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EL TRIBUNAL

CONSTITUCIONAL PERUANO
El Tribunal o Corte Constitucional es aquel órgano especializado que tiene a su cargo,
principalmente, hacer efectiva la primacía de la Constitución. Tiene la atribución de
revisar la adecuación de las leyes, y eventualmente de los proyectos de ley y los decretos
del poder ejecutivo, a la Constitución, realizando un examen de constitucionalidad de
tales actos.

De acuerdo al modelo kelseniano,


el Tribunal Constitucional actúa
como un legislador negativo, pues
carece de la facultad de crear
leyes pero, pero en el caso de que
entienda que una de las
promulgadas vulnera lo dispuesto
en la Constitución, tiene poder
para expulsarla del ordenamiento jurídico, derogándola total o parcialmente.

Teorías más recientes, sostienen que la tarea del Tribunal Constitucional es ejercer una
función jurisdiccional, resolviendo conflictos de carácter constitucional, que puede incluye
la revisión de la actuación del poder legislativo, la protección de los derechos
fundamentales y la distribución de competencias entre los poderes constituidos.

El Tribunal Constitucional cumple una función de suma importancia en nuestro país. Es


innegable que estamos ante una institución pública que funciona bien y que goza del
reconocimiento mayoritario de la ciudadanía. Una primera constatación, entonces, es
que más allá de los discursos y de las discrepancias que podamos formular en relación
con ciertos fallos, en términos generales.
El Tribunal Constitucional en nuestro país viene cumpliendo una función de defensa y
protección efectiva de los derechos constitucionales de los ciudadanos.

Si tenemos en cuenta que hace menos de diez años salimos de una situación de caos
político después de la huída de Fujimori de nuestro país, y después de un periodo
signado por la sistemática violación de los derechos de la población.

Sobre todo en relación a la población rural. Si revisamos los fallos del Tribunal
Constitucional de un tiempo a esta parte, advertiremos rápidamente un conjunto de
sentencias que protegen y tutelan derechos constitucionales de la población. Contra el
despido arbitrario, sobre el auxilio judicial para personas de escasos recursos, contra las
ordenanzas municipales que establecen arbitrios públicos, contra las ordenanzas de la
Municipalidad de Huarochirí que autorizaron el ingreso a Lima de combis, buses camión,
acceso a la información pública, medicinas para enfermos del sida, sanción penal por
dilación judicial, cierre de discotecas, ley de medio pasaje, atención de niños y gestantes
por contaminación en la Oroya, secretismo judicial y control ciudadano, Ordenanzas
Regionales que declaran patrimonio cultural a la hoja de coca y otros. También tenemos
otras sentencias que reconocen nuevos derechos fundamentales como la objeción de
conciencia, el derecho a la verdad y más.

COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES


ORDINARIOS Y TRIBUNLES
CONSTITUCIONALES
Estas relaciones tienen lugar debido, principalmente, a la dualidad de jurisdicción
constitucional producto del modelo europeo actual, y en el cual se circunscribe España,
haciendo con ello más compleja la justicia constitucional. En este sentido, resulta
pertinente recordar, como en su momento lo señaló Rubio Llorente, que la articulación
del Tribunal Constitucional en el sistema tradicional, es el problema más importante que
plantea la jurisdicción en un sistema constitucional.

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Cuestión de inconstitucionalidad, la idea general, tal como lo indica el artículo 163 de la
Constitución, consiste en que cuando un órgano judicial considere que una norma con
rango de ley, aplicable al caso, de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a la
Constitución, planteará esta cuestión ante el Tribunal Constitucional.

Dicho sea de paso, este es un instrumento que forma parte de los medios de
impugnación contra leyes conocidos como recursos de inconstitucionalidad, mismos que
tienen como objeto la constitucionalidad de las leyes en forma abstracta. Por lo tanto, lo
que establece ese artículo 163 es otro procedimiento más de la competencia general
señalada en el artículo 161.1.a de la Constitución, es decir, del recurso de
inconstitucionalidad.

Cabe indicar que la cuestión de inconstitucionalidad se presenta, según lo afirma la


sentencia 17/81 del Tribunal Constitucional, como un instrumento idóneo para resolver el
no diminuto dilema que tiene el juzgador cuando se encuentra frente a una ley que tiene
que aplicar por virtud del imperio de la misma y frente a la contradicción de esa ley con
la Constitución, norma ésta que es superior tanto formal como materialmente. De no
existir este instrumento procesal, el juzgador fácilmente pudiera esgrimir como
argumento de la inaplicación de dicha ley, su inconstitucionalidad, lo cual nos llevaría a
una inseguridad jurídica, pues todo juez u órgano judicial bajo el pretexto de cumplir con
la Constitución (la cual en todo momento tiene eficacia normativa, aun en ausencia de la
ley inaplicaría las leyes.

Es pertinente recordar, tal y como lo señalamos líneas arriba, que en el modelo puro
kelseniano para evitar la vinculación directa del juez con la aplicación de la ley cuando
ésta se considere inconstitucional (pues es al legislador a quien está dirigida la
Constitución), se llegó a la conclusión de crear y ubicar al Tribunal Constitucional fuera
del Poder Judicial. Ahora bien, como en el modelo europeo actual el control de
constitucionalidad llega, en determinados casos, a los jueces y tribunales ordinarios,
existe un regreso al problema que acabamos de enunciar. Por ello, el dilema de ley-
Constitución se salva con este instrumento.

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Al margen de todas estas consideraciones es importante concretar en cuanto a nuestro
tema, es decir, el juez ordinario como verdadero juez constitucional en la cuestión de
inconstitucionalidad, desde luego. De manera general podemos indicar que se da este
supuesto en tres momentos.

El primero de ellos se presenta cuando el juez ordinario decide plantear la cuestión. Aquí
debe recordarse el texto del artículo 163 de la Constitución. De esta manera, dicho juez
realiza una valoración constitucional de la ley aplicable al caso y si la misma no sale
airosa, es decir, si considera que está en contradicción con la Constitución, debe plantear
la cuestión de inconstitucionalidad. Y sostenemos que debe porque es idea común el
riesgo que existe de que los órganos judiciales, con mayor posibilidad el Tribunal
Supremo, no planteen la cuestión debido a diversas causas.14 Ante este hecho debe
pensarse en buscar algún medio que si no solucione tal preocupación, si la restrinja
hasta límites que puedan hacer más utilizable tal instrumento.

El segundo tiene lugar cuando el juez ordinario decide no plantear la cuestión de


inconstitucionalidad. Previamente, obvio es decirlo, dicho juez realizó una valoración
constitucional de la ley. Aquí se corre el riesgo de que el juez, vinculado a la ley como
todos los poderes públicos, quede sujeto a la misma sin tomar en consideración la
Constitución y por ello se explica este segundo momento.

El tercero se presenta en el momento anterior a la negativa de plantear la cuestión. En


efecto, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 5.3 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial interpretado en sentido negativo, no procede el planteamiento de la cuestión
cuando por vía interpretativa sea posible la acomodación de la norma legal al
ordenamiento constitucional.

Con esto se le dan facultades de interpretación constitucional a los órganos judiciales


que bien pudieran considerarse como amplias. Es más, la propia doctrina del Tribunal
Constitucional ha sido vacilante pues en un primer momento sostuvo el criterio
subsidiario del planteamiento de la cuestión (es decir, sólo en el caso que con la
interpretación del juez ordinario no se resuelva la contradicción), y en un segundo

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momento cambió al carácter alternativo de dicho planteamiento: o se interpreta de
acuerdo con la Constitución la ley aplicable al caso (y si no es compatible se plantea la
cuestión) o, bien, se plantea la cuestión inmediatamente.

Por todo ello también hay que concluir que el Tribunal Constitucional no tiene el
monopolio de la interpretación de la Constitución y, como consecuencia, el artículo 1º de
la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (LOTC) lo considera como su intérprete
supremo, no único.

Por último, existe acuerdo doctrinario en que con la cuestión de inconstitucionalidad se


modifica el modelo puro establecido por Kelsen; sin embargo, la doctrina se divide al
considerar el acercamiento o no al modelo norteamericano. A esta conclusión han
llegado algunos autores (Aragón Reyes); otros, en cambio, sostienen que sigue siendo
una característica del modelo europeo, pues esta cuestión es una impugnación abstracta
cuyo objeto es el enunciado de la ley (Rubio Llorente).

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Inconstitucionalidad de leyes anteriores a la Constitución

Esta concepción parte de la idea, sobre todo italiana, de que la inconstitucionalidad


puede surgir en una ley anterior (sobrevenida) o una posterior (originaria) a la
Constitución. Con esta idea, el Tribunal Constitucional italiano conoce de los casos de
inconstitucionalidad propiamente dicha originaria y de derogación sobrevenida; lo que no
acontece en Alemania, donde la inconstitucionalidad la resuelve el Tribunal Constitucional
y la derogación la jurisdicción ordinaria.

Sin embargo, hay que distinguir entre inconstitucionalidad y por consiguiente, aunque no
siempre, anulación) que sólo se refiere a la validez, y la derogación que hace referencia a
una cuestión de vigencia. Es más, la inconstitucionalidad requiere una norma inválida,
mientras la derogación, en cambio, requiere una norma válida.

Pues bien, de la Constitución artículo 163 y de la LOTC artículo 30 se pueden extraer las
anteriores diferencias, es decir, dichos textos distinguen la validez y la vigencia.

Por su parte, el Código Civil artículo 2.2 prohíbe que los poderes públicos apliquen
normas derogadas; además, la Constitución española, que impone su observancia a
todos los poderes públicos, contiene una cláusula derogatoria; por lo tanto, los jueces y
tribunales ordinarios han de aplicar la cláusula derogatoria e inaplicar las leyes anteriores
que se le opongan.

Por el contrario, no es posible sostener con fundamento en la Constitución y en la LOTC,


una competencia del Tribunal Constitucional para conocer de la derogación, éste sólo
puede declarar la inconstitucionalidad del derecho posterior a la Constitución, no del
anterior.

Respecto de otras normas y reglamentos

Hay que partir de la consideración de que en materias reservadas a la ley no cabe el


reglamento independiente, sino que es la ley la que tiene que regular la materia. Por lo
tanto, existe y se aplica una ley previa habilitante.

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Así pues, si la ley habilitante es inconstitucional, se impugna la misma ante el Tribunal
Constitucional mediante la cuestión o el recurso de inconstitucionalidad. Si lo que sucede
es que el reglamento sobrepasa los límites de la ley habilitante e incurre en algún vicio
de ilegalidad, se impugnará ese reglamento por la vía contencioso-administrativa.

Por otro lado, en materias no reservadas a la ley y a este respecto no seguimos la teoría
de que en este ámbito cabe la deslegalización, ni tampoco la que no admite los
reglamentos independientes caben los reglamentos independientes, siguiendo las
consideraciones de Ignacio de Otto en el sentido de fundamentar lo anterior en las
concepciones de la supremacía de la Constitución y la legitimidad democrática del
Ejecutivo.

En este supuesto, los reglamentos pueden contrariar la Constitución sin tener vicios de
ilegalidad, lo cual también puede suceder en las materias reservadas a la ley (aunque de
manera sumamente improbable).

1) LA JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL Y SU RELACION CON LA


JURISPRUDENCIA DEL PODER JUDICIAL:

Si bien es cierto dentro del marco previo para tener presente como una perspectiva
teniendo en cuenta una interpretación de la ley ordinaria, siendo utilizada por los jueces
por tanto esta interpretación de nuestra Carta Fundamental siendo potestad del Tribunal
Constitucional. Asimismo debemos tener en cuenta que solo es de manera generales,
tanto la interpretación de la ley ordinaria como de la Constitución contenida una variedad
de derechos contemplados, pueden estar a cargo sea del Tribunal Constitucional como
de la vez a manos del Poder Judicial, siendo de acuerdo a la controversia en concreto.

No se tiende a excluir el orden material sino en el caso particular, los jueces del Poder
Judicial también podrán interpretar la Constitución de manera así como las leyes
ordinarias, en tanto que el Tribunal tiene la facultad de efectuar cuyas interpretaciones
de rigor y carácter. La diferencia se encuentra en el nivel de vinculación y el de

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propiedad, así como vincula la interpretación que se hace el Tribunal Constitucional de la
Carta Fundamental y esta a su vez obliga la interpretación que hace el Poder Judicial de
la ley ordinaria. Pero sin embargo, si esta última interpretación es sometida a control
constitucional, debe primar la interpretación que hace el Tribunal.

Sin embargo, lo lógico se debe admitir algunos matices de una manera que antes que
esbozar una zona exenta de control constitucional y en lo respecto a la interpretación
que hace el juez de la ley ordinaria, sí hay un rango inatacable y diferenciado lo cual es
la restricción al Tribunal Constitucional respecto, si se tiene por ejemplo cuyos aspectos
como la valoración formal de las pruebas en el proceso civil o quizás la imposición de una
condena en el marco de un proceso regular son Tales aspectos son en principio
irrevisables se acogen a la fórmula Heck de prohibición de cuarta instancia los procesos
regulares, no son revisables en sede de derechos fundamentales, salvo que exista una
vulneración ostensible a un derecho fundamental.

Si se da un impedimento extraordinario para la justicia constitucional y es de


objetivamente la imposibilidad que un proceso regular o una controversia en la cual se
hayan respetado escrupulosamente los
derechos fundamentales de las partes, pueda
ser objeto de nueva discusión bajo estos
mismos argumentos, importa entonces el
principio de autocontrol a fin de que tanto
Poder Judicial como el Tribunal Constitucional
ajusten sus decisiones a los lineamientos
marco que inspiran las garantías
constitucionales, a fin precisamente de evitar
filosofía o moral constitucionales en sus
decisiones, siendo exigible que ambos
estamentos sepan trazar adecuadamente las fronteras entre el derecho y la política.

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Las relaciones de complementariedad, que busquen tender puentes antes que a
materializar los choques de trenes que describe el maestro Pérez Tremps en el
ordenamiento español, a propósito de las diferencias entre el Tribunal Supremo y el
Tribunal Constitucional, esa exigencia de complementariedad demanda que se sigan
construyendo adecuados estándares jurisprudenciales cuya vocación sea la de una
adecuada delimitación de potestades así como de equilibrio intra instituciones. Ni el
Poder Judicial ni el Tribunal Constitucional pueden asumir roles invasivos ni
irrazonablemente activistas uno respecto de otro y en ello los jueces asumimos una gran
responsabilidad.

Por su parte, los jueces y tribunales ordinarios conocerán, además del control ordinario
de legalidad, de la inconstitucionalidad de los reglamentos cuando éstos, sin vulnerar la
ley, transgredan la Constitución.

2) EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y SUS ORGANISMOS

En el Perú el Tribunal Constitucional es el Órgano de control de la constitucionalidad, es


autónomo e independiente en el Articulo 202° de la Constitución Política del Perú, Art. 1°
Ley Orgánica del Tribunal Constitucional N° 28301. Lo cual significa que al Tribunal
Constitucional se le ha confiado la defensa del principio de supremo constitucional,
contra las leyes o actos de los órganos del Estado que pretendiesen socavarlo; interviene
para restablecer el respeto a la Constitución en general y de los derechos
constitucionales en particular la misma que ejerce fundamentalmente a través de las
acciones de inconstitucionalidad, pero además, a través de los recursos extraordinarios
en procesos de habeas corpus, amparo, habeas data y acción de cumplimiento, y, a
través de los conflictos de competencia y de atribuciones.

Es autónomo e independiente porque en el ejercicio de sus atribuciones no depende de


ningún órgano constitucional. Se encuentra sometido solo a la Constitución y a su Ley
Orgánica.

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Los órganos constitucionales del país son:

 El poder Ejecutivo, El poder Legislativo, El poder Judicial, el Consejo


Nacional de la Magistratura, el JNE, el Sistema Electoral, el Ministerio
Público, la Defensoría del Pueblo.
 El Tribunal se compone de siete miembros elegidos por el Congreso de la
República por un periodo de cinco años. Sus atribuciones están fijadas en
el artículo 202º de la Constitución Política, según el cual, el Tribunal
resuelve:
 Las acciones de inconstitucionalidad.
 Los recursos extraordinarios en última instancia, en los procesos de habeas
corpus, amparo, habeas data y de cumplimiento.
 Los conflictos constitucionales de competencia, o de atribuciones.

La Constitución los denomina en su artículo 200º como "Acciones de Garantía, sin


embargo, desde un punto de vista más estricto y científico procesal, se trata de procesos
constitucionales, que en nuestro ordenamiento procesal constitucional son siete

a. Proceso de Habeas Corpus


b. Proceso de Amparo
c. Proceso de Habeas Data
d. Proceso de Cumplimiento (acción de cumplimiento)
e. Proceso de Inconstitucionalidad (acción de inconstitucionalidad)
f. Proceso de Acción Popular
g. Proceso de Conflicto de competencia o de atribuciones (Art. 202º, inc. 3 de la
Constitución).

Clasificación de los procesos constitucionales:

En atención al objeto de protección de cada uno de ellos, existen tres clases de procesos
constitucionales:

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Procesos de tutela de derechos. - Tienen por objeto la tutela jurisdiccional de los
derechos constitucionales y son los siguientes: proceso de habeas corpus, amparo,
habeas data y proceso de cumplimiento como acción de cumplimiento.

Procesos de control normativo. - Tienen por objeto proteger jurídicamente la primacía de


la Constitución respecto a las normas que tienen rango de Ley, en el caso del proceso
inconstitucionalidad, y de la primacía de la Constitución y de la ley respecto al resto de
normas de jerarquía inferior a la ley, en el caso del proceso de acción popular.

En ambos procesos, es el orden jerárquico de las normas (principio de jerarquía de las


normas) de nuestro sistema jurídico el que constituye el objeto de protección de esta
clase de procesos.

Proceso de conflicto competencial. - Tiene por objeto la protección de las


competencias que la Constitución y las leyes orgánicas atribuyen a los poderes del
Estado, órganos constitucionales y a los gobiernos regionales y locales municipalidades.
Esta comprendido por el proceso de conflictos constitucionales o de atribuciones.

El Tribunal Constitucional tiene competencia exclusiva para conocer los procesos de


inconstitucionalidad (acción de inconstitucionalidad) y el proceso de conflicto de
competencia y/o de atribuciones. En los procesos de tutela de derechos (habeas corpus,
amparo, habeas data y de cumplimiento) conoce solamente en ultima instancia a través
del denominado recurso extraordinario, pues la primera y segunda instancia se
sustancian ante el Poder Judicial a través de sus Juzgados y Cortes competentes.

El Poder Judicial tiene competencia exclusiva para conocer el proceso Constitucional de


acción popular y los procesos de tutela derechos en primera y segunda instancia.

3) FUNCIONAMIENTO Y COMPETENCIA

La finalidad del proceso de inconstitucionalidad es la defensa de la supremacía de la


Constitución en su condición de Ley Suprema. Ella ostenta el máximo nivel normativo,
por cuanto es la carta fundamental obra del Poder Constituyente que contiene las reglas
básicas de convivencia social y política dentro del país; crea y regula el proceso de
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producción de las demás normas del sistema jurídico nacional y establece los derechos
fundamentales de la persona en su parte dogmática. La Constitución es norma material y
dinámica, por eso es la norma básica en la que se fundamentan las distintas ramas del
derecho, y la norma de unidad a la cual se integran sin lugar a ninguna contradicción; Y
el Tribunal Constituyente es el guardián y custodio de esa supremacía material.
Conforme a ello, el artículo 75º del Código Procesal Constitucional señala que los
procesos de inconstitucionalidad, tienen por finalidad la defensa de la Constitución frente
a infracciones contra su jerarquía normativa. Artículo que realiza una clara alusión al
principio de jerarquía normativa que es el que, en última y definitiva instancia, determina
la validez o invalidez constitucional de una ley o norma con rango de ley.

 Funciones Definida su autonomía, queda explicar qué es lo que hacen.


 La labor del Tribunal Constitucional es simple: defiende la constitución y se
asegura que el país la cumpla a rajatabla.
 Es decir, si se presenta alguna acción de inconstitucionalidad contra una ley, el TC
se encarga de revisarla y decidir, en única instancia, si cumple o no con la carta
magna.
 Dicha atribución es definida por el artículo 202 de la Constitución, que además
establece que evalúa en "última y definitiva instancia las resoluciones
denegatorias los procesos de hábeas corpus, amparo, hápeas data y
cumplimiento".
 Por último, el TC también debe conocer los conflictos de competencia, o de
atribuciones asignadas por la Constitución.
4) VOTACION Y RECHAZO IN-LIMINE

Los colegiados del tribunal deben cumplir ciertos requisitos. Al igual que los jueces de la
Corte Suprema, deben haber nacido en Perú, ciudadanos en ejercicio y tener más de 45
años.

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La última condición es la que coloca el peso en el cargo: debe haber sido magistrado del
Poder Judicial o Fiscalía por 10 años o haber ejercido como abogado o catedátrico
universitario (en materia jurídica) por 15 años.

Si algún letrado es elegido como miembro gozará de inmunidad. Es decir, no podrán ser
sometidos a juicio mientras ejerzan.

Incluso si cometen un delito en funciones o hasta cinco años después de dejar el TC,
solo el Congreso puede iniciarles un antejuicio político.

La primera limitación del cargo corre por cuenta de la reelección. Como se lee en
párrafos anteriores, un magistrado no puede ser electo por dos períodos consecutivos.

Además, si aquel juez o fiscal ha sido destituido por alguna medida disciplinaria no puede
integrar el TC. Y tampoco los abogados inhabilitados por sentencia judicial, y los
procesados o condenados por delito doloso.

El TC es conocido como "el máximo intérprete de la Constitución". Es decir, tiene el


poder de resolver acciones de inconstitucionalidad contra las normas del país y evaluar si
las sentencias judiciales contravienen aspectos de la Carta Magna.

Dentro del marco de la justicia constitucional peruana, planteando para ello un análisis
en torno a la doctrina nacional y comparada, abordando con especial inquietud el origen
de creación e implementación de las instituciones jurídicas aludidas, con la finalidad de
determinar, prima facie, si han sido debidamente aplicadas en nuestro Estado, tanto a
partir de sus presupuestos de aplicación, sus elementos estructurales y sus efectos
interpretativos, para luego establecer si de su aplicación actual –conforme se halle en el
sistema peruano- han vulnerado derechos fundamentales, dada su incidencia directa
vigente en lo que implica constituir el criterio dominante de interpretación jurídica
vinculante en cuanto a Derecho Constitucional compete.

Expuesto lo último, el investigador propone un examen a partir de la teoría de los


derechos fundamentales, así como de las consideraciones de especialistas en las áreas
del Derecho Constitucional y procesal constitucional, para delimitar las afectaciones
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resultantes de la aplicación del overruling en los precedentes vinculantes en los derechos
fundamentales, tanto en el ámbito jurídico como social.

En el “Capítulo 1. Introducción”, se ha desarrollado la realidad problemática que enmarca


el desarrollo de la investigación, así como la respectiva formulación del problema, su
justificación, las limitaciones investigativas y los objetivos que guían el desarrollo de la
tesis.

En el “Capítulo 2. Marco Teórico”, se han desarrollado los antecedentes investigativos del


tema de tesis seleccionado, siendo para el caso únicamente teóricos nacionales; además
se ha dispuesto las bases teóricas, las cuales han sido estratégicamente organizadas en
cuatro capítulos:

i) El Tribunal Constitucional Peruano;


ii) Las Sentencias Constitucionales
iii) El Precedente Constitucional Vinculante
iv) Los Derechos Fundamentales y su interpretación; finalmente, se ha expuesto
la formulación de la hipótesis, la cual será contrastada con la investigación.

En el “Capítulo 3. Metodología”, se ha expuesto la parte metodológica consistente en: la


operacionalización de las variables que componen el problema de investigación para
establecer las unidades de medición a considerar en nuestros instrumentos; el diseño de
la investigación, así como el material de estudio, compuesto por las unidades de estudio,
poblaciones y muestras seleccionadas; así como las técnicas, instrumentos y
procedimientos utilizados tanto para la recolección de datos como para el análisis de la
información recabada, en relación a las variables que componen el problema de
investigación de la presente tesis.

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En el “Capítulo 5. Resultados”, se consignarán los resultados obtenidos de la aplicación
de los instrumentos consistentes en: i) Guía de juicio de expertos; ii) Guía de análisis
documental, y iii) Guía de Análisis jurisprudencial, para, posteriormente,
interrelacionarlas en el “Capítulo 6. Discusión de Resultados”. Finalmente, se
establecerán las conclusiones, tanto generales como específicas, en relación a los
objetivos propuestos en la presente investigación, para luego fijar las recomendaciones
pertinentes, desde la perspectiva jurídica; acompañando las referencias bibliográficas
utilizadas en la investigación, así como los anexos correspondientes.

Al hacerlo, el Tribunal Constitucional ha cumplido con los tres requisitos para proceder a
Overruling:

 Que se cite expresamente el precedente anterior que se va a dejar sin efecto;


 Que se razone y motive las consideraciones que justifican el apartamiento del
precedente anterior y la necesidad de generar un nuevo precedente constitucional
de orden vinculante.
 Que se genere un nuevo precedente vinculante en el fallo corrector.

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