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1
Poeta y pescador persiguen secretos ocultos; este el
pez, aquel el verso.
2
El pez dispone de veda.
3
Para el pescador existen cursos de agua prohibidos.
4
El pescador que va al embalse no debe pescar un
esturión. El pescador que va a un arroyo puede
pescar una trucha.
5
Poeta y pescador deben madrugar.
6
Poeta y pescador deben saber aguardar.
7
El pescador no debe fijarse únicamente en la boya.
El poeta no debe fijarse únicamente en la poesía.
8
El pescado muere (es la regla). El verso comienza a
vivir (es la excepción).
9
Los peces no desarrollados son devueltos al agua.
10
El pez es mudo. El verso habla. Por eso escribir trae
aparejados más fastidios que pescar.
11
No se puede vivir ni de la poesía ni de la pesca.
(1983)
Variaciones
Con mi sombra
CARRERA MACABRA
*
Canciones para dar coraje
Esos pájaros
sin dolor
esos pájaros
dorados, los más leves
flotando
sobre los techos.
Ninguno
preguntando
por el otro.
Sin ruego
sin anhelo
mezclándose, separándose.
Nosotros
debajo de los techos
aferrándonos.
Mira
el sol
vuelve
como humo dorado.
Cayéndose sube.
Sube desde los techos de Job.
Amanece
hoy
por segunda vez.
LIGERO DE EQUIPAJE
No te has de acostumbrar
Una rosa es una rosa
Pero un hogar
no es un hogar.
Desiste el perro faldero
que te colea
desde los escaparates.
Él se equivoca. Tú
no hueles a quedarte.
Noche tierna
Entra la noche en la que
amas
no lo hermoso-
lo feo.
No lo que asciende -
lo que ya ha de caer.
lo que el amor no
salvará.
Me levanté y regresé a casa, a la palabra
No te acostumbres
no debes acostumbrarte,
una rosa es una rosa
pero un hogar
no es un hogar.
Fragmentos
Fragmentos,
desechos del alma,
coágulos del siglo veinte.
Estar, a la sombra
Estar, a la sombra
de la llaga, al aire.
No-responder-de-nadie-ni-de-nada.
Desconocido,
para
ti solamente.
aquellas
hacia las que empujo mi sangre,
Predio fabril
No nos pertenece,
no pregunta por nosotros,
no quiere saber nada de nosotros,
no nos dice nada,
es pura música.
No estuvo,
no está ahí para nosotros,
nunca ha estado ahí,
nunca está ahí,
nunca está.
Deriva
Era, creo,
algo por completo habitual,
maravilloso.
Lo he visto,
creo,
u olido,
o tocado.
Sabe a muerte.
convenzo a mi enemigo
de que soy yo quien decide
y que termino cuando quiero
desvía la mirada decepcionado
casi desvalido
el cuarto es grande y expectante
no hay aire
aunque los muebles han sido guardados
mi enemigo está sentado en silencio
perdido en sus pensamientos
me agacho lentamente
y lo toco
intento hacerle comprender que no puedo
ocuparme de él, que debe
alejarse.
Nunca
construyeron
un trono para mí
se quiso que me sentara allí
que recibiera ofrendas y escuchara homenajes
pero primero debería probarse
que yo era yo y ningún otro
y puesto que yo era tan difícil de encontrar
la búsqueda se fue prolongando
algunos afirmaron
que me habían visto recientemente
no era yo aquel niño
que siempre se sentaba solo frente a la ventana del altillo
y que armaba un castillo de naipes de lluvia
mientras afuera el bosque de pinos
se balanceaba en el frío
suspirando largamente a causa de algo duro y penoso
eso es incorrecto
dijo alguien
yo lo vi la semana pasada
durante una procesión de Pascua en una aldea griega
él llevaba una corona de espinas y arrastraba
una pesada cruz de madera que marcó un surco sobre la tierra
yo vi cómo él sudaba sangre
pero lo extraño fue
que cuando conduje rápidamente de vuelta
y pasé por el camino de playa de otra aldea
él estaba ya sentado allí
recién afeitado fresco y al parecer imperturbable
había recién prendido un cigarrillo
y parecía hablar consigo mismo
o era quizás con las olas del mar
no entiendo nada
interrumpió una mujer
él ha estado acostado aquí todo el tiempo
conmigo en mi cama
cuando no es que está sentado y bebe tequila
en el Café Vesuvio en San Francisco
ciertas tardes si el ocaso es generoso
y llena su vaso él habla incesantemente
sobre la batalla de Alamo y la de Little Bighorn
o de cómo ha intentado
enderezar el presente
hasta que sus manos se enfriaron
no puede ser él
dijo una pareja de ancianos
a él lo vemos todos los veranos
no dejaría nunca su modesta finca
o su jardín
anda siempre
bien vestido por el bosque con un traje negro
pero él no se trata con nadie
no permite que nadie se le acerque
todo su mundo son sus gatos recién nacidos
y flores silvestres azuladas
no sé
dónde está él en este momento
dijo un hombre
pero yo lo veo frente a mí
nos encontramos cuando yacía en un hospital enfermo de tifus
entre las montañas allá en los Andes
podía contar sus vértebras
y por lo menos una era una varita mágica
yo no sé nada de magos
pero recuerdo por lo menos su voz
cuando dijo que él nunca
se sentaría en un tren
que no pudiera elevarse de las vías
y acercarse al cielo
qué extraño
dijo una voz
yo lo he conocido toda mi vida
y no ha estado nunca enfermo
su teléfono sonaba constantemente durante las noches
eran personas desconocidas
que contaban que estaban quebradas interiormente
yo supongo que querían algo de él
y una vez fue tan pobre que
pudo tirar todo su dinero
estoy convencido de que
si hubiera arrojado un hueso hacia la hierba
hubiera logrado que la vida misma corriera a recogerlo
nunca
me ha gustado
dijo otro más del montón
lo he visto vestido con harapos
puedo jurar
que consume todas las drogas existentes
y no fue él el que escribió
que solamente salimos en libertad un par de semanas por año
para sellar los exteriores
de la prisión que hemos hecho de nuestras vidas
no fue él el que escribió
que las estrellas vigilan la tierra
apuntan sus extremos luminosos sobre las heridas abiertas
que llamamos países y ciudades
ustedes
han malentendido todo
dijo una adolescente
él ha escrito solamente un poema
y se trata de amor perdido
yo sé dónde está
yo sé a quién buscan
él fue el único en que detuve mi mirada un día
en que miré hacia afuera
a través de este rígido paisaje sin vida
él era la rama que todavía se ondulaba
donde el pájaro desaparecido había estado posado
y ustedes pueden seguir construyendo su trono
él nunca va a sentarse allí
nunca
he arrojado
me he deshecho de la mayoría
y ya no me quedan muchas palabras
pero no las abandono
no se las cedo a nadie
hago lo que todos
deberían hacer por sus hijos
mantengo mis palabras pegadas a mi pecho
y las busco
cuando las noches se hacen largas oscuras y frías
y cuando se duermen
me quedo sentado sin moverme y hago todo lo posible
para no despertarlas
tienen que dormir tranquilas
no durante mil años pero eternamente
y ya no me duele decir
que te entiendo a ti que empiezas
a sentirte más y más extraño
en este mundo
entiendo a las personas
que dicen que ya no quieren vivir más
de pronto ya no existimos
desaparecidos sin dejar rastros
lo he escuchado durante toda mi vida
lo he escuchado hasta el cansancio
y no me ofrezco
no cuenten conmigo
he arrojado
me he deshecho de casi todo
no guardé mucho
me quedé con lo que cae
me quedé con un puñado de copos de nieve
cuando yo lo ordeno
vuelven a caer
cuando yo lo ordeno pulverizan las montañas
La sangre en la nieve
En el extranjero
cuando te despiertas
eres tierna y cálida
y todavía extranjera en tu cuerpo
vienes de correr sobre páginas de arena
en un paisaje
que era un libro abierto
las olas del mar rodaban como renglones
y rozaban tu pie
largas oraciones luminosas se intercambiaban
se turnaban para perseguirte por una cuesta empinada
de tu mano
resbaló un pequeño sol negro
con un zumbido
fracasando en la tarea de poner
punto final
grité mi nombre
en el silencio inmenso
y resonó el eco contra mí
rodó sobre el paisaje agreste solitario y ajeno
y en el sueño
no había nadie
las tribunas estaban vacías
todo era frío y espantoso
como si enterráramos a la vida misma
o al corazón de la vida
o solamente a alguien que hubiera estado lleno de vida
una niña quizás
ella que habría querido hacer tanto
debajo de sus uñas
había restos de hierba y arena
del mundo que habría construido
y aunque todo su cuerpo estaba completamente quemado
y sólo quedaban las cenizas
sus ojos tenían vida y miraban alrededor
todavía tenían esperanza
pedían ayuda
Descubierto
a la mesa puesta
estaban sentados los adultos conversando
jugabas a que la distancia
el mismo vacío entre ellos
semejaba una corona sobre sus cabezas
y entendiste muy temprano en quiénes podías confiar
quiénes apreciaban aquello que crece libre
los demás estaban solamente sentados inmóviles inseguros huecos
y no mostraban sentimientos
no mostraban nada
como si sus vidas y sus almas
fuesen los lugares del delito
lugares que ellos mismos ya no se atrevían a visitar
por miedo a ser sorprendidos
descubiertos
Misterio
los cuartos
se desperezan
como felinos veteados por la luz de la mañana
escucho el ruido de tus pasos
cuando vas por la escalera al piso de abajo
y me quedo tendido en la cama
me doy cuenta de pronto
que hace rato que estoy acostando mirando fijamente a las paredes
mientras las paredes con calma me devuelven la mirada
y no sucede nada
pero parece que transcurriera una eternidad
hasta que decido liberarme
e intento volver a dormir
intento concentrarme y que se me ocurra algo
llegar a un lugar
donde toda la angustia sólo es una lluvia fina
sobre las cosas que olvidé recoger por la noche
un lugar donde ya
no necesite preocuparme acerca
de lo que los seres humanos hacen
los unos contra los otros
un lugar que nunca he mencionado
y que nunca abandono
estuve allí sentado una vez
y refresqué mi mano en la profundidad
vi todo frente a mí
vi mi vida
vi las ondas en el agua negras como la plata
CONFETIS - selección-
duermes
los zapatos están vacíos
libres para marcharse
fríos aguzanieves
se estiran buscando África
como la mano
hacia el teléfono mudo
atan culpables
al potro del tormento
finalmente confiesan
que ellos no han cometido ningún crimen
tu reino
durará hasta
que se haya consumido la cerilla
*
salí para coger
todo lo bueno
que habían hecho los hombres
DENTRO DE LA BALLENA
Un atardecer
O sentémonos en el cementerio,
sobre la nieve pisoteada, suspirando frágilmente.
Con esa rama trazarás mansiones
donde estaremos siempre los dos.
La receta
Mi peruano
La tercera memoria
Mi poesía
(Nada traduce
nada explica
nada expresa
no abarca ninguna totalidad
no llena ninguna esperanza
si no es esotérica
si no es original
si no asombra
entonces supuestamente así debe ser
a nadie reemplaza
por nadie puede ser reemplazada
está abierta a todo
sin secretos
Encuentro
Dádiva
Exilio
Exiliada de la realidad
de varios siglos de su historia
no es más sino un montón de muros
y fachadas sin alma
Dos gotas
Un puerto en el pacífico
Aniversario de bodas
Mientras llamas
Primera canción
Y habrá de parecerles
la primera
canción con que soñaron.
No los destruyas.
No los eches
al pozo de los cielos.
Cuando la soledad
camine libremente
de la cama hasta el patio
y mi casa parezca
-al ojo del infante-
algún enorme erizo.
Entonces,
quizás entre sus líneas
descubras un instante
inadvertido;
la palabra extraviada
en domingos zoológicos;
algo más verdadero que lo hermoso.
Nadie sabe.
Consérvalos.
Al hablar materno
Tener 30 años
Abandonó su instrumento
abandonó
su instrumento
por la muerte
de Scott Lafaro
Bill Evans
abandonó su instrumento
15 años
guardó silencio
como Rublev
guardó silencio
decepcionado de los hombres
decepcionado de la vida
y la muerte
sus manos dejaron de hablar
su boca
detuvo
la palabra
logró resonar
más allá de la muerte
y avivar
la música callada
campana
también
para romper
el silencio
de otros
José Emilio Pacheco
Y sin embargo
no es inútil esta mueca de náufrago.
Porque un domingo
me llama usted de Estes Park, Colorado.
Me dice que ha leído lo que está en la botella
(a través de los mares: nuestras dos lenguas)
y quiere hacerme una entrevista.
¿Cómo explicarle que jamás he dado
una entrevista,
que mi ambición es ser leído y no "célebre",
que importa el texto y no el autor del texto,
que descreo del circo literario?
Sigo pensando
que es otra cosa la poesía:
una forma de amor que sólo existe en silencio,
en un pacto secreto de dos personas,
de dos desconocidos casi siempre.
Acaso leyó usted que Juan Ramón Jiménez
pensó hace medio siglo en editar una revista poética
que iba a llamarse Anonimato.
Anonimato publicaría poemas, no firmas;
estaría hecha de textos y no de autores.
Y yo quisiera como el poeta español
que la poesía fuese anónima ya que es colectiva
(a eso tienden mis versos y mis versiones).
Posiblemente usted me dará la razón.
Usted que me ha leído y no me conoce.
No nos veremos nunca pero somos amigos.
Encuentro
Yo me encontré a mí mismo en una esquina del tiempo.
No quise dirigirme la palabra,
en venganza por todo lo que me he hecho con saña.
Y me seguí de largo y me dejé hablando solo
-con gran resentimiento por supuesto.
Épocas
La flecha
El poeta tardío