verifica proporcionando el objeto ( = -n)v ·OLK<XLoGúvr¡v) del anhelo
denotado por los participios. Toda otra suposición es contraria a la correlación que ·establece el texto 471 • Mt, una vez más, emplea el "pasivo teológico" 472, con lo cual el texto presenta a Dios como el encargado de satisfacer plenamente el anhelo denotado por el sujeto del macarismo: él dará hasta la saciedad a los TrELVWVT·Ec; K•al oupwwEc; -n)v ·OUKmooúvr¡v esa justicia que tanto desean 473 • En otras palabras, la acción divina, contenida en el verbo xopra:a8~oovr;m, va a restaurar, sin restricción alguna, los derechos conculcados por la falta de justicia. Al tratarse de una intervención divina, se añade de nuevo al sujeto del macarismo un serna de "confianza en Dios'", de lo contrario no se explicaría .esta intervención. Del mismo modo que el vivo deseo de la justicia recoge la situación descrita en la prótasis de los dos macarismos precedentes {vv. 4 y 5), la apódosis de Mt 5,6 sintetiza las promesas formuladas en la segunda parte de esos macarismos. Con el verbo xop•acr8~·aovra:t se asume tanto el consuelo que van a recibir los que sufren la opresión :(v. 4) como la plena independencia y libertad que se anuncia para los sometidos y desposeídos (v. 5). Mt 5,6 describe, por tanto, otro de los efectos liberadores que derivan del reinado de Dios: los que an!helan la justicia van a ser saciados de ella. Al ser n']v artículo anafórico y remitir a la situación negativa descrita en la prótasis de los dos macarismos precedentes, con el cumplimiento de esa bienaventuranza queda realizado el ideal de justicia frecuentemente anunciado en el Antiguo Testamento 474: justicia para los oprimidos, para los sometidos y desposeídos, para los falt-os de recursos, para los más débiles 475• Según este macarismo el reinado de Dios va a tener como efecto la realización de es.e ideal.