LUZ INTERIOR (PARADOJA)

“La luz que solamente es luz

cuando ilumina una cosa
No es la luz verdadera. La luz
que pasa velozmente y no deja
sombra
Que todo lo sostiene y lo anima
Es quizaá s la luz divina. Pero la luz
de que hablo es otra luz
Hundida en mi memoria como un
anillo de oro
En la espesura. Es una luz que
brilla…”

Párrafo sobre Estudios

sobre la Luz- Jorge Eduardo
Eielson (Perú).

Un artista se sumerge en su trabajo plaá stico, buscando en su imaginacioá n y

recreando en sus exploraciones, universos con la potencia con la que las
situaciones de la vida lo hacen vivir. Me pregunto, que pasa cuando estas vivencias
son espirituales o van mas allaá de lo corpoá reo; cuando el artista es “tocado” por
algo mas profundo que no tiene una sola forma en la materia. Es en esta paradoja
(que se vuelve pregunta para investigar en esta exposicioá n) en donde Juan Jose
busca expresar en materia lo inmaterial.

Para ello, el punto de partida es la luz (tema por anñ os tan investigado en las
artes y fíásica); siendo mas precisos, de la sensacioá n de la luz interior (que puede
ser percibida en experiencias metafíásicas, meditaciones y/o vuelos de Ayahuasca u
otras sustancias psicoactivas) que habita en nuestros espacios interiores. Una luz
que habita cavernas sinuosas, humanoides y que lucha por salir por las partes
superiores de las piezas, usando la metaá fora de las ideas o el poder de la mente.
Pero, pueden las ideas ser luz?. Pienso que no, las ideas solo pueden ser brillantes
(o no) mas no contener ese espacio de potencia y transformacioá n que en la
naturaleza traen.

Habitaciones humanas y naturales donde la oscuridad y luz dialogan en una

espesura y potencia del trazo. No hay cabida para lo tenue. La emocioá n es víávida ( y
vivida) en esas presencias que emergen en una claridad difuminada que muestra
no de manera timida (pero si encriptada por respeto a su propia intimidad), un
interior agreste, caá lido-humedo, serio, donde las formas finalmente no son nada sin
esa luz que nos habita.

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