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HISTORIA DE LA QUÍMICA
Ing. JUAN GUERRERO LLÚNCOR
profesional que permita comprender en forma sucinta los esfuerzos realizados por los
distintos científicos y entender por qué la Química debe situarse en un lugar de privilegio
mejor aprehensión de tal manera que motive al lector que los trabajos de la ciencia
Química se pierden en los orígenes de los tiempos forjando metales, extrayendo tintes
naturales que permanecen incólumes cientos de años, cerámica, vidrio, pigmentos su gran
Estamos dando el primer paso en estas contribuciones históricas las cuales ampliaremos
INTRODUCCIÓN 1
LA QUÍMICA EN LA ANTIGÜEDAD 7
LA ALQUIMIA 15
Alquimia oriental 33
La alquimia llega a Europa 33
Alquimia medieval 35
Simbolismo de la alquimia 35
Adelantos de la química 39
Adelantos médicos de la alquimia 39
La vendimia 41
La teoría del flogisto 43
LA QUÍMICA EN EL SIGLO XX 86
dilatado y lento que otras ramas de la ciencia moderna. Tanto en la antigüedad como en la
Edad Media, se contemplan denodados esfuerzos por conocer y dominar de alguna forma
los elementos materiales que constituyen el entorno físico que nos rodea. Averiguar cuáles
sean los elementos originarios de los que están hechas todas las cosas así como establecer
sus características, propiedades y formas de manipulación; son las tareas primordiales que
balbuceos meramente empíricos los resultados no tengan otro carácter que el que
apariencia de las cosas y como práctica que permite actuar sobre ellas según nuestra
voluntad.
transformaciones de una sustancia en otra, sin que se alteren los elementos que la integran.
Las especulaciones de los filósofos de la antigua Grecia sobre los elementos o la búsqueda
de la piedra filosofal y del elixir de larga vida por algunos alquimistas de la Edad Media, no
siglo XIX se establece la clasificación periódica de los elementos, que iba a inaugurar una
nueva era para la ciencia química. Actualmente, el trabajo experimental de los químicos es
1
LA QUÍMICA EN LA ÉPOCA PRIMITIVA
2
Se afirma que la Química es la más antigua de todas las ciencias, probablemente, se
inicia con el descubrimiento del fuego, perfeccionándose con las artes y oficios
prácticos del hombre primitivo. Desde entonces, el objetivo de la química ha tenido un
noble carácter: transformar la materia baja en algo mejor.
A esta idea se llega por los materiales usados por él y encontrados en los restos de las
civilizaciones desaparecidas. Los artículos normalmente encontrados son de metal,
cerámica, vidrio, pigmentos y telas teñidas, por lo que la extracción de los metales de
sus minas, la fabricación de vidrios y cerámica, las artes de la pintura y del teñido, así
como la preparación de perfumes y cosméticos, práctica de momificación y otros oficios
análogos seguidos en las civilizaciones primitivas, constituyen los conocimientos sobre
lo que está basada la “Química” de aquellos tiempos, transmitida por tradición oral.
El hombre primitivo se interesó por los metales por ser materiales resistentes y
duraderos a los que podían darles forma con mayor o menor facilidad. Su utilización
constituye las sucesivas edades de cobre, del bronce y del hierro.
No puede negarse que el primer hombre que obtuvo deliberadamente este metal a partir
de alguno de sus minerales sería un verdadero genio. Cuando ya el uso del cobre era un
fenómeno bastante común, el hombre empezó a descubrir otros metales y metaloides. El
antimonio parece haber sido uno de los primeros, pues ha sido hallado un vaso sumerio
de este frágil elemento, que probablemente data del año 2450 A.C.
En esta edad también se conoció el oro que por hallarse libre y por su bello color, su
inalterabilidad y su rareza ha sido siempre el metal precioso por excelencia. Para los
chinos tenía incluso propiedades sobrenaturales al creer que el que comía de un plato de
oro llegaba a una edad avanzada, y el que absorbía oro se hacía inmortal y tenía el
privilegio de desplazarse instantáneamente de un lugar a otro.
No mucho después, el hombre descubrió que el cobre, combinado con el estaño,
produce una nueva aleación: el bronce.
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EDAD DEL BRONCE
La edad de bronce se sitúa sobre los 4000 años a. J. C. En el Egipto de las primeras
dinastías y en la Grecia de Homero, el bronce, aleación dura y útil era usada en la
fabricación de implementos de guerra.
Fueron los fenicios quienes adquirieron una gran reputación en el trabajo de bronce y,
aunque pueblo poco belicoso, fabricaban las mejores armas.
La edad de hierro sucede a la de bronce y su principio puede fijarse sobre los 1200 años
a. J C. Las dificultades que ofrecen su preparación y su trabajo hicieron del hierro en los
primeros tiempos un metal oneroso, utilizado muy parcamente. En la edad del Hierro se
aprendió a fabricar acero, se conoció que su resistencia aumenta con el temple y se
llegó incluso a protegerlo de la corrosión.
Para las civilizaciones antiguas, la metalurgia fue más que una técnica una arte sagrado
encomendado a los sacerdotes. Los metales obtenidos del interior de la tierra concebida
como un dios, fueron relacionados con el sol y los planetas: el oro al sol, la plata a la
luna, el cobre a Venus, el hierro a Marte, el estaño a Júpiter, el plomo a Saturno y el
mercurio a Mercurio. Los antiguos veían en el número siete una manifestación de
carácter universal, así conocían siete planetas, siete metales, siete dioses, siete
maravillas del mundo, la hidra de siete cabezas, las siete bocas del Nilo, las siete
estrellas del carro de David, los siete días de la semana, identificados con los astros,
etc. Si aún hoy día consideramos sin base científica los siete colores del arco iris lo
debemos a esta concepción de los antiguos.
De todas las civilizaciones antiguas, la más avanzada en las artes químicas y la más
relacionada con la química europea moderna fue la egipcia. Los egipcios fueron
maestros en la fabricación de vidrios y esmaltes; imitaban a la perfección los metales
nobles, así como el rubí, el zafiro y la esmeralda; conocían igualmente el uso de
labranza (de la raíz de Rubia Tinctorum), que actualmente se prepara sintéticamente;
practicaban la extracción de aceites, preparaban el agua destilada de laurel cerezo para
castigar a quienes revelaban los misterios de la casta sacerdotal y obtenían la esencia de
cedro calentando trozos de la madera en un vaso en cuyos bordes se colocaba lana sobre
los trozos de madera. Utilizaron ampliamente el cuero, el algodón, la lana y el lino que
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sabían blanquear y teñir con índigo, púrpura y rubia; la lana se impregnaba de los
vapores y después la exprimían para sacar la esencia. Usando ceniza y grasa animal,
obtuvieron jabones. Conocida es también su experiencia en el embalsamiento de
cadáveres mediante el uso de betún, no desconociendo el uso de mordientes, preparan
perfumes, bálsamos, productos de belleza y venenos. Todo esto, constituye la química
egipcia, muy floreciente en la antigüedad.
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En la antigua China se conoció la técnica de la fabricación en porcelana, descubrieron el
salitre e inventaron la pólvora.
Los fenicios extraían la famosa púrpura de tiro del molusco Murex Brandaris, y los
griegos conocían la cicuta, los colores, los aceites vegetales y varios productos
animales, así como diversas operaciones que hoy son considerados dentro de la
Química.
En el Perú preincaico se conocía la cerámica decorada, teñido de fibras textiles,
embalsamiento de cadáveres, metalurgia del oro y plata, etc.
Pero todas estas prácticas eran fundamentalmente empíricas y no constituían una ciencia
ni siquiera en forma rudimentaria.
LA QUÍMICA EN LA ANTIGÜEDAD
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Empédocles (400 años A.C.); admitía la teoría atomista para explicar la
esencia ijntima de la naturaleza. Sostenia q la materia se reducia a cuatro
elementos fundamentales: Agua, aire, fuego y tierra.
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Por lo tanto el mundo material estaría formado por cuatro elementos: tierra, aire, fuego
y agua, que servían de soporte a las cualidades fundamentales de caliente, frío, seco y
húmedo; el aire era caliente y húmedo, el fuego era caliente y seco, el agua fría y
húmeda, la tierra fría y seca.
Esta teoría de los cuatro elementos, fue aceptada por Aristóteles de Estagira
(aproximadamente 384-322 a.C.), quién además imaginó un quinto elemento de orden
superior, al que llamó Quinta Esencia, siendo éste de naturaleza aérea, semiespiritual y
difundida en toda la Tierra. Aristóteles, pensador griego e intangible escritor, cuyo
poder y autoridad hizo que esta teoría perdurase unos dos mil años.
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Aristóteles de Estagira(322 años a.C.)
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Por la misma época, LEUCIPO y su discípulo DEMÓCRITO, de Abdera (460-370 a.
J.C.), en oposición a ZENON, de Elea, enseñaron a discontinuidad de la materia
formada de átomos, el ser, y de vacío, el no ser, resultante de los intersticios entre
aquellos, y permitiendo su movimiento. Los átomos son eternos, indivisibles (de donde
deriva su nombre), y de la misma naturaleza, pero difieren en forma, por el orden en que
están colocados en el cuerpo, por su posición relativa y por su magnitud.
Demócrito (400 años a.C.). Admitía que los átomos dotados de movimiento
continuo y que la materia era eterna.
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Esta concepción guarda estrecha relación con las teorías científicas actuales, pero
lamentablemente sus seguidores encontraron una tenaz resistencia por parte de la teoría
Aristotélica, por lo que no se desarrollaron estas brillantes ideas respecto a la
composición de la materia.
Epicuro de Samos (342-270 a.C.) creó la palabra átomo y le asignó un peso esencial; el
atomismo de Demócrito expuesto en forma brillante en el inmortal poema Dererum
Natura del romano Lucrecia, está construido totalmente por conceptos filosóficos, y no
es hasta 1677 en que BOYLE lo establece y DALTON en 1803 lo desarrolla para
explicar ciertas leyes de las combinaciones químicas, que son el resultado de las
observaciones científicas.
Puede parecer sorpréndete que los grandes pensadores griegos no buscasen una
confirmación experimental de sus abstracciones, pero ellos aceptaba que todo
conocimiento debía adquirirse únicamente mediante pura especulación y que el
experimento no sólo era innecesario sino que incluso disminuiría su dignidad. Este
error del empleo del razonamiento sin experimentación mantuvo estacionado el
progreso de la Ciencia durante muchos siglos.
A partir del año 300 a. J. C. la ciencia griega se desplaza a Alejandría, en cuya escuela
florecieron grandes matemáticos, astrónomos y biólogos, si bien fue decayendo hasta
apagarse hacia el año 400 de nuestra Era. En el siglo II a. J. C. las ideas científicas
llegaron a Roma, pero los romanos, guerreros y constructores, pero poco abiertos a las
cosas del espíritu, y estoicos frente a la Naturaleza, no prosiguieron la herencia
científica de los griegos.
La Alquimia puede considerarse bajo dos aspectos: como arte primitivo derivó la
Química y como un sistema filosófico, que alcanzó una duración de cerca de 2000 años.
Su fin principal era la busca del elixir de la eterna juventud y de la piedra filosofal, con
la cual los metales podrían transformarse en oro.
Los alquimistas se llamaban a sí mismos “hijos de Hermes” (Mercurio), contrapartida
griega de Thoth, el dios del arte de curar, en el antiguo Egipto. Los preceptos de
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Hermes Trimegisto o Hermes el Tres veces grande, forman el reglamento de la
hermandad de los laquistas y, según la tradición, fueron grabados por el propio Hermes
sobre una losa de esmeralda (la famosa Tabla de esmeralda).
A pesar del lenguaje misterioso empleado por los alquimistas, a veces bastante ingenuo,
sabemos que lograron importantes descubrimientos y entre ellos pueden citarse como
verdaderos hombres de ciencia los hombres de Libavius, Glouber, Ulstndt, Van
Helmont y Groll, pero cayeron en la más vulgar charlatanería, con los hombres como
Honauer, Caetano, Bragadino y Cogliostro.
Suele afirmarse que los orígenes de la Química deben atribuirse al antiguo Egipto, o
Khem, la tierra del suelo oscuro, y de allí podría derivar Al Khem (el arte del suelo
oscuro).
.
Con el resplandeciente líquido amarillo encendido en la redoma, quizás un símbolo de la
piedra filosofal, Trimosin empieza:”Examinemos la naturaleza de los cuatro elementos”
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Es posible que en la china se halle el verdadero origen de la Alquimia que estuvo ligada
al Taoísmo, sistema filosófico – religioso Ko-Hung (281-361) ya describe la
preparación de algunas medicinas.
Se cree también que, como resultado del comercio de los árabes la Alquimia pasó de
Egipto, Mesopotamia o India a la China, pero todo parece abonar la idea de que se
desarrolló antes en la China que en Egipto y no parece ser que llegará Europa antes del
siglo VIII.
Además de los alquimistas antes citados, cabe recordar los siguientes:
Entre los árabes: Jabie Ihn-Hoijan, Razi, llamado también Rhases y en los últimos
escritos en latín Geber o Giabir y es el mayor representante de la alquimia (720-780
aprox.). Vivió en Bagdad en tiempo de Califa Harem – Al-Raschid.
Avicena, conocido también por Ión Sina (980-1036) famoso médico, llamado el
“Aristóteles de los árabes”.
Vincent de Beauvais (1190-1264).
Alberto Magno (1193-1280), llamado “Doctor Universales”, citado por Dante, conocido
también como el Aristóteles de la Edad Media.
Roger Bacon (1214 aprox. 1294), llamado “Doctor Mirabilis”, profundo creyente en la
alquimia.
Raymundo Llulio (1235 aprox. 1315), “Doctor Illuminatus” noble español, poeta,
filósofo, místico, alquimista, artista y trovador.
Arnoldo de Vilanova (1240-1313), médico catalán, describió la destilación del vino y lo
utilizó en medicina.
Bernard Paissy (1510 aprox. 1589), fue, como Bacon en Inglaterra, un paladín de la
Química en Francia.
Uno de los aspectos de la química antigua fue la Iatroquimica, o “arte de separar
cuerpos para obtener medicamentos, gratos, saludables y seguros”.
Le Febure (siglo XVIII), farmacéutico francés, distingue tres clases de Química:
filosófica, iatroquímica o médica y farmacéutica, que comprende la profesión de
boticario y depende de la segunda. Entre los iatroquímicos notables (algunos ya
citados) figuran Libabius, Glauber y Turquet de mayerne, La iatroquímica decae al final
del siglo XVII, después de los primeros ataques de Robert Boyle, así como la Alquimia
después del siglo XV, a medida que la química se afirma como ciencia. En la época de
la iatroquímica se generalizó el empleo de la destilación y se descubrieron aceites
esenciales, el ácido succínico y el ácido benzoico.
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Estampa moderna que representa al alquimista Sun Po haciendo que de los
árboles broten llamas. A Sun Po también se le atribuye haber descubierto un
elixir de la vida durante sus pruebas de magia hace 2000 años.
Las teorías médicas de Galeno se vieron atacadas por un personaje que se hizo famoso
por sus maravillosas curaciones: Philippus Aureolus Paracelsus, cuyo verdadero nombre
fue Theophrastus Bombastus von Hohenheim, nacido en Suiza hacia 1493 y muerto en
1541. Según Paracelso, la vida es esencialmente un proceso químico, por lo que
abandonó el uso de yerbas y extractos y prescribió sales inorgánicas. Médico, astrólogo
y alquimista fue uno de los promotores de la revolución de las ideas científicas del siglo
XVI.
En los escritos míticos de Paracelso, el corazón es la Luna y el hígado es Júpiter.
Afirmaba que la digestión era producida por un espíritu llamado Archeus. Fue el
primero en llamar alcohol al espíritu del vino.
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LA ALQUIMIA:
En laboratorios del siglo XV, como este que ha sido reconstruido en la ciudad de Cracovia
en Polonia, se inicia nuestra historia. Su prólogo es el romance de la alquimia. Aunque los
alquimistas practicaron una química que a menudo era más arte que ciencia, más
calentamiento de vasijas que experimentación productiva, sus esfuerzos establecieron los
cimientos de la química moderna.
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La balanza y el alambique, los hornos y el fuelle, el mortero y el pistilo, las tenazas, los
embudos, el mazo y la lanza, las retortas, el crisol y matraces, todos los cuales se ven en el
manuscrito francés del siglo XI sobre la alquimia, continúan siendo artículos importantes de
la moderna tecnología e investigación científica.
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El saber de los antiguos se perdió en gran parte con el incendio de la biblioteca de
Alejandría (640 aJC). La actividad científica solo comenzó a reanudarse durante la
invasión de Egipto por los árabes.
Los árabes conquistaron todo el África del Norte y penetraron después en España y así
fue como la Alquimia llegó a Europa.
Esta transmutación, conocida como la “Gran Obra”, debía realizarse en presencia de la
“piedra filosofal” cuya preparación fue la tarea primera los alquimistas. En el siglo XIII
se extendió el objetivo de la alquimia al buscar el “elixir filosofal o de larga vida”,
imaginado como una infusión de la piedra filosofal, el cual debía eliminar la
enfermedad, devolver la juventud, prolongar la vida e incluso asegurar la inmortalidad.
Se comprende que los alquimistas viejos dedicasen sus últimas fuerzas a la consecución
de este sueño.
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Hoy conocemos que el problema de los alquimistas no era en esencia absurda, aunque sí
por la enorme desproporción entre los medios de que disponían y los que serían
necesarios. La producción artificial del oro para la ciencia del Medioevo era un simple
problema de técnica como puede serlo la del diamante para nosotros o la fabricación de
albuminoides.
La Alquimia fue, en general, una práctica secreta debido a los hombres que la
relacionaban con la magia y a causa de Dios, pues los laquistas se creían los elegidos
para ser depositarios de la verdad y por ello no debían divulgar sus conocimientos
Escribieron en un lenguaje hermético describiendo más operaciones que hechos y
haciendo uso de signos y símbolos. Un libro de Alquimia, el Liber Mutus, no contiene
ningún texto sino quince grabados, en su mayoría ininteligibles, para hacer conocer la
preparación de la piedra filosofal.
Para un iniciado, un dragón que se muerde la cola es la imagen de la unidad de la
materia, un pájaro que levanta el vuelo es la sublimación, y un pájaro que desciende a
tierra es la precipitación. Un toro o un león simbolizan la tierra, un águila el aire, una
ballena el agua y un dragón o una salamandra el fuego. Cuando Geber escribe “envíame
los seis leprosos que yo los curaré”, hay que adivinar que los seis leprosos son los seis
metales no nobles y que su curación consiste en su transmutación en oro. Obligados a
escribir en un estilo alegórico, confuso y lleno de misterio, y ofuscados por un exceso
de dogmatismo filosófico, no es de extrañar que la alquimia progresase muy lentamente.
Los trabajos de los alquimistas, aunque infructuosos en el descubrimiento de la piedra
filosofal y del elixir de larga vida, y estériles, por tanto, en la consecución de la “Gran
Obra”, produjeron indudables progresos a la química del laboratorio, puesto que
prepararon un gran número de nuevas sustancias, perfeccionaron muchos aparatos útiles
y desarrollaron técnicas que constituyen la base e la subsiguiente investigación.
La alquimia árabe aparece con su más brillante cultivador Geber (Abou Houssah Diafar
al Sofi Geber), que parece vivió y murió en Sevilla hacia finales del siglo VIII y fue uno
de los sabios más grandes del mundo. Geber escribió numerosas obras y entre ellas la
Summa Perfectionis, el tratado de Química más antiguo que se conoce. Posteriores a
Geber son RHASES o RAZES (siglo X), AVICENA (Siglo XI) cuyo prestigio fue
inmenso como alquimista, filósofo, astrónomo, matemático y, sobre todo, médico, y
AVERROES (1126-1198), nacido en Córdoba, célebre por sus comentarios sobre
ARISTOTELES y que ejerció un gran influjo en el pensamiento medieval.
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ASPECTO DE UN LABORATORIO DE ALQUIMIA
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Fue en el siglo XIV cuando surgieron los aficionados empíricos o “sopladores” quienes
buscaron la rápida adquisición de riqueza y fama mediante la Alquimia, “los adeptos” que
la practicaban en busca de conocimientos y los charlatanes fraudulentos la falseaban.
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Los Alquimistas árabes llegaron a ser verdaderos precursores de la química. Estos investigadores por
buscar el elixir de la vida y la piedra filosofal que transformaba todo metal en oro, si bien no
consiguieron sus objetivos, en cambio hicieron importantes descubrimientos científicos
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Geber (siglo VIII). Introdujo toda una serie de experimentos químicos para llegar a la preparación del oro,
con otros metales.
Expuso una teoría química según la cual todos los metales contienen siempre dos sustancias en proporción
variable. Estas dos sustancias serían el mercurio y el azufre.
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Hennig Brand (1669) alquimista de Hamburgo (Alemania), buscó la piedra filosofal en la orina. Calentándola
encontró, con gran sorpresa un cuerpo nuevo que emitía luz en la oscuridad: el fósforo.
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Hasta las cruzadas el árabe fue la lengua exclusiva de la ciencia, y Córdoba el foco de la
cultura. La reconquista de Toledo en 1805 y la creación de su Escuela de Traductores
lleva a esta ciudad a los estudiosos del mundo latino para aprender árabe y tomar
contacto con la nueva ciencia Los siglos X, XI y XII, de total postración científica en el
mundo occidental, fueron los más florecientes para la ciencia española (arábiga-judaica-
cristiana), la cual al difundirse a toda Europa, originó en el siglo XIII un poderoso
resurgimiento científico en el que la Alquimia adquiere una extensa significación.
Entre los alquimistas del occidente hay que destacar en primer lugar, cronológicamente
y por su sabiduría. A SAN ALBERTO MAGNO (1193 ó 1206-1280), dominico alemán,
llamado el doctor universal y considerado como el ARISTÓTELES de la Edad Media,
y de los pocos que en esta época se dedicaron a observar por sí mismos a la naturaleza.
Profesó en París con un éxito tan extraordinario que tenía que dar sus lecciones al aire
libre, pues ninguna sala podía contener a sus discípulos y admiradores. En 1248 volvió
a Colonia y fue obispo de Ratisbona de 1260 a 1262.
Se debe a SAN ALBERTO la preparación de la potasa cáustica mediante la cal,
procedimiento que aún se practica en los laboratorios. Describe con exactitud la
afinación del oro y de la plata mediante copelación con plomo, establece la composición
del cinabrio, señala el efecto del calor sobre el azufre y emplea por vez primera la
palabra afinidad en el sentido usado hoy día al decir que el azufre ennegrece la plata y
abraza en general a los metales a causa de la afinidad natural que tiene por ellos.
Explica en sus obras la preparación de la cerusa y del minio, y la de los acetatos de
cobre y plomo; expone la acción del agua fuerte (ácido nítrico) sobre los metales, y
señala, el primero, la separación mediante ella del oro y de la plata en las aleaciones
preciosas. En sus escritos se manifiesta enemigo de la ciencia secreta, y cuando se le ve
sostener que el oro de los alquimistas no es oro puro y que el cuerpo obtenido
exponiendo el cobre a los vapores de arsénico no es plata, San Alberto adquiere
categoría de precursor. En su tratado de Alquimia expone las condiciones que debe
reunir un alquimista, y que en su casi totalidad pueden aplicarse a los químicos actuales.
Contemporáneo de San Alberto es el inglés ROGER BACÓN (1214-1294), fraile
franciscano que profesó en París y en Oxford, y la más vasta inteligencia que ha tenido
Inglaterra. En su obra Speculu Alchimiae alude a un aire que es el alimento del fuego y
otro lo apaga, habla de una llama producida al destilar las materias orgánicas y
vulgariza el empleo de la pólvora. Defendió la experimentación y combatió con tesón a
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ARISTÓTELES, fue también un gran físico cuyos trabajos en el campo de la óptica
fueron muy notables.
El alquimista, pintado en 1640 por Ryckaert, que ahora se encuentra en el Museo del
Prado de Madrid, no es más que una de las muchas hermosas pinturas que sobre los
alquimistas medievales pueden encontrarse en los museos de muchas partes del
mundo. Representa un viejo adepto acompañado por su joven discípulo rodeado por
el desorden acumulado en una vida de trabajo.
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monje benedictino alemán Basilio Valentín (siglo XV), de cuya existencia real se duda
en la actualidad, autor de varias obras, siendo la más conocida El carro triunfal de
Antimonio.
JAVIR ABEN HAYYAM fue un connotado alquimista árabe del siglo VIII, entendido
en la preparación de numerosos compuestos metálicos Hayyam propuso la teoría de
que todos los metales están compuestos de mercurio y azufre, teoría que, aunque falsa,
resultaba sorprendentemente avanzada para su tiempo. Y fueron precisamente los
árabes desde la península ibérica por ellos ocupada, quienes empezaron a difundir sus
conocimientos de alquimia por el mundo occidental.
Los eruditos cristianos de la edad media muy pronto se interesaron en la alquimia, y
aunque Alberto Magno, uno de los mejores intelectos del medioevo, se mostró escéptico
en cuanto a los alquimistas, su discípulo Tomás de Aquino tuvo una actitud mucho más
tolerante e interesada al respecto.
Fue también en la edad media que Roger Bacon, profundizando hondamente en la
alquimia, propuso que estos conocimientos que usaran para la obtención de remedios
médicos, reconociendo así la conexión entre la química (que aunque aún era pura
alquimia empírica) y la medicina.
Los alquimistas medioevales, en su mayor parte, estaban convencidos de que los
metales bajos podrían ser restaurados a un primitivo estado superior, que una vez
tuvieron y luego perdieron. Pensaban, por ejemplo, que el cobre y el hierro podrían
transformarse en oro, si se encontraba la fórmula adecuada para hacerlo: una sustancia
catalítica que vino a ser llamada “la piedra filosofal”. La búsqueda de esta piedra
filosofal (que mucho alquimistas, falsamente, alegaron haber descubierto), así como la
búsqueda del elixir de la vida (pócima a la que se atribuía la facultad de poder restaurar
la juventud), aunque fomentaron mucho la superstición y la charlatanería, también
sirvieron para dar impulso a las experimentaciones alquímicas, acercándolas
paulatinamente al nivel científico que aun no había alcanzado. La alquimia, por
ejemplo, a lo largo de toda la edad media, estaba todavía estrechamente relacionada con
la astrología, lo que explica por que muchos metales y compuestos metálicos fueron
bautizados con nombres relacionados con los cuerpos celestes.
27
Ilustración perteneciente al
famoso "Ripley Scrowle",
relación de los trabajos del
alquimista inglés Goerge
Ripley. En ella podemos ver
un objeto rojo central que es
la Piedra filosofal, circundada
por una serie de escenas que
muestran las siete etapas
mediante las cuales Ripley
afirmaba que podía llegar a
ser conseguida.
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29
l
Muy lentamente, la alquimia empezó a olvidarse de alcanzar metas tan fantásticas como
la piedra filosofal y el elixir de la vida, concretándose a objetivos más prácticos, pero no
fue hasta principios del siglo XV que se notó un marcado cambio de énfasis. No es que
la alquimia muera de la noche a la mañana, pero si nació una nueva ciencia: la medicina
química, orientada aplicar los conocimientos alquímicos a la curación de los enfermos.
También la aplicación práctica de la metalurgia cobró una nueva importancia. Fue
dentro de este clima cultural, de mayor sensatez, que surgió la figura de Paracelso,
cuyo verdadero nombre era Teofasto Bombasto Von Hohenheim.
30
Jorge Bauer, autor del tratado Red Metálica. Bauer hizo una clasificación vigente
entonces respecto ala extracción y procesamiento de los mismos, por lo que todavía hoy
se le considera como el padre de la mineralogía.
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Amedeo Avogadro
ROBERT BOYLE
Boyle es el primer hombre de ciencia que adopta la teoría atómica para explicar las
transformaciones químicas, y sus investigaciones en el campo de la física y de la
química permite considerarlo el precursor de la química moderna al hacer de ella el
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estudio de la naturaleza y la composición de la materia en vez de ser, como hasta
entonces, un simple medio de obtener oro de preparar medicamentos.
Entre sus más notables descubrimientos hay que mencionar la ley que lleva su nombre
de la comprensibilidad de los gases, el efecto de la presión sobre el punto de ebullición
de un liquido, la clara distinción entre mezclas y combinaciones, el empleo de muchos
reactivos como el nitrato de plata, el gas amoniaco para conocer el ácido clorhídrico y el
sulfhidrato amoniaco que con el nombre de licor de Boyle debía adquirir una gran
importancia en química analítica, la utilización del jarabe de violeta como indicador
para distinguir los ácidos y bases, y la obtención de nuevos e importantes compuestos.
Sus ensayos acerca de la oxidación del cobre le llevan casi al descubrimiento casi del
aire, pero estos experimentos están muy anticipados con respecto a las ideas existentes
en su época. No obstante, Boyle mantiene la idea de la transmutación de los metales y
atribuye al fuego un carácter material.
La Alquimia llega a Europa: desde sus raíces primitivas en las artes prácticas de las
culturas de Egipto, Mesopotamia, Persia, y la filosofía especulativa que surgió en
Mileto, Clazomene, Abdera y otros pueblos del egeo, la alquimia apareció en Alejandría
hace 22 siglos. De la fusión del misticismo y la astrología egipcia y babilónica con el
pensamiento helénico, brotó una profusión de metas, simbolismos y prácticas
alquimistas. Posteriormente el comercio entre el imperio romano y el oriente ocasionó
grandes modificaciones es la alquimia alejandrina. El paganismo de la Roma de los
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césares y el taoísmo de china quedaron entretejidos en las alegorías místicas de las artes
alquímicas. Más tarde, los sabios bizantinos nutrieron y conservaron estas artes. Para el
siglo VIII D.C. cuando aun no había transcurrido 200 años del nacimiento de Mahoma,
la espada de Islam forjó un poderoso imperio, en su nombre. El imperio mahometano se
extendía hacia el occidente desde las fronteras de la India, a través de Persia, Arabia,
Egipto y todo el norte de África, al otro lado del mediterráneo y el interior de la
península Ibérica. Al conquistar los musulmanes las antiguas tierras donde fructificaba
la alquimia, la adoptaron, la embellecieron y la llevaron con ellos. Y así fue como la
alquimia llegó a Europa, entrando por granada y floreciendo en el espléndido califato
morisco de Córdoba. Principalmente a través de las traducciones de los textos árabes al
latín, particularmente en Toledo, y el paso de esos al otro lado de los pirineos, que
dividen a España de Francia, por Barcelona y Bayona hizo posible que el magno legado
de la cultura sarracena llegara a formar parte de la historia futura de Europa.
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Alquimia Medieval: Mediante los esfuerzos de los grandes intelectuales medievales,
como Roger Bacón y Alberto Magno, se recopilaron informes enciclopédicos sobre
todos los aspectos del conocimiento. Así, durante la edad media, la alquimia tuvo
amplia difusión atrayendo a hombres de todos los credos. Los aficionados empíricos o
sopladores buscaron la rápida adquisición de riquezas y fama mediante la alquimia; los
adeptos la practicaban en busca de conocimientos, los charlatanes fraudulentos la
falseaban en beneficio propio. Alquimistas de la corte se ufanaban vanamente en la
transmutación de los metales en oro, para lograr estabilizar las finanzas de las
monarquías europeas. Al finalizar el siglo XIV, el oleaje medieval de la alquimia se
había calmado. Ya por entonces, se tenían mayores conocimientos químicos y se
disponía de nuevas técnicas. Después la alquimia quedó envuelta en el misterio y dio
escasos frutos.
35
Abajo, a la izquierda, figuran
representaciones simbólicas de tres
procesos de la alquimia tal y como se
encuentran ilustrados en THE CROWN OF
NATURE, una obra inglesa del siglo XVI.
36
SIMBOLISMO DE LA
QUÍMICA
37
SIMBOLISMO DE LA
QUÍMICA
38
Adelantos de la Química:
El químico del siglo XIX, J.B. Dumas escribió que la ciencia de la química nació en el
torno del alfarero, en el taller del vidriero, en la forja del herrero y en el salón del
perfumista. Sin embargo, cada una de estas ingeniosas actividades no habrían existido
sin los siglos de desarrollo evolutivo que imprimieran los alquimistas al equipo y
manipulaciones técnicas. En la persecución por siglos de sus metas, los alquimistas
trataron toda clase de materiales: metales, minerales, vegetales, carne, pelo, plumas,
huesos y excremento; con toda clase de procedimientos: calcinación, sublimación,
fermentación, amalgamación, reverberación, rectificación y filtración. Ellos
emprendieron sus tareas usando una extensa variedad de equipo que fueron ideando a
medida de sus necesidades. Muchos de sus burdos artefactos se han ido perfeccionando
hasta convertirse en piezas que son hoy día parte de los elaborados instrumentos de
laboratorio o de complejos aparatos industriales. Indudablemente, el procedimiento
fundamental de la alquimia fue la destilación, y el aparato básico fue el alambique. Aún
hoy, la destilación es la operación unitaria de mayor importancia en la industria química
y la técnica más importante de separación en el laboratorio de investigación. Aunque a
menudo la alquimia evoca imágenes de magia y fraude, de místicos encantos y
misteriosos simbolismos, sus tangibles contribuciones al desarrollo de las técnicas
químicas y dispositivos para el estudio de la naturaleza de las cosas, constituyen un
capítulo muy significativo dentro de su larga historia.
39
las enfermedades resultaban de un desequilibrio entre ellas. Aún en el siglo X eran
utilizadas por el médico árabe Avicena. Pensando que las alteraciones del cuerpo eran
de naturaleza química. Paracelso efectuó experimentos para encontrar remedios
químicos específicos contra enfermedades específicas y tuvo mucho éxito. Fue el primer
europeo que utilizó el opio por sus propiedades medicinales, y los compuestos de hierro,
mercurio y arsénico que administró todavía figuran en las farmacopeas actuales.
Aunque en su época fue muy calumniado, ahora se reconoce a Paracelso como el primer
profesional verdadero de la medicina química. Desde entonces, la química ha sido
siempre un aspecto importante de la educación y práctica médica.
40
La vida del alquimista alemán Bötger es símbolo de la alquimia
misma. Fracasando en la transmutación, como se muestra a la
izquierda, se dirigió hacia actividades más fructíferas. En 1709
descubrió el progreso para reproducir la porcelana blanca y
translúcida de los chinos, la cual esté representando a la
derecha
La Vendimia: Hemos seguido veinte siglos de afanes alquimistas, desde sus antiguas
raíces en la edad de bronce en Egipto y Mesopotamia, hasta sus florecientes alturas en la
Europa medieval. No se puede precisar exactamente el momento en que el romance de
la alquimia se transformó en la aventura de la química. La transición seudo-ciencia,
magia y arte, a la sistemática investigación experimental acerca de la naturaleza de la
materia, la energía y su cambio fue gradual. Lo que es cierto es que de sus búsquedas
fútiles en pos de la transmutación física para obtener el metal perfecto y de sus
esfuerzos no menos triviales para alcanzar la transmutación espiritual de la que surgiera
el hombre perfecto, los alquimistas dejaron un legado glorioso. Equipo, técnicas y
procesos de valor imperecedero fueron transmitidos al futuro. En su persecución de la
simiente de oro entre el polvo y a través de los siglos, los alquimistas desenterraron
cuánto menos cuatro elementos: antimonio, arsénico, bismuto y fósforo; y descubrieron
centenares de compuestos y mezclas importantes. Bien podríamos finalizar nuestro
41
prólogo e iniciar nuestra historia con las palabras del gran filósofo inglés del siglo XVII
Francis Bacon.
La alquimia puede compararse con el hombre que dijo a sus hijos que les había legado
algo de oro enterrado en alguna parte de su vida; en donde por más que cavaron no
encontraron oro, pero revolviendo el mantillo alrededor de las raíces de las viñas,
recogieron una ubérrima vendimia.
42
La Teoría del Flogisto: Los químicos de la época de Boyle estaban poco preparados
para aceptar sus ideas; pero en cambio, atraídos por sus experimentos acerca de los
gases, investigaron con estas nuevas substancias y estudiaron de una manera general el
problema de la combustión.
Se debe a Georg Ernst Stahl (1660-1734), químico y médico alemán, la teoría del
flogisto, que aunque falsa, tiene no obstante el mérito de ser la primera teoría capaz de
coordinar el conjunto de los fenómenos esenciales de la combustión y de la reducción.
Stahl basa su teoría en las ideas del alquimista alemán J.J. Becher (1635-1682), el cual,
al admitir el elemento terroso, el elemento combustible y el elemento metálico no hace
más que desarrollar la vieja noción de los tres electos cuyo origen debe buscarse en las
exhalaciones de Aristóteles; un claro ejemplo de la supervivencia de las ideas.
La teoría del flogisto, conocida también como sublime teoría supone que toda sustancia
combustible, tal como un metal, contiene un principio inflamable, denominado
posteriormente Flogisto; en la combustión se desprende el flogisto con acompañamiento
de luz y calor y queda un residuo, la ceniza o cal del cuerpo combustible. Cuanto más
inflamable es un cuerpo tanto más rico es en flogisto. El proceso de combustión puede
expresarse en la forma simplificada siguiente:
43
El principal interés de la teoría esta en que explica el fenómeno inverso de la
combustión, la reducción, pues si se calienta la cal (las cenizas metálicas) con una
sustancia rica en flogisto, tal como el carbón, esta cede su flogisto a la cal y el metal se
revivifica. Esto es, abreviadamente,
44
Teoría del Flogisto
La Teoría del Flogisto supone que toda sustancia combustible tal como un metal,
contiene un “Principio Inflamable”, denominado posteriormente Flogisto. En la
combustión se desprende el Flogisto con acompañamiento de luz y calor, y queda
residuo, “ceniza” o “cal” del cuerpo combustible.
45
Adicional de que el flogisto tenia un peso negativo, y el segundo al suponer que un
medio era necesario para absorber el flogisto análogamente a una esponja absorbe el
agua, si bien no se comprendía la razón de que el aire residual ocupase un volumen
menor que el aire primitivo.
La teoría del flogisto, ejemplo claro del carácter provisional de las teorías científicas,
pudo servir de guía a los grandes investigadores del siglo XVIII cuya labor
experimental constituye la base de la Química como ciencia. Citaremos unos pocos
nombres.
Aprovechando los avances logrados por sus precursores, el francés Etienne Geoffroy, en
1718, distribuyó las sustancias químicas entonces conocidas en una “tabla de
afinidades”.
René Antoine Reaumur (1683-1757), naturalista, químico y físico francés, cuyas
investigaciones sobre la fundición del hierro permiten considerarlo como fundador de la
siderurgia científica y uno de los instauradores de la industria moderna.
46
Andreas Sigismund Marggraf (1709-1782), químico alemán, descubrió un nuevo
procedimiento para obtener el fósforo y el ácido fosfórico, obtuvo el cinc a partir de sus
minerales y distinguió por la coloración a la llama las sales sódicas de las potásicas. Sus
estudios acerca de la extracción del azúcar a partir de la remolacha hicieron posible su
fabricación industrial desde 1796.
M.W. Lomonossoff (1711-1765), químico ruso, realiza experimentos sobre la
calcinación de los metales en vasos cerrados, con empleo sistemático de la balanza.
Además establece la constancia de la materia en los procesos naturales o leyes de
conservación de la masa, atribuye la combustión a una combinación del cuerpo con el
aire y explica las propiedades de los cuerpos a partir de la existencia de los átomos y
moléculas (en 1743), es decir mucho antes que Jhon Dalton. Pero lamentablemente para
su época, sus ideas fueron muy avanzadas, razón por la cual fueron ridicularizadas y
olvidadas, hasta su descubrimiento y publicación por su compatriota Menschutkin 1904.
47
unidad y sirvieron para dar al mundo científico una idea clara de la naturaleza de la
combinación química.
T. Olaf Bergmann (1734-1784), químico, matemático y mineralogista sueco, edifica
las bases del análisis químico, reconoce el carácter ácido de una disolución de gas
carbónico y tiene del aire una concepción exacta al considerarlo una mezcla de tres
fluidos, el ácido aéreo (gas carbónico), el aire viciado (nitrógeno) y el aire puro
(oxígeno).
48
Joseph Priestley (1733-1804), teólogo unitario inglés, no fue químico de profesión,
pero, hábil experimentador, desarrolló y perfeccionó la técnica de preparación, recogida
y manipulación de los gases. Demostró que las plantas verdes convertían el aire
respirado en aire respirable, preparó y estudió numerosos gases (cloruro de hidrógeno,
amoníaco, dióxido de azufre, óxidos nítrico y nitroso, peróxido de nitrógeno,
fosfamina, etileno, etc.), investigó el nitrógeno y en 1 de agosto de 1774 al concentrar
mediante una potente lente los rayos solares sobre el óxido mercúrico obtuvo el
oxígeno, su mayor descubrimiento. Su tenaz adhesión a la teoría del Flogisto le impidió
progresar en la interpretación de sus valiosas investigaciones y así designó el oxígeno
como aire desflogisticado.
En el siglo XVIII, el sueco Carlos Guillermo Scheele (fallecido en 1786, a la edad de
44 años) dio un gran impulso a la ciencia química. Fue él quien descubrió que los dos
principales componentes del aire son el oxígeno y el nitrógeno, y también descubrió el
silicio, el ácido fosfórico y el ácido arsénico, así como los ácidos tartárico, láctico,
úrico, prúsico, oxálico, cítrico y málico. El descubrimiento del hidrógeno se produjo en
1766, gracias al inglés Henry Cavendish, quien también logró la síntesis del agua,
49
entendiendo que ésta se componía de un 20.83% de oxígeno y un 79.17% de hidrógeno
(cifras que se acercan notablemente a las que hoy sabemos ser exactas).
Henry Cavendish (1731-1810), aristócrata inglés, dueño de una gran fortuna, dedicó
toda su vida a la Química. Se ha dicho de él que fue el más rico de todos los sabios y el
más sabio de todos los ricos. Fue el primero que utilizó la cuba de mercurio, al hacer
actuar el ácido sulfúrico y el ácido clorhídrico sobre el hierro, el cinc y el estaño
descubrió en 1776, el hidrógeno, gas ya entrevisto por Paracelso al que llamó aire
inflamable. Al medir la densidad comprobó en cada caso que se trataba del mismo gas,
y al quemarlo en el aire ordinario y en el oxigeno encontró, con sorpresa, que se
formaba agua y que las proporciones en dichos gases se combinaban eran de dos
volúmenes del aire inflamable por un volumen de aire desflogisticado. La síntesis del
agua realizada en 1781 constituye una fecha señalada en la historia de la química. En su
análisis del aire halló un 20.8% de oxígeno, calor muy próximo al verdadero, y
sospechó la existencia del argón. Investigó también en el campo de la física y fue el
primero en determinar la densidad de la Tierra, encontrando el valor de 5,48,
notablemente exacto. CAVENDISH, químico flogista, no supo comprender la
importancia de sus investigaciones acerca de la síntesis del agua.
Los trabajos de Scheele y Cavendish culminan con Antonio Lorenzo Lavoisier a quien
le corresponde un sitial único en la historia de la química.
El resultado de las investigaciones de Lavoisier puede resumirse en su famosa ley de la
conservación de la materia. “Puede aceptarse como un axioma escribió que en toda
operación existe una cantidad igual de materia, antes y después de la operación; que la
calidad y la cantidad de los principios permanecen iguales, y que sólo ocurren cambios
y modificaciones.
50
Joseph Priestley (1733-1809)
Otro partidario del flogisto, además de los gases de la combustión estudió la
respiración de los animales y de las plantas. Descubrió el Nitrógeno,
Anhídrido Carbónico y el Oxígeno.
51
Henry Cavendish (1731-1810). Fue el primero que utilizó la cuba de Mercurio, y al hacer
actuar el Ácido Sulfúrico y Ácido Clorhídrico sobre el Fierro, Zinc y Estaño, descubrió
en 1766 el Hidrógeno. Demostró que en la combustión del Hidrógeno se forma
solamente Agua.
52
Todo el arte de hacer experimentos en química se basa en esta ley; todo lo cual fue
luego expresado, más brevemente, con la famosa frase: “la materia no se crea ni se
destruye, solamente se transforma”. Lavoisier, en colaboración con Berthollet, ideó un
nuevo sistema de nomenclatura para los elementos químicos, y lo expuso en su Tratado
Elemental de Química, publicado en 1789, el mismo año de la Revolución Francesa,
obra que tuvo rápida difusión y aceptación en Europa.
IATROQUÍMICA
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Paracelso fue el fundador de la Iatroquímica, que introdujo en la medicina doctrinas nuevas e
independientes de la Ciencia. Consideraba al hombre como una combinación química y decía
que las enfermedades se precipitaban cuando dicha combinación se alteraba. Fue el primer
europeo que utilizó el opio por sus propiedades medicinales, y los compuestos de Hidrógeno,
Mercurio y Arsénico
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Contemporáneo de Paracelso es Georg Agricola (1496-1555), su verdadero nombre
Landmann, médico sajón, que en su obra De Re Metallica expone en forma clara,
desprovista de especulaciones filosóficas, todos los conocimientos metalúrgicos de la
época, y en que se manifiestan preocupaciones de químico y de ingeniero. La
Metalurgia, había adquirido en esta época, en los distritos mineros de Bohemia un gran
desarrollo lo que condujo a una fabricación industrial de ácidos y a practicar el ensayo
de minerales, inicio del análisis químico.
Seguidores de Paracelso, pero más claros y menos imbuidos de superstición, son
LIBAVIUS(1540-1616), médico alemán que prepara el cloruro estánnico, estudia los
fundentes en Metalurgia y obtiene muchos medicamentos; VAN HELMONT (1577-
1644), médico belga profundamente religioso y un gran investigador es notable su
investigación acerca del crecimiento de un pequeño sauce, que duró cinco años que
combate los cuatro elementos de ARISTOTELES, eliminando el fuego y la tierra, que
inventa la palabra gas y al que debemos los estudios sobre el gas silvestre( gas
carbónico); y LEMERY (1645-1715) que escribe su voluminoso Tours de Chynie en el
que describe las distintas operaciones de la química.
Pero en ésta época en llamado siglo rebelde, se había creado en Europa un nuevo clima
intelectual. El renacimiento, primero en el campo de la literatura y después en el de las
artes que pasó pronto al pensamiento científico, y al unirse observación y teoría se inicia
la ciencia experimental que sustituye a las especulaciones filosóficas de la Edad Media
Las nuevas ideas consiguieron grandes progresos en matemática, en Física y en
Filosofía, y al pasar después a la química modifican la vieja mentalidad de sus
cultivadores; desaparece el hermetismo de sus escritos se comunican los resultados de
sus observaciones, para lo cual se crean en muchos países Academias Científicas, y solo
se precisa de disponer de una técnica de medición para que la Química pueda desarrollar
su carácter de verdadera ciencia.
La investigación iba avanzando con mayor rapidez que la clínica, y así, la enseñanza de
ésta en las universidades seguía estancada en los clásicos. El espíritu joven de entonces,
al no poder desarrollarse en el ámbito del aristotelismo universitario, se canalizó por
otras vías y esto dio lugar a que nacieran otras instituciones: las academias. Algunas,
como la Academia dei Lincei (Academia de los Linces) de Roma funcionaban en forma
de reuniones de sabios para presentar y discutir sus investigaciones, otras, como la
Royal Society de Londres, estaban abiertas a los aficionados, otras, como la Académie
55
des Sciences de París, eran organismos del estado, pero en todas se cultivaba la nueva
ciencia. Todas estas academias y también la Academia Leopoldina de Alemania se
fundaron en el siglo XVII.
Entre las corrientes de avanzada de la época estaban la Iatroquímica y la Iatrofísica.
Ambas tenían un carácter marcadamente reduccionista, extremo para esa época,
pretendiendo la primera reducir los fenómenos vivientes, normales y patológicos, a
explicaciones químicas, y la segunda, bajo influencia cartesiana, a explicaciones físicas.
Ninguna tuvo gran éxito, sus aportes fueron relativamente pocos. La Iatroquímica
dominó en el norte de Europa, mientras la Iatrofísica, bajo la influencia de Descartes y
Galileo, lo hizo en el sur.
Frente a los iatrofísicos se situaban los iatroquímicos, sucesores de la medicina
paracelsiana, que intentaban dar una interpretación química (más bien alquímica) a los
procesos fisiológicos. A pesar de que la iatroquímica fue el primer movimiento que
aspiró a construir un sistema médico moderno, la pesada carga alquímica hizo que se
dogmatizara y dejara de tener consistencia racional. Incluso con los esfuerzos del
iatroquímico holandés Franz de la Boë (1614-1672) este movimiento se hizo
irreconciliable con la nueva química que estaba naciendo (Boyle).
La IATROQUÍMICA es el intento especulativo y experimental de entender el
movimiento propio de los seres vivientes reduciéndolo a procesos químicos que
acontecen en el organismo. En este caso se distingue también entre el “proceso químico
elemental” o la “forma elemental” de las transformaciones sustanciales de la materia
viva, por un lado, y la fuerza o principio animador por el cual se engendra y se lleva a
cabo la operación química. En el Barroco ese proceso químico elemental se llama
“fermentatio” y debe ser entendido como “transformación material de orden químico”.
Desde el punto de vista histórico social la Iatroquímica fue un fenómeno anglosajón,
neerlandés y germánico. Como señala Laín, el protestantismo naciente se inclinó en
medicina hacia la quimiatría; por el contrario, el catolicismo permaneció en el
galenismo o trató de renovarse desde la Iatromecánica.
• El sistema iatroquímico, vigente durante la segunda mitad del siglo XVII, asumió las
interpretaciones paracelsistas, pero eliminando sus elementos panvitalistas y
metafísicos, que sustituyó por el mecanicismo, el atomismo y el método científico
inductivo.
56
PRINCIPÀLES REPRESENTANTES:
57
los ácidos y álcalis. Creía que lo normal consistía en un equilibrio de estas substancias,
y la enfermedad, en una perturbación de ese equilibrio.
Tanto Van Helmont como Sylvius se expresaban en conceptos químicos y ambos
hicieron útil la química para la medicina. Pero son muy diferentes: el uno católico y
místico, el otro hugonote y racionalista.
En la clínica, en que se debatían las dos corrientes nuevas de la Iatrofísica y
Iatroquímica, no se produjeron mayores progresos salvo uno que provendría de un
médico práctico inglés: Thomas Sydenham. Y así la clínica se enriqueció con una de las
ideas más importantes de la medicina: el concepto ontológico de enfermedad.
Sydenham se dedicó por entero a los enfermos. Era un seguidor de los preceptos
baconianos, de manera que aquilataba su experiencia con todo tipo de observaciones
hechas en su práctica. Y su interés se centró en qué eran las enfermedades, y para ello
consideró necesaria la observación clínica desde la aparición de los síntomas hasta su
desaparición, es decir, el conocimiento del curso natural de la enfermedad. Al aceptar la
existencia de entidades morbosas, había que reconocer qué síntomas eran propios de
tales, y qué síntomas eran atribuibles a peculiaridades del individuo enfermo. Y para
lograr tal propósito había que ser muy buen observador, muy buen clínico. Así nació el
concepto ontológico de enfermedad como entidad morbosa abstracta pero abstraída de
la observación real de los pacientes. Entidades, por lo tanto, que pueden estudiarse en
los libros. Y la importancia de reconocer estas entidades estaba en la posibilidad de
mejorar el tratamiento en lo posible con uno específico. Describió el cuadro clínico de
la gota, de la que él mismo padecía, y de diversas enfermedades epidémicas, así, de la
viruela, disentería, sarampión, sífilis y de la corea menor, que también lleva su nombre.
Además hizo aportes en la terapéutica: introdujo el hierro en el tratamiento de la
anemia, utilizó la quina en el paludismo e ideó varios derivados opiáceos como el
láudano que lleva su nombre.
58
Así, con la guía del concepto de Sydenham, empezaron a estudiarse diferentes
enfermedades tratando de delimitar los cuadros clínicos y cursos naturales propios.
Aparecen monografías sobre la apoplejía, tuberculosis, raquitismo. Vieussens y Lancisi
comenzaron a estudiar las enfermedades cardíacas y Ramazzini, las profesionales. Y
cuanto más se investigaba con esta idea en mente, más enfermedades se descubrían.
Sydenham era humoralista, pero su concepción no partía de los humores galénicos sino
de ideas modernas, de ideas de avanzada, era, por lo tanto, un clásico de vanguardia.
El concepto de entidad morbosa se iba a ver reforzado un siglo más tarde con el
fundamento anatómico en la obra de Morgagni, y otro siglo más tarde, en la era de la
bacteriología, cuando muchas de estas entidades clínicas o anátomo-clínicas pudieran
incluir también como causa necesaria un agente bacteriano. Pero hoy en el concepto
ontológico empieza a delimitarse un fundamento genético.
De las cenizas de la iatroquímica iba a nacer eL vitalismo. Mientras autores como
Hermann Boerhaave (1668-1738) o Friederich Hoffman (1659-1734) propugnaban una
visión mecanicista de la medicina, Georg Ernst Stahl (1660-1742) se enfrentaba a ella.
Hoffman no aprobaba las causas metafísicas, pues con ellas era imposible demostrar las
causas reales de las funciones corporales alteradas; en cambio Stahl rechazaba las
causas físico-químicas y defendía la teoría del "ánima" de fuerte carácter teleológico.
Para el animismo los movimientos vitales no tienen su origen en la materia perecedera,
el "ánima" o "physis" era la facultad rectora. Animistas (o iatroquimicistas) como Von
Berger
(1659-1736) o Unzer (1727-1799) fueron el origen de una fisiología psicovitalista y
teológica.
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Tabla con símbolos empleados en las obras de química de principios del siglo XVIII.
Procede del célebre "Curso de Química" de Nicolas Lémery traducido por Félix
Palacios (Madrid, 1721).
RENACIMIENTO CIENTÍFICO
60
un pequeño libro llamado Volumen medicinae paramirum (Von den Fünf Entien), en
donde presenta una de sus principales teorías sobre la enfermedad (propuso varias), un
reto abierto a la patología humoral galénica predominante. Distinguió cinco causas
principales de enfermedad, consideradas como cinco principios o esferas (Etia): 1) Ens
astri, la influencia de las estrellas; 2) Ens venení, que no incluye sólo tóxicos sino todo
el ambiente; 3) Ens naturale, o sea la complexión del organismo, que incluye a la
herencia; 4) Ens spirituale, el alma; 5) Ens Dei, los padecimientos enviados por Dios y
que son incurables. Cuatro años más tarde Paracelso publicó una elaboración y
ampliación de sus ideas bajo el nombre de Opus Paramirum en donde se encuentra una
teoría distinta de la enfermedad, que resulta ser secundaria a la materia que llena el
Universo; los alquimistas medievales postulaban que esa materia estaba formada por el
sulfuro (espíritus) y el mercurio (líquidos), a lo que Paracelso agregó las sales (cenizas).
Estas tres sustancias proporcionarían la unión del hombre con el Universo y a través de
ellas participaría en el gran metabolismo de la naturaleza; la enfermedad sería el
resultado de trastornos en el equilibrio de estas sustancias. Por ejemplo, si el mercurio
se "volatiliza" el hombre puede perder sus facultades mentales; si las sales se
"subliman" el organismo se corroe y se produce dolor, etc. En relación con estas ideas,
Paracelso introdujo el uso del láudano, del mercurio, del azufre y del plomo en la
farmacopea; además, insistió en que las heridas tienden a cicatrizar espontáneamente y
se opuso a la aplicación de ungüentos y emplastes, tan favorecidos en esa época.
Jean Fernel (1497-1558) fue filósofo, matemático, astrónomo, filólogo y médico, esto
último por razones económicas, pues requería abundantes recursos para la obtención y
mantenimiento de sus aparatos astronómicos. Fernel tuvo gran éxito como médico:
entre sus pacientes se contaron Enrique II, Catalina de Médicis y Diana de Poitiers, la
favorita del hijo del rey. Fue profesor de medicina en París y escribió varios libros,
como De abditis rerum causis, que fue muy popular, Medicinaliura consiliorura
centuria, un conjunto de casos estudiados personalmente, y el más famoso de todos,
Medicina, volumen de 630 páginas cuyo cum privilegio regis está fechado el 18 de
noviembre de 1553. Fue uno de los textos de medicina más leídos en los siglos XVI y
XVII y se reimprimió cerca de 30 veces; se divide en tres secciones, designadas
Fisiología, Patología y Terapéutica. La primera sección (que se había publicado ya 12
años antes con el título de De naturali parte medicinae) está formada por siete libros,
cada uno con siete capítulos, y es una descripción de la anatomía humana en términos
61
exclusivamente galénicos, a pesar de que Fernel era contemporáneo de Falopio, de
Eustaquio y de Vesalio; como buen renacentista, sus autoridades son Herófilo,
Hipócrates, Galeno, Aristóteles, Avicena y Averroes. El resto de la primera parte trata
de los elementos, los temperamentos, el calor innato, los humores y la procreación
humana, entre otros temas, todos descritos en función de la teoría humoral de la
enfermedad. La segunda sección corresponde a la Patología y también tiene siete libros
pero ahora con 120 capítulos, que abarcan 238 páginas; se tratan las enfermedades y sus
causas, síntomas y signos, el pulso y la orina, fiebres, enfermedades y síntomas de las
partes, padecimientos subdiafragmáticos y anormalidades del exterior del cuerpo. No es
sino hasta los libros 5 y 6 de Medicina, dedicados respectivamente a las enfermedades y
síntomas de las partes, así como a padecimientos subdiafragmáticos, que Fernel se
desprende de sus lastres medievales y adopta una postura moderna frente a la patología:
en primer lugar, abandona la tradición de limitarse a ejemplos individuales, ya que
generaliza a partir de sus experiencias, sobre todo en las patologías cardiovascular y
pulmonar, que ocupan los últimos tres capítulos del libro 5. El libro 6 trata de los
aparatos digestivo y urinario; los padecimientos se ilustran con observaciones
personales de Fernel, quien no pocas veces describe los hallazgos de autopsias, como
cuando describe el estado de los riñones en la litiasis renal:
Con frecuencia se observa que toda la carne o sustancia del riñón está carcomida y lo
que queda es el pus y muchos cálculos envueltos en una membrana muy parecida a una
bolsa [...] “En aquellos que han sufrido ¡dolores nefríticos por largo tiempo
yo he encontrado a veces el uretero tan dilatado que podía insertar con facilidad el dedo
gordo en su luz”.
Fernel también describe el carcinoma del cuello uterino y la formación de fístulas
vésico-vaginales y recto-vaginales con la resultante salida de orina y materias fecales
por vagina, hechos bien conocidos desde la antigüedad. En cambio, las secciones de
hígado y de bazo están descritas en forma muy general y esquemática no permiten
identificar ninguna enfermedad específica.
Tanto Fernel como Paracelso pertenecen por completo a la Edad Media, pero vivieron
cuando ésta se acercaba a su fin y en sus obras ya existen indicios renacentistas: Fernel
vislumbró un concepto moderno de la patología en la medicina, diferente del que había
prevalecido por más de 1 000 años, mientras Paracelso se rebeló en contra de la
62
autoridad de los textos clásicos y predicó (aunque él mismo no lo hizo) que la medicina
debería basarse en la experiencia personal del médico y no en Galeno y Avicena.
63
John Dalton (1766-1844). Maestro de escuela inglés y notable filósofo químico a quien se debe la
teoría atómica que lleva su nombre. Su vida es un ejemplo de dedicación a la docencia; hijo de un
pobre tejedor, a los 12 años enseñaba a alumnos mayores que él y a los 15 años era profesor en una
escuela privada, y siguió dictando clases hasta pasados los 60 años. Su teoría atómica fue publicada
en 1808, en Manchester, bajo el título de “Un Nuevo Sistema de Filosofía Química”
64
J,J. Thompson. En 1897 demostró que los rayos catódicos eran partículas negativas a las que llamó
electrones. Propuso un nuevo modelo del átomo, el cual tomaba en cuenta al átomo constituido por
partículas con cargas positivas y negativas.
65
Ernest Rutherford (1871-1937)
Físico neozelandés, premio Nóbel de Química de 1919 por sus importantes investigaciones sobre la
estructura atómica. En 1919 realizó la primera desintegración Artificial de un elemento al
“bombardear” átomos de Nitrógeno con partículas Alfa, dando así gran impulso al desarrollo de la
Física nuclear.
66
Niels Bohr (1885-1962)
Físico Danés que recibió el Premio Nóbel de 1922 por sus ideas acerca de la estructura del átomo.
Representó al átomo como un Sistema Planetario en miniatura. Calculó la energía para cada uno de los
niveles en el átomo de Hidrógeno, a los que llamó Números Cuánticos.
67
Justus Von Liebig (1803 – 1873). Sabio alemán, se dedicó principalmente a la química orgánica. Sus
estudios sobre los productos de origen animal y vegetal, permiten considerarlo como el fundador de la
química agrícola y de la bromatología.
68
Luego de este útil y fecundo progreso subsigue SIR HUMPHREY DAVY, quien en
1807, aisló el potasio y el sodio mediante la aplicación de electrólisis, probó que el
cloro es un elemento (no un compuesto), demostró que el hidrógeno se encuentra
generalmente presente en los ácidos, y postuló la teoría de que la afinidad química es un
fenómeno eléctrico.
Joseph Louis Gay Luzca (1778 – 1850) hizo avanzar el estudio químico de los gases. En
1804, subió en un globo a 23 mil pies de altitud, para estudiar la composición química
del aire a grandes alturas e inventó un aparato para la producción en masa de ácido
sulfúrico, que todavía hoy es vital para muchas industrias químicas.
Humprey Davy (1778-1829). Químico inglés autodidacta que descubrió el sodio, el potasio y el boro,
como consecuencia de sus trabajos con la pila eléctrica, cuando recién se comenzó a investigar la
electricidad. Además aisló el calcio, el magnesio, el bario, y el estroncio. Descubrió también la acción
del gas N20 (protóxido de nitrógeno) que embriaga y hace reír, por lo que se denominó “gas hilarante”.
69
Joseph Louis Gay-Lussac (1778-1850). Químico francés que realizó investigaciones científicas de muy variada
naturaleza, muchas veces peligrosas, que le ocasionaron en dos oportunidades graves heridas. En 1804 realizó
ascensiones en globo hasta 7000 metros para estudiar la atmósfera. Trabajando con Alexander Von Homboldt
realizó sus estudios sobre las reacciones entre los gases, comprobando que el oxígeno y el hidrógeno cuando
reaccionaran entre sí lo hacen exactamente en la relación 1:2.
El sueco Jons Jacob Berzelius (1799 – 1848), descubridor del selenio, torio, calcio,
vanadio, zirconio y otros elementos, publicó en 1818 (a la edad de 19 años) una tabla de
pesos atómicos, que luego revisó en 1826 y 1833. Los pesos asignados por Berzelius a
los distintos elementos son casi coincidentes con los comprobados hoy. También
70
Berzelius descubrió el concepto del isomerismo (compuestos que, formados de los
mismos elementos, y combinados en la misma proporción, difieren en sus propiedades,
debido a desigualdades estructurales). Hoy sabemos que hay cientos de diferentes
composiciones químicas (en la química orgánica) a las que pueden aplicarse la misma
fórmula. Notable asimismo fue la labor de Berzelius con los catalizadores (agentes que
facilitan la síntesis o la descomposición química de otra sustancia, pero sin entrar ellos
mismos en la reacción, y permaneciendo en su estado químico original mientras la
síntesis o descomposición se lleva a cabo). Llegando a la conclusión de que los metales
son electropositivos, y que los metaloides electronegativos, Berzelius compiló una tabla
electroquímica de los elementos, estableciendo que la mayor o menor afinidad entre dos
elementos está en proporción a la distancia que los separa en la tabla electroquímica,
encontrando así una explicación atómica y eléctrica para la afinidad química.
El principio de AVOGADRO (1811) permite establecer y diferenciar los conceptos de
átomo y de molécula y crea las bases para la determinación de pesos moleculares y
atómicos (1858).
En 1828, el francés Jean Baptiste Dumas, llamado el padre de la química orgánica,
demostró la primera síntesis orgánica al lograr la fabricación de la urea artificial. Y el
alemán August Kekulé (1829 – 1896), quien incorporó a la química el concepto de
valencia (los átomos, dentro de las moléculas de un compuesto, están arregladas o
distribuidas de manera ordenada, y pueden ser representados en una forma estructural.
Por ejemplo la fórmula química del agua (H2O) puede desarrollarse como H-O-H (es
decir, el hidrógeno trabaja con valencia 1, y el oxígeno lo hace con valencia 2).
También Kekulé estableció otro proceso fundamental de la química orgánica: la
vinculación de los átomos de carbono entre sí.
En esta breve reseña, le llega su turno a otro francés: Pasteur (1822 – 1895), descubridor
de los microbios, Pasteur descubrió que las reacciones orgánicas que ocurren durante el
proceso de fermentación se deben a organismos diminutos, dotados de una
extraordinaria capacidad de transforma la materia orgánica en sustancias minerales. Sus
experimentos bacteriológicos desacreditaron la vieja teoría de la abiogénesis
(generación espontánea).
El descubrimiento de la pila eléctrica por Volta (1800) da origen ala electroquímica,
con los descubrimientos de nuevos elementos (cloro, sodio, potasio) por DAVY, y de
las leyes de la electrólisis por FARADAY (1834).
71
Juan Jacobo Berzelius (1779-1848). Químico sueco que ideó los símbolos que se emplean en la notación química
actual. Su especialidad fue el análisis químico y calculó los pesos atómicos de 50 elementos diferentes. Los
elementos Torio y Selenio fueron descubiertos por él. Consagrado a la investigación fue maestro de numerosos y
destacados químicos de la época, entre ellos Friedrich Wöhler, y por sus trabajos científicos fue elevado a la
nobleza de Suecia.
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Amedeo Avogadro (1776-1856). Célebre físico italiano, que realizó importantes estudios acerca de las moléculas de
los gases. Su hipótesis sobre el número de moléculas en un volumen de un gas, enunciada en 1811, permitió
comprender el comportamiento de los gases, sin embargo pasó casi inadvertida y sólo fue reconocida
universalmente cuando Stanislao Cannizaro la reactualizó en el Congreso Internacional de 1860, casi 50 años
después.
73
Agusto Kekulé (1829-1896). Célebre químico alemán, famoso por su concepción del hexágono bencénico, así como
de la tetravalencia del carbono y la unión de los átomos de carbono entre sí. Este concepto tuvo gran importancia
sobre el desarrollo teórico y práctico de la química orgánica.
74
75
Antoine Laurent Lavoisier (1743-1794). Químico y fisiólogo francés, considerado “Padre de la Química Moderna”,
que introdujo el uso de la balanza en el trabajo de laboratorio, destacando la importancia de los pesos en los
cambios químicos. A él se debe el principio de la conservación de la materia: “nada se pierde, nada se crea”.
Estableció la verdadera naturaleza de la combustión, ideó un método de nomenclatura química, estableció la
composición del agua, y descubrió el Hidrógeno.
76
La química orgánica se desarrolla mas tarde con los trabajos de LIEBIG sobre el
análisis elemental orgánico iniciado por la Lavoisier, los conceptos de isomería y de
radical introducidos por LIEBIG y BERSZELIUS (1823), la representación de edificios
moleculares por KEKULE (1858), y con la destrucción de la doctrina de la fuerza vital
realizada por BERTHELOT (1853 al 1859) al obtener por síntesis numerosos
compuestos orgánicos.
Berzelius a los distintos elementos son casi coincidentes con los comprobados hoy.
También Berzelius descubrió el concepto del isomerismo (compuestos que, formados de
los mismos elementos, y combinados en la misma proporción, difieren en sus
propiedades, debido a desigualdades estructurales). Hoy sabemos que hay cientos de
diferentes composiciones químicas (en la química orgánica) a las que pueden aplicarse
la misma fórmula. Notable asimismo fue la labor de Berzelius con los catalizadores
(agentes que facilitan la síntesis o la descomposición química de otra sustancia, pero sin
entrar ellos mismos en la reacción, y permaneciendo en su estado químico original
mientras la síntesis o descomposición se lleva a cabo). Llegando a la conclusión de que
los metales son electropositivos, y que los metaloides electronegativos, Berzelius
compiló una tabla electroquímica de los elementos, estableciendo que la mayor o menor
afinidad entre dos elementos está en proporción a la distancia que los separa en la tabla
electroquímica, encontrando así una explicación atómica y eléctrica para la afinidad
química.
El químico italiano Amedeo Avogrado aplicó a los gases la teoría atómica y
demostró que volúmenes iguales de un gas, fuese cual fuese su naturaleza, estaban
formados por el mismo número de partículas. Es la llamada hipótesis de
Avogrado. Al principio se creyó que estas partículas eran átomos; pero luego se
demostró que estaban compuestas, en la mayor parte de los casos por grupos de
átomos, llamados moléculas. Si una molécula contiene átomos de distintas clases es una
molécula de un comolécula de un compuesto químico. Naturalmente era
importante medir los pesos relativos de los distintos átomos, para hallar los pesos
atómicos de las sustancias. Pero los pequeños átomos se hallaban muy lejos de las
posibilidades ponderables del Siglo 19. Mas, pesando la cantidad de cada elemento
separado de un compuesto químico y haciendo deducciones a partir del
comportamiento químico de los elementos, se pudieron establecer los pesos
relativos de los átomos. El primero en realizar este trabajo fue el químico
sueco Jons Jacob Berzelius. En 1828 publicó una lista de pesos atómicos basados en dos
77
patrones de referencia: uno, el obtenido al dar el peso atómico del oxígeno el valor
100, y el otro cuando el peso atómico del hidrógeno se hacía igual a 1.
78
especial a partir de los estudios de HESTHOMSEN y BERTHELOT (1840) al querer
medir los químicos las afinidades entre los cuerpos reaccionantes.
Para explicar el comportamiento de las sustancias gaseosas resurgen a mediados del
siglo pasado la teoría cinética de los gases y del calor, la cual afianza la creencia en la
naturaleza atomística de la materia y extiende su utilidad al suministrar una imagen
intima del mecanismo de los procesos químicos.
El carácter incompleto de muchas reacciones químicas observado por BERTHOLET
condujo al concepto del equilibrio químico, el cual, estudiado experimentalmente por
SAINTE-CLAIRE DEVILLE (1857), encuentra su interpretación teórica en los estudios
de GIBBS (1876), de VAN’T HOFF y de LE CHATELIER (1880).
El estudio de la velocidad de las reacciones químicas tiene su base teórica en la ley de
acción de masa de GULDBERG y WAAGE (1867), y una significación industrial
importantísima en el descubrimiento de los catalizadores, sustancias que,
permaneciendo inalteradas, aceleran por su sola presencia la velocidad de las reacciones
químicas.
De gran importancia en el progresivo avance de la Química han sido la teoría de las
disoluciones, obra maestra de Van’t Hoff (1886), y la teoría de la disociación
electrolítica de ARRHENIUS (1887) perfeccionada en los últimos años.
79
Le Chatelier. Químico, famoso por su principio que lleva su nombre. Este principio dice:
“Toda variación en alguna de las condiciones de un sistema en equilibrio produce un
desplazamiento que se opone a la causa que lo produce”.
80
La clasificación periódica de los elementos establecida por MENDELEIEV y por
LOTHAR MEYER (1869), llevó a pesar que los átomos debían ser complejos,
modificando profundamente las ideas que se tenían acerca de lo cuerpos simples, lo cual
fue comprobado en los estudios acerca de la conductividad eléctrica de los gases y en
los fenómenos de radioactividad. Los que va de siglo a permitido conocer la estructura
del átomo con la interpretación de la valencia y de la propiedades físicas y químicas de
los elementos y, finalmente, en los últimos 16 años, el desarrollo de la química nuclear
a conducido a la obtención de nuevos elementos no existentes en la naturaleza y a
liberar la energía nuclear, puesta de manifiesto en forma dramática en la explosión de la
primeras bombas atómicas.
Todo el siglo XIX estuvo señalado por una rápida y fantástica evolución en el campo de
la química orgánica. El alemán Von Baeyer produjo su teoría de las tensiones
intramoleculares, lo que explica la inestabilidad de ciertos compuestos, lo que le ganó el
Premio Nobel de Química en 1905. Otro alemán, Meyer, y el ruso Mendeleiev,
trabajando independientemente el uno del otro, formularon la ley periódica, según la
cual los elementos químicos, distribuidos conforme a la magnitud de sus pesos
atómicos, muestren cambios periódicos en sus propiedades. Mendeleiev estructuró la
tabla de los elementos químicos aún no conocidos, como el galio, el escandio y el
germanio, que fueron descubiertos más tarde en su tabla de Elementos Periódicos había
muchos espacios en blanco, pues sólo se conocían 63 elementos cuando se estructuró
en 1869. Pero él había previsto 92 espacios para otros tantos elementos, y todos estaban
debidamente ocupados al llegar al año 1940.
81
Dimitri Mendeleiev (1834-1907). Famoso ruso que estableció la ley periódica que explica las
relaciones existentes entre los diferentes elementos químicos debidamente agrupados. En su
honor, la Tabla Periódica de los elementos se llama también “Tabla de Mendeleiev”, aunque es
conveniente anotar que el alemán Lotear Meyer estableció la misma idea de la ordenación de
elementos en grupos análogos en 1864.
82
83
84
En París, en 1896, Becquerel descubrió accidentalmente la existencia de unos rayos
desconocidos que provenían de una sal de uranio. Becquerel pronto se dio cuenta de que
las radiaciones provenientes del compuesto de uranio no eran originadas por una
reacción química, y que al aumentar la concentración del uranio en el compuesto
químico se velaba más rápidamente la placa fotográfica que cuando la sal tenía menos
uranio.
Así pues, transcurrieron 107 años entre el descubrimiento del uranio (por Klaproth, en
1789) y el hallazgo de que de este elemento emana radiaciones; a partir de entonces los
nuevos descubrimientos se desarrollaron con mucha rapidez.
Cuando Becquerel publicó los resultados de sus investigaciones sobre los rayos
provenientes del uranio, los esposos Pierre y Marie Curie, sus amigos, se interesaron
mucho en este fenómeno tan misterioso.
Los esposos Curie buscaron radiaciones ya no en los elementos puros, sino en los
minerales de uranio en que este elemento está mezclado con otros metales y minerales.
Al iniciar sus estudios de un mineral de uranio llamado "pechblenda", Pierre y Madame
Curie se dieron cuenta de que las radiaciones emitidas por este mineral eran más
intensas que las que habían observado en los compuestos puros de uranio.
Así pues, Madame Curie empezó a separar por procesos químicos todos los elementos.
En cada paso del proceso de eliminación su muestra se volvía más pequeña, pero se
daba cuenta que la intensidad de la radiación emanada era mayor, quedando un producto
que contenía un elemento químico desconocido hasta entonces, que los Curie
identificaron a mediados de 1898 y llamaron polonio, en honor de la patria de Marie.
Una vez separado el polonio de los residuos del mineral, éstos seguían emitiendo
radiaciones, por lo cual los esposos Curie concluyeron que debían de contener aún otro
elemento diferente al polonio y al uranio, pero con la misma propiedad de emitir
radiaciones. Siguieron separando de estos residuos las fracciones de material que no
despedían radiaciones de aquellas que sí lo hacían. Finalmente llegaron a encontrar, en
el mismo año, el elemento desconocido que era la fuente de las radiaciones misteriosas,
y lo denominaron radio.
A la propiedad que poseen el radio y otros elementos inestables de emitir radiaciones
espontáneamente al desintegrarse Marie Curie le dio el nombre de radiactividad.
El descubrimiento de los elementos radiactivos radio y polonio, por los esposos Curie
(1867-1934) fue la antesala de la división del átomo, lograda ya cuando nuestro siglo
estaba bien avanzado. Y son los químicos de hoy en día, quienes continúan a la
85
vanguardia de las investigaciones nucleares, principalmente en lo que concierne al
estudio de las reacciones moleculares que tienen lugar frente a la sustitución normal,
dentro de la molécula, por un átomo radiactivo.
LA QUÍMICA EN EL SIGLO XX
86
1965: Edelman Y Porter descubrieron la estructura molecular de los anticuerpos
(Premio Nobel en 1972).
1970: Luis Federico Leloir, recibe el Premio Nóbel de Química por “su
descubrimiento de los nucleótido- azúcares y su papel en la biosíntesis de los hidratos
de carbono”.
1974: Claude, De Duve y Palade recibieron el Premio Nóbel por sus descubrimientos
sobre la organización morfológica y funcional de la célula.
1976: Prigogine, Ilya (Bélgica), por su contribución a la termodinámica en condiciones
de no-equilibrio, particularmente la teoría de las estructuras disipativas.
1978: Mitchell, Peter (Gran Bretaña), por su contribución a la comprensión de la
tranferencia de energia biológica a través de la formulación de la teoría quimiostática.
1979: Brown, Herbert Ch. y Wittig, Georg, por el desarrollo del uso de los
compuestos de los del boro y el fósforo en importantes agentes de reacción en la síntesis
orgánica.
1980: -Berg, Paul (Estados Unidos), por sus estudios fundamentales de la bioquímica
de los ácidos nucleicos, con partícular énfasis en el DNA recombinado.
- Gilbert, Walter y Sanger, Frederick, por sus contribuciones relativas a la
determinación de la secuencias bases en los ácidos nucleicos.
1981: Fukui, Kenichi y Hoffmann, Roald, por sus teorías desarrolladas
independientemente, en relación a la evolución de las reacciones químicas.
1982: Klug, Aaron (Gran Bretaña), por su desarrollo de la microscopía electrónica
cristalográfica y su rol en la comprensión de complejos nucleicos y ácidos proteicos
biologicamente importantes.
1983: Taube, Henry (Estados Unidos), por su trabajo enlos mecánismos de
transferencia de electrones en las reacciones, especielmente en los metales complejos.
1984: Merrifield, R. Bruce (Estados Unidos), por su desarrollo de una metodología
para estudios químicos en una matriz sólida.
1985: Hauptman, Herbert A. y Karle, Jerome, por sus destacados logros en el
desarrollo de métodos directos para la determinación de estructuras de cristales.
1986: Herschbach, Dudley R.; Lee, Yuan T. y Polanyi, John C., por sus
contribuciones relativas a la dinámica de los procesos de la química elemental.
1987: Cram, Donald J.; Lehn, Jean-Marie y Pedersen, Charles J., por su desarrollo
y uso de moléculas con interacciones especificas a la estructura de alta selectividad.
87
1988: Deisenhofer, Johann; Huber, Robert y Michel, Hartmut, por la determinación
de la estructura tridimensional de un centro de reacción fotosintética.
1989: Altman, Sydney y Cech, Thomas R., por su descubrimiento de las propiedades
catalíticas del RNA.
1990: Corey, Elias James (Estados Unidos), por su desarrollo de la teoría y
metodología de la síntesis orgánica.
1991: Ernst, Richard (Suiza), por sus contribuciones al desarrollo de la metodología
de la espectroscopia nuclear de resonancia magnética de alta resolución.
1992: Marcus, Rudolph A. (Estados Unidos), por sus contribuciones a la teoría de
reacciones de transferencia de electrones en sistemas químicos.
1993: - Mullis, Kary B. (Estados Unidos), por la invención del método de reacción en
cadena de la polimerasa (PCR).
- Smith, Michael (Canadá), por sus contribuciones fundamentales al establecimiento
de mutagenesis dirigida en sitios oligonucleotidos y su desarrollo para el estudio de las
proteinas.
1994: Olah, George A. (Estados Unidos), por su contribución a la química de
carbonación.
1995: Crutzen, Paul; Molina, Mario y Rowland, Sherwood, por su trabajo en la
química atmósferica, particularmente la relativa a la formación y descomposición del
ozono.
1996: Curl, Robert F.; Kroto, Harold W., y Smalley, Richard E., por su
descubrimiento de los fulerenos.
1997: - Boyer, Paul D. y Walker, John E., por su comprensión del mecánismo
enzimático subyacente a la síntesis del Adenosin Trifosfato (ATP).
- Skou, Jens C. (Dinamarca), por el primer descubrimiento de una enzima
transportadora de iones Na+ y K+ en el ATP.
1998: - Kohn, Walter (Estados Unidos), por su desarrollo de la teoría de la densidad
funcional.
- Pople, John A. (Estados Unidos), por su desarrollo de métodos computacionales en la
química cuantica.
1999: Zewail, Ahmed (Egipto), por sus estudios de los estados de transición de las
reacciones químicas utilizando espectroscopía de femtosegundos.
2000: Heeger, Alan J.; Mac Diarmis, Alan G. y Shirakawa, Hideki, por el
descubrimiento y desarrollo de polímeros conductivos.
88
ERA DE LA RADIACTIVIDAD Y DE LA FÍSICA
ATÓMICA
89
.
Luis Pasteur (1822-1895). Dedicó sus actividades al campo de la microbiología. Estableció la “teoría
microbiana”. Por sus numerosos y concluyentes experimentos destruyó el falso concepto de la
generación espontánea. Estudió las enfermedades de los vinos y de la cerveza; en 1881 inició sus
estudios acerca del carbunco del ganado lanar, y consiguió preparar una vacuna de bacterias
desactivadas, la primera de la historia, y en 1855 coronó su espléndida carrera científica con sus
trabajos sobre la rabia. Las contribuciones de Pasteur a la ciencia fueron numerosas, y se iniciaron
con el descubrimiento de la isomería óptica (1848) mediante la cristalización del ácido racémico, del
cual obtuvo cristales de dos formas diferentes, en lo que se considera el trabajo que dio origen a la
estereoquímica
90
Heisemberg, es conocido sobre todo por formular el principio de incertidumbre una contribución
fundamental al desarrollo de la teoría cuántica. Este principio afirma que es imposible medir
simultáneamente de forma precisa la posición y el momento lineal de una partícula. Heisemberg fue
galardonado con el Premio Nobel de Física en 1932. El principio de incertidumbre ejerció una
profunda influencia en la física y en la filosofía del siglo XX.
91
Svante Arrhenius (1859-1927). Químico sueco que estableció la teoría de la ionización. Su tesis sobre la
importancia de la conductividad eléctrica en las reacciones químicas expuestas en 1883 no fue aceptada
sino algunos años después. Téngase en cuenta que en aquellos años no se conocía todavía la naturaleza
eléctrica de la materia, y no se habían descubierto ni los electrones ni los protones. En su tesis doctoral
formuló la teoría de la disociación electrolítica. Esta teoría mantiene que en las disoluciones electrolíticas,
los compuestos químicos disueltos, se disocian en iones. Arrhenius también sostuvo que el grado de
disociación aumenta con el grado de dilución de la disolución, una hipótesis que posteriormente resultó ser
cierta sólo para los electrolitos débiles.
92
Alexander Fleming (1881-1955) Descubrió en 1928 en su laboratorio del St. Mary`s Hospital en Londres,
que en un cultivo en placa de estafilococos, que había sido invadida por un cultivo de hongos alrededor de
estos morían los cocos. Ya en 1922 Fleming había investigado junto con Allison el proceso de la
bacteriolisis por ciertas sustancias titulares. Ahora estudio más detenidamente su observación, cultivó el
hongo (penicillium notatum Westling) y logró ejercer en el medio de cultivo una manifiesta acción
bacteriostática. Sin embargo, su primera publicación (1929) y su comunicación al segundo congreso
internacional de Microbiólogia de Londres en 1936, merecieron poca atención por el interés que
suscitaban las sulfonamidas.
93
Ernst B. Chain nació en 1906 en Berlín, comenzó a desarrollar su trabajo en la Escuela de Bioquímica de
Cambridge, en donde permaneció durante dos años junto a Frederik Hopkins, Premio Nóbel de Medicina de
1922. Después se trasladó a Oxford y, por sus profundos conocimientos en Química, consiguió trabajar en
el equipo de Howard Florey, que dirigía un grupo que estudiaba las propiedades químicas y biológicas de
mohos antibacterianos. Descubrió la acción quimioterapéutica de la penicilina y de otros antibióticos.
Murió en Dublín en 1979.
94
Howard Walter Florey nació en 1898 en Adelaida (Australia). Realizó sus estudios en la Facultad de
Medicina de la Universidad de Adelaida y se trasladó a Oxford para especializarse. Siendo alumno, se
interesó por la Fisiología y Bioquímica de los procesos patológicos. Florey investigó la actividad biológica
de diversos mohos y bacterias, y eligió la penicilina descubierta por Fleming para sus investigaciones. En
1940, gracias a la sólida formación química de Ernst Chain, consigue aislar la penicilina. Murió en 1968 en
Oxford.
95
PREMIOS NÓBEL EN QUÍMICA
A continuación se lista los premios Nóbel en química desde el año 1901, cuya
información se extrajo de la página oficial en internet:
https://www.nobelprize.org.
1901
Van't Hoff, Jacobus H. (Paises Bajos)
1903
Arrhenius, Svante A. (Suecia)
1905
Baeyer, Adolf von (Alemania)
1902
Fischer, Emil H. (Alemania)
96
Universidad de Berlin. Alemania
1904
Ramsay, William (Gran Bretaña)
1906
Moissan, Henri (Francia)
1907
Buchner, Eduard (Alemania)
1909
Ostwald, Wilhelm (Alemania)
97
Universidad de Leipzig. Alemania
1911
Curie, Marie (Francia)
1908
Rutherford, Ernest (Gran Bretaña)
98
Universidad de Nancy. Nancy, Francia
1912
Sabatier, Paul (Francia)
1914
Richards, Theodore W. (Estados Unidos)
1918
Haber, Fritz (Alemania)
Por la síntesis del amoníaco, a partir de sus elementos constituyentes.
1913
Werner, Alfred (Suiza)
99
Universidad de Zurich. Zurich, Suiza
1915
Willstätter, Richard (Alemania)
1920
Nernst, Walther H. (Alemania)
1921
Soddy, Frederick (Gran Bretaña)
1923
Pregl, Fritz (Austria)
100
1976
Lipscomb, William N. (Estados Unidos)
1922
Aston, Francis W. (Gran Bretaña)
Por su descubrimiento gracias a la espectrografía de masas de isótopos, de
un gran número de elementos no radioactivos, y por el enunciado de la regla
del número completo.
1977
Prigogine, Ilya (Bélgica)
101
1978
Mitchell, Peter (Gran Bretaña)
1979
Wittig, Georg (Alemania)
Por el desarrollo del uso de los compuestos de los del boro y el fósforo en
importantes agentes de reacción en la síntesis orgánica.
1979
Brown, Herbert Ch. (Estados Unidos)
Por el desarrollo del uso de los compuestos de los del boro y el fósforo en
importantes agentes de reacción en la síntesis orgánica.
102
1980
Berg, Paul (Estados Unidos)
1981
Fukui, Kenichi (Japón)
1982
Klug, Aaron (Gran Bretaña)
103
1984
Merrifield, R. Bruce (Estados Unidos)
1981
Hoffmann, Roald (Estados Unidos)
1983
Taube, Henry (Estados Unidos)
1985
Hauptman, Herbert A. (Estados Unidos)
Por sus destacados logros en el desarrollo de métodos directos para la
determinación de estructuras de cristales.
104
1984
Karle, Jerome (Estados Unidos)
1986
Lee, Yuan T. (Estados Unidos)
1986
Cram, Donald J. (Estados Unidos)
1986
Herschbach, Dudley R. (Estados Unidos)
105
1986
Polanyi, John C. (Canadá)
1986
Lehn, Jean-Marie (Francia)
Por su desarrollo y uso de moléculas con interacciones especificas a la
estructura de alta selectividad.
1986
Pedersen, Charles J. (Estados Unidos)
1988
Huber, Robert (Alemania)
106
1989
Altman, Sidney (Canadá)
1988
Deisenhofer, Johann (Alemania)
Instituto Médico Howard Hugues y Departamento de Bioquímica de la Universidad de Texas. Dallas, Texas, Estados Unidos
1988
Michel, Hartmut (Alemania)
1989
Cech, Thomas R. (Estados Unidos)
107
1990
Corey, Elias James (Estados Unidos)
1992
Marcus, Rudolph A. (Estados Unidos)
1993
Smith, Michael (Canadá)
1990
Ernst, Richard (Suiza)
108
1993
Mullis, Kary B. (Estados Unidos)
1994
Olah, George A. (Estados Unidos)
Por su contribución a la química de carbonación.
1995
Crutzen, Paul (Paises Bajos)
1995
Rowland, Sherwood (Estados Unidos)
109
1996
Kroto, Harold W. (Gran Bretaña)
1995
Molina, Mario (México)
1996
Curl, Robert F. (Estados Unidos)
Por su descubrimiento de los fulerenos.
1996
Smalley, Richard E. (Estados Unidos)
110
1997
Boyer, Paul D. (Estados Unidos)
1997
Walker, John E. (Gran Bretaña)
Consejo de Investigación Médica del Laboratorio de Biología Molecular. Cambridge, Gran Bretaña
1998
Pople, John A. (Estados Unidos)
1997
Skou, Jens C. (Dinamarca)
111
1998
Kohn, Walter (Estados Unidos)
1999
Zewail, Ahmed (Egipto)
2000
Heeger, Alan J. (Estados Unidos)
2000
Shirakawa, Hideki (Japón)
112
2000
Mac Diarmis, Alan G. (Estados Unidos)
113
Premio Nóbel 2002 - Química
nuclear, para la
identificación de la
estructura tridimensional
de las macro-moléculas
en solución”
Technology)
Zurich, Switzerland;
The Scripps
Research Institute
114
Premio Nóbel 2003 - Química
USA USA
b. 1949 b. 1956
115
Premio Nóbel 2004 - Química
ubiquitina"
116
Premio Nóbel 2005 - Química
Grubbs
117
Premio Nóbel 2006 - Química
Roger D. Kornberg
1 premio
USA
b. 1947
118
Premio Nóbel 2007 - Química
"por sus estudios de procesos químicos sobre las superficies de los sólidos "
Gerhard Ertl
1 premio
Alemania
b. 1936
119
Premio Nóbel 2008 - Química
Shimomura
120
Premio Nóbel 2009 - Química
Ramakrishnan
121
Premio Nóbel 2010 – Química
122
Premio Nóbel 2011 – Química
Dan Shechtman
ISRAEL
b. 1941
123
Premio Nóbel 2012 – Química
Lefkowitz
USA USA
b. 1943 b. 1955
124
Premio Nóbel 2013 – Química
125
Premio Nóbel 2014 - Química
Moerner
126
Premio Nóbel 2015 - Química
"por haber mapeado a nivel molecular cómo las células reparan el ADN dañado para
salvaguardar la información genética "
127
INVESTIGADORES MODERNOS
Estos rayos son oscuros. Su vibración es demasiado rápida como para producir ninguna
sensación visual. Cuando hacen una radiografía, un pulso muy energético traspasa el
sujeto y expone la película, pero el sujeto no ve nada. Pero cuando los rayos gamma
chocan entre sí, gran parte de su energía materializa en componentes de átomos, como
electrones, protones, neutrones y otras partículas. La energía sobrante hace rayos menos
energéticos, como los rayos de luz o de calor. Así los rayos oscuros se hacen visibles
cuando chocan entre sí, se rompen, y parcialmente materialicen, dejando un saldo de
luz.
Este descubrimiento indica que la materia del universo vino de las tiniebla muy
energéticas de los rayos gamma, cuando estos chocaron y produjeron una pelota de
fuego. Pero no explica de donde vino la energía. Esta energía tenía que producirse por
una agencia muy potente que hizo el trabajo necesario para generar tanta energía.
Edwin P. Hubble anunció en 1929 que el universo está en expansión. El observó que
en general las galaxias se alejan unas de otras. Este movimiento no puede haber
continuado así desde la eternidad pasada, porque ahora las galaxias estarían
infinitamente lejos de nosotros, y no podríamos observar ninguna de ellas. Cuando
vemos el cielo lleno de galaxias, sabemos que en cierto momento, no infinitamente
remoto en el pasado, la agencia creadora actuó. Al principio todas las galaxias estaban
juntas, y antes de su separación formaban una masa compacta.
En 1964 dos científicos de los Laboratorios Bell (la Telefónica de los EE. UU.), Arno
Penzias y Robert Wilson, detectaron la luz proveniente de esa masa con una antena de
microondas. Cualquier persona puede detectar la misma luz con un equipo tan ordinario
como un televisor. Solo hay que prenderlo y seleccionar un canal donde por el momento
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no haya transmisión. Se verá un baile de puntos blancos y negros. Según la
determinación de Penzias y Wilson, el setenta por ciento de estos puntos son ruidos
electrónicos de aparatos artificiales, como emisoras demasiado lejanas como para captar
una imagen, motores eléctricos, etcétera. Casi todos los restantes son emisiones
aleatorias esporádicas del sol, de otras estrellas, y de galaxias lejanas. Pero uno entre
cien de los puntos es el resultado de la luz original, llegando ahora a la antena de
nuestro televisor después de viajar a través del universo desde la creación.
Esta luz viene de regiones que distan de la tierra el número de años luz que es igual al
número de años pasados desde la creación. (Ya que ahora entiendo el baile de puntos,
éste ha llegado a ser mi programa favorito. Edifica más que muchos otros.)
El televisor no da una imagen clara del universo original. La interferencia es cien veces
más fuerte que la luz original. Para investigarla mejor, en 1989 la N. A. S. A. lanzó al
espacio exterior el satélite COBE, lejos de la interferencia de los artefactos de la tierra,
y fuera de la atmósfera, que absorbe buena porción de esta señal. Desde allí confirmaron
que la llamada "radiación de trasfondo" se originó como una luz rojiza. Se ha enfriado
mucho por la expansión del universo, y cuando llega a la tierra ya no es visible. Pero
cuando partió, era luz visible.
Henri Becquerel (París 1852 - Le Croisic 1908): Profesor de Física del Museo
Nacional de Historia Natural de París y de la Escuela Politécnica,
Henri Becquerel era un especialista de los fenómenos vinculados
a la polarización de la luz y, como su padre Edmond Becquerel,
de los procesos de luminiscencia de materiales. Después de haber
defendido su tesis de doctorado en el año 1888, fue elegido un
año más tarde miembro de la Academia de Ciencias.
Pierre Curie (París 1859 - París 1906): Profesor de la Escuela de Física y Química
Industriales de París, Pierre Curie ya era conocido por sus trabajos
sobre la piezoelectricidad (con su hermano Jacques), sobre la
simetría y sobre el magnetismo, cuando se casó en 1895 con
Marie Sklodowska. En 1898 abandonó sus investigaciones sobre
los cristales para unir sus esfuerzos a los de su esposa. En 1904
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Pierre Curie fue nombrado profesor en la Facultad de Ciencias de París y entró en la
Academia de Ciencias en 1905. Un año más tarde falleció trágicamente en
una calle de París, atropellado por un coche.
Wilhelm Conrad Rontgen (1845-1923): Descubrió por azar en 1985 el hecho de que
las placas fotográficas resultaban sensibilizadas cuando en su proximidad existían
cargas eléctricas producidas por válvulas de alto vacío. Investigó metódicamente la
causa de este fenómeno descubriendo las radiaciones que llevan su nombre. En su
“Comunicación provisional sobre un nuevo tipo de radiaciones” escribió: “si se coloca
la mano entre el aparato de descarga y la pantalla, se pueden ver las sombras más
oscuras de los huesos y la imagen un poco más clara de la mano.”
Pierre Curie (París 1859 - París 1906): Profesor de la Escuela de Física y Química
Industrial de París, Pierre Curie ya era conocido por sus trabajos sobre la
piezoelectricidad (con su hermano Jacques), sobre la simetría y sobre el magnetismo,
cuando se casó en 1895 con Marie Sklodowska. En 1898 abandonó sus investigaciones
sobre los cristales para unir sus esfuerzos a los de su esposa. En 1904 Pierre Curie fué
nombrado profesor en la Facultad de Ciencias de París y entró en la Academia de
Ciencias en 1905. Un año más tarde falleció trágicamente en una calle de París,
atropellado por un coche.
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Marie Curie-Sklodowska (Varsovia 1867 - Sallanches 1934) : En 1903 se les
concede el premio Nóbel por sus investigaciones en radiactividad
junto a Henri Becquerel (el descubridor de la radiactividad
natural).Marie es la primera mujer en recibir el Nóbel. También
sería la primera persona en ganar un segundo premio Nóbel y,
según creo, fue también la primera profesora universitaria en
Francia.
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Irene Joliot Curie (1987-1956): Hija de Pierre y Marie Curie, y mujer de Jean Frédéric
Joliot-Curie, todos ellos famosos físicos y químicos (suman
cuatro premios Nóbel).
Otto Hahn: inició sus trabajos científicos en el campo de la química orgánica si bien, a
partir del año 1904, inició el estudio de la radiactividad.
En colaboración con la fisico austriaca Lise Meitner,
descubrió la existencia de diversos isótopos radiactivos.
Ambos científicos desarrollaron el método de
emanación para el estudio de las superficies, además de
mejorar la técnica de los marcadores radiactivos. En
1938 consiguió llevar a cabo, en colaboración con
Friedrich Strassmann, la primera desintegración
nuclear (de átomos de uranio) mediante bombardeo con
neutrones. De este modo estableció los fundamentos
para el aprovechamiento pacifico y militar de la energía
nuclear. Sus trabajos le valieron la concesión del
premio Nóbel de química en el año 1945.
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Walter N. Haworth (1883-1949) Paul Barrer (nacido en 1889)
Investigó los hidratos de carbono y formuló en 1925 a los Estudió los carotenoides durante más de 30 años, lo que
azúcares como furanosas y piranosas. En 1933 sintetizó la condujo al esclarecimiento de la constitución de la
vitamina C. Además desarrolló a partir del dextrano un vitamina A y con ello al primer descubrimiento de la
sustitutivo del plasma sanguíneo. estructura de una vitamina. Sintetizó la lactoflavina y los
tocoferoles.
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Robert Robinson (nacido en 1886)
Es el fundador de la teoría electrónica de la química
orgánica, que le orientó en sus trabajos sobre la
estructura y síntesis de sustancias naturales más
complejas tales como la morfina, tropina, estricnina
sustancias colorantes de las flores, esteroides y
penicilina.
Richard Kuhn(1900-1967)
Asló los carotenoides, la lactoflavina y la vitamina B6 y
estableció la constitución de la última. En 1937 logró la
síntesis de la vitamina A.
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Nació Vincent du Vigneaud (1901-1978): Norteamericano ganador en 1955 del Nóbel
de Química, aisló y sintetizó las dos hormonas
neurohipofisiarias, vasopresina y ocitocina.
(1901-78) Químico norteamericano de ascendencia francesa, n.
en Chicago y m. en Scarsdale (N.Y.). Estudió en las
universidades de Illinois y de Rochester, donde obtuvo el título
de doctor.
Comentario
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