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09/10/2012
Facultad de Artes y Humanidades, Universidad de los Andes
Diferencias entre la Medea de Eurípides y la Medea de Séneca
Medea “llama a gritos a los juramentos, invoca a la diestra dada, la mayor prueba de
fidelidad, y pone a los dioses por testigo del pago que recibe de Jasón” (Eurípides, Medea, 21-23), y
tanto en la obra de Eurípides como en la de Séneca, la acción injusta de Jasón y la violación de los
pactos del matrimonio es lo que la incita a cometer sus crímenes, en ambos casos Medea está
decidida a hacer infeliz a Jasón, en ambos casos ella es emocionalmente inestable. Sin embargo,
ambos dramas divergen ampliamente en su caracterización del personaje epónimo, no sólo en las
emociones que experimenta a lo largo de la obra, sino también en las acciones que realizan y el tipo
de relaciones que establece con otros personajes. En términos generales, puede afirmarse que la
Medea de Eurípides presenta emociones conflictivas que emanan de su naturaleza femenina,
mientras que la de Séneca está bajo la influencia casi permanente de la ira. El presente ensayo
partirá de la obra de Eurípides para luego establecer las diferencias que presenta el drama de
Séneca, apoyándose en citas textuales que muestran el modo de pensar del personaje en una versión
y otra y elaborando al respecto.
En Eurípides, las implicaciones de sus actos están siempre presentes para el personaje y le
preocupan, pero aunque es capaz de darse cuenta de ellas e inclusive de las salidas ideales, su
naturaleza “violenta” (Eurípides, Medea, 39) sale victoriosa: “Sí, conozco los crímenes que voy a
realizar, pero mi pasión es más poderosa que mis reflexiones” (Eurípides, Medea, 1079-1080). Para
un caso concreto, ella se niega a aceptar las propuestas de Jasón a pesar de que el exilio y el
abandono completos la atormentan a lo largo de la obra. “Sola y sin patria, recibo los ultrajes de un
hombre que me ha arrebatado como botín de una tierra extranjera” (Eurípides, Medea, 254-255),
dice al Coro, y aunque ella acuda a la ayuda de Egeo para evitar vivir en el exilio, debe recordarse
que este encuentro es puramente accidental y que ella no había contemplado dicha opción: “¿Qué
ciudad me acogerá? ¿Qué huésped […] protegerá mi persona? Ninguno” (387-388). La Medea de
Eurípides conoce bien su situación política como mujer y como ultrajada, y esto se expresa en sus
diálogos con el Coro y con Egeo, en quienes logra depositar su confianza e inclusive la naturaleza
de sus planes. De igual manera, es capaz de ver los puntos del discurso ajeno y apropiarlos para
ganarse el favor del otro, como ocurre en el caso de Jasón. Gracias a su uso de la palabra y el
engaño, Medea es capaz de ganar aliados temporales y asegurarse medios para llevar a cabo sus
planes y escapar impune. Por último, es importante mencionar que su última indecisión se da
respecto del amor que siente por sus hijos, no por Jasón, a quien ella ve solamente como un
enemigo que la ha deshonrado: “Que nadie me considere poca cosa, débil, e inactiva, sino de
Martín de Jesús Carvajal Chamorro, 201112994
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Facultad de Artes y Humanidades, Universidad de los Andes
carácter muy distinto, dura para mis enemigos y, para mis amigos, benévola” (Eurípides, Medea,
808-810). El clímax de la obra se centra en torno a las contradicciones entre sus impulsos maternos
y reivindicadores, y es aquí donde ella reflexiona qué tanto sus acciones la dañan interiormente,
donde ella vacila y se encuentra indecisa; la solución que escoge la deja satisfecha e infeliz al
mismo tiempo: “¿Por qué vacilamos en realizar un crimen terrible pero necesario? […] ¡Olvídate
por un breve instante de que son tus hijos y luego… llora! […] seré una mujer desdichada”
(Eurípides, Medea, 1048-1056). Así, a pesar de que Medea en su rol de mujer esté naturalmente
inclinada a dejarse llevar por sus pasiones, ello no significa que la hagan feliz o que siempre estén
de acuerdo, y este es el epicentro de su personaje en la obra de Eurípides.
Eurípides. Medea. Trad. Carlos García Gual. Ed. Alberto Medina González. Madrid: Editorial
Gredos, S.A., 2010.
Séneca. Medea. Trad. Valentín García Yebra. Ed. Valentín García Yebra. Madrid: Editorial Gredos,
S.A., 2001.