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Aunque las avalanchas son repentinas, los signos de alerta son casi siempre numerosos. En
un 90% de los incidentes con avalanchas, los deslizamientos de nieve son causados por la
víctima o por alguno de los miembros del grupo de la víctima. Las avalanchas matan a más
de 150 personas en todo el mundo cada año. La mayoría de las víctimas son personas
que van en motonieve o que practican snowboard o esquiadores.
Muchas avalanchas son pequeños deslizamientos de nieve polvo seca que mueve una
masa sin forma. Estas “exfoliaciones” representan una minúscula fracción de la muerte y
destrucción que conllevan sus hermanos mayores y más organizados. Las avalanchas
desastrosas se producen cuando enormes capas de nieve se desprenden de la ladera de la
montaña y se rompen como vidrio roto conforme se precipitan colina abajo. Estas masas en
movimiento pueden alcanzar una velocidad de 130 kilómetros por hora en unos cinco
segundos. Las víctimas atrapadas en esos sucesos casi nunca pueden escapar. Las
avalanchas son más comunes durante y tras las 24 horas siguientes a las tormentas que
descargan 30 centímetros o más de nieve fresca. Este rápido apilamiento sobrecarga la
nieve acumulada lo que provoca que una débil capa bajo la gran losa que se fractura. Las
capas son un archivo de las condiciones meteorológicas del invierno: grandes nevadas,
sequía, lluvia, fuertes heladas y más nieve. La forma en la que se adhieran las capas
determinará la facilidad con la que se debilite una y provoque un deslizamiento.
Si se ve sorprendido por una avalancha, trate de salir del bloque de nieve. En la mayoría de
ocasiones esto no es nada fácil. Los esquiadores y los snowboarders pueden dirigirse ladera
abajo para ganar velocidad y, a continuación, desviarse a la izquierda o a la derecha para
salir del camino del deslizamiento. Aquellos que vayan en moto de nieve pueden acelerar
para escapar de la dañina avalancha. ¿No tiene escapatoria? Alcance un árbol. ¿No hay
árboles? Nade con fuerza. El cuerpo humano es tres veces más denso que los restos de la
avalancha y se hundirá rápidamente. Conforme el deslizamiento se ralentice, abra un
espacio para respirar. A continuación, eleve una mano hacia el cielo.