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Año del buen servicio al ciudadano

Universidad Latinoamericana Cima

Tema: EL DOLO
Nombre: Yesenia Zoila
Apellidos: Jiménez Herrera
Facultad: Derecho
Docente: Guido Vicente
Curso: Derecho penal I
Ciclo: IV

Tacna – Perú
2017

1
Índice
Caratula………………………………….1
Índice……………………………………2
Introducción……………………………. 3
Evolución………………………………4
1. Tema………………………………5
2. Objetivos propuestos……………… 6
2.1. Objetivo General
3. Fuentes Empleadas………………... 7
4. Criterios…………………………… 8
CAPÍTULOI………………………………… 9
Título I
1. El dolo…………………… 10
CAPÍTULOII……………………………… 11 – 12- 13 y 14
Titulo I………………………… 15
1. La culpa
- Definición…………………………….16- 17 y 18
CAPITULO III…………………….. 19
Título I
1. La preterintención ……………………20 y 21

2
INTRODUCCION

Para otros usos de este término, véase Dolo (desambiguación).


En derecho, el dolo (variante en latín vulgar de la palabra clásica dolus) es la voluntad deliberada
(elemento volitivo) de cometer un delito a sabiendas de su ilicitud (elemento intelectivo,
intelectual o cognitivo). En los actos jurídicos, el dolo implica la voluntad maliciosa de engañar a
alguien o de incumplir una obligación contraída.1
En el derecho el término dolo se usa con significados diferentes. En derecho penal, el dolo
significa la intención de cometer la acción típica prohibida por la ley. En derecho civil se refiere a
la característica esencial del ilícito civil, en el incumplimiento de las obligaciones designa la
deliberada inejecución por parte del deudor y, por último, es un vicio de los actos voluntarios.

A. El dolo en el derecho penal


El dolo, para el derecho penal, supone la intención tanto en el obrar del sujeto como en la
abstención cuando la obligación legal es la actuación (comisión por omisión).
Se dice que el dolo es la forma principal y más grave de la culpabilidad según algunos juristas
pero actualmente bajo la influencia de la dogmática se ha manifestado que este pertenece al tipo y
no a la culpabilidad, y por ello la que acarrea penas más severas. Actúa dolosamente quien actúa
con la intención de cometer un delito a sabiendas de su ilicitud.

3
EVOLUCIÓN

La voluntad criminal constituida por la conciencia de querer y por la conciencia de obrar


traducidas en una conducta externa es el dolo que en el Derecho Romano Justiniano se
denominada "dolos", "dolos malus", "propositum". Significaba la intención encaminada al delito
conciencia del hecho criminoso que se iba a cometer. En el Derecho canónico el dolo expreso con
las palabras "dolos", "voluntas", "sciens", "malitia" por eso el dolo equivalió a la malicia, astucia.
En fin el dolo consiste en la voluntad de cometer un acto sabiendo que es punible, es una
posición de voluntad distinta de la actuación voluntaria, que es la acción.
La evolución del concepto de Dolo surgió primero la Teoría de la voluntad, y así el dolo se
definió tomando en cuanta solo el resultado previsto y querido por el autor del delito. Después, se
encontró que este único criterio no era aplicable a la construcción técnico- jurídica del dolo
eventual; surgió entonces una tesis más avanzada: "La teoría de representación" propugnada por
Von Liszt que sostenía que el dolo es el conocimiento que acompaña a la manifestación de
voluntad, de todas las circunstancias que concurren al acto previsto por la ley penal.
Posteriormente surgió la "Teoría de la Voluntariedad" sostenida por Francisco Carrara; según
esta teoría el dolo es la intención o voluntad más o menos perfecta de ejecutar un acto que se
conoce contrario a la ley.

4
TEMA

Dolo, culpa y la preterintencion

5
III. Objetivos propuestos

1.1.Objetivo General

Mi primer objetivo es saber qué es dar a conocer el concepto


de dolo; culpa; preterintencion

Detallar concepto; clases y elementos

Aprender del tema como utilizar cada parte de este en casos.

6
Fuentes Empleadas

Utilicé las siguientes fuentes como el internet, libro manual


de casos penales.

Información de wikipedia

Libros

7
Criterios

Análisis del tema complementando con libros, internet.

Referencias de docentes

Jurisprudencia de libros

8
CAPITULO I
Título I
Dolo

9
1. Dolo

Definición:

Los llamados delitos dolosos suponen la realización consciente (el


querer) y voluntaria (el saber) de los elementos objetivos del tipo.38 El dolo es
regulado por el artículo 12 del Código Penal, que señala que la ley se aplica
siempre al agente de infracción dolosa (por ello es que se utiliza términos como
“intencional” o “a sabiendas”)

Según Hernando Grisanti el dolo es la voluntad consciente, encaminada


u orientada a la perpetración de un acto que la ley tipifica como delito.
Según Francesco Carrara el dolo es la intención más o menos perfecta
de hacer un acto que se sabe contrario a la ley.
Vincenzo Manzini define al dolo como la voluntad consciente y no
coaccionada de ejecutar u omitir un hecho lesivo o peligroso para un interés
legitimo de otro, del cual no se tiene la facultad de disposición conociendo o no
que tal hecho esta reprimido por la ley.
Luis Jiménez de Asúa dice que el dolo es la producción del resultado
típicamente antijurídico con la conciencia de que se está quebrantando el deber,
con conocimiento de las circunstancias de hecho y del curso esencial de la
relación de causalidad existente entre las manifestaciones humanas y el cambio
en el mundo exterior, con la voluntad de realizar la acción u con representación
del resultado que se requiere.
Para Fernando Castellanos Tena, el dolo consiste en el actuar,
consciente y voluntario, dirigido a la producción de un resultado típico y
antijurídico.

10
2. Elementos del dolo

Como ya se ha señalado, el dolo contiene un elemento cognoscitivo y un elemento volitivo.

A. Elemento Cognoscitivo: El agente actúa consciente de sus actos,


conociendo los elementos de su acción como acción típica: sujeto, conducta,
objetos, relación causal, etc. (v.gr. en el delito de hurto, el agente sabe que se
apropia ilícitamente de un bien mueble ajeno). Si el agente tiene o no
conocimiento de la ilicitud de su acto, ello no tiene importancia alguna.

B. Elemento Volitivo: El agente no solo debe haber conocido los


elementos del tipo objetivo, sino que además debe haber tenido la voluntad de
realizarlos40 (v.gr. en el mismo delito de hurto, el agente no sólo conoce la
apropiación de un bien mueble ajeno que desea, que busca). Este elemento
supone la voluntad incondicionada de realizar algo, requiere que previamente
conozca las condiciones para realizar la conducta.

3. Clases De Dolo
Según la mayor o menor intensidad del elemento intelectual o volitivo, se dividen en:

a. Dolo directo de primer grado: Consiste en el deseo del agente de


realizar el delito (en los delitos de resultado), o de realizar la acción típica (en los
delitos de mera actividad).

b. Dolo directo de segundo grado: Conocido también como dolo


indirecto o dolo de consecuencias necesarias, el agente en un principio no tiene como
meta la realización del tipo, pero se le ha presentado como necesario o de posible
realización para alcanzar su finalidad (verdadero efecto concomitante), estando
decidido a realizarlo.

c. Dolo eventual: En este tipo de dolo el agente se representa la realización


de la lesión del bien jurídico como posible, pero la acepta y se conforma con ella
continuando con su accionar. Este concepto de dolo tiene problemas en cuanto a su
diferenciación con la llamada “culpa consciente”; por ello se han desarrollado algunas
propuestas para su diferenciación:

11
• Dolo cognitivo: Está basada en el aspecto cognitivo del dolo. Señala que
el dolo eventual puede determinarse cuando el agente se lo hubiere representado (de
cualquier forma) como de muy probable realización y aún así actúa. En caso la
representación sea más lejana, se configurará la culpa consciente.

• Dolo volitivo: Esta teoría aparece dando un plus al concepto del dolo
cognitivo; no solo considerando la mera representación, sino que le agrega una
“aceptación interna”. De esta manera, aun cuando el tipo fuera de segura realización,
el agente seguirá actuando.

4. Error de tipo
Concepto
De acuerdo con lo establecido por el art. 14º del CP, el error de tipo consiste
en cualquier desconocimiento de alguno de los elementos objetivos del tipo por parte
del agente (llamada también falsa representación de la realidad), excluyéndose de esta
manera el dolo.41 Si el error recae sobre alguna otra categoría distinta al tipo (causas
de justificación, antijuridicidad, culpabilidad), no es relevante para la tipicidad.

Si el error fuera vencible, es decir si se pudiera evitar actuando con la


diligencia debida, será considerado como delito culposo (hay que recordar que el
error consiste en actuar con ligereza o negligencia). Contrario sensu, el error
invencible corresponde a aquellas situaciones en las que a pesar de actuar con la
diligencia debida, el resultado igualmente hubiera ocurrido, por lo que se excluye la
responsabilidad o la agravación.

5. Clases de error de tipo


Siguiendo la clasificación realizada por Stratenwerth, podemos señalar:

a. Error de tipo sobre el objeto de la acción (error in objecto vel


in persona): Es aquel error sobre la identidad de la persona. Adquirirá relevancia
cuando dicho sujeto incurra en una confusión sobre las características o sobre la
identidad del objeto de la acción, dando lugar a un concurso entre el daño que el
sujeto quería realizar y el resultado imprudentemente realizado (vg. cuando
creyendo disparar a un animal, erróneamente se dispara a una persona).

12
b. Error de tipo sobre el nexo causal: El agente debe tener conciencia
de las circunstancias que fundamentan la imputación objetiva (sólo puede
plantearse una vez comprobada ésta). Si el resultado aún constituye parte del plan
de realización del agente, puede ser considerado dolo (v.gr. A dispara a B,
muriendo este último días después por la gravedad de la herida). Caso contrario, si
el resultado se produce de un modo desconectado de la acción del agente,
estaremos ante un caso de tentativa (v.gr., en el caso anterior, si b muere, no a
causa del disparo de A, sino por una negligencia médica).

c. Error en el golpe (Aberratio ictus): Se presenta mayormente en


delitos que atentan contra la vida o la integridad física, cuando por inexperiencia o
mala puntería se yerra en la dirección del ataque (v.gr. A quería matar a B, pero
como no sabe utilizar un arma de fuego termina matando a C). En este tipo de
error podemos incorporar los casos de errores en la persona. Se comete el delito,
pero el agente ataca a una persona distinta de la pensada. Típicos casos de película,
en los que el sicario apuñala el lecho donde debería estar durmiendo su eventual
víctima, pero, por casualidad, esa noche se quedó una hermosa mujer en él,
mientras que el sujeto a quien se pensaba matar descansó en el sofá. En caso de
que tanto el resultado causado y el buscado tengan la misma significación, la
doctrina dominante señala que se debe considerar relevante al error, considerando
estar ante un concurso entre tentativa de homicidio y homicidio culposo
consumado.43 La doctrina española, sin embargo, considera irrelevante el error,
estimando que se está ante un delito doloso consumado.

d. Dolus generalis: Consiste en que el autor cree que ha consumado su


delito cuando el resultado se produce por un hecho posterior (por ejemplo, en un
homicidio, cuando el agente, creyendo logrado su cometido letal pero estando la
víctima aún con vida, la arroja al río, donde muere ahogada). Una forma de
resolver este problema lo plantea Hurtado Pozo al señalar que con frecuencia la
desviación causal no es esencial (en el ejemplo, cuando la finalidad del agente se
consuma y muere igualmente la víctima). En caso de que la desviación del curso
causal sea relevante (volviendo al ejemplo, si la víctima sobrevive), solo podrá
imputársele el delito al agente en grado de tentativa.

13
Teoría del consentimiento o aceptación
Si en el dolo directo de segundo grado el autor se representa el resultado accesorio
como consecuencia inevitable de la consecución del resultado principal, en el dolo
eventual tal resultado se presenta como posible (eventual) y el agente acepta o
consiente su producción. Así lo podemos definir como "la voluntad que consiente o
acepta el resultado criminal representado en la mente del sujeto sólo como posible".
Dos elementos son necesarios según esta teoría para poder afirmar que estamos en
presencia del dolo eventual: uno, que el sujeto se represente el resultado típico
como probable; otro, que el sujeto consienta o acepte el mismo para el caso que se
produzca.
Teoría de la probabilidad
Esta teoría exige menos requisitos que la teoría del consentimiento para afirmar la
existencia del dolo. Es suficiente que el autor se haya planteado la posibilidad de
que el resultado pudiera producirse y a pesar de ello haya actuado. Prescinde pues,
de indagar si el sujeto consintió o no consintió, por entender ante todo que no es
preciso político criminalmente saberlo y, en segundo lugar, porque esta
averiguación psicológica ofrece dificultades enormes.
Teoría ecléctica
Un sector de la doctrina se inclina por una postura ecléctica que combina los
criterios anteriores. Se exige, por una parte que el sujeto "tome en serio" la
posibilidad de la producción de un delito y por otra que el mismo "se conforme"
con dicha posibilidad, aunque sea a disgusto.
Teoría normativa
Josué Fossi ha argumentado que el dolo eventual es un modelo de imputación
subjetiva límite. Con esto, el autor venezolano (siguiendo a autores como Pérez
Barberá), quiere significar, que este modelo no depende de estado mental alguno en
el agente, sino que es estructuralmente dependiente de la configuración normativa
que establece la ley para actos que puedan ser reconducidos a los enunciados
condicionales que se pueden deducir del cualquier tipo penal. Por tanto, lo que
determina el dolo eventual es la norma, y no la voluntad, deseo, aceptación,
indiferencia, probabilidad, representación, riesgo, que tal vez pueden (y deben)
estar denotados en la norma como criterios para su constatación2 (Josué Fossi).

14
CAPÍTULO II
Título I
La culpa

15
1. La culpa

Definición:
El art. 11º del Código Penal señala que son delitos y faltas las acciones u
omisiones dolosas o culposas penadas por ley, con lo cual queda establecido que
los delitos imputables al realizar el tipo sin tener esa intención, pero a
consecuencia de un actuar negligente, son hechos punibles. El fundamento de la
imputación de los delitos culposos es el desprecio de parte del agente respecto de
los bienes jurídicos ajenos; ello se debe a que el autor omite su deber objetivo de
cuidado. A pesar de ello, no todos los hechos culposos o imprudentes son
castigados en todos los casos, sino solamente cuando la ley expresamente lo
establece. Esto se basa en el principio de mínima intervención y en el de menor
reproche a este tipo de ilícitos. Este último criterio fundamenta también el porqué
las penas en los delitos culposos son menores a las de los dolosos. Nuestra
jurisprudencia señala que en los delitos culposos el agente siempre deberá haber
previsto el resultado o, de haberlo previsto, confía en que dicho resultado no se
producirá, actuando en consecuencia con negligencia, imprudencia o impericia.46
No son admisibles los delitos culposos en la tentativa, ya que no asoma voluntad
de realizar el tipo penal. Tampoco admite la participación al no existir dominio del
hecho propio.

B) Infracción al deber objetivo de cuidado

El punto de partida del tipo del injusto del delito culposo es la infracción del deber
objetivo de cuidado;47 es decir, la inobservancia del cuidado debido, sin que
medie ninguna causa de justificación.48 Este concepto depende mucho de las
capacidades y alcances del conocimiento del agente, de acuerdo al desarrollo de
una actividad concreta a título de profesión, ocupación o industria,49
delimitándose así si es culpable o no de un delito culposo (se recurre para ello a
criterios como “conductor experimentado” o “inteligencia media”). Este deber
objetivo de cuidado puede originarse no solo en el código penal sino en diversas
normas que contiene la ley (vg. reglamentos de tránsito, del ejército, de la policía,
de leyes orgánicas, etc.) Podemos considerar que este deber está configurado de
dos formas:

B.1. El deber de cuidado interno: Obliga a advertir determinados peligros que


pueden ser percibidos mediante un “examen previo”. Con base en éste criterio se
puede castigar la culpa consciente.

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B.2. El deber de cuidado externo: Consiste en el respeto de las normas previas de
cuidado por parte de la conducta externa del agente. El quebrantamiento de este
deber se da en 3 casos:

a. Impericia: Cuando la lesión al deber objetivo de cuidado ocurre por una


evidente falta de preparación técnica.

b. Negligencia: Cuando no se tornan las previsiones mínimas necesarias ante una


determinada situación que puede resultar peligrosa.

c. Imprudencia: Cuando de manera confiada el agente no actúa con la atención y/o


acuciosidad debida para evitar dicho peligro.

C) El deber subjetivo de cuidado Atiende a la capacidad individual y el nivel de


conocimiento o previsibilidad de un sujeto en particular. Se evalúa así la
aplicación de los conocimientos o el rol que desempeña un determinado individuo
ante una determinada situación. La simple inobservancia de las reglas no
determina totalmente la culpa; para ello se deberá analizar en qué situación debe
ser declarado imprudente y en cuál no.

D) Clases de culpa De acuerdo con su contenido psicológico, se dividen en:

a. Culpa consciente: Se presenta cuando si bien el agente no quiere causar lesión a


un bien jurídico, ésta se da como una posibilidad, confiándose el agente en que
ello no se realizará.

b. Culpa inconsciente: El agente no quiere el resultado lesivo ni se lo plantea como


posibilidad; sin embargo, actúa inobservando el deber objetivo de cuidado.

E) Exclusión del deber objetivo de cuidado a. Riesgo permitido: Se basa en la


tolerancia social de cierto grado de riesgo para los bienes jurídicos. Se estima que
en el riesgo permitido debe considerarse también el comportamiento del que ha
obrado suponiendo que los demás cumplirán con sus deberes objetivos de cuidado.
Se infringirá este riesgo permitido cuando el agente crea una contingencia capaz
de lesionar o poner en peligro un bien jurídico.

b. Caso fortuito: Toda producción de un resultado que no se deba a un


comportamiento siquiera imprudente debe ser considerada como un caso fortuito y
como no relevante penalmente.

F) Causalidad e imputación objetiva Las conductas imprudentes solo pueden ser


castigadas siempre que se produzcan determinados resultados: un desvalor de la
acción (conducta imprudente) y un desvalor del resultado (producción de un
resultado prohibido).

17
Para determinar la imputación objetiva del resultado, se requiere que la relación de
causalidad de la causación del resultado esté dentro de la finalidad de la protección
de la norma. Ello es así cuando la acción imprudente supone un incremento
notable del riesgo de producción de tal resultado.

Son criterios para determinar la imputación objetiva de los delitos culposos:

a. De no ser el resultado una consecuencia de la realización del riesgo implícito en


la acción imprudente, se niega la imputación objetiva.

b. Cuando la conducta imprudente cae fuera del ámbito o fin de la norma, se niega
la imputación objetiva.

c. Cuando el resultado se produce de igual forma por un resultado imprudente


como por uno que no lo es.

18
CAPÍTULO III
Título I
La preterintención

19
1. La preterintencion
Definición:
Junto al dolo y a la culpa, como forma típica de la participación psicológica
del sujeto en el hecho, la doctrina penal se ha referido también a la preterintención
como una tercera forma que puede asumir tal participación psicológica. Se trata de
una responsabilidad que surge solo a título excepcional, como ya lo dijimos, de
acuerdo con lo que establece el artículo 61 de nuestro código.
La legislación penal venezolanas se refiere concretamente a la
preterintención en el artículo 74, cuando establece como circunstancia atenuante
genérica, que "no haber tenido el culpable la intención de causar un mal de tanta
gravedad como el que produjo", señalando además otras hipótesis típicas de
delitos preterintencionales, como es el caso del homicidio (artículo 412) o de las
lesiones (artículo 421)
Sumamente controvertida aparece la naturaleza jurídica del delito
preterintencional y el fundamento que y tiene en este caso e atribución al sujeto del
resultado no querido o de las consecuencias que exceden de su intención.
Se habla de delito preterintencional cuando la intención se ha dirigido a un
determinado hecho, pero se realiza uno más grave que el que ha sido querido por
el sujeto. Esto es, como señala nuestro código, el hecho excede en sus
consecuencias al fin que se propuso el agente. Se requiere así, para que se
configure el delito preterintencional la acción u omisión voluntaria del sujeto, la
intención dirigida a un determinado hecho dañoso, que por tanto es querido, y la
realización efectiva de un hecho dañoso, que por tanto es querido, y la realización
efectiva de un hecho dañoso más grave que el querido, que excede a la voluntad
del agente, y el cual debe derivar causalmente del comportamiento intencional del
culpable; ese plus, es lo que caracteriza la preterintención.
Además, se ha precisado en la doctrina que se requiere que se dé una
progresión en la misma línea entre el resultado requerido y el resultado más grave
que se ha verificado, y según esto, la diferencia entre ambos resultados estaría en
la gravedad de la ofensa, debiendo tratarse del mismo género de interés lesionado.

20
DOLO PENAL Y DOLO CIVIL. SUS DIFERENCIAS.

En cuanto al problema que plantea el quejoso en el sentido de que se


trata en el caso de una cuestión civil derivada de incumplimiento de contratos,
cabe considerar que en los procesos penales que se caracterizan por tener como
origen un contrato cuyo cumplimiento no realiza una de las partes, la línea
divisoria entre la esfera penal y la civil presenta una sutileza tal que puede dar
lugar a la confusión de dichos ámbitos. La delimitación existe, sin embargo, y
una conducta con naturaleza aparentemente civil puede tener, por el contrario,
carácter penal. Para considerar que el contratante que no cumplió el contrato ha
incurrido en una infracción de carácter penal, es preciso acreditar que dicha
persona, desde que celebró el contrato había decidido dolosamente no
cumplirlo; tiene que demostrarse, por lo tanto, que la operación aparentemente
civil fue engendrada por el dolo penal de una de las partes. La prueba de ese
dolo original sólo puede consolidarse por medio de aquellos elementos que,
debidamente analizados en relación con el contrato de referencia, engendren en
el juzgador la convicción plena de que el contratante pactó a sabiendas de que
no llegaría a cumplir. Si los elementos de prueba sometidos a la consideración
del Juez no poseen esa fuerza retroactiva, en cuanto que mediante ellos pueda
establecerse la existencia de un engaño en el pretérito, es decir, en la época en
que se celebró el contrato, el Juez no puede atribuir al simple incumplimiento,
carácter penal. Pero, si por el contrario, aquellos elementos permiten establecer
que el contratante, mediante el engaño o aprovechamiento del error produjo en
la otra parte la falsa creencia de que cumpliría con lo convenido, debe
considerarse su conducta como penal. En tales casos, el incumplimiento no es
otra cosa que la consumación de la conducta delictiva. Así pues, no todo
incumplimiento de contrato constituye una mera conducta civil. Adoptar
criterio distinto conduciría a la consideración de que basta que dos personas
celebren una operación regulada en principio por el derecho privado para que
su conducta, no obstante la falacia y mala fe de que esté viciada, no puede ser
regulada por el derecho penal. Dicha postura desvirtuaría el derecho civil
convirtiéndolo aberrantemente en un escudo para todos aquellos que con el
pretexto de celebrar convenios civiles tratan de obtener en forma ilegítima y en
perjuicio de otra persona algún lucro indebido, y que al amparo del derecho
privado escaparían, con el consecuente perjuicio para la sociedad, a la represión
del derecho penal, encargado de defenderla.

21
Conclusiones

 DOLO: Los llamados delitos dolosos suponen la realización


consciente (el querer) y voluntaria (el saber) de los elementos objetivos del
tipo.38 El dolo es regulado por el artículo 12 del Código Penal, que señala que
la ley se aplica siempre al agente de infracción dolosa (por ello es que se utiliza
términos como “intencional” o “a sabiendas”)
 LA CULPA. El art. 11º del Código Penal señala que son delitos y
faltas las acciones u omisiones dolosas o culposas penadas por ley, con lo cual
queda establecido que los delitos imputables al realizar el tipo sin tener esa
intención, pero a consecuencia de un actuar negligente, son hechos punibles.
 LA PRETERINTENCION: Junto al dolo y a la culpa, como forma
típica de la participación psicológica del sujeto en el hecho, la doctrina penal se
ha referido también a la preterintención como una tercera forma que puede
asumir tal participación psicológica. Se trata de una responsabilidad que surge
solo a título excepcional, como ya lo dijimos, de acuerdo con lo que establece
el artículo 61 de nuestro código.

22
II. Bibliografía
Internet

https://es.wikipedia.org/wiki/Dolo

http://www.monografias.com/trabajos89/dolo-derecho-penal/dolo-derecho-penal.shtml

https://jorgemachicado.blogspot.pe/2013/04/dolo.html

Libro.

Código penal

Manual de casos penales

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