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Análisis de CONDUCTA VERBAL B.F.

SKINNER

Por: Perla Hernández Falcón

Capitulo 2 y 3

El mando

En el lenguaje verbal el uso de una palabra trae como consecuencia otra,

es decir se asocian palabras o ideas al escuchar una por ejemplo si alguien dice

dulce, nos viene a la mente uno es especifico, cuando la respuesta en una forma

determinada es reforzada, aumenta su probabilidad de aparición en la conducta

del hablante.

Par este tipo de palabras o de operantes verbales se le ha puesto el termino

de “mando”, y su definición es precisamente un operante verbal en la cual la

respuesta es reforzada por una consecuencia característica y por tanto esta bajo

el control funcional de las condiciones relevantes de la estimulación aversiva.

A veces el mando especifica su propio reforzamiento, en la misma conducta

verbal está diciendo el reforzamiento que desea recibir, frecuentemente decimos

tanto la conducta del oyente como el reforzamiento de esta. El mando proporciona

la ocasión para que el oyente pueda por decir así una respuesta exitosa, al pedirle

algo al oyente ya sea una lápiz u otra cosa el efecto sobre el hablante consiste en

reforzar el mando por medio de la presentación de la respuesta en este caso del

lápiz que se pidió.


Clases de mandos

El primer caso de mando se le llama comúnmente solicitud, y es la

respuesta que solamente sirve para indicar que el hablante aceptara lo que oyente

está dispuesto a darle. Con frecuencia, sin embargo la respuesta del hablante

además de especificar un reforzamiento puede requerir que se establezca una

situación aversiva de la cual el oyente puede escapar solo si provee la mediación

apropiada. A veces las órdenes llevan implícita una amenaza como las ordenes

que obedecen los militares.

Este reforzamiento da también ocasión a que los oyentes modifiquen su

conducta, en virtud de cual se retirara la amenaza. Este cambio refuerza al oyente

para que responda a ese estimulo. Hay otras formas en el que el hablante puede

alterar la probabilidad de que el oyente responda en la forma apropiada.

Un mando que fomenta el reforzamiento generando una disposición

emocional, se denomina comúnmente súplica o ruego.

Debe notarse que las conductas están muy relacionadas entre el hablante

y el oyente, asumiendo las condiciones que proporcione el oyente, algunas claes

de mandos pueden distinguirse en términos de la conducta del oyente para mediar

el reforzamiento del hablante, el oyente debe en ocasiones poseer consecuencias

de las que no participa el hablante pero no obstante son reforzantes para esta

conducta.

Cuando los mandos se componen de reforzamientos positivos se

denominan consejos. Denominamos al mando advertencia cuando el oyente


escapa de una estimulación aversiva gracias a que se ha realizado la conducta

determinada por el hablante. Cuando el oyente ya está inclinado a actuar en una

forma determinada pero se encuentra limitado por una amenaza el mando se

cancela y se denomina permiso.

Cuando el reforzamiento gratuito de la conducta del oyente es comunicado

por el hablante, el mando se denomina oferta. Cuando el hablante emite otra

conducta que puede servir como reforzamiento para el oyente el mando es una

llamada.

La conducta mediadora del oyente puede distinguirse de la practica

tradicional de definir solicitudes, ordenes, ruegos, consejos, advertencias,

permisos, ofertas y llamadas que surgen desde el punto de vista de la intención

del hablante. Puede reducirse a las contingencias del reforzamiento.

La diferencia sobresaliente se encuentra en la conducta del oyente y en las

condiciones que la controlan, pero todo esto da como resultado diferentes

contingencias de reforzamiento para el hablante lo cual produce diferentes

propiedades, dinámicas, diferentes interrelaciones entre las respuestas, diferentes

entonaciones.

Como la conducta verbal en la forma de un mando opera principalmente

para beneficio del hablante, es probable que manados muy repetidos ocasiones

que el oyente quiera rebelarse. Esto es muy común en el ámbito laboral como en

las escuelas.
Los mandos generalizados que se refuerzan por atención del oyente con

frecuencia se utilizan junto con otros tipos de conducta verbal. La relación de

mando es más clara cuando está bajo control exclusivo de una respuesta, pero

también es efectiva en combinación de otras clases de variables.

El nivel de energía del mando puede variar de muy bajo a muy alto es decir

desde una orden sencilla a gritos, también varia la velocidad con la que se emite

cuando se presenta la ocasión puede variar de muy rápida a muy lenta. Si el

reforzamiento no llega de inmediato, la respuesta puede emitirse solo una vez o

puede repetirse. Son muy importantes el grado de reforzamiento de estas

respuestas al transcurrir el tiempo. Tales condiciones poseen un efecto

relativamente mayor sobre el mando que sobre otros tipos de conducta verbal. La

amplia gama de propiedades dinámicas que resulta hace que el mando sea un

tipo de operante muy expresiva.

Los mandos son característicos de la mayor parte de la instrucciones

hipnóticas, y el grado en el cual el sujeto coopera o colabora con el que lo

hipnotiza dependerá de las clases de variables. Tales variables entran en la

autoridad o el prestigio del hablante es decir el resultado de una larga historia de

respuestas emitidas ante los mandos, es la tendencia general que no siempre es

fácil de relacionar con una forma de deprivacion o de estimulación aversiva. El

oyente complace y puede no sabes lo que está haciendo.

Un mando toma una forma determinada debido a las contingencias de

reforzamiento mantenidas, ya sea por el oyente o por la comunidad verbal


considerada como un todo, las condiciones de estimulo que prevalecen cuando se

emite una respuesta tal y se refuerza, no entra en nuestra definición de la unidad.

Existen mando que no pueden explicarse arguyendo que respuestas de la

misma forma que se han reforzado bajo circunstancias similares en el pasado.

Existen también mandos que no pueden explicarse mostrando que han tenido el

efecto específico o alguno similar en ocasiones semejantes, el hablante parece

crear nuevos mandos por analogía con los antiguos. El deseo frecuentemente

toma la forma de un mando, y debe clasificarse como un mando mágico si las

consecuencias especificas no han ocurrida nunca como resultados de una

conducta verbal similar.

Conducta verbal bajo el control de estímulos verbales

La relación entre la respuesta y el reforzamiento que define un mando no

involucra un estimulo previo, sin embargo los estímulos anteriores no son

irrelevantes, la conducta verbal se refuerza solo a través de la mediación de otra

persona, pero no requiere participación de ella para su ejecución.

Cuando la conducta verbal se emite en ausencia de un oyente,

generalmente no se refuerza, después de reforzarse repetidamente en presencia

de un oyente y de distinguirse en su ausencia el hablante termina por emitir su

conducta solo en presencia del oyente.


Cuando no está presente ningún oyente, la probabilidad de reforzamiento

es baja y no es probable que se emita la respuesta. Cuando aparece un oyente se

aumenta la probabilidad de reforzamiento, así como la probabilidad de que surja

una respuesta.

En gran parte de la conducta verbal una forma determinada de respuesta

no produce un reforzamiento especifico y por tanto es relativamente independiente

de cualquier estado especial de deprivacion o de estimulo aversivo. En vez de

esto el control lo ejercen los estímulos anteriores. Un paso dirigido hacia la

destrucción de la relación con un estado particular de deprivacion, consiste en

reforzar una sola forma de respuesta, de manera que esta sea apropiada a

muchos estados diferentes.

La respuesta existiría entonces con cierta fuerza excepto cuando el

organismo estuviera completamente satisfecho y libre de estimulación aversiva. El

efecto que tiene este procedimiento para liberar una respuesta de una condición

de control especifica, generalmente se logra en otra forma, en lugar de usar una

gran variedad de reforzamientos cada uno de los cuales es relevante para un

estado especifico de deprivacion o de estimulación aversiva, se acomoda una

contingencia entre una respuesta verbal y un reforzador general condicionado.

Cualquier evento que precede de forma característica a muchos

reforzadores diferentes, puede usarse como reforzados para llevar la conducta

bajo el control de todas las condiciones apropiadas de deprivacion y estimulación

aversiva.
Una respuesta que se caracteriza por ir seguida de un reforzamiento

general condicionado, posee propiedades dinámicas similares a aquellas que

habría adquirido si todos los reforzadores específicos en cuestión la hubieran

seguido.

Otro reforzados común es el escape de la estimulación aversiva o su

evitación. Un hombre puede estimular aversivamente a otro de muchas formas:

dándole una paliza por ejemplo, sus movimientos son reforzadores positivos esta

estimulación puede fortalecer la conducta verbal, o de otro tipo ya que su

terminación es reforzante

En el caos más simple en el cual la conducta verbal está bajo el control de

estímulos verbales, la respuesta genera un pauta de sonidos similares a la de los

estímulos. La conducta ecoica se refuerza cuando reinstala el estimulo y permite

al hablante reaccionar ante él en otras formas. Si nos han dado instrucciones

complicadas a seguir, puede ser ventajoso repetirlas ecoicamente.

Como un hablante generalmente se oye hablar y por tanto se estimula

verbalmente, se puede también emitir respuestas ecoicas consigo mismo. Tal

conducta es potencialmente autorreforzante si fortalece la estimulación que se usa

en el control de su propia conducta verbal. Cuando el individuo responde primero,

ya sea haciendo eco de la conducta verbal de otra persona o por alguna otra

razón, y continua haciendo eco, aparece lo que podríamos llamar conducta auto

ecoica.

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