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1
Todo comportamiento que genere antecedentes penales por livianos que sean,
tiene consecuencias negativas directas y en muchas ocasiones incorregibles para las
personas extranjeras.
En más de una ocasión hemos escuchado expresiones como “fue un buen acuerdo” o
“el cliente estaba conforme” o “la pena se redujo a 2 años” o “que así no entrará en
prisión”. El “más vale un mal acuerdo que un buen pleito” no resulta en ningún
caso positivo para una persona extranjera si conlleva que se hayan generado
antecedentes penales, no susceptibles de cancelación.
2
I- ANTECEDENTES PENALES- CONSECUENCIAS
PRIMERA.- La EXPULSION.
De las situaciones citadas, quizás las más controvertidas resultan las dos últimas
por cuanto al margen de que parece unánime el criterio de que se tratan de dos
sanciones distintas lo cierto es que en la práctica la persona extranjera es
sancionada dos veces. Por ello conviene recordar que, no en todos los supuestos
cabe la expulsión pese a que se haya cometido un delito.
¿En qué casos procede aplicar lo previsto en el art. 57.5 de la Ley Orgánica?
El art. 57.5 dispone que "La sanción de expulsión no podrá ser impuesta, salvo que la
infracción cometida sea la prevista en el art. 54, letra a) del apartado 1, o suponga una
reincidencia en la comisión, en el término de un año, de una infracción de la misma
naturaleza sancionable con la expulsión, a los extranjeros que se encuentren en los
siguientes supuestos:
a) Los nacidos en España que hayan residido legalmente en los últimos cinco años.
b) Los residentes de larga duración. Antes de adoptar la decisión de la expulsión
de un residente de larga duración, deberá tomarse en consideración el tiempo de
su residencia en España y los vínculos creados, su edad, las consecuencias para el
interesado y para los miembros de su familia, y los vínculos con el país al que va a
ser expulsado.
c) Los que hayan sido españoles de origen y hubieran perdido la nacionalidad
española.
d) Los que sean beneficiarios de una prestación por incapacidad permanente para
el trabajo como consecuencia de un accidente de trabaja o enfermedad profesional
3
ocurridos en España, así como los que perciban una prestación contributiva por
desempleo o sean beneficiarios de una prestación económica asistencial de carácter
público destinada a lograr su inserción o reinserción social o laboral1.
1
Sobre prestaciones económicas asistenciales de carácter publico en el País Vasco ver apartado III.
4
al principio de proporcionalidad, por otro lado el apartado 2 advierte en el caso de
haber sido condenado por delito doloso con pena superior a un año, la necesidad
de revisar si los antecedentes penales han sido cancelados. Y así mismo, habrá de
estar a lo previsto en el anteriormente citado apartado 5 en relación a la
imposibilidad de sancionar con expulsión a los residentes de larga duración salvo
que la infracción cometida sea la prevista en el art.54.1.a de la LOEX2.
2
Art.54.1”Son infracciones muy graves: a) Participar en actividades contrarias a la seguridad nacional o
que puedan perjudicar las relaciones de España con otros países, o estar implicados en actividades
contraías al orden público previstas como muy graves en la Ley Orgánica 1/1992 de 21 de febrero,
sobre Protección de la Seguridad Ciudadana”.
5
el orden público o la seguridad pública, y así se fundamente en la resolución, sin
que pueda justificarse por razones de orden económico.
La eventual vulneración del art. 39 de la C.E. hace inviable, por ejemplo, que
pueda admitirse la expulsión de España de persona que tenga una hija o hijo
menor de edad de nacionalidad española viviendo en nuestro país, máxime
cuando ejerce la patria potestad de la menor y cumple con sus obligaciones de
prestación de la pensión de alimentos.
3
STS Sala 3ª, sec. 5ª, S 26-1-2005, rec. 1164/2001: "La existencia de ese hijo español es fundamental para la
resolución de este recurso de casación, si se tienen en cuenta las siguientes ideas:
1ª.- La Constitución Española establece como principios rectores de la política social el de la protección social,
económica y jurídica de la familia (artículo 39-1), así como el de la protección integral no sólo de los hijos,
sino también de sus padres (artículo 39-2). En consecuencia con ello, el artículo 11-2 de la Ley 1/96, de 15 de
enero, de Protección Jurídica del Menor, dispone que serán principios rectores de la actuación de los
poderes públicos los siguientes:
a) La supremacía del interés del menor.
b) El mantenimiento del menor en el medio familiar de origen salvo que no sea conveniente para su interés.
c) Su integración familiar y social.
6
elementales principios de protección de la familia. Según el artículo 154 del C.C,
la patria potestad incluye el deber y facultad de los padres de velar por los hijos,
tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos procurarles una formación
integral, representarlos y administrar sus bienes; mal pueden cumplirse estos
deberes, con una prohibición de entrada en el país por cinco años.
Del contenido de los artículos citados se puede deducir que existe tanto un deber
del progenitor de alimentar, educar y proteger a su hijo, como un derecho de
contenido fundamental de la niña de ser alimentada, educada y protegida por su
padre, siendo además el Estado y la Administración responsables de que se
cumplan estos deberes y derechos. Es indudable que expulsar de España al
progenitor implicaría:
a.-/ impedir que ésta cumpliera con las obligaciones implícitas en la patria potestad,
b.-/ vulnerar el derecho de la menor y su padre a la vida familiar y a la intimidad
personal y familiar, así como su el derecho esencial de la menor a crecer y
desarrollarse dentro de un entorno adecuado, todo ello con claro perjuicio de su
equilibrio psico-afectivo4.
Así pues, puede decirse que, aunque no esté literalmente dicho en las normas (aunque sí lo está en su
espíritu), el primer derecho del hijo menor de edad es estar, crecer, criarse y educarse con su madre. Se trata
de un derecho derivado de la propia naturaleza, y, por lo tanto, más fuerte y primario que cualquier otro
derecho de configuración legal. Por lo demás, es un derecho que tiene sus reflejos en concretos preceptos del
ordenamiento jurídico (v.g., artículo 110 del Código Civil, que obliga al padre y a la madre, aunque no
ostenten la patria potestad, a velar por sus hijos y prestarles alimentos; artículo 143-2º del propio Código,
que obliga recíprocamente a los ascendientes y descendientes a darse alimentos; artículo 154, que impone a
los padres el deber (y les reconoce el derecho) de velar por sus hijos, tenerlos en su compañía, alimentarlos,
educarlos y procurarles una formación integral, etc).
2ª.- El ordenamiento jurídico español no permite la expulsión del territorio nacional de ciudadanos
españoles. (La comisión por un español de un delito o de una infracción administrativa son castigados con
determinadas penas o sanciones, pero nunca con la expulsión del territorio nacional; fuera del supuesto de
medida cautelar o sanción penal, "los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular
por el territorio nacional", según el artículo 19 de la Constitución Española).
3ª.- La orden de expulsión de la madre, que aquí se recurre, o bien es también una orden implícita de
expulsión de su hijo menor, que es español (lo que infringe el citado principio de no expulsión de los
nacionales) o bien es una orden de desmembración cierta de la familia, pues la expulsión decretada
provoca ineludiblemente la separación del hijo y de la madre, (lo que viola los preceptos que hemos citado
de protección a la familia y a los menores).
Ni las normas sobre extranjería ni el sólo sentido común pueden admitir que la madre de un español sea una
pura extranjera y se la trate como a tal; que el hijo español tenga todos los derechos y su madre no tenga
ninguno, y que, en consecuencia, pueda expulsarse a la madre de España como una simple extranjera y
quede en España el menor con todos sus derechos, pero sólo y separado de su madre".
4
Sentencia de 27 de diciembre de 2010 de la Secc. 3ª de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJ
de Castilla-León (sede Valladolid), nº 2999/2010, rec. 147/2010. Pte: Lallana Duplá, Mª Antonia [EDJ
2010/348253]), que señala que si se expulsa al padre del español menor de edad que no esté privado de la
patria potestad, se coloca al hijo español en la posición de o bien tener que salir de España si ha de
mantener la relación paterno filial, o bien en la de criarse en España pero en ausencia del padre, lo cual
7
Destacamos igualmente la notable sentencia del T.J.U.E de 08.02.2011 (Asunto C-
34-09, Gerardo Ruiz Zambrano contra Oficina de Empleo de Bélgica) publicada en
el D.O.U.E. de 30 de Abril de 2011 de la que extractamos su parte dispositiva:
atenta, como señala el TS –Sentencia de la Sala 3ª, sec. 5ª, S 26-1-2005, rec. 1164/200-, contra elementales
principios de protección de la familia.
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SEGUNDA.- IMPOSIBILIDAD DE ACCESO A LAS AUTORIZACIONES
ADMINISTRATIVAS INICIALES.
Es requisito para acceder a las autorizaciones iniciales para residir y/o trabajar en
España: “carecer de antecedentes penales en España y en los países anteriores donde
haya residido durante los últimos 5 años por delitos previstos en el ordenamiento español”
5
SJCA San Sebastián 17.09.2012. Residencia arraigo familiar a venezolana con antecedentes penales e hijo
menor de edad español.
STSJ País Vasco 08.03.2013. Autorización de Residencia Temporal con antecedentes penales.
6
STSJ País Vasco 15.02.2013 Residencia de larga duración con antecedentes penales.
Sentencia de la Sala de lo Contencioso- Administrativo del TSJ de Cantabria nº 913/2011, de fecha 30 de
diciembre de 2011. Ponente: Ilmo. Sr. Juan Piqueras Valls.
Recurso de apelación contra la sentencia de instancia que estima el recurso presentado contra la
denegación de una autorización de residencia de larga duración del recurrente. La Saña desestima el recurso
de apelación señalando que la resolución administrativa que se recurre:
-No hace referencia alguna a la Directiva 2003/109/CE, de 25 de noviembre, relativa al estatuto de los
nacionales de terceros países residentes de larga duración.
9
El art. 149.2/f del Reloex es absolutamente kafkiano: no se puede conseguir
residencia de larga duración con antecedentes penales. Pero si admitimos que la
residencia de larga duración no es sino una renovación de anteriores
autorizaciones -al menos en alguno de los supuestos más elementales como el de
residencia legal y continuada durante 5 años (1 + 2 + 2)- en la definición estricta que
adopta el art. 148.1 del Reloex sería aplicable el art. 71.5/a del Reloex, es decir la
posibilidad de conseguir la renovación aún con antecedentes.
-No hace tampoco referencia alguna al art. 32 de la L.O. 4/2000, en la redacción dada por la L.O. 2/2009, de
11 de diciembre.
-Continúa llamando a la autorización que deniega de “Residencia Permanente”, obviando su denominación
vigente de “Residencia de larga duración” y
-en lugar de ponderar el delito cometido, hace supuesto de la cuestión refiriéndose a su “gravedad” en
abstracto a pesar de no hacer referencia ni siquiera a la entidad de la condena.
Se trata de un único delito de maltrato (un puñetazo en el rostro a su esposa que sanó sin asistencia médica
en diez días), la pena fue objeto de remisión condicional, la esposa solicitó el indulto y acudió a la vista, el
recurrente se ha sometido voluntariamente a un programa de rehabilitación. Lo que se infiere que no nos
encontramos una situación que ex art. 6.1. de la Directiva permita la denegación de la autorización de
residencia de larga duración.
10
¿Qué esta ocurriendo en la práctica? Las denegaciones de este tipo de residencia
por antecedentes penales han sido casi sistemáticas. Si bien parece que ante el
agravio comparativo que suponía acceder a la larga duración frente a la renovación,
en la cual los antecedentes penales no son causa de denegación en los supuestos de
cumplimiento de condena, indulto, remisión condicional o suspensión, ha
supuesto un cambio de criterio, al menos en Bizkaia.
En esta provincia en el caso de que la persona cuente con antecedentes penales que
todavía no han sido cancelados, lo tratan no como una renovación sino como una
autorización inicial. En ese caso deniegan la tarjeta de larga duración pero
conceden una tarjeta de carácter extraordinario por un periodo de 2 años para que
en ese plazo de tiempo se puedan cancelar los antecedentes penales y,
posteriormente, conceder la autorización de residencia larga duración, incluso vía
recurso de reposición.
11
¿Por qué se cuentan los antecedentes penales si la pena está suspendida, cuando
sería más lógico que operase una suerte de suspensión del antecedente en tanto en
cuanto se alcance la suspensión definitiva?
¿Qué ocurre cuando los tbc no pueden cumplirse porque no hay centros donde
llevarlos a cabo?
El art. 31.7 de la L.O. 4/2000 señala cómo deben valorarse los antecedentes penales
para los casos de residencia temporal: "Para la renovación de las autorizaciones de
residencia temporal, se valorará en su caso: a) Los antecedentes penales, considerando la
existencia de indultos o las situaciones de remisión condicional de la pena o la suspensión
de la pena privativa de libertad”.
El T.S. Sala 3ª TS, sec. 4ª, en la sentencia de fecha 8.1.2004, dictada en el recurso
2581/2001 (ponente: Baena del Alcázar, Mariano) (EDJ2004/899) argumenta lo
7
Artículo 71.5 del RD 557/2011: “Para la renovación de la autorización se valorará, en su caso, previa
solicitud de oficio de los respectivos informes: a) Que el extranjeros haya cumplido la condena, haya sido
indultado o se halle en situación de remisión condicional de la pena o de suspensión de la pena”.
12
siguiente: "Ahora bien, el recurrente alegó que debe aplicarse la presunción de inocencia y
que las diligencias penales fueron objeto de sobreseimiento provisional, y ante ello el
Tribunal Superior de Justicia estudia esta alegación y la acoge. Se mantiene, siguiendo la
jurisprudencia de este Tribunal Supremo, que la mera detención no es motivo suficiente
para la denegación de la renovación del permiso de trabajo. Pues dicha detención y las
sospechas de haberse cometido un delito sin que haya recaído Sentencia penal condenatoria,
no bastan para destruir la presunción de inocencia, encontrándose los extranjeros
amparados como los españoles por la garantía que dicha presunción supone. La motivación
del acto administrativo no fue por tanto conforme a Derecho, tanto mas cuanto que en el
caso de autos el Tribunal de la jurisdicción penal acordó el sobreseimiento provisional de las
actuaciones por no haberse acreditado los hechos constitutivos de delito...”
En cambio, delitos más graves que sí llevan aparejada la pena de prisión inferior a
dos años, al poderse suspender -si no hay antecedentes penales previos por otros delitos
estaríamos ante una remisión condicional de la pena- sí encontrarían anclaje en el tenor
literal de la norma, y se concedería la renovación solicitada. Entendemos que éste
no es el fin pretendido por el legislador a la hora de redactar la normativa a aplicar,
sino, más bien, permitir la renovación de las autorizaciones solicitadas en delitos
menos graves.
Se tendrá que asimilar la situación de los delitos con penas de multa y penas
accesorias (que son penas de las calificadas leves en el Código Penal) a la de la
situación de los delitos con penas inferiores a dos años en los que cabe la
suspensión (remisión condicional de la pena) si no hay antecedentes penales
previos8. Lo contrario implica vulnerar el derecho constitucional a la reinserción
8
Sentencia de Apelación de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de
Navarra de fecha 20 de septiembre de 2007, en su Fundamento de Derecho Quinto: “… Pues bien, una vez
que se ha analizado la normativa aplicable a la remisión condicional de la pena, nos enfrentamos
primeramente, con la evidencia de que una interpretación excesivamente literal o sintética nos llevaría al
absurdo jurídico (que la parte recurrente ha atisbado en su escrito de interposición) de concluir que la Ley y,
sobre todo, el Reglamento beneficiasen al nacional foráneo de mayor peligrosidad criminal, puesto que
impondría la carga a la Administración de estudiar y ponderar la posibilidad de no acordar la denegación
automáticamente de la autorización de residencia y trabajo al solicitante que hubiese sido condenado por
delito a la pena menos grave de 2 años de prisión o privación de libertad, siempre que hubiese obtenido la
13
social, reconocido en el art. 25 de la Constitución, ya que ninguna norma con
rango de ley despoja a los extranjeros de la efectiva aplicación del derecho a la
reinserción, una vez cumplida la condena o estando en situación de remisión de la
pena; así como los principios de proporcionalidad y equidad que han de presidir
toda resolución administrativa9.
remisión condicional de la condena (en los términos expuestos en los fundamentos anteriores), mientras
que el extranjeros que hubiese cometido un delito de menor relieve y hubiese sido condenado a una pena
de menor gravedad a la anterior que no hubiese sido objeto de remisión condicional auque concurrieran las
condiciones esenciales enunciadas en el artículo 81 del C.P., por el motivo que fuese, se le aplicaría el
ordenamiento punitivo de extranjería con mayor rigor. Ello evidentemente pugna contra el principio de
culpabilidad entre otros principios enunciados en la misma Ley 30/1992, básica dentro de la potestad
sancionadora y exige una interpretación teleológica de la norma.
Por ello, y relacionando todo lo expuesto hasta este momento, sólo puede concluirse que el artículo 54.9
del R. Decreto 2393/2004 establece la obligación respecto los órganos competentes de la Administración
de valorar, en función de las circunstancias de cada supuesto, la posibilidad de renovar la autorización de
residencia y trabajo a los extranjeros que hubieran sido condenados por la comisión de un delito a una
pena de menor gravedad a la de 2 años de privación de libertad y siempre que hubiera sido suspendida o
hubiera podido serlo al concurrir las condiciones esenciales recogidas en el artículo 81 del Código Penal y
demás normas concordantes, junto a la anterior: que el condenado hubiere delinquido por primera vez,
que la pena o la suma de las penas no fuese superior a los dos años de privación de libertad, según
venimos diciendo, y que se hubieran satisfecho las responsabilidades civiles, salvo declaración de
insolvencia. Es por lo tanto procedente estimar la apelación y anular la Sentencia recurrida…”.
9
SENTENCIA 88/2011, de uno de marzo de 2011, dictada por el Juzgado de lo contencioso administrativo
Nº 2 de Santander.
Estima el recurso presentado contra la resolución de denegación de la solicitud de renovación de permiso de
residencia y trabajo realizada por el demandante, fundamentado en la existencia de antecedentes penales
del 54 del RD 2393/04. Mientras para la concesión del permiso el precepto exige la ausencia de
antecedentes penales, para la renovación tal automatismo se descarta para llamar a una ponderación de las
circunstancias concurrentes, en los casos, entre otros en que la condena haya sido cumplida, por aplicación
del art. 31. 4 de la L.O. 4/2000. Esta llamada a la ponderación no es una puerta abierta a la discrecionalidad,
la ponderación debe verse como la exigencia de una adecuada consideración y valoración de las
circunstancias concurrentes.
El Juez “a quo” define el principio de proporcionalidad que tiende al equilibrio entre los valores en
presencia: “cuanto mayor sea el sacrificio que la medida concreta conlleva para uno de los valores o bienes
en presencia, mayor tiene que ser la necesidad de realización o garantía en el caso concreto del otro” (pura
poesía jurídica). De una lado la de negar a la renovación del permiso a los extranjeros que hayan cometido
delitos, de otro la situación vital del extranjero y la posibilidad de seguir en España durante un período
mayor de tiempo para trabajar y vivir con el fruto de ese trabajo. Hay que analizar así la seguridad de lo
delitos (la reiteración, la reinserción eficaz,..), su gravedad y alarma social y por otro lado las circunstancias
vitales del afectado.
En el caso que nos ocupa hay una clara falta de motivación que no cabe entenderse motivada a la vista del
expediente, como ocurre con la doctrina del Tribunal Supremo con las sanciones de expulsión. Además no se
trata de un hecho grave, ni tiene una pena grave (delitos contra la seguridad del tráfico, y hurto, sin pena de
privación de libertad) ni cabe apreciarse una alarma social relevante. El demandante está empadronado en
Santander desde hace cinco años, ha estado trabajando 3 años y 7 meses y cuenta con dos ofertas firmes de
empleo.
14
CUARTA.- Consecuencias para CIUDADANOS DE LA UNION EUROPEA.
A.- EXPULSIÓN
1º.- Al margen del debate referido a si nos encontramos ante una sanción o una
medida de seguridad, lo cierto es que la mera existencia de antecedentes penales-
menos aún de antecedentes policiales-no es sancionable cuando hablamos de
ciudadanos de la U.E. o sus familiares.
“1. Cuando así lo impongan razones de orden público, de seguridad pública o de salud
pública, se podrá adoptar alguna de las medidas siguientes en relación con los ciudadanos
de un Estado miembro de la Unión Europea o de otro Estado parte en el Acuerdo sobre el
Espacio Económico Europeo, o con los miembros de su familia:
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Económico Europeo, o a miembros de su familia, con independencia de su nacionalidad, que
hayan adquirido el derecho de residencia permanente en España, si existen motivos
graves de orden público o seguridad pública. Asimismo, antes de adoptarse una
decisión en ese sentido, se tendrán en cuenta la duración de la residencia e integración
social y cultural del interesado en España, su edad, estado de salud, situación familiar y
económica, y la importancia de los vínculos con su país de origen.”
El artículo 15.1 del R.D. 240/2007 no autoriza la expulsión del territorio español de
un ciudadano de un Estado miembro de la Unión Europea por el mero hecho de
haber sido condenado en una causa penal (menos aun en el supuesto de existencia
de meros antecedentes policiales) precisando la existencia de una conducta que
suponga una amenaza actual para el orden público.
16
los Tratados constitutivos de las Comunidades Europeas y el derecho derivado de los
mismos”; al menos en cuanto al régimen sancionador aquí concernido, por
aplicación de lo dispuesto en su artículo 1.3 de la Ley Orgánica 4/2000 a cuyo
tenor "los nacionales de los Estados miembros de la Unión Europea y aquellos a quienes
sea de aplicación el régimen comunitario se regirán por la legislación de la Unión Europea,
siéndoles de aplicación la presente Ley en aquellos aspectos que pudieran ser más
favorables" (siendo evidente que el régimen sancionador de esta Ley Orgánica no es
norma más favorable a los efectos que aquí interesan).
10
El artículo 27.2 de la Directiva 2004/38/CE establece que: “Las medidas adoptadas por razones de orden
público o seguridad pública deberán ajustarse al principio de proporcionalidad y basarse exclusivamente en
17
3.1.- Las medidas adoptadas por razones de orden público o seguridad
pública deberán basarse exclusivamente en la conducta personal del interesado,
que deberá constituir una amenaza real, actual y suficientemente grave que afecte
a un interés fundamental de la sociedad.
3.2.- La existencia de condenas penales anteriores no constituirá por sí sola
una razón para adoptar dichas medidas.
3.3.- Se ha de tener en cuenta, antes de tomar una decisión de expulsión del
territorio por razones de orden público o seguridad pública, la duración de la
residencia del interesado en su territorio, su edad, estado de salud, situación
familiar y económica, y su integración social y cultural en el Estado miembro de
acogida.
3.4- No se podrán argumentar justificaciones que no tengan relación directa
con el caso concreto o que se refieran a razones de prevención general.
la conducta personal del interesado. La existencia de condenas penales anteriores no constituirá por sí sola
una razón para adoptar dichas medidas.
La conducta personal del interesado deberá constituir una amenaza real, actual y suficientemente grave que
afecte a un interés fundamental de la sociedad. No podrán argumentarse justificaciones que no tengan
relación directa con el caso concreto o que se refieran a razones de prevención general”.
11
Considerando 23 y Considerando 24 de la Directiva 2004/38/CE del Parlamento Europeo y del Consejo,
de 29 de abril de 2004, relativa al derecho de los ciudadanos de la Unión y de los miembros de sus familias
a circular y residir libremente en el territorio de los Estados miembros
18
de mayo de 1989 , Comisión, apartado 17, 5 de febrero de 1991, Roux, apartado 30,
17 de mayo de 1998, Clean Car Autoservice, apartado 40, 29 de octubre de 1998
EDJ 1998/19949 , Comisión, apartado 46, 19 enero 1999, Calfa, apartado 21 EDJ
1999/16 , 10 de febrero de 2000, Nazh y otros, apartado 57 EDJ 2000/131 y 26 de
noviembre de 2002, Oteiza Olazábal, apartado 39 EDJ 2002/60127 ).
12
El artículo 96 del Convenio de Aplicación de 19 de junio de 1990 del Acuerdo de Schengen de 14 de junio
de 1985 (BOE 81/1994, de 5 de abril de 1994 Ref Boletín: 94/07586):
“1. Los datos relativos a los extranjeros que estén incluidos en la lista de no admisibles se introducirán sobre
la base de una descripción nacional resultante de decisiones adoptadas, observando las normas de
procedimiento previstas por la legislación nacional, por las autoridades administrativas o por los órganos
jurisdiccionales competentes.
2. Las decisiones podrán basarse en la amenaza para el orden público o la seguridad nacional que
pueda constituir la presencia de un extranjero en el territorio nacional.
Este podrá ser particularmente el caso:
a) De un extranjero que haya sido condenado por una infracción sancionada con una pena privativa de
libertad de un año como mínimo.
b) De un extranjero sobre el cual existan razones serias para creer que ha cometido hechos delictivos
graves, incluidos los contemplados en el art. 71, o sobre el cual existan indicios reales de que piensa
cometer tales hechos en el territorio de una Parte contratante.
3. Las decisiones podrán basarse asimismo en el hecho de que el extranjero haya sido objeto de una
medida de alejamiento, de devolución o de expulsión que no haya sido revocada ni suspendida y que
incluya o vaya acompañada de una prohibición de entrada o, en su caso, de residencia, basada en el
incumplimiento de las legislaciones nacionales relativas a la entrada o a la residencia de extranjeros”.
19
nueva solicitud después de un plazo razonable y, en cualquier caso, una vez
transcurridos tres años desde la ejecución de la medida de expulsión definitiva13.
El artículo 2 del R.D, 240/2007 señala las personas que van a ser consideradas
ciudadanos de la Unión Europea y sus familiares, aunque su origen sean países
no miembros de la Unión Europea.
El artículo 8.1 del R.D. 240/2007 regula la residencia superior a tres meses con
tarjeta de residencia de familiar de ciudadano de la Unión, quien podrá residir en
España, debiendo solicitar y obtener una tarjeta de residencia de familiar de
ciudadano de la Unión: “Los miembros de la familia de un ciudadano de un Estado
miembro de la Unión Europea o de un Estado parte en el Acuerdo sobre el Espacio
Económico Europeo especificados en el art. 2 del presente real decreto, que no ostenten la
nacionalidad de uno de dichos Estados, cuando le acompañen o se reúnan con él, podrán
residir en España por un período superior a tres meses, estando sujetos a la obligación de
solicitar y obtener una «tarjeta de residencia de familiar de ciudadano de la Unión”.
13
Considerando 27 y artículo 32 de la Directiva 2004/38/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, señala
en relación con la vigencia de una prohibición de entrada en el territorio:
1. La persona que haya sido objeto de una decisión de prohibición de entrada en el territorio por razones de
orden público, seguridad pública o salud pública podrá presentar una solicitud de levantamiento de la
prohibición tras un plazo razonable en función de las circunstancias y, en cualquier caso, tres años después
de la ejecución de la decisión definitiva de prohibición que haya sido válidamente adoptada a efectos del
Derecho comunitario, alegando motivos que puedan demostrar un cambio material de las circunstancias que
justificaron la prohibición de entrada en el territorio.
El Estado miembro afectado deberá pronunciarse sobre dicha solicitud en un plazo de seis meses a partir de
su presentación.
2. La persona contemplada en el apartado 1 no tendrá derecho alguno de entrada en ese territorio mientras
se examina su solicitud”.
14
Según lo dispuesto en el artículo 15 del R.D. 240/2007 y en el artículo 27 de la Directiva 2004/38 / CE del
Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de abril de 2004, relativa al derecho de los ciudadanos de la
Unión y de los miembros de sus familias a circular y residir libremente en el territorio de los Estados
miembros establece que «las medidas adoptadas por razones de orden público o seguridad pública deberán
20
de la perturbación social que constituye cualquier infracción penal, no puede
estimarse que la conducta del recurrente represente una amenaza real, actual y
suficientemente grave, máxime si tenemos en cuenta que la existencia de condenas
penales anteriores no constituye, por sí sola, razón para denegar la expedición de
las tarjetas de residencia comunitaria, más aún cuando estas condenas penales no
han supuesto prisión para el interesado.
El apartado 5º del mismo artículo 15.1 del Real Decreto 240/2007 añade que la
adopción de una de las medidas previstas en los apartados anteriores 1 a 4 se
atendrá a los criterios que señala y, entre ellos: “d) Cuando se adopte por razones de
orden público o de seguridad pública, deberán estar fundadas exclusivamente en la
conducta personal de quien sea objeto de aquéllas, que, en todo caso, deberá constituir una
amenaza real, actual y suficientemente grave que afecte a un interés fundamental de la
sociedad, y que será valorada, por el órgano competente para resolver, en base a los informes
de las Autoridades policiales, fiscales o judiciales que obren en el expediente. La existencia
de condenas penales anteriores no constituirá, por sí sola, razón para adoptar dichas
medidas”.
21
principio de proporcionalidad y basarse exclusivamente en la conducta personal del
interesado», la cual «deberá constituir una amenaza real, actual y suficientemente grave
que afecte a un interés fundamental de la sociedad». El precepto establece en términos
categóricos: «La existencia de condenas penales anteriores no constituirá por sí sola una
razón para adoptar dichas medidas».
Reiteramos una vez más que se ha de motivar por qué la conducta personal
constituye una amenaza real, actual y suficientemente grave que afecte a un
interés fundamental de la sociedad, de tal forma que justifique la no concesión de
la inscripción en el Registro de un ciudadano de la Unión o la denegación de la
tarjeta de residencia de familiar de ciudadano de la Unión. (En este sentido nos
remitimos nuevamente a la jurisprudencia ya citada relativa al concepto orden
público)
QUINTA- NACIONALIDAD.
a) Causa denegación por no reunir buena conducta cívica (art 22.1 del C.Civil)
El concepto jurídico indeterminado «buena conducta cívica» debe ser valorado por la
Administración y, en su caso, por el órgano jurisdiccional que conozca de la
materia en vía del recurso contencioso, como un requisito exigible para la
concesión de la nacionalidad española que debe ser apreciado mediante el examen
de la trayectoria personal del demandante de la nacionalidad, considerando
aquélla en su conjunto.
22
Lo que el artículo 22 del Código Civil exige es que el solicitante justifique
positivamente que su conducta, durante el tiempo de residencia en España y aun
antes, ha sido conforme a las normas de convivencia cívica no sólo no infringiendo
las prohibiciones impuestas por el ordenamiento penal o administrativo, sino
cumpliendo los deberes cívicos razonablemente exigibles, sin que la no existencia
de antecedentes penales sea elemento suficiente para entender justificada la buena
conducta cívica. El sintagma «buena conducta cívica» remite a un estándar medio
de conducta capaz de ser asumido por cualquier cultura y por cualquier individuo.
Aunque es verdad que haber sido condenado en sede penal -aun cuando sea por
una falta- tiene relevancia para valorar la «buena conducta cívica» de quien solicita
adquirir la nacionalidad española por residencia, ello no significa que toda
sentencia penal condenatoria traiga automáticamente consigo un estigma de «mala
conducta cívica» a efectos del artículo 22 del Código Civil (SSTS de 5 de octubre
de 2002 [RJ 2002, 8873] y de 3 de noviembre de 2004, entre otras).
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administrativas sancionadoras impuesto por el ordenamiento jurídico, ya que dado
el carácter excepcional que supone el reconocimiento de la nacionalidad por
residencia, que envuelve aspectos que trascienden los de orden penal , ha de ser
valorada atendiendo a la conducta del solicitante durante un largo periodo de
tiempo de permanencia en España, y no puede identificarse sin más con la
ausencia de antecedentes penales o policiales.
De todas formas, debe tenerse en cuenta que el artículo 22.4 del Código Civil es un
precepto de naturaleza legal, y no es un precepto sancionador, por cuanto la buena
conducta cívica no constituye el presupuesto de hecho de una sanción, sino un
requisito determinante de la existencia del derecho. La buena conducta cívica ha de
ser valorada atendiendo a la conducta del solicitante durante un largo periodo de
tiempo de permanencia en España y no puede identificarse sin más con la ausencia
de antecedentes penales o policiales. Estos son los criterios jurisprudenciales
actuales del Tribunal Supremo15.
15
Tribunal Supremo Sala 3ª, sec. 6ª, S 21-11-2011, rec. 364/2010 (Pte: Herrero Pina, Octavio Juan): “(…)Si a
esto se suma que han declarado como testigos a favor de la solicitante y actora en la instancia diversas
personas en condición de amigas, vecinas e incluso empleadoras de la propia recurrente, habiendo sostenido
todos ellos de forma coincidente que la solicitante es persona totalmente integrada en la sociedad española
y que observa una buena conducta en sus relaciones familiares, vecinales y profesionales, cabe concluir que
la conclusión alcanzada por la Sala de instancia de que aquella cumplía suficientemente el requisito de la
buena conducta cívica no se presenta contraria al art. 22 CC ni a la jurisprudencia que lo ha interpretado y
aplicado, por lo que, en definitiva, el único motivo de este recurso de casación ha de ser desestimado”.
Tribunal Supremo Sala 3ª, sec. 6ª, S 21-11-2011, rec. 3002/2009 (Pte: Herrero Pina, Octavio Juan): F.D. 1º.-
“(…) Pues bien, examinado cuanto hemos referido a la luz de la normativa y de la jurisprudencia de
aplicación al supuesto enjuiciado, podemos ya anticipar la suerte estimatoria del recurso. Así, en efecto, no
basta para el éxito de la pretensión actora con la cancelación de los posibles antecedentes penales o
policiales, pues, como vimos más arriba, lo que el artículo 22 del Código Civil exige es que el solicitante
justifique positivamente que su conducta es conforme a las normas de convivencia cívica, no sólo no
infringiendo las prohibiciones impuestas por el ordenamiento jurídico penal o administrativo, sino
cumpliendo los deberes cívicos razonablemente exigibles según el estándar medio a que alude la doctrina del
Tribunal Supremo, sin que la no existencia de antecedentes penales sea elemento suficiente para entender
justificada la buena conducta cívica. El conjunto de elementos positivos que es de apreciar en el círculo vital
del recurrente permite hablar de una trayectoria personal conforme al patrón del ciudadano medio, viéndose
empañado dicho arquetipo por el antecedente a que alude en su motivación la resolución combatida, que, no
obstante, en el particular caso que ahora enjuiciamos no se erige en impedimento para la adquisición de la
nacionalidad si tenemos en cuenta que, aunque la causa penal no está definitivamente archivada, el
sobreseimiento se ha producido a instancia del Ministerio Fiscal (…)”
F.D. 3º.- “(…) Así, en primer lugar, la sentencia impugnada, lejos de presumir la buena conducta cívica,
efectúa una amplia valoración de las circunstancias personales del solicitante, incluidas las actuaciones
penales en las que estuvo inmerso, la trayectoria vital del mismo y la documentación aportada en
justificación de su buena conducta y, solo como resultado de dicha ponderación de los distintos elementos de
prueba, concluye en la afirmación de cumplimiento del requisito de buena conducta cívica, de la que
entiende "que existe una prueba suficiente en las actuaciones". No se trata, por lo tanto, de una presunción
sino del resultado de la valoración de la prueba efectuada por la Sala de instancia, que la lleva a entender
cumplido el requisito puesto en cuestión por la resolución administrativa denegatoria de la nacionalidad
solicitada, objeto de impugnación.
24
SEXTA.- PROTECCION INTERNACIONAL (ASILO Y PROTECCION
SUBSIDIARIA).
(…) Finalmente, es claro que la Sala de instancia en ningún caso considera que la buena conducta cívica
queda acreditada por la ausencia de antecedentes penales y policiales, muy al contrario y de manera expresa
señala que "no basta para el éxito de la pretensión actora la cancelación de los posibles antecedentes
penales o policiales, pues,...lo que el artículo 22 del Código Civil exige es que el solicitante justifique
positivamente que su conducta es conforme a las normas de convivencia cívica, no solo no infringiendo las
prohibiciones impuestas por el ordenamiento jurídico penal o administrativo, sino cumpliendo los deberes
cívicos razonablemente exigibles según el estándar medio...", pasando seguidamente a ponderar las
circunstancias concurrentes en este caso, en los términos a que antes nos hemos referido, para llegar a la
conclusión, ya expuesta, de cumplimiento del requisito de buena conducta cívica puesto en cuestión por la
Administración y que determinó el sentido de la resolución administrativa impugnada.
Todo ello lleva a entender justificada y razonable la conclusión alcanzada por la Sala de instancia de que el
interesado cumplía suficientemente el requisito de la buena conducta cívica, por lo que no es de apreciar la
infracción del art. 22 CC ni la jurisprudencia que lo ha interpretado, que se denuncia en este motivo de
casación, que por lo tanto ha de ser desestimado”.
25
Lo propio sucede con relación a la protección subsidiaria, que también el artículo 4
de la Ley 12/2009, de 30 de octubre, reguladora del Derecho de Asilo y la
Protección Subsidiaria, supedita a la inconcurrencia de algunos supuestos
previstos en su artículo 12. Y en éste se excluye también de protección subsidiaria a
las personas que, habiendo sido objeto de condena firme por delito grave,
constituyan amenaza para la comunidad
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del Convenio, si existen motivos serios y probados para creer que el interesado
correrá, en el país de destino, un peligro real de ser sometido a un trato contrario al
artículo 3. En estas circunstancias, el artículo 3 conlleva la obligación de no
expulsar a la persona en cuestión a ese país" (Sentencia de 20 de septiembre de
2007 -asunto Sultani/Francia).
27
II.- CANCELACIÓN DE ANTECEDENTES PENALES
Tan es así que en el artículo 136.5 del Código Penal indica: “En los casos en que, a
pesar de cumplirse los requisitos establecidos en este artículo para la cancelación, bien por
solicitud del interesado, bien de oficio por el Ministerio de Justicia, ésta no se haya
producido, el Juez o Tribunal, acreditadas tales circunstancias, ordenará la cancelación y no
tendrá en cuenta dichos antecedentes”.
Menos aún pueden ser tenidos en cuenta los antecedentes policiales, en principio,
en virtud del principio de presunción de inocencia; y, en segundo lugar, porque si
se cumplen los requisitos exigidos para la cancelación de los antecedentes penales
y éstos no se pueden tomar en consideración por un Tribunal, menos aún se
pueden de tener en cuenta los antecedentes policiales.
Por otro lado, es conveniente no olvidar que una pena puede estar prescrita, y esto
es así tanto si figura la prescripción de la pena o no en el Registro Central de
Penados y Rebeldes.
16
Artículo 33 del Código Penal.
17
Artículo 88.1 del Código Penal.
18
Artículo 136.1 del Código Penal: “Los condenados que hayan extinguido su responsabilidad penal tienen
derecho a obtener del Ministerio de Justicia, de oficio o a instancia de parte, la cancelación de sus
antecedentes penales, previo informe del Juez o Tribunal sentenciador”.
Artículo 136.3 del Código Penal: ”Estos plazos se contarán desde el día siguiente a aquel en que quedara
extinguida la pena, pero si ello ocurriese mediante la remisión condicional, el plazo, una vez obtenida la
remisión definitiva, se computará retrotrayéndolo al día siguiente a aquel en que hubiere quedado cumplida
la pena si no se hubiere disfrutado de este beneficio. En este caso, se tomará como fecha inicial para el
cómputo de la duración de la pena, el día siguiente al del otorgamiento de la suspensión”.
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Se ha de tener en cuenta que si un ciudadano extranjero en situación
administrativa de residencia irregular, solicita la cancelación de antecedentes
penales en el Registro Central de Penados y Rebeldes ante la Subdirección
General de Registros Administrativos de Apoyo a la Actividad Judicial; ésta
solicitud le será archivada al no poder aportar la documentación de acreditación de
identidad solicitada, pues no está en posesión de una tarjeta de residencia en
nuestro país.
29
III.- EL ART. 57.2. DE LA LOEX: INTERPRETACIÓN RAZONABLE
El art. 257.1 del Reglamento de Extranjería también invita a los órganos judiciales a
comunicar a Delegaciones y Subdelegaciones de Gobierno las condenas impuestas
a extranjeros por delitos dolosos castigados (otro verbo diferente) con pena
privativa de libertad superior a un año, a los efectos de incoación del
correspondiente expediente sancionador.
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señale que “siempre que el delito sea sancionado con pena privativa de libertad superior
a un año”.
2-) Que se parta de una pena en abstracto por un tipo delictivo doloso que
sancione esa conducta con pena privativa libertad superior a un año.
• Y también hay 3 delitos con una pena base que oscila entre los 6
meses y los 6 años: el previsto en el art. 301 (receptación y blanqueo
31
de capitales); art. 311 (delito contra los derechos de los trabajadores)
y art. 523 (delito contra la libertad de conciencia, sentimientos
religiosos y respeto a los difuntos, realizado con violencia).
Nos remitimos como fiel reflejo de cuanto antecede a los arts. 152.3º, 153,
169, 169.2, 170, 171.4, 172, 173, 175, 184.3, 185, 186, 189.4, 195.3, 197.3, 202,
203, 206, 217, 218, 219, 220, 223, 224, 225.bis, 231.2, 232.1, 249, 253, 264.1,
270, 273, 277, 282, 283, 284, 286, 286-bis, 291, 294, 295, 298.1, 299.1, 301,
311, 314, 315, 316, 321, 322, 328, 329, 335.3, 348, 348.4, 354, 356, 359, 361,
361, 380, 383, 385, 389, 392, 394.1, 395, 401, 403, 414, 422, 425, 428, 430, 432,
439, 450, 451, 456, 458, 465, 468, 469, 470, 471-bis, 490, 494, 497, 502.3, 505,
507, 508, 511, 514.5, 523, 524, 556, 557, 561, 564.1, 566.1-2ª, 594, 600, 601,
602, 606 y 614.
Todos los artículos referenciados versan sobre delitos dolosos que prevén en
abstracto la imposición de una pena privativa de libertad que en todo caso es
inferior a un año por lo que los partidarios de la pena en abstracto harían inviable
cualquier inicio de expediente de expulsión, vía art. 57.2 de la LOEX,
sencillamente al encontrarnos ante una pena en abstracto, privativa de libertad,
pero inferior a un año.
El absurdo se produce cuando la pena base oscila entre los 3, 4 o 6 meses de pena
mínima pero que en alguno de los delitos comentados supera no solo el año sino
los 2, 3, 4 o incluso hasta 6 años de prisión.
Por ejemplo, una pena privativa de libertad que en abstracto estuviera fijada entre
6 meses y 4 años, no cabría ser sancionada con expulsión del art. 57.2 de la Ley de
Extranjería por cuanto no llega al mínimo de un año en abstracto, lo que lleva a la
incongruencia de que un extranjero pueda ser expulsado por condena a 1 año de
prisión por un delito de robo frustrado (pena base de 1 a 3 años) y no pudiera
serlo, por ejemplo, por un delito de blanqueo de capitales en el que hubiera sido
condenado a 5 años de prisión, ya que la pena base de este tipo delictivo es de 6
meses hasta 6 años (art. 301 del C.Penal).
No parece que este dislate es lo que haya querido el legislador, sino sancionar
aquellas conductas que sean más graves; es decir que en concreto superen el año
de condena, y que además provengan de delitos que tengan también una pena
base privativa de libertad superior a ese año.
Tampoco cabría la imposición del art. 57.2 de la L.O. 4/2000 en aquellos casos en
que, por ejemplo, la condena superior a un año fuera consecuencia de la aplicación
de una o varias agravantes que permitieran la elevación de la pena en concreto un
grado o dos grados por encima de la pena base.
32
IV.- EL ART. 57.5. DE LA LOEX EN EUSKADI
Art. 57.5 de la Ley de Extranjería señala: "La sanción de expulsión no podrá ser
impuesta, salvo que la infracción cometida sea la prevista en el art. 54, letra a) del
apartado 1, o suponga una reincidencia en la comisión, en el término de un año, de
una infracción de la misma naturaleza sancionable con la expulsión, a los
extranjeros que se encuentren en los siguientes supuestos:
“d) Los que sean beneficiarios de una prestación por incapacidad permanente para el
trabajo como consecuencia de un accidente de trabaja o enfermedad profesional ocurridos en
España, así como los que perciban una prestación contributiva por desempleo o sean
beneficiarios de una prestación económica asistencial de carácter público destinada
a lograr su inserción o reinserción social o laboral”
En el País Vasco ha sido muchas las ocasiones en las que se ha puesto en duda que
las prestaciones sociales, como la renta de garantías o la ayuda de inclusión, tengan
el carácter de “prestación económica asistencial de carácter público destinada a
lograr su inserción o reinserción social o laboral” en este sentido conviene
precisar:
33
Y en su artículo 7.– regula los instrumentos orientados a la inclusión social y
laboral. Esto es:
Por lo tanto no debe existir duda alguna de que esta prestación reúne las
características necesarias para que a sus perceptores les sea de aplicación lo
previsto en el citado art. 57.5d
19
La renta de garantía de ingresos presentará las dos modalidades previstas en el apartado 2.1 del artículo
6: a) La renta básica para la inclusión y protección social y b) La renta complementaria de ingresos de trabajo.
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Sobre la Ayuda Especial para la Inclusión social (AEIS):
“1. El reconocimiento a percibir la Ayuda Especial para la Inclusión Social está vinculada a
que previamente se haya establecido con la persona titular de la solicitud un plan individual
de atención/intervención, al objeto de facilitar su inclusión social y/o laboral.
2. Cuando la persona titular cuente con un empleo, la Ayuda Especial para la Inclusión
Social quedará vinculada al establecimiento de un plan individual de atención/intervención
específicamente orientado a la mejora de su situación laboral……………...
Cuando la persona no tenga un empleo, el plan recogerá, específicamente acciones dirigidas
a la capacitación laboral, mejora de la empleabilidad, desempeño de actividades socialmente
útiles además de cualquier otra que, en función del diagnóstico social, se consideren
necesarias en relación a su proceso de inclusión sociolaboral.
No cabe duda que en caso de percepción de este tipo de ayuda también sería de
aplicación lo previsto en el art. 57.7 d).
35
V.- ANTECEDENTES POLICIALES Y CANCELACIÓN
20
Modificada por la Sentencia 292/2000, de 30 de Noviembre, del Tribunal Constitucional, que declara nulos
determinados preceptos, por la Ley 62/2003, de 30 de Diciembre y por la Ley 2/2011, de 4 de Marzo.
21
Modificado, a su vez, por el Real Decreto 3/2010, de 8 de Enero y por las Sentencias de la Sala Tercera del
Tribunal Supremo de 15/7/2010 y de 8/2/2012.
36
dicha Ley Orgánica, y la Instrucción 1/1998, de 19 de Enero, de la Agencia de
Protección de datos.
La información podrá obtenerse mediante la mera consulta de los datos por medio
de su visualización, o la indicación de los datos que son objeto de tratamiento
mediante escrito, copia, telecopia o fotocopia, certificada o no, en forma legible e
inteligible, sin utilizar claves o códigos que requieran el uso de dispositivos
mecánicos específicos.
Si las causas de denegación son las contenidas en los apartados 2, 3 y 4 del art. 22
de la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de protección de datos de carácter
personal22 el afectado podrá ponerlo en conocimiento de la Agencia Española de
Protección de Datos o del organismo competente de cada Comunidad Autónoma.
Obtenido el acceso tendrá un plazo de diez días para realizarlo por el medio
deseado.
Los requisitos formales para ejercer el derecho de acceso son: a) Instancia de solicitud
dirigida al responsable del fichero en la que se hagan constar los datos personales
del solicitante; b) Domicilio a efectos de notificación; c) Fotocopia de DNI/NIE o
pasaporte en vigor (para los extranjeros que carezcan de NIE), salvo que se haya
prestado consentimiento para verificar los datos de identidad; d) Poder de
representación específico para el ejercicio del derecho de acceso, si se actúa por
medio de representante legal.
22
Prevención de un peligro real para la seguridad pública o para la represión de infracciones penales;
conclusión de una investigación o procedimiento concreto.
37
El responsable del fichero deberá comunicar, igualmente, al interesado en caso de
que no se disponga de datos de carácter personal.
Dichos derechos se harán efectivos por el responsable del fichero en los diez días
siguientes a la recepción de la solicitud del derecho de rectificación o cancelación
en la que deberá indicarse qué datos son erróneos y la corrección que deberá
efectuarse con la documentación justificativa.
Procederá la anulación en todos los casos en los que la resolución adoptada por la
Autoridad Judicial sea de absolución, sobreseimiento o archivo, así como en los
casos en que, aun siendo la sentencia judicial condenatoria, hayan transcurrido
cinco años, a contar desde la fecha de remisión definitiva de la pena impuesta, sin
que se hayan incorporado nuevos datos desfavorables al expediente personal del
solicitante.
23
Art. 136 y 137 CP.
24
Peligros que pudieran derivarse para la defensa del Estado o la seguridad pública, la protección de los
derechos y libertades de terceros o las necesidades de las investigaciones que se estén realizando.
38
En la comunicación al interesado, se hará constar, en cualquier caso, los motivos
por los que se le deniega, los recursos y plazos que le asisten según la Ley 30/92 de
Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común.
39