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Respuestas fisiológicas
Cuando los músculos se enfrían, se debilitan y la fatiga se presenta más pronto. Diversos
autores han concluido que disminuye la movilización de fibras, velocidad y potencia de
contracción. Si el deportista está suficientemente bien abrigado, la debilidad y fatiga no
aparecerán.
Respuestas metabólicas
Termogénesis
Se refiere al aumento de la producción calórica, siendo necesario un consumo “extra” de
energía. Por lo tanto, nuestro organismo debe estar libre de fatiga y con las suficientes reservas
energéticas. En relación con este mecanismo, desde el punto de vista de la respuesta hormonal,
destacamos las hormonas tiroxina (tiroidea) y catecolaminas. La tiroxina, cuenta con la grasa
parda como principal tejido efector, pero esta es muy escasa en el hombre adulto. Las
catecolaminas responden al frío con un aumento en su producción, esto se refleja en un
aumento del VO2 y la producción de calor. Decir que el cortisol produce un efecto parecido. A
pesar de esto, la acción hormonal no es suficiente, por lo que debemos utilizar la termogénesis
producida por el trabajo muscular.
Este es el mecanismo más efectivo en la producción de calor con el que contamos. Por un lado,
nuestro cuerpo responde al frío con una acción refleja de nuestra musculatura, comenzando por
un aumento del tono muscular, y si el frío aumenta se produce ese característico temblor. Por
otro lado, la mejor forma que tenemos de soportar el frío es mediante la realización de actividad
física, siendo mejor el ejercicio continuado que los intervalos intensos con pausas.
Además de esto, añadir que la eficiencia neuromuscular se ve afectada con el frío. Por lo tanto,
disminuye la velocidad de acortamiento de las fibras musculares, la coordinación de
movimientos finos se ve dificultada y se produce una cierta pérdida de sensibilidad.
Los retos fisiológicos y psicológicos para entrenarse en el frío, son factores con los que
los atletas “invernales” se enfrentan regularmente. Los atletas deben ser conscientes de
las señales previas que indican posibles lesiones relacionadas con el frío, tales como
pérdida de la sensación en los dedos de los pies o una sensación de escaldamiento en la
nariz o en las orejas. El calor corporal causado por los temblores y los movimientos
físicos son respuestas inmediatas para compensar la reducción de temperatura corporal
debido al frío. La mejora de la forma física y tomar los pasos preventivos en el
entrenamiento y la nutrición, promoverán las defensas termorreguladoras del individuo
contra el estrés frío. Se sugiere que el deportista debe poner mucha atención en la
duración y la intensidad del entrenamiento, la adecuada hidratación y la correcta
cantidad de calorías, procedentes predominantemente de una dieta rica en hidratos de
carbono.