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30 D. W. WJNNICOTT
Rickman [ue el primero en hablar de las relaciones trian Pasaremos a enunciar seguidamen te el punto princi pal do.:I
gulares y bicorporalcs. A menudo nos re ferimos al complejo presente estudio: si bien la capacidad para t!Star solo es fru t o
de Edipo como la fase en que las relaciones triangulares do d e di vefsos tipos d e experiencias, sólo u n a d e ellas es funifo
minan el cam po de . la �.xpcriencia. Todo i ntento de describi r mcntal, sólo hay una que, de no darse en grado suficien te,
el complejo d e Rdipo en base a u n a relación ent re d o s per impide el desarrollo de dicha capacidad¡ se t rata de la expt!.
sonas fracasará inevitablemente. Sin emba rgo, la relación bi riencia! _ viyi1a_ 1=11 � i."!J<¿_ncia y en .!� . ni,iez, ·tte��$.1Jl. - �!i.. ll!!
personal existe en realidad, si bien restringida a fases rcla tl• presencLüi_ la m.Gd_r_e . i\:sT,..pües;-Ta capacidad para es l a r solo
vamente temp ranas de la historia del individuo. La primera se basa en una paradoj'a : estar a solas · cuando otra ..persona se
relación bipersonal es la del niño con la madre real o sus titu halla presente. · · · ·
t iva, antes de que el niño haya escogido alguna de las pro Ello lleva implícita una relac ión de íodolc bastante espe
piedades de la madre para forjarse con ella la idea de un cial: la que existe en tre el pequeño que está solo y l a mad re
padre. El concep to kleiniano de la posición depres iva puede real o sustitutiva que e.stá con él, aunque lo esté represen tada
desc ribirse en términos de relaciones bipersonales, siendo tnl momen táneamen te por la cuna, el cochecito o el ambiente
vez pos i b le afirmar que este tipo de relación cons tituye un general del entamo inmediato. Quisiera proponer uo nom
rasgo esenci a l de dicho concepto. bre para este tipo especial de relación.
Ya que hemos hablado de relaciones bipersonales y tl'ian A mi, personal mente, me gusta emplear el término rJ:la.:
gu lares, ¿ no sería lo natu ral que hablásemos de relaciones ción del ego. ya que ofrece la ventaja de cont rastar con bas•
u n i persona les ? De buen principio parece que el narcisismo, tante cJaridad con el término rela9i{in del id, t ratándose es1 a
ya sea secundario o primario, constituye la relación unlpcr• úl lima de una complicación que apare.ce con periodicidad en
sonal por an to11.orm1sia. Pues bien, e.s imposibh: pa.sar bruii;u lo que podríamos denominar «la vida del ego». La rel ación
mente de l a s relaciones bipersonales a la relación unipersonal del ego se refiere a la relación entre dos personas, una de
s i n i nfringil· gran parte de lo que hemos llegado a saber me las cuales, cuando menos. está sola; tal vez las ·dos lo estén.
d iante nue s t ros t rabajos analíticos y a t ra vés de la observa pero, de todos modos, la presencia de cada una de el las es
ción d i rec ta de m a d res y niños. i mportan te para la otra. Creo que si comparamos el signlfi.
cado de los verbos « gustar» y «amar», ve remo que el pri
mero se refiere a una relación del ego, mientras que el segun
La soledad 1·eal do tien e más que ver con las relaciones del id, ya sea n sin
amba ges o en forma sublimada. �
Mis lectores se habrán dado cuenta de que no es toy refi Antes de proceder a desarrollar estas dos ideas a m i ma
riéndome al hecho de estar realmente solo. Así, J,abrá perso nera, quisiera J·ecordar al lector dt:: qué modo sería po:.ible
nas i ncapaces de e tar a solas. Escapa a la imaginación la referimos a la capacidad para estar solo sin sa lirnos de la
in tensidad de sus suf rimientos. No obs t a nt e , son muchas las t rillada fraseología psicoanalítica .
personas que, a n t e s de salir de la n i ñez, ya han aprend ido
a gozar de la soledad y que incluso llegan a valorarla· com ·· o ·
u no d e s u s bienes más preciosos. Después de la cópula
La c apac i d a d para la soledad · es suscep t iblt: de presen t a r
se bajo do aspectos: o bien como un fenómeno suma m e n te Tal vez sea justo decir que después de una cópula satis
« refinado» que aparece en el desarrollo de la persona des fac toria cada uno de los componentes de la pareja está solo
pués de la instau ración de las relaciones t riangu la res o, por y content o con su soledad. !"il ser cap� de s.<?zar d� !� �Q!.!:�-��
e l con t rn rio, como un fenómeno de las primeras fases de la al lado de otra persona que también está sola .99.m!il� de
vida que merece un estudio especial por ira larse de la base por si un indicio de salud. La ausencia de la tensión del id
sobre la que se ed i ficará la capacidad para el tipo de soledad puede producir angustia, pero la integración de la persona•
descri to en primer Jugar. l idod en el tiempo permite al individuo esperar a que la el-
O, W, W fNN ICOTT BL PROCESO DB M A DURACIÓN EN EL NIÑO 35
tada tensión regrese de forma n o tural y, al mismo tiempo, paz de senti rse salisfecho i ncluso en la ausencia tempora l lle
le permite disfrutar de la soledad compartida; es dec i r, de objetos y es tímulos externos. La madurez y la capac idad para
una soledad- que-se ñaUa rélat ivºamenk l ibre del rasgo que estar solo implican que el i,idividuo ha tenido la oporLU n i
denom i namos « retraim iento». dad, gracias a una buena /IÍ:Íat9 rnai i'i_a ción>de formarse poco
a poco la c reencia en un me<lTcíamoíe'iite benigno. Esta creen
cia va desarrollándose paulatinamente , mediante la rep e t ición
La escena origi naria de la satisfacción de los instintos.
Al emplear este lenguaj e, uno se encuentra hablando de
Cabría dec i r que la capacidad del individuo para estar a so una fase del desarrollo ind ividual que es a n terior a aquella
las depende de su apt i tud para asim ilar los sen t imien tos sus en la que rige el complej o de Edipo de la teoría c)ási'ca. No
c i tados por la escena origi naria. En es t a escena, el n iño per obstante, se da por sentado un grado cons iderable de madu
cibe o imagina una relación viole n t a en t re los pad res y, si se rez del e go. Lo mismo sucede con la integración del individuo
trata de un n i ño normal, de un n i:ño que es capaz. de dominar en una unidad ; de lo contrnrio no h:ndria sentido hacer re•
lo que en ella hay de odio y ponerlo al servicio de la mas ferencía al interior y al e,cterior, ni lo tendría el dar una si g
turbación, entonces Ja asi m i lación no ofrecerá problemas. J:,J!.. nificación es pecial a la fan tasía del interior. Dicho en té nn l
la masturbación, la responsabilidad total de la fantasía cons nos ne�vos: el individuo debe estar relat ivamente libre del
ciente e· inconsciente es aceptada ·pt>r el n ifio·, que es7ate r defüio o an g ustia . 'persé cütqºrí,i. ~p1a-riteaclo~e·ri " 1érrii i rios pó�l
cera persona en una relación triangular. El hecho e.le poder · - t ivos : los obj etos interiorizados buenos se em,:',l en l ran en el
estar solo en circunstancias como éstas denota madu rez del mundo pe rsonal e 'interior del i n d ividuo , dispuesios a �cr
de�rrollo erótico y potencia genital o, si se trata de una p royectados en el momento o p ortuno.
niña, la correspondiente capacidad de recepción ; denota la
fusión de los i mpulsos e ideas agresivos y eróticos y, asimis
mo, da a entender la existencia de una LOleranci.a de la am Estar solo ca e&tado de iamadurez
bivalencia; j unto a todo esto hab rí a , natu ralmente, la capa
cidad del individuo para identificarse con los dos componen La p re gu nta que surg e al llegar aqu i es la si gu iente : ¿ Es
les de la pare j a padre-madre. posible que un niño o un bebé estfn solos en una fase mu y
El planteamiento en estos términos o en otros es suscep tem p rana, cuando la inmadurez del eg o hace i m p osible des
tible de convert irse en algo de una complej idad casi infinita , cribir el hecho de estar solo mediante la fraseología q ue
debido a q ue t!a capacidad para estar solo es casi sinónimo acabamos de em p lear? Es p recisamente la p arte p rinci p al de
de madurez elliocional ) mi tesis la afirmación de que nos es necesario p oder hablar
de una forma pura -oln ¡enua , si así lo p refie ren- de est 11 r
solo , y que, incluso cstand!¡I d e acuerdo en que la cap acidad
El objeto bueno Interiorizado de estar verdaderamente solo constitu y e un s íntorna de ma
durez de por sí, esto ca p acidad · tiene p or fundamento las
A continuación trataré de e)!:pres.anne con otro lenguaj e : ex periencias infantiles de estar a solas en p resencia de <11•
e l derivado de l a obra de {Melanie Klein. La capacidad para es gu ien . Estas ex p eriencias p uedi:ñieñehug irnirfuna fase mu y
tar solo de p �-�9.� . <;! � _ la e3cisténcia de un obj�Q bueno en lan le mp rana, cuando la Inma d u rez del ego se ve compwsada
realidad .2_5Jq_u j �a del individuo. El concepto de la interio :- de modo natural por el apoyo del ego proporcionado por la
2ac1oriele Ull pecho o ' peñe;füienos,., O de unas buenas rela madre. Con el tiem po , el individuo introyecta la madr<! su �
ciones, ha sido lo suficientemente defendido como para que tentadora del e g o y de es ta forma se ve ca paci tado p a ra es lat·
el individuo (al menos de momento ) se sien ta seguro a n te el solo sin necesidad de buscar con frecuencia el a p o y o uc la
presente y el fut u ro. La relación entre el individuo. de u no madre o del símbolo materno.
u otro sexo, y sus obj etos Interiorizados , j unto con su con
.fianza hacia las relaciones interiorizadas, proporciona de por
si suficiencia para la vida, de manera que el individúo es ca-
r
36 D. W. WJNNICOTT l:L PROCl:SO DE M A DU RAC I Ó N EN EL N I N O 37
J. B1111 011Crlto, Junto con uno ilo la doctora Phyllis Grceoacre so.
brc ,1 ml1mo temo, fue objeto de discusión en el XXn Con11re,o ln
ternoclonal de P11coan4!1si1 cc:lcbrado en Edimburgo, en 1961. Fue pu
bl!c..do r,or primero vez cm •lnt. J. Psycho-Annl.,, 4.1, pp. 58?•595.
2. E�lo lo he dl9CUtldo desde un il.ngulo cllnico más dcltallado en
Prim/tivt Emol/01'.Ja/ Dtvtlopment (1�5).