Вы находитесь на странице: 1из 3

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

ESCUELA DE ECONOMIA
HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO
PROFESOR VICTOR ABREU

REPORTE DE LECTURA #4

ADAM SMITH, MERCANTILISMO, LAISSEZ FAIRE E HISTORIA DE LAS


RELACIONES INTERNACIONALES.

A comienzos del siglo XVIII, el principio del laissez faire constituyó una
nueva fase en la vida económica que sirvió de base al liberalismo económico, que
predominó sobre las doctrinas mercantilistas y abogaba por un orden económico
regido por el principio de la libertad individual. Adam Smith analizó las
desventajas del sistema mercantilista y formuló nuevas teorías a través de un
estudio riguroso. Una de sus obras importantes, investigación sobre la naturaleza
y causas de las riqueza de las naciones, publicada en 1776, contiene una
discusión de los principios del sistema mercantilista y a su vez, presenta
argumentos en favor del principio del laissez faire frente al intervencionismo del
Estado en la vida económica bajo el supuesto que el individuo esta mejor
capacitado para cuidar sus intereses. Muchos mercantilistas daban al Estado, una
importancia para intervenir en todos los aspectos de la vida económica. Hay que
entender que el mercantilismo se inserta en una nueva etapa de la Historia
Relaciones Internacionales donde el poder político y económico establecería lazos
con el fin de expandir zonas de influencias. Las colonias americanas eran nuevos
mercados con cuantiosos beneficiosos y los gobernantes pronto comprendieron
que su poder político y esfera de influencia dependía en buena parte del rol del
Estado y la riqueza nacional.

Ahora, el debate entre los economistas sobre la efectividad de los mercados


con o sin intervención del Estado se basa en modelos en modelos teóricos y
argumentos abstractos independientemente del contexto histórico.
“Los argumentos de Adam Smith a favor del laissez faire se basan, por
supuesto, en parte en un modelo teórico de cómo los mercados producen
determinados resultados. Pero sus argumentos no son sólo teóricos, lo cual es
significativo; son contextuales, es decir, se basan en sus observaciones de las
circunstancias históricas e institucionales.” (Landreth y Colander, 2002: 79)

Adam Smith era partidario a que el Estado debía dejar a los individuos el
cuidado de sus propios intereses; esto debe entenderse en un contexto histórico y
geopolítico: Hay que entender que el movimiento de la Ilustración había
conllevado reformas y cambios trascendentales en base a la promoción de nuevos
principios como la libertad, el progreso social basado en la racionalidad, el
derecho natural y la confianza en el poder del hombre. Los monarcas como
Federico II y María Teresa de Austria se vieron influenciados y se fue
desarrollando el llamado despotismo ilustrado que transformaría las Relaciones
Internacionales y el equilibrio de poder Europeo. El ascenso de Inglaterra como
potencia comercial, el rápido crecimiento industrial y los cambios institucionales
con el fortalecimiento del parlamento habían influenciado a Adam Smith.

Además, debemos entender que Adam Smith escribía en los albores de la


revolución industrial y su obra constituye una reacción ante la creciente
legislación reguladora de la época. La doctrina mercantilista constituía un
obstáculo al desarrollo de la iniciativa privada en los momentos en que se
empleaban nuevos métodos de producción bajo el impacto de la revolución
industrial. La idea de que el ser humano es racional y calculador movido por el
interés fue fundamento para Adam Smith. La promoción de los intereses
individuales estaba en perfecta armonía, pues a pesar de que el individuo piensa
en su ganancia propia, es conducido por una mano invisible a promover un fin que
no estaba en sus intenciones y de esa forma, al buscar su interés propio
promueve el interés general. Esta armonía se entiende porque los capitalistas no
actúan movidos por motivos altruistas sino por el deseo de obtener beneficios. El
capitalista para aumentar sus ingresos, produce más mercancías que demandan
los individuos. Esa competencia entre los capitalistas en producir bienes y el papel
de los consumidores se traducían en aumentos y bajadas de precios pero que
podían satisfacer los deseos de los consumidores además que asignaba
óptimamente los recursos sin asignación automática. Entonces, el liberalismo
económico tiene sus raíces en los principios del liberalismo político en tanto que
se apoyaban en la doctrina del derecho natural en la cual el mundo se rige por una
serie de reglas y leyes naturales superiores en autoridad a las órdenes del
soberano. El Estado entonces, no debe intervenir en el orden natural de las cosas
ya que la actividad económica no es por lo tanto una excepción a este orden
natural. El liberalismo sentaría la bases para nuevos cambios en las relaciones de
Estado a mediados del siglo XVIII, la concepción mercantilista de mantener una
balanza comercial favorable y que la riqueza residía en la cantidad de metales
preciosos que un país podía acumular fueron apartados y se entendía que la
riqueza de un país o su progreso iba dado por la cantidad de bienes y servicios
producidos y su relación con el valor de los gastos de consumo, además que el
comercio podía generar beneficios para ambos países en un juego no suma cero.

José Humberto B Trejo


V-24420704

Вам также может понравиться