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Fujimori
Las intervenciones quirúrgicas fueron realizadas sin cumplir con los estándares
internacionales del consentimiento informado, los procedimientos quirúrgicos se
realizaron sin o la suficiente consejería previa, la información recibida fue sesgada o
incompleta. Los testimoniales de mujeres afectadas declaran no haber firmado
consentimiento alguno, sin embargo, constan formularios con firma.
El ministro de salud de ese entonces, Luis Solari, instituye en septiembre de 2001 una
comisión especial sobre las actividades de anticoncepción voluntaria quirúrgica (AVQ),
mientras que una comisión parlamentaria se encarga de inquirir sobre las
"irregularidades" del programa. En julio de 2002, el informe final solicitado por el
Ministro de Salud muestra que, entre 1995 y el 2000, 331.600 mujeres fueron
esterilizadas, mientras que 25.590 hombres sufrieron una vasectomía. Según la
acusación de una congresista en septiembre de 2003, 300 mil indígenas habrían sido
esterilizados de esta manera en los años 90.
La documentación prueba que el presidente Fujimori estaba informado, mes a mes, del
número de intervenciones realizadas por los servicios de sus ex-ministros de salud:
Eduardo Yong Motta (199496), Marino Costa Bauer (1996-1999) y Alejandro Aguinaga
(1999-2000). Una investigación de derechos humanos, muestra que habían sido fijadas
cuotas a los médicos. Según Le Monde diplomatique, se habían organizado "festivales
de ligaduras de trompas" en las zonas rurales y los pueblos jóvenes. En 1996, hubo
81.762 ligaduras de trompas, según las cifras oficiales, habiendo tenido su punto más
alto el año siguiente, con 109.689 ligaduras, en comparación a las "únicamente" 25.995
reportadas en 1998.
Años más tarde el expresidente de Perú Alberto Fujimori y tres ex ministros de Sanidad
serían denunciados por genocidio por el Congreso peruano Por la esterilización de
200.000 mujeres, la mayoría indígenas, entre 1996 y 2000, de las cuales 18 murieron.
Organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres cuestionan las cifras. La
denuncia se basa en un informe realizado por una comisión del actual ministerio de
Sanidad.
Luego de múltiples apelaciones, el caso fue archivado dos veces más por el Poder
Judicial, al no existir pruebas de que las esterilizaciones en general se hicieron de
manera forzada, ni que el Presidente Fujimori tuviera conocimiento de los escasos casos
de ligaduras de trompas sin consentimiento de las pacientes. De acuerdo al dictamen del
poder judicial, de aproximadamente 300 mil intervenciones voluntarias, hubo 300
posibles casos de ligaduras contra la voluntad y 30 mujeres formalizaron sus denuncias
(0.01%) apoyadas por diversas ONG de DDHH, por lo que se abrió proceso a Fujimori
y sus ministros de Salud.