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Universidad Nacional del Nordeste

Facultad de Humanidades
Departamento de Letras

Historia del Español


2017

Prof. Titular: Hugo Roberto Wingeyer


Prof. Auxiliar: Olga Natalia Trevisán
CARACTERÍSTICAS DEL LATÍN VULGAR

Latín literario y latín vulgar


• Desde el momento en que la literatura fijó el tipo de la
lengua escrita, se inició la separación entre el latín culto,
que era el enseñado en las escuelas y el que todos
pretendían escribir, y el latín empleado en la
conversación de las gentes medias y de las masas
populares.
• Durante el Imperio, las divergencias se ahondaron en
grado considerable: el latín culto se estacionó, mientras
que el vulgar, con rápida evolución, proseguía el
camino que había de llevar al nacimiento de las
lenguas romances.
• Desde el siglo VII, el latín literario era sólo empleado por
eclesiásticos y letrados; Es el bajo latín de la Edad Media.
Palabra culta o cultismo: no ha sufrido cambios o
apenas se ha diferenciado del latín: benévolo,
fructífero, causa, filial, paupérrimo.

Doblete: cada una de las dos palabras que poseen


un mismo origen etimológico; es el resultado de las
dos evoluciones, la culta y la vulgar: collocare =
colocar / colgar, limitem = límite / linde, ligare = ligar
/ liar.

La evolución de los sustantivos y adjetivos se


produce a partir del acusativo, caso al que se
redujeron todos los casos.
La construcción clásica admitía frecuentes
transposiciones; entre dos términos ligados por el
sentido y la concordancia podían interponerse otros.

El orden vulgar prefería situar juntas las palabras


modificadas y las modificantes.

Tras un lento proceso; el hipérbaton acabó


desapareciendo en la lengua hablada.

En el latín clásico, las palabras determinantes solían


quedar en el interior de la frase; el orden era
curvilíneo, sintético. El latín vulgar propendía a una
marcha en que las palabras se sucedieran con arreglo a
una progresiva determinación.
Quis multa gracilis te puer in rosa
Horacio, Odas, I, 5

Arma virumque cano, Troiae qui primus ab oris


Italiam, fato profugus, Laviniaque venit
Virgilio, Eneida, I

Silvestrem tenui musam meditaris avena


Virgilio, Bucólicas I

Castra sunt in Italia contra populum Romanum Etruriae faucibus


conlocata
Fuit ista quondam in hac republica virtus
Cicerón

alter matellam tenebat argenteam


quonam genere praesentem evitaremus procellam
Petronio
En el latín arcaico ya ocurría que las desinencias de los
casos no bastaban para fijar las categorías
gramaticales de las palabras, por lo tanto existían en
la lengua preposiciones (las cuales correspondían a
casos específicos):

pauci militum /pauci de nostris


(GEN.) (PREP. )
pocos de los soldados / pocos de los nuestros

picis glebas / templum de marmore


(GEN.) (PREP.)
cultivo de peces / templo de mármol
Las construcciones que llevaban la preposición DE
(+ AC) y preposición AD (+ABL) se extendieron
sobre las construcciones de caso GENITIVO y del
DATIVO :

de Deo munus / de sorore nepus


(GEN.) (GEN.)
hunc ad carnificem dabo / ad me magna nuntiauit
(DAT.) (DAT.)
Las preposiciones que antes fueron exclusivas del caso ABLATIVO pasaron
al ACUSATIVO:
cum iumento cum sodalibus
(ABL.) (ABL.)
cum iumentum cum sodales
(ACU.) (ACU.)

Menéndez Pidal
“Son razones psicológicas y sintácticas las que contribuyeron a la pérdida
de la declinación latina… las relaciones indicadas por las desinencias
casuales son por lo común más vagas que las expresadas por las
desinencias verbales, y necesitaban concretarse por medio de una
preposición. En frases como “pro patria mori”, “cum amicis deliberavi”, las
ideas ‘en interés de’, ‘en compañía de’, no las expresa el ablativo, la
preposición lo dice todo, el caso, nada. Así se comprende que la
preposición, por más cómoda y expresiva, se generalizó en latín vulgar,
con merma de la desinencia que llegó a ser completamente inútil; de tal
modo que desde muy antiguo el latín vulgar tendió a construir todas las
preposiciones con acusativo, olvidando el ablativo (caso que en singular
se confundía fonéticamente con el acusativo pero que en plural tenía
desinencia bien clara).
Plurales
En el plural, el sistema latino clásico diferenciaba Nom y Ac en las
dos primeras declinaciones (rosae / rosas; lupi / lupos); pero en las
tres últimas (homines, luces, sensus, dies) valían para los dos casos.

La oposición entre singular y plural no contaba con más


instrumentos que las desinencias. Añádase que el indoeuropeo
tenía nominativos en plural /-as/ y /-os/, conservados en osco,
umbro y celta.

Motivaciones internas del sistema lingüístico se combinaron con


la acción del sustrato para que en el latín hispánico hablado /-os/
se generalizase como desinencia de Nom y Ac de plural para los
temas en /-os/.

A consecuencia de todos estos cambios la flexión del nombre en el


latín vulgar fue limitándose progresivamente hasta oponer una
forma única de singular a otra forma única de plural.
Casos
Por otra parte la evolución fonética suprimía la
/-m/ final, eliminaba la distinción entre vocales
largas y breves e igualaba la ŭ con la ō con lo
que las desinencias de ciertos casos coincidieron
con las de otros.

Por ejemplo el Nom rosă, dejó de distinguirse


del Ac rosa(m) y del Ab rosā.
Géneros
También se simplificó la clasificación genérica:
los sustantivos neutros pasaron a ser masculinos
(tempus > tiempo) o femeninos (sagma > jalma);
con no pocas vacilaciones y ambigüedades sobre
todo para los que terminaban en –e o en
consonante (mare > el mar y la mar).

Muchos plurales neutros se hicieron femeninos


singulares a causa de su a final (folia > hoja).
Comparativos y superlativos
En la lengua clásica los comparativos en –ior y
los superlativos –issimus alternaban con
perífrasis como maxime idoneus. El latín vulgar
reemplazó grandior por plus grandis.

•Galli fortes erant sed Carthaginienses Gallis


erant fortiores.
•Romani viri fidem cariorem quam pecuniam
aestimabant.
Artículo
La influencia del lenguaje coloquial, que daba amplio
margen al elemento señalador, originó un profuso
empleo de los demostrativos. Aumentó, sobre todo,
el número de los que acompañaban al sustantivo, en
especial haciendo referencia (anáfora) a un ser u
objeto nombrado antes. En este empleo anafórico, el
valor demostrativo de ille (o ipse, según las regiones)
se fue desdibujando para aplicarse también a todo
sustantivo que indicara seres u objetos consabidos
sin mención previa, tal fue el punto de partida en la
formación del artículo determinante.
Singular masc./fem.
Menéndez Pidal Nominativo ĬLLE > ell >el
ĬLLA > ella > la
Pottier Acusativo ĬLLUM > ello > el > el
ĬLLAM > ella > la > la

Plural mas./fem.

Menéndez Pidal Acusativo ĬLLOS > los


Pottier ĬLLAS > las

Neutro
Menéndez Pidal Nominativo ĬLLUD > elo > lo
Pottier Acusativo ĬLLUD > elo > lo
Indefinido
A su vez el numeral unus, una, unum empleado
con el valor indefinido de “alguno”, “cualquiera”,
“cierto”, extendió sus usos acompañando al
sustantivo que designaba entes no mencionados
antes, cuya entrada en el discurso suponía
novedad o conllevaba carga expresiva.

Así se inició la creación del artículo indefinido.


Cena Trimalchionis (Ex Petronii Satyricon Libro XV)

Hodie in Amphitheatro duo gladiatores inter se fortiter


pugnabant. Unus ex his, qui saepe ante victoriam
obtinuerat, in arena graviter saucius cecidit. Tunc gladiator
victus uno ictu a victore interfectus est.
Verbos
Todas las formas simples de la voz pasiva (o sea, la
pasiva sintética latina) fueron eliminadas (amabatur
> amatus erat).

La expresión cantare habebam, dio lugar a la


formación de un tiempo nuevo, el postpretérito o
condicional románico (cantaría, amaría).

El verbo habere con el participio de otro verbo


servía para indicar la acción efectuada, pero
mantenida en sí o en sus consecuencias (como en
español “tengo estudiado el asunto”); más tarde
adquirió el valor de perfecto (habeo dictum).
Penny
La evolución del auxiliar habebam presentaba el mismo tipo de
contracción que habeo experimentó en el futuro, las formas se
redujeron a la vocal tónica seguida de la desinencia persona-
número (había, habías, había, habíamos, habíais, habían). Y así hay
que tener presente que la desinencia del condicional al derivar del
perfecto de indicativo de habere en la Edad Media mostraban la
misma variación que otros imperfectos en er o en ia

habebam > habea (pérdida de b intervocálica > e pasa a i tónica)


Las terminaciones de esta clase se fusionan en formas con i
tónica resultado debido a la evolución regular de la secuencia ea
> ia (mea > mía)

habebam > habeba > habea > había


habebas > habeas > habías
habebat > habeba > habea > había
Condicional simple

amar + (forma contracta de haber) ía, ías, ia, íamos, íais, ían

Condicional compuesto

haber + (forma contracta habebam)


haber + hía
haber + hías
haber + hía
haber + híamus
haber + híais
haber + hían
futuro

amar + (forma contracta de habere en presente)

habeo > he
habes > has
habet > ha
habemus > hemos
habetis > heis
habent > han
Formas verbales compuestas
Latín
• Epistulam scriptam hebeo
• Clausum habere
• Multiplex aerumna exercitam habet. Plauto
• Multa bona bene porta habemus. Plauto
• Nam hominem servum suos domitos habere oportet oculos et
manus. Plauto
• Nostram adulescentiam habent despicatam. Terencio
• In ea provincia pecunias magnas collocatas habent. Cicerón

Siglo IV
• Metuo enim ne ibi vos habeam fatigatos. San Agustín
Siglo VI
• Episcopum invitatum habes. Gregorio de Tours
• Scis enim quod foedus inter nos initum habemus.
Gregorio de Tours
• Promissum enim habemus nihil sine eius consilio
agere. Gregorio de Tours

Español medieval
• Quando ovo fablado (Aaron) al pueblo, cataron al
yerno. Fazienda
• Quando ovo corrido, todos se maravillavam. Cid
• E el diablo los avya todos muertos. Fazienda
Cambios fonéticos
Vocales
Desde los tiempos más remotos del latín hay casos
de vocal postónica perdida (dominus > domnus),
como consecuencia de la fuerza con que el latín
vulgar bajo el Imperio, el nuevo acento de
intensidad renovó la tendencia a omitir la vocal
postónica.
En casos como vetulus > vetlus, se formó un grupo
inusitado tl que pasó a cl por analogía con los
numerosos -clus procedentes de -uculus, -iculus
(auricla). En menor grado se debilitó también la
vocal protónica que en algunos casos llegaba a
elidirse (veteranus > vetranus).
baculus non vaclus musivum non mus(e)um
angulus non anglus exequiae non execiae
iugulus non iuglus gyrus non girus
calcostegis non calcosteis avus non aus
septizonium non septizodium miles non milex
vacua non vaqua sobrius non suber
vacui non vaqui figulus non figel
cultellum non cuntellum masculus non mascel
Marsias non Marsuas lanius non laneo
† cannelam non canianus iuvencus non iuvenclus
Hercules non Herculens barbarus non barbar
columna non colomna equs non ecus
pecten non pectinis coqus non cocus
aquaeductus non aquiductus coquens non cocens
cithara non citera 40 coqui non coci
crista non crysta
formica non furmica
La separación silábica tuvo un cambio de gran
importancia
fi- li- u > fi- liu
vi- ne- a > vi- nea > vi- nia

En casos como mu-li-e-re, va-ri-o-la la sinéresis


acarreó el tránsito del acento a la vocal más abierta
(va- rió- la, mu- lié- re). Esas e, i abiertas átonas, así
convertidas en semiconsonantes, originaron
multitud de alteraciones fonéticas, son el elemento
revolucionario que llamaremos Yod.
La Yod, fundiéndose con la consonante que precedía, la palatalizó:

Así nacieron los fonemas palatales lateral y nasal, desconocidos


por el latín clásico y característicos de las lenguas románicas. (Yod
II)

El grupo /t+Yod/ se asibiló en la predorso dento alveolar sorda


más Yod o simplemente en la predorso dento alveolar sorda.
Evolución parecida siguió el grupo /k+Yod/ predorso dento
alveolar sonoro, con resultados bastante cercano al de /t+Yod/.
(Yod I)

Los grupos /d+Yod/, /g+Yod/ se redujeron a /j/ o /y/; pero /d+Yod/,


se asibilaba frecuentemente, equivaliendo entonces a una
predorso dento alveolar sonora. (Yod III)

Durante la época imperial las oclusivas /c/, /g/ situadas ante /e/, /i/
sufrieron un desplazamiento en su punto de articulación: las
vocales palatales las atrajeron hacia la parte delantera de la boca.
Otros fenómenos de asimilación y absorción: el
grupo /ns/ solía pronunciarse como simple /s/
(mensa>mesa) /rs/ > /ss/ y aun a /s/ (dorsum >
dossum).

En la Romania Occidental /pt/ dio /tt/, luego


reducida en español a /t/ (aptare > attare > atar).

¡REVISAR LAPESA PARA VER SI FALTA ALGÚN


FENÓMENO!
Principales rasgos del latín vulgar
Orden de palabras
Simplificación de las declinaciones y del sistema
casual
Simplificación genérica
Esquema comparativo
La deixis
La conjugación
Las preposiciones
Desarrollo de la sintaxis
Evolución vocálica y consonántica
Bibliografía
Alarcos Llorach, E. Fonología española, Gredos, Madrid, 1974.
Ariza Viguera, M. Manual de fonología histórica del español,
Síntesis, Madrid, l989.
Lapesa, R. Historia de la lengua española, Gredos, Madrid, 1997.
López Medina, J. Historia de la lengua española I. Español
Medieval, Arco Libros, 1999.
Menéndez Pidal, R. Manual de gramática histórica española,
Espasa Calpe, Madrid, 1968.
-------------------------Orígenes del español. Estado lingüístico de la
península hasta el siglo XI. Espasa Calpe, Madrid, 1950.
Penny, R. Gramática histórica del español, Ariel, Barcelona, 2008.

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