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Camino hacia la madures cristiana

1.- Base Escritural: Hebreos 5:11-14;6:1-20

2.- Versículo para memorizar en la semana: “Por tanto, dejando ya


los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección;
no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras
muertas, de la fe en Dios...” (Hebreos 6:1)

3.- ¿Qué aprenderemos hoy?

Que es esencial conocer al Señor Jesucristo como Salvador,

Debemos de Caminar junto a Él, tomados de Su mano.

4.- ¿Qué nos dice la Escritura?

I.- Es necesario avanzar en el proceso de crecimiento espiritual


(5:11-13).

1.- La autosuficiencia y la renuencia a comprometerse, actitudes que


afectan la vida espiritual.-

“Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por


cuanto os habéis hecho tardos para oír” (v.11).

Con frecuencia encontramos dos actitudes entre quienes han conocido al


Señor Jesucristo. La primera es que hay quienes rápidamente se infatúan
y consideran que ya lo saben todo y no tienen nada más que aprender.
Pronto vuelven atrás en su vida espiritual.

La segunda y no menos perjudicial, es el temor que se refleja en renuncia


de muchas personas a comprometerse con las cosas de Dios. Las Buenas
Nuevas de Salvación les parecen extraordinarias, pero una vez deben
permitir el obrar divino en su existencia, cierran las puertas.
3.- Es posible llegar a un nivel de estancamiento espiritual.-

Uno de los aspectos centrales de esta carta a Hebreos tiene especial


significado cuando leemos los versículos 12 y 13: “Porque debiendo ser
ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os
vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de
Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de
alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en
la palabra de justicia, porque es niño...”.

Nos debemos formular una pregunta, ¿estamos avanzando hacia la


madurez espiritual o simplemente leemos las Escrituras por adquirir
conocimiento intelectual? Recuerde que es esencial llevar ese
aprendizaje a la vida cristiana práctica. Es la forma más eficaz de vivir a
Cristo en el día a día.

II.- El Señor Jesucristo impacta nuestra vida hacia el cambio (5:14;


6:1-7)

1.- Las dos etapas: estancamiento y crecimiento. ¿En dónde


estamos? (v.14).-

¿Quiénes participan del alimento sólido? Quienes han ido aprendiendo


más y más de Dios. ¿Cómo se aprender acerca del amado Señor y
Creador? Mediante la íntima relación que desarrollamos con Él en
oración y la meditación de Su Palabra.

2.- Es necesario revisar nuestra vida y aplicar correctivos (6:1- ).-

“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos


adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del
arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios...” (vv. 1, 2).
Conforme aprendemos nuevos principios y pautas de vida y los
aplicamos a nuestra forma de pensar y de actuar, dejamos atrás los
primeros pasos y crecemos en Cristo. Es un proceso, en el que estamos
llamados a tomar parte todos.

3.- La permanencia en el camino de Dios es clave (vv.2-7).-


¿Se pierde la Salvación? Esa es una pregunta que desde siempre ha
dividido a muchas iglesias. Es un aspecto doctrinal profundo.
Entendemos que la Salvación como tal no se pierde. Un ejemplo: usted
es hijo de su padre terrenal y no perderá esa condición, pero sí pierde las
posibilidades de ser heredero si hace algo que no solo rechaza su
ascendencia sino que además deja de lado su familia. Entonces, bien
podría ser hijo de fulano de tal, pero estar desheredado. Hay quienes
conocen a Cristo como Señor y Salvador y pronto dejan el Camino y
pretenden que viviendo a su manera, alcancen vida eterna. Esa es una
salvación amañada, conforme a los intereses de quien recibió el
beneficio del perdón de los pecados, pero no es necesariamente lo que
Dios espera y desea (vv.2-8).

III.- Dios reconoce nuestro esfuerzo por permanecer firmes (6:9- ).

1.- Buscar a Dios implica permanecer en El (vv.9-12).-

Traiga por un instante a su memoria la imagen de quienes llevan mucho


tiempo en el caminar con Cristo. Enfrentan dificultades, las
circunstancias parecen vencerlos y por momentos han sentido vivo deseo
de volver atrás. Sin embargo toman fuerzas mediante la oración al Padre
y avanzan. ¿Acaso no valora Dios estos esfuerzos? Sin duda que si. La
Palabra dice: “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el
trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo
servido a los santos y sirviéndoles aún.” (v.10).

2.- El vencedor es quien prosigue hasta el final (v.11).-

Es probable que haya visto a su alrededor cristianos que han avanzado


espiritualmente con una rapidez extraordinaria. Sin embargo cuando
menos se espera, renuncian y vuelven al mundo. Usted que creía que
jamás alcanzaría el desarrollo de la fe y la madurez, observa sin embargo
que sigue avanzando. Los hechos nos muestran que el ganador de la
carrera no es el que arranca primero, sino aquél que permanece. Y ese es
el propósito de Dios para nosotros: “Pero deseamos que cada uno de
vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de
la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de
aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.”.
1.- ¿Qué actitudes asumen muchas personas quienes después de haber
tenido un encuentro personal con el Señor Jesucristo? (v.11).

2.- ¿Hemos avanzado en el proceso de madurez espiritual, o seguimos


estancados? (vv.12, 13).

4.- ¿Qué ocurre con aquellos que menosprecian la Salvación del Señor
Jesús? (vv.2-7).

5.- ¿Olvida o desconoce Dios nuestra disposición de seguir


firmes en el caminar con Cristo a pesar de las adversidades?
(v.10, 11).

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