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ae. TE CUENTO QUE BLANCA ALVAREZ... cuando era pequefia querfa ser pirata. Toda su familia era gente de mar y aquello le parecia muy “fivertido. También le gustaba contar historias, pero no excribirlas. Pero le cogid gusto y aprendié rapido Yy ahora escribe unas historias preciosas, A Blanca te tmociona que su hija la achuche y le diga cosas bo- pitas, y sentirse querida por sus buenos amigos. EL BARCO DE VAPOR La arafia enamorada Homenaje al cuadro Hirondelle de Joan Mir6 © > Blanca Alvarez Ilustraciones de Juan Berrio So SE tom gl cor o Dich eri Bs Apiar © del ext Blanca Aares 2006 19 dels lstciones Juan Beri, 2006 1 Ediciones SM, 2006 Inspr, 2 Ubanizain Prado dl Espino 28640 Boudila det Mone Madi) wngroposmcon sresc6 al CLENTE Tel. 902 321325, Fax 902 24 1222 emai clenssigruposmcom ISHN 978-54.675-11764 ‘epi gal N-19S8-2009 limps en Exaba Proven Sie ‘Oryimu,SA- Ruiz de Ald, 1- Pint (Madrid) nie fa deepen dsbcsn cman pba 0 tans ‘ern des cbs pre ein cot uo dest Seale ssp rot po sie Dine» CEDAO (Ceo El de ‘eset Reprfine wonecdran) areata sop osc ign agen esc A todos los nitios con corazén de golondrina que dibujan abrazos en nuevas nubes. A todos los nivios ton corazén de arana que tejen ternuras inventadas. Gabriel pinta histori: fodas las mafianas, se levanta, fo asoma su cara de suefio a Ja ventana y busca una historia para pintar pasea los parques y contempla a los gatos vagabundos, los perros con collar, Jos niffios bajando toboganes o merendando bocadillos de membrillo y chocolate. Siempre encuentra una historia. Después, regresa a su taller con mucha prisa, con la cabeza alborotada. Gabriel Ilena sus lienzos con los colores de la historia encontrada: el nifio y la cometa, el pajaro y la estrella, los gatos y la rosa. Y asi, con historias y colores, el pintor ilumina los lienzos como cuentos. Aquella mafiana, Gabriel se levant6, asomé sus ojos de suefio al balcon y la vio. Alli, cn el muro que casi podia tocar con su mano, ‘una arafia, negra y brillante, tejia una inmensa red. El pintor se tapé la boca cuando sintié las alas de una golondrina revoloteando y acercindose hasta el muro donde la arafia tejia y tejia. «Se la comera», pens 13 Sin embargo, Gabriel pudo ver cémo aquella extrafia pareja se contemplaba y mantenia una conversacién imposible para sus oidos humanos. La arafia de las hilanderas Ja vio llegar una primavera y decidio entregarle su coraz6n y sus secretos. ‘Al principio, al escuchar la vor de aquella arafita negra. la golondrina se asust6 demasiado ronca @w<¥ Durante dias, ni se saludaron. Una mafiana, mediada la primavera, la arafiita decidié confesar sus sentimientos a la golondrina. -Ven, te tejeré un nido mullido. ~Tengo uno junto con mis hermanas. -Este seria solo para ti. —Me gusta la compaiiia, 20 Para ganar su atencién, la arafa teji6 una flor de cuatro pétalos. -Bs para ti. ~Gracias Y acercé curiosa el pico, -jNo tiene olor! Me gustan las flores del campo. Las araiias no se rinden facilmente, por algo se pasan la vida retcjiendo telas que todos rompen y ellas reparan una y cien veces. “$i vienes conmigo, nunca pasaras frio porque te bordaré un largo abrigo para los inviernos. —Me gusta sentir el viento fri en el pico. Pasaban los dias de primavera y la golondrina encontraba siempre tiempo para alejarse de sus amigas y visitar a la arafia bordadora, En silencio, pasaba las horas fascinada con aquel tejer incesante y las filigranas brillantes que la pequefia hilandera negra construia corriendo sobre los hilos como una funambula, ~{No descansas nunca? ~A veces. Cuando tengo hambre. La golondrina no le dijo que, antes de conocerla, comia arafiitas laboriosas. = @Puedo posarme un momento en tu blanco vientre? ~Claro, te haré un sitio entre mis plumas. 28 Y desde aquella mafiana, todos los dias saltaba hasta el mullido pecho de la complacida golondrina, Asi pasé la primavera y llegé el verano, con el canto de las chicharras durante las siestas y el croar de las ranas durante los atardeceres, Una de esas noches vestidas de blanco por la luna, [a pequefia arafia no lograba dormir sobre la cama tejida, Recotdaba el pecho blanquisimo de su golondrina yechaba muy en falea las horas de su compaiiia, Sus gorjeos y sus ojos redondos y brillantes como cristales vivos, Pronto terminaria el verano. Todas las golondrinas Se reunirian cerca del ch, donde croaban las ranas ¥ Prepararian el largo viaje al Sun, Tengo que darme prisa Ta arafa impulso sus patas Ws lanz6 en picado hasta el muro Monde se sucedian las citas de cada manana En el muro, durante toda la noche. HeHi6 y te)i6 mientras la una baaba He placa su cuerpecito neg Los sapos insomnes abandonaron la charca y se fueron saltando hasta el borde del muro para contemplar aquella marafia sobre la que bailaba en equilibrio la pequefia arafia. ~i¥a esta! -gritd la diminuta arafa negra negrisima contemplando, colgada de un hilo de seda, su obra maestra, Cuando Ilegé la golondrina, quedé picoabierta y orgullosa. Sobre los desconchados del muro, estaba tejido su nombre. ~iQué maravilla! —gorjeé feliz mientras los sapos hinchaban con envidia Sus gargantas y la pequefia araiia se sentia orgullosa de sus habilidades, iAmaba tanto a la golondrina! ~Si te quedas, todas las noches tejeré tuna palabra para darte los buenos dias. 2 mnwiees La golondrina movié su cabecita repasando la hermosura de las letras, estir6 su cola recortada y revoloted un rato siguiendo el rastro de las letras, Después volvi6 a posarse frente a su amiga, ONo puedo, hermosa tejedora, me esperan mis hermanas d eguir mi destino, Adiés, Y durante much, —~Volveras? Pero nadie respondié a la pregunta de la arafia. Las golondrinas y las arafias no pueden amarse. Los sapos regresaron a la charca y cl cielo se cubrié, con un manto de golondrinas viajando en busca del Sur. 51 La pequeiia tejedora de palabras sinti6 resbalar una lagrima negra por sus patas delanteras, Subio hasta la , teji6 un largo hilo de plata y se durmié colgada en su extremo. —Hasta la primavera dijo antes de cerrar los ojos, y el eco de su pena fue repitiendo sobre las nubes: ra... cra... era... Gabriel, el pintor, ha vuelto a asomar al baleén sus ojos cargados de sueito, ~ilncretble! —murmura asombrado, Su pequefia tejedora ha bordado una hermosa palabra sobre el muro desconchado. Es una palabra de enamorada, 55 Gabriel toma sus pinceles, busca un lienzo nuevo y pinta la historia de amor imposible que vivicron, una primavera y un verano, I i fia. ia golondrina y la arafa. . i ae ey e——— aumorece & Ree Keene

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