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Fundamentación de la problemática

“Si los profesores engañan a los alumnos enseñándoles en teoría lo que no se puede hacer en la
práctica, si los alumnos engañan a los profesores demostrando perfectamente cálculos teóricos
sin poder llevar a la práctica las reacciones, si las autoridades docentes engañan a los dirigentes
de la sociedad cumpliendo con una enseñanza teórica barata sin poder gastar lo que hace falta
para una enseñanza práctica, si los administradores públicos engañan a los encargados de dar
enseñanza exigiendo que sea barata sin aportar los recursos adecuados, entonces, todo lo
anterior y todo lo demás sobra.

En cuanto a la enseñanza de la Química, el engaño mayor en que se puede incurrir es el de creer


que se puede aprender Química en el pizarrón o en el papel sin la experimentación
correspondiente. Mientras no se tenga una conciencia clara, por parte de todos, de que la
Química se aprende manejando experimentalmente las sustancias químicas, será muy difícil
progresar en serio. Esa manipulación experimental debe ir combinada con el estudio teórico en
la mayor armonía posible, y debe quedar perfectamente claro, sin que ninguno nos llamemos a
engaño, que sólo con lecciones teóricas no se puede enseñar Química.”

(Giral, 1969)

¿Estamos de acuerdo con esto? Claro debe ser para quienes han transitado en las diferentes
modalidades que presenta la educación regular en Chile, que los contextos determinan gran
parte, sino la totalidad, de las actividades que planificamos y que logramos realizar exitosamente
con nuestros estudiantes.

No es lo mismo trabajar en un colegio que en un liceo; el contexto es diferente. Obvio, hay


excepciones como en todos los ámbitos de la vida, pero hoy, se analizarán las generalidades.
(INSERTAR DATO). Dentro de estas, cabe una experiencia vivida en el Liceo Industrial de
Valparaíso donde se realizó la práctica final de dos estudiantes de la carrera de Pedagogía en
Química y Ciencias Naturales de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y que, es
probable, haga sentido a más de alguno. Se utiliza un resumen de los hechos comentados en la
entrevista aprobado por quienes vivieron lo sucesos (NO SE SI PUEDO RESUMIR LA ENTREVISTA
O DEBO COLOCAR FRAGMENTOS O BUSCAR DATOS, por ahora hice un resumen). Casi
terminando el proceso, se les pidió ayuda para ordenar el laboratorio. Fue sorprendente que
luego de casi cuatro meses de residir tres días a la semana en ese espacio, llegasen a enterarse
que existía ese lugar y que, más aun, estaba lleno de materiales. Gigante fue la sorpresa al ver
la cantidad de recursos que allí había. Aseguran que la planificación podría haber contenido
cosas muy diferentes y que no es que no lo hayan intentado, pero comprendieron porqué, al
menos en ese espacio, la química no se visualizaba de manera práctica: los estudiantes podían
romper el material. Claro, el contexto permitía obtener rápidamente esa conclusión. Los
adolescentes con quienes se trabajaba no habían sido educados para el trabajo de laboratorio
por lo cual era muy probable encontrarse con algún accidente pero nació la interrogante, ¿no
es esa nuestra responsabilidad como docentes?

Arca, Guidoni y Mazzoli (1990) refuerzan esta idea aportando que “desde el punto de vista de la
educación para la ciencia, esto no significa aprender esquemas para irlos a contar a la escuela,
o a quien nos deba proporcionar trabajo (porque sería un engaño). Es preciso, en cambio, darse
cuenta de que “educación científica” significa desarrollo de modos de observar la realidad, y de
modos de relacionarse con la realidad; que esto implica y supone los modos de pensar, los modos
de hablar, los modos de hacer, pero sobre todo la capacidad de juntar todos estos aspectos. Es
preciso, pues, estar dispuestos a cuestionar continuamente –a fondo y a cualquier edad– nuestra
relación (de interpretación, discurso e intervención) con las personas y “los hechos de la vida"

Todo esto tomando en cuenta la educación regular, pero ¿y qué ocurre en los contextos en los
cuales se han dejado los espacios formales? Si bien son poco conocidos, es una gran cantidad de
personas las que año tras año se suman a centros educacionales de integración para adultos
CEIA. (INSERTAR DATO de cantidad y edades). Se comprende además, que esta alta diversidad
está atravesada por historias personales complejas y relatos crudos acerca de la relación que
estas personas tuvieron con la institución escolar (INSERTAR DATO Y ALGUN RELATO)

Entonces,

¿Qué hacemos?

¿Podemos apelar a la misma enseñanza de la ciencia?

¿Son las mismas necesidades emergentes y urgentes que en un espacio regular?

En los últimos años, se ha propiciado la enseñanza de la ciencia sustentada en la alfabetización


científica, comprendiendo que esta, según García y Martínez (2014), con sus dimensiones
práctica, cultural y cívica podría ser un aporte real y concreto al empleo de los conocimientos
científicos en la construcción de explicaciones a fenómenos cotidianos, a relacionar la dinámica
de la ciencia con la realidad y a que la persona tome una postura y proponga soluciones a
situaciones que se presenten, pero sustentado en criterios científicos respectivamente. De
hecho, Fourez (1997) agrega la dimensión tecnológica y se explica la dimensión practica como
aquella que cubre las necesidades básicas de salud y supervivencia, la cívica como aquella en la
que es la o el ciudadano quien participa en la resolución de problemas sociales y la cultural en
la que la ciencia es concebida como producto de la cultura humana. Esto, con el siguiente fin:

- Autonomía del individuo, entendiendo una relación más pareja e igualitaria con
expertos y especialistas.

- Comunicación con los demás en su contexto cultural, social, ético y teórico.

- La persona adquiere manejo de su entorno y ahora “sabe hacer y poder hacer”

Además en esta línea, Martínez y Torres (2010) afirman que las cuestiones socio-científicas
ayudan a relacionar lo medio ambiental, económico, político, social, cultural y ético,
permitiendo comprender el mundo y desarrollar actitudes y valores comprometidos con la
ciudadanía. Es decir, una mixtura de ambas podría aportar al posible desarrollo de habilidades
científicas y sociales que busquen la innegable y equilibrada relación que debiese existir entre
los diferentes sectores que componen la sociedad.

Vemos también que según los criterios de Ratcliffe y Grace (2003) las cuestiones sociocientíficas:

- Tienen su base en ciencia.


- Involucran la formación de opiniones, tanto a nivel personal como social.
- Son frecuentemente reportada en medios de comunicación, con base en los propósitos
del comunicador e información incompleta.
- Se direccionan hacia dimensiones locales, nacionales o internacionales, atendiendo a
estructuras sociales y políticas.
- Involucran el análisis de la relación costo-beneficio, probabilidad y riesgo
- Involucran consideraciones desde la sustentabilidad
- Involucran el razonamiento ético y moral
- Son un tema frecuente de la vida cotidiana

Es por esto que, en base a lo anteriormente comentado, nace la necesidad de intervenir un


espacio CEIA utilizando la alfabetización científica y tecnológica y las cuestiones sociocientíficas
como sustento de la planificación.

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