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Asignatura: Psicopatología y Psicoterapia Individual I

Docente: Dra. Graciela Zarebski

Módulo 1: Enfoque psicosomático

Clase: El cuerpo en el envejecer y la vulnerabilidad somática

Estimados alumnos:
En este módulo abordaremos la temática del cuerpo en el envejecimiento y las condi-
ciones psíquicas que condicionan los efectos psicosomáticos y las patologías en el
envejecer.
TEMAS:
El cuerpo como soporte de la identidad
Cuerpo y Envejecimiento
Campo Familiar – Socio - Cultural – Ambiental en el Envejecer
Dimensión Subjetiva: Vulnerabilidad Psíquica y Somática en el Envejecimiento
Vulnerabilidad Somática y/o Resiliencia en el Envejecer
Trabajo Psíquico en el Envejecer

Objetivo general: Introducir en el enfoque psicosomático en el envejecimiento y las


condiciones psíquicas de vulnerabilidad y resiliencia.
Objetivos específicos:
Desarrollar la articulación bio-psico-social que condiciona las patologías en el enveje-
cimiento
Destacar las condiciones psíquicas que dan lugar a la vulnerabilidad somática
Propiciar el aporte psicogerontológico para favorecer resiliencia.
ITINERARIO:
Deberán leer los materiales que acompañan a esta Clase del Módulo 1 en el siguiente
orden, según se indica a lo largo de la clase e ingresar al foro diariamente, a fin de
cumplir con las actividades de aprendizaje y las consignas del foro:
1) Psicoanálisis y Neurociencias
2) Presentación Vulnerabilidad Somática (ppt).
3) Señales en el camino
4) Lectura asociada: Resumen de conceptos
5) Resumen de conceptos más sencillo
6) Consigna de evaluación

ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE:
A medida que lean los materiales deberán ingresar al foro diariamente a fin de inter-
cambiar con sus compañeros y docente, realizar preguntas y aportes, respecto a las
consignas que se plantean a lo largo de la clase:

 ¿Cómo piensa las correlaciones entre los procesos mentales, los subjetivos y
los cerebral-orgánicos?
 ¿Cuál es la diferencia y la articulación entre el organismo y el cue rpo?
 ¿Se le ocurren ejemplos acerca de las metáforas vigentes en el imaginario
social occidental acerca del cuerpo femenino en la mad urez?
 ¿Qué será lo que condiciona en algunos un envejecimiento normal y en
otros, uno patológico, la vulnerabilidad somática y/o la resiliencia en el env e-
jecer?
 ¿Qué condiciones psíquicas – más allá de factores biológicos y culturales-
familiares o acontecimientos ¨ externos ¨ – sostienen estos dos c aminos?

Al finalizar la segunda semana de l módulo 2 deberán remitirme la respuesta a la co n-


signa de evaluación que figura entre los materiales
. Por cualquier otra duda, nos contactamos durante la semana vía el mail de la plata-
forma o luego a: psicogerontologia@maimonides.edu
INTRODUCCIÓN

Nos hemos introducido, en las últimas clases, en las patologías del envejecer
que constituyen, de algún modo, el fracaso del envejecimiento normal.
El enfoque psicosomático de las patologías prevalentes en el envejecer nos
permitirá entender la integración psique-soma como un todo que - a través de lo que
dimos en llamar ¨ los temas del envejecer ´, es decir, las marcas del paso del tiempo
en el psiquismo, y de acuerdo a la calidad del narcisismo - producirá efectos psíquicos
y somáticos.
Ya el enfoque psiconeuroinmunoendocrinológico nos ha aportado una mirada
esclarecedora acerca de las redes orgánicas que se entrelazan con el psiquismo. En
esta clase profundizaremos el estudio de esta red, articulando varios de los aportes
que hemos ido trabajando hasta ahora a lo largo de la carrera.
El objetivo de esta clase es el de desarrollar el proceso de elaboración por
parte del sujeto envejeciente de las modificaciones que se producen en su cuerpo por
el paso del tiempo desde el punto de vista, como tema central, de la identidad en juego
en este proceso, distintas posiciones que se adoptan respecto a este devenir, las co n-
diciones que favorecen la vulnerabilidad somática y las enfermedades prevalentes en
la vejez, especialmente la propensión a las dementizaciones y, por el contrario, el ca-
mino de la resiliencia y del trabajo preventivo.
Estamos retomando así el esquema articulador que vimos en las primeras
clases, cuando poníamos el acento en la calidad del narcisismo para entender los dos
caminos posibles en el envejecer:
Anticipación
Inquietante
de la vejez
(común a todos)

imaginario y imágenes de
representaciones sociales vejeces ¨ siniestras ¨
prejuiciosas

Sutiles
Efectos
Siniestros

NARCISISMO NORMAL NARCISISMO PATOLÓGICO

Tensión narcisista
Los cuestiona
Los relativiza Mecanismos de de-
Se auto - cuestiona fensa: escisión y
desmentida

Elaboración anticipada del Se consolida representación


envejecer: renovación de anticipada siniestra
las investiduras y del sen- (fracaso de la elaboración
tido de la vida. anticipada)

Continuidad y Irrupción siniestra:


Gradualidad ruptura en la conti-
Envejecimiento nuidad
normal Enve jecimie nto
patológic o

Cues tiona Realimenta


En este esquema ya plantéabamos una articulación entre:

factores provenientes de la cultura, como ser: el imaginario y las re-


presentaciones sociales prejuiciosas.

factores subjetivos, algunos comunes a todos, como es la anticipa-


ción inquietante de la vejez – a partir del armado de nuestro propio yo
y la anticipación de la vejez actuando como espejo inverso, posibili-
dad de desintegración de la propia imagen - y los sutiles efectos si-
niestros que nos promueve el enfrentamiento con ¨vejeces siniestras¨,
en especial las provenientes de familiares, sobre la base de la incor-
poración de los prejuicios culturales,
y el otro factor subjetivo – la calidad del narcisismo – llevando a dos
caminos esquemáticamente distintos en el envejecer, con sus conse-
cuencias psicosomáticas, en el caso del envejecimiento patológico.
Es decir, la articulaión bio-psico-social de la que siempre hablamos,
en el envejecer.

Nuestro objetivo es poder entender las condiciones psíquicas del modo de en-
fermar en el envejecimiento, tomando como desafío lo que actualmente se viene enca-
rando en distintas latitudes desde las investigaciones acerca de los factores de riesgo
de dementización que van más allá de lo puramente biológico.
En el caso de las demencias, se abordará el tema a partir de las condiciones
subjetivas del envejecimiento con el centro en el devenir del yo y sus transformaci o-
nes, tratando de delimitar los mecanismos psíquicos que llevan, en alg unos casos,
bajo ciertas condiciones, a desencadenar el mecanismo biológico cerebral que abre
las compuertas a su deterioro.
Tratándose de una problemática compleja, sólo abordable interdisciplinari a-
mente, es decir, psicogerontológicamente, se desarrollará la temática del funciona-
miento psíquico subjetivo en el envejecer, enmarcado en el campo familiar-social-
cultural-ambiental y sostenido en un cuerpo envejecido.
Partiremos del siguiente esquema, siguiendo a Rubén Zukerfeld (1999) (aun-
que con algunas modificaciones y aportes propios) y lo iremos complejizando a medi-
da que avancemos en el desarrollo:

CAMPO FAMILIAR – SOCIO-


CULTURAL - AMBIENTAL

DIMENSIÓN SUBJETIVA

SOMA

El marco teórico del cual partimos es el psicoanalítico, en una posición de


apertura a la articulación con otras teorías, como las Neurociencias y la teoría Cogniti-
va, así como el enfoque Psico-neuro-inmuno-endocrinológico (PNIE), de acuerdo con
las transformaciones y avances que se están produciendo en las últimas décadas en
el campo de la Salud Mental, en cuanto al descubrimiento y desarrollo de correlacio-
nes entre procesos mentales, subjetivos y cerebral-orgánicos.

¿Cómo piensa las correlaciones entre los procesos menta-


les, los subjetivos y los cerebral-orgánicos?

Ver, como ejemplo de este movimiento: Psicoanálisis y Neurociencias


Además, sobre la base de las transformaciones que también se vienen ope-
rando en las Ciencias de la Salud en general, el presente escrito describe un pasaje
desde el modelo prevaleciente hasta las últimas décadas del siglo XX, que ponía el eje
en los factores de riesgo y el abordaje centrado en la patología, hacia el actual, que
pone eje en los factores protectores y en el abordaje centrado en la prevención y en la
resiliencia.
Se trata, además, de un enfoque de la dementización radicalmente disti nto al
que prevalece hoy en día, desde una mirada fragmentadora biologista que, al tomar la
patología preponderantemente como suceso cerebral y no tomar en cue nta al sujeto,
las particularidades de su historia y de su entorno familiar y social, co ntribuyen desde
la ciencia y la intervención profesional a reforzar la ruptura en la continuidad identitaria
del sujeto en juego.

EL CUERPO COMO SOPORTE DE LA IDENTIDAD.

Al decir de H. Ferrari (1996) son múltiples las dimensiones desde las cuales
abordar el tema del cuerpo vinculado a la subjetividad y numerosos los estudios, des-
de distintos enfoques y disciplinas, que enfatizan diversos planos e interrelaciones en
juego.
¨ El cuerpo es fuente de placer y bienestar, de dolor y sufrimiento. En especial
el dolor corporal es un sentimiento imperativo que reclama medidas inmedi atas. Por el
contrario, el ´silencio de los órganos´ es apreciado como signo de salud. Por cierto
´los signos de alarma´ que provienen del cuerpo informan de su vulnerabilidad somáti-
ca, de las amenazas a la vida, del transcurrir irreversible del tiempo, de la limitación de
la existencia, etc. ¨
Partiré, a fin de delimitar la cuestión, de la pregunta que se formula Mónica
Groisman (2001):

¨ ¿Con qué lógicas ¨funciona¨ lo corporal? ¿Cómo se estructura la vive ncia de


uno mismo?... La práctica profesional me ha llevado a dar el nombre de lógicas del
cuerpo a estas organizaciones de la experiencia corporal. ¨
Estas lógicas corporales son desarrolladas por la autora citada del siguiente
modo:

1. Lógica del organismo: remite a lo real del cuerpo, el soma,


la finitud, los límites biológicos y anatómicos. En este sentido, abarca el
desgaste por el paso del tiempo, el andamiaje material de los sentidos, así
como los caracteres sexuales y la carga genética que nos constituye. Refie-
re a lo inaprensible y a lo que se manifiesta de modo imprevisto, lo cual
promoverá el trabajo de nombrar y la búsqueda de darle sentido, cuando el
organismo irrumpa a través de un dolor o de una enfermedad. Lo ubica cer-
cano a la pulsión y generador de una tensión organismo -cuerpo que nos
atravesará toda la vida y en todo abordaje en el que el cuerpo esté implica-
do.

2. Lógica de la sexuación: desde los caracteres sexuales,


pasando por la cultura y la constitución de la identidad sexual, esta lógica i n-
cluirá la imagen corporal femenina - masculina. ¨ La modulación de las leyes
naturales por la cultura y el lenguaje, introduce en la materialidad del cuerpo
la categoría de la diferencia… se construye un mundo de diferencias cualita-
tivas y simbólicas. ¨

3. Lógica del narcisismo: presentifica la tensión entre uno


mismo y el otro, es la que define un cuerpo como propio y que trabaja en el
eje fusión – separación. ¨ Organiza un cuerpo que, en el discriminarse, pue-
de constituir lazo, desarrollar vínculos…la conciencia de la piel como envo l-
torio y límite, las ideas de afuera – adentro, las nociones de cuidado y
sostén, de expansión y repliegue, el cuerpo como objeto de amor propio y
del otro… La lógica narcisista se juega en la dialéctica entre el ser y la ima-
gen… es lo que anida como lo vital y lo mortal en el ser humano y hace del
cuerpo territorio de sus luchas. ¨
4. Lógica de la filiación: ¨ configura al cuerpo como eslabón
dentro de una cadena, parte de un sistema de parentescos… Espacialida-
des y temporalidades que ordenan la imagen del cuerpo según funciones,
continuidades y rupturas. Remite a lugares simbólicos… Se apoya en el
Complejo de Edipo y el concepto de castración simbólica… los personajes
se organizan según un esqueleto simbólico… pone en primer lugar la rela-
ción entre el cuerpo y el lenguaje ya que en un orden simbólico el cuerpo es,
antes incluso de su aparición orgánica. ¨ En este sentido, abordamos la ge-
nealogía, diferenciada de la genética a nivel de organismo.

Este interesante análisis de las dimensiones de ¨ lo corporal ¨ que nos propo-


ne la autora, nos permite ver cómo se diferencian y se articulan, en primer lugar, las
tensiones entre el organismo y el cuerpo, y en segundo lugar, las distintas posiciones
subjetivas corporales en juego, posiciones que ponen en evidencia que siempre que
nos referimos al cuerpo hablamos de una construcción que aquí ubicaremos en el pun-
to de intersección de las tres dimensiones básicas: el soma, la dimensión psíquica
subjetiva y el contexto socio-cultural, ambiental, familiar.

¿Cuál es la diferencia y la articulación


entre el organismo y el cuerpo?
CAMPO FAMILIAR – SOCIO-
CULTURAL - AMBIENTAL

CONSTRUCCIÓN DEL
CUERPO:
IDENTIDAD
CORPORAL - S EXUAL DIMENSIÓN SUBJETIVA
GEN EALÓGÍCA
VINCULAR

SOMA - ORGANISMO - PNIE


GENÉTICA - CARACTERES
Tensión SEXUALES
organis mo - SENTIDOS - DESGASTE
cuerpo

En tanto punto de intersección, integrado desde múltiples registros simultáne-


os, se encuentra en un lugar virtual, en un lugar ´entre´ :

a partir y más allá del sujeto


el cuerpo para los otros, objeto para la mirada del otro y constituido
desde el Otro,
el cuerpo adaptándose a su medio a través de la percepción de los re-
querimientos pulsionales y de los mensajes de los sentidos.

La trama en red responde a la concepción del sujeto humano como tejido in-
terno - externo, concepción que más adelante ampliaremos.
Otro punto a destacar es que las distintas lógicas corporales remiten a disti n-
tas dimensiones de la identidad: la sexualidad, el narcisismo, la filiación, – concepto
que será central a lo largo de nuestro desarrollo - lo cual es consistente con una de las
definiciones que nos da Freud del yo – sostén de la identidad - en tanto proyección de
la superficie corporal (1923).
En apretada síntesis, podemos decir que el cuerpo se construye como
hábitat de la identidad y esta construcción abarca la vida entera, incluyendo los
avatares del envejecimiento.
Es lógico que, cuando el equilibrio se vuelve inestable y se desestabiliza e i n-
cluso se rompe, el organismo - atravesado por la lógica corporal - lo expresará.
Son los momentos críticos, disruptivos respecto a la propia identidad, los que
rompen la articulación entre las distintas lógicas, promoviendo la ´loca´ expresión
desmembrada, sin brújula, en un sujeto desadueñado de su cuerpo.
El paso del tiempo constituirá un motivo más de desestabilización y de posibi-
lidad de que el cuerpo se haga oír, como luego veremos.

CUERPO Y ENVEJECIMIENTO

Diversas son las marcas del paso del tiempo que avisan de la temporalidad (la
cronología) a los niveles inconcientes del yo (regidos por la atemporalidad de lo inco n-
ciente y la ilusión de infinitud).
Esas marcas que, según vimos, denomino ¨ los temas del envejecer ¨, son
los avatares del paso del tiempo, que ponen a prueba y cuestionan la identidad a nivel
de distintos planos del transcurrir vital:

los relativos al cuerpo,


los relativos a los vínculos interpersonales (roles familiares),
los relativos a los duelos, la muerte (propia y ajena) y
los relativos a factores socio – económicos (roles sociales).

Estos avatares, en lugar de pensarlos como pérdidas – concepto eje en la ge-


rontología tradicional – debemos pensarlos como cambios y transformaciones que se
hacen sentir a nivel de la identidad y que constituyen, por lo tanto, la causa central de
que el envejecimiento se signifique como inquietante.
Vamos a referirnos en este acápite a las transformaciones específicamente re-
feridas al cuerpo en sus distintas lógicas: del organismo, de la sexuación, del narci-
sismo, de la filiación.
Se trata de las transformaciones en:

La propia imagen
Los sentidos.
El rendimiento intelectual
El rendimiento físico.
El rendimiento genital.

Si, como vimos, siempre que nos referimos al cuerpo hablamos de una cons-
trucción que ubicamos en el punto de intersección de las tres dimensiones básicas: el
soma, la dimensión psíquica subjetiva y el contexto socio-cultural, ambiental, familiar,
cada una de estas transformaciones corporales por el paso del tiempo estará construi-
da y repercutirá a su vez, sobre estas tres dimensiones.
A modo de ejemplo, las transformaciones en la apariencia, en los sentidos y
en los distintos niveles del rendimiento (plano del organismo) adquirirán distintas valo-
raciones de acuerdo a contextos socio-culturales y momentos históricos y repercutirán
con diversas significaciones a nivel del narcisismo, la identidad sexual y la filial.
Más adelante analizaremos la cuestión del cuerpo en el envejecer, sus múlti-
ples condicionamientos y el modo de llevarlo desde un envejecimiento normal o pa-
tológico, pero debemos considerar desde ya que los diversos cambios plantearán, es-
quemáticamente según estos dos caminos, dos opciones: el mantenimiento de la a u-
tonomía y la resiliencia versus la vulnerabilidad somática y la caída en la dependencia.
En este último caso, el envejecimiento implicará la reducción y la retracción de
diversos espacios vitales: el espacio motor, por déficit en la motricidad y otras patolog-
ías, que determinan muchas veces la reducción del espacio vital al cuarto y a la cama.
Del mismo modo, el angostamiento de los espacios auditivo y visual, por situaciones
de aislamiento, a veces acompañado de la disminución del campo intelectual que, por
motivos varios, puede dejar de ser ejercitado. Para otros, también el espacio temporal
se reduce, por sentir que ya no queda tiempo para ….
De modo tal que las modificaciones fisiológicas que ponen a distancia el mun-
do exterior, muchas veces llevan a repercusiones psico-afectivas: empobrecimiento
del mundo psíquico, del campo imaginario-simbólico, en un entorno pobre, cada vez
más reducido, que termina confirmando el desapego - muchas veces anticipado por
posturas teóricas y creencias populares - en la vejez.
Lo inverso opera del mismo modo: las condiciones psico-afectivas que deter-
minan aislamiento y aún condiciones familiares y sociales de segregación y maltrato
que son pasivamente acatadas, producirán efectos en el organismo.
Vemos que la pérdida de autonomía ya no es sólo del organismo, sino que, en
estos casos, revelará la pérdida de condición de sujeto, el achatamiento del mundo
social y simbólico, promoviendo, en los casos más graves, la reducción del sujeto a un
puro organismo, el pasaje del deseo a la necesidad puramente biológica.
Sin embargo, que los diversos ¨temas del envejecer¨ no debiéramos pensarlos
necesariamente como pérdidas sino como cambios, se sostiene en la posibilidad, para
una gran mayoría de sujetos, de vivir estos avatares como nuevas oportunidades de
renovación del sentido de la vida.

CAMPO FAMILIAR – SOCIO - CULTURAL – AMBIENTAL


EN EL ENVEJECER

Cada una de las lógicas corporales analizadas está, como vimos, atravesada
en su construcción por el contexto familiar-social-ambiental, además de estar enma r-
cada en la historia del sujeto y sus vínculos.
El conjunto de representaciones que conforman el ¨ imaginario social ¨ - inclu-
yendo el correspondiente al envejecimiento - actuarán como punto de referencia para
el yo, proponiéndole los modelos de identidad corporal vigentes en la cultura.
En su análisis acerca de la madurescencia femenina, José Yuni y Claudio U r-
bano (2001) analizan cómo incide la dimensión cultural en el sujeto, en este caso la
mujer madurescente, en la construcción del cuerpo y del modo en que envejece.
Plantean que el mismo es ¨ determinado por múltiples mandatos socio-
culturales y que los usos públicos y privados del cuerpo son producto de una rig urosa
codificación moral, que establece cuáles son las formas apropiadas, legítimas y vali o-
sas de usar el cuerpo ¨.
También el cuerpo como ¨ vocero y portador de atributos sociales inscriptos
en el rol y el status social de quien lo porta. Los modos de mostrarlo, las fo rmas de
llevarlo (ostentación, poder, debilidad) ubican al sujeto como representación de un
grupo, clase o etnia. Revela, además, para otros, el mundo interno: sentimientos, te-
mores, inseguridad, su condición o no de saludable.
¨ Cuerpo construido y diseñado según los parámetros estéticos vigentes en la
sociedad en cada momento histórico, cuerpo al cual aspiramos como ideal…¨
Destacan la dependencia simbólica en la construcción del cuerpo ta nto en el
hombre como en la mujer y, respecto a esta última, sostienen que ¨ la construcción
histórica de la posición subordinada de las mujeres, sumada a los prejuicios y dema n-
das respecto al cuerpo que muestra el signo del paso del tiempo, forman un sistema
de presión en el que la mujer siente el peso de ser mirada con la mirada del afuera ¨.
Realizan a continuación una reseña de las distintas metáforas vigentes en el
imaginario social occidental acerca del cuerpo femenino en la madurez que, en ta n-
to sistemas de creencias respecto a su uso, valor y funcionalidad, actuarían como ar-
quetipos culturales que se presentan a las mujeres como opciones o alternativas para
dar significado a su propio cuerpo.
Cada una de las metáforas - religiosa, mecánica y militar - está relacionada
con los procesos históricos en los cuales surgen.

Así, la metáfora religiosa propone el cuerpo femenino como templo o sede


del espíritu. Alude a la mujer-madre, vinculada a lo sagrado, lo puro, preservado para
la función procreativa. La menopausia, en tanto lo no dicho, implicará la pérdida del
valor social. Estarán indicadas acciones de purificación y de control de los apetitos
carnales, por lo que en la madurescencia estaremos ante un cuerpo espiritual y des-
encarnado. Vemos la regulación moral implicada, a través de la virtud y el cuidado.
Según esta metáfora, proveniente de la concepción medieval del envejecimiento, las
huellas del paso del tiempo y la enfermedad serían producto de una vida licenciosa, lo
cual es coincidente con evidencias que he encontrado en producciones culturales y
que desarrollo en mi tesis de doctorado (Zarebski G, 2005,b). Los autores dan cuenta
de algunas publicidades de cosmética que se sostienen en esta metáfora, aquéllas
que aluden al círculo vicioso del no cuidado y el virtuoso, por la virtud que aporta la
sustancia promocionada.

En cuanto a la metáfora mecánica, propia del discurso racional-científico, re-


fiere al cuerpo como máquina, instrumento, herramienta. Corresponde a una visión
organicista (que también caracterizó a las primeras corrientes teóricas en Psicogero n-
tología). El cuerpo será evaluado desde la funcionalidad, el rendimiento y la eficiencia,
guiado siempre por la razón. Por lo tanto, al igual que un motor o un vehículo, reque-
rirá cuidados, mantenimiento y reparaciones. Situada su génesis en el Renacimiento,
el paso del tiempo remitirá a un cuerpo en decadencia y la pérdida de imagen anun-
ciará este proceso. Corresponden a esta metáfora las ¨ representaciones de la mujer
portadora en su interior de un potencial destructivo: bruja, fea, desdentada, arrugada,
temida por su aspecto pero también por sus poderes ¨. Conduce a la sinonimia vejez y
enfermedad, vejez y locura, es decir, vejez como sinónimo de disfunciones y amenaza
de descontrol orgánico y psíquico. Si la metáfora alude a lo fabril, la responsabilidad
del sujeto será la de cuidar la máquina, o sea, el autocuidado sustentado en la razón y
el buen juicio. Desde mi tesis, se corresponde con la connotación del envejecimiento
depositado en el lugar de lo siniestro que acecha al final del camino, el horror que anti-
cipa el fin del curso de la vida. (Zarebski G, 2005,b)

Por último, la metáfora militar ubica al cuerpo como fortaleza, escenario de


batallas. El envejecimiento agrederá al sujeto en múltiples frentes. ¨ Los cambios cor-
porales ligados a la edad se presentan como un ataque masivo que requiere de bata-
llas permanentes ¨. Se trata de un enemigo que invade y de un proceso que se sufre
pasivamente y del cual la tecnología moderna podrá rescatar. Un ejemplo actual es la
llamada medicina anti-age, que nos propone actuar contra el envejecimiento.
En síntesis, tal como nos aportan estos autores y tanto para el hombre como
para la mujer:
¨ Los discursos sociales ´ diseñan´ persuasivamente modelos complejos que
entretejen en el ´cuerpo´ conceptos referenciales en torno a la estética, la salud y la
edad vital. El cuerpo se transforma en el escenario en donde se articulan estos signifi-
cados ´tan abstractos´ y que se organizan perceptivamente en ´la imagen´ ¨.
Y finalizan: ¨ Los cambios biológicos en la madurez derivan sus cualidades no
tanto de los factores genéticos, sino de la propia historia del individuo, de los contextos
concretos en que se ha desenvuelto y de los rasgos personales que le permiten inter-
pretar, valorar y dar sentido a los sucesos del propio cuerpo ¨.

Respecto a los contextos culturales deberemos incorporar entonces los idea-


les y creencias vigentes, los cuales incluirán a las imágenes y representaciones socia-
les prejuiciosas respecto al envejecer, así como la experiencia muchas veces posible y
real de enfrentamiento a imágenes de vejeces ¨ siniestras ¨ que actuarán como espejo
anticipado al menos inquietante de nuestro propio envejecimiento futuro. (Zarebski G,
2005,b)
Por último, los cambios que acarrea el paso del tiempo a nivel de nuestros ro-
les familiares, vinculares y sociales, constituyendo así los ¨ temas del envejecer ´
o relativos a los vínculos interpersonales (alejamiento o independización de
los hijos, viudez, abuelidad)
o relativos a los duelos y a la muerte (propia y ajena) y
o relativos a factores socio – económicos (discriminación, jubilación)
repercutirán en la construcción del cuerpo en el envejecimiento.
El cambio en el yo corporal que se produce a partir de la vi udez, luego de to-
da una vida compartiendo el espacio vital con otro significativo, del mismo modo que la
transformación corporal por la pérdida, a veces abrupta, de un rol laboral, el aislamie n-
to y deprivación sensorial que pueden promover conductas discriminatorias, son ejem-
plos de la reducción del espacio social consecutivo a la pérdida de roles que, en alg u-
nos casos y bajo condiciones psíquicas determinadas que luego analizaremos, podrá
llevar a la pérdida del mundo relacional y a una vida vaciada de contenidos.
¿Se le ocurren ejemplos acerca de las metáforas vigentes
en el imaginario social occidental acerca del cuerpo feme-
nino en la madurez?

CAMPO FAMILIAR – SOCIO - CULTURAL –


AMBIENTAL: IDEALES CULTURALES
(respecto al envejecer)
IMÁGENES Y REPRESENTACIONES
SOCIALES PREJUICIOSAS
IMÁGENES DE VEJECES ¨ SINIESTRAS ¨
TRANSFORMACIÓN EN ROLES: VIUDEZ, JUBILACIÓN

CONSTRUCCIÓN
DEL CUERPO:
IDENTIDAD COR-
PORAL - S EXUAL DIMENSIÓN SUBJETIVA
GEN EALÓGÍCA
VINCULAR

SOMA - ORGANISMO - PNIE - GENÉTICA


CARACTERES SEXUALES
DESGASTE EN LOS SENTIDOS

DIMENSIÓN SUBJETIVA:
VULNERABILIDAD PSÍQUICA Y SOMÁTICA EN EL ENVEJECIMIENTO

Llegados a este punto, corresponde que analicemos las condiciones ps íquicas


que, sobre la base de las transformaciones corporales y socio-culturales a las que nos
somete el envejecimiento, nos permitan entenderlo como un camino hacia la sabiduría
o bien, hacia la anulación del sujeto. Básicamente, cuál es la dinámica psíquica que
permitirá la elaboración de un envejecimiento normal o bien el desenlace en un enve-
jecimiento patológico, en el cual el cuerpo se verá implicado.
Para entender este proceso psíquico desde un modelo del aparato psíquico,
me basaré en la llamada ¨ Tercera Tópica ¨ desarrollada en nuestro medio por los psi-
coanalistas Rubén Zukerfeld y Raquel Zonis de Zukerfeld (1999, 2006).
La vida del sujeto es una lucha permanente, entre otras cosas, por mantener
la integridad, la identidad, frente a fuerzas externas e internas que permane ntemente
lo ponen en riesgo de desintegración:
en lo externo, como sabemos, todo lo que actúe amenazando con inte-
rrumpir la continuidad identitaria.
en lo interno, si consideramos que no somos seres unívocos (claros,
simples, definibles de un solo modo). Desde Freud partimos de la esci-
sión constitutiva que caracteriza la dinámica del aparato psíquico:
conciente- preconciente - inconciente, según la primera tópica*,
yo-ello-superyo, de acuerdo a la segunda tópica.
después de Freud, los desarrollos acerca de la tercera tópica avanzan
en el intento de articular el psicoanálisis con otras disciplinas de modo
tal de poder insertarlo en el abordaje interdisciplinario, tenie ndo en
cuenta, además, la interesante perspectiva que se abre con los ava n-
ces en las neurociencias y la teoría cognitiva, que vienen a demostrar,
al contrario de la pérdida de vigencia de las ideas freudianas, su co n-
firmación, como el mismo Freud pronosticara, a través de su interrela-
ción con los procesos biológicos (Kandel E, 1998, 1999).
¿Por qué nos puede resultar interesante la concepción de la Tercera Tópica?
Porque la formulación de la Tercera Tópica introduce en la consideración del
aparato psíquico un aspecto de la dinámica psíquica que consideramos central
en los avatares del envejecer: la calidad del narcisismo.
Sobre la base de la dinámica psíquica del inconciente-preconciente-conciente y
del Ello-Yo-Superyo (primera y segunda tópica o modelos del psiquismo, que la
tercera tópica conserva) agrega el interjuego del narcisismo normal y patológ i-
co:

*
Tópica: Freud emplea el término "tópicas" (del griego topos = lugar), en sentido metafórico, para indicar que no se
puede comprender el psiquismo humano sin un modelo espacial que nos represente distintas regiones, cada una
con su modo propio de funcionamiento y sus mutuas relaciones.
CAMPO FAMILIAR - SOCIAL – AMBIENTAL:
IDEALES CULTURALES
IMÁGENES Y REPRESENTACIONES
SOCIALES PREJUICIOSAS
IMÁGENES DE V EJECES ¨ SINIESTRAS ¨
TRANSFORMACIÓN EN ROLES : VIUDEZ , JUBILACIÓN

ESTRUCTURA CONCIENTE ESTRUCTURA


EDÍPICA NARCISISTA

NARCISISMO PREC NARCISISMO


NORMAL NIRVÁNICO

SUPER
YO
YO
INCONCIENTE
ELLO INCONCIENTE ESCINDIDO
REPRIMIDO

SOMA - ORGANISMO - PNIE


GENÉTICA
CARACTERES SEXUALES
DESGASTE

El narcisismo nirvánico es lo que venimos llamando: narcisismo patológico, es el narcisis mo


que en realidad nos lleva a conductas autodestructivas. El inconciente escindido es todo aque-
llo que está en nuestro psiquismo pero no lo simbolizamos, no lo podemos poner en palabras,
está oculto, no tiene representación, es esa barra vertical que nos escinde, nos divide y cuando
se mantiene anquilosada, es lo que llamamos defensas rígidas, personas que no aceptan auto-
cuestionarse ni tener una actitud reflexiva, esto es la pobreza fantasmática, es decir, a nivel de
las fantasías, de la puesta en juego de los propios deseos, es un campo psíquico empobrecido,
el mundo imaginario-simbólico achatado, todo esto muy favorecido por la cultura actual en
nuestras sociedades de consumo. Estas condiciones dificultan la posibilidad de elaborar los
A continuación explicaremos lo que las líneas y flechas indican.
temas del envejecer y eso nos lleva a responder con somatizaciones, depresiones, demencias.
En el esquema vemos cómo se integran las tres tópicas (la 1ª y la 2ª, con la
tercera). La barra horizontal y la flecha correspondiente, indica la barrera de la re-
presión, que se mueve en sentido vertical y la barra vertical indica la barra de esci-
sión, que se desplaza a izquierda o derecha, de acuerdo al predominio o no del incon-
ciente escindido, de los mecanismos de desmentida y del campo de lo no representa-
cional.
Este mecanismo de escisión, que Freud comenzó a introducir en sus últimos
trabajos, es el que la corriente de la Tercera Tópica retoma e incorpora a la dinámica
psíquica.
La escisión no es una defensa del Yo que se pone en funcionamiento en cier-
tas circunstancias. Es un hecho fundante del aparato psíquico que implica considerar
al fetichismo no como patología sino como una condición del ser huma no, es decir, la
escisión es lo que permite que coexistan procedimientos defensivos contra la realidad
(desmentida) y otros contra la pulsión del Ello (represión).
La Tercera Tópica - así como los desarrollos de Hugo Bleichmar acerca del
sistema modular (Bleichmar H, s/f) - plantea la coexistencia de distintos inconcientes:

además del inconciente reprimido, propio de la estructura edípica conflictiva,


el inconciente escindido, propio de la estructura narcisista nirvánica.

El campo de lo escindido refiere a lo que otros autores, incluído Freud, vienen


teorizando como: lo incognoscible, lo siniestro, lo negativo.
Cada acto psíquico como producto final incluye algo que se reprime y algo
que se desmiente, tanto en la percepción como en el recuerdo.
La ESTRUCTURA EDÍPICA CONFLICTIVA (EEC) es universal y común a
todo sujeto hablante que constituye, por la existencia de la represión, la condición de
posibilidad del pensamiento, las fantasías, los sueños, los síntomas psiconeuróti-
cos, las tranferencias, los actos fallidos. Se trata de un conjunto de transformacio-
nes progresivas y regresivas de alta complejidad donde existe inestabilidad e insta n-
cias en conflicto.
El otro modo de funcionamiento es el del inconsciente escindido, llamada
ESTRUCTURA NARCISISTA NIRVÁNICA (ENN), la cual es universal y común a todo
sujeto vivo. Esta estructura no incluye un sistema preconsciente, ni una censura y por
lo tanto no existen en ella representaciones de palabras sino solo huellas mnémi-
cas activables y más o menos facilitadas, correlativas a las magnitudes de excitación
nunca ligadas.

Recuerden que no estamos hablando de lugares, sino de modos de funcio-


namiento que co-existen y dan lugar a:
El campo de lo representacional, es decir: pensamientos, fantasías,
sueños, síntomas neuróticos, tranferencias, actos fallidos, en fin:
todo lo que indica posibilidad de elaboración mental.
El campo de lo no representacional, es decir, todo aquello que no se
pone en representación, que no se mentaliza, que no se pone en pa-
labras, que no se elabora psíquicamente.
Si estos dos modos de funcionamiento son universales y hacen a la es-
tructura de todo psiquismo, ¿qué es lo que marcará la diferencia entre la moda-
lidad normal y patológica de funcionamiento psíquico? (y que desencadenará un
envejecimiento normal o uno patológico)
La barra de escisión, así como la barra de represión, debería contar con
un juego flexible: todos tenemos momentos de desmentida, por ejemplo, pero se
trata de poder flexibilizar la barrera y poder desplazarla lo más rápido posible
hacia la derecha, es decir, abrirnos a la elaboración, la expresión de los afectos,
la conexión con sueños y fantasías, etc. De modo que en nuestro psiquismo
predomine el campo de lo representacional.
La diferencia la marcará la rigidez de la barra de escisión y desmentida,
cuán consolidada se mantenga y se corra hacia la izquierda, empobreciendo el
campo representacional (es decir, el funcionamiento simbólico-imaginario) y es-
tableciendo el predominio de lo no representacional: se elude la elaboración
psíquica.
Cuando predomina o se encuentra cristalizado este último, sin un juego
flexible, adopta el esquema la siguiente forma:

CAMPO FAMILIAR - SOCIAL – AMBIENTAL:


IDEALES CULTURALES
IMÁGENES Y REPRESENTACIONES
SOCIALES PREJUICIOSAS
IMÁGENES DE V EJECES ¨ SINIESTRAS ¨
TRANSFORMACIÓN EN ROLES : VIUDEZ , JUBILACIÓN

CONCIENTE
ESTRUCTURA ESTRUCTURA
EDÍPICA NARCISISTA
PREC
NARCISISMO NARCISISMO
NORMAL NIRVÁNICO

SUPER
YO
YO
INCONCIENTE
INCONCIENTE ELLO ESCINDIDO
REPRIMIDO

SOMA - ORGANISMO - PNIE


GENÉTICA
CARACTERES SEXUALES
DESGASTE

Como ven, se reduce y se achata el mundo imaginario-simbólico, la


puesta en representación por parte del sujeto, con las siguientes consideracio-
nes agregadas:
1. El campo de lo no representacional es el campo del Yo-Ideal. Todo
lo que fuimos viendo acerca del modo de funcionamiento psíquico
a predominio del Yo-Ideal, nos permitirá comprender los efectos
que esto produce. Se entiende que son defensas primitivas, pro-
pias del inconciente escindido, las que sostienen este lugar de Yo-
Ideal con férreas defensas y una anquilosada barrera.
2. El campo de lo representacional corresponde al desarrollo del
Ideal del Yo y el despliegue de lo que denomino diversidad de
Ideales del Yo, que sostendrán la posibilidad de desplegar múlt i-
ples proyectos y renovar las búsquedas a toda edad.
3. Los mensajes provenientes de la cultura, de un medio familiar dis-
funcional, del imaginario social, que son incorporados y nutren al
sujeto, tendrán efecto ensanchando un campo u otro, de ahí la im-
portancia de las intervenciones profesionales.
4. El predominio del campo de lo no-representacional y del Yo-Ideal,
debido a la dificultad de elaboración psíquica que implica, explica
la vulnerabilidad somática: las tensiones orgánicas no procesadas
psíquicamente, irrumpen hacia el exterior del psiquismo sin ser
procesadas, dando así lugar a los efectos psicosomáticos y com-
portamientos desajustados (como ser: caídas frecuentes).
5. Finalmente, la Tercera Tópica facilita la articulación interdisciplinaria
del Psicoanálisis con otras disciplinas y enfoques teóricos, ya que
sostiene que el modo de funcionamiento basado en el conflicto y la
represión, tiene correspondencia con la memoria declarativa desde
la teoría cognitiva y el circuito hipocampo-cortical en las neurocien-
cias, mientras que el modo de funcionamiento propio del inconciente
escindido se correspondería con la memoria emocional implícita y el
circuito amigdalino–hipotalámico, respectivamente en cada uno de
esos enfoques teóricos.
Resumiendo e integrando los conceptos:
CAMPO FAMILIAR - SOCIAL – AMBIENTAL:
IDEALES CULTURALES
IMÁGENES Y REPRESENTACIONES
SOCIALES PREJUICIOSAS
IMÁGENES DE V EJECES ¨ SINIESTRAS ¨
TRANSFORMACIÓN EN ROLES : VIUDEZ , JUBILACIÓN

ESTRUCTURA ESTRUCTURA
EDÍPICA PREC NARCISISTA
DES CARGAS
MEMORIAS SOMÁTICAS Y
DECLARATIVAS SISTEMAS REPRESENTA- SISTEMAS NO REPRE- COMPORTAM.
CIONALES SENTACIONALES
CUERPO: (PENSAMIENTOS-
IDENTIDAD COR- CREENCIAS-AFECTOS) MEMORIA
PORAL - S EXUAL EMOCIONAL
GEN EALÓGÍCA IDEALES DEL YO YO IDEAL
VINCULAR
SUPER Y
YO O
INCONCIENTE
INCONCIENTE ESCINDIDO
REPRIMIDO
ELLO
CIRCUITO HIPO- CIRCUITO
CAMPO - CORTI- AMIGDALINO-
CAL HIPOTALÁMICO
SOMA - ORGANISMO - PNIE
GENÉTICA
CARACTERES SEXUALES
DESGASTE

Como ven, podríamos superponer este gráfico con el que vengo desarrollando
y transcribo al comienzo de esta clase, acerca de los dos caminos (mecanismos
psíquicos) que llevan a un envejecimiento normal y a uno patológico.
A fin de aclarar este complejo cuadro, vean la presentación secuencial en:
Presentación Vulnerabilidad Somática (Ppt)
Vulnerabilidad Somática

Según este encuadre teórico definimos a la vulnerabilidad somática como el


predominio y cristalización de un modo de funcionamiento universal propio del
inconciente escindido.

CAMPO FAMILIAR – SOCIO - CULTURAL –


AMBIENTAL: IDEALES CULTURALES

IDEALES DES CARGAS


SOMÁTICAS Y
DEL YO COMPORT.
YO IDEAL
CONSTRUCCIÓN
DEL CUERPO:
IDENTIDAD COR-
PORAL - S EXUAL
GEN EALÓGÍCA
VINCULAR

SOMA - ORGANISMO - PNIE - GENÉTICA - CARAC-


TERES SEXUALES
SENTIDOS - DESGASTE

Alude a la probabilidad de respuestas disfuncionales somáticas y comporta-


mentales frente a situaciones de adversidad. Hace referencia a aquellos sujetos que
enferman más fácilmente que otros o que, ante iguales enfermedades hacen más
complicaciones, o responden peor a intervenciones terapéuticas.
.
Este modo de funcionamiento se corresponde con las descripciones de las
distintas escuelas o corrientes psicosomáticas (Sifneos, J. Mc Dougall, Liberman, P.
Marty, entre las más importantes) que fueron delineando a través de sus investigacio-
nes, los componentes psíquicos característicos de los llamados ¨enfermos psicosomá-
ticos ¨:
escasa mentalización,
pensamiento operatorio, (ver resumen del concepto)
depresión esencial, (ver resumen del concepto)
alexitimia*,
normopatía**,
sobreadaptación***.

La tercera tópica ubica a estas características en el modo de funcionamiento


propio del inconciente escindido, aportando un modelo articulador de las mismas.
Ante situaciones que operan de modo traumático, estas características darán
lugar a afrontamientos de riesgo, caracterizados por:

Pobreza fantasmática.
Relato duplicador de la realidad externa.
Aplastamiento del preconciente.
Carencia de recursos del yo.
Dificultad en la elaboración de duelos.
Tendencia a la descarga.
Estilos de afrontamiento inadecuados.
Respuestas estereotipadas.

La vulnerabilidad somática sería la expresión clínica de la precariedad


del yo que, careciendo de recursos, posee estilos de afrontamiento inadecua-
dos.

*
En la década de los 70´s, P. Sifneos y J. Nemiah, observaron en pacientes psicosomáticos una dificultad para
expresar sus estados afectivos con palabras, así como para diferenciar sensaciones corporales de afectos. Lo
consideraron una perturbación cognitivo – afectiva, que denominaron alexitimia (del griego a: “falta”; lexis: “palabra”,
thymos: “afecto”), que significa literalmente “ausencia de verbalización de afectos”. Se refiere a un estilo cognitivo
caracterizado por inhabilidad para verbalizar sentimientos y discriminarlos, por el cual el sujeto presenta una te n-
dencia a la acción frente a situaciones conflictivas.
**
Normalidad aparente, consecuencia de un reforzamiento de mecanismos de defensa patológicos
***
La sobreadaptación es la adaptación a las exigencias de otros sin mediar ningún cuestionamiento. Son personas
que suelen asumir las responsabilidades de otros, como modo de ser querido y aceptado, sin prestar atención a los
propios deseos.
Ante situaciones de adversidad responden con respuestas
¨amigdalinas¨: debido a la imposibilidad de ligaduras representacionales y en
lugar de la angustia señal, la angustia automática generará respuestas somát i-
cas y/o comportamentales desadaptadas (Zukerfeld, R. y R. 1999).

Vulnerabilidad somática y/o la resiliencia en el envejecer

Volviendo a la temática del envejecimiento y sobre las bases de las lógicas


que sostienen la tensión organismo – cuerpo y las metáforas culturales que nos im-
pregnan

¿Qué será lo que condiciona en algunos un envejecimiento normal y en


otros, uno patológico, la vulnerabilidad somática y/o la resiliencia en el
envejecer?
Aquí es donde la Tercera Tópica nos ayuda a sostener y fundamentar
teóricamente lo que hemos desarrollado, como respuesta a nuestra pregunta:
¿Qué condiciones psíquicas – más allá de factores biológicos y
culturales- familiares o acontecimientos ¨ externos ¨ – sostienen
estos dos caminos?

Como podemos ver, la Tercera Tópica incorpora, como modo de funciona-


miento universal del aparato psíquico, además del inconciente – conciente – precon-
ciente/ ello – yo – superyo, la modalidad del narcisismo, concepto como vimos, central
en el proceso del envejecimiento.
Tomando como Factor de Riesgo Psíquico de envejecimiento patológico
el narcisismo patológico, que representa como vimos el predominio y cristalización
de lo escindido, podemos ubicar y entender en este contexto teórico, lo que concep-
tualizamos como: Indicadores de riesgo psíquico que se desprenden del mismo, es
decir, aquellas señales que nos avisan de un mal envejecer y que se manifiestan a lo
largo del curso de la vida a través de puntos clave que podremos detectar en la tarea
preventiva. En cierto grado, todos mantenemos nuestra ilusión de un Yo Ideal, la dife-
rencia es que en algunos sujetos, el Yo Ideal es lo que ocupa la mayor parte de su
psiquismo, que se maneja con mecanismos destinados fundamentalmente a sostene r-
lo en su lugar incuestionado, mientras que en otros esa barra de escisión y desmenti-
da tiene la plasticidad de ponerlo al Yo Ideal en su lugar, cuestionándolo y ampliando
el campo de los ideales, del trabajo de elaboración psíquica, de puesta en palabras, de
expresión de afectos (lo contrario a la alexitimia, a la vida operatoria).

Bajar completo: Señales en el camino

¿Cómo construir resiliencia durante el envejecimiento? ¿Cómo construir un


espíritu ¨ joven ¨, es decir, activo, vital, hasta el fin de los días?
La Psicogerontología actual, a través de la creación de redes sustitutivas en
ámbitos comunitarios, está demostrando la posibilidad de pasaje de la vulnerabilidad a
la resiliencia.
Estos espacios, a través de vínculos significativos con otros que otorgan reco-
nocimiento, permiten re-considerar momentos que se viven como de vacío. Poder so-
portarlos como oportunidades de crecimiento, al adueñarse de esas vacilaciones del
sentido como espacios de creación junto con otros, es lo que dará fuerzas para no ob-
turarlos con los objetos – fetiche que nos propone la cultura actual y que prometen una
completud ilusoria que finalmente se mostrará efímera.
Participando en ámbitos sociales se adquieren formas de comprender y co m-
prenderse, habilidades cognitivas y destrezas. Se logra el des-centramiento, salir de la
esfera propia y familiar abriéndose a otras realidades e incorporando la óptica de la
diferencia a través de visiones alternativas que dan los otros. Se aprende a soportar
fluctuaciones e incertidumbres, momentos de desorden y pensamientos no-lineales, en
un proceso de auto-construcción al mismo tiempo que se construye con otros. Implica
re-crearse al mismo tiempo que se cuestiona e interroga una realidad que ya no es
evidente.
La resiliencia tiene que ver, entonces, con una rica vida fantasmática y la
complejidad y fluidez del preconciente, la permeabilidad intrapsíquica (acceso a los
actos fallidos, sueños, ensoñación, el humor, el juego) y la variabilidad de recursos de
afrontamiento frente a los diversos s ucesos vitales, de modo que el procesamiento
psíquico mediante una dinámica mental fluida, sostenga un funcionamiento protector
que permita encontrar un camino transformador, modificando la realidad hostil.
Veamos a continuación la superposición del esquema que venimos trabajando
con el esquema referido a los dos caminos del envejecimiento:

CAMPO FAMILIAR - SOCIAL – AMBIENTAL:


IDEALES CULTURALES
IMÁGENES Y REPRESENTACIONES
SOCIALES PREJUICIOSAS
IMÁGENES DE V EJECES ¨ SINIESTRAS ¨
TRANSFORMACIÓN EN ROLES : VIUDEZ , JUBILACIÓN
Los cues tiona Tens ión narcis is ta
Los relativiza DES CARGAS
e auto–c ues tiona
SESTRUCTURA EsESTRUCTURA
cis ión y Des menSOMÁTICAS
- Y
EDÍPICA tida
NARCISISTA COMPORT.
PREC
Elaboración anti-
cipaSISTEMAS
da de l envREPRESENTA-
eje - Se coNO
SISTEMAS nsoREPRE-
lida repre-
CIONALES
cer: re novación de SENTACIONALES
s e ntación anticipa-
(PENSAMIENTOS-
s e ntación anticipa-
las inCREENCIAS-AFECTOS)
ves tiduras y da s inies tra
de l se ntido de la
vIDEALES
ida DEL YO YO (IDEAL
frac aso
de la e la-
borac ión anticipa-
Continuidad y da)
INCONCIENTE INCONCIENTE
Gradualidad
REPRIMIDO ESCINDIDO
Irrupción s inies tra:
Elaborac ión gra- rupt ura en la con-
dual tinui dad
Trans formacSOMA
ión - ORGANISMO - PNIE Envejecimiento
s ubje tiva GENÉTICA patológico
CARACTERES SEXUALES
Enve jecimie nto DESGASTE
normal
Les voy a explicar ahora qué significa en el esquema de Zukerfeld esta flecha:
Se refiere a los Procesos Terciarios, es decir: la tarea de capturar lo escindido a través de las
actividades recreativas, la puesta en escena en dramatizaciones, actividades expresivas de todo
tipo, musicoterapia, mediante las cuales accedemos a esos planos más primitivos, favoreciendo
la creatividad y la transformación subjetiva, sobre todo ante alguno s sujetos en los cuales su
psiquismo está dominado por el plano de lo no-representacional, es decir, sujetos que poseen
escasa mentalización, escasa capacidad elaborativa y no acceden a un trabajo analítico de auto-
cuestionamiento. Es también a lo que se refiere Bleichmar cuando habla de la capacidad de
modular lo inconsciente y la experiencia correctiva, en términos de Zukerfeld: además de hacer
conciente lo inconciente mediante la tarea analítica, podemos trabajar con el plano de lo no
Trabajo Psíquico en el Envejecer
representacional. Esta es la fundamentación teórica de todas las herramientas que desarrollamos
en esta carrera desde distintas disciplinas y que pueden trabajar en correspondencia con el tra-
bajo analítico: la recreación, la musicoterapia, la terapia ocupacional, el trabajo corporal, etc.
También están en la línea del fomento de resiliencia, por lo ¨ correctivo ¨ de experiencias de
vínculos tardíos que ofrecen reconocimiento y le permiten al sujeto rea rmar su identidad.

A lo largo de mis escritos y de mi enseñanza, vengo teorizando acerca de los


mecanismos psíquicos que se ponen en juego en el envejecer conduciendo a un enve-
jecimiento normal o bien, patológico. En síntesis, se trata del camino de construcción
de la propia identidad a partir de la imagen de cuerpo fragmentado anterior al estadío
del espejo (Lacan, 1949) y la amenaza siempre solapada de regresar a ese estadío
ante todo acontecimiento que haga zozobrar los referentes identificatorios. La antici-
pación del envejecer y la metamorfosis que implica para el yo representan ese riesgo
de vuelta a la fragmentación y al desamparo. De acuerdo a H. Bianchi (1987): ¨la ve-
jez, así como su anticipación, interroga al yo en sus referencias identificatorias¨. Es por
eso que lograr sostener la propia integridad constituirá el concepto que desde Erikson
caracterizará al buen envejecimiento (1968). Para entender los mecanismos en que se
basa este proceso deberemos recurrir a la modalidad del narcisismo, normal y patoló-
gico y, desde la tercera tópica, ubicaremos al envejecimiento patológico en el campo
del narcisismo nirvánico, es decir, el del predominio y cristalización de lo escindido, de
lo siniestro que, en tanto oculto producto de lo desmentido, en la vejez se presentifi-
cará como profecía autocumplida.
Por el contrario, el envejecer saludable tendrá que ver con la flexibilidad ante
los cambios que permitirá no aferrarse a una personalidad unívoca, aceptar las trans-
formaciones propias y ajenas, construir proyectos y recrearlos, romper con rutinas rígi-
das, probar, innovar, realizar actividades nunca antes exploradas, cuestionar y auto-
cuestionarse, condiciones todas que se sostienen en el predominio de un mundo re-
presentacional propio del inconciente reprimido. Sobre la base de estas características
de funcionamiento psíquico, se logrará realizar la elaboración anticipada y gradual del
envejecimiento.
De lo que nos van a hablar las distintas posiciones anticipadas que se adop-
ten, es de los grados de rique za o pobreza del campo representacional, el modo en
que esté resolviendo ese sujeto su trabajo identificatorio y de historización, su posición
con relación al transcurso del paso del tiempo y qué anticipa o qué resignifica en su
historia el hacerse viejo. En síntesis, nos hablará de, en qué medida, el llegar a serlo
forma parte o no de un proyecto autónomo, con mayor o menor posibilidad de diferen-
ciarse y de cuestionar las creencias, los mitos y los prejuicios acerca del envejecer que
desde su medio cultural lo constituyen.

Hay en todo sujeto, sobre todo en la mediana edad, una imago anticipada de
su llegar a viejo que tendrá efectos formativos en su presente, lo cual podrá condi-
cionar un modo de llegada a la vejez, punto desde el cual se resignificará el trayecto
previo, idas y vueltas que subyacen al tiempo lineal de la cronología. Estas idas y vue l-
tas, que refieren a la temporalidad inconciente de anticipaciones y resignificaciones
muestran, por otro lado, un aporte que hace la psicogerontología al psicoanálisis, al
incorporar la eficacia del futuro sobre el presente (trabajo anticipado) además de la
eficacia del pasado sobre el presente (trabajo de resignificación).

Habrán visto que lo reseñado en esta clase nos permite articular distintos temas
trabajados durante el año y profundizar el enfoque interdisciplinario acerca de las de-
mencias, que comenzamos a ver con Alicia Kabanchik, y que en la Red Iberoamerica-
na de Psicogerontología venimos investigando desde distintas latitudes, tratando
de generar una concepción más integral acerca del sujeto que se dementiza.
El año próximo profundizaremos la concepción acerca de la somatización y en
especial, de la dementización en el envejecer, con el aporte de las nuevas investiga-
ciones que venimos desarrollando.
En la próxima clase aplicaremos estos desarrollos al tema de las depresiones en
el envejecer.
BIBLIOGRAFÍA

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Zarebski G. Lectura teórico-cómica de la vejez. Bs. As. 1990. Libro virtual:
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Zarebski G. Hacia un Buen Envejecer. Bs. As. Ed. Univ. Maimónides, 2005.
Zarebski, G. El Curso de la Vida: Diseño para Armar, Bs. As. Ed. Univ.
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Zukerfeld,R. Zonis de Zukerfeld, R. Procesos Terciarios: de la vulnerabilidad a la
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