientos exclusivos del
caso, como digo, lo importante es que con medio museológico. Combinando unas cosas
esta su redefinición en el ámbito de la planifi- y las otras, han ido apareciendo sucesivas pro-
cación de museos, pasan a tener significados puestas de planificación (como veremos en el
muy precisos e inequívocos. siguiente epígrafe). La aplicación práctica de
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Museo
XI Jornadas de Museología
esas propuestas ha ido mostrando sus virtudes ble prefigurarlo de forma teórica y global, una
y ventajas así como sus carencias y limitacio- vez hemos aprendido a reflexionar sobre él,
nes, lo que ha provocado una búsqueda una vez hemos comprendido que debemos
recurrente de nuevas soluciones y mejoras. Por trabajar de un modo coherente con la iden-
eso, debemos evitar suponer que las propues- tidad y la función social del museo, surge de
tas más recientes representan la culminación forma “natural” la exigencia de:
de este proceso evolutivo, debemos evitar la
› una planificación previa;
autocomplacencia. Por otro lado, están muy
› un planteamiento de objetivos, necesida-
lejos de tener una aceptación y una implan-
des, recursos, secuencias y plazos;
tación generalizadas. Todavía queda mucho › el desarrollo de herramientas y métodos
camino que recorrer. En este sentido, hacia que contribuyan a ello;
el final de este texto, sugeriré algunos asuntos › y una evaluación continua de los resulta-
sobre los que podemos seguir reflexionando, dos.
los cuales pueden ser objeto de próximos
avances metodológicos. En este tiempo, se ha avanzado mucho
en este camino, desde los embriones teóricos
2.3. Concepción integral del museo y hasta los modelos de planificación integral
consolidación del “museo de funciones”: el actuales, que aspiran a ser realmente opera-
modelo de la SGME dentro de la evolución de los tivos y funcionales.
modelos y las herramientas de planificación
Será Rivière, cómo no, uno de los primeros › Antecedentes: del proyecto arquitectó-
teóricos que, en los años 70, hable de la nece- nico a los proyectos museograficos10.
sidad de introducir en el proceso de definición Durante los años 80, sobre todo de la mano
(o redefinición) de los museos el concepto de los teóricos franceses, las propuestas sobre
de “programación”. Realmente treinta años planificación de la década anterior empe-
no son muchos dentro de la historia de la zaron a traducirse en ejemplos concretos, a
museología, y no por casualidad ese periodo inspirar proyectos reales11. No es casualidad
coincide con la época en que en verdad que la aplicación práctica de este concepto
podemos hablar de ella (de la museología) llegue a los museos de la mano de los arqui-
como una ciencia estructurada. Una vez el tectos y con ocasión de las grandes obras de
museo se concibe como un sistema y es posi- infraestructuras, tanto si tienen como objeto
10
Tengo ya preparado un artículo, complementario a éste, en el que me detengo de forma más pausada en el análisis de esta evolución, con
especial atención a la historia reciente de la planificación de museos en España y, más concretamente, en el ámbito de los museos estatales.
A él me remito, cuando vea la luz, para una ampliación de las ideas que expreso en los siguientes párrafos.
11
Uno de esos primeros “casos prácticos” es el del Centro Pompidou de París, “programado” por O’Byrne y Pecquet (1979 y 1989). Los criterios
que siguieron están expuestos en sendos célebres artículos en la revista Museum. El título del primero de ellos es toda una declaración de
intenciones. En el plano teórico –aunque también incluye casos prácticos–, la primera gran obra sobre el particular es la coordinada por
Lord y Lord (1983) al servicio de los siempre avanzados museos canadienses. Las palabras del director general de los museos de Canadá en
el preámbulo del libro constituyen una certera disección de la situación precedente: “Después de veinte años de expansión desordenada,
se impone una planificación racional de los museos”. Y el contenido de este manual refleja a su vez el carácter de este primer paso en ese
sentido: la mayor parte de él está dedicada a la planificación de infraestructuras, si bien aparecen esbozados algunos programas funciona-
les. Por último, el manual de gestión de los museos franceses, coordinado por Chatelain (1984), venía a poner el énfasis en los programas y
procedimientos de organización interna y colecciones, aunque de una forma muy genérica ya que en realidad se trata de un reglamento
para la red de museos estatales franceses.
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Museo
Una herramienta llamada plan museológico
arrastrados por las características de los “pro- Sea como fuere, en la segunda mitad de
yectos museográficos”, que ahora se amplían, la década, algunos museos estatales redac-
empezarán a incluir un apartado específico en tan sus primeros “proyectos museológicos”,
el que se definirán las necesidades espaciales embrión de lo que luego van a ser los planes
del museo, la base sobre la que se asentarán museológicos. La nota dominante en estos
todos esos “proyectos museográficos”: el plan primeros “proyectos museológicos” será, de
de necesidades espaciales. todas formas, la heterogeneidad. Los habrá
muy vagos o incompletos y otros llegarán a
En España, la SGME irá incorporando estas
unos niveles de concreción excesivos en el
formas de planificación con aproximada-
terreno que mejor conocen los museógrafos,
mente una década de retraso. A principios de
en el que pisan en firme: la exposición per-
los 90, el objetivo básico era conseguir que
manente. En general, el plan de necesidades
se redactara ese documento previo que al
espaciales será asumido con mayor o menor
menos serviría para condicionar los proyectos
convencimiento y el resto de las partes del
arquitectónicos. Más tarde, se logró desarrollar
“proyecto” quedarán más o menos en el aire.
toda una serie de pautas y de estudios pre-
Es verdad que aún no se percibe su absoluta
liminares que permitirían terminar de ajustar
necesidad, puesto que lo que es inminente
las soluciones estructurales a las necesidades
y concreto es la obra de reforma y el nuevo
reales de los museos12. El esfuerzo no sólo fue
montaje del museo. Aún no se ha invertido el
de carácter metodológico, también proce-
orden de los factores.
sual. No fue fácil conseguir que los rígidos
procedimientos que regulan la vida de las Esta secuencia podría resumirse en el cua-
administraciones públicas, en especial todo lo dro de la página siguiente.
referente a la gestión presupuestaria, se adap-
› Los proyectos museográficos, incluido el
taran al servicio de un método que implica,
arquitectónico, desarrollan el plan museo-
por ejemplo, destinar dinero a proyectos cuya
lógico:
parte principal y ejecutiva aún no había sido
incluida en los créditos de gastos aprobados. Durante esos mismos años 90, y ahora de
De hecho, yo creo que aún a día de hoy la mano de los teóricos anglosajones, se dará
no se ha conseguido la plena asunción de el paso definitivo del que es también reflejo
este método por parte de los organismos no el modelo de la SGME13. El proyecto arquitec-
directamente implicados en la gestión de los tónico pasará a ser considerado también un
museos, tal y como insistiré más adelante. proyecto museográfico. Si, siguiendo a Riviére,
12
Significativamente, este desarrollo metodológico recayó, dentro de la SGME, en el Servicio de Planificación y Medios, es decir, en la unidad
dedicada a coordinar las obras en las infraestructuras. También es interesante observar que la dirección de este servicio pasó de un arquitecto
(Carlos Baztán) a sendos museólogos (José María Losada y Belén Martínez), en paralelo a la evolución de esta metodología desde programa-
ción arquitectónica a la planificación museológica. Véanse al respecto las publicaciones de estos tres técnicos citadas en la bibliografía.
13
Este giro teórico vino provocado por la necesidad de dar una respuesta, desde las instituciones, a la célebre “crisis de los museos británicos”
de principios de los noventa, provocada por la retirada de las subvenciones públicas durante el gobierno de Margaret Thatcher: se imponía la
necesidad de obtener fondos en otras fuentes (ingresos propios y patrocinio) y sobre todo de mejorar la gestión de los recursos. El problema ya
no era programar bien la reforma del edificio u organizar el trabajo, sino que era preciso planificar toda la actividad del museo como en cual-
quier otra empresa. Véanse al respecto las obras de Ambrose, Moore, Lord y Lord y Davies citadas en la bibliografía. Es interesante observar
cómo sus contenidos van evolucionando desde la preocupación por el marketing y sobre todo el “fund rising” (obtención de recursos) »
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Museo
Una herramienta llamada plan museológico
› Plan de necesidades
la museología se corresponde con los princi- Otro paso importante será la inclusión
pios teóricos que configuran al museo y la también entre los proyectos museográficos
museografía con las soluciones prácticas que de todos aquellos que podríamos calificar de
permiten traducir la teoría en realizaciones carácter inmaterial y, en general, de todos
concretas, el plan museológico se encargará aquellos no directamente vinculados a las
de determinar las ideas y los modelos que van infraestructuras y las instalaciones. En suma, de
a definir a un museo concreto y los proyectos todos aquellos que tienen por objeto la orga-
museográficos serán todos los procesos que nización y dotación de actividades, servicios,
harán realidad esas ideas, incluido el arqui- acciones concretas... relacionados o no con
tectónico. Los otros proyectos funcionales, la puesta en marcha o la reforma del museo.
desde los que atañen a la seguridad o la Un museo puede evolucionar y transformarse
conservación pasando por los relacionados sin necesidad de hacer grandes cambios en
con la didáctica, requieren también, como su medio físico, sólo actuando en su forma de
el arquitectónico, del concurso de méto- trabajar, en el aumento de los presupuestos,
dos y técnicas de otros ámbitos científicos o en su dotación de personal, en su forma de
profesionales y de la participación de otros relacionarse con la sociedad...
especialistas. Pero, puestos al servicio de un En ese sentido, es muy significativo que el
museo, incluido el arquitectónico, pasan a nuevo modelo haya sido definido y estruc-
tener algo en común, algo que los unifica y turado por el conjunto de los servicios y los
que los convierte en museográficos. Pasan técnicos de la SGME, a los que hay que añadir
a estar al servicio de un sistema particular, el algunos asesores externos. Incluso entre esos
museo, en el que todos se complementan e técnicos se encuentran un par de arquitec-
interrelacionan, por lo que, desde este punto tos. Su elaboración, por fin, ha sido el fruto de
de vista, aunque tengan diferente entidad, la confluencia de conocimientos sectoriales
todos son igualmente importantes. y especializados bajo el prisma de la gestión
» en lo que podríamos denominar fase de “medidas urgentes”, hacia inquietudes más generales y reposadas. Y cómo se va imponiendo la
gestión por objetivos. También es significativo que casi todos los autores, siguiendo ese orden, hayan escrito dos manuales: primero uno dedi-
cado a la “gestión” (concepto y organización) y después otro dedicado a la “planificación” (desarrollo), dos etapas que afortunadamente,
aprovechando la perspectiva histórica, el modelo de la SGME ha agrupado en una.
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Museo
XI Jornadas de Museología
1B. Fase II: programas (normalmente un Los dos primeros niveles forman las dos par-
documento por programa) (ANEXO 3) tes del plan propiamente dicho: su enunciado
Finalidad
Museo Sistema “Atemporal” Plan
Criterios
Desarrollo del
Tareas Actuaciones Materialización Proyectos
sistema
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Museo
XI Jornadas de Museología
(el plan o fase I) y su desglose en aspectos que por razones procesales. Este nivel es el
concretos (los programas o fase II). Si los que en realidad materializa el plan, lo traduce
analizamos como una estructura lingüística, en algo real.
estaríamos ante el sujeto y el verbo de esta A mi entender, el plan, con sus dos fases
frase. O, mejor dicho, sus diferentes verbos o niveles (plan y programas), constituye la
(acciones). El sujeto sin el verbo es algo inerte, parte documental. El plan (documento) está
una simple declaración de intenciones. Se completo cuando se ha desarrollado en su
necesitan mutuamente. La segunda fase, la totalidad: sus partes y su programación. El
de los verbos o programas, es la fase de las plan (acción) culmina cuando se ejecuta por
decisiones. medio de los diferentes proyectos.
Fig.1. Esquema de los dos primeros niveles o fases del modelo de la SGME, el primero de ellos dividido en dos partes.
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Museo
Una herramienta llamada plan museológico
Fig. 2. Correspondencia entre los contenidos de la segunda parte del nivel I y la estructura de programas (nivel II).
año y gracias al trabajo de aquellos tres téc- puesta de cronograma, si bien, como luego
nicos. Este refuerzo de personal se puede explicaré, es en esta parte final (la que está
tramitar mediante dos fórmulas: un contrato destinada a suministrar pautas para la ejecu-
plurianual (concurso público) o, más bien, ción de los planes) donde el manual se queda
dada su escasa envergadura, un contrato más corto, como si su desarrollo estuviera pen-
anual cada año (podría ser un negociado sin diente de una siguiente etapa de definición
publicidad) con una empresa que “suminis- del modelo o quedara abierto al criterio de
trara” los técnicos; o contratos individuales y los técnicos que habrán de enfrentarse a
anuales (contratos menores) con cada uno la aplicación del modelo en sus respectivos
de ellos. Para facilitar la organización del tra- museos.
bajo y la tramitación administrativa, cada
uno de estos contratos se corresponde con
un proyecto (o una fase del mismo, en el caso 3.
de las anualidades) lo que obliga a parcelar Algunas sugerencias a la hora de
las tareas o, si consideramos que son todas la interpretar y aplicar el modelo de la
misma, a parcelar la colección (por tipologías
SGME
o por topografía). Eso permite también desglo-
Hago repaso, a continuación, de algunos
sar los objetivos. Además, es posible que sea
aspectos que, en mi opinión, han quedado
necesaria la adquisición de algunos equipos
poco definidos o son susceptibles de una
y materiales de trabajo, lo que se gestionará,
revisión más detenida. Con ello, pretendo
en el momento adecuado, por medio de un
sugerir posibles modificaciones y mejoras; y
expediente (de bienes homologados o no). La
proponer, a quienes deseen seguir el modelo,
suma de los resultados de todos estos proyec-
algunas reflexiones que quizás puedan orien-
tos equivaldrá a la completa ejecución del
tar la interpretación que hagan de él. También
programa. Esto es la planificación.
me gustaría, como dije al principio, iniciar un
Herramientas. Además de plantear la filosofía debate que creo muy necesario para seguir
y la estructura del modelo, la propuesta de la avanzando por este camino.
SGME incluye una serie de “guiones” o plan-
Los principales problemas del modelo de
tillas (anexos) para que sirvan de ayuda a la
la SGME, a mi modo de ver, son:
hora de, por una parte, programar el trabajo
de elaboración de los diferentes documentos Que no es totalmente coherente con el
y, por otra, ordenar los contenidos. En algunos concepto de museo de funciones que intenta
casos, como sucede con el anexo 2 (docu- consagrar ni con el desarrollo orgánico que
mento de análisis y evaluación), adoptan la de él hace el reglamento de museos esta-
forma de un cuestionario. También incluye un tales. O, dicho de otro modo, que no es
ejemplo de estructura de proyectos y una pro- suficientemente flexible como para ponerlo al
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Museo
Una herramienta llamada plan museológico
servicio del desarrollo de otros conceptos, por excesiva compartimentación del desarrollo
lo que, ya que favorece la transformación del del plan sin entrar en contradicción con el
museo bajo un solo planteamiento concep- modelo. De todas formas, estos mecanismos
tual (creo que de forma intencionada, como pueden ser puestos en pie por los propios
ya he explicado), lo ideal sería que fuera total- museos y no es estrictamente necesario que
mente coherente con ese planteamiento, que aparezcan definidos en el modelo.
no se quedase a medio camino entre una Que algunos programas, como el de
cosa y la otra. En suma, que ya que sacrifica investigación y el de difusión, no están bien
la flexibilidad, al menos debería hacerlo a definidos o entran en contradicción con otros
favor de la coherencia. Más abajo propongo programas. Si el programa de investigación
algunos ajustes en este sentido. orienta todas las investigaciones que tienen
Que no incluye herramientas que facili- lugar en el seno del museo, incluidas aque-
ten las relaciones horizontales y secuenciales llas que no tienen relación directa con el
entre los programas y proyectos. Y no me significado de las colecciones, ¿por qué está
refiero tanto al hecho de que los programas, incluido entre los programas de colecciones?
a diferencia de lo que sucede en los modelos Por su parte, el programa de difusión es dema-
anglosajones, no se conviertan directamente siado rígido y teórico, por lo que resulta de
en esas herramientas transversales14, refor- difícil aplicación a la hora de la verdad.
zando así un modelo vertical de gestión y el Que la definición de los proyectos sigue
aislamiento de los departamentos, ni a que dependiendo en exceso del modelo tomado
las relaciones entre ellos se esbocen sólo a un de los proyectos arquitectónicos. Es verdad
nivel secundario, sino a que no define explí- que ese modelo tiene muchas cosas aprove-
citamente instrumentos para traducir esas chables desde el punto de vista metodológico
relaciones en el plano material. De la misma y procesual a la hora de adaptarlo a las
forma que, en nuestro contexto, como decía necesidades de otros proyectos, pero qui-
en la nota 14, puede ser bueno que el modelo zás la SGME debería haber hecho un mayor
se corresponda con la estructura orgánica esfuerzo por traducir las intenciones en pro-
del museo, no deja por ello de ser necesario puestas reales. De este modo, queda la duda
establecer mecanismos para “corregir” esa de si realmente se ha pasado, a la hora de
14
Según esos modelos, los programas sirven para “trenzar” el organigrama. Los departamentos se reparten competencias y tareas según su
especialidad funcional –lo cual podría quedar definido en un capítulo de organización interna del plan general– pero luego los programas
se articulan en función de los objetivos generales de la institución, sirviendo para obligar a trabajar conjunta y secuenciadamente a todos
los departamentos según sus competencias. Se da por sentado que, por ejemplo, el Departamento de Conservación va a preocuparse de
la conservación de las colecciones de forma permanente y, además, en lo que ésta se vea afectada por la ejecución de esos programas
comunes. Incluso es posible, siguiendo con los ejemplos, que uno de esos programas, dentro de la próxima fase cuatrienal del plan, tenga
como objetivo la mejora de las condiciones físicas y ambientales de los almacenes del museo, una vez detectada esta necesidad prioritaria.
Pero este programa no se incluirá en uno más general y “estático” denominado “programa de conservación”, ni será sólo tarea del depar-
tamento homónimo, aunque tenga mayor responsabilidad que otros. En ese programa, colaborarán los encargados de la arquitectura, las
instalaciones y el mantenimiento del edificio, los responsables de la seguridad, los especialistas en las colecciones almacenadas, etc. Es un
programa de todo el museo. Utilizando un símil textil, estos modelos parten de la idea de que la organización es una trama a la que no hay
que superponer otra trama –los programas–, sino la urdimbre, para así obtener un tejido consistente y funcional. Dicho lo cual, y asumiendo
que, al menos en los museos incluidos profundamente en el seno de nuestras administraciones públicas, quizás sea prematuro implantar este
modelo, paso a proponer, en el resto de este epígrafe, algunas adaptaciones al modelo que plantea la SGME.
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Museo
XI Jornadas de Museología
la verdad, del modelo anterior –el de los pro- tamentos con competencias muy delimitadas
yectos museológicos sujetos a la actuación y así se repartan todas las tareas en que se
arquitectónica– al que aquí se propone. divide el trabajo dentro de la institución. No es
Creo que es fundamental llevar la coherencia de esperar, porque no existe tal flexibilidad, que
hasta estos extremos, mostrar total convicción los recursos humanos se reestructuren de forma
al respecto. Sobre todo porque estoy seguro relativamente frecuente al hilo de las nuevas
de que este “lapsus” se debe sobre todo a la necesidades y objetivos, tal y como hacen los
urgencia de cerrar el documento dentro de museos del mundo anglosajón o empiezan a
un determinado plazo, descuidando quizás hacer algunas instituciones privadas de nuestro
algunos detalles como éste. Y lo mismo ima- país y los consorcios y entes públicos como el
gino que ha sucedido con la propuesta de Museo del Prado. Ni la mentalidad ni los siste-
cronograma, donde se incluye otro “lapsus” mas de contratación lo permiten. Un sistema
que más abajo analizo. orgánico puede cambiarse por otro, muy de
cuando en cuando, tras un largo periodo de
3.1. Los programas y su relación con la estruc-
resistencia, después de una prolongada pre-
tura orgánica y funcional del museo sión de la tozuda realidad y no sin un gran
Ya he indicado que la estructura de progra- aparato normativo (reglamento de museos,
mas se propone como un referente a la hora real decreto de reorganización, estatutos...).
de reorganizar el museo según el modelo Adaptar el sistema, sin transformarlo, sólo
orgánico consagrado por el reglamento de modificando los recursos humanos asignados
museos estatales15. Que se puede aprovechar a cada sección, potenciando unas y limitando
para que la redacción de cada programa o otras, es algo más viable.
al menos la responsabilidad de llevarlo ade-
Como hemos visto en la nota 14, los mode-
lante correspondiesen a las diferentes áreas,
los anglosajones de planificación tienden a
departamentos o servicios en que se puede
organizarse en torno a ejes trasversales que
estructurar el museo. Si los programas regulan
priman las relaciones entre las tareas de
toda la vida del museo, no tiene sentido que
unos y otros departamentos al servicio de
existan secciones orgánicas de la institución
unos objetivos comunes. Efectivamente, no
que no participen del desarrollo de algún
es que los museos no tengan una estructura
programa o de alguna de sus partes, espe-
orgánica, sino que los programas (o planes
cialmente en los museos que pertenecen a las
sectoriales) no la subrayan; al contrario, tie-
muy jerarquizadas y estructuradas administra-
nen precisamente la misión de potenciar las
ciones públicas de nuestro país.
colaboraciones horizontales multidepartamen-
Nuestra tradición orgánica favorece la com- tales. Los programas “corrigen” la tendencia
partimentación funcional de nuestros museos, natural a la verticalidad y al aislamiento de
es decir, que se organicen en áreas o depar- las partes de cualquier estructura orgánica.
15
De hecho, estoy seguro –insisto– de que la SGME ha tenido muy en cuenta este criterio a la hora de diseñar los programas, partiendo al
menos del modelo genérico de organigrama, propio del “museo de funciones” y formado por tres áreas: colecciones, difusión y administra-
ción, que consagra el aún vigente reglamento de museos estatales y probablemente también el nuevo reglamento en ciernes. Creo que
se aprecia en detalles significativos.
› 57
Museo
Una herramienta llamada plan museológico
Programa institucional
Área de administración
Secc. de personal Programa de RR.HH.
o gerencia
También persigue, al definir un solo pro- el reglamento) o en una gerencia (según los
grama de investigación, que exista un solo organigramas de algunos grandes museos). En
departamento de investigación, con todas función de la autonomía de gestión de cada
las secciones especializadas que se quiera; o museo, este área tiene un mayor o menor
por lo menos sugerir que los departamentos desarrollo estructural. Puede estar dividida
ya existentes, cuando haya varios, trabajen en secciones, servicios o departamentos. La
de forma coordinada y bajo los mismos crite- aplicación de la estructura de programas
rios. En una palabra, que ocupen la posición favorece que se refuercen esas partes. En
jerárquica que les corresponde, al mismo nivel consecuencia, lo lógico es que estos progra-
y con el mismo peso que otros departamentos mas se agrupen en un epígrafe denominado
funcionales. “programas administrativos o de gestión”.
En algunos museos, el servicio de seguridad
En este orden de cosas, si decidimos
depende directamente de la dirección. En
mantener el programa de incremento entre
ese caso, podría integrarse en otro conjunto
las competencias del área de colecciones,
llamado “programas de dirección”, junto al
y teniendo en cuenta que no existe ningún institucional y ¿al de incremento?
departamento con ese nombre, cabe con-
cluir que habrá de ser una competencia ¿Y el programa arquitectónico? Según la
compartida de los tres departamentos. Otra envergadura y el carácter jurídico del museo,
excusa para potenciar la integración de las podría formar parte del primero de aquellos
partes que conforman este área. Además, grupos (programas de gestión) o del segundo
creo que, una vez más en coherencia con (programas de dirección). Como vemos, ambos
conjuntos se corresponden con competencias
nuestros modelos orgánicos, no tiene sentido
que tienen como objeto facilitar el trabajo del
que existan órganos virtuales. Es decir, si existe
resto del museo, suministrar apoyo estructural,
un área debe existir un responsable de ella.
logístico, financiero, jurídico, laboral... La arqui-
Alguien que dirija esa necesaria tendencia a
tectura no es una excepción: es el contenedor,
la integración de sus departamentos. De lo
el medio, el soporte de todas las actividades,
contrario, ¿quién la representa? ¿Una espe-
el lugar de encuentro entre las colecciones y
cie de triunvirato formado por los tres jefes
el público. En los museos grandes, existe incluso
de departamento? En ese caso, suprímase el
la figura del arquitecto conservador, normal-
área (así, de paso, se reduce la verticalidad
mente integrado en el área de administración
de la pirámide orgánica).
o gerencia. Los pequeños suelen depender
Los programas de seguridad, recursos de un organismo central que no es otra cosa
humanos y económico se corresponden que un departamento de gestión de obras (la
con competencias que habitualmente citada Gerencia de Infraestructuras en el caso
recaen en el área de administración (según de los museos estatales).
› 60
Museo
XI Jornadas de Museología
a otras actividades y productos de difusión. independiente que definiera los objetivos y las
Sobre todo si, además, en ellas se incluyen tareas propias de ese ámbito actualmente
bienes de la propia colección y existe una denominado “comunicación” (en realidad,
relación temática. Los estudios de público y este término, importado desde el mundo del
las evaluaciones, incluidos en el “programa marketing, sufre una lamentable reducción:
de difusión y comunicación”, son tan nece- al menos en un museo, comunicación es, o
sarios para definir la permanente como para debería ser, cualquier cauce de relación con
definir cualquier otro canal de relación con la sociedad).
el público. ¿No se han incluido todos los pro-
De acuerdo. La SGME ha emitido un
gramas que tenían que ver con la colección
modelo y lo ha hecho pensando especial-
en un solo epígrafe general: el “programa
mente en los museos que de ella dependen;
de colecciones”? ¿Por qué no incluir en otro
y, como se repite insistentemente en la
epígrafe todos los programas que tienen que
publicación, luego cada museo, incluidos
ver con el otro gran referente del museo: el
los “suyos”, debe adaptarlo según sus nece-
público, la sociedad?
sidades. Pero esta salvedad sería aplicable al
Por otro lado, en muchos museos (nor- segundo supuesto (separación del “programa
malmente en aquellos que aspiran a obtener de comunicación” en un museo con otras
gran parte de sus recursos de la financiación circunstancias jurídicas), pero no al primero
privada o tienen autonomía de gestión), (separación del “programa de exposición”
algunas tareas que, según el modelo de la en un museo de la SGME), ya que, insisto, si
SGME, competen al programa de difusión aplicamos el reglamento de museos estatales
(marketing, relación con los patrocinadores actualmente vigente, dar forma a la exposi-
y las asociaciones o fundaciones de apoyo,
ción permanente, como todo lo que tiene
prensa, publicidad, gestión de ciertos servi-
que ver con la comunicación, corresponde
cios públicos) están a cargo de gabinetes
al Área de Difusión.
específicos por lo general encuadrados en el
entorno de la dirección o de la gerencia. Esto Por último, ya puestos a reforzar la estruc-
es así seguramente por las implicaciones jurídi- tura del área de difusión, en relación con sus
cas y económicas de estas actividades, pero competencias, creo que debería contar con
también se debe a la necesidad, por parte más de un departamento. No tiene sentido
de los órganos directivos, de controlar direc- que haya un jefe de área del que dependa
tamente las relaciones con ciertos agentes sólo un departamento. Y, si hay una sola
externos. Pues bien, si aplicáramos de nuevo, jefatura, ¿qué es: jefatura de área o de depar-
en estos casos, una lectura “orgánica” de la tamento? Es fundamental manejar las mismas
estructura de programas, nos encontraríamos categorías a la hora de configurar toda la
ante la necesidad de establecer un programa estructura orgánica del museo. En mi opinión,
› 62
Museo
XI Jornadas de Museología
el área de difusión debe tener el mismo peso 3.2. Otras herramientas: estatutos, regla-
orgánico que la de colecciones. Según mi mentos, protocolos, guías de actuación o
propuesta, de ella dependen al menos dos instrucciones
programas. Ya podemos constituir al menos Todas las partes de la estructura orgánica cola-
dos departamentos: el de exposiciones (podría boran en una u otra medida en el desarrollo de
responsabilizarse además de un programa de todos los programas. Ya lo he dicho. Ese es un
exposiciones temporales, desgajado del de principio básico. Como también debería serlo
difusión) y el de comunicación. Pero, si anali- que las responsabilidades tienen que estar
zamos la estructura del “programa de difusión claramente repartidas y asignadas según las
y comunicación” del modelo de la SGME, competencias. Luego, a la hora de la verdad
vemos que ya se prefiguran otros programas y según qué programa, proyecto o servicio,
o subprogramas que bien podrían asignarse las relaciones pueden incumbir a algunas de
a otros departamentos o secciones dentro esas partes y no a otras. Esas relaciones deben
del área, tal y como sugiero en el siguiente estar planteadas en los programas: la iniciativa
cuadro. en materia de exposiciones temporales corres-
ponde al departamento de exposiciones; el
Pueden existir otras soluciones orgánicas
de investigación suministrará la información
y ser igualmente válidas, pero creo que, en
científica; el de conservación controlará las
cambio, está fuera de toda duda que nues-
condiciones de exposición; el departamento
tros museos deben adaptar su estructura para
de recursos humanos organizará el servicio; el
ser capaces de responder a la evolución de
de seguridad, lo suyo; etc. Así lo contempla el
su papel social. Esa adaptación puede llevar
modelo de la SGME, aunque de forma muy
un tiempo. Hemos de tener paciencia. Pero,
general. En mi opinión, los programas debe-
cuanto más tarde empecemos, más se retra-
rían ser un poco más concretos, aunque sólo
sará. Creo que los órganos de que dependen
hasta un cierto punto. Las relaciones transver-
los museos deben mostrar la ruta a seguir e
sales u horizontales podrían quedar recogidas
invitarlos a emprender esa andadura cuanto
en otra serie de documentos o instrumentos
antes. Y creo que deben aprovecharse esfuer-
internos a su vez convenientemente jerarqui-
zos y oportunidades como la elaboración de
zados. Con carácter jurídico los más generales
este modelo para hacerlo.
(estatutos y reglamentos) y administrativo o
Sirva el siguiente cuadro como síntesis de funcional los más concretos (protocolos, guías
todo lo dicho. En él, insisto en la posibilidad de de actuación e instrucciones). Se trataría de
organizar los programas por departamentos establecer, a través de estos documentos, la
y de agruparlos por áreas, de modo que el misma correspondencia que entre organiza-
reparto de responsabilidades sea coherente ción y programas, pero en sentido transversal.
con la estructura orgánica del museo. O la misma que, a nivel físico, se plantea entre
› 63
Museo
Una herramienta llamada plan museológico
Programa institucional
Órganos directivos: patronato,
asesor...
P. incremento (2)
Área de Programas de
Dep. de documentación P. de documentación
colecciones colecciones
P. de servicios y
Dep. de comunicación
actividades
permanente y que éstas se crearían al ser- dedicar los trabajadores del museo una parte
vicio de esfuerzos específicos y temporales, apreciable de su tiempo a las tareas de coor-
disolviéndose una vez los proyectos “llegasen dinación. Se podría expresar mediante una
a puerto”. Cualesquiera otros dos términos ecuación: por debajo de un cierto número de
serían igualmente válidos siempre que respe- personas, el sistema puede llegar a bloquear
tasen esta diferencia de carácter. Este sistema al museo; pero, por encima de él, los benefi-
de trabajo conlleva también un gran esfuerzo cios de la coordinación tienen una progresión
pues obliga a todo el museo a trabajar en geométrica.
equipo, lo cual no siempre es fácil. Además, Ambos planos de coordinación y trans-
aunque creo que puede llegar a ser muy efi- versalidad, el documental y el orgánico,
caz, seguramente exige, para que sea así, podrían relacionarse como propone el
una mayor dotación de recursos humanos al siguiente cuadro:
Protocolos
Comisiones de seguimiento de proy. (temporales)
Guías de trabajo e instrucciones
3.3. Una nueva definición del subprograma de › Que otorgue tanta importancia a las “inves-
investigación tigaciones externas”.
En mi opinión, existen dos aspectos en este
Vayamos por partes.
subprograma integrado en el programa de
colecciones que admiten enfoques diferentes Por un lado, el programa de investigación
a los adoptados por el modelo de la SGME. forma parte de los programas de colecciones.
Esos aspectos discutibles son: Por tanto, ¿por qué se incluyen en él inves-
tigaciones que no tienen como objeto de
› Que el subprograma de investigación estudio las colecciones y sus contextos tales
incluya todas las materias que pueden ser como aquellas “orientadas […] en torno […]
estudiadas mediante una metodología al edificio y el público, en sentido amplio”? A
científica en el museo16. mi modo de ver, tampoco deberían incluirse
16
En realidad, así concebido, resultaría ser un programa verdaderamente transversal, al modo anglosajón, lo cual, en mi opinión, estaría muy
bien si el resto de los programas estuvieran regidos por los mismos principios. Pero, como no es así, lo que sugiero en los siguientes párrafos
es precisamente que se resuelva esta contradicción a favor de la mayor coherencia de este programa con el criterio general adoptado
por el modelo.
› 67
Museo
Una herramienta llamada plan museológico
las que giran “en torno a la conservación y menos inconsciente los redactores del modelo
restauración” de esas colecciones ni cua- sí habrían cedido un poco, en cambio, ante
lesquiera otras que no tengan una relación esa resistencia). Nunca lo he entendido pues
directa con el conocimiento sobre los fondos ¡bastante trabajo tienen con investigar los sig-
museográficos como objeto semántico del nificados de las colecciones y valorarlas en sus
museo. Todas esas otras investigaciones tie- contextos culturales! Una tarea fascinante y
nen sus propios programas o subprogramas de gran responsabilidad.
de referencia y, de hecho, se incluyen en
Por otro lado, creo que las investigacio-
ellos de forma coherente en el modelo. ¿Por
nes “externas” sobre los fondos del museo no
qué se produce esta reiteración? ¿No debe-
deberían ser objeto de este programa en el
ría entonces ser el programa de investigación
sentido de que no son “programables” y, por
un programa transversal que “informara” a
tanto, el museo no debe depender de ellas.
los otros programas en aquellos aspectos
La elección del objeto de trabajo y del enfo-
que tuvieran una carga analítica y cientí-
que, en su caso, es totalmente independiente
fica? En cualquier caso, tendría que quedar
de los intereses del museo. El museo no puede
un programa específico dentro del grupo de
esperar de ellas que resuelvan en alguna
programas de colecciones.
medida las necesidades de conocimiento de
Creo que este hecho tiene una explica- sus colecciones. Ni utilizarlas como excusa si el
ción: el programa se ha organizado en función propio museo no las satisface. Si aportan algo,
del “quién” y no del “qué” o el “cómo”. Dis- bienvenido sea, pero lo más normal es que el
tingue entre las investigaciones realizadas por investigador ajeno no haga a los objetos las
“los de dentro” y las llevadas a cabo por “los mismas preguntas que les haría el museo. Está
de fuera”, considerando a aquellos como el bien exigir a esos investigadores contraparti-
conjunto de técnicos del museo. Pero esos das, que suministren la información obtenida
técnicos se reparten por todos los departa- gracias a la colaboración del museo, pero
mentos, no están todos en el departamento para eso basta con incluir unas cláusulas
de investigación. Me parece que subyace en los protocolos del servicio de atención a
la idea del conservador todo terreno que lo investigadores. Como servicio aparece con-
mismo organiza un estudio de público que templado, por cierto, en el programa de
monta unos análisis de materiales y corro- difusión y comunicación. Y así debe de ser. Se
siones. Tal cosa no concuerda totalmente trata de un servicio público para un público
con la filosofía del museo de funciones que específico con necesidades específicas. De
consagra el modelo de la SGME. Me parece hecho, el contacto con el departamento
que en esta cuestión aflora la resistencia de de investigación podría quedar reservado
los departamentos de investigación a ceder para circunstancias particulares previstas en
competencias (digamos que de forma más o los protocolos. Para lo demás, las relaciones
› 68
Museo
XI Jornadas de Museología
del museo. Pero tampoco tienen, por lo gene- de categorización. Soy consciente de que
ral, la capacidad necesaria para afrontar la estoy proponiendo, para este programa, una
ingente cantidad de nuevos retos que van sur- forma de organización basada en el modelo
giendo en este terreno. La propia SGME no ha denominado “trabajo por objetivos” (cada
contado con un área específica hasta su muy segmento de público constituiría un “obje-
reciente remodelación y sólo a partir de ahora tivo”). En realidad, creo que esta forma de
dará los primeros pasos en su responsabilidad “entender” los programas se podría aplicar
de emitir patrones de trabajo y organización a todos, al menos en su redacción concreta
y de coordinar actuaciones. dentro de cada plan museológico concreto,
En ese contexto, es normal que se intuyan e incluso a la relación entre ellos. Esta idea
las líneas de programación que se han de está también implícita en mi propuesta de
seguir pero que todavía no hayan adoptado creación de órganos o equipos transversales.
la forma más adecuada. Veamos algunas Anticipo así, en ambos casos, la “vuelta de
alternativas. tuerca” a este modo de planificación que
esbozaré al final.
Está bien comenzar por definir los públicos
y agentes a los que se va a dirigir el museo, Por otro lado, se echan en falta en el pro-
pero lo ideal sería que luego estos segmentos grama de difusión algunos conceptos, tales
ordenaran el resto del programa: qué vamos como la accesibilidad conceptual y cogni-
a utilizar para comunicarnos con este público, tiva (se hace hincapié en cambio en la física)
qué para hacerlo con este otro, y cuáles o la comunicación interna. Hoy en día, las
son sus necesidades. Creo que ese debería organizaciones productivas otorgan gran
ser el criterio rector y ordenador de todo el importancia a este tipo de comunicación. Se
programa. Y no seguir una organización de supone que facilita los procesos de integra-
tipologías de mediadores: exposiciones, publi- ción de todas las partes de una estructura.
caciones, actividades, etc. La comunicación Debería plantearse como una necesidad a
es una cadena formada por eslabones de la hora de reforzar las relaciones entre pro-
unos tipos y otros combinados. Así obten- gramas. No se trata sólo de crear órganos
dríamos un programa para el público A, transversales como he propuesto antes, sino
con sus objetivos, desglosado en acciones de que la información fluya por el interior del
e instrumentos de difusión, captación, aten- sistema. Quizás no sea tarea del programa de
ción, satisfacción y retención; otro para el difusión y comunicación, sino de otro especí-
público B; y así sucesivamente. Aunque se fico encuadrado dentro de los programas de
mantenga, por razones de organización, la dirección o gestión; pero en cualquier caso
estructura tipológica, al menos debería cru- este concepto debería incorporarse a la prác-
zarse inmediatamente con esta otra forma tica habitual de nuestros museos.
› 70
Museo
XI Jornadas de Museología
Por último, también hay alguna cosa que el de los proyectos en que puede desglosarse
no encaja del todo bien en este programa. el programa arquitectónico (o, con algunos
¿Por qué los criterios de préstamos de fon- matices, el expositivo)17.
dos museográficos para exposiciones ajenas
La adaptación de esta estructura de pro-
se incluyen en él? ¿Existe alguna posibilidad
yectos a otros programas, tal y como también
de que los organizadores de esas exposicio-
propone el manual, constituye una sugerente
nes trabajen al servicio de los objetivos del
museo? Lo normal es que tengan sus propios posibilidad, aunque requiere de una buena
criterios y objetivos. En mi opinión, la política dosis de imaginación. Hay programas que
de préstamos del museo está muy vinculada seguramente exigen una mayor variedad de
al programa de incremento, en la medida en proyectos, aunque cada uno de ellos sea de
que ambos “tratan” a las colecciones como menor envergadura, y que tienen que organi-
un recurso o activo del museo, y tal vez debe- zarse de una forma muy diferente (me remito
ría asociarse a él. al ejemplo que, a partir del programa de
conservación del MNAD, puse más arriba). Lo
3.5. Los proyectos: pendientes del desarrollo
ideal sería contar con esquemas de referencia
de modelos tipológicos y procesales
adaptados a las peculiaridades genéricas de
A la hora de plantear el desarrollo de los pro-
yectos, el modelo es ambicioso y muy abierto, cada programa y que además contemplaran,
tal y como ya hemos analizado más arriba. como variantes, algunas de las formas más
Toda la ejecución del plan se organiza en habituales de desarrollar cada uno de ellos.
proyectos, internos y externos, de todo tipo y Con estos puntos de partida más concretos,
condición. El manual enumera algunos de los sería más fácil lograr la adaptación a cada
proyectos posibles, dentro de cada programa, caso particular. Es verdad que del esquema
en los cuadros 11, 13, 15, 17, 19, 21, 23 y 25. de proyectos del programa arquitectónico se
Pero, a la hora de definir su estructura (págs. puede obtener una especie de patrón gene-
44 a 57), lo hace sólo con un conjunto de ellos, ral; éste:
17
En este punto se produce un “lapsus” terminológico al hablar más bien de las fases del “proyecto arquitectónico” (no así en el cuadro
15, correspondiente a los “proyectos del programa arquitectónico”). Ya hemos dejado sentado que, en este nivel de la planificación, nos
manejamos por programas. Por ese motivo, propongo la siguiente precisión o desglose de proyectos sucesivos dentro del programa arqui-
tectónico:
› Proyectos o estudios previos (cada uno es un proyecto distinto).
› Ante-proyecto (siempre será un proyecto independiente, pues es anterior al primer concurso).
› Proyecto básico y de ejecución (un solo proyecto: normalmente los elabora un mismo equipo, objeto del primer concurso).
› Ejecución (un solo proyecto, aunque podría desglosarse en varios, objeto del segundo concurso).
Esto es así tanto desde el punto de vista conceptual como desde el administrativo. Excepcionalmente el proyecto básico y el de ejecución
y la ejecución propiamente dicha podrían constituir un solo proyecto al “agruparse” en un solo concurso. En los programas de más enver-
gadura, en especial en los arquitectónicos, se recomienda evitar esta “agrupación” para favorecer que los responsables del proyecto y los
de la ejecución no respondan a los mismos intereses económicos y que, en cambio, se establezca una relación dialéctica entre ellos. De
hecho, la dirección de obra se suele contratar aparte o dentro del proyecto básico y de ejecución a los redactores de este proyecto. Por
el contrario, la “agrupación” es bastante frecuente en los proyectos expositivos o de otra índole. En los programas de más envergadura,
en especial en los arquitectónicos, se recomienda evitar esta “agrupación” para favorecer que los responsables del proyecto y los de la
ejecución no respondan a los mismos intereses económicos y que, en cambio, se establezca una relación dialéctica entre ellos. De hecho, la
dirección de obra se suele contratar aparte o dentro del proyecto básico y de ejecución a los redactores de este proyecto. Por el contrario,
la “agrupación” es bastante frecuente en los proyectos expositivos o de otra índole.
› 71
Museo
Una herramienta llamada plan museológico
› Proyectos o estudios previos, para afinar los Es evidente que la casi infinita variedad de
objetivos del programa. posibles proyectos impedía tipificarlos todos
y así se señala en el texto (“sin ánimo de ser
› Proyectos de diseño (de organización de un
exhaustivos”), para finalmente seleccionar
servicio, de instalaciones, de actividades
sólo esos dos tipos: los arquitectónicos y los
didácticas, de exposiciones temporales, de
una web...), para condicionar los contratos expositivos (es decir, los antiguos “proyectos
de ejecución, suministros o servicios. museográficos”). Es decir, aquellos que cuen-
tan con más rodaje y han constituido la base
› Proyectos de ejecución (prestación del ser- sobre la que se ha ido armando todo este
vicio, instalación de un sistema, realización edificio de la planificación museológica. Es
de unos talleres, montaje de la exposición
verdad que ambos tipos de proyectos no
temporal, mantenimiento de la web...).
podían faltar en este manual, reflejando
Pero, efectivamente, es tan general que su forma actual, culminación de todo ese
sólo sirve de esbozo abstracto. Aunque es un proceso de desarrollo y afinamiento. Es ver-
principio. dad que siguen siendo de gran importancia
Fig. 3. Fases de un proyecto según el modelo de la SGME. En realidad, se trata del desarrollo de una parte de un programa (inspirado en el
arquitectónico) ya que administrativamente los estudios previos han de considerarse proyectos en sí mismos.
› 72
Museo
XI Jornadas de Museología
y revistiendo una mayor complejidad que derivados), por su tipología (estudios previos,
muchos otros. Es verdad que en el texto se proyectos de diseño o consultoría, proyectos
propone que, como ya he comentado más ejecutables), etc. Más adelante incluso se
arriba, su estructura y los procedimientos aso- podrían redactar guías de trabajo por espe-
ciados pueden ser adaptados, con un poco cialidades o materias, a lo que, bien dirigidos,
de imaginación, a la configuración de muchos podrían contribuir sin duda los técnicos de los
otros tipos de proyectos. Que constituyen una museos con más experiencia en ellas.
buena referencia metodológica. 3.5. El cronograma: ¿y los museos que ya
Pero da la sensación de que en este punto están “en marcha”?
los redactores del manual han decidido Con el modelo o propuesta de cronograma,
detenerse en esta tercera fase, dejarla sólo sucede algo parecido que con los proyectos:
esbozada o como “tarea pendiente”. Y efec- a la hora de plantear un esquema, el texto
tivamente debe quedar pendiente, pero no de la SGME se sitúa dentro de las coordena-
de forma imprecisa, sino planteada como un das de la “puesta en marcha de un museo18”,
objetivo inmediato, dentro de lo que podría- dejando pendiente, a mi modo de ver, el
mos considerar una nueva etapa de desarrollo diseño o al menos el esbozo de otros posibles
y mejora del modelo, de evaluación y per- esquemas; no necesariamente esquemas
feccionamiento de sus herramientas. Debería cerrados, pero sí al menos propuestas que
evitarse el riesgo de transmitir que, en materia puedan servir de referencia o inspiración en
de proyectos, seguimos en la etapa anterior, otro tipo de supuestos o puntos de partida,
preocupándonos mucho por la arquitectura y aquellos más frecuentes o generales. De
hecho, el esquema que se presenta nace
la exposición permanente y dejando todo lo
de este mismo planteamiento. “El estableci-
demás al albur. El peso de la tradición (o del
miento de un único modelo de trabajo y de
pragmatismo administrativo) se hace entonces
una secuencia estándar constituye una tarea
demasiado evidente: a la hora de la verdad,
difícilmente abordable [dado que] las particu-
no terminan de disolverse las viejas categorías.
laridades de cada institución [y muchos otros
Sobre esta “tendencia” volveré al final.
factores] convierten cada actuación en un
En mi opinión, es posible sistematizar toda caso singular. A pesar de ello, con el fin de
una serie de procedimientos más o menos responder al espíritu eminentemente práctico
comunes a ciertos tipos de proyectos, no de esta propuesta y asumiendo los posibles
tanto agrupados por sus contenidos como por errores de un documento [que adopta] una
sus características formales. Ya he dado antes forma ideal, resulta de gran interés mostrar un
unas pistas en este sentido: por su adscripción cronograma [...] según la estructura y método
(internos o externos), por su coste y enver- de [este manual]”. Sin embargo, esa no es la
gadura (y los procedimientos contractuales situación de partida de una buena parte de
18
Un análisis detallado de este cronograma puede encontrarse en el ya citado artículo de Marina Chinchilla en el nº 1 de la revista Museos.es.
› 73
Museo
Una herramienta llamada plan museológico
los museos en los que se aspira a inculcar la son de esos pequeños detalles que luego pue-
“costumbre” de trabajar con la guía de un den abrir la puerta a una mala interpretación
plan museológico, incluso considerando que la del modelo.
creación de museos ha alcanzado un notable
Por un lado, me parece que la inclusión,
ritmo en los últimos tiempos (excesivo, si pen-
entre la fase I y la II, de la “decisión de la
samos que se hace a cambio de descuidar
puesta en marcha” puede llamar a engaño.
otros ya creados) y que las remodelaciones
Habría, en todo caso, que precisar a qué
integrales de museos podrían clasificarse y tipi-
tipo de decisiones se refiere. La decisión de
ficarse como verdaderas refundaciones (con
crear un museo de la “nada” normalmente
la objeción que hago más abajo).
se toma siempre antes de redactar el primer
No digo que este ejemplo esté mal elegido; documento del plan museológico, salvo que
digo que deberían tipificarse (esperando, si en este supuesto identifiquemos ese docu-
se quiere, a esa etapa de mejora del modelo mento con la serie de informes, valoraciones
que he propuesto en el punto anterior) otros y estudios de viabilidad en la que, en el mejor
casos recurrentes. Y que es posible. La elec- de los casos, se puede apoyar tal decisión.
ción de este ejemplo se justifica porque se Y sabemos que no debería producirse dicha
corresponde con la situación más exigente reducción: tomada la decisión, una especie
y completa a la que debe enfrentarse un de “comisión promotora o constituyente”
museo (que aún no existe), aquella que, por (puesto que aún no hay estructura orgánica)
tanto, permite desplegar y secuenciar el más debería redactar el primer documento del
amplio abanico de programas y proyectos. De plan con el fin de definir el proyecto y, eso
acuerdo. Puestos a elegir un ejemplo, escoja-
sí, orientar las decisiones sobre su desarrollo
mos el que dé más de sí, para así poner de
y la configuración del museo (programas).
manifiesto la complejidad que la programa-
Me parece poco probable que el primer
ción puede llegar a alcanzar (en su máxima
documento pueda revocar la decisión origi-
expresión: de la fundación al pleno funciona-
nal. Es más, hasta tal punto debe existir una
miento de un museo): la multiplicidad de fases,
continuidad en el trabajo, una vez puesta la
su necesaria imbricación, “los hitos o puntos
“maquinaria” a funcionar, que lo ideal sería
estratégicos que componen el proceso” y el
que esa “comisión” actuara, para disolverse
reto que supone coordinar tantas actuacio-
después, hasta la redacción de la primera fase
nes interrelacionadas. Su elección también se
de los programas institucional, económico y
justifica porque se corresponde con unos pro-
de recursos humanos (fase correctamente
cesos cuyo orden lógico admite muy pocas
separada del resto de los programas).
variaciones. Sólo tengo dos observaciones
que plantear. Se trata de pequeños detalles, Decidida la forma y la constitución de
pero creo que, como sucede muchas veces, los órganos rectores y de la futura estructura
› 74
Museo
XI Jornadas de Museología
orgánica y dotada esa estructura de al menos de sede. Aquí viene la objeción a la que he
un primer “núcleo duro” de técnicos ubicado hecho referencia más arriba.
en una especie de oficinas provisionales
En primer lugar, es posible que, en este
(puesto que aún no hay edificio), las personas
caso, no sea necesaria esa primera fase de
de este modo ya implicadas en el proyecto
algunos programas salvo que se pretenda
elaborarán el resto de los documentos y diri-
aprovechar para cambiar el estatus jurídico
girán la “puesta en marcha” del museo. En
del museo con nuevos órganos de gobierno
esta fase 1 de los programas, deben a su vez,
o su estructura orgánica (programa institu-
efectivamente, asignarse los primeros recur-
cional); o se decida contratar una serie de
sos económicos, aunque sólo sea para pagar
consultorías externas o transformar sus fuen-
esas oficinas, unos medios elementales de tra- tes de financiación (programa económico); o
bajo y los sueldos de ese grupo “pionero” del su dotación de personal sea tan escasa que
equipo del museo. Quizás se podría modificar urja reforzarla desde un primer momento o,
ligeramente el cronograma de esta forma: viceversa, sea necesario despedir o reubicar
1. Intención de crear un museo. a una parte del personal ya existente mientras
se prolonga la remodelación (programa de
2. Estudios de viabilidad y otros informes.
recursos humanos). Pero en muchas ocasio-
3. Decisión de crear el museo.
nes nada de esto es preciso. Considerémoslo,
4. Plan museológico: planteamiento con- de cualquier modo, como un ejemplo de esas
ceptual. “particularidades” o “singularidades” que
5. Plan museológico: análisis y evaluación. puede llegar a adoptar el modelo al aplicarlo
6. Decisiones sobre las características del a situaciones reales: puede haber fase I o no
museo. haberla, si bien es bueno que esté prevista su
posible necesidad.
7. Plan museológico: fase I de los programas
institucional, económico y de recursos En segundo lugar, la inclusión del primer
humanos. documento en el cronograma desvirtúa el
8. Plan museológico: resto de los progra- modelo. En este caso y en cualquier otro que
mas. no sea el de un museo de nueva creación.
La citada nota no aclara suficientemente la
9. …
confusión. No evita la sensación de que la
Por otro lado, en el manual también se decisión sobre lo que se va a hacer ya está
sugiere que la utilidad de este modelo de tomada antes de poner la “primera piedra”
cronograma podría ampliarse si se aplica, con del plan y que tampoco en este aspecto se
algunos matices, a museos que se enfrentan ha soltado todo el lastre del modelo de la
a una remodelación integral o un cambio etapa precedente. Creo que, si no es así, y
› 75
Museo
Una herramienta llamada plan museológico
no debería serlo, entonces cualquier modelo 4. Plan museológico: programas (con fase
de cronograma debería subrayar esa separa- I de los programas institucional, econó-
ción tajante entre el primer documento y los mico y de recursos humanos o no).
programas del modo más sencillo: no inclu- 5. …
yendo el primer documento en el esquema
Opción B: si la decisión es remodelar la
(así tampoco haría falta la nota). Parece sólo
exposición permanente:
un matiz, pero es un matiz fundamental. La
piedra angular de esta nueva forma de tra- 4. Plan museológico: programa de exposi-
bajo, diría yo. Ha de explicitarse el cambio de ción (con ajustes en todos los programas
planteamiento a lo largo y ancho de todo el para adaptarlos a los nuevos objetivos
modelo, en todas y cada una de sus partes del museo).
(teoría, anexos y herramientas de trabajo), 5. …
especialmente en sus expresiones más gráfi-
Otras opciones…
cas, pues, no lo olvidemos, son estos esque
mas o plantillas los que, gracias a su capaci- Insisto en que, también en este asunto de
dad para condensar la estructura que vamos los tipos de cronogramas, animo a la SGME
a seguir, todos utilizamos en el momento de a avanzar otro trecho en una siguiente e
poner manos a la obra. inmediata etapa. Puede esperar un poco
y aprovechar los ejemplos de aplicación y
Sea como fuere, ya tenemos aquí un
adaptación que vayan surgiendo de la mano
segundo tipo de cronograma. Es posible
de los primeros planes museológicos de los
que, en estos casos (remodelación integral o
museos (de esos “casos singulares”) para ir
cambio de sede de un museo ya existente),
sistematizándolos. Puede también confiar en
se pueda aplicar el resto del esquema ya
que los técnicos de esos y otros museos sepan
publicado en el desarrollo del plan; pero los
redefinir el esquema publicado al servicio de
primeros pasos (los pasos claves) son diferen-
sus necesidades, ensamblando de otra forma
tes y eso justifica, por sí sólo, que se diseñe un
las partes, suprimiendo aquellas que no les
cronograma diferente.
sean precisas, como acabo de hacer en los
1. Plan museológico: planteamiento con- párrafos precedentes. Seguro que sabrán.
ceptual. Pero creo que, ya metidos en faena, la SGME
2. Plan museológico: análisis y evaluación. debe llegar un poco más lejos. Los primeros
pasos en un nuevo camino son siempre difíciles
3. Cualquier decisión…
y cualquier orientación es poca: si los museos
Opción A: si la decisión es construir un pudieran contar con “mapas” para poderse
nuevo edificio o remodelar completamente mover también por las variantes y bifurcacio-
el actual: nes, y no sólo por el camino principal, al que
› 76
Museo
XI Jornadas de Museología
muchos de ellos no tienen acceso, les costa- organizar los objetivos y las actuaciones deri-
ría menos embarcarse en esta nueva forma vadas de aquel, puede redactarse un plan
de navegar. ¡Levamos anclas! estratégico. Me explicaré. Un plan estratégico
no se plantea una reflexión sobre la esencia
del museo ni lo analiza de forma global. De
4. hecho, no es un instrumento de reflexión. Es
un instrumento ejecutivo: establece las princi-
Consideraciones generales sobre el pales prioridades del museo y las estrategias
modelo: oportunidad y coherencia para satisfacerlas. En cierta medida, es un ins-
4.1. ¿Plan museológico o plan estratégico? trumento de marketing y relaciones públicas:
En mi opinión, al menos tal y como lo ha defi- su objetivo es plantear, de forma muy clara y
nido la SGME, un plan museológico no es un atractiva, los proyectos que el museo aspira a
plan estratégico, o viceversa. Esta es una de poner en pie para así conseguir el apoyo ins-
titucional o privado necesario para llevarlos a
las confusiones que se ven con cierta fre-
cabo. El plan estratégico vende una imagen y
cuencia. Es más, diría que se ven con cada
ofrece la posibilidad a otros organismos y enti-
vez más frecuencia, ya que éste es uno de
dades de asociarse a ella, de embarcarse en
esos conceptos ajenos que se ha importado
esa nave. Creo que estos son los rasgos que
al mundo de los museos más recientemente,
caracterizan a este tipo de “planes” según se
y con especial vigor, sobre todo entre los
desprende también de la definición que hace
museos grandes. Se usa mucho en el mundo
de ellos Moore (2005: 39).
anglosajón, pero aquí lo empiezan a usar tam-
bién museos como el Museo del Prado o el Por tanto, un plan estratégico es en reali-
Museo Nacional de Arte de Cataluña, no por dad, si no queremos apartarnos del modelo
casualidad instituciones públicas con un alto actual de planificación de museos, una herra-
grado de autonomía y con la impronta de ser mienta de carácter transversal que se sitúa en
las máximas instituciones culturales de sus res- el nivel de los programas y que selecciona,
pectivos territorios políticos. de entre todos, aquellos proyectos que se
consideran fundamentales para el desarrollo
Lo que quiero decir es que, a mi enten- completo del plan, los pilares sobre los que
der, un plan estratégico no puede sustituir a se asienta todo el plan, de forma que sean
un plan museológico porque no son la misma esos proyectos (también los más expresivos y
cosa. Aquel no responde a las mismas pre- reconocibles) los que “tiren” de todo el plan.
guntas y necesidades que éste. Creo que O dicho de otro modo, el plan estratégico
es conveniente redactar siempre en primer hace que todo el plan gire en torno a estos
lugar un plan museológico y después, si se proyectos porque se considera que, si estos no
considera una herramienta adecuada para se ejecutan, el resto del plan no tiene sentido.
› 77
Museo
Una herramienta llamada plan museológico
puesta es que puede que lo esté en algunos En nuestros museos, el peso de “lo institu-
aspectos concretos, pero que, en general, cional” es muy grande. El principal agente
supone una puesta al día más que notable “externo” es siempre la administración de la
de los procedimientos en materia de planifica- que dependen, pues de ella reciben todo lo
ción en nuestro contexto museológico, como que necesitan: los recursos humanos y econó-
ya dije al principio. Por lo demás, el marco micos y, sobre todo, las decisiones importantes.
jurídico y administrativo al menos de nuestros En consecuencia, existe el riesgo de redactar
museos públicos, y en especial de aquellos los planes, como en una canción romántica,
con poca autonomía de gestión, exige y a la “sólo para ella”, teniendo en cuenta sólo sus
vez permite que se elaboren documentos más intereses. En teoría, esos intereses coinciden
detallados y sopesados, sobre todo porque en con los de la sociedad que ha elegido a quie-
la mayor parte de los casos son los primeros de nes la dirigen, pero todos sabemos que éste
esta índole que se redactan (o redactarán) en es un camino demasiado indirecto como para
su historia. Merece la pena poner una buena conocer con precisión esos intereses. Además,
base documental. en una sociedad democrática, la administra-
ción, y por tanto sus museos, deben servir a
4.3. Un plan adaptado a las necesidades del
todos por igual, incluidas las minorías. Sólo
museo, pero ¿se adaptan el museo y, por
podremos escuchar esa polifonía de voces
tanto, su plan a las necesidades sociales?
en toda su riqueza de matices si nos dirigimos
Un último comentario a la propuesta de
directamente a quienes las emiten.
Moore. Es un aspecto de la cuestión que
creo que debe ser objeto de futuras reflexio- 4.4. Coherencia y compromiso con el
nes. En opinión de Moore, en la elaboración modelo por parte de los órganos superiores
del plan, incluida la declaración de misión Terminemos, pues, hablando de la estructura
(y especialmente en ella), deben participar administrativa superior en la que se insertan los
todos los agentes con los que se relaciona el museos públicos y de la cuota de compromiso
museo o con los que pretende relacionarse por su parte que es necesaria para el éxito del
(ha de tenerse en cuenta también al público modelo.
potencial y al “no público”). En el modelo de
› Museos de gestión directa
la SGME, aparecen contemplados, cómo
no, los estudios de público, pero en una posi- Efectivamente, el éxito del modelo pasa
ción secundaria, en la que no pueden tener por que los museos lo apliquen y se pongan a
la suficiente influencia sobre la concepción redactar sus planes museológicos y lo hagan
del museo en su globalidad. Si se aplicase el siguiendo las pautas del modelo; y pasa tam-
modelo de Moore (2006: 41), estos estudios bién por que las decisiones que se tomen en
deberían incluirse en un momento temprano cada plan se traduzcan luego en acciones
de la fase I de la SGME. ejecutivas buena parte de las cuales son res-
› 79
Museo
Una herramienta llamada plan museológico
si creen conveniente que buena parte de sus vean satisfechas, hemos de confiar en las bue-
decisiones se basen en las propuestas que, nas “relaciones horizontales” de la SGME con
bien documentadas y justificadas, emiten los los órganos competentes, lo cual, en cual-
museos de ellos dependientes a través de sus quier caso, siempre va a estar condicionado
planes museológicos. Para ello sería también por el hecho de que esos órganos tendrán
muy importante que, como analizaba en el sus propias prioridades e intereses. Además,
punto anterior, los museos transmitiesen a esos no todos están agrupados en la misma direc-
órganos la sensación de que sus propuestas ción general. La Gerencia de Infraestructuras,
no persiguen sólo un objetivo “interno”, fruto pieza clave en este “negocio”, es un orga-
de la reflexión teórica de sus técnicos, sino que nismo autónomo vinculado a la Subsecretaría.
tienen un fin social: satisfacer la demanda y Lo único que, en estas condiciones, puede
las exigencias de la sociedad, recogidas por garantizar que estos órganos incluyan entre
medio de una serie de canales de comunica- sus principales objetivos el apoyo a los planes
ción establecidos al efecto y traducidas en el museológicos, que destinen buena parte de
plan museológico. sus recursos y energías a ese fin, y que basen
su programación en el cumplimiento de esta
La SGME no constituye sino un eslabón en
tarea, es que reciban instrucciones precisas
esa cadena de decisiones. Hace tiempo que
al respecto, que consideren que los planes
pienso que debería adquirir, en corresponden-
museológicos, una vez aprobados y asumi-
cia con el volumen de competencias y tareas
dos, representan una guía de actuación que
que tiene, el enorme volumen de personal
compromete a todos los órganos implicados
que de ella depende, y el elevado número
en su ejecución y que un órgano con capa-
de museos que gestiona (no olvidemos a los
cidad para ello adopte la responsabilidad de
“transferidos”), la categoría de una dirección
coordinarlos a todos en este empeño.
general. No es lógico que tenga el mismo nivel
jerárquico que las otras (y pequeñas) subdi- En este contexto, quizás lo que daría mayor
recciones integradas en la Dirección General fuerza a los planes museológicos sería que fue-
de Bellas Artes y Bienes Culturales. En cual- ran considerados como un convenio marco
quier caso, esta reclasificación no dejaría de de actuación. Un convenio “interno”, pero
ser un simple gesto si no viene acompañada convenio al fin y al cabo. Y no me refiero sólo,
de la asignación de atribuciones ejecutivas como ya hice al principio, a un convenio “vir-
en materia de inversiones en infraestructuras, tual”, a un acuerdo formal entre las partes.
exposiciones temporales, prensa y comunica- Ese carácter está implícito en el modelo. Me
ción, planes de conservación, o adquisiciones refiero a que quizás debería tener una verda-
de bienes20. En la situación actual, para que dera entidad jurídica. Al menos, el valor de
las necesidades relativas a estos asuntos una resolución o una norma menor. El pro-
expresadas en los planes museológicos se blema es que no se puede equiparar con un
20
Los organismos autónomos y entes públicos tienen su propio comité, ¿por qué la SGME no? De paso podría abordar la siempre postergada
reordenación de colecciones, otro “mandato” que seguramente se derivaría de los planes museológicos si se invitara a los museos a con-
siderar esa posibilidad.
› 81
Museo
Una herramienta llamada plan museológico
jar” sobre ese nuevo modelo, aprovechando ras imbricadas (correspondiente cada una
el plazo de vigencia del actual, plazo que a a un diferente nivel de responsabilidad:
priori debería estar determinado por su plena departamentos, secciones, servicios, ofi-
aplicación en la mayoría de los museos esta- cinas, etc.), en el que las piezas de cada
tales (y de aquellos de otra titularidad que nivel no dependieran por separado de
decidan seguirlo). una u otra pieza del nivel superior, sino que
todas dependieran solidariamente las unas
1. Si esa “vuelta de tuerca” se hace sobre la
de las otras o, mejor dicho, lo hicieran no
base de un plan museológico preexistente
en función de una estructura preestable-
redactado a partir del modelo actual, el
cida sino de las necesidades operativas y
nuevo documento podría adoptar una
las prioridades del sistema de producción.
forma más “ligera” tal y como propone
Cada procedimiento habitual o cada
Moore. Seguramente no será necesario
tarea particular implicarían a varias de
volver a definir los parámetros principales
estas piezas repartidas por los diferentes
del museo ni necesariamente su estructura
niveles, cada una según su especialidad
interna ni los procedimientos generales y su nivel de responsabilidad. La participa-
de actuación, si entre tanto se ha traba- ción de cada una de ellas y, por tanto, las
jado sobre ellos tal y como propongo en relaciones establecidas al efecto vendrían
el punto 3.2. El nuevo documento puede predeterminadas por la planificación que
centrarse en establecer nuevas formas de se hiciera del procedimiento o tarea y no
organización de los recursos, al servicio de por una estructura orgánica única y en
nuevos objetivos y programas a corto y gran medida compuesta por comparti-
medio plazo mentos estancos. La categoría de cada
2. Esas nuevas formas de organización debe- pieza no estaría definida por su posición
rían plasmar un nuevo concepto de las orgánica (definición “externa” a ella) sino
relaciones internas, más flexibles, horizon- por las competencias y tareas asignadas
tales y multidireccionales. En los museos (definición “interna”).
públicos, la jerarquía administrativa, tradu- Un ejemplo. Todos conocemos la función
cida en organigramas piramidales cuyas asignada en nuestros museos al servicio de
partes se comunican sólo por la parte alta fotografía (y digo servicio porque, en este
del “árbol” y asentada en una fuerte cate- caso, propongo que esa sea su categoría,
gorización de los puestos de trabajo (con pero podría ser otra según en qué museo). En
su estatuto, su cuerpo, su grupo, su nivel un organigrama actual, lo normal es que se
y sus complementos), es casi inevitable. encuadre en el departamento de documen-
Pero creo que podría ser corregida por un tación. Pero habitualmente realiza trabajos
nuevo dibujo basado en una serie de esfe- al “servicio” de todos los departamentos. En
› 83
Museo
Una herramienta llamada plan museológico
Bibliografía
clausura
72
El elevado número de profesionales que generalmente se
vinculan a la producción y realización de una exposición
temporal, unido a la multiplicidad de tareas que de ellos
se requiere, necesita una puesta en común de todos estos
factores.
Una vez confirmados y aceptados los préstamos por ambas partes se procederá
a gestionar la contratación de los seguros correspondientes, siempre en la
modalidad de “clavo a clavo”, y de acuerdo con la cuantía de valoración del
bien declarada por el prestador.
74
El traslado de los bienes desde sus lugares de procedencia hasta la sala de
exposición se realizará siempre por personal especializado en trabajos de
embalaje y transporte de bienes culturales.
préstamos
seguros
embalaje y transporte
montaje
préstamos
Concepto
En España, el contrato de préstamo se regula por el artículo 1740 del Código
Civil, que establece:
Titularidad de los bienes culturales
Tanto los prestadores como los prestatarios podrán ser personas físicas o
jurídicas, y a su vez, estas últimas, de carácter público o privado. Para que
la tramitación de los préstamos se realice de la manera más ágil y adecuada
posible será necesario tener en cuenta las regulaciones específicas sobre esta
materia.
Titularidad Pública
En el ámbito de la Titularidad Pública los bienes del Patrimonio Histórico
Español se custodian con carácter general en Archivos, Bibliotecas y Museos
dependientes de las diferentes administraciones (Local, Autonómica o
Estatal), cada una de ellas con sus propias normativas desarrolladas en el
ámbito de sus competencias.
Para los bienes del Patrimonio Histórico Español, pertenecientes a la
Administración del Estado y sus Organismos Autónomos, asignados a
Museos, Bibliotecas y Archivos de Titularidad Estatal la normativa básica
aplicable es:
Ley 16/1985, de 25 junio, del Patrimonio Histórico Español y normas
de desarrollo.
Real Decreto 620/1987, de 10 de abril por el que se aprueba el
Reglamento de Museos de Titularidad Estatal y del Sistema Español de
Museos.
Real Decreto 582/1989, de 19 de mayo, por el que se aprueba el
Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado y del Sistema Español
de Bibliotecas.
Decreto de 22 de noviembre de 1901, por el que se aprueba el
76 Reglamento de Archivo del Estado.
En lo referente al préstamo de bienes del Patrimonio Histórico Español para
exposiciones temporales el Reglamento de Museos de Titularidad Estatal
y del Sistema Español de Museos establece, en su articulo 6, que: “ toda
salida de estos bienes fuera de las instalaciones del Museo al que están
asignados, incluso para participar en exposiciones temporales, deberá ser
previamente autorizada mediante Orden del Ministerio correspondiente”
Para los bienes del Patrimonio Histórico de Titularidad de las Comunidades
Autónomas y Entidades Locales, se aplicarán sus normas al respecto, y con
carácter subsidiario la Ley 16/1985, de 25 junio, del Patrimonio Histórico
Español.
Titularidad Privada
En el ámbito de la titularidad privada, y entre las instituciones habitualmente
relacionadas con el préstamo para exposiciones temporales, destacan las
fundaciones sin ánimo de lucro, las instituciones eclesiásticas, colecciones
corporativas, coleccionistas particulares, etc. En general, todas ellas deberán
actuar de acuerdo a su propia regulación interna para que los órganos
directivos, consejos de dirección o patronatos procedan a autorizar el
préstamo de los bienes culturales.
Solicitud de préstamos
Una vez definida la relación total de los bienes culturales que se desea que
participen en la exposición, localizados en los diferentes museos, Instituciones
o colecciones, se envía la solicitud formal a cada uno de los prestadores, a
través de:
Formulario de préstamo
Condiciones técnicas de la sala de exposición temporal
Formulario de préstamo
A través de este formulario se recaban una serie de datos que resultan
imprescindibles para iniciar la preparación de la exposición:
Sobre el prestador (forma en la que desea ser mencionado en el
catálogo y la gráfica de la exposición, lugar de recogida y devolución
de los bienes solicitados, etc)
Sobre cada uno de los bienes solicitados (objeto, autor, fecha, medidas
del objeto, medidas para su embalaje, etc)
El prestador deberá cumplimentar y firmar este formulario y retornarlo al
organizador de la exposición.
Ver modelos en el Anexo de Coordinación Técnica
A la recepción de los formularios se plantearán diferentes posibilidades:
Aceptación del préstamo.
Aceptación condicionada a la restauración de los objetos solicitados.
Denegación del préstamo, con propuesta alternativa de otros objetos.
Denegación del préstamo.
A partir de la información recibida se elaborará la lista definitiva de los
objetos que integrarán la exposición, y que se constituye en el documento
básico de trabajo.
Préstamos internacionales
La colaboración de carácter internacional entre Instituciones y entidades de
diferentes países para la realización de exposiciones temporales, ha hecho que
la movilidad de bienes culturales entre países se haya convertido en una práctica
habitual y consolidada en el ámbito de las exposiciones temporales. Dicha
práctica se ha visto respaldada por diferentes Tratados y Convenios de carácter
internacional. No obstante y con independencia de su firma y ratificación por
los Estados, estos podrán a su vez establecer los mecanismos de protección que
consideren oportunos para el control de su propio patrimonio histórico.
Ver modelos en el Anexo de Coordinación Técnica
En este sentido la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español
establece que todas las obras del Patrimonio Histórico Español que hayan sido
declaradas Bienes de Interés Cultural, o hayan sido incluidas en el Inventario
General de Bienes Muebles, o tengan una antigüedad igual o superior a cien
años, con independencia de su titularidad pública o privada, requieren de un
Permiso de Exportación Temporal.
Plazos de solicitud
La solicitud del préstamo temporal deberá hacerse con el tiempo de antelación
suficiente para que los prestadores puedan realizar los trámites necesarios
dentro de sus organismos u organizaciones para la autorización de dicho
préstamo (consultas a diferentes Órganos directivos, Patronatos, Consejos de
dirección, etc...) y proceder a la solicitud de diferentes Órdenes Ministeriales
(en el caso de instituciones de titularidad estatal), solicitud de permisos de
exportación, etc.
Para todos los trámites consultar la página web del Ministerio de Economía y Hacienda www.
minhac.es
Es requisito habitual, entre las Instituciones museísticas, que la solicitud de
los préstamos temporales se realice con una antelación mínima de 6 meses
para Instituciones que radican en España y de 12 meses para Instituciones que
radican en el extranjero.
seguros
La participación de los bienes culturales en exposiciones temporales implica
diferentes situaciones de riesgo para la conservación e integridad física de
los mismos por ello, una vez aceptado el préstamo, será el organizador de
la exposición temporal quien deberá asumir la responsabilidad sobre dicha
conservación física.
Suscripción de póliza con compañía privada
La obligación de asegurar; deriva de la obligación legal de restituir el valor de
la cosa prestada en caso de pérdida, o del valor que repare el daño causado.
Aunque en sentido estricto, el concepto “clavo a clavo” se podría entender referido a objetos que
se cuelgan en una pared, su uso generalizado se hace extensible para todo tipo de instalación,
indicando principio y fin de la manipulación necesaria para el traslado del objeto.
producido al asegurador o a satisfacer un capital, una renta u otras prestaciones
convenidas.”
Asegurado: La persona, física o jurídica, titular del interés objeto del seguro
y que en defecto del Tomador asume las obligaciones derivadas del contrato. 81
Cláusulas de la Póliza:
Las pólizas que se suscriben con las Compañías de Seguros se rigen de acuerdo
a las Normas Internacionales de Seguros de carga o mercancías. Con carácter
general se contempla la cláusula :
Las normas internacionales de seguros Institute Cargo Clauses [ICC] contemplan las modalidades
“A”, “B” y “C”. Para el seguro de los bienes culturales se contratará siempre la modalidad “A” por
ser la que da cobertura contra todo riesgo.
Cláusula que proporcione cobertura de terrorismo.
Además y en relación con el movimiento de bienes culturales para exposiciones
temporales se tendrán en cuenta otras más específicas:
La Ley de Presupuestos Generales del Estado de cada año fija el límite máximo
del compromiso de la Garantía del Estado tanto global como por exposición. La 83
garantía otorgada por el Estado para obras integrantes de una misma exposición
no cubrirá las indemnizaciones por la destrucción, pérdida, sustracción o daño
de estas obras, hasta los límites fijados en el Real Decreto. Por esta razón, será
necesario la contratación de una póliza de seguro privada y complementaria
por las cantidades correspondientes según la valoración total de los objetos
por los que se solicita la Garantía del Estado.
Solicitud
Se tramitará ante la Subdirección General de Protección del Patrimonio Histórico,
y en la solicitud deberán constar los siguientes datos:
c) Valor de cada una de las obras declarado por el cedente y aceptado por
el Director de la Institución que formula la solicitud. En el caso de que
intervengan tasadores o peritos, se adjuntará copia de la valoración
efectuada por éstos.
La Garantía del Estado se regula por Real Decreto 1680/1991, de 15 de noviembre, de desarrollo
de la Disposición Adicional Novena de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico
Español.
d) Procedimientos previstos para realizar los informes sobre el estado de
conservación de las obras antes de su entrega a la institución cesionaria
y en el momento de su devolución al cedente.
Debe solicitarse con una antelación mínima de tres meses antes de iniciarse el
embalaje y traslado de objetos a la sala de exposición.
Indemnización:
La cobertura de los riesgos se articula a través de un sistema de indemnizaciones
similar al realizado por una compañía de seguros privada.
b) Ejercitar los derechos y las acciones que por razón del siniestro
correspondieran a la institución cesionaria y al cedente de la obra frente
a cualquier persona distinta de éstos que sea responsable del mismo y
hasta el límite de la indemnización.
e) Explosión nuclear.
embalaje y transporte
Los momentos de manipulación y traslado de los bienes culturales son
situaciones de máximo riesgo para su integridad física, por tanto, extremar las
medidas de protección y seguridad al respecto no es sólo un compromiso que
el organizador adquiere con el prestador, sino un aspecto a tener en cuenta por
todos los profesionales que intervienen en la preparación de la exposición.
Para llevar a cabo estos trabajos se contratará una empresa especializada, a la que
se le especificarán las necesidades concretas de los embalajes y del transporte,
que dependerán de las características de los objetos. Esta información habrá
sido recabada del prestador a través del formulario de préstamo.
Características de los embalajes
Las características de cada embalaje dependerán del tipo de objeto, su material,
fragilidad, medidas, peso y estado de conservación, así como del tipo de
86
transporte que se utilice: terrestre, aéreo o marítimo, la distancia del recorrido
y el tipo de exposición, en el supuesto de que se contemple itinerancia de la
misma. Esta información será proporcionada por el organizador a la empresa
que construya los embalajes.
Ver apartado de Solicitud de préstamo
Podrán ser embalajes individuales o compartidos dependiendo de
la fragilidad y tamaño de los objetos. Si se trata de un embalaje
compartido, deberá estar compartimentado para individualizar e
inmovilizar cada uno de los objetos.
Se señalizarán con flechas de posición vertical, en lugar visible, para su
almacenamiento y transporte.
Si fuera necesario y para mayor seguridad, según cada caso, se podrán construir
embalajes con materiales ignífugos, impermeabilizar las cajas con cierres
herméticos empleando neopreno en las juntas, etc.
Tipos de transporte
En España, los tipos de transporte utilizados para el traslado de bienes culturales
son sobre todo el terrestre -por carretera- y el aéreo y, en menor medida, el
87
marítimo. Cada uno de ellos plantea además de los riesgos generales que
conlleva cualquier traslado, el sometimiento a determinados riesgos específicos
como son: las vibraciones, cuando se realiza por carretera; los cambios de
presión, cuando se trata de vuelos; y la elevadísima humedad en el caso del
transporte marítimo.
Puesto que cada uno de ellos presenta sus propias peculiaridades, éstas
condicionarán las características de los embalajes que se utilicen.
Terrestre:
Siempre que el estado de las carreteras lo permita, el camión es el medio de
transporte terrestre que ofrece más seguridad y menor riesgo para el traslado
de los bienes culturales, ya que reduce las situaciones de carga y descarga a los
lugares de origen y destino, admitiendo objetos de gran tamaño, flexibilidad
horaria, control de la conservación preventiva y seguridad.
Aéreo:
Cuando las distancias o los recorridos entre el lugar de origen y el de destino
no permitan la utilización del transporte por carretera, se utilizará el avión
para el traslado de los bienes culturales ya que se reducen los tiempos de
desplazamiento. Para ello se deberán elegir los vuelos con menos escalas y
trayectos más cortos, y tener en cuenta el tipo de carga con la que compartirán
el vuelo (alimentos perecederos, animales vivos, etc).
Marítimo:
En general este tipo de transporte es, con mucho, el menos utilizado ya que
alarga excesivamente el tiempo de tránsito de los bienes culturales.
Al igual que en el transporte aéreo se deberán tener en cuenta las cargas con
las que compartirán la bodega, así como el mantenimiento de la vigilancia y la
seguridad extremas en las zonas de carga y descarga de los muelles.
Itinerarios
Al organizar los itinerarios para el traslado de los bienes al lugar de la exposición,
deben considerarse el tipo de transporte y las necesidades de conservación
preventiva de cada uno de los objetos, intentando siempre realizar los trayectos
más cortos posible.
Correos
Entre las condiciones del préstamo, los prestadores podrán solicitar la asistencia
de una persona, denominada correo, para supervisar que los trabajos de
manipulación, embalaje y transporte de los objetos que ceden para la exposición,
se realicen en condiciones óptimas para su conservación preventiva.
Escolta
En ocasiones, y cuando los objetos transportados superan determinadas
valoraciones, algunos prestadores podrán exigir la presencia de escolta
durante su transporte como medida de seguridad complementaria. La escolta
puede ser oficial o privada, dependiendo si el organizador de la muestra es un
organismo público o privado, y podrá ser en territorio nacional o internacional.
La gestión de la misma y la asunción del gasto se realizará por el organizador
de la exposición.
La solicitud de escolta policial se realizará mediante la cumplimentación de un
cuestionario en el que se especificarán los datos relativos a:
Recogida de los bienes
Con el fin de que la empresa de transporte a la que se encargue el embalaje y
recogida de los bienes pueda realizar su cometido, con carácter general se le
proporcionará la siguiente información:
Para todos los trámites dirigirse a la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, Unidad Central de
Protección, Brigada de Protecciones Especiales.
Enumeración de los lugares de procedencia de los objetos: país-ciudad,
y número de prestadores en cada uno de ellos.
El número de personas, españolas o extranjeras, que acompañarán a
los bienes en calidad de correos.
Además y para proceder a una rápida y efectiva carga de los bienes, se le
proporcionarán datos precisos sobre:
montaje
Durante la fase de montaje de la exposición se materializará el proyecto de
diseño, adecuando los espacios de la sala y distribuyendo los objetos de acuerdo
con el discurso expositivo elaborado previamente por el comisario.
Calendario de montaje
El tiempo que se invierte en el montaje de una exposición depende de una serie
de factores como el lugar de la exposición, número de objetos expuestos, la
dificultad que presenten para su montaje, etc...
Acondicionamiento de la sala
Los trabajos de acondicionamiento de la sala, distribución del espacio,
construcción de vitrinas, etc, se iniciarán con la antelación suficiente que permita
la conclusión de los mismos previamente a la instalación de los bienes culturales
que van a presentarse en la exposición.
Recepción de los bienes
Tras la llegada de los objetos al lugar de la exposición son necesarios una serie
de pasos previos a su instalación, como respetar un período de aclimatación
de los embalajes antes de su apertura, la realización de un informe del estado
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conservación de cada objeto y la emisión del acta de recepción.
Del mismo modo se redactará un escrito que será firmado por el responsable
de la Institución donde se realiza la exposición que acredite que los objetos
presentes en la muestra quedan bajo su custodia, identificando cada uno de
los objetos y señalando cualquier tipo de incidencia.
Instalación de los bienes
La mayoría de los contratiempos que surgen durante la fase de montaje están
relacionados con la instalación de los objetos, sus anclajes, plintos de tamaño
mayor o menor al de la obra, etc. La presencia del diseñador y la versatilidad
de la empresa de montaje deben hacer que estos problemas se minimicen.
Ver modelo en el Anexo de Coordinación Técnica
Toda la pintura de paredes, vitrinas, etc totalmente seca para evitar
que manche o contamine cualquier objeto.
La manipulación de los objetos se realizará: