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CARTILLA MORAL
C O N C I E N C I A DEL ENTORNO
'272
9
5
i
LECTURAS UNIVERSITARIAS
Nuestros clásicos
LC272
•R49
2005
c.l
ALFONSO REYES
CARTILLA MORAL
C O N C I E N C I A DEL E N T O R N O
TOMADOS DE:
N O T A S S O B R E LA I N T E L I G E N C I A A M E R I C A N A
VISIÓN DE ANÁHUAC
I N G L A T E R R A Y LA C O N C I E N C I A PENINSULAR
CARTILLA M O R A L
U N I V E R S I D A D A U T Ó N O M A DE N U E V O L E Ó N
LECTURAS UNIVERSITARIAS
Nuestros clásicos
R
UANL
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA D E NUEVO LEÓN
S E C R E T A R Í A DE E X T E N S I Ó N Y C U L T U R A v
AFONDO
UANL
José Antonio González Treviño
Rector
ISBN 970-694-267-X
NOTAS SOBRE
LA INTELIGENCIA AMERICANA
VISIÓN DE ANÁHUAC
23
la mayoría de edad. Muy pronto os habituaréis a contar
E N T O R N O MEXICANO
con nosotros.
VISIÓN DE ANÁHUAC
23
Venecia, el año de 1550. Consta la obra de tres volúme- Finalmente, las estampas describen la vegetación
nes infolio, que luego fueron reimpresos aisladamente, de Anáhuac. Deténganse aquí nuestros ojos: he aquí
y está ilustrada con profusión y encanto. De su utilidad un nuevo arte de naturaleza.
no puede dudarse: los cronistas de Indias del Seiscien- La mazorca de Ceres y el plátano paradisíaco, las
tos (Solís al menos) leyeron todavía alguna carta de pulpas frutales llenas de una miel desconocida; pero,
Cortés en las traducciones italianas que ella contiene. sobre todo, las plantas típicas: la biznaga mexicana —
En sus estampas, finas y candorosas, según la ele- imagen del tímido puercoespín—, el maguey (del cual
gancia del tiempo, se aprecia la progresiva conquista de se nos dice que sorbe sus jugos a la roca), el maguey que
los litorales; barcos diminutos se deslizan por una raya se abre a flor de tierra, lanzando a los aires su plumero;
que cruza el mar; en pleno océano, se retuerce, como los "órganos" paralelos, unidos como las cañas de la
cuerno de cazador, un monstruo marino, y en el ángu- flauta y útiles para señalar la linde; los discos del nopal
lo irradia picos una fabulosa estrella náutica. Desde el —semejanza del candelabro—, conjugados en una super-
seno de la nube esquemática, sopla un Eolo mofletu- posición necesaria, grata a los ojos: todo ello nos apare-
do, indicando el rumbo de los vientos —constante cui- ce como una flora emblemática, y todo como concebi-
dado de los hijos de Ulises. Vense pasos de la vida afri- do para blasonar un escudo. En los agudos contornos
cana, bajo la tradicional palmera y junto al cono pajizo de la estampa, fruto y hoja, tallo y raíz, son caras abs-
de la choza, siempre humeante; hombres y fieras de otros tractas, sin color que turbe su nitidez.
climas, minuciosos panoramas, plantas exóticas y soña-
Esas plantas protegidas de púas nos anuncian que
das islas. Y en las costas de la Nueva Francia, grupos de
aquella naturaleza no es, como la del sur o las costas,
naturales entregados a los usos de la caza y la pesquería,
abundante en jugos y vahos nutritivos. La tierra de Aná-
al baile o a la edificación de ciudades. Una imaginación
huac apenas reviste feracidad a la vecindad de los lagos.
como la de Stevenson, capaz de soñar La isla del tesoro
Pero, a través de los siglos, el hombre conseguirá desecar
ante una cartografía infantil, hubiera tramado, sobre
sus aguas, trabajando como castor; y los colonos devasta-
las estampas del Ramusio, mil y un regocijos para nues-
rán los bosques que rodean la morada humana, devolvien-
tros días nublados.
do al valle su carácter propio y terrible: en la tierra salitrosa
y hostil, destacadas profundamente, erizan sus garfios las Semejante al espíritu de sus desastres, el agua ven-
garras vegetales, defendiéndose de la seca. gativa espiaba de cerca a la ciudad; turbaba los sueños
Abarca la desecación del valle desde el año de 1449 de aquel pueblo gracioso y cruel, barriendo sus piedras
hasta el año de 1900. Tres razas han trabajado en ella, y florecidas; acechaba, con ojo azul, sus torres valientes.
casi tres civilizaciones —que poco hay de común entre Cuando los creadores del desierto acaban su obra,
el organismo virreinal y la prodigiosa ficción política irrumpe el espanto social.
que nos dio treinta años de paz augusta. Tres regíme- El viajero americano está condenado a que los eu-
nes monárquicos, divididos por paréntesis de anarquía, ropeos le pregunten si hay en América muchos árboles.
son aquí ejemplo de cómo crece y se corrige la obra del Les sorprenderíamos hablándoles de una Castilla ame-
Estado, ante las mismas amenazas de la naturaleza y la ricana más alta que la de ellos, más armoniosa, menos
misma tierra que cavar. agria seguramente (por mucho que en vez de colinas la
De Netzahualcóyotl al segundo Luis de Velasco, y quiebren enormes montañas), donde el aire brilla como
de éste a Porfirio Díaz, parece correr la consigna de se- espejo y se goza de un otoño perenne. La llanura caste-
car la tierra. Nuestro siglo nos encontró todavía echan- llana sugiere pensamientos ascéticos: el valle de Méxi-
do la última palada y abriendo la última zanja. co, más bien pensamientos fáciles y sobrios. Lo que una
Es la desecación de los lagos como un pequeño gana en lo trágico, la otra en plástica rotundidad.
drama con sus héroes y su fondo escénico. Ruiz de Nuestra naturaleza tiene dos aspectos opuestos.
Alarcón lo había presentido vagamente en su comedia Uno, la cantada selva virgen de América, apenas mere-
de El semejante a sí mismo. A la vista de numeroso corte- ce describirse.Tema obligado de admiración en el Viejo
jo, presidido por Virrey y Arzobispo, se abren las esclu- Mundo, ella inspira los entusiasmos verbales de Cha-
sas: las inmensas aguas entran cabalgando por los tajos. teaubriand. Horno genitor donde las energías parecen
Ese, el escenario. Y el enredo, las intrigas de Alonso gastarse con abandonada generosidad, donde nuestro
Arias y los dictámenes adversos de Adrián Boot, el holan- ánimo naufraga en emanaciones embriagadoras, es exal-
dés suficiente; hasta que las rejas de la prisión se cierran tación de la vida a la vez que imagen de la anarquía
tras Enrico Martín, que alza su nivel con mano segura. vital: los chorros de verdura por las rampas de la mon-
taña; los nudos ciegos de las lianas; toldos de platanares; hombre clásico y universal como los que criaba el Rena-
sombra engañadora de árboles que adormecen y roban cimiento, y que resucitó en su siglo la antigua manera
las fuerzas de pensar; bochornosa vegetación; largo y de adquirir la sabiduría viajando, y el hábito de escribir
voluptuoso torpor, al zumbido de los insectos. ¡Los gri- únicamente sobre recuerdos y meditaciones de la pro-
tos de los papagayos, el trueno de las cascadas, los ojos de pia vida: en su Ensayo político, el barón de Humboldt
las fieras, ledard empoisonné du sauvage! En estos derroches notaba la extraña reverberación de los rayos solares en
de fuego y sueño —poesía de hamaca y de abanico— nos la masa montañosa de la altiplanicie central, donde el
superan seguramente otras regiones meridionales. aire se purifica.
Lo nuestro, lo de Anáhuac, es cosa mejor y más En aquel paisaje, no desprovisto de cierta aristocrá-
tónica. Al menos, para los que gusten de tener a toda tica esterilidad, por donde los ojos yerran con discerni-
hora alerta la voluntad y el pensamiento claro. La vi- miento, la mente descifra cada línea y acaricia cada on-
sión más propia de nuestra naturaleza está en las regio- dulación; bajo aquel fulgurar del aire y en su general
nes de la mesa central: allí la vegetación arisca y heráldi- frescura y placidez, pasearon aquellos hombres ignotos
ca, el paisaje organizado, la atmósfera de extremada la amplia y meditabunda mirada espiritual. Extáticos
nitidez, en que los colores mismos se ahogan —compen- ante el nopal del águila y de la serpiente -compendio
sándolo la armonía general del dibujo; el éter luminoso feliz de nuestro campo— oyeron la voz del ave agorera que
en que se adelantan las cosas con un resalte individual; les prometía seguro asilo sobre aquellos lagos hospitala-
y, en fin, para de una vez decirlo en las palabras del rios. Más tarde, de aquel palafito había brotado una ciu-
modesto y sensible fray Manuel de Navarrete: dad, repoblada con las incursiones de los mitológicos ca-
balleros que llegaban de las Siete Cuevas —cuna de las
una luz resplandeciente siete familias derramadas por nuestro suelo.
que hace brillar la cara de los cielos
Más tarde, la ciudad se había dilatado en imperio,
y el ruido de una civilización ciclópea, como la de Babi-
Ya lo observaba un grande viajero, que ha sancio- lonia y Egipto, se prolongaba, fatigado, hasta los infaus-
nado con su nombre el orgullo de la Nueva España; un tos días de Moctezuma el doliente. Y fue entonces cuan-
do, en envidiable hora de asombro, traspuestos los vol- la comunidad, mucho más profunda, de la emoción
canes nevados, los hombres de Cortés ("polvo, sudor y cotidiana ante el mismo objeto natural.
hierro") se asomaron sobre aquel orbe de sonoridad y El choque de la sensibilidad con el mismo mundo
fulgores —espacioso circo de montañas. labra, engendra un alma común. Pero cuando no se
A sus pies, en un espejismo de cristales, se extendía aceptara lo uno ni lo otro —ni la obra de la acción co-
la pintoresca ciudad, emanada toda ella del templo, por mún, ni la obra de la contemplación común—, convén-
manera que sus calles radiantes prolongaban las aristas gase en que la emoción histórica es parte de la vida ac-
de la pirámide. tual, y, sin su fulgor, nuestros valles y nuestras montañas
serían como un teatro sin luz. El poeta ve, al reverberar
Hasta ellos, en algún oscuro rito sangriento, llega-
de la luna en la nieve de los volcanes, recortarse sobre
ba -ululando— la queja de la chirimía y, multiplicado
el cielo el espectro de Doña Marina, acosada por la som-
en el eco, el latido del salvaje tambor.
bra del Flechador de Estrellas; o sueña con el hacha de
cobre en cuyo filo descansa el cielo; o piensa que escu-
IV
cha, en el descampado, el llanto funesto de los mellizos
que la diosa vestida de blanco lleva a las espaldas: no le
But glorious it was to see, how che open
neguemos la evocación, no desperdiciemos la leyenda.
región was filled with horses and chariots...
Si esa tradición nos fuere ajena, está como quiera en
B u n y a n , Tite Pilgrim's Progress.
nuestras manos, y sólo nosotros disponemos de ella.
No renunciaremos —oh Keats— a ningún objeto de be-
Cualquiera que sea la doctrina histórica que se profese
lleza, engendrador de eternos goces.
(y no soy de los que sueñan en perpetuaciones absurdas
de la tradición indígena, y ni siquiera fío demasiado en
Madrid, 1915.
perpetuaciones de la española), nos une con la raza de
ayer, sin hablar de sangres, la comunidad del esfuerzo
por domeñar nuestra naturaleza brava y fragosa; esfuer-
zo que es la base bruta de la historia. Nos une también
O T R O E N T O R N O EN EL M U N D O
INGLATERRA Y LA C O N C I E N C I A PENINSULAR
de sonreír "insularmente".
La misión de la gran Bretaña ante los problemas
continentales parece, pues, definida por su conciencia
insular. Pero no hay que atribuir propósitos gratuitos.
El editor literario del Times escribía a fines de agosto:
"Nuestros aliados combaten más de cerca que no-
sotros. Junto a los franceses o los belgas, casi no somos
combatientes. Así, a la vez que les damos todo el auxi-
lio que podemos, conservamos los deberes espirituales
del no combatiente.... Nuestro mayor poder consiste
en ser desinteresados... Mientras velan por nosotros
nuestros marinos, y nuestras tropas se unen a los alia-
dos, queda aquí el gran cuerpo de la nación, en quien
la conciencia nacional debe conservarse alta y pura, para
que, después de la guerra, ella venga a ser la conciencia
del mundo".
Amparada en su collar flotante de cañones, la
isla escogida se reserva una misión terrible.
El inglés es raro de suyo, amigo de excentricidades. 1
El Gráfico, La H a b a n a , o c t u b r e d e 1914-
Como ha sabido ser un posgriego, es un preasiático es-
SENTIDO DEL SER SOCIAL
CARTILLA MORAL
2
La palabra "moral" proviene del latín y la palabra "ética" del griego.
"Moris" significa "de la costumbre"; "ethos" significa "voluntad".
' El fin último del h o m b r e es la felicidad plena y definitiva; para alcan-
zarla necesita actuar de acuerdo a la moral p r o c u r a n d o el bien.
razones que pertenecen a este mundo. Por eso la moral LECCIÓN II. EL C U E R P O Y EL ALMA
debe estudiarse y aprenderse como una disciplina aparte4.
Podemos figurarnos la moral como una Constitu- El hombre tiene algo de común con los animales y algo
ción no escrita, cuyos preceptos son de validez univer- exclusivamente humano.
sal para todos los pueblos y para todos los hombres 5 . Estamos acostumbrados a designar lo uno y lo otro,
Tales preceptos tiene por objeto asegurar el cumpli- de cierta manera fácil, con los nombres de cuerpo y
miento del bien, encaminando a este fin nuestra con- alma, respectivamente. Al cuerpo pertenece cuanto en
ducta. el hombre es naturaleza; y al alma, cuanto en el hombre
El bien no debe confundirse con nuestro interés es espíritu 7 .
particular en este o en el otro momento de nuestra vida. Luego se ve que la obra de la moral consiste en
No debe confundírsele con nuestro provecho, nuestro llevarnos desde lo animal hasta lo puramente humano,
gusto o nuestro deseo 6 . pero hay que entenderlo bien; n o se trata de negar lo
El bien es un ideal de justicia y de virtud que puede que hay de material y de natural en nosotros, para sacri-
imponernos el sacrificio de nuestros anhelos, y aún de ficarlo de modo completo en aras de lo que tenemos de
espíritu e inteligencia. Lo que debe procurarse es una
nuestra felicidad y de nuestra vida.
prudente armonía entre cuerpo y alma 8 .
4
El h o m b r e es libre d e realizar el b i e n o rechazarlo. Sea q u e a c t ú e e n u n
s e n t i d o o e n o t r o , su c o n d u c t a t i e n e c o n s e c u e n c i a s q u e s o n positivas si
7
El h o m b r e realiza a c t i v i d a d e s c o m o c o m e r , b e b e r , d o r m i r , i n t e r a c t u a r
se d e c i d e p o r el b i e n , o negativas si o p t a p o r a l e j a r s e d e l b i e n . E n a m b o s
c o n la f a u n a , la f l o r a y el r e i n o a n i m a l . E s t o t a m b i é n lo h a c e n los a n i m a -
casos las c o n s e c u e n c i a s p u e d e n ser i n m e d i a t a s o p o s t e r i o r e s .
5 les. El h o m b r e , e n c a m b i o , realiza a c t i v i d a d e s q u e n o h a c e n los a n i m a -
Los m a n d a m i e n t o s básicos de la m o r a l , q u e m á s a d e l a n t e v a m o s a
les, c o m o p e n s a r , q u e r e r , f i j a r s e o b j e t i v o s y l u c h a r p o r alcanzarlos, etc.
e s t u d i a r , s o n válidos para t o d o s los h o m b r e s y e n t o d a s las épocas. Por
Estas a c t i v i d a d e s p r o v i e n e n d e la p a r t e e s p i r i t u a l del h o m b r e q u e es el
eso se dice q u e la m o r a l es universal.
6 a l m a ; q u e n o p o r ser i n t a n g i b l e es m e n o s real q u e el c u e r p o .
H a y o c a s i o n e s en q u e el b i e n n o c o i n c i d e c o n n u e s t r o s gustos o conve- 8
D e b e m o s n o t a r q u e las a c t i v i d a d e s q u e el h o m b r e t i e n e e n c o m ú n c o n
n i e n c i a p a r t i c u l a r . Hay c o n d u c t a s q u e p u e d e n ser atractivas, p e r o que
los a n i m a l e s n o s o n t o t a l m e n t e i r r a c i o n a l e s , s i n o q u e están i n f o r m a d a s
n o s o n m o r a l m e n t e b u e n a s , tales c o m o el m e n t i r , el e n g a ñ a r , el cometer
y d o m i n a d a s , e n c i e r t o g r a d o , p o r el a l m a . Así, m i e n t r a s el a n i m a l c o m e
f r a u d e . En estos casos d e b e m o s seguir los d i c t a d o s d e la m o r a l y evitar
e n el m o m e n t o m i s m o e n q u e e x p e r i m e n t a el h a m b r e , el h o m b r e regula
esas c o n d u c t a s , a u n q u e ello s i g n i f i q u e para n o s o t r o s u n sacrificio.
La tarea de la moral consiste en dar a la naturaleza En la realidad, el progreso humano no siempre se
lo suyo sin exceso, y sin perder de vista los ideales dicta- logra, o sólo se consigue de modo aproximado; pero
dos por la conciencia 9 . ese progreso humano es el ideal a que todos debemos
Advertimos, pues, que hay siempre algo de tacto, aspirar, como individuos y como pueblos.
de buen sentido en el manejo de nuestra conducta, algo Las palabras "civilización" y "cultura" se usan de
de equilibrio y de proporción. Ni hay que dejar que nos muchos modos. Algunos entienden por "civilización"
domine la parte animal en nosotros, ni tampoco debe- el conjunto de conquistas materiales, descubrimientos
mos destrozar esta base material del ser humano, por- prácticos y adelantos técnicos de la humanidad 11 . Y en-
que todo el edificio se vendría abajo 10 . tienden por "cultura" las conquistas semejantes de ca-
rácter teórico o en el puro campo del saber y del cono-
LECCIÓN III. VOLUNTAD MORAL cimiento. Otros lo entienden al revés. La verdad es que
Y CULTURA ambas cosas van siempre mezcladas12.
En todo caso, civilización y cultura, conocimientos
La voluntad moral trabaja por humanizar más y más al teóricos y aplicaciones prácticas nacen del desarrollo
hombre, levantándolo sobre la bestia. Como un escul- de la ciencia, pero las inspira la voluntad moral o de
tor que, tallando el bloque de piedra, va poco a poco perfeccionamiento humano. Cuando pierden de vista
sacando de él una estatua.
" T o d o s n o s o t r o s t e n e m o s u n a c o n c i e n c i a q u e se va f o r m a n d o m e d i a n t e
la e d u c a c i ó n m o r a l y n o s i n d i c a lo q u e es b u e n o y lo q u e es m a l o . C u a n -
15
D a d a la l i b e r t a d d e l h o m b r e , éste p u e d e u s a r su p o d e r t r a n s f o r m a d o r d o realizamos el b i e n , la c o n c i e n c i a n o s r e c o m p e n s a c o n la satisfacción
t a n t o para el b i e n , c o m o p a r a el m a l . Asi c o m o se h a n i n v e n t a d o anti- m o r a l , y c u a n d o n o lo h a c e m o s n o s lo r e p r o c h a .
b i ó t i c o s para aliviar e n f e r m e d a d e s , t a m b i é n se h a n f a b r i c a d o a r m a s que 16
A través de la e d u c a c i ó n m o r a l v a m o s d e s c u b r i e n d o u n c o n j u n t o d e
se u s a n n o s ó l o p a r a la d e f e n s a , s i n o p a r a m a t a r y d e s t r u i r . reglas o m a n d a m i e n t o s q u e c o n s t i t u y e n la m o r a l y cuya o b s e r v a n c i a n o s
14
Es p o r ello q u e la m o r a l d e b e i n s p i r a r y o r i e n t a r t o d o s los c a m p o s de p e r m i t e alcanzar el b i e n .
la actividad h u m a n a . La ciencia, el a r t e , la actividad c o m e r c i a l e indus- !í
La c o n c i e n c i a m o r a l a p r u e b a o r e p r o c h a n u e s t r a c o n d u c t a i n d e p e n -
trial, las d i v e r s i o n e s , s o n a c t i v i d a d e s h u m a n a s q u e n o d e b e n contravenir d i e n t e m e n t e d e q u e n u e s t r a a c t u a c i ó n haya s i d o vista o n o , p o r otras
las n o r m a s m o r a l e s . p e r s o n a s . La c o n c i e n c i a m o r a l n o s o r d e n a la c o n d u c t a j u s t a a u n c u a n d o
Lo primero es el respeto que cada ser humano se debe a
Reconocemos así u n bien superior a nuestro bien
sí mismo, en cuanto es cuerpo y en cuanto es alma. A
particular e inmediato. E n este reconocimiento se fun-
esto se refiere el sentimiento de la dignidad de la perso-
dan la subsistencia de la especie, la perduración de la
na.
sociedad, la existencia de los pueblos y de los hombres.
Por eso decimos que todos los hombres son igual-
Sin este sentimiento de nuestros deberes, nos destrui-
mente dignos, en cuanto a su condición de hombres,
ríamos unos a otros, o sólo viviríamos como los anima- así como todos deben ser iguales ante la ley.
les gregarios18.
Cada uno de nosotros, aunque sea a solas y sin tes-
tigos, debe sentirse vigilado por el respeto moral y debe
LECCIÓN V. EL RESPETO A SÍ MISMO sentir vergüenza de violar este respeto. El uso que haga-
Y LA DIGNIDAD H U M A N A mos de nuestro cuerpo y de nuestra alma debe corres-
ponder a tales sentimientos 20 .
Los respetos que hemos considerado como mandamien-
Esto n o significa que nos avergoncemos de las ne-
tos de la moral pueden enumerarse de muchos modos 19 .
cesidades corporales impuestas por la naturaleza, sino
ías~personas c o n las q u e i n t e r a c t u a m o s n o se d e n c u e n t a . U n e j e m p l o d e que las cumplamos con decoro, aseo y prudencia. Esto
esto es lo q u e s u c e d e c u a n d o al c o m p r a r u n a m e r c a n c í a el e m p l e a d o n o s no significa que nos consideremos a nosotros con de-
d a c a m b i o de m á s ; la m o r a l n o s i n d i c a q u e d e b e m o s regresar el exceden-
masiada solemnidad 21 . También es muy peligroso el
te; a u n c u a n d o el e m p l e a d o n o lo h a y a n o t a d o .
18
Es i m p o r t a n t e e i n t e r e s a n t e n o t a r c ó m o el c u m p l i m i e n t o d e las nor-
m a s m o r a l e s h a c e p o s i b l e la c o e x i s t e n c i a d e los seres h u m a n o s y contri- 20
El p r i m e r respeto, a n o s o t r o s m i s m o s , n o s obliga a h a c e r u n u s o ade-
b u y e a la s u p e r a c i ó n de c a d a u n o d e n o s o t r o s . P e n s e m o s , p o r u n m o - c u a d o d e n u e s t r o c u e r p o y a cuidarlo. Por c o n s i g u i e n t e , n o s p r o h i b e el
m e n t o , lo q u e sería d e la s o c i e d a d si cada p e r s o n a actuara exclusivamente suicidio, la d r o g a d i c c i ó n , los excesos y la s u c i e d a d .
d e a c u e r d o a su p r o p i a c o n v e n i e n c i a , o l v i d á n d o s e d e la m o r a l ; n o s pasa- 21
Este r e s p e t o t a m b i é n n o s indica q u e la p e r s o n a necesita d e s c a n s o ,
r í a m o s el t i e m p o c u i d á n d o n o s los u n o s d e los o t r o s o s o b r e v e n d r í a la ley e s p a r c i m i e n t o , b u e n h u m o r , s e n t i m i e n t o d e lo c ó m i c o y a ú n d e la iro-
del m á s f u e r t e . nía, q u e n o s e n s e ñ a a b u r l a r n o s u n p o c o d e n o s o t r o s m i s m o s . T o d o esto
19
P o d e m o s c o n s i d e r a r a la p e r s o n a y sus r e l a c i o n e s c o m o u n c o n j u n t o s o n r e c u r s o s q u e a s e g u r a n la b u e n a e c o n o m í a del alma, el b u e n f u n c i o -
d e círculos c o n c é n t r i c o s . El p r i m e r círculo r e p r e s e n t a la p e r s o n a misma, n a m i e n t o d e l e s p í r i t u . R e c o r d e m o s q u e la c a p a c i d a d de alegría es u n a
el s e g u n d o a la familia, el t e r c e r o a la s o c i e d a d , el c u a r t o a la patria, el fuente del bien moral.
q u i n t o a la especie h u m a n a y el sexto a la n a t u r a l e z a .
entregarse a miedos inútiles, como el miedo a la liber- Ello tiene consecuencias morales en el carácter del
tad y las hermosas responsabilidades que ella acarrea. hombre, y reconoce una razón natural: entre todas las
De este respeto a nosotros mismos, brotan todos los criaturas vivas comparables al hombre, llamados ani-
preceptos sobre la limpieza de nuestro cuerpo, así como males superiores, el hombres es el que tarda más en
todos los preceptos sobre la limpieza de nuestras intencio- desarrollarse y en valerse solo, para disponer de sus
nes y el culto a la verdad. La manifestación de la verdad manos, andar, comer, hablar, etc.
aparece siempre como una declaración ante el prójimo, Por eso necesita más tiempo del auxilio de sus pro-
pero es un acto de lealtad para con nosotros mismos. genitores.
La mayor tardanza en el desarrollo del niño compa-
LECCIÓN VI. EL RESPETO A LA FAMILIA rado con el animal no es una inferioridad humana. Es
la garantía de una maduración más profunda y delica-
Después del respeto a la propia persona, corresponde da, de una evolución más completa 24 .
examinar el respeto a la familia: m u n d o humano que El hombre, al nacer, es ya parte de una familia. La
nos rodea de modo inmediato 22 . sociedad o compañía de los semejantes tiene para el
La familia es un hecho natural y puede decirse que, hombre el mismo carácter necesario que su existencia
como grupo perdurable, es característico de la especie personal. No hay persona sin sociedad. No hay socie-
humana 23 . dad sin personas 2 '.
La familia estable humana rebasa los límites del
apetito amoroso y la cría de los hijos.
24
El h o m b r e r e q u i e r e m á s t i e m p o d e d e s a r r o l l o p a r a q u e el o r g a n i s m o
22 h u m a n o alcance ese e x t r a o r d i n a r i o a f i n a m i e n t o n e r v i o s o q u e lo p o n e
La familia es el a m b i e n t e ideal para q u e la p e r s o n a a l c a n c e su desarro-
p o r e n c i m a de t o d o s los a n i m a l e s . La n a t u r a l e z a , c o m o u n artista, nece-
llo a r m ó n i c o y su realización c o m o h o m b r e . P r u e b a d e ello es q u e gran
sita m á s t i e m p o para p r o d u c i r u n a r t í c u l o m á s a c a b a d o .
p a r t e d e la d e l i n c u e n c i a j u v e n i l e n c u e n t r a su e x p l i c a c i ó n e n familias 2
' La familia c o n s t i t u y e el g r u p o p r i m a r i o b á s i c o d e la s o c i e d a d . A p a r t i r
desintegradas.
23 de ella se v a n f o r m a n d o g r u p o s sociales m á s g r a n d e s y c o m p l e j o s - h o r -
La existencia e n c o m ú n d e los m i e m b r o s d e u n a f a m i l i a se d e n o m i n a
das, tribus, c l a n e s - h a s t a llegar a la s o c i e d a d e n c u a n t o tal.
"hogar".
Con la vida en común de la familia comienzan a Esta compañía humana es mi sociedad. Mi socie-
aparecer las obligaciones recíprocas entre las personas, dad no es más que una parte de la sociedad humana
las relaciones sociales; los derechos por un lado y, por total. Esta sociedad total es el conjunto de todos los
el otro, los deberes correspondientes 26 . hombres.
El respeto que une a los hombres de la familia debe En torno al círculo del respeto familiar, se extiende
existir de los hijos para con los padres y de los padres el círculo del respeto a mi sociedad. Mi respeto a la so-
para con los hijos, así como entre hermanos 2 '. ciedad, y el de cada uno de sus miembros para los de-
El hogar es la primera escuela28. más, es lo que hace posible la convivencia de los seres
humanos.
L E C C I Ó N VIL EL RESPETO A LA SOCIEDAD: El problema de la política es lograr que esta convi-
NORMAS DE URBANIDAD Y CORTESÍA vencia sea lo más justa y feliz, tanto dentro de una na-
ción, como entre unas y otras naciones.
Nuestra existencia no sólo se desenvuelve dentro del Las naciones, en su conducta de unas para con las
hogar sino que transcurre en compañía de u n grupo de otras, pueden imaginarse como unas personas más
hombres, entre la gente 29 . amplias que las humanas, pero que debieran gobernar-
se conforme a iguales principios de bien y de justicia.
26
Hay q u e t o m a r e n c u e n t a q u e , p o r cada d e r e c h o o cosa q u e p o d e m o s La subsistencia de la sociedad es indispensable para
exigir, existe u n d e b e r o cosa q u e d e b e m o s d a r . Este c a m b i o o t r a n s i c i ó n
la subsistencia de cada ser humano y de la especie hu-
h a c e p o s i b l e la a s o c i a c i ó n d e los h o m b r e s .
27
La familia d e m a n d a a m o r y r e s p e t o e n t r e t o d o s los m i e m b r o s q u e la mana en general 30 .
c o m p o n e n . D e la e s t a b i l i d a d y p e r m a n e n c i a d e la familia d e p e n d e la
p r o s p e r i d a d d e la s o c i e d a d , p o r eso la d e s i n t e g r a c i ó n f a m i l i a r s i e m p r e
será vista c o m o u n a a m e n a z a a la i n t e g r i d a d y s u p e r v i v e n c i a d e la socie- de n i ñ o s a h o m b r e s , los jefes, c o m p a ñ e r o s d e t r a b a j o , s u b o r d i n a d o s , et
al.
dad.
,0
28 El ser h u m a n o es s o c i a b l e p o r n a t u r a l e z a . Esto significa q u e r e q u i e r e
Es p o r ello q u e c u a n d o u n a p e r s o n a d e c i d e f o r m a r u n a n u e v a familia
de los d e m á s para p o d e r subsistir y realizarse c o m o h o m b r e . Esta necesi-
d e b e h a c e r l o p e n s a n d o e n la r e s p o n s a b i l i d a d q u e implica para el f u t u r o .
29 d a d q u e t e n e m o s d e los d e m á s n o es ú n i c a m e n t e n e c e s i d a d de recibir,
E n n u e s t r a n i ñ e z , la g e n t e , a d e m á s d e n u e s t r a familia, s o n los a m i g o s
s i n o t a m b i é n d e c o m u n i c a r y dar.
de la casa, vecinos, m a e s t r o s , c o m p a ñ e r o s d e escuela. Y c u a n d o p a s a m o s
Los respetos o normas sociales son de varias cate- LECCIÓN VIII. EL RESPETO A LA SOCIEDAD:
gorías, según sea más o menos indispensables a la sub- NORMAS JURÍDICAS
sistencia de la sociedad. Se procura, pues, impedir las
violaciones; y si éstas ya han acontecido se les castiga El segundo grado del respeto social se refiere ya a la
para que no se repitan. sociedad organizada en Estado, en gobierno con sus leyes
Esto establece frente al sistema de los respetos, un propias. Este grado es el respeto a la ley que asume a su
sistema de sanciones para en caso de violación. vez, varias categorías33.
El primer grado o categoría del respeto social nos Las sanciones contra las violaciones a estos respe-
obliga a la urbanidad y a la cortesía; nos aconseja el tos ya no se dejan a la mera opinión pública; son verda-
buen trato y las maneras agradables31. deros castigos: indemnización, multa, destitución, pri-
La sanción contra la violación de este respeto se sión, pena de muerte, etc., según las leyes de cada país34.
manifiesta en la desestimación que rodea a la gente gro- Este es el campo del Derecho o de la vida jurídica.
sera . 32 El Derecho procura establecer la justicia en todos los
tratos y compromisos entre los hombres.
B o r g a n i z a n al g o b i e r n o y le e n c o m i e n d a n la f o r m u l a c i ó n y p r o m u l g a c i ó n
de las leyes, la aplicación de las m i s m a s y la vigilancia e n su c u m p l i m i e n -
to, así c o m o la i m p o s i c i ó n d e castigos e n caso d e q u e s e a n violadas. El
fâjk
= »¡li g o b i e r n o d i s p o n e d e la fuerza pública para lograr sus objetivos, p e r o
51
Las n o r m a s de u r b a n i d a d y la c o r t e s í a n o s a c o n s e j a n t a m b i é n el con- s o l a m e n t e la d e b e utilizar e n los casos q u e e s p e c í f i c a m e n t e marca la ley.
trolar, d e n t r o de n o s o t r o s , los i m p u l s o s h a c i a la grosería; el n o utilizar ^ El castigo para q u i e n viola le ley n o se d e j a a la o p i n i ó n p ú b l i c a , c o m o
t o n o s v i o l e n t o s n i a m e n a z a d o r e s , salvo e n casos d e e x t r e m a n e c e s i d a d , seria el caso d e las n o r m a s d e u r b a n i d a d . Ello es así, p o r q u e las violacio-
39
El d e s a r r o l l o c i e n t í f i c o y t e c n o l ó g i c o q u e ha l o g r a d o el h o m b r e es
18
A s i m i s m o , a m a r a la patria significa e s f o r z a r n o s p o r c o n o c e r la histo- a d m i r a b l e . Es o b v i o q u e este d e s a r r o l l o h a s i d o m á s a c e l e r a d o en los
ria d e n u e s t r o país. Se h a d i c h o q u e q u i e n i g n o r a la h i s t o r i a patria es ú l t i m o s a ñ o s y lo será todavía m á s e n los a ñ o s p o r venir. P e n s e m o s p o r
e x t r a n j e r o e n su tierra. P u e d e a ñ a d i r s e q u e q u i e n i g n o r a el d e b e r patrio e j e m p l o e n el d e s a r r o l l o d e la electrónica y e n las posibilidades q u e ofre-
es e x t r a n j e r o e n la h u m a n i d a d . ce.
hacia la superación. El animal sólo trabaja para conser- LECCIÓN XI. EL RESPETO A LA NATURALEZA
varse. El hombre para conservarse y superarse. Nunca
se conforma el hombre con lo que encuentra. El más impersonal de los respetos morales, el círculo
El respeto a nuestra especie se confunde casi con el más exterior de los círculos concéntricos que acabamos
respeto al trabajo humano. Las buenas obras del hom- de recorrer, es el respeto a la naturaleza exterior del
bre deben ser objeto de respeto para todos los hom- hombre 43 .
bres40. Debe recordarse que los reinos mineral, vegetal y
Romper un vidrio por el gusto de hacerlo, destro- animal constituyen la morada humana y el escenario
zar un jardín, pintarrajear las paredes, quitarle un tor- de nuestra vida; por consiguiente, el respeto a ellos está
nillo a una máquina, todo esto son actos verdaderamen- contemplado en la moral 44 .
te inmorales. Descubren en quien los hace, un fondo Hay que procurar pensar en serio y con intención
de animalidad, de inconciencia que lo hace retrogradar amorosa, animados siempre del deseo de no hacer daño
hasta el mono. Descubren en él una falta de imagina- en cuantas cosas nos rodean y acompañan en la exis-
ción que le impide recordar todo el esfuerzo acumula- tencia, así sean tan humildes como las piedras.
do detrás de cada obra humana 41 .
El desperdicio es también una inmoralidad 42 . g u e r r a , s i n o p o r d e b e r m o r a l , p o r r e s p e t o al t r a b a j o h u m a n o q u e repre-
s e n t a cada u n o d e estos m o d e s t o s a r t í c u l o s . D e paso, g a n a r í a c o n ello la
economía.
4
40
El r e s p e t o a la especie h u m a n a n o s p i d e q u e s e p a m o s a d m i r a r y valo- ' E n la n a t u r a l e z a o b s e r v a m o s u n a a r m o n í a y u n e q u i l i b r i o m a r a v i l l o s o
s o n a e n su t r a b a j o c o t i d i a n o . m u c h a s o c a s i o n e s , c o n c o n s e c u e n c i a s negativas, t a n t o para la n a t u r a l e -
41 za, c o m o p a r a si m i s m o . P e n s e m o s e n la c o n t a m i n a c i ó n a m b i e n t a l y e n
El t r a b a j o h u m a n o d e b e estar o r i e n t a d o a la m e j o r í a p e r s o n a l d e la
la tala i n m o d e r a d a de los b o s q u e s .
s o c i e d a d y d e la h u m a n i d a d .
44
42
Hay c i u d a d e s e n q u e la a u t o r i d a d se p r e o c u p a p o r recoger t o d o s esos Este r e s p e t o n o s o r d e n a c o n o c e r , a d m i r a r , q u e r e r y c u i d a r a la n a t u r a -
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El s e r h u m a n o d e b e a p r e n d e r a a c e p t a r y r e s i g n a r s e f r e n t e a estas
s i t u a c i o n e s q u e e s t á n m á s allá d e s u v o l u n t a d y c a p a c i d a d .
49
E s t a s s i t u a c i o n e s i n e v i t a b l e s , q u e a l g u n o s p u e d e n l l a m a r "el d e s t i n o " ,
n o d e b e n a n i q u i l a r la v o l u n t a d m o r a l , s i n o q u e d e b e n servir d e o c a s i ó n
para alcanzar niveles m á s altos del valor moral.
50
La g r a n d e z a d e l h o m b r e e s t á e n a c e p t a r estas r e a l i d a d e s i n e v i t a b l e s ,
n o d e s p l o m a r s e f r e n t e a ellas y salir f o r t a l e c i d o d e s u e x p e r i e n c i a .