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ENSAYO SOBRE LA DECLARACIÓN DE RÍO SOBRE MEDIO AMBIENTE Y

DESARROLLO DE 1992

ANDRÉS FELIPE ORDÓÑEZ

SEBASTIAN PAREDES

LEIDY CATHERINE CORTÉS

UNIVERSIDAD DEL CAUCA


FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES
GEOGRAFÍA DEL DESARROLLO REGIONAL Y AMBIENTAL
EDUCACIÓN AMBIENTAL
POPAYÁN
2018
La conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
fue una de las Cumbres de la Tierra organizadas por la ONU, celebrada en Río de
Janeiro en Brasil del 3 al 14 de junio de 1992, reunió a 125 llamados Jefes de
Estado y de Gobierno y a 178 países con el propósito de determinar qué reformas
medioambientales era necesario emprender a largo plazo, e iniciar procesos para
su implantación y supervisión internacionales.

En esta conferencia se proclamaron 27 principios que engloban todas las


normativas para poder llevar el objetivo de la misma y ejercer el concepto del
Desarrollo Sostenible, procurando alcanzar acuerdos internacionales en los que se
respeten los intereses de todos y se protegiera la integridad del sistema ambiental
y de desarrollo mundial, reconociendo la naturaleza integral e interdependiente de
la Tierra; se debatieron soluciones para cuatro tipos de problemas medio
ambientales: la reducción de la producción de productos contaminantes o tóxicos,
la mayor utilización de energías no contaminantes y renovables, el apoyo por parte
del gobierno al transporte público, para reducir el tráfico y así la contaminación de
CO2 y de ruido y la escasez de agua potable en distintas partes del planeta, y
soluciones de como poder ahorrar la poca agua que tienen.

Además se aprobaron 5 documentos o convenios durante esta conferencia de Río


de Janeiro:

 Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo.


 La Agenda 21.
 Convenio sobre la Diversidad biológica.
 Convenio sobre el Cambio Climático.
 Declaración de Principios sobre los Bosques.

En nuestro caso de interés, la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y


Desarrollo también conocida como “Carta de la Tierra” es una especie de
Constitución ambiental mundial que define, a partir de 27 principios básicos, los
derechos y responsabilidades de las naciones en la búsqueda del progreso y el
bienestar de la humanidad. Insiste, sobre todo, en el desarrollo humano, la
protección de los recursos naturales, así como en la necesidad de actuar en favor
de la paz y en contra de la pobreza.

Es principios planteados en la Declaración, están relacionados con la salud, la


vivienda, la contaminación del aire, la gestión de los mares, bosques y montañas,
la desertificación, la gestión de los recursos hídricos y el saneamiento, la gestión
de la agricultura y la gestión de residuos donde los principales actores son las
mujeres, los jóvenes y niños, los pueblos indígenas, las organizaciones no
gubernamentales, autoridades locales, sindicatos, empresas, investigadores y
agricultores.

Hasta aquí todo muy bien, pero, el verdadero inconveniente en la Declaración de


Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo está en la utilización repetida del concepto
“sostenible” dentro del desarrollo en los 27 principios planteados. Para el año
2012, se reconoció que en los 20 años trascurridos desde la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992, los avances
han sido desiguales e insuficientes, incluso, en lo que respecta al desarrollo
sostenible y la erradicación de la pobreza, lo que nos lleva a reconsiderar el origen
del problema en el mismo concepto de sostenibilidad.

Cuando se habla de este concepto, estamos haciendo referencia a un tipo de


desarrollo o crecimiento que consume los recursos naturales por debajo de la tasa
de regeneración, es decir, que la relación que existe entre el consumo humano de
un recurso determinado en un tiempo concreto y la regeneración de dicho recurso
determinado en el mismo período de tiempo.

Visto esto desde otro modo, el desarrollo sostenible se entiende simplemente


desde una perspectiva económica y egoísta como especie. Es decir, el desarrollo
sostenible, es el desarrollo humano que garantiza la supervivencia de nuestra
especie gracias a que la actividad humana no consume por completo el medio
ambiente.

Por el contrario, existe un concepto, que bajo principios similares, plantea una
solución mucho más amigable con el medio ambiente. Dicho concepto en
mención, es el concepto de desarrollo sustentable; el cual se entendería desde
una perspectiva económica, pero también ética y holística. En el caso del
desarrollo sustentable, las actividades humanas no están encaminadas
únicamente a garantizar la supervivencia de nuestra especie limitando la
explotación de los recursos naturales, sino, que el desarrollo sustentable exige
que las actividades humanas se limiten a actividades que no dañen el medio
ambiente. Esto, incluye no solo a la especie humana, sino a la totalidad del
ecosistema como conjunto. Este concepto integra al ser humano al concepto de
naturaleza.

De lo mencionado anteriormente, se deduce que el trasfondo del concepto


utilizado en la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo, es una viva
manifestación de la individualidad, egocentrista que caracteriza al hombre del
modelo occidental, generando una fractura de éste con aquello que complementa,
o sea, la natura; justificando así su comportamiento extractivista y pernicioso con
la misma.

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