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QUIERO SABER / ESPÍRITU DE PROFECÍA - Enero 2008

Elena de White y el vegetarianismo

)Fue vegetariana Elena de White?


Responde DANIEL OSCAR PLENC director del Centro de Investigaciones White en la
Argentina.

Existe, en los archivos del Centro de Investigación White, un buen documento


titulado AElena de White y el vegetarianismo: )Practicó ella lo que predicó?@ Una síntesis de
este material escrito por el Dr. Roger W. Coon se presenta aquí, en beneficio de los lectores
de la Revista Adventista. Un complemento excelente puede leerse en el apéndice AExperiencia
personal de Elena G. de White como reformadora en pro de la salud@, del libro Consejos
sobre el régimen alimenticio.
Por el año 1908, cuando la Sra. de White vivía, se iniciaron cuestionamientos referidos a
una presunta falta de armonía entre lo que ella enseñaba sobre el vegetarianismo y lo que
practicaba en su vida privada. Se la acusó de haber enseñado un régimen alimentario sin carne
mientras que, al mismo tiempo, consumía carnes limpias e inmundas en los siguientes treinta
años.
El conocido crítico D. M. Canright aseveró haber visto a los esposos White comer carne
de cerdo en su propio hogar. Siendo que Canright entró en contacto con los White en 1859, su
afirmación podría aceptarse como verdadera. Jaime White lo había adoctrinado y bautizado. En
adelante, Canright visitó con frecuencia la casa de los White. No fue sino hasta cuatro años más
tarde que Elena de White recibió la primera visión acerca de la reforma pro salud y comenzó a
abstenerse de la carne en general y del cerdo en particular. Es muy probable que antes de esto
ella comiera cerdo, y pudo haberlo servido en su mesa. También es verdad que los White
abandonaron el consumo de cerdo al recibir luz sobre el particular.
Una acusación similar realizó Fanny Bolton al afirmar que, a escondidas, Elena de White
comía ostras crudas con vinagre, pimienta y sal. Fannie Bolton también informó que, durante un
viaje en ferrocarril, la Sra. de White comió bistec. Es verdad que, en ocasión de un retrasado
viaje de muchos días desde Battle Creek, Michigan, hasta Oakland, California, los alimentos
escasearon y en una parada Guillermo White descendió del tren y compró un pedazo de carne de
novillo recién faenado que les sirvió de alimento. Las palabras del pastor Guillermo White son
esclarecedoras: ADurante años, los miembros de la familia White hemos sido vegetarianos, pero
no abstemios totales. Siempre hemos considerado que, en casos de emergencia, es justificable
consumir carnes limpias en pequeñas cantidades [...]. Este (caso) ocurrió unos ocho o nueve
años antes de que la Hna. White decidiera, durante el encuentro campestre de Melbourne
(Brighton, enero de 1894), abandonar definitivamente el consumo de carnes [...]@. AUsted
encontrará en los escritos de la Hna. White varios pasajes en los que ella afirma que la carne no
se sirve en nuestra mesa, algo que era cierto. No obstante, durante cierto número de años, las
raras ocasiones en las que pequeñas raciones de carne fueron servidas ocurrieron porque se lo
consideró una emergencia@ (Carta de W. C. White, del 24 de agosto de 1933).
Las primeras revelaciones otorgadas a Elena de White no tuvieron que ver con la salud o
el vegetarianismo. La primera visión relacionada con la salud fue dada el 21 de octubre de 1848.
Pero la visión completa sobre la reforma pro salud fue dada el 6 de junio de 1863. Para 1844, la
salud de Elena era muy frágil. Sufría languidez estomacal, desvanecimientos, pérdida del apetito
y debilidad progresiva. En esa época, ella se describió a sí misma como Auna gran consumidora
de carne@, y consideraba la carne como su Aprincipal artículo alimenticio@.
La Sra. de White entendió las instrucciones recibidas en 1863 como una Agran luz del
Señor@, que aceptó Atal y como me fue dada@. Desde entonces, dijo, Ahe dejado el uso de la
carne@. No hubo dilación. ADe inmediato eliminé la carne de mi menú@. Estos decisivos cambios
la favorecieron personalmente. En 1909, cuando contaba con 82 años, expresó: ATengo mejor
salud ahora, a pesar de mi edad, de la que tuve en mis días más jóvenes@.
El abandono de la carne significó para ella Auna batalla especial@. En 1864 dijo que había
vivido Asin carne por casi un año entero@. Cinco años después escribió a su hijo Edson: AEn lo
tocante a la dieta, hemos seguido estrictamente la luz que el Señor nos ha dado [...]@ (Carta 5,
1869). En 1870 afirmó: ANo he cambiado mi conducta ni en un ápice desde que adopté la
reforma pro salud. No he dado ningún paso de retroceso desde que la luz del Cielo sobre este
tema brilló por primera vez en mi camino. Abandoné todo de inmediato [...]@.
)Significa esto que nunca más probó un pedazo de carne? No; tampoco trató de
ocultarlo. En 1890, escribió: ACuando yo no podía obtener el alimento que necesitaba, a veces he
comido un poco de carne [...]@ (Consejos sobre el régimen alimenticio, p. 472). En 1901, ella
habló de ocasiones en las que Ame veía obligada a comer un poco de carne@. Pero esas ocasiones
en que comió carne fueron excepciones a su práctica habitual. Especialmente ocurría durante los
viajes. En sus amplias giras misioneras dependía de sus anfitriones, que no siempre pudieron
proveerle una alimentación vegetariana. Los medios de transporte de la época producían
dificultades a la hora de prescindir de la carne como alimento. A veces, las dificultades tenían
que ver con su presencia en regiones lejanas o aisladas.
En un campamento realizado en un lugar remoto de las montañas de Colorado, cuando se
estaban quedando sin provisiones, un cazador le compartió carne de venado y Willie mató un
pato para suplir la necesidad (Manuscrito 11, 1873). Cinco años más tarde, en la misma región,
Guillermo tuvo que pescar y cazar para obtener alimentos (Carta 1, 1878). En la Navidad de
1878, en una zona pobre de Texas, los White comieron carne de venado junto a una familia
indigente, y todos lo disfrutaron mucho (Carta 63, 1878). Muchos años después, en Australia,
no sintió que era su deber sermonear a familias numerosas y pobres por alimentarse con pan y
sopa de carne (Carta 76, 1895). A veces, en la propia casa de los White se debió abandonar
durante unos días la comida vegetariana, cuando llegaba una nueva cocinera que aún no sabía
cocinar de otra manera.
Hubo instancias en las que usó By permitió el usoB de carne bajo situaciones de
emergencia médica. Escribe Elena de White: AUn régimen de carne no es el más sano, y sin
embargo yo no asumiría la posición de que la carne debe ser descartada por todos. Los que
tienen órganos digestivos debilitados pueden a menudo usar carne, cuando no pueden comer
legumbres, hortalizas, frutas o gachas@ (Consejos sobre el régimen alimenticio, p. 472).
Durante un encuentro campestre realizado en Brighton, Australia, en 1894, la Sra. de
White asumió una postura más estricta respecto de la carne. Decidió eliminarla absolutamente,
dentro o fuera de su casa. Para ratificarlo, escribió y firmó un compromiso formal Ade no comer
más carne@ (Carta 76, 1895). Dos años más tarde, afirmó: ANi una partícula de carne se coloca
en la mesa@. La decisión se mantuvo intacta en el futuro. En 1903, dijo: ATodavía sigo la luz que
me fue dada hace 35 años@.
Por otro lado, debe admitirse que la comprensión acertada acerca de los pescados y los
mariscos fue más lenta dentro de la iglesia. Por mucho tiempo no resultaba claro que los
mariscos eran animales Ainmundos@. En 1882, Elena de White encargó a su nuera cajas de
arenques y latas de ostras (Carta 16, 1882). Aparentemente, ella no abandonó el consumo de
peces en el mismo momento en que eliminó la carne roja. Sin embargo, para 1895 reconocía que
aun el pescado era perjudicial. Dijo: ANosotros raramente tenemos pescado en nuestra mesa@
(Carta 76, 1895).
Para Elena de White, el vegetarianismo es un estilo de dieta basado en vegetales, con un
consumo ocasional de carne bajo condiciones inusuales. En general, su postura fue la de una
vegetariana, pero no la de una abstemia total. Su práctica era consecuente con su prédica. En
1908, escribió: AAlgunos informan que yo no he vivido a la altura de los principios de la reforma
pro salud, tal como los he presentado con mi pluma. Pero puedo decir que hasta ahora, por todo
lo que yo sepa, no me he apartado de esos principios@. De nuevo, en 1909: AAlgunos han
informado que yo no he seguido los principios de la reforma pro salud tal como los defendí con
mi pluma; pero puedo decir que he sido una fiel reformadora en pro de la salud. Los que han
sido miembros de mi familia saben que esto es cierto@.
Para la Hna. White, el vegetarianismo no era un principio universal: ANunca he sentido
que era mi deber decir que nadie debería probar carne bajo ninguna circunstancia. Decir esto [...]
sería llevar las cosas a los extremos. Nunca he sentido que era mi deber hacer afirmaciones
avasalladoras@ (Carta 76, 1895). A su entender, el vegetarianismo no debe convertirse en prueba
de Adiscipulado@ [membresía] para la iglesia (Testimonies, t. 9, p. 159). Los principios que la
movían eran los de Apreservar una salud óptima@ (Consejos sobre el régimen alimenticio, p. 472)
y hacer lo mejor posible, bajo cada circunstancia inmediata, para promover la vida, la salud y las
fuerzas. Enseñó que, Aen aquellos países donde hay frutas, granos y nueces en abundancia, la
carne no es el mejor alimento para el pueblo de Dios@ (Testimonies, t. 9, p. 159). Aconsejó no
comer carne, Ano porque sea considerado un pecado comer carne, sino porque no es saludable@
(Manuscrito 15, 1889).
También debe decirse que la adopción de una dieta vegetariana era más dificultosa en los
días de Elena de White. Especialmente para personas que debían viajar con frecuencia. No
existían refrigeradores, y no había disponibilidad permanente de frutas y de verduras. Los
cereales secos para el desayuno, la mantequilla de maní y los alimentos naturales que sustituyen
a la carne surgieron para el consumo recién en la década de 1890.
En sus días, Elena de White fue acusada de copiar los escritos de otros reformadores de
la salud. También fue acusada de no practicar lo que enseñaba respecto de la alimentación
saludable. La información disponible permite afirmar que estos argumentos carecen de
fundamento y justificación.

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