La vocación por la bicicleta en el Departamento de Ingeniería Mecánica inició a partir
de una solicitud de la oficina de promoción cultural de la universidad. Mariana Guhl llegó al Departamento a pedirnos que trabajáramos académicamente en el diseño del vehículo de la bicicleta pública de uso compartido (BPUC) que es el nombre funcional de un tipo muy específico de vehículo, tiene que ser robusto, incluyente y accesible. Son bicicletas que los ciudadanos usan un sistema de bicicletas dispuesta como espacio público, es común el trato sin cuidado de los vehículos, sin importar el país y lo gratuito y eficiente que sea el servicio. Conminados por el Director del Departamento de Ingeniería Mecánica estuvimos participando por un tiempo en la Mesa de la Bicicleta que es la organización más importante alrededor del asunto de la movilidad por bicicletas en Bogotá. En estos años hemos diseñamos bicicletas tándem para ciegos, bicicletas públicas de uso compartido, bicicletas alternativas, parqueaderos de bicicletas, bicicleta para perros, bicicletas restauradas. Hemos ido consolidando la idea de tener una pequeña fábrica de bicicletas que pueda dar atención ingenieril a las empresas del sector, incluso con la posibilidad de una asesoría científica. En los últimos cinco años, y a propósito de una investigación con la que se ha permeado a un grupo de profesores de Ingeniería Mecánica de distintas experticias, la bicicleta ha sido el asunto de varios espacios académicos, las Prácticas de Ingeniería Mecánica, Dibujo de Máquina y Expresión gráfica, Mecanismos y Diseño Mecánico. Hemos estado ofreciéndole a la comunidad talleres de primeros auxilios para las bicicletas (¿cómo desvararse?), ha sido un curso ofrecido en asocio con el Departamento de Bienestar Universitario y un éxito en el que pensamos seguir reincidiendo. Hemos ido acumulando experiencia académica especializada en este vehículo, hemos publicado varios artículos en revistas y libros colectivos agotando el alcance filosófico e histórico de la bicicleta para impulsar la fabricación científica de bicicletas personalizadas o a la demanda. El laboratorio soñado es un espacio que forma parte del ofrecimiento académico de la universidad al desarrollo de vehículos de tracción humana, forjar un prestigio nacional en este paquetes de soluciones a las empresas, a las ciudades intermedias, a los parques tecnológicos, a las zonas francas, a los hospitales, a las victimas del conflicto armado. Este es un asunto de muchas pequeñas contribuciones, a pesar de la aparente sencillez de la bicicleta como máquina, juzgándola por su cantidad de piezas, nos sorprende la complejidad de la problemática. En nuestra cuidad se albergan 10000 bicicletas desechadas, retenidas y enjuiciadas por la secretaría de tránsito. Parte del sueño que nos conduce apunta a la movilización de los colectivos de bicicleta en Bogotá para la gestión, administración y financiación de la restauración de bicicletas para el espacio público bogotano, que el sello de la ciudad también sea un sistema de bicicletas restauradas, único en el mundo. Decimos que es un asunto de pequeñas contribuciones porque en la red que hemos ido armando están incluidos multiplicidad de agentes, empresarios, científicos, políticas públicas, ciudadanos, artistas, filósofos, científicos sociales, estudiantes, ciclistas cotidianos, ciclistas deportivos, ingenieros, profesores, entidades financiadoras, promotores de patentes, colectivos de activistas, agencias de comunicación. En esa extensa red basta que se movilice en bicicleta un ciudadano para que ingrese en la red de pequeñas contribuciones. Queremos mantener el enfoque crítico, para eso estamos invitando constantemente a las disciplinas más diferenciadas a la ingeniería a que aporten sus consideraciones sobre el sueño de una micro-factoría experimental de vehículos de tracción humana para las nuevas condiciones sociales que se avecinan. La micro-factoría es un espacio dentro de nuestros talleres donde se ubiquen las máquinas herramientas necesarias para establecer una rápida respuesta a necesidades específicas, escaneado digital en 3d, dobladoras CNC, pintura electrostática y soldadura TIC. Las necesidades de vehículos de tracción humana van desde atención a discapacitados hasta recreación y deportes de al rendimiento, esta sería la gama de atención de la micro-factoría, más que producción extensiva, pequeñas producciones a la medida. Trabajamos en la dirección de un escenario donde la Universidad Central sea reconocida como asesora en problemas de movilidad por bicicleta y de la personalización de vehículos con soporte científico. Queremos que este texto sirva para sumar más agentes a la búsqueda de alternativas sostenibles del habitar en nuestros territorios. Como ingenieros mecánicos y colombianos estamos orgullosos de que el marco de bicicleta que usó Mariana Pajón para su medalla de oro olímpica fuera diseñado por ingenieros en universidades colombianas. Eso quiere decir que si nosotros también concentramos los esfuerzos académicos, empresariales, tecnológicos y comunicativos en el asunto vital del futuro de la movilidad en nuestra ciudad, encontraremos soluciones que impactarán rápidamente en el contexto urbano de la Universidad Central. Pocos de nosotros sabemos hacer lobby, o sea, participar en las organizaciones, en los eventos, en las redes, en cuanto sea conducido por la bicicleta y su apogeo en Bogotá. Viendo el fenómeno en perspectiva es que hemos conectado a una escala más modesta y más lenta, el trabajo con nuestros estudiantes, ellos son nuestra red y que el camino que vayan tomando con su vida conduzca a algunos a producir un tipo de futuro donde el mundo sea más amable, la ciudad sea más amable. Esa es la apuesta, si por el camino nos vamos arrimando con empresarios, políticos, fuentes de financiación mucho mejor, pero la demanda principal en la enseñanza de la ingeniería mecánica es la condición ingenieril de la bicicleta en tanto protocolo que cumple con la condición técnica de ser robusta y accesible. Esta especificación ingenieril de la bicicleta es nuestro objeto de enseñanza, todo el que esté interesado en fortalecer el conocimiento ingenieril de la bicicleta está invitado a trabajar con nosotros. Tenemos expertos en biomecánica humana, en vehículos de tracción humana, en automatización, en sistemas con conjuntos difusos, por qué no podemos producirle una bicicleta óptima a la ciudad, eso nos falta. Lo que está movilizando el asunto de los ciclistas en las ciudades tiene que tener de parte de las universidades un motivo vital. Si la movilidad en la ciudad se convierte en un asunto estratégico de la universidad y de sus facultades, entonces se estaría contribuyendo de la manera que sabemos a una paz estable y duradera.