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Departamento de Derecho Internacional Público,

Relaciones Internacionales e Historia del Derecho

“LENGUAJE Y DIPLOMACIA”

AUTORA:
VIRGINIA LÓPEZ DE LUZURIAGA GARCÍA

Mayo 2014

CURSO:
TRANSFORMACIONES CONTEMPORÁNEAS DE LA DIPLOMACIA

PROFESOR:
NOÉ CORNAGO

MASTER EN ESTUDIOS INTERNACIONALES


Lenguaje y Diplomacia

INDICE

1. INTRODUCCIÓN p.3

2. EL LENGUAJE COMO INSTRUMENTO DE LA DIPLOMACIA p.4

3. ANÁLISIS DEL DISCURSO DIPLOMÁTICO p.8

4. LENGUAS OFICIALES Y LENGUAS DE TRABAJO DE LA DIPLOMACIA p.13

5. CONCLUSIONES p.17

6. BIBLIOGRAFÍA p.20

2
Lenguaje y Diplomacia

1. INTRODUCCIÓN

El objetivo de este trabajo es analizar la relación entre el lenguaje y la diplomacia. Sin


duda, el rol del lenguaje en el mundo de la diplomacia es fundamental para que la
comunicación interestatal tenga éxito.

Como veremos a lo largo del trabajo, no podemos hablar de la existencia de una única
lengua diplomática. A lo largo de la historia, han sido diversas las linguas francas de la
diplomacia. No se trata de que hayan sido mejores, superiores o más perfectas;
simplemente ha coincidido que las naciones en las que se hablaban esas lenguas en un
determinado momento de la historia eran las potencias dominantes en el sistema
internacional.

¿Qué lengua debería emplear un ciudadano al hablar con un diplomático?, ¿qué lengua
deberían utilizar los diplomáticos para tener más éxito en su profesión? En realidad, estas
preguntas no se pueden responder pues todo dependerá del contexto socio-cultural en el
que interactúen los diplomáticos y los ciudadanos. ¿Por qué se hacen distinciones en los
organismos internacionales respecto a lenguas de oficiales y lenguas de trabajo? ¿Cuáles
son las verdaderas razones para que se elijan unas lenguas y no otras?

Veremos en el último capítulo el cese de la supremacía en diplomacia de algunas


lenguas como el latín y el ascenso del inglés como lingua franca en detrimento del francés.
Sin duda, la relación entre lengua y poder es evidente en el sistema internacional. Las
razones lingüísticas o semánticas no son pertinentes a la hora de elegir un idioma para que
sea lingua franca. Si una lengua es la que domina en diplomacia en un momento dado, es
porque el país donde se habla esa lengua tiene la supremacía en el ámbito político,
estratégico, económico y cultural en el marco de las relaciones internacionales.

Algunos expertos opinan que se debe ser muy cuidadoso a la hora de utilizar el lenguaje
diplomático. Es cierto que tradicionalmente ha sido un lenguaje tratado con mucho cuidado
con el objetivo de lograr que las negociaciones internacionales se lleven a cabo con éxito.
Tradicionalmente, el discurso diplomático se ha definido como banal, eufemístico y
demagógico. Esta vaguedad que impregna este tipo de lenguaje contrasta con una nueva
tendencia que viene desde la UE; el estilo que utilizan algunos políticos es directo y sin
miedo, algo que tradicionalmente no ha sido bien visto en el mundo de la diplomacia.

¿Cuáles son los motivos para que haya este cambio de tendencia?, ¿Cuáles son las
principales características del discurso diplomático? El discurso y el sistema diplomático
tradicional, ¿tienen cabida en las Relaciones Internacionales actuales?

3
Lenguaje y Diplomacia

2. EL LENGUAJE COMO INSTRUMENTO DE LA DIPLOMACIA

La diplomacia, en palabras de E. Satow, es en esencia la aplicación de la inteligencia y el


tacto en las relaciones interestatales. Por tanto, es necesario que el diplomático sea un
eficiente negociador además de un eficaz promotor comercial entre otras funciones
inherentes a sus responsabilidades.1

En la comunicación diplomática, el lenguaje juega un papel vital que a lo largo de la


Historia, ha requerido de un manejo inteligente, cuidadoso y oportuno. Durante siglos, el
ejercicio “profesional” de la diplomacia ha ido creando expresiones, giros literarios y frases
hechas, indispensables para la comunicación en los escenarios internacionales.2

La vía diplomática es un modo de comunicación que tiende a garantizar las relaciones


entre los actores llamados al diálogo internacional efectuándose las gestiones pertinentes a
través de las Cancillerías y las Misiones Diplomáticas correspondientes. Como señala el
diplomático Manuel Morales Lama, este tipo de lenguaje, que se ha ido perfeccionado con el
paso del tiempo, es una forma de expresión que si se utiliza con cautela permite formular
una advertencia seria a los contrapartes, de acuerdo con las normas de convivencia
internacional. El lenguaje diplomático permite por tanto, tratar públicamente situaciones
conflictivas sin que se considere a los participantes en la discusión o debate provocadores o
descorteses.3

El profesor Ostrower señala que el lenguaje diplomático es aquel que está reconocido
internacionalmente para los debates oficiales entre gobiernos de distintas naciones del
mundo. Añade que el término se utiliza para expresar el método de empleo del lenguaje
según las reglas y costumbres de la diplomacia en las relaciones internacionales oficiales.4

Por la falta de lenguas propiamente nacionales y de su reglamentación, no existen


muchas fuentes documentales sobre cómo se redactaban los mensajes internacionales y los
tratados en la Antigüedad. Gracias a la arqueología, se han descubierto correspondencias y
tratados antiguos que han permitido saber que a mediados del segundo milenio a.C., fue el
acadio la lengua franca que se utilizaba en las correspondencias oficiales.5

El peso de la historia tiene sin duda una dimensión considerable en la diplomacia. El


estilo y los ritos heredados del pasado, marcan las pautas del discurso presente. Este hecho

1
http://www.listin.com.do/puntos-de-vista/2011/11/11/210566/Retos-del-lenguaje-diplomatico-de-hoy
2
Ibídem
3
http://www.diplomaticosescritores.org/NumeroActual.asp?link=17_5.htm&num=18
4
OSTROWER, Alexander. Language, law, and diplomacy. University of Pennsylvania Press, 1965,p.124
5
http://www.reocities.com/Athens/Acropolis/9801/lenguas/cohen.html

4
Lenguaje y Diplomacia

se puede comprobar por la importancia que a lo largo de la historia ha tenido y sigue


teniendo la conservación de archivos; por ejemplo, en el Egipto faraónico o en Francia con
la creación del Depósito de los Archivos que además era centro de formación para jóvenes
diplomáticos.

Todas las civilizaciones han dejado huellas de sus correspondencias diplomáticas: Por
ejemplo, Egipto a través de las Cartas de Amarna y el Reino Asirio a través de mensajes,
crónicas y tratados de Oriente Próximo desde el siglo VIII al VI a.C.6

Fue en la Antigua Grecia donde la diplomacia comenzó a adquirir una cierta forma y
significado. Era habitual que los actores y en algunos casos hasta músicos ejerciesen como
diplomáticos. En Roma, se les denominaba oradores. En obras clásicas de la literatura
griega y romana se encuentran muchas referencias sobre el rol de los embajadores como
oradores públicos.7 Fueron Homero y Tucídides los que señalaron la importancia de la
oratoria como herramienta de la diplomacia en la Edad Antigua.

La historia de la institución diplomática resulta de una evidente conjunción entre las


funciones discursivas y el acto de hablar y negociar oficialmente. Así ha sido desde el origen
en Oriente Próximo, en Egipto, en la India, en China o en Grecia. Como consecuencia de la
institucionalización de los “Asuntos Exteriores” en la Edad Media y el Renacimiento., así
como en las formas modernas de sistemas diplomáticos en el seno de los estados
democráticos a partir del siglo XIX, el discurso diplomático ha ido adquiriendo un mayor
protagonismo en las relaciones internacionales 8

Actualmente, el número de lenguas utilizado en las relaciones internacionales oficiales ha


disminuido considerablemente. A. Ostrower señala que el desuso de ciertas lenguas tiende
a crear una peligrosa situación de resentimiento en las poblaciones nativas.9 En la época
medieval, los príncipes utilizaban la lengua local del país, aunque simplemente fuera una o
dos frases, para mostrar cortesía hacia el pueblo.

Las oficinas de relaciones exteriores de muchos países dependen de la información


proporcionada en las lenguas locales; por tanto, siempre que sea posible, es importante que
los diplomáticos conozcan una lengua local para así lograr una mejor comunicación con los
ciudadanos.10

Cabe destacar las preguntas que plantea Stanko Nick en su artículo “Uso del lenguaje en
la diplomacia”: ¿qué lengua debería un ciudadano emplear al hablar con un diplomático?,
¿qué lengua deberían utilizar los diplomáticos para tener más éxito en su profesión?.

6
CONSTANZE, Villar. Le discours diplomatique. Paris, L’Harmattan, 2006,p.85
7
OSTROWER, Alexander. Language, law, and diplomacy. University of Pennsylvania Press, 1965,p.116
8
CONSTANZE, Villar. Le discours diplomatique. Paris, L’Harmattan, 2006, p.85
9
OSTROWER, Alexander. Language, law, and diplomacy. University of Pennsylvania Press, 1965, p.117
5
Lenguaje y Diplomacia

No se puede responder con facilidad a estas preguntas ni tampoco a otra que plantea en
el artículo: ¿qué lengua es la diplomática?. Para empezar, no hay una única lingua franca
diplomática que lo sea. En el pasado, diversas lenguas en diferentes períodos de la historia
han sido las linguas francas en la comunicación interestatal: por ejemplo, lenguas como el
acadio (asirio-babilonio), el chino literario, el griego “Koin`e”, el griego medieval, el latín, el
árabe, el turco, y más tarde el español, el portugués, ruso, italiano, neerlandés, alemán,
francés y recientemente, cada vez más, el inglés.

Varios factores han contribuido al desarrollo del lenguaje diplomático, como por ejemplo,
las lenguas nacionales. El latín ha dejado expresiones como status quo, casus belli, sub
sperato, exequátur, modus vivendi, de facto, de jure, etc. Del francés encontramos términos
como: démarche, fin de non recevoir, prendre acte, entente cordiale, dossier, coup d’Etat,
etc.11Los acuerdos bilaterales también han influido en el desarrollo de este discurso, puesto
que se basan en uno de los principios fundamentales del derecho internacional
contemporáneo-el principio de igualdad soberana entre estados.

A lo largo de la Historia, se han hecho muchos intentos para imponer una lengua sobre
otra, argumentando que es una es más clara que la otra, más flexible, más expresiva, más
elocuente, sutil o refinada o simplemente que es más apropiada para las negociaciones
internacionales. El hecho de que diferentes lenguas hayan tenido ese papel demuestra que
las razones lingüísticas o semánticas no son pertinentes a la hora de considerar a un idioma
lingua franca. Cabe señalar que si una lengua es la que domina en diplomacia en un
momento dado es el resultado de la supremacía de una potencia en el ámbito político,
estratégico, económico y cultural en el marco de las relaciones internacionales.12

Opina el embajador Stanko Nick que el uso del lenguaje es muy importante en la
diplomacia, puesto que no es un simplemente un instrumento para la transmisión de
pensamientos o la comunicación, sino la esencia de la vocación diplomática desde los
inicios de la profesión.13Para Manuel Morales Lama, el lenguaje diplomático si se emplea
con cuidado y de forma selectiva, resulta acertado y exitoso. Por el contrario, si se confía a
inexpertos, una situación a priori manejable, se puede agravar a niveles insospechados
hasta generar consecuencias imprevisibles.14

Por tanto, la elección de las palabras adecuadas es extremadamente importante en


diplomacia. A lo largo de los siglos se ha desarrollado un vocabulario muy preciso y

10
Ibídem, p.118
11
NEGRI, Monica. “Interpretazione e Diplomazia: Aspetti comunicativi e linguistici del negoziato
internazionale”.Tesi di Laurea Specialistica in Interpretazione di Conferenza, Scuola Superiore di Lingue Moderne
per Interpreti e Traduttori, Università degli studi di Trieste,Anno Academico 2009-2010
12
Ibídem
13
Ibídem
6
Lenguaje y Diplomacia

equilibrado asegurando una forma particular de control sobre los matices de los significados
de las palabras. Cuando un diplomático interpreta el lenguaje de su interlocutor, siempre
presupone que la elección de las palabras es deliberada y que se ha decidido con
anterioridad. Sabiendo que el texto será examinado muy minuciosamente, el orador o
escritor tiene que ser muy cuidadoso con las fórmulas que utiliza.

Hay varios tipos de lenguajes especializados en varios campos de la actividad


diplomática; por ejemplo, para la redacción de comunicados, negociaciones, para contactos
extraoficiales fuera de instituciones oficiales, para la participación en conferencias
internacionales o para la conclusión de tratados internacionales, etc.15

14
http://www.listin.com.do/puntos-de-vista/2011/11/11/210566/Retos-del-lenguaje-diplomatico-de-hoy
15
http://www.diplomacy.edu/books/language_and_diplomacy/texts/pdf/nick.PDF
7
Lenguaje y Diplomacia

3. ANÁLISIS DEL DISCURSO DIPLOMÁTICO

Las negociaciones internacionales implican el encuentro de distintas delegaciones, cada


una con su lengua materna y su cultura. A menudo las culturas de las que provienen los
miembros de las delegaciones son muy diferentes entre sí. Por tanto, un encuentro bilateral
en una organización internacional requiere respeto y consideración hacia los otros miembros
de la delegación para lograr así acuerdos en la negociación.

La comunicación en estos encuentros bilaterales, como señala Monica Negri en su tesis


de fin de grado, consta de elementos lingüísticos y extralingüísticos a tener en cuenta. Los
últimos englobarían a la logística y el protocolo, que en el marco que estamos analizando
podían ser utilizados como amortiguadores de las desavenencias culturales.16La
comunicación en las negociaciones internacionales es por tanto, una comunicación
intercultural en la que el lenguaje diplomático tiene un papel fundamental.

A lo largo del tiempo, el discurso diplomático ha evolucionado y se ha especializado hasta


dotarse de un estilo y tecnicismos propios. A partir del siglo XVII, el tratado internacional se
convierte en la fuente principal del derecho internacional y de los documentos diplomáticos.
La relación estrecha que se ha ido creando entre la diplomacia y el derecho internacional ha
hecho que el lenguaje diplomático adopte multitud de términos jurídicos, manteniendo el
significado inicial o cambiándolo con el uso. Además de la jurídica, otras disciplinas han
contribuido a la formación del lenguaje diplomático, como por ejemplo, la economía y en
general, las materias científicas durante el período positivista. 17

Es interesante la descripción que hace Constance Villar del discurso diplomático. Lo


califica como banal, eufemístico, demagógico y falso. También apunta que la ambigüedad
es uno de sus rasgos principales y más característicos respecto a otros tipos de discurso,
puesto que crea las condiciones para que se desarrollen las maniobras diplomáticas y
procura flexibilidad y protección a los negociadores. Los diplomáticos, por tanto, cultivan la
ambigüedad. La autora menciona la definición de este concepto en relaciones
internacionales: “el lenguaje diplomático no utiliza declaraciones de intención francas y que
sean comprensibles para los inexpertos, sin embargo, es perfectamente claro para
cualquiera que conozca el código diplomático”.18

16
NEGRI, Monica. “Interpretazione e Diplomazia: Aspetti comunicativi e linguistici del negoziato
internazionale”.Tesi di Laurea Specialistica in Interpretazione di Conferenza, Scuola Superiore di Lingue Moderne
per Interpreti e Traduttori, Università degli studi di Trieste,Anno Academico 2009-2010,p.29
17
Ibídem,p.63
18
Ibídem
8
Lenguaje y Diplomacia

El profesor Baigorri incide en la vaguedad del discurso diplomático, tomando a su vez las
palabras de Martínez de Sousa quien define “el lenguaje diplomático como el modo de
hablar equívoco que se utiliza para evadirse de un compromiso o para eludir una pregunta u
observación de la que uno quiere desentenderse”.Añade Baigorri que también se pueden
encontrar discursos más espontáneos y no tan cuidados en cuanto a la forma; por ejemplo,
la diplomacia “en mangas de camisa” y la “diplomacia de chistera”. El contenido de estos
discursos es más especializado e incluso más técnico. Estos discursos están elaborados por
expertos que no son diplomáticos de carrera; son especialistas de un tema concreto y el
discurso que elaboran puede estar dirigido a especialistas o al público en general.19

Constance Villar plantea: ¿en relaciones internacionales, la retórica marca realmente la


diferencia?. Para responder a esta cuestión la autora menciona dos ejemplos: la
descolonización y la caída del Telón de Acero y subraya la fuerza legitimante de los
discursos de la ONU relativos a estos sucesos.

Los constructivistas Nicolas G.Onuf y Alexander Wendt teorizan la influencia de la


retórica en relaciones internacionales considerando al lenguaje como una actualización de
los modos de interacción y subrayando la fuerza factitiva del discurso. Por tanto, el discurso
resulta una variable pertinente en diplomacia siendo un objeto de análisis legítimo del que
hay que tener en cuenta su especificidad. También subraya Villar la importancia de
considerar el discurso diplomático como factor del poder: la discursividad de los estados y
los actores transnacionales, en su diversidad y complejidad, dependen de la capacidad de
seducción, es decir de su poder blando.

Como Constance Villar, Béatrice Steiner incide en la relación entre lengua y poder.
Menciona a Gilbert Rist quien a su vez ha señalado que el verbo “poder” aparece
frecuentemente en los textos del Banco Mundial. Según Olivier Reboul, el lenguaje participa
de la legitimidad del poder moderno que debe justificarse; por este motivo su discurso es de
orden referencial: constata, explica, rechaza y se apoya sobre hechos históricos o datos
estadísticos. Para Pierre Bordieu el lenguaje no es un objeto autónomo y el poder de las
palabras no se encuentra más que en ellas mismas.

La langue de bois o jerga política es inherente al discurso diplomático en las


organizaciones internacionales donde el lenguaje se convierte en un instrumento de poder.

19
BAIGORRI JALÓN, Jesús (2005) «Los límites del lenguaje político-diplomático: un ejemplo del consejo
seguridad de las Naciones Unidas», en ROMANA GARCÍA, María Luisa [ed.] II AIETI. Actas del II Congreso
Internacional de la Asociación Ibérica de Estudios de Traducción e Interpretación. Madrid, 9-11 de febrero de
2005. Madrid: AIETI, p.416
9
Lenguaje y Diplomacia

Las palabras que generalmente se utilizan “de plástico” y vacías semánticamente confieren
peso y autoridad al que las pronuncia.20

La evolución y el enriquecimiento del lenguaje diplomático, demuestra que se trata de un


lenguaje vivo, que continúa incorporando términos políticos de la época que atraviesa. Entre
otros, Mónica Negri cita varios ejemplos como la “soberanía limitada” o Doctrina Brezhnev,
“la diplomacia de los pequeños pasos” de Kissinger, “países emergentes”, “países no
alineados”, etc. Como en cualquier lenguaje de especialidad, los términos utilizados en el
lenguaje diplomático adquieren un significado distinto al que tienen en su uso común.es
decir, los términos diplomáticos tienen un significado muy preciso pues se refieren a
conceptos histórico-políticos.21

Por tanto, el mensaje en sí mismo es esencial a la hora de examinar el lenguaje en la


coyuntura diplomática, es decir, el mensaje que contiene cualquier comunicación
diplomática, oral o escrita. Como menciona Stanko Nick la comunicación oral es la raison
d’être del trabajo diplomático.22 Monica Negri menciona que el embajador Stanko Nick
analiza el lenguaje diplomático desde dos puntos de vista: tomando como referencia la
lengua nacional o considerándolo un lenguaje especializado en el que se pueda explicar de
una forma equilibrada los matices propios de la comunicación diplomática.23

En lo que se refiere al discurso diplomático en las organizaciones internacionales es


interesante destacar la dicotomía que se establece en torno al lenguaje utilizado en la ONU:
¿es un consenso negociado o un totalitarismo intelectual impuesto? Branislav Gosovic es
contrario a la idea de algunos autores que afirman que el lenguaje utilizado en los
documentos de las organizaciones internacionales no sólo es insípido o aséptico sino
también pobre en contenido. Opina que los textos publicados en las organizaciones
internacionales son muy importantes pues su legitimidad contribuye a la creación de ideas
políticas internacionales. Las organizaciones multilaterales son la principal vía mediante la
cual un pensamiento se legitima en un marco internacional.

Con el desarrollo sin precedentes de los medios técnicos de información y comunicación,


la diplomacia es más que nunca un instrumento de influencia, sobre todo en la construcción
de la paz y los procesos de negociación.24 Sin embargo, cuando se trata de legitimar un
pensamiento a través de los medios de comunicación, el resultado no es el mismo que a

20
RIST, Gilbert. Les mots du pouvoir (sens et non-sens de la rhétorique internationale). Collection enjeux, 2002,
p.207
21
NEGRI, Monica. “Interpretazione e Diplomazia: Aspetti comunicativi e linguistici del negoziato
internazionale”.Tesi di Laurea Specialistica in Interpretazione di Conferenza, Scuola Superiore di Lingue Moderne
per Interpreti e Traduttori, Università degli studi di Trieste,Anno Academico 2009-2010,p.64
22
http://www.diplomacy.edu/books/language_and_diplomacy/texts/pdf/nick.PDF
23
NEGRI, Monica. “Interpretazione e Diplomazia: Aspetti comunicativi e linguistici del negoziato internazionale”.
Tesi di Laurea Specialistica in Interpretazione di Conferenza, Scuola Superiore di Lingue Moderne per Interpreti e
Traduttori, Università degli studi di Trieste, Anno Academico 2009-2010, p.64
10
Lenguaje y Diplomacia

través de un organismo internacional. Esto explica que el lugar de las frases dentro de un
texto de la ONU, su estructura, la elección de las palabras sea motivo de largas discusiones
en el seno de la organización, discutiendo incluso hasta la posición de las comas. Cada
frase, cada palabra tienen su significado.25

En lo que se refiere al vocabulario utilizado en los informes de las organizaciones


internacionales, se detectan un número limitado de palabras de moda. Por ejemplo, cuando
se describe al orden mundial actual como “nuevo”, “moderno”, “científico” o “pragmático”.
Además, desaparecen conceptos que han sido útiles en un tiempo pasado. Es decir,
términos como “equidad”, “autonomía”, “soberanía nacional”, etc. parecen haber perdido su
pertinencia y haber caído en desuso en el lenguaje de la ONU de hoy en día.26

El profesor Jesús Baigorri se refiere también al lenguaje de la ONU en su artículo “Los


límites del lenguaje político- diplomático”. Señala que no es fácil atribuir unos contenidos
específicos a los asuntos que se tratan en las negociaciones político-diplomáticas y sobre
todo, en las de la ONU. Los lenguajes más o menos técnicos dependerán de quienes sean
los interlocutores y de las situaciones comunicativas en cuestión. Apunta Baigorri que el
discurso de un jefe de Estado en la Asamblea General, no será nunca igual al de un experto
que interviene en un comité. Ambos discursos distan en el contenido y en la forma.La
evolución actual de la política y la diplomacia ha alterado el comportamiento retórico de sus
representantes; en el caso de los jefes de Estado, por citar un ejemplo, el contenido de su
discurso habrá sido preparado de antemano, no dando lugar a la improvisación, reflejando
así la ideología del orador. En palabras de Pierre Bordieu, los discursos de los jefes de
Estado por regla general son formalmente correctos pero semánticamente vacíos. La suma
de esta rigidez formal además del carácter falso y demagógico define la expresión francesa
langue de bois aplicada al lenguaje político.27

Cabe señalar que los usos y costumbres de la cortesía diplomática existentes desde
hace siglos, siguen vigentes en la actualidad en los encuentros internacionales. El
negociador que quiera ser diplomático ha de tener precaución y en la medida de lo posible
evitar la demagogia, el ultimátum y las amenazas. Según las bases culturales del
negociador y aunque los estilos de negociación varíen, esto es universalmente válido.

El lenguaje diplomático dista mucho de ser diplomático. En numerosas ocasiones no se


respetan las normas de cortesía, teniendo esa conducta consecuencias negativas para el

24
http://www.afri-ct.org/IMG/pdf/AFRI2005_villar.pdf
25
RIST, Gilbert. Les mots du pouvoir (sens et non-sens de la rhétorique internationale). Collection enjeux,
2002,p.181
26
Ibídem, p.183
27
BAIGORRI JALÓN, Jesús (2005) «Los límites del lenguaje político-diplomático: un ejemplo del consejo
seguridad de las Naciones Unidas», en ROMANA GARCÍA, María Luisa [ed.] II AIETI. Actas del II Congreso
11
Lenguaje y Diplomacia

prestigio de la organización en la que eso sucede. Para ilustrar esto, el profesor Baigorri
menciona el caso de los discursos de la 4701º sesión del Consejo de Seguridad. Esta
reunión fue de rango ministerial justificada por la escalada a hacia la guerra de Iraq de los
meses anteriores. Colin Powell estuvo cuatro horas justificando una intervención militar que
ya estaba decidida de antemano. Como señala Baigorri parece que Powell buscaba utilizar
y convencer a la ONU para apoyar la campaña de intervención en Iraq. En determinados
momentos, su discurso se hacía cada vez más especializado y técnico, dándole a la
exposición un tono pseudocientífico, demostrando así su falta de veracidad.28El único
asistente de la reunión que se expresó guardando las normas de la cortesía diplomática fue
el Ministro de Exteriores de Camerún, pues se refirió al “Presidente Saddam Hussein”. Por el
contrario, Powell siguiendo la estrategia macrosemántica de presentar a los demás
negativamente, se refirió en numerosas ocasiones al Presidente en ejercicio de la República
de Iraq, Estado Miembro de la ONU, pero nunca lo hizo con el título que le correspondía
sino como “Saddam Hussein “o “Saddam”. Es importante señalar que cuando se refieren al
Presidente como “Saddam” parece que llamándolo por su nombre de pila lo asemejan a
“Satán”, es decir, parece que lo demonizan.29

Un ejemplo del nuevo lenguaje diplomático que está triunfando dentro de la UE, es el que
no se limita a los círculos de Bruselas, las cumbres y las embajadas; es un estilo directo y
sin miedo a la confrontación de ideas, en el que la diplomacia no se concibe como un
intercambio de intereses prefijados en las capitales nacionales. Los ministros que siguen
esta tendencia son generalmente de derechas, relativamente jóvenes y prescinden de la
traducción para comunicarse mejor dando forma a una nueva política exterior europea. Esta
tendencia la encabezan algunos ministros de países como Polonia, Suecia, Finlandia y
Bulgaria. Estos ministros que comparten un estilo de comunicación directo, se han dado
cuenta de que en la coyuntura actual de crisis económica y por la creciente
interdependencia existente entre los estados de la UE, la comunicación interestatal no
puede realizarse con el mismo lenguaje y formas que se utilizaban en la diplomacia
tradicional.

Internacional de la Asociación Ibérica de Estudios de Traducción e Interpretación. Madrid, 9-11 de febrero de


2005. Madrid: AIETI, pp. 416
28
Ibídem. 427
29
Ibídem,p.428
12
Lenguaje y Diplomacia

4. LENGUAS OFICIALES Y LENGUAS DE TRABAJO DE LA DIPLOMACIA

El embajador Stanko Nick señala que es una conditio sine qua non que los diplomáticos
conozcan, más bien dominen varias lenguas para ejercer correctamente y con
responsabilidad su exigente profesión.30

Hemos visto que diversas lenguas han sido linguas francas de la diplomacia en diferentes
momentos de la historia. Por tanto, como señala el embajador, no podemos hablar de una
única lengua diplomática.31

Es interesante señalar la distinción que hace el profesor Ostrower entre lenguas de


trabajo y lenguas oficiales de la diplomacia. La distinción apareció por primera vez en 1945
durante la Conferencia de San Francisco para redactar la Carta de las Naciones Unidas. La
clasificación técnica que se introdujo en torno a las lenguas sentó las bases para alcanzar
un compromiso lingüístico que duró poco tiempo.

Fue durante la reunión de los jefes de las delegaciones participantes para organizar la
Conferencia de San Francisco cuando los términos “oficial” y “de trabajo” se introdujeron por
primera vez. Según parece, sucedió accidentalmente cuando el representante de la
delegación americana sugirió que para ahorrar tiempo todas las sesiones plenarias del
congreso deberían ser en inglés con las correspondientes traducciones en francés. El
representante francés se opuso tajantemente y posteriormente, el representante chino
señaló que el inglés debería ser la lengua de trabajo de la conferencia. En vista de los
acontecimientos, el representante de la delegación soviética subrayó la necesidad de tratar
la cuestión lingüística cuanto antes. Fue necesario por tanto, tomar una decisión al respecto.

Se estableció una línea para dividir a las lenguas utilizadas en la conferencia en dos
clases: inglés, francés, ruso, chino y español fueron reconocidos como lenguas oficiales
pero sólo se designaron como lenguas de trabajo al francés y al inglés.32

Posteriormente, se han añadido como lenguas de trabajo el árabe, el chino, el español y


el ruso en la Asamblea General y en el Consejo Económico y Social. En el Consejo de
Seguridad los idiomas de trabajo son árabe, chino, español, francés, inglés y ruso.33

Varios organismos internacionales y conferencias diplomáticas intentan resolver el


problema lingüístico reduciendo las innumerables posibilidades de intercomunicación a un

30
http://www.diplomacy.edu/books/language_and_diplomacy/texts/pdf/nick.PDF
31
Ibídem
32
OSTROWER, Alexander. Language, law, and diplomacy. University of Pennsylvania Press, 1965,p.408
33
http://www.un.org/es/aboutun/languages.shtml
13
Lenguaje y Diplomacia

número relativamente pequeño de lenguas seleccionadas es decir las lenguas oficiales o


lenguas de trabajo.34

En el ámbito del discurso diplomático, es interesante la mención que hace el profesor


Ostrower al concepto de universalidad lingüística; el precio que tiene que pagar una nación
porque su lengua sea la preeminente no sólo en la esfera diplomática sino en todos los
ámbitos de la sociedad, es muy alto sobre todo porque el sentimiento de orgullo y
superioridad que genera, puede ir en detrimento de sus intereses nacionales a largo plazo.
Además, una nación que posea una lengua universal no verá necesario el aprendizaje de
otras lenguas extranjeras. Hoy en día, vemos que esto se cumple sin lugar a dudas en el
caso del inglés. Es evidente que no hay lenguas mejores ni más perfectas que otras. Todas
las lenguas tienen su importancia pues son el reflejo de tradiciones, historias y culturas que
no se deben perder. Los acontecimientos históricos han propiciado que unas lenguas
prevalezcan sobre otras.

El francés ha sido tradicionalmente lengua franca de la diplomacia. Para defender ese


estatus cuenta con el importante apoyo de la Francofonía. A pesar de su historia, la actual
preferencia por el francés es anacrónica. Aunque cuenta con 74 millones de hablantes en
todo el mundo, tiene muchos menos hablantes que el hindi, el portugués o el japonés35.

En opinión de algunos expertos, la diplomacia es un ámbito que se le resiste al


castellano. Diplomáticos y políticos coinciden en que el castellano merece un mayor peso en
los foros internacionales. Según los consulados, el español reúne condiciones suficientes
para colocarse a la altura del francés y el inglés en las organizaciones internacionales. Es
difícil que esto suceda pues en el mundo de la diplomacia, no es fácil romper con las
tradiciones. Francisco Moreno Fernández, director del Instituto Cervantes, opina que el
español está en condiciones de ser utilizado como lengua franca de trabajo con fines
diplomáticos y de relaciones internacionales. Sin embargo, su presencia en los organismos
internacionales no se corresponde con el peso internacional del idioma. El español es la
cuarta lengua más utilizada en la UE y una de las seis lenguas oficiales de la ONU. En
Naciones Unidas cada vez se oye más hablar español pues entra desde la base a medida
que va ganando hablantes en EEUU. En opinión de Fernández Vítores, “la única manera de
ganar representación en los foros internacionales es ganar peso político. Señala que en la
UE, por la herencia de los padres fundadores, el francés y el alemán están
sobredimensionados.36

34
http://www.diplomacy.edu/books/language_and_diplomacy/texts/pdf/nick.PDF
35
http://www.economist.com/blogs/johnson/2013/04/languages-diplomacy
36
http://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-15064/EXCUSEZ%20MOI%20PAIS.pdf
14
Lenguaje y Diplomacia

Entonces, ¿por qué la ONU se aferra tanto al francés? En realidad, no le costaría nada
añadir otra lengua de trabajo, os simplemente sustituir al francés. La organización se resiste
a hacerlo por las connotaciones culturales e históricas del idioma. El francés ha sido la
lengua de trabajo por excelencia de la diplomacia durante mucho tiempo y la educación
diplomática en francés es excelente. Muchos tradicionalistas en Europa, dan preferencia al
francés. Varios países africanos son oficialmente miembros de la Francofonía, aunque en
estos países generalmente son las élites las que estudian francés. Organizaciones
internacionales como Médicos sin Fronteras y el Comité Internacional de la Cruz Roja
prefieren el uso del francés. La verdad es que son muchas las razones para seguir
incluyendo al francés en la diplomacia.37

La universalidad del francés se sitúa entre finales del siglo XVII y del XIX coincidiendo
con el periodo de hegemonía económica y cultural francesa en el mundo. El apogeo de la
política expansionista francesa tuvo lugar durante el reinado de Luis XIV. Como prueba de
su hegemonía, los Tratados de Nijmegen se negociaron en francés y no en latín, que era lo
habitual. Además, el texto del Tratado de Rastadt también fue redactado en francés; algo
que resultaba curioso puesto que se trataba de devolver territorios al emperador Carlos VI.

El inicio del declive del francés en la esfera diplomática coincide con el ascenso del inglés
como lengua franca.38

Con 1.500 millones de hablantes el inglés es sin duda la lingua franca global de la
diplomacia. El tratado de Versalles que puso fin en 1919 a la 1º Guerra Mundial, supone su
primera aparición como lingua franca institucional. El presidente Wilson insistió para que el
acuerdo se publicase en francés e inglés. Los representantes del Reino Unido y EEUU no
sabían francés; sin embargo, su homólogo francés sí conocía la lengua de sus
interlocutores.39 Con este ejemplo, podemos ver que lo que menciona el profesor Ostrower
respecto a la universalidad lingüística se cumple en este caso. Dado que en ese momento el
inglés empezaba a cobrar protagonismo en la esfera internacional, los representantes
anglófonos daban por hecho que no era necesario aprender la lengua de los otros
representantes, pues estos ya sabían inglés.

Como apunta David Fernández Vítores, el proceso de expansión del inglés en Europa
desde el fin de la Segunda Guerra Mundial ha sido considerable. Un primer período
abarcaría hasta finales de los años 70 en el que la lengua inglesa fue la preeminente en
política internacional, los intercambios comerciales, ciencia, información, etc. En definitiva, el

37
Ibídem
38
FERNANDEZ VITORES, David. “El francés en Europa y en la Unión Europea: auge y caída de una lengua
franca” en Thélème. Revista Complutense de Estudios Franceses 2011,vol 26, p.113
39
http://www.economist.com/blogs/johnson/2013/04/languages-diplomacy

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hecho de que los principales medios de comunicación perteneciesen a países anglófonos,


contribuyó al prestigio y expansión de la lengua inglesa. Después de la década de los 80, el
inglés se consolidó como lengua franca en la parte occidental del continente europeo y
posteriormente en Europa central y oriental, una vez iniciados los cambios políticos. Algunos
organismos internacionales adoptaron este idioma como instrumento de comunicación y
como principal lingua franca, lo que ayudó indudablemente a la consolidación del inglés
como primera lengua de enseñanza en los sistemas educativos en Europa.40

40
http://www.cesfelipesegundo.com/revista/Articulos2012/DavidFern%C3%A1ndezV%C3%ADtores.pdf

16
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5. CONCLUSIONES

En el mundo de la diplomacia, el uso adecuado del lenguaje diplomático puede


lograr que los acuerdos internacionales alcancen su objetivo. En los encuentros
bilaterales, los factores lingüísticos y extralingüísticos son fundamentales.

A lo largo del trabajo, hemos visto que el lenguaje diplomático ha ido


evolucionando y desarrollando a su vez un estilo y tecnicismos propios. Diversas
disciplinas han contribuido al desarrollo del lenguaje diplomático, especialmente el
derecho internacional.

La ambigüedad del discurso diplomático a la que hace referencia Constance Villar


crea las condiciones necesarias para que las maniobras diplomáticas se desarrollen
con normalidad. Por tanto, estoy de acuerdo con la afirmación de la autora cuando
señala que el lenguaje diplomático utiliza fórmulas incomprensibles para los
inexpertos que son sin embargo, claras para cualquiera que conozca el código
diplomático. Es evidente que los diplomáticos se protegen en la ambigüedad de su
discurso demagógico, cargado de eufemismos, con el objetivo de amortiguar las
intenciones reales de su discurso. Lo hemos visto en el ejemplo mencionado
anteriormente sobre la reunión del Consejo de Seguridad para justificar la
intervención militar en Iraq. Como se ha sabido posteriormente, nunca existieron
armas de destrucción masiva; todo fue una maniobra de la Administración Bush para
justificar ante Naciones Unidas una intervención militar que ya estaba pactada de
antemano.

En contraste con el lenguaje diplomático tradicional, el nuevo lenguaje


diplomático que va entrando con fuerza por parte de algunos ministros en la Unión
Europea, está demostrando que las fórmulas diplomáticas tradicionales van
quedando en desuso en las relaciones internacionales contemporáneas. Es el estilo
directo y sin miedo a las consecuencias el que va marcando tendencia. En mi
opinión, creo que este nuevo lenguaje diplomático debería utilizarse también en otros
organismos internacionales. Si el objetivo de las reuniones interestatales es llegar a
un acuerdo, creo que el lenguaje debería facilitar el proceso, no ralentizarlo.

El lenguaje diplomático se ha ido transformando con el paso del tiempo y ha


adquirido expresiones y giros principalmente de lenguas como el latín y el francés,
lengua de la diplomacia por excelencia.

17
Lenguaje y Diplomacia

Como señala el embajador Stanko Nick no se puede decir que exista una única
lengua diplomática. A lo largo de la historia hemos visto como diferentes lenguas
han sido las lenguas preeminentes en diplomacia. En la Antigüedad lo fue el acadio;
el latín era la lengua en la que se firmaban los tratados internacionales hasta que
Francia irrumpió con fuerza en la esfera internacional. A finales del siglo XVI
comenzó su esplendor económico y cultural alcanzando un prestigio importante que
hizo que Luis XIV insistiera para que los tratados internacionales se firmaran en
francés. La decadencia del francés en términos diplomáticos coincidió con el
ascenso del inglés como lingua franca de la diplomacia.

Las preguntas que plantea el embajador Stanko Nick me parecen muy apropiadas
a la hora de analizar el uso del lenguaje diplomático. En efecto, no podemos afirmar
que exista una única lengua diplomática y cuál debe ser la lengua idónea para los
diplomáticos para el adecuado ejercicio de su profesión.

Como he mencionado anteriormente, el objetivo del lenguaje diplomático debería


ser facilitar la comunicación. Por esta razón, creo que los diplomáticos deben
aprender las lenguas de los países en los que están destinados.

Me parece muy oportuno el ejemplo del profesor Ostrower sobre el resentimiento


de las poblaciones nativas ante el desuso de las lenguas autóctonas. Los príncipes
en la Edad Media utilizaban la lengua local del país aunque fuera un par de frases
para mostrar cortesía hacia el pueblo.

En lo referente a la distinción entre lenguas oficiales y lenguas de trabajo, hemos


visto que el caso de la ONU fue muy descriptivo del binomio lengua-poder. Aunque
actualmente son 6 las lenguas oficiales, las principales lenguas de trabajo son el
inglés y el francés.

Estoy de acuerdo sobre lo que plantean en el artículo “Languages of diplomacy:


towards a fairer distribution” del blog de The Economist: ¿por qué la ONU se aferra
tanto al francés? Es indudable que hoy en día el francés ha perdido su estatus como
lingua franca diplomática. Sin embargo, sigue estando muy presente en esta
organización en detrimento de otros idiomas que cuentan con muchos más
hablantes, como es el caso del español. Pero, como hemos visto es difícil cambiar
hábitos en la diplomacia. Aunque haya perdido el prestigio que tenía, no lo ha
perdido del todo; lo sigue teniendo, aunque el inglés le haya robado protagonismo.
Cabe destacar la excelente educación diplomática en francés y su sólido sistema de
traducción en los organismos internacionales .Además, algunos organismos
internacionales como Médicos sin Fronteras y la Cruz Roja Internacional prefieren el

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francés. Por estas razones, es indudable que el francés todavía tenga un peso
político importante en los organismos internacionales.

Comparto la opinión del profesor Fernández Vítores en referente a la necesidad


de que el castellano tenga más presencia en los foros internacionales para que la
diplomacia deje de ser un ámbito que se le resista. Para ello, es importante fomentar
la industria cultural y científica en castellano. Tomando como ejemplo a Francia, país
que siempre ha gestionado eficazmente su política lingüística, la lengua española
debería seguir el mismo camino. Aunque con cautela, como señala el embajador
Santiago de Mora Figueroa, dejando que el idioma poco a poco se extienda de forma
natural, sin enfrentarse a otros idiomas pues esto supondría una ventaja para el
inglés.

En definitiva, es evidente la relación entre lengua y poder para que unas lenguas
hayan prevalecido sobre otras a lo largo de la historia. Como he mencionado
anteriormente, el discurso diplomático debería transformarse y no ser tan hermético
para los que desconocen el código diplomático. Reconozco que es importante
mantener la cortesía en el discurso y respetar los códigos siempre y cuando estos no
sean un retroceso en el desarrollo de las negociaciones internacionales.

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6. BIBLIOGRAFÍA

- OSTROWER, Alexander. Language, law, and diplomacy. University of Pennsylvania


Press, 1965

- BAIGORRI JALÓN, Jesús (2005) «Los límites del lenguaje político-diplomático: un


ejemplo del consejo seguridad de las Naciones Unidas», en ROMANA GARCÍA, María Luisa
[ed.] II AIETI. Actas del II Congreso Internacional de la Asociación Ibérica de Estudios de
Traducción e Interpretación. Madrid, 9-11 de febrero de 2005. Madrid: AIETI, pp. 415-427.

- RIST, Gilbert. Les mots du pouvoir (sens et non-sens de la rhétorique internationale).


Collection enjeux, 2002.

- CONSTANZE, Villar. Le discours diplomatique. Paris, L’Harmattan, 2006

- NEGRI, Monica. “Interpretazione e Diplomazia: Aspetti comunicativi e linguistici del


negoziato internazionale”.Tesi di Laurea Specialistica in Interpretazione di Conferenza,
Scuola Superiore di Lingue Moderne per Interpreti e Traduttori, Università degli studi di
Trieste,Anno Academico 2009-2010

- http://www.afri-ct.org/IMG/pdf/AFRI2005_villar.pdf

- http://www.listin.com.do/puntos-de-vista/2011/11/11/210566/Retos-del-lenguaje-
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- http://www.diplomacy.edu/books/language_and_diplomacy/texts/pdf/nick.PDF

http://www.diplomaticosescritores.org/NumeroActual.asp?link=17_5.htm&num=18

- http://www.un.org/es/aboutun/languages.shtml

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- http://www.ucm.es/data/cont/media/www/pag-15064/EXCUSEZ%20MOI%20PAIS.pdf

- http://www.economist.com/blogs/johnson/2013/04/languages-diplomacy

http://www.cesfelipesegundo.com/revista/Articulos2012/DavidFern%C3%A1ndezV%
C3%ADtores.pdf

- http://www.reocities.com/Athens/Acropolis/9801/lenguas/cohen.html

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