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124 RAMON PAIUELO existente entre el universo comunal y la cordillera andina -la regi6n més pobre del Perd-, pues las comunidades se hallan concentradas en el espacio definido por los macizos de la sierra sur y central, y en menor medida en la sierra y costa norte. Son estos miles de agrupaciones, presentadas uni ria y homogéneamente ipal objeto de estul Este trabajo busca realizar un balance de los trata de una tarea compleja: a) porque comunidades se confunde con el propio balance de la antropologia peruana, cuando menos hasta hace poco tiempo; b) por la enorme cantidad de libros, articulos y tesis en los que se ha cristalizado la dedicacién casi exclusiva de los antrop6logos al estudio de las comunidades durante varias décadas, lo que hace imposible la exhaustividad bibliografica; c) por la inexistencia que persiste hasta hoy de una conceptu ¢) por En 1964, Henry Dobyns antropolégicos sobre | revisi6n constat6 que el ejercicio profesional de la antropologia fue precedido de poblacién nacional. En conjunto, las comunidades campesinas el 50% de la superficie agropecuaria nacional, pues de los 35 millones de hectéreas que la componen, 18 millones son de usuffucto comunal. La gran mayorfa de dades se encuentra en los departamentos de Puno L crcrytecbanthe te rte ae enhcer neon ngage Ancash (350 cc), ce), Cajamarca ¥y Matos (1949), Otros autores resefaron sus expetiencias en los primeros proyec- INDIGENAS, CAMPESINOS Y_ANTROPOLOGOS EN EL. PERO 125 DISTRIBUCION DE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS: ANIVEL DEPARTAMENTAL, Fuente: Guillermo Valera Moreno (1988) en el Peri por una serie de ensayos ¢ investigaciones cuya preocupacién era definir el origen hist6rico, las caracteristicas organizativas y las perspectivas ides indigenas. Los estudi ‘iores profundizaron esa nndo de las comunidades n revisada y aumentada investigaci6n antroy 2) y Yauyos-Huarocl wgen de conjunto del que fue preset ‘se allo en Ja Universidad de San Marcos, dde Vind (Muell El dinico texto que intenta brindar una jlogfa hasta 1958, es el de Escobar igaciones Antropolégicas organizada 126 RAMON PAIUELO de los antropélogos, cuya preocupacién central era la comprensién de las: ‘comunidades como unidades culturales especificas, esfuerzo que iba de la mano. indigena andina peruana (Martinez, Cameo y Ramirez, 1969), la que desde centonces y por muchos aiios fuera la principal referencia de gonsulta bibliografica sobre la miltiple realidad andina. Este y otros trabajos’ evaltian y, ademés, reflejan una etapa de la antropologfa peruana: aquella correspondiente a la €poca de oro de los estudios de comunidad. Recién en los afios 80 se vuelven a escribir balances especiticos. El balance de Juan Ossio (1983) revela la situacién larvaria de los estudios sobre la estructura soci heterogencidad Recientemente, dos nuevos texto: studios de comunidades. Mossbrucker (1991) revisa la evolucién del concepto, “comunidad” en la literatura antropol objetivo del autores, sin embargo, realizar un ordenamiento conceptual a fin de definir y clasificar la comunidad Indigenista Peruano entre 1961 y 1969 (Garcia y Cérdova, 1969), y sobre todo el ‘importante balance de los aportes de esos trabajos escrito por Héctor Martinez a9 dicho Instituto, La importante Bibliogr por José Matos Mar y Rogger Ravines Pert (Rodriguez Pastor, de Investigaciones. en Antropologi uye un valios antropol6gicas nacionales y extranjeras sobre el Per. {/INDEGENAS, CAMPESINOS Y_ANTROPOLOGOS EN FL. PERO 17 de Quinches (Yauyos), que es objeto de su trabajo de campo. Ello le Heya a ta revisién cronolégica de las diferentes conceptualizaciones de Ia comunidad, para lo cual examina un conjunto de textos muy bien escogidos. Mossbrucker sefiala un conjunto de problemas que impiden ta adecuada comprensién de las comunidades y su definicién precisa, entre los cuales destacan: la falta de distinci6n entre las palabras ayllu, comunidad y pueblo; la existencia de contradicciones entre las diferentes conceptualizaciones de comunidad; las idealizaciones de la comunidad, entre otros. Por lo cual concluye to siguiente: “a. Debido a la gran variedad de funciones y contenidos que la ‘comunidad asume en diferentes pueblos, una definicién clara y tiniea de su contenido no resulta en la actualidad posible ni tiene mayor sentido, B. Una comunidad en un pueblo debe interpretarse en primer lugar como problema para el investigador; hablar sobre ella impli investigar en profundidad los fundamentos de su existe contenido y sus modos de funcionamiento” (Mossbrucker, 19 El texto de Jaime Urrutia (1992), es un excelente ensayo sobre el “amor (casi) eterno” entre 1a antropologta y las comunidades. Urrutia presenta las sucesivas etapas de ese peculiar romance de medio siglo, lo que le permite percibir la existencia de un abismo entre el devenir de Ia antropologia y los ‘cambios procesados en el pafs, pues “los estudios no van al ritmo de los procesos ies en el campo (p. 10). Algunos de los problemas destacados por Urrutia ‘ida del concepto comunidad, y la inexistencia de una Para completar este panor ar los textos de Heraclio Bonilla (1996) y Alejandro Diez (1997). Aunque Bonilla enmarca sugerentemente Jos hallazgos de las investigaciones antropolégicas en los paises andinos, se constrfie al perfodo de trénsito que si las décadas de 1950 y 1960, Bl trabajo de Diez, destinado a la evaluacién de las teméticas principales de la investigacién reciente sobre la “sociedad rural”, menciona en un acdpite los trabajos diltimos sobre comunidades. ‘Ademés de estos textos, pueden encontrarse dos tipos adicionales de aproximaciones criticas: la correspondiente a ensayos que intentaron ofrecer ina imagen sintética y general de las comunidades, recogiendo y condensando mntos acumulados. Entre ellos podemos mencionar los trabajos de Valedreel (1953), Matos (1965, 1976), Fuenzalida (1976) y recientemente Contreras (1994). Y en segundo lugar las evaluaciones realizadas en It 128 RAMON PAIUELO introduccién de monografias especificas, que buscaban el establecimiento de tun marco de andlisis basado en la resefia de los avances producidos. Entre jones destacan las realizadas por Fuenzalida y otros (1968), |. ¥ algunos trabajos sociolégicos como los de Plaza (1980), Plaza y Francke (1985) y Salvador Rios (1991). 2. EL “DESCUBRIMIENTO” DEL INDIO ¥ LOS PRIMEROS ESTUDIOS DE COMUNIDADES 1900-1930. Las primeras monografias sobre las llamada: realizadas durante las décadas iniciales del todo juristas preocupados por establecer el estatuto legal del régimen de propiedad predominante en las comunidades, ¢ ingenieros y economistas interesados por cl progreso de la agricultura, asf como diversos autores que buscaron describir € interpretar a “los indios” y sus comunidades, sea a favor o en contra de su existencia’ Uno de los primeros trabajos que buscaron interpretar las comunidades fue el de Francisco Tudela y Varela (1905), Socialismo peruano. Estudio sobre las ymunidades indigenas” fueron germfnica y el allmend sui tesis de que es necesaria su disolucién, Para Tudela y Varela el origen de las comunidades indfgenas se remonta a la época incaica, (p. 7) pero sus rasgos prevalecientes hasta hoy habrfan sido * Entre los principales trabajos deben mencionarse los textos de Ricardo Bustamante isncros, Condicién juridica de las comunidades de indigenas en mnio Encinas, Contribucién a una legistacién twtelar indigena (1920), Manuel Yarlequé, La raza indigena (1 Torte, Evolucidn legal de las comunidades indigenas 'S/INDIGHNAS, CAMPESINOS Y_ANTKOPOLOGOS EN EL PERO 129 modelados en Ia época colonial. Para sostener esa idea cita el impacto de Ia legislacién colonial referente a la formacién de las reducciones, repartimientos, Pert en factor activo y consciente” (p. 31), y justificada por la supuesta influencia negativa de dicho régimen: “ :Quién podré sostener entre nosotros la bondad de un régimen que contribuye, indiscutiblemente, a mantener a nuestra raza aborigen en la inaccién y et ocio, mientras las industrias del paty se encuentran entrabadas por falta de brazos; mientras nos invade la raza amarilla para ocupar el vacto que nuestros aborigenes no quieren llenar; mientras ‘el mismo suelo que ocupan permanece improductivo por falta de trabajo: mientras el alcoholismo tos embrutece y fanatiza?” (pp. 30-31). El autor traduce asf las exp \s del sector dominante de exe momento, Jo que seguido di jegar ala destrucciGn d a propiedad de la tierra, declarando| jendo a favor de cada individuo, sin gravamen alguno, un titulo de dominio” (p. 33). tra temprana ¢ influyente interpretacién fue la realizada dos afios despues por Manuel Vicente Villarin (1907). Su preocupacién central es In definicién dol status legal de las comunidades, cuya existencia implicaba una serie de cn claro contraste con Tudela y Varela: RAMON PAIUELO “La comunidad protege al indio contra el blanco. Las tierras de abortgenes no han sido atin totalmente usurpadas por los ricos hacendados, gracias a la posesién comunista. La comunidad es el contrapeso del caciquismo semifeudal que sigue imperando en nuestras sierras. La disolucién de esas comunidades, antes de instruir a los indios y de abrir caminos y mercados, no crearfa una clase de ‘campesinos propietarios; seria la evi que forman la mayoria de la poblacién indigena en provecho de unos pocos hacendados dvides (..) el atraso agricola de las comunidades ‘= no parece explicable slo por la carencia de estimulo de la propiedad privada. No se debe tampoco a la decantada semi-barbarie e ignorancia de los indios; débese a la imposibilidad de dar asus tierras empleo lucrativo por falta de rutas y de lugares de consumo para los productos. Y he alli cémo el coneluir con las comunidades no seria ” (pp. 64- 65). fe de muchas interpretaciones acién rigurosa sobre el origen y el ‘én, De acuerdo a Saavedra, “el an ivo de la tierra por un grupo de poblacién s 551), el que se definirfa por “una rela parentesco consanguineo” (p. 476). El autor concluye que el ay! la gens primitiva de las poblaciones del centro del continente sudamericano” (p. 474), cuyo origen “se remonta a una época antiqufsima, anterior al perfodo megalitico” (p. 505), El andlisis realizado por el autor le permite establecer la transformaci6n del ‘ocurrida mediante la evolucién del a en “organizacién ” (p. 518). De esta manera, ayllu y comunidad, siendo sinénimos, tendrian su origen en la estructura del linaj prehispénico en las actuales comunidade constitucién de Ia propiedad comunista del las que borrasen totalmente sus rasgos ca manera, las tesis de Saavedra, que fueron lefdas como conclusiones cientifieas irrefutables, fundan algunas de las ideas ce: Jo que cuatro décadas después Richard Adams (1963) denominari de la comunidad. {./INDIGENAS, CAMPESINOS Y_ANTROPOLOGOS EN Corresponde a Hildebrando Castro Pozo (1924) el mérito de ser el autor de la primera descripcién etnogréfica de una comunidad. El libro Nuestra Comunidad Indégena, se basa en gran parte en Ia observacién pa ‘comunidades de la sierra central, especialmente de ta provincia de Jauja, y dems recoge la experiencia que Castro Pozo obtuvo como Jefe de la Seecisin intos Indfgenas del Ministerio de Fomento. Todo el texto esti escrito a de lo que Castro Pozo denomina sus “apuntes”, los que muchas veces Jo largo de la cuidada narracién. El trabajo paciente igen ge as: “‘reposan sobre las bases de la propiedad en comin de las ‘en que viven y cultivan 0 conservan para pastos y los laz0s de consangl> nidad que unen entre lias que forman ef ayllu” (p. 7). Uno de Jos resultados mas importantes de Ia observacién detallada de Castro Pox, es tuna primera propuesta de ¢ }én de las comunidades en cuatro tipo agricolas, agricola-ganaderas, comunidades de pastos y aguas y comunidades de usufructuacién, lin y describe una 3s sociales, polticas y econdmicas de las comunidades el rol de la mujer y su condicién supersticiones y er tzanadera; Ia artesanfa, misica, bailes, poesfa, cuentos otros, 132 RAMON PALUELO 3, “EDAD DE ORO” DELA ANTROPOLOGIA DE, COMUNIDADES: 1940-1960, Las investigaciones sobre las comunidades contemporéneas se inician en el Per con la legada de antropélogos extranjeros, que realizan los primeros trabajos de campo entre fines de los afios 30 y comienzos de los 40. En 1937 Iega al Perti Bernard Mishkin, quien realiza un extenso trabajo de campo en Quispicanchis, Cusco, entre 1938-1939, y entre 1941-1942. Segdin Valedrcel, con la llegada de Mishkin “puede decirse que comenzaron las actividades etnolégicas en el Pera” (1985: 16). En 1940, arriba al Pert Harry Tschopik, y realiza un largo trabajo de campo de dos afios en Chucuito, Puno (Tschopik:1947). Asimis- mo, en 1959 Richard Adams publica su artfculo sobre Ja comunidad de “Muguiyauyo siendo unos de los primeros en diferenciar las relaciones de recipro- cidad con la comunidad como institucién colectiva. Con esto critica cualquier definicién psicologista de la comunidad como “solidaria” 0 “conservadora’ EI primer proyecto de investigacién que conté con la participacién de antropélogos peruanos y extranjeros, fue el dedicado al estudio del valle de Vir, Desde el fin de la segunda guerra mundial, bajo la direccién del arqueslogo norteamericano Gordon Willey, de la Smithsonian Institution, siete instituciones académicas americanas estudian dicho valle acogiendo a los primeros antrop6logos y estudiantes peruanos como Jorge Muelle, Oscar Nifiez del Prado, Humberto Ghersi, ete (Martinez.y Osterling, 1985). El segundo proyecto es el que desde 1945, bajo el impulso de Harry Tschopik, estudia la comunidad de Sicaya, en el valle del Mantaro, también bajo los auspicios de la Smithsonian y la participacién de Jorge Muelle, Gabriel Escobar, J.M.B. Farfén, entre otros. Casi simulténeamente, John Gillin realiza desde 1944 un trabajo de campo en Moche, una comunidad de costa de La Libertad a. El Handbook La publicacién del Handbook of South-American Indians en 1946, bajo la direccién de Julian Steward, que incluyé en su segundo tomo una serie de trabajos dedicados a los Andes, puede ser considerado el punto de arranque de la antropologfa de comunidades. Los quechuas contemporéneos, de Bernard Mishkin (1946) da cuenta de los resultados de su trabajo de campo realizado en la comunidad de Kauri, Quispicanchis, entre 1937 y 1938. Mishkin intenta dar una imagen general de las caracteristicas de los quechuas contempordneos, uno de cuyos Tasgos centrales serfa la existencia de las comunidades indigenas compuestas de “varios 5 /INDIGENAS, CAMPESINOS ¥_ANTROPOLOGOS EN EL. PERG 133 grupos de familias extendidas” (p. 191), “unidas por lazos de_parenteseo resultantes de! matrimonio entre elas” (p. 192), conformando asf 1a unidad comunal. La unidad del grupo de familias, ademés, serfa posible por Ine; de formas de cooperacién como el ayni, que permite el intercambio de Las comunidades son clasificadas de acuerdo a sus patrones de estableci cen dispersas, nucleares, una combinacién de los dos primeros, y los puebl mayorfa de origen espafiol. (p. 189). Mishkin sostiene que cuando la comunidad es afectada por presiones econémicas externas que influyen sobre la la tenencia de la tierra, 1a solidaridad comunal caracteristica desaparece pues “las obligaciones de parentesen comienzan a resquebrajarse” (p. 192). Esta tesis revela las elaras diferencias que se van estableciendo entre los trabajos resultantes de investigaciones de campo y los anteriores ensayos indigenistas, El ensayo de George Kubler Los quechuas en el mundo colonial (1946) sostiene que la interpenetracién de los patrones indigena y europeo “produjo una cultura colonial dentro de la cual la conducta quechua fue al mismo tiempo continua y adaptable. Hablar de una ‘cultura’ quechua es artificial y engalioso) cl investigador se encuentra con el fenémeno de la cultura peruana colonial, y dentro de él puede ocasionalmente aislar un componente quechua relacionado cen todos sus puntos con la matriz. colonial envolvente™ (p. 1). La comunidad aparece asi como “el repositorio de 1a unidad cultura quechua” (p. 54), por lo cual su existencia esté atada al de: “su sobrevivencia significa la sobrevivencia de la sociedad india en el Pe extincién acarrearé la desaparicién de todo componente cultural indio reconoeible de la nacionalidad peruana” (p. 54). Las comunidades habrian subsistide debido a que “ningin modo de explotacién puede sobrevivir en el Pert sit tener Un reservorio de fuerza de trabajo en las comunas” (p. 54). De es maneri sobrevivencia de la comunidad aparece explicada, irénicamente, como un “logto de los sucesivos gobiernos tanto inca, colonial, 0 republicano, que 1a han explotado” (p. 54- $5). b, Primeras investigaciones del Instituto de Etnologia de San Marcos Casi inmediatamente después de su creacién en 1946, el Instituto de Etnologli y Arqueologia de San Marcos disefia el que seria su primer proyecto de investigaci6n etnol6gica, realizado desde 1948 en la parte alta de la provincia de ‘Yauyos, en la sierra de Lima, sobre todo en la comunidad de Tupe (Matos, 1949a; Farfiin, 1952). Algunos trabajos que se elaboraron en el marco de ese programa fucron las primeras publicaciones del Instituto de Etnologfa, en forma 134 RAMON PAIUELO de separatas; otros fueron publicados en Ia Revista del Museo Nacional. Destacan las tesis: Tupe, una comunidad del drea cultural kauke del Perti, de José Matos Mar (1949b), y El ciclo Avalos (1952). Estos trabajos trad antrop6logos una temprana certficacién de la existencia del Otro: los indios y sus comunidades, que de esa manera aparecieron ante los ojos de los antropélogos como un universo que esperaba ser descubierto y estudiado. El hombre y la familia en Q’ero el Q'ero, hombre de mentalidad clara y vivaz, ingenuo y franco al m habla poco y se siente mortificado cuando se le quiere hacer repetir lo que icho. Es severo en st conducta, patco en su trato, pero sumamente hospitalario con invita, pero rechaza 3s festividades de su pueblo. En el se ‘que se le quiera muy sefialadas oportunidades, jad del ganado. Vive nutrido de naturaleza y se manifiesta en canciones que anualmente det ‘por un poeta designado oportunamente y difundidas eon ocasién del “ 7 por el trovador que desemperia el cargo de ‘Apirinku’. Su observacién del mundo sideral, le permite reconocer ¢ identificar varios astros y contelaciones vinculados a mitologia y creencias. Guarda un conjunto de conocimientos que incluyen el manejo de los khipus o rogistro de anudaduras, por lo menos en tres variedades,..” ' /INDIGENAS, CAMPESINOS Y_ANTROPOLOGOS EEL PERO 135 En 1948 se funda el Instituto Francés de Estudios Andinos (IEA). Desde 1949, su primer director, Jehan Vellard, impulsa una investigacién sobre Ia (1964), considera la propiedad como un patrén cul comunidad representativa de un érea cultural: la Meseta. el estudio de evolucién histérica de la propiedad re extraordinaria por el hecho de que los isleflos compraron las tierras, 1o que los convirtié en “los primeros en ser duefios de sus tierras respaldados eon documentos piiblicos” (p. 75). Matos Mar registra ese largo proces remontndose al siglo XVI, y termina dando cuenta del proceso contempordineo de “acaparamiento de terrenos en manos de dos o tres indigenas acomodados gue a su vez, los venden 0 arriendan a los de inferior condicién econdmica” (p. 75). Este proceso es el resultado del hecho de que la propiedad “ha constituido durante muchos afios la nica meta de su existencia y p n duramente hasta su consecucién” (p. 113). La observacién antropoldgiea detallada de evolucién de la propiedad de la tierra actéa como “lave” para abrit otros temas: las caracteristicas generales de Ia cultura taqu entre propiedad, estructura social y fa sistema de autoridad, ent ¢. Las comunidades de Huarochiré Entre 1952 y 1955, el Instituto de Etnologfa y Arqueologia de San Marcos desarrolla el Proyecto de estudios de Huarochirt-Yauyos, bajo la direedién de José Matos Mar. Las investigaciones, que buscaron continuar el estudio anterior de la vecina Yauyos, se realizaron en las nacientes del comunidades, que hacian parte de 13 pueblos, con una pol de los estudios as, este proyecto jenza a relacionarlas con su entorno ” Taguile era una de las seis islas pobladas del Iago msnm, con una extensi6n de 7.54 km2. Su poblacién ‘monolingles agrupados en 113 viviendas y 60 chozas dispersas 136 RAMON PAIUELO local y nacional. En ese sentido, el proyecto anuncié la posterior introduccién $ estudios de 4rea’ pues, apoyada en el parentesco, mediante diversas formas de control social cuya finalidad era “conservar la propiedad comunal... evitar que los intereses escaparan a manos extraftas, lo que ocasionaria, no s6lo el resquebrajamiento de la propiedad comunal sino, por derivacién, el de los vinculos existentes entre los comuneros, basados en la forma de propiedad” De esa manera la endogamia, el tabii del incesto y la residencia patrilocal extensa, aparecfan como los mecanismos del efectivo control comunal. Ese mismo aiio Cotler publica Los cambios en la propiedad, la comunidad en San Lorenzo de Quinti (Cotler, 1959b). Las comunidades del pueblo de San Lorenzo de Quinti, que fueron organizadas a partir de la reduccién que también han sabido conservar muchas c comunal es presentada enfrentando un activo proces inicios de este siglo, transforma las estructural definiendo el desarrollo de una serie de cambios en la propiedad comunal (venta sus miembros), en la familia (abandono de las normas de endogamia, predominancia de la familia nuclear de descendencia bilateral y residencia neolocal) y en Ia comunidad, que muestra un “proceso de desintegracién y de reintegraci6n” (p. 70). * Algunos de los informes finales del proyecto fueron pt de separatas que editaba el propio In -ados en Ia serie ros en las paginas 53, 1956; Soler y dos en las comunidades de los pueblos de Huarochiri, San i San Pedro de Huancaire y Santiago de Anchucaya, componen el libro Las actuales comunidades de indigenas. Huarochirt en 1955 (M ¥y otros, 1959). '/INDIGENAS, CAMPESINOS Y_ANTROPOLOGOS EN EL PERO 137 Otro proyecto del Instituto de Btnologfa de la UNMSM fue Ia investigacién sobre el valle de Lurin y el pueblo de Pachacémac (Matos Mar y otros, 1964). Este importante estudio de Area significé Ia introduccién de una nueva pet sbajo, pues se buscaba es parte del libro esta dedicada al conjunto de valle de Lui existencia de dos comunidades indfgenas cuyo peso re: 18 haciendas existentes. La segunda parte presenta el estudio del pueblo de Pachacémac, el cual revela la inexistencia de una definicién clara de las ideas de comunidad y pueblo, que son usadas indistintamente. Pachacamac es presentadio como un pueblo, debido a la desaparicién de la comunidad, pues: "poderosos intereses econdmicos y politicos estrechamente relacionados, han terminado por hacerla desaparecer (a la comunidad) como organizacién social dejéndoln reducida a un grupo de dirigentes que pugnan por reinvindicarle una serie de derechos, especialmente relacionados con propiedades comunales” (p. d. Bl proyecto Vicos y las comunidades de Ancash royecto Perd-Cornell de antropologia aplicad: del Calloj6n de Huaylas sino también las de otras regiones del pafs. Cabe destaear izadas por David Andrews y Henry Dobyns et) comunidades de Pasco, Paul Doughty en Huaylas, Humberto Ghersi en Mareari, John Hickman en Chinchera, Puno, William Stein en Hualcén, Mario Vasquez ¥ Héctor Martinez en Vicos. “reinventada” en una etnogeatia reciente (Villasante, 1992). También hay algo de eso en el caso de la comunidad de Jicamarca (Gutiérrez, 1992). RAMON PAIUELO Uno de los textos eseritos como parte de las investigaciones del proyecto lo, Egoavil y Re’ que podemos tomar como ejer El trabajo de campo se re ipante, posteriormente los datos fueron codificados seguin Ia Guta para Jasificacién de los datos culturales de Murdoch. El texto se ordené de acuerdo al siguiente cuadro de contenidos, que con leves variaciones era el modelo de las descripciones monograficas realizadas entonces en I: dades: aspecto geogrifico, demograffa, aspecto econdmico, \ci6n social, gobierno local, socializaci6n y educacién, salud e higiene La comunidad de Carcas, compuesta por 102 familias y con un total de 429 habitantes, es vista por los antrop6logos como una “sociedad” en sf misma, derivada de los antiguos ayllus (p.13), en la cual la condicién de comunero la tiene quien “asiste regularmente alos trabajos colectivos... y cumple la obligacién de ser funcionario de las 6 fiestas religiosas que se celebran... ‘A cambio de ello, adquiere el derecho de usufrue ierras de cultivo y pastoreo comunes Lucgo de sefialar que se trata de una comunidad completamente ind(gena, por no tener poblacién mestiza, la que reside en el vecino pueblo de Chiquisin, el estudio reconoce simplemente dos grupos de status: los “ricos” y los “pobres”. La sorpresa que espera al lector es descubrir que los son una familia de cinco miembros “que posee el establecimiento comer del lugar fibrica al los trabajos comunales y prefieren pagar en di lias entregan a otras para sembrar en “compaiifa de peones para hacer trabajar sus tierras. Hablan el castellano, usando el quechua solamente en algunos casos” (p. 53-54). Cuando se preguntan sobre la ‘“{dentidad” de Carcas, los autores evidencian la fragilidad teérica de su trabajo, al sefialar confusamente que “La teoria de la cultura de los grupos humanos del Pert, no define exactamente a qué grupo pertenecen los habitantes de Carcas, por tanto, nosotros no podemos considerarlos como indigenas 0 como mestizos, ya que no se identifican, pl con los caracteres de uno de éstos. Posiblemente esta situacidn se debe a que el grupo se encuentra en ascenso o transicién del indigena al mestizo" (p- 109). s 5 /INDIGENAS, CAMPESINOS Y_ANTROPOLOGOS EN 139. ¢. Visiones de la comunidad El libro representativo de estas décadas es, sin duda, Estudios sobre la e ‘actual del Perii, editado por José Marfa Arguedas (1964). Los trabajos qu componen, fueron escritos casi todos con bastante anterioridad a su publicacion Yy con motivaciones diversas. Las etnografias que habfan sido eseritas eon Ios Jentes det culturalismo aparecen desfasadas en una coyuntura (1964) mareadat por las masivas movilizaciones campesinas que remecieron al pais, yenerando fos primeros intentos de reforma agraria. En ese contexto, el libro aparece " de la comunidad tradicional, presente que, a ojos de lo rezagado, mayoritariamente en biisqueda del estudiada como herencia de un pasado, tod: antropélogos, aparecfa como inmutable. or ello, en Ia presentacién Arguedas tiene que proponer una refeetura de textos escritos con mucha anterioridad, en los cuales resulta excepeional It descripcién de algunos procesos de cambio, pues las com son descritas como entidades en las que Io central son las permamencias, Il nico texto del libro que busca estudiar sobre todo los cambios es el del propio Arguedas (1964b) sobre. Puquio. Para hacer justicia @ los textos necesario, por tanto, fijarse en su fecha de publicacién antes que en el afio dle ibro que los compila, Escobar (1964) estudia Sicaya, una comunidad que define como hace como si se tratase de una comunidad indigeni, ituaciones deseriti por los conceptos “indigena” y “mestizo” Posteriorment ‘caya: cambios culturales en una comunidad mestiza, de Gabriel Escobar ‘basada en su antigua monogratia de los afios 40s reescrita en 1966, permitié contar con una sGlida descripoién de un tipo espectfico de comunidad definida como mestiza. Este libro intenta responder preocups "Ls importancia de los trabajos que sobre cl proceso de cholificacin y los ‘movimientos eampesinos eseribe Antbal Quijano en esos aos (1964, 1965a, 1965b), fe puede entender justamente en relacin a este desfase entre la anropologia y Cambiante sociedad peruana, Deben distinguirse, igualmente, los esfuerzos realizados por Arguedas ‘sus trabajos sobre los cambios hist6rieos clturates de las comunidades del valle de] Mantato, y por Bourricaud (1954, 1967) tn sit relectura de la situacién y caractersticas de los diferentes grupos sociales del Per RAMON PAIUELO (cambio cultural y mestizaje) en base a materiales recogidos en uno de. trabajos de campo de la antropologia peruana. Evaluan de esa vieja investigacién, e! propio Escobar sefiala que caso de Sicaya, Escobar sintetiza de la siguiente manera su proceso de mestizaje: “de haber sido una comunidad indigena cuando los espaftoles poblaran el valle, recibié por un tiempo un tratamiento especial de los conquistadores debido a los privilegios reales de las familias indigenas de tos caciques (jefes), estos privilegios fueron poco a poco usurpados por los mestizos quienes, en un comienzo, eran un grupo marginal, Poco a poco adquirieron ascendencia por medio de matrimonios con las mujeres indias, por litigios sobre la tierra y muchas veces robablemente por el uso abierto dela violencia. Lo que probablemente fue una comunidad autosuficiente y “cerrada”, se convirtis ‘gradualmente en la comunidad mestiza abierta del presente, fuertemente ‘yuna gradual integracién en la vida econdmica y politica del valle del Mantaro y del Peri central” (p. 180). Faron (1964) estudia la formacién de dos comunidades en un tliacose n si los grupos van a ser considerados com u estudio de estratificacién distingue cuat 8. A partir de una visi6n esen postula su desaparicién: de lo indigena, Mat “la comunidad quechua, como tal, ha desaparecido en el Callen de Huaylas. En la hora actual, “comunidad in nies “indigena””. Estas comunidades son e comunales han desaparecido, Los llamados “‘comuneros” 0 miembros de la comunidad, generalmente estén avanzando hacia el camino de 3 /INDIGENAS, CAMPESINOS ¥_ANTROPOLOGOS EN EL PERC 4 conflictos de mayoria de los hombres y por casi todos los nitios de edad escolar La vestimenta ind(gena tiende a abandonarse. En otras palabras, la cultura de la comunidad indigena deja de ser predominantemente indigena” (p. 33), El art imagen agonizante de la comunida lazos de la comunidad dentro de empobrecimiento y la diferenciacién de las las herencias desigu: comunidad para proporcionar seguridad, deshizo las organizaciones” (p. 147). El resultado de ello es que en su opinién “la comunidad libre ha evolucionado hasta no constituir ya una comunidad. Kauri se esté descomponiendo en pequefios grupos de campesinos individuales, poseyendo tierras en considerable cantidad” (p. 149). Jf, Una expedicién hacia el pasado La biisqueda de la comunidad original, supuestamente ja por Oceidente, objetivo era la realizacién de un estudio antropolégico, que aparecia como un sje hacia el pasado, hacia el descubrimient ayllu Ink de sortear una serie de problemas, la expedic del Cusc . realizando un largo viaje hasta de Q’ero s decir tres dfas después de viajar en cami6n, a caballo y a pie. En esta expediciGn Efrafn Morote recogié Ia primera versiGn "Br grupo de expedicionarios estuvo conformado por nueve personas: un geégrafo, un folklorista, un arqueslogo, un musieélogo, un ayudante de arqueotogia, un ayudante de folklore, un fot6grafo, un redactor de La Prensa y un. ,0. responsable; Ia finalidad del equipo multiisciplinario era dar cuenta ura total” Qe. 142 RaMon del mito de Inkarri, que después se hiciera famoso, y del cual posteriormente traron variantes en lugares tan distantes como Ay can yacucho y Ancash. fl bond El hombre y la familia: su matrimonio y organizacién politico ial en Q'ero, escrito por el jefe de la expedicién, el antropélogo Oscar : logo or Nite del Prado (1964), expresa bien el interés por descubrt lo exdteo del Otro, el indigena Q’ero, presentado como: “hombre de ment ingenuo y franco al mismo tiempo, habla poco y se siente mor le quiere hacer repetir lo que tiene dicho. Bs sever pero sumamente hospitalario con el viajero” (p. 280). Al su conduct, se describe también la poesfa, el vestido, la textiler los rebatios, la familia, tas costumbres matrim: Fes matrimoniales, etc, de los Q’ero, {érminos de “otredad” cultural y con notoria inl 3 tara on luencia de lacorriente de “cultur y personalidad”. c pete El texto resalta las peculiaridades de ta “sociedad” Q'ero, Ia que de ese modo aparece como un abjeto de estudio equiparable alas soci Cstudiadas por los anropdlogo en cualguira de os contnentesy dels mise manera que son invsibles los funcionarios coloniales en muchas monograffas antropolGgicas clasicas, en el texto de Naftez del Prado hay un personaje invisible: el patrén, que representa a fo occidental y la poder, pues resulta que Qlero era una comunidad dependiente de una hacienda." " 4. LA GRAN TRANSFORMACION: 1960-1980. Desde mediados de la década de 1960 y a todo lo largo de la ourre un verdadero cambio en los estudios sobre comunidades y 1unidades, que se refl on a realizacién de mpl wabajos guiados por pregunta hipotsis nuevas, 4. De las monografias de comunidad a los estudios de dreas a ran transformacién de los estudios de comunidades se debi6 a la reuniGn le una serie de factores, entre los que cabe mencionar la crisis del culturalismo em lib de homenaje a Oscar Nii, ‘sco, homenaje a Oscar Nittez del Prado (Flores Ochoa y Niiez del Prado, 1983), presenta una reevaluacién del Viaje realizado en 1955, y nuevos trabajos relacionados. 5 /INDIGENAS, CAMPESINOS Y_ANTROFOLOGOS EN EL PERU 143 norteamericano, Ia influencia creciente del marxismo, el apogeo del ‘ucturalismo, el impacto de Ia teorfa de la dependencia en el contexto leradas transformaciones de la sociedad peruana. Ello se revelé en Ia sustitucién de los anteriores estudios monogrificos de comunidades aistadas por los nuevos estudios de Areas, al interior de los cuales las comunidades siguieron siendo objeto de detalladas investigaciones etnogesticas, pero mediay tuna perspectiva dist smo cultural anterior, pues ahora se trataba de dar cuenta de los cambios més que de las permanencias. Comunidades y .das, pensadas como parte de unidades regionales estrechamente vineuladis aa realidad nacional y mundial, fueron estudiadas atendiendo a su evolucidn histérica de largo plazo y a su vinculacién con los procesos y estructuras de dominacién. Ademés, la preocupacién anterior por Ia “integracién” fue reemplazada por enfoques preocupados por Ia planificacién del desarrollo comunal’’. En 1964, el Instituto de Estudios Peruanos, fundado ese mismo afl, disefit y comienza a ejecutar el Proyecto de estudios de cambios en pueblos pernanoy, jones sobre las comunidades. Dicho proyecto (Matos Mar y White, 1966), partia de una re trabajo de la antropologia, la que segsin sus autores se habfa centrado en realizait urgente de los modos de vida de los diferentes pueblos y eulturas ttadicionales del mundo. Distanciéndose de esa agenda, el proyecto partia de una definicién de la situacién peruana como “subdesarrollada, caracterizada, ‘entre otras cosas, por la existencia de una distribucién muy desigual de lo) recursos” (p. 9). La porspectiva de investigacién ya no busca generalizar situacién local estudiada en profundidad, sino que se parte de una hipdt va a considerar la idea de una reupacién hizo parte de la discusién més amplia sobre la tematic {que reemplazé. las anteriores aproximaciones.basadas aculturacién y el paradigma de la formulacién general de la nueva perspectiva fue realizada por Jorge Bravo Bresani (1967). Desde una perspet ‘nas antropol6gica, ligada a la problematica del desarrollo de la comunidad: yy después a la del desarrollo rural, e escribieron tambien algunos trabajos Mar y Bresani, 1964; Albert y otros, 1974), M4 RAMON PA po ct io de parti, que revelan una considerable distancia respect (0 te6rico y metodolégico antes predominante, el ibraenio ted el proyecto se pro} esr oy vals costs de Vir Mache y Chaney. yo als sermon oe copra Huamangay Arequipa Se tataba pues de estudios de i in con el conjunto nacional, que reemplazabat 10s os estudios detallados de comunidades aisladas y remotas. 6. Las comunidades del valle de Chancay El proyecto alcanzé mej sus mejores tesltados en el valle de Chanea converte a fo largo de 1a década, como antes en el caso Je Vioo; en bro Estructuras tradicionales y economia de as de Huayopanpa, exci Fucnzalida, one Villarn, rgen Gols Teresa Valente (1968) sents ung paginas los autores destacan inda Celestino, Carlos Ivin Ds 9. Carlos Ivin Degregori, César Walter Quinteros, Luis Soberén, Humberto {5 /INDfOENAS, CAMPESINOS ¥_ANTOPOLOGOS EN Hi, PERO 145 con ello, el libro se propone Ia consideracién de Ia comunidad como una “estructura viva funcionando en un campo de es un reacondicionamiento ininterrrumpido” (p. 21), interpretada mediante hip6tesis del pluralismo de situaciones sociales y culturales. sa perspectiva Hleva a la realizacién de una investigacién sum novedosa, que articula la recolecci6n de informacién cut tnel trabajo de campo, buscando la reconstruccién de Ia evolucién historien de In comunidad y el reconocimiento de sus relaciones con el entorno regional y con los procesos mayores que generan su constante reacondicionamiento, Fl gran descubrimiento fue que en Huayopampa la mercantiliz dlesintegrado los rasgos comunitarios, pues la comunidad aparecia més ‘como uno de los factores explicativos de una exitosa int Esta aparente paradoja que se expresa desde el titulo del tradicionales y economfa de mercado- rompia la supuesta dicotomia exeluyente ‘entre tradicién y modernidad, propia de casi todas las teorfas por entonces et) boga: indigenismo, cultur rracién, continuum folk-utbano), desarrollismo y también el marxi tuna evaluacién posterior (1982: 361 Se pudo ver, elaramente, eémo una realidad campesina exhuberante y comple) rebasaba los marcos tedricos entonces vigentes”. ‘bajo de campo realizado en Huayopampa en 1980, quince afios después delestudio original, comprobs que: “lo més sugestivo sigue siendo su integraclon fal mercado, unida a la fortaleza de su estructura comunal” (Degregori ¥ Casaverde, 1982: 425). 'y cambio estructural: a comunidad de Lampidn (Celestine, ‘én registra los cambios ocurridos en esa comunidad como consecuencia de la quicbra de la estructura tradicional y su posterior modernizacién, proceso en el cual el principal actor resulta ser un grapo de jévenes migrantes expulsados anteriormente de Lampin, que retornan alos después e impulsan una serie de innovaciones, que modernizan y a In Yeu fortalecen la comunidad. ‘tra investigacién importante fue recogida en Dependencia y desintegracién ‘estructural en la comunidad de Pacaraos (Degregori y Golte, 1973). Aunque csumieron con demasiada rigidez la perspectiva de la teorfa de ta dependencia, ios autores buscaron “ilustrar los procesos de dominacién y dependencia a wn nivel que podriamos ilamar microestructural...arrojar luz sobre el modo tspectfico en que operan los tiltimos eslabones de la cadena de dominacién nivel regional y comunal” (p. 9). Para ello, mediante Ia revision eronol6gica de Ia diferentes modalidades de dependencia se estudia el proceso hist6rico de Ia 146 comunidad, resaltando su Y su proceso de diferenciacién Interna que tovo como punta de lanza Ia privatizacign dela irra erigadas desde inicios del 8. XX. Ba la época del estudio: “Et gobierno comunal se iallaba extremadamente debilitado, los lazos familiares tradicionales bast Aeteriorados, buena parte de la poblacién se pauperizaba cada vex mds, teniendo que recurrir ala venta de su fuerza de trabajo" (p. 10). ool La respuesta de Ia comunidad fue una “solucién hacia fuera” basada en la ban Ia comunidad y la polarizaban A pesar de que significaron una verdadera renovacién de la antropologia"” Jas investigaciones sobre las comunidades del valle de Chancay vizviccon basindose en el estudio de comunidades espeefias, cada ann de ls coal era objet de tabujos de campo a profunida, lo que evita una comparacién lecuada ’. Esa es una de las razones que explican la gran ausencia del estudio 6nd as comunidades de ’ Jc de Huayopapa, Lampin y Pacaros, poe has Me en el nivel microrregional la hipstesis de la plural ad de stones Mio Mar compa de temo tes aie ayopampa ¢s un caso de evolucién de una comunic 2 organizacién comt ‘ea innovadores com los fatale, Pecos, its por dav aces soles aaa ae ey, in condiciones ecoligicas al atavsar tn sto proce ie sian aca e mesa com cera incre cgrad. Lampian end a parecer a Huayopampay evlucon letaments ea ectgn desde que los eomunero jovencs,rebeldes expla a ene 1945 toman el poder comunal y, a partir de 19: c lesarollar la produccidn de frutales» (José Matos Mar, . io (sé Matos Mar, 1973 Pacts» Henna ante el proceso de moderizacion Igual de ‘Alors (1968) por comprar las comunida Experanea, también peenecienes al valle de Chaney. La nee comparaién i ogra ir més allées la que realiza Juli Hep cme io Cotler (1969) de dos haciendas algodoneras: 5 /INDIGENAS, CAMPESINOS Y_ANTROPOLOGOS EN EERO i? de las comunidades del valle: no se hizo una adecuada indagacién de las ruzones por las cuales el proceso de modernizacién que afectaba al conjunto gener’ diversas situaciones resultantes. Los casos de Huayopampa, Pacaraos y Lampiin pues las tres comunidades habfan buscado su modernizacidn desde 10, pero en el momento de las investigaciones presentaban ti acién disfmil, frente a la cual Ia idea de la desfavorable situacién ecol6gi 10 variable explicativa resulta insuficiente . ustran esto, c. Las comunidades del valle del Mantaro Otro resultado notable del Proyecto de estudio de cambios en pueblos ‘ados fueron publicados y Mayer, 1974), Bi en Poder y conflicto s trabajo se propone una nuevos problemas como regiones, la diferenciacién econ6mi debido al fuerte impacto del desarrollo capitalista en el Ia ausencia de una estructura de haciendas fuerte y la, sumamente dinémicas. Considerando los casos de Mit eje del libro es que la quiebra de sistema de dominacién tradicional ‘como efecto de “la penetracién del capitalismo en la regi6n! ‘manera que el proceso de cambios: eguido pautas muy desiguales, afectando en forma diferencia 10s niveles de su estructura. Asi, tanto la emergencia como la caida de sus grupos sociales resultan de la convergencia de factores ‘externos y de particularidades locales, que en un proceso de mutta ajuste han dado lugar a un tipico caso de desarrollo desigual ¥ combinado” (p. 22). Resulta muy interesante, al respecto, observar que en Pacaraos y Huayopampa In privatizacién de las tierras -ocurrida desde 1902- fue diferente, pues mientras Pacaraos las cedié en propiedad permanente Huayopampa so reser Ta propiedad efectiva. Probablemente ocurri6 que Ia modernizacién fue mis lejos en és justamente debido a la presencia de factores aparentemente mis tradicionales istencia de una organizacién comunitaria fuerte. De ser ast, ello fein liberal decimondnica que postuls la disoluei6n de 148 RAMON PAIUELO perspectiva las comunidades son estud \n estudiadas como parte efectiva de un itr mayor yo como el redvtoaitric de gua cul intcad El balazgo central esque as comunidades del Mana, fe i save las aciendas del valle de Yanamarea en su re cata caiaimoy imeeindose més spo al proce de su expan. La rzaban asi las conelusiones del cal investigaion el proyecto Chanca a no con imagen de ls comunidades como callin ot ana at pos \yor potencial modernizador de por lo menos esas c 28 | comparacén con las hacienda seranas. En Yanamare forialismo actuaba como freno ante la modemnizacién. El . Nuevas visiones de la comunidad Una de las primeras visiones sobre la comunic image ropa por snot ctr sty el ndgetsm Tone enn nondapmanten a) en su importante libro Cambios en re z ocologia andina Par Boutica del aya popularizada not Banter y Suaveara no ex labo, dbid ala auenta dem cos Jo de Ia organizcionaprara pre cl lo que realmente era un ayllu. Respecto a la com hingtin ester preciso pd defini, poo cua la palabra bina que pudiese 4, sostiene que emplea de una Bie toon nics yal haben she eapates gon mdernzacin es econo Manel Vices det anc que Today Vl. La obervaiGn de ls comunidad ae a a orl ee depen leone de des un isrumento “mucho m * io "ico mis precio y den las comunidades como condicién para i6n de sus miembros y la rin habria estado més cerca iv a imagen ls smbargo, aparecié con a een rend ten verse eos abuse I co nacional ndotmercara etd por Aa ién Formacién de una cultura 1 (1975). 5 /INDIGENAS, CAMPESINOS Y_ANTROROLOGOS EN HKU 149 4a situaciones tan alejadas unas de otras” (p: 92). amos que en Ins tradieion ‘manera tan vaga, ¥ s¢ ‘Ademés, constata que “muy a menudo enco! indigenas hay menos ereencias y ritos propios de | deta Espafia del siglo XVI transportadas a América” (P. 1o, que ante la dificultar de definir la comunida mnes especificas, podrfa caracterizérsele por la solidari io de sus miembros, asf como por sacién del libro de José Marfa Arguedas, Las com de Espafia y del Pert, enters6 la vieja imagen que presentaba a las comin seme reductos precolombinos supervivientes ala Colonia y Repsiblica, At erarrolla un plan de investigaciGn sumamnente original, mediante Ia formullacion de preguntas precisas de investigacion’ y compara las comunidades cespaiiolas tas comunidades de Puquio y el valle del Mantaro fado estudio etnogrdfico, Arguedas concluye que Ia jeron organizadas sobre el modelo de los ayuntamienton Luego de un largo y det comunidades andinas fu espafioles, lo que es sefialado sin ambages: No tenemos, pues, duda alguna acerca de que la organizacién de los municipios de indios fue dispuesta por los colonizadores espalioles Jomando de modelo los Ayuntamientos comunales hispanicos, asl come la creacién de las tierras del comuin y el sistema de administracldn ‘adaprindotos a la organizacién del antiguo ayllu prehispdnico” (ps Este proceso de entronque ocurrido entre los ayllus prehispénicos y 10s municipios espaioles, explicari el origen de ls contemporéneas comunidades «Qué elementos de la organizaci6n de las comunidades de Castilla tome, principalmente Toledo, en su poltiea de organizar ls poblacioncs de Ristas a su aprovechamiento para la economfa real y a evita que fueran ex} Tnieamente en beneficio de los encomenderos? ;¥ émo los encomen wee, trataron de hacet frente a esta politica y torcieon a st favor las in Tontadas por la administracin real para le explotacién de Ia masa de “esque mola grande laborosa poblacionindigen,[.] «pesar e adestrucin {feta de que fueron vitimas, asimilaron las nuevas formas de gobierno que 198 fuowon impuestas y las convirteron en insttamentos de gobiernos propios? Tales tran las cuestiones que nos plantesbamos” (P. 9). 180 RAMON PASUELO andinas. Arguedas observa que tanto en Espafia como en Pers las comunidades Sse debaten: “.. entre la tradicién que cre6 vinculos cooperativos entre los vecinos y Ia presién externa que trata de desintegrar las bases de tales vinculos Para convertirlas en sociedades en que los hombres se enfrenten cada vez més ‘agudamente unos a otros, mediante una carrera competitiva para acumular bienes materiales” (p. 346) En su opinién, las comunidades peruanas presentarfan mayores Posibilidades de resistir este proceso desintegrador debido a que “las fuerzas fend6genas de los pueblos peruanos son... mucho més poderosas en cuanto a sw ethos comun los de (p. 346), Arguedas sugiere la posibilidad de un '0, pues en el Perd se registra la “supervivencia de es que vienen desde periodos més antiguos que el propio Imperio, Incaico. En Espafia, también, la hho existe el factor étnico Los intentos in Tural. Se trata de los ensayos de Julio C dominacién interna y del cambio social en el Pert, y de José Matos Mar (1968), Dominacién, desarrollos desiguales y pluralismos en la sociedad y cultura Peruana. Segtin Cotler (1968): “contrariamente a Io que algunos “indigenistas” suuponen, Ja autonom‘a de las comunidades es espuria, en tanto las autoridades as canalizan las érdenes del patron o de las autoridades dist id de favores, ademas de que los comuneros, independientemente, clientes de los mestizos de los pueblos” (p. 170). La pol ‘manera, es vista en el marco de una peculiar mecdnica de la domina en el caso del régimen hacendario se basada en la “fragmentacién soci: Ppatrones y colonos. El articulo Estructura de la comunidad de indfgenas tradic ipétesis de trabajo, de Fernando Fuenzalida (1970), por su parte, present6 'a nueva visién del origen y la naturaleza de las comunidades. Utilizando como se un conjunto de monograftas correspondientes a 24 comunidades del altiplano aymara, Cusco, Ayacucho, Hudnuco, Junin, Cerro de Pasco, Huancavelica, Ancash y Lima, Fuenzalida estudia la conformacién de una matris colonial on la organizacién soc ica y simbélica de las comunidades indigenas, dando cuenta de las distorsiones impuestas por la administracién 3 /INDIGENAS, CAMPESINOS ¥ ANTROPOLOGOS EN HL. PERU jal sobre Ia previa orgaizacin social de os ays, proceso dus termina - su articulaci6n al engr en la conformacién de las comunidades y su fs ‘ wroceso fue extremadamente dominacién colonial. Para el autor este p : como producto de ello encontramos una gran. heterogencidad entte comunidades contemporéneas, situacién que sflea la ‘artificial de Ye ;magen de la comunidad unitaria, enquistada e inmutable desde el siglo hasta la actual modernizacién..." (p. 247) Uno de tos puntos mi comunidad y ay! emparentadas entre de unidades corporadas de base parental, no emparentadas T pecduoto de esta asociacién bajo la forma de un reudolingje. Las condiio las que esta estructura es posible estén estrechamente en cncia de laa nial en ta que la comunidad ha estado enyuelli (p. 223). ntesis de los muchos afios de trabajo far 1970), puede considerarse una s ‘cats por esr al ehentmizn eas comma dase mteriores por definir su imagen general (Matos, 1965, 1959). Apoysin _ niches monogstas, Matos construe un modelo generalizable al eonjuntio de Ja regi6n andina, segiin cl cual: “ ligena no puede entenderse ni como polo folk de la i sched nactanal n como ana mera agregatan de familias ‘mparentadas, sino como una modalidad de orgie a productva defnida por la combinacién de propiedad eolectva ¥ usufructo individual de la tierra el ejercicio compartido del re y jor un sistema de valores que exalta estas caracteristicas, entre las que bral la cooperacién (Estas caratertsticas) se ven paulatinamente modifcadasy diluidas por las presiones de la sociedad captalista en ccuyo contexto la comunidad se halla inserta” (p. 203). EI autor sostione que no existe un dnico origen comin a todas as comunidades, sino origenes dferenciados sobre la ase de una ical yHimitada ‘matriz colonial. El nimero de comunidades constituidas por la politi * Las paginas citadas corresponden a la segunda ediciOn: IEP, 1976. 152 RAMON PAIUELO reduceiones toledanas en la segunda mitad del siglo XVI solamente habria llegado a Jasegunda mitad del siglo XVI solamente habria llegad El resto se habria originad. aoe Bina Posteriormente, alo largo de la colonia én novedosos ensayos sobre raza jad, especialmente en i Bente lio y el poder en el Pert (Puenzalida ¢. Marxismo, emohistoria y ecologia Cor lemos vis ee ‘isto, durante las décadas de 1960 y 1970 se registra |: n de nuevos temas de investigacién y la asi lferentes Spica tesricas: Del culturalismo yel desarlligne dependencia y al marxismo. Esto significé q a ‘Opticas y temas nuevos como, el Proceso de diferenci: los modos de produccin ola formacign de clases soa Asf, en su texto fi miehyive Rsvitiiat el caricter predominantemente capitalista de la Moa Te eaaiana, Montoya (1971) estudia Ins comunidades como parte del Prancesrettecin comunal, partiendo de un rechazo frontal al eultraismo min m0, > tecusa como empiristas. Como parte d loya sostiene que la comunidad: ‘eau rao en el campo. “no es més una unidad social homogénea, iguali romogénea, igualitaria, Esta imager 6s un mito que es necesario desire. Six da exsen at oon colectivas de trabajo, una tradicién comu deformas de solidaridad. Pero éstas, son eso, supervivencias y por lo Supervivencias” (p. 58). ee in duda existen atin formas mnitaria y otras supervivencias Bsta propuesta no ha merecido investigaci tigaciones detalladas. Hurtado (1974) Fuenzalida aportando poci I emprane (199 ‘mancionado muchas veces b paiicins Iino mich Ys pe os esi tings pepe au jure xa epublica en malicious feeonocerles status legal a partir de 1920. nee 3 /INDIGENAS, CAMPESINOS Y.ANTROPOLOGOS EN HL PRE) 153 En su opinién, las comunidades suften tna profunda transform: refleja en Ia quibra del relativo eq: jévenes de la com ‘pero seguramente Ia estructura de Ia vieja comunidad mas 0 menos (p. 57). Esta constatacién le eva a sostener la eaducidad del concepto de comunidad. Pero Montoya no brinda una conceptualizacisn alternativa, debido ‘aque su interés es sostener que: “la mayor parte de comuneros esté dentro de a ‘én de clase, de la clase de campesinos parcelarios (pequetios propietarios, pequefios burgueses rurales) como clase de transicisn entre Ii consolidacién de la propiedad burguesa en el campo y la marginalizacion” (p. 59). Esta visi6n de las comunidades le hace rechazar la tesis de que lay comunidades podfan ser Ia base de un desarrollo socialista posterior: “Elpopulismo al suponer que la comunidad estd lista para el socialism por su tradicién de solidaridad, es totalmente hueco y valen, en este ‘sentido, para el caso peruano las duras crticas de Lenin a los populistas ‘sovidticos que veian en las comunidades las grandes bases para el ‘socialismo. El populismo de Castro Pozo en este momento, no tele és (p. 58-59). rasladar mecénicamente las erfticas de Lenin a los populistas rusos, Montoya asume una perspectiva distinta a ta que décadas ‘atrés postularan Mariategui y Castro Pozo independientemente de las tesis de ‘Marx sobre el futuro de Ia comuna rural rusa, que se conocieron recién aflos sesenta En 1979 se publica el libro Produecién parcelaria y universo ideoldgico. Bl caso de Puguio (Montoya y otros, 1979), representative de un nue de monografias realizadas desde una perspectiva marxista. El est ‘andlisis detallado de la historia, la estructura productiva, el universo ideoldjgice y comunal de Puquio, capital de la provincia de Lucanas en Ayacucho, en eyo seno se encuentran las comunidades de Qollana, Chaupi, Qayao y Pichquchur, {que hiciera famosas José Marfa Arguedas en su novela Yawar Fiesta. La imagen resultante es que las comunidades enfrentan una situacién de desestructuraci6n, como resultado de un largo proceso hist6rico antiandino y anticomunal, en el que el impacto del Estado y la expansi6n mercantil capitalista han vuel predominante una estructura agraria parcelaria contraria a la estructura de I 154 comunidad, Bsta cr ia en la “permanente contradi Easbiachc liccidn entre Ia leal y ‘rior de las comunidades” (p. 205), en lo roferente a ec foned ie es, los derechos y la propia condicién co cardeter parcelario de ta estructura agratia de Pury i6n comunera: El por lo cual la diferenciaci deriego" (p. 2049 ocure tane comunidades, las ees como ene el cont 3 de desestucturacion sparse Perens Cont del age comtol cial y politica comunal evidenciado por ‘ejemplo en la sus sa ioaiccil vars por gurdas cies Deco 's relaciones entre Estado pen Bo plazo. yel problema del surgimiento de una estructuty ‘onaria de clases en el seno de las comunidades. Sobre las cl '980b) describe el proceso d ; el proceso de diferencia exotesa en In exstencia de comuneos rico open) nan bases de esta diferenciacién se encuentran en: n, que se {apus) y pobres (huakchas). Las Por Ia penetracion del capital comercial ene! campo fencia de una estructura embrionat ia de clases dent 3 /INDIGENAS, CAMPESINOS Y_ANTROPOLOGOS EN EL PERO 155 Uunidades domésticas, le impide dar respuesta a esta pregunta y deja también de lado la dimensién simb6lica 0 “ideol6gica” de esa institucion, que témpoco habia sido abordada adecuadamente en su libro anterior (Montoya y otros 1979) Finalmente en La SAIS 1974), represent6 uno de los de sis, se buscaba entender el modelo agrario de las Sociedades Agricolas de Interés Social, mediante el estudio de li nn, el funcionamiento y las contradicciones sociales en li SAIS ofrecer idaria, El estudio fue realizado a inicios de los allo 70s en la comunidad de Muquiyauyo, que habfa sido objeto de investiguciones anteriores como las de Castro Pozo y Richard Adams. La hipétesis de su trabitjo, inspirada en una versi6n critica de la teoria de Ia dependencia es que: “Bl fenémeno de dependencia local, si bien forma parte de un sistema nacional, se debe en gran parte a la estructura local de la comunidad ‘cuyos mecanismos ponen en manos de los grupos mds potentes lay ‘medios de control que les dan acceso alos excedentes.y, por otra pat, {es permite conseguir la participacién de sus miembros en el proceso de su propia explotacie La reconst observar que a or grupos dominantes, siendo funcional a su hegemonfa, De esa manera Ne

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