Autor: Sergio Giovanni Díaz Reinaldos, Profesor de Artes Plásticas y Educación
Básica. Aprovecho los últimos minutos, antes de la llegada a la Biblioteca de mis colegas docentes, para practicar con la Pizarra Digital Interactiva las herramientas y recursos que ofrece este importante recurso que ya se encuentran en cada una de las aulas de la Escuela Oriente de Quellón. Mientras lo hago, vienen a mí los recuerdos de mis primeras experiencias en el conocimiento de las pizarras: la capacitación recibida desde la Universidad Católica de Valparaíso y dispuesta por La Red Maestros de Maestros y cómo, a partir del aprendizaje logrado en esa oportunidad, continué un camino personal de creación de un recurso para ser usado por docentes del área de la Educación Artística. Y como luego, me atreví a participar en un concurso nacional de la Universidad de Concepción que tenía como objetivo mostrar experiencias pedagógicas con el uso de tecnología. El haber ganado la primera pizarra interactiva para mi escuela como premio, significó que al año siguiente, se dotara a todas las salas de clases con esta valiosa herramienta para ser usada por los docentes. Luego, vino la experiencia de capacitar a un grupo importante de profesores y profesoras de una de las más grandes escuelas de la comuna, quienes manifestaron una excelente disposición para recibirme con mis ganas de compartir conocimientos. ¿Quién lo iba a imaginar? Yo, que cuando niño estudié en una escuelita rural pequeñísima viendo a mi profesor empolvarse la oscura chaqueta con la tiza con la que escribía dificultosamente, ahora como docente, tenía la posibilidad de motivar a otro grupo de pares para que conozcan este potente recurso tecnológico que, de la mano del uso del lápiz interactivo, podían realizar clases mucho más atractivas. La llegada de improviso de mis colegas al espacio donde realizamos el Taller interrumpe mis pensamientos y me predispone a la acción, confiado en mis capacidades y en la clara convicción de la importancia que tiene el poder aprender juntos. Ya instalados cada uno frente a su computador personal y a la Pizarra Digital, respiro profundo, tomo el moderno lápiz y comienzo, mi nueva tarea.