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HECHOS/IDEAS

NÉSTOR KOHAN

Marxismo y subjetividad histórica


(En torno a León Rozitchner)

Pensar a contracorriente

A
unque lo conocí muy bien, aunque dialogué con él infi-
nidad de veces y aunque lo leo desde hace décadas, me
resulta muy difícil escribir sobre León Rozitchner (1924-
2011). Con sorpresa, he tenido que superar vueltas inesperadas,
saltos enloquecidos, vaivenes sin sentido y giros delirantes para
poder finalmente volcar en la escritura –el ámbito habitualmente
más cómodo, fluido y sencillo para mí– lo que pienso de su obra

Revista Casa de las Américas No. 279 abril-junio/2015 pp.5-18


y su trayectoria intelectual.
¿Por qué se me resiste tanto León? Cuando vivía, participé en
muchas mesas redondas y debates junto a él, le publiqué varios
artículos, utilicé sus trabajos como bibliografía en cursos y se-
minarios (a los cuales él asistió y en los que intervino en varias
ocasiones), escribí comentarios en diarios de circulación masiva
y en revistas políticas sobre sus libros, escuchando al mismo
tiempo sus detallados y ansiosos comentarios sobre los míos.
También le hice una entrevista. Participé en programas de radio
dedicados a él. Incluso León presentó mi primer libro publicado
y más tarde, muchos años después, fue jurado de una tesis que
escribí sobre Marx. Intercambiamos larguísimas conversaciones
telefónicas. Compartimos café en bares, militancia (incluyendo

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denuncias desesperadas, escándalos y agitadas sobre Clausewitz y tantas otras constelaciones
polémicas) en diversas instituciones culturales y autores que moldearon su manera de pensar.
y educativas, en la universidad pública y en el Su pensamiento era y es tan rico y diverso, tan
ámbito de los derechos humanos. Hice campaña poblado y nutrido en su cruce de autores y sín-
cuando se postuló como candidato a rector de tesis de paradigmas, que me deja la sensación
la Universidad Nacional de Buenos Aires. Al de lo inasible. Pero a pesar de todo eso hay que
fallecer, producto quizá del enojo (por su muerte, animarse con León, porque él no se hubiera es-
en sí misma, y por la utilización unilateral y un condido, y lo mejor es postergar para dentro de
tanto manipuladora que intentó hacerse de ella) un rato esa sed de lo absoluto, esa ilusión om-
redacté con toda la bronca y la pasión un texto nipotente de saberlo y conocerlo todo (recuerdo
en su memoria. a León opinando sobre su amigo José Sazbón:
Pero… a la hora de hacer el balance más en «sabe tanto que no puede escribir») y seguir
frío, más equilibrado, más conceptual, me en- sus enseñanzas, afrontando el desafío, por más
cuentro con esta inesperada resistencia. Como difícil que resulte.
si León se negara a ser finalmente diseccionado,
analizado, clasificado, mortalmente congelado Pistas de un pensamiento incómodo
en un estante, un paper, un artículo, un libro, una
síntesis de balance teórico. ¿Por qué será? ¿Cómo describirlo, apretadamente, entonces?
Dejo entonces de lado las anécdotas, incontables, Tal vez como el concepto de la pasión y la pasión
muchas graciosas y divertidas, otras belicosas y del concepto: dos movimientos que se coagu-
atropelladas, algunas pocas incómodas. Intento lan en cada pliegue de su obra. Toda la reflexión
hundir brevemente el escalpelo en el magma filosófica de León Rozitchner gira en torno a
de su pensamiento, poniendo apenas la punta un número preciso de coordenadas inscriptas
de un pie y asomando la nariz a ese volcán de en un horizonte humanista, crítico de la racio-
fuego y de furia, rebelde e indomesticable, que nalidad modernista y cientificista que promovió
sigue dando batalla después de su muerte. Dejar la cultura de la burguesía en sus diversas modu-
de postergarlo indefinidamente y afrontar este laciones. Su escritura a lo largo de medio siglo
artículo me deja una sensación de escasez, de no es más que una prolongada batalla política
incompletud, de fragilidad en la boca que habla, contra la concepción del sujeto que atravesó
en la cabeza que piensa y en las manos que es- la racionalidad occidental en la mayor parte de
criben estas líneas. Tengo a mi lado la pila de su historia eurocéntrica hasta el advenimiento
sus libros, sobre la que no dejo de dar vueltas de una época todavía más insulsa y light, la de
inexplicablemente. la posmodernidad, lógica cultural, como bien
Siento que para poder escribir «en serio» y apuntó alguien por allí, de un capitalismo mul-
como él se merecía y se sigue mereciendo, pre- tinacional, depredador y tardío.
viamente tendría que haber terminado de leer las En su proyecto de reflexión e investigación
obras completas de Marx, las de Freud, las de de varias décadas –que no fueron inmunes a
Sartre y Merleau Ponty, todo lo que se publicó los trágicos avatares de Argentina, exilio en

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Venezuela incluido, en tiempos sangrientos del na facultad. No cabe completo en ningún saber
general Videla– León Rozitchner mantuvo la especializado. De la sociología del poder y la
misma obsesión: desarmar, conceptualizar y cultura, a la filosofía de la subjetividad y el
mostrar los obstáculos históricos (la servidum- Terror (con mayúsculas), del sicoanálisis en sus
bre, la dominación, la explotación y el Terror) derivas más heterodoxas y sociales a la literatura
que en la sociedad capitalista se oponen a la del ensayo político.
plena realización del ser humano. Aunque él no haya empleado esta expresión
Desechando el fácil y cómodo papel que po- en la mayor parte de su obra, creo que León
dría haber ocupado como epígono periférico y pertenece a una familia, la de la teoría crítica,
dependiente de Lucien Goldmann, Jean Wahl, si entendemos por ella no una escuela menuda
Claude Lévi-Strauss o Merleau-Ponty, con y restringida de cinco o seis pensadores judíos
quienes se formó intelectualmente en París, sus alemanes exiliados en los Estados Unidos e
escritos eluden el triste y sedimentado hábito de impactados por el totalitarismo de Hollywood
la glosa mecánica, la cita obediente y la repetición y otras industrias culturales contemporáneas.
sumisa. Si algo ha caracterizado a León ha sido Rozitchner pertenece a la familia marxista de la
el pensamiento vivo, crítico y sobre todo propio. teoría crítica ampliada, tal como la caracteriza
Aun así, no es difícil identificar las fuentes Perry Anderson cuando define al marxismo como
que nutren al pensamiento rozitchneriano: una teoría de la historia que implica y presu-
Karl Marx, Sigmund Freud, Maurice Merleau- pone una historia de la propia teoría. Dentro de
Ponty, Karl von Clausewitz. Su mayor aporte a esa familia ampliada, que a pesar del enciclope-
la filosofía argentina y latinoamericana reside dismo del historiador británico de ningún modo
en la originalidad con la que empalmó vías de queda restringida a Europa Occidental, León
entrecruzamiento entre paradigmas teóricos tan Rozitchner le agrega una característica singular
diversos. muy suya y en gran medida original.
Amante apasionado de la polémica, desde su En él, en su obra, su pensamiento y su acción,
juventud Rozitchner cultivó meticulosamente el el marxismo constituye una teoría de la historia
arte de la confrontación sin cuartel, del agón filo- que implica y presupone no solo una historia
sófico, de la lucha teórica. Muchas veces hasta el de la propia teoría sino también y al mismo
límite de la provocación. Tuvo muchos amigos. tiempo, quizá incluso en un nivel más profundo
Pero no gozó del beneplácito ni la simpatía de y fundamental, una de la propia subjetividad.
su campo intelectual. Dicho en otros términos, para León Rozitchner
Me pregunto: ¿cuál fue su disciplina? Y ob- el marxismo no puede abocarse a comprender la
tengo una respuesta análoga a la que encontré historia de la humanidad sin plantearse al mismo
con Marx. Ambos son cuestionadores natos de tiempo la historia subjetiva y singular de ese ac-
toda disciplina congelada, inconexa y desmem- ceso colectivo a la historia objetiva. Por lo tanto
brada. En su cruce de paradigmas, de lenguajes, su gran pregunta, quizá una de las principales
de categorías, León descentra las disciplinas y que articulan toda su obra, haya sido: ¿cuál es la
por eso incomoda. No entra mansito en ningu- historia del acceso a la historia? Y como parte de

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la respuesta que persiguió durante más de cuatro de Invierno, con Fidel el cuartel Moncada ni con
décadas se encuentra aquella formulación que re- Gramsci la guerra de posiciones.
corre como un hilo rojo todos sus escritos, desde Quizá en esa tesis, que con toda irreverencia y
los más teóricos a los más políticos, desde los desparpajo se animaba a desafiar el mainstream
más abstractos a los más coyunturales: el sujeto de las Academias occidentales, la literatura de
constituye un núcleo de verdad histórica, jamás moda, las autoridades indiscutidas y faranduleras
es un derivado subsidiario y epifenoménico ni de del campo intelectual, así como la mayoría de
estructuras, ni de discursos, ni de mecanismos, los autores citables (supuestos propietarios ex-
ni de ideologías, ni de aparatos ni de relaciones clusivos de lo que hoy se considera, sin mayor
puramente económicas. Ni simple «personifi- justificativo, como sinónimo de «pensamiento
cación», ni tampoco «soporte» pasivo ni mero contemporáneo»), resida uno de los ejes centra-
efecto colateral de una historia concebida como les más originales de la obra de León Rozitchner.
proceso sin sujeto, como le encantaba escribir al Al emprender esta tarea de teoría crítica (sin
abuelo Louis Althusser y a sus incontables so- apelar al nombre y la etiqueta, ya que León Ro-
brinos posestructuralistas y nietos posmodernos zitchner despreciaba los rituales tradicionales de
y posmarxistas. encolumnarse detrás de un apellido, una escuela,
A contracorriente de ese programa teórico, una corriente, pero inscribiéndose de hecho en
filosófico y epistemológico que dominó las esa estela) sus escritos descentran la filosofía. Su
ciencias sociales y la filosofía desde hace por lo obra lleva a cabo aquel antiguo sueño del joven
menos medio siglo, León insistía hasta el can- Marx que convocaba a correrse y dar un paso al
sancio –con modulaciones y entonaciones que costado de la mera sucesión de sistemas filosó-
iban variando, complejizándose y enriquecién- ficos y discursos teóricos, todos girando sobre el
dose cada vez más, pero sin jamás abandonar mismo terreno. Una filosofía sucediendo a otra,
el eje central– en ese núcleo de verdad histórica de manera lineal, pero siempre a partir de inter-
donde asistíamos a una confrontación mundial. pretar pasivamente el mundo. La convocatoria
Allí se decidió el resultado de la Guerra fría, no de Marx a sacar los pies del plato, descentrando
con el intercambio de misiles nucleares, sino en la filosofía para que deje de perseguir como un
la subjetividad. Es en la subjetividad donde se dan perrito juguetón su propia cola, es asumida por
en el siglo XXI las nuevas guerras asimétricas, de León en su meticuloso y prolongado esfuerzo
cuarta y quinta generación. por vincular la reflexión filosófica con la historia
Sin desconocer las bombas nucleares, las de Argentina y de la América Latina.
armas químicas, el espionaje internacional, el Recuerdo, para dar un solo ejemplo, un texto
control informático del mundo ni la Matrix, la emblemático que le publicamos a inicios de los
subjetividad sigue siendo el campo de batalla años noventa, en medio de una aguda polémica
privilegiado donde el capitalismo ha logrado has- con la Academia local (en la cual recordábamos
ta ahora resistir los cambios sociales de fondo, a esta su apoyo entusiasta a las huestes de Videla
radicales y rebeldes, en los cuales el socialismo y Massera en plena dictadura militar). En «Fi-
no ha logrado aún asaltar con Lenin el Palacio losofía y terror», texto escrito en el exilio pero

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publicado en Buenos Aires en medio de esa po- todavía mayor, que lo marcó como paradigma,
lémica (donde en nuestro caso hubo amenazas de el genocidio nazi. En tanto pensador judío ar-
juicios y consecuente pérdida de empleo), León gentino y latinoamericano, Rozitchner enfrentó
explicaba el pasaje de la representación (Kant) ambos genocidios y trató de comprender su sucia
al concepto (Hegel), inscribiendo en Argentina urdimbre, sin olvidarse jamás de un tercer ge-
dicho pasaje en la secuencia del Terror (Videla) nocidio, el ejercido por el sionismo colonialista
denunciado por Rodolfo Walsh. sobre-contra el pueblo palestino. Su filosofía fue
Cualquier exégeta profesional que acata sin una filosofía del horror y del espanto, sin utilizar
chistar las normas tradicionales de lo que ha- esos nombres, un pensamiento profundo arti-
bitualmente se entiende por «hacer filosofía», culado en el plano conceptual desde el rechazo
esto es, leer y comentar sumisamente a un autor visceral y el asco más profundo, frente a todo
consagrado, se hubiera espantado al asistir en su sometimiento humano. Los genocidios no fueron
escrito a esa mezcla endemoniada y embrujada para León un frío y distante «objeto de estudio»,
de Kant, Videla, Hegel y Walsh. ¿Estaba des- sino la razón vital que alimentó gran parte de su
variando León al escribir aquellas líneas? No, belicosa prosa y su encendido verbo. Los mis-
estaba descentrando la disciplina filosófica para mos que utilizó para denunciar los genocidios
inscribirla en el terreno movedizo, por momentos norteamericanos en Vietnam y en otros países,
cruel y trágico, pero inevitablemente humano de prolongación del genocidio nazi en Europa y del
la (nuestra) historia, viejo reclamo desde Marx francés en Argelia.
a Gramsci: terrenalizar el pensamiento para ¿Por qué elegir al genocidio como horizonte
volverlo útil en nuestra vida cotidiana. Aquella de sentido a la hora de elaborar una filosofía
formulación que enhebraba en un mismo tejido propia, vivida y encarnada? Porque Rozitchner
a Hegel en su polémica con Kant, a Walsh en su nunca aceptó el papel del comentador erudito,
enfrentamiento con Videla, sintetiza un progra- el exégeta pasivo, el ventrílocuo local de alguna
ma epistemológico y un estilo de pensamiento. autoridad mundial. Ni talmúdico ni escolástico,
Imprescindible conocer y estudiar la historia su pensamiento eligió confrontar con lo que
de la filosofía, obvio, pero leída desde nuestra vivía y padecía. Aquello que lo obligó en los
historia vivida, es decir, interpelar la filosofía en años setenta a marcharse del país rumbo al exilio
cuanto significativa para nosotros y nosotras, no venezolano dejando detrás una cantidad enorme
en abstracto. de amistades, amores y compañerismo militante
Desde una filosofía descentrada, desde un pen- masacrado y asesinado por los dictadores del
samiento terrenalizado e historizado y desde el momento. El Terror y el Poder se convirtieron
ejercicio de una teoría crítica interpelada en clave en instancias privilegiadas para sus polémicas,
latinoamericana y argentina, León intentaba sumándose de este modo a su crítica juvenil de
afrontar lo más doloroso que nos atravesó como la servidumbre y la sumisión.
pueblo: el genocidio. Lo hacía superponiendo el En el desanudamiento de los pegajosos y
genocidio nuestro, argentino, de 1976, sobre las sucios hilos que los entretejen, León se dedicó,
huellas imborrables de un genocidio anterior y pacientemente, a bombardear los dos pilares que

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los legitiman en el terreno discursivo y teórico: mismo dentro del mundo es pensar ambos his-
la religión y la metafísica. De la primera, eligió tóricamente en su mutua relación. ¿Cómo llegar
como objeto de diatriba principal al cristianismo. a ser lo que somos? Quizá indagando en aquello
De la segunda, al antihumanismo. El movimien- que hicimos y hacemos con lo que nos hicieron.
to de su pensamiento se movió entonces de la Pensar desde la carne y las marcas e improntas
pregunta por el SER (y su eventual «olvido»), históricas (sociales y subjetivas) del afecto, de
de Martín Heidegger, a la pregunta por el SU- los valores y la cultura en nuestra existencia,
JETO; del antihumanismo de Louis Althusser en nuestro aparato síquico de índole social, en
a la intersubjetividad; de la religión en tanto nuestra carne y en nuestro cuerpo anudado a las
sustrato «idealizado» y «desmaterializado» del relaciones sociales sin disolverse en ellas, es
cuerpo humano en la obra de San Agustín (y sus decir, en nuestra subjetividad histórica.
herederos actuales, incluyendo a los jesuitas que No solo se respiraba y se palpaba su autoanáli-
terminaron dirigiendo el Vaticano) a la indaga- sis. También latía su pulsión de vida, su vocación
ción de un nuevo tipo de religazón intersubjetiva de torero, su deseo más profundo de filosofar
entre los seres humanos. Es decir, un nuevo tipo con la pesada maza del marxismo más radical,
de sociabilidad humana cooperativa, no mediada en lugar del martillito de plástico de Nietzsche
por el abandono del cuerpo ni la martirización al que apelaban los posmodernos.
de la carne (operaciones que sirvieron para con- Su estilo de intervención fue siempre, desde el
vertir al cuerpo humano de la clase trabajadora inicio, la provocación y la irreverencia frente a las
en fuerza de trabajo que se puede comprar y «autoridades» del momento de turno que se van
vender en el mercado), tampoco por las masas sucediendo en las modas efímeras del campo
artificiales y su sometimiento a los caudillismos cultural. Nunca fue un alumno educado, biem-
despóticos. pensante y calladito. Eludió asumir el papel del
«vocero de», el ventrílocuo local, sumiso y obe-
Martillos de verdad y martillos diente, lorito entrenado que repite mansamente
una voz ajena, los problemas y temores de un
de juguete
vecindario ajeno y las limitaciones de una mente
Cada uno elige una filosofía de acuerdo a lo que ajena. Si hay un complejo que el pensamiento
uno es, había sugerido hace muchos años Fichte. de León Rozitchner destrozaba sin piedad ni
León no fue una excepción. Para él, pensar al miramientos ese es precisamente el complejo
mundo era pensar el mundo insertándose en de inferioridad.
ese mundo que se piensa y se pretende cambiar. Mucho antes de que se pusiera de moda la
Sin dudas, León era un pensador que se anali- expresión «colonialidad del saber», Rozitchner
zaba (en términos sicoanalíticos, se entiende). puso en práctica una forma, un modo, un estilo
En cada línea, en cada página, en cada clase, en y una actitud descolonizada de hacer y vivir
cada intervención, se respiraba su autoanálisis. la filosofía, las ciencias sociales y el sicoaná-
Jamás se ubicaba fuera de lo que estaba hablando lisis. Expresión directa de este singular estilo
o pensando. Pensar el mundo, pensarse a uno intelectual, su escritura carece prácticamente

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de citas y no contiene casi ninguna nota al pie vital radical frente a lo que existe? No aplaudir
(de más está decir que ese modo de expresar sino cuestionar. No legitimar el statu quo sino
lo que se piensa resulta, a los ojos de un lector volver observables las contradicciones bajo el
o una lectora contemporáneos completamente manto de lo inmutable, intentando intervenir
diferente y antagónico con el estilo serializado subjetivamente para que esas tensiones antagó-
y normado, impuesto por las contrarreformas nicas permitan abrir el horizonte de la crisis y
académicas del Banco Mundial a partir de los dar nacimiento a un cambio de sistema, gene-
noventa y hasta el día de hoy, así como su siste- rando un orden nuevo, distinto a lo que ya hay,
ma de revistas «con referato», donde lo que más a lo conocido, a lo pretérito, a lo cristalizado y
«vale» y otorga «puntaje» es la cita abundante, petrificado. Es decir, a lo cómodo. Sí, León fue
mucho más valiosa cuanto más cercana su fecha un pensador de la incomodidad.
de edición, aunque lo que contenga sea nimio, Se codeó con lo más florido de la cultura fran-
incoloro, inodoro e insípido). La ausencia de cesa, es decir, con lo más exquisito de nuestra
citas no implica en su obra ignorancia, muy por metrópoli intelectual, ¿o acaso no seguimos
el contrario. Era un gesto más, desafiante como el siendo una colonia periférica y dependiente tanto
resto, que invitaba a pensar con cuerpo y cabeza de la economía de Wall Street como de la cultura de
propia, sin tener que apelar a la muleta del apoyo La Sorbona?
de autoridad para decir lo que se sabe, se piensa Pero no le gustó desempeñar el papel tan
y se siente. Por eso al revisar por enésima vez difundido del «buen alumno», del servidor obe-
estas líneas sobre León Rozitchner he decidido diente, del nativo ilustrado y colonial que recibe
borrar la mayor parte de las citas que puse en la aprobación de «los que saben», limitando su
su primera versión. Intentemos por un minuto vida a repetir de memoria, a citar a los autores
acompañarlo en su modo de pensar y expresarse. de prestigio, a estar «al día» en lo último que
En su prosa, en su oralidad, en su escritura, la metrópoli consagra, publica, difunde y pro-
la crítica trasmutaba siempre la polémica en un mueve. No, definitivamente no. No era ese el
gesto de incomodidad. ¿Tal vez acompañada de estilo de León. ¡Por suerte! Se apropió, sí, de
excesivos reproches? ¿Quizá intentando ponerle la fenomenología, del sicoanálisis, del marxis-
logos a un disgusto más profundo, de índole exis- mo humanista y dialéctico, pero para pensar lo
tencial, de distanciamiento y rechazo frente a un nuestro, la nación, el genocidio militar, las con-
mundo inhumano, cruel y despiadado? tradicciones sociales argentinas, nuestras guerras
(la guerra «sucia», la guerra «limpia», es decir, la
Una filosofía insumisa guerra capitalista), los simulacros democráticos y
«progresistas» que reactualizan la sumisión, la
Irreverente, iconoclasta, jamás dócil, nunca dependencia, el cipayismo y el vasallaje.
pasivo ni obediente, León Rozitchner fue un León, filósofo judío argentino y latinoameri-
pensador incómodo. Ese es el hilo rojo que reco- cano, sin ser telúrico ni folclórico, fue un intenso
rre toda su obra. ¿Qué es el pensamiento crítico pensador de lo nuestro, de la nación Argentina y
sino la expresión teórica de una incomodidad de nuestra América.

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El búho de Minerva en el Caribe apelaba León en su reflexión. Aquellos pliegues
y la persistente búsqueda del sujeto rebeldes, tenaces, indomesticables, que anidan
en la condición humana y que permiten, abriendo
Reitero que no quiero incursionar en las anécdo- al menos un arco de posibilidad, la resistencia
tas. Pero sí me permito recordar. En las charlas popular colectiva y organizada.
privadas León Rozitchner jamás dejó de repetir Los últimos textos que nos acercó para discutir
una pregunta, obsesiva y reiterada: «¿Qué sabés fueron «La mater del materialismo histórico» y su
de Cuba? ¿Cómo está hoy la Revolución cuba- nueva evaluación de La cuestión judía de Marx.
na? ¿Qué noticias tenés?». Me lo preguntó tres El ensayo «La mater del materialismo histó-
millones de veces, como mínimo. Y preguntaba rico» prolonga a su modo las conclusiones de
por cada uno de sus amigos cubanos, a los que no su más que polémico libro La cosa y la cruz.
olvidaba, mientras recordaba, una y otra vez, sus Cristianismo y capitalismo (1997), obra donde
días de trabajo voluntario (guevarista) en la Isla, sostiene como hipótesis que el desprecio cris-
allá por los años sesenta, cuando escribió Moral tiano por el cuerpo –supuestamente reducto del
burguesa y revolución (1963). Tiempos en los pecado terrenal y mundano– y su conversión en
que dio clases en la Universidad de La Habana «pura espiritualidad» universalmente abstracta
sobre el joven Marx (habitualmente me recla- es la condición de posibilidad para transformar
maba que buscara un trabajo suyo, que nunca al cuerpo humano de las masas populares en
pude encontrar, publicado en aquellos años en fuerza de trabajo, vendible y comprable como
Cuba sobre el humanismo de los Manuscritos mercancía en el sistema capitalista. Debajo de
económico filosóficos de 1844, de Marx). esa racionalidad «puramente espiritual» que San
De aquellas incursiones juveniles de los se- Agustín –retomando en nuestra era al neoplato-
senta, pasando por Freud y los límites del indi- nismo– comienza filosóficamente a construir,
vidualismo burgués (1972) hasta sus reflexiones se encuentra el cuerpo resistente al que solo
sobre el cristianismo y el judaísmo de los últimos puede doblegarse a condición de volverlo eté-
veinte años, León no dejó de indagar y perseguir reo y de transformarlo en una pura abstracción
las huellas borrosas pero no por ello menos de sí mismo. Pero el cuerpo siempre sigue ahí,
operantes del sujeto rebelde. Un sujeto comple- resistiendo su supuesta anulación y supresión,
tamente alejado del cartesianismo filosófico, del por más suplicios y flagelos que le infrijan.
homo economicus de la economía neoclásica y Persiguiendo su rastro, que indagó ya desde las
del propietario jurídico de mercancías y capitales eufóricas y abrasadoras zafras cubanas de los se-
vituperado por Althusser y Poulantzas, que no senta, en «La mater del materialismo histórico»,
se deja reducir a mero soporte de estructuras ni León retorna una y otra vez sobre él, en tanto
a simple efecto de dispositivos disciplinadores. clave del enigma de la aparición del sujeto en
El sujeto que buscaba León era «irrecuperable», la historia (colectiva pero también individual).
como aquellos desaparecidos entrañables que no Si el marxismo constituye una concepción
permitieron que los torturadores militares los do- materialista de la historia, ¿cuál es la historia
blaran ni los quebrasen. A ese tipo de resistencia de ese acceso a la historia? ¿Qué hay debajo de

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esa objetividad que Marx abre en el terreno de y permitiendo incluso antes de la aparición de la
la ciencia social? (Ciencia social en singular, palabra y el lenguaje, la categoría y el concepto,
porque para los fundadores de la filosofía de la una apertura al mundo social e histórico que en un
praxis no hay ciencias en plural sino una sola plano lógica e históricamente posterior desanu-
ciencia social, ya que se niegan a parcelar el sa- dará la concepción materialista de la historia
ber al modo positivista, de la misma manera que (formulada y sistematizada por Marx). Ese es el
se oponen a respetar y reproducir con lenguaje corazón de su particular elaboración del «freudo-
socialista la epistemología de los «factores»: marxismo». León no repite a Herbert Marcuse,
el factor económico, el político, el ideológico, Max Horkheimer ni a Wilhelm Reich. Hace su
de donde se derivarían la ciencia económica, la propia elaboración, singular, irrepetible y origi-
ciencia política y las diversas «humanidades». nal, de Freud y de Marx.
Para Marx y Engels la sociedad es una sola, pues Al indagar en ese sustrato subjetivo de la pri-
constituye una totalidad de relaciones sociales y mera relación de los niños con sus madres, León
la concepción materialista de la historia intenta apela en «La mater del materialismo histórico»
descifrarla en su unidad como totalidad de rela- a una bellísima secuencia poética para intentar
ciones dialécticas). describir con palabras lo que aún no tiene palabra
Pues bien, León se pregunta entonces por el ni posee todavía concepto ni categoría. En ese
sustrato previo que permite esa apertura a la artículo, uno de los últimos que escribió, sale a
historia como puerta privilegiada para descifrar la luz la calidad de la escritura de este pensador,
el fetichismo de todo el orden social capitalista. de este filósofo con mayúsculas y todas las letras,
Reiterando su interrogación: ¿cuál es la historia que nunca rumia ni repite palabras ajenas. Ese
de la historia? ¿Qué hay debajo de la objetividad trabajo no solo es tremendamente profundo a
histórica –cristalizada, petrificada y fetichista– nivel teórico; está escrito de una manera abso-
de las relaciones sociales colectivas? Y en esa lutamente poética (¿no estaba unida la filosofía
búsqueda, una de sus últimas antes de fallecer, con la poesía ya desde aquellos primeros filó-
León encuentra, por fin, aquello que persiguió sofos jónicos, anteriores a Sócrates, Platón y
desde sus primeros estudios parisinos de la Aristóteles?). En ese sustrato subjetivo anterior
década del cincuenta y sus clases habaneras de a la palabra y al concepto que «La mater del ma-
los sesenta. Se trata del sujeto, entendido como terialismo histórico» intenta volver observable
«núcleo de verdad histórica», tal como lo definía con su lenguaje poético se deja oír el eco tardío
en su célebre ensayo «La izquierda sin sujeto» de lo que Maurice Merleau-Ponty, uno de sus
(publicado originariamente en 1966 en La Rosa maestros en Francia, denominó en Fenomeno-
Blindada –en diálogo polémico con su amigo logía de la percepción (1945) «la experiencia
John William Cooke– y reproducido más tarde muda y antepredicativa», siguiendo a su vez al
en la revista cubana Pensamiento Crítico). En último Husserl, quien lo formula en sus últimos
la conformación histórico-corporal del sujeto ensayos y conferencias reunidos en La crisis de
desde su primer vínculo con la madre (estudiado las ciencias occidentales y la fenomenología
por Freud), se anudan carne y afecto, pariendo trascendental (1936).

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Pero León no los glosa ni los cita mecánica- León, asumiendo su condición de judío, conde-
mente, sino que se apropia de aquellas enseñan- naba sin ambigüedades y en toda la línea– pero
zas aprendidas en París hace medio siglo para, del que ya se había ocupado en su célebre libro
una vez resignificadas, fundirlas en su marxismo Ser judío (1967), motivado por la guerra árabe
y en su relectura de Freud, intentando repensar israelí del año en que lo publicó.
la gestación de la concepción materialista de la Quizá su ensayo sobre «La cuestión judía»
historia y así llenar, al fin, el gran agujero vacío constituya el punto de llegada de su trayectoria en
del marxismo tradicional u ortodoxo: la teoría un intento por conformar lo que por economía de
de la subjetividad histórica. Un sueño que dejó lenguaje y a falta de mejores términos podríamos
sin dormir a varias generaciones de pensadores denominar una filosofía judía de la liberación.
marxistas a nivel mundial, desde los heréticos Algo análogo a la teología de la liberación cristia-
György Lukács y Karel Kosík a los más orto- na (a la que, dicho sea de paso, León no le presta
doxos Etienne Balibar y Lucien Seve. suficiente atención o, para expresarlo mejor, no
Se trata entonces del mundo de la vida, an- le otorga la densidad teórica que se merece y que
terior a las categorías, al concepto, al lenguaje, ha alcanzado en la América Latina) pero, en el
incluso a la matemática y a lo que se supone caso de León Rozitchner, esa mirada judía elude
más «universal». Pero entendido, en el caso de toda teología y toda metafísica convirtiéndose en
Rozitchner, en sentido histórico y remitido a la una filosofía judía netamente laica.
primerísima relación del niño o niña con su ma- Si los teólogos cristianos de la liberación
dre. De allí que León siempre subrayara en su (Franz Hinkelammert, Enrique Dussel, Rubén
lectura de La ideología alemana y los Grundrisse Dri, et al.) han enfocado sus armas polémicas
que para Marx la primera producción histórico- no solo contra el capitalismo, la dependencia y
social es… la producción de seres humanos, la el imperialismo sino también contra el cristia-
gestación de vida. nismo institucional (en sus propios términos,
contra «la lectura sacerdotal del cristianismo»
¿Filosofía judía de la liberación? legitimadora de la dominación, reivindicando
una lectura profética de la liberación), la filosofía
El otro ensayo en el que trabajó León en sus úl- judía (laica) de León Rozitchner ataca no solo
timos tiempos se titula, al igual que el de Marx, al capitalismo y al cristianismo sino también al
«La cuestión judía» (libro que fue publicado propio judaísmo, es decir, al judaísmo tal como
en 2011 [Barcelona, editorial Gedisa], bajo el ha sido conformado por sus dominadores (el
título Volver a «La cuestión judía» y que reúne, que predomina hoy en día en el Estado de Israel,
además del trabajo de Rozitchner, el original dicho sea de paso). En palabras de León:
de Marx y otros ensayos de Daniel Bensaïd y
Roman Rosdolsky). el dominador construye al dominado como
La temática del judaísmo lo venía preocu- dominado con lo negativo de sí mismo que
pando en sus últimos años cada vez más, ante le asigna al otro: como judío del cristianismo.
la política feroz del sionismo colonialista –que Desde allí Marx puede iniciar la crítica simul-

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tánea contra la sociedad de su época: contra completa del marxismo sin repetir los lugares co-
el cristianismo, contra el Estado, contra las munes y sin citar lo ya conocido, indagando en
condiciones económicas (que recién esboza) aquellos textos del propio Marx sobre judaísmo,
y contra la limitación de la religión judía, que emancipación, liberación y revolución socialista,
están en el fundamento de la actual enajena- no se limitan al plano filosófico. León los pro-
ción del hombre. longa en la política.
Precisamente desde la política reivindicó el
En esa filosofía judía (laica) de la liberación, levantamiento guerrillero del ghetto de Varsovia
León Rozitchner apuesta por la emancipación como símbolo universal de resistencia armada
del capitalismo y de la racionalidad cristiana contra la dominación capitalista globalizada y
occidental como su principal ideología legiti- su barbarie, planteando: «Para la aritmética de la
madora (aquí no diferencia entre el cristianismo economía de mercado, ¿cuántos ghettos de Varso-
del poder y el cristianismo revolucionario, via caben en Hiroshima y Nagasaki, en Kosovo,
como sí hacían Engels y Rosa Luxemburgo en Panamá, en África, en América Latina?», a
entre muchos otros, falencia que muchas veces lo que más adelante agregó: «Aunque finja in-
le hicimos notar en nuestras conversaciones y dignarse contra el nazismo, su anterior enemigo,
diálogos). Pero también apunta a la emancipa- reconozcamos que el capitalismo globalizado, y a
ción y a la superación del judaísmo construido su frente los Estados Unidos corporativos, consti-
por la dominación capitalista cristiana, en tanto tuyen –para decirlo sin eufemismos– la figura de
internalización de la dominación dentro del los nuevos nazis de la tierra».
propio pueblo judío. Con el mismo espíritu de rebeldía Rozitchner
Parte de esa internalización de la dominación afirma que
lleva al pueblo judío, en su óptica, a denominar
de manera religiosa «holocausto» a lo que en los Estados Unidos son el Cuarto Reich pos-
realidad fue un genocidio terrenal y mundano a moderno que, como Estado, al igual que el
manos del nazismo como fuerza de expansión proyecto de los alemanes de otrora, están al
capitalista imperialista. Los seis millones de ju- frente de un poder absoluto, vencedores sober-
díos asesinados con las manos sucias del nazismo bios, succionando la vida del planeta con los
no constituyen un misterioso «castigo de dios», inmensos instrumentos de muerte planificada
sino parte de una política de reordenamiento desde la economía globalizada, del FMI, de
capitalista del mundo. Los genocidios continua- sus Fuerzas Armadas y sus servicios secretos,
ron repitiéndose periódicamente en Argelia, en de su propaganda y de su «democracia» usada
Vietnam, en la América Latina. Nada tuvo que como un ariete astuto.
ver un supuesto dios barbudo y colérico. Sus
responsables han sido y son de carne y hueso, En esa impugnación radical del capitalismo
de billetera abultada y uniforme militar. como sistema –incluyendo su «democracia» que
Esa reflexión filosófica de alto vuelo, donde León escribe siempre entre comillas– y de los Es-
León ensaya en sus últimos escritos una relectura tados Unidos como herederos privilegiados del

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nazismo contemporáneo, la crítica no se detiene El terror y la gracia, de 2003–, sino que también
ante nada. Tampoco ante Israel y el sionismo: cuestiona con nombre y apellido al Estado de
«la soberbia israelí ha convertido al judío en un Israel, su política colonialista en Medio Oriente
colonizador», afirma con amargura y agrega: y su judaísmo a la medida del capitalismo y el
«el drama actual de los judíos se define con re- cristianismo oficial.
ferencia a lo que los judíos de Israel hacen con Por contraposición a todas esas formas institu-
el pueblo palestino: allí se juega lo que somos». cionales de la dominación, León Rozitchner nos
Desde ese ángulo tremendamente dramático propone una filosofía de la emancipación y la li-
y crítico, en el epílogo a su libro Ser judío León beración argentina, latinoamericana y universal,
escribe: donde el sujeto sea «núcleo de verdad histórica»
y no un simple soporte manipulable o un efecto
¿Qué extraña inversión se produjo en las en- derivado de regularidades fetichistas que no
trañas de ese pueblo humillado, perseguido, controla y a las que se somete, como repite una
asesinado, como para humillar, perseguir y y otra vez en su libro Freud y el problema del
asesinar a quienes reclaman lo mismo que los poder (1972) y en gran parte de su obra.
judíos antes habían reclamado para sí mismos?
¿Qué extraña victoria póstuma del nazismo, La vanguardia frente al público
qué extraña destrucción inseminó la barbarie
nazi en el espíritu judío? ¿Qué extraña capaci- Dentro de ese horizonte crítico, experimentado
dad vuelve a despertar en este apoderamiento como una forma de vivir la filosofía, no solo de
de los territorios ajenos, donde la seguridad que citarla o leerla, si de algo adolece el estilo de in-
se reclama lo es sobre el fondo de la destrucción tervención de León Rozitchner es de su capacidad
y dominación del otro por la fuerza y el terror? de seducir. Alguna vez escuché confesar a David
Se ve entonces que cuando el estado de Israel Viñas en una clase universitaria: «la principal
enviaba sus armas a los regímenes de América falencia de mi amigo León Rozitchner es la no
Latina y de África, ya allí era visible la nueva y seducción del público». No creo que esa descrip-
estúpida coherencia de los que se identifican ción haya estado muy alejada de lo que realmente
con sus propios perseguidores. Los judíos lati- sucedía con Rozitchner. Porque en el mundo
noamericanos no lo olvidamos. No olvidemos contemporáneo si la verdad no va en paralelo
tampoco Chatila y Sabra. a la seducción y al encantamiento del oído que
escucha o del ojo que descifra, muy probable-
La filosofía judía de la liberación que nos mente suceda –como ocurrió con León– que
propone León Rozitchner no tiene pelos en la la verdad que se intenta trasmitir termine
lengua. No solo cuestiona el genocidio sistemá- amargamente acompañada de desprotección
tico avalado en nombre de dios por la Iglesia y soledad. Aunque pensado de otro modo, esa
católica, desde la Conquista de América en 1492 ausencia de seducción presuponía también un
hasta la barbarie militar de 1976 –como describe gesto de ruptura y una actitud muy propia de
en muchos de sus artículos reunidos en su libro las primeras vanguardias estéticas del siglo XX,

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una provocación del público que se pretendía encarnación desmaterializada e idealizada de un
incomodar (para abrir grietas en los saberes logos opresivo y patriarcal que derivaba en cau-
establecidos y generar nuevas preguntas). En dillismos militares y masas artificiales sometidas
todo caso, si logramos entrever el revés de la a los caprichos despóticos del Poder.
trama, la seducción de León era indirecta, residía Esa construcción teórica (que servía para en-
precisamente en que no quería seducir y halagar tender desde la historia universal de la filosofía y
sino provocar. Y se le notaba. la religión hasta la lucha de clases en la historia
La dificultad encontrada o la provocación argentina, incluso la historia del aparato síquico
buscada en los modos y cadencias de la comu- de un niño) seguía operando con las viejas anti-
nicación de León Rozitchner, señaladas por su nomias, resignificadas, es cierto, teñidas y tras-
amigo y cómplice David Viñas, no opacaban mutadas, pero todavía operantes. León no quiso
otros ángulos más discutibles de su pensamiento ir más allá de ellas. O no pudo. ¿Quién sabe?
(«discutible» sería un halago para León, mejor
utilicemos la expresión: menos sólidos). Se trata Escribanía y beneficio de inventario
de ciertas dicotomías y antinomias que León
no inventó, pero que muchas veces hizo suyas, ¿Hay herencia? ¿Hay legado? ¿A quién le per-
desorganizándolas, resignificándolas, reinser- tenece? No somos abogados ni escribanos. No
tándolas en otro suelo e incorporándolas en otra buscamos testamentos, escrituras, sellos de pro-
melodía. Pero no superándolas del todo y menos piedades ni herederos. Solo sabemos que nadie
abandonándolas. es propietario de un pensamiento. Y menos si se
Me refiero a una serie muy extensa de parejas trata de la obra de León Rozitchner.
categoriales, matrimonios de tradiciones unidas Si esto es cierto, para terminar estas líneas,
por el odio y el amor, como las de a) materia- dentro de las decenas de ejes posibles que
lismo-idealismo, b) judaísmo-cristianismo, c) podrían identificarse en el denso y poblado
carne-verbo, d) afecto maternal-ley patriarcal, entramado de su reflexión, me animo a reiterar
e) cuerpo cooperativo-masas artificiales, y así y proponer como síntesis un eje central. La
de seguido. León no inventó esas antinomias. filosofía de León Rozitchner, su manera de
Las hizo suyas, enhebrándolas con una lógica comprender las ciencias sociales y su singular
coherente, magistral e inigualable, dentro de un modo de interpretar el sicoanálisis, se condensa
mismo discurso que reivindicaba una tradición en aquella pregunta palpitante que formuló al
de (mater)ialismo judío, donde la carne y afecto final de su vida, pero que a decir verdad le rondó
maternal se prolongaban en el cuerpo cooperati- la cabeza durante décadas: ¿cuál es la historia a
vo de la solidaridad popular, oponiéndolos a un través de la cual se accede a la historia? Y su res-
idealismo cristiano (sin mayores diferenciacio- puesta, una de las muchísimas que proporcionó,
nes entre catolicismo y protestantismo, tradición es la de un marxismo rebelde inseparablemente
profética o tradición sacerdotal, iglesia vaticana abrazado al sujeto y a la historia. Ese marxismo
católica apostólica y romana o teología de la rozitchneriano rompe y choca con el 99 % de lo
liberación latinoamericana y tercermundista), que hoy se escribe y circula. Dentro del marxismo,

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fuera del marxismo, contra el marxismo. Simple, largo de décadas. Una problemática que en tanto
sencillo y complejísimo al mismo tiempo. Una sola programa de investigación resiste todas las modas,
oración, aparentemente desnuda y aparentemente todos los desfiles de paradigmas, todas las pasarelas
ingenua, que en realidad formula y condensa un categoriales, todas las alfombras rojas y los flashes
programa de investigación para desarrollarlo a lo efímeros de nuestro mundo intelectual. c

JUAN CALZADILLA (Venezuela):


Busco tu rostro perdido, 1977.
Tinta y collage/ papel,
28,5 x 35 cm

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