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EL CULTIVO DE LA FRAMBUESA Enviar a un Medidores para frutas

The raspberry growing Amigo


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1. Morfología Y Taxonomía Sugerir Durómetros
2. Exigencias En Clima Y Suelo Imprimir Penetrómetros
2.1. Exigencias En Clima
Kits Análisis
2.2. Exigencias En Suelo
3. Material Vegetal Compartir Análisis NPK
4. Propagación pHmetros
5. Prácticas Culturales Refractómetros
5.1. Preparación Del Terreno Cursos On Line
Higrómetros
5.2. Plantación
5.3. Sistemas De Cultivo Fruticultura
5.4. Laboreo Del Terreno Residuos Agrícolas
5.5. Control De Malas Hierbas
5.6. Cubierta Inerte (Mulching) Control Biológico de
5.7. Poda Plagas
6. Abonado Nutrición y
7. Riego Fisiología Vegetal
8. Plagas Aplicación de
9. Enfermedades Plaguicidas
10. Recolección
11. Bibliografía Viticultura Avanzada Manual del
Prevención de cultivo de la
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Agricultura
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1. MORFOLOGÍA Y TAXONOMÍA

2. EXIGENCIAS EN CLIMA Y SUELO

2.1. EXIGENCIAS EN CLIMA Familia: Rosáceas


Género: Rubus
Especies cultivadas: Rubus idaeus (Frambueso rojo), R. strigosus (Frambueso silvestre), R.
occidentalis (Frambueso negro), R. neglectus (Frambueso púrpura).
Origen: El frambueso rojo o europeo procede del monte Ida, en Grecia, de donde se extendió a Italia, a los
Países Bajos, a Inglaterra y luego a América del Norte.
Planta: Arbusto de 40 a 60 cm de altura que crece en los lugares pedregosos de las montañas, en terreno
granítico. Tiene un tallo subterráneo, corto, que emite cada año ramas aéreas (vástagos) de dos años de
duración. Éstos se desarrollan durante el primer año y en el
segundo florecen y fructifican, para morir inmediatamente,
siendo reemplazados por otros nuevos vástagos. El tallo
subterráneo es muy ramoso y las numerosas ramas aéreas
que la planta emite del cuello y de las nudosidades son
débiles, poco ramosas, con corteza gris amarillenta y
cubiertas de pelos amarillo dorados. En el segundo año la
corteza se vuelve gris oscura, sembrados de aguijones
delgados, espesos o raros y que destacan fácilmente. El tallo aéreo del año anterior posee en su
extremo brotes laterales floríferos, mixtos, guarnecido de un cierto número de hojas.
Sistema radicular: Raíces delgadas y superficiales.
Hojas: Hojas imparipinadas o ternadas, según sea la planta más o menos vigorosa; foliolos más o menos
variables por el tamaño y también por la forma, siendo ovales, más o menos alargadas, acuminadas,
aserradas, verdes por el haz y blanquecinas aterciopeladas por el envés. Raquis espinoso.
Flores: Flores escasas en racimo terminal sencillo, pequeñas, blanco verdosas o teñidas de rosa, llevadas
por un pedúnculo bastante largo y espinoso. Cáliz con cinco sépalos largos y persistentes; cinco pétalos
caducos. Estambres muy numerosos, pistilos numerosos y completamente libres, inscritos en un
receptáculo muy convexo. Cada pistilo tiene un ovario con una celda que encierra un óvulo, del cual se
desarrolla una pequeña drupa que a su vez tiene un pequeñísimo núcleo.
Fruto: El fruto, llamado frambuesa, está formado por muchas drupas convexas, deprimidas, rugosas,
aproximadas en piña y que destacan fácilmente. El color más común es el rojo o amarillento, pero existen
variedades de frutos blanco y negro. Cada drupa tiene adherido un pelo de color amarillo oro.

El frambueso es bastante resistente a las bajas temperaturas invernales y a los fuertes calores estivales.
Las condiciones climáticas óptimas para su cultivo son las de inviernos con bajas temperaturas constantes,
pero no excesivas, y veranos relativamente frescos, caracterizados por una cierta oscilación térmica entre
el día y la noche. En zonas con veranos cálidos, la planta puede crecer fácilmente pero sus frutos son de
baja calidad, poco sabrosos y de consistencia blanda.
El frambueso necesita entre 700 y 900 mm anuales de lluvia. Si durante el invierno las precipitaciones son
muy abundantes pueden provocar daños en el árbol cuando se produzcan encharcamientos. Cuando las
lluvias se concentran durante la madurez, éstos se ponen demasiado blandos, se deterioran rápidamente
y se pueden enmohecer.

Descensos fuertes de temperatura pueden dañar las partes apicales de los rebrotes más vigorosos, todavía
no lignificados. A partir de su entrada en vegetación los efectos de una helada tardía pueden
causarle gravísimos daños, perdiéndose gran parte de la floración precoz, que puede repercutir también en
la floración tardía. Durante el período floral, el frambueso es muy sensible a las bajas temperaturas
primaverales, soportando el botón cerrado los -1,3º C, la flor abierta -0,7º C y el fruto recién formado los -
0,7º C.
El azote constante del viento puede dañar seriamente los retoños como los tallos fructíferos y una excesiva
deshidratación de los tejidos herbáceos con la consiguiente marchitez. Vientos fuertes provocan la caída
de frutos maduros o la rotura de los brotes fructíferos en el punto de inserción con el tallo. Los rebrotes
pueden doblarse, rozarse y provocar daños o heridas en la corteza.

2.2. EXIGENCIAS EN SUELO

El frambueso precisa de suelos sueltos, no compactos, ya que su sistema radicular no tolera los
encharcamientos de agua. El suelo ha de ser rico en materia orgánica, con elevada capacidad de retención
de agua, profundo y suelto. Hay que evitar las plantaciones en suelos arcillosos ya que al cabo de los años
pueden producirse muertes por asfixia radicular debido a la compactación del suelo. Tampoco son
adecuados los suelos demasiado sueltos, con elevados porcentajes de grava o arena, ya que pierden muy
deprisa su fertilidad y requieren riegos muy frecuentes. En resumen, un suelo óptimo para el cultivo del
frambueso deberá ser rico en humus, profundo, fresco pero bien drenado, suelto, de naturaleza silíceo-
arcillosa y un p H neutro o ligeramente ácido.

3. MATERIAL VEGETAL

Las variedades de frambueso que actualmente se encuentran en el comercio provienen del individuo
silvestre de frutos de color rojo (Rubus idaeus) que se encuentra en Europa y de las especies y variedades
de color rojo y negro de América del Norte. Las variedades del frambueso se dividen en dos grupos:

 Reflorecientes, remontantes o bíferos. Sus vástagos fructifican en la extremidad, en otoño del


mismo año de su formación y también al año siguiente en julio. Los frutos del otoño derivan de
brotes anticipados. Estas variedades son preferidas para los jardines como valor ornamental,
porque fructifican en verano y en otoño. Sus frutos son pequeños, poco perfumados, poco
azucarados y de baja calidad comercial.
 No reflorecientes, no remontantes o uníferos. Estas variedades son generalmente más rústicas,
más productivas aunque fructifican una vez en julio y por esto son más adecuadas para los
cultivos industriales. Sus frutos son también más apreciados por ser más gruesos, más dulces y
más perfumados. Con objeto industrial se cultivan solamente las variedades de fruto rojo.
Normalmente para la elección de las variedades se tendrá en cuenta que son preferidas en los mercados
las de frutos redondos a las de frutos ovales y las de fruto rojo a las de amarillo, por ser más perfumadas.
Las variedades de objetivo industrial deben tener las siguientes características:

 Resistencia a enfermedades.
 Los vástagos deben ser derechos, a ser posible verticales, para que permitan el cómodo laboreo
del terreno entre las filas y para facilitar la recolección.
 Las plantas se deben renovar con vástagos de pie.
 Los frutos deben ser aromáticos, jugosos, con vivo color hermoso.
 Los frutos maduros deben estar bien adheridos para resistir los vientos y las lluvias.
 Los frutos deben ser gruesos y con pulpa soda para poderlos transportar y presentar bien en el
mercado.
 La planta debe resistir las heladas y no ser demasiado exigente para el terreno.

TABLA 1. Variedades comerciales de frambueso.

FRAMBUESO FRAMBUESO
FRAMBUESO ROJO
NEGRO PÚRPURA

Cultivares uníferos:

Mallin Promise, Mallin Jewel, Malling Exploit, Malling Admiral,


Munger, Bristol,
Newburgh, Willamette, Canby, Fairview, Sumner, Meeker, Sodus, Marion,
Dundee, Evans,
Bonanza, Puyallup, Schönemann, Glen Clova, Glen Moy, Glen Clyde, Royalty
Morrison
Prosen, Chilcotin, Skeena, Nootka, Haida, Veten.

Cultivares reflorecientes:

Lloyd George, September, Heritage, Zeva refloreciente, Rossana,


Baron de Wavre.

4. PROPAGACIÓN

El frambueso se multiplica por renuevos aparecidos en el mismo año, y por acodo en aporcado. La
reproducción por semilla, aunque sea posible, no se practica por su dificultad, por ser antieconómica y por
no presentar fielmente los caracteres de sus progenitores. También puede multiplicarse por división de mata
en su caducidad, aprovechando los vástagos del año, aunque éste no sea el procedimiento más
recomendable.
Los mejores planteles para la multiplicación se obtienen de los vástagos del año emitidos por las plantas
más vigorosas y remontantes, de las cuales puede obtenerse una primera fructificación en otoño y otras en
los veranos siguientes hasta su total extinción. Para ello se descalza la planta, se escoge el vástago mejor
arraigado y se desgaja en su misma base, que es la forma más correcta de obtener el plantel. Las plantitas
se dejan un año en el vivero y en la primavera siguiente se trasplantan de asiento en líneas distantes entre
sí unos 50 cm en todos los sentidos. La fructificación no empieza hasta el cuarto año.

5. PRÁCTICAS CULTURALES

5.1. PREPARACIÓN DEL TERRENO

El suelo debe mantenerse bajo cultivo limpio desde el año anterior a fin de reducir el problema de malezas
anuales y para tenerlo en buenas condiciones de soltura. Un alto contenido en materia orgánica es
importante para que el cultivo tenga éxito, por lo que es conveniente enterrar un abono verde en el año
previo a la plantación o la adición de estiércol y paja (cama de ganado). No se puede precisar con exactitud
la cantidad de estiércol a suministrar, ya que varía según la naturaleza del terreno y su grado de fertilidad.
Como media se pueden enterrar de 50 a 70 Tm de estiércol maduro por hectárea, a una profundidad de
unos 50 cm, mediante una labor profunda.
Deberá de hacerse con anterioridad a la plantación un análisis de suelo y aplicar, si es necesario, cal o
abonos minerales, además de empleo de herbicidas para obtener un suelo apto para el cultivo. La vida
media de una plantación de frambueso puede variar de 10 a 20 años, por lo que es importante comenzar
el cultivo con un buen abonado de fondo.

5.2. PLANTACIÓN
La época más adecuada de plantación es durante todo el otoño ya que el sistema radicular comienza a
fijarse en el suelo antes del despertar primaveral, pero se puede retrasar si riesgo alguno hasta que las
yemas permanezcan en estado quiescente hasta el mes de marzo, dada la rusticidad y rapidez de
crecimiento del frambueso.
Las plantas procedentes de vivero deben plantarse inmediatamente tras su recepción, en caso contrario se
conservarán en ambiente resguardado y protegidas del sol y del viento, para evitar la deshidratación de las
raíces.

Para la plantación del frambueso basta con hacer un hoyo con una azada en el terreno preparado
anteriormente. La distancia entre plantas en las plantaciones comerciales debe ser la suficiente para permitir
el paso de las máquinas. La producción media más elevada se ha conseguido con marcos de 165 x 60 cm,
por lo que se aconseja para el frambueso rojo una distancia mínima entre filas de 2 m y una máxima de 3
m en función de la fertilidad del terreno y del vigor del propio cultivar, con distancia entre plantas de una
misma fila de 60-70 cm. Para el frambueso negro se adoptan distancias medias de 3 m x 1 m, indicadas
para la recolección mecanizada.

5.3. SISTEMAS DE CULTIVO.

El frambueso rojo necesita generalmente el empleo de soportes, ya que sus tallos se curvan con facilidad
bajo el peso de la vegetación y de los frutos dificultando la recolección y a veces se pueden quebrar. Los
sistemas de conducción son múltiples, destacando la espaldera, utilizando postes y alambres. Otras veces
se emplea un simple poste de madera para cada planta, o bien sin utilizar ningún soporte se atan grupos
de 5-6 tallos en haces, curvándolos después en arco de forma que se unan unas con otras.

De cualquier forma es preferible utilizar el sistema de conducción por filas que el de cepas aisladas, ya que
facilitan mucho las operaciones de cultivo tales como el laboreo periódico del terreno, el tratamiento con
herbicidas, la recolección, la poda, etc. Los sistemas en fila o contraespaldera pueden ser planos o formar
un seto bastante ancho; en el primer caso los tallos se mantienen en un plano vertical mediante alambres
superpuestos a diferentes alturas; en el caso segundo se colocan parejas de alambres, más o menos
separados entre sí sobre un plano horizontal hasta un máximo de 70-80 cm (40 cm a cada lado de la línea
media de la hilera).

5.4. LABOREO DEL SUELO.

El suelo se debe mantener libre de malas hierbas para eliminar la fuerte competencia hídrica que éstas
establecen con el frambueso y por tanto evitar la consiguiente reducción de la productividad. Junto con las
labores superficiales al terreno también se interrumpe la evaporación del suelo a través de los vasos
capilares. Es importante que la labor no sea demasiado profunda ya que las raíces del frambueso son muy
superficiales ya que se desarrollan en los primeros 25 cm del suelo. Una profundidad de 10 cm por el centro
de las calles y de 5 cm en las proximidades de las plantas es suficiente. Si la labor se realiza durante el
invierno se pueden incorporar al terreno los abonos orgánicos y minerales.

5.5. CONTROL DE MALAS HIERBAS.

A parte del laboreo del terreno como método físico de eliminación de malas hierbas, es posible realizar un
desyerbado químico mediante la aplicación de herbicidas de larga persistencia como simazina, atrazina o
diuron, distribuidos en superficie o el casoron en forma granulada. En los suelos sueltos o en las calles
donde se realizan periódicamente cavas mecánicas, es conveniente no utilizar herbicidas de larga
persistencia, ya que se corre el riesgo de ponerlo en contacto con las raíces de los frambuesos. Por ello se
recomienda emplear herbicidas de contacto como paraquat o diquat.

5.6. CUBIERTA INERTE (MULCHING).

Para conservar la humedad del suelo y reducir la actividad de las malas hierbas se puede recurrir a extender
superficialmente materiales inertes de distinta naturaleza sobre el suelo, es el llamado mulching.
Normalmente se emplea paja, virutas o serrín de madera o residuos de industrias alimentarias. Estos
productos también ayudan a enriquecer el terreno en materia orgánica. El espesor del mulching ha de ser
al menos de 15 cm y cada año es preciso añadir material nuevo sobre el viejo, para sustituir la parte que se
ha degradado por la acción de las bacterias del suelo. El empajado también ayuda a evitar la erosión y
lavado del terreno en las plantaciones en pendiente. Normalmente con la aplicación de esta técnica se
favorece el grosor y sabor de los frutos.

5.7. PODA

La poda del frambueso es muy sencilla y se puede resumir en tres simples operaciones:

1) Eliminación de los ramos que han fructificado.


2) Aclareo de la vegetación nueva, con la eliminación de los rebrotes demasiado débiles o los excesivos en
número.
3) Rebaje de los rebrotes destinado a producir la nueva cosecha.

Desarrollada la planta en forma de matorral, después de suprimir desde la misma base los vástagos que ya
han dado fruto, se escogen 6-8 de los más vigorosos, eliminando el resto y despuntando la mitad muy largo
y la otra mitad muy corto, para dar lugar a una fructificación escalonada, tratándose de las variedades no
remontantes, por medio de la cual podrá equilibrase la vegetación con la producción de fruto, lográndose
una cosecha desde junio hasta finales de agosto.

Respecto a las variedades bíferas o de dos estaciones se podará corto entre los 60-70 cm, por medio de la
cual se obtendrá una fructificación en otoño en los ramos del mismo año y otra en verano del año siguiente.
La poda debe realizarse en variedades no remontantes a partir de noviembre y en las remontantes a mitad
del invierno, y a una altura de un metro.

6. ABONADO

Una plantación de frambuesa agota mucho el terreno y por esto, pasados ocho o diez años conviene a
veces arrancar las plantas. Se necesita siempre un fuerte abonado de plantación y otro de conservación
cada dos años, con abonos artificiales. Los experimentos hechos respecto de los abonos en una plantación
de frambueso se pueden resumir en:

 Son indispensables abonos frecuentes y abundantes para frambuesa.


 Abonado abundante para que la plantación de frambuesa dure hasta los veinte años.
 Si falta alguno de los tres elementos fundamentales (N, P, K), la producción disminuye
rápidamente.
 El nitrógeno influye en el desarrollo de los vástagos; si falta fósforo o potasio, las ramas crecen
cortas, las yemas se desarrollan poco, el leño madura mal y la planta es más sensible a heladas.
 El nitrógeno y el potasio influyen en el desarrollo y producción de los frutos.

Para mantener un buen nivel de materia orgánica en el suelo se recomienda realizar aportes anuales de
15-20 Tm/ha de estiércol bovino o de 10 Tm/ha de gallinaza. También se puede emplear 10 Tm/ha de paja
troceada. La fertilización mineral puede realizarse aplicando sulfato amónico o nitrato de calcio (400 Kg/ha)
o urea (150-200 Kg/ha). Una aportación anual en primavera de un abono del tipo 10-10-10 a una dosis de
500 kg/ha puede ser suficiente para asegurar una buena disponibilidad de elementos fertilizantes a la
plantas en cultivo.

7. RIEGO

El frambueso, por su gran evaporación y transpiración, precisa de riegos ligeros por aspersión durante los
meses de verano. De estos riegos sólo deben darse los estrictamente necesarios, por ser las raíces muy
sensibles a la humedad del suelo y resentirse de la más ligera sequía, lo que puede ser causa de la muerte
de la flor o del ramillete fructífero.
8. PLAGAS

8.1. ÁFIDOS O PULGONES.

Aparecen sobre los brotes tiernos colonizando el envés de las hojas apicales que se arrollan como
consecuencia de las picaduras. Sus daños directos no son importantes pero pueden ser portadores de
numerosas virosis. Destaca Amphorophora rubi, pequeño áfido de 3 mm de longitud y color verde
amarillento. Su control es posible mediante pulverizaciones a base de sulfato de nicotina y la utilización de
insecticidas sistémicos como Thiodam, Systox, etc. Se ha observado que las plantas más vigorosas son
menos atacadas por lo áfidos, probablemente porque los brotes más suculentos y lozanos no son
apetecidos; por ello, todas las prácticas culturales capaces de promover una vegetación vigorosa
constituyen un buen método de lucha preventiva. También se pueden emplear trampas cromáticas
amarillas.

8.2. AGALLAS DEL TALLO.

Están provocadas por la larva de un insecto cecidómico, Lasioptera rubi. Cada larva forma una agalla y
permanece en su interior hasta la primavera siguiente; la nudosidad que se forma obstaculiza el flujo de
savia y el tallo deja de fructificar. Para su control basta con realizar una poda invernal de los rebrotes
afectados si la agalla está en posición basal, o bien cortarlo por debajo de la nudosidad si ésta se encuentra
en posición apical. Los ramos afectados deben ser quemados.

8.3. DESCORTEZAMIENTO DEL TALLO.

Las larvas del insecto Thomasiniana theobaldi provoca excoriaciones y manchas violáceas en la corteza de
los brotes. La corteza se agrieta y las zonas expuestas son vía para el ataque de numerosos hongos
(Verticilium, Fusarium, etc.). Como lucha se aconseja tratar el suelo con insecticidas tipo Aldrín, en el mes
de abril, cuando van a aparecer los adultos de la primera generación, ya que es en el suelo donde las larvas
adultas realizan un pequeño capullo, de donde emergen más tarde los adultos.

8.4. ANTÓNOMO DE LAS FLORES.

Es un pequeño coleóptero curculiónido de color negro que daña las flores del frambueso, ya que corta su
pedúnculo y pone los huevos dentro de los botones florales. La larva se desarrolla en el interior de la yema
floral, alimentándose de sus tejidos. Generalmente los tratamientos empleados son los mismos que para
combatir los gusanos del fruto.

8.5. GUSANOS DE LOS FRUTOS.


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Los coleópteros Byturus tomentosus y Byturus fumatus ocasionan Curso Especialista en
graves daños en los frutos, haciéndolos no comercializables. Los FRUTICULTURA
adultos ponen un suelo huevo por flor de donde emergen unas larvas Se desarrollan y exponen los
amarillentas y pelosas que se nutre del receptáculo del fruto, aspectos más importantes
perforándolo con numerosas galerías. También se alimentan de que condicionan la
algunos frutos antes de su maduración. La lucha debe realizarse implantación y desarrollo de
antes de que los adultos pongan sus huevos, a finales de abril, cultivos de árboles frutales
cuando los botones florales está todavía cerrados. Se pueden con éxito. Se tratan aspectos
emplear productos a base de Servín, Diazinon o Guthion. técnicos incluyendo temas
dedicados a fertilización,
9. ENFERMEDADES plantación, control de malas
hierbas, poda, así como la
9.1. CHANCRO DEL TALLO. forma de prevenir, tratar y
controlar algunas plagas y
Es una enfermedad causada por el hongo Didymella applanata que enfermedades que puedan
puede provocar graves daños en los frambuesos. La enfermedad presentarse...
comienza a manifestarse en los rebrotes jóvenes hacia junio-julio, en Más información
torno a las yemas, en la zona del nudo, se observan manchas
violáceas que poco a poco se alargan, mientras que las hojas se www.infoagro.com
amarillean y caen dejando el pedúnculo unido al tallo. Los ramos del
fruto que han sufrido el ataque al año siguiente son débiles, con
brotes basales amarillos y poco desarrollados, que frecuentemente se secan antes de florecer. Para su
control se recurre a la lucha química mediante tratamientos con polisulfuro de bario durante el invierno y
con Captan cuando las flores están en botón durante el periodo de actividad vegetativa.

9.2. ROYA.

En los climas de atmósfera húmeda pueden verse las hojas salpicadas por unas pústulas causadas por el
endoparásito Phragmidium rubi idaei, que puede provocar la caída de la hoja y la desecación de la flor y
del fruto. La enfermedad es conocida por roya, la cual debe prevenirse al menor síntoma a base de caldo
bordelés un tanto débil, o por medio de criptogamicidas de síntesis orgánica.

9.3. VERTICILOSIS.

Esta enfermedad provocada por Verticillium alboatrum ataca preferentemente al frambueso negro, pero
también resulta perjudicial para el rojo. El parásito vive en el terreno y ataca provocando marchitez debida
a la oclusión del sistema vascular de la plata por la parte del micelio del hongo. Se manifiesta en aquellas
plantaciones de frambuesos precedidas de cultivos hortícolas, de cerezo o de albaricoquero que han sufrido
esta enfermedad. Las plantas afectadas dejan de crecer, las hojas se marchitan y amarillean o se vuelven
de color oscuro. El tallo de los brotes jóvenes se vuelve de color azul oscuro. No se conoce método de
lucha eficaz pero se puede recurrir a la lucha preventiva, con fumigaciones del suelo antes de la plantación
utilizando productos a base de Vapam, Cloropicrina o Metilbromida.

9.4. PODREDUMBRE GRIS DE LOS FRUTOS.

El agente de esta enfermedad es Botrytis cinerea que encuentra las condiciones ideales de desarrollo en
ambientes húmedos. En la época de la maduración se manifiesta una pequeña mancha blancoamarillenta
sobre el fruto; en poco tiempo el moho se extiende a todo el fruto y contamina también a los vecinos. En la
recolección es preciso descartar los frutos afectados, ya que si se ponen en contacto con los sanos pueden
infectarlos. Para su control se puede emplear Captan siempre respetando los plazos de seguridad dados
por el fabricante.

9.5. CHANCRO DE LAS RAÍCES.

Es una enfermedad bacteriana que causa sobre las raíces (Agrobacterium tumefaciens) o en el cuello
(Agrobacterium rubi) gruesas excrecencias agalliformes, que a veces superan las dimensiones de la nuez.
Los daños pueden ser notables ya se obstaculiza la circulación de la savia en la planta, provocando su
muerte o bien permanecer débiles y escasamente productivas. El agente patógeno penetra en los tejidos
de la planta a través de heridas. Para su control hay que eliminar aquellas plantas de vivero con síntomas
evidentes y podar y quemar aquellas partes infectadas que se encuentren en las plantas adultas,
desinfectando las tijeras después de cada corte con una solución acuosa al 10% de lejía común.

10. RECOLECCIÓN

Los frutos del frambueso se recogen cuando están bien maduros y han perdido toda su acidez. La
frambuesa debe tener una coloración brillante, así como una discreta consistencia de la pulpa; si esta es
demasiada blanda debe eliminarse. En el momento justo de su maduración la frambuesa se separa
fácilmente del receptáculo. Dado el escalonamiento de la maduración, la recolección se realiza en diversas
pasadas con un turno de 3-4 días.
Para la recolección de las frambuesas de mesa hay que tener cuidado de no estropear los frutos. Para ello
se llevan al campo cestillos con tapa, capaces de contener medio kilogramo y el operario dobla la rama del
fruto hacia la cesta colocada en el suelo, corta con las tijeras los frutos dejando un poco de rabillo y los hace
caer directamente en el cesto.
Los frutos destinados a la industria se recogen también maduros, aunque la recolección suele ser mecánica.
Las máquinas empleadas son de grandes dimensiones, trabajan a caballo de las hileras y exigen la
presencia de 5-6 personas, de las que dos se dedican a la conducción de la máquina y las otras a la
selección de los frutos. La hilera se peina por medio de dos altos rulos cilíndricos provistos de largos dientes
metálicos que sacuden los tallos haciendo caer los frutos maduros sobre una plataforma retráctil. Mediante
chorros de aire se eliminan las hojas y cuerpos extraños y los frutos llegan limpios a una larga lona móvil
donde se realiza la selección final.
Una plantación de frambuesa empieza a dar frutos con normalidad a los tres años, obteniéndose unos
rendimientos medios que oscilan entre los 40-70 kg por área.

11. BIBLIOGRAFÍA

CHILDERS, N.F. 1982. fruticultura Moderna. Cultivo de frutales y arbustos frutales. Ed. Hemisferio Sur.
Montevideo. Uruguay. 982 pp.
JUSCAFRESA, B. 1986. Árboles frutales. cultivo y explotación comercial. Ed. Aedos. Barcelona. 381 pp.
PAGLIETTA, R. 1986. El frambueso. Ed. Mundi-Prensa. Madrid. 131 pp.
RIGAU, A. 1979. Cultivo de los frutales. Tomo II. Ed. Sintes, S.A. Barcelona. 126 pp.
TAMARO, D. 1987. tratado de fruticultura. Ed. G. Gili, S.A. México. 939 pp.
WESTWOOD, N.H. 1982. Fruticultura en zonas templadas. Ed. Mundi-Prensa. Madrid. 461 pp.

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Cultivo de Frambuesas

Es uno de los frutos de clima templado de mayor precio unitario


en el mercado fresco, siendo de interés, además, para la
agroindustria.

La frambuesa (Rubus idaeus L.) pertenece, desde el punto de


vista botánico, a la gran familia de las Rosáceas. Desde una
perspectiva frutícola, la frambuesa es un arbusto perteneciente al grupo de los
"berries", dentro del cual se incluyen la frutilla, las zarzamoras y sus híbridos, los
arándanos, la grosella, el corinto o zarzaparrilla roja y el casis o zarzaparrilla
negra, entre otros.

La diferencia entre frambuesa y


zarzamora se pone en evidencia a la madurez del fruto, en el caso de la
frambuesa el fruto se desprende del receptáculo en cambio en la zarzamora
permanece adherido al mismo.

Características Morfológicas

La frambuesa posee una corona perenne, que cada año emite ramas bienales,
erectas en el primer período vegetativo y después decumbentes bajo el peso
de la vegetación y los frutos. Los brotes jóvenes se denominan retoños,
después de la caída de hojas se llaman cañas fructíferas. Al final del segundo
período vegetativo, una vez que han fructificado, las cañas se secan. En la
mayoría de los casos la corteza de los tallos está provista de numerosas
espinas pequeñas.
Las raíces se encuentran preferentemente en la parte más superficial del suelo.

Las hojas son compuestas, de borde aserrado, con 3 a 5 folíolos, de color


verde intenso en el haz y gris tormentoso en el envés y presentan un largo
pecíolo.

Las flores son pequeñas, tienen una corola compuesta de 5 pétalos blancos y
poseen numerosos estambres y pistilos. A partir de cada ovario fecundado se
originará una pequeña drupa. Las drupéolas agregadas entre sí constituyen el
fruto.

Existen dos tipos de frambuesa: las que fructifican una sola vez, durante el
verano, sobre cañas que se han formado durante el año anterior (cultivares
uníferos) y las que dan dos cosechas, una primera a finales de verano en la
porción apical de los retoños formados en el mismo período vegetativo y una
segunda vez, a principios del verano siguiente, en los brotes más bajos de las
cañas (cultivares bíferos, reflorecientes o remontantes).

Medio Ambiente

Las condiciones climáticas óptimas están representadas por inviernos con


bajas temperaturas constantes, pero no excesivas, y veranos relativamente
frescos, caracterizados por cierta oscilación térmica entre el día y la noche. Las
plantas necesitan plena luz para poder desarrollar su potencial productivo. La
brotación y la floración, por ser bastante tardías, suelen escapar a las heladas
tardías. La sequía condiciona el crecimiento, las dimensiones y la calidad de
los frutos e influye sobre el desarrollo de los retoños. Si la disponibilidad hídrica
es inferior a los 800-900 mm/año, o bien cuando las precipitaciones están mal
distribuidas, para obtener producciones interesantes es necesario recurrir al
riego.

Tanto los retoños como las cañas fructíferas pueden ser dañados seriamente
por el viento. Cuando es constante puede provocar una excesiva
deshidratación de los tejidos herbáceos con el consiguiente marchitamiento;
cuando sopla con violencia puede producir la caída de los frutos maduros o la
rotura de los brotes fructíferos en el punto de inserción sobre el tallo.

La frambuesa prefiere los suelos ricos en materia orgánica, de textura media,


frescos, prácticamente libres de calcio activo (tolera hasta 5 - 6 %). El pH ideal
es de alrededor de 6,5. No se adapta a suelos pesados, compactos, donde
puede manifestarse clorosis y asfixia radicular.

Propagación
Multiplicación por hijuelos

Es el método más fácil y más empleado de multiplicación de la frambuesa. Los


hijuelos se extraen durante el período de reposo vegetativo de la planta. Si el
suelo no es demasiado pesado los hijuelos se sacan fácilmente, con un buen
sistema radicular y se pueden plantar directamente. Dado el elevado número
de hijuelos que se pueden obtener, se descartan los que tengan pocas raíces,
eligiendo sólo los mejores, es decir los más vigorosos, de grueso calibre y
provistos de una abundante cabellera radicular.

Para vivero las distancias de plantación normalmente recomendadas son de


1,20 a 1,50 m entre hileras y 0,20 a 0,30 m sobre la hilera. Se recomienda
cosechar retoños solamente a partir del segundo año de plantación. La caña no
es un buen elemento de multiplicación por ser muy gruesa y tener el sistema
radical envejecido, lo cual hace difícil su prendimiento.

Multiplicación por raíces

Debido a la facilidad de emitir brotes, la raíz es un muy buen medio de


propagación de la frambuesa.

a) Estacas de raíz

La propagación por estacas de raíz es un método de multiplicación utilizado


sobre todo por los viveristas; exige un mayor grado de cuidado pero puede
proporcionar un mayor número de plantas. Para obtener plántulas a partir de
estacas de raíz se preparan platabandas con tierra arenosa esterilizada, donde
se "siembran" superficialmente los trozos de raíces. Se utilizan tanto las raíces
gruesas como las finas; en el primer caso la longitud óptima de las estacas es
de unos 15 cm mientras que para las otras es suficiente una longitud de 5 cm.
Las ventajas de este sistema sobre el hijuelo son el mayor número de plantas
que pueden obtenerse y la posibilidad de partir con raíces previamente
desinfectadas.

b) Brotes etiolados

A partir de las raíces pueden obtenerse brotes a los cuales posteriormente se


les induce a formar su propio sistema radical, método llamado "brote etiolado".

Este sistema exige mayor tecnología, pero origina plantas más sanas y
vigorosas debido al rejuvenecimiento de la plántula por desarrollar su propio
sistema radical. La etiolación es la resultante de un crecimiento de partes
vegetativas en completa o casi total ausencia de luz. La etiolación es
sumamente eficaz para incrementar la formación de raíces adventicias en
tejidos de tallos.

Al igual que en el sistema anterior, la mejor época de cosecha de raíces es


junio - julio. Si se cosecha muy temprano, el desarrollo de brotes se favorece al
guardar las raíces por 6 a 10 días a 4 - 5ºC. Las platabandas o camas se
preparan con sustrato previamente esterilizado. La mezcla de tierra ideal es
turba y arena (1:1).

La cama de siembra puede prepararse sobre mesones o en platabandas al aire


libre, pero en este caso se deben tomar las debidas precauciones para evitar
heladas o exceso de frío que atrasaría la salida de los brotes. El sustrato en la
platabanda, con una altura de 7 - 10 cm, debe quedar perfectamente nivelado y
apisonado. Las raíces se colocan densamente y se cubren con 4 - 5 cm de
mezcla para inducir al brote a desarrollarse con la base perfectamente etiolada.
La emisión de brotes comienza a los 15 - 20 días, procediéndose a cosecharlos
cuando se han expandido 3 a 4 hojitas.

El corte se efectúa con una buena hoja de afeitar en la unión del brote con la
raíz, debiendo ser plantado a la brevedad para evitar la deshidratación y
oxidación de los tejidos. La bolsa de plantación es pequeña, basta una de 7 - 8
cm de diámetro por 10 - 12 cm de alto y debe llenarse con la misma mezcla
usada en la platabanda. Las bolsas deben quedar a media sombra, para su
enraizamiento. El sistema radical comienza a desarrollarse a los 10 días,
presentando un buen desarrollo a los 45 días. Las plántulas pueden repicarse
cuando la parte aérea ha alcanzado 10 - 15 cm de altura. El proceso, desde la
"siembra" a la plantación en terreno, toma dos a tres meses, lo que obliga a
plantar a fines de septiembre.

Plantación

Hay que evitar la plantación en suelos que han estado ocupados anteriormente
por Solanáceas, tales como papas, tomates, pimientos, berenjenas, etc., es
probable que contengan esporas del hongo que causa la verticilosis
(Verticillium spp.), las cuales pueden permanecer quiescentes hasta 4 a 5
años. Por la misma razón es desaconsejable asociar los cultivos hortícolas
citados, como asimismo el cultivarlos en zonas muy próximas. Tampoco
conviene emplear suelos que hayan sido cultivados recientemente con frutilla,
frambuesa o moras, ya que pueden presentar nematodes, vectores de serias
virosis.

Se recomienda efectuar las nuevas plantaciones en suelos que no presenten


malezas perennes. Ante la presencia de gramón o sorgo de Alepo se debe
intervenir antes del laboreo del suelo con herbicidas apropiados, tales como el
Glifosato. El éxito del establecimiento de una plantación está directamente
relacionado con el trabajo previo realizado al suelo.

Especialmente en los primeros estados de desarrollo el sistema radical de la


frambuesa exige de un suelo esponjoso. La distancia de plantación puede ser
de 3,00 x 0,60 – 0,70 m, lo que da alrededor de 6000 plantas por hectárea. No
se recomienda reducir la distancia entre hileras debido a que, aún cuando la luz
no es un requisito para el desarrollo del color de la fruta, la luminosidad
favorece el desarrollo robusto de las cañas.

Además, se ha observado una mayor incidencia de Botrytis, tanto en el fruto


como en la vegetación, en las plantaciones con entrelíneas reducidas,
posiblemente debido al ambiente húmedo creado por los riegos y por la falta de
aireación.

Las frambuesas se plantan a la misma profundidad a que estaban en el vivero


y seguidamente son podadas a 4 - 5 yemas para estimular el desarrollo de
brotes vigorosos. Es muy recomendable desde todo punto de vista tener
rapidez en la plantación, especialmente si se trata de brotes etiolados, debido a
la fecha tardía de plantación. Con el sistema de hijuelos y plántulas de raíces,
si se planta temprano, se tiene la ventaja de no requerir riegos inmediatos a la
plantación por estar el suelo con suficiente humedad y no existir aún
temperaturas elevadas.

Sistemas de Cultivo

Aunque algunos cultivares tienen un porte tendencialmente erecto, la


frambuesa necesita generalmente el empleo de soportes, ya que sus tallos se
curvan con facilidad bajo el peso de la vegetación y de los frutos dificultando la
recolección y a veces se pueden quebrar. En la cabecera de la fila, cualquiera
sea el método adoptado, es necesario poner postes robustos, de una longitud
de por lo menos 2,20 m, enterrándolos en el suelo unos 60-80 cm. Los
sistemas en contraespaldera pueden ser planos o formar un seto bastante
ancho; en el primer caso los tallos se mantienen en un plano vertical mediante
alambres superpuestos a diferentes alturas; en el segundo se colocan parejas
de alambres. El sistema más utilizado es el que lleva las cañas abiertas en V
hacia las entrefilas, apoyadas en dos alambres paralelos separados 40 cm
entre sí a 50 cm del suelo y otro par de alambres separados 60 cm entre sí a
140 cm del suelo. Las cañas deben despuntarse para que no sobrepasen los
25 cm más allá del alambre superior. Con este sistema los rebrotes crecen en
el centro de la V sin obstaculizar las operaciones de cosecha.

Además las cañas, atadas alternadamente a izquierda y derecha de la V,


logran una buena iluminación y ventilación que favorece la formación de frutos
de excelente calidad. Cuidados culturales

Laboreo del Suelo

El suelo se debe mantener limpio de malezas para evitar la fuerte competencia


hídrica que éstas establecen con la frambuesa; además los numerosos hijuelos
que aparecen en las calles se deben eliminar lo antes posible para impedir que,
al desarrollarse vigorosamente, debiliten excesivamente a las plantas objeto del
cultivo con la consiguiente reducción de la productividad. Las labores deben ser
superficiales (8 - 10 cm de profundidad), ya que la mayor parte de las raíces de
la frambuesa están comprendidas en los primeros 25 cm del suelo.

Riego

Por la misma razón las plantas sufren inmediatamente las carencias hídricas.
En casos de sequías prolongadas se pueden tener reducciones de producción
del orden de los 60 - 75 %. Esta especie tiene exigencias hídricas sobre todo
durante la floración y engrosamiento de los frutos.

Poda

Esta operación se realiza todos los años y difiere según se trate de cultivares
uníferos o reflorecientes.

Poda de variedades remontantes


En el caso de los cultivares reflorecientes se tiene una primera cosecha en la
parte apical de los rebrotes el mismo año de su formación y una segunda
cosecha al año siguiente, en la parte media y basal de las cañas.

Estas variedades requieren de dos podas:

a) Poda de verano:

Después de la cosecha de diciembre, se deben eliminar totalmente las cañas


que fructificaron y las hojas basales sobremaduras de los retoños. Además, si
no se ha efectuado raleo primaveral de retoños, se deben eliminar todos
aquellos que son débiles, mal formados, mal ubicados y los que se han
desarrollado tardíamente. Además de la poda, los renuevos se atan a los
alambres respectivos.

b) Poda de invierno:

En junio o julio, de preferencia julio, se efectúa la segunda poda. Tiene por


objeto rebajar las ramas, cortando 1/3 de su longitud y dejándolas a 1,40-1,50
m de altura, según la variedad. Además, debe hacerse un raleo de cañas, el
cual se efectúa dejando solamente 8 a 12 por metro lineal y distanciándolas lo
más uniformemente posible. En esta poda también se eliminan las cañas que
han desarrollado tardíamente. Al igual que en la poda de verano, las cañas se
acomodan y atan a los respectivos alambres.

En las plantaciones de cierta dimensión se prefiere aprovechar sólo la


producción otoñal sobre rebrotes, que se obtiene podando al ras del suelo las
plantas inmediatamente después de la cosecha. En la primavera siguiente,
desde la corona crecen los rebrotes que son raleados dejando 12 - 15 por
metro lineal en una banda de 20 - 30 cm de ancho, conteniendo a las plantas
entre 2 alambres. Este sistema de conducción de los cultivares reflorecientes
permite obtener una cosecha otoñal más abundante y precoz, mejorar el
estado sanitario de la plantación (al evitar la fuente de inóculo representada por
las cañas invernales), así como reducir notablemente los costos operativos de
la plantación.

Poda de variedades no remontantes

Las variedades no remontantes solamente exigen la poda de verano descripta


para las variedades remontantes. La poda de invierno simplemente se refiere a
despuntes de las cañas y a la eliminación a ras del suelo de las cañas débiles y
mal ubicadas. Además incluye la atada de las cañas a sus respectivos
alambres y el escardillado correspondiente.

Cosecha

Las frambuesas son frutos muy delicados; deben ser recogidas en el momento
justo, de no ser así se caen o se deterioran.
El período de cosecha comprende desde fines de noviembre hasta principios
de enero en las variedades no remontantes. En las remontantes se presenta su
segunda cosecha en febrero-marzo y puede prolongarse hasta abril-mayo,
según las condiciones del clima. El índice de cosecha es el color y la facilidad
de desprendimiento del fruto de su receptáculo, aún cuando esté firme y
brillante.

Dado el escalonamiento de la maduración, la recolección se hace en diversas


pasadas. Los intervalos de cosecha dependerán de la variedad, estado de la
plantación y de las condiciones del tiempo. La primera recolección puede ser
cada 4-5 días, pero en el período de máxima maduración se deberá recolectar
diariamente, sobre todo si se trata de fruta para consumo fresco. El número de
cosechadores por hectárea es variable, ya que depende de la habilidad del
cosechador y de las facilidades con que cuenta el establecimiento. En el
momento crítico de maduración son necesarios alrededor de 10 cosechadores
por hectárea.

Como las frambuesas una vez cosechadas no se vuelven a seleccionar, es


necesario que el personal esté perfectamente instruido acerca del estado en el
que los frutos se consideran maduros. Se aconseja limitar la recolección a las
horas más frescas de la mañana con tal que se disponga de personal
suficiente. La fruta, que debe ser firme, debe mantenerse poco tiempo en la
mano; debiéndose colocar inmediatamente en el envase de comercialización y
no mezclarla con fruta sobremadura, con mohos o dañada.

Es conveniente construir un cobertizo, al resguardo del viento y del sol, que


sirva como centro de recolección y depósito provisorio de frutos. Se
recomienda usar cajas livianas, con una capacidad de 6 a 12 cajitas de 1/4 y
1/8 kg, respectivamente. Estas cajas pueden ser colocadas en atriles fáciles de
transportar. En lo posible, se debe bajar la temperatura de campo a 5-6ºC
dentro de las 2 a 3 horas de cosechada. La fruta para industria puede
cosecharse a granel; pero si es para congelación en IQF (congelado individual)
deben aplicársele las mismas consideraciones que para el consumo en fresco.

Variedades
Variedades remontantes

Heritage: variedad remontante predominante a nivel mundial, destinada a la


producción de frutos de cosecha otoñal. La cosecha es tardía, se extiende
hasta las primeras heladas, presentando un pico desplazado hacia abril-mayo
en El Bolsón. La producción estival, es decir sobre cañas, es temprana y de
carácter regular. La planta es muy vigorosa y posee espinas muy marcadas. Ha
demostrado un amplio rango de adaptación y consistencia en el rendimiento.
Los frutos son cónicos, excepcionalmente firmes en estado maduro, rojo claro
brillante, con sabor regular, presentan un tamaño relativamente pequeño al
inicio de la maduración y después decididamente chicos; se caracterizan por su
fácil liberación y la capacidad de permanecer en buenas condiciones incluso
cuando están sobremaduros. La fruta es buena para la elaboración de dulce
aunque regular para conservas al natural.
Autumn Bliss: tiene también un amplio rango de adaptación. El fruto no es tan
firme como el de Heritage, pero posee mejor sabor y generalmente mayor
tamaño, además la cosecha otoñal se anticipa de dos a cuatro semanas.

Ruby: fruto mediano, cónico, rojo intenso brillante, consistencia media y buen
sabor.

Titán: fruto cónico, mas bien grande, rojo intenso, consistencia mediana y buen
sabor.

Tulameen: fruto grande, rojo brillante y muy firme, excelente para consumo
fresco, presenta buen comportamiento en las condiciones del sudeste
bonaerense (Cátedra de Fruticultura, UNCPBA).

Chilliwack: fruto alargado, mediano, rojo intenso y buen sabor, firme, aunque
de menor consistencia que la variedad precedente. Buena variedad para
consumo fresco.

Chilcotin: fruto redondo, mediano, rojo brillante que no se oscurece, buen


sabor, relativamente consistente, tiende a ser blando comparado con los de
Chilliwack. Se adapta tanto para el consumo fresco como para el congelado.

Schönemann: variedad de cosecha tardía y generalmente extendida. Presenta


tallos de porte erguido y poco espinosos. Exige suelos frescos, ligeros,
aireados y permeábiles. Los frutos son muy grandes y parejos, de forma cónica
y armoniosa, color rojo oscuro opaco, con buen sabor y semillas pequeñas,
resultan excelentes para conservas al natural.

Meeker: frutos cónicos, medianos, parejos, rojos, de buen sabor y


consistencia. La fruta es muy buena para conservas al natural. Es una variedad
de cosecha tardía, presenta bajo rendimiento en El Bolsón.

Camenzind: fruto de tamaño mediano, cónico, rojo oscuro.

Willamette: variedad temprana. Los frutos son chicos, aunque al inicio de la


cosecha presentan un tamaño mayor, son cónico-redondeados, con drupéolas
pequeñas, de intenso color rojo-púrpura oscuro, de sabor poco ácido y no muy
aromáticos. Variedad interesante para jugo, también es buena para dulce.

Zeva II: frutos cónico-redondeados, rojo púrpura excesivamente oscuros,


medianos, heterogéneos.

La producción de frambuesas en Argentina

Si analizamos la estacionalidad de la oferta internacional de frambuesas, el


nivel de consumo y la tendencia en la demanda que se registra en el hemisferio
norte, se puede concluir rápidamente que Argentina está en condiciones de
ofrecer éste producto en contraestación -cuando los precios son más altos- a
un mercado compuesto por alrededor de 600.000.000 de consumidores que
tienen incorporado éste producto en su dieta alimentaria habitual.
Supongamos por un momento que si cada uno de esos consumidores,
demandará en su época invernal una frambuesa fresca (3grs), tendrían
que importar 1.800 toneladas de frambuesa.

A éstas circunstancias las supieron ver Nueva Zelanda (1.950), Chile


(1.980/85), luego Australia y más recientemente Sudáfrica.

Actualmente estos países son los únicos proveedores en contraestación, de


verdura y fruta fresca, entre las que se encuentra la frambuesa, arándano y
otros berries, para todo el Hemisferio Norte.

Según un relevamiento directo en los mercados del exterior, se ha podido


verificar que se están presentando algunos problemas en la calidad de la
frambuesa chilena, principalmente cierto tipo de hongos (Botrytis).

Estos países apenas aportan el 2.21% de la producción mundial de


frambuesas.

Considerando estas proporciones se puede anticipar que el impacto en los


precios, ocasionado por un mayor volumen de oferta, puede ser imperceptible.

Es muy interesante recalcar que a pesar de que se han incrementado los


volúmenes de producción estacional de los principales países productores, los
precios han seguido subiendo.

No hay ninguna duda de que estamos ante el caso que en el análisis de


mercados se denomina "demanda insatisfecha".

Breve historia del cultivo de frambuesas en Argentina

Desde el año 1.989 hasta principios de 1.993, se produjo un boom, consistente


en la plantación de frambuesa, especialmente en Buenos Aires y algo en Santa
Fe.

La base argumental de esa iniciativa fue:

 La contraestación, principal ventaja comparativa que tiene Argentina con


respecto a la producción de productos frutihortícolas frescos para
exportarlos al Hemisferio Norte. Esta circunstancia permite ofrecer
berries, en pleno invierno para obtener el beneficio de los precios más
altos.

 La tendencia de la demanda en incrementar el consumo de este tipo de


productos.

 La factibilidad del ingreso competitivo de Argentina en los mercados del


exterior, tomando como modelo el rápido y sostenido incremento en la
producción y la exportación de berries de Chile.
 El aprovechamiento de la plasticidad ecológica de algunos berries que
posibilita su cultivo en lugares con características climáticas muy
diferentes a las zonas de origen.

Cabe agregar que estas premisas son válidas y mantienen su vigencia.

La cantidad de hectáreas implantadas en ese período, según un relevamiento


directo, fueron más de 200.

Los resultados fueron la consecuencia de la conjunción de los siguientes


factores :

 La calidad y sanidad del material implantado.

 La idoneidad de la asistencia profesional para la atención fitosanitaria y


el desarrollo de los cultivos.

 La salida comercial de la producción.

Lamentablemente, la promoción y difusión que alentó a los productores y/o


inversores, provino de quienes proveían a estos de los principales insumos y
servicios para encarar el cultivo : las plantas y el asesoramiento técnico.

La mayor cantidad de plantas fueron importadas de Chile sin ningún tipo de


control fitosanitario, ni de calidad. Otra parte fue reproducida en viveros locales,
pero siempre a partir de plantas importadas e ingresadas sin ningún tipo de
control.

Y así fue que el negocio de la producción se desvirtuó en un simple negocio de


venta de plantas.

Se estima que el capital invertido por los productores y/o inversores, solamente
en plantas, alcanzó los u$s 750.000.-

El asesoramiento técnico se improvisó. Son muy pocos los profesionales en


Argentina que tienen los conocimientos necesarios y la experiencia para el
desarrollo de este tipo de cultivos a nivel comercial.

Y con respecto a la salida comercial, basta decir que muchos productores


invirtieron y encararon la producción de frambuesa animados, por terceros, a
exportar la futura producción en fresco a los Estados Unidos, cuando este país
no permitía ni permite , el ingreso de ese producto en fresco, ya que Argentina
no está declarada como zona libre de la plaga cuarentenaria de la Mosca del
Mediterráneo, (Ceratitis Capitata Wied).

Cuando se alcanzó la etapa de la producción , los productores al no tener una


salida comercial coincidieron en fabricar dulce y conserva, pero la demanda de
esos productos es muy limitada.
Lógicamente los resultados en general fueron pésimos. El argumento de los
responsables es que el clima de Buenos Aires no es apto para el cultivo de
frambuesa.

Contradictoriamente, en la provincia de Buenos Aires, existen productores que


exportan desde hace algunos años, frambuesa fresca a Europa, se están
preparando para exportarla congelada, y abastecen el incipiente mercado local.

Se puede afirmar que las plantaciones que hoy ya no existen, fueron el


reemplazo de lo que debería haber sido la etapa previa a la implantación, o sea
el análisis del desarrollo de los cultivos en las condiciones agroclimáticas de la
provincia de Buenos Aires.

Hoy se puede plantar frambuesa el la provincia de Bs.As. y se pueden esperar


ciertos resultados con certeza en cuanto a calidad y cantidad.

Comercialización interna de frambuesa

La demanda interna de frambuesa en fresco es prácticamente


inexistente en relación al potencial mercado consumidor que
presenta Argentina; pero si existe una demanda firme de
frambuesa congelada.

Cabe agregar a lo anterior, que la industria láctea no ha salido al


mercado con productos elaborados con frambuesa, porque todavía no se ha
logrado la provisión interna de los volúmenes necesarios. Por ahora sólo se
presentó en yogurt, combinado con frutilla.

El potencial mercado interno, según INTA-El Bolsón puede alcanzar una


demanda de 3000 TN., si se extrapola el consumo de Chile con la cantidad de
habitantes de nuestro país.

En Chile la frambuesa es el berry de mayor importancia comercial, representa


más del 70% del total de berries plantados.

El 70% de la producción se destina a la elaboración para la exportación, de lo


cual el 85% se congela y el otro 25% se elabora en otros productos. Otro 20%
de la producción se exporta en fresco y el 10% restante se consume en el
mercado interno.

Exportación de frambuesas

Como ya se ha mencionado, desde hace unos años se exportan frambuesas


frescas a Europa.

Los resultados de la comercialización externa son buenos, aunque limitados


por los costos que debe asumirse por la falta de volumen. La calidad
conseguida es excelente.
Argentina no puede ingresar frambuesa en estado fresco a los Estados Unidos,
por motivos ya mencionados, pero si puede hacerlo en forma congelada.

La frambuesa fresca tiene también muy buena demanda en Europa y Canadá.

No se conocen antecedentes demostrables de alguna exportación de


congelado, si, se han enviado muestras de frambuesa congelada, producidas
en Chubut, Río Negro y Buenos Aires a Estados Unidos y Europa, con muy
buenos resultados.

La modalidad de venta en la exportación de este producto en fresco es la libre


consignación. O sea que este producto se envía a los diferentes mercados,
para ser vendido a los precios que se presenten en el mercado.

Esta condición se corresponde con la condición de perecederos de los


productos frescos.

La modalidad de venta generalmente es resistida por el sector productivo, dada


la experiencia en la comercialización interna por este sistema.

Es importante aclarar que las operaciones de comercio exterior están


fiscalizadas en algunos mercados. Tal es el caso de los Estados Unidos y su
Ley Paca.

Todos los involucrados en el circuito de la comercialización de productos


perecederos en los Estados Unidos deben tener una licencia para operar.

PACA, (Perishable Agricultural Commodities Act.), es un Código de ética


comercial que regula el cumplimiento de las obligaciones contractuales en las
transacciones de productos perecederos.

La ley provee un foro para que las partes damnificadas puedan recobrar las
pérdidas.

Las licencias comerciales pueden suspenderse o anularse por el


incumplimiento de esta ley.

Para el caso de productos congelados, es posible operar con cartas de crédito


u órdenes de compra.

La exportación de frambuesa, fresca o congelada, está subsidiada a través de


reintegros.

INTA EEA Balcarce. Ruta 226 km 73,5 (7620) Balcarce, Buenos Aires,
Argentina. Tel

Introducción Una de las berries con mayor demanda en el mercado mundial es la


frambuesa (Rubus idaeus L.); un cultivo cuyo fruto se caracteriza por sus excelentes
características nutracéuticas. En los últimos 5 años su producción ha aumentado
aproximadamente en 80 mil toneladas a nivel mundial (FAO, 2014) (Figura 1). México
no ha sido la excepción, pues es uno de los países que ha incursionado fuertemente
en la producción de esta frutilla; en el año 2015 se reportó un aumento del 68 % en la
superficie sembrada con frambuesa. Morfología de la frambuesa La frambuesa
pertenece a la familia Rosaceae y es un arbusto con tallo subterráneo, semileñoso,
erecto y espinoso. El tallo cada año emite ramas aéreas conocidas como vástagos,
las cuales se desarrollan durante el primer año y en el segundo año florecen,
fructifican y mueren, siendo remplazados por nuevos vástagos. El fruto comestible es
un agregado, es decir, está compuesto de la unión de drupelas (sin el receptáculo).
Las cañas de la frambuesa se clasifican según su edad en primocañas y
floricañas. Las primocañas son las cañas vegetativas y cuando entran a estado de
floración son consideradas como floricañas; estas general- Figura 1. El continuo
aumento en la demanda incrementa la producción de este cultivo. Fuente: FAO, 2014.
mente se presentan hasta el segundo año, ya que pasan por diferentes procesos
como dormancia y diferenciación de yemas. Sin embargo, ya existen variedades que
florecen y fructifican en primocañas y son las de mayor interés ya que no se tiene que
esperar hasta un año para que comience su fructificación. Otra clasificación de las
cañas es de acuerdo a su hábito de crecimiento en erectas y rastrearas, siendo las
cañas erectas las más importantes. Un tercera clasificación de las frambuesas según
su hábito de producción es la producción en floricañas (verano del segundo año) y
producción en primocañas (“otoño” del primer año). Requerimientos edafoclimáticos
Clima. Principalmente se adapta a climas templados con periodos de invierno
definidos (5 a 20 °C), ya que mientras la temperatura alta influye en la fotosíntesis y el
crecimiento, la temperatura baja está relacionada con el proceso de floración, el cual
requiere de 700 a 1,200 horas de frio durante épocas de invierno. Suelo. Se
recomiendan suelos profundos, fértiles y con buen drenaje, ya que es una planta muy
sensible a la asfixia radicular. En este sentido se recomiendan los suelos de textura
arenosa o franco-arenosa, suelos de pH ligeramente ácidos y con una conductividad
eléctrica menor a 1.2 dS/m. Figura 2. Los frutos de la frambuesa están compuestos de
la unión de drupelas que se desprenden del receptáculo. Fuente: Morales et al., 2009.
Manejo agronómico Variedad. Existen dos tipos de variedades de frumbuesa:
reflorecientes (remontantes) y no reflorecientes. Las reflorecientes producen dos
cosechas anuales ya que dan su primera cosecha en la parte apical de la caña (tallo) y
la segunda se produce en las yemas, además necesitan menos horas frio. En cambio
las variedades no reflorecientes crecen el primer año y fructifican hasta el siguiente, y
por lo general requieren soporte en V y poda después de la cosecha, además toleran
la poda química. Las primeras tienen un rendimiento promedio de 15 a 20 t/ha y su
periodo de plena producción se da en la segunda cosecha, mientras que las segundas
tienen un rendimiento promedio de 10 a 20 t/ha y su periodo de plena producción es
en el segundo año. Las variedades reflorecientes más comúnmente usadas son:
Heritage, Summit, Autumn bliss, Polka, Sugana, Regina, Adelita y Kwanza. Las
variedades comunes no reflorecientes son: Meerker, Glen Lyon, Glen Prosen, Malling
Explot, Gradina, Tulameen y Tadmon. Planta. La multiplicación de la planta se realiza
principalmente por métodos de reproducción asexual y los tipos de plantas que se
pueden utilizar después de la multiplicación son: raíz desnuda, maceta y bandeja de
alveolos. Los últimos dos son los más recomendados debido a que se obtienen
plántulas con mayor calidad y sanidad al ser reproducidos mediante propagación in
vitro de tejidos, mientras las plantas a raíz desnuda son más susceptibles a
contaminación por enfermedades. Figura 3. El macro-túnel se compone de estructura
de acero, cubierta plástica y accesorios de sujeción y es una tecnología que permiten
producir intensivamente con mejor calidad y sanidad. Fuente: Intagri. Establecimiento.
La época de plantación normal es de invierno a primavera, pero si se tienen
condiciones óptimas se puede hacer en cualquier época del año con variedades
reflorecientes. La distancia entre calles que facilita las labores mecánicas es de 2 a 3
metros. La estructura preferida para desarrollar este cultivo bajo cubierta en México es
el macrotúnel, ya que permite tener una atmosfera semi-controlada (Figura 3). Poda.
La poda en frambuesa tiene distintas finalidades, entre estas: sanitarias, estructurales,
reproductivas y de cosecha. Las actividades se dividen por la temporada en que son
efectuadas: invierno y verano. Las podas de invierno son: Sanitaria: se eliminan
aquellas plantas enfermas, con mala apariencia y que alberguen plagas. Raleo: limita
el número de cañas por metro cuadrado para proveer suficiente espacio de desarrollo
(Figura 4), facilitar la cosecha y mejorar la entrada de luz. Se manejan de 20 a 25
cañas por metro cuadrado para una producción óptima. Rebaje: se realiza el despunte
de las cañas en variedades reflorecientes que produjeron durante finales de verano y
otoño con la finalidad de que la parte despuntada produzca fruto en los laterales de la
siguiente temporada y se sugiere dejar al menos de 15 yemas o nudos. Cañas de
segundo año: se identifican aquellas que terminaron su ciclo productivo y se eliminan
para dejar espacio a los tallos de una nueva temporada. A piso: se realiza en
variedades reflorecientes y se poda a ras del suelo para eliminar las cañas de
primavera con el objetivo de concentrar la producción en el otoño. No se recomienda
usar por mucho tiempo pues desgasta el nivel de reservas de las raíces. Entre las
actividades de primavera están: la eliminación de retoños dentro de la línea de
plantación (Figura 4), de primeros retoños, de retoños después de poda al piso, poda
sanitarias y despuntes. Riego. El manejo del agua en la frambuesa es crítico, ya que
requiere una cantidad suficiente para llevar a cabo cada una de sus funciones
metabólicas y fisiológicas, sin embargo, es una planta altamente susceptible a la
asfixia radicular por lo que un exceso de humedad en el suelo o sustrato puede
mermar la producción. Satisfacer las necesidades hídricas del cultivo se logra tomando
en cuenta los requerimientos del cultivo, la evapotranspiración y el tipo de suelo. El
riego se puede medir y monitorear mediante el uso de los sensores de humedad¸
además son herramientas que permiten decidir la frecuencia y cantidad de riego
requerida para satisfacer la demanda de agua diaria del cultivo. El método más
eficiente para proporcionar agua a la planta es el riego por goteo, y al mismo tiempo es
una sistema que permite incorporar las fuentes de nutrientes al riego; a este técnica se
le conoce como fertirrigación. Figura 4. Raleo de cañas (arriba) y retoños en la línea
de plantación (abajo). Fuente: Undurraga & Vargas, 2013. Nutrición. La absorción de
nutrientes por la planta es de suma importancia para que pueda crear todas las
estructuras vegetativas y reproductivas necesarias para producir los frutos. Los
requerimientos de nutrientes para el cultivo de la frambuesa varían según la variedad y
etapa en la que se encuentra el cultivo; una herramienta para evaluar la demanda del
cultivo es el uso de las curvas de absorción y extracción nutrimental. Lograr
rendimientos elites en la frambuesa es posible considerando y manejado
adecuadamente los múltiples factores que intervienen en la producción, iniciando con
un buen diagnóstico la fertilidad del suelo que permita determinar las dosis de
enmiendas agrícolas o fertilizantes fuentes a aplicar. Para el monitoreo nutrimental de
la frambuesa se tienen distintas herramientas como el extractor celular de peciolo
(ECP), el extracto de pasta saturada, el tubo de acceso o chupatubos y el análisis
foliar que permiten corregir y afinar los programas de nutrición del cultivo con la
finalidad de lograr altos rendimientos y mejor la calidad del fruto. Con fines de
referencia, en el Cuadro 1 se muestran los requerimientos generales de fertilización
para la frambuesa. Cuadro 2. Requerimientos generales de fertilización para
frambuesa (unidades por hectárea). Fuente: García, 2016. Elemento N P2O5 K2O Mg
Ca Unidades 80-100 80-100 100-150 30-40 20-30 Plagas. Uno de los mayores
desafíos en el cultivo de la frambuesa es el manejo integrado plagas (MIP), un
concepto simple en teoría pero complejo en ejecución (Macías, 2017), ya que abarca
elementos como: prevención, monitoreo, nutrición adecuada del cultivo, prácticas
culturales (rotación de cultivos, cultivos trampas, eliminación de malezas hospederas,
etc.), control biológico y control químico. Actualmente gran número de plagas atacan
distintas partes de la planta y disminuyen la cantidad y calidad de frutos. Entre las que
más afectan a la frambuesa son: la araña roja o de dos puntos (Tetranychus urticae),
la mosca del vinagre (Drosophila suzukii), trips (Frankliniella occidentalis, Thrips
tabaci), cabritos (Aegorhinus spp), mosca blanca (Trialeurodes vaporariorum, Bemisia
tabaci), entre otras. La gran mayoría de los productores de frambuesa optan por el
control químico como método para mantener umbrales bajos de plagas, sin embargo,
el control efectivo de las plagas solo es posible mediante el uso de una combinación
de diferentes herramientas y técnicas disponibles basadas en un análisis de
beneficios/costos y priorizando el menor impacto negativo posible sobre el ecosistema.
Alternativas como el control biológico mediante el uso de depredadores naturales,
parasitoides y hongos entomopatógenos tienen resultados prometedores para el
control de plagas en diferentes cultivos comerciales. Enfermedades. Las
enfermedades del cultivo de la frambuesa son variadas en cuanto al organismo que
las provocan y al órgano que dañan, siendo las más importantes las que afectan al
fruto y disminuyen su calidad organoléptica. Entre las más comunes están: roya
(Pucciniastrum americanum) (Figura 5), pudrición o moho gris (Botrytis cinerea),
agallas de la corona (Agrobacterium tumefaciens), marchitez (Verticillum spp.),
pudrición del cuello y raíces (Phytophthora spp.), oídio (Sphaeroteca macularis). Al
igual que las plagas, el manejo integrado de enfermedades (MIE) es la estrategia más
adecuada para combatir los organismos dañinos; el diagnóstico es el inicio de un buen
manejo de la enfermedad, seguido del control cultural, control genético, control
biológico y como último recurso el control químico. La selección de plantas sanas, el
uso de variedades resistentes, las podas, la nutrición balanceada, el manejo del riego,
entre otras, son prácticas comunes y cotidianas que pueden hacer la diferencia para
disminuir la incidencia de enfermedades. Malezas. Las malezas o malas hierbas
afectan al cultivo de una manera menos visible pero pueden generar mermas en el
rendimiento hasta en un 28 %, ya que compiten directamente por nutrientes y agua
con el cultivo, además son hospederas de insectos y patógenos. Las malezas se
caracterizan por su reproducción temprana durante el ciclo biológico, gran producción
de semillas, rápido crecimiento vegetativo, amplia dispersión, entre otras que hacen
que su control sea crítico. Son 56 especies de malezas identificadas en berries en
México, agrupadas en 23 familias, siendo las más representativas las gramíneas
(Poaceae) y las compuestas (Asteraceae). El manejo de malezas mediante la
integración del control cultural, mecánico, biológico y químico ofrece las herramientas
para la manipulación de estas poblaciones de manera económica y sostenible. El
manejo cultural de malezas en plantaciones de frambuesa incluye el uso de plántula
certificada, adecuada distancia entre hileras y densidad de plantación, así como el
acolchado. Figura 5. Síntomas y daño severo en frutos de frambuesa causado por
roya (P. americanum). Fuente: Dr. Gil Virgen Calleros, 2017. El control mecánico se
basa principalmente en las escardas, mientras que el control químico exige
necesariamente conocer la ecología-biología de las malezas presentes en nuestros
lotes, la clasificación de herbicidas por su mecanismo de acción, la resistencia de
malezas a herbicidas y el equipo para la aplicación de herbicidas, cuyo objetivo
principal es lograr aplicaciones eficientes. Cosecha y Postcosecha. La recolección se
debe efectuar desprendiendo el conjunto de drupelas del receptáculo (Figura 5) en las
primeras horas del día para evitar altas temperaturas que puedan deshidratar el fruto,
además tomar en cuenta la coloración del fruto para elegir el momento adecuado de
cosecha. La frambuesa se debe cosechar madura o casi madura, ya que no sigue
madurando después de la cosecha. Inmediatamente después de la cosecha se debe
mantener en la sombra y nunca bajo el sol, y el proceso de enfriamiento y refrigeración
se debe llevar a cabo lo más rápido posible, ya que un retraso de una hora en
refrigeración puede significar una pérdida de un día de vida útil de la fruta. Cabe
destacar que la frambuesa es una frutilla muy perecedera y se caracteriza por una vida
muy corta (2 -5 días) después de la cosecha en condiciones óptimas de manejo.
Después del corte las temperaturas de conservación recomendadas para consumo en
fresco son de 0° y para congelado de -20 °C. Leer más en: Manejo y Tecnología
Postcosecha de Berries. Cita correcta de este artículo INTAGRI. 2017. El Cultivo de la
Frambuesa. Serie Frutillas Núm. 13. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 7 p.
Literatura consultada García, R.J.C. 2016. Sistemas de Plantación y Cultivo del
Frambueso. Sesión del Diplomado Internacional en el Cultivo de Berries. Intagri. Gto.,
México. FAOSTAT. 2014. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y
la Agricultura (FAO). Consultado 24 Mayo 2017 en:
http://www.fao.org/faostat/es/#data/QC. Figura 6. Cosecha correcta de frambuesa
(arriba) y color para determinar madurez (abajo). Fuente: Intagri, 2017; Zoffoli et al.,
2010. Undurraga, D.P.; Vargas, S. S. 2013. Manual de Frambuesa. Instituto de
Investigaciones Agropecuarias. Boletin N° 264. Chillan, Chile. 107 p. Morales, C.;
Gonzales, M.; Hirzel, J; Herrera, G.; Madariaga, M.; Devotto, L.; Gerding, M.;
Riquelme, J.; France, A.; Uribe, H.; Pedreros, A.; San Martin, J.
2009. Aspectos Relevantes en la Producción de Frambuesa (Rubus idaeus L.).
Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA). Boletín INIA N°192. 27 p. Zoffoli,
J.P.; Naranjo, P.; Leiva, F. 2010. Nuevas Técnicas para Prolongar el Tiempo
Poscosecha de Frambuesas. En VII Seminario de Berries y II Seminario de Arándano
Industrial, Talca. 3 y 4 de ag

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