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Este es un correo dirigido a la Escuela de Hostelería de Sevilla, especialmente al señor director

Pedro Oliver y mi “tutor personal” Javier Aguiar.

Primero de todo, os mando este correo por educación y porque sinceramente, no creo que
hablemos por móvil, primero porque no me gusta hablar por ahí y segundo porque tras ir
detrás de mi “tutor personal” durante 3 días, ahora soy yo el que no quiere recibir llamadas
vuestras.

Y segundo, viendo los tiempos que corren hoy en día donde no puedes expresar libremente lo
que piensas, quiero que quede reflejado que en ningún momento pretendo faltar al respeto,
ni ofender ni hacer apología de ningún tipo, es lo único que vais a leer a continuación es mi
versión y como me he sentido, nada más, escrito queda.

Para dar un comienzo a esto, he de decir que durante la primera parte del curso la verdad que
me he sentido muy bien, el trato de todos (o casi todos) los profesores ha sido muy bueno, he
aprendido mucho de ellos y me lo pasaba muy bien en las clases.

No sé el momento exacto donde las cosas se torcieron, creo que fue en la segunda semana
donde me encontraba hablando con Fermín y de repente, me dejó con la palabra en la boca y
se fue a otra cosa y yo entiendo que es bastante estresante ser Fermín, porque tienes muchos
alumnos, cada uno de un nivel, cada uno haciendo algo distinto, pero si te estoy hablando, no
me hagas ese feo. Yo ese día le contaba que tenía que irme a las 4 (cuando se supone que
termina nuestro horario de cocina), pero viendo el “caso” que me hizo, llegadas las 4 me fui.
Mi sorpresa es cuando al día siguiente me recrimina que si no me da vergüenza irme “a
escondidas” a las 3 de la tarde y sin decir nada, y que era una falta de respeto para mis
compañeros, alegándome que me iba a poner la falta de día anterior.

¿Lo hizo o no lo hizo? No lo sé la verdad, pero que por no escucharme 10 segundos me diga
eso, la verdad que me duele, y más, cuando hay otros compañeros y compañeras, que si
tienen esa libertad de poder salir antes o después y quizás a ellos si los haya escuchado por
llamarse de una manera o ser el hijo de alguien… Porque cuando entré en la escuela, yo
pensaba, pensaba, que íbamos a ser todos iguales, todos íbamos a tener las mismas
oportunidades pero está claro que no, al ser una educación privada, se le prima más a la gente
que destaca (no que trabaje más o se lo curre más, que hay veces que también, pero que te
hagas notar) y quizás no todos somos así, quizás a todos no nos guste destacar y alzar la voz
por delante de todos, hay algunos que no nos gusta aparentar y por eso, con perdón, “nos
putean más” y no tenemos el mismo trato.

Tampoco puedo llegar a entender, como en un sitio al que estás pagando al año más de 5.000
euros, los únicos (y perdón por la expresión) pringados que limpiemos somos los de 1º, pero
no todos los de 1º, sino solamente mi clase, y ver, como encima la mitad se escaquea y no
limpia nunca, y tener la impotencia de no poder decírselo a nadie porque… ¿Para qué verdad?
Si total, cuando se lo estés comentando te van a dejar con la palabra en la boca… O que la
media hora de comer, “media hora”, por no estar la comida a tiempo, se van 10 minutos, otros
10 minutos hasta que sea tu turno para tener la comida y 10 minutos para comer, ir al baño… Y
a la vuelta, es cuando empieza el servicio y tienes que estar a tope.

Al igual, qué bajo mi punto de vista, las prácticas han estado muuuy mal organizadas, porque
ha habido días (y no, no exagero) donde ni limpiar podías porque estaba todo hecho o estaba
todo haciéndose, y la verdad, te sientes un poco inútil porque sientes que allí no pintas nada, y
qué si te vas, tampoco van a notar tu ausencia (claro que sí, para ponerte falta, pero para nada
más). Pero claro, que tampoco te pillen estando parado, aunque no haya absolutamente nada
de nada por hacer, porque entonces el malo eres tú que no quieres aprender, pues perdona
pero no, es obvio que soy yo el que está ahí para aprender pero vosotros, los profesores, estáis
ahí para enseñar (y creo que eso es algo que a veces se olvida y no debería, porque si no la
enseñanza y la educación no fluye).

Más tarde, estuve en sala y a pesar de que éramos muchos, ahí la verdad que si me sentí
bastante más realizado, me gustó interactuar con el cliente y aunque Javier era y es bastante
exigente, la verdad que no puedo tener una sola queja de él en ese sentido.

Donde si que tengo queja y me parece surrealista, es que después de Semana Santa, fui
durante 3 días a la escuela (y yo en Sevilla resido por la estación de San Bernardo, lo cual es un
viaje de 1 hora solo ida todos los días) y el miércoles día 4, desde recepción se me dijo que no
estaba Javier porque estaba en una reunión, pero fui sin avisar y bueno, al fin y al cabo me
exponía a eso. Volví a ir el jueves día 5 y me dijo que no, que le resultaba imposible y que
volviera el viernes, y volví a ir el viernes día 6, donde ni me miró y me dijo que ahora no, que
luego. Pero, ¿luego cuando? ¿A las 3 de la tarde? ¿A las 7? ¿Quizás el día siguiente? Igual soy
diferente o raro, pero no puedo estar todos los días yendo a la escuela para intentar hablar
con alguien que pasa de mi, y que, como todas las personas, tengo más cosas que hacer. Y
aunque no las tuviera, no es mi ilusión estar en un autobús 2 horas para nada, para perder el
tiempo.

Y lo que me deja ya flipado, es que encima diga que no he estado allí y que no he ido a verlo,
pues la verdad que con esto ya se me ha demostrado muchas cosas, veo toda la atención que
ese “tutor personal” tiene hacia mi y hacia mi persona, cuando va alguien 3 días y no le hace ni
puto caso. Es más, si alguna vez recibe esto, no sé ni si quiera si me pondrá cara o se acordará
de mi. Y si, fui a verte Javier Aguiar, fui a verte porque tenía unos justificantes que darte
porque durante Semana Santa estuve con gastroenteritis y se, que estando con un virus que se
puede contagiar es un suicidio, tanto para el resto de mis compañeros como para el cliente,
sobre todo para este último, que siempre es lo primero ¿no?

Y sinceramente, no me cuadra la versión que está contando Javier pero que si ni si quiera se
acuerda de eso, magnífico, ya me ha demostrado todo el interés e importancia que me da ese
“tutor personal”. Además, con un poquito de su atención y haber hablado a tiempo, yo creo
que todo podría haber ido de otra manera, o no, porque eso ya no se va a saber, pero reitero,
que me duele que vaya diciendo que no me he presentado allí, total, si alguna vez recibe esto
no creo que me ponga cara o se acuerde de mí pero si…. Javier, soy esa persona que se
presentó allí 3 días con el ÚNICO objetivo de hablar contigo y que TÚ me ignoraste.

Y vuelvo a lo mismo, entiendo que Javier también está en mil cosas a la vez, pero no puedo
llegar a concebir porque entonces es el tutor de mi clase, porque un tutor debería estar para lo
malo, porque para lo bueno siempre hay mucha gente a tu alrededor, pero ay!! amigo, cuando
tienes un problema, nadie hace nada por ayudarte y yo lo único que quería era hablar con el y
expresarle mi situación, hablar y que me aconsejara por donde podía tirar o que podía hacer, y
sé y siento mucho esto, porque se que las comparaciones son odiosas, pero seguramente si
Helio hubiera seguido ahí todos estos problemas se que se hubieran solucionado desde el
primer día pero.. También me gustaría decir que ya se que no me vais a creer, porque al fin y al
cabo es la palabra de Javier contra la mía, pero de verdad, ¿Qué gano yo mintiendo después de
todo? Es decir, no escribo esta carta para que me exculpeis de todas las faltas que tengo, o
para conseguir unas mejores prácticas en verano, es que no, y de verdad que me duele, ya no
solo el hecho de ir y que pases de mi, sino de que encima, digas que no he estado por allí, y lo
siento mucho si esto os cabrea más de lo que ya estáis, pero me parece una vergüenza.

Yo sé realmente que mi baja o mi ausencia no os importa mucho porque total, un alumno más
que menos, que importa ¿verdad? Pero me encantaría que en algún momento hicierais una
reflexión de como un alumno que tiene todas las asignaturas aprobadas menos informática,
con un 90% de notables y sobresalientes, el cual creo que los profesores no pueden hablar algo
malo de mi (y de verdad, os invito a que lo hagáis y preguntéis a los profesores que he tenido),
que no hablo, que me intereso por las asignaturas y que siempre he intentado (quizás no lo
haya conseguido) dar lo mejor de mí… De repente, de la noche a la mañana se vaya,
evidentemente no ha sido una decisión loca, está pensada y meditada.

Quizás todo tenga que ver con la educación, y en fin, entiendo un poco. Entiendo que hay una
forma de educar basada más en el miedo, en las amenazas y en los castigos, y en ciertos casos
es verdad que es muy útil, pero, para mí, no es la mejor forma de educar. Una educación
basada en la escucha, diálogo, empatía considero que es bastante mejor, porque siempre se
dice que si tus “empleados” están contentos, tus clientes estarán contentos. Y es obvio que en
la escuela hay personas que a nivel profesional son magníficos, seguramente los mejores en su
especialidad pero no solo se trata de ser profesional en esta vida, también está el apartado
humano y ahí, seguramente hay algún que otro suspenso pero no por nada, sino porque al fin
y al cabo todos somos personas, y tenemos nuestros momentos de debilidad y de fortaleza,
pero no puedes machacar a alguien porque si no pasa lo que pasa.

Mi conclusión es que yo me siento (aunque ya menos) y me he sentido bastante…


Decepcionado/engañado. Engañado porque esto no es lo que se me vendió el año pasado
cuando fui a hacer la entrevista, y sí, yo sé que todos los comienzos son preciosos y
maravillosos, y más cuando hay tanta pasta de por medio, pero no puedo remediar sentirme
así, y decepcionado porque yo realmente ya tenía mi camino muy enfocado (tengo mi carrera
finalizada) pero me quise “desviar” por este sector porque a mí siempre me ha llamado mucho
la atención la cocina y pensé que era el momento. Y decepcionado porque yo quería entrar
aquí por la cocina, ni por la sala ni por el verano, por la cocina, porque me gusta y ha resultado
que la cocina ha sido mi peor pesadilla, mi enhorabuena.

Sin nada más que añadir porque creo que está todo dicho, explicado y claro. Espero con gusto
su respuesta, si es que la hay.

Un saludo,

Guillermo Cuevas Arroyo.

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