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INTRODUCCIÓN
A continuación encontrará las principales temáticas de la unidad tres “El
Desarrollo de los Pueblos”. A partir de esta lectura deberá realizar el trabajo de
investigación señalado por el profesor.
1 Como temática, el principio del Bien Común lo vimos en la unidad DOS. Lo reiteramos en este
apunte para darle continuidad al corpus principium que nos propone la DSI. Sobre el principio de la
Dignidad Humana, no lo desarrollamos como un concepto, ya que es transversal a todo el
contenido que este apunte desarrolla.
2 Cf. Compendio de DSI, n. 4.
3 Discurso del Santo Padre Juan Pablo II a los delegados de la Comisión Económica para América
Este compromiso, desde el principio del Destino Universal de los Bienes (DUB), que
propone la Iglesia en su enseñanza social, trae impresa la noción de que, “tanto el
pleno y perenne señorío de Dios sobre toda realidad, como la exigencia de que los
bienes de la creación se orienten al desarrollo de todo el hombre y de la humanidad
toda”, permite que cada persona sea responsable, no solo de su propia suerte, sino
de aceptar su corresponsabilidad con toda la sociedad. Ahora bien, el DUB no se
opone a la propiedad privada, sino que lo reconoce como un medio para hacerse
responsable de una parte de la creación de Dios, pero no es un fin en sí mismo. Es
un derecho natural que surge del trabajo de las personas, para el provecho, tanto
personal como colectivo. Propiedad privada y bien común son las nociones que le
otorgan sentido y dinamismo al DUB.
La Subsidiariedad:
La <ayuda> que motiva la Participación.
Al seguir avanzando en los principios que nos enseña la DSI como principios
fontales de la vida del hombre en sociedad, nos encontramos con uno difícil de
pronunciar, pero fácil de comprender y, quizás lo más significativo, de reconocer
en la convivencia social: el principio de la subsidiariedad. Su importancia esta
refrendada por su constante presencia a lo largo de toda la enseñanza social de la
Iglesia (ya viene sugerido en la primera encíclica social, la Rerum novarum). Antes
de avanzar en este principio, detengámonos un momento para reflexionar acerca
de la unidad y pertinencia de los principios de la DSI.
Estos principios (Dignidad humana, Bien Común, Destino Universal los Bienes,
Subsidiariedad y Solidaridad) son expresiones de la verdad del hombre, y se
comprenden plenamente por el conocimiento iluminado por la fe y la razón. Así, el
mensaje de Jesucristo, resumido en la norma del amor, al confrontarlo con los
4 Cf. Discurso, n. 8.
3.-
problemas que surgen de la vida en sociedad permiten
reconocer estos principios y darles un pleno sentido5.
“Como no se puede quitar a los individuos y darlo a la comunidad lo que ellos pueden realizar con su
propio esfuerzo e industria, así tampoco es justo […] quitar a las comunidades menores e inferiores lo que
ellas pueden hacer y proporcionar y dárselo a una sociedad mayor y más elevada, ya que toda acción
de la sociedad, por su propia fuerza y naturaleza, debe prestar ayuda a los miembros del cuerpo social,
pero no destruirlos y absorberlos.”
¡¡Recuerda!!: Los principios, en cuanto tales, son naturales a la vida del hombre
en sociedad: él los descubre como dados por la ley natural, por el ejercicio de su
razón; y por el don de la fe los comprende de forma más plena. Así es como que de
este principio (la subsidiariedad) surge de manera natural el principio de
participación, que “se expresa en una serie de actividades mediante las cuales el
ciudadano, individual o asociadamente, directamente o por medio de los propios
representantes, contribuye a la vida cultural, económica, social y política de la
comunidad civil a la que pertenece. La participación es un deber que todos deben
cumplir, de modo responsable y con vistas al bien común.” 7 De esta cita se
comprende que la participación social es tanto un derecho como un deber que
busca el beneficio de la sociedad en su conjunto. Y es la sociedad en su conjunto
la que forma la Comunidad Política.
8 Compendio, n. 384.
9 Cf. Compendio, n. 385.
5.-
}2[Las minorías étnicas tienen] el deber de promover la libertad y la dignidad de cada uno de sus miembros y de respetar
las decisiones de cada individuo, incluso cuando uno de ellos decidiera pasar a la cultura mayoritaria.”10
Frente a todo esto, podemos inferir que el Principio del Bien Común encuentra en
la comunidad política su fuente original.
El principio de la Solidaridad.
En el diccionario de la Real Academia de la Lengua encontramos que la solidaridad
significa “Adhesión circunstancial a la causa o empresa de otro.” Esta definición
trae implícita la idea de unidad, y en cuanto principio, la solidaridad surge de la
experiencia de la comunidad. En este punto démosle la palabra al teólogo chileno
Arturo Bravo, por la claridad que tiene al presentarnos las características originales
de la Solidaridad, desde el escenario histórico y geográfico del Antiguo
Testamento11:
<<Si bien es cierto que la palabra “solidaridad” no aparece en la Biblia, sí se encuentra la vivencia de
la misma. En el Antiguo Testamento hay uno que se le aproxima bastante, el vocablo jésed, cuya
traducción es bastante discutida, proponiéndose términos como paciencia, favor, bondad, misericordia,
fidelidad, lealtad, amor. Este vocablo tiene tres aspectos constitutivos:
1. implica actividad, esto es, no es sólo un sentimiento humano sino que incluye la acción que
acompaña tal sentimiento; mantiene y favorece la vida, y es compromiso con quien se encuentre
afectado por una desgracia o necesidad. Es muestra de amistad o de compasión;
2. posee un sentido comunitario, pues pertenece en su origen al ámbito de la comunidad familiar o
tribal, lo que explica su tercer rasgo;
3. es estable, es decir, se trata de una disposición constante . Así pues, jésed es una actitud que
se traduce en un determinado comportamiento permanente al interior de un grupo.
Se comprenderá que cualquier grupo, comunidad, sociedad en la que prime el individualismo, el
egoísmo y el interés personal, terminará por desintegrarse. Por eso que la solidaridad no es un elemento
secundario o decorativo, sino que es un elemento vital de cualquier grupo humano.>>
10 Compendio, n. 387.
11 Text extraído de https://debarim.wordpress.com/2010/08/03/%C2%A1%C2%BFacaso-soy-yo-el-
guardian-de-mi-hermano/
12 Carta encíclica Sollicitudo Rei Socialis, n. 38.
6.-
Como ya hemos explicado, la moral se ocupa de las normas que rigen la convivencia
de las personas, en vistas al bien común. Por economía, en fácil, vamos a decir que
es la ciencia “de lo necesario”, en cuanto se ocupa de estudiar los métodos más
eficaces para satisfacer las necesidades de las personas. Cualquier lector infiere
que, no siendo lo mismo, existe una relación entre moral y economía: la persona
humana. Esta constatación nos permite afirmar que ambas deben estar al servicio
de la dignidad humana.
13 Compendio, n° 331.
14 Compendio, n° 332.
7.-
las necesidades inmediatas, sino para que las futuras generaciones tengan un
espacio donde vivir y desarrollarse, de acuerdo al plan de nuestro Creador: con
dignidad. Por esto es que cada hombre, al reconocer a la naturaleza como creación,
debe tener la actitud de gratitud ante el Creador y el reconocerse responsable de
esta creación.
“Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque
eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable. Esa deuda se salda en parte
con más aportes económicos para proveer de agua limpia y saneamiento a los pueblos más pobres.
Pero se advierte un derroche de agua no sólo en países desarrollados, sino también en aquellos menos
desarrollados que poseen grandes reservas. Esto muestra que el problema del agua es en parte una
cuestión educativa y cultural, porque no hay conciencia de la gravedad de estas conductas en un
contexto de gran inequidad.”15
Las Tecnologías: