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CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ

1. DROGAS: Definición
Si bien existen diversos conceptos sobre lo que es una droga, todos
mayoritariamente coinciden con la definición que la OMS propone, es decir, toda
sustancia que introducida en el organismo por cualquier vía de administración
produce una alteración del natural funcionamiento del sistema nervioso central y
es, además susceptible de generar dependencia, ya sea psicológica, física o
ambas. Los nuevos conocimientos y los avances investigativos en el campo de
las conductas adictivas han dado mucho más luces al respecto; así, se sabe que
las drogas actúan a nivel del proceso químico de la trasmisión sináptica. Esa
modificación continuada, por los efectos inmediatos (psicoactivos) o persistentes
(crónicos), predispone a una reiteración continuada en el uso de la sustancia. Su
capacidad de crear dependencia física o psíquica en el consumidor es,
precisamente, una de las características más importantes a la hora de definir
una sustancia como droga.
Dentro de la denominación genérica de droga se acostumbra a incluir una serie
de elementos de origen vegetal como de naturaleza sintética, que son capaces
de alterar la conducta de las personas que las consumen, danto lugar a un
estado de dependencia hacia dichas sustancias si su ingesta ha sido frecuente.
Cada droga produce síndromes diferentes y efectos variados en el consumidor,
en función de sus particularidades individuales.
El problema de la farmacodependencia o drogadicción es un fenómeno social,
medico y psicológico que preocupa a la familia, entidades de gobierno e
inclusivo a organismos internacionales, siendo su crecimiento cada vez más
notorio. El consumo de estas sustancias, sin embargo, tiene también
antecedentes muy remotos, se sabe así que ya los antiguos egipcios empleaban
el opio, así como los griegos y otras tantas culturas de la antigüedad, y
posteriormente a los largo de su evolución histórica se siguió usando dichas
sustancias. Actualmente el aumento en la ingesta de diversas drogas se viene
acentuando en las últimas décadas.
El consumo personal de estas sustancias puede llegar hasta el grado de
farmacodependencia, llamado también adicción o toxicomanía. En algunos
casos en forma rápida, brusca o compulsiva, o bien en forma gradual o
paulatina.

1.1. TIPOS DE DROGAS


La variedad de sustancias calificadas como drogas son muchas y su
clasificación no siempre es uniforme, sin embargo y no obstante sus
limitaciones podemos considerar, siguiendo principalmente el criterio de sus
efectos, los siguientes grupos de acuerdo con algunos autores: opiáceos,
alucinógenos, estimulantes o simpaticomiméticos, hipnóticos, tranquilizantes
o sedantes, embriagantes, a los que se producen agregar las sustancias
volátiles.
A. LOS OPIACEOS U OPIADOS
Considerados por algunos como “drogas fuertes” o narcóticas.
Incluyen el opio y sus derivados, como la morfina, heroína, codeína,
dilaudid, meperidina, elixir paregorico.
1. El opio
Es una sustancia que se obtiene de una planta, la amapola del
opio que es un general anual procedente del oriente. Los nativos
de Turquía e india tajan las capsulas de la amapola del opio, de
la que brota un látex o jugo lechoso, que se exporta a todos los
países del mundo. Se dice que los primeros adictos consumían
el opio crudo por la boca, nariz, el ano, o bien fumándolo. Sin
embargo los alcaloides derivados del opio, son sustancias
mucho más peligrosas.
2. La morfina
Es uno de los derivados más importantes y conocidos del opio.
Es una sustancia analgésica e hipnótica que produce cambios
en el estado de ánimo, descritos como una sensación de
bienestar. Además provoca un sueño que aleja al individuo del
mundo que lo rodea y de todas las agresiones ambientales. En
esa ensoñación construye y vive un universo fantástico que lo
evade de la realidad.
3. La heroína
Derivado del opio, con efectos similares a la morfina, pero
mucho más intensos, entre dos y tres veces más potentes que la
morfina. También produce síndrome de abstinencia, pero mucho
más severo y desesperante, por lo que la adicción en este caso
es más peligrosa.
4. La codeína
Es un derivado del opio, menos potente que las anteriores, con
un efecto analgésico la mitad de la morfina. Es empleado por los
adictos opiómanos como droga supletoria. Muchas veces se
consumen las grajeas o jarabes antitusígenos que contienen
dichas sustancia.
5. Otros alcaloides
Proviene del opio, son la dihidromorfinona, que es cinco veces
más potente que la morfina. También la metadona, que tiene una
actividad analgésica casi igual que la morfina, entre otros
derivados.

B. LOS ALUCINOGENOS O PSICOTOMIMETICOS


Llamados también psicodislepticos o drogas “psicodélicas” según
denominación dada por aldous HUXLEY (manifestaciones de la
mente). Son sustancias que desencadenan alteraciones similares a
las psicosis, principalmente de tipo esquizofrénico, fueron
consideradas como un modelo experimental de tal trastorno, y se
pensó que podían ser útiles en la terapia farmacológica. Sin
embargo, hoy se sabe que su uso puede tener más bien efectos
nocivos, tanto en personas sanas como enfermas.
1. La marihuana
Conocida con diversos nombres, es una especie botánica
denominada “cannabis sativa lineo”, cuya variedad el cáñamo
índico, es una planta que crece sobre todo en climas templados,
en variantes masculina y femenina, cuya ingestión produce
efectos alucinógenos. Generalmente se emplea la planta
femenina que es mas pequeña y produce flores femeninas, por
la sustancia activa que contiene (resina), aunque según
investigaciones posteriores se ha demostrado que la resina es
totalmente idéntica en ambas plantas. La cannabis tiene diversas
sustancias químicas denominadas cannabinoides, y de las
cuales el Delta 9 tetrahidrocannabino, es el principal componente
del cáñamo.
2. La mescalina
Es una sustancia que tiene una composición química parecida a
la adrenalina, y se obtiene del peyote que es un cactus oriundo
de México y del sur de los EEUU. Su fruto cortado en rodajas, al
ser ingerido, produce efectos alucinatorios intensos, con gran
colorido, desencadenado por su principio activo la mescalina,
que fue aislado a fines del siglo pasado por HEFTER. El periodo
alucinatorio dura entre una a cuatro horas, persistiendo otros
trastornos físicos durante otras horas más.
3. La psilocibina
Es otra droga alucinógena de origen mexicano, que se halla en
el hongo teonanactl, y de empleo precolombino por los aztecas.
Su consumo, debido sobre todo a la sustancia psilocibina que
contiene, produce ilusiones con alteraciones olfatorias, así como
euforia y locuacidad y otros cambios físicos. Se considera que
sus efectos son similares al LSD pero de duración e intensidad
menores.
4. El acido lisérgico (LSD)
Es producto de unos hongos que atacan al centeno, y sus
efectos ya fueron observados desde la época de los romanos,
cuando debido a problemas de hambruna se consumía el
centeno infestado de hongos (claviceps purpurea) el consumidos
puede experimentar el fenómeno del flash back, que consiste en
vivir nuevamente esas manifestaciones delirantes, alucinatorias
y de pánico, sin ingerir nuevamente el LSD, incluso hasta un año
después de la ultima experiencia.
5. Otras sustancias alucinógenas
Sobre todo parecidas al LSD, son el “cloruro de metilpiperidil-
benzilato”, que es muy peligroso y se presenta en forma de polvo
blanco.

C. DROGAS ESTIMULANTES O SIMPATICOMIMETICAS}


Constituyen sustancias que tienen efectos estimulantes sobre el
sistema nervioso central, sobre todo las drogas sintéticas, entre las
que se hallan las anfetaminas. Un psicoestimulantes de origen
botánicos, la cocaína, produce también efecto similares, aunque
menos intensos que las primeras.
1. Las anfetaminas
Son drogas sintéticas que se emplean como estimulantes de la
vigilia y a su vez porque tienen efectos anoréxicos, por lo que se
le recetaba para adelgazar. Además producen elevación del
estado de ánimo, aumento de la energía y del estado de vigilia,
así como leve mejoría en el rendimiento intelectual. Se clasifican
en:
- Anfetamina o sulfato de anfetamina
- Dextroanfetamina o sulfato de dextroanfetamina
- Metanfetamina
2. La cocaína
La cocaína es obtenida de la hoja de coca, denominada
técnicamente clorhidrato de cocaína, es una sustancia blanca y
cristalina, conocida también como “pichicata”, que se consume
inhalándola, por lo que la absorción se produce por la mucosa de
la vida nasal, por ello es que los consumidores habituales
presentan ulceraciones en el tabique nasal, que puede llegar a
ser perforado. La ingestión de la cocaína ocasiona excitación
psicomotriz, acompañada de ansiedad, extroversión,
desinhibición, locuacidad; a veces también de irritabilidad y
agresividad. Puede desencadenar episodios alucinatorios, sobre
todo de tipo visual y táctil, dentro de los que están las
características microzoopsias (creer ver y sentir pequeños
animales que corren bajo la piel). Los que consumen desarrollan
intensa dependencia psíquica, pero no tolerancia ni dependencia
fisiológica.

D. LOS HIPNOTICOS (Hipnotica)


Son fármacos que inducen al sueño, efecto que varia conforme a la
dosis suministrada. Los más importantes son los bromuros y los
barbitúricos.
1. Los barbitúricos
Según los especialistas en farmacología, estas sustancias tienen
efectos hipnóticos, sin embargo cuando la dosis es pequeña
puede producir sedación o tranquilidad, pero si la dosis es media
produce efectos narcóticos. Así mismo es una anticonvulsiva,
por lo que se le emplea también en el tratamiento de las crisis
epilépticas. A dosis altas puede producir coma, y muerte por
parálisis del centro respiratorio.
Los más conocidos tenemos:
- Barbital
- Butilvinal
- Fenobarbital o luminal
- Pentobarbital
- Secobarbital
2. Los bromuros
Son fármacos que tienen efectos similares a los barbitúricos,
cuyo uso indiscriminado es iatrogénico. Produce diversos grados
de depresión del sistema nerviosos central, que puede llegar
hasta el estado de coma. Se ingiere oralmente o a veces por vía
venosa, y su empleo frecuente puede llevar al consumidor hasta
una farmacodependencia, con dependencia psicológica, así
como tolerancia en constante aumento, hasta llegar a una
dependencia fisiológica. La privación abrupta de la droga
provoca en el adicto síndrome de abstinencia, caracterizado por
temblores, nausea, vómitos, alucinaciones y convulsiones.
Tenemos:
- La glutetimida
- El hidrato de cloral
- La metacualona o torinal.

E. SEDANTES O TRANQUILIZANTES MENORES


Estos son ansiolíticos son bastantes empleados para problemas
emocionales diversos. Dentro de estos existen una variedad de
fármacos sedantes que pueden llegar a producir ciertas formas de
dependencia, como las benzodiacepinas que tienen muchos
derivados, así como los meprobamatos (derivados del acido
carbaminico), y algunos otros más.
1. Las benzodiacepinas
Son psicofármacos que se emplean con frecuencia en el campo
medico-psiquiátrico, sin embargo su uso indiscriminado puede
desarrollar alguna dependencia y tolerancia.
Entre las benzodiacepinas más importantes tenemos:
a) Bromacepan
b) Clobazam
c) Clordiacepóxido
d) Diacepam
e) Nitracepam

Entre otros tantos derivados importantes.


2. Los meprobamatos
Son derivados del acido carbaminico. Según la experiencia
medica, si se administra en forma frecuente, existe el peligro de
desencadenar una dependencia al fármaco. Produce síndrome
de abstinencia grave, caracterizado por insomnio, vómitos,
temblores, contracción muscular, ansiedad, anorexia,
alucinaciones y crisis convulsivas.
Dentro de estos psicofármacos tenernos algunos importantes:
- Aspacil (senosiain)
- Miltown(carter)
- Equianil (weyth)

F. SUSTANCIAS VOLATILES O INHALABLES


Un medio de lograr ciertos efectos en el estado de ánimo, es a través
de la aspiración de algunas sustancias volátiles, entre ellas están la
cola o cemento, tinner, gasolina, bencina, acetona, alcoholes, entre
otras. Esta práctica se extiende hasta los niños, no solo en nuestro
medio, sino también en otros países, como ejemplo: España.
La inhalación de estas sustancias, que se denomina en estados
unidos como glue sniffing, y que significa oler cola, produce según
ASTOLFI, un estado de “embriagues, anestesia, convulsiones,
coma”. Sigue un proceso similar a la anestesia por cloroformo, y
especialmente, la primera etapa de excitación transitoria, es la que
procuran producirse los adictos a estos inhalantes.

1.2. FACTORES Y PROFILAXIS DE LA DROGADICCION


Realmente el problema de la farmacodependencia requiere una
apreciación interdisciplinaria, tanto en el aspecto explicativo causal del
problema, como en lo concerniente a las medidas preventivas o
profilácticas, así como en lo relativo al tratamiento del adicto.
A. FACTORES DE DROGADICCION
Estos se deben considerar desde una perspectiva criminológica, tal
como lo aceptan especialistas en esta problemática. Entre ellos,
ASTOLFI señala la necesidad del planteamiento interdisciplinario,
desde los niveles biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Otro
especialista, JEAN MABILEAU, dice que existe un nexo entre la
personalidad del sujeto y la adicción. Entre otras palabras, el proceso
de adquisición de una toxicomanía será más o menos rápido según
la droga y la naturaleza física y psíquica de la persona.
Por lo tanto, para precisar la problemática explicativa de la adición o
farmacodependencia, hay que tener en cuenta, además de las
condiciones personales o internas, también los múltiples factores
externos que en nuestro mundo contemporáneo contribuyen al inicio
u posterior dependencia de las drogas.
1. Factores económicos – sociales
Las condiciones conflictivas, sean de tipo familiar o del entorno
social, aunados a condiciones económicas muchas veces
desfavorables, son elementos que propician la aparición del futuro
drogadicto. Al respecto, las diversas condiciones socio-
económicas negativas en su caracterización mas especifica, han
sido desarrolladas en el capítulo de la SOCIOCRIMINOLOGIA.
Dentro de dicho ámbito, la teoría de la anomia plantea, por
ejemplo: una explicación que se considera discutible. Como parte
del contexto social, el vicio comercializado que se encargar del
tráfico de drogas y de atraer nuevos adictos, también es un factor
externo que contribuye a la aparición y el mantenimiento de esta
forma de conducta desviada.
2. Factores médicos o iatrogénicos
Constituyen igualmente circunstancias favorecedoras o iniciadoras
en el consumo de ciertas sustancias. Con el auge de una gran
variedad de psicofármacos, sobre todo ansiolíticos, barbitúricos y
bromuros, se han creado problemas de habituación
medicamentosa en sujetos sometidos a alguna forma de terapia
con tales fármacos. Incluso, dentro de este contexto, caen en la
adicción médicos y enfermeras, quieren por tener mayores
oportunidades pueden adquirirlas con relativa facilidad.
La receta médica como los analgésicos como la morfina, o
estimulantes como la anfetamina o bien algunos hipnóticos o
sedantes, como la variedad de barbitúricos, bromuros y
tranquilizantes menores, fácilmente indicados por el médico, sin
las precauciones del caso, son situaciones que pueden
desencadenar secundariamente en un farmacodependencia por
determinadas personalidades.
3. Aspectos psicológicos
Dentro de estos, lo que se ha considerado quizás como de mayor
importancia, ha sido el de la personalidad del futuro adicto. Alguno
autores señalan asi, que los rasgos inmadurez, baja tolerancia a la
frustración, bajo umbral para la percepción del dolor, pasividad,
tendencia a quebrar las reglas, impulsividad, animo depresivo, son
aspectos de la personalidad que pueden favorecer una caída en la
drogadicción, que algunos han bautizado con el nombre de
“personalidad farmacotimica”. Otros especialistas, como
SOLOMON consideran que el adicto puede estar asociado a
rasgos psiquiátricos, entre los que estarían las neurosis, trastorno
de personalidad (psicopatías) y alteraciones psicóticas. En ambos
casos, el joven adolescente con tales rasgos de personalidad o
trastornos, constituye el sujeto más proclive hacia la
farmacodependencia, en función de sus circunstancias sociales.

B. PROFILAXIS O PREVENCION DE LA TOXICOMANIA


Al respecto se consideran una seria de acciones y niveles en los que
se deben efectuar estas acciones preventivas. Desde el punto de
vista criminológico vemos dos grandes niveles, la prevención
GENERAL y la prevención especial o PARTICULAR.
1. Prevención general
Esta acción apunta a eliminar o modificar los factores macro
sociales que tienen alguna influencia en este fenómeno de
conducta desviada. Trata de incidir sobre todo en las
condiciones económico-sociales o estructurales, que juegan
como situaciones de fondo en el fenómeno del desarrollo y
aumento de la toxicomanía. Es la que tiene realmente, desde la
óptica criminológica, un peso fundamental e importante para
evitar su aparición y por tanto lograr la disminución o
erradicación de estos fenómenos de adicción.

2. Prevención especial
Dentro de lo que denominamos prevención especial, no dejan de
tener importancia una multiplicidad de medidas que se orientan
hacia determinados aspectos o fenómenos particulares, para
disminuir o atenuar la farmacodependencia.
Desde la perspectiva medico-psiquiátrica se habla de prevención
primaria, secundaria y terciaria:
- Prevención primaria orientada a combatir las condiciones
sociales causantes de la problemática de la adicción.
- Prevención secundaria dirigida a la identificación temprana
del adicto y a su rápido y adecuado tratamiento.
- Prevención terciaria orientada a disminuir los efectos
residuales del problema, descansando en las acciones de
rehabilitación.

1.3. ADICCIÓN A LAS DROGAS


La adicción a sustancias forma parte de un proceso de deterioro de la
capacidad de autocontrol, con aparición de conductas automáticas,
disparadas por estímulos condicionados. Algunos autores lo han llamado
síndrome de deterioro en la inhibición de la respuesta y excesiva atribución
de relevancia a los estímulos condicionados a la sustancia (Goldstein y
Volkow, 2002). Es una enfermedad crónica y recurrente del cerebro,
caracterizada por la búsqueda y el consumo compulsivo de drogas, a pesar
de sus consecuencias nocivas. Se considera una enfermedad del cerebro
dado que las drogas modifican este órgano, principalmente su estructura y
funcionamiento bioquímico se ven afectados. Estos cambios en el cerebro
pueden ser de larga duración, y pueden conducir a comportamientos de alto
riesgo que se observan en las personas que abusan del consumo de
drogas.

1.4. CRITERIOS DE DROGOPENDENCIA


En estos momentos contamos con dos sistemas diagnósticos, casi
paralelos. En Europa son mas aceptados los de la OMS (CIE-10, 1992) y, en
Norteamérica, los e la APA (DSM-IV-TR, 2000)

El sistema CIE-10 define el síndrome de dependencia como un trastorno


que presenta los siguientes aspectos:

a) Manifestaciones fisiológicas, comportamentales y cognitivas


características,
b) Se da máxima prioridad al consumo de la sustancia.
c) Hay un deseo (fuerte o insuperable) de administración.
d) Las recaídas, después de un periodo de abstinencia, llevan a instaurar
más rápidamente este síndrome que en los no dependientes.

Y da las siguientes pautas diagnosticas: “si durante algún momento en los


doces meses previos o de un modo continuo han estado presentes tres o
más de los rasgos siguientes:

1. Deseo o compulsión de consumir la sustancia


2. Disminución de la capacidad de control del consumo: para comenzar o
para terminarlo.
3. Síntomas somáticos del síndrome de abstinencia especifico cuando se
reduzca o cese el consumo.
4. Tolerancia
5. Abandono progresivo de otras fuentes de placer o diversiones
6. Persistencia en el consumo, a pesar de sus evidentes consecuencias
perjudiciales”.

Por su parte, el sistema DSM-IV-TR hace la siguiente descripción de la


dependencia de sustancias psicoactivas. Se trata de “un patrón
desadaptativo de consumo que conlleva un deterioro o malestar
clínicamente significativos”, expresado por tres (o más) de los apartados
siguientes en algún momento de un periodo continuado de 12 meses.

1. Tolerancia, definida por cualquiera de los siguientes ítems:


a) Una necesidad de cantidades marcadamente crecientes de la
sustancia para conseguir la intoxicación o el efecto deseado.
b) El efecto de las mismas cantidades de la sustancia disminuye
claramente con su consumo continuado.
2. Abstinencia, definida por cualquiera de los siguientes ítems:
a) El síndrome de abstinencia característico para la sustancia
b) Se toma la sustancia (o una muy parecida) para aliviar o evitar los
síntomas de abstinencia.
3. La sustancia se toma con frecuencia en cantidades mayores o durante
un periodo más largo de lo que inicialmente se pretendía.
4. Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o
suprimir el consumo de la sustancia.
5. Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención
de la sustancia (ejemplo: visitar a varios médicos o desplazarse largas
distancias), en el consumo de la sustancia (ejemplo: fumar un pitillo
tras otro) o en la recuperación de sus efectos.
6. Reducción de importantes actividades sociales, laborales o recreativas
debido al consumo de la sustancia.
7. Se continúa administrando la sustancia a pesar de tener conciencia de
problemas psicológicos o físicos recidivantes o persistentes, que
parecen causados o exacerbados por el consumo de la sustancia
(ejemplo: consumo de cocaína a pesar de saber que provoca
depresión, o continuada ingesta de alcohol a pesar de que empeora
una ulcera).

El sistema DSM-IV-TR, además se indica la conveniencia de especificar la


existencia o no de dependencia fisiológica, de manera que habría dos
grupos de adictos:
a) Con dependencia fisiológica: aquellos que presentan signos de
tolerancia o abstinencia.
b) Sin dependencia fisiológica: los que no presentan signos de
tolerancia o abstinencia.
Algunos autores siguen considerando al grupo de drogodependientes con
dependencia fisiológica como una forma más grave de dependencia.

1.4.1. DEPENDENCIA FISICA O FISIOLOGICA: NEUROADAPTACION


La dependencia física, que recibe hoy en día la denominación de
neuroadaptación, es un estado caracterizado por la necesidad de
mantener unos niveles determinados de una droga en el organismo,
desarrollándose un vínculo droga-organismo. Sus dos componentes
principales son la tolerancia y el síndrome de abstinencia agudo. No
obstante, se debe saber que algunos aspectos de la tolerancia no son de
tipo neuroadaptativo
La tolerancia y el síndrome de abstinencia agudo son elementos clave
que apoyan la idea de que los procesos de neuroadaptación se han
iniciado; otro elemento clave es la sensibilización; este es un fenómeno
opuesto a la tolerancia, es decir, se trata de la respuesta aumentada a
una droga tras una presentación intermitentemente repetida. Los
fenómenos de sensibilización persisten mucho tiempo después de que la
droga ha sido eliminada del cerebro.
Cuando la administración de la droga se suspende bruscamente o se
administra una sustancia antagonista, es decir, se rompe el vinculo
droga-organismo, se presenta un cuadro denominado síndrome de
abstinencia agudo o de retirada (withdrawal síndrome), que se
caracteriza por unas manifestaciones más o menos agudas de una serie
de signos y síntomas físicos y psíquicos de gravedad y perfil variable,
según la droga, los cuales ceden con la administración de la droga o con
sustitutivos farmacológicos que amortigüen el vacio a nivel de
neurorreceptores que se produce.
El síndrome que resulta de la retirada de la droga se denomina
abstinencia por supresión, mientras que el producido por la
administración de un antagonista (por ejemplo: naloxona, a un adicto a
heroína) se llama abstinencia precipitada.
La aparición del síndrome de abstinencia agudo es lo que define la
existencia de la dependencia física y no es un elemento indispensable en
el diagnostico de la drogodependencia (DSM-IV-TR y CIE -10)
La dependencia física es característica de las sustancias depresogenas
(alcohol, opiáceos, hipnóticos, sedantes), menos marcada entre las
drogas estimulantes (anfetaminas y derivados, cocaína y nicotina) y
apenas perceptible en el caso de los alucinógenos. Ocurre, en ocasiones,
que al considerar como prototipo de síndrome de abstinencia agudo el
producido por la retirada de opiáceos (heroína), se difunde la idea de que
algunas drogas, como la cocaína, no crean dependencia física, ya que al
suspender su administración no se padecen las manifestaciones de un
síndrome de abstinencia agudo como el que se produce al suspender la
administración de opiáceos, deduciéndose erróneamente que el usuario
de aquellas drogas puede interrumpir su consumo sin sufrir ningún tipo
de trastorno.
Esto no es cierto, pues la cocaína genera un síndrome de abstinencia
importante cuando se deja de consumir.
Los efectos clínicos del síndrome de abstinencia agudo varían según e
tipo de droga. En términos generales, se puede decir que los signos y
síntomas del síndrome son los contrarios a los que caracterizan el efecto
inmediato de la droga, es decir, son manifestaciones del rebote de los
sistemas fisiológicos alterados por ella, si bien el cuadro general suele
superar en intensidad al esperado por las modificaciones producidas por
la droga.
La intensidad del síndrome del abstinencia agudo depende de varios
factores: tipo de droga, cantidad de droga, vía de administración,
frecuencia de administración, velocidad de absorción y eliminación;
existencia de metabólicos activos, etc. Estos factores farmacocinéticas
son importantes, pues si la droga se elimina lentamente, el síndrome de
abstinencia se instaura de manera lenta, progresiva y atenuada, mientras
que si se elimina rápidamente, la sintomatología aparece antes y de
manera más intensa.
1.4.2. DEPENDENCIA PSICOLOGICA
La dependencia psicológica es el deseo irresistible (estado de ansia o
anhelo [craving]) de repetir la administración de una droga para:
a) Obtener la vivencia de sus efectos agradables, placenteros y/o
evasivos (sedación, euforia, alucinaciones)
b) Evitar el malestar que se siente con su ausencia: por lo tanto, son las
actividades de búsqueda de la droga por parte de la persona y la
asociación de patrones de consumo patológico las que condicionas
la dependencia.
Desde la perspectiva del conductismo operante o instrumental, el
consumo ocasional o recurrente de drogas puede explicarse como un
comportamiento que “persiste por sus consecuencias”. El refuerzo puede
ser definido como “cualquier acontecimiento que aumenta la probabilidad
de una conducta” y da lugar a un condicionamiento “respondiente”.
En este sentido, los efectos inmediatos de las drogas son reforzadores y
lo son positivamente porque son un “premio o recompensa”; es decir,
puede producirse una, varias o todas las siguientes situaciones: vivencia
placentera, vivencia de evasión y vivencia de aprobación de los amigos
(refuerzo positivo). Por otra parte, con la retirada de la droga, la persona
sufre un cuadro clínico muy desagradable y pasa este a ser, también, un
elemento reforzador, pero, en este caso, negativo porque se busca y se
consume la droga para suprimir los efectos aversivos debidos a su falta
(refuerzo negativo). En ambos casos se responde ingiriendo mas droga.
La dependencia psicológica está sujeta tanto a la capacidad reforzadora
de la droga y a los niveles de condicionamiento clásico existentes como a
la forma que estos fenómenos se han integrado en la persona,
configurando su particular estilo de vida.
La dependencia psicológica es una situación compleja, y la intensidad y
rapidez con la que se instaura, así como la dificultad para salir de ella una
vez establecidas, obedecen a un conjunto de factores, entre otros:
educativos, sociales, ambientales, motivaciones, antropológicos y ,
también, biológicos y relacionados con características de la propia droga
(propiedades intrínsecas, vía de administración, etc.)
Esta dependencia también se denomina dependencia conductual.
Hay dos síndromes de abstinencia que parecen estar relacionados más
directamente con la dependencia psicológica:
a) El síndrome de abstinencia tardío: puede aparecer a los pocos días
o semanas de haber abandonado el consumo de la droga, bien
después del síndrome de abstinencia agudo o bien, a veces, en su
lugar. Las manifestaciones de este síndrome pueden duran meses,
incluso años. Se trata de un conjunto de síntomas y signos derivados
de una desregulación del sistema neurovegetativo y de las funciones
psíquicas básicas (afectividad, pensamiento, percepción, memoria,
etc.). de manera característica, la clínica de ansiedad se reduce con la
administración de un placebo cuando el drogodependiente supone que
es “droga”.
Este síndrome da lugar a que la persona “recuerde” cada día a la
sustancia de la que ha sido dependiente, reavivándose anhelos
pasados, en definitiva, con grave riesgo de recaída en su consumo.
Por tanto, los problemas que este síndrome acarrea, al
drogodependiente y a su terapia de deshabituación, son muy
importantes.
b) El síndrome de abstinencia condicionado: se caracteriza por la
aparición de una sintomatología típica de síndrome de abstinencia
agudo en un drogodependiente que lleva meses o años sin consumir.
El cuadro se puede desencadenar cuando la persona vuelve a
exponerse a los estímulos ambientales donde tenía lugar su consumo
o bien los estímulos del entorno en que se encuentra son similares a
aquellos. Se trataría, pues, de un mecanismo psicológico de
condicionamiento o aprendizaje contingente; es decir, la presencia de
elementos vinculados al consumo de anhelos, deseos, necesidades
(craving) de droga, junto con las manifestaciones psicofisiologicas de
su ausencia o retirada, en cuyo origen neurobiológico,, no bien
determinado, parece implicada la liberación de dopamina en los
circuitos cerebrales de recompensa. Este síndrome va seguido de un
periodo de gran ansiedad y miedo, pues la persona se ve a si misma
como en el momento inicial de abandono de su dependencia, de
manera que estas manifestaciones desagradables que se presentan,
sin razón aparente, pueden, también propiciar una recaída.
No debe confundir este síndrome con el trastorno conocido con el
nombre de flashback.
En definitiva, los conocimientos actuales llevan a la conclusión de que
los síntomas y signos que señalan la existencia de dependencia física
y psicológica están mucho más interrelacionados de lo que se creía.
La dependencia psicológica es tan destructiva como la física, pero
resulta más difícil de superar. La dependencia psicológica es la que
impulsa al drogodependiente a administrarse de nuevo la droga
después de llevar meses o años de abstinencia. La dependencia física
que pueda desencadena una droga no se considera componente
imprescindible en el contexto de una drogodependencia; por el
contrario, la dependencia psicológica es el fenómeno clave de la
misma. Por ello, en los tratados publicados en los últimos años,
cuando se usa el termino dependencia sin ningún calificativo, se está
haciendo referencia al cuadro conductual global, mientras que el
empleo de la expresión “dependencia física o fisiológica” implica las
modificaciones neurobiológicas que determinan los síntomas del
síndrome de abstinencia agudo.

1.4.3. DEPENDENCIA SOCIAL


Este tercer tipo de dependencia está determinado por la necesidad de
consumir la droga como signo de pertenencia a un gripo social que
proporciona una clara señal de identidad personal. El abandono del
consumo de la sustancia puede generar en el drogodependiente graves
crisis de relación capaces de provocar la reanudación de su consumo con
el objeto de restablecer el equilibrio social en el que se encontraba
confortable.

1.4.4. TOLERANCIA
Es la capacidad de resistir o asimilar los efectos de la droga en el
organismo; en ese sentido, la persona necesitará cada vez mayor
cantidad de droga para sentir los efectos iniciales. En el gráfico 1.1 se
presenta de manera didáctica el concepto farmacológico de tolerancia, se
hacen diferencias desde la perspectiva de la sustancia y del individuo,
apreciándose una clasificación de los diferentes tipos de tolerancia.
1.5. FORMAS DE CONSUMO DE DROGAS
Se distinguen las siguientes formas de consumo de drogas:
a) Experimental: es un consumo fortuito o durante un periodo de tiempo
muy limitado o en cantidad muy reducida. La droga se puede probar una
vez o incluso varias veces, pero ya no se vuelve a consumir. La elección
de la droga suele ser bastante indiscriminada y determinada por la oferta
de los amigos o compañeros. Es un patrón inicial y común a todas las
drogodependencias. Los motivos de este consumo es variado, entre
ellos, tenemos; la curiosidad (conducta adolescente), el sentirse adulto
(conducta iniciática), el sentirse parte de un grupo (conducta de
integración) etc.
b) Ocasional: es un consumo intermitente de cantidades, a veces,
importantes, cuya principal motivación es la integración grupal, a través
de mayores niveles de desinhibición personal. También pueden darse
propósitos concretos como el deseo de abstención de un mayor
rendimiento deportivo, académico, resistencia física en una actividad
lúdica, goce sexual, etc. Este consumo se caracteriza porque a persona
discrimina cual es el tipo de droga que prefiere y donde quiere usarla. Si
estas circunstancias se dan con frecuencia, aumenta el peligro de
desarrollar una drogodependencia. Este comportamiento, en si mismo,
puede significar un trastorno por abuso de sustancia psicoactiva.
c) Habitual: es un consumo que tiene lugar a diario y presenta un doble
propósito. Por un lado, aliviar el malestar psicoorganico que la persona
padece (dependencia psicológica y/o física) y, por otro, el mantener un
rendimiento (caso de los consumidores diarios de cocaína). Las
alteraciones del comportamiento son menores; no obstante, la persona
dedica gran parte de su tiempo a pensar en la droga, buscarlo y
autoadministrarsela.
d) Compulsivo: es un consumo muy intenso, que se produce varias veces
al día. Existe un trastorno muy importante del comportamiento que da
lugar a un sin número de consecuencias sociales (perdida de trabajo,
rupturas afectivas, vagabundeo, actos delictivos, etc.). El consumidor
tiene una incapacidad de enfrentarse a los problemas básicos de la vida
diaria. El consumo de la droga se hace aislado de los demás y su
propósito es mantener “su funcionamiento basal” y aliviar los síntomas de
abstinencia que aparecen al dejar de consumir. Las dos primeras son
formas episódicas de consumo y las dos últimas son formas crónicas en
las cuales existen características de dependencias claras. Los consumos
habituales y compulsivos también reciben el nombre de consumos
sistemáticos. La persona con este tipo de consumo cumple criterios de
trastorno por dependencia y, en general, sino encuentran la droga
escogida, emplean otras afines. El consumo ocasional puede ser de dos
tipos, socio-recreativo está ligado a una “facilitación del comportamiento
social”. El ejemplo más claro es la ingesta de alcohol. El consumo
circunstancial-situacional es auto limitado y, generalmente, está unido a
deseos de incrementar los rendimientos de tipo deportivo, laboral o
sexual, el consumo de cocaína en su etapa inicial, se encuentra
frecuentemente en este contexto.

1.6. PRINCIPIOS BASICOS DE LA ACCION DE LAS DROGAS


Este apartado, se encuentra en los principios básicos de acción de las
drogas, haciendo hincapié en los psicofármacos- drogas que, al actuar
sobre el sistema nervioso, influyen en la experiencia subjetiva y el
comportamiento.
a) Administración y absorción de las drogas
Habitualmente, las drogar se administran de una de cuatro formas: por
ingestión oral, por inyección, por inhalación o por absorción a través de
las membranas mucosas de la nariz, la boca o el recto. La vía de
administración influye en la velocidad y el grado en que la droga llega a
su lugar de acción.
b) Ingestión: La vía oral es la vía de administración preferida de muchas
drogas. Una vez que se han tragado, las drogas se disuelven en los
líquidos del estómago y son transportados al intestino, donde son
absorbidas por el torrente circulatorio. Sin embargo, algunas drogas
atraviesan fácilmente las paredes del estómago (p.ej., el alcohol) y surten
efectos antes debido a que no tienen que llegar al intestino para que se
absorban. Las drogas que no se absorben fácilmente del tubo digestivo o
que se descomponen en metabólicos inactivos antes de que puedan
absorberse, han de tomarse por otra vía.
Las dos ventajas principales de la vía de administración oral frente a las
vías son que es sencilla y que es relativamente segura. Su principal
desventaja es su imprevisibilidad: la absorción desde el tubo digestivo al
torrente circulatorio puede estar influida en gran parte por factores tan
difíciles de calibrar como la cantidad y tipo de alimentos que haya en el
estómago.
c) Inyección: La inyección de drogas es una práctica médica habitual,
debido a que los efectos de las drogas inyectadas son intensos, rápidos y
previsibles. Por lo general las drogas se inyectan por vía subcutánea
(SC), en el tejido graso que está justo debajo de la piel; por vía
intramuscular (IM), en los músculos grandes; o por vía intravenosa (IV) [o
endovenosa], directamente en las venas, en los puntos por donde pasan
justo por debajo de la piel. Muchos adictos prefieren la vía intravenosa
debido a que el torrente circulatorio transporta la droga directamente al
encéfalo. Sin embargo, la velocidad y lo directo de la vía intravenosa son
ventajas a medias; tras una inyección intravenosa hay pocas o ninguna
oportunidad de contrarrestar los efectos de una sobredosis, una impureza
o una reacción alérgica. Por lo demás, muchos adictos acaban con tejido
cicatricial, infecciones e insuficiencia venosa en los pocos lugares de su
cuerpo donde son accesibles las grandes venas.
d) Inhalación Algunas drogas pueden ser absorbidas en el torrente
circulatorio a través de la rica red de capilares de los pulmones. Muchos
anestésicos se administran corrientemente por inhalación, como se hace
con el tabaco y la mariguana. Los dos inconvenientes principales de esta
vía son que resulta difícil regular con precisión la dosis de la droga que se
inhala y que muchas sustancias lesionan los pulmones si se inhalan
crónicamente.
e) Absorción a través de las membranas mucosas Algunas drogas
pueden administrarse a través de las membranas mucosas de la nariz, la
boca y el recto. La cocaína, por ejemplo suele auto administrarse a través
de las membranas nasales (e esnifa) – aunque no sin dañarlas-.
f) Entrada de las drogas en el sistema nervioso central Una vez que la
droga ha penetrado en el torrente circulatorio, la sangre la transporta a
los vasos sanguíneos del sistema nervioso central. Afortunadamente, hay
un filtro protector, la barrera hematoencéfalica, que hace difícil que
muchas sustancias químicas potencialmente peligrosas, de transmisión
sanguínea, pasen de los vasos sanguíneos a las neuronas del sistema
nervioso central.
g) Mecanismos de la acción de las drogas/fármacos Los psicofármacos
influyen en el sistema nervioso de muchas formas (véase Koob y Bloom,
1988). Algunas de estas drogas (p. ej., el alcohol y muchos de los
anestésicos generales) actúan de forma difusa sobre las membranas
neuronales en todo el sistema nervioso central. Otras actúan de un modo
más específico: uniéndose a determinados receptores sinápticos;
influyendo en la síntesis, el transporte, la liberación o desactivación de
determinados neurotransmisores; o influyendo en la cadena de
reacciones químicas que provoca en las neuronas postsinápticas la
activación de sus receptores (véase el capítulo 4).
h) Metabolismo y eliminación de las drogas Hay enzimas que se
sintetizan en el hígado que ponen fin a la acción de la mayoría de las
drogas. Estas enzimas del hígado estimulan la conversión de las drogas
activas en formas no activas – proceso conocido como metabolismo de
la droga -. En muchos casos, la metabolización de la droga elimina su
capacidad de atravesar las membranas lipídicas de las células, de forma
que ya no puedan traspasar la barrera hematoencefálica. Además,
pequeñas cantidades de algunos psicofármacos se desactivan el
expulsarse del organismo en forma de orina, sudor, heces, respiración y
leche materna.
i) Tolerancia a las drogas La tolerancia a las drogas consiste en un
estado de menor sensibilidad a la droga, que se produce como resultado
de la exposición a la misma. La tolerancia a una droga puede
manifestarse de dos formas: demostrando que una dosis determinada de
la droga tiene menos efectos que el que tenía antes de la exposición a la
droga, o demostrando que se necesita más droga para producir el mismo
efecto.
Básicamente, lo que esto significa es que la tolerancia es un
desplazamiento de la curva de respuesta a la dosis (una gráfica de la
magnitud del efecto de diferentes dosis de droga) hacia la derecha
(véase la figura 15.1).

Hay tres puntos importantes que conviene recordar sobre la especificidad


de la tolerancia a una droga. El primero es que la exposición a una droga
puede producir tolerancia a otras drogas que actúan a través del mismo
mecanismo; esto se conoce como tolerancia cruzada. El segundo es
que la tolerancia a una droga a menudo se produce respecto a algunos
efectos de la droga, pero no a otros. No comprender este segundo punto
puede tener consecuencias trágicas para quienes piensan que, debido a
que han desarrollado tolerancia a algunos de los efectos de una droga
(p.ej., a las náuseas que producen el alcohol o el tabaco), tienen
tolerancia a todos los efectos. De hecho, se puede desarrollar tolerancia
a algunos de los efectos de una droga al tiempo que aumenta la
sensibilidad a otros efectos de la misma droga – el aumento de
sensibilidad se denomina sensibilización a la droga (Robinson, 1991) -.
El tercer punto importante sobre la especificidad de la tolerancia a una
droga es que no es un fenómeno unitario, es decir, no existe un único
mecanismo subyacente a todos los casos. Cuando se administra una
droga a dosis activas, pueden ocurrir muchos tipos de cambios adaptivos
para reducir sus efectos. Hay dos clases de cabios que subyacen a la
tolerancia a una droga: metabólicos y funcionales. La tolerancia a una
droga consecuente a cambios que reducen la cantidad de droga que
llega a sus lugares de acción se llama tolerancia metabólica. La
tolerancia que resulta de cambios que reducen la reactividad de los
lugares de acción de la droga se denomina tolerancia funcional. La
tolerancia a los psicofármacos es, en gran parte, funcional. La tolerancia
funcional a los psicofármacos puede ser resultado de varios tipos
diferentes cambios neurales. Por ejemplo, la exposición a un
psicofármaco puede reducir la cantidad de receptores para él, disminuir la
eficacia con que se une a los receptores existentes, o disminuir el
impacto de la fijación al receptor sobre la actividad de la celular.

1.7. CONSECUENCIAS GENERALES DE LAS DROGODEPENDENCIAS


La drogodependencia es una situación patología en sí misma, ya que el
consumo de sustancias sin indicación médica, a dosis inadecuada y con
capacidad de generar dependencia, produce alteraciones no deseables
de la homeostasis psicofisiologica. Además, el drogodependiente puede
“enriquecer” su dependencia con las siguientes consecuencias
relacionadas con ella.
a) Reacciones antisociales: el drogodependiente vive por y para la
droga y hará todo lo posible por conseguirla sin que existan para las
barreras morales. Así son frecuentes los hurtos, el incremento de la
agresividad, el tráfico ilegal, los homicidios, la prostitución y un estado
de tensión social que genera accidentes, suicidios, conflictos
familiares, laborales, etcétera.
b) Síndrome de déficit de actividad: con astenia, indiferencia,
disminución o interrupción de la actividad motora, disminución o
pérdida de capacidades cognitivas (deterioro intelectual), pasividad,
apatía, aislamiento, abulia, etcétera.
c) Infecciones y disminución de las defensas: debido a la falta de
asepsia, la administración de drogas por vía inyectable puede dar
lugar a cuadros infecciosos: hepatitis vira, paludismo, endocarditis
bacterianas y micóticas, abscesos subcutáneos, tétanos,
tromboflebitis, osteomielitis, infecciones oculares, síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (sida), etc. Incluso en condiciones de
asepsia, la administración de determinadas drogas (opiáceos), llega a
producir inmunodepresión, aumentando la vulnerabilidad del
drogadicto a otra enfermedad.
d) Peligro de sobredosificación: este peligro existe, especialmente en
los drogodependientes a opiáceos (heroína) por vía endovenosa,
cuando se inyecta la dosis máxima de una fase anterior, después de
un periodo de abstinencia. La dosis elevada “normal2 en el
consumidor crónico (adaptación por tolerancia) resulta excesiva
después de un periodo sin consumirla y puede ocasionar la muerte por
depresión respiratoria.
A veces, se denomina, impropiamente, muerte por sobredosis a la
producida por intoxicación debida a las mezclas fraudulentas con las
que se suele “cortar” la droga (estricnina, quinina, talco, polvo de
ladrillo, etcétera.)
e) Riesgo de “escalada”: cuando se realizan consumos abusivos y/o
frecuentes de alcohol y/o se comienza a consumir derivados
cannábicos, indebidamente denominadas, por algunos, drogas
blandas, existe el riesgo ampliamente contrastado de iniciarse en
consumo de otras drogas como heroína, cocaína, drogas de síntesis,
etcétera.
Se ha observado que los que empiezan a consumir cannabis a un
edad más temprana presentan más probabilidades por las mismas
razones que pueden haber facilitado el inicio en el cannabis
(problemática social, familiar, etc.) de usar otras drogas ilegales.
f) Riesgo de recaída: cada vez hay más consenso en relación a que el
consumo de cannabis durante periodos de abstinencia de otras
drogas, tras una desintoxicación, es un factor de riesgo de recaída
importante. Esta evidencia está cambiando la perspectiva de ciertos
programas de reducción de daños en los que se acepta el consumo de
cannabis y se prima la abstinencia de la droga principal.
g) Efecto toxico específico: son los característicos de cada droga o
grupo de drogas y se estudian en los capítulos correspondientes.

2. DROGAS EN EL PERÚ
2.1. Cultivo y Producción
En el Perú, sin lugar a dudas el negocio de las drogas concentra toda su
atención y mantiene una fuerte presencia en aquellos territorios que se
caracterizan por producir en condiciones ventajosas la materia prima que
se requiere para producir drogas cocaínicas y opiáceos; convirtiéndose
en un verdadero problema, principalmente por las consecuencias
sociales, ambientales y económicas que representa esta actividad ilícita.
Ya han pasado varias décadas en el Perú desde que se distorsionó el
uso ancestral que se le daba a la hoja de coca, donde los antiguos
peruanos las empleaban para rituales y consumían directamente la hoja
atribuyéndole propiedades benéficas, otorgándole posteriormente usos
industriales y médicos. Este uso lícito de la hoja de coca fue
distorsionándose al transformarla en drogas cocaínicas, motivado
principalmente por la rentabilidad para las organizaciones de
narcotraficantes, quienes no escatiman esfuerzos ni recursos para
promover el incremento del volumen de producción de coca y nuevas
zonas de cultivo, pues el cultivo de coca no está penado en el Perú,
convirtiéndose en delito a partir de la elaboración de drogas cocaínicas,
que la ley peruana sanciona drásticamente. El cultivo de amapola del
opio a diferencia del cultivo de coca sí está penado en el Perú. Las leyes
son muy severas para los que se dedican a cultivar amapola con fines
ilícitos, principalmente para no alcanzar los niveles a los que ha llegado el
cultivo de coca y por el riesgo que representa esta actividad para la
estabilidad social y económica del país y especialmente de las
poblaciones que viven en los valles productores porque sus posibilidades
de desarrollo son escasas.

2.2. PRODUCCION DE DROGAS


La producción de drogas cocaínicas ha convertido al Perú en uno de los
países con mayor actividad cocalera, donde los cultivos de coca se ha
convertido para muchos agricultores en el principal medio de subsistencia
y peor aún, muchos de ellos se han involucrado en el procesamiento y
comercialización de las drogas que producen, con el propósito de
incrementar sus ganancias ante las variaciones del precio de la hoja de
coca. La amapola del opio también se está cultivando en el Perú, aunque
esta actividad no está generalizada como la coca, constituye una
verdadera amenaza para el desarrollo de los valles donde se desarrolla
esta ilegal actividad, así como para el país en general por la presencia
del narcotráfico y sus nocivas secuelas.
- Producción de coca: Dimensionar los rendimientos de producción de
hoja de coca por hectárea permite estimar el volumen de producción
nacional y conocer con mayor exactitud los volúmenes de producción
y oferta de las drogas, principalmente PBC y clorhidrato de cocaína;
para así poder diseñar estrategias y contrarrestar esta problemática. El
volumen de producción de coca está directamente vinculado con la
superficie cultivada y el rendimiento que se obtiene de ésta. En el Perú
existen diversos factores que determinan el rendimiento de hoja de
coca por hectárea, como por ejemplo la altitud del terreno, la calidad
del suelo, el clima, el uso de agroquímicos, calidad y variedad de
plantas, el manejo del cultivo; entre otros factores. La combinación de
dichos La producción de coca se incrementa a medida que las plantas
alcanzan su máximo desarrollo, principalmente dentro del primer año
de establecido el cultivo, llegando a obtenerse 4 cosechas por año. Al
analizar los rendimientos del cultivo de coca, se puede apreciar que el
VRAEM (Valle del Río Apurímac –Ene y Mantaro) registra los mayores
rendimientos, alcanzando 3,6 TM/Ha anualmente, mientras que los
menores rendimientos se registran en los valles con poca superficie de
coca cultivada como Alto Chicama, Marañon-Putumayo-Bajo
Amazonas y La Convención y Lares cuyos rendimientos oscilan entre
0,8 a 1,5 TM/Ha al año. El rendimiento promedio del cultivo de coca
fue de 2,3 TM/Ha para el 2014, lo que representó una producción de
100,840 TM de hoja de coca seca al sol, registrando una baja del
16.8% respecto al 2013.
Como se puede apreciar, la demanda de hoja de coca para consumo
tradicional permanecerá en alrededor de 9,000 TM al año, equivalente
a 6,676 has; es decir, que el 2014 el consumo tradicional representó el
8.9% de la producción total, incluyendo la producción de ENACO de
bolsitas filtrantes de mate de coca, cocaína al 92.0% de pureza para
uso farmacéutico y extracto descocainizado para la producción
mundial de bebidas gaseosas. Lo que queda evidenciado es que el
91.1% de la producción de hoja de coca es destinada potencialmente
al narcotráfico para la producción de drogas cocaínicas.
- Producción de látex de opio y derivados La principal atracción del
cultivo de amapola y la extracción del látex de opio para los
campesinos, radica principalmente en el aspecto económico. Cabe
señalar que de 1 hectárea de amapola se obtienen 8 kilos de látex de
opio; de 10 kilos de látex de opio se obtiene 1 kilo de morfina, y de 1
kilo de morfina se consigue 1 kilo de heroína. A diferencia de lo que
ocurre en el caso del procesamiento de coca para la elaboración de
drogas, el látex de opio requiere una menor cantidad de insumos
químicos para llegar a las formas consumibles. El gráfico 2.3 presenta
de manera esquemática el procesamiento del opio hasta llegar a sus
productos finales y el gráfico 2.4 muestra las proporciones de
precursores químicos que intervienen en este proceso. Las rutas de
ingreso al Perú de los insumos para la transformación del látex de opio
en morfina son: a) del Ecuador: a través de los ríos Napo y Pastaza
hasta la selva peruana; b) de Colombia: por el río Putumayo; y c) de
Brasil: a través de los ríos Amazonas, Yaraví y Madre de Dios.

2.3. NARCOTRAFICO EN EL PERÚ


El tráfico ilícito de drogas en el Perú, constituye una seria amenaza para
el país. Afecta negativamente no sólo la seguridad, sino la salud de las
personas, incrementa los niveles de violencia e inseguridad y se infiltra
en diversos niveles de la sociedad peruana, incluido el ámbito político. El
tráfico ilícito de drogas ha afectado en el Perú, la gobernabilidad, el
Estado de Derecho, la seguridad democrática por su alianza con la
subversión y ha generado una situación de corrupción institucionalizada.
El narcotráfico como actividad altamente lucrativa ha logrado permear
gravemente instituciones claves del Estado que debieran estar a cargo de
su control y desarticulación, lo que ha facilitado durante varios años, la
reducida cantidad de derivados cocaínicos incautados y ha facilitado el
tráfico de insumos químicos, pese a la existencia de lineamientos para su
control. Por otro lado, ha motivado la inactividad respecto a la colocación
de garitas móviles que pudieron haber sido ubicadas en zonas
estratégicas claramente identificadas. Así como la inexistencia de
capturas de jefes de organizaciones peruanas o internacionales de
narcotráfico o su pronta liberación en casos de haber sido detenidos. De
igual manera, la inoperatividad en el uso de alta tecnología para enfrentar
las actividades relacionadas con la cadena de las drogas. El narcotráfico
ha aumentado su capacidad de penetrar y se ha insertado e instituciones
del Estado, para promover que este intervenga lo menos posible en las
actividades vinculadas con la lucha contra el narcotráfico y ha favorecido
que esta problemática (y las asociadas a esta) se sostenga en el tiempo.
El narcotráfico ha tenido también importantes impactos en la vida familiar
de un importante número de población, por el involucramiento de alguno
de sus miembros, en algún aspecto de la cadena de las drogas. Al ser el
narcotráfico una actividad que demanda gran cantidad de mano de obra,
involucra con facilidad a campesinos de zonas productoras de coca;
ejerce además presión sobre zonas vecinas por esta misma demanda,
incrementando el flujo migratorio hacia las zonas cocaleras. Siendo
además que quienes se involucran en actividades relacionadas con las
drogas son los más pobres del país y el jornal diario supera lo pagado a
nivel local, ha logrado captar a una importante población. Es importante
señalar, la gran cantidad de adolescentes y jóvenes involucrados en esta
cadena como mochileros, por ejemplo, y la gran cantidad de hombres y
mujeres como “burriers”*. DEVIDA y el Poder Judicial reportan que la
población penal por TID (Tráfico Ilícito de Drogas) se duplicó en los
últimos 7 años. El número de encausados por delito de TID en el Poder
Judicial, pasó de 11,065 personas, en el 2010, a 19,700 personas, en el
2012, lo que equivale a un incremento de 78%. Asimismo, el número de
sentenciados pasó de 4,652 a 5,157 personas en el mismo periodo de
tiempo, es decir, creció en 10.9%, según cifras reportadas por la
Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas. Otro aspecto
relacionado con el narcotráfico es el tema del lavado de activos que
recicla grandes cantidades de dinero provenientes de transacciones
ilícitas para insertarlas en la economía legal. El cual ha generado una
serie de distorsiones en la economía del país, al existir excesos de
liquidez en el sistema financiero. Esta disponibilidad de dinero tuvo
impactos también muy importantes en la corrupción evidenciada en los
sistemas jurídicos y políticos.
En los últimos años además, la situación de narcotráfico se ha agravado
con la presencia de nuevas firmas de carteles nacionales e
internacionales. Vulnerando aún más la situación de inseguridad que se
vive en el país. Afectando no sólo la seguridad en los valles cocaleros,
sino en las ciudades de la costa, con situaciones de violencia extrema
asociados a tráfico de drogas, las que son reportadas diariamente en los
medios de comunicación del país. En el Perú diversos carteles
internacionales desarrollan ya sus actividades ilícitas, asociados con
bandas originadas en países de la región y/o con conexiones europeas,
asiáticas, entre otras. Aunque como se menciona antes, son evidentes
los esfuerzos para combatir el tráfico ilícito de drogas y se han alcanzado
logros importantes. Sin embargo, estos esfuerzos aún son insuficientes
para frenar su avance. Se requieren mayores esfuerzos articulados de
parte de todos los sectores, se requieren además, sanciones ejemplares
(y no sólo destitución en el cargo) para aquellos que representan al
Estado y se involucran con el narcotráfico. Se requieren también
acciones que formen parte de una política educativa que promueva una
sociedad basada en la ética, los valores y en el trabajo digo y sostenible
por parte de sus ciudadanos.

2.4. LUCHA CONTRA LAS DROGAS


2.4.1. LEGISLACION
El Perú cuenta con una copiosa normativa en materia penal con la
finalidad de hacer frente al problema de las drogas legales e
ilegales, y en el caso de estas últimas, se aborda aspectos
relacionados con la producción, transformación, tráfico y consumo,
en especial de las drogas que son elaboradas a partir de la hoja
de coca. Existe normativa penal para tipificar los delitos
relacionados al TID y otros conexos; normativa procesal para
llevar a cabo la investigación juicio y sentencia de las personas
procesadas por este tipo de delitos; y normativa en materia de
ejecución penal, relacionada al tratamiento penitenciario de las
personas procesadas y condenadas. A continuación, se detallan
los diferentes dispositivos legales y reformas legislativas
promulgados hasta la fecha, relacionados con las drogas legales o
sociales e ilegales.
2.4.2. LEGISLACION SOBRE DROGAS LEGALES
La comercialización y consumo de las bebidas alcohólicas y
tabaco (consideradas drogas legales o sociales) se encuentran
normadas y reguladas por el ordenamiento jurídico.
- LEGISLACIÓN SOBRE DROGAS ILEGALES EL TRÁFICO
ILÍCITO DE DROGAS: El Tráfico Ilícito de Drogas (TID),
representa en la actualidad, la mayor amenaza para la
estabilidad política, económica y social del país. Frente a esta
grave amenaza, el gobierno del Perú ha venido promulgando e
implementando un conjunto de normas jurídico penales
destinadas a combatir el problema de la producción, tráfico,
consumo y demás delitos que forman parte del narcotráfico.
Desde la dación del Código Penal de 1991, el Perú inició una
nueva etapa en cuanto a normatividad penal dirigida a reprimir
el TID, recogiendo los lineamientos establecidos en los
instrumentos internacionales que sirven de base para la
tipificación, sanción y prevención de los delitos de narcotráfico
y conexos. La tabla 4.3 presenta un breve recuento de los
dispositivos legales más importantes sobre la materia.

Es así que, toda esta copiosa normativa en materia penal


apunta a combatir la amenaza a la seguridad interna de
nuestro país, que es generado por el delito de narcotráfico. En
esta línea, a través de la tabla 4.4, se describe las actuales
sanciones penales que se encuentran vigentes y establecidas
en el artículo 297º, 278º y 299º del Código Penal de 1991,
respecto a las Drogas Ilegales.
- LEGISLACIÓN SOBRE INSUMOS QUÍMICOS FISCALIZADOS:
Dentro de las estrategias empleadas para hacer frente al
narcotráfico, se incluye normas orientadas hacia el control y
fiscalización de insumos químicos y productos afines, con la
finalidad de frenar la elaboración de los productos derivados de
la coca. La tabla 4.5 detalla las principales normas sobre la
materia en el marco legal peruano:

Con la dación de estas medidas legales se busca disminuir el


desvío y uso de los insumos químicos en la lucha contra el
narcotráfico. Por lo que su control en el transporte y
comercialización contribuyen a evitar la elaboración de drogas
ilícitas.

- LEGISLACIÓN SOBRE EL LAVADO DE ACTIVOS: El delito de


lavado de activos, lavado de dinero o legitimación de capitales
está referido al proceso mediante el cual el dinero, bienes y
ganancias ilegales, pretenden legalizarse a través del sistema
financiero, bursátil, comercial o por otros medios, con la finalidad
de evitar su detección y decomiso. La tabla 4.6 detalla las
principales normas sobre la materia:
- OTRAS NORMAS LEGALES SALUD MENTAL DE LAS
PERSONAS: A partir del año 2011 se vienen aprobando normas
legales referidas a la salud mental, en especial aquellas
destinadas a la atención y tratamiento de personas con
dependencia a sustancias psicoactivas; a continuación se
detallan alguna de ellas en la siguiente tabla:

2.5. ORGANIZACIONES INVOLUCRADAS EN EL AFRONTE DEL


PROBLEMA DE LAS DROGAS
Las organizaciones públicas y privadas involucradas en el afronte del
problema de las drogas en el Perú, sustentan su accionar, de primera
intención, en disposiciones legales existentes a nivel penal,
administrativo, civil y municipal. CEDRO articula, coordina y desarrolla
acciones con ellas para la consecución de sus objetivos. Entre estos
aliados, se incluyen:
2.5.1. ORGANIZACIONES CIVILES CON ÉNFASIS EN EL
TRATAMIENTO
Son organizaciones forjadas por iniciativa privada, especialmente
en el área preventiva y de rehabilitación. Aunque son pocas las
especializadas en el tema, existen un buen número cuyas
acciones involucra directa o indirectamente el afronte al problema
de las drogas, como un complemento a las acciones estatales.
Con ellos, CEDRO, a través de su servicio de Lugar de Escucha,
atiende a través de la derivación oportuna, a la población que
requiere atención pormenorizada, tratamiento ambulatorio o
internamiento relacionado al abuso de sustancias y otras
adicciones.
Aquí se destaca la Red de Comunidades Terapéuticas,
conformada por varias organizaciones que brindan servicios de
abordaje, internamiento y tratamiento de drogodependencias y
adicciones. Estas organizaciones son capacitadas de manera
periódica por CEDRO y otras instituciones de salud mental.
2.5.2. ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES
De las instituciones de carácter civil constituidas, muchas de ellas
como ONGs, presentes en el Perú que estudian y generan
propuestas acerca de la lucha contra las drogas, CEDRO
representa hasta el momento la única entidad propiamente
especializada y que cuenta con más de 28 años de experiencia.
Sin embargo, existen otras organizaciones que trabajan estos
temas conjuntamente con CEDRO, algunas son:
- Agencia adventista para el Desarrollo y Recursos Asistenciales
(ADRA).
- Asociación Kallpa.
- Asociación Psiquiátrica Peruana.
- CARE Perú.
- Centro de Conservación, Investigación y Manejo de Áreas
Naturales (CIMA).
- Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES).
- Centro de Estudios de Problemas Económicos y Sociales de la
Juventud (CEPESJU).
- Asociación de Comunidades Terapéuticas.
- Red de Comunidades Terapéuticas.
- Alcohólicos Anónimos.
- Narcóticos Anónimos.
- Centro de Estudios y Asesoría en Conductas de Riesgo Social
y Promoción del Desarrollo Integral.
- Comisión Nacional de Lucha Antitabáquica (COLAT).
- Instituto de Educación y Salud (IES).
- Servicios Educativos y Propuesta Social (SUMBI).
2.5.3. ORGANIZACIONES DE BASE SOCIAL
En los diferentes proyectos e intervenciones de CEDRO, se busca
trabajar con los diferentes actores sociales locales, en particular
aquellas organizaciones de base social tales como clubes de
madres, vasos de leche, centros comunales, comités de vigilancia,
juntas vecinales, centros poblados, asociaciones de productores,
gremios, sindicatos, etc. La forma de trabajo con ellos es
participativa: se realiza un diagnóstico social comunitario acerca
de las diferentes problemáticas locales, y se determinan los
intereses, posiciones y fortalezas de cada uno de los actores en
pos de incorporarlos convenientemente en las intervenciones, con
una lógica inclusiva, de negociación, de promoción de sinergias y
una cultura de ganar-ganar.
2.5.4. ORGANIZACIONES GUBERNAMENTALES
El Estado adopta acciones en los 3 ejes de la Estrategia Nacional
de Lucha contra las Drogas, no sólo implementado entidades
especializadas sino también otorgando atribuciones a ciertas
órganos del aparato estatal.
- ÓRGANOS DE GOBIERNO CENTRAL
Aunque el abordaje del problema de las drogas en los 3 ejes de
la Estrategia Nacional es multisectorial, el Estado distribuye sus
competencias a diferentes órganos del aparato estatal,
otorgando especialización para cada uno de ellos:
 Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas
(DEVIDA).
 Comisión de Defensa Orden Interno, Inteligencia, Desarrollo
Alternativo y Lucha Contra las Drogas del Congreso de la
República.
 Dirección de Insumos y Productos Químicos Fiscalizados
del Ministerio de la Producción.
 Dirección General de Medicamentos, insumos y drogas del
Ministerio de Salud y Dirección de Salud Mental.
 Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración
Tributaria (SUNAT).
 SBS (Unidad de Inteligencia Financiera).
 Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
 Ministerio del Ambiente.
 Oficina Ejecutiva del Control de Drogas del Ministerio del
Interior.
 Unidad de Inteligencia Financiera del Ministerio de Justicia.
 Dirección de Control de Drogas de la Dirección General para
Asuntos Multilaterales y Globales del Ministerio de
Relaciones Exteriores.
 Ministerio de Defensa.
 Dirección Antidrogas de la Policía Nacional (DIRANDRO)
 Ministerio del Interior.
 Dirección de Tutoría y Orientación Educativa del Ministerio
de Educación.
 Dirección Nacional de Inteligencia de la Presidencia del
Consejo de Ministros.
 Instituto Nacional de Salud Mental 'Honorio Delgado
 Hideyo Noguchi'.
 Hospital Víctor Larco Herrera.
 Hospital Hermilio Valdizán.
 Observatorio Peruano de Drogas.
- ÓRGANOS DE GOBIERNO REGIONAL, PROVINCIAL,
DISTRITAL Y CENTRAL (SECTORES)
Muchos de los planes operativos de los gobiernos locales
incorporan acciones preventivas del consumo y micro-comercio
de drogas. En otros casos se implementan nuevas
dependencias para reunir todos sus esfuerzos al
enfrentamiento de esta problemática.
CEDRO participa activamente de acciones conjuntas, así como
desarrolla asesorías de trabajo, incidencia política y
fortalecimiento de capacidades en temáticas relacionadas a la
prevención del consumo de drogas y la promoción de estilos de
vida saludable para la comunidad en coordinación con órganos
de gobierno regional, provincial, distrital, así como son
dependencias sectoriales en esos mismos niveles, participando
de mesas de diálogo, mesas de trabajo, colectivos
multisectoriales de origen público y privado, entre otros
espacios de articulación y coordinación.

2.6. PREVENCIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS EN EL PERÚ


La prevención está relacionada con la idea de anticipación de medidas
para poder evitar un problema determinado. En el caso de la prevención
del consumo de drogas se trata de reducir o eliminar al máximo la
aparición de problemas relacionados con el uso de drogas y
especialmente la instalación de la adicción. Esta última situación es
especialmente posible teniendo en cuenta que las drogas psicoactivas
tienen un componente activo que ocasiona modificaciones en el cerebro
del usuario, que lo puede llevar a una dependencia a las drogas, tanto
legales como ilegales.
Esta característica de las drogas, conjuntamente con las de tolerancia
(aumento de cantidad de consumo de drogas para tener el mismo efecto
inicial) y síndrome de abstinencia (conjunto de síntomas molestos que se
presentan al dejar de consumir drogas), así como las consecuencias que
ocasionan las drogas en el organismo, son conceptos científicos claves.
En contraposición con los muy difundidos “mitos” (creencias falsas), que
distorsionan el verdadero efecto negativo de las drogas y la percepción
de daño que tienen los jóvenes en relación al perjuicio que ocasionan en
el organismo.
Visibilizar la percepción del daño es una gran tarea en la prevención del
consumo en jóvenes, ya que al subestimar los efectos negativos del
consumo de drogas, aumenta la probabilidad de su consumo y de la
presencia de problemas de abuso. Es importante que los jóvenes tengan
claro el riesgo al que están expuestos, con posibles daños en la salud e
inclusive en la vida, al consumir drogas, para que así puedan asumir una
actitud responsable en la reducción de este riesgo.
Se debe tener en cuenta que la información que se brinde a los jóvenes,
contenga datos apreciables para ellos, tales como los efectos a corto
plazo; ya que los jóvenes ven los efectos a largo plazo, como muy lejanos
e inalcanzables.
Otra información relevante son los efectos sociales, como la presentación
de conductas ridículas ocasionadas por el alcohol; el descontrol de la
agresividad por efecto de la cocaína; e incluidos los efectos cosméticos,
como el color amarillento de los dientes, el mal aliento o la sequedad de
la piel, ocasionados por el tabaco. Este enfoque informativo, que se usó
en un primer momento del trabajo preventivo, no ha sido ni es suficiente
por sí mismo para disuadir a las personas del consumo de drogas. Es así
que se han ido añadiendo otros elementos, haciendo que los programas
preventivos puedan ser más efectivos.
El enfoque afectivo, que desarrolla sentimientos de la valía propia, es
decir de la autoestima, también ha sido usado en los programas
preventivos, aunque los resultados han mostrado que tiene una baja
correlación con la eficacia de los mismos.
El enfoque psicosocial, modelo que parece más prometedor para la
prevención del consumo de drogas, considera que los jóvenes consumen
drogas debido a la presiones de los pares, de la familia, los medios de
comunicación; también debido a las presiones internas que cada uno
tiene. Para contrarrestar esto se desarrollan las Habilidades para la Vida,
entre las cuales se encuentran las habilidades sociales, como son la
asertividad, las habilidades para la comunicación y las habilidades para la
resistencia a la presión de los pares, también llamadas habilidades para
el rechazo. Por medio de estas habilidades los jóvenes adquieren la
posibilidad de rechazar el ofrecimiento de drogas, de resistir la presión
del consumo y de mantener esta decisión.
Las habilidades para la vida consideran también las habilidades para la
toma de decisiones, en la idea de que aportan habilidades para la toma
de decisiones racionales y el manejo de situaciones problemáticas, como
es el consumo de drogas.
Los programas preventivos que incluyen una orientación hacia el
establecimiento de metas y la consecución de logros y sueños de los
jóvenes, los anima a ser productivos y a ir dando sentido a sus vidas. Un
sentido con valor para sí mismos y/o para los demás, que no está en
concordancia con el consumo de drogas que causa daño y atenta contra
su integridad física, mental y social. Además los coloca como
responsables de sí mismos, de sus decisiones, adquiriendo un valor
trascendente, en medio de la evolución de los jóvenes que aún no tienen
su desarrollo neuronal completo ni plenamente vigentes sus habilidades
para desplegar un buen criterio para la toma de decisiones y determinar
más precisamente los riesgos del consumo de drogas.
Por otro lado sabemos que el joven como tal, tiene una serie de factores
de riesgo, que lo hacen más vulnerable al consumo. Por un lado está su
difícil mundo interno, con una búsqueda de su identidad, con su
narcisismo desbordante, su gran curiosidad por experimentar el mundo y
lo que se encuentra a su alrededor, y la gran exigencia que tienen de
madurar. Aspectos que tienen que atenuarse para sacarles el sello de
riesgo.
También está el difícil mundo externo que enfrenta el joven, con riesgos
presentes en el contexto familiar, social, comunitario o escolar. Factores
de riesgos que incentivan el individualismo, el placer, la carencia de
valores de creación (prestar un servicio al mundo), de valores de
experiencia (tener un compromiso con otros) y de valores de actitud
(hacerse responsable de uno mismo). Las familias que en vez de ser
protectoras se colocan como facilitadoras del consumo, con su falta de
protección, afecto, acompañamiento, supervisión o límites, o también
siendo modelos de consumo de drogas, ya sean legales o ilegales.
En general, la idea es actuar sobre todos estos factores de riesgo para
disminuir la vulnerabilidad de los jóvenes, pero es conveniente trabajar
con los factores de protección, que atenúan o neutralizan el impacto del
riesgo. Por ejemplo, se puede fortalecer el vínculo estrecho que tiene un
profesor con un adolescente y cuyo padre está ausente, para que tenga
un soporte emocional y mediatice esta ausencia. Y así se trabaja
diferentes factores de riesgo y protección que sean relevantes a cada
joven.
Otro elemento clave en los programas preventivos es la promoción de la
salud y los estilos de vida saludables, que promueven alternativas sanas
para los jóvenes para mantener su salud física, mental y social, incluida
la espiritual. Es aquí donde están presentes los deseos de superación y
trascendencia más allá de la orientación religiosa. Se hace hincapié en el
desarrollo de la persona y lo que la caracteriza como ser humano, es
decir su capacidad de decisión en libertad y con un compromiso de valor
para sí misma o para los que la rodean. Estos estilos de vida tienen que
ver con actividades de cuidado de la salud integral que aporten al
bienestar personal y colectivo.
Incluir estos elementos en un programa preventivo constituye el Enfoque
Integral; cuantos más elementos se aborden, mayores serán las
posibilidades de eficacia en los resultados de prevenir el consumo de
drogas en los jóvenes.
Cabe resaltar que planificar un programa preventivo exigirá tener en
cuenta el tipo de población, con sus especificidades de sexo, edad,
cultura. Ya que existe una diferencia al planificar un programa para un
grupo de niños de 4 a 6 años o de 8 a 11 años, que tener como
beneficiarios a adolescentes. Igualmente se tiene que considerar que las
variables serán diferentes cuando se aborden a poblaciones que viven en
la selva, sierra o costa o en las áreas urbanas y rurales. Además se usará
un tipo de enfoque preventivo, según el tipo de riesgo que tengan los
diferentes grupos poblacionales:
Al tener en cuenta estas consideraciones de la prevención integral se
puede intervenir en los diferentes ámbitos de la sociedad, es decir
planificar programas preventivos para el medio escolar, laboral, familiar o
comunitario.
Cada ámbito tiene elementos comunes de trabajo, así como elementos
particulares que abordar. Los comunes tienen que ver con el brindar
información, fortalecer factores de protección, disminuir los de riesgo y
promover estilos de vida saludables. Los específicos tienen que ver:
- En el caso de la escuela, con fortalecer las habilidades para la vida en
sus alumnos; capacitar a sus profesores en la planificación e
implementación de programas preventivos, entre otros.
- En el caso del medio laboral las especificidades tienen que ver con el
afrontamiento y manejo del estrés, así como la orientación y apoyo a los
trabajadores.
- En el ámbito comunitario, el relieve está en la movilización comunitaria y
el establecimiento de redes entre autoridades, e instituciones públicas y
privadas de la comunidad.
- En el ámbito familiar es básico fortalecer la comunicación, autonomía e
integración familiar, así como la forma de establecer la disciplina y los
límites en la crianza de los hijos.
Para finalizar es necesario indicar que la prevención no es una tarea fácil,
pero es un deber realizarla para evitar posibles complicaciones en la
salud de las personas y darles oportunidades de disfrutar una vida plena
y mejor.

2.7. TRATAMIENTO Y REHABILITACIÓN


Es conocido que el abuso y la dependencia a sustancias generan
problemas sociales y de salud graves, generalizados y costosos. Más allá
de la concepción personalizada que se pueda tener de las conductas
adictivas (delito, mala costumbre, pecado, o enfermedad), la sociedad
tiene derecho a esperar que una política pública o un planteamiento
eficaz para abordar el problema de las drogas, sirva para disminuir la
delincuencia, el desempleo, la disfunción de las familias y las alternativas
de tratamiento que en países como el Perú son escasos,
desproporcionados y focalizados en varones adultos (OEA, 2013;
UNODC, 2003).
Si bien la ciencia ha hecho grandes progresos en los últimos años, aún
no se pueden explicar completamente los procesos fisiológicos,
psicológicos y conductuales que transforman el consumo voluntario y
controlado del alcohol o de otras drogas en un comportamiento adictivo e
incontrolable, para lo cual todavía no existe un tratamiento que revierta y
controle totalmente la capacidad de control frente a la droga.
Los ensayos clínicos controlados y los estudios de campo a gran escala
han demostrado mejorías significativas a nivel estadístico y clínico en lo
que respecta al consumo de drogas y a los problemas sanitarios y
sociales en las personas tratadas. Como consecuencia de ello, se ha
observado en no pocos casos reducciones importantes de los problemas
sociales y de los costos para la sociedad (UNODC, 2003).
Investigaciones realizadas en esta primera década del milenio dan cuenta
que en el estado actual de los conocimientos de la conducta adictiva a las
drogas, es necesario considerar a la dependencia a sustancias como
trastorno crónico recurrente. Hay coincidencias en el hecho que no todos
los casos de dependencia son crónicos dado que algunos con
diagnóstico de dependencia logran recuperarse satisfactoriamente.
Si consideramos nuestra realidad, lo cierto es que las personas
involucradas en la enfermedad adictiva al alcohol, tabaco y a las drogas
cocaínicas, registran múltiples recaídas después del tratamiento y se ha
asumido que la vulnerabilidad a las recaídas es permanente a lo largo de
toda la vida. Al momento actual es imposible predecir en qué plazo de
tiempo una estrategia de cuidados y tratamiento puede dar lugar a la
remisión completa de la enfermedad
Ahora bien, la UNODC (2003) y algunos estudios de meta-análisis, como
los de Simpson y Joe (2004), Chanhatasilpa et al. (2000) y Zlotnick et al.
(2009) respecto a eficacia de los diversos modelos de tratamiento en la
dependencia a sustancias son categóricos en cuanto a los siguientes
puntos:
 La educación por sí sola no corrige la adicción. No se trata
simplemente de un problema de falta de conocimientos.
 Las consecuencias negativas del abuso de alcohol y drogas (resaca,
pérdida del trabajo, detención, accidentes, etc.) pueden ser poderosos
estímulos de motivación para el tratamiento.
 En el caso de adictos infractores de la ley, muy pocos dependientes de
uno y otro sexo logran beneficiarse de un planteamiento de tipo
correctivo por sí solo. Los estudios en todas las formas de intervención
de justicia penal confirman que las tasas de recaída bordean el 70%.
 El tratamiento en dependencia a sustancias va mucho más allá de la
desintoxicación o el abordaje exclusivamente médico. No se trata de
que la persona se desintoxique o elimine las drogas del organismo. Se
sabe que las tasas de recaída después de los tratamientos solo de
desintoxicación son casi las mismas que después del
encarcelamiento.
 Los mejores resultados del tratamiento para el abuso de drogas tienen
que ver con una combinación de terapia ambulatoria, medicación y
seguimiento psicológico y socio familiares continuados con objeto de
obtener los máximos beneficios posibles y mantenerlos.

En lo que respecta a la terapia farmacológica, en recientes


investigaciones se han probado ciertos medicamentos que han resultado
prometedores en el tratamiento de la dependencia al alcohol, la nicotina y
los opiáceos. En el caso de las drogas cocaínicas, también se han
probado gran cantidad de medicamentos para tratar la sobredosis, la
toxicidad, el craving, el bloqueo de la euforia, o aquellos que buscan la
disminución de los síntomas de la abstinencia o efectos aversivos. Sin
embargo, no hay hasta hoy fármacos específicos indiscutibles para
ninguna de estas indicaciones (UNODC, 2013; Volkow et al., 2006)
En el Perú, las alternativas que se brindan a la población afectada por los
problemas asociados al abuso y la dependencia a sustancias se presenta
segmentada y fragmentada. En efecto, la oferta de tratamiento se ha
desarrollado casi margen del sector público, en una red asistencial
privada, integrada principalmente por establecimientos o unidades no
integradas, a cargo de particulares o de organizaciones de tipo
comunitario, donde tienen gran relevancia las asociaciones de carácter
religioso.
En varios centros informales aún continúan las denuncias sobre violación
de los derechos humanos de los usuarios, situación que genera varias
preguntas, incluyendo una que alcanza a la Ley que regula el
establecimiento y ejercicio de los centros de atención para dependientes
que operan bajo la modalidad de comunidad terapéutica, Ley 29765. No
hay que olvidar que en el año 2012 en Lima fallecieron 35 internos en un
incendio en dos centros, donde el hacinamiento y la falta de criterios
mínimos de calidad de atención eran evidentes indicaciones en la salud
de las personas y darles oportunidades de disfrutar una vida plena y
mejor.
La realidad del tratamiento de las adicciones en el Perú tiene las
siguientes características:
 Subsisten algunos obstáculos importantes en la accesibilidad y en la
prestación de servicios en casos de abuso y dependencia a
sustancias.
 Persiste la tendencia al tratamiento involuntario sin un procedimiento
legal de pacientes afectados por la enfermedad adictiva.
 En algunos programas se prohíbe el acceso a visitantes o la
participación de la familia, incurriendo, de esa manera, en una falta
respecto a derechos fundamentales de los pacientes.
 Varios de los centros de tratamiento en nuestro medio se prestan sin
la supervisión clínica básica (medicina general, psicología y socio-
familiar), sin contar con los estándares mínimos de atención o las
medidas de seguimiento y evaluación, que garanticen su
cumplimiento.
 En nuestro medio el costo del tratamiento por lo general debe ser
cubierto directamente por el paciente o familiares. Representando
ello un gran obstáculo en cuanto a la accesibilidad a la mayoría de
los pacientes dependientes de sustancias, quienes mayoritariamente
no cuentan con seguro de salud y son de recursos económicos
bajos.
 Hay un segmento de personas con enfermedad adictiva sin hogar y
otros grupos marginados, que no tienen acceso al tratamiento.
CONCLUSIONES

- El consumo de drogas legales (Alcohol y Tabaco) ha disminuido


sostenidamente en la última década especialmente en el caso del tabaco.
- Los indicadores de consumo de drogas ilegales evaluados a través de los años
nos presentan un panorama estable como dato global, lo que se condice con la
actual tendencia mundial.
- Si bien hay espacios territoriales donde se registra incremento del consumo, en
el análisis de país los indicadores no han sufrido un incremento. Parte del
análisis debe considerar que la tendencia nacional se ve fuertemente
influenciada por la tendencia presentada en las grandes zonas urbanas en
especial Lima, la capital.
- La marihuana sigue siendo la sustancia ilegal de mayor consumo en el territorio
nacional, seguida por las drogas cocaínicas.
- La oferta pública de atención sanitaria por problemas de abuso o dependencia
a drogas se ha incrementado en los últimos años, quedando aún brechas que
cubrir en espacial en lo que se refiere a tratamiento con internamiento.
- La principal sustancia reportada en las demandas de atención en los
establecimientos de salud, es el alcohol que representa más de la mitad de los
casos atendidos, seguido por la marihuana que actualmente representa la
quinta parte de las atenciones.
- El micro comercio de drogas sigue siendo un problema actual siendo, dentro
del conjunto del TID, el delito asociado a drogas más común.
- En los últimos años los gobiernos municipales han identificado al consumo o
tráfico de drogas en sus localidades como un problema que hay que enfrentar.
El 70% de municipalidades reconocen esta problemática instalada en su
ámbito.
- En los últimos años el trabajo realizado por la Policía Nacional respecto de la
problemática de violencia contra la mujer ha evidenciado un incremento en las
denuncias de estos casos, La estadística reporta que un tercio de las
denuncias tienen como factor asociado el consumo de drogas, especialmente
el alcohol. Los municipios reportan haber realizado acciones de prevención del
consumo de drogas, sin embargo de manera articulada a comités
multisectoriales solo lo reportan un 20% de los municipios.
- Aproximadamente 10 mil accidentes de tránsito cuya causa está vinculada al
consumo de alcohol del conductor se producen anualmente.
BIBLIOGRAFÍA

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Biologicos y Sociales. Buenos Aires: Aique.

- J. Pinel, J. P. (2009). Biopsicología. Madrid: Pearson.

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- Solis Espinoza, A. (1997). Criminología - Panorama Contemporaneo. Lima:


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e_las_Drogas.última%20ver.pdf
ANEXOS:

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