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ANÁLISIS DE LOS INVASORES DE TIERRAS URBANAS Y RURALES

Desde 1986, en Guatemala, la profunda crisis económica y la política de los ajustes económicos que
trastornaron aún más el débil aparato productivo tuvieron consecuencias dramáticas en el deterioro de las
condiciones de vida de los campesinos y de las poblaciones urbanas. Además, el recorte de las políticas
sociales y el fracaso de la política de vivienda agudizó la situación de millones de pobladores en busca de un
lugar para vivir. El estado ha venido participando en la política de vivienda como promotor, canalizando
recursos financieros hacia el sector privado y otorgando créditos individuales para la mejora de vivienda. El
resultado final fue reproducir la ganancia del negocio inmobiliario y de la construcción mientras la mayoría de
la población quedaba fuera de estas acciones promotoras
Frente a esta política ultra liberal de vivienda, la población pobre ha reaccionado de diversas formas tratando
de recuperar parte de su ya deteriorado bienestar familiar. Una de estas formas fue la toma de tierra que
quedaba como el último medio para poder acceder al suelo urbano y a la vivienda
Es a partir de 1985-86 que afloran movilizaciones en torno al acceso a la tierra y a la vivienda.

La lucha por la tenencia de la tierra ha sido un fenómeno permanente en la historia de Guatemala. Desde los
tiempos de la conquista hasta la actualidad, la pobreza y marginación de la población indígena, en un país
donde la mayor parte de la tierra esta concentrada en manos de unos pocos, ha generado disputas sobre la
tierra.
La conflictividad agraria en la actualidad tiene hoy las mismas características que presentaba hace cien años
y, en particular, las mismas raíces de injusticia que dieron origen al conflicto armado interno que duró 36 años
y cobró la vida de más de 200,000 guatemaltecos y guatemaltecas.
Alarmada por el incremento notable de los desalojos forzosos violentos a raíz de la entrada del gobierno del
Presidente Óscar Berger, Amnistía Internacional inició una investigación sobre las violaciones de los derechos
humanos ocurridos dentro del marco de disputas agrarias.
El informe Guatemala: ¿Tierra de injusticia? describe una serie de graves violaciones de derechos humanos
contra campesinos, como la negación del acceso a la justicia; los desalojos forzosos y demoliciones de casas
sin consultas efectivas, sin garantías de un alojamiento alternativo adecuado o sin el debido proceso jurídico;
la violencia injustificada durante los desalojos; y las amenazas y actos de intimidación reiterados. Estas
violaciones a los derechos humanos son cometidas con toda impunidad ante la pasividad e indiferencia de las
autoridades.
Ejemplo de invasión en la capital

A finales de julio de 1990, las familias trabajadoras del basurero Municipal situado en la zona 3, denominado
"relleno sanitario" decidieron tomar un terreno cercano al lugar, argumentando el alto costo de los alquileres.
Pero estas familias fueron duramente desalojadas por el pelotón antimotines, derrumbando e incendiando las
champas que habían construído provisionalmente. Aunque se hizo presente un delegado de la Procuraduría
de los Derechos Humanos para intentar detener la represalia estatal, arguyendo que no habia orden judicial
para ejecutar el desalojo, aún asi prosiguió el operativo policiaco. Luego del violento desalojo en el Basurero
Municipal, las familias tomaron el área pública frente a las oficinas de la Procuraduría de los Derechos
Humanos. A través de las gestiones encaminadas por esta entidad, se logró empeñar los esfuerzos de
instituciones públicas para resolver el conflicto. El resultado fue una propuesta del BANVI de erradicación-
traslado fuera del Area Metropolitana de la Ciudad de Guatemala.

Ejemplo de Invacion en un departamento

Desalojan a familias que invadían finca Ixobel


Unas 36 familias que desde febrero del 2015 mantenían invadida un área de la finca Ixobel, en Poptún, Petén,
fueron desalojadas por un contingente de las fuerzas combinadas.
Manuel Godoy, comisario de la Policía Nacional Civil, dijo que en el desalojo participaron 640 agentes de esa
institución y unos 200 soldados. Familias desalojadas indicaron que todo transcurrió de forma pacífica.
Antonio Morales, gobernador de Petén, indicó que los invasores tienen un plazo de 24 horas para terminar de
sacar sus pertenencias del área. El desalojo fue ordenado por un juzgado de San Benito, informaron
autoridades.
En el lugar había galeras de lámina y madera, las cuales fueron desarmadas por los invasores, quienes
indicaron que no tienen a dónde ir, por lo que fueron enviados a un albergue ubicado en el salón municipal de
Poptún y otro habilitado en una escuela del referido municipio.
A escasos cinco kilómetros al sur de Poptún se localiza la referida finca, la cual cuenta con un bosque de pino
rodeado de selva, lo que la convierte en una reserva natural singular.
La finca posee un hotel camping y una granja ecológica donde se dispone de lugares para acampar,
especialmente para que el visitante pueda relajarse o simplemente caminar entre la selva.

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