2.- Versículo para memorizar en la semana: “Por tanto, dejando ya
los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios...” (Hebreos 6:1)
3.- ¿Qué aprenderemos hoy?
Que es esencial conocer al Señor Jesucristo como Salvador,
Debemos de Caminar junto a Él, tomados de Su mano.
4.- ¿Qué nos dice la Escritura?
I.- Es necesario avanzar en el proceso de crecimiento espiritual
(5:11-13).
1.- La autosuficiencia y la renuencia a comprometerse, actitudes que
afectan la vida espiritual.-
“Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por
cuanto os habéis hecho tardos para oír” (v.11).
Con frecuencia encontramos dos actitudes entre quienes han conocido al
Señor Jesucristo. La primera es que hay quienes rápidamente se infatúan y consideran que ya lo saben todo y no tienen nada más que aprender. Pronto vuelven atrás en su vida espiritual.
La segunda y no menos perjudicial, es el temor que se refleja en renuncia
de muchas personas a comprometerse con las cosas de Dios. Las Buenas Nuevas de Salvación les parecen extraordinarias, pero una vez deben permitir el obrar divino en su existencia, cierran las puertas. 3.- Es posible llegar a un nivel de estancamiento espiritual.-
Uno de los aspectos centrales de esta carta a Hebreos tiene especial
significado cuando leemos los versículos 12 y 13: “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño...”.
Nos debemos formular una pregunta, ¿estamos avanzando hacia la
madurez espiritual o simplemente leemos las Escrituras por adquirir conocimiento intelectual? Recuerde que es esencial llevar ese aprendizaje a la vida cristiana práctica. Es la forma más eficaz de vivir a Cristo en el día a día.
II.- El Señor Jesucristo impacta nuestra vida hacia el cambio (5:14;
6:1-7)
1.- Las dos etapas: estancamiento y crecimiento. ¿En dónde
estamos? (v.14).-
¿Quiénes participan del alimento sólido? Quienes han ido aprendiendo
más y más de Dios. ¿Cómo se aprender acerca del amado Señor y Creador? Mediante la íntima relación que desarrollamos con Él en oración y la meditación de Su Palabra.
2.- Es necesario revisar nuestra vida y aplicar correctivos (6:1- ).-
“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos
adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios...” (vv. 1, 2). Conforme aprendemos nuevos principios y pautas de vida y los aplicamos a nuestra forma de pensar y de actuar, dejamos atrás los primeros pasos y crecemos en Cristo. Es un proceso, en el que estamos llamados a tomar parte todos.
3.- La permanencia en el camino de Dios es clave (vv.2-7).-
¿Se pierde la Salvación? Esa es una pregunta que desde siempre ha dividido a muchas iglesias. Es un aspecto doctrinal profundo. Entendemos que la Salvación como tal no se pierde. Un ejemplo: usted es hijo de su padre terrenal y no perderá esa condición, pero sí pierde las posibilidades de ser heredero si hace algo que no solo rechaza su ascendencia sino que además deja de lado su familia. Entonces, bien podría ser hijo de fulano de tal, pero estar desheredado. Hay quienes conocen a Cristo como Señor y Salvador y pronto dejan el Camino y pretenden que viviendo a su manera, alcancen vida eterna. Esa es una salvación amañada, conforme a los intereses de quien recibió el beneficio del perdón de los pecados, pero no es necesariamente lo que Dios espera y desea (vv.2-8).
III.- Dios reconoce nuestro esfuerzo por permanecer firmes (6:9- ).
1.- Buscar a Dios implica permanecer en El (vv.9-12).-
Traiga por un instante a su memoria la imagen de quienes llevan mucho
tiempo en el caminar con Cristo. Enfrentan dificultades, las circunstancias parecen vencerlos y por momentos han sentido vivo deseo de volver atrás. Sin embargo toman fuerzas mediante la oración al Padre y avanzan. ¿Acaso no valora Dios estos esfuerzos? Sin duda que si. La Palabra dice: “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.” (v.10).
2.- El vencedor es quien prosigue hasta el final (v.11).-
Es probable que haya visto a su alrededor cristianos que han avanzado
espiritualmente con una rapidez extraordinaria. Sin embargo cuando menos se espera, renuncian y vuelven al mundo. Usted que creía que jamás alcanzaría el desarrollo de la fe y la madurez, observa sin embargo que sigue avanzando. Los hechos nos muestran que el ganador de la carrera no es el que arranca primero, sino aquél que permanece. Y ese es el propósito de Dios para nosotros: “Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.”. 1.- ¿Qué actitudes asumen muchas personas quienes después de haber tenido un encuentro personal con el Señor Jesucristo? (v.11).
2.- ¿Hemos avanzado en el proceso de madurez espiritual, o seguimos
estancados? (vv.12, 13).
4.- ¿Qué ocurre con aquellos que menosprecian la Salvación del Señor Jesús? (vv.2-7).
5.- ¿Olvida o desconoce Dios nuestra disposición de seguir
firmes en el caminar con Cristo a pesar de las adversidades? (v.10, 11).