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Contenido

Introducción ........................................................................................................................................ 3
LA DESESPERANZA............................................................................................................................... 4
Desregulación Emocional ................................................................................................................ 4
Sentido de la vida y desesperanza .................................................................................................. 4
¿QUÉ ES SUICIDIO?.............................................................................................................................. 5
El suicidio, ligado a la falta de una sustancia química en el cerebro .............................................. 6
El intento de suicidio y los trastornos mentales ............................................................................. 6
Indicador de conductas suicidas ..................................................................................................... 6
Proceso Suicida ............................................................................................................................... 7
Primer momento Búsqueda de soluciones ................................................................................. 7
Segundo momento La ideación suicida....................................................................................... 7
El tercer momento es la rumiación ............................................................................................. 7
El cuarto momento la cristalización en la cual la persona se encuentra totalmente
desesperanzada........................................................................................................................... 7
El quinto momento o último momento es el elemento desencadenante. ................................. 8
Tabla 1. Clasificación del riesgo suicida y sus indicadores .............................................................. 8
Factores psicológicos ...................................................................................................................... 8
Idea suicida...................................................................................................................................... 8
Enfermedad física y discapacidad ................................................................................................... 9
Factores de riesgo familiar y contextual ......................................................................................... 9
Estado de ánimo de los suicidas.................................................................................................... 10
¿Cómo identificar a un suicida? .................................................................................................... 10
Test de medición de ideación suicida. .......................................................................................... 11
Clave para entender el suicidio ..................................................................................................... 11
Trastorno relacionado con la desesperanza “Depresión”................................................................. 12
BASES BIOLÓGICAS DE LA DEPRESIÓN ...................................................................................... 12
Alteraciones de la neurotransmisión ........................................................................................ 12
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DE LA DEPRESIÓN................................................................... 13
Efectos farmacológicos de los distintos grupos de antidepresivos y su traducción clínica ... 14
Fármacos antidepresivos. Dosificación. ......................................................................................... 15
Reacciones adversas de los antidepresivos .................................................................................. 15

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Efectos secundarios derivados de los tricíclicos. ...................................................................... 15
Efectos secundarios derivados de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
................................................................................................................................................... 15
Sobredosis de antidepresivos ....................................................................................................... 15
PSICOTERAPIA ............................................................................................................................... 16
Conclusión ......................................................................................................................................... 17
Bibliografía ........................................................................................................................................ 18
E grafía............................................................................................................................................... 19

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Introducción

El problema de desesperanza cuando de la mano del suicidio es una cuestión demasiado compleja;
porque no es simplemente un síntoma de patología mental, es mucho más que eso donde influyen
el estado dinámico del ánimo de tal manera que condicionan u orientan la conducta del individuo
sobre el qué hacer en el caso más extremo donde el periodo que comprende el momento en que se
produce la crisis y el paso al acto de quitarse la vida, lo cual la desesperanza es una especie de
frustración e impotencia, en el que se suele pensar que no es posible por ninguna vía lograr una
meta, o remediar alguna situación que se estima negativa, el suicida no es un loco, tampoco un
valiente, menos aún, un cobarde. El suicidio sucede en un individuo normal; y posee siempre, un
valor afectivo, ético, existencial. La tragedia de la muerte de una persona debido a desesperanza o
frustración, resulta devastadora para la familia, los amigos y la comunidad. Padres, hermanos,
compañeros, podrían quedarse con la duda de si pudieron hacer algo para impedir que esa persona
decidiera suicidarse. Aprender más acerca de los factores que podrían llevar a una persona al
suicidio podría ayudar a prevenir más tragedias; aunque no siempre se puede impedir, donde la
tentativa de suicido se puede considerar como toda acción planeada o impulsiva tendente a
autolesionarse, con o sin la conciencia de que dicho acto podría generarle la muerte y detenida en
su proceso antes que dé como resultado la pérdida de la vida. Se le concede también cierta
importancia a la depresión, debido a que es uno de los principales trastornos emocionales que
pueden llevar a cometer un suicidio o al menos a pensar en él como una opción para acabar con una
mala situación

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LA DESESPERANZA
La American Psychiatric Association en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales, en el capítulo de trastornos del estado de ánimo, hace hincapié en los síntomas de
desesperanza, pensamientos de muerte, ideación suicida o tentativa suicida como criterios de
diagnóstico para el episodio depresivo mayor.

La esperanza o desesperanza es un estado dinámico de actitud y percepción que la persona tiene


sobre los acontecimientos venideros, de tal manera que condicionan u orientan la conducta del
individuo sobre el qué hacer. Desde un punto de vista psicológico, es condición necesaria para la
acción. Quien está sumergido en la desesperanza se siente apático, embotado, inactivo; tiene
sentimientos, pero le falta la energía para actuar. La teoría de la desesperanza de la depresión o
teoría de la depresión por desesperanza, propuesta por Abramson, Metalsky y Alloy (1989), postula
una nueva teoría, nosología de los trastornos depresivos, “la depresión por desesperanza”, definida
principalmente por su causa. La desesperanza se considera como la expectativa negativa acerca de
la ocurrencia de un suceso valorado como muy importante, unida a sentimientos de indefensión
sobre la posibilidad de cambiar la probabilidad de ocurrencia de ese suceso. Aun siendo la
indefensión un elemento necesario para desarrollar desesperanza, es ésta la clave causal de la
depresión. La teoría se explica como un modelo de diátesis-estrés y especifica una cadena de causas
distantes y próximas que incrementan la probabilidad de depresión y culmina en desesperanza. La
cadena causal comienza con la ocurrencia de sucesos vitales negativos, sin embargo estos sucesos
se sitúan muy por debajo de la cadena causal que conduce a la depresión. A diferencia de la teoría
de la Indefensión Aprendida, no se habla de sucesos incontrolables, sino de sucesos vitales
negativos. Este matiz es importante porque pone de manifiesto que la presencia de sucesos
estresantes negativos está asociados con la aparición de reacciones depresivas. Es importante
identificar la clase de atribuciones que hacen las personas a los sucesos y el grado de importancia
que les confieren, contribuyen al desarrollo de la desesperanza y por lo tanto, la probabilidad del
desarrollo de los síntomas de depresión es mayor. Si en estos sucesos interviene la internalidad, es
decir; de qué manera atribuye la persona los acontecimientos o sucesos, la desesperanza puede ser
acompañada de una baja autoestima.

Desregulación Emocional
Es la capacidad disminuida para experimentar y diferenciar un amplio rango de emociones, así como
para monitorear, evaluar y modificar estados emocionales intensos. La desregulación emocional se
ha asociado a los más frecuentes padecimientos, como depresión, ansiedad y conductas
desadaptativas, incluidas la impulsividad y las autolesiones no suicidas. Las posibles manifestaciones
de la desregulación emocional incluyen explosiones de ira o arrebatos de comportamiento, tales
como la destrucción o lanzar objetos, agresión hacia sí mismo o a otros, y las amenazas de matar a
uno mismo. Estas variaciones ocurren generalmente en segundos a minutos u horas. Esta
desregulación emocional puede conducir a problemas de conducta y puede interferir con las
interacciones y las relaciones en el hogar social de una persona, en la escuela o en el lugar de trabajo.

Sentido de la vida y desesperanza


El logro de sentido se asocia positivamente a percepción y vivencia de libertad; responsabilidad y

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autodeterminación; cumplimiento de metas vitales; visión positiva de la vida, del futuro y de sí
mismo; y autorrealización. Cuando no se alcanza el logro existencial se origina una frustración que
se asociaría a la desesperanza caracterizada por la duda sobre el sentido de la vida; por un vacío
existencial que se manifestaría en un estado de tedio, percepción de falta de control sobre la propia
vida y ausencia de metas vitales. La desesperanza por causa existencial puede comportar riesgo
suicida más en sujetos cuyas condiciones personales de salud física, social y económica son
favorables, que cuando tales condiciones no son tan buenas pero que sí se experimenta el logro
mismo de sentido.

Ahondando en estas ideas, Lukas (2001) afirma que la falta de sentido de la vida da lugar a una
frustración existencial en la que se desespera. Entre el vacío existencial y la desesperanza, por tanto,
existiría una relación estrecha; ambas remiten a un estado de ánimo y motivación, y de sentimientos
y de expectativas sobre el futuro caracterizados por la apatía, el cansancio, la falta de ilusión, la
sensación de inutilidad de la vida, el fatalismo y la desorientación existencial, pudiendo llevar a la
comisión de suicidio. El riesgo de cometer suicidio se incrementa notablemente cuando se
experimenta vacío existencial, tanto más cuanto más sinsentido resulta la propia existencia. En
relación con ello, Yalom (1980) halló que el vacío existencial se asociaba con la psicopatología,
mientras que el logro de sentido de la vida se relacionaba con la dedicación personal a una causa, a
valores y a metas vitales personales claras y definidas. La desesperanza, por su parte, está
relacionada en el modelo desarrollado por A. T. Beck y sus colaboradores, con sentimientos y
cogniciones negativas acerca de uno mismo, del mundo y del futuro, correlacionando
significativamente con ideaciones y tendencias suicidas: a mayor nivel de desesperanza, mayor
frecuencia e intensidad de ideaciones suicidas y mayor probabilidad, por tanto, de materializar una
conducta suicida. La desesperanza operaría a modo de variable moduladora entre la depresión y la
conducta suicida, por cuanto forma parte de las distorsiones cognitivas características de personas
con depresión y con ideaciones suicidas. Esta relación directa entre desesperanza e ideación y
tendencias suicidas es afirmada en numerosos trabajos empíricos, así como la relación inversa entre
desesperanza y sentido en la vida, la desesperanza es más importante que la depresión misma a la
hora de explicar ideaciones suicidas, y ambas son las dos variables más importantes, junto con el
historial de intentos de suicidio al momento de identificar ideaciones suicidas.

¿QUÉ ES SUICIDIO?
El suicidio supone quitarse voluntariamente la vida. Se trata de un término que proviene de dos
vocablos latinos y una traducción aproximada podría ser matarse a sí mismo. Diversas estadísticas
ubican el suicidio como la cuarta causa de muerte más frecuente en todo el mundo. Por su
naturaleza, el suicidio está asociado a la salud mental del individuo, ya que es una situación de crisis
que pone en riesgo la vida.

El suicidio tiene múltiples acepciones, pero se puede definir como todo comportamiento que busca
o encuentra una solución para un problema existencial en el hecho de atentar contra su propia vida.
El suicidio o el intento de suicido se toma como camino cuando no se encuentra otra salida posible
a lo que se está viviendo o sintiendo. El suicidio por lo general atraviesa circunstancias concretas

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como el pensamiento, la acción y la consumación del acto. Aunque existen variantes en la forma de
clasificar y definir los rasgos de conducta tendientes a quitarse la vida. Por su naturaleza, el suicidio
está asociado a la Salud Mental del individuo, ya que es una situación de crisis que pone en riesgo
la vida. Slaikeu define este estado de crisis como: “Un estado temporal de trastorno y
desorganización, caracterizado fundamentalmente por la incapacidad de un individuo para manejar
una situación particular, usando los métodos frecuentes de resolución de problemas y por la
tendencia hacia un resultado radicalmente positivo o negativo”. Y El término “parasuicidio” fue
introducido por Kreitman, como “un acto sin resultado fatal mediante el cual, sin ayuda de otros,
una persona se autolesiona o ingiere sustancias con la finalidad de conseguir cambios a través de
las consecuencias actuales o esperadas sobre su estado físico”. En la actualidad se considera que el
suicidio se mueve a lo largo de un continuum de diferente naturaleza y gravedad, que va desde la
ideación (idea de la muerte como descanso, deseos de muerte e ideación suicida) hasta la gradación
conductual creciente (amenazas, gestos, tentativas y suicidio consumado). Friedrich Dorsh describe;
“en individuos psíquicamente sanos, la decisión adoptada libremente, del homicidio de sí mismo,
puede ser consecuencia de una situación a la que no se ve salida”. Pero se produce a menudo en
conexión con un estado psíquico o psicopático, en tal caso es la expresión de un estado afectivo de
angustia desesperación y ausencia de otras salidas.

El suicidio, ligado a la falta de una sustancia química en el cerebro


La falta en el cerebro de una sustancia química, la serotonina, puede jugar un papel importante en
los suicidios, según diversos estudios científicos publicados recientemente y cuyos resultados
concuerdan. Los investigadores no saben todavía si un nivel bajo de serotonina es la causa o el
efecto de los estados depresivos que llevan al suicidio en un alto porcentaje de los casos. De todas
formas, la puesta a punto de un medicamento para remediar esta deficiencia sólo se lograría a largo
plazo, según los especialistas.La serotonina es una sustancia del grupo de las monoaminas producida
en el intestino y dotada de una actividad vasoconstrictiva. Su nivel en el organismo humano vivo
puede ser medido en la médula espinal y en el cerebro una vez producido el fallecimiento.

El intento de suicidio y los trastornos mentales


Borges y colaboradores en el 2010, describe que los trastornos mentales, entre ellos los trastornos
depresivos, han sido vinculados con la ideación suicida, los intentos de suicidio y el suicidio, aunque
poco se conoce acerca de su peso específico en comparación con otros factores. Este estudio aporta
información sumamente valiosa, no sólo para la atención del suicidio, sino también para obtener un
entendimiento más completo de los trastornos depresivos. En éste se destaca que más de 40% de
las personas con un intento de suicidio padecían algún trastorno de ansiedad, 28% tenía algún
trastorno de control de los impulsos, 18.6% tenía algún trastorno depresivo y 16% tenía algún
trastorno por uso de sustancias (principalmente alcohol.

Indicador de conductas suicidas


Entre las conductas que pueden ser un indicador de un suicidio inminente, aparecen los deseos de
muerte (con frases como “mi vida ya no tiene sentido” o “no encuentro un motivo para vivir”), la
incapacidad de descargar las angustias, el agotamiento de la vida social, el comportamiento

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impulsivo y la introversión acentuada. Algunos de estos síntomas, por otro lado, son claramente
opuestos entre sí, como la impulsividad y la introversión, que muchas veces corresponden a
personalidades muy diferentes. El primer caso suele asociarse a personas de carácter fuerte y
aparente seguridad en sí mismas, mientras que el segundo es típico de quienes sienten que no son
dignos de la atención o el cariño de los demás. Analizando profundamente a una persona, todas
estas suposiciones pierden peso, ya que se alcanza un nivel de complejidad que siempre termina
llevándonos al mismo punto: la infancia.

Proceso Suicida
Dentro del fenómeno del suicido se pueden señalar etapas específicas: ideación suicida pasiva,
contemplación activa del propio suicidio, planeación y preparación, ejecución del intento suicida y
suicidio consumado. Cada una de estas etapas tiene características específicas que implican un reto
para quienes trabajan en la investigación, la prevención y la intervención. G. Bouchard (2000)
plantea que el proceso suicida es el periodo que comprende el momento en que se produce la crisis
y el paso al acto, haciendo la aclaración que en la persona este proceso puede ser muy corto,
inclusive de horas, siendo aún más cortó en los intentos subsecuentes de suicidio. Bouchard divide
este proceso en 5 momentos vitales:

Primer momento Búsqueda de soluciones (etapa normal en cualquier crisis). La persona hace una
especie de inventario de las posibles soluciones a sus problemas juzgando la posibilidad de que se
produzca un cambio, y por lo tanto; se disminuya el dolor.

Segundo momento La ideación suicida. En la búsqueda de soluciones una imagen súbita, breve y
pasajera de muerte aparece como una posible solución. Las soluciones que se encuentran suelen
ser ineficaces para reducir la intensidad de la crisis, y por lo tanto son rechazadas. La idea de suicidio
comienza a aparecer más frecuente, muchas veces encubierta por la idea de que algo pasará para
morir, por ejemplo; una enfermedad terminal, un accidente, etc. Pero cada vez se piensa más en el
suicidio y comienza a elaborar escenarios posibles.

El tercer momento es la rumiación. La inconformidad es cada vez mayor y más difícil de soportar,
el deseo de escapar a la angustia es cada vez más apremiante. La imposibilidad de resolver la crisis
y el sentimiento de haber agotado todas las posibilidades provoca un aumento de la angustia. La
idea del suicidio se vuelve constante y regular, lo que genera aún más angustia y aviva el sufrimiento
y el dolor.

El cuarto momento la cristalización en la cual la persona se encuentra totalmente


desesperanzada. El suicidio es considerado ya como una solución a todos los sufrimientos. Es el
momento en el que se elabora un plan preciso: el día, la hora, el medio, el lugar. La persona puede
sentirse aliviado y dar signos de estar mejor, ya que el suicidio representa la solución definitiva, y él
posee el medio para ponerle fin a su sufrimiento. Con frecuencia, en este momento la persona hace
una ruptura emotiva de los seres queridos que lo rodean y un sentimiento de aislamiento al
presente. Solo hará falta el evento que lleve el paso al acto.

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El quinto momento o último momento es el elemento desencadenante. Después de la etapa de
cristalización, el paso al acto se vuelve inminente. Un evento desencadenante está ligado al acto
suicida, sin importar muchas veces la intensidad o trascendencia manifiesta del evento, pero es un
evento para que el adolescente lo agregue a la serie de pérdidas significativas que ha sentido en su
vida. Algo muy importante de este proceso es que se puede intervenir el cualquier momento; hay
que recordar que la ambivalencia y el miedo a pasar al acto siempre van a estar presentes, inclusive
hasta el último momento, y que una intervención adecuada puede interrumpir el proceso en
cualquier momento.

Tabla 1. Clasificación del riesgo suicida y sus indicadores

Factores psicológicos
Las ideas suicidas pueden ser causadas por varios factores, incluyendo las presiones ambientales,
las normas culturales e incluso la información genética de una persona. Las variables que pueden
estar asociadas a la conducta suicida son: la impulsividad, la desesperanza, el pensamiento
dicotómico, la rigidez cognitiva, la dificultad para la resolución de problemas, la sobre generalización
en el recuerdo autobiográfico y el perfeccionismo. Entre los rasgos de personalidad que se deben
de tomar en cuenta para la conducta suicida son: la agresividad, impulsividad, ira, irritabilidad,
hostilidad y ansiedad. La detección de estos rasgos en fundamental, ya que son marcadores útiles
en la detección de la conducta suicida. El Sexo y la edad también tienen relevancia en los factores
psicológicos.

Idea suicida
La suicidalidad se define como las ideas e intentos suicidas. El estudio del suicidio puede

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comprenderse como un espectro que abarca a las ideas y deseos suicidas (ideación suicida), las
conductas suicidas sin resultado de muerte (intentos suicidas) y los suicidios consumados o
completados. Si bien existen importantes diferencias demográficas entre quienes intentan
suicidarse y quienes lo consuman (los primeros tienden a ser mayoritariamente mujeres jóvenes y
los segundos varones de mayor edad), se considera que estos grupos conforman un continuo de
creciente severidad y riesgo. Tanto la ideación como los intentos de suicidio son heterogéneos. Así,
las ideas suicidas pueden abarcar desde pensamientos de falta de valor de la vida a la planificación
de un acto letal, pasando por deseos más o menos intensos de muerte o fantasías de suicidio. Las
conductas de auto daño pueden abarcar desde gestos comunicativos sin intención definida de
muerte, hasta tentativas tan severas que constituyen verdaderos suicidios frustrados. La
suicidalidad puede adoptar diversos cursos, puede distinguirse una suicidalidad ocasional o aguda y
una suicidalidad crónica. La primera suele presentarse asociada a cuadros como trastornos del
ánimo o esquizofrenia; la segunda es característica de trastornos severos de la personalidad como
el limítrofe. Una forma intermedia o episódica puede observarse en pacientes con trastornos
psiquiátricos recurrentes o crónicos con agravaciones episódicas.

La idea suicida puede ser tan detallada como un plan formulado, sin que el acto suicida finalice o
puede ser toda la intención y tener éxito. Puede considerarse una expresión temprana de
vulnerabilidad y abarca desde manifestaciones vagas de poco valor de la vida hasta propósitos
autodestructivos más definidos. Las ideas suicidas se asocian a variables psicosociales, a medio
familiar caótico las cuales pueden adoptar las siguientes formas de presentación:

• Idea suicida sin un método específico.

• Idea suicida con un método inespecífico o indeterminado en la que el individuo expone sus deseos
de matarse.

• Idea suicida con un método específico no planificado, en la cual el sujeto desea suicidarse y ha
elegido un método determinado para llevarlo a cabo, pero aún no ha ideado cuándo lo va a ejecutar,
en qué preciso lugar, ni tampoco ha tenido en consideración las debidas precauciones que ha de
tomar para no ser descubierto y cumplir con sus propósitos de autodestruirse.

• El plan suicida o idea suicida planificada, el individuo desea suicidarse, ha elegido un método
habitualmente mortal, un lugar donde lo realizará, el momento oportuno para no ser descubierto,
los motivos que sustentan dicha decisión que ha de realizar con el propósito de morir.

Enfermedad física y discapacidad


El dolor en una enfermedad crónica, la pérdida de movilidad, la desfiguración así como otras
discapacidades o un mal pronóstico de la enfermedad (cáncer, sida, VIH, etc.) se relacionan en un
alto porcentaje con la conducta suicida.

Factores de riesgo familiar y contextual


Los patrones familiares destructivos y los acontecimientos traumáticos en la niñez temprana afectan

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la vida de los jóvenes, desde ese momento en adelante, especialmente si no pudieron superar el
trauma. Algunos de es estos aspectos son:

o Psicopatología de los padres con presencia de desórdenes psiquiátricos en particular emocionales


o Abuso de alcohol y sustancias, o comportamiento antisocial en la familia o Antecedentes familiares
de suicidios e intentos de suicidio
o Familia violenta y abusiva (incluyendo abusos físicos y sexuales del niño)
o Escaso cuidado provisto por los padres o cuidadores con poca comunicación dentro de la familia
o Peleas frecuentes entre los padres o cuidadores con agresión y tensiones
o Divorcio, separación o muerte de los padres o cuidadores o Mudanzas frecuentes a áreas
residenciales diferentes.

Estado de ánimo de los suicidas


Tres rasgos en particular son característicos del estado de ánimo de personas suicidas:
1. Ambivalencia. En la mayoría de las personas existe una mezcla de sentimientos en torno a
cometer suicidio. El deseo de vivir y el de morir libran una batalla desigual en el suicida. Existe
urgencia por alejarse del dolor que representa vivir, junto con un trasfondo, el deseo de vivir.
Muchas personas suicidas en realidad no desean morir, simplemente no están contentas con su
vida. Si se suministra apoyo y se incita a que el deseo de vivir aumente, disminuirá el riesgo de
suicidio.
2. Impulsividad. El suicidio es también un acto impulsivo. Como cualquier otro impulso, el de
cometer suicidio es transitorio y dura unos pocos minutos u horas. Usualmente, se desencadena
con los acontecimientos negativos del día a día. Calmando esas crisis y tratando de ganar tiempo, el
trabajador de la salud puede ayudar a reducir el deseo de suicidarse.

3. Rigidez. Cuando las personas son suicidas, sus pensamientos, sentimientos y acciones son rígidos.
Piensan constantemente en el suicidio y son incapaces de percibir otras formas de salir del
problema. Su pensamiento es drástico; son incapaces de encontrarle aspectos positivos a la vida. La
mayoría de los suicidas comunican sus pensamientos e intenciones suicidas. A menudo, lanzan
señales y hacen comentarios sobre “querer morir” o “sentirse inútiles”. Todas esas solicitudes de
ayuda no deben ser ignoradas. Cualesquiera que sean los problemas, los sentimientos y
pensamientos del suicida son comunes en todos.

¿Cómo identificar a un suicida?


Con frecuencia, aparecen una serie de señales y signos en el comportamiento de estas personas
que podrían ser de ayuda a los profesionales para alertarles del riesgo.
Estas señales pueden ser:
− Haber hablado acerca de hacerse daño o matarse.
− Haber buscado maneras de hacerse daño (armas de fuego, sobre medicándose).
− Hablar sobre la muerte o hablar de morir cuando ese tipo de tema no es normal en ellos.
− Sentirse desesperado, furioso, fuera de control.
− Actuar de manera impulsiva o involucrándose en actividades que conllevan cierto peligro.

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− Sentirse atrapado y sin salida.
− Aumentar el uso de drogas y alcohol.
− Sentirse ansioso, agitado, no poder conciliar el sueño, o dormir demasiado.
− Cambios en el estado de ánimo.
− Perder la capacidad para valorar el sentido de la vida.
− Tentativa previa de suicidio.
− Verbalizar ideas suicidas.
− Preparar un testamento.
− Historia familiar de suicidio.

Test de medición de ideación suicida.


La Escala de Ideación Suicida (Scalefor Suicide Ideation, SSI) es una escala heteroaplicada, elaborada
por Beck (1979) para cuantificar y evaluar la intencionalidad suicida, o grado de seriedad e
intensidad con el que alguien pensó o está pensando suicidarse. Es una escala de 19 ítems que debe
ser complementada por el terapeuta en el transcurso de una entrevista semiestructurada. Las
adaptaciones al castellano la presentan dividida en varias secciones que recogen una serie de
características relativas a:

• Actitud hacia la vida / muerte (ítems 1 a 5).


• Pensamientos o deseos suicidas (ítems 6 a 11).
• Proyecto de intento de suicidio (ítems 12 a 15).
• Realización del intento proyectado (ítems 16 a 19).
Y añaden una quinta sección, con dos ítems, en la que se indaga sobre los antecedentes de intentos
previos de suicidio. Estos dos ítems tienen un valor meramente descriptivo, ya que no se
contabilizan en la puntuación global de la escala.
Para cada ítem hay tres alternativas de respuesta que indican un grado creciente de seriedad y/o
intensidad de la intencionalidad suicida. Hay dos formas de aplicar la escala, una referida al
momento presente y otra referida al peor momento de la vida del paciente, es decir, al momento
de mayor crisis, que puede coincidir con el actual o ser un acontecimiento ya pasado; en este último
caso, la entrevista debe ser retrospectiva.

Clave para entender el suicidio

1. Representa un estado emocional y cognitivo de sufrimiento inaguantable (Psychache). Regla


esencial: si se reduce el nivel de sufrimiento aunque sea mínimamente, el sujeto elegirá vivir. Cada
sujeto tiene un nivel crítico único. A veces pequeñas intervenciones resultan la diferencia entre lo
tolerable e intolerable.
2. Un estresor común son las necesidades psicológicas frustradas (sistema infantil de creencias).
Centrarse en estos aspectos, mostrar interés, reevaluar la situación.
3. El propósito es buscar una solución, no es un acto casual, nunca se realiza sin motivo o sin

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propósito. Esto conlleva conocer el problema y explorar soluciones, aunque el suicida se
caracteriza por el “sí, pero…”
4. La meta común del suicidio es el cese de la consciencia y del dolor intolerable. Adoptar medidas
prácticas: hablar con la gente, citarse, contactar, demuestran que es posible tolerar. Hacer sólo
aquello que los pacientes no puedan hacer por sí solos (diferenciar entre ayudar y fomentar la
dependencia)
5. La emoción habitual en el suicidio es la indefensión y la desesperanza: “nadie ni nada de lo que
haga podrá ayudarme”
6. La actitud interna del suicidio es la ambivalencia, lo que lleva a la persona a anhelar, planear el
suicidio, a la vez que un plan de rescate y una intervención

7. El estado cognitivo del suicidio es la constricción. Una visión restringida y de túnel, estado afectivo
e intelectual pasajero con rango de elección limitado a dos.
8. Un acto interpersonal habitual del suicidio es la comunicación de tales intenciones (80% de los
casos). El acto interpersonal no es tanto la rabia, hostilidad, o la destrucción como la comunicación
de la intención: “ya no me verás”.
9. Una acción habitual del suicidio es la huida, la fuga, la deserción. Puede trabajarse explorando
otras áreas de las que huir menos globales, menos drásticas.
10. Patrones de afrontamiento de larga duración, como los moribundos. Despliegue de emociones
congruentes con las respuestas al sufrimiento, amenaza, indefensión, impotencia.

Trastorno relacionado con la desesperanza “Depresión”


La depresión es una enfermedad caracterizada por episodios de humor depresivo. Cada episodio
se caracteriza por una depresión del estado de ánimo, una disminución de la vitalidad y una
reducción del nivel de actividad. Es frecuente una pérdida de la capacidad de interesarse y
disfrutar de las cosas, una disminución de la concentración, y un cansancio exagerado que aparece
incluso tras un esfuerzo mínimo. Son comunes los trastornos del sueño y la pérdida del apetito.
También se caracteriza por la pérdida de confianza en sí mismo y el sentimiento de inferioridad;
incluso en los episodios más leves están presentes las ideas de culpa y de ser inútil.

BASES BIOLÓGICAS DE LA DEPRESIÓN


La psicofarmacología actual se basa en la neurotransmisión química. Para entender los trastornos
del Sistema Nervioso Central (SNC) y la acción de los fármacos que tratan de mejorar esos
trastornos, es necesario hacer un repaso de la fisiología del SNC y los principios de la
neurotransmisión
Alteraciones de la neurotransmisión
Concretamente la depresión se explicó inicialmente sobre la hipótesis monoaminérgica, que
consideraba el trastorno debido a un déficit de neurotransmisores monoaminérgicos:

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Noradrenalina (NE), Serotonina (5-HT) y Dopamina (DA). Se basaba en que ciertos fármacos que
disminuían la cantidad de estos neurotransmisores podían inducir depresión, y a su vez los
pacientes depresivos respondían a fármacos que potenciaban estos neurotransmisores (IMAO,
ADT, ISRS). Como consecuencia de la falta de neurotransmisores en la sinapsis se produce una
disminución de la neurotransmisión, lo que explicaría los síntomas propios de la depresión como
insomnio, pérdida de apetito, pérdida de interés, etc., aunque tras décadas de investigación no
parece que este déficit de neurotransmisores sea necesario o suficiente para que se presente un
trastorno depresivo.

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DE LA DEPRESIÓN.

Para el tratamiento de la depresión se utiliza un grupo de medicamentos muy heterogéneo, que


se clasifican actualmente por sus efectos sobre los neurotransmisores. Todos los medicamentos
antidepresivos tratan de aumentar la concentración de neurotransmisores en la sinapsis
consiguiendo, finalmente, una regulación a la baja de los receptores del neurotransmisor clave,
para lo que pueden utilizar distintos mecanismos.
1. Antidepresivos Inhibidores de la enzima mono-amino-oxidasa (IMAO): impiden la destrucción
de los neurotransmisores por la MAO.
2. Antidepresivos tricíclicos (ADT) y afines: bloquean la bomba de recaptación de los
neurotransmisores en la neurona presináptica.
3. Antidepresivos Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS): impiden la
recaptación selectiva del neurotransmisor serotonina por la neurona presináptica.
4. Otros antidepresivos de acción dual:
• Antidepresivos inhibidores de la recaptación de dopamina y noradrenalina (IRDN).
• Antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina (IRSN).
• Antidepresivos antagonistas de receptores 5-HT2 e inhibidores de la recaptación de serotonina
(ASIR).
• Antidepresivos de acción noradrenérgica, serotoninérgica y histaminérgica específicas (NASSA).
• Antidepresivos selectivos de la recaptación de noradrenalina (ISRN).

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Efectos farmacológicos de los distintos grupos de antidepresivos y su traducción clínica
Mecanismo de
Grupo Fármacos Efectos Efectos adversos
acción
clínicos comunes
antidepresivo
Fluoxetina,
sertralina, Antidepresivo, Náusea, diarrea, boca
ISRS Inhibición de
fluvoxamina, ansiolítico seca, disfunción sexual,
SERT
paroxetina, ansiedad inicial
citalopram,
escitalopram
Venlafaxina, Cefalea, insomnio, náusea,
Inhibición de desvenlafaxina, Antidepresivo, diarrea, hiporexia,
IRSN
SERT y NAT duloxetina, ansiolítico disfunción sexual,
milnacipran aumento de tensión
arterial
Boca seca, constipación,
Inhibición de Bupropión Antidepresivo, náusea, hiporexia,
IRND insomnio, cefalea,
NAT y DAT (anfebutamona) ansiolítico
ansiedad, aumento de
tensión arterial
Hiporexia, insomnio,
Antidepresivo, mareo, ansiedad, boca
ISRN Inhibición de Reboxetina,
ansiolítico seca, constipación, náusea,
NAT atomoxetina
disfunción sexual
Antidepresivo, Náusea, mareo,
AMT Agonismo Agomelatina ansiolítico somnolencia, cefalea
MT1/MT2
Aumento de apetito, boca
Antidepresivo, seca, constipación,
Aα2 Antagonismo Mirtazapina
ansiolítico sedación, mareo,
α-2
hipotensión
Náusea, edema, visión
Inhibición de Antidepresivo, borrosa, boca seca,
AIRS Trazodona
SERT y ansiolítico, constipación, mareo,
antagonismo hipnótico sedación, hipotensión
5HT2A/2C
Visión borrosa,
constipación, aumento
Inhibición de Amitriptilina, Antidepresivo, de apetito, boca seca,
ATC
SERT y NAT imipramina, ansiolítico náusea, diarrea, fatiga,
desipramina sedación, disfunción
sexual, aumento de
tensión arterial
Inhibición de Antidepresivo,
MM SERT, Vortioxetina procognitivo, Náusea, cefalea, mareo,
agonista 5- ansiolítico boca seca
HT1A/1B/1D,
antagonista 5-
HT7

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Fármacos antidepresivos. Dosificación.
Medicamento Dosis Medicamento Dosis
(mg/día) (mg/día)
Tranilcipromina 20-60 Citalopram 20-60
Moclobemida 300-600 Fluoxetina 20-40
Amitriptilina 100-300 Fluvoxamina 50-300
Amoxapina 100-600 Paroxetina 20-50
Clomipramina 100-300 Sertralina 50-150
Dosulepina 75-150 Bupropión 150-300
Doxepina 100-300 Venlafaxina 75-375
Imipramina 100-300 Nefazodona 200-600
Lofepramina 140-210 Trazodona 150-600
Maprotilina 100-225 Mianserina 30-90
Nortriptilina 50-200 Mirtazapina 15-45
Trimipramina 100-300 Reboxetina 8-12

Reacciones adversas de los antidepresivos


Efectos secundarios derivados de los tricíclicos. Se destacan la sedación, los efectos
anticolinérgicos (sequedad de boca, visión borrosa, estreñimiento, retención urinaria, agitación,
confusión), los efectos cardiovasculares (hipotensión ortostática, taquicardia, arritmias), la
hipertrofia prostática, el glaucoma de ángulo cerrado, y el aumento de peso.
Efectos secundarios derivados de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
Se destacan la activación, la agitación, el temblor, los mareos, el insomnio, las náuseas, la diarrea,
los problemas sexuales, la cefalea, la hiponatremia, la pérdida de peso y la erupción cutánea.

Sobredosis de antidepresivos
Si se sospecha una sobredosis de antidepresivos, se recomienda enviar al paciente a un centro
médico para enfermedades agudas. Los rasgos clínicos de la sobredosis de tricíclicos se
caracterizan por sedación, hipotensión, taquicardia, alteraciones en el electrocardiograma,
sequedad de boca, visión borrosa, pupilas dilatadas, retención urinaria, abolición de los ruidos
intestinales, convulsiones, crisis convulsivas. La incidencia global de las arritmias cardiovasculares
graves es baja, mientras que la hipotensión es más común. En general, las sobredosis de
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina solamente no suelen ser mortales. Los
rasgos clínicos de esta sobredosis se caracterizan por vómitos, temblor,
somnolencia, taquicardia, cambios en el electrocardiograma, convulsiones. A dosis altas puede
reducirse el nivel de conciencia.

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PSICOTERAPIA
Hasta hace algún tiempo sólo se consideraba la posibilidad de utilizar las técnicas de terapia
psicológica, en los trastornos depresivos leves y en pacientes muy motivados. Actualmente la
asociación de tratamiento farmacológico y psicoterapia está demostrando que previene las
recaídas y alarga el tiempo entre episodios, manteniéndose el paciente sin medicación. TERAPIA
ELECTRO CONVULSIVA (TEC)
Se utiliza en las formas más graves de depresión. Es un tratamiento eficaz y rápido en su inicio,
aunque con duración limitada y relativamente seguro, ya que tiene los riesgos de la anestesia
general y la posibilidad de producir alteración en la memoria. Terapia electro convulsiva:
Tratamiento consistente en el uso de shocks eléctricos para inducir una convulsión controlada,
con el objetivo de tratar los desequilibrios químicos del cerebro.

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Conclusión
El vacío existencial se asocia significativamente a niveles superiores de desesperanza, teniendo en
cuenta que la desesperanza es un potente indicador del riesgo suicidio por todos estos
componentes cognitivos y emocionales que tiene la desesperanza, anudada a la desregulación
emocional, la psicología los considera como un de los factores más importantes de los últimos
años en la ideación suicida, puesto que varias personas que tienen estos pensamientos han llegado
al acto suicida, presentan un estado de pérdida de la motivación, de la esperanza de alcanzar los
sueños, una renuncia a toda posibilidad de que las cosas salgan bien.

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Bibliografía

Cortés, A., Aguilar, J., Suárez, R., Rodríguez, E. y Durán, J.S. (2011). Factores de riesgo asociados
con el intento suicida y criterios sobre lo ocurrido en adolescentes. Revista Cubana de Medicina
General e Integral

Josep María P. Las competencias y/o capacidades básicas. IN. Revista Electrònica d’Investigació i
Innovació Educativa i Socioeducativa.

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E grafía

 http://www.cuidateplus.com/enfermedades/psiquiatricas/2002/09/24/desesperanzade
presion-elevan-riesgo-suicidio-5595.html
 https://definicion.de/suicidio/
 http://www.redalyc.org/html/142/14250206/

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