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AREA: CIENCIA Y AMBIENTE Y

TECONOLOGIA
TITULO DEL PROYECTO.
MAQUINA DE TATUAJE
AUTOR: CASTREJON CUENCA
JHONATAN SMITH
GRADO: 1°
SECCION: A
TELEFONO: 992263358
ASESOR: DORIS BOYD MUÑOZ
ESPCIALIDAD: LICENCIADA
QUIMICO-BIOLOGICO
RESUMEN

En el siguiente trabajo se informará todo el referente a creación de una maquina


tatuadora casera con materiales reciclables para poder divertirnos experimentando
dibujos creativos

Maquina tatuadora casera no es un instrumento que sirve para hacer tatuajes reales en
la piel y mucho menos permanentes. En este caso realizaremos para que los dibujos
sean superficiales, así poder practicar y ser futuros tatudores a grane escala.

Este artefacto se utilizará materiales fáciles deconseguir dentro del hogar. para
contribuir el cuidado del medio ambiente y el desarrollo de la creatividad de los
jóvenes sin alterar la educación y el equilibrio psicológico de cad persona.

Vamos a utilizar materiales com ganchitos de ropa , motor de juguetes, lapicero para
marcar el dibujo, etc.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Hoy en día las personas utilizan tatuajes ya sea por moda o por recordad algo en sus
vidas. El cual ha generado una tendencia en el mundo, pero sin olvidar lo que puede
generar a largo plazo, como es la transmisión de enfermedades o querer borrar el
grafico e incluso puede generar discriminación por tener una mala idea o mal imagen
que dan los tatuajes.

OBJETIVO

Crear una maquina tatudora casera con materiales reciclados.

HIPOTESIS

La máquina tatuadora no genera alteraciones a la salud de las personas

MARCO TEORIO

Desde la Edad de Piedra hasta nuestros días, la simbología y las tradiciones


de los tatuajes a lo largo de la Historia son apasionantes.

La historia que conocemos se remonta a la Edad de Piedra. En 1991 se encontró en un


glaciar a un cazador de la era Neolítica; tenía la espalda y las rodillas tatuadas. Antes
de que fuera descubierta la momia del cazador, la persona tatuada más antigua era la
sacerdotisa egipcia Amunet adoradora de Hathor, diosa del amor y la fertilidad. Vivió
en Tebas alrededor del 2000 a.C., sus tatuajes, de un estilo muy similar o los de la
momia del cazador, son lineales y simples con diseños de puntos y rayas. En la cueva
prehistórica de Aurignac se hallaron pequeños huesos puntiagudos que se cree
pudieron haber sido usados para tatuar.

Los antiguos pobladores de la Polinesia fueron los primeros en grabarse motivos en


la piel. Los hombres se tatuaban hasta tal punto que no quedaba un trozo de piel
desnuda en su cuerpo. Es la Polinesia el lugar que tiene la reputación del tatuaje más
artístico en el mundo antiguo, caracterizado por figuras geométricas. De hecho el
término “tatuaje” (tatoo en inglés, pronunciado tatú) tiene un origen polinesio. Más
concretamente en la palabra polinesia “ta” que significa golpear o en la expresión “tau-
tau” utilizada para hablar del choque entre dos huesos.

El estilo Moko Maorí de Nueva Zelanda, por ejemplo, era un tatuaje tribal que
identificaba a cada individuo y su estatus dentro de un grupo. Hacía a la persona única
e inconfundible. Cuanto más complicado era el diseño del tatuaje mayor era el ascenso
en su rango social. Se tatuaban de la cabeza a los pies, comenzaban a los 8 años y era
un proceso lento y doloroso; los tatuajes se embellecían y renovaban durante toda la
vida.

En sus espirales tatuados pensaban los maoríes que podían atrapar la energía cósmica.
Si el difunto no tenía tatuajes protectores la hechicera se comería los globos oculares,
el alma quedaría ciega y no podría hallar el camino a la inmortalidad. Por eso, si
alguien moría sin tatuaje, los maoríes tatuaban el cadáver.

En las Islas Marquesas “un cuerpo sin tatuar era un cuerpo estúpido”.
Tenía un profundo significado erótico sexual. Las mujeres se tatuaban
los dedos de las manos y las orejas con finísimos dibujos y sobre la
vulva símbolos obscenos. Los hombres se tatuaban todo el cuerpo, la
nariz, los parpados, la lengua y el cuero cabelludo. Pero también tenía
un significado mágico religioso porque para ellos la piel tatuada era una
armadura de protección física y espiritual. Cuando uno de estos
hombres moría, sus mujeres le quitaban la piel, pues al guardián del paraíso le
desagradaban los tatuajes. Sin trazas de tatuaje, volvía al estado de pureza, podía ser
enterrado en tierra sagrada y su espíritu podía elevarse al paraíso.

Los nazis, en sus campos de exterminio, tatuaban a los prisioneros con un doble
significado: identificación y humillación, porque la ley judía prohibía las marcas en el
cuerpo. Eran los propios deportados los que tatuaban a los prisioneros pero, sólo, a los
“protegidos” los demás morían sin identificar.

Las Mujeres de rostro tatuado de Myanmar (antigua Birmania)


Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, un rey birmano viajaba por su reino cuando
se encontró con una bella joven que pertenecía a la etnia Chin. El rey la cortejó y poco
tiempo después la dejó abandonada. El resto de las mujeres al enterarse de lo ocurrido,
asustadas de correr la misma suerte, pintaron sus caras de negro utilizando carbón. El
truco del negro maquillaje duraba poco y con el tiempo se vieron obligadas a fijar el
color negro en su piel de forma permanente mediante dibujos tatuados. Así, las
mujeres Chin eligieron ocultar para siempre su belleza sin garantizar del todo con eso
el rechazo del cruel rey. Esta tradición se ha mantenido viva durante siglos.

El proceso de tatuaje es lento y doloroso. Con


una pasta hecha a base de carbón y una
espina se van tatuando la cara mediante
múltiples pinchazos. El dolor impide completar
el proceso de los tatuajes en el mismo día y de
hecho, cuando el tatuaje se realiza alrededor
de la boca la chica sólo puede alimentarse
bebiendo líquidos durante unos días. El
gobierno ha prohibido esta práctica y ya en
Myanmar no se ven chicas jóvenes tatuadas,
aunque en aldeas aisladas alguna adolescente
sigue aún tatuándose.

Hasta la ocupación japonesa, el pueblo indígena de Taiwán, Taroko, había tenido la


costumbre de hacerse tatuajes faciales al llegar a la adultez. Una vez que las jóvenes
aprendían a tejer y los jóvenes aprendían a cazar, se hacían tatuajes en el rostro. Se
creía que solamente aquellos que llevaran tatuajes faciales serían autorizados a cruzar
el Puente del Arco Iris hacia el cielo después de la muerte. Las administraciones
coloniales japonesas y chinas, sin embargo, prohibieron la costumbre, que terminó
cayendo en desuso. En la década del noventa, la población de antiguos Taroko que
todavía tenía tatuajes faciales casi había desaparecido.
El tatuaje se difundió en Occidente gracias a los exploradores de los siglos XVIII y XIX.
Uno de ellos, el capitán Cook describió en sus libros el proceso antiguo del tatuaje al
entrar en contacto con indígenas de las Islas Marquesas y con los maoríes: “Manchan
sus cuerpos pinchando la piel con los instrumentos pequeños hechos del hueso, que
estampan o mezclan el humo de una tuerca aceitosa […] En esta operación, que es
llamada por los naturales “tattaw”, las hojas dejan una marca indeleble en la piel. Se
realiza generalmente cuando tienen cerca de diez o doce años de la edad y en diversas
partes del cuerpo.”

Tatuados ilustres
A lo largo de la historia figuras ilustres y respetables han tatuado su cuerpo: Jorge V,
rey de Inglaterra, Nicolás II, zar de Rusia y el ex-presidente norteamericano John
Kennedy. Y también:
· Edison, Thomas Alva: Cinco puntos en su antebrazo izquierdo como haciendo un dado.
· Connery, Sir Sean: “Escocia para siembre” (Un equivalente de “siempre tuya”) y
“Mamá y Papá” en el antebrazo (Una versión ampliada de nuestro clásico “Amor de
Madre”).
· Churchill, Winston: Ancla en el brazo.
· Príncipe de Gales: Una cruz de Jerusalén.

El tatuaje carcelario
En las cárceles, la práctica del tatuaje pone al descubierto un submundo de
significados ocultos. Los presos fueron uno de los primeros grupos que usaron los
tatuajes para diferenciarse del resto de la sociedad, ya sea como señal de rebeldía o
como símbolo de pactos entre logias carcelarias. Los internos los denominan
“tumberos”, y en general responden a un significado bastante específico. Los motivos
místicos, por ejemplo, son imágenes de santos y vírgenes, cruces o figuras de Cristo y
del diablo. Generalmente, este tipo de tatuajes es muy común en los presos acusados
por violación. Los tatuajes pacíficos, también usados por agnósticos y ateos suelen
representarse con dibujos de palomas, flores, estrellas o palmeras.

Para reafirmar su identidad muchos presos eligen tatuarse su nombre entero o sus
iniciales.

También existen los tatuajes afectivos. Así como los griegos creían que el corazón era
el lugar donde los hombres guardaban sus amores y pasiones; los presos imprimen
sobre su pecho, el nombre de la mujer amada, como signo de amor eterno.

Esta forma de escritura permite observar la superficie de la piel como lectura


iconográfica mediante la cual se descubre lo biográfico, se pueden reconstruir
fragmentos de la vida del preso a través de sus tatuajes. Los mensajes que los presos
reproducen en sus tatuajes conforman una verdadera gramática de la piel.

Otra variante que se ve con frecuencia en los internos, son los tatuajes agresivos,
representados con dibujos de aves de rapiña, espadas, animales feroces y puñales.
Mediante estas figuras, los presos intentan poner en evidencia su rudeza, muchas
veces con el fin de obtener un escalafón superior dentro del rango otorgado por los
internos. La calavera, por ejemplo, significa que el portador del tatuaje no dudará en
matar ante una situación límite, para otros es una advertencia a la que se deberá
prestar mucha atención.
Desde siempre el tatuaje ha estado íntimamente relacionado con el
erotismo. Los antiguos tatuajes japoneses estaban llenos de geishas,
y el célebre director de cine Peter Greenaway supo plasmar como
ninguno el sentido erótico de la escritura sobre la piel, en su película
““Escrito en el cuerpo””.

Este factor, tampoco está ausente en el universo carcelario. Los


tatuajes sexuales son utilizados para diferenciarse. En los
heterosexuales, por ejemplo, las figuras son atrevidas y tienden a
reafirmar la virilidad de quien lo lleva. En el caso de los
homosexuales, el dibujo más habitual es el de dos mariposas juntas.
Para muchos reclusos, la piel es el terreno más apropiado para volcar
sus fantasías amorosas. Según el análisis de los médicos, este tipo de tatuajes se
ubican siempre en las piernas o la pelvis y representan “la apetencia y necesidad del
interno, de tener relaciones sexuales”. Los tatuajes eróticos, generalmente se
representan con la figura de una mujer desnuda; es “la chica de los presos”, de formas
exuberantes y curvas peligrosamente seductoras. Los lugares del cuerpo que eligen los
presos para plasmar cualquier tipo de tatuajes son muy variados. La gran mayoría se
ubica en los brazos, las piernas o el pecho; aunque también se imprimen en el
estómago, la espalda o el pene.

En las cárceles los tatuajes se siguen haciendo manualmente, sin colores ni elementos
artísticos. En general, los secretos de la técnica se transmiten de convicto a convicto,
otorgándole a esta práctica, un halo de misterio, cual si fuera un rito iniciático, propio
del submundo de las cárceles, en otras ocasiones, el traspaso de la “ciencia” obedece a
fines pragmáticos, por ejemplo, como contraprestación por otros favores. La maquina
que utilizan es totalmente casera. Consiste en un motorcito de radio, del que se
desprende un bolígrafo, un tenedor o un cuchillito sujetado con hilos o alambres. El
motor hace que el elemento punzante se mueva como las agujas de la máquina de
coser, entrando y saliendo de la piel. El pigmento que generalmente utilizan, es la tinta
china o la de los bolígrafos Bic. Lo cierto es que entre rejas, rencores y penitencias, el
tatuaje carga el cuerpo de los presos de significado. Y como su condena, éste era un
estigma que les acompañaba el resto de sus vidas.

Los primeros datos sobre el tatuaje ornamental se encuentran en textos del siglo XVII
en Tokio. En occidente el tatuaje llegó de la mano de marineros, piratas y balleneros
que lo rescataron de sus largos viajes por mares lejanos. La difusión fue rápida y se
limitó en principio a grupos marginales que comenzaron a crear sus propios motivos
"occidentales". En los puertos comenzaron a establecerse puestos de tatuajes y se
popularizó también dentro de circos y entre prostitutas y artistas. Así el tatuaje pasa a
ser patrimonio de grupos sociales poco poderosos y una práctica que estaba al margen
de la clase dominante. Es recién entre las guerras mundiales cuando el tatuaje es
aceptado en la sociedad; los combatientes tatuados durante las guerras vuelven como
héroes y deja entonces el tatuaje de pertenecer a la marginalidad para instalarse como
una práctica habitual. 2 Las generaciones actuales ya no tienen una visión negativa del
tatuaje y si bien sigue estando asociado fuertemente con ciertos grupos mas que con
otros, el tatuaje ha obtenido su legalidad. Son distintas las causas por las que los
adolescentes se tatúan. A menudo son una solución para las crisis de identidad y
conflictos normativos del desarrollo adolescente. Marcándose son "únicos",
distinguiéndose y permitiendo que los distingan de otros. Otras veces sirve para
"incorporar" personas, fechas, símbolos que pasan a ser parte permanente de su vida.
El incremento de la práctica del tatuaje también puede ser interpretado como
respuesta o antídoto al estilo de vida nómade y urbano, donde puede asegurar
permanencia y estabilidad como pocas otras cosas o relaciones. El tatuaje es una
técnica en la cual se introducen tintes de color por medio del corte, inyección o
inserción con el fin de depositar estos pigmentos en la piel en forma permanente. Por
diferentes motivos, desde personales, laborales, sociales y estéticos puede una
persona arrepentirse y decidir retirar el tatuaje. Muchas veces son los padres de un
adolescente quienes deciden obligar a su hijo a quitarlo. La alta tasa de
arrepentimientos en la edad adulta comienza a ser un tema de preocupación según
revelan estadísticas de consultorios de cirujanos plásticos y dermatólogos. Algunos
estudios han demostrado que hasta un 26% de las personas se arrepienten de haberse
tatuado. Todos los procedimientos utilizados pera eliminar un tatuaje deberán actuar
sobre la dermis, por lo tanto tendrán como consecuencia una cicatriz, hecho que
deberá conocer el paciente perfectamente bien antes del intento de eliminación dada
también la posibilidad de transformación de la cicatriz en fibrosa, hipertrófica o
queloide. Es difícil por las características de la dinámica psíquica del adolescente que
puedan proyectar la posibilidad de arrepentimiento como razón para postergar la
decisión de tatuarse y muchas veces si tienen en cuenta la posibilidad de remoción
están poco o mal informados y muchos consideran que nuevas técnicas podrán
"borrar" el tatuaje. Las técnicas a la que recurren plásticos y dermatólogos son muy
variadas, ninguna es de elección, en general se decide por una u otra de acuerdo a las
características y lugar del tatuaje y entre ellas se cuenta con la exéresis completa, la
electrocoagulación, el rayo láser y la criocirugía. En general ni los adolescentes ni sus
padres tienen información relacionada con la posibilidad de remoción del tatuaje ni de
cómo hacerlo, y en muchos casos se desconoce que indefectiblemente quedará una
cicatriz en su remplazo. Los especialistas coinciden en que los tatuajes multicolores son
los más difíciles de tratar. Otro aspecto a tener en cuenta es que si bien los riesgos
asociados al tatuaje tienen que ver con otros factores de riesgo también presentes en
la población que decide hacerlo, los procedimientos utilizados para el tatuaje tendrán
relación directa con el riesgo de infección de Hepatitis B o por HIV o las reacciones
alérgicas al material utilizado. Los profesionales de la salud que trabajamos con
adolescentes deberíamos 3 discutir abiertamente con nuestros pacientes acerca de
éstas situaciones, de una manera objetiva, sin actitudes críticas ni prejuiciosas pero
informando y explorando acerca de creencias, acompañando a nuestros pacientes y
sus familias en la toma de decisiones a fines de disminuir riesgos y consecuencias
negativas. Cada tatuador toma medidas por cuenta propia; hemos visitado a algunos
de ellos y nos hemos encontrado con una gama de situaciones muy diversas: desde los
que utilizan procedimientos asépticos semejantes a los de un quirófano , exigen
vacunación antitetánica al día y piden la presencia de los padres cuando de un menor
se trata hasta lugares en donde las técnicas de higiene eran deficientes y efectuaban
los tatuajes sin considerar la edad del interesado. No hay normativa ni control del
estado acerca de esto último. Podemos extender los riesgos del tatuaje a otro hábito
arraigado en jóvenes y adultos: el de adornar el cuerpo con aritos en lugares
diversos(piercing) De cualquier manera, estas técnicas, que modifican el cuerpo de
manera irreversible y lo someten a no despreciables riesgos serían homologables a una
intervención quirúrgica tal vez menor pero que ningún cirujano se animaría a realizar
sin un consentimiento escrito del adulto responsable. Tal vez la propuesta de una
normativa expedida por el Estado protegería a los menores de las situaciones de riesgo
mencionadas con la exigencia de normas de asepsia y autorización del padre o de la
madre los menores , lo que haría recaer en estos la responsabilidad de un futuro
arrepentimiento. Hemos visto a una niña de 13 años traída por sus padres para la
eliminación quirúrgica de un importante tatuaje en su pierna realizado sin el
conocimiento de aquellos. Todos estos aspectos: seguridad, consentimiento,
consideración de la posibilidad de arrepentimiento, reflexión acerca de la
irreversibilidad del procedimiento así como de las diferentes posibilidades de
eliminación deberían conversarse con el adolescente y su familia. Exigir del Estado un
control más estricto acerca de la idoneidad, asepsia y exigencia de la autorización
paterna en caso de menores sería tal vez una tarea nuestra. Es cierto también que en
algunas oportunidades somos consultados abiertamente sobre el tema sin que esto
implique que sea nuestra la indicación o la contraindicación para la realización o no del
tatuaje. Como para otras instancias en prevención una información en una cartelera
puede aclarar conceptos y informar acerca de estas situaciones relacionadas con
tatuajes y piercing.

CONCLUIONE

La máquina se creó a base de materiales reciclados , en el cual la tinta no perjudica a


la salud ya que son tatuajes temporales, para así mantener a la juventud con
imaginación creativa no solo con máquinas tatuadoras también con lápiz y papel.

BIBLIOGRAFIA

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