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Parte I- La Niñez

La niñez o infancia es la tercera etapa del desarrollo del ser


humano. Es posterior a la infancia y precede a
la adolescencia. Normalmente esta etapa del crecimiento
de la vida humana se sitúa entre los 6 y 12 años.
Coincide con la escolarización o ingreso del niño en la
escuela, lo que significa la convivencia con otros seres
humanos de su misma edad, por lo tanto, iguales en
derechos, deberes y requerimientos de atención.
Las exigencias del aprendizaje escolar trabajan y estimulan
el desarrollo de sus funciones cognoscitivas
(Cognoscitivas: Se dice de la facultad que es capaz de
conocer): la percepción, memoria y el razonamiento.
A través de los juegos el niño estudia, desarrolla y adquiere
múltiples capacidades que le ayudarán en la vida como el
sentido del deber, el respeto al derecho ajeno, el amor
propio entre otros. También en esta etapa del crecimiento
se desarrolla su pensamiento lógico, aprendiendo a
controlar la imaginación desbordante que impera en la
infancia. El niño se vuelve más objetivo, siendo ya capaz
de ver la realidad, tal como esta es y no como se la
imaginaba.
1.1-Características de la etapa de la niñez
- El contacto con otros niños influye en su proceso de
socialización y en la adquisición de capacidades de
relación con otros seres humanos.
- El niño desarrolla capacidades cognoscitivas como la
percepción, memoria y el razonamiento.
- En esta etapa también se adquieren el sentido del deber,
el respeto al derecho ajeno, el amor propio entre otras
capacidades.
- También se desarrolla su pensamiento lógico y su
capacidad de distinguir entre realidad e imaginación.

Parte II- El Trabajo infantil

Existen diferencias considerables entre las numerosas


formas de trabajo realizadas por niños. Algunas son
difíciles y exigentes, otras, más peligrosas e incluso
reprobables desde el punto de vista ético. En el marco de
su trabajo, los niños realizan una gama muy amplia de
tareas y actividades.
No todas las tareas realizadas por los niños deben
clasificarse como trabajo infantil que se ha de eliminar. Por
lo general, la participación de los niños o los adolescentes
en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo
personal ni interfieren con su escolarización se considera
positiva. Entre otras actividades, cabe citar la ayuda que
prestan a sus padres en el hogar, la colaboración en un
negocio familiar o las tareas que realizan fuera del horario
escolar o durante las vacaciones para ganar dinero de
bolsillo. Este tipo de actividades son provechosas para el
desarrollo de los pequeños y el bienestar de la familia; les
proporcionan calificaciones y experiencia, y les ayuda a
prepararse para ser miembros productivos de la sociedad
en la edad adulta.

El término “trabajo infantil” suele definirse como todo


trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su
dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y
psicológico.

Este interfiere con su escolarización puesto que:


1- Les priva de la posibilidad de asistir a clases.
2- Les obliga a abandonar la escuela de forma prematura.
3- Les exige combinar el estudio con un trabajo pesado y
que insume mucho tiempo.

En las formas más extremas de trabajo infantil, los niños


son sometidos a situaciones de esclavitud, separados de
su familia, expuestos a graves peligros y enfermedades y/o
abandonados a su suerte en la calle de grandes ciudades
(con frecuencia a una edad muy temprana). Cuándo
calificar o no de “trabajo infantil” a una actividad específica
dependerá de la edad del niño o la niña, el tipo de trabajo
en cuestión y la cantidad de horas que le dedica, las
condiciones en que lo realiza, y los objetivos que persigue
cada país. La respuesta varía de un país a otro y entre uno
y otro sector.
2.1- Causas del trabajo infantil
Existen varias razones entre las cuales se destacan:
La marginación social y extrema pobreza: La familia en
general carece de las condiciones necesarias de
subsistencia y hace que los niños trabajen para mantener
la economía familiar.
La gran mayoría de los niños que forman parte del mercado
de trabajadores infantiles pertenecen a hogares pobres.
Esta es una causa que potencia la especie de círculo
vicioso que se establece en torno al problema.

Los niños salen del sistema educativo para trabajar, no se


forman y por lo tanto continúan siendo pobres. Y las futuras
generaciones siguen el mismo camino.

La pobreza que se establece y se potencia con el


transcurso de las generaciones no es solo económica.

Al quedar excluidos del sistema educativo, el marco de


valores se ve vulnerable a otras miserias.

Vicios como el alcohol, el tabaco y el consumo de


drogas comienzan a rondar prontamente el ambiente en el
que se mueven los niños explotados.

Redes de explotación infantil: Múltiples redes del crimen


organizado trabajan en todo el planeta para usar a los
niños y niñas en sus propósitos económicos, como la
mendicidad y la prostitución.
Por negligencia de sus padres: Esto es un acto de
irresponsabilidad paterna. Es muy frecuente en padres
adolescentes.
Los padres ven en sus hijos la forma de adquirir un
beneficio solo por el simple hecho de que son muchas
veces niños pequeños y de esa forma a la vista de la gente
son niños de bajos recursos, pero la realidad es que tienen
un padre y madre que sobreviven de lo que sus hijos
obtienen.
Por orfandad: Esto se da cuando los niños o adolescentes
son huérfanos y no tienen como sostenerse
económicamente por ellos mismos.
Políticas de estado ineficientes. Cuando los estados
carecen de normas claras al respecto del trabajo infantil,
inmediatamente se establece el problema.

Muchos empresarios y pequeños propietarios visualizan en


el trabajo infantil un mecanismo válido para que sus
negocios sean más rentables. Esto se complementa con la
falta de un marco legal que castigue severamente este tipo
de delitos.

Educación deficitaria. Cuando hay una demanda de un


servicio, es que hay personas convencidas de que ese
servicio es la solución para su negocio.

En la demanda de trabajo infantil hay un claro déficit en


términos de educación y valores. Estos se inculcan y
transmiten en el hogar y en los ámbitos educativos,
también es el entorno familiar el que muchas veces
promueve la explotación de sus propios hijos, porque no es
capaz de ver más allá de las necesidades básicas e
inmediatas.
Probablemente estas mismas personas hayan sido
explotadas durante su niñez también.

En resumen, el problema del trabajo en la infancia aún es


importante a nivel mundial.

Cuando haya menos pobreza, más educación y mejores


políticas de estado, seguramente esta situación podrá
mejorar.

2.2 Consecuencias
Las consecuencias del trabajo para la salud de los niños
son muy graves. Sufren lesiones visuales y óseas,
deformaciones, numerosos accidentes, muerte a temprana
edad. La mitad de los niños son sometidos a trabajo
forzosos.

Tenemos:
1.Consecuencias físicas:
Podemos decir que entre las consecuencias físicas se
encuentra:
-El riesgo del sobreesfuerzo (extensión de las jornadas,
sobrecarga física, malas posturas) y del ambiente de
trabajo (contaminación, temperatura,
humedad, exposición a productos químicos).
No todas las actividades laborales provocan estos efectos,
aunque muchas veces el riesgo está presente.
2. Consecuencias psicológicas:
El ingresar al mundo laboral, a una temprana edad, hace
que la niña o niño se relacione con personas que no
pertenecen a su grupo de pares, lo que involucra un efecto
en la socialización de un niño o niña y en su proceso
de construcción de la identidad.
Las actividades realizadas por los niños y niñas no
corresponderían a su edad, con respecto a esto, el estudio
de UNICEF afirma que: "estas labores no se
corresponderían con su naturaleza, lo alejarían de sus
espacios propios y limitarían o impedirían el desarrollo de
esta etapa de la vida. Esto generaría apatía, precocidad,
emancipación prematura, etc. Con independencia de la
modalidad o las condiciones de trabajo". Con respecto a
esto, también existen posturas que hablan de los efectos
positivos que tendría el trabajo infantil, al referirse a la
adquisición de destrezas y valores de suma importancia en
un niño como la responsabilidad, una mayor autoestima y
madurez, sin embargo, creemos firmemente que un niño no
debe trabajar para desarrollar estos aspectos positivos,
refiriéndonos a trabajo como la actividad perjudicial para su
desarrollo. Siendo posible estimular y desarrollar esto en la
escuela o dentro del ámbito familiar.
3. Consecuencias sociales:
Dentro del aspecto social se encuentra el desarrollo del
niño o la niña en relación a sus pares. En base a esto
podemos afirmar que los niños que trabajan no siempre
pueden jugar con otros niños, debido a que el tiempo que
tienen en la semana para compartir con sus amigos lo
deben utilizar para cumplir con su trabajo. En
consecuencia, esto implica que los niños se alejen de las
actividades propias de su edad. Si bien el trabajo dignifica y
si está enmarcado dentro de una tradición familiar es un
generador de valores importantes, cuando interfiere en el
normal desarrollo de los niños y no respeta sus derechos,
deja inmediatamente de dignificar. Muchos niños que
trabajan terminan desertando al sistema escolar y se
dedican cien por ciento al trabajo, un trabajo que no es bien
remunerado y que con los años se mantendrá ese aspecto,
ya que el niño que se convierte en un adulto sin estudios es
un ser que no tiene la preparación necesaria para
desenvolverse en esta sociedad globalizada.
Parte III- Trabajo infantil en República
Dominicana

El Dr. Bienvenido Segura, dice que: “Alrededor de 168


millones de niños en el mundo y cerca de 300 mil en la
Republica dominicana son víctimas del trabajo infantil,
convirtiéndolos en seres vulnerables a la explotación, a
enfermedades de diversa índole y a distintos tipos de
abusos y maltratos.
Los niños que se dedican a trabajar se alejan de la familia
porque son víctimas de la pobreza, la inequidad, la
desigualdad y la exclusión social. Estos infantes forman
parte de hogares rotos o familias dispersas dirigidas por
uno de los padres, o bien son auxiliados o acogidos por
abuelos, vecinos, amigos, allegados o simplemente
deambulan en las calles.
Estos infantes pueden verse forzados a realizar tareas
difíciles y peligrosas con tal de ganarse algún dinero para
sobrevivir y otras veces lo hacen con la intención de ayudar
a la manutención de la familia. Pero es innegable que una
buena parte de ellos vende su fuerza de trabajo para
autofinanciarse vicios, como son el uso y abuso de drogas,
alcohol, juegos de azar y prostitución. Por esa razón la
sociedad dominicana no puede ni debe ser indiferente a
esa problemática, la cual nos desnuda de cuerpo entero.
La realidad es que el trabajo infantil impide que el niño viva
esa etapa importante de la vida, atentando a la vez contra
su dignidad y su desarrollo físico y emocional porque lo
aleja y lo separa de la familia y la escuela.
Las labores que realizan cotidianamente los niños en el
hogar es con la finalidad de ayudar a sus padres,
hermanos, abuelos, tutores y a sí mismos, pero estas
tareas no son nocivas porque no les daña, ni tampoco
interfieren con su normal crecimiento y desarrollo.
Existen sectores y aéreas laborales que ponen en riesgo la
vida de los niños y adolescentes menores de 18 años,
como lo son algunas casas de familia, mecánica,
explotación sexual comercial, bares, barras, lavaderos de
carros, discotecas, restaurantes, casinos, galleras, billares
y otras fuentes de trabajo como las vinculadas a robos,
asaltos, narcotráfico y crimen organizado.
El Estado Dominicano es signatario de la Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño y tiene vigente el
Código para el Sistema de Protección y los Derechos
Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes, estas son
herramientas que junto a otras leyes y normas permiten
regular y sancionar todas las formas de explotación y de
trabajo infantil dañinas para los niños.
El país está en el deber de asumir este problema y hacer
todos los esfuerzos para revertir las determinantes sociales
que inducen al trabajo precoz a niños, niñas y adolescentes
en la Republica dominicana.”
3.1- Normas jurídicas que regulan el trabajo
infantil en el país.

En República Dominicana, el trabajo infantil es regulado por


diversas normas legales. Estas normas tienen su fuente en
el ordenamiento jurídico interno y en los instrumentos de
derecho internacional. Los tratados y convenios
internacionales que el país acoge solo tienen que ser
sancionados por el Congreso Nacional, según lo señala el
artículo 3 de 3 de la Constitución.
La legislación nacional que regulan el trabajo infantil son: el
Código de Trabajo y el Código para el Sistema de
Protección y los Derechos Fundamentales de Niños, Niñas
y adolescentes (Ley 136-03). Aunque la Constitución
Política, en su artículo 8 inciso 15 a) consagra el deber
estatal de protección a la niñez.
El Código de Trabajo, reglamenta el trabajo asalariado,
esto es, la prestación de servicios ejecutada en virtud de un
contrato de trabajo, se hubiera acordado esto verbal o
escrito. El trabajo realizado por cuenta propia escapa a las
disposiciones del Código de Trabajo.
El Código para el sistema de protección y los derechos
fundamentales de niños, niñas y adolescentes. En su
artículo 34, dispone que los niños, niñas y adolescentes
tengan derecho a la protección contra la explotación
económica. Este instrumento a diferencia del Código de
Trabajo, en su artículo 37, aclara que las personas
adolescentes que laboran por cuenta propia en el sector
informal, a domicilio o en trabajo familiar también están
protegidos por este código de niños/as y adolescentes.
Existen otras disposiciones que regulan y crean el marco
jurídico adecuado para la implementación de todas las
acciones que se ejecutan en el país contra las peores
formas de trabajo infantil. Dentro de estas cabe mencionar:
a) Resolución no. 31/93 sobre trabajo nocturno de los
menores de edad.
b) Resolución 30/93 sobre trabajo de menores que no han
cumplido los 14 años.
c) Resolución no. 52/2004 sobre trabajos peligrosos e
insalubres para personas menores de 18 años.

3.2- Planes de acción contra el trabajo infantil.

La lucha contra el trabajo infantil tuvo dos dimensiones.


Una de ellas fue definida por diversas instituciones que
bajo el auspicio del Consejo Nacional para la Niñez y la
Adolescencia (CONANI), definieron algunos lineamientos
para realizar acciones de lucha contra el trabajo infantil.
Asimismo, el otro plan fue definido por la Oficina
Internacional del Trabajo, Programa Internacional para la
Erradicación de Trabajo infantil y la Secretaria de Estado
de Trabajo.

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