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PAPELES DE HISTORIA Nº 6
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tura material andalusí). La parte visible de llan las corrientes de aire frío y húmedo
esta estructura, en uso hasta bien entrado el procedentes del océano Atlántico, las cua-
siglo XX, son los registros o pozos cubier- les, debido a su brusca ascensión, enfria-
tos (qubba) que se suceden de tramo en tra- miento y condensación, descargan aquí
mo, y en los que voy a centrar mi estudio. con fuertes precipitaciones (según el prin-
cipio del llamado Efecto Foehn), convir-
Contextualización geohistórica tiendo a la comarca en el punto de mayor
pluviometría del país, con una media de
Marco geográfico: la comarca de la 2.000 mm anuales y picos de hasta 4.000
Sierra de Cádiz mm en los años muy lluviosos. Estas pre-
La llamada Sierra de Cádiz es la por- cipitaciones son, algunas veces, en forma
ción más occidental de la extensa Serranía de nieve. Esta singular climatología confi-
de Ronda. Se trata de un área montañosa gura un paisaje absolutamente singular en
de áspero relieve, lo que ha causado su se- su entorno bajoandaluz, con abundante ve-
cular aislamiento. Se distinguen claramen- getación que se mantiene verde todo el año
te dos zonas: la Sierra Norte, de Algodona- y da lugar a rasgos etnográficos montañe-
les o de Olvera, con un relieve más suave ses que parecen propios de regiones más
de transición hacia las campiñas sevillanas septentrionales. Baste hablar de endemis-
y predominio del cultivo del olivar, y la mos botánicos como el pinsapo, abeto
Sierra Sur, de Grazalema o de Ubrique, relíctico del Terciario, o de industrias co-
con las mayores altitudes y pendientes, mo la de confección de mantas de lana,
predominando los paisajes de roca viva ca- que tanta prosperidad proporcionó a Gra-
liza y los bosques de encinas y alcorno- zalema en el siglo XIX.
ques, donde destacan las actividades gana- Este macizo presenta una compleja hi-
deras y de aprovechamiento forestal, drografía, cuya mínima comprensión faci-
además del turismo. Esta última zona está litará la explicación de una estructura
englobada en el Parque Natural y Reserva hidráulica como la que presento en este
Mundial de la Biosfera de la Sierra de Gra- trabajo. Las formas de erosión kársticas
zalema, y en el Sur entronca con el Parque dan lugar a sumideros y resurgencias que
Natural de Los Alcornocales. Toda esta co- conforman un auténtico laberinto entre las
marca natural e histórica está incluida, jun- aguas subterráneas y las superficiales. Son
to con algunos municipios de la zona de frecuentes formas de relieve de hundi-
transición con la Campiña, en la Manco- miento como los poljés (Llanos del Repu-
munidad de Municipios de la Sierra de Cá- blicano, Llanos de Líbar) y las dolinas (La-
diz. guna de Santa Lucía, Navazos), abundan
La Sierra de Grazalema, zona en la que las cuevas (Cuevas de la Manga, Cueva del
se incluye el municipio de Villaluenga del Berrueco) y simas (de Villaluenga, del Re-
Rosario, es la de relieve más abrupto. Se publicano o del Cabo de Ronda, del Cao,
trata de un gran macizo calcáreo, de tor- de Líbar) y en las cumbres son frecuentes
tuosa orografía. Su brusca elevación sobre los torcales, así como suelen aparecer es-
las bajas campiñas gaditanas (desde el en- trechos desfiladeros (Garganta Verde, Gar-
torno de El Bosque y Prado del Rey, a unos ganta Seca, Cañón de las Buitreras). Las
300 metros de altitud, se asciende hasta los aguas vierten a las cuencas del Guadalete y
1654 metros del pico Torreón en muy po- de su afluente el Majaceite, alimentado por
cos kilómetros) lo constituye en una autén- los ríos El Bosque, Tavizna y Ubrique.
tica muralla natural contra la que se estre- También hay una pequeña zona, el curso
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del río Guadares o Campobuche, que per- una red de vías de comunicación, habién-
tenece a la vertiente mediterránea y la dose conservado tramos de calzadas, como
cuenca del Guadiaro, en los términos de el que transcurre entre Ubrique y Benao-
Villaluenga y Grazalema. Los municipios caz(4) y continúa hacia Villaluenga atrave-
actuales que podemos vincular al área de la sando La Manga(5).
Sierra de Grazalema son Zahara de la Sie- No nos han llegado muchos testimo-
rra, Grazalema, El Bosque, Prado del Rey, nios claros del periodo visigótico, aunque
Villaluenga del Rosario, Benaocaz y Ubri- en él deberíamos hablar de la pervivencia
que. de los núcleos romanos, hasta la transfor-
mación de la ocupación humana en este te-
Síntesis histórica de la Sierra de Cádiz rritorio con la llegada de tribus norteafrica-
hasta la Edad Media nas en la segunda década del siglo VIII,
comenzando la islamización y la Edad Me-
La Sierra de Cádiz estuvo poblada desde la dia en la zona.
Prehistoria, dándose en el triángulo forma- La actual Sierra de Cádiz vivió en la
do por Ubrique, Benaocaz y Villaluenga Edad Media adscrita a la cora de Takurun-
del Rosario una gran concentración de ya- na, cuya cabecera era la ciudad de Ronda
cimientos, sobre todo neolíticos(1), como la (Runda)(6). Región poblada sobre todo por
sima de la Veredilla, las cuevas de la Man- beréberes, distribuidos en grupos tribales
ga, la cueva del Caldereto y otros. que dejaron huella en la toponimia, si bien
Encontramos vestigios fenicios, por la localización de información sobre ella
irradiación de esta cultura desde sus asen- en las fuentes escritas es dificultosa. Sabe-
tamientos costeros, como la trimilenaria mos, no obstante, que la zona fue escena-
Cádiz, en la ciudad ibero-romana de Iptuci rio de las guerrillas contra el poder cor-
(Prado del Rey), Acinipo (Ronda) y la Si- dobés acaudilladas por el rebelde Umar
lla del Moro (Ronda). El descubrimiento ibn Hafsun entre los siglos IX y X. Ya en
más espectacular ha sido el de una estatua el siglo XI, Ronda constituyó un reino tai-
de carácter fuertemente orientalizante, aún fa con los banu Ifran (de etnia beréber) al
inédita, en Acinipo, en las excavaciones frente(7). Una vez constituido el Reino de
llevadas a cabo en 2004 por el equipo de Granada, bajo el mandato de la dinastía na-
Manuel Carrilero Millán, de la Universi- zarí, se detecta la presencia en esta porción
dad de Almería. Según investigaciones re- más occidental de meriníes procedentes
cientes(2), parece que los celtas también es- del Magreb, y éstos son los que acaban
tuvieron asentados en la región, a tenor de consiguiendo el poder de la región al enta-
los extraordinarios hallazgos en Ocuri blar una alianza con el monarca nazarí
(Ubrique), amén de los ya conocidos de Muhammad II, merced a la cual se pudo
Acinipo y el Cerro de la Botinera (Algodo- alcanzar la independencia granadina y el
nales). final de su vasallaje con la Corona de Cas-
El legado de Roma no es de menor im- tilla.
portancia: los latinos ocuparon los anti- La conquista cristiana de este territorio
guos enclaves ibéricos, como Ocuri(3), Iptu- comenzó por el Norte, cuando en 1327 ca-
ci, Lacidula (Grazalema) y Acinipo, que- en en poder castellano las fortalezas fron-
dando englobados en el Conventus Gadita- terizas de Olvera (al-Wabira) y Torre Alhá-
nus. Esta última e Iptuci tuvieron sus pro- quime (Bury al-Hakim), asediadas por las
pias cecas, privilegio con el que contaban tropas del rey Alfonso XI (quien otorga a
como municipia que eran. Además, existió Olvera una Carta de Población el uno de
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agosto del mismo año). Pero el macizo de promovió la creación de un potente contin-
Grazalema siguió formando parte del Rei- gente armado. La crónica de Hernando del
no de Granada hasta los últimos años de la Pulgar(10) dice que para llevar a cabo la ope-
dinastía nazarí, siendo conquistado en las ración de castigo se organizó un ejército de
campañas de los Reyes Católicos. Este tres mil peones y ochocientos caballeros.
sector Sur, que es el que más nos interesa, La Historia de los hechos del marqués de
es conocido en las fuentes como las Siete Cádiz(11) reduce las cifras a mil peones y se-
Villas de la Serranía de Villaluenga, pues tecientos caballeros, gran número de ellos
fue Villaluenga precisamente la elegida pa- procedentes de Jerez. Ponce de León envió
ra ejercer como capital del señorío que algunos criados suyos a la Serranía para
aquí se estableció tras la conquista caste- que «tentasen si podría haber lugar de ro-
llana. Estas siete villas eran Archite, Az- bar a Villaluenga», como nos refiere una
nalmara (hisn al-Marra), Benaocaz, Car- vez más la misma fuente. Estos criados,
dela, Grazalema (Qaryat Bani Salim o Saj- entre los que se encontraba un musulmán
rat Salim), Ubrique y Villaluenga. Su in- luego convertido al cristianismo con el
corporación al señorío de la Casa de Arcos nombre de Luis de León, informaron a su
data de 1485, aunque su conquista se rea- señor de que «se podía facer, aunque fuese
lizó, evidentemente, algunos años antes. a gran trabajo y peligro, por ser aquella
De hecho, Cardela fue tomada en 1472, villa como es entre dos sierras muy áspe-
aunque el año siguiente volvió a estar en ras, e tener a la entrada un puerto muy
poder de los granadinos. El cronista Alon- agro de pasar». El marqués decidió poner
so de Palencia atribuye la hazaña al propio en marcha la operación militar y a princi-
sultán Abu l-Hasan Ali o Muley Hacén: pios de noviembre de 1481 se presentaron
«(...) el granadino Muley Albuhacén re- sus huestes a media legua de Villaluenga.
cobró a Cardela, expugnada antes por el Dice Hernando del Pulgar en su Crónica
Marqués de Cádiz (...)»(8). Además, tras un de los Reyes Católicos:
periodo de tregua, tropas al mando de Ro-
drigo Ponce de León, conde de Arcos y «Cuando el marqués llegó, començóse
marqués de Cádiz, organizaron una razzia a robar el lugar, en el cual hallaron mu-
contra los pobladores musulmanes de la chas joyas e preseas de casa de gran valor
zona, produciéndose la quema y saqueo de e muchos ganados de vaca e bueyes, ove-
Villaluenga en 1481. jas y cabras; e hallaron veinte cristianos
Fernando Sígler ha estudiado este he- cabtivos que habían quedado en los
cho histórico(9). En concreto se trató de la çepos».
contundente respuesta militar a una co-
rrería de musulmanes que arrebataron un La propia Historia de los hechos del
número indeterminado de cabezas de ga- marqués de Cádiz expresa que fue éste
nado en una acción en la que también fue- quien «mandó luego que le pusiesen fuego
ron hechos prisioneros vasallos suyos. En por diversas partes». Tras la quema de Vi-
realidad dicha correría la hicieron «gandu- llaluenga, en la retirada del contingente
les» o «almogávares», de cuyas acciones castellano se produjo la muerte de varios
no se hacían responsables las autoridades musulmanes y de un destacado caballero
musulmanas de la Serranía. Estando en un jerezano, Pedro Núñez de Villavicencio.
periodo de tregua, que duró de 1475 a La consecuencia de esta operación de cas-
1481, esta incursión se consideró una vio- tigo fue el encadenamiento de una espiral
lación de las paces. El Marqués de Cádiz de enfrentamientos. Unas semanas des-
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pués del saqueo de Villaluenga, los musul- san sobre otras impermeables. A todo lo
manes fronteros asaltaron y se hicieron largo de su recorrido el qanat tiene una se-
con el control de la plaza de Zahara, en di- rie de pozos debidamente espaciados cu-
ciembre de 1481. Para muchos este episo- yas profundidades eran marcadas por los
dio suponía el comienzo de las hostilida- diferentes niveles del terreno. (...) También
des finales que terminaron en 1492 con la es muy variable la longitud de la galería o
rendición de Granada. Pero, como afirma túnel desde el manantial o veneros hasta
Ladero Quesada, «la guerra estaba decidi- su salida en campo abierto, valle o depre-
da desde meses atrás» de la toma de Zaha- sión en que se instalaba un depósito o al-
ra y de la quema de Villaluenga(11). berca terminal desde la que el líquido ele-
La adscripción de este territorio al mento era distribuido mediante acequias».
Señorío de las Siete Villas(13) se produjo Henri Goblot ya había sido minucioso en
mediante un privilegio dado en Jaén, capi- su esfuerzo definitorio de los qanats, dan-
tal del Santo Reino, el 11 de enero de do dos definiciones erróneas (por una par-
1490, y firmado por los Reyes Católicos(14). te: «(…) les qanats servent à capter des
Tras la sublevación mudéjar de 1500- sources et des eaux de ruissellement au
1501(15), se inicia un proceso repoblador, al pied de la montagne, les galeries soute-
término del cual las siete villas quedaron rraines permettant de lutter contre l’eva-
reducidas a cinco, con la despoblación de poration, particulièrement importante
Cardela y Aznalmara. Archite quedó des- dans ces régions»; y por otra: «les qanats
poblado, por causas aún desconocidas, en seraient des files de puits atteignant une
1552(16). Las localidades que quedaron son couche profonde et réunis par une gale-
hoy municipios de la Sierra de Cádiz, a los rie»), y una correcta, que sería la siguien-
que en la Edad Moderna se añadieron El te: «Les qanats sont une technique de ca-
Bosque (surgido al amparo de la residencia ractère minier qui consiste à exploiter des
señorial de los Ponce de León) y Prado del nappes d’eau souterraines au moyen de
Rey (una de las Nuevas Poblaciones de galeries drainantes»(18). Así pues, este in-
Sierra Morena fundadas por Pablo de Ola- vestigador francés hace notar que los qa-
vide en nombre de Carlos III, aunque la nats no sirven para captar aguas superficia-
mayor parte de ellas se crearon en tierras les y conducirlas subterráneamente para
de Jaén, Córdoba y Sevilla). evitar la evaporación, así como que su no-
ta definitoria principal no es la mera aline-
El qanat de Villaluenga del Rosario ación de pozos, por más que éste sea su as-
pecto visible sobre el terreno. En realidad,
Cuestiones conceptuales y estamos hablando de la perforación de una
terminológicas sobre los qanats galería subterránea, dotada de pozos, que
Respecto a la terminología para referir- permite la conducción del agua de una ca-
se a estas estructuras de ingeniería, me re- pa freática.
mito en primer lugar al trabajo de síntesis Basilio Pavón nos sigue informando de
del investigador Basilio Pavón(17). Este au- que las galerías subterráneas son muy pro-
tor informa de que «la voz árabe qanat es pias de las regiones desérticas y que ya
empleada en los países árabes para desig- eran conocidas en la Arabia antigua. Es fa-
nar galerías o túneles subterráneos cons- mosa la villa bíblica (Números 32, 42 y
truidos por la mano del hombre para cap- Crónicas 2, 23) de Qanatha(19), cuyo nom-
tar las aguas de las lluvias almacenadas bre posee la misma etimología que estas
en capas de arena permeables que descan- galerías, y en donde en el periodo anterior
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Figura 3. IMAGEN AÉREA CON INDICACIÓN DE LA SITUACIÓN DE LOS POZOS DEL QANAT Y LA FUENTE
TERMINAL (ELABORACIÓN: MANUEL RAMÍREZ Y ALEJANDRO PÉREZ).
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a la llegada de los medos y los persas ros en torno a los pozos que les protegie-
existían canales en parte subterráneos y en ran de los proyectiles y sobre ellos coloca-
parte superficiales que conducían el agua a ron pesadas planchas de madera recubier-
distintas poblaciones. También es una téc- tas de pieles de vaca. En el fondo de los
nica empleada en la meseta del Irán (Jo- pozos excavaron galerías para captar
rasán y Nisapur), bajo los abbasíes, según agua. Frecuentemente pasaban de un pozo
el testimonio, del siglo XI, de al-Karayi(20), al otro circulando por aquellas galerías
autor de un Tratado de exploración de mientras los manjaneques creaban perma-
aguas subterráneas (Kitab inbat al-miyah nentes situaciones de peligro al arrojar
al-jafiyya), en cuyos treinta capítulos abor- proyectiles de día y de noche». Se trata,
da los diversos problemas técnicos del qa- pues, de una de las referencias más anti-
nat. En cuanto al Occidente islámico, los guas que conocemos acerca de la difusión
qanats aparecen en Túnez bajo los aglabíes de esta técnica en al-Andalus.
(siglo IX), existiendo dos teorías: su origen
cartaginense o romano y la invención local Ejemplos de qanats andalusíes
sin influencias externas, aunque lo más Entre los más antiguos conocidos se
aceptable es la idea de su importación a pe- cuentan los de Medina Elvira (Atarfe, Gra-
queña escala por la progresión del Islam de nada), ya divulgados en 1875 por los her-
Este a Oeste(21). manos Oliver Hurtado(22): «Pozos alinea-
En al-Andalus no hizo fortuna el térmi- dos, formando calles, que se estienden
no qanat, a pesar de la abundancia de estas [sic] desde los Baños hasta el Atarfe»,
estructuras. Miquel Barceló hizo un sucin- (…) «Acueducto abierto en la piedra y
to estudio sobre la presencia de qanat’s en descubierto al plantar olivos en 1871»,
al-Andalus a partir de la toponimia, po- (…) «Acueducto subterráneo que atravie-
niéndolos en relación con los Qanit que sa dicho cementerio y se dirige á la ciu-
surgieron con la nueva ordenación territo- dad», (…) «Pozos convertidos en vivien-
rial andalusí, que derivaron en Canet y das á la entrada del pueblo de Atarfe»,
Cañete, ejemplificando su hipótesis con (…) «Nuevos pozos descubiertos á espal-
los actuales Cañete la Real (Málaga), das del Cortijo de las Monjas, en cuya es-
Cañete de las Torres (Córdoba) y el Qanit tensión [sic] se han encontrado utensilios
de Esporles (isla de Mallorca). No se pue- de todos géneros y varios tiempos». La in-
de descartar que la técnica de estas canali- vestigación arqueológica de este yacimien-
zaciones subterráneas medievales proceda to se realiza en la actualidad bajo la direc-
en parte de época romana, ya que hay cro- ción de Antonio Malpica Cuello, si bien no
nistas árabes que describen conducciones se han obtenido resultados sobre la materia
y artificios hidráulicos hechos por «los an- que nos ocupa.
tiguos» (entre ellos, al-Maqqari), pero El mismo investigador fue quien acom-
otros sí que fueron creación andalusí, co- pañó a Miquel Barceló en sus visitas a
mo el qanat de Alange (Badajoz) descrito Cañete la Real (el 5 de abril de 1981) y
en el relato de su asedio por el emir Cañete de las Torres(23). El arqueólogo ca-
Muhammad (873-874) en el Muqtabis de talán apenas aporta, del primero, el testi-
Ibn Hayyan. Qal’at al-Hanas (Alange) era monio indirecto según informadores loca-
defendida por Abd al-Rahman b. Marwan les de que el qanat de Cañete la Real re-
al-Yilliqi y los sitiados trataron de captar cogía agua de las sierras calcáreas que ro-
agua construyendo un qanat. Según Ibn dean el emplazamiento, donde supone que
Hayyan, «[los sitiados] construyeron mu- «deu haver-hi aqüifers a poca profundi-
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Figura 9. QANAT Y SIERRA DEL CAÍLLO. Figura 11. UNO DE LOS REGISTROS
O POZOS MENORES DEL QANAT.
Figura 10. POZO ABOVEDADO DEL QANAT. Figura 12. UNO DE LOS POZOS MENORES,
QUE HA PERDIDO SU BÓVEDA.
vel nacional, lo que las dota de un extraor-
dinario valor de testigos arqueológicos. alzados, materiales, etc. No sabemos la
Uno de los pozos tiene planta hexago- causa de esta diferencia.
nal irregular, con dos lados más largos de 6 Los pequeños registros son construc-
metros, pero que salvo este detalle, sigue ciones prismáticas cuadrangulares, de 2
el resto del sistema proporcional y cumple metros de lado y otros dos de altura. Se cu-
todas las otras características en cuanto a bren con bóvedas de medio cañón de ladri-
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Figura 15. POZOS DEL QANAT DE VILLALUENGA. Figura 16. POZO O QUBBA DEL QANAT.
llo. Al ser los muros perimetrales más tapiados, seguramente por el peligro de
gruesos que la bóveda, ésta queda algo re- caída para personas y animales y ante la
tranqueada, creándose una contracurva en cumplida funcionalidad que sobradamente
los laterales. Los pozos están espaciados aportaban los más pequeños. En cuanto a
entre sí unos 40-60 metros. los pozos pequeños, han tenido una suerte
Este qanat ha sido utilizado durante si- irregular. Alguno carece de cubierta, a
glos, como evidencian los frecuentes arre- otros se les ha ampliado la puertecilla de
glos que presentan los pozos, a veces en acceso, o tienen agujeros en la bóveda. Los
mampostería, con enlucidos o incluso con hay casi completamente reconstruidos, en
ladrillos industriales de terracota, del siglo mampostería y ladrillo burdamente mixti-
XX. Los vanos de los pozos mayores están ficados. Uno de ellos ha quedado dentro
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Figura 17. POZO DEL QANAT JUNTO Figura 18. REGISTRO RECONSTRUIDO.
A LA CALZADA ROMANO-MEDIEVAL.
Figura 19. POZO DEL ALBARRABAL, Figura 20. PEQUEÑO POZO REUTILIZADO COMO
EN EL CASCO URBANO DE VILLALUENGA. ABREVADERO, FRENTE AL CASCO URBANO
DE VILLALUENGA.
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blado bajomedieval de la Serranía Gadita- (21) GOBLOT, H.: Les qanats. Une tech-
na», Papeles de Historia, 1 (1986), págs. nique d’acquisition de l’eau. Paris, Mou-
26-31; íd.: «Archite: nueva hipótesis sobre ton, 1979, págs. 121-122.
su desaparición», en SÍGLER SILVERA, F., (22) OLIVER HURTADO, J., OLIVER HUR-
CARRASCO SOTO, J. (coords.): Frontera, re- TADO, M.: Granada y sus monumentos ára-
población señorial y patrimonio manco- bes. Málaga, Imprenta de M. Oliver Nava-
munado en Andalucía. Las Siete Villas de rro, 1875, págs. 617-618.
la Serranía de Villaluenga (1502-2002).
(23) BARCELÓ, M.: «Qanat(s) a al-An-
Ubrique, Tréveris, 2002, págs. 75-89.
dalus», Documents d’Análisi Geográfica,
(17) PAVÓN MALDONADO, B.: Tratado 2 (1983), págs. 14-18.
de arquitectura hispano-musulmana I:
(24) PAVÓN MALDONADO, B.: Tratado
Agua. Aljibes, puentes, qanats, acueduc-
de arquitectura hispano-musulmana I:
tos, jardines, ruedas hidráulicas, baños,
Agua. Aljibes, puentes, qanats, acueduc-
corachas. Madrid, CSIC, 1990, pág. 185.
tos, jardines, ruedas hidráulicas, baños,
(18) GOBLOT, H.: Les qanats. Une tech- corachas. Madrid, CSIC, 1990, págs. 204-
nique d’acquisition de l’eau. Paris, Mou- 217.
ton, 1979, págs. 25-27.
(25) PAVÓN MALDONADO, B.: Tratado
(19) Ibíd., pág. 19. de arquitectura hispano-musulmana I:
(20) Cf. VERNET, J., CATALÁ, A.: «Un Agua. Aljibes, puentes, qanats, acueduc-
ingeniero árabe del siglo XI: al-Karayi», tos, jardines, ruedas hidráulicas, baños,
Al-Andalus, 35-1 (1970), pp. 69-91. corachas. Madrid, CSIC, 1990, págs. 198
y 208-209.
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