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UNA REDENCIÓN APOCALÍPTICA:

INICIACIÓN Y COMPASIÓN EN APOCALYPSE NOW REDUX DE COPPOLA

Steven Brooks

(Depth Insights, número 1, otoño de 2011)

***

Vengo estudiando la mitología del cine desde hace aproximadamente veinte años, desde la primera vez
que vi a Bill Moyers entrevistar al mitólogo Joseph Campbell en PBS. En The Power of Myth, Campbell
proponía que nuestros antiguos símbolos mitológicos y religiosos están perdiendo su potencia, y que
para que sigan siendo relevantes, deben evolucionar conjuntamente con nuestra conciencia, que se
encuentra en constante cambio. Durante el transcurso de la entrevista, Moyers y Campbell examinaron
la posibilidad de encontrar símbolos mitológicos en el cine moderno, y hablaron sobre si la aventura de
Luke Skywalker en Star Wars podría ser un ejemplo futurista del “viaje del héroe” mitológico – el tema
del influyente libro de Campbell The Hero With A Thousand Faces. Habiendo crecido en un pueblo de
Nueva Inglaterra a finales del siglo XX y encontrándome con las distracciones habituales con las que se
topa un joven que trata de encontrar su camino, me parecía que nuestros antiguos mitos y textos
religiosos podrían haber sido escritos en Marte, dado lo lejos que se encontraban - tanto en el tiempo
como en el espacio - de mi conciencia. Pero la idea de que ver algunas de mis películas favoritas podría
ser más que una simple distracción temporal me resultó convincente, y con cada vez le fui dedicando
más tiempo a buscar referencias simbólicas en el cine.

Afortunadamente, existen algunos ejemplos bastante obvios de metáforas antiguas en las películas.
Había leído en alguna parte que el film de los hermanos Cohen O Brother, Where Art Thou? Estaba
basado en la Odisea de Homero, y así se indicaba en los créditos de apertura. También me resultó
interesante como George Lucas expandía la icónica trilogía de Star Wars creando una historia épica de
seis episodios sobre la caída de Anakin Skywalker en el lado oscuro y su posterior resurrección. Sabía
que tenía que ver esas películas debido a su reconocido contenido mitológico. Por otra parte, a veces
encontraba mitología cuando ni siquiera la estaba buscando.

El título de una popular película deportiva se convirtió en mucho más que una referencia a un equipo de
béisbol o incluso al tabaco de mascar del que tomó su nombre cuando vi que el “Crash Davis” encarnado
por Kevin Costner – la versión en beisbol de Teseo – mata simbólicamente al Minotauro (Tim Robbins)
en el film Bull Durham. En otra de mis películas favoritas, Bill Murray explora las ramificaciones cómicas
del Karma y la reencarnación. Más tarde supe que personas de casi todas las creencias conocidas por el
hombre encontraron referencias a su religión en Groundhog Day.

Pero acabé descubriendo que Apocalypse Now Redux es, con mucho, el ejemplo más profundo de la
visión espiritual y mitológica en el cine. Lanzada como la versión del director de Apocalypse Now en
2001, es para mí una obra maestra metafórica que merece ser reconocida no solo por el mundo del
cine, sino también por las disciplinas de la mitología y la religión comparada. Aparentemente es un
alegato contra la locura de la guerra en general, y de la Guerra de Vietnam en particular. No obstante,
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en un examen más detenido, también pude observar que en el film abundaban las referencias a al
menos tres de las grandes religiones mundiales. Gran parte de las imágenes se relacionan con las
tradiciones orientales del tantrismo hindú y su sistema de chakras, y con el budismo; pero
curiosamente, también contiene alusiones a tradiciones occidentales como la mitología griega y el
cristianismo.

A medida que me iba sintiendo atraído por el film, pensaba que el hecho de que muchas de las
imágenes simbólicas surgieran de la experiencia de un solo individuo sugería que todas se referían al
mismo proceso, independientemente de la tradición a la que pertenecieran. Francis Ford Coppola y el
coguionista John Milius habían utilizado estos diferentes símbolos para desarrollar la historia de su
protagonista, el Capitán Willard, creando así un modelo del Viaje del Héroe: la odisea espiritual y
psicológica de una evolución humana. Así fue como Apocalypse Now Redux me ayudó a ver los
paralelismos y similitudes existentes en las tradiciones religiosas de todo el mundo, y a pesar de los
violentos sucesos retratados en la película, ésta se convierte en un mensaje de compasión, que utiliza la
guerra como metáfora de una lucha interior.

Sinopsis

Apocalypse Now Redux está basada en Heart of Darkness, de Joseph Conrad, y, al igual que la novela de
Conrad, es la historia de un héroe que viaja río arriba para enfrentarse a un hombre que, según se le ha
informado, se volvió loco a causa del poder. Coppola traslada el escenario a la Guerra de Vietnam.

Willard (Martin Sheen) es un asesino del ejército cuya misión consiste en “acabar” con el coronel Kurtz
(Marlon Brando). El coronel ha desertado, ha tomado el control de un ejército de montaraces en
Camboya y está haciendo la guerra a su modo. La película narra el viaje de Willard por el río Nung, un
viaje a lo largo del cual se encontrará con la locura de la guerra en el sudeste asiático.

Dicho viaje comienza cuando Willard conoce al coronel Kilgore, el comandante de una unidad de
helicópteros obsesionado con el surf. Kilgore decide ayudar a Willard y a la tripulación de su patrullera a
cruzar la desembocadura del río porque la playa es ideal para surfear, a pesar de que está ocupada por
el enemigo. Después de pasar por esta “iniciación”, Willard viaja muy lejos rio arriba, encontrando
muchos obstáculos en su camino antes de llegar al campamento de Kurtz, donde es hecho prisionero y
confinado en un lugar donde a punto está de morir. Tras haber sido curado por Kurtz, Willard completa
finalmente su misión y deja su arma en el suelo. Los guerreros montaraces – tomándolo como su nuevo
líder – también abandonan sus armas. Mediante una voz en off, Willard declara que Kurtz se resignó a
morir y que quizás colaborase en su propio asesinato:

“Todos querían que lo hiciera. Él más que nadie. Sentí que se encontraba allá arriba esperando a que le
liberase de su dolor. Solo quería terminar como un soldado.”

Como tributo a The Hero with a Thousand Faces, he tomado prestado el esbozo que hace Joseph
Campbell sobre el viaje del héroe: partida, iniciación, apoteosis y regreso.

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Partida

Se podría decir que el río Nung es uno de los protagonistas más importantes de la película. Durante el
primer acto, Willard hace una interesante analogía al comparar el río con una “serpiente energizada”:
“Iba al peor lugar del mundo y aun no lo sabía. Largas semanas y cientos de kilómetros sobre un río que
serpenteaba a través de la guerra como un cable eléctrico… conectado directamente a Kurtz.”

Desde una perspectiva espiritual, la analogía de Willard recuerda a la serpiente tántrica, y con esto en
mente las escenas que van apareciendo a lo largo del río se abren a una interesante interpretación: una
representación simbólica de la conciencia de Willard viajando por su columna vertebral y atravesando
los diferentes chakras. La película parece estar sugiriendo que Willard y Kurtz están de alguna manera
conectados por este “cable eléctrico”, tal y como sigue diciendo Willard:

“No fue un accidente que tuviera que ser el guardián de la memoria del coronel Walter E. Kurtz... No
había forma de contar su historia sin contar la mía. Y si su historia es realmente una confesión, también
lo es entonces la mía.”

El sistema Chakra

Como señala Campbell, el sistema del Chakra hindú es un conjunto de símbolos que describen siete
centros de energía presentes en el cuerpo, comenzando con el chakra “raíz”, situado en la base de
nuestro torso. El segundo se encuentra a la altura de los órganos sexuales, el tercero en la región del
plexo solar. Continuando hacia arriba, tenemos el cuarto a la altura del corazón, el quinto en el área de
la glándula tiroides y el sexto justo encima y entre los ojos. El séptimo se encuentra cerca de la parte
superior de la cabeza.

La idea es que los individuos pueden tener su conciencia ubicada en cualquiera de estos chakras,
dependiendo de dónde se centre su energía. Cuando se enfoca en el chakra raíz, por ejemplo, la mente
se siente más interesada en las necesidades materiales del animal humano: alimento y refugio. En el
segundo y tercer chakras, la psique se centra en la sexualidad y la reproducción, y en conseguir poder
sobre el mundo. Las personas que practican el yoga Kundalini están, entre otras cosas, intentando
elevar estas energías vivificadoras por la columna vertebral para activar los chakras superiores y así
alterar la conciencia. La serpiente tántrica representa las energías que viajan por la columna
atravesando esos centros.

Esto se debe al hecho de que las personas que alcanzan el nivel del corazón comienzan a experimentar
un profundo cambio de perspectiva; mientras que antes estaban cautivados por las necesidades
materiales, ahora se sienten motivados por un sentimiento de compasión tanto hacia sí mismos como
hacia los demás. Al atravesar este nivel, las energías existentes en los chakras inferiores también pueden
transformarse en las energías de los tres superiores. Los chakras se unifican así mediante el corazón, lo
que conduce a una vida equilibrada. Este equilibrio se alcanza cuando los dos conjuntos de chakras se
reflejan unos en otros. El quinto chakra, por ejemplo, se convierte en una imagen especular del tercero.
En lugar de dirigirse al mundo para obtener poder, las energías enfocadas hacia el quinto chakra se
dirigen hacia adentro, de modo que se pueda obtener el poder de la sabiduría a través de la
contemplación. Cuando el sexto chakra se refleja en el segundo la energía sexual del amor físico puede
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también transformarse en un amor compasivo consciente, alterando la forma en que observamos el
mundo e interactuamos con él. Y en lugar de experimentar la existencia esencialmente animal del
chakra raíz, el séptimo transforma la conciencia en la de un ser iluminado y compasivo con pleno
conocimiento de la unidad de todas las cosas. De este tipo de conocimiento deriva la creencia de que si
en la existencia hay algo sagrado entonces todo es por definición sagrado, incluido uno mismo.

Iniciación

La visita guiada de Coppola a través de los centros del chakra en Apocalypse Now Redux incluye recorrer
un paisaje dominado por los tres centros inferiores antes de “cruzar” al reino del cuarto chakra.
Comenzamos en “Hau Fat”, una aldea y base militar a la que llegan Willard y su tripulación, donde la
máquina bélica estadounidense parece obsesionada con la riqueza, como si inundar la guerra con dinero
y material fuera una receta para la victoria. Motocicletas, equipos estéreo y alcohol son puestos a
disposición de los soldados para ayudarlos a olvidar su situación. En marcado contraste, se muestra a los
vietnamitas llevando una vida de subsistencia tras las puertas de la base. En el contexto del sistema
tántrico, la actitud de los militares, en este caso, simboliza una psicología obsesionada de forma egoísta
con las necesidades materiales del animal humano.

Hau Fat es también el lugar en el que tiene lugar el show de las conejitas de Playboy, que simboliza una
fijación en la sexualidad que excluye la compasión. Esta cuestión se retoma en la escena de River
Outpost, en la que Willard intercambia un valioso material - un poco de combustible diesel - por lo que
evidentemente es visto como otro producto básico: "un par de horas con las conejitas".

Me parece interesante que Coppola eligiese el puente Do Lung como una importante línea divisoria en
la película. Más allá de ese puente está Camboya, una “tierra de nadie” en la que los soldados
estadounidenses, supuestamente, no estaban autorizados a realizar operaciones. Dado el uso
caprichoso de Coppola del nombre Hau Fat (qué gordo) para representar un centro del materialismo
estadounidense en Vietnam, y su apodo para el enloquecido coronel Kilgore, tendría sentido que
empleara un dispositivo similar al nombrar el puente. Si esto es así, la llegada de Willard al puente Do
Lung podría implicar la llegada de su conciencia al tercer chakra, el que se encuentra cerca de la base de
los pulmones. Es aquí donde nos encontramos con una lucha por el poder: los estadounidenses
construyen el puente cada noche y los vietnamitas “lo vuelven a destruir”. Dejar atrás el puente es
adentrarse en lugares desconocidos…

Y, de hecho, a medida que el barco continúa río arriba ya dentro de Camboya, la tripulación comienza a
experimentar algunos sucesos bastante desconcertantes. En una parte de la película no incluida en el
lanzamiento original de Apocalypse Now pero incluida en la versión Redux en 2001, la escena que se
desarrolla en la plantación francesa revela los últimos vestigios del apego a lo material. Aquí, Coppola
nos familiariza con la ocupación colonial de Vietnam por parte de Francia antes de su derrota en Dien
Bien Phu en 1954. La escenografía es fantasmal, como si los moradores franceses de la plantación
vinieran del pasado para advertir a los estadounidenses del error que están cometiendo:

Christian: “¿Por qué los estadounidenses no aprenden de nosotros, de nuestros errores? Dios mío, con
vuestro ejército, vuestra fuerza, vuestro poder... ¡podríais ganar si quisierais!”

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Aparentemente, esta gente está atrapada en ese lugar: fantasmas que no pueden irse a casa,
gobernados por su deseo de ejercer el poder sobre la tierra que en su día ocuparon:

Willard: “¿Cuánto tiempo podéis quedaros aquí?”


Demarais: “Nos quedamos por siempre”.
Willard: “No, no, quiero decir, ¿por qué no volvéis a vuestro hogar, a Francia?”
Demarais: “Este es nuestro hogar, capitán”.

Irónicamente, con su actitud de superioridad y su apego al pasado se aferran a su responsabilidad


incluso cuando advierten a los estadounidenses:

Demarais: “Mire, capitán, cuando mi abuelo y el padre de mi tío llegaron aquí, no había nada. Nada. Los
vietnamitas no eran nada. Así que trabajamos duro, muy duro, y trajimos los árboles de caucho de
Brasil, y luego los plantamos aquí. Tomamos a los vietnamitas y trabajamos con ellos, creamos algo en
un lugar donde no había nada. Por tanto, cuando me pregunta por qué queremos quedarnos aquí,
capitán, queremos quedarnos aquí porque esto es nuestro, nos pertenece. Mantiene a nuestra familia
unida ¡Por eso luchamos! Mientras que ustedes, los estadounidenses, están luchando por la mayor nada
de la historia”.

Su actitud representa la voluntad de poder, el impulso de dominar y controlar el mundo material,


aferrándose así a la conciencia de los chakras inferiores. Ese aferramiento parece limitarlos tanto en el
mundo material como en el mundo espiritual, evitando que alcancen el nivel del corazón y la compasión
que éste brinda. La película de Coppola nos hace ver como Estados Unidos ha caído en la misma trampa
que los franceses.

Otra cuestión muy importante aparece en la escena de la plantación francesa. La viuda de un soldado
francés, Roxanne, se convierte en la amante de Willard, y durante una conversación hace un curioso
comentario que tendrá importantes implicaciones sobre el significado de los personajes de Willard y
Kurtz:

Roxanne: “Tú en realidad eres dos, ¿no lo ves? Uno que mata... y otro que ama”.

Al oír tal comentario en el contexto del sistema de los chakras, podemos imaginar que el que mata está
impulsado por los chakras inferiores, mientras que el que ama está motivado por la compasión.
Evidentemente, cuando acontece este diálogo Willard es el amante, pero también sabemos que lo
envían río arriba para matar a Kurtz. Sabemos además que el propio Kurtz es un asesino brutal. Si
Willard realmente representa la conciencia del héroe viajando por la espina dorsal a través del nivel del
corazón, ¿qué hacemos en este escenario con el antihéroe Kurtz? ¿Podríamos considerar a ambos
antagonistas como una externalización del propio conflicto asesino/amante de Willard? Dado que Kurtz
reside en las “cabeceras” del río, tiene sentido también imaginarlo en la “cabeza” de la columna
vertebral, que es el objetivo de la serpiente tántrica. Quizás Kurtz representa la mente humana llevada
al extremo cuando no está imbuida por la compasión: una mente obsesionada con los asuntos
materiales, y torturada por el conflicto entre la lógica de la guerra y la herida que le causa a su alma.
Willard debe enfrentar este aspecto de sí mismo, llevar la luz a su “Corazón de las tinieblas” y acabar
con la división esquizofrénica del asesino/amante.

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Atravesando los pares de opuestos

Una vez dejada atrás la plantación francesa, la lancha pasa a través de dos acantilados que se
encuentran uno frente al otro. Sobre ellos vemos dos esculturas de Buda que miran en direcciones
opuestas. Estas esculturas, que suelen ser vistas en la cultura budista como las miradas oblicuas del
“Buda de tres cabezas”, representan un paso a través de lo que se había percibido como pares de
opuestos, avanzando así hacia la comprensión de que, en realidad, son dos partes de un mismo
continuum. No puede haber blanco sin negro, ni izquierda sin derecha, ni Willard sin Kurtz. Las
esculturas también representan los querubines judeocristianos del lado oriental del Jardín del Edén, así
como los guardianes de la puerta que se encuentran a la entrada de los santuarios budistas, tales
conjuntos de símbolos tienen la misma función que los Budas opuestos. Willard está pasando por el
chakra del corazón, entrando en el umbral de la comprensión de que todas las cosas son una sola, y
pronto se convertirá en él mismo mediante la reconciliación de sus naturalezas opuestas.

Religión Occidental y Mitología

La imaginería cristiana más intensa de Coppola se muestra en la versión original de Apocalypse Now.
Cuando hacia el final de la película Willard es capturado, se le encierra en una jaula de bambú donde
puede ser visto por todo el mundo en el campamento. Kurtz está decidido a quebrar la voluntad de su
prisionero, y en un momento dado deja caer una cabeza humana cortada en el regazo de Willard,
presagiando así el clímax de la película, donde un toro es decapitado. En la escena siguiente, incluida en
la versión Redux, Willard se despierta dentro de un gran contenedor del que pronto será liberado. La
“crucifixión” simbólica de Willard, el cautiverio inconsciente en el contenedor, así como la recuperación
subsiguiente sugieren la muerte, sepultura y resurrección de Jesús. Si miramos una vez más desde la
perspectiva del crecimiento espiritual mediante el sistema de chakras, la escena indica que Willard es
capaz de morir y resucitar, muriendo en el reino de la existencia puramente animal y renaciendo como
un ser compasivo.

Apocalypse Now Redux también puede ser vista como una metáfora del mito del Minotauro y el
Laberinto. En dicha historia, el Rey Minos de Creta reza para que el dios Poseidón envíe un toro blanco
como señal de que aprueba su reinado. Una vez que el toro llega, Minos debe sacrificarlo en honor de
Poseidón, pero lo encuentra tan magnífico que decide quedarse con él. Poseidón castiga a Minos
haciendo que su esposa Pasífae se enamore del toro, y su descendencia es el Minotauro, una criatura
con cuerpo de hombre y cabeza de toro. El Minotauro es confinado en un laberinto.

Cada nueve años, Minos exigía que siete parejas de hombres y mujeres jóvenes de Atenas fueran
sacrificados en el laberinto para vengar la muerte de su hijo, que había sido asesinado por los
atenienses. En una de estas ocasiones, Teseo se ofrece voluntario para acudir al laberinto y poder
matar a la bestia. Teseo se había enamorado de Ariadna (una de las hijas de Minos), que podía ayudarlo
a orientarse en el laberinto, y fue así como pudo matar al Minotauro decapitándolo. En consecuencia,
Ariadna es el corolario Occidental del chakra del corazón; su amor transforma a Teseo, otorgándole
fuerzas para superar su miedo.

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Bajo la forma de este antiguo mito, el río Nung se convierte en un símbolo del laberíntico Viaje del
Héroe, y Kurtz se convierte en el Minotauro, que se deja llevar por sus propios impulsos en perjuicio de
los demás. La mente de Kurtz, consumida por las energías aún no transformadas por el chakra del
corazón, ha llevado la voluntad de poder a su extremo lógico; está empeñado en dominar un mundo
donde los fines justifican los medios porque se ha convencido a sí mismo de que la única forma en que
puede sentirse interiormente seguro es aniquilando a cualquiera que, en el mundo exterior, no esté de
acuerdo con él. Pero sabemos que Kurtz está cansado de esta fría lógica. Como dice Willard: “Todos
querían que lo hiciera yo, sobre todo él”. Finalmente, la “conciencia de Teseo” representada por Willard,
guiada y transformada por el amor compartido con su propia “Ariadna” (Roxanne), mata a la conciencia
animal que domina su mente, lo que le permite sentirse seguro y en paz consigo mismo. De hecho, en el
momento en que Willard acaba con el coronel Kurtz, la imagen se cristaliza cuando los guerreros
montaraces matan a un toro en ese mismo instante, y le cortan la cabeza.

Apoteosis y retorno

Francis Ford Coppola empleó un tema predominante en la creación de su película Apocalypse Now
Redux: el viaje del héroe. Nos ofrece además la imagen de Willard “surgiendo del limo primordial”,
mostrando así el viaje como un proceso de evolución humana. Usando símbolos de diversas culturas,
nos señala además que existe una similitud que podemos encontrar en la psicología humana y en las
tradiciones espirituales de todo el mundo, y que muchas de estas tradiciones, aunque varían en sus
diversas formas locales, están concebidas como un medio para dicha evolución.

Quizás las imágenes más llamativas utilizadas por Coppola para transmitir la idea de la evolución de
Willard son las esculturas de Buda que apuntalan su película. En la introducción, la primera vez que
vemos a Willard es en un primer plano de su cara invertida, y mientras The Doors anticipan "The End", la
escena se entremezcla con imágenes oníricas que presagian lo que está por venir. Durante este montaje
la cara esculpida de Buda aparece junto a la cara de Willard, llenando ambas la pantalla completa.
Mientras que la cara de Willard aparece claramente invertida, la cara de Buda se muestra
perfectamente erguida.

En el desenlace de la película, tras haber acabado con Kurtz, Willard regresa a la lancha para comenzar
su reentrada en el mundo. El suave susurro de la lluvia cayendo es interrumpido por el sonido de una
voz masculina en la radio:

“Llamando a Pandilla PBR. Pandilla PBR, aquí Todopoderoso. ¿Me recibes? Pandilla PBR, aquí
Todopoderoso.”

Willard apaga la radio, y de nuevo comparte pantalla con el Buda. Esta vez ambos están en posición
vertical, y cuando Willard mueve suavemente la cabeza hacia el escenario, los dos están perfectamente
superpuestos, uno sobre el otro. Willard ha completado el Viaje del Héroe a través del corazón de las
tinieblas, murió y resucitó, unificó los chakras y alcanzó la budeidad.

Entonces, finalmente, cuando todo está dicho y hecho, ¿qué significa realmente “Apocalypse Now”?
Según la interpretación tradicional, el Apocalipsis es un tiempo en el que tiene lugar una batalla final
entre el bien y el mal, que culmina con el fin del mundo. Pero si permitimos que nuestros símbolos
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religiosos se dejen influir por nuestro conocimiento del Sistema Tántrico Chakra, encontramos un
significado muy diferente. Si recordamos como devolvemos las energías externas hacia adentro cuando
penetramos en el chakra del corazón, podemos leer los símbolos religiosos de una manera similar, como
un regreso al interior. En lugar de interpretar la muerte y resurrección de Cristo como eventos externos,
¿no deberíamos verlos más bien como símbolos de eventos interiores que representan un potencial
para el desarrollo espiritual humano? Aquel que pueda ayudarnos a dar muerte a nuestro “yo animal”
para que resucite en forma de yo compasivo sería un salvador… Willard demuestra que este es el mismo
proceso por el que pasó Buda para alcanzar la iluminación, y finalmente, el mismo proceso por el que
todos podemos pasar.

No hay duda de que la naturaleza humana es en parte animal, y tampoco hay duda de que hay cosas
que celebrar sobre este hecho. La compañía de la familia, el disfrutar de una buena comida y el gozar de
la sexualidad son buenos ejemplos. Pero dado que existe un lado oscuro inherente a todas estas
cualidades (la guerra, el egoísmo y la explotación, son algunos ejemplos), parece que todos tenemos
una batalla apocalíptica que librar en nuestro interior: una batalla entre las fuerzas puramente animales
de una naturaleza egoísta y esa fuerza compasiva que entiende que todos estamos juntos en esto. Este
es el apocalipsis con el que Francis Ford Coppola nos pedía que lidiáramos. O permanecemos
estancados en nuestro estado animal, y al igual que Kurtz finalmente sucumbimos a la tentación
definitiva de obtener el poder supremo sobre los demás: "¡Lanza la bomba, extermínalos a todos!", o
realizamos el viaje de Willard, matando al Minotauro interior para descubrir lo sagrado. Una vez
liberados podemos arrojar nuestras armas al río, acabar con el concepto dualista de un Todopoderoso
“exterior” y comenzar el viaje hacia la verdadera civilización.

Referencias:

Campbell, J. (1997). The hero with a thousand faces. New York, NY: MJF. Books.

Coppola, F.., Milius, J., & Herr, M. (2001). Apocalypse now redux (original screenplay). New York, NY:
Talk Miramax Books.

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