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Daniel Turbón
¿Quiénes somos? ¿Cuál es nuestro origen? ¿Acaso somos seres netamente materiales cuya
existencia acaba con la muerte biológica? o ¿somos creación de un plan divino? Interrogantes con
fuerte componente filosófico y que a lo largo de los siglos casi nunca han dejado de inquietar a los
pensadores y científicos, los cuales los han estudiado por separado con connotaciones o
biológicas, o religiosas, o filosóficas, siempre dando primacía sólo a un aspecto.
Los teólogos, basándose en la Biblia, con razón, han puesto el énfasis en que el hombre es la obra
de Dios, de cuerpo material y de alma espiritual. Las teorías evolucionistas se han enfocado más
en la explicación biológica del origen del hombre y han intentado buscar eslabones entre el
hombre y otros primates. Las teorías científicas han generado interminables debates debido a
muchas incertidumbres. Después ha surgido la teoría de las causas actuales que sostiene que la
historia geológica de la tierra se ha desarrollado lentamente pero de manera uniforme y no
rechaza la existencia de catástrofes pero siempre que no se trate de catástrofes de amplitud
planetario. Luego esa teoría se ha sustituido por las teorías catastrofistas (Cuvier). Se ha implicado
que la evolución geológica de la tierra se puede derivar de una evolución biológica de los seres
vivos. Otros investigadores han procurado constatar la evolución biológica a partir de los estudios
de fósiles. En el siglo XX el abanico de las teorías filio-biológicas se ha ampliado más y el número
de pruebas de la uniformidad en el ciclo reproductivo, las de carácter paleontológico y
embriológico, etc. también.
En ese laberinto de las teorías lo único que queda claro que la búsqueda del origen humano y del
comienzo del universo no es un asunto nada fácil y no puede ser exclusivo de una disciplina
académica, que la ciencia sola no es capaz de dar respuesta a un problema tan metafísico, y para
obtener un resultado fidedigno y no contradictorio es menester abordarlo desde diversos
enfoques interdisciplinares: científico, filosófico y religioso. Es decir, que estas tres formas del
saber humano (ciencia, filosofía y religión) dialogaran abiertamente. A mi entender, es ese el
mensaje nuclear de Mariano Artigas y Daniel Turbón, autores de «Origen del hombre: ciencia,
filosofía y religión» (EUNSA, Pamplona, 2007). De hecho en múltiples ocasiones los eruditos
realzan la idea:
Comp.: «La armonía entre ciencia, filosofía y religión es el camino para conseguir una auténtica
sabiduría capaz de dar sentido a los problemas humanos» (p.145); «Las teorías científicas de la
evolución no resuelven los interrogantes filosóficos y religiosos» (p.75); la perspectiva científica
«es sólo una perspectiva, que no sólo no se debería oponer a las perspectivas metafísica y
teológica, sino que más bien las exige, al menos se desea obtener una idea completa de los
problemas» (p.78).
Otro elemento clave en que los autores hacen especial hincapié es que «Dios no compite con la
naturaleza y los planteamientos que contraponen a Dios y a la naturaleza se basan en equívoco»
(p.80). Insisten en que no se debería formular el problema como una competencia entre Dios y la
evolución para la explicación de la finalidad natural. La acción divina debe servir de fundamento a
todo lo que existe. «Dios es diferente de la naturaleza y la transciende completamente, pero a la
vez, como Causa Primera, es inmanente a la naturaleza, está presente dondequiera que existe y
actúa la criatura, haciendo posible su existencia y su actuación. Además, para la realización de sus
planes Dios cuenta con las causas segundas, de tal modo que la evolución resulta muy coherente
con esa acción concertada de Dios con las criaturas» (p.82).
Conclusión: las tesis planteadas en el libro suscitan mucho interés e invitan a reflexionar con más
seriedad acerca del objeto de estudio, asimismo permiten acercarse a la problemática desde un
nuevo enfoque. Nuevo en lo que atañe al planteamiento de cómo la ciencia, filosofía y religión
pueden tener un punto de convergencia sobre la cuestión del origen del hombre.
Respecto a los aspectos formales del libro, es de señalar que abarca rico y actualizado material.
Los autores estudian el asunto metódicamente, primero van sentando las bases de las teorías
biológicas, después pasan al ámbito filosófico y religioso, con el fin enlazarlos y sacar derivaciones
lógicas. Y todo aquello con un lenguaje claro y coherente para que el lector, sin ser especialista,
llegue a entender las complejas y específicas cuestiones que abordan: el valor de la teoría de la
evolución, los descubiertos de la genética, la actitud de la filosofía y religión en ese contexto, los
avances de la ciencia acerca de los pre humanos, el proceso de encefalización, el nacimiento del
lenguaje, el origen de la humanidad, la relación entre evolución y acción divina o evolución y
finalidad, el diseño inteligente, etc.
LAS CORRIENTES FILOSOFICAS
Algunas de las principales corrientes filosóficas son el idealismo, el empirismo, el racionalismo o el
irracionalismo. En este artículo, enumero las principales escuelas de pensamiento filosófico de la
cultura occidental. Desde tiempos remotos, el hombre se ha planteado cuestiones como el origen
de su existencia, la verdad o el conocimiento. La filosofía se distingue de otras disciplinas que han
intentado dar respuesta a estos asuntos en la manera en la que justifica las respuestas. Se basa en
argumentos racionales. Para determinar cuáles son las corrientes filosóficas de la civilización
occidental, es necesario tener en cuenta el contexto histórico en el que se desarrollan. Los hechos
históricos marcan el pensamiento de la época. La filosofía de la civilización occidental tiene su
base en la antigua Grecia con los primeros filósofos, los presocráticos procedentes a la Escuela de
Mileto, fundada por Tales de Mileto. Algunos de ellos, como Heráclito, tendrían una gran
influencia en los pensadores de los años venideros, como es el caso de Platón. Posteriormente,
con el esplendor de la ciudad de Atenas en el siglo V a.C, conocida como “era de Pericles” vendrían
los sofistas. Estos pensadores se centran en la organización política y social de la polis. En este
mismo siglo se sitúa la figura de Sócrates, primero en buscar una verdad absoluta y en crear un
procedimiento basado en el diálogo El discípulo de Sócrates, Platón, es el primer filósofo griego
conocido del que se tienen obras completas. Con él, empiezo la clasificación de las principales
corrientes filosóficas de nuestra cultura.