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Soberanía divina significa que Dios es Aquel que se sienta en el Trono del universo. Él es
Dios en nombre, así como en todas las cosas, dirigiendo todas las cosas, y "el que hace
todas las cosas según el designio de su voluntad" (Efesios 1:11). En medio de la aflicción
que Dios permitió en su vida, Job reconoce la grandeza y esplendor de Dios en contraste
con su propio orgullo y pecado. "Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento
que se esconda de ti" (Job 42:2). Finalmente, Job reconoce que los propósitos de Dios son
supremos y que Él es soberano.
Aunque la soberanía de Dios es infinita, el uso de Su poder está delimitado por Sus otros
atributos. Características tales como veracidad, bondad, fidelidad, justicia, y amor definen
cada una de las acciones de Dios. Si un atributo estuviera desproporcionado o exagerado,
esto resultaría en un caos a nivel universal.
Imagínese a un dios que favoreciera a una persona más que a otra. Dios no favorece a un
individuo por su estatus social, nacionalidad, o bienes materiales (Hechos 10:34-35). En
cambio, Dios nos acepta, recibiéndonos en una relación justa, mediante la fe en Jesucristo.
Por la soberanía de Dios tenemos libre albedrío y somos capaces de elegir y tomar
decisiones que moldean nuestras vidas. Aunque no poseemos el poder infinito de Dios,
podemos someter nuestros corazones, almas, y mentes de maneras que concuerden con
Su santa voluntad. De esta manera, honramos al Creador y Sustentador de todas las cosas,
reconociendo que Dios es verdaderamente soberano (Colosenses 1:16-17).
Con este término nos referimos al Gobierno absoluto de Dios sobre su creación. Este
gobierno absoluto es posible por varias razones:
1. Porque Él es el dueño de todo y por tanto hace como quiere y donde quiere, según su
voluntad. Él no tiene que darle cuentas a nadie de nada.
2. Su poder y su autoridad son ilimitados. Por tal motivo él determina un plan para todos.
3. Es omnisciente. Esto lo capacita para hacer las cosas como El quiere porque conoce el
pasado, el presente y el futuro.
4. Él es un Dios autosuficiente, es decir, no depende de nadie ni de nada (como nosotros
que por más “independientes” que pudiéramos ser siempre dependeremos de otros).
Dios no necesita consejo ni ayuda de nadie.
5. Él es Altísimo (está por encima de todo y de todos) Su poder es ilimitado para hacer
cualquier cosa.
El origen de la maldad es un misterio; pero la Biblia nos da una idea al respecto en Ezequiel
28. El pasaje es una referencia al Rey de Tiro, pero la mayoría de los teólogos concuerdan
que es una referencia profética a la creación de Luzbel, que posteriormente se le llamó
Satanás. (‘Luzbel’ significa lucero de la mañana o luz bella; ‘Satanás’ significa adversario. )
Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en
medio de las piedras de fuego te paseabas. (15) Perfecto eras en todos tus caminos desde
el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad — Eze 28:14-15
Sin Defecto
Tomemos nota que la Biblia nunca dice que el Demonio es rojo, con cuernos, cola, o trinche.
Satanás es un ángel – y es el más hermoso de la creación angelical. (En Isaías 14 la Biblia
habla de la hermosura de este ángel.) Las palabras “grande” y “protector” en el pasaje
hablan de su grandeza, inteligencia y su autoridad. “Perfecto eras” se tradujo del hebreo
“tamím” que significa “sin defecto, sin tacha, perfecto en aspecto, perfecto en apariencia y
perfecto moralmente”. Perfecto era en todos los caminos.
Creado de la nada
La frase “fuiste creado” se deriva del Hebreo “bara” que significa “crear de la nada”. Esto
habla del poder de Dios de crear las cosas de la nada… como cuando creó Dios la luz o los
seres vivos — lo hizo con su voz. Dios es el único que puede llamar las cosas que no son
como si fuesen – es el único que puede crear de la nada. Luzbel fue creado desde la nada.
San Agustín dijo “nosotros creemos (la Palabra de Dios) para entender, no entendemos
para entonces creer”. Por eso cuando evangelizamos, no tenemos que hacer entender a la
gente – la gente tiene que creer para luego entender. Lo que se explica aquí, si el lector no
ha nacido de nuevo, puede ser que no lo vaya a entender sino que va a seguir con muchas
preguntas en su cabeza. Hay que creer en la Palabra, que es infalible de Dios, para poder
entender. Si no creemos, es imposible que entendamos.
Hasta que…
Lo que no podemos negar es que la maldad está en medio de nosotros. ¿Cómo más
explicaríamos un hombre que, por ejemplo, mata a su esposa y su hijo y luego se “pega un
tiro”? ¡Eso es maldad! Nadie puede negar la realidad de la maldad por el hecho de que su
origen sea un misterio.
Maldad
La palabra “maldad” en el pasaje anterior se tradujo del hebreo “avlá” que significa
perversidad. ¿Dónde nació la perversión? ¡En el corazón de Luzbel! En Isaías 14 nos deja
ver algunos destellos de este misterio: Dice que Luzbel viendo su reflejo se dijo “me sentaré
en el trono de Dios y seré semejante al Altísimo.” Nunca algo creado es mayor que su
creador, pero Luzbel pensó que era igual que Dios. ¿El auto que creó Henry Ford es mayor
que Henry Ford? ¡Nunca! ¿El avión que crearon los hermanos Wright es mayor que ellos?
¡Nunca! Lo creado nunca es mayor que el que lo creó. Por eso es que Dios es soberano y
está sobre la creación. “Avlá” también significa “distorsión moral”. Esto habla de la distorsión
de los pensamientos, de las intenciones de su corazón. Seguro Luzbel decía: “¿A poco sólo
él es Dios? No. Yo también tengo poder. También sabrán quién soy yo.” ¡Se distorsionó!