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GRACIA EN EL
CENÁCULO
Manual del Animador - Tandil - 2015v00
ÍNDICE
Día:
Comienza abriendo la puerta a la presencia de Dios
con la señal de la cruz.
Durante el día tratar de permanecer en esa presencia
haciendo mi trabajo del mejor modo posible, ser el que
sirve y que mis actitudes se asemejen a las de Jesús
En algún momento del día leer el Evangelio de la Misa
de ese día ¿Qué dice? ¿Qué me dice? ¿Qué le digo?
Al finalizar el día preguntarme ¿he hablado hoy a los
hombres de Dios? Hablar con Dios sobre mi día.
A Diogneto.
Conclusión
38. Cada seglar debe ser ante el mundo testigo de la resurrección y de la vida del Señor Jesús, y
señal del Dios vivo. Todos en conjunto y cada cual en particular deben alimentar al mundo con frutos
espirituales (cf. Gal., 5,22) e infundirle aquel espíritu del que están animados aquellos pobres, mansos y
pacíficos, a quienes el Señor, en el Evangelio, proclamó bienaventurados (cf. Mt., 5,3-9). En una
palabra, "lo que es el alma en el cuerpo, esto han de ser los cristianos en el mundo".
166. Las entidades educativas, en especial los institutos terciarios y las universidades, asuman como
propia la evangelización de los jóvenes, en coordinación con otras entidades eclesiales, de forma que
aporten toda su capacidad a la "prioridad juventud" asumida por la Iglesia en la Argentina que hace suya
la opción preferencial de Puebla (28). Ello hará imprescindible el empeño en desplegar una intensa
pastoral educativa que sea ajustada a las modalidades propias de cada institución con la oportuna y
adecuada apertura para que puedan ser lugar de encuentro y evangelización de otros jóvenes, aunque
no sean los propios alumnos.
Hay institutos que por su experiencia y capacidad pueden prestar un firme apoyo a las actividades del
mismo género de las parroquias u otras entidades de apostolado, tanto para la formación de dirigentes
laicos cuanto para la ejecución de planes pastorales conjuntos.
Las escuelas forman la comunidad educativa con muchos padres y ex alumnos jóvenes que por su edad
son enteramente parte de la "prioridad juventud": se trata de un sector que ha de ser cultivado con
particular esmero y creatividad por las otras familias y exalumnos. La coordinación pastoral encontrará
en este trabajo una ocasión donde el diálogo, los planes conjuntos y la evaluación periódica presentan
un interesante desafío.
82. La importancia y la riqueza de este tema quedan reflejadas en el reciente documento de la C.E.A.
"Los jóvenes y la Civilización del Amor en la Argentina".
II. Recordatorio sobre el estilo de trabajar con los jóvenes que hemos ido desarrollando
desde 1999 en Santo Domingo en TANDIL: ABBA
Aceptar: Aceptarnos a nosotros mismos como don de Dios, para poder aceptar a todos los chicos
concretos como un Don de Dios, como una palabra que no regresara a Dios en vano (Isaías 55, 10 y 11)
Buscar: Un corazón contemplativo que buscar a Dios en la comunidad (Mateo 18, 20), La Palabra (Juan
6, 68) y la Eucaristía (Juan 6. 54-56)
Buscar: Un corazón que hace de la contemplación de Dios compasión del Pobre (Mateo 25, 31-46) y
del Joven (Mateo, 1-5), buscando a los jóvenes en su cultura y geografía propia.
Animar: Sin utopía, ni paternalismos. Sabiendo que solos no pueden y que sin mí se bastan. Giorgio La
Pira1: “No somos utopistas, somos los observadores atentos, realistas, de los signos esenciales de
nuestro tiempo; observadores que ven estos signos e interpretan este tiempo a la luz teologal de la fe,
de la esperanza y del amor... Las nuevas generaciones de todos los pueblos de la tierra levantan su
mirada llena de esperanza hacia las nuevas fronteras históricas del mundo –las fronteras de la paz, de la
unidad, de la libertad, de la elevación espiritual y civil de todas las personas – y tratan de atravesarlas
juntas, para construir juntos la nueva, universal, pacífica y fraterna casa de los hombres”.
En 1201 el papa Inocencio III (1198-1216) con ocasión de los “Pobres de Lombardía” distinguió la
predicación propia de los Clérigos como predicación doctrinal de la predicación de exhortación y dio a un
1
Pertenece a la generación de Terciaros dominicos italianos a quienes el Papa le pidiera la fundación de la Acción
Católica, fue intelectual y político laico, vivió en la época de la guerra fría y realizó gestos concretos a favor de la
distensión pedida por SS Pablo VI. Murió en el Convento de san Marcos en Fiesole (Florencia) y hoy se encuentra
en proceso de beatificación.
“No se construye la Iglesia solamente con los actos de los ministros oficiales del sacerdocio, sino
también con muchos otros servicios, más o menos fijos u ocasionales, más o menos espontáneos o
reconocidos, algunos consagrados por ordenación sacramental. Tales servicios existen; existen aunque
no se los llame por su propio nombre –ministerio- y aunque no tengan su verdadero puesto y status en la
eclesiología. A la larga uno ve que el doble elemento decisivo no es “sacerdocio - laicado”. Sino
“ministerio (o servicio) y comunidad”
Y.Congar, Ministeres et communion ecclesiale. Paris, 1971
Confiar en Dios
Ser sincero con uno mismo y no buscarse a través del joven
Ser cariñosos con los demás
Desarrollar y animar a desarrollar los talentos
Todo pensador sabe que constantemente vuelve a encontrarse con cosas que parecen muy sencillas, e
incluso banales, pero cuya aparente banalidad es sólo el reverso de su profundidad y riqueza de sentido.
Esa sencillez puede convertirse incluso en cobertura de su importancia. A nuestra expectación le gusta
buscar lo interesante e inaudito: pero mientras nos aferramos a ese deseo, lo realmente importante se
reviste del carácter de lo cotidiano, desapareciendo así a la mirada. El auténtico pensador debe
aprender a traspasar la apariencia de la obviedad, penetrando en la profundidad sumergida.
Pongamos nuestra mirada en una verdad así; la verdad que nos afecta de modo más inmediato: que yo
soy éste que soy, precisamente el que soy; y cada cual de nosotros es él mismo.
La expresamos con esta frase: "Soy para mí lo absolutamente dado." Aquello que para mí es obvio que
sea: lo que forma el presupuesto de todo lo demás; aquello con que lo relaciono todo, y desde lo cual
avanzo hacia todo.
En efecto, en todo me presupongo yo. Toda afirmación que haga, contiene, de modo abierto o implicado,
la palabra "yo". Todo acto que realice está sustentado por "mí". Lo que ocurre en el ámbito de mi vida
me afecta a mí. Siempre estoy ahí directamente, en actividad inmediata, en encuentro o influjo; o
indirectamente, en cuanto que son afectados "mi" ambiente, "mi" país, "mi" mundo.
Por ahí puedo alejarme cada vez más del Yo inmediato. "Ambiente", se dijo, "país", "mundo"; pero
siempre persiste la relación conmigo; es el ambiente que me rodea; el país en que habito; el mundo al
que pertenezco. Puedo intentar superarme a mí mismo y hablar de las cosas como si no estuviera yo. Es
algo muy bueno: un ejercicio del espíritu para hacerse capaz de prescindir de sí mismo. Sin embargo,
persiste la ligadura: pues siempre soy yo el que intenta ir más allá de sí mismo del tal manera;
prescindiendo de que yo mismo me asumo en ello, pese a todo, y toda mirada, aun la más sencilla, que
yo dirija a algo, me contiene a mí.
Así, pues, mi Yo tiene el carácter de la inevitabilidad; casi se diría que una especie de necesidad. Sólo
que "casi", y de lo que significa ese "casi" hablaremos ahora. Pero de todos modos, casi. Es lo
presupuesto en todo. Lo que está contenido en todo. Lo inmediato: es cercanía hasta lo más íntimo:
precisamente "yo".
Pero ahora hemos de hablar de ese "casi", que nos acaba de aparecer como una advertencia; pues
vuelve a poner en cuestión el carácter aparentemente "dado" del propio Yo: y es una prueba de la
vitalidad espiritual del hombre ver hasta dónde persigue esta cuestión.
En efecto, para mí mismo no sólo soy obvio, sino también sorprendente enigmático, incluso,
desconocido, tanto que pueden ocurrir dos cosas como ésta: miro un día al espejo y me pregunto
extrañado (¡qué reveladora es la palabra "extrañado", herido por la extrañeza, devuelto a la extrañeza;
pero fijémonos: extrañeza entre mí y mi imagen!), me pregunto, pues ¿quién es ése? El espejo es una
cosa curiosa. Las leyendas saben decir sobre él cosas misteriosas; y los discípulos de las leyendas, los
poetas, han aprendido de ellas. En el espejo se muestra cómo yo, aunque parecía tan sólidamente unido
y en orden conmigo mismo, de repente me contrapongo a mí mismo, me convierto en "objeto" ante mí.
¿Qué significa entonces: yo soy Yo-mismo?2 ...¿No debería decir con la misma razón: Yo no soy yo,
sino que espero llegar a serlo? ¿No me tengo a mí, sino que estoy de camino hacia mí? ¿No me
conozco, sino que trato de conocerme?
En una hermosa novela -una de esas que, aunque no pertenecen por su rango a las más altas, son
perfectas en su modesto valor, esto es, en "Kim", de Kipling, se cuenta de un muchacho que se llama
2
En la poesía de Morike "Margareta" se dice:
Könnt' ich, o Seele, wie du bist,
Dich in den reinsten Spiegel fassen,
Was all dir einzig eigen ist,
Als Fremdes dir begegnen lassen!
Ja fiele nur aus diesem Aug' ein Blick,
Wie er uns traf, ins eigne Herz zurück.
Von sel’gen Schauern angeweht.
Scheu nahtest du dem namenlosen Bilde,
Wie einem Rätsel, das um Lösung fleht,
Dass eins im andern sich auf ewig stllte;
Doch ach, kaum hast du halb dicb selbst erkannt,
Verkennst du dich, und hast dicb abgewandt!
(¡Si yo pudiera, oh alma, tal como eres / captarte en el más puro espejo; / y todo lo que es únicamente tuyo / hacer
que te encontrara como ajeno! / Sí, si recayera sólo desde estos ojos / una mirada, al tocarnos, al propio corazón; /
temerosa te acercarías a la imagen sin nombre, / como a un enigma que implora solución, / para que uno en otro
para siempre se calmara; / pero, ay, apenas te has reconocido a medias, / te desconoces, y te has apartado!)
Sería preciso un análisis muy penetrante para poner de relieve la riqueza de significado de estos versos. Véase R.
G., Gegenwart und Geheimnis (Presencia y misterio), una interpretación de cinco poesías de Eduard Morike (1957,
págs. 35 sig.).
"Yo Kim..., Yo Kim..., Yo Kim..." Con eso tiene la sensación de penetrar cada vez más hondo, hacia algo
definitivo, indecible; y si logra llegar ahí, todo estará bien. Pero en el penúltimo instante, se rompe vuelve
a la superficie, y todo ha sido vano. Y un día se presenta ante él un viejo asceta, le mira y dice con cara
triste: "Ya lo sé, ya lo sé... ¡No resulta!"
¿Qué es eso? ¿Qué ha querido el muchacho? ¿Qué es lo que aquel viejo, experto en ejercicios
interiores, ha sabido que no resulta? Captar con su "nombre" su "yo". Es decir, Kim ha querido que su
ser y su saber de sí mismo se hicieran una sola cosa, con lo que él se haría evidente a sí mismo.
Entonces todo estaría bien. Pero el buscarlo era signo de que no lo tenía; y el que nunca lo lograra, el
que nunca lo pudiera lograr, era expresión de que aquí tropezaba con el límite de su posibilidad, esto es,
con su finitud.
En diversos pueblos, sobre todo en el Norte, se encuentra un mito de profundo sentido, el del "doble" o
"espíritu acompañante". Según eso, el hombre es ante todo tal como está encarnado y vive visiblemente;
pero además es otra vez, y así es de veras. Ese ser auténtico va siempre detrás del ser inmediato; por
eso se le llama "espíritu acompañante" o "seguidor". Por tanto, el hombre inmediato no ve al auténtico;
sólo siente que está ahí; pero "detrás", es decir, en el dominio de lo que no está dado. Una vez, sin
embargo, le rodea, se pone delante de él y le mira: entonces el hombre inmediato ve al hombre
auténtico; y al verle se conoce a sí mismo. Se podría decir, partiendo de la historia de "Kim": su Yo y su
nombre se hacen una sola cosa. Pero es la muerte. De ahí ha surgido la figura de la Walkyria: en el
momento en que se pone delante de aquél a quien ha elegido, éste muere.
Ya vemos lo que aquí se expresa: lo que llamo "yo", es lo que me está dado. Pero no es absoluto, sino
relativo y problemático. Algunos filósofos han emprendido el intento de eliminar del mundo este hecho.
Por ejemplo, pensemos en la doctrina de la identidad del idealismo alemán, que ha afirmado que el Yo
finito no es más que la forma que cubre el Yo infinito, esto es, el Yo de Dios. Esto suena a muy
profundo, pero no lo es. Por lo pronto, la idea es falsa; pues si honradamente me pongo ante mí mismo,
sé que no soy absoluto; que todo panteísmo viene de una embriaguez, de una exageración. Pero
también la idea es superficial; pues la profundidad peculiar, tan admirable como abrumadora, de nuestra
existencia, consiste precisamente en que yo soy persona como ser finito.
La facilidad para establecer esta distinción constituye una cualidad de nuestro espíritu occidental frente
al asiático, propenso al panteísmo. En la misma novela "Kim" se narra otro hecho. Un asiático quiere
examinar si el joven es apropiado para una tarea peligrosa: entonces le pone en un semi-hipnotismo, y
señala un cántaro que hay delante: "¿Ves el cántaro? ¿Ves que tiene una hendidura? ¿Y que por la
hendidura sale el agua? ¿Ves cómo se forma un charco alrededor?" El joven empieza ya a ver la
hendidura y el agua que sale. Sin embargo, algo en él contradice: "¡Pero no es verdad!" Y ¿qué hace?
Por la legítima defensa de su espíritu semi-europeo que nota que le van a llevar al engaño, se pone a
decir la tabla de multiplicar, y ante sus ojos el cántaro vuelve a quedar entero y ya no se escapa el agua.
El hombre dice: "Eres el primero que se me ha resistido. Querría saber cómo has hecho; pero,
naturalmente, no lo revelarás". Cree que el joven dispone de fuerzas mágicas especiales para
defenderse: sin embargo no ha hecho más que distinguir. Por la decisión de afirmarse espiritualmente a
sí mismo, ha comprobado que dos por dos siempre siguen siendo cuatro, y que siempre vienen a
resultar cuatro solamente; no cinco, ni diez, ni cien, ni, sobre todo, infinito. Se ha escapado al engaño de
la infinitud, la mala infinitud en que se funden las distinciones y todo puede llegar a ser todo, porque
nada es realmente lo que es. Ha trazado las fronteras, guardando el auténtico misterio de la vida
humana, tan insondable en toda su evidencia.
Que me ha dado en absoluto; y en cuanto a este ser determinado. No como hombre, sin más, sino como
este hombre: perteneciendo a este pueblo, a este tiempo, a este tipo y a estas condiciones. Hasta esas
últimas determinaciones que no existen en absoluto más que una vez, esto es, en mí: esa última
peculiaridad que hace que me vuelva a reconocer a mí mismo en todo lo que hago, y que se expresa en
mi nombre.
Pero con eso, al mismo tiempo, queda propuesto un deber. Un deber muy grande; quizá se puede decir
que es el que está en la base de todos los deberes concretos.
He de querer ser el que soy: querer ser yo realmente, y sólo yo. Debo ponerme en mi yo, tal como .es,
asumiendo la tarea que con eso me está propuesta en el mundo. La forma básica de todo lo que se
llama "oficio", "vocación"; pues desde ahí me acerco a las cosas, y hacia ahí asumo las cosas.
Tampoco puedo evadirme de lo malo que hay en mí: malas disposiciones, costumbres consolidadas,
culpa acumulada. Debo aceptarlo y hacer frente a ello: así soy... esto lo he hecho... No con rebeldía; eso
no es aceptación: es endurecimiento. Sino en verdad, porque sólo ella lleva más allá del mal: soy así;
pero quiero llegar a ser de otro modo.
La suprema forma de evasión es el suicidio. No es ocioso hablar de él, pues cada vez se convierte más
en uno de los grandes peligros de la época. Mengua la fidelidad: también y precisamente como fidelidad
al propio ser. La sensación de que “ser yo” sea un deber se debilita cada vez más, porque desaparece la
conciencia de estar dado a sí mismo. Y como los modos de quitarse la vida son cada vez más sencillos,
el suicidio se vuelve cada vez más fácil y banal. Se ha elogiado como un extremo de valentía objetiva
poder concluir en el momento dado sin hacer mucho ruido, pero ¿es realmente valentía atreverse a algo
peligroso hacia fuera, sin responder de ello consigo mismo? La cápsula de cianuro potásico en el bolsillo
¿no suprime en realidad la auténtica valentía? La auténtica valentía significa saber que se está puesto
en un lugar, no por el pequeño o gran jefe de cada caso, sino por el Señor de la vida, Dios; y por eso no
cabe apartarse hasta que El mismo le llame a uno a retirarse. Esto es lo que empieza a dar su seriedad
a toda acción y riesgo. La otra valentía viene de la falta de respeto a sí mismo; yo soy cualquiera, si
desaparezco, hay otros. Como con las hormigas caminantes; si se aplasta una, siguen andando cien; si
se las pisa a todas, sigue existiendo la especie; si la especie misma se aniquila... bien, en definitiva no
hay nada realmente importante.
De todo esto puede surgir una infinita monotonía: un hastío temible. Hay épocas enteras caracterizadas
por ese hastío, y precisamente con una cultura muy alta. Pensemos, por ejemplo, en el siglo XVIII
francés, en que el aburrimiento desempeñó un papel para nosotros ya apenas comprensible; tanto que
muchos, rodeados de un admirable refinamiento en la forma, en el trato, en el arte, en el disfrute de la
vida, " se secaban de hastío", como dijo Pascal.
Entonces, el acto de ser yo mismo se convierte, en su raíz, en un ascetismo: debo renunciar al deseo de
ser otra cosa sino lo que soy; incluso, otro del que soy. Qué apremiante puede hacerse ese deseo lo
podemos ver por los mitos y leyendas que se repiten en todos los pueblos, y en que una persona se
transforma en otro ser: hacia arriba, en una constelación, hacia abajo, en un animal, o en un monstruo, o
en una piedra... Debo renunciar a tener cualidades que me están rehusadas; debo reconocer mis límites
y mantenerlos. Esto no significa la renuncia al esfuerzo de elevarse. Eso puedo y debo hacerlo yo en la
línea de lo que se me ha dado... Tampoco puedo sucumbir al resentimiento, esa actitud que revela que
no he aceptado realmente ni he renunciado de veras, y que consiste en hacer malo lo que se me ha
rehusado.
En la raíz de todo está el acto por el cual me acepto a mí mismo. Debo estar de acuerdo con ser el que
soy. De acuerdo con poseer las características que tengo. De acuerdo con estar en los límites que se
me han trazado.
Todo eso se hace especialmente difícil cuando percibo no sólo los límites, sino las insuficiencias y
defectos de mi ser; problemas de salud; trastornos en la armonía psíquica; cargas de herencia de
antepasados; estrechez por la situación histórica y social, y así sucesivamente. ¿Por qué es todo esto?
A partir de ahí puede hacerse ver tajantemente en la conciencia que la instalación en la existencia
individual no puede ser penetrada con el entendimiento. Yo soy capaz de ver cómo ha ocurrido en mí tal
o cual situación de hecho; por ejemplo, no fui previsor, he tenido una desgracia y con eso se ha
producido un daño. Pero ¿está así todo realmente claro? Lo está, en cuanto se trata de otro. La
sucesión de ideas: fue imprudente, le atropellaron y ahora tiene una fractura de hueso; o sus padres le
educaron así, y por eso se han desarrollado estos defectos... o en sus antepasados también se dieron
estos defectos corporales o espirituales, y han pasado a él: esas series no satisfacen a la pregunta del
por qué. Pues si en vez de la palabra "él" se pone la palabra "yo" ¿sigue estando todo claro? En lo
biológico y psicológico, de acuerdo; pero, ¿y en lo existencial, en la comprensión viva de mí mismo?
Semejante explicación ¿no pierde su capacidad última de convicción en cuanto se refiere a mí? He
tenido la desgracia ¿por qué tenía que tenerla precisamente yo? Mis padres cometieron tales o cuales
defectos en mi educación: ¿por qué tenían que ser precisamente los míos? Mis antepasados tenían tal o
cual lastre: ¿por qué precisamente aquellos de los que desciendo?
A la pregunta ¿por qué soy como soy? ¿Por qué soy en vez de no ser? -y todas las demás formas en
que se pueda prolongar por las tres dimensiones de mi existencia- no hay ninguna respuesta por parte
de mi ser inmediato. Pero tampoco por mi circunstancia: más aún, ni siquiera por parte del mundo en
general.
No puedo explicar cómo soy yo-mismo; no puedo comprender por qué debo ser de tal o cual modo: no
puedo disolver mi existencia en ningún sistema de leyes naturales o históricas, pues no es una
necesidad, sino un hecho. Pero a la vez, es el hecho para mí decisivo, el hecho, en absoluto. Es como
es, y podría no ser. Y, sin embargo, determina mi existencia entera desde lo más íntimo.
Todo esto significa: no me puedo explicar a mí mismo, ni demostrarme, sino que tengo que aceptarme.
Y la claridad y valentía de esa aceptación constituye el fundamento de toda existencia.
Esa exigencia no la puedo cumplir por caminos meramente éticos. Sólo puedo hacerlo desde algo más
alto; y con esto estamos en la fe.
Fe significa aquí que yo comprenda mi finitud desde la instancia suprema, desde la voluntad de Dios.
Dios es real y necesario. Está fundado en Sí, está lleno de sentido y no necesita ninguna explicación. La
explicación de Dios es El mismo. Es así porque es así. Y existe, en absoluto, porque es Dios. Es lo
absolutamente obvio, comprensible por Sí mismo; en lo cual, claro está, debemos entender por ese
"mismo" de cuya comprensión se habla aquí, es El.
Ese Dios es el Señor; y Él lo es por esencia. Eso no sólo significa que Él es Señor sobre el mundo, sino
también: y ante todo, Señor sobre Sí mismo. Descansa en su propio poderío. Tal es también el nombre
que se ha dado. En el comienzo de la Historia Sagrada está la visión de Horeb. "Entonces dijo Moisés:
.Iré a ver a los hijos de .Israel y les diré: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Pero si
preguntan cuál es tu nombre ¿qué les responderé? Dijo Dios a Moisés: Yo soy el que soy y dijo también:
Así hablarás a los hijos de Israel: Yo-Soy me ha enviado a vosotros" (Ex., 3, 13-14). ¿Y qué significa el
nombre que Dios se da ahí? Por lo pronto: Yo soy Aquel que está aquí en realidad y poder, y ahora me
pongo a actuar... y significa, además: No tomo ningún nombre del mundo, sino que lo tengo en Mí
mismo... y significa también, en lo más íntimo: Mi nombre es el modo como Yo soy Yo-mismo. Sólo Yo
soy así: a la vez en pura necesidad y perfecta libertad.
Ese Dios es el que me ha creado. Quedándonos en nuestro tema: Es Aquel que me ha dado a mí
mismo. Con eso llega a su fin la cuestión. No tiene sentido preguntar más allá, por ejemplo: ¿por qué me
ha dado a mí, y me ha dado como éste que soy, y hoy y aquí?; pues eso mostraría solamente que no he
valorado lo que se llama "Dios". Responder: me ha creado porque así el conjunto del mundo está bien; o
porque tengo que realizar en el mundo tal o cual cosa; o porque tiene pleno sentido que haya existencia
personal; todo eso no implica más sino menos que responder: porque Él lo ha querido3.
La cuestión de mi existencia: ¿Por qué soy el que soy? ¿Por qué me ocurre lo que me ocurre? ¿Por qué
se me rehúsa lo que se me rehúsa? ¿Por qué soy como soy? ¿Por qué soy, en absoluto, en vez de no
ser, más bien?, esas preguntas sólo reciben respuesta en la referencia a Dios.
3
De todos modos, para eso también debe estar íntegra y en claro la idea de Dios. Véase el apéndice al final.
En el comienzo de la filosofía occidental aparece repetidamente la cuestión del arjé, el principio de todas
las cosas, y se le dan variadas y profundas respuestas. Pero hay sólo una respuesta que responda
realmente: darse cuenta religiosamente de que mi principio está en Dios. Digámoslo mejor: en la
voluntad de Dios, dirigida hacia mí, de que he de ser, y ser el que soy. Y a su vez, la piedad significa
recibirse constantemente desde esa voluntad de Dios.
Ese es el principio y fin de toda sabiduría. La renuncia a la soberbia. La fidelidad a lo real. La limpieza y
decisión de ser uno mismo, y por tanto, la raíz del carácter. La valentía que se sitúa ante la existencia y
precisamente así se alegra de esta existencia. Es bueno volver siempre a tomar nueva conciencia de
esa "Carta Magna" del existir.
Ciertamente, aquí también es la ocasión de decir algo sobre ese elemento de que hoy se habla tanto, en
serio y sin seriedad, esto es, la angustia. No nos referimos a esa angustia para la cual siempre hay
motivo bien fundado, esto es, la sensación de una amenaza por la situación política, o por la misma
evolución cultural y social4. Más bien es la angustia que no tiene motivo determinado, sino que surge de
la situación siempre dada de la existencia. La filosofía de las últimas décadas ve en ella la
autopercepción del ser finito en cuanto tal, que se siente acosado por la nada. Es inseparable de la
conciencia de ser, más aún, idéntica con ella; ser significa estar en la angustia.
Ya es hora de rebatir esto. El ser finito no debe en absoluto estar en la angustia, sino que también
podría existir con ánimo y confianza. El que nuestra existencia tenga el carácter de la angustia, no
constituye lo primero, sino lo segundo: pues la finitud que aquí se angustia es culpable de su propia
angustia. Es la finitud sublevada, que precisamente por su rebelión ha caído en el abandono. La primera
finitud, el hombre en su comienzo, se sabía creado y entregado a su ser propio por Dios, que es el
verdadero y el bondadoso. Sabía que su libertad estaba fundada en la libre voluntad de Dios; por ahí
recibía razón y poder para seguir adelante por su propia vida. Esa finitud era percibida como dicha,
como posibilidad capaz de todo cumplimiento. En ella no había angustia, sino ánimo y confianza y
alegría. Su expresión era el Paraíso.
Hubo angustia sólo cuando el hombre se rebeló contra ser finito; cuando pretendió ser, no ya imagen
semejante, sino prototipo, esto es, algo absolutamente infinito. Con eso, ciertamente, siguió siendo finito,
pero perdió la conexión con su origen. Entonces la confianza degeneró en soberbia, y el ánimo se
convirtió en temor. La finitud que antes se percibió como algo precioso, se presentó ahora a la
conciencia como algo problemático; la inconmensurable amplitud de lo posible se convirtió en vacío y
suspensión, Hasta que por fin la negación de Dios en la época actual llegó a crear en torno de la propia
finitud el vacío amenazador, la nada, proclamada hasta el hastío, el fantasma del Dios negado. Quien
está en esa situación tiene toda clase de motivos para la angustia, pero no porque ésta forme parte de la
esencia de la finitud sino porque él, llevando a su extremo la herencia del pecado original, se ha decidido
por la existencia sin sentido de la mera finitud.
4
Cfr. Guardini, El poder (Die Macbt), Würzburg, 1957. Trad. Ed. Guadarrama, 1963
Y aquí nos acercamos a lo que significa el Espíritu Santo, del que se nos dice que es "el Espíritu de la
verdad", el que "introduce en toda verdad"; y además, que es el Espíritu del amor. Él puede enseñarme
a comprender esa verdad que nadie me puede enseñar, esto es, mi propia verdad.
Pero ¿cómo? No por ciencia, ni por filosofía, sino penetrando en mí mismo. Pues Él es la interioridad de
Dios. En el Espíritu Santo es Padre Dios, en el Espíritu Santo es Hijo. Quizá se puede decir incluso: en
el Espíritu Santo, Dios es Dios. En El, Dios se penetra de Sí mismo, y está en unidad consigo mismo,
disfrutándose a Sí mismo.
Ese Espíritu puede hacer también que yo me penetre de mí mismo. Puede hacer que yo cruce esa
lejanía, estrecha como un cabello y sin embargo tan hondamente separadora, que hay entre mí y yo
mismo. Puede hacer. que llegue a tener paz conmigo mismo. Pues en mí no hay paz. Todas esas
preguntas que contienen el "por qué" y el "yo" son expresión de un hondo desdoblamiento interior. No
estoy en unidad conmigo mismo; por eso no sé de mí. Los primeros hombres no se aceptaron a sí
mismos en la hora de la prueba, sino que quisieron ser lo que no podían ser eternamente. No quisieron
ser imagen semejante, sino prototipo; no creados y dados por Dios, sino Dios mismo. Y el resultado fue
que perdieron la unidad con su propia esencia, perdiendo también por lo tanto el saber de sí mismos. Su
ser olvidó su nombre. A partir de ahí, nombre y ser se buscaron mutuamente sin encontrarse. En el
Espíritu Santo dio Cristo la Redención, la reconciliación, la paz; con Dios, y en Dios con el propio yo. El
Espíritu Santo realiza la Redención en el creyente. Allí hace que éste se acepte en la voluntad de Dios,
desde su base, haciéndose evidente a sí mismo. Estas dos cosas van unidas, más aún, son lo mismo.
Sólo se puede saber realmente sobre ellas cuando se las acepta realmente; y sólo se las puede aceptar
realmente cuando se sabe puramente lo que son. Lo uno presupone lo otro.
Esa unidad es amor. Hay que saber sólo dónde hay amor. Por parte del hombre no hay un saber frío,
ningún saber con violencia, sino sólo con esa generosidad y libertad que se llama amor. Pero el amor
empieza en Dios: empieza en que me ama y yo me hago capaz de amarle; y Le estoy agradecido por
esta primera donación que me ha hecho, y que es: Yo mismo.
3. Pienso en una experiencia cuando no fui tan auténtica/o conmigo misma/o. ¿Cuál fue el
impedimento que no me dejó decirme la verdad?
4. ¿Cuándo ha sido la última vez que experimenté la ternura de una/o de sus hermanas/os y cómo
me afecto? ¿Cuánto hace que no ofrezco ternura a una de ellas/os?
7. ¿Cuándo me siento completamente viva/o? ¿Qué cosas, sucesos, actividades, etc. me hacen
sentir que la vida es realmente digna de ser vivida, que es una gran cosa ser yo y estar viva/o?
8. ¿Qué es lo que hago bien? ¿Qué habilidades tengo que contribuyen a mejorar las vidas de otros, y a
mi crecimiento y bienestar?
b)
b)
b)
b)
b)
b)
15 - ¿Cuál será mi postura frente a los auxiliares? ¿Qué mensaje primordial les transmitiré?
16 - ¿Qué sensación me despierta imaginarme frente a los participantes como animador? ¿A qué los
voy a animar?
Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para
iluminarte, para fortalecerte, para liberarte
Siempre
Deseo: Conectar con el Dios que es mi Creador.
Vivir el día en la Presencia de Dios: Un tiempo de oración meditativa “sin comienzo ni fin”
principalmente en el Silencio: La voz de Dios no se calla, pero Dios nunca quiere imponerse, a
menudo su voz se oye como en un susurro, en un soplo de silencio.
Abrir una ventana a la Eternidad de Dios en el tiempo de los hombres.
En algún momento del día leer el Evangelio de la Misa de ese día ¿Qué dice? ¿Qué me dice?
¿Qué le digo?
Al finalizar el día preguntarme ¿he hablado hoy a los hombres de Dios? Hablar con Dios sobre
mi día.
Para
Lector: Cuando la mayor parte de nosotros éramos pequeños otros eligieron a Cristo por y para
nosotros, llegó el momento de decidir por nosotros mismos a qué renunciamos y en qué creemos. Los
invito a ponerse de pie, para renunciar a lo que nos encadena al pecado y confesar la fe en Cristo Jesús
que nos libera.
Celebrante: ¿Renuncias a toda idolatría, particularmente a la idolatría de ti mismo, del éxito, del dinero y
del poder?
Todos: Sí, renuncio para poder adorar al Dios de la Vida.
Celebrante: ¿Renuncias a satanás, a todas sus obras y seducciones, incluida la transa con el ocultismo,
esoterismo, la magia, el espiritismo, astrología y horóscopos?
Todos: Sí, renuncio para poder seguir mi inteligencia con la luz del espíritu Santo.
Celebrante: ¿Renuncias a la pornografía, al uso del otro para tu satisfacción personal y al aborto?
Todos: Sí, renuncio par que crezca en mí un corazón puro amante de la vida.
Celebrante: ¿Renuncias a hacerte el sordo ante las injusticias y necesidades de las personas por
cobardía, pereza, comodidad, ventajas personales?
Todos: Sí, renuncio para poder ayudar a construir el Reinado de Dios en la historia.
Lector: Ahora vamos a hacer nuestra profesión de Fe. Lo haremos también en voz alta, ya que es
necesario que la fe se manifieste y a cada expresión respondemos: Sí, yo creo.
Celebrante: ¿Crees que Dios, Creador del cielo y de la tierra es nuestro Padre y nos ama?
Todos: Sí, yo creo.
Celebrante: ¿Crees que Jesucristo, anunciado por los Profetas, nació de Santa María Virgen?
Todos: Sí, yo creo.
Celebrante: ¿Crees que Jesucristo vivió, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está
reinando junto a Dios Padre, y es nuestro único Salvador?
Todos: Sí, yo creo.
Celebrante: ¿Crees en el Espíritu Santo, Señor y dador de Vida, que todo lo transforma y santifica?
¿en la Santa Iglesia Católica? ¿en la comunión de los Santos? ¿en el perdón de los pecados? ¿en la
resurrección de los muertos y en la vida eterna?
Todos: Sí, yo creo.
Celebrante: ¿Queres, por tanto, renovar el bautismo en la fe de la Iglesia que todos juntos acabamos de
profesar.
Todos: Sí, quiero.
c) Puesta en común de lo que todos han leído de los documentos señalados para ese día en la
WEB: http://www.domingo.org.ar/SDT/itinerarios.formativos.html
e) Oración Final.
Es conveniente que la responsabilidad rote entre los auxiliares, a fin de poder ir apreciando las
características de cada uno. Al final todos rezan la Salve y el Oh Lumen:
La Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
El Oh Lumen
O luz de la Iglesia, doctor de la verdad,
Rosa de paciencia, marfil de castidad,
Tú nos diste gratuitamente el agua de la sabiduría;
Predicador de la Gracia, llévanos a la santidad
Desarrollo:
Oremos:
Oh Dios, que has iluminado
Los corazones de tus hijos
Con la luz del Espíritu Santo;
Haznos dóciles a sus inspiraciones,
Para gustar siempre del bien
Y gozar de su consuelo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
b) Bienvenida y presentación:
3’ Para pensar las preguntas
6’ Para que uno comparta con el otro (3+3)
Se hace puesta en común.
Comenzamos hoy un encuentro muy especial que durará varias semanas. ¿Y qué es esto del "Reunión
de Preparación"? La palabra parece tener que ver bastante con lo la vida de cada uno de nosotros, la
que vamos a poner sobre la mesa en estos encuentros, la que libremente, vamos a compartir lo más
profundamente posible.
Es un ver cómo rueda nuestra vida, yo diría, "a la Cristo" y también, por qué no, "a la sin Cristo". Se trata
de descubrir la presencia de Jesús, de su palabra, de sus enseñanzas en nosotros, en nuestra vida. Eso
es lo que vamos a intentar compartir.
Pero, humanamente, es difícil compartir algo sin apenas conocernos. Y lo que vamos a hacer ahora es
jugar un poco al periodista. Nos vamos a dividir de a pares y con nuestro cuaderno de la Misión /
Cenáculo (Encuentro de Vida en Gracia) en mano y birome, vamos a preguntarnos:
¿Quién sos?
¿Qué haces?
Como en la mayoría de los grupos hay chicos/as que se conocen por ser de la misma Parroquia o por
haber hecho Cenáculo, juntos/as, el Animador/a tendrá el cuidado de formar pares que no se conozcan
entre sí, de manera que comience a producirse entre ellos una cierta confianza, se comience a romper el
hielo propio de un primer encuentro lleno de expectativas y muchas veces de prejuicios también, y
abrirse así a quien menos se conoce. Una vez charlado con el otro/a durante diez minutos para la
presentación de ambos, uno presenta al otro al resto del equipo. (Podría usarse también otra dinámica).
Es fundamental ser ágil en este momento del encuentro; estar atento a que no pierda dinamismo ya que
la reunión podría alargarse innecesariamente.
Dinámica: Que cada uno se sienta vasija, tome la que se usó durante la lectura y diga para qué
quisiera ser usada por Dios (Vasija que se moldea)
Todos los Auxiliares deben leer para la próxima reunión el esquema que está en la web de “UN
ALTO EN EL CAMINO DE LA VIDA: PARE, MIRE Y ESCUCHE” y “¿QUÉ HAGO CON MI VIDA?”
g) Oración Final.
Es conveniente que la responsabilidad rote entre los auxiliares
A fin de poder ir apreciando las características de cada uno.
Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación a la lectura
orante de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los versículos
principales. Antes de leerlos por primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de leerlo por
segunda vez nos preguntamos ¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos preguntamos
¿Qué le digo al texto? Como oración final, luego de una breve compartida todos rezan la oración el “Nuc
dimitis” y la Salve:
Cántico de Simeón
Ahora, Señor, según tu promesa,
Puedes dejar a tu siervo irse en paz,
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
A quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones
Y gloria de tu pueblo Israel.
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oh Lumen
Oh luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
El agua de la Sabiduría
Predicador de la Gracia
Llévanos a la Santidad.
Durante estos días iremos haciendo una meditación especial con algunos pasajes del Evangelio que nos
ayudarán a responder a este interrogante. Vamos a leer, entonces, del Evangelio varios textos que nos
irán iluminando en la semana y descubriremos cuál es el querer de Dios:
- Jn 20, 26-29 (actitud de confianza, de fe firme, sin dudas... para contagiarla a los demás... una fe
esperanzada)
- Jn. 13, 34-35 (viviendo el amor en todo momento y circunstancia, amando como el mismo Cristo
Jesús ama)
- Mt. 21, 12-13 (actitud de valentía y coraje para derribar todo lo que no es el "querer de Dios")
- Jn.2, 1-11 (actitud de disponibilidad y prontitud para servir frente a las necesidades de los otros)
- Lc. 10, 29-37 (actitud de servicio, amor y solidaridad especialmente con quien más sufre)
- Jn. 17, 21 -23 (llamado a la unidad y a vivir en la verdad)
Cada integrante del grupo escribirá una pequeña novela de su vida a través de la contestación que irá
dando a las siguientes preguntas que le servirán de guía:
Opción 3: LA IMAGEN
Cada integrante del grupo debe llevar al próximo encuentro una imagen o foto con la que se identifica,
con la siguiente explicación escrita:
1. ¿Qué elementos tiene la imagen que hace que yo me identifique con ella? Nombra por lo menos
tres.
2. ¿Qué agregaría o quitaría en función a que sea más identificatoria de mi ser?
3. ¿Si tuviera que teñirla de un color cuál sería y por qué?
4. ¿Qué cosa de esta imagen refleja el Dios que hay en mí?
a) Oración inicial. 5’
b) Puesta en común del trabajo de la semana anterior. 30’
Buscar las formas más adecuadas para que no se “coma” toda la reunión.
c) Presentación de las condiciones para ser auxiliares. 10’
d) Presentación de los objetivos de la Misión / Cenáculo (Encuentro de Vida en Gracia). 10’
e) Presentación del esquema de “Un alto en el camino de la vida: Pare, Mire y escuche” y “¿Qué hago
con mi vida?” 40’
f) Presentación del trabajo (deber) para la Reunión de Reunión de Preparación siguiente. 10’
g) Oración final: Sobre la base del Evangelio del día, se desarrolla una iniciación a la lectura orante.
Desarrollo:
Oremos:
Oh Dios, que has iluminado
Los corazones de tus hijos
Con la luz del Espíritu Santo;
Haznos dóciles a sus inspiraciones,
Para gustar siempre del bien
Y gozar de su consuelo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
e) Presentación del esquema de “Un alto en el camino de la Vida: Pare, Mire y Escuche” y “¿Qué
hago con mi vida?
Puesta en común del material leído de la web. El Animador expone las ideas principales de la charla
para que queden claras para todos por igual.
g) Oración Final.
Es conveniente que la responsabilidad rote entre los auxiliares
A fin de poder ir apreciando las características de cada uno.
Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación a la lectura
orante de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los versículos
principales. Antes de leerlos por primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de leerlo por
segunda vez nos preguntamos ¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos preguntamos
¿Qué le digo al texto? Como oración final, luego de una breve compartida todos rezan la oración el “Nuc
dimitis” y la Salve:
Cántico de Simeón
Ahora, Señor, según tu promesa,
Puedes dejar a tu siervo irse en paz,
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
A quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones
Y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oh Lumen
Oh luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
El agua de la Sabiduría
Predicador de la Gracia
Llévanos a la Santidad.
Se dirigen a las habitaciones con los Equipo de Cada Auxiliar tiene un Dormitorio a
auxiliares, para la distribución de Auxiliares cargo, no los Asesores, ni el
habitaciones y camas. Desde ese Animador, ni el Campanillero, quienes
momento advertirles que es un Hotel tampoco tendrán Reunión de Grupo a
donde hay otros alojados cargo
Objetivo: Alcanzar la buena disposición de los participantes de modo que cooperen con: Sinceridad,
Sigilo, Seriedad. Prepara los ánimos para la reflexión y el recogimiento. Presentar a los miembros del
Equipo
Interesar a los jóvenes que van a participar en el Encuentro para que participen activamente en él.
Ganar su simpatía en orden a que todos cooperen con su sinceridad, responsabilidad, caridad.
Preparar los ánimos para la reflexión y el reconocimiento.
Dar los avisos necesarios para el mejor desarrollo del Encuentro
Final no solo pasa el tren de la vida, el Apocalipsis nos da el relato de otro que pasa: “Estoy a tu puerta y
llamo, si me abres cenaremos juntos”
Para los Encuentros de Varones: Esto mismo le pasó a un varón (Encuentro de Zaqueo)
Para los Encuentros de Mujeres: Esto mismo le pasó a una mujer (Evangelio según San Lucas 10,38-
42)
Recursos adicionales:
1R PRIMERO REYES Cap.19, 9-13
Canción “Me olvidé de vivir” de Julio Iglesias
11:00 02 - ¿Qué hago con mi vida?: Auxiliar (joven Lc 13, 6-9 VIDEO: El País de
secundario)
Comienza el ciclo que desarrollará los Pozos
¿?
el SENTIDO de la vida CANCIÓN: Soy
Comienza la visión del mundo Pan Soy Paz Soy
Más
SLIDES: La
higuera sin frutos
¿A qué quiero llegar con esta actividad?: Conseguir que se abran con sinceridad a la pregunta ¿qué
hago con mi vida?, construir una base humana para el edificio sobrenatural que se iniciará con Cristo,
percibirse portadores de un Don de Dios del cual son responsables (la montaña)
-Hacerles sentir la necesidad de tomar los medios adecuados para resolver los problemas que
presentan.
Recursos:
Video EL PAÍS DE LOS POZOS
Canción “Soy pan, soy paz, soy más” de Mercedes Sosa
Cuento LA CIUDAD DE LOS POZOS
Esa ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta. Esa ciudad
estaba habitada por pozos. Pozos vivientes...pero pozos al fin.
Quizás a partir de esta idea se le ocurrió que otra manera de aumentar su capacidad era crecer, pero no
a lo ancho sino hacia lo profundo. Hacerse más hondo en lugar de más ancho.
Pronto se dio cuenta de que todo lo que tenía dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar. Si
quería ser más profundo debía vaciarse de todo contenido...
Al principio tuvo medio miedo al vacío, pero luego, cuando vio que no había otra posibilidad, lo hizo.
Vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, mientras los demás se apoderaban de las
cosas de las que él se había deshecho...
Un día, sorpresivamente el pozo que crecía hacia adentro tuvo una sorpresa: adentro, muy adentro, y
muy en el fondo ¡¡¡encontró agua!!!
Nunca antes otro pozo había encontrado agua...
El pozo superó la sorpresa y empezó a jugar con el agua del fondo, humedeciendo las paredes,
salpicando los bordes y por último sacando agua hacia fuera.
La ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que de hecho era bastante escasa, así que la
tierra alrededor del pozo, revitalizada por el agua, empezó a despertar. Las semillas de sus entrañas,
brotaron en pasto, en tréboles, en flores, y en tronquitos endebles que se volvieron árboles después...
La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo al que empezaron a llamar “El Vergel”.
Todos le preguntaban cómo había conseguido el milagro.
-Ningún milagro- contestó el Vergel –hay que buscar en el interior, hacia lo profundo...
Mucho quisieron seguir el ejemplo de Vergel, pero desecharon la idea cuando se dieron cuenta de que
para ir más profundo debían vaciarse. Siguieron ensanchándose cada vez más para llenarse de más y
más cosas.
En la otra punta de la ciudad otro pozo, decidió correr también el riesgo del vacío...
Y también empezó a profundizar...
Y también llegó al agua...
Desarrollo:
a) Oración inicial
Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación a la lectura orante
de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los versículos
principales. Antes de leerlos por primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de leerlo por
segunda vez nos preguntamos ¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos preguntamos
¿Qué le digo al texto? Como oración final, luego de una breve compartida todos rezan la oración al
Espíritu Santo:
Tu que llenas de fuego el corazón de los que buscan a Jesús.
Tú que iluminas la mente de los que escuchan tu Palabra,
buscando la voluntad del Padre.
Tú que reúnes en tu amor a quienes se esfuerzan por amar,
siguiendo el ejemplo de Jesús.
Nosotros no sabemos cómo orar, ni qué pedir.
Pero tú conoces nuestros deseos, y suples nuestra pobreza.
Reafirma en nuestros corazones la certeza del amor del Padre,
la seguridad de ser hijos suyos
Confirmanos en tu luz y tu amor, infunde en nosotros tu aliento.
Que rebosen nuestros corazones de la buena nueva
para que nuestros labios la hagan resonar hasta los confines de la tierra. Amén.
Cada uno/a de los/las que estamos acá hemos sido elegidos/as para cumplir con un papel
particular: algunos/as estarán en el mayor de los anonimato sirviendo e imitando la vida de Jesús
Servidor que “no vino a ser servido sino a servir y dar la vida” (Mt 20,28); otros/as estaremos en
el frente, dando testimonio de este Jesús Amigo que ha pasado por nuestras vidas y ha dejado
su huella. Quizás alguien se preguntó ¿por qué me eligieron a mí? ¿Por qué no a Fulano/a o
Mengano/a? Posiblemente Dios ha visto en cada uno/a de los/las que están aquí algo, no sé qué,
pero algo que le servirá para transmitir su mensaje de amor. Nadie está porque sí, nada es
casualidad, sino causalidad: todo es para algo...
¿Cómo te sentís después de esta semana de Reunión de Preparación? ¿Te ha preocupado?,
¿Pensaste si estás dispuesto/a a abrir tu corazón a los/las demás en función de una mejor
Reunión de Preparación y de un mayor provecho de esta Misión / Cenáculo para vos y los/las
participantes (asistidos/participantes)? ¿Pensaste que el estar aquí significa que aceptas el
camino que propone Jesús de vivir en gracia (vivir en gracia no es ni más ni menos que vivir en
sintonía con Él), de tener actitudes nuevas con tu familia, en tu colegio, con tus amigos, con los
que te son simpáticos y con los que no lo son...? ¿Pensaste que tu "sí" implica también vivir de
acuerdo a lo que Jesús quiere que vivas? ¿Pensaste en lo que significará tu testimonio para
los/las chicos/as durante y después de la Misión / Cenáculo (Encuentro de Vida en Gracia)?
¿Pensaste que estás acá para sostener tu decisión de caminar en la santidad, es decir, en tu
decisión de tratar de vivir de acuerdo a lo que Jesús quiere que vivas? ¿Pensaste que éste no
debería ser un "amor de verano", sino un compromiso para siempre?
Estoy seguro/a que si estás aquí es porque podes y querés poner lo mejor de vos en este desafío
de SER DE CRISTO.
Los/las invito a escuchar en este momento la Palabra de Jesús, Él tiene algo que decirnos Se
lee: Mt. 25, 14-30). Luego se hace la siguiente reflexión:
¡No se asusten! Quizás esto resulte difícil, pero escuchemos este diálogo de Dios con el Profeta
Jeremías (leer de la Biblia: Jr. 1,6-8.9):
¡No hay nada que temer! Dios está con nosotros, esta es su obra, y Él pondrá en nuestras bocas,
como lo hizo con el profeta Jeremías, sus propias palabras, será Él quien hable por medio de
nosotros.
Es muy importante que nos quede claro qué queremos contagiar en esta Misión / Cenáculo: si
una experiencia raquítica de un Jesús que me quedó medio dulzón de la Misión / Cenáculo del
que participé..., lo lindo de un encuentro de amigos/as, en el que gritamos, saltamos, lloramos... o
vivir una experiencia cercana, íntima con Jesús Amigo, compañero de camino que es esperanza
cuando estoy desesperanzado/a, alegría cuando estoy triste, fuerza cuando estoy cansado/a o
agobiado/a por el peso del camino. La experiencia de un Jesús que nunca nos abandona aunque
nosotros lo dejemos olvidado, que te alienta y te da una mano cuando te caes. La experiencia de
un Jesús que da sentido a la vida...
Para que todo esto sea una realidad, debemos poner lo mejor de nosotros/as en este Reunión de
Preparación.... Saber que Dios me ama y dejarme amar, más allá de todo lo buenos/as que
somos o no... Saber que el amor de Dios transforma la vida y dejarme transformar...
Comprometámonos a hacer durante cada una de las semanas que dura la Reunión de
Preparación, esta experiencia personal, y también grupa¡ o comunitaria, de una relación más
profunda y enserio con Dios, a través de la lectura diaria del Evangelio, esa "carta de Amor" que
Dios escribe a los hombres, de la oración filial, de la participación de la Misa donde Jesús se nos
da como alimento para el camino, de la Reconciliación que es proclamar la Misericordia de Dios
frente a nuestras propias miserias, de descubrirlo en cada acontecimiento y en cada persona...
Experimentémoslo para que se haga cotidiano en nuestras vidas y podamos contagiarlo a través
de nuestras actitudes y no sólo de palabras.
d) Presentar el esquema de “¿Qué actitud tengo ante la vida?: Conócete a ti mismo” y “Dios da
sentido a mi Vida”.
Puesta en común del material leído de la web. El Animador expone las ideas principales de la charla
para que queden claras para todos por igual.
f) Oración final: Cada uno recupera del Evangelio del día la frase que más le resonó en la reunión y
luego de una breve compartida todos rezan la oración el “Nuc dimitis” y la Salve:
Puede usarse también la oración “Aquí venimos...” de la página siguiente
Cántico de Simeón
Ahora, Señor, según tu promesa,
Puedes dejar a tu siervo irse en paz,
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
A quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones
Y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oh Lumen
Oh Luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
El agua de la Sabiduría
Predicador de la Gracia
Llévanos a la Santidad.
14:30 04 - Dios da sentido a mi Vida Auxiliar Jn 1,35-39 Cantar antes de “Vengan y vean,
La presencia ignorada de Dios (Viktor Sala de charlas eran como las
comenzar: Esto
¿? cuatro de la tarde”
Frankl): Dios en mí, Dios creador, no que soy eso te
todavía Redentor. doy Guía p.75
Marta y María SLIDES: de “U2”
U2 - I still haven’t
found what I’m
looking for
(subtitulada)
El hombre culmen de la creación – “Yo soy para mí mismo lo dado” (Romano Guardini)
“Los seres naturales se comparan con el Creador como la obra de arte respecto del Artista” (Josef
Pieper)
Inteligencia, voluntad y libertad, conocer y querer para poder ser libres. Pero en situación de
incertidumbre (I Cor 13, 12)
Libertad para aceptar el plan o no. “Nuestro amor se despierta con la bondad de lo que amamos, pero
esto que amamos es bueno porque Dios lo ama y afirma”. “El amor es reproducción y en algunos casos
feliz continuación de la divina declaración de amor”. “Pese a todo es bueno para el hombre existir”. “Si
Dios me ama, pues soy ese amor, entonces en verdad soy insustituible en el mundo”. Estoy "arrojado” a
mi realización “Persigo la felicidad con libertad, pero la persigo necesariamente” (Josef Pieper)
SINOPSIS
A. Introducción
Enlace con la charla anterior. Se ha planteado una pregunta: “¿Qué hago con mi
vida?” ¿Cómo empleo mi entendimiento y mi voluntad? ¿Cómo administro mi Libertad?
¿Estoy buscando ser feliz?
La INTELIGENCIA ha sido creada para buscar VERDAD.
La VOLUNTAD buscará el BIEN.
El corazón fue creado para AMAR y SER AMADO.
En este mundo todos los bienes son r e l a t i v o s.
Sólo DIOS es el BIEN ABSOLUTO,
La VERDAD absoluta,
El AMOR absoluto.
B. Dios nos hace un llamado
C. Las características de ese llamado de Dios nuestro Padre:
Es un llamado PERSONAL, de Padre a hijo.
Es un llamado AMOROSO, “Dios es Amor” (San Juan).
Es un llamado RESPETUOSO de mi libertad humana.
En ello radica nuestra dignidad.
D. Características de nuestra respuesta
Dicho LLAMADO de Dios engendra una seria responsabilidad y una respuesta
adecuada.
Mi respuesta debe ser PERSONAL, de hijo y no de esclavo.
Debe ser, además una respuesta AMOROSA, ya que Dios pone en el camino de
mi vida unas señales para llegar a EL con seguridad: los Diez Mandamientos.
Y, por últimos, mi respuesta a Dios ha de ser
LIBRE Y RESPETUOSA ene l recto uso de mi LIBERTAD.
Es la manera digna de responder a AQUEL con quien estoy ligado íntima y necesariamente.
Desarrollo:
a) Oración inicial. Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación
a la lectura orante de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los
versículos principales. Antes de leerlos por primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto? antes de
leerlo por segunda vez nos preguntamos ¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos
preguntamos ¿Qué le digo al texto? Como oración final, luego de una breve compartida todos rezan la
oración Invocación al Espíritu Santo y el Ave María.
El “sacramental” del que alaba. Alabamos a Dios cuando ponemos nuestros talentos, dones, carismas a
fructificar como parte de un mismo cuerpo: que podemos llevar de nosotros mismos.
f) Oración final. Cada uno recupera del Evangelio del día la frase que más le resonó en la reunión y
luego de una breve compartida todos rezan la oración el “Nuc dimitis” y la Salve:
Puede usarse también la oración “Callad”, basada en el salmo 41
Cántico de Simeón
Ahora, Señor, según tu promesa,
Puedes dejar a tu siervo irse en paz,
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
A quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones
Y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo
Oh Lumen
Oh Luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
El agua de la Sabiduría
Predicador de la Gracia
Llévanos a la Santidad.
Metodología: Es una meditación que se hace al modo de “Lectio Divina” entre todos.
Hay un responsable, pero su participación se centra en dirigir las lecturas, eventualmente un canto, y
desarrollar “Qué dice la escritura”, luego “Qué me dice la escritura” se compone entre todo el Equipo de
Auxiliares, de modo espontáneo, pero teniendo en cuenta la finalidad y núcleo de la meditación. En la
tercera lectura se enseña y alienta a los participantes a “decirle” repitiendo un versículo o una palabra de
especial significación para ellos.
Finalidad:
Presentar a Jesucristo enseñando en medio de los hombres.
Presentar a Dios como “rico en misericordia”.
Alentar en todos la esperanza del perdón y la convicción de que puedo rehacer mi vida.
Núcleo doctrinario:
Presentar a Jesucristo enseñando en medio de los hombres: Esta es la primera vez que se habla
formalmente de Jesucristo, hay que hacer una presentación mínima, como verdadero hombre, como
amigo, como maestro. La presentación es solo como la generación de una imagen introductoria
(imaginemos…) antes de leer la Parábola.
Presentar a Dios como “rico en misericordia”: Todos podemos ser en distintos momentos de nuestra
vida, los distintos personajes de la parábola. El desarrollo de los dos hermanos, no debería hacernos
perder de vista, que nosotros también podemos ser el Padre Misericordioso respecto de otros (la
gratuidad –Gracia- de Dios actuando en nosotros, haciéndonos semejantes a Él).
Alentar en todos la esperanza del perdón y la convicción de que puedo rehacer mi vida: Ya
superando los distintos personajes, la conclusión es la posibilidad de cada uno de comenzar de nuevo y
la necesidad de dejar a otros comenzar de nuevo, a partir de la acción (que todavía no se explica por su
nombre) de la Gracia divina.
Al meditar esta parábola, no se debe olvidar la figura del hijo mayor. En cierto sentido no es menos
importante que la figura del menor, hasta el punto que se podría, y en cierta manera con razón, llamarla
la parábola de los dos hermanos. Con las figuras de los dos hermanos el texto se sitúa en el mismo
corazón de una larga historia bíblica, comenzada con la historia de Caín y Abel, de nuevo con los
hermanos Isaac e Ismael, Jacob y Esaú, e interpretada en diferentes parábolas de Jesús. En la
predicación de Jesús, las figuras de los dos hermanos reflejan, sobre todo, el problema Israel-paganos...
Al descubrir que los paganos son llamados sin someterlos a las obligaciones de la Ley, Israel expresa su
disgusto: «En tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya». Con las palabras:
«Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo» la misericordia de Dios invita a Israel a entrar.
Pero el significado de este hermano mayor es aún más amplio. En un cierto sentido, representa al
hombre devoto, es decir, a todos los que se han quedado con el Padre sin desobedecer nunca sus
mandamientos. En el momento en que el pecador regresa, se despierta la envidia, este veneno
escondido hasta entonces en el fondo de su alma. ¿Por qué esta envidia? Demuestra que muchos de
los «devotos» tienen también ellos escondido en su corazón el deseo de un país lejano y sus alicientes.
La envida revela que estas personas no han comprendido realmente la belleza de la patria, la felicidad
del «todo lo mío es tuyo», la libertad de ser hijos y propietarios. Y así aparece que también ellos desean
secretamente la felicidad del país lejano... Y, al fin, no entran a la fiesta; al final se quedan fuera...
17:30 06 - La Vida del Hombre Viejo Auxiliar Rom 7,19-25 Zamba del “Por qué no hago
(Doctrinal/testimonial) Es el tema del Sala de charlas el bien que quiero
Jn 8 perdón, Guía p.110
¿? sino el mal que no
pecado. Comienza el ciclo de SLIDES: Yo
preparación para la Reconciliación tampoco te quiero” Carta de
san Pablo
condeno “La vida del
Hombre Viejo”,
Guía p.41
Núcleo doctrinario:
EL PECADO
Raniero Cantalamessa
Ahora, vamos a hacer un repaso de lo dicho esta mañana como buenos alumnos: ¿Qué es lo opuesto a
"santos"? Fracasados. Y ¿qué es la santidad, según M. Teresa? ¿Un lujo? No, una necesidad. Y ¿a cuál
de las artes se parece la santidad? A la escultura, porque es el arte de quitar. ¿Quitar qué cosa? Los
vicios. Muy bien, veo que habéis aprendido muy bien la lección.
A propósito de fracaso, he dicho que también los predicadores pueden fracasar, y voy a deciros cómo
pueden hacerlo. Había hace algunos siglos un famoso predicador capuchino que vivía en Italia, pero que
era de origen español. Se llamaba Fray Lobo. Había sido predicador pontificio también él y en su
ancianidad enseñaba la elocuencia a los jóvenes capuchinos. Y decía: cuando después de un sermón,
de una predicación, la gente se amontona alrededor de vosotros y dicen maravillas de vuestra
predicación, id a vuestra celda y llorad porque habéis fracasado. Si, en cambio, después de vuestra
predicación veis a la gente ajustándose el sombrero en la cabeza y en silencio salir de la Iglesia,
entonces vuestra predicación ha tenido éxito, alegraos. ¡No me hagáis fracasar!
En nuestra charla de esta mañana hemos tratado de la santidad en general, a través de las tres
operaciones que son: la contemplación, la apropiación y la imitación. Ahora vamos a considerar el
contenido de la santidad, es decir, en qué consiste. Digamos en seguida que este contenido tiene dos
aspectos: un aspecto negativo, que es la liberación del pecado, y un aspecto positivo, que es el don del
Espíritu Santo o de la vida nueva.
Así fue descrita la salvación en los profetas, por ejemplo, en Ezequiel: "Os rociaré con un agua pura y os
purificaré de todas vuestras impurezas e idolatrías". He aquí el aspecto negativo, quitar el pecado. Y
después: "Os daré un corazón nuevo, pondré dentro de vosotros mi Espíritu".
He aquí el aspecto positivo.
Estos dos aspectos son interdependientes. La liberación del pecado es el presupuesto para entrar en el
Señorío de Cristo y recibir el Espíritu Santo. Jesús decía: "Nadie pone el vino nuevo en odres viejos", y
sabemos que los odres viejos son los corazones llenos de pecado. Decía San Agustín: "Tú debes ser
rellenado de bien; libérate, pues, del mal. Supón que Dios te quiere llenar de miel. Si estás lleno de
vinagre ¿dónde pondrás la miel?
Hay que echar el contenido del vaso, es más, hay que limpiar bien el vaso, limpiarlo con energía y
rasparlo, para que pueda recibir la nueva realidad".
Vamos a reflexionar, entonces, en esta charla sobre el primer aspecto negativo que es la liberación del
pecado.
Este pasaje de la carta a los Romanos nos sirve de guía: “¿Qué diremos, pues? ¿Qué debemos
permanecer en el pecado para que la gracia se multiplique? ¡De ningún modo! Los que hemos muerto al
pecado ¿cómo seguir viviendo en él?” Tened esto presente: nuestro hombre viejo ha sido crucificado
para que fuera destruido el cuerpo del pecado y ya no sirvamos al pecado. "Así también vosotros,
consideraos como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús”. “No reine, pues, el pecado en
vuestro cuerpo mortal".
Imaginemos esta reflexión como una emigración en masa, una emigración del Egipto del pecado hacia
la tierra prometida. Se trata de un verdadero y propio éxodo pascual. A través de las palabras del Nuevo
Testamento que hablan de liberación del pecado, podemos determinar cuáles son las acciones, los
pasos o las etapas que debemos realizar para llevar a cabo nuestra emigración de Egipto.
PRIMER PASO: Reconocer el pecado. El mundo ha perdido el sentido del pecado. Como si se tratase
de la cosa más inocente del mundo, condimenta con la idea de pecado sus productos y espectáculos
para hacerlos más atractivos. No sé si esto es también así en España. Realmente lo es en Italia. El
mundo habla del pecado, incluso de los más graves, en diminutivo: "pecaditos", "pequeños vicios". Esto
es todavía más claro en italiano. Por ejemplo, si decís "pecado", es una palabra muy pesada, muy fuerte;
Esta situación ambiental ejerce una influencia tremenda también sobre los creyentes, que quieren vivir a
pesar de todo según el Evangelio.
Produce en ellos un adormecimiento de las conciencias, una especie de anestesia espiritual; estamos
todos más o menos anestesiados, hermanos. El pueblo cristiano ya no reconoce a su verdadero
enemigo, el amo que lo tiene esclavizado, sólo porque se trata de una esclavitud dorada. Más que en
liberarse del pecado, todo el empeño está concentrado hoy en liberarse del remordimiento del pecado.
En vez de luchar contra el pecado se lucha contra la idea de pecado.
La Escritura dice que "Cristo ha muerto por nuestros pecados". Quita el pecado y habrás hecho vana la
Redención misma de Cristo, habrás destruido el significado de su muerte. Cristo habría luchado contra
simples molinos de viento, como don Quijote. El primer paso, pues, en nuestra salida del pecado, es
reconocer el pecado, reconocerlo en su tremenda seriedad, despertarnos del sueño en el cual nos han
echado las exhalaciones del mundo.
SEGUNDO PASO: Los Hechos de los Apóstoles nos cuentan que al oír aquella terrible acusación de
Pedro, "Vosotros habéis crucificado a Jesús de Nazareth", los presentes se sintieron con el corazón
traspasado y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles: "¿Qué tenemos que hacer, hermanos?"
Pedro les contestó: "Arrepentíos, arrepentíos". El segundo paso, por lo tanto, hermanos, es arrepentirse
del pecado.
Pero, ¿qué significa arrepentirse? La palabra original, metanoeine, significa un cambio de pensamiento,
de mentalidad. Ahora bien, no se trata de cambiar nuestro modo de pensar por otro modo de pensar
también nuestro, diferente del anterior. No se trata de sustituir una mentalidad nuestra por otra también
nuestra, o un juicio por otro juicio. Se trata, y aquí está el secreto, de sustituir nuestro modo de pensar
por el modo de pensar de Dios, nuestra mentalidad por la mentalidad de Dios, nuestro juicio por el juicio
de Dios. Sí, arrepentirse es entrar en el juicio de Dios. Dios tiene un juicio sobre nosotros, sobre nuestro
estado espiritual, sobre nuestra conducta. Este juicio es el único total y absolutamente verdadero. Sólo
Dios conoce hasta el fondo nuestro corazón, nuestras responsabilidades y también nuestros atenuantes.
Dios lo sabe todo sobre nosotros. Arrepentirse es hacer nuestro ese juicio de Dios sobre nosotros,
diciendo: Dios mío, me someto a tu juicio, "Tú eres justo cuando hablas y recto en tu juicio". Son
palabras del Salmo 51, el famoso Miserere. "Tú eres justo cuando hablas y recto en tu juicio".
Todo eso comporta una compunción, o sea, una especie de punzada en nuestro corazón, porque para
dar la razón a Dios debes negártela a ti mismo, debes morir a ti mismo. Incluso, porque apenas entras
en el juicio de Dios, ves lo que es el pecado y te espantas. Si el mundo supiera qué es verdaderamente
el pecado moriría de espanto.
Un componente esencial del arrepentimiento, cuando es sincero, es el dolor. El hombre no sólo
reconoce haber actuado mal, sino que se entristece por haber actuado así, y se entristece no sólo por el
castigo que ha merecido y la pena que deberá padecer, sino mucho más por el disgusto que le ha dado
a Dios, por haber traicionado su amor tan grande. Se entristece por lo que el pecado ha hecho sufrir a
Jesús en la cruz. El verdadero dolor no nace más que en presencia del amor. "Me amó y se entregó a Sí
mismo por mí".
TERCER PASO: Romper definitivamente con el pecado. En este paso sigue guiándonos la Palabra
de Dios. S. Pablo dice: "Consideraos muertos al pecado". Y de nuevo: "Que no reine más el pecado en
vuestro cuerpo mortal". A esta palabra le hace eco aquella de Pedro que dice: "Uno que ha sufrido en su
carne ha roto con el pecado para vivir el resto de su vida guiado por la voluntad de Dios, no por deseos
humanos. Bastante tiempo pasasteis ya viviendo en plan pagano". Este paso consiste, pues, en decir
¡basta! al pecado. Esta es la fase de la decisión o del propósito.
¿De qué se trata? Es muy sencillo, por lo menos decirlo. Hacerlo es un poco menos. Se trata de tomar la
decisión, en lo que de nosotros depende, sincera e irrevocable, de no cometer más pecados. Dicho así,
la cosa puede parecer veleidosa y poco realista, ¿verdad?, pero no lo es. Nadie de nosotros se
convertirá en impecable de un día para otro. Pero tampoco es esto lo que Dios quiere de nosotros.
Cada uno de nosotros, si se examina bien, caerá en la cuenta de que junto a los muchos pecados y
defectos que comete cada día, hay uno distinto de los demás. Distinto porque es más voluntario. Se
trata de ese pecado al que en secreto estamos un poco apegados, que confesamos, sí, pero sin una real
voluntad de decir ¡basta! Ese pecado del que nos parece que ya no podemos liberarnos, por el simple
motivo de que no queremos liberarnos, o no queremos liberarnos de inmediato.
S. Agustín, en sus Confesiones, nos describe su lucha por liberarse del pecado de la sensualidad, de la
impureza. Hubo un momento en que imploraba a Dios diciendo: "Señor, concédeme castidad y
continencia", pero añadía secretamente una voz: "No inmediatamente, Señor". Hasta que llegó el
momento en que se gritó a sí mismo: ¿Por qué mañana, mañana, mañana, por qué no ahora; por qué no
este mismo momento significará el fin de mi vida vergonzosa? Bastó con decir este ¡basta! para sentirse
libre. El pecado nos tiene esclavizados mientras no le decimos un verdadero ¡basta! Entonces, pierde
casi todo el poder sobre nosotros.
Jesús nos dice como al paralítico de la piscina de Betsaida: ¿Quieres curarte? Parece una pregunta
inútil, superflua, pero no lo es. ¿Lo quieres verdaderamente?, dice Jesús, "porque si lo quieres de
verdad lo conseguirás".
Para descubrir cuál es en nosotros "ese" pecado especial, hay que tratar de ver qué es lo que tememos
que se nos quite. Lo que, sin confesarlo, defendemos. Lo que mantenemos a nivel inconsciente y no
sacamos a la luz para no vernos luego obligados a renunciar a ello bajo los estímulos de la conciencia.
Sin embargo, hay que insistir en un punto. Esta es una decisión en la que hay que actuar de inmediato;
si no, se pierde. Hay que hacer a la primera ocasión un acto contrario, aprestándose a decir el primer
¡no! a la pasión o a la costumbre pecaminosa, pues de no ser así éstas recobran inmediatamente todo
su poder. Este filósofo que era también un gran creyente, escribe en una obra: "A uno la palabra de Dios
le ha revelado que su pecado es la pasión del juego, no el juego inocente, por supuesto.
Es esto lo que Dios le pide como sacrificio. El ejemplo puede extenderse a otros hábitos pecaminosos,
naturalmente, como la droga, la bebida, un rencor, decir mentiras, un estado de hipocresía, un hábito
impuro, etc. Ese hombre, convencido de pecado, decide deshacerse de eso y dice: “Señor, hago voto
solemne y sagrado de no volver a jugar jamás, jamás, jamás. Esta noche será la última vez”. No ha
solucionado nada, ¿lo habéis entendido bien? Seguirá jugando como antes, toda la vida, y diciendo:
“Esta noche será la última vez”. Si acaso, él debe decirse a sí mismo: “de acuerdo, mi querido hombre
viejo, de acuerdo. Todo el resto de tu vida, todos los días, tú podrás jugar, pero esta noche no”. Si
mantiene su propósito y esa noche no juega o no comete ese pecado, está salvado. Probablemente, no
volverá a jugar el resto de su vida.
Nuestro ¡basta!, para ser sincero, debe referirse no sólo al pecado, sino también a la ocasión de pecado.
Y hablo en este momento en particular a los jóvenes. La ocasión de pecado. Hay que rehuir, como
recomendaba la moral tradicional, la ocasión próxima de pecado, pues mantenerla sería como mantener
el pecado mismo. Y hay lugares, hay diversiones, que son ocasión próxima de pecado. La ocasión hace
como ciertos animales feroces, que encantan e hipnotizan a la presa para así poder devorarla sin que
ésta pueda moverse ni un sólo centímetro. La ocasión pone en movimiento en el hombre extraños
mecanismos psicológicos, consigue encantar la voluntad con este sencillo pensamiento: "Si no
aprovechas la ocasión, ya no la volverás a encontrar; es de tontos no aprovechar la ocasión", y así se
cae. La ocasión hace caer en pecado a quien no la evita, como el vértigo hace caer en el precipicio al
que se acerca a la orilla.
QUINTO y último paso de nuestro éxodo pascual: Nosotros podemos cooperar en la destrucción del
cuerpo del pecado secundando la acción de los Sacramentos. Sobre todo de dos formas: con el
sufrimiento, la cruz, y con la alabanza. La Iglesia denomina todo esto "satisfacción o expiación" y lo
simboliza con la pequeña penitencia que impone al que se ha acercado a la Confesión. No sé en
España cómo es esta pequeña penitencia.
Esta pequeña penitencia es un signo, indica un acto y una actitud que debe prolongarse más allá del
Sacramento. S. Pedro en el texto ya familiar dice: "Por tanto, dado que Cristo sufrió en su carne mortal,
armaos también vosotros del mismo principio, que uno que ha sufrido en su carne ha roto con el
pecado". De esta manera, él establece un principio de gran importancia: quien sufre, rompe con el
pecado; quien acepta su cruz, su sufrimiento, su enfermedad, ha roto con el pecado.
El sufrimiento, después de que el Hijo de Dios lo ha santificado al pasar por Él, tiene el misterioso poder
de disolver el pecado, de deshacer la trama de las pasiones y desalojar el pecado de nuestros
miembros. Sucede como cuando se zarandea con violencia un árbol y todos los frutos marchitos caen a
tierra: los pecados, las pasiones... Nosotros no sabemos por qué es así, pero sabemos que es así, lo
constatamos a diario en nosotros mismos y en torno a nosotros.
Así lo queremos hacer nosotros ahora. El Faraón que Dios ha arrojado en el mar es el demonio y
nuestro pecado, nuestro hombre viejo; sus caballos y caballeros son nuestros pecados actuales. Él ha
arrojado en el mar todos nuestros pecados, ya no están más. Habiéndolos arrojado al Mar Rojo, ahora
nos ponemos en camino hacia nuestro Sinaí. Habiendo celebrado la Pascua, nos disponemos a celebrar
Pentecostés. Nuestro corazón es ahora un odre nuevo dispuesto a recibir el vino nuevo que es el
Espíritu Santo. AMEN.
El pecado en la Iglesia*
P. Rafael Braun
Tienen muchas razones para preguntarse por qué elegí escribir sobre el pecado en la Iglesia. Mi
respuesta es simple: porque amo a la Iglesia y la verdad nos hace libres. Proclamamos en el Credo que
la Iglesia es una, santa, católica y apostólica. Santa por ser el Espíritu Santo el alma de ella, pero no
porque sus miembros seamos santos.
La primera década del milenio ha sido pródiga en escándalos públicos de pastores investidos de
grandes responsabilidades, tanto episcopales como presbiterales. Ello ha ocurrido en Estados Unidos,
en varios países europeos y en nuestro país. El último caso resonante ha ocurrido en Paraguay. No
podemos ocultar el daño que estos hechos producen en quienes estiman, con razón, que sus pastores
deberían tener conductas ejemplares. Nos encontramos a diario con sentimientos de asombro, de
bronca, de vergüenza, de desconcierto, de tristeza y dolor. ¿Qué nos está pasando?
* * *
Decía Pablo VI en 1975:”La ruptura entre Evangelio y cultura es sin duda alguna el drama de nuestro
tiempo, como lo fue también en otras épocas” (EN, 20). Una manifestación de esta ruptura es la casi
¿Cómo repercute esta cultura en la Iglesia? A mi juicio, en profundidad. El sí que pronunciamos como
respuesta a la iniciativa salvadora de Dios en Jesucristo es condicionado: sí, pero… La palabra
empeñada no se cumple. Recorramos brevemente los sacramentos y examinemos nuestra vida.
Anualmente somos convocados en la Vigilia Pascual a renovar nuestras promesas bautismales, ocasión
que se repite en los bautismos de niños a que asistimos. ¿A qué renunciamos? “Al pecado para vivir en
la libertad de los hijos de Dios; a los engaños del mal para no ser esclavos del pecado; al Demonio, que
es autor del pecado.” La fidelidad a esta renuncia nunca podrá ser perfecta, porque la condición de
pecadores nos acompañará hasta la muerte. Pero lo que tenemos que examinar es cómo vivimos
nuestra infidelidad.
Sigamos nuestro recorrido por las promesas matrimoniales., desde la infidelidad hasta la ruptura del
vínculo y una nueva unión. Pareciera que una actitud muy difundida es considerar que el ideal es
deseable en teoría pero que en la práctica es casi imposible. Prevalecen los criterios culturales
relativistas de nuestro tiempo por sobre la propuesta contracultural de Jesús. El sí es seguido de un…
siempre y cuando.
El compromiso religioso y sacerdotal, que debería ser un modelo de ejemplaridad en el cumplimiento fiel
de la entrega, largamente discernida y preparada, al Señor, se ha debilitado de tal forma que sin dudas
ha incidido en una fuerte declinación del número de candidatos tanto a la vida sacerdotal como religiosa.
Esta crisis compromete el futuro de la Iglesia en Argentina por lo menos en las próximas dos décadas.
¿Cómo vivimos estas infidelidades? Me temo que no como pecados. Argumentos psicológicos parecen
explicar, apoyar y excusar cualquier tipo de decisión. Autojustificamos a veces las infidelidades
personales que permanecen secretas porque nos avergüenzan. En otros casos hacemos ostentación,
como cuando sacerdotes anuncian desde el altar, mientras celebran la misa para su comunidad, que
han elegido una nueva forma de vivir obviando el celibato. Peor aún es el escándalo público, que sin
pudor ni vergüenza, desde obispos hasta fundadores de importantes movimientos religiosos, desnudan
conductas incompatibles con la función que desempeñaban.
El pecado es inherente a la conducta de cualquier cristiano. Pero una vida cristiana no se concibe
pecando gravemente en forma habitual y seguir participando en la Eucaristía. Ni tampoco acercándose a
la Reconciliación sin arrepentimiento ni propósito de enmienda. La doble vida es la semilla de la
corrupción eclesial, y de ella somos principalmente responsables los pastores de la Iglesia.
Pido perdón a las diversas comunidades eclesiales por nuestros malos ejemplos y tibieza, y les
propongo apropiarnos del primer mensaje de Jesús: “Conviértanse y crean en la Buena Noticia” (Mc.1,
15).
* Publicado en la Revista Oasis de Paz, Año 4 No. 13 - Junio 2009, Santa Catalina
Desarrollo:
a) Oración inicial. Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación
a la lectura orante de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los
versículos principales. Se reza la invocación al Espíritu Santo. Antes de leer La Palabra del día por
primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de leerlo por segunda vez nos preguntamos
¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos preguntamos ¿Qué le digo al texto? Como
oración final, luego de una breve compartida todos rezan el Gloria.
b) Tema principal de la Reunión de Preparación: ¿Somos como los “vitreaux” que cada uno con su
propio color permite dejar pasar la luz de Dios?
Motivación:
Comenzamos con un espejo y un vidrio ¿Eres un espejo que te refleja a ti mismo para los demás o un
cristal que deja pasar la luz?
Lucas 1, 30-56
Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de
Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en
alta voz: ¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!
¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor?
Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas.
¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!
María dijo entonces:
Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque se fijó en
su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me dirán feliz.
El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo es su Nombre!
Muestra su misericordia siglo tras siglo a todos aquellos que viven en su presencia.
Dio un golpe con todo su poder: deshizo a los soberbios y sus planes.
Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos, y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su siervo, se acordó de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, a
Abraham y a sus descendientes para siempre.
María se quedó unos tres meses con Isabel, y después volvió a su casa.
e) Oración Final
Es conveniente que la responsabilidad rote entre los auxiliares
A fin de poder ir apreciando las características de cada uno.
Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación a la lectura orante
de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los versículos
principales. Antes de leerlos por primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de leerlo por
segunda vez nos preguntamos ¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos preguntamos
¿Qué le digo al texto? Como oración final, luego de una breve compartida todos rezan la oración el “Nuc
dimitis” y la Salve:
Cántico de Simeón
Ahora, Señor, según tu promesa,
Puedes dejar a tu siervo irse en paz,
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
A quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones
Y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oh Lumen
Oh Luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
5
Una intensa relación con Dios, incluso que tenga manifestaciones místicas, no puede ser “pietista” (denominación
de un espiritualidad que se desarrolló en algunos sectores católicos a imitación de los calvinistas en el siglo XVI, y
se continua en expresiones tales como: “salva tu alma”, solo) es decir que se recircula sobre mí mismo, sin que
eso rebalse, y me vincule a mis hermanos directos y a la Iglesia Universal.
Bibliografía: CANTALAMESSA
¿Qué hemos hecho con esta proclamación fundamental que Jesús y Pablo llamaron “evangelio”, la
Buena Nueva?, ¿Qué lugar real ocupa en nuestros sermones?
En su carta a los Romanos, San Pablo dice: “No estoy avergonzado del Evangelio; es el poder de
Dios para la salvación de aquel que tiene fe.” (Rom 1,16). Obviamente, incluso en esa época
también existía la tentación de avergonzarse del Evangelio. Para los judíos era un escándalo y para
los griegos, estupidez (cf. 1 Cor. 1, 22-25).
Pablo escribe a los Gálatas: “Estoy asombrado de lo rápido que estáis desertando de quien os llamó
en la gracia de Cristo y acudís a un evangelio diferente...”
Creo que debemos repetir este grito de nuevo en nuestra época. Tengo gran estima y respeto por la
“teología de la liberación”. Sin embargo, como todas la cosas buenas siempre hay un peligro que
puede alejarla de la plenitud del evangelio. El peligro, creo yo, no es tanto que acabe en la ideología
marxista, sino que es mucho más peligroso, una vez más, confiar en las obras.
Esto sucede cuando la liberación social y política se confunde con la liberación del pecado y de lo
malo, y la salvación material con la espiritual, haciendo que ambas dependan sólo del esfuerzo
humano. Cuando esto ocurre, creo que uno resbala imperceptiblemente en lo que Pablo llama “otro
evangelio”, un evangelio que ya no es el “poder de Dios”.
Jesús se reduce a un ejemplo de liberación más que a la “causa de salvación” para todos aquellos
que creen en él.
OTRO EVANGELIO
Este no es la única manera, sin embargo, en que podemos predicar “otro evangelio”. Puede incluso
no ser el más peligroso. También se predica “otro evangelio” cuando uno habla de liberación
espiritual a través de la psicología, mediante el uso de técnicas orientales de meditación, Nueva Era
y otras cosas similares.
Estos son “débiles y pobres elementos de este mundo” como Pablo los llamó comparándolos al
poder del Evangelio.
A través de ellos hay un peligro que encontraremos nosotros mismos pensando como los
Colosenses, que vieron la salvación mediante sus especulaciones astrales sincréticamente
mezclaron a Cristo con otros espíritus y poderes. Como escribe el Apóstol Pablo: “Mira que nadie
haga una plegaria por ti mediante filosofías y vacíos engaños, según las regiones humanas, según
los espíritus elementales del universo y no según Cristo.” (Col 2:8-9).
Estas parecen palabras escritas para nuestra época. Hoy día hay una nueva invasión de Cristiandad
de retiros y ejercicios y cursos espirituales, todos inspirados en este “evangelio” hecho por el
hombre. Estos se concentran en el “yo”: autoconocimiento, autoexpresión, autoaceptación,
Este “otro evangelio” se origina en esos países que son ricos y saciados, de gente que cree que es
posible ir “más allá de la fe” y “más allá de Cristo”. Como si algo pudiera existir más allá de la fe.
“¡Sé maldito (anatema)!” dice Pablo. Esta es una advertencia llena de amor. Significa “No tengáis
nada que ver con esas personas. Manteneos apartados de ello. Es una apostasía de Cristo.”
EVANGELIO DE GRACIA
Los cristianos que colocan el Cristianismo en el mismo plano que otras religiones y las encuentran
igualmente satisfactorias, muestran que no han entendido la Unicidad del Cristianismo y su esencia,
que es gracia. Las religiones humanas tienen su propio modo de predicar la salvación. Buda, por
ejemplo, muestra como librarse uno mismo del dolor. Da un ejemplo y dice a sus seguidores: “Yo he
experimentado este método; si vosotros queréis, podéis hacerlo del mismo modo....” Jesús también
dijo a sus discípulos: “Yo os he dado un ejemplo” (Jn. 13:14), pero no se paró ahí. El murió y
resucitó por nosotros, y por medio de esto, él no sólo nos ha dado un ejemplo, sino además la gracia
y la facultad de seguir su ejemplo. El Evangelio cristiano es el Evangelio de la Gracia. En el
cristianismo, lo primero no es el deber sino el don. Nosotros sólo podemos amar porque “Él nos amó
primero”.
FE Y OBRAS
Estas son sólo algunas de las cosas que hoy día tienden a oscurecer el Evangelio. Otro problema
viene del legado de nuestra historia. Cuando Lutero proclamó la tesis de la justificación por la “fe
sola”, la Iglesia Católica -en reacción a contrapesar este polémico exceso- tuvo que reafirmar la
importancia de las obras. En el Concilio de Trento afirmó principalmente dos cosas: que no estamos
salvados por las buenas obras, pero tampoco estamos salvados sin ellas. Desafortunadamente, al
prevalecer la atmósfera de polémica, se llegó al endurecimiento de ambas posturas. Cuanto más
insistían los protestantes en la justificación por la fe sola, más insistían los católicos -al menos en
sus sermones- en las obras. Este legado permanece hoy día con nosotros. ¿Cuándo se ha oído una
homilía católica basada en la justificación por la fe? Y, con todo, este es el centro mismo del corazón
y la fuerza del mensaje cristiano.
Gracias a Dios, hoy estamos viviendo una época en la que la Iglesia está rompiendo con estas
antiguas contraposiciones. Aprovechémonos de esto una vez más: mientras no se olvide la
importancia de las obras y virtudes de la vida cristiana, redescubramos la gloria y el poder del
kerygma en nuestros sermones.
Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad Jesús, la
palabra para ser hablada, cp. 12
Bibliografía:
Luigi Giussani: ¿Se puede vivir así?, Editorial Encuentro, Madrid, 2008, pp.41-52.
[…] Y Cristo es el objeto total de nuestra fe. ¿Cómo podemos conocer a Cristo de tal modo que
podamos apoyar en Él todo el sacrificio de la vida? También los que no tienen esta vocación
[consagrada] deberían plantearse el problema, ya que tarde o temprano se topan con él; queriéndolo o
no, todo el mundo llega allí, tiene que llegar. ¿Qué importa si todo te va bien, pero al final pierdes tu
alma, compareces ante mí con el alma sucia? ¿Qué has obtenido? Has perdido la vida.
a) Un encuentro
c) El estupor.
d) ¿Quién es éste? Cuarto factor. La fe empieza, exactamente, con esta pregunta: « ¿Quién es
éste?». En ese momento se plantea el problema de la fe, y la respuesta a esa pregunta es la
respuesta de la fe: unos dirán que sí y otros que no.
Cuando sus adversarios, los fariseos, le preguntaron: « ¿Hasta cuándo vas a tenernos con el
alma en vilo? ¡Di quién eres y de parte de quién vienes!», cuando le hicieron esta pregunta, plantearon
el problema de la fe en aquel hombre.
Sólo podré esbozar el episodio del Evangelio que sintetiza todo esto: cuando Jesús da de comer
a cinco mil personas… En aquel momento toda la gente pierde la cabeza ¡tratándose del bolsillo!- y
quieren proclamarlo rey: «Éste es el que tenía que venir, éste es el que va a convertir nuestra vida en
Jauja y nos va a dar el poder sobre el mundo.» Entonces Él escapa, huye, pero ellos -al día siguiente
era sábado- imaginan que puede estar en la sinagoga de Cafarnaúm y, de hecho, allí estaba. Rodean
todo el lago para volver a encontrarse con Cristo. Él está en la sinagoga diciendo: «Vuestros padres
comieron el maná y murieron; mi palabra es como el maná, pero quien coma de mi palabra ya no
morirá». Y toda la gente se queda extrañada por este modo de hablar, aunque ya estaba algo habituada.
Mientras estaba hablando así se abre de par en par la puerta del fondo y entra en oleada toda la gente
que había hecho el periplo del lago, que andaba buscándolo. Lo buscaban por un motivo equivocado,
porque les había quitado el hambre, pero lo buscaban.
Entonces Él se quedó como embargado por la emoción ante aquella gente que lo buscaba,
porque Jesús era un hombre. Las ideas le venían como nos vienen a nosotros: a través de las
circunstancias, de la experiencia. Se conmovió, y de pronto le vino a la cabeza lo más grande que le
habría de venir en la vida: cambia el sentido de las palabras que estaba usando y les dice: «Vosotros me
buscáis porque he saciado vuestra hambre con pan. Yo os daré mi carne para comer (no mi palabra -
como había dicho hasta entonces-, os daré mi carne para comer, os daré mi sangre para beber». Los
fariseos tienen por fin la excusa; los intelectuales y periodistas tienen por fin la excusa: «Está loco. Está
loco. Está loco». Y hacen correr la voz de que está loco: ¿cómo puede uno dar a comer su propia
carne?
Él, cuando decía algo que escandalizaba porque la gente no lo entendía, normalmente no lo
explicaba, sino que lo repetía: «En verdad, en verdad os digo: el que no coma mi carne y no beba mi
sangre no podrá tener vida dentro de sí». Entonces el murmullo se convirtió en griterío cada vez más
fuerte y retumbante, y la gente decía: «Está loco, está loco», incitada por los fariseos. Todos salen, de
modo que la sinagoga -que era tan grande como este salón más o menos, para quien la haya visto- se
vacía y quedan allí sus aficionados, los de siempre; en silencio. Y en la penumbra de la tarde es Jesús
quien rompe el silencio y dice: « ¿También vosotros queréis marcharos?». No retira lo que ha dicho: «
¿También vosotros queréis marcharos?».
Pedro, entonces -y este punto sintetiza, como dije antes, todo el dramático manifestarse de Cristo
y el surgimiento de la fe en el mundo; es el momento en que la fe en Cristo entra en el mundo, y durará
hasta el final del mundo- Simón Pedro, con su vehemencia habitual le dice: «Maestro, tampoco nosotros
Frente a esto que está tan claro -«Si no creo en ti no puedo creer a mis ojos», ésta es la esencia
de la postura de Pedro-, ante la pregunta: « ¿Quién es éste?», y, ante la respuesta que da Pedro, uno
puede decir sí o no, adherirse a lo que Pedro dice o bien irse como se fueron todos los demás.
La única postura racional es el "sí". ¿Por qué? Porque la realidad que se nos propone
corresponde a la naturaleza de nuestro corazón más que cualquier imagen nuestra, corresponde a la
sed de felicidad que tenemos y que constituye la razón del vivir, la naturaleza de nuestro yo, nuestra
exigencia de verdad y de felicidad. De hecho, Cristo corresponde a esto, más que cualquier imagen que
podamos construir. Piensa en lo que quieras: ¡dime si hay alguien más grande que este hombre tal y
como lo describe el Nuevo Testamento! ¡Dímelo, si eres capaz de imaginarlo! No se logra... corresponde
a nuestro corazón más que cualquier otra posibilidad que podamos imaginar.
Decir no nunca nace de razones, nace de un escándalo. "Escándalo" es una palabra griega que
significa piedra en el camino, obstáculo. El obstáculo en el camino hacia la verdad es una forma de
mentira y se llama prejuicio: uno se ha construido, se ha fabricado de antemano su parecer acerca de Él.
Cristo es lo contrario a lo que yo querría: yo político, yo enamorado, yo que tengo sed de dinero, yo que
quiero llegar lejos, yo que quiero una vida sana. Es contrario a aquello en lo que uno pone su esperanza,
de forma inútil, porque no existe ninguna esperanza que luego se cumpla. El "no" únicamente nace del
prejuicio.
Esto me daré el gusto de leerlo. Para concluir vamos a leer el fragmento de Juan 11, 38-48:
«Jesús, profundamente conmovido por la muerte de Lázaro, fue al sepulcro. Era una cueva ante la cual
habían colocado la piedra. Dice Jesús: "Quitad la piedra". Le responde Marta, la hermana del muerto:
“Señor, ya huele, es el cuarto día". Le dice Jesús: “¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?
Quitaron, pues, la piedra. Jesús alzó los ojos y dijo: "Padre, te doy gracias por haberme escuchado. Yo
sabía que siempre me escuchas, pero lo he dicho por estos que me rodean, para que crean que Tú me
has enviado". Dicho esto, gritó con fuerte voz: “¡Lázaro, sal fuera!" Y el muerto salió, atado de pies y
manos con vendas, y con el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dice: “Desatadlo y dejadlo andar.”
Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en Él;
pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los
sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: "¿Qué hacemos? Porque este hombre
realiza muchas señales. Si le dejamos que siga así, perderemos nuestro poder."» Muchos judíos
creyeron en Él y algunos corrieron a acusarlo: el mismo hecho excepcional, el mismo encuentro
excepcional se convierte en muchos en un sí y en algunos se convierte en un no. No hay razones: no
dicen: «es una ilusión»... ¡no, no, no!, corrieron a acusarlo: el "no" siempre nace de un prejuicio, del
hecho de que Jesús se convierte en escándalo, en impedimento de lo que tú querrías. […]
Consejos prácticos:
SINOPSIS
I. Introducción
Enlace con las charlas anteriores
Entrada en materia
Diógenes con su linterna, hace muchos siglos, buscaba, en pleno día, en el mercado, un
hombre. Si nosotros hoy buscamos un hombre en nuestra sociedad, ¿lo encontraremos?
Hacer desfilar algunos personajes contemporáneos que pudieran servir de modelo como
perfecto hombre. ¿Por quién de ellos darías tu vida?...
¿Hay alguien en la historia por quien tú darías tu vida?
Pilaro, hace veinte siglos, dijo: “He aquí al HOMBRE”, y hoy diría lo mismo porque Cristo
fue, es y será el HOMBRE.
Por ese HOMBRE, Cristo, sí han dado su vida muchos mártires a lo largo de la historia,
y también en nuestros días hay quienes siguen dando su vida muriendo mártires por
cristo. (Ejemplo: María Goretti, etc.).
II. Demostrar que Cristo no es sólo un personaje HISTÓRICO, sino que es, además, un personaje
TRANSCENDENTE, que trasciende la historia, y que siempre está presente: “He aquí que yo
estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos”.
V. EL CORAZON DE CRISTO
a) en la amistad.
Tuvo íntima amistad con Pedro, Santiago y Juan. Los lleva consigo al alto monte
de la transfiguración (Mt. 17, Iss).
Era amigo de Lázaro y sus hermanas Marta y María. Siente la muerte de Lázaro,
su amigo, y lo resucita (Jn. 11, 33-38).
Afectuoso con Juan, el discípulo predilecto (Jn. 13, 22, ss) y en la cruz (Jn. 19, 26).
Toda su pasión y Muerte son la mejor descripción de su amor para la humanidad.
Léase Mt. 26 y 27; Mc. 14 y 15); Lc. 22 y 23; Jn. 18 y 19.
Dio la vida por nosotros que somos sus amigos: (Jn. 15, 13).
Nos hace, en la Parábola del Buen Pastor, su autorretrato de amigo y nos
manifiesta su misericordia (Jn. 10, 1-21).
b) en el dolor
Cristo fue movido a compasión al observar a la viuda de Naín que llevaba a
enterrar a su hijo único. Conmovido, lo resucitó. (Lc. 1, 11 y ss.).
Y porque se conmueve frente a la miseria y el dolor humano:
Cura al ciego de Betsaida: (Mc. 8, 22-26)
Cura al endemoniado de Cafarnaúm (Mc.1, 21-28),
Cura al leproso (Mt. 8, 1-4).
Cura al siervo del centurión (Mt. 8, 5-13).
Resucita a la hija de Jairo (Mt. 9, 18-26).
c) en la alegría
Cristo fue amigo de la alegría y de la sana diversión. Su primer milagro lo hace
precisamente en unas bodas convirtiendo el agua en vino (Jn. 2, 1-11). (Hacer la
aplicación práctica: la presencia de cristo en la alegría, en las reuniones, en el baile,
etc.).
d) en el tacto, el tino y la prudencia
CONCLUSION:
JESUCRISTO es nuestro Modelo de H O M B R E:
Es el camino al Padre (Jn. 14, 6),
Es el Maestro (Jn. 14, 6),
Es el Amigo (Jn. 15, 14).
Es el hermano (Rom. 8, 29; Jn. 20, 17; Mt. 12, 50).
Es el Señor de todas las cosas. Así, respetuosamente, lo llamaban los apóstoles.
VII. Cristo es el verdadero Modelo de nuestra vida POR QUE HA RESUCITADO y está con nosotros.
Jesús es condenado a muerte. Hoy se lo sigue condenando porque, hoy la Iglesia es Cristo en el mundo. La
Iglesia es el cuerpo de Cristo, por eso lo que le hacemos a ella o a alguno de sus miembros, se lo hacemos a Cristo.
Cada vez que con nuestros juicios, comentarios o actitudes condenamos a un hermano, a Cristo condenamos.
Gesto: Lavarse las manos
Con la cruz sobre los hombros, Cristo marcha hacia el Calvario. En la cruz lleva el peso de todos y cada uno
de nuestros pecados. Jesús la carga con amor porque es el camino elegido por el Padre para reconciliamos, para
que podamos ser sus hijos, y, por lo tanto, hermanos de todos los hombres.
Hoy tampoco falta la cruz en nuestra vida. Esa cruz puede llamarse enfermedad, soledad, desempleo,
infidelidad de un ser querido, injusticia, calumnias, violencia, hambre de pan o hambre de Dios, falta de fe, de
esperanza y de amor. Aunque nuestra cruz sea pequeña, a veces, nos cuesta aceptarla y la cargamos
resignadamente. Si queremos que sea instrumento de salvación, para nosotros y para nuestros hermanos, tenemos
que aceptarla y cargarla con amor. Porque lo que salvó y salva al mundo no es la cruz, ni el dolor por sí mismos,
sino el amor puesto en ella.
Gesto: Entrega de una crucecita de madera
El peso de la cruz es muy grande; Jesús está muy cansado y cae. Pero no se queda en el suelo; enseguida
se levanta y sigue su marcha. También a nosotros, muchas veces, la cruz se nos hace pesada y nos desalentamos
y bajamos los brazos. La lucha contra el pecado reiterado que hay en nuestras vidas tiene el peso de una cruz. Y
muchas veces nos cansamos y caemos.
Entonces hay dos posibilidades: quedamos caídos, aplastados por el peso del pecado o de la cruz, o
levantamos enseguida, y seguir nuestro trabajo por ser cada día más santos y hacer el mundo un poco mejor.
Jesús se encuentra con María., su madre. Cuando se cruzaron sus miradas, el amor que habrá visto en los
ojos de María, le habrá dado fuerzas para seguir su marcha y cumplir la voluntad del Padre que le pedía morir en la
cruz para reconciliamos con El y entre nosotros.
María es también nuestra madre y Madre de la Iglesia. En su amor de madre podemos encontrar las fuerzas
para seguir adelante. No confiemos demasiado en nuestras fuerzas y recurramos a nuestra madre del cielo, para
vencer el pecado, para aprender a amar de verdad, para poder perdonarnos, para entregamos más a los hermanos.
Gesto: Se presenta una imagen de la Virgen y se reza un Ave María
Muchos veían a Jesús cargando con su cruz, pero nadie se atrevía a ayudarlo, incluso el Cireneo lo ayuda
porque los soldados lo obligaron. No fue el gesto de amor de un amigo, sino el gesto obligatorio de un hombre
temeroso.
¡Qué fríos e indiferentes somos ante un hermano que sufre! A veces nos lamentamos de palabra por lo que le
pasa, pero no hacemos nada por él. Cómo nos cuesta descubrir las necesidades de los otros, para ofrecerles
nuestra ayuda, sin esperar a que nos pidan que les demos una mano Debemos cambiar nuestro corazón para no
escudamos en el "no te metas", sino para ayudar al que lo necesita sólo por amor a él, sin pedirle nada a cambio, sin
buscar excusas, sin ponerle condiciones.
Gesto: Intercambiamos las cruces
¿Qué habrá visto la Verónica? ¡Qué difícil debe haber sido descubrir al Hijo de Dios en eso, que ya ni parecía
un hombre! Qué difícil nos resulta hoy descubrir a Jesús en los hermanos. Cuantas veces nos conmovemos ante un
crucifijo, pero somos indiferentes ante el sufrimiento de nuestros hermanos Rostros de ancianos que se sienten
solos y marginados; rostros de padres que no pueden dar a sus hijos lo que necesitan; rostros de chicos que
mendigan; rostros de enfermos incurables- rostros desfigurados por el vicio; rostros sin esperanza. Ayúdanos,
Señor, a descubrirte en cada uno de ellos y poder, como la Verónica, aliviar su dolor, que es tu dolor.
Gesto: Entrega de cartulina con el rostro de Jesús
Cuando yo peco, siempre encuentro una razón que me justifique, siempre pido que los demás me
comprendan, me acepten como soy y me ayuden a cambiar.
Pero cuando los que caen son los otros, ¡qué duros somos, qué inflexibles!
Hoy te queremos pedir, Señor, que nos ensenes a perdonar.
Gesto: Rezamos abrazados el Padrenuestro
Jesús ya no da más y cae por tercera vez. A pesar del enorme cansancio, se levanta y sigue su camino. Él
sabe que caído no puede salvarnos.
Nosotros también caemos una y otra vez. Pero Jesús no nos quiere caídos; nos necesita en marcha para
construir un mundo mejor, para construir entre todos la Civilización del Amor. Él nos ayuda a levantarnos y a seguir
adelante. Por eso nos dejó el sacramento de la Reconciliación.
Esta Cuaresma puede ser una oportunidad para aceptar la invitación del Padre para que nos reconciliemos
con Él.
Gesto: Encendemos una vela
Quitan a Jesús su ropa. Hoy la historia se repite cuando desnudamos a una persona con nuestras críticas. En
cambio, qué bien defendemos nuestro ropaje, nuestra máscara, nuestra apariencia, lo que en realidad no somos.
¡Cómo nos interesa aparentar! Cuántas cosas sacrificamos por el "qué dirán". ¡Cuántas veces valoramos a las
personas por lo que tienen y no por lo que son! Señor, hoy te pedimos la valentía de ser auténtico
Gesto: Cantamos el Padrenuestro
Moribundo Jesús piensa en los que lo crucifican y pide perdón por ellos. Parece una locura pero es que no
hay amor verdadero si no hay perdón.
Tenemos que ser capaces de dar a los demás ese perdón que tanto necesitamos y que Dios generosamente
nos da cada vez que se lo pedimos.
Gesto: Clavamos un clavo en la cruz de madera
Jesús entrega su vida, nadie se la quita. El libremente la ofrece para que tengamos la Vida verdadera.
No nos aferremos a lo que el mundo llama vida: dinero, éxito, fama, placeres, comodidades, lujos, porque eso
no nos conduce a nada.
Aprendamos a morir, a entregar todo eso por amor, y ganemos la Vida que nos ofrece hoy Jesús.
Gesto: Momento de silencio y rezamos un Gloria
María recibe en sus brazos el cuerpo muerto de Jesús. Dentro del enorme dolor que sentía como madre
brillaba en su corazón una esperanza, porque su hijo estaba muerto, peor volvería a la vida. Nuestra religión no es
una religión de muerte. Anunciamos que Jesús murió por nosotros, pero que resucitó. ¡Salgamos a anunciar que
Jesús vive!
Gesto: Apagamos las velas
Así como Cristo resucitó para vivir eternamente, así también todos nosotros resucitaremos para vivir
eternamente la felicidad del Cielo. Lo importante como cristiano es que vivamos de tal manera esta vida que
alcancemos esa otra vida a la que nos llama nuestro Padre.
Gesto: Rezamos un Gloria
Pero no es después de la muerte cuando comienza esa vida; de alguna manera ya la tenemos aquí en la
tierra. Aquí empezamos a vivir el cielo. Aquí vivimos el cielo de la Gracia, de la Paz, del Perdón. Ojalá nuestra
comunidad pueda sentir la alegría de cambiar, de crecer, de rezar más, de ser más amigos de Dios, anunciando el
Amor del Padre a los hermanos.
Desarrollo:
a) Oración inicial. Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación
a la lectura orante de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los
versículos principales. Se reza la invocación al Espíritu Santo. Antes de leer La Palabra del día por
primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de leerlo por segunda vez nos preguntamos
¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos preguntamos ¿Qué le digo al texto? Como
oración final, luego de una breve compartida todos rezan el Gloria.
b) Tema principal de la Reunión de Preparación: La amistad como “signo sensible” de que estamos
constituidos por el amor de Dios. Dios vio que éramos buenos y nuestro amor es reflejo de este amor
primigenio.
Motivación:
Comenzamos con la canción "El Che y los Rolling Stones"
Discutir sobre el texto de la puerta cerrada. ¿De dónde se abren las
puertas? ¿Quién tiene las llaves de tu interior?
Mi Señor y mi Dios,
me has conducido por un camino oscuro, pedregoso y duro.
Mis fuerzas, a menudo, pacen querer abandonarme,
yo ya no esperaba ver jamás un día la luz.
Mi corazón se iba petrificando en una esperanza profunda
cuando la claridad de una dulce estrella se levanta a mis ojos.
Siempre fiel, me guía y yo la sigo
con paso tímido, pero seguro después.
Llegué, al fin, delante la puerta de la Iglesia.
Ésta se abrió. Pedí entrar en ella.
Tu bendición me acoge por la boca de tu ministro.
En el interior se suceden unas estrellas,
unas estrellas de flores rojas que me indican el camino hasta ti…
Y tu bondad permite que iluminen mi camino hacia ti.
El misterio que precisaba ser guardado escondido en lo profundo de mi corazón,
c) Presentar los esquemas de “La película de mi vida”, “<Lectio Divina>: La Anunciación” y “La
vida del Hombre Nuevo como participación de la Vida Divina”.
Puesta en común del material leído de la web. El Animador expone las ideas principales de la charla
para que queden claras para todos por igual.
e) Oración Final.
Es conveniente que la responsabilidad rote entre los auxiliares
A fin de poder ir apreciando las características de cada uno.
Como oración final, luego de una breve compartida todos rezan la oración el “Nuc dimitis” y la
Salve:
Cántico de Simeón
Ahora, Señor, según tu promesa,
Puedes dejar a tu siervo irse en paz,
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oh Lumen
Oh Luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
El agua de la Sabiduría
Predicador de la Gracia
Llévanos a la Santidad.
22:00 10 - Meditación de cierre del día: Asesor laico Lc 12, 1-31 VIDEO: The “La película de mi
La película de mi vida Comienza en la
Truman Show vida” Guía p.40
sala de charlas
¿Quién soy? (Silenciarme) y termina en la CANCIÓN: Poli,
La película de mi vida (Escucharme) Antecámara Daniel - yo creo
No estoy solo (Acoger) ¿? en las promesas
En la sala de charlas se realiza un Jesús estoy aquí,
trabajo guiado sobre la línea de la vida Guía p.80
que ya han comenzado a dibujar (las
cruces de mi vida, mis caídas, los
cireneos, las resurrecciones)
Núcleo Bíblico: ¿Experiencia del desierto (dejarse morir) y del paso de Dios de Elías?
Núcleo doctrinario: La salud de aceptar mi vida y mi vida como historia de salvación
Bibliografía: “La aceptación de sí mismo”, Romano Guardini
Desarrollo propuesto:
LA PELÍCULA DE MI VIDA
Ahora pensá en las cosas que dejaste sin terminar, como aquel amigo que esperaba tu perdón y jamás
se lo diste.
Como aquella persona que siempre te buscaba, que te necesitaba y vos nunca le prestaste tu atención.
Mira a tus padres ¿Qué le dirías a tu papá? ¿Sabe que lo queres? ¿Abriste tu corazón hacia él?
¿Alguna vez lo escuchaste?
Y esa mujer que esta aferrada a tu mano, dejando caer sus lágrimas sobre ti...si, tu mamá, ella que dio
todo por vos... ¿Le agradeciste alguna vez todo lo que hizo? ¿Pudo contar con vos en los momentos
difíciles? ¿Te tuvo cerca? ¿Sintió tu cariño? O sólo obtuvo mal humor e indiferencia de tu parte.
Y si no los tenés... ¿Actúas como ellos quisieran que lo hagas?
Ahora mira el rostro de tus hermanos, está ahí, lloran por vos, recordá los buenos momentos que
pasaste con ellos, los veranos, los juegos, las penitencias juntos...
Y tu novio/a ¿Qué le dirías a tu novio/a? O ese/a chico/a que tanto te gusta ¿Qué le dirías?
Ahora tomate un momento y pensá en vos. Realmente ¿Para quién viviste? ¿Lograste alcanzar lo más
grande que hay en tu ser? ¿Fuiste capaz de conocerte? ¿O te escondiste detrás de máscaras y caretas
descartables según la ocasión o la utilidad?
Ahora te estás por encontrar con Jesús cara a cara, ¿Qué tenes para decirle? ¿Te mereces su amor?
¿Qué hiciste por él?
Seguramente en este momento estás pensando muchísimas cosas, tu cabeza está llena de imágenes.
Te dan ganas de decir muchísimas cosas que callaste. Ganas de abrazar a alguien o ganas de llorar.
Pero no puedes hacerlo porque estás muerto... PARA, pone tu mano sobre tu corazón, escucha sus
latidos... ¡¡estás vivo!!
Ahora muy de a poquito vayan abriendo los ojos y quédense sentados en el lugar...
07:25 11- “Lectio Divina”: La Auxiliar Lc 1,26-38 CANCIÓN: Andrea Contemplar: “La
Capilla Bocelli - Ave María Anunciación” ,
Anunciación (La nueva creación en
¿?
María) Comienza el ciclo mariano, no Cántico de María, Guía p.29
se ha tocado su llamado al hablar de Guía p.64
los Profetas para poder dedicarle Dulce muchacha,
mayor atención ahora. Dios tiene un Guía p.70
plan para mí - Hágase en mi
Se rompe el silencio
Finalidad: Dios que se le propone al hombre, María que acepta unir su proyecto de vida al proyecto de
Dios y que de ese modo permite que Dios llegue al mundo.
Hoy Dios se me propone, yo puedo aceptar unir mi proyecto de vida al proyecto de Dios y de ese modo
permitir que Dios llegue al mundo.
Núcleo doctrinario: La Encarnación del Hijo de Dios, verdadero Dios y verdadero hombre y el valor que
en él adquiere todo lo humano.
No hay dos mundos: el físico y el espiritual; no hay más que uno: el Reino de Dios «en la tierra como
en el cielo» (Mt 6,10).
Muchos de entre nosotras dicen al orar: «Padre nuestro que estás en los cielos». Piensan que Dios
está allá arriba lo que da lugar a tener la idea de una separación entre los dos mundos. A muchos
occidentales les gusta hacer una distinción entre la materia y el espíritu. Pero cualquier verdad es una y
la realidad también. Si admitimos la encarnación de Dios, que para los cristianos se da en la persona de
Jesucristo, entonces empezamos a tomar las cosas en serio.
08:30 12- La vida del Hombre Nuevo: Clérigo adulto Jn 4 VIDEO: Los “La vida del
de la Orden de hombre nuevo” ,
La Gracia como participación de Miserables
Predicadores
la Vida Divina - (Charla doctrinal) Guía p.44 a 46
Sala
¿?
Núcleo bíblico:
Evangelio según San Juan Cap. 4
1 Cuando Jesús se enteró de que había llegado a oídos de los fariseos que él hacía más discípulos y
bautizaba más que Juan -
2 aunque no era Jesús mismo el que bautizaba, sino sus discípulos -,
3 abandonó Judea y volvió a Galilea.
4 Tenía que pasar por Samaria.
5 Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo
José.
6 Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo.
Era alrededor de la hora sexta.
7 Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: « Dame de beber. »
8 Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana:
9 « ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana? » (Porque los
judíos no se tratan con los samaritanos.)
a) Introducción
Enlace con lo anterior
Proposición de la suprema aspiración: Vivir la vida.
Razón fundamental de ser de los Cenáculos (Encuentros de Vida en Gracia para Jóvenes):
la Gracia santificante. Deseo vehemente de cristo: “Yo he venido al mundo para tener la
VIDA, y quiero que la tengan en abundancia”… “Mi reino dentro de vosotros está…”.
Por el Bautismo: Recibimos la vida de la GRACIA.
La Gracia santificante es el Mensaje Central del Evangelio. (Puede narrarse y sacar las
aplicaciones prácticas del pasaje de San Juan 4, 5-30: Jesús se revela a la samaritana).
b) ¿Qué es la Gracia Habitual (o la gracia santificante)?
Definición y explicación.
Es el DON de Dios, es decir, es la DONACION de DIOS.
Es un DON sobrenatural
Es un DON interior
Es un DON permanente.
c) Efectos de la Gracia:
1º Nos hace santos
Ser “santo” significa estar en gracia de Dios.
Al estar en gracia se produce una AMISTAD CON DIOS: “Si alguno me ama, mi padre lo
amará, y vendremos a él y nos estableceremos dentro de él” (Cristo).
Quien vive en Gracia lleva en sí la “LUZ”… Nuestra misión es dejar pasar la LUZ. Nunca
debemos actuar estando en pecado grave, porque el mensaje no llega al prójimo.
2º Nos hace participar de la naturaleza divina
En la práctica de la vida nos agrada tener relaciones amistosas con personas importantes e
influyentes. Da la impresión de que con ello crece nuestra propia personalidad.
Dios nos dio esa importancia:
Nos hizo a si imagen y semejanza (Génesis).
Nos dotó de una inteligencia, de una voluntad, de una libertad y de una vida en gracia.
Desarrollo:
a) Oración inicial. Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación
a la lectura orante de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los
versículos principales. Se reza la invocación al Espíritu Santo. Antes de leer La Palabra del día por
primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de leerlo por segunda vez nos preguntamos
¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos preguntamos ¿Qué le digo al texto? Como
oración final, luego de una breve compartida todos rezan el Gloria.
Los maderos de la cruz uno horizontal, la amistad con mis hermanos y otro vertical, la amistad
con Dios.
Las presencias reales de Bonhoffer (teólogo Luterano Mártir durante el nazismo): presencia
espiritual (dos o más, la comunidad), presencia sensitiva (la palabra), presencia real (la
Eucaristía). Nuestro agregado de presencia misional (tener una amistad operante con la gente de
la misión, Mateo 25).
c) Presentar los esquemas de “Los Sacramentos como Vida para nuestra vida”, “<Lectio
Divina>: La Parábola del Buen samaritano” y “Familia HOGAR Iglesia doméstica”.
Puesta en común del material leído de la web. El Animador expone las ideas principales de la charla
para que queden claras para todos por igual.
f) Oración Final.
Es conveniente que la responsabilidad rote entre los auxiliares
A fin de poder ir apreciando las características de cada uno.
Como oración final, luego de una breve compartida todos rezan la oración el “Nuc dimitis” y la Salve:
Cántico de Simeón
Ahora, Señor, según tu promesa,
Puedes dejar a tu siervo irse en paz,
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
A quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones
Y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oh Lumen
Oh Luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
El agua de la Sabiduría
Predicador de la Gracia
Llévanos a la Santidad.
09:45 13 - Los Sacramentos como Vida Clérigo adulto Ver citas en VIDEO: La Misión “Las presencias
para nuestra vida (Charla de la Iglesia
guía de Dios”, Guía p
local 47 a 49
doctrinal) Las presencias de Dios, Sala
camino de santidad. ¿?
Desde las 09:45 hasta las 12:30 es
una unidad de sentido que el
sacerdote puede modificar en su
distribución
¿En qué momento del Encuentro de Vida en Gracia (para jóvenes: Cenáculo) estamos?:
La actitud del participante en este momento de los Cenáculos (Encuentros de Vida en Gracia para
Jóvenes) se puede expresar en la forma siguiente: “es muy bonito hablar de la gracia Santificante, pero
en la práctica es muy difícil, casi imposible, conservarse en estado de Gracia”.
1) BAUTISMO
En este sacramento
DIOS se nos dona como PADRE
CRISTO se declara HERMANO NUESTRO,
El ESPÍRITU SANTO nos convierte en TEMPLOS suyos
2) CONFIRMACIÓN
Destacar aquí la propiedad fundamental de este sacramento: la FORTALEZA del ESPÍRITU
SANTO.
3) LA RECONCILIACIÓN
- Definición.
5.- EL SERVICIO
- Jn. 13,1-15: El lavatorio de los pies, ¿un sacramento olvidado?
La Didaché (doctrina de los doce Apóstoles) enseña: “Respecto al óleo de la unción, den
gracias de esta manera:
Te damos gracias, Padre nuestro,
por el óleo de la unción,
que tú nos manifestaste por Jesucristo tu siervo.
A ti sea la gloria por los siglos.”
- Jn 6,54 “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna... y permanece en mí y yo en
él”
c) Como a ti mismo
- “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón… y al prójimo como a ti mismo” (Cristo).
d) Como Cristo nos amó.
- “Amaos los unos a los otros como YO os he amado” (Cristo).
Un texto inspirador:
Lo escribió el filósofo Jean Guitton, en 1943 en un Campo de Concentración y dice:
“Puede ser que las civilizaciones precedentes, demasiado absorbidas por la tarea de la perpetuación de
la especie y la organización social, no hayan tenido todavía ocio para vivir el misterio propio del amor ni
para educar a la juventud en vista de ese misterio.
Puede ser que la vida religiosa habiendo aparecido bajo el signo de la segregación, haya predispuesto a
los místicos a no comprender los recursos ocultos del amor humano para la vida religiosa, Asimismo,
puede suceder que la misoginia de los viejos sabios de Israel coloree nuestros pensamientos. Puede ser
que las condiciones propias de la independencia de la mujer no hayan sido todavía realizadas; que la
virginidad haya sido la única honrada, exaltada, y no todavía la maternidad y los esponsales. Puede
ser que haya que prever en el pensamiento y en el sentimiento de los pueblos cristianos, bellos y dulces
desarrollos que no aportarán nuevas luces sino que añadirán luz a la luz … una inteligencia más
profunda de los tesoros antiguos no suficientemente explorados todavía, que autorizaría realizaciones
aparentemente audaces pero que, a destiempo, serían juzgadas conforme al tipo primitivo y tal vez más
"Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a
Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, llenándose de
sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él" (Lc 2,39-40).
La familia cristiana, como Jesús, que cuando vino al mundo se dedicó a llevar la palabra de su Padre a
todos los hombres, así, la familia tiene la misión de seguir sus pasos, de evangelizar; primero que nada,
a sus propios hijos y a todos cuantos le rodean. La familia cristiana también es misionera, pues querrá
que otras personas también conozcan a Dios, y serán testimonio del amor de Dios por todos.
También, la familia cristiana está llamada a la oración. A orar juntos a Dios, quien ha creado a la familia.
Así, una familia que reza unida, permanecerá unida, pues juntos, los miembros de la familia se
ayudarán mutuamente a vivir como auténticos cristianos.
Con la oración diaria, es decir, platicando con Dios en todo momento, contándole todo lo que pasa
entre la familia para así estar más cerca de Él, es como se va a fortalecer la unión y el amor que existe
entre los miembros familiares. Y, si una familia está unida con Dios por medio de la oración común, el
respeto a todas las personas (que somos imagen y semejanza de Dios) se vivirá continuamente, como
Dios lo ha planeado.
La familia cristiana es privilegiada entre las que no son cristianas, ya que es llamada por Dios nuestro
Padre a ser en donde se dé la educación en los valores cristianos como el amor, la ayuda mutua, el
servicio a los demás y sobre todo, a seguir a Cristo como lo hicieron sus apóstoles.
¡Qué hermoso es encontrar familias que viven ese amor por los demás! ¡Qué felicidad se ve en los
rostros de aquéllos que aman a Dios!
Cuando Dios habita en una familia, la felicidad abunda en todos sus miembros.
GRATUIDAD Y EDUCACIÓN EN LA FE
El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu («vitae
spiritualis ianua») y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos
liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos
incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión. La pura gratuidad de la gracia de la
salvación se manifiesta particularmente en el bautismo de niños. Por tanto, la Iglesia y los padres
privarían al niño de la gracia inestimable de ser hijo de Dios si no le administraran el Bautismo poco
después de su nacimiento. Los padres cristianos deben reconocer que esta práctica corresponde
también a su misión de alimentar la vida que Dios les ha confiado.
Los padres a través de la educación cristiana ayudan a que los propios hijos se hagan más conscientes
cada día del don recibido de la fe, mientras se inician gradualmente en el conocimiento del misterio de
la salvación, se forman para vivir según el hombre nuevo en justicia y santidad de verdad y contribuyen
al crecimiento del Cuerpo místico. La misión de la educación exige que los padres cristianos propongan
a los hijos todos los contenidos que son necesarios para la maduración gradual de su personalidad
desde un punto de vista cristiano y eclesial. La misión educativa comporta que la familia transmita e
irradie el Evangelio, hasta el punto de que la misma vida de familia se hace itinerario de fe y, en cierto
modo, iniciación cristiana y escuela de los seguidores de Cristo. En la familia todos los miembros
evangelizan y son evangelizados.
EVANGELIZACIÓN EN LA FAMILIA
En virtud del ministerio de la educación los padres, mediante el testimonio de su vida, son los primeros
mensajeros del Evangelio ante los hijos. Es más, rezando con los hijos, dedicándose con ellos a la
lectura de la Palabra de Dios e introduciéndolos en la intimidad del Cuerpo de Cristo mediante la
iniciación cristiana, llegan a ser más plenamente padres. Por tanto uno de los campos en los que la
familia es insustituible es ciertamente el de la educación religiosa, gracias a la cual la familia crece
como "iglesia doméstica". La educación religiosa y la catequesis de los hijos sitúan a la familia en el
ámbito de la Iglesia como un verdadero sujeto de evangelización y de apostolado. Se trata de un
derecho relacionado íntimamente con el principio de la libertad religiosa.
Las familias, y más concretamente los padres, tienen la libre facultad de escoger para sus hijos un
A fin de que los padres cristianos puedan cumplir dignamente su ministerio educativo, el Estado y la
Iglesia tienen la obligación de dar a las familias todas las ayudas posibles, a fin de que puedan ejercer
adecuadamente sus funciones educativas. Se subraya la exigencia de una particular solidaridad entre
las familias, que puede expresarse mediante diversas formas organizativas como las asociaciones de
familias para las familias. Es importante que las familias traten de construir entre ellas lazos de
solidaridad. Esto, sobre todo, les permite prestarse mutuamente un servicio educativo común: los
padres son educados por medio de otros padres, los hijos por medio de otros hijos. Se crea así una
peculiar tradición educativa, que encuentra su fuerza en el carácter de la familia "iglesia doméstica".
DE LA FAMILIA A LA IGLESIA
Introducción
Cuando celebramos los sesenta años de nuestra condición de Universidad Pontificia, reiteramos nuestro
propósito de permanecer muy unidos al Santo Padre y ser cuidadosamente fieles a su Magisterio.
En diversas ocasiones, durante este año, hemos mencionado el discurso de Papa Benedicto XVI
cuando, hablando a unos quinientos parlamentarios del Partido Popular Europeo les expuso tres
principios que no son innegociables ni para la Iglesia ni los cristianos en la vida pública:
“--«protección de la vida en todas sus fases, desde el primer momento de su concepción hasta su
muerte natural»;
--«reconocimiento y promoción de la estructura natural de la familia, como una unión entre un hombre y
una mujer basada en el matrimonio, y su defensa ante los intentos de hacer que sea jurídicamente
equivalente a formas radicalmente diferentes de unión que en realidad la dañan y contribuyen a su
desestabilización, oscureciendo su carácter particular y su papel social insustituible»;
--«la protección del derecho de los padres a educar a sus hijos»”
Recordamos, además que el Papa continuó aclarando que “«estos principios no son verdades de fe»,
pues «aunque queden iluminados y confirmados por fe; están inscritos en la naturaleza humana, y por lo
tanto son comunes a toda la humanidad» «La acción de la Iglesia en su promoción no es por lo tanto de
carácter confesional, sino que se dirige a todas las personas, independientemente de su afiliación
religiosa», afirmó.6
Es esta la razón fundamental que nos ha movido a dedicar este encuentro a la reflexión sobre la familia.
Me ha parecido realmente importante y lo he recibido con un gran gusto el tema que se me ha asignado
para esta exposición: LA FAMILIA IGLESIA DOMÉSTICA. Como método de trabajo, trataré de hacer,
6
ZENIT, 29 marzo de 2006
Hace apenas dos días, estuve en una parroquia celebrando un aniversario importante de su fundación.
El párroco insistió en hablar de su comunidad como “la gran familia parroquial”; en la homilía describí,
a partir de los textos bíblicos el significado de la expresión para luego terminar afirmando que sólo logra
entender la autenticidad de la vida de parroquia, el que ha tenido la gracia de vivir en una familia que
fuera de verdad “Iglesia doméstica”.
Estas tres palabras hacen perfecta síntesis de toda la rica eclesiología vivida en el post Concilio.
La Iglesia es MISTERIO porque procede de Cristo Jesús y hace presente al Señor Jesús. Podemos
encontrar un texto muy significativo que nos resume este pensamiento: Efesios 1, 3- 14. La Iglesia es el
ámbito de estas bendiciones que, desde toda eternidad, nos regala el Padre, Dios.
La Iglesia es COMUNIÓN porque en ella se vive y expresa la unidad de cada uno con Cristo Jesús y
con los hermanos (Cf. 1 Corintios capítulos 12 y 13. “Casa y escuela de comunión” la llamó el Papa
Juan Pablo II7. .
La Iglesia es MISION porque recoge y vive la voluntad de Cristo Jesús en el momento de culminar Él
mismo la misión que había recibido del Padre. (Cf. Mateo 28, 16 – 20)
Toda esta eclesiología postconciliar ha sido particularmente tenida en cuenta en los Sínodos
Episcopales en los cuales se ha reflexionado sobre las personas en la Iglesia: los fieles laicos, los
presbíteros, las personas consagradas y, en fin, los obispos. Ha sido especialmente recogida en las
exhortaciones apostólicas postsinodales Christifideles laici, Pastores Dabo vobis, Vita consecrata y
Pastores Gregis. Estos documentos son bien importantes si consideramos que se refieren a las
personas que "somos Iglesia" y "edificamos la Iglesia".
En estos textos encontramos la descripción de la Iglesia en las tres palabras ya mencionada. La Iglesia
es MISTERIO, COMUNIÓN, MISIÓN.
Hagamos dos alusiones a textos muy claros. La Exhortación Apostólica post sinodal CHRISTIFIDELES
LAICI tomó como telón de fondo de sus consideraciones, el capítulo 15 de San Juan: la conocida figura
de la vid. Esta Exhortación tiene estos títulos en los tres primeros capítulos: CAPÍTULO I.- YO SOY LA
VIDA, VOSOTROS LOS SARMIENTOS La dignidad de los fieles laicos en la Iglesia – Misterio.
CAPÍTULO II SARMIENTOS TODOS DE LA ÚNICA VIDA La participación de los fieles laicos en la vida
de la Iglesia- Comunión. CAPÍTULO III OS HE DESTINADO PARA QUE VAYAIS Y DEIS FRUTO. La
corresponsabilidad de los fieles laicos en la Iglesia- Misión.
También la Exhortación VITA CONSECRATA, que se nos entregó después del Sínodo sobre la vida
consagrada, plantea muy claramente esta eclesiología. Tiene sólo tres Capítulos. Primero CONFESSIO
TRINITATIS con un subtítulo: “En las fuentes cristológico – trinitarias de la vida consagrada”. Segundo
SIGNUM FRATERNITATIS, con un subtítulo: “La vida consagrada signo de la comunión en la Iglesia”.
Tercero: SERVITIUM CARITATIS con el subtítulo “La vida consagrada epifanía del amor de Dios en el
7
JUAN PABLO II, Carta Apostólica NOVO MILLENNIO INEUNTE, n. 43
En una forma sencilla y rápida tratemos de mirar cómo en la familia, se empieza a vivir esta realidad. Por
eso hablamos de ella como “Iglesia doméstica”, es decir la expresión más cercana, más vivencial de lo
que es la Iglesia.
El Papa Juan Pablo II escribió la Carta a las familias el 2 de febrero de 1994.La familia es el camino de
la Iglesia porque es el camino que ha de recorrer el hombre; éste “viene al mundo en el seno de una
familia, por lo cual puede decirse que debe a ella el hecho mismo de existir como hombre. Cuando falta
la familia, se crea en la persona que viene al mundo una carencia preocupante y dolorosa que pesará
posteriormente durante toda la vida”9
La Carta se puede sintetizar en dos enunciados: doce pasos para que desde la familia se renueve la
sociedad; cinco pasos para que, desde Cristo, se renueve la familia.
Es, sobre todo, la segunda parte de la Carta la que nos permite descubrir la familia como manifestación
de la Iglesia Misterio.
En efecto, los contrayentes invitan a Cristo para que esté en la familia como en Caná10. Los esposos
valoran y defienden el sacramento del matrimonio, se aman como Cristo a la Iglesia, viven su vida como
un auténtico camino de santidad (cf. Ef 5, 21—6,4)11
Los esposos aprenden de la Santísima Virgen María a recibir a Jesús, a amarlo y servirlo como ella; la
familia se hace expresión del “Amor hermoso” (cf. Mt 1,18-25; Lc 1,26-56)12
Como consecuencia de todo lo anterior, los esposos cultivan en familia una vida espiritual; marido y
mujer “son fortalecidos en el hombre interior” cf. (cf. Col 3,1-17; 1 P 2,11—3,1-7)13
No podemos olvidar que el V Encuentro Mundial de Familias realizado en Valencia, se propuso mirar a la
familia en su indispensable responsabilidad de educadora de la fe. En sus catequesis el Papa Benedicto
XVI habló claramente de esta vocación de la familia. En la Homilías de la Vigilia el 8 de julio dijo el Papa:
“Este V Encuentro Mundial nos invita a reflexionar sobre un tema de particular importancia y que
comporta una gran responsabilidad para nosotros: "La transmisión de la fe en la familia". Lo expresa
muy bien el Catecismo de la Iglesia Católica: "Como una madre que enseña a sus hijos a hablar y con
ello a comprender y comunicar, la Iglesia, nuestra Madre, nos enseña el lenguaje de la fe para
introducirnos en la inteligencia y la vida de fe" (n. 171). Como se simboliza en la liturgia del bautismo,
con la entrega del cirio encendido, los padres son asociados al misterio de la nueva vida como hijos de
Dios, que se recibe con las aguas bautismales. Transmitir la fe a los hijos, con la ayuda de otras
personas e instituciones como la parroquia, la escuela o las asociaciones católicas, es una
responsabilidad que los padres no pueden olvidar, descuidar o delegar totalmente. "La familia cristiana
8
Cf. JUAN PABLO II, Exhortación apostólica post sinodal VITA CONSECRATA, 25 de marzo de 1996.
9
JUAN PABLO II, CARTA A LAS FAMILIAS, n. 2 ( en adelante citaremos CARTA)
10
CARTA, n.18.
11
CARTA, n.19
12
CARTA, n.20
13
CARTA, n.23
Más adelante dijo también el Papa Benedicto: “El lenguaje de la fe se aprende en los hogares donde
esta fe crece y se fortalece a través de la oración y de la práctica cristiana. En la lectura del
Deuteronomio hemos escuchado la oración repetida constantemente por el pueblo elegido, la Shema
Israel, y que Jesús escucharía y repetiría en su hogar de Nazaret. Él mismo la recordaría durante su vida
pública, como nos refiere el evangelio de Marcos (Mc 12,29). Ésta es la fe de la Iglesia que viene del
amor de Dios, por medio de vuestras familias. Vivir la integridad de esta fe, en su maravillosa novedad,
es un gran regalo. Pero en los momentos en que parece que se oculta el rostro de Dios, creer es difícil y
cuesta un gran esfuerzo”…
En la primera parte de la CARTA ya citada del Papa Juan Pablo II da unas orientaciones para asegurar
la construcción de la comunidad.
Empieza por indicar cómo, en la familia, se ha de valorar a cada una de las personas como imagen y
semejanza de Dios, pues “varón y mujer los creó” (cf. Gn, 1,26-28)15. Hombre y mujer han de aprender a
vivir en comunión y comunidad. “Dejará el hombre a su padre y a su madre... (cf. Gn 2,24-27; Mt 19,1-
12). “La comunión se refiere a la relación personal entre el yo y el tú; la comunidad, en cambio, supera
este esquema apuntando hacia una sociedad, un nosotros”.16
Esposo y esposa han de renovar continuamente su elección consiente y libre; se trata de vivir en la
verdad y en el amor. Esta es la alianza que ha sido elevada a la dignidad de sacramento (cf. Gn 2,23
“carne de mi carne, hueso de mis huesos”17. Esposo y esposa aprenderán a querer y amar los hijos
14
Juan Pablo II, DICURSO A LAS FAMILIAS, Cali 4 de julio de 1986, n.4.
15
CARTA, n 6
16
CARTA, n.7
17
CARTA, n.8
Esposo y esposa están invitados a poner su mirada en el bien común de la familia. Amar no es mirarse
la cara el uno al otro, es mirar ambos en la misma dirección. Con el consentimiento los esposos están
indicando lo que ha de ser el bien común de la futura familia. Paternidad y maternidad son expresiones
que se refieren a un “cometido de naturaleza no simplemente física, sino espiritual” (cf. Sal 8: se trata de
una meditación para que en las familias haya realmente una vida plenamente humana)-En este
ambiente el hijo se recibe como un don, un regalo, para los esposos y para la sociedad. (cf. Jn 16,21).
Varón y mujer asumen juntos la responsabilidad de la nueva vida que han suscitado. El significado del
acto conyugal se ha de analizar a luz de las consideraciones que se puedan hacer sobre la persona y
sobre la entrega. “La persona jamás ha de ser considerada un medio para alcanzar un fin; jamás, sobre
todo, un medio de placer. La persona es y debe ser sólo el fin de todo acto.”.19
Volvamos a Benedicto XVI en Valencia. “La familia es una institución intermedia entre el individuo y la
sociedad, y nada la puede suplir totalmente. Ella misma se apoya sobre todo en una profunda relación
interpersonal entre el esposo y la esposa, sostenida por el afecto y comprensión mutua. Para ello recibe
la abundante ayuda de Dios en el sacramento del matrimonio, que comporta verdadera vocación a la
santidad. Ojalá que los hijos contemplen más los momentos de armonía y afecto de los padres, que no
los de discordia o distanciamiento, pues el amor entre el padre y la madre ofrece a los hijos una gran
seguridad y les enseña la belleza del amor fiel y duradero.
La familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento indispensable para la sociedad y un
gran tesoro de los esposos durante toda su vida. Es un bien insustituible para los hijos, que han de ser
fruto del amor, de la donación total y generosa de los padres. Proclamar la verdad integral de la familia,
fundada en el matrimonio como Iglesia doméstica y santuario de la vida, es una gran responsabilidad de
todos. El padre y la madre se han dicho un "sí" total ante de Dios, lo cual constituye la base del
sacramento que les une; asimismo, para que la relación interna de la familia sea completa, es necesario
que digan también un "sí" de aceptación a sus hijos, a los que han engendrado o adoptado y que tienen
su propia personalidad y carácter. Así, éstos irán creciendo en un clima de aceptación y amor, y es de
desear que al alcanzar una madurez suficiente quieran dar a su vez un "sí" a quienes les han dado la
vida”.
Volvamos a la CARTA de Juan Pablo II a las familias. Hay un estilo de civilización que amenaza a la
familia: es el consumismo, es la crisis de conceptos como amor, libertad, entrega. Por otra parte
estamos llamados a construir la civilización del amor, es decir, una cultura que parte del amor que se
empieza a experimentar y vivir en la familia. (cf. 1 Cor 13,1-13; Jn 15, 1-17). En la vivencia de su misión,
la familia está llamada a superar las caricaturas de amor que se van presentando. Con esfuerzo
cristiano, con decisión fuerte buscará superar el individualismo, la libertad sin responsabilidad, el
utilitarismo. Volvamos nuestra mirada a la triste realidad que estamos contemplando: “huérfanos de
padres vivos”; heridas que sangran y duelen en el corazón de tantas personas. Ante esta realidad
busquemos la fuerza en la oración, recordemos nuestra vocación (cf. Mt 5,48; 7,14).20
18
CARTA n.9
19
CARTA, n.10- 12
20
CARTA, n.13 -14
Desde luego, en la misión de la familia, aparece con particular énfasis el compromiso de la defensa de la
vida. La familia es “santuario de la vida”. En fin, es misión de la familia, sentirse interpelada por los
grandes problemas que se ofrecen a la familia hoy: hogares incompletos, tentación del aborto, la miseria
y pobreza extremas. Cada familia ha de meditar los graves desafíos que se le presentan hoy a la luz del
texto evangélico sobre el juicio final (cf. Mt 25,31-46)24
También de las intervenciones del Papa Benedicto en Valencia, podríamos tomar abundantes
indicaciones para mirar la familia en camino de misión hoy. “Este encuentro da nuevo aliento para seguir
anunciando el Evangelio de la familia, reafirmar su vigencia e identidad basada en el matrimonio abierto
al don generoso de la vida, y donde se acompaña a los hijos en su crecimiento corporal y espiritual. De
este modo se contrarresta un hedonismo muy difundido, que banaliza las relaciones humanas y las
vacía de su genuino valor y belleza. Promover los valores del matrimonio no impide gustar plenamente la
felicidad que el hombre y la mujer encuentran en su amor mutuo. La fe y la ética cristiana, pues, no
pretenden ahogar el amor, sino hacerlo más sano, fuerte y realmente libre. Para ello, el amor humano
necesita ser purificado y madurar para ser plenamente humano y principio de una alegría verdadera y
duradera (cf. Discurso en san Juan de Letrán, 5 junio 2006)”.
También afirmó el Papa Benedicto: “Junto con la transmisión de la fe y del amor del Señor, una de las
tareas más grandes de la familia es la de formar personas libres y responsables. Por ello los padres han
de ir devolviendo a sus hijos la libertad, de la cual durante algún tiempo son tutores. Si éstos ven que
sus padres -y en general los adultos que les rodean- viven la vida con alegría y entusiasmo, incluso a
pesar de las dificultades, crecerá en ellos más fácilmente ese gozo profundo de vivir que les ayudará a
superar con acierto los posibles obstáculos y contrariedades que conlleva la vida humana. Además,
cuando la familia no se cierra en sí misma, los hijos van aprendiendo que toda persona es digna de ser
amada, y que hay una fraternidad fundamental universal entre todos los seres humanos…
Invito, pues, a los gobernantes y legisladores a reflexionar sobre el bien evidente que los hogares en paz
y en armonía aseguran al hombre, a la familia, centro neurálgico de la sociedad, como recuerda la Santa
Sede en la Carta de los Derechos de la Familia. El objeto de las leyes es el bien integral del hombre, la
respuesta a sus necesidades y aspiraciones. Esto es una ayuda notable a la sociedad, de la cual no se
puede privar y para los pueblos es una salvaguarda y una purificación. Además, la familia es una
escuela de humanización del hombre, para que crezca hasta hacerse verdaderamente hombre. En este
21
CARTA, n.15
22
Cfr. CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, ns. 2234 - 2246
23
CARTA, n.16
24
CARTA, n.21.22
Conclusión
La familia es “Iglesia doméstica”. En ella aprendemos y vivimos lo que significa vivir en la Iglesia que
vive de la fe en Cristo Jesús. En la familia experimentamos lo que significa vivir en el amor como Cristo
Jesús nos lo ha enseñado: porque papá y mamá me han amado podemos comprender que “Dios nos
ama primero”. En la familia vamos aprendiendo lo que significa salir de nosotros mismos y entregarnos
al bien de los demás con actitudes de solidaridad, respeto, servicio.
No olvido que en Colombia estamos celebrando la semana de la paz. Me parece interesante recoger un
planteamiento hecho por el Papa Juan Pablo II cuando, en el contexto del año internacional de la familia
nos entregó el mensaje para la Jornada de la Paz con este título: “De la familia nace la paz para la
familia humana”. Terminemos nuestra intervención con las palabras finales del Papa en aquella
ocasión.
“«Familia, ¡sé lo que eres!», he escrito en la exhortación apostólica Familiaris consortio (n. 17). Es decir,
¡sé «una íntima comunidad de vida y amor conyugal» (Gaudium et spes, 48), llamada a dar amor y a
transmitir la vida!...Familia, tú tienes una misión de importancia primordial: contribuir a la construcción de
la paz, que es un bien indispensable para el respeto y el desarrollo de la misma vida humana (cf.
Catecismo de la Iglesia católicas24, n. 2.304). Consciente de que la paz no se obtiene de una vez para
siempre (cf. Gaudium et spes, 78), ¡nunca debes cansarte de buscarla! Jesús, con su muerte en la cruz,
ha dejado su paz a la humanidad, asegurando su presencia perenne (cf. Jn 14, 27; 20, 19-21; Mt 28,
20). ¡Exige esta paz, reza por esta paz, trabaja por ella!...Vosotros, padres, tenéis la responsabilidad de
formar y educar a vuestros hijos para que sean personas de paz: para ello, sed vosotros los primeros
constructores de paz…Vosotros, hijos, abiertos hacia el futuro con el ardor de vuestra juventud, llena de
proyectos e ilusiones, apreciad el don de la familia, preparaos para la responsabilidad de construirla o
promoverla, según las respectivas vocaciones que Dios os conceda. Fomentad el bien y pensamientos
de paz…Vosotros, abuelos, que con los demás parientes representáis en la familia unos vínculos
insustituibles y preciosos entre las generaciones, aportad generosamente vuestra experiencia y el
testimonio para unir el pasado con el futuro en un presente de paz…Familia, ¡vive de manera concorde y
plena tu misión!”
Y agregó el Papa: “Finalmente, ¿cómo olvidar a tantas personas que, por varios motivos, se sienten sin
familia? A ellas quiero decir que tienen también una familia: La Iglesia es casa y familia para todos (cf.
Familiaris consortio, 85). La misma Iglesia abre de par en par las puertas y acoge a cuantos están solos
o abandonados; en ellos ve a los hijos predilectos de Dios, cualquiera que sea su edad, cualesquiera
que sean sus aspiraciones, dificultades y esperanzas… ¡Que la familia pueda vivir en paz, de tal manera
que de ella brote la paz para toda la familia humana! Esta es la súplica que por intercesión de María,
Madre de Cristo y de la Iglesia, elevo a Aquel «de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la
tierra» (Ef 3, 15). 25
Septiembre 6 de 2006
25
JUAN PABLO II, Mensaje para la Jornada de la Paz, 1994, n.6
Desarrollo:
a) Oración inicial. Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación
a la lectura orante de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los
versículos principales. Se reza la invocación al Espíritu Santo. Antes de leer La Palabra del día por
primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de leerlo por segunda vez nos preguntamos
¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos preguntamos ¿Qué le digo al texto? Como
oración final, luego de una breve compartida todos rezan el Gloria.
Marcos 5, 21
Jesús, entonces, atravesó el lago, y al volver a la otra orilla, una gran muchedumbre se juntó en la playa
en torno a él.
En eso llegó un oficial de la sinagoga, llamado Jairo, y al ver a Jesús, se postró a sus pies suplicándole:
Mi hija está agonizando; ven e impón tus manos sobre ella para que se mejore y siga viviendo.
Jesús se fue con Jairo; estaban en medio de un gran gentío, que lo oprimía.
Se encontraba allí una mujer que padecía un derrame de sangre desde hacía doce años.
Había sufrido mucho en manos de muchos médicos y se había gastado todo lo que tenía, pero en lugar
de mejorar, estaba cada vez peor.
Como había oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto. La
mujer pensaba: Si logro tocar, aunque sólo sea su ropa, sanaré.
Al momento cesó su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba sana.
Pero Jesús se dio cuenta de que un poder había salido de él, y dándose vuelta en medio del gentío,
preguntó: ¿Quién me ha tocado la ropa?
Sus discípulos le contestaron: Ya ves cómo te oprime toda esta gente: ¿y preguntas quién te tocó?
Pero él seguía mirando a su alrededor para ver quién le había tocado.
Entonces la mujer, que sabía muy bien lo que le había pasado, asustada y temblando, se postró ante él
y le contó toda la verdad.
Jesús le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda sana de tu enfermedad.
Jesús estaba todavía hablando cuando llegaron algunos de la casa del oficial de la sinagoga para
informarle: Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar ya al Maestro?
Jesús se hizo el desentendido y dijo al oficial: No tengas miedo, solamente ten fe.
Pero no dejó que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
Cuando llegaron a la casa del oficial, Jesús vio un gran alboroto: unos lloraban y otros gritaban.
Jesús entró y les dijo: ¿Por qué este alboroto y tanto llanto? La niña no está muerta, sino dormida.
Y se burlaban de él. Pero Jesús los hizo salir a todos, tomó consigo al padre, a la madre y a los que
venían con él, y entró donde estaba la niña.
Tomándola de la mano, dijo a la niña: Talitá kum, que quiere decir: Niña, te lo digo, ¡levántate!
Qué era un chico de 12 años en la antigüedad y uno de 15 en la Edad Media, porqué nos cuesta
madurar tanto hoy.
La experiencia de Sarita y María en 5to grado, el epitafio de un Obispo en una de las criptas de la
Abadía de Westminster (año 1.100): Empieza por Ti:
Cuando era jóven y libre y mi imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar el mundo. Al
volverme más viejo y más sabio, descubrí que el mundo no cambiaría, entonces, acorté un poco
mis objetivos y decidí cambiar sólo mi país.
Al ingresar en mis años de ocaso, en un último intento desesperado, me propuse cambiar sólo a
mi familia, a mis allegados, pero por desgracia, no me quedaba ninguno.
Y ahora que estoy en medio de mi lecho de muerte, de pronto me doy cuenta: SI ME HUBIERA
CAMBIADO PRIMERO A MI MISMO, con el ejemplo habría cambiado a mi familia.
A partir de su inspiración y estímulo, podría haber hecho un bien a mí país y, quién sabe, tal vez
incluso, habría cambiado el mundo.
c) Presentar los esquemas de “Oración: Hablar con Dios”, “La Lectio Divina” y “<Lectio Divina>:
Los discípulos de Emaús”.
Puesta en común del material leído de la web. El Animador expone las ideas principales de la charla
para que queden claras para todos por igual.
e) Oración Final.
Es conveniente que la responsabilidad rote entre los auxiliares
A fin de poder ir apreciando las características de cada uno.
Como oración final, luego de una breve compartida todos rezan la oración el “Nuc dimitis” y la Salve:
Cántico de Simeón
Ahora, Señor, según tu promesa,
Puedes dejar a tu siervo irse en paz,
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
A quien has presentado ante todos los pueblos:
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oh Lumen
Oh Luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
El agua de la Sabiduría
Predicador de la Gracia
Llévanos a la Santidad.
Núcleo doctrinario:
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia
Sermones sobre el evangelio de Juan, nº 124; CCL 36, 685
Pedro y Juan fueron, cada uno, figura de cada una de estas dos vidas. Pero uno y otro caminaron por
la fe, en la vida presente, uno y otro habían de gozar para siempre de la visión, en la vida futura. Por
esto, Pedro, el primero de los apóstoles, recibió las llaves del reino de los cielos, con el poder de atar y
desatar los pecados (Mt 16,19), para que fuese el piloto de todos los santos, unidos inseparablemente al
cuerpo de Cristo, en medio de las tempestades de esta vida; y por esto, Juan, el evangelista, se reclinó
sobre el pecho de Cristo (Jn 13, 23.25), para significar el tranquilo puerto de aquella vida arcana. En
efecto, no sólo Pedro, sino toda la Iglesia ata y desata los pecados. Ni fue sólo Juan quien bebió, en la
fuente del pecho del Señor, para enseñar con su predicación la doctrina acerca de la Palabra que existía
en el principio y estaba en Dios y era Dios (Jn 7,38; 1,1)... sino que el Señor en persona difundió por
toda la tierra este mismo Evangelio para que todos bebiesen de él, cada uno según su capacidad.
«En estas mujeres están representadas las dos vidas: la presente y la futura, la trabajosa y la que ha
llegado al descanso, la necesitada y la bienaventurada, la temporal y la eterna» (·AGUSTIN-SAN: Serm.
104, 3, 4 en PL 38, 617 infra). Estaban, pues, en aquella casa las dos vidas y la fuente misma de la
vida: en Marta la imagen de lo presente, en María la imagen de lo que está por venir. Lo que Marta
hacía, eso somos aquí; lo que María hacía, es lo que esperamos» (Serm. 104, 3, 4 en PL 38, 618). Es
decir, María y Marta designan según Agustín no dos posibilidades de esta vida, sino el término y el
camino, el allende y el aquende. La figura de la vida en este mundo es Marta, para todos. Y María
escogió "la mejor parte" sólo en cuanto que es tipo de lo permanente, de aquello que ya no se le quitará,
de la hartura eterna por el Verbo en el nuevo mundo. (...)
..........
«El trabajo pasa y el descanso permanece, pero sólo se llega al descanso por el trabajo. La nave pasa y
llega a la patria, pero sólo se llega a la patria por la nave. Que estemos haciendo una travesía, lo
sabemos sólo mirar a las ondas y tormentas de este tiempo. Y yo estoy cierto de que no nos hundimos,
porque nos lleva el madero de la cruz"
............
"Había llegado (María) a aquella unidad que le permitía contemplar la dulzura del Señor. Sin embargo,
en la noche de este tiempo, nosotros no podemos eso todavía». Agustín cita el adhuc sequor
(/Flp/03/13) paulino e insiste: «Todavía sigo, todavía voy adelante, todavía camino, todavía estoy de
viaje, todavía tiendo hacia adelante, aún no he llegado al término". En este contexto cae la famosa
palabra: «Sufficit et peristi: Semper adde, semper ambula, semper profice» (Serm. 170, 15, 118 en PL
col. 926). El destino del cristiano en este mundo es el destino de Marta. que servía al Señor, necesitado
.............
Una orientación algo distinta recibe una vez más la imagen en un sermón sobre las palabras de la carta
de Santiago: «Sea todo hombre pronto para oír y tardo para hablar» (/St/01/19). María aparece como la
oyente ejemplar de la palabra, como símbolo de aquella gran función fundamental cristiana. que es el
oír, y es a la vez un "comer" espiritual, unión con el Verbo o palabra de que vive la fe. (...)
PREDICADOR/PELIGROS OB/PBRO/PELIGROS
Con ello une además Agustín uno de aquellos pensamientos que hacen tan amable y atrayente su
eclesialidad: el oyente está en lugar más seguro que el predicador, tiene "la mejor parte". Hace ya ahora
lo que un día haremos todos (Serm. 179. 7, 7 en PL col. 970). Esta idea sobre el peligro del oficio, que
puede engañar al hombre acerca de su verdadera situación (interiormente somos todos oyentes de la
palabra: "Intus autem ubi nemo videt, omnes auditores sumus..."), la explanó el doctor de la Iglesia de
Hipona con preferencia en las ordenaciones episcopales o en el aniversario de su propia ordenación,
bien en contraste con otros predicadores que solían aprovechar tales ocasiones -por ejemplo, al estilo
de algunos sermones de primeras misas de antaño- para componer un panegírico en loa del oficio y
hasta de la persona. «Para que se oiga mejor la voz, estamos nosotros algo más altos, pero mucho más
alto todavía somos juzgados, y sois vosotros quienes nos juzgáis.
Enseñar es peligroso, ser discípulo es seguro. El oyente de la palabra está más seguro que quien la
dice» (Serm. 23, 1, 1 en PL 38, 155; cf. 17, 2, 2: col 125). «Lo que soy para vosotros, me espanta; lo
que soy con vosotros, me consuela. Para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano. Obispo es
título de una tarea, que se acepta; cristiano es el nombre de una gracia. El título es peligroso, el nombre
es saludable» (Serm. 340, 1 en PL 38, 1483). «Oigamos en común, aprendamos en común como
condiscípulos en la misma escuela del mismo maestro Jesucristo, cuya cátedra está en el cielo porque
estuvo primero en la cruz sobre la tierra. Lo que Él nos ha enseñado es el camino de la humildad»
(Serm. Guelf. 32, 4, ed. Morin, 566). Sin embargo, y pese a toda su estimación del oír, añade Agustín en
el sermón sobre Marta y María, aludiendo ahora a /St/01/22: «Pero pensad que si ya el oír es cosa
hermosa, cuánto más no lo será practicar lo que se oye. Si no oyes, si descuidas el oír, no edificas
nada. Pero si oyes y no obras según lo que oyes, sólo edificas un tronco mutilado» (Serm. 179, 8, 8 en
PL 38, 970).
...............
·Orígenes propone dos interpretaciones diversas del texto sobre Marta y María. Orígenes parte de la
lección más larga (atestiguada particularmente por el Sinaiticus), que no habla del unum necessarium,
sino de lo poco que es menester, y propone partiendo de ahí ver en Marta y María la figura de la
sinagoga y de la Iglesia, la primera de las cuales se preocupa de lo mucho que dice la letra de la ley,
mientras la última se ocupa en lo poco de que cuelgan la ley y los profetas, en aquello que ha sido
mandado sobre la caridad (Gcs, ORÍGENES IV, ed. PREUSCHEN, Frg. 78, sobre Jn 11,2 p. 545).
JOSEPH RATZINGER
18:15 18 - La Lectio Divina, Capilla Lc 8,49-56 “Lectio”, Guía p.10. Talita Kum,
Presentación, sus tiempos ¿?
Mc 7,31-37 Volver sobre “Las Efatá
Talita Kum, Efatá palabras”, Guía p.52
18 – La Lectio Divina
Siempre
Deseo: Conectar con el Dios que es mi Creador.
Vivir el día en la Presencia de Dios: Un tiempo de oración meditativa “sin comienzo ni fin” principalmente
en el Silencio: La voz de Dios no se calla, pero Dios nunca quiere imponerse, a menudo su voz se oye
como en un susurro, en un soplo de silencio.
Abrir una ventana a la Eternidad de Dios en el tiempo de los hombres.
Para
Poder adorar al Dios de la Vida
Poder seguir mi inteligencia con la luz del Espíritu Santo.
Tener una voluntad libre que libere a los demás.
Que crezca en mí un corazón puro amante de la Vida.
Ayudar a construir el Reinado de Dios en la historia.
1. La Escalera
El Monje Guigo II comparó la Lectio Divina con una escalera, donde cada etapa del proceso es
un peldaño. Su base se asienta sobre la Biblia y su extremo superior penetra el corazón de Dios
y “escruta los secretos de los cielos”.
CONTEMPLACIÓN
ORACIÓN
MEDITACIÓN
LECTURA
SALGO DE MÍ ÉL VIENE A MÍ
LECTURA
Estudiar atentamente el texto
MEDITACIÓN
Encontrar la verdad escondida en el texto
ORACIÓN
Abrir el corazón a Dios
CONTEMPLACIÓN
Saborear las alegrías de la dulzura
eterna (el amor de Dios)
La experiencia de la Lectio Divina va más allá de sus cuatro movimientos. Se pueden desarrollar
otros tantos momentos en la medida en que se progresa en el camino espiritual.
No es posible entrar en la inteligencia del texto sin el corazón pacificado y poseído por el Espíritu
Santo.
Retengamos estos dos aspectos: pacificación del corazón y posesión del Espíritu de Dios
El corazón es, por decirlo así, el órgano de la Lectio. Tal como lo enseña la Biblia, el corazón es lo
más íntimo de nuestra personalidad, la profundidad de nuestra conciencia (ver Mc. 7,21). Es allí donde
el Señor quiere comenzar a hablar, a poner su toque creador y transformador.
"¡Entra en tu cuarto!".
"¡Delimita tu tiempo!".
"¡Ayúdate de algo!",
"¡Interroga tu corazón!".
"¡Suplica!",
"dame un corazón que sepa escuchar…. para discernir". (Cfr. 1 Reyes 3,9).
: escucha tu propia respiración
"Dios nuestro, Padre de la luz, Tú has enviado al mundo tu Palabra, Sabiduría que sale de tu boca
Y que ha reinado sobre todos los pueblos De la tierra. (Eclo. 24, 6-8). Tú has querido que ella haga su
morada en Israel Y, que a través de Moisés, los Profetas Y los Salmos, (Lc. 24,44) ella manifieste tu
voluntad y hable a tu pueblo de Jesús, el Mesías esperado. Finalmente, has querido que tu propio Hijo,
Palabra eterna que de ti procede (Jn 1,1-14) Se hiciese carne Y plantase su tienda en medio de
nosotros. Él, nació de la Virgen María Y fue concebido por el Espíritu Santo (Lc. 1,35) Envía ahora tu
Espíritu sobre mí:
Que Él me dé un corazón capaz de escuchar (1 Reyes 3,9), me permita encontrarte en tus Santas
Escrituras y engendre tu Verbo en mí. Que el Espíritu Santo levante el velo de mis ojos (2 Cor 3, 12-16).
que Él me conduzca a la Verdad Completa (Jn. 16,13) y me dé inteligencia y perseverancia. Te lo pido
por Jesucristo, nuestro Señor, Que sea bendito por los siglos de los siglos. Amén".
2. “…Hallareis meditando”
En la Lectio Divina la meditación tiene características propias que la distinguen de aquella otra
que es especulación mental.
¿Qué me (nos) dice el texto?
El pueblo de la Biblia sabía meditar “atando cabos”, tratando de descubrir cómo se empata una
cosa con otra, escrutando el sentido de los acontecimientos, la lógica del actuar de Dios en
medio de todo, “la verdad oculta” como dice Guigo.
3. “Llamad orando”
La oración es llevar hacia fuera por medio de los labios el grito de nuestro corazón quemado por
la Palabra. Allí explicitamos todo lo que ha surgido en nuestra interioridad. Y “el Espíritu viene en
ayuda de nuestra flaqueza, pues nosotros no sabemos cómo pedir para hablar como conviene”
(Rom. 8,26).
¿Qué me (nos) hace decir el texto?
Como es espontánea y creativa no podemos dar muchas indicaciones, sólo destacar que hay
cuatro niveles típicos en que se puede vivir esta experiencia:
a. La compunción del corazón.
b. La súplica.
c. El agradecimiento.
d. La entrega.
19.00 19 - “Lectio Divina”: Los Clérigo adulto Lc 24,13-35 Si quieres te Los discípulos
de la Orden de
discípulos de Emaús acompaño en el de Emaús
Predicadores.
Comienza en parque y termina en Quien no va a camino
la Misa en el Cenáculo presidir la Misa
del Cierre
celebra aquí
Capilla
¿?
Texto Bíblico:
Evangelio según San Lucas 24,13-35.
Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez
kilómetros de Jerusalén.
En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido.
Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo
impedía que sus ojos lo reconocieran.
Él les dijo: "¿Qué comentaban por el camino?". Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de
ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en
estos días!".
"¿Qué cosa?", les preguntó. Ellos respondieron: "Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta
poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo nuestros sumos
sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron.
Hermanos, hagámonos cargo de lo que fueron, después de la resurrección, las apariciones de Cristo
a sus discípulos. Son tanto más importantes cuanto que nos enseñan que una comunión de este género
con Cristo es todavía posible; es esta clase de contacto con Cristo el que se nos da actualmente.
Durante este periodo de cuarenta días que siguen a la resurrección, Jesús inauguró su nueva relación
con la Iglesia, su actual relación con nosotros, el tipo de presencia que quiso manifestar como segura.
Después de su resurrección, ¿cómo estaba Cristo presente en su Iglesia? Iba y venía libremente;
nada se oponía a su llegada, aunque estuvieran cerradas las puertas. Pero, a pesar de estar él
presente, ello no era tan evidente a sus discípulos. Los discípulos de Emaús no tuvieron conciencia de
su presencia, así, de golpe, sino al acordarse de la influencia que tuvo sobre ellos: « ¿No ardía nuestro
corazón?»
Fijémonos bien en qué momento se les abrieron los ojos: en la fracción del pan. En efecto, ésta es la
actual disposición del evangelio. Si alguien recibe la gracia de captar la presencia de Cristo, es cierto
que no lo reconoce hasta más tarde; desde ahora es sólo por la fe que se capta su presencia. En lugar
de su presencia sensible, nos deja el memorial de su redención: se hace presente en el sacramento.
2007-03-04- Barcelona
El modo más simple y directo para ilustrar el misterio eucarístico es comprender la Misa en la que es
celebrado y vivido. Por tanto, seguiremos este camino. En la antigüedad cristiana existía un tipo de
catequesis especial llamada catequesis mistagógica. A diferencia de la catequesis ordinaria, era
impartida después, no antes del bautismo, por el obispo mismo y no por subalternos. Su objetivo, como
dice el nombre, era “introducir a los fieles en las profundidades del misterio”.
Era el momento en que se revelaban a los neófitos los misterios más sagrados, que se habían tenido
escondidos hasta ese momento, en razón de la “disciplina del arcano”, para evitar toda profanación
posible. La Eucaristía era el centro y el corazón de la catequesis mistagógica. Basta leer las catequesis
mistagógicas de san Cirilo de Jerusalén para darse cuenta de la solemnidad y del clima espiritual que se
respiraban en dichos momentos.
Querría renovar, al menos en parte, esa experiencia. Para nosotros la Eucaristía no es algo nuevo a
descubrir, es algo antiguo y familiar, pero, precisamente por esto, quizá necesitada de ser rescatada de
la costumbre. Uno de los fines que Juan Pablo II, en su carta apostólica, asignaba al año eucarístico del
2004, era el de resucitar el “estupor eucarístico”, es decir, la capacidad de asombrarse nuevamente ante
la “enormidad” (así la define Claudel) que es la Eucaristía.
La Misa está compuesta de tres momentos esenciales: la liturgia de la palabra, la liturgia eucarística y la
comunión. Reflexionaremos sobre cada una de estas tres partes.
1. La Liturgia de la palabra
1.1. Una mirada a la historia
En los comienzos de la Iglesia la liturgia de la palabra estaba separada de la liturgia eucarística. Los
discípulos participaban en el culto del templo. Allí escuchaban la lectura de la Biblia, recitaban los
salmos y las oraciones junto con los demás hebreos; luego se reunían aparte en sus casas para “partir
el pan”, es decir, celebrar la Eucaristía (Hech 2, 43). Muy pronto esta praxis se hizo imposible tanto por
la hostilidad respecto de ellos por parte de la comunidad hebrea, como porque las Escrituras habían
adquirido ya para ellos un sentido nuevo, orientado todo hacia Cristo.
Fue así como la escucha de la Escritura se trasladó del templo o de la sinagoga a los lugares de culto
cristiano, convirtiéndose en la actual liturgia de la palabra que precede a la plegaria eucarística. San
Justino, en el siglo II, da una descripción de la celebración eucarística en la que ya están presentes
todos los elementos esenciales de la actual Misa. No sólo la liturgia de la palabra es parte integrante de
ella, sino que a las lecturas del Antiguo Testamento se acercan en ese momento “las memorias de los
apóstoles”, es decir, los evangelios y las cartas, prácticamente el Nuevo Testamento
Escuchadas en la liturgia, las lecturas bíblicas adquieren un sentido nuevo y más fuerte que cuando son
En la misa, las palabras y los episodios de la Biblia no son solamente narrados, sino revividos: la
memoria se hace realidad y presencia. Lo que sucedió “en aquel tiempo”, tiene lugar “en este tiempo”,
“hoy” (hodie), como le gusta expresarse a la liturgia. Nosotros no sólo somos oyentes de la palabra, sino
interlocutores y actores en ella. A nosotros, allí presentes, se nos dirige la palabra; somos llamados a
asumir el puesto de los personajes evocados.
Algunos ejemplos ayudarán a entender. En la primera lectura, se lee el episodio de Dios que habla a
Moisés desde la zarza ardiente: en la Misa, nosotros estamos ante la verdadera zarza ardiente.... De
Isaías se lee que recibe en los labios el carbón ardiente que le purifica para la misión: nosotros vamos a
recibir en los labios el verdadero carbón ardiente, el que ha venido a traer fuego a tierra... Ezequiel es
invitado a comer el rollo de los oráculos proféticos y nosotros nos disponemos a comer a quien es la
palabra misma hecha carne y hecha pan...
La cosa se hace todavía más clara en el momento en el que del Antiguo Testamento pasamos al Nuevo,
de la primera lectura al texto evangélico... La mujer que sufría hemorragias está segura de que será
curada si logra tocar el borde del manto de Jesús: ¿Qué decir de nosotros que vamos a tocar mucho
más que el borde de su manto? Escuchaba yo una vez en el evangelio el episodio de Zaqueo y fui
tocado por su “actualidad”. Yo era Zaqueo; a mí se dirigían las palabras: Hoy debo alojarme en tu casa;
de mí, tras haber recibido la comunión, se podía decir con toda verdad: ¡Ha ido a alojarse a casa de un
pecador! Y era a mí a quien Jesús decía: Hoy ha llegado la salvación a esta casa.
Lo mismo se puede decir de cualquier otro episodio evangélico. En el domingo II del Tiempo Ordinario
de este año se leía en la misa el evangelio de las bodas de Caná. Con claridad extraordinaria se me
pareció cómo en la Misa se renueva el milagro de Caná. El diácono que llena los tres cálices era uno de
los servidores que llenaban las tinajas de agua. En el momento de la consagración sentí que estaba
asistiendo al milagro del agua que se convertía en vino. En la comunión, como uno de los invitados, era
consciente de que saboreaba el vino mejor. Y no se trataba de una aplicación arbitraria, porque se sabe
que el simbolismo eucarístico está dentro del relato evangélico de Caná.
No sólo los hechos, sino también las palabras del evangelio escuchadas en la Misa, adquieren un
sentido nuevo y más fuerte. Un día de verano, me encontraba celebrando la Misa en un pequeño
monasterio de clausura. Como texto evangélico teníamos Mateo 12. No olvidaré nunca la impresión que
me hicieron las palabras de Jesús: Aquí ahora hay uno que es más que Jonás..., Aquí ahora hay uno
que es más que Salomón. Entendía que aquellos dos adverbios “ahora” y “aquí” significaban
verdaderamente ahora y aquí, es decir, en ese momento y en ese lugar, no sólo en el tiempo en el que
Jesús estuvo en la tierra hace tantos siglos.
Tuve un escalofrío que me sacudió de mi sopor: allí, delante de mí, había, por tanto, uno que era más
que Jonás, más que Salomón, más que Abraham, más que Moisés: ¡Estaba el Hijo de Dios vivo y
verdadero¡ Desde ese día de verano, esas palabras se me han hecho queridas y familiares de modo
nuevo. A menudo, en la Misa, en el momento en que hago la genuflexión y me levanto tras la
consagración, me viene repetir en mi interior: ¡Aquí hay uno que es más que Salomón! ¡Aquí hay uno
que es más que Jonás!
Pasamos ahora a explicar el segundo momento de la misa, la liturgia eucarística. Jesús, después de
haber partido el pan y mientras lo daba a sus discípulos, dijo: Tomad, comed, éste es mi cuerpo que es
entregado por vosotros (Mt 26, 26; Lc 22, 19). Quiero contar, a propósito de esto, mi pequeña
experiencia, es decir cómo llegué a descubrir la dimensión eclesial y personal de la consagración
eucarística.
Desde mi ordenación yo vivía de este modo el momento de la consagración en la santa misa: cerraba
los ojos, inclinaba la cabeza, trataba de aislarme de todo aquello que me rodeaba para ensimismarme
sólo en Jesús que, en el cenáculo, antes de morir, pronunció por primera vez aquellas palabras: Tomad,
comed... La misma liturgia favorecía este comportamiento, haciendo pronunciar las palabras de la
consagración en voz baja y en latín, inclinados sobre las especies, revueltos hacia el retablo y no hacia
la asamblea.
Después, un día me di cuenta de que tal comportamiento, por sí solo, no expresaba todo el significado
de mi participación en la consagración. ¡Aquel Jesús del cenáculo ya no existe!, ahora existe el Jesús
resucitado; para ser exactos, el Jesús que había muerto y que ahora vive para siempre (cfr. Ap 1, 18). Y
este Jesús es el “Cristo total”, Cabeza y cuerpo inseparablemente unidos. Así pues, si este Cristo total
es el que pronuncia las palabras de la consagración, también yo las pronuncio con él. En el gran “Yo” de
la Cabeza, se esconde el pequeño “yo” del cuerpo que es la Iglesia. Está también mi pequeñísimo “yo” y
también él dice a quien está delante: Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo que se
entrega por vosotros.
Desde el día en que comprendí esto, ya no cierro los ojos en el momento de la consagración, sino que
miro a los hermanos que tengo delante o, si celebro solo, pienso en aquellos que encontraré durante el
resto de la jornada y a los que tendré que dedicar mi tiempo, o pienso incluso en toda la Iglesia y,
dirigido a ellos, digo como Jesús: Tomad, comed, esto es mi cuerpo.
Algunas palabras de san Agustín, se encargaron más tarde de despejar cualquier duda sobre esta
intuición mía, haciéndome ver que esta actitud pertenecía a la doctrina más “sana” de la tradición: “En el
sacramento del altar se le muestra que, ofreciendo a Dios la oblación, la Iglesia se ofrece a sí misma (in
ea re quam offert, ipsa offertur)” .
Por lo tanto, todo es transparente y seguro en esta visión de la consagración eucarística. Hay dos
cuerpos de Cristo en el altar: está su cuerpo real (el cuerpo “nacido de María Virgen”, resucitado y
ascendido al cielo) y está su cuerpo místico que es la Iglesia. Pues bien, en el altar está presente
realmente su cuerpo real, y está presente místicamente su cuerpo místico, donde “místicamente”
significa: en virtud de su inseparable unión con la Cabeza. No hay ninguna confusión entre las dos
presencias que son bien distintas, pero tampoco hay división alguna.
Nuestra ofrenda y la ofrenda de la Iglesia no sería nada sin la de Jesús; no sería ni santa ni agradable a
Dios, porque sólo somos criaturas pecadoras. Pero la ofrenda de Jesús, sin la de la Iglesia que es su
cuerpo, no sería suficiente (no sería suficiente, claro está, para la redención pasiva, es decir, para recibir
la salvación; pero sí lo sería para la redención activa, es decir, para procurar la salvación); esto es tan
Y puesto que hay dos “ofrendas” y dos “dones” en el altar —el que se debe transformar en el cuerpo y la
sangre de Cristo (el pan y el vino) y el que se debe transformar en el cuerpo místico de Cristo—, hay
también dos “epíclesis” en la misa, es decir, hay dos invocaciones del Espíritu Santo. En la primera se
dice: “Por eso, Señor, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos
separado para ti, de manera que sean cuerpo y sangre de Jesucristo”; en la segunda, que se recita
después de la consagración, se dice: “Y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo
y un solo espíritu. Que él (el Espíritu) nos transforme en ofrenda permanente”.
Jesús explicaba las cosas del reino con parábolas: adoptemos por una vez su método y tratemos de
entender, con la ayuda de una parábola moderna, lo que sucede en la celebración eucarística. En una
gran hacienda había un dependiente que amaba y admiraba desmesuradamente al dueño de la
empresa. Por su cumpleaños quiso hacerle un regalo. Pero antes de presentárselo pidió en secreto a
todos sus colegas que pusieran su firma en el regalo. Por tanto, llegó a manos del dueño como el regalo
indistinto de todos sus dependientes y como un signo de estima y de amor de todos ellos, pero, en
realidad, sólo uno había pagado el precio del mismo.
¿No es exactamente lo que sucede en el sacrificio eucarístico? Jesús admira y ama ilimitadamente al
Padre celestial. Quiere hacerle cada día, hasta el fin del mundo, el regalo más precioso que se pueda
pensar: el de su misma vida. En la Misa invita a todos sus “hermanos” para que pongan su firma en el
regalo, de modo que llega a Dios Padre como el regalo indistinto de todos sus hijos: “el sacrificio mío y
vuestro”, lo llama el sacerdote en el Orate fratres (Orad hermanos). Pero, en realidad, sabemos que sólo
uno ha pagado el precio de dicho regalo. ¡Y qué precio!
Nuestra firma son las pocas gotas de agua que se mezclan con el vino en el cáliz, como explica la
oración que acompaña el gesto: “El agua unida al vino sea signo de nuestra participación en la vida
divina de quien ha querido compartir nuestra condición humana”. Nuestra firma es, sobre todo, ese
Amén solemne que la liturgia hace que pronuncie toda la asamblea como final de la Plegaria eucarística:
“Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y
toda gloria por los siglos de los siglos. ¡Amén! Es como quien dijera: “Me uno a lo que se ha hecho y
dicho, lo suscribo a todo.
Ahora sabemos cómo la eucaristía hace la Iglesia: la eucaristía hace la Iglesia, haciendo de la Iglesia
una eucaristía. La eucaristía no es sólo, genéricamente, la fuente o la causa de la santidad de la Iglesia;
es también su “forma”, es decir su modelo. La santidad del cristiano debe realizarse según la “forma” de
la eucaristía; debe ser una santidad eucarística. El cristiano no puede limitarse a celebrar la eucaristía,
debe ser eucaristía con Jesús.
Ahora podemos sacar las consecuencias prácticas de esta doctrina para nuestra vida cotidiana. Si en la
consagración somos también nosotros los que decimos, dirigiéndonos a los hermanos, “Tomad, comed,
esto es mi cuerpo; tomad, bebed, ésta es mi sangre”, debemos saber qué significan “cuerpo” y “sangre”
para saber lo que ofrecemos.
¿Qué quería darnos Jesús, con aquellas palabras de la última cena: “Esto es mi cuerpo”? La palabra
“cuerpo” no indica, en la Biblia, un componente o una parte del hombre que, unida a los otros
componentes, que son el alma y el espíritu, forman el hombre completo. En el lenguaje bíblico, y por lo
Después Jesús dice también: Ésta es mi sangre. ¿Qué añade con la palabra “sangre”, si con su cuerpo
ya nos ha dado toda su vida? ¡Añade la muerte! Después de habernos dado la vida, nos da también la
parte más preciosa de ésta: su muerte. El término “sangre” en la Biblia no indica una parte del cuerpo, es
decir, no se refiere a una parte del hombre; este término indica más bien un acontecimiento: la muerte.
Si la sangre es la sede de la vida (esto es lo que se creía entonces), su “derramamiento” es el signo
plástico de la muerte.
Ahora, descendiendo a cada uno de nosotros, podemos preguntarnos qué ofrecemos al entregar nuestro
cuerpo y nuestra sangre junto con Jesús en la misa. Ofrecemos también nosotros lo mismo que ofreció
Jesucristo, nuestro Señor: la vida y la muerte. Con la palabra “cuerpo”, damos todo aquello que
constituye la vida que llevamos a cabo en este cuerpo: tiempo, salud, energías, capacidades, afecto,
quizá esa sonrisa que sólo un espíritu que vive en un cuerpo puede ofrecer y que es, a veces, algo
extraordinario.
Con la palabra “sangre”, expresamos también nosotros la ofrenda de nuestra muerte; pero no
necesariamente la muerte definitiva, el martirio por Cristo o por los hermanos. Es muerte todo aquello
que en nosotros, desde ahora, prepara y anticipa la muerte: humillaciones, fracasos, enfermedades,
limitaciones debidas a la edad, a la salud, todo aquello que nos “mortifica”.
Todo esto exige, sin embargo, que cada uno de nosotros, nada más salir a la calle al término de la misa,
nos pongamos manos a la obra para realizar lo que hemos dicho; que, a pesar de todos nuestros límites,
nos esforcemos realmente en ofrecer para los hermanos nuestro “cuerpo”, es decir, nuestro tiempo,
nuestras energías, nuestra atención; en una palabra, nuestra vida.
Tratemos de imaginar qué sucedería si celebrásemos la Misa con esta participación personal, si
dijéramos realmente todos, en el momento de la consagración, unos en voz alta y otros en silencio, cada
uno según su ministerio: Tomad, comed... Imaginemos una madre de familia que celebra así su misa, y
después va a su casa y empieza su jornada hecha de multitud de pequeñas cosas. Su vida es,
literalmente, desmigajada; pero lo que hace no es en absoluto insignificante: ¡Es una eucaristía junto con
Jesús!
Pensemos en una religiosa que viva de este modo la Misa; después también ella se va a su trabajo
cotidiano: niños, enfermos, ancianos... Su vida puede parecer fragmentada en miles de cosas que,
llegada la noche, no dejan ni rastro; una jornada aparentemente perdida. Y, sin embargo, es eucaristía;
ha “salvado” su propia vida.
Imaginemos un sacerdote, un párroco, un obispo, que celebra así su misa y después se va: ora, predica,
confiesa, recibe a la gente, visita a los enfermos, escucha... También su jornada es eucaristía. Un gran
maestro de espíritu, decía: “Por la mañana, en la misa, yo soy el sacerdote y Jesús es la víctima;
durante la jornada, Jesús es el sacerdote y yo soy la víctima” (P. Olivaint).
¿Y los jóvenes? ¿Qué tiene que decir la Eucaristía hoy a los jóvenes? Basta que pensemos una cosa:
Enseñemos a decir a los jóvenes y chicas cristianas, en el momento de la consagración: Tomad, comed,
esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros. Así se consagra el cuerpo, se convierte en algo sagrado,
ya no se puede “dar en alimento” a la concupiscencia propia y ajena, ya no se puede vender, porque se
ha entregado. Se ha hecho eucaristía con Cristo.
El apóstol Pablo escribía los primeros cristianos: El cuerpo no es para la fornicación, sino para el
Señor.... glorificad pues a Dios con vuestro cuerpo (1Cor 6, 13.20); glorifica a Dios con el propio cuerpo
el célibe y la virgen que lo consagran a un amor indiviso a Cristo, en favor de los hermanos; glorifica a
Dios con el propio cuerpo quien se casa, haciendo de él un don de amor para la alegría del cónyuge y
para la transmisión de la vida.
Pero el “cuerpo” no es sólo sexualidad. Decir: “Esto es mi cuerpo” significa, para un joven, decir también:
¡Esta es mi juventud, mis ganas de vivir, mi entusiasmo, mi alegría, mi esperanza: todo ello cosas de las
que quiero hacer un don también para vosotros!
Pero no hay que olvidar que también hemos ofrecido nuestra “sangre”, es decir, nuestras pasiones, las
mortificaciones. Éstas son la mejor parte que el mismo Dios destina a quien tiene más necesidad en la
Iglesia. Cuando ya no podemos seguir ni hacer aquello que queremos, es cuando podemos estar más
cerca de Cristo. Gracias a la eucaristía, ya no existen vidas “inútiles” en el mundo; nadie debería decir:
“¿De qué sirve mi vida? ¿Para qué estoy en el mundo?” Estás en el mundo para el fin más sublime que
existe: para ser un sacrificio vivo, una eucaristía con Jesús.
3. La comunión eucarística
Nos queda de presentar ahora el tercer momento esencial de la Misa, la comunión. Un filósofo ateo dijo:
“El hombre es lo que come”, queriendo decir con ello que en el hombre no existe una diferencia
cualitativa entre materia y espíritu, sino que todo en él se reduce al componente orgánico y material. Y
con ello, se ha vuelto a dar, una vez más, el hecho de que un ateo, sin saberlo, ha dado la mejor
formulación de un misterio cristiano. Gracias a la eucaristía, el cristiano es verdaderamente lo que come.
Hace ya mucho tiempo, escribía san León Magno: “Nuestra participación en el cuerpo y sangre de Cristo
no tiende a otra cosa que a convertirnos en aquello que comemos”
Pero escuchemos lo que dice, a propósito de esto, el mismo Jesús: Lo mismo que el Padre, que vive,
me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí (Jn 6, 57). La preposición
“por” (en griego, dià) tiene aquí valor causal y final: indica a la vez un movimiento de proveniencia y un
movimiento de destino. Significa que quien come el cuerpo de Cristo vive “por” Él, es decir, a causa de
Él, en virtud de la vida que proviene de Él, y vive “en vista de” Él, es decir, para su gloria, su amor, su
Reino. Como Jesús vive del Padre y para el Padre, así, al comulgar en el santo misterio de su cuerpo y
de su sangre, vivimos de Jesús y para Jesús.
En efecto, el principio vital más fuerte es el que asimila consigo al menos fuerte, no al contrario. El
Estos son ejemplos clásicos. En cambio, querría insistir en otro aspecto de la comunión eucarística
sobre el cual se habla menos. La carta a los Efesios dice que el matrimonio humano es un símbolo de la
unión entre Cristo y la Iglesia (cf. Ef 5, 31). Ahora bien, según san Pablo, la consecuencia inmediata del
matrimonio es que el cuerpo del marido llega a ser de la esposa y, viceversa, el cuerpo de la esposa
llega a ser del marido (cf. 1Co 7,4). (“Cuerpo”, hemos visto significa en la Biblia toda la persona, no
solamente su componente física).
Aplicado a la Eucaristía, esto significa que la carne incorruptible y vivificadora del Verbo encarnado se
hace “mía”, pero también mi carne, mi humanidad, se hace de Cristo. En la Eucaristía recibimos el
cuerpo y la sangre de Cristo, pero ¡también Cristo “recibe” nuestro cuerpo y nuestra sangre! Él nos dice:
“Toma, esto es mi cuerpo”, pero también nosotros podemos decirle: “Toma, esto es mi cuerpo”.
No hay nada en mi vida que no pertenezca a Cristo. Nadie debe decir: “¡Ah, Jesús no sabe lo que quiere
decir ser una mujer, estar casado, haber perdido un hijo, estar enfermo, ser anciano, ser persona de
color!” Si lo sabes tú, también lo sabe él, gracias a ti y en ti. Lo que Cristo no ha podido vivir “según la
carne”, habiendo sido su existencia terrena, como la de todo hombre, limitada a algunas experiencias, lo
vive y “experimenta” ahora como resucitado “según el Espíritu”, gracias a la comunión esponsal de la
Misa. Todo lo que “faltaba” a la plena “encarnación” del Verbo se “realiza” en la Eucaristía. La beata
Isabel de la Trinidad comprendió el motivo profundo de esto cuando escribía: “La esposa pertenece al
esposo. El mío me ha tomado. Quiere que sea para Él una humanidad añadida”.
En el rito de la misa anterior a la reforma, antes de iniciar el ofertorio, el sacerdote se dirigía al pueblo
con el saludo Dominus vobiscum (El Señor esté con vosotros) y esto es lo que el poeta Claudel leía en
esas palabras y en la mirada implorante del sacerdote:
Mi pequeña grey, no es sólo la patena, no es sólo el cáliz con el vino, eres tú, toda entera, mi pequeña
grey, lo que yo querría tener y levantar entre manos...
Ahora se te presenta el plato para la ofrenda; ¿no tienes otra cosa que esa mísera moneda para poner
en él?...
¿No hay afligidos entre vosotros? ¿De verdad? ¿Ningún pecado, ningún dolor?
¿Ninguna madre que haya perdido el hijo? ¿Ningún fracasado sin culpa propia?
¿Ningún enfermo al que el médico haya diagnosticado y que sabe que ya no tiene esperanza?
Esto es lo que rescata al mundo con él, esto es aquello de lo que tiene sed y hambre,
Estas lágrimas como monedas arrojadas en el agua, Dios mío, ¡tanto sufrimiento desperdiciado!
¡Tened piedad de él que sólo tuvo treinta y tres años para sufrir!
¡Unid vuestra pasión a la suya, visto que sólo se puede morir una vez!”.
Pero dar a Jesús nuestras cosas —cansancios, dolores, fracasos y pecados—, es sólo el primer acto.
Del dar se debe enseguida pasar, en la comunión, al recibir. ¡Recibir nada menos que la santidad de
Cristo! Si no damos este “golpe temerario” nunca entenderemos “la enormidad” que es la Eucaristía.
Hay un acto que, realizado con los hombres es pecado y está penado por la ley y que, en cambio, con
Cristo no sólo está permitido, sino que es sumamente recomendable: “la apropiación indebida”. ¡En cada
comunión Cristo nos “instiga” a hacer una apropiación indebida! (“Indebida”, es decir, ¡no debida, no
merecida, puramente gratuita!). Nos permite apoderarnos de su santidad.
¿En dónde se realizará, concretamente, en la vida del creyente, ese “maravilloso intercambio”
(admirabile commercium) del que habla la liturgia, si no se realiza en el momento de la comunión? Allí
tenemos la posibilidad de dar a Jesús nuestros harapos y recibir de Él el manto de la justicia (Is 61,10).
En efecto, está escrito que por obra de Dios se ha convertido para nosotros en sabiduría, justicia,
santificación y redención (1Co 1,0). Lo que Cristo se ha convertido “para nosotros” nos está destinado,
nos pertenece. Es un descubrimiento capaz de poner alas a nuestra vida espiritual.
Nos hemos limitado hasta ahora a meditar sobre el aspecto vertical de la comunión, la comunión con
Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Pero en la eucaristía se realiza también una comunión horizontal, esto
es, con los hermanos. San Pablo dice: El pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?
Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo
pan (I Co 10, 16-17).
En este fragmento, se menciona dos veces la palabra “cuerpo”; la primera vez designa el cuerpo real de
Cristo; la segunda, su cuerpo místico que es la Iglesia. Al acercarme a la eucaristía ya no puedo
desentenderme del hermano; no puedo rechazarlo sin rechazar al mismo Cristo y separarme de la
unidad. Quien en la comunión pretendiera ser todo él fervor por Cristo, después de haber apenas
ofendido o herido a un hermano sin pedirle perdón, o sin estar decidido a hacerlo, se parece a alguien
que al encontrar después de mucho tiempo a un amigo suyo, se eleva de puntillas para besarlo en la
frente y mostrarle así todo su afecto, sin darse cuenta de que le está pisando los pies con sus zapatos
El Cristo que viene a mí en la comunión, es el mismo Cristo indiviso que se dirige también al hermano
que está a mi lado; por así decirlo, él nos une unos a otros, en el momento en que nos une a todos a sí
mismo.
San Agustín nos recuerda que no podemos obtener un pan si los granos que lo componen no han sido
primero “molidos”. Para ser molidos no hay nada más eficaz que la caridad fraternal, especialmente para
quien vive en comunidad: el soportarse unos a otros, a pesar de las diferencias de carácter, de puntos
de vista, etc. Es como una muela que nos lima y nos afila cada día, haciéndonos perder nuestras
asperezas naturales. Una canción española que me gusta mucho dice: “Un molino la vida nos tritura con
dolor – Dios nos hace eucaristía en el amor”.
Ahora hemos comprendido lo que significa decir: Amén y a quién decimos: Amén en el momento de la
comunión. Se proclama: “¡El cuerpo de Cristo!” y nosotros respondemos: ¡Amén! Decimos Amén al
cuerpo santísimo de Jesús nacido de María y muerto por nosotros, pero decimos también Amén a su
cuerpo místico que es la Iglesia y que son, concretamente, los hermanos que están a nuestro alrededor,
en la vida o en la mesa eucarística.
Desarrollo:
a) Todos juntos en la Capilla: Como bautizados somos bendición para el mundo y debemos bendecir
al mundo. Lo amamos apasionadamente.
Los cristianos no se distinguen de los demás hombres ni por el país, ni por el lenguaje, ni por la forma de
vestir. No viven en ciudades que les sean propias, ni se sirven de ningún dialecto extraordinario; su
género de vida no tiene nada de singular /.../. Se distribuyen por las ciudades griegas y bárbaras según
el lote que le ha correspondido a cada uno; se conforman a las costumbres locales en cuestión de
vestidos, de alimentación y de manera de vivir, al mismo tiempo que manifiestan las leyes
extraordinarias y realmente paradójicas de su república espiritual.
Cada uno reside en su propia patria, pero como extranjeros en un domicilio. Cumplen con todas sus
obligaciones cívicas y soportan todas las cargas como extranjeros. Cualquier tierra extraña es patria
suya y cualquier patria es para ellos una tierra extraña. Se casan como todo el mundo, tienen hijos, pero
no abandonan a los recién nacidos.
Comparten todos la misma mesa, pero no la misma cama. Están en la carne, pero no viven según la
carne. Pasan su vida en la tierra, pero son ciudadanos del cielo. Obedecen a las leyes establecidas y su
forma de vivir sobrepuja en perfección a las leyes.
Aman a todos los hombres y todos les persiguen. Se les desprecia y se les condena; se les mata y de
este modo ellos consiguen la vida. Son pobres y enriquecen a un gran número. Les falta de todo y les
sobran todas las cosas. Se les desprecia y en ese desprecio ellos encuentran su gloria. Se les calumnia
y así son justificados. Se les insulta y ellos bendicen /.../.
En una palabra, lo que el alma es en el cuerpo, eso son los cristianos en el mundo. El alma se extiende
por todos los miembros del cuerpo como los cristianos por las ciudades del mundo. El alma habita en el
cuerpo, pero sin ser del cuerpo, lo mismo que los cristianos habitan en el mundo, pero sin ser del mundo
/.../. El alma se hace mejor mortificándose por el hambre y la sed: perseguidos, los cristianos se
multiplican
cada vez más de día en día. Tan noble es el puesto que Dios les ha asignado, que no les está permitido
desertar de él.
A Diogneto.
c) Presentar los esquemas de “Oración: Hablar con Dios”, “La Lectio Divina” y “<Lectio Divina>:
Los discípulos de Emaús” y “<Lectio Divina>: La Visitación”.
Puesta en común del material leído de la web. El Animador expone las ideas principales de la charla
para que queden claras para todos por igual.
e) Oración Final.
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de nuestro Señor Jesucristo
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Oh Lumen
Oh Luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
El agua de la Sabiduría
Predicador de la Gracia
Llévanos a la Santidad.
Después que María fue visitada por el ángel, se puso rápidamente en camino a casa de su prima
Isabel, la cual también esperaba un hijo. Y el niño que había de nacer, Juan Bautista, saltó de gozo en el
vientre de Isabel. ¡Qué maravilla! ¡El Dios todopoderoso, para anunciar la venida de su Hijo, escogió a
un niño que había de nacer!
María, a través del misterio de la Anunciación y de la Visitación, representa el modelo de vida que
nosotras deberíamos llevar. Primero acogió a Jesús en su existencia; seguidamente, compartió lo que
había recibido. Cada vez que recibimos la Santa Comunión, Jesús, el Verbo, se hace carne en nuestra
vida –don de Dios, al mismo tiempo bello, gracioso, singular. Esta fue la primera Eucaristía: María ofrece
a su Hijo en ella, en quien él había puesto el primer altar. María, la única que podía afirmar con una
confianza absoluta: «Esto es mi cuerpo», a partir de ese primer momento ofreció su propio cuerpo, su
fuerza, todo su ser, para la formación del Cuerpo de Cristo.
Nuestra Madre la Iglesia ha elevado, delante del rostro de Dios, a un gran honor a las mujeres
proclamando a María Madre de la Iglesia.
Otro:
San Ambrosio anota que fue María la que se adelantó a saludar de primera. Es Ella la que siempre se
adelanta a dar demostraciones de cariño a quienes ama.
Esta visita se diferencia de las visitas mundanas en que aquellas se reducen a ceremonias y cortesías y
vanas demostraciones de respeto y de estimación. En cambio la visita de María llenó de bendiciones la
casa de Zacarías, Isabel y Juan. "Tan pronto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su
vientre e Isabel quedó llena del Espíritu Santo" (Lc. 1,40). O sea que el niño Juan recibió una inmensa
alegría al sentirse bendecido por la presencia y cercanía del Redentor que venía en el vientre santísimo
de María, y la madre Isabel tuvo la dicha de sentirse llena del Espíritu Santo. Dos favores muy grandes:
santa alegría y Espíritu Santo.
"Y exclamó Isabel en alta voz: ‘Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿De dónde a
mí que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo saltó de
gozo el niño en mi vientre’" (Lc. 1, 45).
Por medio de la visita de María llevó Jesús a aquel hogar muchos favores y gracias: el Espíritu Santo a
Isabel, la alegría a Juan, el don de Profecía, etc. Son los primeros favores que conocemos haya hecho
en la tierra el Hijo de Dios encarnado. San Bernardo dice que desde entonces María quedó constituida
en "Canal inmenso" por medio del cual la bondad de Dios envía hacia nosotros las cantidades más
admirables de gracias, favores y bendiciones.
Nuestra Señora de los servicios domésticos. Nuestra Señora del delantal puesto. Nuestra Señora de los
mandados. Nuestra Señora de la cocina y de la escoba. Nuestra Señora que no vino a ser servida sino a
servir a los necesitados… y en casa ajena. Lo que nos enseña la actitud de dedicarse a prestar servicios
sencillos a los demás, porque esa es la actitud de Jesús y de sus mejores discípulos… ¿Quién estará en
este tiempo necesitando que le prestemos algún servicio humilde como los de María a Isabel? ¿Nos
dedicaremos a ayudar un poco más?
Este fue el primero de los numerosos viajes de María a ayudar a los demás. Hasta el final de la vida en
el mundo, Ella estará siempre viajando para prestar auxilios a quienes lo estén necesitando.
Esta fue la primera marcha misionera de María. Ella fue a llevar a Jesús a que bendijera a otros. Y esto
lo sigue haciendo cada día y cada hora.
"Dichosa tú porque has creído". Esta frase de Isabel a María, fue siempre la preferida del Papa Juan
Pablo II (tan devoto de la Virgen). Él siempre la repetía cuando hablaba de Nuestra Señora. Y ojalá se
pueda decir lo mismo de cada uno de nosotros. Si creemos, seremos en realidad dichosos en esta vida
y en la eternidad.
Jesús empleó a su Madre para santificar a Juan Bautista y ahora la sigue siempre empleando para
santificarnos a cada uno de nosotros, que somos sus devotos. ¿Podemos también en una visita nuestra
santificar a alguna persona? ¿Trataremos de hacerlo como María?
María habló movida por el Espíritu Santo. Su hermoso himno "Proclama mi alma al Señor… El Señor
hizo en Mí maravillas, gloria al Señor", fue compuesto bajo la inspiración del Espíritu Santo. Digamos de
vez en cuando tan bella oración.
María entona un canto de acción de gracias. ¿Lo habrá compuesto durante los tres días de camino en
esas largas y poéticas horas de soledad y de paisajes? Ella ha recibido al Espíritu Santo. Lleva en su
vientre al Hijo de Dios. Además tiene buena inteligencia y ha escuchado y aprendido en las reuniones
religiosas de los sábados, muchas frases de la S. Biblia. Tiene fuerte emoción. Tiene inspiración. Así
que su hermoso cántico brota espontáneo. Y resulta un himno maravilloso. Inmortal.
Isabel dice a María tres bienaventuranzas. 1. Bendita tú entre las mujeres. María ha sido la mujer más
bendecida por Dios. Algunos tienen miedo de alabar y bendecir a aquella a quien Dios bendijo tan
inmensamente. Si Dios la bendijo, ¿por qué no bendecirla y felicitarla nosotros? ¿Es que sabemos más
que Dios? 2. Bendito el fruto de tu vientre. De tal palo tal astilla. Si Jesús es tan maravillosamente santo,
¿cómo será su santa Madre? 3. Bendita tú que has creído. Madre de nuestra fe: enséñanos a creer cada
vez más y más
La sal desvirtuada
I. El Señor dice a sus discípulos que son la sal de la tierra (Mateo 5, 13) porque preservan al mundo de
la corrupción, pero como la sal, el cristiano se puede desvirtuar: entonces es un estorbo. Junto al
pecado, es lo más triste que le puede ocurrir al hombre. La tibieza es una enfermedad del alma que
afecta la inteligencia y la voluntad; empieza por frecuentes faltas y dejaciones culpables: Cristo queda
lejano por tantos descuidos en detalles de amor. Santo Tomás señala como característico de este
estado “una cierta tristeza, por la que el hombre se vuelve tardo para realizar actos espirituales a causa
del esfuerzo que comportan” (Suma Teológica.) La oración es más una carga soportada que un motor
que empuja y ayuda a vencer las dificultades. Pensemos hoy si, ante las flaquezas y faltas de
correspondencia a la gracia, nacen con prontitud los actos de contrición que reparan la brecha que había
abierto el enemigo.
II. No se puede confundir la tibieza con la aridez en los actos de piedad producida a veces por el
cansancio o la enfermedad, porque en ésta última la voluntad está firme en el bien y permanece la
verdadera devoción. En la tibieza, por el contrario, la imaginación anda suelta, no se rechazan las
distracciones voluntarias y se abandona la oración con la excusa de que no se saca fruto de ella. En
cambio, la aridez, si Dios la permite, está llena de frutos y puede ser señal positiva de que el Señor
desea purificar a esa alma. La verdadera piedad no depende del sentimiento, éste es ayuda y nada más,
sino la voluntad decidida de servir a Dios, con independencia de los estados de ánimo ¡tan cambiantes!,
Y guiarse por la inteligencia, iluminada y ayudada por la fe.
III. Nuestro paso por la tierra no es indiferente: ayudamos a otros a encontrar a Cristo o los separamos
de Él; enriquecemos o empobrecemos. Es necesario tener vida interior, trato personal diario con Jesús,
conocer cada vez con más su profundidad su doctrina, luchar con empeño por superar los propios
defectos. El apostolado nace de un gran amor a Cristo. ¿Por qué los cristianos damos esa triste
impresión de incapacidad para frenar la ola de corrupción que irrumpe contra la familia, la escuela, las
instituciones? Solamente porque hemos dejado de ser la sal de la tierra y permitimos, por nuestra
tibieza, que se propalen todo tipo de herejías y barbaridades. Cuando el amor se enfría y la fe se
adormece, la sal se desvirtúa y ya no sirve para nada. Acudamos a la Virgen, modelo perfecto de
correspondencia amorosa a la vocación cristiana, y a nuestro Ángel Custodio para que aparten de
nuestra alma toda sombra de tibieza.
No sirve de nada una lámpara prendida que es depositada en el interior de un armario ¿para qué sirve?
NO ESTA CUMPLIENDO SU FUNCION, de la misma manera: ¿DE QUÉ ME SIRVE CONOCER A DIOS
SI ME VOY A GUARDAR SOLO PARA MI ESA ALEGRIA? SI COMPARTO LA ALEGRÍA DE
CONOCER A DIOS Y LO BUSCO EN CADA HERMANO, ESA LUZ SE MULTIPLICA. Mi luz puede ser
tenue, puede, a veces apagarse por el pecado pero sé que Dios me llama a ser LUZ y por lo tanto está
en mí prender la LUZ DE LA GRACIA otra vez en mí. Jesús es pura LUZ, si nos acercamos a él a través
del perdón, de los buenos actos, nuestra LUZ interna vuelve a prenderse. A veces, el viento de las
“influencias externas” puede hacer que se apague pero algo en mí, busca que brille esa luz. QUE NO
BRILLE YO, QUE SEA CAPAZ DE ILUMINAR mi medio próximo, mi propia casa, mis amigos, mis no tan
amigos, mis compañeros de colegio, aquel que me resulta tan insoportable. Tal vez me resulta
insoportable porque no lo puedo ver lo suficientemente bien, no me he acercado, no lo he visto a través
de la mirada de Cristo y la Luz que puede iluminar y aclarar aquello que hoy me molesta de él...
“Sean SAL DEL MUNDO...” La sal puede enriquecer el gusto de un alimento...pero todo en su justa
medida y a su tiempo. Sé que Jesús me llama a modificar mi medio más próximo y eso quiere decir que
tenga ciertas actitudes internas y externas que me permitan modificar la realidad. Primero tengo que
meditar si soy buena sal y no una sal desvirtuada, húmeda, que ya no aporta lo que debe aportar. La
frialdad, la indiferencia, la crítica despiadada, la falta de observación hacia las necesidades de los otros
son propias de la sal desvirtuada, nada cambia, nada, ni siquiera el interior del hombre. Si mi sal aporta
algo, tal vez con mis gestos, miradas, palabras pueda penetrar en la realidad y sin cambiarla del todo,
(porque hay realidades que no cambian, ya lo sabemos cómo el malhumor de ciertas personas, el
hambre en el mundo o la manipulación desde el poder) al menos yo puedo poner mi granito de sal para
que las cosas sean diferentes, se vean más los aspectos positivos de la vida, que los negativos. Por
ejemplo, un día puedo empezar a hacer el hábito en casa de comer con mis viejos y preguntarles sobre
¿Cómo les fue hoy? O compartir una buena noticia, aunque para todos haya sido un día duro...siempre,
algo bueno puede pasar, al menos es tener una mirada esperanzadora...
Porque... lo que Jesús nos está proponiendo no es IMPOSIBLE, todo lo contrario. No nos propone ser
SUPERGIRLS, Chicas SUPERPODEROSAS como las de la tele, nos pide actos sencillos:
Sonreír a mi papá cuando me despierta para ir al colegio,
Darle un beso a mi hermanito aunque me conteste con un Salí, alguna vez lo va a valorar, todos
necesitamos de muestras de cariño.
Puedo usar de mi vocación parlanchina para hablar con el remisero que me trasporta y no ser una
mutante que paga y se baja simplemente
Puedo empeñarme en superar mi fiaca y estudiar para sorprenderme a mí misma y a la profesora que
tanto me pincha...
Puedo proponerme dar parte de mi tiempo para escuchar a quien no es escuchado por nadie,
Puedo empezar a creer que soy capaz de desplegar mi vocación misionera y me animo a dejar todas
mis comodidades para ir a compartir a Jesús Palabra y Eucaristía con otros seres que no conozco...
Ser LUZ Y SAL es decir: ¡YO, CON DIOS y SU GRACIA PUEDO, PUEDO; PUEDO!
Me está diciendo lo mismo que proclama el apóstol Pablo a los Filipenses en su carta:
”ALEGRENSE EN EL SEÑOR, VUELVO A INSISTIR, ALEGRENSE, QUE LA BONDAD DE USTEDES
EA CONOCIDA POR TODOS LOS HOMBRES. EL SEÑOR ESTA CERCA. NO SE ANGUSTIEN POR
NADA, Y EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIAS RECURRAN A LA ORACIÓN Y A LA SUPLICA,
ACOMPAÑADAS DE ACCION DE GRACIAS, PARA PRESENTAR SUS PETICIONES A DIOS.
ENTONCES LA PAZ DE DIOS, QUE SUPERA TODO LO QUE PODEMAMOS PENSAR, TOMARÁ
BAJO SU CUIDADO LOS CORAZONES Y LOS PNESAMIENTOS DE USTEDES EN CRISTO JESÚS.
CULTURA/QUE-ES: Puede parecer extraño si comenzamos afirmando que no existe una cultura
cristiana, ya que es muy común usar esta expresión para indicar toda una mentalidad y una manera
concreta de desenvolverse en la vida. Sin embargo, si aclaramos que más bien existen culturas
cristianizadas, podemos llegar a un punto de acuerdo. Por otra parte, la mentalidad actual de la Iglesia
va más por esta segunda forma de entenderlo. «Con la palabra cultura se indica, en sentido general,
todo aquello con lo que el hombre afina y desarrolla sus innumerables cualidades espirituales y
corporales; procura someter el mismo orbe terrestre con su conocimiento y trabajo; hace más humana la
vida social, tanto en la familia como en toda la sociedad civil»(1). Por ello las culturas establecen los
distintos estilos de vida en común, las diversas escalas de valores, las diferentes maneras «de servirse
de las cosas, de trabajar, de expresarse, de practicar la religión, de comportarse, de establecer leyes e
instituciones jurídicas, de desarrollar las ciencias, las artes y de cultivar la belleza»(2). En otras palabras,
la cultura es el modo particular con que un pueblo cultiva su relación con Dios, con los demás y con la
naturaleza, de tal forma que las costumbres recibidas forman el patrimonio propio de cada comunidad
humana, como un proceso histórico y social que brota de la actividad creadora del hombre.(3)
La cristiandad
Durante algunas épocas de la historia de la Iglesia se han hecho intentos de circunscribir "lo cristiano"
sólo a una determinada manera de establecer esa triple relación: Dios, hombre, mundo, haciendo de tal
concepción cultural una sola cosa con el cristianismo. Podemos considerar como una expresión cultural
llena de riqueza la que se desarrolla en el medioevo europeo cristianizado, pero de allí a pensar que
únicamente ese esquema es posible hay una gran distancia. De igual forma es notable la cultura italiana
del siglo XII o la española de los siglos XV y XVI, profundamente cristianas, pero no podemos aceptar
que sean expresiones inseparables al mensaje del Evangelio, tal como se pretendió erróneamente en su
momento. Baste recordar que la evangelización de China no fue posible en los siglos XVI y XVII, a pesar
de la magnífica labor iniciada por San Francisco Javier y Mateo Ricci, debido a la reticencia del
occidente latino a la aceptación de otras pautas culturales. De hecho, en el término "cristiandad", se
entiende no sólo la madurez de una cultura cristianizada, sino también el intento absolutizador de la
misma, llegando a identificar la evangelización con la imposición de un modelo cultural.
La cruz, crucero de culturas
Llama la atención cómo desde la cruz de Cristo se establece una encrucijada de culturas mediante las
cuales comienza a expresarse el mensaje cristiano. Efectivamente, nos narra San Juan en su Evangelio,
tan lleno de precisiones y detalles, que sobre la cruz de Jesús se colocó una inscripción que había
redactado el mismo Pilato, llena de ironía, que decía: «Jesús Nazareno, el Rey de los judíos». El letrero,
señala San Juan, estaba en hebreo, latín y griego, exactamente las tres culturas implicadas en el
ambiente de Palestina en tiempos de Cristo (ver Jn 19,19-20). Desde la cruz nace ya un primer sentido
de catolicidad, ya que el cristianismo originario se desarrolla gracias al concurso de todas estas líneas
culturales. Efectivamente, contra lo que pudiera pensarse a primera vista, la Iglesia no es un fenómeno
exclusivamente hebreo. Baste pensar que desde ese sustrato inicial del judaísmo la Buena Noticia se
comunica en lenguaje y mentalidad griega a través de los textos escritos en koiné, y los apóstoles
8:30 21 - Joven cristiano “Cristo vive Animador Mt 5,13-16 ¿Estoy a la Luz y sal del
Sala
en mí”: El Señorío de Cristo sombra de mundo
¿?
Quiero conocerlo, amarlo, para alguien? ¿Tengo
darlo: Luz y sal del mundo. Soy de luz propia?
Cristo. VIDEO: Tony
La vida de un joven predicador de La Meléndez
Palabra de Vida y Verdad.
(Charla/testimonio)
¿En qué momento del Encuentro de Vida en Gracia (para jóvenes: Cenáculo) estamos?: Reina
alegría en el ambiente. Por ser una de las últimas Charla/testimonios mayor será a dificultad por centrar
la atención y el interés de los participantes. De ahí que su estilo debe ser alegre, convencido,
convincente y comprometedor.
Se han llenado la cabeza de ideas y el corazón de fuego. Están ansiosos de volver al mundo, al mismo
tiempo con ganas de quedarse y confundidos o con temor a lo que tendrán que enfrentar.
Finalidad: Debemos presentarles y describirles los ambientes a los que pertenecen y a los que
pertenecerán muy pronto al terminar el Colegio. Comprometerlos con la transformación cristiana de los
mismos, como obligación de todo bautizado que ha descubierto a Cristo y debe darlo a los demás.
Proponer una técnica y una táctica de acuerdo a criterios evangélicos. Mostrar que hay que empezar por
uno mismo. Explicar que el ser cristiano debe realizarse en una relación vertical con Dios y en una
relación horizontal con los hombres: Hay que "amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti
mismo" (Mc 12,33).
Destacar que tal obligación no es una imposición nueva, sino fruto necesario de la misma naturaleza del
ser cristiano. Es una realización de los compromisos adquiridos en el bautismo y en la confirmación.
Exponer las formas concretas de acción apostólica (tareas de evangelización, testimonio de vida,
proclamación de compromiso cristiano).
Núcleo Bíblico:
Mc 12.33/ Mt 22,37 y 39-40/ Ef 4,15 /Col 3,17/ Mc 1,15/Mt 10,39/ Un 4,20/ 1Cor 13,1.3/Mt 22,39 y
25,40/Jn 13,34/Un 3,16-18 / Un 2,4/ /Rom 13,10/ IPed 2,5-10 / Mt 18.20/Sant 2,17 y 4,17/Mt 28,19 y
16.24/Jn 11,44/ Ef 1,4/ I Jn 4,8 y 3,14/ Jn 15,5/ Mt 16,24 y 5,23-24/Jn 13,35 / Jn 15,5 y 3,30.
Núcleo doctrinario:
Mi vida debe someterse a un cambio continuo y progresivo. El cambio no debe centrarse sólo en
mí mismo sino que debe servir para ayudar a los demás.
Sólo es muy difícil: la fe no es una realidad privada sino fuertemente comunitaria (Iglesia). El
cristianismo es comunitario.
¿Para qué vinimos al Encuentro de Vida en Gracia (para jóvenes: Cenáculo)? No debemos
quedarnos en nosotros mismos sino ser fermento, luz y sal en el mundo, compartiendo la fe en
Jesús, nuestro ideal.
El ambiente define muchas veces a1 individuo. Definir los ambientes: familia, colegio, amigos,
boliche, club, facultad. (Hacer referencia a la Charla/testimonio "Conócete a ti mismo" en la que
denunciábamos las caretas que usábamos en cada caso, en cada ambiente).
A través del testimonio coherente y sincero, deberemos cambiar los ambientes para impregnarlos
de criterios cristianos. Yo puedo y debo influir en mis ambientes. Un ejemplo: lo que en tal
ambiente se opina sobre el aborto; a favor o en contra, puedo con mi testimonio firme a favor de
la vida, defender el "Evangelio de la vida".
No puedo ser yo sólo el que me empeñe en la transformación de un ambiente; necesitaré un
grupo cristiano que me de fuerza y me ayuda en mi debilidad.
Necesitamos inteligencia, voluntad y rodillas: se trata de poner todos los medios humanos y
sobrenaturales para ser "sal de la tierra y luz del mundo": ver Mt. 5,13-16
Tener muy pero muy presente para esta Charla/testimonio lo que Jesús dice acerca de la
valentía de sus discípulos: Mt. 10,24-33
Dificultades: te van a juzgar: "¡Eh, vos que hiciste el Encuentro de Vida en Gracia (para jóvenes:
Cenáculo)...! ¿Para qué te sirvió...?"
Vivir el ideal: es exigente. Hay que jugarse.
Presentar claramente el "4to. día": es día que abarca toda la vida una vez que hemos hecho el
Encuentro de Vida en Gracia (para jóvenes: Cenáculo). Jamás repetirás el Encuentro de Vida en
Gracia (para jóvenes: Cenáculo)... Tal vez te inviten como auxiliar... Pero el "4to. día" es el
tiempo para vivir todo lo que descubrimos en el Encuentro de Vida en Gracia (para jóvenes:
Cenáculo), el día para vivir según el ideal...
¿Qué medios tenemos?
Medios sobrenaturales: Todo con Jesús: comunión con Él. Eucaristía y confesión
después del Encuentro de Vida en Gracia (para jóvenes: Cenáculo)... ¡Vivir en gracia, en
amistad con Jesús se puede! Oración diaria
Medios naturales: mejorar en casa, diálogo con nuestros padres y hermanos cuando
regresemos... Diálogo con nuestros amigos: hablarles de Jesús... Diálogo con nuestras
novias... Diálogo con nuestros profesores... Buscar ser coherentes. Alejarnos de lo que
nos daña y perjudica.
Para ser jóvenes cristianos comprometidos hay que tener CESO:
(C) confesión frecuente
(E) eucaristía dominical
(S) servicio concreto al prójimo
(O) oración diaria
Modelos de charlas y subsidios de Encuentros de Vida en Gracia (para jóvenes: Encuentro de Vida en
Gracia (para jóvenes: Cenáculo):
Documentos pontificios:
http://www.vatican.va/phome_sp.htm
Diccionario:
http://www.enciclopediacatolica.com/a.htm
Es bueno y también muy gráfico comparar nuestra vida con un camino. Miramos para atrás y
reconocemos un trayecto recorrido con momentos de felicidad, alegres, y otros más tristes, con cosas
importantes que nos pasaron y que nos afectaron, decisiones que fuimos tomando y un camino que se
fue formando. Por otro lado, no sabemos lo que va a pasar mañana, pero intentamos vivir plenamente el
hoy con visión de futuro. O sea que nos esforzamos en lo que hacemos hoy y lo disfrutamos pero a la
vez planificamos imaginándonos qué es lo que queremos de nuestra vida y en función de eso actuamos.
El noviazgo es el encuentro de dos caminos, de dos vidas que transcurrieron paralelas, cada uno con
sus familias, sus amigos, sus estudios, su manera de divertirse, etc. y que en algún momento se
encontraron. A partir de acá se empiezan a compartir todas estas cosas que cada uno traía y se
empieza a recorrer un camino juntos. Es importante tomar conciencia de esto, poder agradecerlo y
disfrutarlo y proyectar el mañana sin descuidar el hoy del noviazgo. A pesar de que se trata de
prepararse para una vida juntos, la mejor manera de hacerlo es formando una base sólida y que se logra
trabajando y poniendo atención en el presente, en la relación hoy, en cómo estamos, qué podemos
mejorar, cómo podemos hacer para crecer, para dónde vamos.
Teniendo en cuenta esto, tenemos que ver el amor de novios, no como una meta, sino como un
camino a recorrer y como una tarea que se logra con el esfuerzo de cada día. El amor no es algo
estático y que se da de una vez y para siempre, sino que es dinámico, porque nos mueve y nos da la
CANTALAMESA
Dividiré mi intervención en tres partes. En la primera ilustraré el proyecto inicial de Dios sobre el
matrimonio y la familia y cómo se realizó en la historia de Israel; en la segunda parte hablaré de la
recapitulación obrada por Cristo y de cómo se interpretó y vivió en la comunidad cristiana del Nuevo
Testamento; en la tercera parte procuraré contemplar qué puede aportar la revelación bíblica a la
solución de los problemas actuales del matrimonio y de la familia.
Dirigiré mi atención a lo que funda la familia, y por lo tanto el matrimonio y la relación de pareja,
porque creo que sobre ello la Biblia tiene una palabra siempre actual que pronunciar, más que sobre la
familia como realidad social y sobre las relaciones dentro de ella, contexto en el que la Biblia refleja una
cultura muy distinta de la de hoy. Por lo demás sabemos que una buena relación entre los progenitores
es la condición básica para que la familia pueda desarrollar un papel educador respecto a los hijos.
Muchos dramas juveniles de hoy son fruto de matrimonios disgregados o disfuncionales.
I PARTE
1. El proyecto divino
Se sabe que el Libro del Génesis tiene dos relatos distintos de la creación de la primera pareja
humana que se remontan a dos tradiciones diferentes: la yahvista (siglo X a. C.) y la más reciente (siglo
VI a. C.) llamada “sacerdotal”.
En la tradición sacerdotal (Gn 1, 26-28) se crea simultáneamente al hombre y a la mujer, no a
uno del otro; se pone en relación el ser varón y mujer con el ser a imagen de Dios: “Creó Dios al ser
humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó”. El fin primario de la unión
entre el hombre y la mujer se contempla en ser fecundos y llenar la tierra.
En la tradición yahvista (Gn 2, 18-25), la mujer es obtenida del hombre; la creación de los dos
sexos se ve como remedio a la soledad (“No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle una ayuda
II PARTE
a. La continuidad
El capítulo 19 del Evangelio de Mateo basta, por sí solo, para ilustrar los dos aspectos de la
recapitulación. Veamos ante todo cómo recobra Jesús las cosas desde el principio.
b. La novedad
Hasta aquí la continuidad. ¿En qué consiste entonces la novedad? Paradójicamente consiste en
la relativización del matrimonio. Escuchemos la continuación del texto de Mateo:
“Le dijeron sus discípulos: Si tal es la condición del hombre respecto de su mujer, no trae cuenta
casarse. Pero Él les respondió: No todos entienden este lenguaje, sino aquellos a quienes se les
ha concedido. Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos hechos
por los hombres, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos.
Quien pueda entender, que entienda” (Mt 19, 10-12).
Jesús instituye con estas palabras un segundo estado de vida, justificándolo con la venida a la
tierra del Reino de los Cielos. Ésta no anula la otra posibilidad, el matrimonio, sino que la
relativiza. Sucede como en la idea de Estado en el ámbito político: aquél no es abolido, sino
radicalmente relativizado por la revelación de la presencia contemporánea, en la historia, de un
Reino de Dios.
La continencia voluntaria no necesita, por lo tanto, que se reniegue o se desprecie el matrimonio
para que sea reconocida en su validez. (Algunos autores antiguos, en sus tratados sobre la
virginidad, cayeron en este error). Es más, aquélla no toma sentido más que de la
contemporánea afirmación de la bondad del matrimonio. La institución del celibato y de la
virginidad por el Reino ennoblece el matrimonio en el sentido de que hace de él una elección,
III PARTE
[1] P. Claudel, Le soulier de satin, a. III. sc.8 (éd. La Pléiade, II, Parigi 1956, p. 804) : «Cet orgueilleux, il
n’y avait pas d’autre moyen de lui faire comprendre le prochain, de le lui entres dans la chair.
Il n’y avait pas d’autre moyen de lui faire comprendre la dépendance, la nécessité et le besoin, un autre
sur lui,
La loi sur lui de cet être différent pour aucune autre raison si ce n’est qu’il existe».
[2] B. Wannenwetsch, Mariage, in Dictionnaire Critique de Théologie, a cura di J.-Y. Lacoste, Parigi
1998, p. 700.
[3] Cf. G. Campanini, Matrimonio, in Dizionario di Teologia, Ed. San Paolo 2002, pp. 964 s.
[4] Giovanni Paolo II, Uomo e donna lo creò. Catechesi sull’amore umano, Roma 1985, p. 365.
Desarrollo:
a) Oración inicial. Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación
a la lectura orante de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los
versículos principales. Se reza la invocación al Espíritu Santo. Antes de leer La Palabra del día por
primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de leerlo por segunda vez nos preguntamos
¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos preguntamos ¿Qué le digo al texto? Como
oración final, luego de una breve compartida todos rezan el Gloria.
Dios nos conoce porque nos ha creado: él conoce nuestra identidad más profunda. Como
escribió San Agustín: “Dios es más íntimo a mí mismo que mi propia intimidad”: Nada de
nosotros se le oculta. Pero esto nos llena de confianza y no de temor. Él ha sembrado en
nosotros talentos, capacidades, aptitudes... Pero por sobre todo nos ha dado junto con la vida la
capacidad de amar, y en la medida que la capacidad de ser libres, amando, se realiza en nuestra
vida, vivimos plenamente nuestro ideal: ser como Jesús, que “pasó haciendo el bien…”
Nos quedaba en claro la semana pasada que en esta Misión / Cenáculo a nosotros nos tocará
poner todo lo posible y Dios hará lo imposible. Hoy hemos tratado de conocernos un poco más,
de “re-conocemos”, saber qué nos pasa hoy, cómo somos y cómo estamos, si el corazón nos
arde como a los discípulos de Emaús, o como nos ardía cuando salimos de la Misión /
Cenáculo o tuvimos una experiencia fuerte con Jesús.
La Misión / Cenáculo (Encuentro de Vida en Gracia) para el cual nos estamos preparando, nos
exige humildad y no soberbia. La buena madera se reconoce en su interior y no en el lustre. Con
humildad nos mostraremos tal cual somos, y cuál es nuestra experiencia profunda de Jesús. Es
un acto de servicio, que poco tiene de espectacularidad. Se trata de mostrar cómo un joven
puede ser santo en el metro cuadrado que le toca vivir. Y en definitiva ser santo significa vivir en
una lucha continua para ser fieles a la invitación de Jesús que nos llama a amar de veras, a dar
la vida...Para eso necesitamos no mostrar una fachada o una careta, sino tratar de vivir en
sintonía con Jesús, con sus criterios, elegidos con entera libertad. Ésta es la opción de un joven
cristiano comprometido enamorado de su ideal.
e) Avisos finales y presentación del trabajo (deber) para la Reunión de Preparación siguiente:
Esta parte tendrás que prepararla con el auxilio de la otra carpeta
“Manual de Charlas que te hemos preparado”
Designación de las Charlas/Testimonios Consejos cómo prepararlas (En el transcurso de la
semana el Animador y el Campanillero junto con el/los Asesores Adultos se reunirán para la
distribución de las charlas y enviarán el material correspondiente a los Auxiliares para que
comiencen con la preparación que presentarán en la próxima Reunión de Preparación.)
Además de dar los Charlas, algunos auxiliares reciben la tarea de preparar algunas cosas
especiales dentro de la Misión / Cenáculo. Las mismas se asignan hoy:
1. Dos (músicos) se encargarán de la animación y de los cantos antes y después de las
Charlas/Testimonios y en las Celebraciones litúrgicas: Palabra y Eucaristía (recordar que El
que canta reza dos veces...). Deben reunirse para ensayar; preparar los temas
preferentemente dentro de los ya incluidos en el Cancionero, o Guía si es que ya está
impresa. Uno será responsable de la liturgia: Reunión de Preparación de todas las cosas
necesarias para celebrar las Misas de la Misión / Cenáculo: guión, distribución de las
lecturas, elementos de sacristía, etc. Debe hablar con
el sacerdote
2. Dos serán los encargados de preparar todo lo necesario para el Vía Crucis material, designar
quien lee en cada estación, pedir ayuda con los cantos, etc. Uno será el encargado de
preparar el Rosario.
4. Dos serán los encargados de todo el material de librería y catequesis para las charlas,
dinámicas, etc.
5. Dos serán los encargados de los alimentos que se necesitan durante la Misión, o del Quiosco
durante el Cenáculo.
6. Dos serán los encargados de todos los materiales de Cocina y limpieza necesarios para la
Misión – Cenáculo.
7. Seis (que ya tienen otra responsabilidad) se harán cargo cada uno de invitar y traer las fichas
de los interesados, ocuparse de confirmar y entregar la lista final al Animador.
San José:
Sagrada Familia:
Santo Domingo:
Martín Rodríguez:
San Ignacio:
La Sierra:
Recordar la oración personal por los participantes de la Misión / Cenáculo, la confesión y la
participación en la Misa dominical.
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima!. ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo
Oh Lumen
Oh Luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
El agua de la Sabiduría
Predicador de la Gracia
Llévanos a la Santidad.
Al momento de prepararla es muy importante que tengas muy en cuenta estos consejos:
Leé varias veces el material cuya finalidad es "inspirar" al que tiene que dar la charla: no se trata de
copiar lo que allí leemos...
Hacer memoria de la charla que escuché en mi Cenáculo: por ejemplo, si me tocó “mi cruz cristiana”;
tratar de recordar quien la dio, qué me llamó la atención...
Si hay textos del Evangelio sugeridos en el material, leerlos y meditarlos: dejar que la Palabra
de Jesús nos llegue al corazón para poder después transmitir lo que Jesús quiere que digas
en la charla. ESTO ES CENTRAL.
No es "tu charla", sino la que la Misión / Cenáculo (Encuentro de Vida en Gracia) necesita: no sos el
mejor ni el peor; podrían hablar otros más preparados que vos... Pero el punto es que fuiste elegido
vos: confiá en vos mismo y en Jesús que te eligió para que en la Misión / Cenáculo hables de Él y lo
muestres con el testimonio tu vida a los participantes (asistidos/participantes)... Pensá que alguna
vez estuviste sentado en el lugar de ellos...
Es fundamental que escribas la charla: todos. tendremos un machete... Para la convivencia tenés
que llevar tu charla escrita. Allí la compartiremos con el Equipo de auxiliares y, eventualmente,
haremos las correcciones que fueran necesarias o sacaremos las dudas que aparezcan.
Tené en cuenta la duración de la charla (el tiempo que tendrás disponible para hablar): 20 minutos,
15 minutos, etc.
Antes de escribirla, rezale al Espíritu Santo para que te inspire... Si no te sale nada, insistí... No te
dejes ganar por el desaliento de creer que no servís para esto... Si hoy no sale, probá mañana.
Podés pedir ayuda a los auxiliares más viejos o al sacerdote o algún catequista. OJO: nadie debe
saber que estás preparando ésta charla para el próximo Cenáculo.
El Animador /a te acompañará algunos minutos antes a la Capilla para prepararte al lado de Jesús.
Emplearás tu palabra, firme, sencilla, alegre, pero tu palabra... Hablarás como entre amigos, como lo
haces junto a los tuyos. No se trata de una clase ni mucho menos de una conferencia.
Porque es importante que digas todo, emplearás obligatoriamente el machete (papers). Aquí no
importa la elocuencia, sino el contenido y el testimonio personal. La charla no es para vos o para
dejar satisfecho al Animador/a sino para los participantes (asistidos/participantes).
PD: No se pongan nerviosos/as pensando en la charla, o en ese momento, disfruten cada cosa desde
ahora, porque si esperan con mucha ansiedad ese momento, se les van a pasar muchos detalles y no
van a poder vivirlo a pleno. Tómenlo con la mayor calma posible, y sobre todo CONFIEN!!!!!!! porque eso
es lo más importante.
Tenemos que tener muy claro que somos INSTRUMENTOS, SÓLO eso, es poco y a la vez es mucho. Si
pensamos en las cualidades de un instrumento...
- el instrumento es un MEDIO y nosotros/as somos eso: un medio del cual se vale Dios para llegar a
los/as chicos/as.
- el instrumento es "poco" porque no hace las cosas. El lápiz por sí solo no puede escribir, pero es
"mucho" porque a través de él se pueden lograr muchas cosas.
- un lápiz en mis manos, es sólo eso... un lápiz. Un lápiz en las manos de Leonardo da Vinci hubiera sido
"el" lápiz. (no importa que hubiera sido de mala calidad que igual habría hecho maravillas!)
- un instrumento en las manos de Dios, es mucho, muchíiiiisimo!!!! pero es muchísimo porque está en
manos de Dios, sino sería sólo un instrumento más.
Si somos un instrumento somos como el lápiz... no importa nuestras cualidades (podemos ser lápiz HB,
2B, 2HB, y todos son lápices). Dios se va a servir de nosotros/as y va a aprovechar nuestras cualidades
y nos va a ayudar a superar las dificultades. El lápiz 2B va a servir para hacer sombras más oscuras, el
HB para hacer el bosquejo, pero todos van a SERVIR para hacer el dibujo, pero el dibujo no lo hacemos
nosotros/as sino Dios, el dibujo es el Cenáculo...
Si el lápiz se rebelara y dijera al pintor "dejame solo que yo te voy a hacer el dibujo" no podría, necesita
de alguien que lo maneje, y un lápiz en las manos de da Vinci, estaría confiado porque sabe que no
importe sus defectos el dibujo va a ser genial porque el autor era un genio. El lápiz está confiado,
nosotros/as tampoco podemos solos/as, sino que necesitamos que Dios nos guíe, y no importan
nuestros defectos, para Dios eso no es un obstáculo. Y el lápiz que 2B no lo va a usar para hacer el
bosquejo, porque sabe que lo va a manchar, pero sí para hacer las últimas sombras, cada uno de
nosotros tiene sus cualidades, y Dios las va a utilizar en el momento que lo considere apropiado, y como
Él quiera, y como Él es un genio, no importan los lápices, que la obra va a salir de 10!!!!
11.45 23 - Hablar de Dios (Testimonio Asesor laico Lc 17,20-21 Cantar: “Hay que “El Reino de dios
de Proyecto de Vida laical) Sala de charlas
Jn 20 encender una luz”, está cerca de
¿? Guía p. 77 y Ustedes”
“Ay de mí si no predicara el
Evangelio” “Alma Misionera”, “SER
Guía p. 61 PREDICADOR” ,
Cantar: “Coplas de Guía p.52
Yaraví”, Guía p.66 “LA
VIDEO: de alguna EVANGELIZACIÓ
misión N” , Guía p.55
1 El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba
oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro.
2 Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «
Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto. »
3 Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro.
4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero
al sepulcro.
5 Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró.
6 Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo,
7 y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte.
8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó,
9 pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre
los muertos.
10 Los discípulos, entonces, volvieron a casa.
11 Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro,
12 y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y
otro a los pies.
13 Dícenle ellos: « Mujer, ¿por qué lloras? » Ella les respondió: « Porque se han llevado a mi Señor, y
no sé dónde le han puesto. »
14 Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
15 Le dice Jesús: « Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? » Ella, pensando que era el encargado del
huerto, le dice: « Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré. »
16 Jesús le dice: « María. » Ella se vuelve y le dice en hebreo: « Rabbuní » - que quiere decir: « Maestro
» -.
17 Dícele Jesús: « No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y
diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios. »
18 Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas
palabras.
".. para esto he nacido yo y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la Verdad" (Jn
18,37).
'Si os mantenéis fieles a mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad,
y la verdad os hará libres" (Jn 8,31).
INTRODUCCION
DESAFIOS
1. Yo creo que el primer reto que nos lanzan los hombres y las mujeres de América Latina y sus
pueblos es el de la propia identidad étnica y religiosa.
La identidad propia se tiene siempre, pero no siempre se posee. Las causas de esta no posesión
pueden ser diversas, desde las que tienen su origen en ese estar mirando o vueltos hacia afuera -mirar
hacia afuera que puede responder a factores diversos: por convicción, por necesidad, por formación, por
cierta fidelidad mal entendida a los orígenes, por imposición, por..: hasta aquéllas que provienen del
desconocimiento, y consiguiente poca valoración de la propia persona y sus circunstancias (importancia
de la Educación).
Jesús ESTUDIADO
“Nadie ama lo que no conoce”.
Has buscado a Jesús en LA VERDAD de tu oficio o profesión
¿Qué lectura espiritual o formativa has hecho?
Jesús PREDICADO
“Os haré pescadores de hombres”.
¿Qué has hecho para que Cristo se conozca y se ame más en:
- tu familia
- tus amigos
- tu club
- tu escuela o facultad
- EN TU M2 .
Durante esta semana, ¿cómo utilizaste los medios para crecer como hijo de Dios?
Se separan luego, los participantes que proceden de una Animador y “Jesús convivido”,
Campanillero Guía p.53
Comunidad de Iglesia (van al Jardín), de aquellos que no
Cada uno se reúne con
están en ninguna Comunidad (se quedan en la Sala) un grupo distinto
Los primeros tienen una charla sobre “la vuelta a casa” y la importancia Jardín y Sala
de compartir la Gracia que han recibido y dar nuevo impulso a sus
comunidades (ACA, Scouts, Movimiento de La Palabra, Santo Domingo,
etc.) y los segundos tienen una charla para constituirse como una
“Comunidad incubadora”, hasta descubrir su vocación de la inserción en
una Comunidad más permanente.
COMUNIDAD ES...
Una comunidad es
un grupo de personas que rezan juntas,
pero que también hablan juntas;
que ríen en común e intercambian favores;
están bromeando juntos
y juntos están serios;
están a veces en desacuerdo,
pero sin animosidad,
como se está a veces con uno mismo,
utilizando ese raro desacuerdo
para reforzar siempre el acuerdo habitual.
Aprenden algo unos de otros
o lo enseñan unos a otros.
Se sueña en una comunidad donde cada uno, por supuesto, fuera todo para el otro.
No como las manzanas en su árbol, donde cada una existe finalmente para sí y el sol es para todas.
Ni como las frutas en una canastilla; hay diversidad pero con yuxtaposición.
Entonces se inventa la comunidad pasada por la batidora o el almirez. Todo se muele: la piel, las
pepitas. Esto da un batido uniforme lleno de vitaminas. Pero en donde cada uno ha perdido su
personalidad.
¿Una solución mejor? La macedonia de frutas.
Que cada uno permanezca como es: pera, manzana, plátano o piña. Y que cada uno se beneficie del
sabor característico del otro.
Pero con una condición: aceptar evangélicamente ser cortado en cuatro, diez o doce trozos si se es
una fruta grande y hermosa. Sólo las muy humildes continúan enteras: una cereza, un grano de uva, una
fresa.
Jacques Loew.
Un episodio iluminador
" Los seguidores de Cristo, llegados imprevistamente en Japón, no solamente vienen trayendo
mercancía en sus naves, sino también, sin permiso alguno, han extendido y propagado su malvada ley,
destruyendo aquella buena y legítima y conspirando para derrocar el poder en nuestro país. Esto es el
inicio de una gran calamidad, que con todo medio es necesario evitar. El Japón es un país shintoista y
budista, que venera a los Dioses, honra a Buda y tiene en gran estima el camino de la benevolencia
(confucionismo).
Los seguidores de los Padres (los cristianos) han desobedecido todos a las órdenes dadas por gobierno,
despreciando la religión ... y destruyendo el bien. Viendo aquellos que deben ser ajusticiados (los
mártires) se alegran y corren detrás de ellos, espontáneamente, los adoran y los saludan. Tal es el
supremo ideal de esta religión. Si no se la prohibe inmediatamente, vendrán calamidades sin fin sobre el
Estado. Que estos cristianos sean exterminados sin demora en todas las regiones del Japón, de forma
que no tengan lugar donde poner sus pies o sus manos. Si alguno se atreviera a contravenir esta orden,
sea castigado con la muerte". (Tomado del edicto de 1614, cuya doctrina es retomada substancialmente
en los de 1633 y 1636).
Luego de ser expulsados o martirizados todos los sacerdotes y religiosos en Japón, el 17 de marzo de
1865, los nuevos misioneros que recién después de 205 años consiguieron ser admitidos, encontraron
enormes comunidades de católicos fieles, cuando estaban estableciendo lo que ellos creían era la
primera iglesia Católica en Nagasaki
No se puede ser Iglesia en solitario, debemos volver a las comunidades de las que procedemos para
compartir con ellos nuestra Fe, nuestra Esperanza y nuestro Amor.
La comunidad de Iglesia, cualquiera sea su lugar u origen es el “service” del Encuentro de Vida en
Gracia (para jóvenes: Cenáculo).
Un deseo para cada día: Conectar con el Dios que es mi Creador.
Vivir el día en la Presencia de Dios: Un tiempo de oración meditativa “sin comienzo ni fin” principalmente
en el Silencio: La voz de Dios no se calla, pero Dios nunca quiere imponerse, a menudo su voz se oye
como en un susurro, en un soplo de silencio.
Abrir una ventana a la Eternidad de Dios en el tiempo de los hombres.
Desarrollo:
a) Oración inicial. Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación
a la lectura orante de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los
versículos principales. Se reza la invocación al Espíritu Santo. Antes de leer La Palabra del día por
primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de leerlo por segunda vez nos preguntamos
¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos preguntamos ¿Qué le digo al texto? Como
oración final, luego de una breve compartida todos rezan el Gloria.
Se dirigen a las habitaciones con los Equipo de Cada Auxiliar tiene un Dormitorio a
auxiliares, para la distribución de Auxiliares cargo, no los Asesores, ni el
habitaciones y camas. Desde ese Animador, ni el Campanillero, quienes
momento advertirles que es un Hotel tampoco tendrán Reunión de Grupo a
donde hay otros alojados cargo
11:00 02 - ¿Qué hago con mi vida?: Auxiliar (joven Lc 13, 6-9 VIDEO: El País de
secundario)
Comienza el ciclo que desarrollará ¿?
los Pozos
el SENTIDO de la vida CANCIÓN: Soy
Comienza la visión del mundo Pan Soy Paz Soy
Más
SLIDES: La
higuera sin frutos
14:30 04 - Dios da sentido a mi Vida Auxiliar Jn 1,35-39 Cantar antes de “Vengan y vean,
La presencia ignorada de Dios (Viktor Sala de charlas eran como las
comenzar: Esto
¿? cuatro de la tarde”
Frankl): Dios en mí, Dios creador, no que soy eso te
todavía Redentor. doy Guía p.75
Marta y María SLIDES: de “U2”
U2 - I still haven’t
found what I’m
looking for
(subtitulada)
16:30 Té Comedor
17:30 06 - La Vida del Hombre Viejo Auxiliar Rom 7,19-25 Zamba del “Por qué no hago
(Doctrinal/testimonial) Es el tema del Sala de charlas el bien que quiero
Jn 8 perdón, Guía p.110
¿? sino el mal que no
pecado. Comienza el ciclo de SLIDES: Yo
preparación para la Reconciliación tampoco te quiero” Carta de
san Pablo
condeno “La vida del
Hombre Viejo”,
Guía p.41
22:00 10 - Meditación de cierre del día: Asesor laico Lc 12, 1-31 VIDEO: The “La película de mi
La película de mi vida Comienza en la
Truman Show vida” Guía p.40
sala de charlas
¿Quién soy? (Silenciarme) y termina en la CANCIÓN: Poli,
La película de mi vida (Escucharme) Antecámara Daniel - yo creo
No estoy solo (Acoger) ¿? en las promesas
En la sala de charlas se realiza un Jesús estoy aquí,
trabajo guiado sobre la línea de la vida
Guía p.80
que ya han comenzado a dibujar (las
cruces de mi vida, mis caídas, los
cireneos, las resurrecciones)
c. De cada charla o "Charla" se entregará al final de la reunión una guía. Pero antes, el Animador/a
dejará en claro algunos puntos que se detallan a continuación y que tienen que ver con el modo de
preparar el tema.
d) Oración final: Cada uno recupera del Evangelio del día la frase que más le resonó en la reunión y
luego de una breve compartida todos rezan la oración el “Nuc dimitis” y la Salve:
Puede usarse también la oración de San Francisco de Asís
“Señor haz de mí un instrumento de tu paz...”
¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.
Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a la vida eterna.
Cántico de Simeón
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima!. ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo
Oh Lumen
Oh Luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
El agua de la Sabiduría
Predicador de la Gracia
Llévanos a la Santidad.
Desarrollo:
a) Oración inicial. Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación
a la lectura orante de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los
versículos principales. Antes de leerlos por primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de
leerlo por segunda vez nos preguntamos ¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos
preguntamos ¿Qué le digo al texto? Como oración final, luego de una breve compartida todos rezan la
Invocación al Espíritu Santo y Ave María.
c) Tema principal de la Reunión de Preparación: Repasar en detalle la línea de evangelización del día
y el proceso de los participantes en ella, particularmente durante el día viernes
a. Este es un momento muy esperado por los auxiliares. Habrá que equilibrar entre el nerviosismo de
atender lo que a mí me toca y saberme parte de una comunidad que evangeliza por el conjunto y no
por el lucimiento individual. Es la comunidad quien hace presente a Cristo.
b. Las actividades de Encuentro de ese día a cargo de los auxiliares son las siguientes:
Hora Actividad A cargo de Textos bíblicos Motivadores Lecturas
que no pueden
En qué faltar
lugar
SÁBADO: SANTOS Y SANTAS “Encuentro con la Misericordia de
Dios: El día del escándalo: No puedo ser viejo y nuevo al mismo
tiempo”
06:30 Despertar al Equipo Campanillero
07:25 11- “Lectio Divina”: La Auxiliar Lc 1,26-38 CANCIÓN: Andrea Contemplar: “La
Capilla Bocelli - Ave María Anunciación” ,
Anunciación (La nueva creación en
¿?
María) Comienza el ciclo mariano, no Cántico de María, Guía p.29
se ha tocado su llamado al hablar de Guía p.64
los Profetas para poder dedicarle Dulce muchacha,
mayor atención ahora. Dios tiene un Guía p.70
plan para mí - Hágase en mi
08:30 12- La vida del Hombre Nuevo: Clérigo adulto Jn 4 VIDEO: Los “La vida del
de la Orden de hombre nuevo” ,
La Gracia como participación de Miserables
Predicadores
la Vida Divina - (Charla doctrinal) Guía p.44 a 46
Sala
¿?
09:45 13 - Los Sacramentos como Vida Clérigo adulto Ver citas en VIDEO: La Misión “Las presencias
para nuestra vida (Charla de la Iglesia
guía de Dios”, Guía p
local 47 a 49
doctrinal) Las presencias de Dios, Sala
camino de santidad. ¿?
Desde las 09:45 hasta las 12:30 es
una unidad de sentido que el
sacerdote puede modificar en su
distribución
17:00 Té Comedor
18:15 18 - La Lectio Divina, Capilla Lc 8,49-56 “Lectio”, Guía p.10. Talita Kum,
Presentación, sus tiempos ¿?
Mc 7,31-37 Volver sobre “Las Efatá
Talita Kum, Efatá palabras”, Guía p.52
19:00 Baños
19.00 19 - “Lectio Divina”: Los Clérigo adulto Lc 24,13-35 Si quieres te Los discípulos
de la Orden de
discípulos de Emaús acompaño en el de Emaús
d. De cada charla o “Charla” se entregará al final de la reunión una guía. Pero antes, el Animador/a
dejará en claro algunos puntos que se detallan a continuación y que tienen que ver con el modo de
preparar el tema.
d) Oración final: Cada uno recupera del Evangelio del día la frase que más le resonó en la reunión y
luego de una breve compartida todos rezan la oración el “Nuc dimitis” y la Salve:
Puede usarse la oración para la acción De I. Larrañaga
Señor, danos la sabiduría
que juzga desde arriba y ve a lo lejos
danos el Espíritu que omite
lo insignificante en favor de lo esencial.
Enséñanos a serenarnos
frente a la lucha y a los obstáculos
y a proseguir en la fe, sin agitación
el camino por ti trazado.
Cántico de Simeón
Ahora, Señor, según tu promesa,
Puedes dejar a tu siervo irse en paz,
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
A quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones
Y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima!. ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo
Oh Lumen
Oh Luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
El agua de la Sabiduría
Predicador de la Gracia
Llévanos a la Santidad.
14 – Visita al Santísimo
Metodología:
Se recupera lo dicho en la charla de “Sacramentos” para que se comprenda qué es la Adoración.
Se expone al Santísimo Sacramento con cantos introductorios.
Se lee la “Secuencia de Pentecostés”
Se reserva el Santísimo
Se entregan las cartas y se los invita a leerlas en su lugar de descanso.
Duración: Advertir que será un momento de oración prolongado. Debería durar solo una hora, pero
puede ser que para la mayoría sea la primera experiencia
¿En qué momento del Encuentro estamos?: Es un momento donde ya se ha comenzado a disfrutar
de la Vida divina en nosotros, pero seguramente muchos conservan heridas profundas de su infancia o
su situación actual.
Finalidad: Que puedan tener la experiencia de Dios que Salva, Sana y Cura.
Consejo prácticos: Peticiones, aquí se pueden “enterrar” o quemar, los papelitos privados usados
durante la charla de “Hombre viejo”)
ADORACIÓN EUCARÍSTICA
Canto de entrada: Ven, espíritu de Dios; o Nada te turbe (de Taize)
Se deja un momento de silencio.
El que preside dirá: El Señor se hace presente entre nosotros, especialmente en el Pan Consagrado
que se encuentra en el Sagrario (o en la custodia). Ante Él nos arrodillamos un momento y cada uno, en
silencio, conversa con el Señor... (Todos se arrodillan mientras tanto se pone música de fondo...)
Después de un rato un Lector proclama en voz alta (se crea el clima de oración – lectura pausada para
meditar): Se deja un momento de silencio.
“Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que Yo daré es mi
carne, y la daré para vida del mundo.” (Juan 6, 51)
Tiempo de escuchar
Breve silencio. Otro joven lector proclama en voz alta:
“Este es el Pan vivo bajado del cielo; no como el que comieron nuestros padres, y murieron; el que coma este
Pan vivirá para siempre.” (Juan 6, 58:)
En este tipo de celebración en que se adora y contempla el Santísimo Sacramento, hay que dejar
muchos espacios al silencio y a la oración personal, pero también es bueno que la gente intervenga en
algún momento, sobre todo cuando los jóvenes no tienen experiencias de oración contemplativa.
Una de las tantas maneras que tiene para hacerlo es que el Animador los motive a comunicarse con el
Señor. Por ejemplo:
Oración común
Quiero adorarte / quiero amarte / servirte / seguirte / entregarme / alabarte / adorarte
Salmo 41
Conclusión
Te damos gracias Señor por todos los beneficios recibidos de tus santas manos y te pedimos nos
bendigas en el nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo, a ti que vives y reinas por los siglos de
los siglos, Amen
Desarrollo:
a) Oración inicial. Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación
a la lectura orante de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los
versículos principales. Antes de leerlos por primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de
leerlo por segunda vez nos preguntamos ¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos
preguntamos ¿Qué le digo al texto? Como oración final, luego de una breve compartida todos rezan la
Invocación al Espíritu Santo y Ave María.
c) Tema principal de la Reunión de Preparación: Repasar en detalle la línea de evangelización del día
y el proceso de los participantes en ella, particularmente durante el día viernes
a. Este es un momento muy esperado por los auxiliares. Habrá que equilibrar entre el nerviosismo de
atender lo que a mí me toca y saberme parte de una comunidad que evangeliza por el conjunto y no
por el lucimiento individual. Es la comunidad quien hace presente a Cristo.
b. Las actividades de Encuentro de ese día a cargo de los auxiliares son las siguientes:
Hora Actividad A cargo de Textos bíblicos Motivadores Lecturas
que no pueden
En qué faltar
lugar
DOMINGO: APÓSTOL: Encuentro con la misericordia de los
hermanos y la fraternidad “No podemos perseverar solos”,
Iglesia
07.00 Despertar al Equipo Campanillero
Dormitorio del
Equipo
8:30 21 - Joven cristiano “Cristo vive Animador Mt 5,13-16 ¿Estoy a la Luz y sal del
Sala
en mí”: El Señorío de Cristo sombra de mundo
??
Quiero conocerlo, amarlo, para alguien? ¿Tengo
darlo: Luz y sal del mundo. Soy de luz propia?
Cristo. VIDEO: Tony
La vida de un joven predicador de La Meléndez
Palabra de Vida y Verdad.
(Charla/testimonio)
11.45 23 - Hablar de Dios (Testimonio Asesor laico Lc 17,20-21 Cantar: “Hay que “El Reino de dios
de Proyecto de Vida laical) Sala de charlas
Jn 20 encender una luz”, está cerca de
¿? Guía p. 77 y Ustedes”
“Ay de mí si no predicara el
Evangelio” “Alma Misionera”, “SER
Guía p. 61 PREDICADOR” ,
Cantar: “Coplas de Guía p.52
Yaraví”, Guía p.66 “LA
VIDEO: de alguna EVANGELIZACIÓ
misión N” , Guía p.55
Advertir que en el CIERRE cada
Reunión de Grupo deberá
compartir sus vivencias a través de
un solo miembro ¿Quién?
Se separan luego, los participantes que proceden de una Animador y “Jesús convivido”,
Campanillero Guía p.53
Comunidad de Iglesia (van al Jardín), de aquellos que no
Cada uno se reúne
están en ninguna Comunidad (se quedan en la Sala) con un grupo distinto
Los primeros tienen una charla sobre “la vuelta a casa” y la importancia Jardín y Sala
de compartir la Gracia que han recibido y dar nuevo impulso a sus
comunidades (ACA, Scouts, Movimiento de La Palabra, Santo Domingo,
etc.) y los segundos tienen una charla para constituirse como una
“Comunidad incubadora”, hasta descubrir su vocación de la inserción en
una Comunidad más permanente.
En el cierre Animador y Campanillero llaman a los Grupos por su nombre de Grupo, lee la lista
de personas, luego SÓLO UN Participante PREVIAMENTE DESIGNADO da un testimonio de
Grupo: ¿Cómo vine? ¿Qué encontré? ¿Cómo seré de hoy en más?
Finalmente se invita al Asesor laico a que cierre con unas palabras.
Todos los recuerdos deben haber sido entregados antes en el interior del Cenáculo (la
Clausura no es una “entrega de premios”).
El “Equipo Invisible” nunca se hace “visible” durante el Cenáculo. El Auxiliar que da la charla
de “Comunidad” presenta un “muro” con sus firmas (como el “Rosario en cadena” en la charla
de “Hablar con Dios”) y los Asesores laicos los presentan en el “Cierre” luego de la Misa
dominical.
e. De cada charla o “Charla” se entregará al final de la reunión una guía. Pero antes, el Animador/a
dejará en claro algunos puntos que se detallan a continuación y que tienen que ver con el modo de
preparar el tema.
d) Avisos finales y presentación del trabajo (deber) para la Reunión de Preparación siguiente:
Entregarle a los auxiliares la fotocopia que está al final para trabajar durante la semana.
e) Oración final: Cada uno recupera del Evangelio del día la frase que más le resonó en la reunión y
luego de una breve compartida todos rezan la oración el “Nuc dimitis” y la Salve:
Cántico de Simeón
Ahora, Señor, según tu promesa,
Puedes dejar a tu siervo irse en paz,
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
A quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones
Y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima!. ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo
Oh Lumen
¿En qué momento de mi vida sentí el encuentro con Jesús que empezó a transformar mi vida?
Tal vez no en el shock de la Misión / Cenáculo (Encuentro de Vida en Gracia), sino cuando mi
opción comienza a volverse más firme.
¿Por qué creo yo que Jesús y el Evangelio es una opción válida para mi vida y no otra?
¿Cómo reacciono, cómo quedo cuando me aparto de lo que creo que Él me pide? ¿En verdad,
siento que el vivir en gracia es una carga pesada? ¿Acudo al sacramento de la reconciliación
para sentirme aceptado, perdonado, escuchado y dirigido espiritualmente?
¿Por qué?
Con toda la sinceridad de la que soy capaz, ¿qué cosas son las que me traban en este momento
para que no pueda vivir de acuerdo a lo que Jesús me pide? ¿Qué es lo que más me cuesta
aceptar de mí mismo y de mi vida personal? ¿Por qué? ¿Qué medidas tomé durante la Reunión
de Preparación para combatir lo que me impide transmitir lo mejor de mí? ¿En qué siento que no
me comprometí lo suficiente? ¿Siento que estoy a tiempo de revertir la situación?
Lecturas sugeridas:
Víctor Manuel Fernández: “Miradas de Jesús, mi vida a la luz de sus ojos”, o del mismo autor: “Para
liberarte del nerviosismo y tensiones”, editorial San Pablo, Buenos Aires.
25 – Cierre interno
ELEMENTOS PARA TENER EN CUENTA
• Presentar claramente el tema del sigilo: "las tres eses": Secreto - Sigilo - Silencio. El
Campanillero deberá insistir al final sobre la importancia de este punto.
• Presentar las cuatro preguntas:
1. ¿Por qué vine?
2. ¿Qué me encontré?
3. ¿Qué me llevo?
4. ¿A qué me comprometo?
(Imprimirlas en un cartón plastificado para pasarlo de mano en mano)
• Debe ser ágil: no más de un minuto por participante, incluidos los auxiliares.
• Para hacerlo más dinámico, alternar la ronda: uno de la izquierda y otro de la derecha. Empieza
el Campanillero.
• Pedir que hablen fuerte y claro. Favorecer los testimonios en este momento. Crear un clima de
mucho respeto: puede que haya lágrimas y algunos se rían.
• Es fundamental que estén todos los auxiliares, incluidos los de la cocina.
• El Campanillero debe estar atento a aquellos participantes que manifiestan su deseo de ser
"auxiliares" en un próximo Cenáculo (Encuentro de Vida en Gracia). Toma nota de los
nombres.
En el cierre Animador y Campanillero llaman a los Grupos por su nombre de Grupo, lee la lista
de personas, luego SÓLO UN Participante PREVIAMENTE DESIGNADO da un testimonio de
Grupo: ¿Cómo vine? ¿Qué encontré? ¿Cómo seré de hoy en más?
Finalmente se invita al Asesor laico a que cierre con unas palabras.
Todos los recuerdos deben haber sido entregados antes en el interior del Cenáculo (la
Clausura no es una “entrega de premios”).
El “Equipo Invisible” nunca se hace “visible” durante el Cenáculo. El Auxiliar que da la charla
de “Comunidad” presenta un “muro” con sus firmas (como el “Rosario en cadena” en la charla
de “Hablar con Dios”) y los Asesores laicos los presentan en el “Cierre” luego de la Misa
dominical.
El salón para la clausura (en el Seminario: Patio cubierto) debe estar dispuesto con los siguientes
elementos:
- Sillas suficientes para los padres y familiares
- En el frente: una mesa con tres sillas
- Equipo de audio
Los padres son recibidos por los auxiliares del Equipo de Apoyo externo. Se les indica por dónde
llegar al Salón. Las luces estarán apagadas. No deben ser vistos por los participantes, ni deben
sospechar de su presencia.
Uno de ellos les explicará que cuando los chicos (participantes) entren los recibiremos con
aplausos.
El sacerdote da la bienvenida a todos. Luego pasa la voz a las siguientes personas:
- el Animador
- el Campanillero
- el Asesor Adulto
Siguen los testimonios de los auxiliares y de los participantes. De cada grupo habla uno de los
auxiliares y un ejercitante, elegido ya sea por los mismos miembros o por los auxiliares a cargo.
Se incluye el Equipo de Cocina. Cada uno, antes de comenzar con su testimonio, debe decir su
nombre y presentar a su grupo. Esta parte debe ser organizada antes de la clausura.
NOTA: Si el número de participantes no fuera muy elevado, los testimonios podrían ser individuales. En
este caso, cada uno responde a tres preguntas:
Finalmente el Asesor da los consejos finales y agradecimientos oportunos, recuerda a los chicos
que deben entregar la carta a sus padres, las "SSS".
Desarrollo:
a) Oración inicial. Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla la lectura
orante de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los versículos
principales. Antes de leerlos por primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de leerlo por
segunda vez nos preguntamos ¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos preguntamos
¿Qué le digo al texto? Como oración final, luego de una breve compartida todos rezan la Invocación al
Espíritu Santo y Ave María.
b) Tema principal de la Reunión de Preparación: Mostrar con nuestra vida que Cristo vive. Charla a
cargo del Animador o Campanillero (20 minutos aproximadamente):
Cristo es posible: no es imposible encontrarlo, saber qué quiere de nosotros cuando nos invita
“Vengan y vean...” (cf. Jn.1,35-39). Hay que dejarse encontrar por Él y saber responder con
generosidad.
En la Misión / Cenáculo (Encuentro de Vida en Gracia) daremos lo que tenemos: si hemos
encontrado a Jesús, lo daremos a los demás... Daremos el "amor de Jesús" que le da un sentido
nuevo a todas las cosas que nos pasan y a nuestra propia vida. A esos chicos, que como
ustedes, un día estuvieron sentados escuchando a otro que con su testimonio les decía: ¡"Jesús
está vivo, a tu lado..."!
Tal vez hemos tenido la oportunidad de experimentar en nosotros que Jesús se transforma en un
hilo conductor que da sentido a nuestra vida. Como ese hilo que une todas las cuentas de un
collar y que le da sentido y unidad a ese collar...
Si estamos aquí es porque libremente queremos compartir con otros la alegría de haber
encontrado en Jesús nuestro ideal. Como jóvenes cristianos comprometidos nos
comprometemos con Jesús para ser instrumentos suyos y así otros puedan conocerlo más y
mejor.
Pero no se trata de dar una charla solamente o de ser auxiliar en un Cenáculo: se trata, sobre
todo, de profundizar nuestra vida cristiana: ser cristiano en serio, es como ser "otros
cristos" ante los ojos de los demás. Por eso Jesús nos invita a mostrar en y con nuestra
propia vida que él existe, que está vivo, que nos ama y comprende, que es el amigo que
jamás nos dejará solos.
Hay que estar enamorado del ideal y vivir en consecuencia (recordar: "El que no vive como
piensa, termina pensando como vive"). E1 corazón lleno de Cristo basta: hay que vivir en
comunión con Él como la vid y los sarmientos. Jesús nos dice: "Sin mi nada pueden hacer...
Permanezcan en mi amor”.
“Jesús” no es el título de una de las Charlas/Testimonios de la Misión / Cenáculo o un personaje
revolucionario que cambió la historia y la dividió en dos: Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre,
No hay Reunión de Preparación alguno sin estar unidos, en comunión con Jesús: Jesús nos
invita a permanecer unidos a Él: es una decisión personal; una respuesta a su invitación. La
calidad de la Misión / Cenáculo que estamos preparando se medirá por la caridad, es decir, por
el amor de Jesús que llevamos dentro.
Se puede enfatizar esta idea poniendo una silla libre para Jesús
Éste es nuestro objetivo, nuestra meta, nuestra pasión: “Mostrar con nuestra vida que Cristo
vive”.
d) Oración final. Cada uno recupera del Evangelio del día la frase que más le resonó en la reunión y
luego de una breve compartida todos rezan la oración el “Nuc dimitis” y la Salve:
Comenzar el momento conclusivo de la reunión con el canto “Mi Getsemaní”
Cántico de Simeón
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima!. ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce
siempre Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo
Oh Lumen
Oh Luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
El agua de la Sabiduría
Predicador de la Gracia
Llévanos a la Santidad.
Desarrollo:
a) Oración inicial. Sobre la base del Evangelio del día (no el del Domingo), se desarrolla una iniciación
a la lectura orante de La Palabra. Si el Evangelio es muy largo se seleccionan en esta oportunidad los
versículos principales. Antes de leerlos por primera vez nos preguntamos ¿Qué dice el texto?, antes de
leerlo por segunda vez nos preguntamos ¿Qué me dice el texto?, antes de leerlo por última vez nos
preguntamos ¿Qué le digo al texto? Como oración final, luego de una breve compartida todos rezan la
Invocación al Espíritu Santo y Ave María.
c) Tema principal de la Reunión de Preparación: Un Equipo que llega a la meta pero no al Ideal
Charla a cargo del Animador o Campanillero:
Dice Jesús: “¡Felices los que creen sin haber visto!” (Jn 20,29). Hablábamos en la última reunión
de nuestra fe, de esa fe que se demuestra con obras (Sant 2,14.17.18b). Y que esa fe nos
descubre qué significa "vivir en gracia": estar muy en sintonía con el querer de Jesús. Él mismo
nos dice: "El que me ama cumple mis mandatos" (Jn 14,15). A la vez, esa sintonía nos ayudará a
dar lo mejor de nosotros que estará presente en esta Misión / Cenáculo en nuestro testimonio
durante la charla, a cada momento en nuestro modo de relacionarnos, en nuestro silencio, en
nuestra aceptación de lo que no sale como quisiéramos. Todo llevará el sello de nuestra fe en un
Jesús vivo que está al lado nuestro, y más, dentro de nuestro corazón y en todo lo que
realizamos, que es lo que queremos transmitir y contagiar a los demás. Por eso los medios para
estar en gracia son fundamentales en este tiempo y siempre, a los largo de toda nuestra vida
cristiana.
La fe necesita de nuestra inteligencia, con la que podemos entender; supone la voluntad, y de
nuestra libertad con la que elegimos el bien, la verdad. Pero la fe es una gracia que debemos
pedir que se acreciente y se confirme en nuestra vida. De ahí que sea fundamental nuestra
oración personal de estos días (Lc 11,1-13), nuestros momentos de encuentro personal con
Jesús, ya sea a través de la lectura y meditación del Evangelio o a través de la Comunión (Misa
dominical y semanal).
Y creemos aunque no lo que vemos. Pero sentimos su presencia y su gracia en nosotros. Por
eso hablamos de Él no solo en una charla, sino que contagiamos su presencia en nosotros a
través de nuestros actos, haciendo lo que el momento y la hora exigen. Pero no se trata solo de
actos heroicos o de grandes cosas como organizar un Cenáculo (Encuentro de Vida en Gracia);
se trata de vivir cristianamente en las cosas sencillas de cada día y en las diversas necesidades
que otros puedan pasar.
No nos hacemos los distraídos: nuestra fe la demostraremos "no pasando de largo", sino
haciéndonos prójimo de todos (ver: la Parábola del Buen samaritano).
Triunfar es abrigar la convicción de que uno es lo que se propone ser y procurar ser positivos.
Triunfar es abrazar cada día y defender los propios principios, el ideal por el cual vale la pena vivir
y morir, y seguir con la convicción de que son los que libremente elegí.
d) Detalles finales:
e) Oración final.
Terminar con una visita a Jesús en el Sagrario y un momento fuerte de silencio y oración en la Iglesia.
Entregar la meditación sobre “Hora de entrega y desafíos” (“Siete horas ante Ti”, ediciones Paulinas)
Cada uno recupera del Evangelio del día la frase que más le resonó en la reunión y luego de una breve
compartida todos rezan la oración el “Nuc dimitis” y la Salve:
Cántico de Simeón
Ahora, Señor, según tu promesa,
Puedes dejar a tu siervo irse en paz,
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
A quien has presentado ante todos los pueblos:
Luz para alumbrar a las naciones
Y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición final (Si hay un ministro él la administra, de lo contrario todos dicen: “Que Dios nos bendiga en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” mientras hacen la señal de la cruz)
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este
Oh Lumen
Oh Luz de la Iglesia
Doctor de la Verdad
Rosa de Paciencia
Marfil de Castidad
Tú nos diste gratuitamente
El agua de la Sabiduría
Predicador de la Gracia
Llévanos a la Santidad.
Triunfar es abrigar la convicción de que uno es lo que se propone ser y procurar ser positivos.
Triunfar es abrazar cada día y defender los propios principios, el ideal por el cual vale la pena
vivir y morir, y seguir con la convicción de que son los que libremente elegí.
Triunfar es dejarla ofrenda sobre el altar para ir a reconciliarse con el hermano (Mt 5,23-26).
Triunfar es aceptar fa ayuda del que marcha a nuestro lado, convencido de que nunca podrá
amar el que no acepta ser amado.
Triunfar es caer y levantarse porque así es la condición humana y porque (Dios realiza nuestra
salvación sobre la base de nuestra realidad.
Triunfar es pensar que el otro tal vez tenga razón y entablar un diálogo sincero y abierto con él
Triunfar es esperar, convencidos de que después de la noche viene el día y después de la
tiniebla aparece la luz.
Triunfar es emprender un camino y mantenerse en él a pesar de las dudas, las heridas abiertas
por las piedras y tos pinchazos de las espinas del camino.
Triunfar es admitir que la vida tiene como la moneda dos caras, y amar entrañablemente a las
dos.
Triunfar es tenerle miedo a las tinieblas y exclamar con valentía: "Quédate con nosotros Señor,
porque se hace de noche" (Lc 24,28).
Triunfar es amar, porque al amor nadie puede resistirse.
RODAJE
ASISTENCIA:
¿Pude asistir?
¿No tuve buena asistencia?
- Motivos
¿Sabía la demanda de tiempo que me requería el rodaje?
TEMAS DEL RODAJE:
¿Me tomé siempre el tiempo necesario para leer el material propuesto para el rodaje
siguiente? ¿Fui responsable con las tareas propuestas y asignadas por el animador y
campanillero?
¿Es importante que se tomen los temas que se van a plantear en el retiro como parte del
proceso de formación y crecimiento de los integrantes del equipo? SÍ/NO ¿Por qué?
¿Cómo me resultó el armado de la charla/meditación? FÁCIL – MEDIO – DIFÍCIL ¿Por qué?
¿Con quién/quiénes armé la charla/meditación?
¿Me resultó útil el material de le web propuesto por el animador y campanillero?
¿Qué ítems tendría en cuenta para futuros rodajes de Cenáculo? (sumar/quitar)
¿Cuál/les fueron mis mejores aportes durante el rodaje?
Aspectos personales a mejorar.
RETIRO
MIRADA OBJETIVA: tener en cuenta todo lo que quieras y necesites aportar. Todos los detalles
son sumamente útiles.
¿Cómo sentiste el “pulso” del retiro?
¿Cómo viste y sentiste a los participantes del retiro?
¿Sabés con qué expectativas venían?
¿Alguno/a se acercó a conversar con vos sobre algún tema? ¿Cuál? ¿Pudiste responder o
tuviste que pedir asistencia de un adulto?
Cantidad de participantes: ¿fueron muchos, pocos, adecuada cantidad?
¿Cómo fue la convocatoria a participar?
MIRADA SUBJETIVA
¿Cómo te sentiste durante el retiro? (Es importante que te detengas un momento a revisar
tus sensaciones y emociones durante el retiro)
¿En algún momento sentiste que eras un participante más, o siempre te sentiste parte del
equipo de animación?
Estado anímico al momento de ofrecer el disparador/la meditación: nervioso/a, ansioso/o,
tranquilo/a, seguro de vos, confiado, otros:
¿Sentiste la compañía y apoyo del equipo? SÍ/NO (Detallar el/los momentos)
¿Cuál fue la charla/meditación que más te gustó? ¿Por qué?
¿Cómo viste que estuvieron preparadas las charlar en general?
¿Cuál fue tu mejor aporte durante el retiro?
Aspectos propios a mejorar:
La Comunidad
FELICIDAD
Domingo
El Don
Sábado
Jesús da
Sentido
Tarde del
Yo Viernes
ÉXODO Yo
Actual con
Deseo de felicidad
Sentido
Las actividades:
Las actividades mediante las cuales se acompaña este trayecto, se distinguen entre meditaciones
(momentos de detenernos, centrarnos, interiorización, reflexión y oración) y charlas (momentos de
exhortación, razonamiento, testimonio y doctrina). Ambas parten del núcleo central de LA PALABRA y se
orientan a cuerpo, sentimientos, alma y espíritu.
CHARLA – ENSEÑANZA MEDITACIÓN - CELEBRACIÓN
De la inteligencia a la inteligencia (alma) Del corazón al corazón (espíritu)
Hablar para entender Meditar para contemplar
Tratar de que los participantes mantengan la atención, Lograr clima de tranquilidad y relajación,
no se duerman, meterle pila acompañar el tiempo, hacer pausas, no apurar
Sentados por grupos, cada uno alrededor de la mesa,
A veces en el suelo, muy cómodo
con material para escribir
Sala de charlas Capilla
Un poco más extensa Más corta
Captar la atención de los participantes, hacer
dinámicas, iluminar la inteligencia con doctrina, hacer Que los participantes tengan una experiencia de
fluir la doctrina desde La Palabra, refrendar La Dios
Palabra con el testimonio de la propia vida.
Participan interiormente, meditativo y
Participen activamente, se cuestionen, entiendan.
contemplativo.
Cuando terminan las charlas de cada unidad temática (hombre, cristiano, santo y apóstol) se hace un
Plenario donde se recapitula todo lo anterior y se saca una conclusión.
En la preparación de cada actividad hay que responder a las siguientes preguntas: ¿En qué momento del
Cenáculo estamos? ¿A qué quiero llegar con esta actividad? ¿Qué tiene que estar en claro? ¿Qué no puede
faltar? Esta última pregunta se divide en Contenidos, Textos bíblicos (dos de cinco que se proponen),
Testimonio personal. Preguntas disparadoras con las que concluyó para el crecimiento personal.
Itinerario litúrgico:
Dios → Aceptar su → Comunicarm → → Los → Irradiarlo
Misericordios plan e con Él Discípulo (La
o (La (Hablar con s de Visitación)
(El Hijo Anunciación Dios) Emaús
Pródigo) )
Abrirme a Como ↓ Quedó con Compartirl
Dios Jesús nosotros o con otros
↓ ↓ ↓ ← ↓ → ↓ →
Invocació Vía Rosario Reconciliació Adoración Misa Adoración Misa de
n al Cruci n Eucarístic Explicada en Grupo Clausur
Espíritu s a General a
Santo
Un CONSEJO IMPORTANTE durante el Cenáculo: Resulta bueno leer los pasajes del Evangelio desde
una pantalla; así todos manejan la misma traducción y no se demoran en buscar. Sólo hay que ocuparse
de tenerlo digitalizado. Y es didáctico poner en diferente color las palabras de Jesús y las del personaje
que se encuentra con él. En las Charlas-Enseñanzas se usa el “Cañón” y el las meditaciones una hojita
impresa.
También cuentas con la GUIA DE VIDA EN GRACIA. Entre las páginas 29 y 34 están los textos bíblicos
de los veinte misterios del Rosario. Finalmente contarás con una edición pastoral en lenguaje juvenil del
Evangelio de Mateo para poder usar como lectura común.
Relaciones:
El Animador y Campanillero son los únicos que toman contacto con el “Equipo de Exteriores”, la
coordinación con el adulto del “Equipo de Exteriores”, o con los Asesores Clérigos se hace sólo a través
de los Asesores laicos. El “Equipo de Exteriores” no necesita hacerse “visible” durante el Cenáculo. El
Auxiliar que da la charla de “Comunidad” presenta un “muro” con sus firmas (como el “Rosario en
Referencias:
Las actividades que tienen a un Auxiliar como facilitador figuran en negrilla.
# Señala que hay algo que el “Equipo de Exteriores” debe haber entregado antes.
Hora Actividad A cargo de Textos bíblicos Motivadores Lecturas
que no pueden
En qué
faltar
lugar
VIERNES: MAÑANA de RETIRO “Estoy a tu puerta y llamo”
9:00 Llegada del Equipo de Auxiliares a Todo el Equipo
la casa de Retiro: VI Brigada Aérea de Auxiliares
Sala de
Charlas
Se dirigen a las habitaciones con los Equipo de Cada Auxiliar tiene un Dormitorio a
auxiliares, para la distribución de Auxiliares cargo, no los Asesores, ni el
habitaciones y camas. Desde ese Animador, ni el Campanillero, quienes
momento advertirles que es un Hotel tampoco tendrán Reunión de Grupo a
donde hay otros alojados cargo
11:00 02 - ¿Qué hago con mi vida?: Auxiliar (joven Lc 13, 6-9 VIDEO: El País de
14:30 04 - Dios da sentido a mi Vida Auxiliar Jn 1,35-39 Cantar antes de “Vengan y vean,
La presencia ignorada de Dios (Viktor Sala de charlas eran como las
comenzar: Esto
¿? cuatro de la tarde”
Frankl): Dios en mí, Dios creador, no que soy eso te
todavía Redentor. doy Guía p.75
Marta y María SLIDES: de “U2”
U2 - I still haven’t
found what I’m
looking for
(subtitulada)
16:30 Té Comedor
17:30 06 - La Vida del Hombre Viejo Auxiliar Rom 7,19-25 Zamba del “Por qué no hago
(Doctrinal/testimonial) Es el tema del Sala de charlas el bien que quiero
Jn 8 perdón, Guía p.110
¿? sino el mal que no
pecado. Comienza el ciclo de SLIDES: Yo
preparación para la Reconciliación tampoco te quiero” Carta de
san Pablo
condeno “La vida del
Hombre Viejo”,
Guía p.41
22:00 10 - Meditación de cierre del día: Asesor laico Lc 12, 1-31 VIDEO: The “La película de mi
La película de mi vida Comienza en la
Truman Show vida” Guía p.40
sala de charlas
¿Quién soy? (Silenciarme) y termina en la CANCIÓN: Poli,
La película de mi vida (Escucharme) Antecámara Daniel - yo creo
No estoy solo (Acoger) ¿? en las promesas
En la sala de charlas se realiza un Jesús estoy aquí,
trabajo guiado sobre la línea de la vida Guía p.80
que ya han comenzado a dibujar (las
cruces de mi vida, mis caídas, los
cireneos, las resurrecciones)
07:25 11- “Lectio Divina”: La Auxiliar Lc 1,26-38 CANCIÓN: Andrea Contemplar: “La
Capilla Bocelli - Ave María Anunciación” ,
Anunciación (La nueva creación en
¿?
María) Comienza el ciclo mariano, no Cántico de María, Guía p.29
se ha tocado su llamado al hablar de Guía p.64
los Profetas para poder dedicarle Dulce muchacha,
mayor atención ahora. Dios tiene un Guía p.70
plan para mí - Hágase en mi
Se rompe el silencio
08:30 12- La vida del Hombre Nuevo: Clérigo adulto Jn 4 VIDEO: Los “La vida del
de la Orden de hombre nuevo” ,
La Gracia como participación de Miserables
Predicadores
la Vida Divina - (Charla doctrinal) Guía p.44 a 46
Sala
¿?
09:45 13 - Los Sacramentos como Vida Clérigo adulto Ver citas en VIDEO: La Misión “Las presencias
para nuestra vida (Charla de la Iglesia
guía de Dios”, Guía p
local 47 a 49
doctrinal) Las presencias de Dios, Sala
camino de santidad. ¿?
Desde las 09:45 hasta las 12:30 es
una unidad de sentido que el
18:15 18 - La Lectio Divina, Capilla Lc 8,49-56 “Lectio”, Guía p.10. Talita Kum,
Presentación, sus tiempos ¿?
Mc 7,31-37 Volver sobre “Las Efatá
Talita Kum, Efatá palabras”, Guía p.52
19:00 Baños
19.00 19 - “Lectio Divina”: Los Clérigo adulto Lc 24,13-35 Si quieres te Los discípulos
de la Orden de
discípulos de Emaús acompaño en el de Emaús
Predicadores.
Comienza en parque y termina en Quien no va a camino
la Misa en el Cenáculo presidir la Misa
del Cierre
celebra aquí
Capilla
¿?
8:30 21 - Joven cristiano “Cristo vive Animador Mt 5,13-16 ¿Estoy a la Luz y sal del
Sala
en mí”: El Señorío de Cristo sombra de mundo
??
Quiero conocerlo, amarlo, para alguien? ¿Tengo
darlo: Luz y sal del mundo. Soy de luz propia?
Cristo. VIDEO: Tony
La vida de un joven predicador de La Meléndez
Palabra de Vida y Verdad.
(Charla/testimonio)
11.45 23 - Hablar de Dios (Testimonio Asesor laico Lc 17,20-21 Cantar: “Hay que “El Reino de dios
de Proyecto de Vida laical) Sala de charlas
Jn 20 encender una luz”, está cerca de
¿? Guía p. 77 y Ustedes”
“Ay de mí si no predicara el
Evangelio” “Alma Misionera”, “SER
Guía p. 61 PREDICADOR” ,
Cantar: “Coplas de Guía p.52
Yaraví”, Guía p.66 “LA
VIDEO: de alguna EVANGELIZACIÓ
misión N” , Guía p.55
Advertir que en el CIERRE cada
Reunión de Grupo deberá
compartir sus vivencias a través de
un solo miembro ¿Quién?
Se separan luego, los participantes que proceden de una Animador y “Jesús convivido”,
Campanillero Guía p.53
Comunidad de Iglesia (van al Jardín), de aquellos que no
Cada uno se reúne CANCIÓN:
están en ninguna Comunidad (se quedan en la Sala) con un grupo distinto
Los primeros tienen una charla sobre “la vuelta a casa” y la importancia A- “Vuelve a
Jardín y Sala
de compartir la Gracia que han recibido y dar nuevo impulso a sus casa”, Guía p.
comunidades (ACA, Scouts, Movimiento de La Palabra, Santo Domingo, 109
etc.) y los segundos tienen una charla para constituirse como una B- “Fundar
“Comunidad incubadora”, hasta descubrir su vocación de la inserción en comunidades”,
una Comunidad más permanente. Guía p. 54
Una vez terminada la Misa (luego de la bendición final), el Animador y Campanillero se ponen
de pie adelante de todos, en el centro del templo, saludan y dicen que un/a chica/o dará
testimonio en nombre de cada Grupo de trabajo. Llama a quien dará testimonio por el primer
grupo y mientras este se acerca se lee el nombre de loo que fueron integrantes. Pero sólo
quien va a dar testimonio pasa al frente.
SÓLO UN participante PREVIAMENTE DESIGNADO por cada grupo se pone de pie, pasa al
frente y da un testimonio de lo vivido por el Grupo. Para hacerlo se guía por las preguntas:
¿Cómo vine? ¿Qué encontré? ¿Cómo seré de hoy en más?
Terminados todos los testimonios, se invita al Asesor laico a que cierre con unas muy breves
palabras.
Todos los recuerdos deben haber sido entregados antes en el interior del Cenáculo (la
Clausura no es una “entrega de premios”).
El “Equipo Invisible” nunca se hace “visible” durante el Cenáculo. El Auxiliar que da la charla
de “Comunidad” presenta un “muro” con sus firmas (como el “Rosario en cadena” en la charla
de “Hablar con Dios”) y los Asesores laicos al terminar sus palabras invitan a las/os chicas/os
a darse vuelta y a ver a su comunidad. Para hacerlo, va pidiendo que se pongan de pie
quienes ayudaron en la casa de retiro, quienes organizaron la "casa de oración", quienes
cocinaron, quienes escribieron, quienes hicieron sacrificios y finalmente quienes rezaron por
ellas/os. La lógica de la secuencia de ponerse de pie es comenzar por las actividades que
implican menos personas para terminar por las que implican a todos. Terminado esto se
promueve un aplauso y al calor del mismo Animador y Campanillero se retira por el centro con
sus grupos en dirección a los bolsos.