Вы находитесь на странице: 1из 2

Equinoterapia para volver a caminar

https://larepublica.pe/sociedad/1099260-equinoterapia-para-volver-a-caminar

Escuadrón de caballería de la Policía brinda tratamiento a niños de escasos recursos


económicos, para ayudarlos a superar sus discapacidades físicas e intelectuales.

17 Sep 2017 | 3:53 h

Redacción:

Leonardo Muñoz
NOTICIAS RELACIONADAS
Chiclayo: Liberan a joven acusado de violar a menor que falleció tras practicarse un aborto
Chiclayo: Liberan a joven acusado de violar a menor que falleció tras practicarse un aborto
Asesinan a mujer y dejan grave a su hijo por disputa de terrenos en Chiclayo [VIDEO]
Asesinan a mujer y dejan grave a su hijo por disputa de terrenos en Chiclayo [VIDEO]
Chiclayo: obra recién inaugurada en José L. Ortiz presenta fisuras, parches e imperfecciones
Chiclayo: obra recién inaugurada en José L. Ortiz presenta fisuras, parches e imperfecciones
Montado sobre un caballo, el pequeño Dylan pudo sentir por primera vez la ligera sensación
de caminar. A sus cuatro años una rara enfermedad lo tiene privado de moverse como
cualquier niño. Los músculos de su cuerpo se encuentran rígidos y no puede desplazarlos a
voluntad. Es miércoles por la mañana, Janeth Ávalos, su madre, llora. Hace dos meses Dylan ha
vuelto a convulsionar.

El síndrome de West es una enfermedad neurológica que afecta a uno de cada seis mil bebés
recién nacidos. De los 150 niños que reciben el tratamiento de equinoterapia en la Unidad de
Servicios Especiales (USE) de la Policía, seis padecen este trastorno. Dylan es uno de ellos.

El cuartel
Hace doce años, en este cuartel, cuatro efectivos de la Policía montada utilizaron sus días de
franco para empezar un programa piloto de equinoterapia. La intención inicial fue atender a
hijos de policías que presenten algún tipo de discapacidad física o intelectual. Cuatro años
después, el servicio fue ampliado para tratar a menores de escasos recursos económicos.

La brigadier PNP Elsa Díaz Carrasco formó parte de ese primer equipo. Antes de iniciar el
proyecto, lejos de cualquier establo, ella se desempeñaba como fisioterapeuta en el Hospital
de la Sanidad. Tal vez por eso, cuando subió por primera vez a un caballo, tuvo miedo.

“El que no se ha caído, no ha montado”, me dice. Un aforismo que no puede aplicarse en


ninguno de los 30 pacientes que atiende durante la mañana.

Valentina sube con ayuda al lomo de Diamante, un caballo negro de cascos anchos y mirada
apacible. Junto a ella sube la fisioterapeuta, mientras dos efectivos más acompañan su
recorrido de quince minutos. Uno adelante para conducir a Diamante en círculos –o en zigzag–
alrededor del campo. Otro al costado para evitar que la niña caiga sobre el césped. A sus seis
años de edad, Valentina debe enfrentar un cuadro de parálisis cerebral infantil que le impide
caminar, mantener la postura y el equilibrio.

Los cuatro caballos


En la caballeriza de la USE descansan 39 caballos. Todos son utilizados por la Policía como un
elemento disuasivo durante los disturbios.

Blonda, Barrosa, Ballesta y Diamante son la excepción, aunque alguna vez también libraron sus
batallas entre gas lacrimógeno, perdigones y balas. Ahora sirven a su país tratando de
rehabilitar a niños con parálisis, autismo, síndrome de Down y otras discapacidades.

La responsable del programa, Elsa Díaz, explica que permanecer en contacto con los 38º C de
calor corporal que tiene el caballo permite relajar los músculos del paciente. Mientras el
movimiento multidimensional que proporciona su trote permite alcanzar una estimulación
neurosensorial que obliga a los músculos del niño a reaccionar.

“Así, pacientes que nunca han caminado sienten que lo estuvieran haciendo”, agrega.

A partir de los tres meses de recibir la equinoterapia se pueden ver los resultados. Dylan
empezó con el tratamiento un poco después de los dos años, pero tuvo que interrumpirlo
debido a las lluvias de este año.

En el tiempo que lleva, según cuenta la madre, el pequeño ha empezado a corregir su postura.
La mamá de Valentina, Leslie Zurita, comenta que la niña ha mejorado el movimiento de
cabeza y tronco al punto de poder gatear.

La evolución favorable de los niños se debe al esfuerzo de ambas mujeres. Ellas solo esperan
que sus hijos puedan tener independencia para caminar, vivir y soñar.

Вам также может понравиться