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LA FILOSOFÍA DEL PENSAMIENTO

En todas las épocas el ser humano ha desarrollado una serie de ideas a través
de las cuales establece un estilo de vida. En ocasiones, estas ideas cobran tanta
fuerza que logran convertirse en corrientes y a su vez, estas corrientes pueden
ser utilizadas en la forma de gobernar o se convierten en un elemento que
permite identificar determinada sociedad. No obstante, estas ideas desaparecen
y son reemplazadas en el tiempo. En este sentido, la filosofía del pensamiento
humano permite reconocer una evolución en la forma en que el hombre ha
problematizado sobre los asuntos más cotidianos de su existencia y que
discrepan con severidad frente a otras corrientes de pensamiento.

En este sentido, existen cuatro componentes a través de los cuales se pretende


reconocer estos cambios en la forma en que el ser humano ha cuestionado su
existencia y ha dado origen a las diversas teorías que dieron origen a las ciencias
modernas. Estos componentes, o ejes centrales, son: la lógica, la teoría del
conocimiento, la epistemología y la estética. Los contenidos y las propuestas de
cada uno de ellos a su vez son abundantes, por esta razón, se partirá de los
conceptos básicos que se utilizan a nivel universal como estrategia de
reconocimiento respecto a lo que se ha estudiado y lo que se ha aprendido.

¿Qué se debe entender por cada uno de esos conceptos? Una respuesta corta
es una respuesta ambigua y una respuesta ambigua no conlleva a nada más
que a una imprecisión. Por esta razón, a partir de ejemplos se busca que cada
uno de estos ejes sean comprendidos de manera eficaz y coherente.

La Lógica

¿Cómo diferenciar la lógica de la matemática sin dejar a un lado su aspecto


filosófico? La matemática es el resultado de una propuesta filosófica.
Diariamente, el ser humano, sin que se percate de ello, resuelve sus problemas
cotidianos a partir de operaciones matemáticas. En este sentido, la filosofía
adquiere importancia ya que cuando el ser humano logra salir de sus problemas
está haciendo uso de la mente y este uso denota su manera de pensar, y a la
vez de razonar a la hora de encontrar un inconveniente.

Una de las fórmulas más empleadas y desconocidas por el ser humano, de su


uso matemático a la hora de solventar sus problemas diarios, se basa en las
proposiciones. Una proposición es una frase que denota una realidad, sea falsa
o verdadera. La oración “el niño come mientras juega” denota una proposición
como también “el perro se divierte mientras caza tiburones” ¿Cómo reconocer
cuál de los dos ejemplos es una proposición falsa? Utilizando la lógica, los perros
no cazan tiburones, por consiguiente la primera oración denota una verdad.

Lo mismo sucede con la aritmética. Si se tiene la fórmula bi-condicional p↔q,


que equivale a que si tanto P como Q tienen un mismo valor (sea verdadero o
falso) entonces la proposición será verdadera. Una proposición en la que se
evidencia lo anterior está en el siguiente ejemplo: P es verdadero y Q es falsa,
entonces la proposición también es falsa (P:V + Q:F = F). Pero si tanto P comoQ
son falsas, entonces, al tener el mismo valor la proposición es verdadera (P:F +
Q:F = V).

Si se tradujera con ejemplos la anterior fórmula bi-condicional, entonces un


ejemplo de proposición verdadera sería: El niño es alimentado por sus padres y
su alimento se basa en cereales. Mientras que un ejemplo de proposición falsa
bi-condicional sería: el niño es alimentado por sus padres y su dieta es a base
de veneno. Como se observa en ambas proposiciones, la primera es verdadera
porque tiene un argumento lógico mientras que en la segunda sería ilógico que
el niño mantuviera una dieta a base de veneno puesto que no hubiera
sobrevivido a la primera dosis.
Teoría del conocimiento

Una teoría del conocimiento es modelo a través del cual se busca interpretar la
naturaleza, ya sea del ser humano o de todo aquello que existe a su alrededor.
Estas teorías están sujetas a seguidores y detractores y su vigencia radica en la
fortaleza de sus argumentos. Algunas de ellas como la escolástica logran
mantenerse vigentes por siglos y otras en cambio apenas no obtienen el apoyo
suficiente como para prevalecer en el tiempo. Un ejemplo de estas teorías es el
relativismo moral.

El relativismo moral se plantea en el supuesto en el cual el sistema de las


normas morales de un grupo o de un pueblo sea distinto del sistema de las
normas morales de otro grupo o de otro pueblo. Existen dos formas de
comprender el relativismo moral

(a) El absolutismo moral, a priori, del sistema de la moral. Se supondrá que


entre los diversos sistemas morales existentes debe ser posible una ordenación
axiológica, de peor a mejor, en virtud de la cual sólo uno de los sistemas
históricamente dados, o una selección entre ellos, haya de ser considerada como
el único sistema moral de validez universal.

(b) El relativismo moral, que postula la equivalencia moral de los diversos


sistemas morales constatados, al negar la posibilidad de declarar válidos o
inválidos, en función de una tabla absoluta de valores universales, a
determinados sistemas morales. Por ejemplo, las normas morales de un grupo
V que existe en el seno de un Estado E pueden dirigirle al ejercicio de una política
de violencia y de terrorismo. El relativismo moral propugnará que el sistema de
las normas de V es tan válido (para V) como el sistema de las normas represivas
de E lo es para E (tanto si éstas envuelven violencia terrorista como si no
envuelven un «terrorismo de Estado»).
Si el grupo V de nuestro ejemplo anterior, al enfrentarse con E, manteniendo sus
normas morales, llega a ser aplastado, habrá que concluir, en contra de todo
relativismo, que las normas morales de E son superiores a las de V; su
impotencia objetiva (siempre correlativa a la potencia de E) demostraría el
carácter utópico (por tanto, contradictorio) de su sistema de normas morales
(políticas), por tanto, su incapacidad para cumplir sus propios objetivos. Pero si,
a su vez, las normas morales de E le condujesen a un estado tal en el cual V
lograse sus objetivos, entonces el sistema moral de V demostraría ser superior
al de E.

Hay que considerar, por tanto, que el único fundamento de los sistemas morales,
en situación distributiva, reside en su capacidad funcional (en su cooperación a
la fuerza de cohesión del grupo) y que el único fundamento de los sistemas
morales en situación de confrontación reside en su superior potencia, en su
fuerza. Pero esta conclusión no significa que, por tanto «estamos reduciendo la
moral a la ley del más fuerte». Puede siempre añadirse que el más fuerte lo es
porque, entre otras cosas, tiene un sistema de normas morales que le permite
serlo, es decir, porque reducimos la ley del más fuerte al sistema de las normas
morales, materialmente entendidas, y no al revés1.

La epistemología

El estudio del pensamiento humano está enmarcado en la epistemología. A


través de ella se puede comprender la evolución de este pensamiento y entender
al hombre en un contexto determinado. Desde Descartes, hasta Foucault, se han
desarrollado diversas teorías respecto a la forma en que el ser humano ha
logrado comprenderse así mismo en el tiempo. Reconocer el inicio sobre los
cuales la epistemología surge como una de las ramas de la filosofía es un asunto
complejo. No obstante, las diversas teorías del conocimiento permiten reconocer

1
Tomado de, diccionario filosófico: http://filosofia.org/filomat
un desarrollo epistemológico en la medida en que sus postulados desarrollaron
diversas conjeturas a través de las cuales se basó el desarrollo del conocimiento.

Con el denominado “giro epistemológico” de Descartes -que tenía como ideal


construir un sistema de verdades científicamente bien establecidas, ordenadas
de tal modo que la mente pase de verdades fundamentales evidentes por sí
mismas, a otras verdades evidentes implicadas por las primeras- el escepticismo
tradicional se había mostrado inquieto por el “problema del criterio”, es decir, el
problema de dar validez a los procedimientos de investigación y evitar
simultáneamente el dogmatismo. Dicho asunto, que Descartes creía haber
resuelto mediante “el método de las ideas claras y distintas” no tenía relación
con el tema de pasar del espacio interior al exterior, esto es, el problema del
mundo exterior al que se dio gran importancia en la filosofía moderna. Es así
como la teoría de conocimiento creció en importancia cuando se analizó este
último problema: el saber si nuestras representaciones internas eran exactas. En
efecto: “(…) La idea de una disciplina centrada en la “naturaleza, origen y límite
del conocimiento humano” –definición de la “epistemología”, tal como aparecía
en los manuales- necesitaba un campo de estudio llamado “la mente humana” y
ese campo de estudio era lo que había creado Descartes (…)”

Para Descartes, quien decidió no confiar en la autoridad de ningún filósofo


anterior todo el edificio construido debía reposar sobre un fundamento seguro,
que era el logro de la verdad filosófica mediante el uso de la razón, de forma
que el sistema fuera impermeable a los ataques corrosivos del escepticismo. Sin
embargo, la invención de la mente cartesiana no fue un concepto que permitió
el desarrollo pleno de la epistemología, pero suministró la idea de las
representaciones internas cuestión que se sumó a la confusión lockeana
(siguiendo a Aristóteles) surgida entre una explicación mecánica de las
operaciones de nuestra mente y las “fundamentaciones” de nuestras
pretensiones de conocimiento. Ahora bien, el intento de comprender los
procesos mentales que sirven de idea matriz para construir una teoría del
conocimiento, es un aporte de John Locke en el siglo XVII. En el siglo XVIII,
igualmente debemos a Kant -quien sigue la ideas del inglés y de Descartes- el
concepto de la filosofía como gran juez de la razón pura, que confirma o rechaza
las pretensiones del resto de la cultura. Locke postulaba su ethos, siguiendo a
Aristóteles, de que el conocimiento era una relación entre personas y objetos
más que entre personas y proposiciones.2

De esta forma se obtiene el siguiente ejemplo proveniente de Carl Marx. Según


él “Cuando consideramos un país dado desde el punto de vista de la economía
política, comenzamos por estudiar su población, la división de ésta en clases, su
distribución en las ciudades, en el campo, etc.” a este corriente de pensamiento
se le denominó marxismo y de acuerdo a lo anterior se puede evidenciar que su
fundamento epistemológico parte de:

A: la política
B: la sociedad
C: la economía
D: la cultura
Si se analiza con detenimiento la cita, no habrá que leer las opciones de
respuesta para concluir que el fundamento epistemológico de Marx (es decir
sobre el cual basa su conocimiento de la historia) parte de la economía, a la cual
liga con el resto de los referentes, sea político, social o cultural.

La estética

Desde la antigüedad, el ser humano ha sido sensible a las manifestaciones


artísticas. Ser retratados o tener la habilidad de retratar fue la ambición de
muchos artistas pero a su vez fue motivos de odios y resentimientos. Esto indica
que desde sus comienzos el arte siempre ha sido subjetivo y que así, la belleza

2
Filosofía, Epistemología y Hermenéutica en el Pensamiento de Richard Rorty. Francisco José Ávila F., p.,
2
se convierte en un ente relativo: atractivo para unos y degradante para otros.
Dicho en otras palabras, una mujer gorda causa admiración en unos y
degradación en otros. El arte no consiste en representar aquello que se observa
en la naturaleza o desarrollar exuberantes formas de belleza humana. La belleza
va más allá de la imaginación, consiste en explotar ideas no antes imaginadas y
transformarlas en algo que pueda causar a otros la extraña sensación de que
existe aun siendo algo imaginado.

En este orden de ideas se plantea la pregunta ¿Qué es la belleza?

A: un elemento subjetivo que poseen los seres humanos


B: un ente que surge de la realidad y es representado en una obra de arte
C: un elemento que no es propio de la obra y que cobra vida a través del arte
D: la capacidad que tiene el artista para representar la realidad a través del arte

Evidentemente solo existe una respuesta que concuerda con el enunciado


anterior. La estética surge del artista y recrea situaciones, a partir de algo real,
que solo existen en la obra pero que pueden llevar al espectador a sensibilizarse
frente algo que sabe que no existe y que aun así está frente a sus ojos, que
cobra vida a través del arte.

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